La “sorpresa” Del Caño no es sorpresa si se construye

Transcripción

La “sorpresa” Del Caño no es sorpresa si se construye
I dZ
Septiembre
| 15
La “sorpresa” Del
Caño no es sorpresa
si se construye
dolores con
Documentalista, TVPTS.
Javier Gabino
Documentalista, TVPTS.
Desde el surgimiento del FIT en 2011 la política comunicacional desplegada por nuestra
coalición fue tomada como una novedad en la
izquierda, no solo por aquellos en los que generó simpatía, sino también por analistas publicitarios y referentes intelectuales críticos. La
sorpresa sería que organizaciones trotskistas,
antisistema, ancladas en el “viejo marxismo”,
“ortodoxas”, de pronto tomamos en nuestras
manos métodos modernos de publicidad que
nos permiten un diálogo de masas y que se traducen en votos. Las recientes PASO 2015, con
una interna competitiva que enfrentó dos listas
en el Frente, no fueron la excepción. En realidad, esto no puede ser ninguna sorpresa si se
tiene verdadera voluntad de poder en el siglo
XXI.
Desde la lista 1A que postuló a Nicolás del Caño, quien resultó elegido candidato a presidente del FIT, desplegamos una campaña militante
ofensiva, no solo aprovechando los espacios
gratuitos para spots de TV, sino también las redes sociales, echando mano a múltiples formatos audiovisuales, musicales y gráficos. El hecho
fue destacado por distintos medios y se inscribe en lo que desde el Frente hicimos en distintas campañas electorales. Surge así un planteo
que es interesante pensar: ¿es que la izquierda
está aprendiendo a hacer un buen “marketing”?
En este artículo abordaremos entonces dos
aspectos. El primero es difícil para los límites
de una revista: intentaremos ubicar la política comunicacional o la publicidad de una organización revolucionaria dentro de lo que el
marxismo llamó siempre “agitación y propaganda”, en contraposición a entenderla como el
“marketing” de los partidos del sistema. En una
segunda parte analizaremos desde esta óptica la
campaña de las PASO en el FIT, en particular
la forma y el contenido político desplegado por
nuestra lista 1A.
El ejercicio no es arbitrario. En estos momentos
el Frente de Izquierda se encuentra delineando
una campaña unitaria hacia las elecciones generales de octubre, donde deberemos desplegar todos los recursos creativos y comunicacionales
que se necesitan para seguir instalando al FIT
como la alternativa política de los trabajadores
ante los candidatos del ajuste. Pero la campaña
electoral en la que nos embarcamos es solo un
paso, ya que la agitación política tendrá una gran
importancia para la izquierda trotskista también
después, como la forma de establecer un vínculo perdurable con sectores de masas. La “agitación y propaganda” es un auxiliar privilegiado
de la estrategia para construir un partido revolucionario y movilizar una fuerza social capaz
de intervenir y cambiar el curso de los acontecimientos políticos.
¿Puede haber un “marketing” leninista?
Obviamente hay un siglo de distancia entre
la época de Lenin y la actualidad, en la cual
los medios masivos de comunicación reconfiguraron de manera cualitativa la forma de
hacer política. Pero un hipervínculo que busque comprender la lógica de la “agitación y propaganda leninista” no es un anacronismo, en
tanto las ideas fundantes y muchas técnicas de
la propaganda/publicidad política moderna nacieron en el período de entreguerras mundiales
y en su explosión durante la II Guerra Mundial »
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POLÍTICA
del siglo XX. Es decir que muchos conceptos
utilizados en “épocas de paz”, para campañas
políticas e incluso para el comercio, se forjaron en medio de crisis, guerras, y revoluciones;
donde las organizaciones políticas y los Estados lucharon abiertamente por ganar adhesión
masiva para sus objetivos de acción. Ese tipo
de relación entre publicidad política, medios de
comunicación y lucha de clases para forjar ciertos “paradigmas” se mantiene hasta el día de
hoy, donde por ejemplo el uso de las redes sociales como aglutinante no solo viene de estudiar la campaña presidencial de Obama, sino
los movimientos sociales de la llamada “primavera árabe”.
Aún así la respuesta a la pregunta del subtitulo
es: NO. Si nos atenemos a pensar los distintos
significados de la “agitación y propaganda leninista”, la respuesta invariablemente es la contrapuesta al “marketing”, ese tipo de publicidad
que tiene por objeto la comercialización de un
producto, y de la que echan mano los partidos
del sistema y hasta los fenómenos políticos que
se presentan como izquierdistas al estilo Podemos del Estado Español.
Este ejemplo es interesante puesto que se convirtió en punto de referencia a nivel internacional para sectores de la izquierda, tal como lo
fue Syriza en Grecia. Para ilustrarlo basta citar
una parte de lo que Pablo Iglesias dice cuando
se entrevista con Manuel Castells (el teórico de
la “Sociedad Red”) y descubrir en su pureza esta ideología del “discurso eficaz”: “Esto que se
ha dicho de querer construir desde la base, en
los barrios, en los territorios sociales, y que después todo ese trabajo de hormiguita de años vas
a una especie de banco político y lo cambias por
poder político (sic), eso no funciona. Si somos
capaces de usar los medios de comunicación esto puede ir muchísimo más deprisa”. Así explica luego que su política comunicacional fue su
principal herramienta para asumirse como partido político y para trabajar sobre el “sentido
común” que surgió luego del 15M, ya que “es
mucho mas partido político un medio de comunicación que un partido convencional”, la gente “no milita en los partidos sino en los medios
de comunicación”. Como expresión de su programa político, y sin buscar, claro está, ninguna
referencia al leninismo, este es hoy el ejemplo
internacional más claro de un “marketing de izquierda”.
¿Pero entonces qué es la “agitación y propaganda leninista”? El mismo concepto tiene cierta movilidad y evolución en el bolchevismo y no
refiere siempre a lo mismo. Pero existe una llave: si tomamos los distintos usos positivos que
tiene en los planteos de la III Internacional jamás se refiere al mero “discurso” ni a “difundir ideas” o “realizar campañas” desde afuera
sobre la clase obrera y las demás clases oprimidas, sino a una relación estrecha entre experiencia y conciencia desde adentro de la clase
trabajadora.
El hecho que queremos destacar es que si se
intenta seriamente el estudio de los problemas
de la comunicación de masas de una organización revolucionaria, desde cualquier punto
que se profundice, uno se encuentra de lleno
con la acción política y la organización, alejándose de la lógica de los medios de comunicación como se entienden en la actualidad para
la formación de partidos políticos. Este punto
de partida metodológico es clave en vistas de
las distorsiones a las que puede llegarse si uno
encara hoy sin más el problema de la agitación
política revolucionaria solo como “publicidad” en tiempos del auge de la “videopolítica”,
donde se considera a “los medios como único
medio” de supuesta construcción, alejada del
trabajo estructural1.
Existe otra clave importante, y es la “agitación
y propaganda” a partir de la práctica política,
como una llave que permite abrir el camino a
las masas. Esto que puede encontrarse en múltiples escritos de la III Internacional resalta por
ejemplo cuando se refiere al parlamentarismo
revolucionario. Así es que en las resoluciones
de su segundo congreso en 1920 se leía que “todo diputado comunista al Congreso debe comprender que no es un “legislador” que busca un
lenguaje común con los demás legisladores, sino un agitador del Partido, enviado al campo
enemigo...”. Que los diputados comunistas deben subordinar toda su actividad parlamentaria a la acción extraparlamentaria, e incluso
presentar regularmente proyectos de ley concebidos para la propaganda, agitación y organización revolucionaria... y aunque no existía el
videoactivismo de hoy en día o la TV en vivo,
los diputados debían “ponerse a la cabeza de
las masas proletarias, en primera línea, bien a
la vista, en las manifestaciones y acciones revolucionarias”.
Si nos atenemos a la comunicación política
planteaba llanamente que “los diputados comunistas deben utilizar en el Parlamento un
lenguaje comprensible para los obreros, los
campesinos, las lavanderas y los pastores, de tal
manera que el Partido pueda editar sus discursos en folletos y repartirlos en los rincones más
atrasados del país”. Obviamente no existía internet, Youtube, Facebook ni Twitter que hoy ayuda mucho a estas subversiones.
Sobre esta base hay que considerar la especificidad de la “agitación y propaganda masiva”
como un co-determinante de los resultados buscados en las batallas políticas. Y en este sentido es clave estudiar, recrear y desarrollar todo
lo que la “agitación y propaganda” tiene de específico como lenguaje de comunicación de
una organización revolucionaria. La agitación
y propaganda masiva es una unidad dual entre
“idea y habilidad” para facilitar su recepción. El
área especial que no sería otra cosa que la máxima expresión popular de la política de esta organización, en busca de conquistar y sostener
autoridad de dirección y masa crítica para influir en la realidad.
Campaña militante, redes sociales y redes
reales
Desde la lógica de la “agitación y propaganda leninista”, entonces, ninguna campaña de la
izquierda revolucionaria puede ser solo mediática. No solo porque el acceso a los grandes medios nos es constantemente negado, o es muy
parcial y estamos lejos de los recursos de los
grandes partidos burgueses, sino porque eso es
contrario al marxismo revolucionario que hace agitación política con su propia práctica. La
misma utilización ofensiva de las redes sociales
por parte de la lista 1A deviene de esto: más allá
del pensamiento que puede tener un equipo de
profesionales y creativos abocados a las campañas de agitación, las redes son efectivas si son
un vehículo de expresiones de redes de construcción reales que se movilizan con entusiasmo por un objetivo político.
¿Cuál fue el contenido político que entusiasmó a militantes y simpatizantes de la Lista 1A?
En primer lugar señalar claramente al enemigo: la idea de que Scioli, Massa o Macri no
son más que “los hijos políticos de Menem”,
“los candidatos del ajuste”; esa consigna fue
lanzada por las redes y continuada durante
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Septiembre
toda la campaña en videos que hoy tienen millones de visitas.
Pero forma y contenido deben ir unidos, por
eso nuestros spots no solo produjeron piezas
ficcionales sino fundamentalmente documentales, montaje de archivo de lo que hicieron nuestros compañeros en dos años como diputados
nacionales o provinciales ¿no estaba planteado
mostrar que votar diputados de izquierda sirve para luchar en las calles y en el parlamento?
Con esta convicción el spot de TV que la lista 1A envió a todo el país para ocupar la mayor
franja de difusión gratuita, se propuso mostrar
el valor del “parlamentarismo revolucionario”.
En él expusimos cómo el diputado Del Caño
defendió en las calles y en el parlamento las
luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud, con imágenes del enfrentamiento en la
Panamericana a las fuerzas de la Gendarmería y
acusando directamente al gobierno K, personificado en la figura de Capitanich de ser “gerente de las grandes empresas” en vez de “defender
los derechos de los trabajadores”. Fue la consigna “por diputados que se planten”.
Ligado a esto volvimos a agitar la “escandalosa” consigna “que todos los funcionarios políticos cobren como cualquier trabajador”, unida a
informar que al menos los diputados del PTS en
el FIT “ya lo hacen, donando el resto a los que
luchan”. Nos planteamos agitar desde la izquierda trotskista consignas que abren un diálogo
progresivo con cientos de miles que rechazan
las formas políticas de la democracia burguesa.
El objetivo con ella es ayudar a “crear hegemonía” desde la izquierda planteando consignas que apuntan a acelerar la experiencia con
la democracia burguesa y contribuyen a la pelea por un nuevo estado de los trabajadores.
Quizás seamos muy ortodoxos, porque este
planteo viene de Lenin y Marx, que lo tomaron de la Comuna de Paris (Lenin consideraba
que la consigna de que “los funcionarios cobren lo mismo que un trabajador” apuntaba a
mostrar que son los trabajadores lo que pueden gobernar).
El tercer spot mas difundido en los espacios
gratuitos de TV fue contra la precarización laboral, denunciando que con Scioli, Massa o
Macri las cosas no van a cambiar y por eso hay
que votar por un FIT renovado “para pelear
por tus reclamos”. Fue el reconocido “Daniel,
no te banco” que además se propuso ayudar a
quitarle votos al propio kirchnerismo. Ese objetivo ya se había planteado diciendo que “todo
aquel que se considerara progresista no puede
ser cómplice del nuevo engaño” con Scioli y por
eso debía apostar a “una izquierda fuerte”.
Como se ha hecho desde la época de Lenin
hasta acá, los revolucionarios convertimos hechos reales en símbolos y esos símbolos en agitación política. Como nuestras listas llevaron
el 65 % de mujeres luchadoras en todo el país,
mientras en CABA directamente “invertimos el
cupo” y fue el 70 % de compañeras, este hecho
fue destacado en la agitación. El movimiento de
mujeres se plantó con más fuerza desde la marcha “Ni una menos” y el FIT puede y debe estar
a la cabeza de la pelea contra la violencia machista, objetivo que solo puede lograrse luchando contra el capitalismo.
En la elección de la lista 1A se expresó la influencia del PTS en la reorganización de la vanguardia obrera (que es innegable hasta para la
prensa burguesa). El crecimiento en la juventud
es otro factor clave, es lo que ya se venía mostrando en Mendoza, pero ahora se ve en otros
lugares del país. El surgimiento de nuevos dirigentes y nueva militancia en Jujuy, Santa Fe,
Córdoba y ni hablar Neuquén, CABA, o la Zona
Norte del GBA. La expresión más avanzada de
esto fue la incorporación de más de 1.800 candidatos obreros en la conformación de las listas,
realidad que también fue convertida en un símbolo para la agitación política.
Por último hay que nombrar un punto esencial, la pregunta ¿qué izquierda necesitamos para enfrentar el ajuste que se viene? Ese fue otro
de los grandes ejes de nuestra campaña que sintetizamos en la idea de “Renovar y Fortalecer el
Frente”. La renovación fue un planteo político:
la necesidad de que nuevas generaciones de trabajadores ingresen a la vida política con la izquierda, de fortalecer el Frente para luchar por
los reclamos de los trabajadores y prepararnos
para construir una fuerza social que pese en la
vida política nacional.
Pero todas estas decisiones políticas y comunicacionales no hubieran sido eficaces sin tomar una verdadera orientación para ganar:
“que cada militante, cada zona, cada regional
arme su propia micro campaña”, lo que desató
una enorme fuerza militante descentralizada
y creativa que constituyó la fuerza social sobre la que se basó el triunfo de la renovación
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en la izquierda. Solo así se pueden entender
la diversidad de ideas e iniciativas: pegadizos
jingles, cumbias, rock, coplas, memes, videos
virales, un videojuego, nuevos diseños y logos
para stickers, volanteos y afichadas, que sirvieron para realizar grandes actos y caminatas.
El FIT hacia octubre
Desde el PTS tenemos desde hace años una
política comunicacional seria, de largo plazo
y ambiciosa. Apoyados sobre una política estratégica de construcción estructural en la clase trabajadora, el movimiento de mujeres y los
estudiantes, queremos entrar en debate y moldear una corriente de opinión de masas influida
por la izquierda. Esto se expresa en la constante renovación de nuestros medios, como “La Izquierda Diario” que ahora saldrá también en
papel. En una política audiovisual en constante
mutación, desde un canal de TV online, pasando por películas históricas como “Memoria para reincidentes” o la realización de una serie de
ficción como “Marx ha vuelto”. Y nuestra editorial de libros y revistas como la que el lector está leyendo.
Estas iniciativas estarán como siempre al servicio del FIT hacia las elecciones de octubre. Está planteada una campaña militante que ponga
en marcha toda la fuerza del Frente de Izquierda para dar una batalla a la altura del desafío.
Crecer en votos para lograr un pronunciamiento en las elecciones de octubre contra los hijos
políticos de Menem y el ataque a los trabajadores que preparan los candidatos del ajuste. Pero
también para construir una fuerza social capaz
de intervenir y cambiar el curso de los acontecimientos políticos que vienen.
1 Es interesante ver el punto de contacto entre esta lógica y la del Partido Obrero. En un artículo de
Prensa Obrera de Gabriel Solano, señalaban que: “El
PO se distingue de otros grupos políticos por un trabajo de agitación y propaganda sobre la clase obrera y sobre todas las clases sociales” (sic) cuyo objetivo sería organizar nueva militancia, pero donde se
declaraban en completa oposición al llamado “trabajo estructural” en la clase obrera. O sea: la clave es “ir
de afuera” siendo “los más conocidos de la izquierda”. Coherente con esto a la candidatura de Altamira se la definía por ser “el más conocido” y que “medía en las encuestas”.

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