Expresión y apreciación
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Expresión y apreciación
L EI Expresión y apreciación p Iásti cas Elvalor educativo de la expresión plástica en la educación infantil Desarrollo gráfico del niño: la observación del proceso evolutivo para la aplicación metodológica Metodología* Amparo Fosati y Belén Segurado** Expresión plásticay educacióninfantil Elvalor educativode la expresiónplásticaen laeducacióninfantil El desafíoen lo educaciónartístico consisteen modular de un modo eficazlos valoresde lo cultura,los mediosdisponiblesporo lo educaciónen los artes y poro lo evaluación,y los partículares perfilesindividualesy de desarrollode los estudianteso educar. (Gardner, 1974) * En J. Caja et al., La educaciónvisual y plástica hoy. Educar la mirada, la mano y el pensamiento, Barcelona, Graó, 2001, pp. 81-86,87-93 Y 93-99. **EU AusÍéls March de Magisterio de Valencia. Universitat de Valencia 95 Al inicio de la redacción de este texto, nos pareció interesante partir de una serie de aspectos que consideramos fundamentales,como: . Definir y determinar qué entendemos por expresión plástica y por qué se utiliza este término frente a otros claramente más didácticos (educación plástica, educación artística, etcétera). . Valorar la situación actual de la expresión plástica en la educación infantil. . Observar lascausasque provocan lafalta de efectividad en la metodología de la plástica. . Observar las diferentes interpretaciones de la actuación docente. . Valorar la necesidadde conocer la evolución gráfica del alumnado de educación infantil para adecuar la metodología a la misma. . . Analizar qué conte.nidos y objetivos son necesarios y significativos. Proponer una metodología básica,útil y clarificadora para el futuro maestro de educación infantil. La consecuenciade estas reflexiones será determinar, en definitiva, cuál es el valer fundamental de la expresión plástica en la educación infantil. La expresión plásticacomo argumento educativo y como punto de partida Que a estas alturas nos parezca necesario reflexionar sobre las motivaciones que nos llevan a utilizar el término expresión plástica para determinar el punto de partida de la intervención docente en el aula de infantil es, a nuestro modo de ver, muy significativo. Sobre todo porque existe una aceptación casi unánime del término refiriéndolo específicamente a la educación infantil (cero a los seis años). Este hecho, incluso puede observarse en las propuestas didáctico-metodológicas de las distintas administraciones educativas; por ejemplo, en la comunidad valenciana se recurre a la diferenciación entre expresión plástica (educación infantil), educación plástica y visual (educación primaria) y educación visual y plástica (educación secundaria obligatoria) para establecer las diferentes etapas educativas. Por supuesto, estas nomenclaturas han ido variando según las sucesivas reflexiones que sobre nuestro campo educativo se han realizado, pero si alguna de ellas se ha mantenido casi invariable es, precisamente, la referida a la educación infantil, es decir, la expresión plástica. ¿Pero entendemos todos lo mismo por expresión plástica? En líneasgeneralestodos diríamos que sí.De hecho,podríamos aceptar como buenala reflexión que desde el Ministerio de Educación-o consejeríaterritorial, segúnel casose nos propone, tomándola como el eje vertebrador y unificador para los educadores, sobre el tema. Así, en el apartado sobre "La expresión plástica" -del DiseñoCurricularde EducaciónInfantily OrientacionesMetodo/ógicaspara la Evaluacióny Secuenciación deCante- 96 nidos, véaseAA.Vv. (1992a) en el apartado "Referencias bibliográficas" de este capiítulo- se nos sugiere que: La plástica es una forma de representación a través de la cual el niño y la niña pueden expresar lo que van conociendo de su entorno y aquello que surge de su mundo interior. (oo.)La expresión plástica en la educación infantil (...) se convierte en un vehículo de autonomía y conocimiento de sí mismo, que da la posibilidad a los niños de manifestar aquellas sensaciones y emociones que difícilmentepodrían cultivar con otros lenguajes (oo.). Probablemente encontraríamos pocos profesionales del tema que rebatieran estas reflexiones, sobre todo porque proponen un marco de referencia lo bastante amplio para integrar todos aquellos conceptos y contenidos que la plástica presenta en esta etapa educativa y, asimismo, es lo suficientemente específico como para concentrar en la expresión (plástica) las necesidades más básicas de los niños y niñas. Si existe esta aparente unanimidad de concepto y terminología, es decir, todos compartimos una misma idea sobre lo que es la expresión plástica -no sólo en educa- ción infantil, sino en cualquier nivel-, cabría suponer que existe también un mismo consenso en los aspectos metodológicos necesarios para hacer efectiva la práctica de la misma en el aula infantil. Y esto, precisamente, es lo que no se produce. Nuestra particular observación de la expresión plástica en el aula infantil nos está informando de una situación que se viene produciendo desde hace mucho tiempo y que consideramos, como mínimo, inadecuada. Con frecuencia encontramos a los maestros y a las maestras preocupados por introducir nuestra materia de una manera correcta en su aula pero, a la vez, muy desorientados sobre cómo hacerlo, y son sus propias inquietudes las que nos han ido indicando que existe una más que evidente necesidad de orientar la metodología de la expresión plástica en la educación de los niños y de las niñas. y es que, con frecuencia, la realidad -el día a día, la convivencia docente, los problemas de cada centro, etcétera-;- supera cualquier propuesta teórica por bien argumentada que esté y,contradictoriamente, una.materia como la nuestra -en teoría del agrado del docente y del alumnado- plantea una problemática que no debería existir. Es decir,la consabida frase referida a que no es lo mismo la teoría que la práctica se hace evidente y se torna fundamental para comprender el dispar funcionamiento de la expresión plástica en la educación infantil. Pero, en definitiva, ¿cuál es el problema? Pues, fundamentalmente, las grandes diferencias que observamos ante el planteamiento de nuestra materia, sobre todo, referidas a la manera de abordar qué se imparte y cómo se imparte. Las causas de este conflicto son múltiples y recurrentes pues hay que reconocer que las situaciones, los planteamientos y las necesidades no son siempre las mismas; pero en líneas generales creemos que éstas pueden centrarse en dos problemas y sus consecuencias: 97 . . Faltaclarificaciónde los objetivos y contenidos específicosde la expresión plástica en la educación inVantil. De hecho, ambos aspectos los podemos encontrar argumentados en libros, documentos y reflexiones de diversa índole, pero no llegande una manera clara a las aulas. Como consecuencia de lo anterior, observamos una escasa secuenciación de las propuestas de actividades.Esmás,en la mayoríade las ocasiones, lasactividades se tornan en el eje fundamental del trabajo, alejadas de cualquier referencia a objetivos y contenidos plásticos. Otro gran problema se debe a la ausencia de profesorado o coordinadores especialistas en la materia, que pudieran establecer criterios coherentes para toda la etapa de educación infantil. En consecuencia, esta situación deriva en dos hechos: l. I:a falta de orientación de la materia conlleva el abuso de la utilización de los "libros de fichas" como un recurso cómodo y fácilmente asimilablepor maestros y padres -llegando a darse el caso, o la paradoja, de que se le considere como un elemento integrador y democrático que permite a todos los niños y niñas expresarse por igual,puesto que todos disponen del mismo material eco- nómicamenteviable. . 2. Estafalta de fundamentación también deriva en la consideración de las actividades de expresión plástica como meros trabajos condicionados a festividades o supeditados al aprendizaje de otras áreas de conocimiento. ¡Por qué, si todos observamos los mismos problemas,no los solucionamos? A partir del momento en el que se plantean los factores que intervienen en la actuación docente sobre qué hay que enseñar, cómo hay que hacerlo y cuándo, surge el primer escollo. Sobre todo en el último aspecto, referido a cuándo intervenir, aparece la primera y gran problemática de nuestra materia, en la que se pueden observar dos posturas diferenciadas y divergentes. Por un lado, están los que opinan que la materia ni se puede ni se debe educar sino que son los niños y las niñas quienes espontáneamente, evolucionan expresándose plás- ticamente según sus experiencias y conocimiento personal, y que el maestro sólo debe intervenir poniendo a su disposición las técnicas y los materiales más adecuados en cada momento. Por otro lado, están los que opinan que esa "supuesta" espontaneidad infantil no es tal porque, aun reconociendo que los niños y las niñas acometen y recurren a la plástica para expresar su mundo interior, sus manifestaciones son muy limitadas, y que si no se orientan adecuadamente no llegan a alcanzar todos los niveles expresivos posibles o deseados. ¿Cuál de las dos tendencias es la acertada~ En realidad, las dos, porque bien es verdad que los niños y las niñas dibujan, pintan y modelan de una manera natural en los prime-' ros años de su vida, pero también es verdad que las orientaciones del maestro en esta 98 etapa son fundamentales para la consolidación de muchos aspectos plásticos que sin esta ayuda no conseguirían asimilar jamás. Son los argumentos que han estado utilizando numerosos investigadores como Elliot Eisner, Rudolf Arnheim, Herbert Read, Howard Gardner, Rhoda Kellogg, Fernando Fernández o Ricardo Marín. Otra cuestión diferente es qué debe o puede educarse y cómo hacerlo. Y aquí entramos en un campo fundamental, porque para saber lo que ha de educarse y cómo hacerlo primero hay que reflexionar sobre las motivaciones y .Ios valores por los cuales entendemos que la expresión plástica ha de formar parte de la educación global de los niños y las niñas. Los valores educativos pueden ser muchos... Según Elliot Eisner: En mi opinión, existen dos tipos de justificaciones para la enseñanza de arte. El primer tipo subraya las consecuencias instrumentales del arte en el trabajo y utiliza las necesidades concretas de los estudiantes o de la sociedad como base principal con la que conformar unos objetivos. A este tipo de justificación se le denomina contextualista. El segundo tipo de justificación destaca el tipo de contribución a la experiencia y al conocimiento humanos que sólo el arte puede ofrecer, acentúa lo que el arte tiene de propio y único. A este tipo de justificación se le denomina esencialista. (Eisner, 1995: 2). En el primer caso se hace hincapié en el valor educativo-social que la plástica puede llegar a tener para el niño y la comunidad en la que vive. En el segundo caso, el principal valor de la enseñanza de la expresión plástica radica en la creencia de que el arte es un aspecto único en la cultura y las experiencias humanas, y su contribución más valiosa es la de ofrecer, precisamente, lo que otros ámbitos educativos no pueden hacer. No nos olvidemos de los niños y las niñas En esta problemática sobre lo que hay que impartir y cómo hacerlo, los más ajenos son los niños y las niñas para quienes su necesidad de expresión a través de todqs los ámbitos plásticos (dibujo, pintura, modelado) es natural y espontáneo. Lo hemos podido comprobar muchas veces al verlos ensimismados, inmersos en este proceso apasionante, ensayando o transformando sus dibujos, intentando, intuitivamente, traducir su experiencia del entorno, entregados plenamente a la expresión de manera creativa, hablándonos con imágenes llenas de significado procedentes de su percepción, sensibilidad, inteligencia, creatividad y emoción. 99 Todas estas experiencias nos parecen demasiado importantes como para no dedicaries la atención que merecen. Por ello consideramos que sólo mediante una planificación coherente podremos orientar y potenciar la expresión plástica como valor insustituible en el curr;culumescolar y,en definitiva,en la vida de los niños. Desde nuestro punto de vista,cualquier investigaciónsobre el tema debe necesariamente partir de la observación de losniños. Así,podemos descubrir que, cuando aún no pueden sostener un lápiz,los gestos o los movimientos expresivos de sus miembros inician la sugerencia linealcon la que, más tarde, empezarán a construir sus garabatos. Cuando casualmente sus manos dejen huellas sobre la tierra, el polvo, el vaho de un cristal empañado o un plato de papillay se percaten de ello habrán empezado a descubrir su primera actuación sobre la materia. Entonces,el gesto, convertido en acto gráfico, en huella permanente sobre la superficie,será el primer paso hacia los garabatos, en los que comenzará el desarrollo plástico. Laopinión de los artistas también vale Esta característica única y valiosísima de la expresión a través del arte la han comprendido a la perfección los artistas, sobre todo porque ellos también han comenzado su camino desde los garabatos, como cúalquier niño. Ellos, como artistas, son capaces de comprender el valor de estas primeras realizaciones, las cuales, como un hilo conductor, se inician en los trazos más elementales y finalizan en las formas más elaboradas propias del arte, en una unidad conceptual similar al proceso infantil si exceptuamos las diferencias cronológicas y evolutivas, los conocimientos experimentales de cada cual y la intención que les motiva. Podemos pensar que esta afirmación es un tanto exagerada, pero no cabe duda de que en la obra de los niños se encuentran presentes los componentes más tarde, y con otra intencionalidad, reconoceremos lingüísticos que desarrollados y transformados en los artistas adultos. Destacamos pues que el lenguaje plástico infantil está compuesto por los mismos elementos que el lenguaje artístico más evolucionado, especialmente en lo que hace referencia al espacio, la forma y el color. Sin embargo, debemos considerar también una diferencia notable y es que la intención proyectiva del niño es personal y afectiva, particularmente en los primeros años. Este hecho es importante porque vemos cómo dicha intención le aleja de la solemnidad representativa del adulto que está sujeta a una búsqu~da personal en la que tiene una gran importancia su estilo propio y está relacionada con su entorno y época, es decir, con aspectos sociales y comunicativos. Frente a dibujos realizados por los niños hasta los siete años aproximadamente, y ante su extraordinario poder de sugestión, me sucede algo semejante a cuan- do contemplo ciertos objetos encontrados, los readymade de Duchamp,y sus acólitos, o aquellos a mi juicio más interesantes hallados por ciertos apasiona- 100 dos y certeros buscadores, sólo que las tornas parecen cambiadas. I Me explico: al observar los objetos encontrados y dejarlos penetrar por su "inacabada" formulación estética, por otra parte tan sugerentes, no dudamos en despojarlos de cualidad artística, aunque podemos aceptar plenamente que quien los ha hallado y puesto en valor posee capacidades artísticas. En el caso de los dibujos infantiles, cuyo resultado produce en muchas ocasiones un verdadero interés plástico, es difícil rechazar sus cualidades artísticas -al fin y al cabo son fruto de inexpertas manos humanas-, aunque sus autores, al no poseer una verdadera conciencia estética, no sean verdaderos artistas (Saura, 1996). Declaraciones como la de Saura han proliferado en este siglo desde la sensibilidad de muchos adultos que pretendían reencontrar el "paraíso perdido" que difícilmente es retomable a edades posteriores. Kandinsky, Klee, Dubuffet, Picasso, Appel, Miró... una lista interminable de artistas que se inclinan ante unas formas de creación imposible de ser igualadas. Nuestra propia opinión sobre los valores educativos Como conclusión de lo expuesto anteriormente ratificamosel valor educativo de la expresión plásticaen los aprendizajesde la educación infantil,centrando nuestra propuesta en cuatro presupuestos: . El aspecto lúdico de la expresión, ya que las primeras realizaciones plásticas res- ponden al placer que produce. su realización. Permitir que este juego sea gratificante es un valor ineludible,en la medida que favorece unas relaciones de autoexpresión y autoestima necesarias para integrar el afianzamiento de la expresión. .. . . La representación por medio de formas, colores, líneas, volúmenes, etcétera, supone poner en funcionamiento capacidades perceptivas, expresivas y comunicativas qué no actúan en otros sistemas de representación. Elcontacto con lamateria y el gozo que proporciona implican valorar la experien- cia como medio de transformación, investigacióny creación, posibilitando a ',?s niños y a las niñas ser sujetos activos y autónomos implicadosen procesos de trabajo donde la:>experiencias sensoriales y sensibles tienen tanta o más validez que los resultados finales. La consideración del entorno vivencial, emocional e intelectual de los niños implica un compromiso con un proyecto de educación integral en estos primeros seis años de la vida definitivospara su posterior desarrollo. "Cambiar las tomas": expresión que se usa en España para indicar un cambio en alguna situación: "se intercambiaron las tomas: el que defendía ahora atacará" [nodel ed.]. 1 101