Pressbook_HackersNSES

Transcripción

Pressbook_HackersNSES
PRESENTA
#HackersPelícula #NingunSistemaEsSeguro
ESTRENO SEPTIEMBRE 24, 2015
www.cineplex.com.co
SINOPSIS
Benjamin (TOM SCHILLING) es un ser invisible. Esto cambiara repentinamente, cuando conozca al
carismático Max (ELYAS M ' BAREK). Aunque ambos no pueden parecer más diferentes, los une el
mismo interés: el hacking. Junto con los otros amigos de Max, el impulsivo Stephen (WOTAN WILKE
MÖHRING) y el paranoico Paul (ANTOINE MONOT) establecen el subversivo grupo de hackers
CLAY (Clown Laughing At You-Payasos Riendose de Ti). CLAY provoca golpes a grandes
complejos corporativos e importantes conglomerados de empresas. Por primera vez en su vida,
Benjamin se siente parte de algo y ni siquiera la atractiva Marie (HANNAH HERZSPRUNG) puede
evitar sentirse atraida por él. Pero la diversión comenzara a tornarse en angustia, cuando una
agente de Europol Hanne Lindberg (TRINE DYRHOLM) comience a considerar a Benjamin como
uno de los hackers más buscados en el mundo.
Ficha Técnica
Título Original: WHO AM I? No System Is Safe
Director:
Baran bo Odar
País:
Alemania
Duración:
106 min
Género:
Thriller Cibernetico
Guión:
Baran bo Odar, Jantje Friese
Reparto:
Tom Schilling, Elyas M´Barek, Wotan Wilke Moehring, Antoine Monot, JR.,
Trine Dyrholm, Hannah Herzsprung
Fotografía:
Nikolaus Summerer
Montaje:
Robert Rzesasz
Escenografía: Silke Buhr
Música:
Michael Kamm
Productor:
Quirin Berg, Max Wiedemann
Producción:
Wiedemann & Berg Filmproduktion GmbH & Co. KG, Seven Pictures Film,
Deutsche Columbia Pictures Filmproduktion
Sitio Web Oficial:
http://www.whoami-film.de/site/
Fanpage Facebook:
https://www.facebook.com/whoami?fref=ts
Tráiler:
https://www.youtube.com/watch?v=E-WwhVviRBA
SELECCIÓN FESTIVALES
Toronto International Film Festival 2014
Edinburgh International Film Festival 2015
PREMIOS
Mejor Montaje, Sonido y Diseño de Producción. Premios Lola- Cinematografía Alemana- Junio 19 de
2015
PERFIL DEL DIRECTOR
Baran bo Odar nació en 1978 en Suiza. Estudió cine en la Escuela de Cine de Munich de 1998 a
2006. En 2001 formó parte del equipo de la película Naked de Doris Dorrie y una vez terminada se
marchó a Barcelona a vivir durante un año. En 2003 le invitaron a participar en el Berlinale Talent
Campus y en 2005 su cortometraje “Quietsch” se proyectó en la 55ª edición del Festival de Cine de
Berlín.
En 2006, tras hacer varios cortos y documentales, Baran bo Odar rodó su primera película “Unter der
Sonne” por la que recibió dos premios como Mejor Director: el premio Studio Hamburg Newcorner y
el premio del Festival de Cine de Munich.
Baran bo Odar • Director
El discreto realizador suizo radicado en Berlín, nos habla sobre su última película, HACKERS (Who
am I – No System is Safe)
Sentado al otro lado de una mesa en la cafetería berlinesa Nola, Baran bo Odar es la encarnación
de la moderación. Sopesa sus palabras antes de susurrarlas, habla con un tono mesurado y está a
años luz del cliché que muchos directores creen tener que interpretar. Además, es muy profesional.
Tiene una nueva película, HACKERS (Who am I: No System is safe), cuyo estreno mundial tuvo
lugar en Septiembre de 2014 en Toronto, y aprovecha la oportunidad para promocionar la cinta y su
trabajo.
“HACKERS es una película sobre un joven, un don nadie, invisible”, explica, antes de añadir: “Pero
cuando empieza a jugar con fuego es perseguido por los servicios secretos alemanes y tiene que
luchar por su supervivencia. Sobre todo es una película sobre la necesidad y la búsqueda de una
identidad”. El proyecto llegó al computador de Odar a través de la productora Wiedemann & Berg.
Inspirado por la historia, Odar presentó su propuesta y ganó con un guión co-escrito con su mujer,
Jantje Friese. Ella ya contribuyó al guión de The Silence, “una película sobre seres marginados y la
identidad”. Odar explica: “Me interesan las personas normales e insignificantes que de repente se
ven envueltos en una situación y se convierten en héroes o anti-héroes. Me gustan las historias
oscuras. ¡No me gustan los finales felices!”.
Teniendo en cuenta su experiencia en la publicidad y los vídeos musicales, no es una sorpresa que
Odar trabaje sus personajes “de una manera muy al estilo Hollywood. Mi mujer es muy aficionada a
los eneagramas de la personalidad, desarrollar un carácter y luego reducir las figuras a arquetipos.
Cuando tienes nuevos arquetipos, consigues las características de los personajes, algo muy común
en Hollywood. No escribimos sus diarios pero sí intentamos comprenderlos al nivel más básico:
¿qué quieren? ¿cuál es su mayor defecto? De allí pasamos a la historia y luego escribimos el guión”.
Una vez que el guión está terminado, llegado el momento de dirigir, un proceso que da inicio con la
realización de un storyboard, “que yo mismo hago. Es como re-escribir, solo que con más detalle, de
manera que pueda ver qué escenas o transiciones funcionan”.
Sobre su método de trabajo, Odar explica: “A veces escribo para un actor particular, mientras que
otras veces soy más abierto. El cásting es muy importante porque es necesario darles el espacio
para que interpreten al personaje. Tengo muy claro lo que quiero”, prosigue, “pero si no les doy
espacio nos encontramos con limitaciones”.
Podríamos decir que el actor Wotan Wilke Möhring es un habitual en el cine de Odar. Möhring, al
que desde luego no le falta versatilidad, interpreta en Who am I a un punk ruidoso y agresivo.
“HACKERS cuenta asimismo con el excepcional Elyas M’Barek, estrella del súper éxito en taquilla
Suck Me Shakespeer . “Interpreta al otro protagonista, Max, dotado de gran carisma”, comenta el
realizador. Elegir al protagonista no fue complicado: “¡Tom Schilling! Encaja a la perfección, es un
actor estupendo, el mejor de su generación”. ¿Y el presunto gran enemigo del director, los
productores? Nada más lejos de la realidad, al parecer, ya que Odar ha contado “con el 100% de la
libertad. Quirin Berg, Max Wiedemann y yo podíamos discutir, pero son conocidos por hacer
películas comerciales de éxito y entienden la importancia de contar buenas historias y de dejar que
el director las cuente. No discutimos mucho, pero incluso en esos casos tuvo un efecto positivo”.
HACKERS fue estrenada en septiembre de 2014 en Alemania de la mano de Sony Columbia (fue la
mas vista en su primer fin de semana), mientras que Odar ya estaba metido en sus próximos
proyectos, ¡y vaya proyectos! “Está Bad Girls, una comedia de acción con Working Title”, dice. “El
guión está en buen camino y esperamos rodar el año que viene. Tengo The Hunt, con Universal, un
drama de suspenso”, prosigue, “así como el drama Dark, para Channel 4. Es sobre la amistad”.
Hablando sobre sus películas favoritas, Odar cita Blade Runner, Lawrence de Arabia y Heat, de
Michael Mann, que “he visto muy a menudo. En mi opinión es la película perfecta a todos los
niveles”, aunque afirma que hay una película que le sigue atrayendo: “Siempre quise hacer Akira”,
dice, recordando el clásico de animación japonesa, “la historia más emocionante jamás narrada”.
Odar se muestra inflexible, “pero necesitas un reparto japonés”.
Pueden estar seguros de que no va a cejar en su empeño de conseguir filmarla algún día.
Simon Kingsley - German Films
NOTAS DE
PRODUCCIÓN
La película comienza con el hacker Benjamin Engel (caracterizado por el ya conocido Tom Schilling
tras Oh Boy o Hijos del Tercer Reich) realizando una confesión ante Hanne Lindberg, responsable
de la Europol para la investigación sobre esta clase de delitos informáticos. A partir de ahí, se va
reconstruyendo la historia de Benjamin a base de flashbacks, comenzando por su complicada
infancia donde era ignorado por sus compañeros y debía hacer frente a la pérdida de sus padres.
Pero el momento decisivo de su vida se produce cuando conoce a Max, Stephan y Paul, tres
hackers con los que fundará el grupo CLAY (siglas de Clowns Laughing At You, básicamente “los
payasos se ríen de ti”) que, siguiendo las reglas del popularísimo hacker MRX, intentará cometer
diversas fechorías en la red de redes, siempre bajo la óptica de la diversión y no tanto por ganarse el
pan.
Una virtud se alza por encima del resto en HACKERS: la estética. Bo Odar identifica el mundo del
hackeo con colores oscuros y música de corte electrónico que pulveriza los oídos. En este sentido,
cabe destacar especialmente la manera de retratar las conversaciones entre hackers: el cineasta
ilustra los contactos virtuales a través de personajes de carne y hueso que, ataviados con máscaras,
se encuentran en un vagón de metro. De esta manera, se rompe la simpleza que habrían otorgado
las conversaciones en la pantalla de un ordenador con un fantasioso recurso bastante acorde al
espíritu de la cinta.
En este sentido, HACKERS no deja prácticamente lugar para el reposo en sus 106 minutos. La
apabullante banda sonoray un montaje acelerado que procura cambiar de escenario allá donde
transcurra la acción, acompañan a un guión en el que aparece una gran variedad de situaciones:
altercados en mítines de extrema derecha, robo de coches, borracheras…
No menos interesante es la manera con la que Bo Odar y su acompañante en tareas de guión,
Jantje Friese, esquivan las trampas en forma de subtramas que se van abriendo y que podrían haber
cercenado buena parte del interés de la película. Nos referimos especialmente a la relación
romántica del protagonista con su antigua compañera de clase Marie. Por fortuna, no tardamos en
descubrir que el avance de estas historias paralelas tiene como último objetivo el complementar a la
trama principal. Tampoco se nos debe pasar por alto los brochazos de humor que de manera
puntual deja caer el film y que, nuevamente, no sólo tienen su gracia, sino que están introducidos
con conocimiento de causa.
En conclusión HACKERS ofrece en su cara visible un entretenimiento a la vez sesudo y trepidante,
el cineasta no ofrece una única vía al espectador, sino que éste tiene la plena potestad de decidir
sobre lo que ha visto. Y eso, en una película que explota ciertos vectores del entretenimiento
hollywoodiense, en un estupendo ejercicio de honestidad.
BREVE HISTORIA
SOBRE EL HACKING
El mundo está lleno de hackers, o eso es al menos lo que parece. En los últimos meses apenas a
pasado un día en el que no se haya dado a conocer una nueva violación de seguridad informática.
Compañías multinacionales se vieron asumiendo el costo de ataques a sus sistemas de email y sus
sitios en internet. Y el público general sufrió el robo de información y su posterior publicación en la
web.
En los comienzos del siglo XXI la palabra "hacker" se ha convertido en sinónimo de gente que
siembra el terror en internet, de forma anónima, oculta en oscuras salas. Pero no siempre ha sido
así. Los hackers originales eran, de hecho, benignos estudiantes.
Todo comenzó como un lúdico pasatiempo universitario, que poco a poco fue llevando al surgimiento
de organizaciones criminales y ataques cibernéticos de graves consecuencias.
Para cualquiera que cursara sus estudios en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por
sus siglas en inglés) durante las décadas de 1950 y 1960, la palabra "hack" se refería a una solución
simple, creativa y elegante para un problema. Muchos de esos hacks solían ser bromas pesadas.
En uno de los ejemplos más extravagantes, una reproducción del auto de la policía que recorría la
universidad fue colocado sobre el Gran Domo del MIT.
Con el tiempo la palabra empezó a asociarse a la floreciente escena de los programadores
informáticos, en el MIT y más allá. Para esos pioneros, un hack representaba una proeza en el
campo de la programación. Esas actividades causaban admiración por combinar un conocimiento
especializado con un instinto creativo.
Esos estudiantes del MIT también sentaron las bases para la notable división de género del mundo
de los hackers. Tanto entonces, como ahora, suele ser un universo habitado por hombres jóvenes y
adolescentes varones.
La razón fue explicada por el autor de ciencia ficción Bruce Sterling en un libro sobre los primeros
grupos de hackers. Los hombres jóvenes suelen carecer de poder, argumentaba. Un íntimo
conocimiento de un área técnica les da control, aunque solo lo apliquen sobre máquinas. "Nunca
debe subestimarse la atracción profunda que genera la sensación de poseer un poder técnico
exclusivo", escribió Sterling. Su libro, La caza de hackers (The hacker crackdown, en inglés), detalla
vida y obra de la primera generación de hackers. La mayoría eran muchachos jugando con la red de
teléfono, infiltrando los primeros sistemas de computadores y hablando sobre sus actividades en
bulletinboards (de algún modo, precursores de los foros de internet, y que pueden traducirse al
español como "tableros de anuncios").
Esta era también la época de las revistas especializadas en las actividades de los hackers, como
Phrac y 2600. Quienes pertenecían a este movimiento se daban apodos como Rayo Caballero o
Izquierdista (Knight Lightning y Leftist, en inglés). Y también empezaron a surgir grupos con
pomposos nombres, como Legión de la Perdición, Maestros del Engaño y Caballeros de Neón
(Legion of Doom, Masters of Deception y Neon Knights).
A medida que los hackers se fueron sofisticando, empezaron a llamar la atención de las fuerzas de
seguridad. En las décadas de 1980 y 1990, legisladores de EE.UU. y Reino Unido aprobaron leyes
contra el uso indebido de computadores, lo que permitía procesar a quienes las violaran.
A eso siguió una serie de medidas drásticas, que culminaron en 1990 con la operación Sundevil
(Demonio Solar), una sucesión de redadas contra hackers del servicio secreto de EE.UU. Pero si el
objetivo de Sundevil era acabar con los hackers en EE.UU., fracasó.
A medida que lo sistemas conectados se volvían más omnipresentes, emergió un nuevo grupo de
hackers deseoso de demostrar sus capacidades. La grandilocuencia era parte de todo el asunto
para agrupaciones como L0pht Heavy Industries, Cult of the Dead Cow, y Chaos Computer Club
(L0pht Industrias Pesadas, Culto de la Vaca Muerta y Club del Caos del Ordenador), e individuos
como Kevin Mitnick, Mafiaboy (Chicomafia) y Dark Dante (Dante el Oscuro).
En 1998, en una famosa comparecencia ante el Congreso de EE.UU., miembros de L0pht dijeron
que podían derribar internet en 30 minutos. Mafiaboy demostró qué era capaz de hacer, al atacar
sitios web de prominentes firmas, como Yahoo, Amazon, Ebay y CNN.
Dark Dante utilizó sus conocimientos para ganar un Porsche 944 en un concurso de un programa de
radio, tras infiltrarse en las líneas de teléfono de la emisión y hacerse pasar por el oyente número
102 en llamar (que era quien ganaría el premio).
Hechos como estos demuestran cómo los hackers caminan sobre la delgada línea que separa la
legalidad de la ilegalidad, explica Rik Ferguson, especialista en seguridad informática de Trend
Micro.
"Estos grupos pueden ser al tiempo de sombrero blanco, de sombrero negro (o a veces gris)
dependiendo de su motivación", dice, aludiendo a las películas de vaqueros, en las que los buenos
siempre usaban sombreros blancos y los malos, negro.
En lenguaje hacker, los sombreros blancos también son benignos y los negros son criminales. Pero
esos términos son relativos. A veces alguien es un hacker en una situación y un hacktivista (activista
informático) en otra.
El hacking habrá nacido en EE.UU, pero se ha vuelto realmente global. "Recientemente han
emergido grupos en lugares como Pakistán e India, donde hay una feroz competencia entre los
hackers", dice Ferguson.
Grupos como el rumano HackersBlog han atacado a varias compañías. Se cree que hackers de
China y Rusia han actuado al servicio de sus gobiernos.
Fundamentalmente dos de ellos: Anonymous y Lulz Security, que han cobrado relevancia con
ataques de alto perfil a Sony, Fox e Infragard, una organización asociada con el FBI.
"Estas acciones ocurren al tiempo que gobiernos nacionales buscan decidir qué hacer en caso de un
ataque concertado a su infraestructura de red", dijo el veterano analista sobre cibercrimen Brian
Krebs.
"No es muy difícil entender por qué tanta gente le presta atención a una actividad que en su mayor
parte se trata de hacks de la vieja escuela: determinar un objetivo y atacarlo por diversión o para dar
un mensaje, y no para conseguir un beneficio económico", agregó.
Una de las prácticas en boga hoy es modificar (deformar, en la jerga) sitios webs para dejar
mensajes prominentes, semejantes a los de un artista de grafiti.
De acuerdo con Zone-H, un sitio dedicado al seguimiento de este tipo de actividad, se registraron
más de 1,5 millones de "deformaciones" en 2010, más que nunca antes.
El repentino crecimiento en el número de hackers no necesariamente tiene que ver con que se
hayan mejorado los cursos de informática en las escuelas o por un mayor esfuerzo por parte de
jóvenes entusiastas de la computación. Más bien se le debe atribuir a la popularidad de las "cajas de
herramientas de ataque" (ATKs por sus siglas en inglés), programas fáciles de conseguir, diseñados
para aprovechar fallas de seguridad informática. Ese tipo de software está ampliamente disponible
en internet.
Bruce Sterling imaginó lo que eso puede implicar. "Si el alboroto dura lo suficiente, aparece
simplemente un nuevo tipo de sociedad; es el mismo juego de siempre de la historia, pero con
nuevos jugadores, nuevas reglas", escribió.
Y tal vez es allí donde nos encontramos ahora. Las reglas de la sociedad están siendo modificadas,
pero no estamos seguros de quiénes están ejecutando los cambios.

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