6 argumentos falaces sobre la superioridad moral de

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6 argumentos falaces sobre la superioridad moral de
6 argumentos falaces sobre la superioridad moral de Israel
David Torres, Público.es, 22 jul 2014
Argumento no. 1- Hamás son terroristas.
En efecto, tan terroristas como los irlandeses del IRA en los años veinte o los israelíes
del Irgún en la década de los cuarenta. En ocasiones, el terrorismo es la continuación de
la política por otros medios; en caso de salir vencedores, los terroristas pasan a
considerarse patriotas y héroes por la libertad. Enfrentado a un enemigo infinitamente
superior, sin ejército, aviación ni armada, Hamás sólo puede recurrir a tácticas de
guerrilla urbana y acciones terroristas. Pero, desde luego, no fueron los primeros en
utilizarlas en ese pequeño rincón del mundo. Antes de conseguir el premio Nobel de la
Paz, Menajen Beguin, uno de los padres de la independencia de Israel, fue el principal
cabecilla del Irgún, el brazo armado de la independencia israelí, que jamás dudó ni un
segundo a la hora de usar cualquier método para luchar contra el dominio británico y
aterrorizar a la población árabe. Entre sus numerosas acciones asesinas, estos
luchadores por la libertad dinamitaron el hotel Rey David en Jerusalén el 22 de julio de
1946, con un saldo de más de noventa víctimas. “Uno de los peores crímenes de la
Historia” dijo Churchill, que no era precisamente simpatizante de los palestinos. El 9 de
abril de 1948, fuerzas del Irgún (lo que hoy, si fuesen palestinos, se llamarían
terroristas) masacraron la aldea árabe de Deir Yassin, a unos cinco kilómetros de
Jerusalén, exterminando a más de cien aldeanos indefensos. Esta matanza, repudiada
por diversos grupos israelíes, provocó una carta de denuncia de intelectuales judíos,
encabezados por Albert Einstein, en que acusaron al Herut de utilizar métodos fascistas.
Argumento no. 2 – Israel es la única democracia de la zona.
Afortunadamente, habría que decir, ya que la democracia es una palabra mágica que, al
parecer, es la panacea para todos los males. En el caso de Oriente Medio, la tan
cacareada democracia hebrea no puede ser excusa ni patente de corso para justificar la
masacre que cada cierto tiempo su ejército lleva a cabo en Gaza. También Hamás ha
sido ampliamente reconocido en sucesivas votaciones por la población palestina y
mucha gente parece olvidar que Hitler se hizo con el poder gracias a procedimientos
democráticos. Por otra parte, habrá que recordar que, entre otras acciones nefandas, el
muy demócrata estado de Israel fue uno de los poquísimos países, junto con los Estados
Unidos, que apoyó y defendió públicamente el repugnante régimen racista del apartheid
sudafricano. Tal vez porque tenían un aire de familia.
Argumento no. 3 – Israel sólo quiere vivir en paz
Palmariamente falso. Al parecer, según sus propagandistas, Israel no hace más que
responder ante los reiterados ataques de los terroristas palestinos. En realidad, la
situación es justamente la contraria: Israel es un estado agresor, imperialista, invasor y
por completo fuera de la legalidad internacional al menos desde 1967, fecha desde la
que sigue expandiendo impunemente sus fronteras ante la pasividad de la comunidad
internacional y la impotencia de sus víctimas: los palestinos. Bajo la bandera de la
civilización, Israel no ha hecho otra cosa más que invadir, ocupar y colonizar enormes
franjas de territorio palestino, expulsando a la población autóctona de sus tierras y
condenándola al exilio, la servidumbre, la aglomeración, la miseria y, por supuesto, el
odio.
Argumento no. 4 – Hamás quiere la destrucción de Israel
La asimetría esencial entre los objetivos finales de uno y otro contendiente (Hamás
quiere la destrucción de los judíos; Israel sólo pretende asegurar su supervivencia) no se
corrobora con la abrumadora superioridad militar israelí y la obscena diferencia de
víctimas entre uno y otro bando. En Israel (una sociedad tan sensible donde aún sigue
prohibida la música de Wagner por el dolor que pudiera causar a los supervivientes del
Holocausto) abundan los mensajes, discursos y pintadas que piden a gritos el genocidio
entero del pueblo palestino. Estos días está de moda una camiseta en la que se ve a una
mujer palestina embarazada en un punto de mira con la leyenda: “Mata dos de un solo
tiro”. Para hacer este mensaje genocida más explícito la semana pasada, la diputada del
parlamento israelí Ayelet Shaket, del partido radical Hogar Judío, escribió que la
madres palestinas “deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas
serpientes. De lo contrario, criarán serpientes más pequeñas”. Añadió: “El pueblo
palestino ha declarado la guerra a Israel, y con guerra hay que responder. Basta de
referencias oblicuas: esto es una guerra contra el terror, no una operación, no una
estrategia de baja intensidad. Las palabras tienen su significado”. En efecto, las palabras
tienen su significado y detrás de éstas no hay más que uno: el exterminio del pueblo
palestino.
Argumento no. 5 – Israel sólo ataca objetivos terroristas
Otra mentira obscena, flagrante y tan grotesca que sería cómica si no fuese trágica.
Entre los muchos bulos que hace correr la propaganda israelí está la leyenda de que el
ejército avisa con una pequeña detonación en el tejado de los edificios donde
supuestamente se alojan terroristas, una advertencia a los habitantes del inmueble para
que lo desalojen antes de la explosión definitiva. Caso de ser cierta, que no lo parece,
esta medida sólo funcionaría con terroristas sordos. Por otra parte, son innumerables los
reportajes y fotografías de la prensa internacional que han revelado al mundo el
salvajismo homicida del ejército israelí: barriadas enteras pulverizadas, niños
ametrallados en la playa, edificios reducidos a escombros, un colegio de discapacitados
arrasado, docenas y docenas de bebés muertos, un joven ensangrentado llorando con su
madre agonizante en los brazos, el cadáver de un niño decapitado y un interminable
etcétera de espanto. Una nota más: ayer lunes el ejército israelí estaba atacando el
hospital Al Aqsa de Gaza, abarrotado de civiles heridos, y ametrallando específicamente
las ambulancias que intentaban evacuar a los heridos al vecino hospital de Shifa.
Argumento no. 6 – Criticar la política militar de Israel es señal de antisemitismo.
Es el acto reflejo en cualquier discusión sobre la masacre palestina. Da igual la anterior
trayectoria intelectual del etiquetado o la mayor o menor consistencia de sus
argumentos: en el momento en que esboce el menor reparo a la brutal política de
agresión israelí, inmediatamente será enviado al cajón de los antisemitas y equiparado al
mismo rango de los sacerdotes católicos que culpaban a los judíos de la muerte de
Cristo, de los reyes y príncipes cristianos que recluyeron a los judíos en ghettos y los
expulsaron de sus tierras, y, por supuesto, de los genocidas nazis que pusieron en
marcha el Holocausto. Para desmontar este burdo marchamo basta recordar que el
pueblo judío no es Israel, que buena parte de Israel no comparte las ideas genocidas de
la extrema derecha israelí y que multitud de judíos (artistas, intelectuales, científicos,
políticos y ciudadanos de a pie) también han criticado la bestialidad sanguinaria que el
ejército hebreo lleva décadas cometiendo con el pueblo palestino. Unos pocos entre los
últimos que se han sumado a estas críticas: la periodista Naomi Klein, que advierte que
toda la economía israelí depende la industria militar, y los historiadores Yakov Rabkiv,
que califica la campaña israelí en Gaza de “masacre”, e Ilan Pappé, que prefiere
directamente el término “genocidio”.
Tomado de: http://blogs.publico.es/davidtorres/2014/07/22/5-falsos-argumentos-sobre-lasuperioridad-moral-de-israel/

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