Descargar - Museo Gabriela Mistral de Vicuña

Transcripción

Descargar - Museo Gabriela Mistral de Vicuña
MINISTERIO DE EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
MUSEO GABRIELA MISTRAL
BOLETÍN DEL MUSEO
GABRIELA MISTRAL
NÚMERO 6, AÑO 2004
ISSN 0718-1116
VICUÑA - CHILE
Presentación
Para nuestro Museo constituye un honor, esta oportunidad de entregar a la
comunidad local, regional y nacional, la presente publicación en formato
electrónico. El Boletín del Museo Gabriela Mistral nace allá por el año 1982. De
manera casi artesanal, uno a uno salían desde la imprenta del Museo los escasos
ejemplares de esta publicación. Desde aquella fecha, hasta el año de 1984, se
publicaron 5 números con una periodicidad irregular. Estos boletines fueron
editados por el entonces Curador del Museo, Don Pedro Pablo Zegers Blachet y la
colaboración de Jorge González Gronow y Betty Jorquera Toro. En sus páginas se
incluían notas introductorias, transcripciones de correspondencia, documentos,
artículos de prensa y manuscritos de Gabriela Mistral. Lamentablemente su edición
-ya irregular- se interrumpió indefinidamente.
Considerando esos antecedentes, además de la permanente necesidad de
generar instancias de difusión cultural y científica a través de los medios
tecnológicos disponibles hoy en día, nos hemos embarcado en la grata y difícil
tarea de elaborar y difundir esta publicación, la cual se ha visto modificada en el
formato, estructura general y en cuanto a la presentación de los contenidos,
aunque conservando el espíritu que le dio vida, allá por el año 1982.
Este nuevo Boletín del Museo Gabriela Mistral, tiene la noble tarea de
difundir nuestro quehacer y los resultados de las investigaciones realizadas por
quienes ven en nuestro patrimonio cultural y en Gabriela Mistral su gran
motivación e inspiración. Debemos hacer notar que los trabajos incluidos en este
número, han llegado a nuestro Museo en diversos momentos y contextos. Muchos
de ellos han sido entregados por sus autores para ser incorporados a nuestra
biblioteca en calidad de documentos de trabajo, otros han sido presentados en
conferencias y espacios académicos diversos, etc. Por ello se ha optado –en esta
ocasión- por una tolerancia y flexibilidad editorial en cuanto al formato y estructura
de los artículos. Sin embargo, para futuras ediciones, se espera publicar artículos
elaborados para nuestro boletín según las instrucciones para los autores
correspondientes.
El presente número se inicia con la sección de Estudios Mistralianos. Esta
cuenta con dos trabajos elaborados en contextos y periodos diferentes. El trabajo
de Leonardo Depestre titulado “Gabriela Mistral en Cuba”, ha esperado muchos
años para ser publicado. Este autor nos habla del quehacer de la poetisa en
aquella isla caribeña y del impacto que su estadía provocó. El escrito de Depestre
nos permite conocer otros aspectos del quehacer de la Mistral, además de
constatar el cariño y valoración que en tierras lejanas fue capaz de despertar
nuestra Gabriela.
Del destacado investigador y escritor nacional Jaime Quezada, publicamos
“Gabriela Mistral. Ciudadana de las Américas o una voluntad de ser”. Esta es una
interesante presentación realizada por el autor en la Organización de los Estados
Americanos, en Washington. Su trabajo da cuenta de la vida y obra de Gabriela
3
Mistral, situándola en un contexto panamericano, espacio donde ella, por vocación
y oficio tuvo y tiene un sitial de honor.
La sección dedicada al Patrimonio Cultural, se inicia con un trabajo realizado
por un equipo investigadores del Museo San Miguel de Azapa, bajo el título
“Arqueología pública y comunidades rurales: un proceso de puesta en valor en el
valle de Codpa, Región de Tarapacá”. Este artículo, cuya autoría comparten Álvaro
Romero, Rolando Ajata, Gustavo Espinosa y Luis Briones, no presenta los
resultados de un interesante proyecto realizado en el valle de Codpa, el cual nos
aproxima a un problema familiar y de sumo interés: el diálogo recíproco que debe
existir entre el mundo científico, las políticas culturales, las comunidades locales y
sus legítimas aspiraciones de desarrollo. Además nos invita a reflexionar sobre
consecuencias sobre el patrimonio cultural y natural regional.
Seguidamente, esta sección incluye una crónica contemporánea donde
Rodrigo Iribarren nos involucra en la historia del Tren Elquino con su artículo “En
la ruta del tren elquino. Tras la ruta de los chilenitos rojinos”. A través de un viaje
por el antiguo trazado ferroviario, el autor nos invita a conocer la historia,
personajes y recuerdos de aquellos años en que el “elquino” recorría los pueblos y
caseríos del valle.
La sección de Historia se inicia con una conferencia presentada por el
investigador de la Universidad Nacional de San Juan, Dr. Juan Mariel Erostarbe,
en el contexto de la Cátedra libre “Domingo Faustino Sarmiento” dictada en la
Universidad de La Serena. El autor nos, a través del documento “Sarmiento público
y privado. Obstinado integrador de los márgenes”, nos aproxima a la figura de
aquel gran intelectual argentino, quien consideró a Chile como una segunda patria.
Luego, Fernando Graña nos presenta algunas reflexiones en torno al
problema indígena en Elqui durante el siglo XIX, esbozando algunas ideas y
problemas que insten al desarrollo de futuras investigaciones sobre el particular.
Finalmente, en la sección de Documentos e Informes, hemos incluido una
memoria, elaborada por el entonces Director del Museo Arqueológico de La
Serena, Don Jorge Iribarren. Este documento titulado “Memoria-informe sobre
Museo – Biblioteca y Parque Gabriela Mistral de Vicuña”, nos habla de la historia
del Museo Gabriela Mistral, del como se ha ido construyendo, de su patrimonio y
de sus proyectos, allá por el año 1974.
Fernando Graña Pezoa
Editor del presente número
4
Boletín N°6 (2004). Páginas 5-22
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
GABRIELA MISTRAL EN CUBA
Leonardo Depestre Catony1
1
Calle C, N° 27ª e/ 2ª y 3ª, Reparto Alturas de Vía Blanca Guanabacoa, Ciudad Habana, Cuba.
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
“Mucho extrañé a Cuba, la patria de Martí, muy especialmente su luz y radiante
sol...”
Gabriela Mistral
En Gabriela Mistral se decanta y resume toda la tradición, historia y
grandeza de la poesía hispanoamericana en voz femenina. La América de habla
hispana, pese a las cortapisas impuestas por la conquista, la colonización y sobre
todo, por las costumbres de épocas idas, tuvo expresión temprana en la voz de la
mujer.
Juana de Asbaje o Sor Juana Inés de la Cruz, nacida en México, es la
primera de estas grandes voces – cuyo eco aún resuena. Una cubana, Gertrudis
Gómez de Avellaneda, llegó a ser escritora tan ilustre, tan buena, que la propia
España quiso considerarla como suya, injusticia tremenda, pues si bien Tula vivió
en la Península, nunca dio margen a dudas respecto de su cubanía.
La tierra uruguaya vio nacer, con breve intervalo, a dos poetisas que
alcanzan a iluminar el siglo XX: Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou. La vecina
Argentina lanzó al mundo el verbo apasionadamente sincero de Alfonsina Storni. Y
Chile, desde el sur remoto, dio a Gabriela Mistral.
La poetisa del valle de Elqui, lograría una distinción singularísima: la de ser
el primer nacido en América Latina en conferírsele el Nobel de Literatura, hace
ahora 50 años. Para mayor mérito ese Premio Nobel correspondió a una mujer.
Gabriela vivió en Cuba días de dicha. Hoy nos complace recordar aquellas
jornadas.
En Martí me había sido anticipada Cuba.
En varias oportunidades se detuvo en Cuba Lucila Godoy Alcayaga, aunque desde
la primera de ellas no se le conociera ya sino por el seudónimo con que se hace
universal: Gabriela Mistral. De la primera de aquellas visitas hasta la última
6
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
transcurre un intervalo de tres décadas –suficiente para enraizar sentimientos de
afecto genuino entre la poetisa y el suelo cubano.
De los escritores cubanos recibió muchos homenajes, pero ella los supo
reciprocar en su creciente admiración por la vida y quehacer de José Martí.
Gabriela Mistral estudió la obra del héroe cubano, se nutrió de ella, pronunció
palabras hermosas y juiciosas sobre el Maestro. La sentencia de Martí, honrar,
honra, cobró en la poetisa chilena íntegra significación.
“Gabriela Mistral está entre nosotros. Con el solo anuncio de su viaje el
elemento intelectual habanero recibió una gratísima impresión”, alerta el Fígaro2,
revista cuya tradición y prestigio trascienden en su época las fronteras nacionales.
En efecto, la maestra y autora de Los sonetos de la muerte –con escasos 33
años- viene del sur, de atravesar el Pacífico. Arriba en Orcoma en la mañana del
12 de julio de 1922, en escala de cuatro días con destino hacia México, donde va
invitada por el gobierno de ese país para que desarrolle un programa de
conferencias sobre temas pedagógicos y de literatura sudamericana. En el muelle
la esperaban el Encargado de Negocios de México, quien la hospeda, y una
representación de la intelectualidad criolla.
Los directores de las revistas Social, El Fígaro y Cuba Contemporánea
obsequian con un te litúrgico a la escritora cuya “palabra nueva ha roto moldes y
trabas y se ha levantado como hace el árbol y la estrella”.3 Este acto tiene por
sede el “Salón Andaluz” del hotel Inglaterra, el sábado 15, en vísperas de la
partida. Se leen poemas de la Mistral y otros a ella dedicados. Por último, la
homenajeada expresa su agradecimiento en bella pieza oratoria poco conocida y
que transcribimos completa4:
“En Martí me había sido anticipada Cuba, como en el viento marino se
anticipan los aromas de la tierra todavía lejana. Pero yo no hasta qué punto José
Martí expresó a su Isla, con su ardor y sus suavidades inefables, y no sabía,
2
3
4
En El Fígaro, 16 de julio de 1922.
En El Fígaro, 16 de julio de 1922.
En El Fígaro, 23 de julio de 1922
7
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
tampoco, hasta qué punto los cubanos todos prolongan en la carne de su corazón
estos atributos de la Isla y de su insigne artista: la generosidad, la efusión. La
tierra se ha puesto a hacer el fruto de la miel más consumada y de la rojez más
intensa, a la vez que las almas calurosas. Y siempre se confundirán para mí en una
noble armonía, la mañana espléndida de luz hasta ser cegadora, en que yo he
desembarcado, el afecto con que me recibieron, grande hasta ser excesivo”.
“Empiezo en Cuba mi acción de gracias hacia México, el noble país que me
ha permitido atravesar mi mar Pacífico, en un vuelo lleno de embriaguez, y venir
bebiendo paisajes buscados pero nunca alcanzados en el ensueño, bebiendolos
con estos ojos míos, los siempre sedientos de la luz plena y del rico calor, y gracias
le serán dadas a México también por esta otra maravilla de ensanchar con este
viaje mis alianzas espirituales, de allegarme con el mayor conocimiento, el mayor
amor”.
“Toda la desvinculación, la quebradura de esta América Latina en retazos de
patrias recelosas e indiferentes unas con las otras, no tiene más razón que la falta
de conocimiento. Los países que besan con su lamedura de sal y de ardor el Mar
Caribe, se aman, porque, como los amantes que se hallan próximos, están
mirándose a los ojos: México, Cuba, Santo Domingo son hermanos de verdad, no
de retórica. Pero las patrias australes apenas conocen a estos países por el cristal
del canto de sus poetas y por cosas menos felices: por las noticias cablegráficas y
grotescas. Los viajeros del Sur son casi siempre hombres de negocios o viajeros de
placer. Los primeros miran estas tierras con esa prisa que yo llamaría fenicia y que
no puede conducir a la simpatía. Los viajeros de placer van casi siempre de
transito hacia Europa que es todavía la superstición de nuestra América ingenua.
Es necesario, pues, que viajen los que pueden mirar con ese reposo que es una
nobleza, los que no tenemos prevenciones contra esta América y los que, en fin,
por esa persistencia de las imágenes que se retiñen en el alma por la simpatía y la
belleza, podremos regresar al Sur a devolver la visión esplendorosa en la palabra,
8
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
y a derramarla en los sitios donde la América una debe hacerse: escuelas,
sociedades obreras, la prensa”.
“Doy también gracias por este maravillamiento que ha cogido mis ojos a mi
suelo, que es perfecto en un sentido que voy a explicar: Chile afirma su espalda en
la Cordillera. Ella le da calma y firmeza, pero mira al mar, hunde sus pies como un
niño en la gran agua azul que es el elemento de renovación por excelencia. Con
sólo un cuenco de montañas, hubiéramos tenido el ojo mezquino, sin sed de
extraños horizontes y ese deseo de persistencia absoluta que dan los regazos
estrechos de las cordilleras. Pero la lengua de mar, a lo largo de nuestra costa
infinita, nos está invitando desde que nacemos al viaje renovador, al viaje que
redime los egoísmos y enriquece de simpatías, por eso os digo: recuerdo y alabo
mi suelo, que me dio el ansia de caminar sobre el mar, ansia que hasta aquí me ha
traído.”
“Siempre me han pintado los viajes como una mezcla de alegrías y de
dolores, para el hombre o la mujer que dan la espalda a la tierra nativa y que
llegan a otras costas hormigueantes de rostros extraños; a mí me ha faltado hasta
ahora el dolor que debió tener mi experiencia. He sentido la soledad sólo en el
mar; la aproximación a las costas extrañas ha sido una cosa tierna, como la
aproximación del niño al seno de la madre, abandonado unos instantes. Y esta
impresión es particularmente la de Cuba.”
“No hay forma de que yo sienta la nostalgia en medio de una luz que baña
como para poseer y en medio de unas gentes cuya simpatía penetra y enciende
como la luz misma”.
“Conocía de Cuba los hombres ilustres y las publicaciones que, como Cuba
Contemporánea, van buscando fraternas a través del continente el corazón de los
poetas; no conocía a la mujer cubana de hoy, a las descendientes de aquella
vigorosa y espléndida Gertrudis Gómez de Avellaneda. Y esta renovación de la
mujer moderna será, como el paisaje tropical, mi panorama maravilloso de la Isla.”
9
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
“En Dulce María Borrero, la poetisa ilustre y la mujer llena de sencillez y
cordial señorío, me llevaré yo la visión de todas las mujeres que aquí me han
recibido; maestras y escritoras; de este modo u solo fruto revela, con su pulpa
dulcísima, a la llanura entera de surcos ardientes donde fue melificado.”
“Desde el fondo del corazón agradezco a los amigos de Cuba
Contemporánea, de El Fígaro y de Social y de este viejo amigo mío don Ramón A.
Catalá, esta honra inolvidable que no merezco y que mido en su valor para pesar
mejor su generosidad y recordarla toda la vida”.
Una nota de prensa resume con precisión lo que aquella visita significa: “Los
pocos días que Gabriela Mistral Pasó entre nosotros fueron, para los círculos
intelectuales habaneros, de constante movimiento. La personalidad insigne de la
poetisa chilena despertó el más caluroso de los entusiasmo, y desde el momento
de su arribo hasta que se embarcó para México, fue espléndidamente agasajada
por nuestra sociedad, por los poetas y periodistas, y especialmente por el
elemento intelectual femenino, que siempre ha visto en ella a uno de los más
radiosos faros del pensamiento de América, y un orgullo de su sexo.”5
El 19 de mayo de 1934, fecha del aniversario 39 de la muerte del Héroe
Nacional de Cuba, la Secretaría de educación a cargo del doctor Jorge Mañach,
publica el muy reflexivo ensayo La Lengua de Martí. El trabajo en cuestión, escrito
por Gabriela Mistral, deviene pieza antológica de la bibliografía sobre Martí. Revela
además, el cuidado y amor que puso la autora en el análisis de la obra del Apóstol
de la independencia de Cuba, quien como ella explica, “guardó a España la
verdadera lealtad que le debemos, la de la lengua, y ahora que los ojos españoles
peninsulares pueden mirar a un antillano sin tener atravesada la pajuela de la
independencia, desde Madrid le dirán leal a este insurrecto, porque conservó una
filiación más difícil de cumplir que la de la política, y que es ésta de la expresión”.6
5
6
El Fígaro, op. cit.
Las citas de La Lengua de Martí se tomaron de la reimpresión hecha en la Revista de la Biblioteca
Nacional José Martí, enero-marzo de 1957.
10
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Para la Mistral, “Martí veía y vivía lo trascendente mezclado con lo familiar”.
Suelta una alegoría que relampaguea, y sigue con una frase de buena mujer
cuando no de niño; hace una cláusula cicerónica de alto vuelo y le naturaliza la
elocuencia con un decir de todos los días; corrige a veces, y esto es muy común,
unos cuantos vocablos suntuosos con un adjetivo ingenuo, del más lindo sabor
popular. “El vocabulario martiano no será nunca extravagante, pirotécnico ni snob,
aunque será ciento por ciento novedoso hasta volverse inconfundible”.
“El verbo –observa la poetisa-ensayista – más que el mismo adjetivo, él lo
hace a la medida de su necesidad. Verbos más activos que la familia entera de los
verbos españoles; él dice desiarretar, sajar, chupar, despeñar, pechar. Sus
adjetivos parecen táctiles y yo pienso que nadie entre nosotros ha llevado más
lejos la ceñidura del apelativo a la cosa. Él dice: tajadas, carneadas, fundida,
atribulada, volcada, regada, y como dentro del adjetivo pictórico se queda el verbo
activo, su epíteto no cansa, aunque lo administre mucho, por esta razón de que no
está nunca inerte”.
Puntualizada cómo “José Martí cayó en su molde propio al caer en el
Trópico; él no rezongó nunca contra la latitud, porque no se habla mal del guante
que viene a la mano”.
Más adelante comenta – y es harto interesante esta convicción suya – que
“Martí vivió embriagado de amor humano, y hasta tal punto que sus entrañas
saturadas de esta mirra, no le pudieron entregar ni el vórtice negro de la pelea un
grito verdadero de destrucción, ni un gesto genuino de repugnancia”.
Y concluye afirmando: “Al lado de la extraordinaria sintaxis de Martí está,
pues, como el otro pilar de su magistralidad, su metáfora. La tiene impensada y no
extravagante; la tiene original y no estrambótica; la tiene virgínea y en tal
abundancia que no se entiende de qué prado ellas se provee en cada momento sin
que la reincidencia lo haga nunca aceptar una sola manoseada y ordinaria”.
“Es agradecimiento todo en mi amor de Martí, agradecimiento del escritor
que es el Maestro americano más ostensible en mi obra, y también agradecimiento
11
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
del guía de hombre terriblemente puro, que la América produjo en él, como un
descargo enorme de los guías sucios que hemos padecido, que padecemos y que
padeceremos todavía”.
De nuevo entre cubanos anda Gabriela de América en octubre de 1938, esta
vez en gestión cultural encomendada por su gobierno, aunque también “en misión
impuesta por sus sentimientos, a refrescar, a calorizar viejos afectos que dejara
entre nosotros”.7
La Mistral ha sido designada junto a Paul Valéry y otros escritores de
prestigio mundial para integrar el Comité de Letras de la Liga de las Naciones. La
autora de Desolación accede a ser entrevistada para el semanario Bohemia8:
Gabriela es “una alta mujer que se confunde con nosotras –escribe la periodista
Berta Arocena- por su absoluta carencia de pose”. Sin ver la visitante escritora de
tendencias políticas manifiestas, su humano credo (recuerde la fecha: octubre de
1938, el fascismo amenaza a Europa) se expresa resuelto cuando el caso lo
requiere: “Si se implantara el fascismo en el mundo entero, yo andaría todo el
orbe, siete veces, en pos de una roca pelada, donde no me alcanzara el sistema.”
Esa tarde acompañan a la redactora de Bohemia dos figuras importantes de
las letras femeninas: Mirta Aguirre y Fina García Marrus, muy jovencita entonces.
Varias charlas ofrece Gabriela. En la del 23 de octubre, por sede en el teatro
Campoamor9, la presenta la doctora Camila Henríquez Ureña: “Las poetisas
americanas imprimieron a la literatura universal un estremecimiento nuevo
expresando su feminidad con franqueza turbadora, rompiendo los límites
convencionales impuestos a su sensibilidad. Cada una de ellas ha dado su matiz
personal a esa expresión, ya con voz del espíritu, ya con voz del instinto libertado.
A Gabriela Mistral ha correspondido reunir en síntesis carne y espíritu para
enriquecer definitivamente la poesía universal con el don inapreciable que solo la
mujer podía hacerle: el sentido maternal de lo que existe”.
7
8
9
En Bohemia del 16 de octubre de 1938.
En Bohemia del 16 de octubre de 1938.
El teatro Campoamor (cerrado) está en las esquinas de San José e Industria, La Habana.
12
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Después toma la palabra la conferenciante. Se trata de una lectura-debate
que lleva por título “Comentario a unos versos míos”: “Mi teoría de las canciones
de cuna es muy contraria a la corriente. Cuando un crítico chileno me echó en cara
que mis canciones de cuna ‘sobrepasaban el entendimiento infantil’, yo le contesté
burla-burlando que la canción de cuna ni aunque dijese sólo hijo-hijo podría ser
entendida por el niñito de tres meses, que la canción de cuna se hace para la
madre y se la hace tierna, amorosa y aguda con el objeto de que ella reguste, de
que paladee en verso y verso su propio amor, su propio enternecimiento. es por lo
tanto, una canción que, como un fruto partido, da al niño la mitad, o sea, la pura
melodía, o vaivén, y entrega a la madre, por entero, la letra”.
“…El género me ha dado a mí todo gusto: su ritmo es calmo y se acomoda
bien a la lentitud india de mi habla (…) Tengo la ilusión de que el fin que yo
busqué se ha logrado en pequeña parte: era el de mudar en los labios de las
mamás chilenas aquellas coplas sonzas, sin ninguna gracia”.10
Y para sellar con hechos el amor de Gabriela por los niños, a los que sufren
y mueren en la España lacerada por la guerra civil entrega el producto de los
derechos de edición por su libro Tala.
Ronda Cubana
Caminando de Esta a Oeste
don su arrastre de metales,
hacen la ronda de espadas
doce mil palmeras reales.
Se desparraman en grupos
Como estrellas o animales;
y de nuevo renace
la ronda de palmas reales…
10
En ultra de diciembre de 1938.
13
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
Entre cafés y algodones,
y entre cañaverales
avanza abriéndose paso
la ronda de palmas reales…
Saltan con una pernada
maniguas y platanales
y de noche van sonámbulas
andando, las palmas reales…
Cuando, de loca frenética,
suelta las cofias y chales,
se da a bailar con nosotros
la ronda de palmas reales…
Pero ahora, de ligeras,
no llevan cuerpos mortales,
y se pierde rumbo al cielo,
la ronda de palmas reales.
La ciudad de La Habana le rinde homenaje en el Anfiteatro Nacional. La
presencia de relevantes figuras de la vida política y social del país –incluido el
alcalde de la capital- y la asistencia de la Banda Municipal dirigida por el maestro
Gonzalo Roig, dan fe de cuán importante es el acto. Amén de la fecha: 27 de
octubre, día en que se conmemora el arribo de Cristóbal Colón a Cuba.
La doctora Dulce María Borrero lee su “Exaltación de Gabriela Mistral”:
“…Por el rango que ocupa su personalidad multifacética, Gabriela Mistral está
actualmente vinculada a los intereses más serios de la cultura interamericana. Su
14
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
misión, en ese gran servicio de unificación y acercamiento de nuestra
intelectualidad, tiene un alcance amplísimo, y sus irradiaciones pueden decidir en
la juventud que avanza, y antes en la mujer que avizora e intuye de modo más
fino la nebulosa de nuestro porvenir, la formación de una conciencia a la vez
solidaria y libérrima, que dé la clave armónica de nuestra vibración vital futura”.
“...Sobresale en su obra lírica el nervio recio de una compenetración
entrañable con la naturaleza y sus hechuras puras o dolientes, bellas o repulsivas,
al ojo de gran juez, caritativo y justo que actúa en ella y que decide sus
definiciones humanas. Su verbo, rimado en vuelo recto de alas firmes, o entrando
en la malla de una prosa medularmente saturada de una fuerza ideológica que la
hace latir viva, está amasado con la tierra del mundo, con el dolor de las almas,
con todo lo que sufre, cambia o ama.
“... Gabriela no quiere decir nada vacío, y positivamente no dice nada que
caiga en muerte de olvido; su pensamiento, sostenido en los sillares puros y
fuertes de su propósito, edificado queda trabajando en nosotros como una barrena
mágica a cuyo último golpe sentimos brotar de lo hondo de nuestro ser la
humedad dulce de una nueva comprensión que nos hace lucir, agradecidos”.
La declamadora Coralia Céspedes lee los versos El Ruego, Canciones en el
mar, Credo y Poema del hijo, todos de la homenajeada. Se escuchan canciones
musicalizadas a partir de versos de Gabriela, que interpreta la soprano Carmelina
Rosell.
Las palabras centrales van por la poetisa chilena, quien evoca la
significación de la fecha, el suceso del descubrimiento y se detiene en la herencia
del idioma:“Los gritos de júbilo, los holas y los alabados iban y venían en ese 28
de octubre; la lengua de Castilla, más conquistadora que el yatagán, partía el aire
cubano, alabado el sol, el bosque, los peces”.
“Y en el idioma arribado, almirante angélico de las tres carabelas, ya venía –
parece juego pero es sólo verdad- la cartilla de José de la Luz y los versos
15
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
cantables de Martí, y la máxima de Varona y hasta la pasión de Acosta o de Florit.
El desembarco de la lengua traía los bienes mayores”.
Casi al final del discurso, Gabriela dice: “Me gusta nuestra común estrella de
cinco puntos. A pesar de su gran pureza, es pura ardentía, una brasa blanca que
cae a la vista y se corre ardiendo hacia el pecho. Me gusta la estrella de los
quíntuples como la mano, y que es una mano abierta, tal vez la de Dios, que todo
lo da y no se cierra nunca”.
“Cuba es el último jalón de mi América que yo subo esta vez, camino del
Norte. Dejo a mi gente, en esta noche de despedida, pongo mis manos en las
estrellas mellizas, ahí las dejo un rato, allí me las retardo. Mis pobres manos toman
de las estrellas mellizas su calor de carne patria, y yo viva en él sin frío en el
extranjero, y padezca menos la ausencia de mi raza”.
En la conferencia que dicta el 30 de octubre, retoma Gabriela el tema
martiano. Esta lleva por título Los versos sencillos de José Martí. El mensuario
Ultra11, vocero de la Institución Hispano Cubana de Cultura y que dirige Fernando
Ortiz, recoge las palabras de aquel día:
“Leyendo la poesía de Martí a la que estoy tan ligada –empieza diciendo- el
miembro de la gracia que yo veo en ella sin una sola resquebrajadura en la unidad
ni en la perfección son los Versos sencillos, en su cuerpo de 46 poemas y es allí
donde yo tengo mi festín con el poeta”.
Proclama que “Martí, criatura literaria completa, amaba a sus clásicos y
amaba la poesía del pueblo, porque el humanismo no le disgustó de lo popular, ni
lo elemental le invalidó para lo clásico. Tenía, pues, que escribir los Versos
sencillos, y aunque en ellos no llegase al terrón de la ruralidad, allí nos apunta su
mano en alto el rumbo populista, tan desdeñado en ese tiempo”.
“La sencillez de Martí –señala en otro pasaje- viene ya hecha de las
holguras del ser; él no la logra desde afuera, él no la confecciona, como hacen los
que deciden ser sencillos. Él encargó a los poetas que no manoseasen demasiado
11
Misma fuente que la anterior.
16
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
el verso, él pidió que no corrigiesen mucho, y él habría celebrado como nadie el
´no lo toquéis ya más que así es la rosa` de Juan Ramón Jiménez”.
Observa la poetisa que “Martí disponía a manos llenas de algo que en el
español de América va raleando y desaparece a ojos vistas: el repertorio entero de
los giros idiomáticos. Son éstos el aceite de la lengua que mueve las cien
coyunturas de ella, que maneja la relojería suiza de los miembros del período. Esta
facilidad motora de la frase de Martí nos da también la impresión de sencillez”.
“... No olvidemos nunca que en la poesía martiana hay en el huerto
doméstico de los Versos sencillos y en la prosa hay la égloga inefable de La Edad
de Oro; ambos son los pastos frescos que el lector común gusta caminar en la ruta
martiana, o son la harina blanca que en la obra total él aparta para su sustento” –
sintetiza Gabriela en metáforas muy propias.
Por estos mismos tiempos Gabriela Mistral conoce de los trabajos de Juan
Marinello, aprecia la labor ensayística del cubano y se duele de las preocupaciones
sociales y políticas de éste, que le disputan las horas a su hacer literario. Decide
escribirle: “Sigo pensando que la Literatura puede prestar a la política muchísimos
hombres en la América –regalarlos también... Prestarlo o darlo a Ud. no. ¿No
andará en esto un embrujo de José Martí sobre Ud.? Y no digo embrujo en el
sentido de imitación, sino en el de los manejos de los muertos”.
Una ensayista de este Archipiélago, que también la conoce y cruza cartas
con la autora de Canciones de cuna, Rondas para niños y otros textos inolvidables,
Lidia Cabrera, la recuerda así: “La imagen que guardo de ella es la de una Gabriela
encantadora, afectuosa, sencilla, desplegando siempre un humor que anulaba
entre las dos una diferencia de edad y una superioridad que hubiese podido
imponer mi silencio”.12
“Mucho extrañe a Cuba, la patria de Martí, muy especialmente su luz y
radiante sol... Para Martí, a quien siempre admiré, desde hace muchos años, traigo
dos obras, en prosa, pequeñas, pero he puesto en ellas lo mejor de mi
12
En Siete cartas de Gabriela Mistral, por Lidia Cabrera, Miami, Florida, 1980.
17
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
inspiración”13 – declara la pasajera Gabriela Mistral a su llegada en el vapor Florida
el 23 de enero de 1953, procedente de la Península Itálica, donde es cónsul de
Chile. El gobierno cubano la ha invitado a los actos por el centenario del
nacimiento de Martí y ella vuelve al cabo de 15 años de ausencia, con un Premio
Nobel que Cuba festeja como suyo.
La situación política en el país no es nada tranquilizadora: apenas 10 meses
atrás un golpe de estado ha derribado al presidente constitucional y la población
vive momentos de incertidumbre. Un periodista, no sin cierto dejo de ironía,
escribe que “en relación con la política, Gabriela Mistral no hizo manifestación de
ninguna índole”14.
A los 63 años luce así: “El pelo que era negro, platea. El gris se ha hecho
blanco. Una mujer alta, recia y fuerte como una cordillera comienza a declinar en
ojos débiles, en salud precaria. ´He adelgazado mucho’ -dice Gabriela Mistral-, ‘y si
no se me nota más es porque soy criatura de mucha osamenta’. Le agrada cuando
se le rumorea lo indio que hay en ella –continúa la ensayista Mirta Aguirre15-,
como le agrada hablar de su ascendencia vasca: ‘El indio no es fuerte, chiquita –
nos dice-, el vasco sí. El indio lo era. Pero lo han tratado tan mal que le han
acabado con la fortaleza. El mundo ha ido haciéndose pequeño y convulso y lleno
por todas partes de ecos de guerra. La gente se ha olvidado –comenta
tristemente- de las veces que se repite en los Evangelios la palabra paz. Somos
países sin Biblia”.
Gabriela emite dos criterios sobre colegas. Acerca de Neruda alerta que
“quienes no están familiarizados con el modo de ser del poeta y con su biografía,
pueden encontrar extrañas algunas cosas, pero en Pablo todo es verdadero y
legítimo” y en torno a la cubana Carilda Oliver Labra subraya que, a su juicio,
“nada tiene ya que aprender de la técnica”, aunque le recomienda también el uso
de la prosa, “así le queda el verso para lo puro lírico”.
13
14
15
En El País del 24 de enero de 1953.
Misma fuente que la anterior.
En La Última Hora, 12 de febrero de 1953.
18
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
De su conversación con Mirta Aguirre queda además una muestra de buen
humor negro: “Me dan síncopes que me tienen hasta tres horas del lado de allá,
¿cómo es el lado de allá? ¡Viera que muy bueno!...¡Se está en él muy bien!” y
entonces la sonrisa le endulza maravillosamente el rostro.
En testimonio hasta este momento inédito y expresado a este autor, la
poetisa Rafaela Chacón Nardi da su Imagen de Gabriela16:
“Ojos verdes muy abiertos a la luz, rostro como tallado en piedra andina y
majestad infinita: he ahí los rasgos que mucho me impresionaron –hace más de
cuatro décadas- cuando vi en persona, es decir, en carne y hueso, a Gabriela
Mistral. Y digo esto porque yo la había imaginado antes, la había ‘visto’ y sentido
gracias a la magia de su poesía.
Corría el mes de enero de 1953. Yo era entonces profesora de 4to grado en
la Escuela Primaria N°. 98, de niñas, aquí en La Habana. Nuestro plantel se
llamaba República de Chile. Y como es de suponer, yo me esforzaba gustosamente
por cultivar en mis alumnas simpatía y amor hacia la gran república suramericana,
su pueblo y su cultura. Muy buenas opciones para ello me brindan los poemas de
Gabriela, plenos de belleza, de ternura, de latinoamericanismo. A mis niñas les
encantaban esos versos. Llegaron a leerlos con expresividad y no pocas veces los
dijeron de memoria ante la totalidad del alumnado reunido en el amplio patio...
Aunque les hablé en más de una ocasión sobre la extraordinaria mujer que había
sido capaz de escribir así, nunca ellas pensaron que un día podrían estrechar su
mano y darle un abrazo en prueba de amistad.
La oportunidad llegó en enero de 1953, cuando Gabriela, martiana
excepcional, visitó nuestra patria con motivo del Centenario del natalicio del
Apóstol de la libertad de Cuba, del gran escritor de Latinoamérica a quien ella, con
16
Viene al caso recordar que el cuaderno Viaje al sueño – 36 nuevos poemas (La Habana, 1957),
de Rafaela Chacón Nardi va acompañado de una carta de Gabriela Mistral, de la cual se toma el
siguiente fragmento: “...Este libro me ha traído gozo y ternura. No es nada poco. Y me ha
levantado un firme aprecio hacia la poesía y su persona... Me interesa mucho, repito, su obra y su
espíritu. Haga más poesía. Suelte un poquito el cultivo hispanocubano. Repase su Romancero
Español. Y cómase de nuevo su Martí. Yo me lo he comido varias veces. Hay que saturarse de él.”
19
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
justeza, llamara ‘el hombre más puro de la raza’. Un grupo de alumnas destacadas
y yo fuimos designadas para acudir a recibirla en nombre del claustro de la Escuela
y el resto de su alumnado. Le llevábamos en nombre de todos un ramo de flores
que ella recibió emocionada. A mí, me abrazó, y besó a cada una de las niñas en la
mejilla. La invitamos a visitar nuestra Escuela donde con tanto cariño se le
aguardaba. Prometió que lo haría… Y se iluminó su rostro con una sonrisa amplia.
Y desapareció la tristeza que la invadía cuando estaba seria y en su boca había un
rictus amargo. Al despedirnos, dijo con voz cadenciosa: ‘Iré a verlas…’ Pero parece
que en el programa oficial de actividades que le organizaron, no quedó espacio
para la visita prometida”.
De la revista Bohemia se acerca Ángel Augier para entrevistarla. Mientras el
fotógrafo acciona una y otra vez la cámara, Gabriela conversa y recuerda
anécdotas17: “Me conmueve esta labor cubana constante de mantener viva o a
Martí. En otros países nuestros no ocurre eso: a nuestros héroes, a nuestros
maestros, los veneramos dejándolos quietos. La lealtad cubana ha elegido a su
hombre José Martí como quien elige su ejercicio cotidiano de amor que le crezca el
alma, que le acicatee sin descanso las potencias y que no le deje morir el culto de
lo heroico, del cual más vivimos que morimos. La justicia para Martí se la dan
ustedes grande, pero no histérica. América lo agradece”.
“…Después de medio siglo, el resplandor que echa de sí esa carne mártir
sigue creciendo; su aureola vale por la hornaza misma de soles cubanos; su gloria
viva, no ateneísta, es un brasero que arde en el bohío antillano, en la última
escuela rural y en la institución civil de mujeres y de hombres. Yo me encuentro,
cuando regreso a mi Antilla, esta gloria más planturosa que cuando la dejé, lo cual
me hace feliz, por mi América, que tantas negruras feas de ingratitud lleva
consigo.”
“…Voy a contarle un chiste: hace años, di una conferencia en un pueblecito
cubano, naturalmente sobre Martí. Como yo en el fondo soy una aldeana, chilena,
17
En Bohemia del 1 de febrero de 1953.
20
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
siempre me gusta ir por los pueblos y hablar con sus gentes y a sus gentes.
Cuando salía de mi conferencia, oí que una mujer comentaba: ‘¡Esa señora está
enamorada de Martí!’ Me detuve y le respondí: ‘¡Y dígalo usted. Lo único que
lamento es no haberlo llegado a conocer personalmente. Y usted también se
hubiera enamorado de conocerlo…!”
“Yo le debo mucho a Martí. Es el escritor hispanoamericano más ostensible
en mi obra. Después viene en segundo término, ese toro bravo de la Argentina
que es Sarmiento, a quien le faltó la poesía, la fuerza lírica, que sobraba en Martí.
Con todo, era un lindo viejo mal genioso, que vivió peleando por la libertad y por
la cultura; como Martí, con otros elementos y otro temperamento esta América
nuestra que nos duele”.
El día 28 de enero de 1953, en el Capitolio Nacional, se celebró el acto
oficial por el centenario del natalicio de José Martí. Aquella aldeana chilena –como
se autocalificara con soberana modestia- y su viejo amigo don Fernando Ortiz
pronunciaron los discursos centrales. Gabriela18 “consideró la obra literaria de
Martí, como la expresión del sentir de toda América, por eso llamó a la celebración
del centenario ‘fiesta continental’ a la que asistió, llena de fe como martiana
devocionaria para ‘recalentar el alma’, para ‘deletrear palabras sumergidas u
olvidadas’, para oír y repasar ‘la saga martiana’, para poder reavivar su fe ‘en la
América mestiza que lleva sobre el rostro la huella del indio, la del español y la del
africano”.
“Este gran señor nos sirve para cualquier época –dijo también entonces-,
continúa vigente para el gobierno de nosotros mismos y para el de nuestras
patrias y a veces para el de una raza entera. Martí no se nos gasta como se nos
han gastado tantos, y este fenómeno se produce como una operación de la gracia
a lo divino.”
18
En El cartero cubano, marzo de 1953.
21
L. Depestre / Gabriela Mistral en Cuba
Pocos momentos, como los de ese Día del Centenario, le serían tan gratos a
la antigua maestra del valle de Elqui. “…Antilla en palmas verdinegras que a medio
mar está y me llama…” .
De quien así nos describe dijo un día, alrededor de 1936, el notable
intelectual cubano Juan Marinello: “Todos los ojos se tocan en la frente de esta
mujer ancha y alta, que tiene el paso meditativo de los que llegan sin saber por
donde. Se acerca a la pequeña mesa con su gesto de vencida o de maestra. Pone
en orden unos papeles rebeldes poblados de letra grande y fuerte. Y comienza una
lectura que cada espectador recibe como si sólo a él fuese enviada”.
“…La mujer llega esta noche a sus oyentes de la mano de José Martí, gran
guiador. José Martí tiene en esta mujer una resonancia de limpia autenticidad, de
son cercano y distinto. El dolor agónico de su América se lo dará el cubano en su
lamento viril y dulce y la llamará desde ayer a la faena de hallarle vías de salvación
al indio y al hijo del español. Esta mujer, que tiene oídos milagrosos, dará la mano
al Libertador en una sombra cargada de porvenir y se estremecerá en el lamento
deshecho”.19
De la mano de Gabriela Mistral también nosotros hemos pretendido recorrer
el espacio de estas páginas.
19
En Literatura Hispanoamericana, por Juan Marinelle, Ediciones de la Universidad Nacional
Autónoma de México, 1937.
22
Boletín N°6 (2004). Páginas 23 - 41
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
GABRIELA MISTRAL
CIUDADANA DE LAS AMÉRICAS
O UNA VOLUNTAD DE SER1
Jaime Quezada Ruiz
1
Conferencia presentada en el Salón de las Américas, Organización de los Estados Americanos OEA
Washington D.C., 18 de Septiembre 2002.
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
En el convivio de esta tarde de gracia americana y en el día patrio
mismísimo y republicano de Chile, ese largo país mío en la australidad del
Continente, quiero yo, poeta chileno vocacionalmente mistraliano, hablar de una
autora que no sólo escribió una poesía cargada de intensidad y sentido humano,
en sus no más de cinco libros de talas y ternuras, desolaciones y lagares, sino y de
manera muy principal, de una mujer chilena del siglo veinte –proyectándose al
XXI- que supo decir buenamente lo suyo, y en lo suyo lo de los otros, a través de
su pensamiento y e su acción, en los temas tutelares de una América. Y que harán
de su escritura un acercamiento al prójimo y una enseñanza cotidiana de vida.
Ella, Gabriela Mistral (1889-1957), que nos nace en un valle cordillerano de
Chile, que se recorre el territorio patrio en andanzas educacionales (“no voy sino a
los pueblos donde puedo servir”), se nos irá luego por otros países y continentes
en una errancia o extranjería de vagabunda voluntaria. Será como quien echa
cuerpo y alma a rodar tierras, hablando con dejo de sus mares bárbaros y con sólo
su destino por almohada. Pero en todo lugar será siempre fiel a sus
preocupaciones y motivaciones: su país natal de Chile, su América continente
nuevo, y los habitantes de ese país de esa América en sus geografías y sus
costumbres, en sus maneras de rescatar lo mal deletreado o lo mal averiguado.
Mujer de conciencia libertaria y maestra –la que más –sobre todo en una época
que el asunto americano gritaba su hambre de didácticas por donde se le cogiese:
“ América, América. Todo por ella, porque todo nos vendrá de ella”.
Por “mi voz hablan muchas mujeres de clase media y del pueblo”, dirá
nuestra Gabriela Mistral por el daño constitucional chileno de 1925. Y en esa frase
está, sin duda, su resuelta identidad social y su visionario compromiso con las
realidades contingentes patrias. No sólo autora de una obra poética fundamental y
trascendente en la literatura chilena e iberoamericana del siglo veinte, sino que a
la par, también, una mujer-ciudadana en su tiempo, en su obra y en su porvenir.
24
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Se diría, conciencia viva de una época que resume en sus recados y ensayos el
ritmo vital de Chile, la faena de una América y la visión del mundo.
Nuestra autora, amén de su trascendente obra poética y prosística, no
estará ajena a los acontecimientos políticos, sociales, agrarios, educacionales,
religiosos, étnicos e ideológicos que le tocó vivir tanto en sus años de permanencia
en Chile como el los otros muchos de su errancia por el mundo. Tales asuntos no
la iban a dejar indiferente estuviera donde estuviera: en Santiago de Chile, en
ciudad de México, en París, en Madrid, en Lisboa, en Río de Janeiro, en California,
en Nápoles, en Nueva Nápoles, en Nueva York. Así nacerán sus elocuentes e
indesmentibles decires de escritura en artículos –casi ensayos de pasión y de
verdad- que testimonian ese hablar por su voz a las muchas mujeres de la clase
media y del pueblo.
Sus tres grandes temas: el problema agrario, el asunto indígena, la cuestión
social, importarán cabalmente durante toda su vida a Gabriela Mistral. Serán su
materia y su rezongo, sus impaciencias
motivadoras cotidianas. A estas
preocupaciones, deben agregarse otras tantas que tuvo la autora de: Desolación.
Tampoco los asuntos mujeriles sin ser ella una rematada feminista- le iban a ser
ajenos, al igual también que los problemas educacionales en una época de tanta
efervescencia, y en países ferméntales de la América.
Y no sólo en la página escrita para el periódico o la revista. También en las
más diversas tribunas internacionales y en los paraninfos universitarios, así como
en muchos encuentros dialogantes y conversacionales con gentes pensadoras de
su ladera, expresará sus siempre resueltas ideal sin titubeo alguno, denunciando,
por ejemplo, y a todos los vientos, la injusticia social ("que hace tanto bulto en el
continente como la cordillera") o la tiranía de gobiernos acomodaticios. O hablando
con fervor de una urgente reforma agraria que favorezca a los campesinos (ella
que se define como una, campesina de origen campesina de costumbres, y
campesina voluntaria o deliberada) o ahogando por la paz - la palabra "maldita"
como la llama en certera frase reivindicatoria -, ella, la Mistral, pacifista de todos
25
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
los días. O solidarizando con la causa sandinista de los años treinta en Nicaragua.
O convocando a los países de¡ mundo, desde la Asamblea General de las Naciones
Unidas un 10 de diciembre de 1955, a respetar con gracia justiciera los Derechos
Humanos: "Yo sería feliz si vuestro noble esfuerzo por obtenerlos Derechos
Humanos fuese adoptado con toda lealtad por todas, las naciones! del mundo",
dirá entonces con énfasis rotundo en su mensaje también rotundo. 'Este triunfo
será el mayor entre los alcanzados en nuestra época".
Y muchos años antes, recibida aquí en la Unión Panamericana (Washington,
mayo de 1924), en su primera visita a los Estados Unidos, dirá reveladoramente en
su discurso Unión Cristiana de las Américas: "Yo no soy una artista, lo que soy es
una mujer en la que existe, viva, el ansia de fundir en mi raza, como, se ha
fundido dentro de mí, la religiosidad con un anhelo lacerante de justicia social. Yo
no tengo por mi pequeña obra literaria el interés quemante que me mueve por la
suerte del pueblo. No hay en
mí ansia de reivindicaciones populares, de
aproximación a la. política. No soy, por cierto, una sufragista. Hay en. ello el
corazón justiciero de la maestra que ha educado a los niños pobres y conocido la
miseria obrera y campesina de nuestros países"
Los decires de Gabriela Mistral, además de su notable belleza de oralidad o
de escritura, tienen así la energía que da la sobriedad y la verdad de su lenguaje.
Por sus recados y artículos va y viene la historia viva y sin mito de nuestros
pueblos totales.
El mismo año que se publica su primer libro, Desolación (1922), Gabriela
Mistral se americaniza continente, arriba, viajando de su Chile natal al "México
imponderable" Y a contribuir en los asuntos y reformas educacionales en un país
que reordenaba su vida republicana después de una revolución. Porque la Mistral
andará, también, en los asuntos quemantes de la historia contemporánea y en su
circunstancia. Así, Tala, su libro que bien podríamos llamar fundamental, se publica
(1938) cuando ella recién venía de nuevo a nuestra América saliendo de la guerra
fratricida de España (y también con una España en el corazón solidarizando con los
26
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
patriotas republicanos de esa España heroica). Y Lagar, su libro de 1954, estará
empapado de las atmósferas bélicas de una segunda guerra, cuando el mundo
estallaba en llamas y un aire denso y sucio manchaba los cielos de la humanidad.
Gabriela Mistral escribe su manifiesto por la causa de la paz, desmenuzándose por
esta palabra de yodo y piedra alumbre entre los labios: "Es amargo rezar oyendo
el eco que un aire vano y un muro devuelven".(poema Caída de Europa).
Con aquel viaje a México, Gabriela Mistral inicia
en forma definitiva, su
errancia su destierro voluntario, aunque "no hay destierro en el continente", dice
en un afán de unidad e integridad de nuestros pueblos y de nuestras, gentes.
Americanidad de territorio y de emoción, entonces, que define en estos versos
vivenciales de su poema Patrias: "Hay dos puntos cardinales: Son Montegrande y
el Mayab''. Es decir, Montegrande, su aldea natal de su valle de Elqui ("la patria es
el paisaje de la infancia y quédese lo demás como mistificación política") y el
Mayab, aquel lugar maya-indígena de la península de Yucatán, en México., Lo
cardinal, entonces, en una sola geografía de proyección y de unidad americana. De
Montegrande al Mayab, en uno de sus versos. De Arauco a Copán, en otro de sus
versos tutelares. De la cordillera de los Andes al maíz del Anáhuac. De los Cuzcos
al Caribe.
Nuestra Mistral desde muy temprano andará poética y geográficamente
uniendo el continente de su América como una sola real patria: "Nosotros,
americanos del Norte y del Sur, hemos recibido y aceptado, con la unidad
geográfica, cierta comunidad de destino que sería un triple destino de realizar: la
riqueza suficiente, la democracia cabal y la libertad cumplida en el Continente”.
Palabras que serán su Artículo de Fe o su Voto de americanidad en el Día
Panaméricano o Día de las Américas, un l4 de abril de 1931, llamando, a la
juventud del continente "a repugnar la violencia en el trato de nuestras naciones y
a rechazar la injusticia como una disminución de su honra gloriosa, de la cual
vivimos y seguiremos viviendo”.
27
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
El andar mucha tierra que ya veía en su infancia se va haciendo realidad en
su obra y en su muy amplio vagabundeo de países y continentes, y con una
mirada recogedora de cuarenta panoramas. Lo suyo personal e íntimo, lo histórico,
lo geográfico, lo religioso será en nuestra Mistral, un contar mundo con proyección
de humanidad. Y en un encadenamiento permanente de las más humildes cosas y
de las más soberbias también. Un comprender que es siempre un goce.
El tema de la América, con sus bultos corporales de cordillera a fruto
tropical, constituye no sólo uno de los fundamentos de la obra toda de Gabriela
Mistral, sino también uno de sus desvelos permanentes: pasión y voluntad atenta
del destino del Continente nuestro. Vocacionalmente americanista (martiana, de
Martí; bolivariana, de Bolívar; sarmentiana, de Sarmiento) en emocionalidad y en
sentido, en acercamiento a las realidades vivas de lo humano, lo racial, lo
histórico, lo geográfico, lo social, lo porvenir. Y, sobre todo, una América como
expresión de unidad de pueblo a pueblo y de gente a gente: "Los miembros de la
vida espiritual de nuestros países andan sueltos como las tribus que no han
aprendido aún vertebración, y por sueltos, desventurados, y por desventurados,
rebeldes con no sé qué suicidio resuelto en la cara”.
“Describe tu América", "Divulga tu América" se exigía ella a sí misma como
lección educadora diaria y como norma o grito de conducta en su cartabón de
maestra. "Haz amar la luminosa meseta mexicana, la verde estepa de Venezuela,
la negra selva austral. Dilo todo de tu América. Di cómo se canta en la pampa
argentina, cómo se arranca la perla en el Caribe, cómo se puebla de blancos la
Patagonia. Divulga su Bello, su Sarmiento, su Lastarria, su Martí. Enseña el sueño
de Bolívar, el vidente primero. Clávalo en el alma de tus discípulos con agudo
garfio de convencimiento. Piensa en que llegará la hora en que seamos uno”. ("El
grito", 1922)
Sus ideales de paz y de solidaridad, continental serán sus exaltaciones
permanentes: "Nuestros héroes del Norte y del Sur, Bolívar como Washington,
Lincon como San Martín, parecen concebidos en una misma hora por un mismo
28
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
designio, y son obreros de una faena idéntica. Nuestras constituciones, salidas de,
1a conciencia de ellos, están iluminadas por una luz igual y destacan un perfil
fraterno como las plantas que nutre humus común” (GM: "Voto de la juventud
escolar en el Día de las Américas”,abril 1931).
Poéticamente será Tala (1938) uno de los libros en los cuales Gabriela
Mistral deja testimonio de su mucha vivencia y experiencia de la América -América
nuestra, como dice siempre. O Nuestra América, en el decir de Martí. Sus
soberbios poemas, verdaderos himnos americanos, al sol del Trópico, a la
Cordillera de los Andes, al santo Maíz milenario, al Mar Caribe, a la Ceiba
ecuatoriana, y a otros materiales formidables son, en ella y en su escritura, un
pensar, un sentir y un contar donosamente la América. Razones ensayísticas
válidas tiene un riguroso estudio nuestro -Cedomil Goic- para señalar que en estos
Himnos americanos, de Gabriela Mistral, está ya el atisbo esencial y genesíaco, el
raigón de ésa lengua primera y cósmica de lo que nuestro Pablo Neruda hará
después en su también, tan único y soberbio y cósmico monumento poético de
Alturas de Macchu Picchu, ese capítulo capital de su Canto General (1950),
redondamente un Canto también a América. Y el mismísimo Neruda destacando, a
su vez, estos, Himnos mistralianos, reconocerá “lo mucho de volcánico, raspado y
geológico que hay en esta poesía".
Así, lo más natural y lo más originario del paisaje y mundo americano, tiene
su materia y su tutelar exaltación lírica en estos dos grandes poetas de la América:
Sube conmigo, amor americano. / Besa conmigo Zas piedras secretas…/Ven a mi
propio ser, al alba mía dice Neruda. Y la Mistral: ¡Como el maguey, como la yuca,/
como el cántaro del peruano,/ como la jícara de Uruapan, / como la quena de mil
años, a ti me vuelvo, a ti me entrego, en ti me abro, en ti me baño!
De la obra poética de nuestra Mistral, no del todo extensa pero sí intensa -
Tala- constituye su libro fundamental. Ella misma consideraba que era su
verdadera obra, sobre todo porque en sus páginas está la raíz de lo
indoamericano. Y conlleva, nada menos, que todo un capítulo, titulado América.
29
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
Tal es su celebración y cerebración de allegarse hacia la tierra prodigiosa de su
América. Nada queda vacante que no sea revelado por nuestra autora. Aún siendo
un libro de los ánimos espirituales y has materias corporales (pan, sal, agua), las
ausencias, los nocturnos y las alucinaciones: el mundo y el ser, también es Tala la
América precolombina, ritual y ceremoniosa con sus himnos indios a los incas y a
los mayas, y a todos los frutos americanos. Además el maizal sagrado y mágico. La
cordillera tutelar de los Andes, a quien Gabriela Mistral llama "madre yacente,
madre que anda". Y a todos los árboles balsámicos con su copal y su mirra y, su
estoraque. Libro abierto a las naturalezas, humanas y geográficas de nuestro
continente con sus paisajes y sus seres habitantes de esos paisajes.
Tala es también el libro de la fe, de la recreación religiosa del mundo, de la
devota consumación del dolor, del descendimiento y la letanía. Poesía certera y
religiosa, que parece nueva o como no vista, y que maravilla, de gozo por su
lengua cotidiana. Esta lengua cotidiana, muchas veces conversacional, es la que va
a tipificar una escritura única y novedosa, cargada de lo viejo y de lo nuevo que
hay en sus temas: lo arcaico y lo criollo, lo indígena y lo español. De ahí su verso,
que, va siempre de lo íntimo a lo todo plural, de lo áspero a lo bíblico, de, lo
sanguíneo al sacudón del alma. Y que entraña, una especie de virtud tónica o de
limpieza primitiva. Limpieza primitiva que rescata lo tutelar de un continente hacia
un redescubrimiento de lo original americano. Proyección mayor y honda, en
consecuencia, de los asuntos o bultos corporales que le importaron: la tierra y sus
frutos, la naturaleza y sus culturas, los viajes y los pueblos, los paisajes y las
gentes.
Y no sólo el paisaje en su geografía totalizadora y en su flora y fauna
americana, sino, y fundamentalmente, lo humano sufriente y sudoroso de los
seres-habitantes inflenarios de ese paisaje americano: Sol de los Incas, sol de los
Mayas,/ maduro sol americano,/ sol en que mayas y quichés / reconocieron y
adoraron, / y del que quechuas y aimaraes / como el ámbar fueron quemados. El
lenguaje poético mistraliano, adquiere así una categoría importantísima, semejante
30
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
a los temas que trata: los grandes monumentos naturales de nuestro continente y
el himno, reivindicatorio de los mitos y las realidades americanas. Una actitud
ritual y de advocación casi sagrada hay en esos poemas tutelares con sus mitos,
sus culturas y sus sudores precolombinos.
Ella misma se definirá muchas veces como "una mujer de acérrima lengua
americana en la tonada muy criolla que es mi poesía". Recuérdese que la
Academia Sueca señalaba en uno de sus fundamentos, al otorgarle el Premio
Nobel de Literatura (1945), que la poesía de Gabriela Mistral estaba "inspirada en
poderosas emociones y que ha hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones
idealistas de todo el mundo latinoamericano".
Pero Gabriela Mistral, que con su Himnos ya había hecho muy suyo lo
americano, importaba, a su vez, la otra realidad viva del Continente: su
indigenismo o sus netas indianidades; sus costumbres y su folclore ("Panameño,
panameño, panameño de mi vida, yo quiero que tú me lleves al tambor de la,
alegría", copla vernacular o popular que le bastará eufónicamente para escribir has
rítmicas estrofas de su Tamborito panameño); sus cuestiones económicas y sus
verdades sociales ("un héroe cortado para este tiempo será el botánico que cure
en el Ecuador la plaga del cacao y un salvador, con mayúscula mesiánica en el
nombre será aquel que nos mude la organización social de cuajo, acicateado y
urgido por el hambre de la población y, la poblaciones"); sus, guías espirituales y
sus reformadores educacionales; sus mujeres de la América (de sor Juan Inés de
la Cruz, la monja docta del México siglo XVII a Teresa de la Parra, la prodigiosa
novelista venezolana de las Memorias de Mamá Blanca); sus ensayistas e ideólogos
y civilizadores de nuestros pueblos (de un Eugenio María de Hostos a un Carlos
Mariátegui; de un Andrés Bello a un Ezequiel Martínez Estrada); sus escritores y
sus poetas (de un Amado Nervo a un Joaquín García Monge; de un Alfonso Reyes
a un Pablo Neruda). Una geografía humana que iba a la par con la otra, su fisica
geografía, que se conoció y se recorrió en una especie de beneplácito en el bien
ver, en el bien pensar, en el bien hacer.
31
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
Dirá nuestra Mistral: "No soy una patriota ni una panamericanista que se
endroga con las grandezas del Continente., Me lo conozco, casi entero, desde
Canadá hasta la Tierra del Fuego. He comido en las mejores y las peores mesas.
Tengo esparcida en la propia carne una especie de limo continental. Y me atrevo a
decir, sin miedo, de parecer un fenómeno, que la miseria de Centroamérica me
importa tanto como la del indio fueguino y que la desnudez del negro de cualquier
canto del Trópico me quema como a los tropicales mismos”. (Discurso de GM, "La
faena de nuestra América", en el Consejo Directivo de la Unión Panamericana,
Washington, 19 de marzo, 1946).
Los muchos y sorprendentes recados (recados que llevan el tono más suyo,
más frecuente, su dejo rural en, que vivió comunicándose con el prójimo amado),
que de la América escribió Gabriela Mistral, son su admirativa muestra de
adhesión, casi fisiológica, a los más variados asuntos del Continente. Esos recados,
o muy singularísirnos textos prosísticos, testimonian su palabra-pensamiento, su
palabra-verdad, su palabra-ígnea. Importa en Gabriela Mistral tanto el pretérito
como el futuro de su América, tanto el ahora como, el día que viene. Un Vasco de
Quiroga o un Fray Bartolomé de las Casas, que en tiempos de conquista y
arcabuces apostolizan con hechos sus ejemplos cristianos. Y después un
Sarmiento, un José Victorino Lastarria, un Juan Montalvo o un José Vasconcelos
que hacen su obra pensante y educadora con sentido americanista más allá de su
Argentina, de su Chile, de su Ecuador o de su México.
Y, sobre todo Martí, "santo de pelea” como lo llama en activa y piadosa
frase. "El maestro americano más ostensible en mi obra". Y a quien alaba, porque
combatió sin aborrecer, luchó sin odio: "Todo es grande y es agradecimiento del
guía de hombres terriblemente puro que la América produjo en él, como un
descargo enorme de los guías sucios que hemos padecido". Estos, y tantos otros
ilustres. y visionarios y libertarios son los hombres de la América -derroteros
morales nuestros y paradigmas de nobles utopías democráticas, y a quienes
Gabriela Mistral admira en alabanza y en conducta, muy lejos de los pedestales
32
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
estatuarios o de héroes alegóricos: “Dulce, sencillo, justo y resuelto, este hombre
prudente", dirá de Abraham Lincohn, citando, a su vez, un verso del viejo eterno
Whitman. "Hagámosle criatura cotidiana mejor, que nombre de aniversario", dice
de Bolívar, y, a quien mucho pareció seguir en su sueño de unidad americana: "A
este hombre de batallas no lo volvió matonesco la montura y que, en cuanto
bajaba del. caballo, era civil, como si al general lo dejase en el estribo. Vivámosle
en la permanencia y no sólo en las lentas puntadas de los centenarios".
Gabriela Mistral nos enseña y nos motiva, elogiosa y críticamente a pensar,
lado a lado, en las realidades de la bella América, y en quienes han hecho con su
política y con su espíritu, esta faena ciudadana de su bella América.
A estas moralidades o motivaciones mistralianas, deben agregarse aquellas
otras varias que tuvo también por la mujer americana. La mujer de la época
mistraliana, llámese maestra, artista, escritora, o simplemente la que llamamos la
mujer de su casa (salvando las intencionalidades peyorativas en beneficio de tener
la casa como universo o forma de vida noble para la mujer), será una motivación
entusiasta y vitalizadora en la escritura y en el ajetreo cotidiano de la autora
chilena. Y no es que ella fuera una furibunda feminista. Más bien miraba con cierto
desdén tanta reunión o asamblea que enarbolaba el tema de la cuestión del
feminismo.
Pero no es nada de extraño que ella misma haya escrito no sólo mucha
buena prosa en tomo a la mujer de su tiempo, o del "mujerío" (palabra tan única y
tan suya), sino además haber hecho viva conciencia de la dignidad y de la labor de
la mujer en los países del Continente y, en una época, de "tantos feminismos
rabiosos" como dirá con resuelta gracia. Mujeres de su América con quienes
anduvo conversando a su suelto antojo -en un “convite a la sinceridad”- acerca de
los asuntos más menudos y más trascendentes, más mujeriles y más sociales:
"Ustedes son mujeres que viven atareadas de problemas sociales", les dirá a las
mujeres puertorriqueñas. "Ustedes sienten como yo la angustia de conflictos que
planean sobre el pueblo".
33
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
En octubre de 1939, en La Habana, y en la celebración del Día de la cultura
americana, Gabriela Mistral dirá a otras tantas mujeres cubanas: "Nosotras,
mujeres de una América a medio poblar, de, este continente a media jornada,
repudiarnos todo programa que no consulte una corrección corajuda de la miseria
que mancha nuestro suelo. Necesitamos ver que el campo americano sale del
abandono en que ha vivido y es incorporado a la cultura de las ciudades.
Precisamos que por la calle civil y por el camino rural no ambule una infancia
medio desnuda. Y sabemos con menos ciencia política, que vosotros, varones, que
el campesinado cubre la América misma y que el hombre rural debe poseer el
suelo por vía de la pequeña propiedad, para que realmente se produzca, una
civilización del orden latino".
Ella, que se consideró modestamente una tradicionalista fue, sin embargo,
una mujer de su tiempo y una adelantada, en muchos casos, a ese tiempo. Su
Chile natal y su América nutricia no eran sólo un aleluya de gracia y epifanía, sino
también un testimoniar y un denunciar -y en frase de ella-“ los agrios materiales
de la realidad”. Así sea la hondura y la belleza de sus certeras y elocuentes
palabras. Así sea también su desvivir y su hacer historia crítica y ciudadana de una
época: Que vengo de una tierra en donde el alma eterna no perdía. Su obra,
inspirada en poderosas emociones, trascendía por el humanitario mensaje de sus
poemas y por su pensamiento vivo de conciencia creadora. "Por una venturanza
que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza",
dirá, al recibir el Premio Nobel de Literatura, con humildad y con razón esta
maestra chilena que hacía de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas
de todo el mundo latinoamericano.
Si el tema de la América está muy presente en cada uno de los libros
poemáticos de Gabriela Mistral, ya sea en sus gentes, en sus geografías, en sus
costumbres, a mayor abundamiento estará en sus centenares de recados,
conferencias, y otros escritos que irían a páginas de periódicos y revistas del
Continente.
34
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Nada de la América, en verdad, le fue ajeno: ya preparando una clase
nocturna para obreros en su australidad magallánica de su Chile natal como
exigiendo aquellos libros ilustrativos de paisaje que faltan para la América nuestra;
ya contemplando una puerta colonial guatemalteca como escribiendo un analítico
ensayo
sobre
las
Coincidencias
y
disidencias
entre
las
Américas;
ya
maravillosamente motivada por las mariposas colombianas del valle de Muzo como
angustiada por la pobreza y analfabetismo galopante en nuestras aldeas
marginales; ya recorriendo en estado casi oracíonal los templos mayas de Chichén
Itzá como reflexionado hondamente sobre las culturas de nuestros pueblos
originarios con su Arauco y su Copán; ya visitando un jardín botánico brasileño de
Petrópolis como palpando en carne propia lo que llama idiomáticamente "El
divorcio lingüístico, de nuestra América"; ya alabando los oficios artesanales de
una cajita de madera olorosa de Olínalá como dialogando abiertamente de las
realidades americanas con el presidente Harry Truman; ya celebrando el cafetal
salvadoreño como hablando a los escolares del Perú sobre el forzoso exilio del
prócer chileno Bernardo O'Higgins; ya sobrevolando en los primeros aeroplanos, y
Sin temor al vértigo, el mar de las Antillas como llamando a nuestros países a ser
fieles con los rotundos postulados de la libertad, la paz y la democracia que un día
constitucional se juraron.
Y, en fin, en este amplio y pluralísimo mapa mistraliano, hay mucha historia
verdadera y humana y mucho cívico devenir ciudadano contemporáneo. Que tenía
su cabal certeza en su tiempo, y la sigue teniendo. Y sobre todo en un hablar
siempre de su Chile ("país civilísimo del civis político y del civis social", como ella,
con su voluntad de ser, decía por entonces del ritmo de Chile) y de su Continente
americano que desde muy temprano se vivió: “Voy convenciéndome de que
caminan sobre la América vertiginosamente tiempos para hablar de política,
porque la política vendrá a ser (perversa política) la entrega de la riqueza de
nuestros pueblos, el latifundio de puños cerrados que impide una decorosa y
salvadora división del suelo; la escuela vieja que no da oficios al niño pobre y da al
35
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
profesional a medías su especialidad, el jacobinismo avinagrado, de puro añejo,,
que niega la libertad de cultos que conocen los países limpios; las influencias
extranjeras que ya se desnudan con un absoluto, impudor, sobre nuestros,
gobernantes". Y este hablar significaba en Gabriela Mistral, su fervor y su pasión,
su idea y su pensamiento sin aplebeyamiento alguno.
Caso único en la literatura chilena, que se proyecta hacia la América, la muy
vasta labor de una mujer como Gabriela Mistral, que casi a diario estuvo
escribiendo no sólo del prójimo, del otro que fue su hermano en la misma tarea
creadora, sino también de tantos temas fermentales que siempre la nutrieron: su
patria natal, su América nuestra, sus andanzas por aquellas otras patrias adoptivas
del Continente. Además de sus devotos artículos de fe o de su mujerío muy listo
vuelto temperamento y pasión humana. Ella que anduvo ya no errante, sino en
múltiples actividades de educadora, de congresista, de ajetreos consulares, se dejó
su tiempo, su roba-noche, para preparar sus recados que irían luego a las páginas
de los periódicos y de las revistas de Chile e Hispanoamérica. Mientras dictaba una
conferencia sobre Chile, su geografía y su gente, o sobre el sentido de la profesión
en paraninfos universitarios, su tarea creadora y recreadora se complementaba
con aquellos artículos que serían, después, sus motivos o sus recados muy
singulares: su prosa escritural en lenguaje suyo y estilo suyo y tratamiento de la
palabra muy suyo.
La obra de Gabriela Mistral -sea verso, sea prosa- recrea una experiencia
personal y humana, y en su habla muy castiza de la América. De ahí que cuando
más de alguien le reprochaba el excesivo uso de arcaísmos, vocablos extraños y
neologismos, ella respondía que los usaba no por fantasía, sino por una necesidad
estricta y ceñida: "El habitante de Santiago ignora bastante la lengua que habla el
campo de Chile. En Puerto Rico me encontré con el español de Elqui, siglo XV, y
me dio gusto saber que hablo lo mío más legítimo y entrañable".
En estas lingüísticas materias, ella misma (hablando en la Universidad de
California, 1947) se encargará de darnos todavía más luces: "No soy ni una purista
36
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
ni una pura, sino una persona impurísima en cuanto toca el idioma. De haber sido
una purista, jamás entendiese en Chile, ni en doce países criollos, la conversaduría
de un peón de riego, de un vendedor, de un marinero, y de cien oficios más". Y
luego agregará: "Con lengua tosca, verrugosa, callosa, con lengua manchada de
aceites industriales, de barro limpio y barro pútrido, habla un treinta por ciento a1o
menos de cada pueblo hispanoamericano y de cualquiera del mundo. Esa es la
lengua más viva que se oye, sea del lado provenzal, sea del siciliano, sea del
taraumara, sea del chilote, sea del indio amazónico. Y, además, no me voy a
quedar sin el Martín Fierro y sin el folclore criollo".
Frases iluminadoras para entender y comprender el tratamiento, muy suyo,
del lenguaje mistraliano, en rudeza y sobriedad y gozo lectural. La palabra hecha
verso, hecha prosa, desprendida bellamente de su lengua.
En sus viajes y residencias por Europa, Gabriela Mistral comprobará, con
mucha desazón, el desconocimiento que los europeos tenían de la América, que
siempre resultaba inédita a sus ojos. De ahí que no se equivoca nuestra
americanista cuando critica el mero criollismo, por ejemplo, de muchos de los
escritores latinoamericanos. Escritores que, por entonces (década de los años
treinta) bien poco o casi nada revelaban en sus obras nuestra naturaleza o
nuestras costumbres: "La América, continente geográfico efectivo, parece una
fábula en nuestra literatura, sin vicuña, sin vizcacha, casi sin Cordillera de los
Andes". Ella exigía en cada escritor un contar su América, un saber poner el
nombre de sus árboles correntinos y los gestos violentos y las interjecciones
legítimas de sus arrieros o de sus buscadores de caucho”.
"Una Colombia cafetera y letrada; un México petrolero y social; una Cuba
azucarera e internacional; un Perú cauchero y colonial, querría yo tener puestos en
volúmenes que siguieran un plan de tierra nativa: folclore rico, historia de subidos
quilates, costumbre original, fauna apasionante y flora sencillamente estupenda.
Con ellos habría para informar a Europa con decoro sobre el suelo de América, diez
veces prodigioso, lo mismo que sobre su nobleza étnica. ¿Por qué no lucir el hecho
37
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
geográfico, cuando menos, que es el hecho indiscutible que tenemos, el lote de
gracia que Dios nos ha dado, y hacer volverse hacia nosotros el ojo, bastante
displicente, del Viejo Mundo?” Y esto lo dice nuestra Mistral, por 1929, y en París,
pidiendo libros y volúmenes de la América para una colección del Instituto
Internacional de Cooperación Intelectual, organismo en el cual representaba a la
delegación de Chile. Tales eran ya, en nuestra siempre adelantada y visionaria
Mistral, sus fervorosos afanes por proyectar la imagen y la presencia y las
realidades y la creatividad de su América -continente nuevo- en el mudo europeo.
Ella que supo contar nuestra América, pedirá también a los jóvenes hacer el
verdadero clasicismo americano más o menos según esta fórmula, que era la de
nuestro Andrés Bello: "A escribir las Georgias, mirando a Virgilio, pero cortando la
caña, el algodón y el banano, donde él cortaba el trigo y vareaba el olivo.. Y les
rogaría recoger, baya por baya, la enorme riqueza artística y cultural de nuestros
pueblos, la devastemos y la escardemos”. Es lo que ha hecho magistralmente la
mismísima Gabriela Mistral, hablando en sus poemas con dejo de sus mares
bárbaros, o en sus recados con sentido plural, y acérrima lengua americana.
Esta ciudadana de las Américas, cuya americanidad es su cuerpo y es su
alma, su espíritu y sus sentidos, tendrá siempre su acción de gracias o su resuelto
Voto de fidelidad al Continente todo. Y no sólo en su poderosa poesía (pues
sabemos que ninguno de sus libros poemáticos, de Desolación a Ternura, de Tala
a Lagar obviará nunca el tema de la América) y en su reveladora prosa, que una y
otra vertiente -poesía y prosa- conllevan siempre los vitales temas americanos que
tanto le importaron, sino también en aquellas muchas ocasiones trascendentes y
significativas de decir lo suyo más legítimo.
En mayo de 1946, el Consejo Directivo de la Unión Panamericana recibe a
Gabriela Mistral, aquí en Washington, en una sesión extraordinaria. Sólo unos
meses antes la autora chilena había sido distinguida con el Premio Nobel de
Literatura.: "Desde la decisión de la Academia Sueca, dirá ella, viene ocurriendo en
torno mío que las gentes me dan cosas que nunca merecí y ni siquiera soñé. Si no
38
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
tuviese delante de mí el friso tremendo del mundo, parecido al delirio castigador
de nuestro padre Dante, yo nada entendería al ver rodar mi nombre de mujer en
el cable y las revistas. Pero veo, y palpo a cada momento el friso infernal de la
posguerra que nos mira y habla a todos a la vez con su desafío colérico". Leerá
entonces, con sus dignidades y sus verdades, de siempre, su discurso "La faena de
nuestra América", abogando por uno de los deberes inmediatos que era la paz,
pero asegurando una paz casada con la justicia social y, además, con justicia
económica ("y en una proporción que no sea de gramos"), pues lo que pedimos
es, no sólo ser ayudados con el dólar y la maquinaria sino ser entendidos, sobre
todo comprendidos. Solamente así se nos ayudará con eficacia y sin dejo de
superioridad y mayordomía".
22 años antes de ésta, su faena de la América, Gabriela Mistral, en su
primera visita a los Estados Unidos (mayo de 1924) leerá en la Unión
Panamericana, aquí en Washington, su discurso "Unión cristiana de las Américas".
Y después, en febrero de.1939, "volvió a abrirme la puertas la Unión
Panamericana”,
dice
ella
en
gratitudes
referenciales
y
para
siempre.
Efectivamente, en el Palacio de la Unión Panamericana, nuestra, Mistral hablará de
lo vivo y lo viviente del suelo natal en un redescubrir la entraña misma del largo
país en su conferencia "Geografía, humana de Chile", y leerá por vez primera sus
poemas inéditos sobre esa geológica y deslumbrante, geografía austral de Chile:
"Salto del Laja” “Volcán Osorno”. y "Lago Llanquihue". Poemas que, de alguna
recreadora manera, venían a ser la prolongación permanente en su memoria del
país-natal, que bien se caminó y se vivió en sus educadores afanes de maestra
rural.
También, y en este derrotero o periplo de siempre acercamiento y adhesión
a la causa americanista, Gabriela Mistral, y con su salud ya quebrantada, participa
en una de las sesiones de la Organización de los Estados Americanos (OEA) abril
de 1956, entregando un mensaje americanista a los países miembros y de
39
J. Quezada / Gabriela Mistral ciudadana de las Américas
adhesión a la libertad, a la paz y a la democracia en el Continente. Era el último
acto público de su vida. "Ya todo lo di, ya nada llevo”.
Palabra de razón y de verdad tendrá entonces, y sólo meses después, el
Secretario General de la OEA, don José A. Mora, lamentando el fallecimiento de
Gabriela Mistral. "Nosotros, los de
la Unión Panamericana que nos sentimos-
infinitamente enriquecidos por su poesía y su personalidad calurosa y estimulante,
lloramos su muerte, pero también sabemos que vivirá por siempre en sus poemas,
que son su legado a la humanidad”
Así, fue, así es. Vive y vivirá por siempre ésta, nuestra Gabriela Mistral,
verdadera y auténtica y fiel ciudadana de las Américas. Su pensar y su contar la
América es también su legado para ésta su propia América.
Comunidad americana: gracias por esta ocasión tan dignísima de decir mi
palabra mistraliana aquí, en la Organización de los Estados Americanos y en esta
Sala de las Américas, en este día de patria tan especial para Chile. Pero, por sobre
todo, gracias por hacer de este acto un momento tan relevante y significativo en el
reencuentro de vida y obra americana con Gabriela Mistral, mujer chilena en su
tiempo y en este tiempo. Y mujer de América en todos los tiempos. Y como dijo
ella misma en su poema La Extranjera: "Vivirá entre nosotros ochenta años, / pero
siempre será como si llega".'
40
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Referencias Mistralianas
El grito: ¡América, América!. En Repertorio Americano, 17 de abril, 1922. San José,
Costa Rica.
Discurso en la Unión Panamericana. En Repertorio Americano, agosto, 1924. San
José, Costa Rica.
Contestación a una Encuesta. En El Mercurio, 4 de marzo,1928. Santiago de Chile.
Libros que faltan para la América. En Repertorio Americano, marzo de 1929. San
José, Costa Rica.
Bolívar a los 40 años. En El Mercurio, 1 de febrero, 1931. Santiago de Chile.
La desgracia de Santo. En Repertorio Americano, 10 de enero, 1931. San José,
Costa Rica.
Conversando con las mujeres de Puerto Rico. En Repertorio Americano, 19 de
septiembre, 1931. San José, Costa Rica.
El divorcio lingüístico de nuestra América. En Revista Sur, julio de 1938. Buenos
Aires, Argentina.
En el día de la cultura americana. En Revista América, enero de 1939. La Habana.
La faena de nuestra América. En Revista Política y Espíritu, septiembre, 1946.
Santiago de Chile.
Palabras sobre la paz. En Revista Nueva Democracia, julio de 1948. Nueva York.
La palabra maldita. En Repertorio Americano, enero de 1951. San José, Costa Rica.
41
Boletín N°6 (2004). Páginas 42 - 63
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
ARQUEOLOGÍA PÚBLICA Y COMUNIDADES
RURALES: UN PROCESO DE PUESTA EN VALOR
EN EL VALLE DE CODPA, REGIÓN DE TARAPACÁ1
Álvaro Luis Romero Guevara 2 , Rolando Ajata López 3 ,
Gustavo Espinosa Valdebenito 4 & Luis Briones Morales 5
1
Resultado de los Proyectos FONDART 168341 y FONDECYT 1020491.
Licenciado en Antropología – Arqueología. Alumno becario MECESUP, Programa Magíster en
Antropología UCN-UTA. [email protected]
3
Licenciado en Antropología – Arqueología. Programa Magíster en Antropología UCN-UTA.
[email protected]
4
Departamento de Arqueología y Museología, Universidad de Tarapacá, Arica. [email protected]
5
Departamento de Arqueología y Museología, Universidad de Tarapacá, Arica. [email protected]
2
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Resumen
Se presenta el proyecto de puesta en valor del yacimiento de arte rupestre de
Ofragía, ubicado en el valle de Codpa, Región de Tarapacá. El proyecto completó
un trabajo de registro, planteó un diseño museográfico, ejecutó una puesta en
valor y efectuó un taller cultural a la comunidad para el cuidado y manejo del
yacimiento. Se muestra esta experiencia como la primera parte de un proceso
largo en donde la comunidad local va identificando el recurso arqueológico como
parte de su patrimonio cultural, y por otro lado, los especialistas del pasado
intentan deshacerse de una larga tradición de manejo monopolizado de los
recursos arqueológicos.
Introducción
En el actual contexto de las políticas sociales de educación y cultura en
Chile, el patrimonio arqueológico se inserta sólo tangencialmente. Tales fondos
públicos, sin duda, no permiten financiar la investigación arqueológica científica,
aquella que gira en torno a temas teóricos y metodológicos de la antropología
mundial. A primera vista, esto es negativo para gran parte del recurso
arqueológico, siendo difícil resguardar yacimientos en inminente peligro de
destrucción sólo mediante objetivos patrimoniales (Ayala 2003). Bajo tal requisito
sólo los yacimientos que satisfacen necesidades científicas tras la perspectiva
teórica metodológica de un investigador competente pueden potencialmente ser
registrados y conservados.
Pero esta política nacional de cultura también ha permitido que los
arqueólogos nacionales hayan ampliando su ámbito de acción, ya sea, trabajando
en conjunto con las comunidades rurales e indígenas, estableciendo alianzas con
las autoridades locales y desarrollando proyectos multidisciplinarios con otros
gestores culturales, y en definitiva, saliendo del restringido ámbito científico para
situar el recurso arqueológico como un componente más del patrimonio cultural
(Romero 2003). De este modo, la arqueología debe participar activamente en el
proceso de formulación de este imaginario que la sociedad, como un todo diverso,
crea
constantemente
para
comprender
el
presente
denominamos patrimonio cultural, memoria e identidad.
43
(Tilley
1998),
que
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
Para quienes trabajamos en el norte de Chile, debemos considerar que
existen factores adicionales que se suman a los procesos de formación identitaria.
Los cuales son la organización de comunidades indígenas mediante la Ley 19.253
de Pueblos Indígenas, y la génesis de sentimientos étnicos (Gunderman 2000).
Una de las maneras para que la arqueología y las comunidades trabajen en
conjunto es mediante la creación de museos locales (Ayala et al. 2003) y la puesta
en valor de yacimientos. En este último caso, las experiencias en Chile sólo se
limitan al área atacameña (Bravo 2003), donde las comunidades indígenas desean
disputar acceso al mercado turístico de San Pedro de Atacama (Región de
Antofagasta). Anteriores experiencias de puesta en valor de yacimientos
arqueológicos, sin conexión alguna con la comunidad, no tuvieron un programa de
manejo a largo plazo, quedando las iniciativas sujetas a la buena voluntad de
autoridades y organismos públicos (Barón 1986; Chacama et al. 1992).
Dentro de ese contexto social, se invitó a la Municipalidad de Camarones a
concursar al Fondo del Arte y la Cultura (FONDART), del Ministerio de Educación,
para iniciar una actividad de puesta en valor integral, que conllevara investigación
científica, museografía y manejo sustentable de un yacimiento de arte rupestre. El
presente artículo resume nuestra experiencia, mostrándose como la parte inicial de
un proceso de largo aliento en donde la comunidad local va identificando el
recurso arqueológico como parte de su patrimonio cultural, y por otro lado, los
especialistas del pasado intentan deshacerse de una larga tradición de manejo
monopolizado de dicho recurso.
La Arqueología en Sociedad
Aunque desde un inicio la arqueología basó buena parte de su desempeño
en el rol que podía jugar su conocimiento en la sociedad, ya sea sustentando
nacionalismos o colonialismos (Trigger 1992), es sólo recientemente que se han
propuesto planteamientos teóricos y epistemológicos concretos.
44
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
En general, la práctica arqueológica tradicional al enfatizar el método y la
teoría científica, olvida constantemente el diálogo con los distintos estamentos de
la sociedad. Según Tilley (1998) esta arqueología es en gran medida la
responsable del permanentemente distanciamiento de la comunidad con su pasado
remoto. Sin embargo, dentro de dicha práctica tradicional hay ciertos contactos
con el mundo exterior fuera de la burbuja científica. Por ejemplo, buena parte de
la denominada “educación patrimonial” sirve para señalar la línea divisoria entre
una manera legal de entender el pasado y el saqueo y el vandalismo. En el mismo
tenor, la “administración de recursos culturales” suele ser una forma de legitimar a
una serie de especialistas encargados de gestionar un conjunto de recursos no
renovables dentro de un esquema capitalista de oferta y demanda.
Por otro lado, la arqueología aplicada, tal como la antropología del
desarrollo, se planteó utilizar el conocimiento adquirido mediante la aplicación del
método científico, en beneficio de las comunidades locales. En los Andes tales
trabajos fueron desarrollados principalmente en los camellones agrícolas del
Titicaca (Erickson 1998) y los andenes del Cuzco (Kendall 1994) y Puno (Mujica
1997). Sin negar que todas estas experiencias se hayan transformado con el paso
del tiempo, podemos señalar que se iniciaron desde un punto de vista asimétrico,
donde la ciencia occidental ayudaría a las comunidades a “redescubrir” sus
tecnologías y organizaciones sociales pasadas. Desde este punto de vista es el
modo de conocimiento occidental el que daría forma a su historia, y sobre todo la
interpretaría, señalando los aspectos que es necesario revalorar y ocultando otros
que no integrarían su memoria (Tilley 1998).
Con la llegada de las corrientes postmodernas en las ciencias sociales, la
perspectiva de la arqueología aplicada estaría siendo cuestionada, porque pese a
las buenas intenciones nunca se salió del esquema colonialista, es decir, nunca
cuestionó la aparente superioridad del conocimiento occidental. Los postmodernos
relativizaron el valor del conocimiento científico y plantearon que su actual estatus
sólo se debía a la circunstancia histórica de supremacía del capitalismo en el
45
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
mundo. Se planteo, entonces, una arqueología postcolonial que sea conciente de
tales circunstancias y que valore las otras perspectivas culturales para producir
conocimiento y formular memorias particulares (Preucel y Hodder 1996).
Una de las formas de elaborar esta arqueología postcolonial es a través de
una serie de estrategias que han sido denominadas arqueología pública. Para
Green y colaboradores (2003) la arqueología pública no sólo comprende objetivos
y actividades adicionales a la investigación, sino que significa un enfoque
radicalmente distinto a la práctica tradicional generándose a partir de preguntas de
investigación que son igual de beneficiosas para la comunidad local y para la
comunidad científica. Asimismo, la producción del conocimiento incorpora
elementos y métodos de la sabiduría local.
Los párrafos precedentes dan cuenta del reciente recorrido de nuestra
disciplina para dejar de lado la inocencia y tomar plena conciencia del contenido
político de nuestras prácticas
(Uribe y Adán 2001). En nuestro caso, hemos
logrado una visión similar, no sólo inspeccionando la historia de la disciplina, sino
sobre todo a través de nuestra propia experiencia con la comunidad del valle de
Codpa. Este proceso ha dejado al descubierto las falencias de una formación
especializada tradicional y los supuestos epistemológicos que limitaron nuestro
esfuerzo por entender la situación, la perspectiva y los intereses locales.
A continuación se expone la contextualización sociocultural del valle y las etapas
más relevantes de nuestro proyecto. Finalmente discutimos nuestro planeamiento
inicial a la luz de los resultados y las perspectivas teóricas resumidas.
Espacio Geográfico y Humano
El yacimiento de Ofragía se ubica en el valle de Codpa, como se le
denomina al sector medio de la cuenca del río Vítor, la tercera cuenca más
septentrional de la Región de Tarapacá (Figura 1). El valle de Codpa se caracteriza
por un estrecho y escarpado cajón regado por un curso más o menos permanente
de agua, que ofrece la mayor fertilidad de la hoya. Sólo en años muy lluviosos este
46
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
curso de agua alcanza a escurrir hacia los sectores más bajos de Chaca y Caleta
Vítor, como ha ocurrido en los últimos años. El clima es seco casi todo el año, pero
en verano alcanzan algunas precipitaciones desde el altiplano.
Lo anterior genera un microclima que favorece una rica producción agrícola,
orientado en mayor medida a frutales, y en menor medida hortalizas. Los frutos
más importantes son principalmente exógenos, tales como uvas, naranja,
membrillos, duraznos e higos. En tanto que frutos nativos de América son la palta,
el mango y la guayaba.
Según el Censo de 1992 el valle de Codpa concentra un poco más de 200
personas principalmente en los pueblos de Codpa, Guañacagua y Chitita. Estos
núcleos de población están rodeados por diversas estancias o campamentos
unifamiliares de producción agrícola. La población mantiene un sistema de doble
residencia generalizado. De esta forma un alto número de integrantes de la familia
pasan una importante parte del año viviendo en la ciudad de Arica y la otra parte
en el valle (González 1990). Esta realidad, que puede provenir de tiempos
prehispánicos, en la actualidad es producto de la falta de diversos servicios
públicos a disposición de la comunidad en el valle, que si bien han aumentado
enormemente en la década de 1990, no han sido suficientes para contrarrestar la
atracción de las ciudades.
Desarrollo Histórico
Recientes hallazgos arqueológicos en el valle de Codpa (p.e. Guatanave,
Amazaca) han permitido sostener que la vida agrícola se iniciaría hacia comienzos
de nuestra era, profundizando su antigüedad más allá del Período Intermedio
Tardío (1.000 a 1.400 d.C.), como se proponía en los primeros trabajos
arqueológicos en la zona (Muñoz et al. 1987).
Sin embargo, es durante el Período Intermedio Tardío donde se observa una
ocupación más intensiva, con presencia de densos poblados en los sectores altos
del valle, que dan cuenta de una dinámica interacción de poblaciones locales,
47
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
costeras y altiplánicas basada en una agricultura de terrazas y ganadería de
camélidos (Muñoz et al. 1987).
Es muy probable que a lo largo del curso medio del valle de Codpa
poblaciones contemporáneas a las del curso alto se hayan distribuido de manera
similar al actual patrón disperso de estancias. Junto a éstos asentamientos existieron
poblados más complejos encumbrados en los cerros de Palca, Chitita y Guañacagua
(Ajata 2004), y seguramente en sectores extensos y bajos como en los actuales
emplazamientos de Codpa y Guañacagua.
Hacia el final de la época prehispánica se hace notoria la presencia de
influencias Inka (1.400 a 1.500 d. C.). En el extenso asentamiento de Incauta se
instaló
un
centro
administrativo
para
que
poblaciones
altiplánicas,
como
representantes del Estado Inka, distribuyeran los recursos locales dentro y fuera del
valle (Muñoz et al. 1987). Tierras abajo, en el límite occidental del curso medio, en el
sector de Cachicoca se estableció una importante colonia altiplánica con arquitectura
y bienes atípicos para la zona (Muñoz et al. 1987).
La llegada española al valle de Codpa no fue distinta al resto de los Andes en
cuanto a sus resultados finales. De este modo la sociedad nativa fue rápidamente
desestructurada en los ámbitos ideológicos, sociales y políticos. La riqueza agrícola
en estos parajes desérticos llamó la atención rápidamente del conquistador. De este
modo se observó un rápido decaimiento agrícola del curso alto y una transformación
de los cultivos en el curso medio.
Las diferencias con el proceso de conquista de la precordillera de Arica
sirvieron para crear una “leyenda blanca”, donde los actuales habitantes del valle
serían herederos directos de colonos del viejo mundo. Visión que contrasta
rápidamente con los datos históricos, ya que hasta finales del s. XVIII la presencia
hispana en el valle no superó el 5 % (Hidalgo y Durston 1998).
Un episodio reciente y dramático fue la incorporación del Norte Grande al
Estado chileno. Al igual que muchos valles, la comunidad local fue dividida entre
miembros que se quedaron al norte de la Línea de la Concordia y los que
48
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
permanecieron en el sur. Los efectos coercitivos de este episodio aplicados por los
organismos de la chilenización (instituciones políticas y de orden) permanecen y aún
no decantan completamente. Se consiguió destruir una identidad tradicional
articulada regional y localmente para imponer una nueva identidad chilena.
En la actualidad una serie de prácticas tradicionales cotidianas y religiosas
que adscriben al valle de Codpa al mundo andino. Sostenemos que sin necesidad
de un cambio poblacional, la población indígena del valle fue receptiva a formas
económicas y organizativas occidentales que les sirvieron para insertarse de mejor
forma en el mundo moderno y capitalista que se estaba formando.
Petroglifos de Ofragía
El área arqueológica de Ofragía se ubica a 7 km aguas abajo del pueblo de
Codpa (Figura 2). Hacia el oeste de este sector el valle se encajona y terminan los
caminos vehiculares, continuando senderos que llegan al último sector agrícola del
valle de Codpa: Cachicoca.
En el área se han reconocido 2 yacimientos (Cabezas et al. 1984). Se
reconoce como Ofragía 2 (OFA2) al conjunto de petroglifos ubicados en la ladera
norte del valle. En OFA2 predominan los motivos geométricos compuestos. Pero en
el sector oeste del conjunto estos motivos forman composiciones complejas, en
tanto que hacia el este, los motivos geométricos se presentan en forma aislada y
en paneles de menor tamaño. Además, en el sector este se registra mayor
frecuencia de figuras naturalistas.
Ofragía 1 (OFA 1), en cambio, se ubica en la ladera sur, junto al camino
vehicular. Se compone de 57 unidades dispuestas principalmente en bloques
aislados de diferentes tamaños que se han desprendido desde las partes altas de
la ladera. Los grabados se disponen en los bloques de mayor tamaño, y también
en aquellos pequeños dispuestos cerca de los grandes. Esta área de la ladera con
bloques disgregados está limitada por dos pequeñas quebradas.
49
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
Tanto OFA 1 y OFA 2 poseen muy pocos materiales arqueológicos dispersos
en superficie, que corresponden principalmente a fragmentos de cerámica sin
decoración. Se pueden observar además algunos débiles estratos de depósito de
basuras orgánicas que corresponden a breves eventos de refugio junto a los
bloques.
En OFA 1 se completó un trabajo de registro anterior efectuado en la
década de 1980, mediante fichas, dibujo y fotografía digital (Figura 3 y 4). En las
57 unidades, se contabilizaron 82 paneles y 1.028 motivos, donde el más frecuente
corresponde a camélidos de tamaño mediano a pequeño (Tabla 1).
Tabla 1: Resumen de motivos de petroglifos en Ofragía 1
Motivos
Total
% Total
Antropomorfo
170
16.5%
Camélido grande
64
6.2%
Camélido pequeño y mediano 686
66.7%
Otro Cuadrúpedo
9
0.9%
Ornitomorfo
13
1.3%
Otro zoomorfo
22
2.1%
Indeterminado
23
2.2%
Geométrico
41
4.0%
TOTAL
1028
100.0%
Otro aspecto que se constató con el registro fue el grave deterioro que el
yacimiento ha sufrido desde 1983 hasta el presente. Diversos atentados realizados
por visitas irresponsables, proselitistas políticos e incluso ejecutores de obras
civiles, han pintado y grabado sobre diversos paneles (Figura 5). Lo más grave es
que la gran mayoría correspondería a graffiti hechos por menores, familiares o
amigos de la comunidad. Estos jóvenes arriban al valle con ocasión de ciertas
festividades o simplemente por vacaciones.
50
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Diseño Museográfico
Una vez completado el registro de las evidencias rupestres y demás restos
culturales se procedió a la elaboración de un Plan de Manejo general del
yacimiento (Romero et al. 2003). Aunque el financiamiento sólo contemplaba
ciertas tareas de infraestructura se pensó que era indispensable formular un
diseño general, que sirviera de base para esta puesta en valor y en forma modular
a nuevas iniciativas estatales o comunales. Además, este documentó sirvió de
solicitud ante el Consejo de Monumentos Nacionales 6 para intervenir en el
yacimiento.
Debemos señalar que este Plan de Manejo no fue participativo, es decir, no
hicimos participes de nuestras propuestas a la comunidad para que las conocieran
y se discutieran. Fue un documento elaborado técnicamente que no sale del
ámbito especializado de la conservación y utilización desde la perspectiva
occidental.
En específico, para esta etapa del proyecto, se solicitó autorización para la
limpieza del sitio, estabilización de senderos, creación de estaciones interpretativas
e instalación de señalética. Se requirió la limpieza del yacimiento, no por la
existencia de basuras orgánicas, sino por una gran cantidad de fragmentos rocosos
sueltos a lo largo de la pendiente que conforma el sitio arqueológico. Esta
presencia de bloques es algo frecuente en todas las laderas del valle, producto de
la erosión y movimientos sísmicos producidos por milenios. Con una recolección
manual de estos bloques fue posible obtener una superficie más limpia, donde se
pudieron destacar mejor los bloques con grabados, y además facilitar los
siguientes trabajos de estabilización de senderos.
6
La Ley 17.288 de 1970 del estado chileno crea el Consejo de Monumentos Nacionales, organismo
técnico, único organismo que administra, cuida y declara el patrimonio de la nación. A partir de
esta Ley el patrimonio arqueológico pasa a ser Monumento Nacional en su totalidad, sin necesidad
de ser declarado, como ocurre con los monumentos históricos, naturales y típicos.
51
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
El sistema de senderos fue seleccionado a partir de senderos previos,
privilegiando aquellos que permitieran mayor visibilidad de los paneles sin tener
acceso directo a los bloques. Los senderos fueron estabilizados en forma de
empedrados utilizando la misma piedra del lugar, una piedra blanda sillar de color
blanco.
Se diseñaron 4 estaciones para facilitar la interpretación del yacimiento,
delimitados por pequeños muros pircados y señalética. La señalética contempló
información y recomendaciones. Además, el diseño museográfico consideró
acciones, que en el futuro, con nuevos financiamientos podrían concretarse, tales
como, estacionamiento de vehículos, cerco perimetral y limpieza de bloques
rayados sin petroglifos.
Taller Cultural
El sitio arqueológico se ubica en un lugar relativamente distante de los
principales centros urbanos de Arica e Iquique, por lo que, sólo excepcionalmente,
especialistas,
investigadores y guías de turismo profesionales acompañarán a
turistas. Estas visitas guiadas siempre se realizarían desde una perspectiva del
conocimiento estático, sirviendo a las demandas del turista.
Sin embargo, la cercanía al pueblo de Codpa hace conveniente contar con
apoyo permanente de personal local preparado para cuidar y dirigir las visitas en el
sitio. No sólo es interesante para la comunidad por un asunto de recursos
económicos, sino porque es la posibilidad de expresar y difundir una interpretación
del yacimiento arqueológico, que proviene desde la memoria local y puede ser
opuesta o complementaria a la visión de la ciencia.
Se realizó un taller cultural donde se produjo el primero de una serie de
“encuentros de conocimientos” entre investigadores del patrimonio cultural y la
comunidad general, logrando crear una instancia de reflexión sobre el respeto y
cuidado del amplio patrimonio cultural presente en estas localidades. De este
modo, en el taller cultural se presentaron herramientas básicas sobre el
52
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
conocimiento, cuidado e interpretación del yacimiento, dentro de un contexto más
amplio de conceptualización de patrimonio, legislación de patrimonio, patrimonio
arqueológico e interpretación cultural.
Se convocó a toda la comunidad, lográndose la asistencia de 20 adultos y
unos 40 alumnos de la Escuela Internado. El taller se desarrolló con clases
expositivas, con la ayuda de un aparato multimedia, y posteriormente se realizó
una visita al yacimiento para hacer un ejercicio de interpretación cultural.
Originalmente el proyecto buscaba organizar y asesorar a la comunidad en
el cuidado y manejo del yacimiento arqueológico. La escasa relación que tenía la
comunidad con su patrimonio y con las formas de protegerlo y utilizarlo como
recurso sustentable, impidieron llegar hasta ese nivel de compromiso. Sin
embargo, este primer proyecto sirvió para disponer de una base de conceptos e
inquietudes al interior de la comunidad local.
Resultados
Con la puesta en valor y la realización de talleres culturales, el proyecto
buscó valorizar de manera completa la identidad cultural de la comunidad, no sólo
desde su base prehispánica, sino sobretodo a partir de la gran continuidad cultural
en su entorno desértico. Nuestro supuesto básico era que las expresiones de arte
rupestre entregan mensajes fácilmente interpretables para todo el público y que
llama la atención no sólo en términos históricos sino también estéticos. Por tanto,
el arte rupestre constituye un buen punto de partida para establecer relaciones
con nuestro pasado, valorando y protegiendo el patrimonio cultural en su totalidad.
Otro objetivo de este proyecto era aportar desde la investigación y la ciencia
tradicional al desarrollo planificado de las sociedades rurales. En este caso, no nos
alejábamos mucho de la denominada arqueología aplicada, recalcando que el
recurso turístico debía ser protegido, pero también interpretado responsablemente.
En todas esas etapas el apoyo y la asesoría de especialistas pensábamos que eran
indispensables, formulados a través de un Plan de Manejo (Romero et al. 2003).
53
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
Esta actitud ciertamente podría servir a la protección circunstancial del recurso
arqueológico, pero nos alejaba de la comunidad y su manera de conformar su
memoria, estableciendo una clara línea entre conocimiento occidental y los otros
conocimientos.
Sin embargo, al trabajar en el registro del yacimiento nos dimos cuenta que
existía una urgencia de educar y valorar el sitio de manera efectiva. En menos de
20 años el yacimiento había sido alterado irremediablemente, mediante grabados y
pinturas. Todo esto por la acción de diversos agentes, principalmente locales, que
en última instancia no consideraban tales representaciones rupestres como parte
de su patrimonio. La situación frente a un contexto de globalización mundial se
vuelve particularmente compleja en las comunidades tradicionales. Aunque una
buena parte de ellas están valorando su patrimonio cultural frente a la demanda
creciente del denominado Turismo Cultural (Nielsen et al. 2003), otro importante
sector, como los jóvenes, se ven enfrentados a la carencia de referentes reales
para conformar una particular memoria e identidad.
El trabajo realizado en el valle de Codpa, de talleres culturales y puesta en
valor, ejemplifica como la educación del patrimonio y el encuentro de distintas
visiones son un primer paso frente al complejo contexto cultural globalizante que
se esta desarrollando. Como investigadores de las ciencias sociales lo que
podemos ofrecer son trabajos integrales de estudio, educación y encuentro,
presentados como herramientas para proteger, valorar y ofrecer desarrollo en los
diversos ámbitos y escalas sociales.
Conclusiones: Memoria y Patrimonio Cultural en Codpa
El trabajo de valoración en Ofragía se planteó inicialmente, casi
inocentemente, como un trabajo de arqueología aplicada. Nuestras expectativas
fueron sobredimensionadas, especialmente por la suposición que la organización
social actual de la comunidad trascendía históricamente y poseía una memoria
plenamente establecida. Pero el particular contexto social e histórico de la
54
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
comunidad nos señaló que era necesario trabajar previamente con ellos en la
consolidación de una identidad cultural, hoy en día, desdibujada.
Tampoco podemos señalar que en la comunidad local existe una completa
desidia de aspectos identitarios, sino más bien, un desapego notorio hacia ciertos
componentes relevantes de su patrimonio cultural, tales como yacimientos
arqueológicos, prácticas tecnológicas tradicionales e incluso eventos de la historia
reciente. Tal situación responde a los dramáticos procesos históricos relacionados
principalmente con el cambio de jurisdicción política desde el dominio peruano al
chileno, donde las poblaciones fueron despojadas de las articulaciones con la
comunidad y su historia, necesarias para conformar una identidad.
Cualquier intento por cambiar tales aspectos de la memoria pasa por
comprender estos eventos recientes, alejados de los temas que usualmente los
arqueólogos enfocamos en nuestras investigaciones. Este proyecto se nos presentó
como una oportunidad para enfrentar estos problemas culturales desde una
perspectiva diferente, no intentando construir una memoria desde una visión
paternalista, sino que motivando a la comunidad a participar activamente en los
procesos de educación, valoración y fortalecimiento de identidad.
Sin embargo, diferente de lo que suponíamos al comienzo de la puesta en
valor, esta experiencia constituye sólo un primer acercamiento entre los distintos
agentes y el patrimonio cultural, siendo necesaria la implementación de nuevas y
sucesivas estrategias para complementar las actividades de valoración iniciadas
(Ajata y Briones 2004). Cualquier proceso que implique el fortalecimiento de
identidades requiere de trabajos sucesivos, constantes y de largo plazo, que
permita el desarrollo de la educación y difusión de diferentes estamentos de la
comunidad y distintas actividades enfocadas a los diferentes grupos sociales
internos.
Al compartir nuestra visión y experiencia sobre patrimonio con la
comunidad, que también posee su propia memoria, permitió una primera conexión
de conocimientos. Si bien, en el mejor de los casos, las propuestas sobre
55
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
valoración del patrimonio cultural deberían surgir en estas instancias de diálogo y
enfrentamiento de ideas, no debemos descuidar a otro tipo de agentes, como las
instituciones vinculadas con el tema patrimonial, especialmente los municipios
locales (Gordillo 2001).
A estas alturas en un país con políticas culturales renovadas el reto no es
elaborar proyectos que en el papel sean adecuados a las comunidades o gestionar
recursos dentro de las sensibilidades entrecruzadas del desarrollo, el etno-turismo
y el patrimonio. El verdadero desafío es lograr de forma efectiva reunir y
confrontar en un plano de equivalencia prácticas y visiones opuestas, generadas
desde la comunidad local y la comunidad de especialistas. En el caso expuesto,
aún estamos lejos de lograrlo.
Agradecimientos: Se agradece a la comunidad del valle de Codpa, por haber
participado en ciertas etapas del proyecto y lograr la reorientación de nuestros
planteamientos iniciales. Al FONDART, que mediante el proyecto 2002 Nº 168341,
a cargo de la Municipalidad de Camarones, financió completamente el proyecto.
Las labores de puesta en valor estuvieron a cargo de Javier Albarracín. El señor
Álvaro Vásquez, del municipio, activó los aspectos financieros y logísticos del
proyecto. Nuestro nexo con el Internado de Codpa fue el profesor Fernando
Fernández. En el marco del proyecto FONDECYT 1020491 se ha desarrollado la
reflexión teórica y metodológica acerca la arqueología pública y arte rupestre.
56
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Referencias Bibliográficas
AJATA, R. 2004. Patrón de asentamiento de agricultores prehispánicos en el curso medio
del valle de Codpa. Informe Final de Práctica Profesional. Universidad de Chile, Centro de
Investigaciones del Hombre en el Desierto. Manuscrito en posesión del autor.
AJATA, R. y L. BRIONES. 2004. Puesta en valor y difusión de un yacimiento de arte
rupestre en la quebrada de Huatacondo: Los petroglifos de Tamentica-1. Actas del II
Congreso Chileno de Conservación y Restauración, Santiago (en prensa).
AYALA, P. 2003. Arqueología y sociedad: El caso de las comunidades indígenas en Chile.
Werkén 4: 59-73.
AYALA, P., S. AVENDAÑO y U. CÁRDENAS. 2003. Vinculaciones entre una Arqueología
Social y la Comunidad Indígena de Ollagüe (Región de Antofagasta, Chile). Chungara
35(2): 275-285.
BARÓN, A. 1986. Conservación, restauración y arqueología experimental. Chungara 16-17:
279-287.
BRAVO, Á. 2003. Arqueología aplicada al desarrollo de comunidades atacameñas.
Chungara 35(2): 287-293.
CABEZAS, C., S. CHANG, F. GUZMÁN, F. INOSTROZA, C. PINO y M. VÉLIZ. 1984. Los
Petroglifos de Ofragía. Contribución a la Arqueología Regional. Seminario para optar al
título de Profesor en Estado en la asignatura de Artes Plásticas, Universidad de Tarapacá,
Arica.
CHACAMA, J., L. BRIONES e I. MUÑOZ. 1992. Puesta en valor de un sitio monumental
prehispánico Tambo Zapahuira 1 (AZ 40). Hombre y Desierto 7-8: 23-37.
57
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
ERICKSON, L. 1998. Applied archaeology and rural development: Archaeology’s potential
contribution to the future. En Crossing Currents: Continuity and Change in Latin America,
editado por M. Whiteford y S. Whiteford, pp. 34 -45. Prentice-Hall, Upper Saddle.
GREEN, L., D. GREEN y E. NEVES. 2003. Indigenous knowledge and archaeological science.
Journal of Social Archaeology 3(3): 365-397.
GONZÁLEZ, H. 1990. Timar, Diagnóstico Socio-Económico. Acerca de la Utilización de Dos
Espacios Económicos: El Campo y la Ciudad. Serie Documentos de Trabajo. Taller de
Estudios Andinos, Arica.
GORDILLO, J. 2001. Patrimonio Cultural, Pensamiento Andino y Medio Ambiente. Ensayos y
Comentarios. CETICOS y Universidad Privada de Tacna, Tacna.
GUNDERMANN, H. 2000. Las organizaciones étnicas y el discurso de la identidad en el norte
de Chile, 1980-2000. Estudios Atacameños 19: 75-91.
HIDALGO, J. y A. DURSTON. 1998. Reconstitución étnica colonial en la sierra de Arica: El
cacicazgo de Codpa, 1650-1780. En Actas del IV Congreso Internacional de Etnohistoria,
Tomo II: 32-75. Pontificia Universidad Católica de Lima, Lima.
KENDALL, A. 1994. Proyecto Arqueológico Cusichaca, Cusco: Investigaciones Arqueológicas y
de Rehabilitación Agrícola. Tomo I. Cusichaca Trust, Southern Peru, Lima.
MUÑOZ, I.; J. CHACAMA y G. ESPINOSA. 1987. El poblamiento prehispánico tardío en el
valle de Codpa: Una aproximación a la historia regional. Chungara 19: 7-61
MUJICA, E. 1997. Los Andenes de Puno en el Contexto del Proceso Histórico de la Cuenca
Norte del Titicaca. Ponencia presentada en el simposio Conservación y Abandono de
Andenes, Lima, Universidad Nacional Agraria La Molina, 1997.
NIELSEN, A., J. CALCINA y B. QUISPE. 2003. Arqueología, turismo y comunidades
originarias: Una experiencia en Nor Lípez (Potosí, Bolivia). Chungara 32(2): 369-377.
58
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
PREUCEL, R. e I. HODDER. 1996. Constructing identities. En Contemporary Archaeology in
Theory: A Reader, editado por R. Preucel e I. Hodder, pp. 601-614. Blackwell Publishers,
Oxford.
ROMERO, Á. 2003. Arqueología y pueblos indígenas en el norte de Chile. Chungara
35(2):287-293.
ROMERO, A., G. ESPINOSA y L. BRIONES. 2003. Proyecto Museográfico: Puesta en Valor del
Sitio Arqueológico Ofragía 1, Valle de Codpa, Comuna de Camarones. Documento Proyecto
FONDART 168341-2002, Arica.
TRIGGER, B. 1992. Historia del Pensamiento Arqueológico. Editorial Crítica, Barcelona.
TILLEY, C. 1998. Archaeology as socio political action in the present. En Reader in
Archaeological Theory. Post-Procesual and Cognitive Approaches, editado por D. Whitley, pp.
305-330. Routledge, London.
URIBE, M. y L. ADÁN. 2003. Arqueología, patrimonio cultural y poblaciones originarias:
Reflexiones desde el desierto de Atacama. Chungara 35(2): 295-304.
59
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
Figuras
Figura 1:
Ubicación del valle de Codpa en las Provincias de Arica y Parinacota, Región de
Tarapacá.
60
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Figura 2:
Vista general del valle de Codpa en el sector de Ofragía.
61
A. Romero et al. / Arqueología pública y comunidades rurales...
Figura 3: Panel OFA1-01-02: en la parte superior grandes camélidos; en la parte inferior
grabados muy pequeños y erosionados de personajes enfrentándose con arcos.
62
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Figura 4: Detalle de panel OFA1-09-01: Destaca figura antropomorfa con un tocado
similar a un sombrero occidental, rodeado por camélidos.
Figura 5: Detalle de panel OFA1-39-01: A la izquierda un panel donde se observan
figuras de aves; a la derecha vista actual que muestra el mismo panel completamente
arruinado por rayados políticos.
63
Boletín N°6 (2004). Páginas 64 - 69
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
EN LA RUTA DEL TREN ELQUINO
TRAS LA BÚSQUEDA
DE LOS “CHILENITOS ROJINOS”
Rodrigo Iribarren Avilés1
1
Director Museo Gabriela Mistral de Vicuña. Calle Gabriela Mistral 759.
E-mail: [email protected]
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Cuando el gobierno chileno haciendo eco de la petición de las autoridades
de la Provincia de Coquimbo, y del positivo lobby que realizó en Santiago una
comisión presidida por Néstor Iribarren, otorgó el visto bueno para la construcción
del ferrocarril a Elqui que reemplazaría a su antecesor destruido por las “creces
del río en 1888”, hubo una gran alegría en el Valle.
Meses después cuando el Congreso aprobó $200.000 para la construcción
del tramo entre La Compañía y Pelícana y se llamó a licitación la obra, la alegría
fue indescriptible.
Con los estudios de los ingenieros Mujica y García, se iniciaba una verdadera
epopeya que marcaría para siempre la fisonomía de la gente y de los diversos
pueblos diseminados a lo largo del río.
En septiembre pasado se acaban de cumplir cien años de la fecha de
recepción oficial de las obras del Ferrocarril a Elqui, trabajos que como siempre
acontece en Chile, fueron entregados varios años después (cuatro para ser más
exactos) de los plazos establecidos en la licitación. Según los contratistas el atraso
del Estado en los avances presupuestarios y las dificultades con los propietarios
de los terrenos por donde se trazó la línea ferroviaria fueron los grandes culpables.
Nada pudieron hacer los Srs. Coo y Sotomayor por terminar antes, los ingenieros a
cargo
Srs Lary, Marín, Samatan,. Maurat, Symmes , deben haber quedado
satisfechos en lo personal con el resultado obtenido.
En 1899 el tren ya recorría hasta Marquesa, en 1902 hasta Diaguitas y en
1903 ya lo hacía hasta Rivadavia.
En virtud de esta fecha tan especial para el que fuera el Tren Elquino es que
quisimos hacer un viaje simbólico hacia las dulceras de Las Rojas, las que ponían
esa nota pintoresca al paso del tren por aquella localidad.
Desde la ruta nueva por el Puclaro observamos desde lejos el nuevo pueblo
de Gualliguaica, pueblo que logró recuperar y reconstruir su antigua estación, hoy
destinada a Museo.
65
R. Iribarren / En la ruta del Tren Elquino. Tras la búsqueda de los “chilenitos rojinos”
Entramos por Almendral y sin detenernos seguimos hacia El Molle.
Después de algunos minutos contemplamos desde lejos uno de los cuatro
túneles con que contaba inicialmente el Tren Elquino. Era el túnel Maitén. Nos
aproximamos en silencio y
recogimiento, observamos con admiración la
espectacular mole, su estructura se asemeja a un puzzle gigantesco donde las
piezas calzan a la perfección, para perpetuar el recuerdo histórico, sus
constructores, entre los que había albañiles chilenos e italianos, inmortalizaron la
fecha , 1898-1899. Observamos que nada allí ha cambiado, si hasta pareciera que
el tiempo se ha detenido. Pensar que por allí donde ahora sólo circula el viento, el
estrepitar de la locomotora “Bañados Espinoza” (que fue una de las primeras que
hizo el recorrido) debió haber aterrorizado a cuanto ser viviente estuviera cerca.
Apenas, y en forma casi imperceptible apreciamos el hollín del carbón producto de
la chimenea de las antiguas máquinas a vapor que corrieron hasta la década del
50.
El silencio nuestro sólo era interrumpido por el grito conocido de chancaca,
chancaca de las codornices, las más ruidosas se escondían entre los arbustos,
otras, erguidas con sus penachos desfilaban ante nuestra vista, no lo hacían a
paso de ganso, pero sí de un elegante y no menos marcial paso de codorniz.
Mientras nos aproximamos a lo que en algún momento fue el recinto de la
estación ferroviaria de la localidad de El Molle, en nuestra ruta dimos alcance a
una sencilla mujer, quien, de ropaje largo y oscuro, escoba en mano y a tranco
seguro avanzaba en nuestra misma dirección. De inmediato se me vino a la
memoria el libro “Aposento de Brujos”, de una hija predilecta de la gente de El
Molle, Marta Elba Miranda. Escritora que relata mitos y tradiciones, muchos de
ellos relacionados con brujerías, los que rescató de la memoria colectiva de esa
localidad.
Creo estar seguro que no era la hora, ni el día, ni la persona indicada, para
poder ver a dicha pobladora emprender el vuelo, lo que le permitiría congregarse
66
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
con sus congéneres de Salamanca, como dice la tradición, ya que no creo en
brujos caray, pero de haberlos, los hay.
Continuamos con nuestro viaje, encontrando que el ex recinto de la estación
estaba pintado de un sospechoso color verde, seguros de no encontrar a ningún
“tiznado” allí, un tanto temerosos por la no muy amistosa recepción de un enorme
perro negro, decidimos emprender la marcha, no sin antes observar desde lejos,
alguno de los cementerios indígenas que excavara don “Pancho” Cornely a fines de
la década del 30.
Una vez llegados a Marquesa nos encontramos en nuestro camino con don
Julio Illanes, el cual de inmediato rememoró esos buenos años cuando el tren
carguero y a veces el mixto recibía el manganeso procedente de La Liga de Los
Algodones. Cuando el Tren Elquino, antes de la década del 50, se detenía allí para
“hacer agua”, ocasión que aprovechaban los pasajeros para bajarse de los coches
y dirigirse al Hotel Marquesa, propiedad de la Sra. Mery. Hotel que ofrecía como
especialidad de la casa , la cazuela de gallina gorda de campo. De inmediato lo
asocié con un reclamo de los usuarios del ferrocarril que apareció en la Voz de
Elqui (periódico de Vicuña), los que indignados reclamaban contra la Empresa del
Ferrocarril ya que como decían éstos, apenas comenzaban a engullir la cazuela
(con lo difícil que es cuando está muy caliente), se escuchaba el pitar del jefe de
estación anunciando la partida del tren.
Al cabo de algunos minutos nos encontrábamos en Pelícana, vino a nuestro
encuentro fortuitamente don Carlos Portilla, el que recordó con nostalgia y un
tanto de rabia la desaparición del Tren Elquino. Nos aclaró que junto al tren de
pasajeros diario, pero en horarios distintos circulaba “la góndola”, vehículo
ferroviario, también de pasajeros que hacía la ruta a Elqui. Ya le parecía ver el
embarque que se hacía de los animales gordos de las Hdas. Titón, La Calera y
Cutún . Se le nublaron los ojos cuando episodios de su infancia vinieron a su
memoria, como las seis horas de viaje que demoraba el trayecto a La Serena
cuando junto a su padre, empingorotado en algún jumento de la tropa, le ayudaba
67
R. Iribarren / En la ruta del Tren Elquino. Tras la búsqueda de los “chilenitos rojinos”
a
repartir leña en las panaderías. O cuando vestido con sus mejores galas
tomaban el tren para visitar a las amistades de su progenitor en La Serena, allá
tomado de su mano, luciendo sus flamantes zapatos de fútbol debía hacer curiosos
equilibrios en los húmedos empedrados del antiguo mercado, hoy más conocido
como la recova.
Nos detuvimos en el andén de la estación a descansar, aún se puede
apreciar el empedrado de la cancha de minerales, siguen en pie las enormes
puertas y ventanas de pino oregón, en un rincón dos añosos olivos se resisten a
morir, lo demás, mucha soledad, mucho abandono.
Seguimos avanzando, ya estamos muy cerca de nuestro destino, la localidad
de Las Rojas. Una vez allí, no nos fue difícil averiguar por aquellas antiguas
dulceras ni por los niños y niñas que voceaban los dulces productos en el Tren
Elquino.
Por intermedio de la Sra. Alda Castillo, hija y nieta de ferroviarios (su abuelo
fue jefe de estación en Las Rojas y su padre en Gualliguaica), nos enteramos que
al parecer la tradición dulcera se inicia en el pueblo con doña Rosa Castillo (tía de
Alda) y unas Srtas. de apellido Contreras, las que idearon el sistema de venta de
dulces en el tren. Pero quién llegó a tener una verdadera parva de niños para
vender sus exquisiteces fue doña Herminia Parra, madre de Rosa Valdivia, una de
las últimas vendedoras de dulces del Tren Elquino.
Recordaba Rosa los inmensos canastos - para una humanidad tan pequeña
- que debía colgar de sus brazos mediante amarras de manteles blancos, también
su ir y venir desde Las Rojas hasta el fundo San José cuando el tren iba hacia La
Serena y hacia Cutún cuando iba hacia el interior del Valle. Cómpreme “chilenitos
rojinos”, si se trataba de dulces, ricas humitas, pastel de choclo (dependiendo de
la temporada) o
empanadas, voceaban los niños. Cómpreme a mí caserito,
insistían.
Aún quedan en el pueblo algunos de los niños de los dulces de Las Rojas, el
“Negro Haroldo”, el “Lucho Mono”, Lucy Barahona, el “Pelao González, los Acosta.
68
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Nos despedimos de Rosa y de Alda, no sin antes recibir como obsequio de
Alda un paquete de ricos “chilenitos rojinos” que ella también hornea.
Cuanta historia descubrimos en un viaje de algunas horas en bicicleta,
cuanta historia yace en las mudas estaciones, en la gente que anónimamente
transita por nuestro lado. Cien años cumplieron las estaciones del ferrocarril a
Elqui, ya que las definitivas se terminaron en 1904.
Hace cien años también, una desconocida joven, de contextura gruesa, “con
estatura de prócer”, con unos ojos verdes “magníficos a flor de agua profunda”,
vestida con la sencilla ropa confeccionada por su madre Petronila, de apariencia
tímida y ensimismada, pero de carácter fuerte y convicciones sólidas, de apariencia
distante pero con fuego en el corazón, Lucila de María por nacimiento y Gabriela
por adopción, emprendió probablemente el viaje en el Tren Elquino hacia La
Compañía, desde donde habría de alzar el vuelo como pedagoga y escritora y
donde su corazón se abriría al amor y al dolor.
69
Boletín N°6 (2004). Páginas 70 - 81
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
SARMIENTO PUBLICO Y PRIVADO
OBSTINADO INTEGRADOR DESDE LOS
MARGENES1
Juan Mariel Erostarbe2
1
Conferencia inaugural de la Cátedra “Domingo Faustino Sarmiento” presentada en la Universidad
de La Serena, 29 de marzo de 2004.
2
Académico Universidad Nacional de San Juan, Argentina.
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Antes de comenzar esta conferencia inaugural de la Cátedra de Domingo
Faustino Sarmiento en esta prestigiosa Universidad de La Serena quiero
aprovechar esta oportunidad para agradecer a nuestros anfitriones, al Señor
Rector de la Universidad de la Serena quien desde los claustros Universitarios
patrocinan la inauguración de esta Cátedra.
Baja en este momento Sarmiento a Chile como ya bajó Gabriela Mistral a
San Juan en nuestra Universidad el año pasado. Se instala Sarmiento en esta
Benemérita Casa de altos estudios. Gabriela observa desde el otro lado de la
Cordillera de los Andes como se habla de ella. Gabriela íntima y Gabriela pública
quién se refiriera tan exquisitamente de Sarmiento en su artículo Sarmiento en el
Aconcagua. Y desde esas páginas nos recuerda : "En su primera escapada hacia
Chile, Sarmiento tuvo que peonar en la cordillera como barretero, yo no se si por
atravesar la montaña sin dar sospechas, ó porque no llevaba blanca en el bolsillo,
al igual que cualquier emigrado . Llegado a la primera ciudad de Santa Rosa de los
Andes pensó quedarse allá un tiempo, buscar medios de ir viviendo, observar la
situación de Chile y pensar más tarde en el viaje a Santiago... ¿qué había de pedir
el que no fuera una escuela? (hasta aquí Gabriela Mistral en un trozo de texto de
“Sarmiento en el Aconcagua”)
La historia nos contaría otras cosas. Ese fue su inicio como integrador de
Argentina con Chile, por eso me referiré a dos Sarmientos como hay dos Gabrielas.
Uno público leído desde 1884 (a solo cuatro años de su muerte) y un Sarmiento
privado 1869, cuya vida íntima ocurre en Pocuro "en el clamoroso valle del
Aconcagua” a dos Kilómetros de Santa Rosa de los Andes, de una sola calle donde
encontró su primer gran amor adolescente una joven dama chilena nacida en
Santa Rosa de los Andes, Doña Jesús del Canto de Aconcagua , con quién tuvo a
su pequeña hija que lo acompañó hasta su muerte en 1888 Doña Ana Faustina
Sarmiento de Belín quién le diera nietos y afecto.
Integración de sangre cuyana y chilena, integración natural. Decía Gabriela
“que en aquellos tiempos sin trasandino (el tránsito de gente) por los arreos del
71
J. Mariel Erostarbe / Sarmiento público y privado obstinado integrador...
pasado eran más frecuentes y penetraban lentamente a Chile, Coquimbo y
Aconcagua con Mendoza y San Juan hablamos igual el mismo canturreo, la
estampa rural del gran ranchero, la espuela cruel y el poncho de vicuña, mostraba
el mismo énfasis de platas y buenas lanas. He aquí el principio de la integración.
¡Como Sarmiento no iba a ser un obstinado integrador de los vecinos y de los
personajes desde fuera de su Patria!
Porque como en mi país siempre a los grandes se los expulsa de la Nación.
Pensemos en Sarmiento, San Martín, Belgrano , Lavalle, Borges y tantos
otros. Será quizás que no caben los que piensan en la Patria. Triste destino
Sudamericano ...
Pero eso no interesa Lo paradójico de esta integración es que Sarmiento
logró el enlace con Chile, Paraguay, Uruguay, Estados Unidos y Europa. Siempre
fuera del país. Su ausencia es una carencia propia de espacio. Integrados desde
los márgenes, integrados desde las fronteras.
Ya sea en lo público o en lo privado, los invito a reflexionar con el Sarmiento
público en 1884. Reflexionando con Platón quien decía "Quien se asombre
reinará..." Pidamos capacidad de asombro como en el Timeo de Platón: " los
griegos veían en la admiración el mas alto estado de la existencia humana. "
Que Dios siempre nos otorgue el asombro. Sarmiento vive el drama de la
pasión de la patria participando en forma viva y activa en sus trágicas caídas y en
sus gloriosas victorias con la visión de nada menos que un hombre que nos mira
desde lo alto de una Nación que por su grandeza y a pesar de todos los embates
se resiste a morir. Expongo este aporte con el convencimiento de aquella vieja
frase del poeta Carlyle quien decía: "Nadie tiene derecho a quejarse de su época y
de su pueblo porque si son malos ahí está el para hacerlos mejores".
Sarmiento recogió este reto y aplicó siempre en su vida una pregunta y una
respuesta formulada por Almafuerte: “¿Cuál es la primera victoria del hombre?...
Aprender a leer".
72
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Su doctrina social educativa era: "El juez castiga el crimen probado sin
corregir al delincuente; el sacerdote enmienda el extravío moral sin tocar la causa
que lo hace nacer; el militar reprime el orden público sin mejorar las ideas
confusas que lo alimentan. Solo el maestro de escuela puede cifrar los males
sociales". De esta idea brotó su idea de integración entre las naciones.
Chile y Argentina exhiben un común abolengo educativo. La historia de la
educación comienza con el sentido de la libertad, la escuela es el disparador que
reciben ambos pueblos al nacer a la independencia. San Martín, O'Higgins y Bolívar
miraron el porvenir cifrándolo en la educación de los pueblos. Lucharon para
redimir el pecado original de la ignorancia .
Los tres focos de mayor irradiación de la educación pública fueron
Argentina, Chile y Uruguay. A Chile le correspondió haber sido el primer país en
cumplir con el deber de educar al pueblo instituyendo el servicio de enseñanza en
función del Estado. También Chile fue el que dio la primera legión de maestros
normales al Nuevo Mundo, para hacer de la escuela una vía de formación
psicológica y democrática de una nacionalidad en construcción .
Mientras en Chile se ponía la piedra fundamental de la democratización de
la cultura, los caudillos ponían a los maestros al mando del Jefe de policía. Eso
daba una muestra de la eterna lucha de Ariel contra Caliban.
Ya que Sarmiento perseguido a muerte en su tierra natal, era adoptado al
otro lado de la cordillera con el fin de formar maestros. Sarmiento es tan Chileno
como Argentino. En su último discurso en San Juan, en mayo de 1884, decía : "Me
alejo del país de m¡ nacimiento esperando sin zozobra el fallo de la historia; Chile
me ha dejado vislumbrarlo así como se levanta la punta del velo que cubre el
porvenir".
Sarmiento se hizo hombre en Chile, allí tuvo su primer hija con tina chilena
de los Andes allí se le dio Patria, haciendo patria con su herramienta maravillosa
que es la educación pública. Porque decir que con la educación se consigue la
libertad de un pueblo es una metáfora. Lo que interesa primero es la libertad del
73
J. Mariel Erostarbe / Sarmiento público y privado obstinado integrador...
hombre. Y en eso pensó Sarmiento cuando se dedicó a educar al soberano en
Chile. Allí comenzó la integración y esta se inició inspirada por las ideas de paz y
amistad.
En un banquete en Chile, el último en que Sarmiento estuvo presente en
éste País, el 5 de abril de 1884, se rindió homenaje al autor del método gradual de
lectura, especie de ritual de todo chileno del S XIX, con el que se aprendió a leer.
También desde Chile, donde el también tradujo del francés, sugerencia del
Gobierno del vecino país, el Catecismo que tuvo luego difusión para toda América
(publicado en Chile, Argentina y Leipzig).
En realidad su preocupación fue la recuperación del mundo como espacio y
tiempo visible como terna del hombre. Consideró a este como proyecto de gloria, o
un triunfo de la Providencia en Libertad. Las ediciones del catecismo fueron cuatro
: 1844, 1865, 1870, 1885. Las ediciones superaron los 44.000 ejemplares, ninguna
persona de su época ni del presente se preocupó por la formación de los valores
morales del niño de esa manera.
Sarmiento realiza también una triple integración con la religión católica bajo
la advocación de un catecismo que el torna de Francia para contribuir a la
formación moral de los niños latinoamericanos. Esta nueva integración esta vez
con la cultura religiosa nos hace acordar a la frase de Cervantes: "Yo se quién soy
y de que soy capaz".
Esta lectura de este texto religioso es una lectura integradora del
pensamiento del mundo sobre lo religioso. Podríamos pensarlo como un principio
ordenador de lectura de lecturas lo que nos permite preguntarnos ¿Quién lee a
quién? ó ¿quién traduce la voz de quién?.
Este es un Sarmiento diferente en su época de exilio en Chile. Con miradas
sobre el carácter social y el alto valor moral que reviste la misión evangelizadora
de una educación básica que tiene en cuenta los principios cristianos y los lazos
entre una iglesia renovada y el estado moderno. También de eso se ocupa
Sarmiento en los Países limítrofes en la República Argentina.
74
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Retomando el hilo narrativo anterior volvernos a ese histórico banquete en
que participara Sarmiento en 1884, estuvieron presentes Luis Montt, Miguel Luis
Amonátegui, Adolfo Balde, José Uriburu, Vicente Reyes, Orrego Luco, Gaspar Toro,
Bruno Larraín, Enrique Montt, Adolfo Carrasco Albano y Carlos Robuch. Decía
Sarmiento en su brindis: "Llegado a este país tuve la fortuna de merecer el bien
del pueblo de Chile. encontré a un joven que principiaba a gobernar, un amigo
después de por la vida y por la muerte, aquí y en todas partes: Don Manuel Montt"
De este encuentro y de esta amistad nace como impulsor de Chile "El
régimen Sarmiento de la Educación Popular" para Sudamérica. Sarmiento
reflexionaba en ese mismo discurso diciendo:"El grande hecho señores, fue
encontrar entonces un joven chileno que estuviese a la altura de la idea de
enseñar a deletrear al pueblo para evitar que mas tarde nos enseñe a leer en
letras de sangre nuestras propias faltas. La verdad es que no he vuelto a encontrar
en toda la extensión de esta bendita América, ni gobernando con los liberales de
mi Patria, un Manuel Montt. He aquí un hombre de estado ... Manuel Montt a
quién yo dijera hagamos escuelas para que la barbarie no nos devore".
La integración de los pueblos empieza con las personas individuales, la
integración de las grandes ideas nace de una afinidad o de una amistad por eso
me permito citar la continuación de sus palabras: “Fui chileno, señores, os consta
a todos y lo probáis ahora acogiéndome en vuestro seno como uno de los
vuestros, pero me conservaré argentino. Sin embargo puesto que desde Chile, con
la catapulta de su prensa libre aprendí la tarea de derribar el coloso del
despotismo popular ignorante y bárbaro de mi patria, se comprueba que: nunca se
gobierna con armas sino con inteligencia".
Hasta aquí Sarmiento a punto de pasar a la inmortalidad, recordando como
fue la génesis de la integración con Chile. El tiempo tormentoso desde 1888 a la
fecha nos ha demostrado que la integración no es una utopía sino una realidad, y
que es posible cuando impera la razón y la inteligencia. Y en este vaivén de
integrarse con los pueblos americanos, Sarmiento ha recibido muchos aplausos
75
J. Mariel Erostarbe / Sarmiento público y privado obstinado integrador...
pero también muchos ataques. En especial cuando viaja a los Estados Unidos y
desde donde se lo acusa de "yanquizado". Los que así piensan no deben haber
leído en profundidad sus “Viajes por Europa, África y América", donde dice y cito:
“Los norteamericanos sólo pueden ser comparados hoy a los romanos antiguos, sin
otra diferencia que los primeros conquistan sobre la naturaleza ruda, por el trabajo
propio, mientras que los otros se apoderan por la guerra del fruto creado por el
trabajo ajeno ".
Más que hablar desde el presente cedo la palabra a Sarmiento para valorar
sus esfuerzos por lograr una real integración con América, y en este caso, me voy
a permitir presentar un fragmento de tina carta de Sarmiento presidente al
Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela Rojas, cuando le dice: “Dar libertad
a la patria es darle educación y la costumbre del gobierno de si mismo es el único
medio de darle existencia propia de patria real y verdadera”.
El 30 de mayo de 1887, Sarmiento pronuncia su último discurso en
Asunción: "Algunos de los Señores presentes, expresando la bienvenida que me
ofrecía el pueblo paraguayo por su conducta, se dejó decir que mi llegada era un
acontecimiento. Esta escena lo está mostrando. El Paraguay se asocia a Chile a la
Republica Argentina y a Uruguay en la aceptación del gran principio de los
asociados. La Educación para todos. Esta es la libertad, la república, la democracia.
Por lo que a mi respecta mis destinos están cumplidos y aunque haya caído y
levantado muchas veces la bandera de la educación común esta manifestación
recibida en el Paraguay después de otras recientes en Valparaíso, Santiago, Andes,
Mendoza y San Juan, me hacían desear que las banderas de Argentina, Chile,
Uruguay y Paraguay me sirvieran de mortaja para atestiguar que merecí bien de
sus habitantes".
He aquí un tono oracular con un grave destino de tristeza y de carencia en
este discurso Sarmientino. Verdadero es el tono, verdadero los países que lo
recibieron en su largo y continuado exilio paradojal. La integración Sarmientina a
través de la educación y la cultura reflejan una gran ironía. El integró a todos los
76
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
países americanos desde la frontera, desde la carencia del apoyo nacional, desde
la indiferencia espacial integró fundamentalmente a Chile a través del destierro y
desde las márgenes. De ahí la tristeza de este texto cuando desde el pasado
resuenan sus palabras resignadas: “Por lo que a mi respecta mis destinos están
cumplidos".
Y proféticamente vio cubierto su féretro elaborado con madera del Paraguay
cubierto con las banderas de Argentina, Chile Uruguay y Paraguay en aquel
luminoso y lluvioso 21 de septiembre de 1888, cuando el cortejo arribó al puerto
de Buenos Aires. Ritos fúnebres como mudos testimonios de países que lo
entendieron más que una Argentina hasta hoy no demasiado convencida de lo que
fue Sarmiento.
Parafraseando a un filósofo Sarmiento diría: "cada uno es del tamaño de lo
que puede ver". Creo que para lograr una integración hay que fundar una nueva
mirada, una mirada que transforme la realidad de una manera creativa.
Estoy convencido que aquellos dos términos que Sarmiento usaba
integración como sinónimo de asociación derivan de una sentencia sarmientina que
decía: "Aprender a leer es aprender a vivir”, "hay gente que cree que leer es leer
lo que está escrito".
Mirar bien es dar existencia a las cosas. Heráclito decía: "que el sol tiene el
tamaño de lo que veo". Con este pensador puedo afirmar que Sarmiento tiene el
tamaño de lo que nosotros pretendemos ver. Inútil será nuestro esfuerzo por la
integración latinoamericana sino logramos la integración de la memoria.
Coincido con Proust pensando que sólo interesándose por el otro es posible
la integración. La no es una utopía porque para lograrla hay que poner la ilusión a
prueba. Con el poeta Rosales podríamos pensar: "Lo que has amado
es lo que te sostiene. Lo que has amado esa será tu herencia y nada más".
Mientras Argentina y Chile no piensen en la hermandad como único punto de
integración todo será en vano.
77
J. Mariel Erostarbe / Sarmiento público y privado obstinado integrador...
Este Sarmiento público que mostrado se convierte ahora en un Sarmiento
íntimo casi secreto quién escribe a su hija chilena Ana Faustina nacida en los
Andes y que lo acompañó a lo largo de su vida y fue un eslabón de sangre desde
Pocuro a San Juan. Hay una carta de entre las 22.000 que Sarmiento escribió que
dirige a Ana Faustina al morir su esposo el imprentero Belín. Su lectura y
comentario nos puede brindar algunas enseñanzas al inaugurar en Chile esta
cátedra sarmientina .
Leeremos a un Sarmiento que escribe desde Nueva York a Chile junto a
Michel de Certau quién toma a la muerte con un sentido etnológico y casi religioso.
La escritura de esta carta desempeña el papel de un rito de entierro porque
cuando verbalizamos y escribimos sobre el dolor de los que ya se fueron
exorcizamos la muerte al introducirla al discurso
Escribir sobre algo doloroso permite a la sociedad situarse en un lugar, al
darse en el lenguaje un pasado abriendo así al presente un espacio, hacer esto es
darle su lugar al muerto, narrar el propio dolor es enterrar al muerto para darle su
lugar al vivo. Tal es su enseñanza para la vida tanto en lo público como en lo
privado.
Espero que en el camino que hoy seguirnos recorriendo desde la educación
y la cultura nos acompañe una certidumbre interior de fe y esperanza, esperanza
con la que creyó Paulo de Tarso, esperanza que signifique que cuando miremos al
otro que esta detrás de la cordillera que nos separa también y que nos une,
pensemos en la esencia del hombre mismo. Siempre pensar en un hombre se
parece a salvarlo de donde la integración es salvación. Lo que resta no es de este
inundo...
78
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
(Lectura de la carta)
“Sra. Faustina Sarmiento de Belin
Nueva York Julio 11 de 1869
Mi querida hijita:
El correo de Chile me ha traído noticias aciagas que te habrán llegado, con la
rapidez que corren habitualmente las malas nuevas. Afortunadamente para mí
tengo que recordarte esta desgracia que tanto modifica tu situación, cuando ya
han debido mitigarse por la reflexión los dolores de las primeras impresiones.
Sabes que profeso por principios el estoicismo contra el dolor acaso
aleccionado por los muchos que han hecho el tejido de mi vida. Esa es tu herencia
y debes aceptada con valor.
Privada por la Providencia de un apoyo, ella te suscita otro, y el mío que te
ayudará en cuanto sea posible.
Para mi la pérdida era no solo la de un amigo y el esposo de mi hija, sino
también la piedra angular de un establecimiento que pensaba montar aquí, y para
lo que lo llamaba con repetición. Dios lo ha dispuesto de otro modo y acaso este
incidente haga cesar mis trepidaciones de ir definitivamente a establecerme en San
Juan. Tú volverás a ser mi familia y puedo contar con que tendré a mi lado un hijo
que me cierre los ojos. Así habrás llenado unos deberes de la vida cumplidamente
para principiar a llenar otros, igualmente agradables.
Como si hubiera tenido el presentimiento ordénale a Bienvenida trabajar
una casita detrás de los naranjos a más de la Paula, y me había traído a Augusto
que lo hice venir el día que recibí la carta fatal, como si fuera necesaria su
presencia. No le he comunicado nada. Lo liaré después, se conduce bien, 10
quieren todos y es despejado y hábil.
Tendrás pues un buen hijo.
A Julito es preciso que lo mandes a Francia según era la voluntad de su
padre. Escribile a mi hermano Eugenio.
Espero pues que te resignes pronto para que pensemos en hacer frente a la
vida. Con indecible placer vi en Chile que eras hacendosa, inteligente y animosa, te
pareces a in¡ madre y a tus tías, son lo que de ingenioso y más culto te había
enseñado Belin. Qué lástima de acabar sus días cuando parecía que iban a mejorar
abriéndole un teatro de acciones dignas de su energía y talento.
No más lágrimas pues y un abrazo y un beso de tu padre que te recomienda
valor tuyo.
Domingo”.
79
J. Mariel Erostarbe / Sarmiento público y privado obstinado integrador...
Esta epístola es una lección de amor desde Nueva York a Chile para su hija,
porque la muerte siempre ha sido un enigma que ha angustiado al hombre.
Realmente siempre un misterio. Esta epístola es "un memento mori” a su hija
chilena a quién recomienda no derramar más lágrimas, oración que sintetiza su
propio estoicismo.
En esta comunicación desde muy lejos de Chile el usa la palabra como
monumento para lograr la integración de su sangre con el compromiso total de un
padre hacia su hija que se encuentra fuera de su centro o mandala natural.
Debernos comprender que integrar es brindar una palabra, la palabra
necesaria y justa y en este caso de integración de parentescos el consuelo consiste
en otorgar visiones múltiples de un mismo acontecimiento. ¿Qué produce
Sarmiento con esta misiva?. Además de construir un acercamiento a través de la
enseñanza de los valores éticos y morales instaura el poder de la palabra.
Sarmiento sabe muy bien en todos sus escritos que la palabra crea lo que
designa. La palabra funda los sentimientos. Y en una labor de integración hay que
tener en claro el sentido de la libertad ejercida aunque sea a la distancia.
Sarmiento personaje público, Sarmiento íntimo, pudo integrar e integrarse a
pesar de las fronteras del miedo, la soledad, la desolación, la pobreza, y la
distancia material. Lo pudo hacer porque sentía pasión por lo sagrado de la vida y
por el material imperecedero con el que está construido lo que está vivo.
Todo y todos nos pueden integrar en un cosmos donde reine el orden y el
amor aunque uno se sepa itinerante, aunque se reflexione desde la distancia y la
carencia cuando se hace uso de la historia y la memoria.
Las carta de Sarmiento a Montt como amigo, a su hija y a sus familiares son
siempre una gozosa celebración de sentirse integrados mediante la comunicación,
el acercamiento y el maravilloso verbo que es "acompañar" que significa
permanecer "junto a..." comprendiendo las diferencias y las afinidades.
Todo el epistolario íntimo de Sarmiento es una muestra fiel de cómo los
ritos sociales del S.XIX plenos de significación están basados en el gozo de vivir
80
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
que expresara en una carta a Mary Mann en el que le decía "La gloria de la vida es
vivir por siglos y sobre la mayor extensión posible de tierra".
Hay otro párrafo sobre el concepto de la pobreza que Sarmiento junto al
sentido de la vida y de la muerte le inculca a su hija chilena diciéndole : "Hija, San
Juan es marrón, como su tierra, como la vicuña , los Sarmientos somos del color
de la vicuña...”. Acá está expresado el amor por la altura y la andinidad
argentina... "bueno hija en fin si no somos ricos seremos ilustres"... y no se
equivocó.
81
Boletín N°6 (2004). Páginas 82 - 94
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
REFLEXIONES EN TORNO A LA CUESTIÓN
INDÍGENA DEL VALLE DE ELQUI:
VICUÑA S.XIX
Fernando Graña Pezoa
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Introducción
En los primeros decenios del siglo XIX, la elite dirigente de nuestro país se dedicó
a la compleja tarea de construir el Estado Nacional, lo cual implicó dos cuestiones
fundamentales e íntimamente relacionadas: 1) la construcción del Estado en su
condición de organización suprema del poder en un territorio específico; y 2) la
conformación de la nación, lo que suponía otorgar a la población del país un
sentimiento de pertenencia y cierto grado de unidad política, o sea, “construir la
comunidad imaginada”.
Forjar la nación significaba internalizar una conciencia e identidad colectiva
nacional, mediante la creación de nuevos elementos simbólicos, rituales, míticos e
históricos. El discurso nacionalista de la época habría puesto énfasis en dos
grandes mitos, esenciales para fortalecer el sentido de pertenencia e identidad
nacional. El primero de ellos consistió en el rechazo del pasado hispano. El
segundo fue la exaltación de lo propio, de lo autóctono, es decir, la revalorización
del pasado mapuche o araucano. Simultáneamente, el discurso independentista
definió dos campos semánticos opuestos: 1) españoles invasores, enemigos,
opresores, etc. y 2) mapuches indómitos, valientes, etc. Cada uno de estos influyó
en la construcción de nuestra incipiente “comunidad imaginada”1.
Desde los albores de la república se gestó una discursividad sobre los indios
que dio cuenta de la percepción, caracterización y consideración que la elite
chilena tenía sobre la población aborigen. Se produjo una “etnificación” de lo indio
desde el poder, debidamente funcional a la construcción de la identidad nacional y
al proyecto de nación, que de vez en cuando surgió entre la elite.
La co-existencia de varios discursos sobre los indios es la tónica en un
periodo de ensayo organizacional republicano. Estos discursos conviven en el
tiempo, los cuales pueden estar sujetos a tres miradas sobre lo indio en
perspectiva cronológica: 1) una mirada pretérita, dada en el momento inicial del
1
Véase a Casanova, Holdeins “Entre la ideología y la realidad: la inclusión de los mapuche en la
nación chilena (1810-1830)”. En Revista de Historia Indígena 4, Departamento de Ciencias
Históricas, Universidad de Chile, Santiago, 2000, p.10.
83
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
proceso independentista, la cual pasa por una “apropiación” de una simbología de
lo indio, una mitificación que rescata y pone en vigencia el imaginario de Ercilla
sobre el tema; 2) una mirada futura, en la cual existe una proyección política, la de
conformar una nación de ciudadanos. Una utopía igualitaria para consolidar el
proceso de nacionalización y ciudadanía; y 3) una mirada presente, que constata
diferencias y da cuenta de una realidad heterogénea.2
Gallardo nos plantea que es difícil establecer en nuestro país un discurso
homogéneo y uniforme que se refiera a los indios. Desde el inicio del proceso
independentista, se desarrolló un discurso idealizador de lo indio por parte de los
líderes del periodo. Paralelamente se desarrollo otro discurso, que no rescató el
pasado indio, sino la aspiración a la participación de estos en una nación de
ciudadanos. La incorporación del indígena debió incluir la reducción, y por lo tanto
negación de lo indio como espacio de diferencia. El discurso de la ciudadanía
arrasó con lo indio y establece la chilenidad a toda costa. El indígena real de carne
y hueso, con sus diferencias naturales, debió ser anulado a toda costa. Esos
discursos convivieron simultáneamente en Chile entre 1810 a 1840. En ellos quizás
se encuentren los gérmenes de futuras discursividades que se silenciaron o
renacieron de acuerdo con las necesidades de la construcción nacional3.
Tenemos que considerar que el Norte y Centro de Chile, incluyendo las
ciudades de Santiago y La Serena con sus respectivos territorios jurisdiccionales,
eran el país “pacificado”, donde vivían las autoridades de la Gobernación. Los
indígenas de estas zonas ya estaban tranquilos y distribuidos en encomiendas y
estancias de españoles y criollos. En este contexto la población aborigen sufriría un
fuerte mestizaje biológico y cultural. Por su parte, a la creciente población mestiza
se le suman los negros, mulatos, zambos y blancos pobres, todos quienes pasarían
a constituir una suerte de “bajo pueblo”. No poemos olvidar que nuestra sociedad
2
Gallardo, Viviana. “Héroes indómitos, bárbaros y ciudadanos chilenos: el discurso sobre el indio en
la construcción de la identidad nacional”, En Revista de Historia Indígena 5, Departamento de
Ciencias Históricas, Universidad de Chile, Santiago, 2001.p.120.
3
Gallardo, op.cit.,p.134.
84
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
tenía plenamente diferenciados los rangos sociales y razas de sus miembros,
jerarquizando piramidalmente a quienes la integraban4.
Recordemos que la sociedad chilena del siglo XIX se organizaba entorno a
distinciones raciales y económicas que asignaban a cada grupo humano su
posición dentro de ella. En la parte superior estaban los descendientes de la
aristocracia hispano-criolla y en el otros extremo, los indígenas y la escasa
población de esclavos negros. Pese a las diversas categorías raciales y
socioculturales con que se definía y clasificaba a los miembros de la población, a
los ojos de la oligarquía, todos quienes estaban fuera de sus propios círculos no
constituían más que el pueblo. Además, ellos solo entendían por sociedad, las
situaciones simbólicas y materiales que construían y reproducían ellos mismos (los
miembros de la oligarquía). Para ellos, las diferencias con el pueblo eran una
cuestión de raza, riqueza, cultura y moral. Los miembros de la oligarquía eran los
únicos poseedores de la cultura superior y de la moralidad ideal. En cambio el
pueblo, los “rotos”, eran vistos como brutos y viciosos5.
Lo indígena en la identidad nacional6
Una de las tantas contradicciones de nuestra historia nacional, tiene que ver con
nuestra relación con lo indígena. Durante muchos años, los libros de historia de
Chile iniciaban sus páginas con los relatos casi épicos de los viajes de Diego de
Almagro y de la empresa de Pedro de Valdivia. Luego vendrían siglos de combates,
guerras, fundaciones y masacres entre dos grupos que se trasformarían en
antagónicos: los hispano y los indígenas. El primero sinónimo de civilización el
segundo de barbarie. El indio era el enemigo, por eso había que enfrentarlo. Las
innumerables destrucciones de ciudades a manos de los “indios” daban la razón.
4
Góngora, Mario. “Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX”.
Editorial Universitaria, Santiago, 1998, pp.63-64.
5
Fernández, Enrique. “Estado y Sociedad en Chile, 1891-1931. El Estado excluyente, la lógica
estatal oligárquica y la formación de la sociedad”. LOM Ediciones, Santiago, 2003, p.165.
6
Un libro que aborda en profundidad el tema de la identidad nacional es “Identidad Chilena”, de
Jorge Larraín, publicado por Ediciones LOM, Santiago, 2001.
85
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
Aún hoy, para muchos nuestra historia nacional comienza con la llagada de los
españoles, sin embargo las nuevas tendencias historiográficas, más tolerantes con
los resultados obtenidos con la investigación arqueológica, etnográfica y
etnohistórica, han permitido ampliar los criterios que definen y delimitan “la
historia nacional”, proyectando su horizonte temporal a épocas cada vez más
lejanas. Por eso hoy en día, muchos de los textos “modernos” de historia incluyen
cada día, más y más paginas dedicadas a los pueblos originarios.
Una vez que Chile logra su relativa independencia administrativa y política
respecto de la metrópoli, en nuestro país se comienza a hablar de una mezcla o
fusión de dos razas guerreras: los mapuches y los españoles. Este discurso
obviamente no venía del europeo, sino del chileno criollo que se hacía del poder y
obviamente necesitaba legitimar en todos los frentes su condición de nuevo grupo
social y étnico dominante. El chileno criollo no era indio, tampoco hispano, sino
una mezcla de ambos, pero con una marcada y nefasta tendencia a valorar en
demasía lo perteneciente a su pasado aristocrático de raigambre colonial.
A partir de la independencia se reconocía la igualdad entre los diferente
grupos étnicos y sociales del territorio nacional. Ahora todos eran chilenos. Ello dio
pié para que muchos de los nuevos ciudadanos iniciaran un cruel proceso de
apropiación de tierras, antes exclusivas del indígena.
El problema local
Cada vez que en lo cotidiano se habla de lo “indígena”, en nuestra región se hace
referencia al legado cultural de la llamada Cultura Diaguita. Muchos se maravillan
con la magistral confección alfarera de los diaguitas, los diseños, el colorido, etc.
Normalmente en los procesos de enseñanza formal se menciona e incluye a los
diaguitas en el ámbito de lo precolombino, de lo pasado y ya extinto.
Es fácil caer en generalización en extremo burdas para definir lo “indígena”.
Recordemos que ser parte de una cultura, de una etnia, pueblo o nación, acarrea
86
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
un profundo compromiso histórico y social para con lo propio, manifestando en la
practica cotidiana múltiples tradiciones de origen milenario. El valle de Elqui vivió
un temprano proceso de ocupación, el que se inició mucho antes de la llegada del
español. Cuando el europeo arriba al territorio, todas las tierras aprovechables y
con algún tipo de potencial económico son distribuidas a los encomenderos
(durante la Colonia) y posteriormente a los vecinos más ilustres del valle (durante
la República). La población indígena se vio sometida a un fuerte proceso de
presión demográfica, social y cultural, el cual no se detuvo con el fin de la colonia
ni con el inicio de la República. Además, desde fines del siglo XVIII y comienzos
del XIX, los gobiernos desarrollan una campaña de fundación de villas y ciudades.
Muchos de estos nuevos asentamientos nacen de conglomerados preexistentes, y
en el caso de la villa San Isidro de Vicuña, desde un pueblo de indios conocido
como Marquesa la Alta7. Cuando se produce la fundación en 1821, aún vivía en el
territorio una importante población indígena, la cual deja de figurar como tal en los
posteriores censos oficiales. Todos los chilenos éramos iguales, lo cual llevo a
desconocer las diferencias étnicas y culturales existentes. Al igual que en muchos
territorios de nuestra nación, en el valle de Elqui ser indio ya no era una opción8.
¿Extinción o negación indígena?
¿Qué ocurrió con los indígenas que habitaban el valle de Elqui, específicamente los
alrededores de la ciudad de Vicuña?. Una de las respuestas a priori que se podría
dar es que los indígenas desaparecieron, se extinguieron, asimilándose a la
población criolla chilena. Es posible que la realidad y/o verdad sobre el problema
se encuentra en ese orden de cosas. Sin embargo, considero que no es posible
7
Véase entre otros documentos el “Informe del Intendente don Joaquín Vicuña” (fojas 14 a 24,
Volumen 1048, ANCG) y el “Decreto de Fundación de la Villa San isidro de Vicuña” (foja 25,
Volumen 1048, ANCG). Esta documentación se encuentra transcrita en el texto de Rojas, Olga
““Proceso de modernización de la ciudad de Vicuña 1866-1900”. Prerrequisito para optar al Título
de Profesor de Estado en Historia y Geografía, Universidad de La Serena, 1985.
8
Estas ideas corresponden a la ponencia “Ranchos y territorios de indios en la periferia de la villa
San Isidro de Vicuña (s.XIX)”, presentada por el autor de este documento al Taller de Arqueología
Histórica, Museo de Santiago, Casa Colorada, 26 al 30 de noviembre del 2001, Santiago.
87
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
llegar a afirmar de manera tan liviana el concepto de extinción o asimilación
étnica-cultural. Para nosotros la cuestión debería ir por otro lado. Es claro que se
produjo una asimilación de la población indígena hacia la criolla chilena. Sin
embargo no me deja inquietar el cómo fue que esta se produjo. Asimismo,
establecer las verdades y/o razones del porqué de ello. No bastaría una explicación
que mencione a procesos naturales motivados por el contacto permanente de dos
o más etnias o naciones. Eso sería válido para otras zonas donde el componente
indígena tenía y aún hoy en día tiene un referente étnico vivo, como el caso de la
zona mapuche.
A nuestro juicio hay que poner mayor atención a la presión ejercida por el
Estado y por la población criolla, quienes desarrollaron un claro afán
homogenizador respecto a todo lo existente en el ámbito étnico, nacional y
cultural, bajo el rótulo de “lo chileno”. Ser chileno era –y quizás aún hoy en día lo
es- pertenecer a una raza mestiza donde españoles y mapuches se mezclaban
dando origen a un híbrido caracterizado por la belicosidad, astucia y resistenciatolerancia al rigor. Las cualidades esenciales (actitudinales, cognitivas y valóricas)
del chileno-criollo, deberían tener su contraparte o mejor dicho complemento en la
forma. Recordemos que las castas finalizaron con la independencia nacional. A
partir de ese entonces todos éramos iguales en dignidad, derechos y deberes. Sin
embargo la apariencia física de un individuo, siempre entrega referencias sobre el
origen étnico. Gente morena de rasgos fuertes y pelo negro liso, con nariz aguileña
y mirada aguda difícilmente sería considerada como parte del segmento hispanocriollo. El ser o no ser indio no dependía de uno o más decretos. Quizás en aquella
época se terminó con las castas, pero la percepción del otro, en lo que se refiere a
su origen y condición étnica no terminarían con igual facilidad y rapidez. Es posible
que no existía discriminación evidente o explícita hacia los elquinos de origen
indígena, pero la presión hacia ellos habría sido de tal fuerza, que estos no
tuvieron otra alternativa salvo la de negar su condición étnica, renunciando a sus
historias y culturas para guardarlas en un baúl de las anécdotas y recuerdos.
88
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Una cosmovisión y etnopercepción del mundo diferente, una relación con el
medio humano y cultural diametralmente opuesta a la ejercida por el español y
posteriormente por el chileno-criollo, contribuyeron a la desaparición oficial de los
indígenas elquinos. Las ventas de tierras y propiedades, los matrimonios, las
enfermedades y la miseria, entre otras cosas, llevaron a la disminución
demográfica y la reducción del impacto territorial y económico de los indios en la
zona.
La negación étnica de los habitantes de Vicuña, debería tener –ademásotras motivaciones y/o causas, quizás secundarias, pero causas al fin, las que no
deberíamos pasar por alto. No es desconocido para nadie el discurso ya casi
institucionalizado en el cual se afirma que un factor de vital importancia en los
triunfos de Chile en las guerras contra Perú y Bolivia, fue una supuesta
superioridad racial9. Se ha dicho por mucho tiempo que el chileno, mezcla de
hispano y mapuche, es superior al peruano y boliviano, estos últimos con una
marcada impronta indígena multiétnica andina. Lo indio-chileno, aceptable en el
discurso nacional, es lo que se vinculaba o tenía que ver con lo mapuche o
araucano. Otros indios no existían en ese contexto. Los indios del norte, o mejor
dicho, los del Perú y Bolivia, eran vistos como parte de lo “no chileno”, del
enemigo al cual había que derrotar.
Quizás por eso la existencia de indios al norte de Santiago, en épocas
posteriores a las guerras contra Perú y Bolivia, pudo haber sido percibido como
algo peligroso, casi inaceptable. ¿Qué indígena de Elqui, al ver y percibir el
contexto y discurso dominante que destacaba la superioridad del chileno de origen
hispano-mapuche, se atrevería siquiera a mencionar, menos aún defender su
origen étnico vinculado a lo indígena del norte de Santiago? La población indígena
de Elqui tenía que deshacer sus nexos con su pasado étnico para construir nuevos
vínculos sociales, culturales e históricos con el naciente estado nacional chileno.
9
Larraín, op.cit., p.147
89
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
Otro punto que nos interesa esbozar, se vincula a la existencia de ciertos
grupos de indígenas pro-realistas, quienes protagonizaron una breve rebelión en el
Choapa. Sobre el particular nos da cuenta Ruiz10, mencionando lo ocurrido en
Chalinga en 1818. Esto es sugerente al momento de visualizar las cifras del censo
de 1813 correspondientes al valle de Elqui, donde se aprecia el importante número
de indígenas existentes entre las localidades de El Molle y Rivadavia.
Cuadro 1: Cifras globales para el área de Vicuña según el Censo de 1813.
Distrito censal
Entre
Marquesa
Total
Españoles
Indios
Mestizos
Otros
1270
409
621
106
134 mulatos
1274
1034
108
60
46 mulatos
Baja y El Tambo
Entre
Diaguitas
y
Río Turbio
26 negros
Entre Marquesa Alta
1627
1054
341
59
y San Isidro
2
extranjeros
157 mulatos
14 negros
Totales
Sin
realizar
4171
2497
mayores
cálculos
1070
estadísticos,
225
se
puede
379
afirmar
que
aproximadamente 1/3 de la población de esta zona del valle era indígena. Esto nos
lleva a pensar en un nuevo factor que podría haber influido en la fundación de un
centro urbano en la zona de Marquesa Alta: el temor a las “asonadas indígenas”.
Quizás en Elqui no habían caudillos ni grandes motivos para generar un estado de
10
“Era Chalinga una aldea o pueblo de indios, formado según el plan establecido por el presidente
don Ambrosio O’Higgins cuando suprimió el servicio personal de los indios. Sus habitantes eran
gobernados por el juez de la reducción, que con el título de cacique, era designado cada año por la
primera autoridad del distrito o partido de Illapel. El nombramiento de cacique hecho a principios
de 1818 por el teniente gobernador de ese partido, don Tomás Echavarría, había producido gran
descontento en la reducción, y excitado a los indios a rebelarse, aprovechando la debilidad en que
suponían al gobierno por las atenciones que le imponía el estado de guerra”. Barros Arana, citado
por Ruiz, op. cit. p.172
90
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
rebelión similar a lo ocurrido en Choapa, sin embargo, la presencia de autoridades
“indígenas” si estaba presente, manteniéndose incluso bien entrado el siglo XIX, lo
cual fue un elemento de cohesión socio-cultural entre los miembros de un grupo
humano percibido como diferente en relación a lo chileno-criollo11.
Para incorporar a “los otros” al nuevo orden político, social y cultural,
nuestra sociedad ha desarrollado un sinnúmero de estrategias que incitan, seducen
y/o fuerzan a la inclusión. Es posible que una de esas estrategias, a través de las
cuales los indígenas elquinos se incorporarían a lo chileno, fuese su incorporación a
las milicias. Por ejemplo, al revisar los listados de los integrantes de las compañías
de Fusileros y Granaderos de la Infantería Cívica de Vicuña correspondientes a al
año1842, pese a su escaso número, notamos claramente la presencia de un
importante contingente de milicianos cuyo origen es “indígena”. 12
Ahora bien, la proporción de estos respecto al total de los milicianos es
bastante baja, pero no menos significativa. Al menos un 18% de los integrantes de
las milicias registradas en febrero de 1842 tienen apellido de origen indígena. Esto
no implica que sus portadores desarrollen costumbres ni modos de vida propios de
un grupo étnico, sin embargo nos ayuda a visualizar la presencia de este
componente –el étnico- dentro de la población local.
11
Sobre el particular, podemos citar un acta del cabildo de Vicuña del 10 de septiembre de 1843,
donde señala que se “...acordó que se extinguiese en el barrio de los indígenas de esta Villa, el
mando llamado Cacique, y que sus habitantes, que dasen sujetos bajo las autoridades del
Subdelegado, é Inspectores que tiene nombra dos, y que nombrase en lo sucesivo el Señor
Gobernador departamental conforme se allan sujetos los demas individuos de la Republica ..” (f.
58-58v, Libro 2, ANMV)
12
En “Documentos para la historia de Vicuña del Archivo de la Gobernación Departamental de
Ovalle (Siglo XIX)”. Transcripción de Marco Alcayaga A., Museo Gabriela Mistral de Vicuña, 2004.
pp.29-32
91
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
Cuadro 2: Integrantes de las Milicias Cívicas de Vicuña con apellido de origen indígena (Vicuña,
febrero 1842, ADGO).
Nombre
Juan Cuturrufo
José Cuturrufo
Pedro Chinga
Miguel Arelluna
Juan Guaman
Bartolo Alday
Enrique Chinga
Carlos Guaman
José Celestino Cuturrufo
José Guaman
Pedro Alringo
Victorio Garrote
José Alquinta
Ypolito Guaman
Fermin Chinga
Francisco Cuturrufo
León Cuturrufo
Lucas Cuturrufo
Ynocencio Casanga
José Dolores Guaman
José Dolores Garrote
Mauricio Chinga
Marcos Cuturrufo
Basilio Alquintar
Bartolomé Menay
Domingo Garrote
Leandro Cuturrufo
Felipe Garrote
José Dolores Totoral
Benito Chinga
Vicente Cuturrufo
Grado
Cabo 1º
Cabo 2º
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Tambor
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
Soldado
92
Compañía
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
1ª de Fusileros
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Granaderos
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Reflexiones finales
Quizás se perciba en esta propuesta de trabajo, una marcada tendencia a valorar –
quizás sobrevalorar lo indígena-, sin embargo tras lo étnico, hay una problemática
mayor, de carácter socioeconómico y cultural. Los indios eran parte del bajo
pueblo, eran parte de los sin poder. Los “indios” de Elqui se sitúan en un espacio
delimitado por lo mítico, lo misterioso y sugerente de lo precolombino –por un
lado- y lo extinto, lo que ya no existe desde hace siglos13.
La cuestión indígena en el valle de Elqui, específicamente en el área de
Vicuña, debe ser abordada de manera específica y particular, delimitando
territorialmente el espacio histórico a la zona de Vicuña y su entorno inmediato.
Esto nos daría mayores antecedentes sobre un área en particular, los que en
investigaciones posteriores, podrían ser comparados y debidamente situados el
contexto regional.
La “cuestión indígena” debería ser considerada como un problema
fundamental para ser desarrollado por los investigadores de la zona. Para ello hay
que abandonar ciertos dogmas, realizar una lectura mucho más próxima a lo
“étnico” de las fuentes documentales y materiales disponibles. Por último sería
muy constructivo valorar en su justa medida la información entregada por los
mismos habitantes de la zona, quienes con sus palabras y silencios constituyen la
clave para conocer nuestro pasado.
13
Sobre el particular, es interesante la percepción respecto a lo indígena que existía a comienzos
del siglo XX. Esto queda en evidencia en la obra de José Segundo Varela “Reseña Histórica del valle
de Elqui” del año 1921, donde nos plantea lo siguiente: “...se recuerdan los apellidos (indígenas) de
los Garrote, Alringo, Chinga, Guamán, Menay, Higuera, Lagunaba, Peuco y otros. De estos troncos
existen algunos vástagos, pero puede decirse, que la raza – en su pureza primitiva- está
extinguida...”. Este autor señala mas adelante: “...debió predominar en nuestros indios el carácter
sufrido; pues se necesitaba de lucha para labrar la tierra y para arrancar sus tesoros... En sus
ocios, la quena debió ser la nota alegre, la espresión del alma; que, por su lúgubre sonido, era el
lamento de un pueblo que gemía en la esclavitud”.p12.
93
F. Graña / Reflexiones en torno a la cuestión indígena...
Referencias de Archivo
Archivo Departamental de la Gobernación de Ovalle (ADGO)
Archivo Nacional, Fondo Capitanía General (ANCG)
Archivo Nacional, Municipalidad de Vicuña (ANMV)
Referencias bibliográficas
CASANOVA, H.
“Entre la ideología y la realidad: la inclusión de los mapuche en la
nación chilena (1810-1830)”. En Revista de Historia Indígena 4,
Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile, Santiago,
2000. pp9-48
FERNÁNDEZ, E.
“Estado y Sociedad en Chile, 1891-1931. El Estado excluyente, la
lógica estatal oligárquica y la formación de la sociedad”. LOM
Ediciones, Santiago, 2003.
GALLARDO, V.
“Héroes indómitos, bárbaros y ciudadanos chilenos: el discurso sobre
el indio en la construcción de la identidad nacional”. En Revista de
Historia Indígena 5, departamento de Ciencias Históricas, Universidad
de Chile, Santiago, 2001.pp119-134
GÓNGORA, M.
“Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y
XX”. Colección Imagen de Chile, Editorial Universitaria, Santiago, 1998.
GRAÑA, F.
“Ranchos y territorios de indios en la periferia de la villa San Isidro de
Vicuña (s.XIX)”, Ponencia presentada al Taller de Arqueología
Histórica, Museo de Santiago, Casa Colorada, 26 al 30 de noviembre
del 2001, Santiago.
LARRAÍN, J.
“Identidad chilena”. Colección Escafandra, LOM Ediciones, Santiago,
2001.
ROJAS, O.
“Proceso de modernización de la ciudad de Vicuña 1866-1900”.
Prerrequisito para optar al Título de Profesor de Estado en Historia y
Geografía, Universidad de La Serena, 1985.
VARELA, J.
“Reseña histórica del valle de Elqui”, Imprenta Moderna, La Serena,
1921.
94
Boletín N°6 (2004). Páginas 95 - 109
Museo Gabriela Mistral de Vicuña
ISSN 0718-1116
MEMORIA - INFORME SOBRE
MUSEO - BIBLIOTECA Y PARQUE
GABRIELA MISTRAL DE VICUÑA1
Jorge Iribarren Charlin
1
Presentada al Director General de Bibliotecas, Archivos y Museos, Sr. Roque Esteban
Scarpa.
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
El Museo-Biblioteca y Parque Gabriela Mistral realizado por la Sociedad
Constructora Limarí, fue inaugurado el 13 de Noviembre de 1971, estando
presentes: el Ministro de Educación Don Mario Astorga G., el Intendente de
Coquimbo, Don Rosendo Rojas; el Gobernador de Elqui, Don Jorge Vasquez
Matamala; el Gobernador de Coquimbo, Sra. Amanda Altamirano, el Alcalde de
Vicuña, Don Pedro Rojas Rivera; el Alcalde de La Serena, Don Carlos Galleguillos
Barraza; el Alcalde de Coquimbo, Don Carlos Yuxta Rojas, el Director General de
Bibliotecas, Archivos y Museos, Don Juvencio Valle (quien no firmó el acta de
constitución); representantes de Cuba, España, Brasil, Estados Unidos de
Norteamérica, Suecia y México representados por los agregados Culturales de
estas naciones ; Parlamentarios de esta zona; Presidente de La Sociedad de
Escritores de Chile, Don Luis Merino Reyes, representantes de la Sociedad
Constructora Establecimientos Educacionales; delegados del Consejo Regional de
Turismo, representantes de la prensa, radio y televisión; Presidente del Centro
Cultural Museo y Biblioteca Gabriela Mistral de Vicuña, don Antolín Pinilla Daza;
integrantes del Directorio: Sra. Berta Cortés, Sra Brenda Dubó de Cerda, Sra.
Malena Mandic´de Hernández, Sr. Humberto Berríos, Sr. Orlando Rivera Olivares y
otras personas, funcionarios públicos y público. Se procedió a la inauguración de
este Museo-Biblioteca y Parque “que perpetuarán la memoria de la gloria de las
letras hispanoamericanas Gabriela Mistral”. Así lo dice textualmente lo que se
escribió en las primeras páginas del libro de visitas.
En la oportunidad del 13 de noviembre de 1974 firman en ese libro registro
las siguientes personalidades:
Mario Torres Peralta, diputado; Nisia Nóbrega, Agregada Cultural del Brasil,
Hugo Miranda, senador; Mario Astorga, Ministro de Educación; Matilde Ladrón de
Guevara, escritora; María Maluenda, actriz; Luis Merino Reyes, escritor, Mario
Bahamondes, escritor; Clemente Fuentealba, diputado; Guillermo Deisler, poeta y
grabador; Jorge Iribarren, arqueólogo; Carlos Rauld, Relacionador Público de la
Biblioteca Nacional; Roberto Flores Alvarez, poeta; Ulises Bustamante, Visitador de
96
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Bibliotecas: Jorge Alvarez González, abogado; Julio Mercado Illanes, diputado;
Eduardo Campos Alvarado, Relacionador Público del Ministerio de Educación y 150
firmas de estudiantes y particulares.
Asistencia del público
En el mismo libro desde Noviembre 13 existe una anotación personal y
naturalmente selectiva hasta 1973, en que el libro se agota y estas anotaciones no
se han continuado en razón que el Centro Cultural Gabriela Mistral de Vicuña no ha
entregado otro en reemplazo.
A partir del día 14 en el mes de noviembre figuran 893 personas asistentes
al Museo. En diciembre el público alcanza a 772 personas, lo que hace para estos
meses un total de 1665 visitantes.
Las indicaciones para 1972 son las siguientes:
Enero:
1292
Julio:
680
Febrero:
2516
Agosto:
319
Marzo:
467
Septiembre:
554
Abril:
665
Octubre:
306
Mayo:
228
Noviembre:
309
Junio:
307
Diciembre:
425
Lo que hace un total de: 9068
Como lo hemos indicado el libro de registro termina completando enero de 1973 y
con una asistencia de 646 personas en ese mes.
En este libro existen las siguientes columnas: Nombre- Profesión- País- y
Fecha.
Como no existían estadísticas ni resúmenes tuvimos que hacerlo por
diligencia nuestra.
97
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
Hemos insistido que esta es una lista selectiva, no se han registrado las
visitas de estudiantes, turistas y delegaciones. En un cuaderno se indicaron el
nombre de algunos colegios, pero sin indicar el número de alumnos, losa cursos
correspondientes ni los profesores acompañantes, lo mismo vale para las
delegaciones.
Esta falta de antecedentes, nos hemos convencido, que es una exigencia
que no pudo cumplirse dadas las condiciones del personal que tiene estas
responsabilidades y cuyas especificaciones detallamos en una párrafo aparte.
El horario de atención en el museo es:
Martes a Domingo de 9.30 a 12 hrs. y 14.30 a 18 hrs.
Libro de donaciones
Este libro se inició en mayo de 1969 por el Centro Cultural Gabriela Mistral
de Vicuña y está foliado del N° 1 al 200. Desde el folio 32 se encuentran las
indicaciones que corresponden a 1971. Los registros por página son 35. Las líneas
horizontales indican el nombre del donante, la cantidad en letras, en números y
finalmente la firma.
•
La suma total a la fecha del 23 de noviembre de 1971 era de E° 1.125. -
•
1972 termina en el folio 114.
•
Las erogaciones tenían un mínimo de E° 2. - y un máximo de E° 50. - las
cantidades establecidas en los mínimos y máximos de 1972.
•
En 1974 el mínimo es de E° 50. - y excepcionalmente el máximo alcanza a
E° 1.000.
Como es de costumbre, desde que existe el Museo, no hay una exigencia de
pago en la entrada y estas erogaciones voluntarias nacen de la propia iniciativa de
los visitantes.
Edificios y anexos
El edificio, en general, se conserva en buenas condiciones. Las vidrieras que
proporcionan la luz ambiental y que constituyen la visibilidad desde el Museo al
98
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
parque han sufrido un daño en dos vidrios grandes y en dos pequeños que
aparecen trizados. La explicación de este daño accidental, según la información
que hemos recibido y que ratificamos con nuestro testimonio, tendrían su
explicación en un defecto de estructura en uno de los pilares de aluminio, que
defectuoso en su desplazamiento, sufrió un efecto de tracción torciéndose sobre
un punto limitado y finalmente fracturando los vidrios triples que tienen en ese
lugar la dimensión de: 1.17 x 1.98 m. Las hipótesis de un sismo o de una falla en
los cimientos es una problemática que deben resolverla los técnicos en la materia.
El personal del Museo dio cuenta verbal a los ejecutores de la Sociedad
Constructora, quienes tomaron nota del asunto recientemente, aunque no han
dado una adecuada solución.
Daremos cuenta al arquitecto provincial para que disponga una revisión y
dictamine sobre el daño actual las causas y sus soluciones y que repercusión
pueda tener o no para el futuro.
Con respecto al espejo de agua situado a la entrada del Museo, la
constructora recientemente habilitó el motor para recupera el agua y hacerla
circular evitando las pérdidas, un problema que tiene importancia económica en
esta zona. Sin embargo, no han aportado el equipo succionador indispensable,
imposibilitando su funcionamiento.
El parque que tiene un aspecto agreste y primitivo por las plantas antigua
en desorden de los árboles frutales y que corresponden a las características de los
huertos frutales de la ciudad de Vicuña. En su gran mayoría, estos árboles muy
altos son paltos y estos como en gran parte del valle se están secando, por una
condición ecológica que le corresponde explicarla a los técnicos. Hay muchos sitios
vacíos sin cultivo por lo que se ve la conveniencia de adquirir paltos injertados
californianos, para ir reponiendo estos espacios vacíos. Conversaré con el ingeniero
agrónomo Horacio Sotomayor, director de la Estación Experimental de Vicuña, que
comúnmente se le conoce como Frutícola, sobre ese particular.
Los deslindes, al menos en uno de los costados del parque, y que limita con
un particular en una extensión de 110 m. las paredes de adobones virtualmente no
99
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
existen, otro tanto ocurre en el deslinde atravesado que tiene en la inmediación un
canal y un camino de peatones, por lo menos 40 m. de los 70 m. totales se
encuentran destruido, con el agravante que el parque y el Museo está sujeto a
depredaciones, cuando menos en lo que se refiere a la recolección de la fruta.
Inventario de los muebles
La habilitación por parte de la Sociedad Constructora, de muebles al MuseoBiblioteca en lo que respecta al inventario que realizamos es la siguiente. Será
preciso conversar con ellos para saber a ciencias cierta si estas son precisamente
las proporcionas por la firma.
-
21 sillas de estructura metálicas y cubiertas de macisa.
-
05 mesas cuadradas de 1.20 m. y 0.70 m. de altura, estructura metálica
con
-
cubierta de macisa.
01 escritorio rectangular de 1.50 x 0.80m. de altura de estructura
metálica y
cubierta de macisa, lleva tres cajones.
-
16 sillones, estructura metálica, madera y cojines de tevinil.
-
01 silla de escritorio metálica.
-
05 vitrinas cuadradas de 1.20 m. y 0.58 m. de altura con base metálica,
cajón de madera y cubierta de vidrios. El sistema de ocupación significa
levantar el vidrio. No tiene cerradura ni ningún sistema protector puede
aplicarse a estas vitrinas.
-
02 vitrinas de 2.10 m. x 0.56 y 0.58 de altura. Estructura metálica,
armado de madera y cubierta constituida por un marco con vidrio. No
tiene ningún sistema protector (una de estas vitrinas tiene el vidrio
quebrado y por ello está fuera de uso)
-
01 vitrina base metálica, estructura en concreto y vidrio sobrepuesto.
También con los defectos de todo el sistema, no ofrece protección
ninguna. Las dimensiones son: 2.30 m. y 0.50 m., profundidad de
exposición 0.25 m. En cada extremo hay espacios libres. Uno en hueco
100
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
tiene plantas y en lo opuesto hay una plataforma donde se coloca un
busto de Gabriela Mistral.
-
01 vitrina idéntica a la anterior pero dividida en dos partes. Las
dimensiones son: 2.36 m. x 2.28 m.
-
Gran mural fotográfico con caras de niños.
Queremos destacar la inconsecuencia que significa exponer objetos de
valor, de documentos en estas condiciones muy precarias de conservación.
-
07 biombos de exposición desarmables. Dimensión: 1.20m. x 1.50 m. En
Estructura metálica y macisa.
-
01 Estante Biblioteca con respaldos repujados en cobre, obra artesanal
Artística, firmada por E. Bascuñán, 1971. Dimensión: 3.60m. x 0.95 m.,
altura 1.50 m. Tiene sentido artístico pero no tiene función en una
Biblioteca Pública.
-
03 Trípodes ornamentales en fierro.
Objetos de arte, documentos, fotografías en exposición
I.-
Objetos de arte
01 retrato al óleo de Gabriela Mistral, firmado por M. Carvallo.
01 busto de Gabriela Mistral de 0.85m. de altura, firmado Laura Rodig.
01 busto de Gabriela Mistral, firmado Lidia Campusano.
01 fotografía iluminada de Gabriela Mistral.
II.-
Varios
-
Artículos domésticos y de escritorio ocupados por Gabriela Mistral: una
taza, tintero, etc.
-
Molde en yeso de la mano derecha de Gabriela Mistral.
-
02 Jarrones decorativos.
-
01 Pieza cerámica popular mexicana.
101
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
-
01 Cara del Dante, en yeso o arcilla
-
01 Busto de Amado Nervo.
-
01 Mascarilla de Gabriela Mistral en yeso.
-
01 Catre de fierro que perteneció a Gabriela Mistral.
-
Puertas y ventanas del Antiguo Museo.
-
Dibujo de Gabriela Mistral, por Jorge Délano.
-
Dibujo de Gabriela Mistral, por René Pizarro.
III.- Documentos
-
Certificado de nacimiento de Gabriela Mistral.
-
Certificado de bautismo de Gabriela Mistral.
-
Certificado de defunción de un sobrino de Gabriela Mistral(Brasil)
-
Fotocopias de cartas y poesías de Gabriela Mistral.
IV.- Fotografías
•
04 Fotografías de la infancia de Gabriela Mistral.
•
04 Fotografías de Gabriela Mistral adulta.
•
05 Fotografías de miembros de la familia de Gabriela Mistral.
•
02 Fotografías de la casa antigua.
•
01 Ampliación en marco de Gabriela Mistral.
•
01 Fotografía de Isolina Barraza y alumnas de la Escuela de Montegrande.
También está presente Gabriela Mistral de 5-6 años aproximadamente.
•
01 Foto de Romelio Ureta
•
01 Retrato ampliado de su madre
•
18 Fotografías de la visita de Gabriela Mistral a Monte Grande
•
01 Fotografía del viaje a Europa en 1938
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral con alumnas del Liceo N° 6 de Santiago.
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral con alumnas del Liceo de Temuco, 1921.
•
03 Fotografías de Gabriela Mistral en Monte Grande.
102
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
•
01 Reproducción de Fotografía de Gabriela Mistral , Pablo Neruda y Miguel
Asturias.
•
01 Reproducción de Fotografía de Gabriela Mistral con Harry Truman.
•
01 Reproducción de Fotografía de Gabriela Mistral con Juan Ramón
Jiménez.
•
04 Fotografías de Gabriela Mistral adulta
•
01 Fotografía de Amado Nervo
•
01 Fotografía de José Vasconcelos, Ministro de Educación, México
•
01 Fotografía de las tres amigas que querían ser reinas
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral con amigos de Caxaca, México
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral y personajes de México
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral en el Oropesa en viaje a Europa
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral en Vicuña, 1954
•
01 Fotografía de Gabriela Mistral en Vicuña, 1954 con diversos personajes.
•
11 Fotografías de los funerales de Gabriela Mistral
•
03 Vistas de Monte Grande
•
01 Fotografías de Gabriela Mistral con el profesorado de Punta Arenas
V.- Documentos originales
Artículo o discurso de Gabriela Mistral mecanografiado y firmado, 5 carillas,
con el título “La Paz en América Latina”. El primer párrafo dice textualmente: “Creo
que la América Latina es casi totalmente pacifista. La causa de la paz no es
connatural…”
Otras cartas manuscritas que no están exhibiéndose y que las recuerdo en
condiciones de consulta. Le deje un recado al Dr. Antolín Pinilla de Vicuña para que
hiciese las averiguaciones y me informará.
Ellas constituirían un informe especial que remitiré más adelante.
En cuanto a la Flor de Oro que le otorgó a Gabriela Mistral el Jurado de
aquellos Juegos Florales de Santiago por los Sonetos de la Muerte, según la
conversación telefónica con el Dr. Pinilla, él la mantuvo en su poder para su mejor
103
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
resguardo y a petición del Director General de los Servicio poeta Juvencio Valle se
remetió a Santiago a la Biblioteca Nacional.
Seguramente el Director General informará al respecto para evitar
suspicacias en el Centro Literario y en las personas que están inquiriendo sobre
este bien que es nacional, por el hecho de haber sido obsequiado al MuseoBiblioteca Gabriela Mistral de Vicuña.
Biblioteca
Total de libros: 4.300.
La atención a lectores se envían periódicamente a la Dirección General de
Bibliotecas. Tomamos al azar dos meses: Octubre de 1973: 178 consultas.
Noviembre de 1973: 124 lectores.
Gabriela Mistral donó al Centro Cultural Gabriela Mistral de Vicuña para la
fundación de la Biblioteca, alrededor de 1000 libros. Esta es una cifra global que
no han podido confirmar. Es posible que exista un inventario y al mismo tiempo la
individualización de esos libros. En rápida hojeada que hemos hecho a esa
Biblioteca Municipal, en diversas épocas, recogimos la impresión de que se trataba
de un conjunto literario de menor calidad, entre los que se destacaban obras de
Vargas Vila, de la Editorial Ganier de París. Me informan que había algunos libros
dedicados a Gabriela Mistral por sus autores. Las vicisitudes de la Biblioteca
Municipal al trasladarse sucesivamente de un edificio a otro pueda ser que haya
sido que esta Biblioteca en la parte referente a la donación de Gabriela Mistral
actualmente cuenta con 535 libros.
La atención al público no es la adecuada convenientemente en una
Biblioteca Pública. No se llenan papeletas, no hay ninguna exigencia respecto a la
individualización de los lectores y los niños pequeños se autoabastecen y si esto es
ideal en una Biblioteca Infantil resulta inapropiada en una Biblioteca Pública donde
hay una exigencia de preservar los volúmenes.
104
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
En una visita de un solo día en que hay un comentario para todos los
servicios, no me es dable hacer otras acotaciones personales, que surgen de esa
observación del funcionamiento.
Conjunto de libros de Gabriela Mistral en esta biblioteca pública
Gracias al aporte de la Biblioteca Nacional, a las donaciones particulares y
adquisiciones realizadas por el Centro Cultural de Vicuña existen, por lo general en
duplicado, los siguientes títulos originales de Gabriela Mistral:
-
Desolación
-
Ternura
-
Lagar
-
Recados cantando a Chile
-
Motivos de San Francisco
-
Tala
-
Antología de Gabriela Mistral, Editorial Zig-Zag
-
Todas íbamos a ser reinas, Editorial Quimantú
-
Poemas, traducción en hebreo del Instituto Cultural de Israel
-
Gabriela Mistral unter Mitwirkung von Heinz Muller und Verlag
-
Prosas originales de Gabriela Mistral aparecido en el periódico La voz de
Elqui, 1905. Ediciones del Museo de La Serena. Mimeografiado.
Otros libros editados sobre Gabriela Mistral
-
La rebelde magnífica, Matilde Ladrón de Guevara
-
Gabriela Mistral y el Valle de Elqui, Gaciela Illanes de Adaro
-
Por tierras de Elqui, Marta Samatán.
Del personal
Actualmente se encuentran en el Servicio como funcionarios auxiliares de la
Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos las siguientes personas:
105
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
•
Sergio Vega Rojas, Auxiliar Grado 33° de la Escala Única. Soltero
•
Efraín Miranda Rojas, Auxiliar Grado 35° de la Escala Única. Casado con 7
cargas.
Este personal recibe por correo los cheques correspondientes y aparecen en
planillas del Museo de La Serena que hace todo el trámite del cobro de esos
sueldos.
Ambos funcionarios viven algo distante del Museo-Biblioteca y Parque. Por
lo que no existe ningún cuidador y en las condiciones actuales en que gran parte
de los cierros de deslinde se encuentran absolutamente destruidos, hay un peligro
evidente en la preservación de algún objeto de valor en este establecimiento.
El funcionario Efraín Miranda solicitó el año pasado de las autoridades de
Vicuña el poder trasladarse con su familia a las dos piezas de madera
prefabricadas que la Sociedad Constructora construyó al fondo del huerto en los
deslindes con la propiedad vecina y con el canal y sendero de uso público que es
ese sector, ya lo hemos informado, están totalmente destruidos. El Alcalde de
Vicuña le ofreció una vivienda prefabricada que podría conseguirse con la Industria
Pisquera Capel. El actual Intendente en una visita inspectiva, realizada el mes
pasado, ofreció al funcionario mencionado darle una solución al problema
entregándole dos piezas de una casa prefabricada y haciéndole un cierre vegetal
con cipreses para que esta casa quedara aislada del parque.
También trabaja en el Museo y Biblioteca la señorita Betty Jorquera,
egresada del 4° año medio, que fue colocada en esos servicios por el ex
presidente del Círculo Gabriela Mistral de Vicuña.
Por la atención en el Museo recibía E° 450.- y E° 450.- por la atención de la
Biblioteca. Estos sueldos se cancelaron hasta el 27 de abril de 1972 y desde esa
fecha no le han sido cancelado otras remuneraciones. A sus continuas demandas
se le ha contestado que espere, que tenga paciencia.
Es una situación crítica y al mismo tiempo reñida de todo sentido
humanitario y de justicia que se busque una solución urgente. Creo que la solución
puede encontrársela en una planilla de personal a contrata.
106
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
Al terminar esta memoria me hago eco de lo que se me ha solicitado por el
personal que está a cargo de la Biblioteca-Museo y Parque.
Ellos me indican la necesidad de aportarles: Archivadores, sobres, papel,
lápices, ampolletas, parafina, tierra colorada, cera, escobas, escobillones,
escobillones de acero, soda cáustica, paños amarillos, limpia vidrios, limpia
muebles,
brasso,
paños
amarillos,
traperos,
detergentes,
confort,
jabón,
hormiguicida, pulverizador, etc.
Resumen y conclusión
Dentro de los aspectos particulares, a las autoridades correspondientes les
queda la obligación de que velando por esta institución que es Museo, Biblioteca y
Parque Gabriela Mistral se completen en todo sus detalles de lo que aún falta por
hacer por la Sociedad Constructora Limarí.
Ya hemos señalado el defecto que se observa en el principal salón de
exhibiciones y que tiene relación con uno de los ejes de aluminio y que pareciera
ser la causal, en primer término, del rompimiento de vidrios.
También señalamos que no se ha completado el equipo de restitución de
líquido en el espejo de agua.
Faltó en la enumeración indicada el mueble de cocina que debe quedar
ubicada en la casa del Conservador o cuidador del Museo.
Por otra parte, cabe a las autoridades locales la obligación de adquirir los
balones de gas para la conveniente calefacción del edificio y dependencias.
También señalamos la urgente necesidad de completar diversos materiales
de escritorio, herramientas, de equipo, etc. Para las necesidades inmediatas del
conjunto.
Una política de sustitución y plantación de nuevas especies frutales, un
problema que constituirá un programa especial debe significar la restauración y
complementación de los cierros de todo el parque.
107
J. Iribarren / memoria – Informe sobre Museo – biblioteca y parque Gabriela Mistral...
Sobre la casa donde nació Gabriela Mistral
Hay una constante preocupación en el ambiente y que se manifiesta
espontáneamente por los visitantes al Museo y aún más significa críticas por la
prensa el hecho de haberse destruido la casa donde nació Gabriela Mistral
Estos son los términos usuales en muchas personas inquietas y al mismo
tiempo desprovistas de mayores antecedentes, pero que recuerdan en sus diversas
visitas una plancha metálica, que personas bien intencionadas pero desinformadas
colocaron sobre uno de los muros de las dos piezas originales del antiguo Museo.
Oportunamente, en un informe extenso que remití al Ministerio de
Educación a solicitud del Ministro del ramo, Sr. Máximo Pacheco, mediante
documentos y expresas declaraciones de Gabriela Mistral hechas a la distinguida
periodista Lenka Franulik, publicadas en Ercilla del 7 de agosto de 1951,p.16 y que
textualmente se reproduce en la citada revista: “Esa casa no es mía, porque la
vieja casa de mi nacimiento que estaba en ese lugar, se cayó hace ya dos años y
no fue reedificada. Algunas veces pensé yo en comprar el solar-baldío de la casa
verdadera- porque los árboles tienen exactamente mi edad”. De esta manera se
pudo probar que el cuarto humilde donde nació la poetisa se derrumbó hasta no
quedar sino una pared de 60cm. de altura, hace más de 50 años y este cuarto tal
como lo dice Gabriela Mistral en una carta dirigida a don Pedro Moral, no formaba
parte de la pieza donde estaba ubicada la plancha metálica, si no que en un
cuerpo de edificio separado del anterior, aunque todos ellos formaban parte de un
conjunto dividido en los miembros de la familia.
Las viejas tradiciones y más aquellas que están vinculadas con el aspecto
sentimental, muy propio de los pueblos, dan desarrollo o verdaderos mitos. Una de
estas tradiciones está fuertemente arraigada y sirve a ese testimonio la indicación
metálica que repudiaba Gabriela Mistral al señalar su molestia por esa indicación
colocada falseando la verdad.
En una carta a Isolina Barraza de Estay, que forma también parte de ese
informe, y que empieza con los términos: “Cara Cristobalina, Cara Isolina mía…”,
manifiesta: “No quiero homenajes y sólo aceptaría que en el lugar donde yo nací
108
Boletín del Museo Gabriela Mistral N°6 (2004)
se coloque una fuente de agua y que alrededor de ella se coloquen los símbolos
del terruño en bajorrelieve con mis cerros de Monte Grande uno, otro con la
alameda chilena que he contado, otro con la chinchilla que he descrito, otro con el
queltehue que estoy escribiendo o bien con el indio o con el alerce. Basta y sobra.
Mi nombre también sobra. Basta la intención”.
Creo e insisto en ello, como lo dice en las sugerencias personales adjuntas
al informe, que hay necesidad de reparar ese olvido destacando con precisión el
lugar de nacimiento de Gabriela Mistral. Mediante la fuente o una placa metálica.
Es fácil hacerlo y bastaría solicitar de la Sociedad Constructora el plano
general del actual Museo y Parque y el antiguo emplazamiento de las viejas
construcciones. En el informe he precisado la ubicación de aquel cuarto, de tal
manera que la tarea por realizar sería sencilla.
Necesidad de difundir el Informe
Estas manifiestas molestias de visitantes y del medio popular en la ciudad
de Vicuña quedarían desvirtuadas si se diera a conocer ese informe que también
oportunamente remití a esa Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos y
del que conservo una copia y que en el caso que estuviera extraviado el anterior
podría ponerla a su disposición.
Sin otro particular, saluda muy atentamente a Ud.
Jorge Iribarren Charlín
Conservador del Museo de
La Serena
La Serena, 19 de Marzo de 1974.
109

Documentos relacionados