Trabajo doméstico, trabajo a domicilio
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Trabajo doméstico, trabajo a domicilio
TRABAJO A DOMICILIO Y TRABAJO DOMÉSTICO Relatora de Mesa redonda V Dra. Juana Aznar Márquez Universidad Miguel Hernández Como no podía ser de otra forma las ponencias que brevemente voy a pasar a comentar tienen un mismo punto de partida y este es la estructura de género que tradicionalmente ha asignado el espacio reproductivo a las mujeres y el productivo para los hombres. Las mujeres son las que han permanecido en el ámbito privado, en el hogar, produciendo unos servicios de los que disfruta la unidad familiar al completo y que van desde las tareas de limpieza y gestión del hogar hasta el cuidado de las personas dependientes en especial niñas/os y personas de avanzada edad. La incorporación progresiva de la mujer al mundo laboral en España ha llevado a que la asignación del tiempo en los hogares se haya visto alterado. Al quedar menos tiempo para las tareas relativas al hogar, y en la medida en que es posible, se contrata a otra persona, generalmente a otra mujer, para que lleve a cabo este trabajo. La aparición de nuevas oportunidades de trabajo parece crear la sensación de que de esta manera podrán visibilizarse los trabajos de cuidado de las personas y el trabajo doméstico. Trabajos que tradicionalmente habían sido muy poco valorados por desarrollarse en el ámbito del hogar y por no encontrarse de forma habitual remunerados. Además parecía que no se requería de ninguna preparación o habilidad para poder desarrollarlos, con ser mujer bastaba. Pero si no se reconoce que el desarrollo de un trabajo requiere de un esfuerzo, ese trabajo pierde su valor social. Las mujeres emigrantes ven prácticamente limitadas sus posibilidades de trabajo a circunscribirse en el desarrollo del trabajo doméstico, con independencia si este era (la gran mayoría de las veces no) el trabajo que desarrollaban en sus países de origen. Nos encontramos pues con que las mujeres se encuentran discriminadas por ser mujeres, por dedicarse a tareas que se realizan en al ámbito del hogar y por ser inmigrantes. En resumen, las mujeres estamos cada vez más presentes en el mundo laboral pero ello no ha llevado a que en términos generales se haya asumido un reparto más equitativo de las tareas que tradicionalmente llevaba a cabo “la madre” (como ser que dominaba la esfera de la casa) ya que los hombres no participan en la esfera del hogar para compensar el esfuerzo que las mujeres dedican al trabajo productivo. La experiencia sigue mostrando que los hombres no asumen en la medida que les correspondería la producción doméstica. En la medida con lo que nos encontramos es que en posible lo que hace contratar para que otras mujeres lleven a cabo el trabajo tanto de cuidado de la casa como de las personas que necesitan de atención. De esta forma no estamos más que perpetuando un mismo esquema de valores. Pero además son normalmente mujeres que tienen una posición bastante débil en la sociedad las que se encargan del trabajo doméstico. Digo más débil porque suelen ser mujeres con poca formación y migrantes las que