una visión crítica de la narración de arthur gordon pym

Transcripción

una visión crítica de la narración de arthur gordon pym
Nueva Revista del Pacífico
Nº 54 [2009] Valparaíso
UNA VISIÓN CRÍTICA DE LA NARRACIÓN DE ARTHUR
GORDON PYM DE EDGAR ALLAN POE
A critical vision of the narration in Arthur Gordon Pym of Edgar Allan Poe
DANIEL FERREIRA PAREDES
Universidad de Valaparaíso (Chile)
[email protected]
CÉSAR WEE QUIJADA
Instituto de Orientación Pedagógica (Santiago, Chile)
[email protected]
Resumen
Como seguidores de Poe y sus obras resulta gravitante, el reposicionamiento de la Narración de
Arthur Gordon Pym, a la luz de los avances en los estudios literarios del siglo XX y sus
repercusiones en el siglo XXI. Para ello, esta investigación recaba las revisiones, críticas y
miradas de dos siglos, las cuales confluyen para otorgarnos un “mapa del tesoro” lleno de
sorprendentes pistas que esclarecen este viaje llamado, La Narración de Arthur Gordon Pym.
Palabras clave: Horizonte de expectativas, artefactos retóricos, lector informado, nuevo
historicismo, nueva crítica.
Abstract
As Poe’s fans and followers of his writings results of critical responsability to relocate The
Narrative of Arthur Gordon Pym through the advances of literary studies of the XXI century. In
order to achieve it, this research uses reviews, criticism and views of two centuries, which flow
to grant us a “treasure map” full of surprising clues that clarify this journey called The
Narrative of Arthur Gordon Pym.
Key Words: Horizon of expectations, rhetorical devices, informed reader, new historicism, new
criticism.
La elección de literatura como objeto de estudio, focalizada en La Narrativa de Arthur
Gordon Pym fue alentada principalmente por la multiplicidad de aristas o variables que
favorecen la interpretación y profundización de temáticas sociales y culturales subyacentes al
contenido explícito de la novela, además del involucramiento cognitivo activo que experimenta
el lector al abordar cualquier obra literaria, desde que este interpreta, opina y crea esquemas
mentales de la historia en desarrollo. En este sentido, entendemos que “el leer literatura es un
1
proceso dinámico que requiere la participación creativa del lector mientras interactúa con el
autor y su texto” 1. A continuación, se detallan las anotaciones y conclusiones obtenidas a través
de la investigación bibliográfica acuciosa basada en la novela de Poe, La Narración de Arthur
Gordon Pym.
Durante la primera mitad del siglo XIX, una fuerte sensibilidad literaria se extendía en
gran parte de la costa este de los Estados Unidos: Romanticismo o Trascendentalismo, corriente
que focalizaba el equilibrio entre el hombre, la naturaleza y Dios. A pesar de que, el siglo XIX
aun se consideraba una época Teocéntrica, ya se veía, con menos frecuencia, en literatura la
inclusión de la deidad en términos piadosos y conservadores. Bajo el ocaso del Romanticismo,
un incipiente género literario de exploración sensacionalista, captaba la atención de las masas.
Esta nueva generación de lectores, se deleitaba mayormente en la búsqueda y la lectura de
aventuras marítimas, escabrosas e intrigantes.
En medio de este escenario distintivo de la época, surgió la única novela en vida de
Edgar Allan Poe, a saber, La Narración de Arthur Gordon Pym, obra literaria que no fue del
todo comprendida por sus contemporáneos, debido a la complejidad de su significancia
simbólica e interpretativa. El lector se encontró frente a la dificultad de unir ficción con
realidad, asunto que provocó serias discrepancias, producto de las desavenencias de esta novela
de aventuras comparada con las que mantenían las convenciones narrativas y novelescas al pie
de la letra. Una de las características que ilustra más claramente este antagonismo, es el
convenio tácito autor-lector denominado en esta investigación “horizonte de expectativas”. Este
lector del siglo XIX, esperaba enfrentarse a una historia cautivante, pero a la vez orgánica en su
desenvolvimiento, sin embargo, se encontró con una narrativa que presenta discontinuidades y
ambivalencias constantes a lo largo de toda la historia. Muestra palpable de ello es, el ambiguo
y abrupto cierre que Poe diseñó para ella, y en donde incluye simbolismos dicotómicos tales
como el color blanco y seres de características y proporciones descomunales. Poe escribe en sus
últimas líneas de la Narración de Pym:
“22 de marzo - Las tinieblas se hacían visiblemente más densas, sin que las
amortiguase la claridad de las aguas. Infinidad de pájaros gigantescos, de
sorprendente blancura, surgían detrás de la barrera de vapor, y su grito era el eterno
¡Tekeli-li!, que lanzaban al huir delante de nosotros... Entonces nos precipitamos en el
seno de la catarata, que se entreabrió como para recibirnos. Pero de pronto se levantó
en nuestra ruta una figura humana amortajada, de proporciones mucho mayores que
las de ningún habitante de la tierra; el color de su piel tenía la blancura purísima de la
nieve…”2.
Este extracto del cierre de las aventuras de Pym, provocó una lamentable decepción en
el lector del siglo XIX hacia Poe, debido principalmente a la desestabilización de su “horizonte
de expectativas”. Muchos lectores habían tomado este registro como verídico, lo que sin duda le
trajo ácidas y mal intencionadas críticas. Paul Ricoeur, respaldando lo anterior, postula que en
cualquier narrativa, existe un compromiso ético no verbal, el cual consiste en la reciprocidad y
consecución de hechos. En otras palabras, señala que el compromiso ético se representa en la
clarificación del contenido expuesto en una novela, y que aún, cuando considera ciertos
vaivenes, no transgrede deliberadamente los códigos éticos antes señalados.
A fin de respaldar nuestra postura, en relación a la novela, establecemos un marco
teórico, considerando el contexto en el cual fue escrita, vale decir, la consideración del tiempo y
circunstancias que rodearon su creación, así como también la realidad social, política y
económica de Poe y de America. Tomamos como eje central dos corrientes dominantes en la
crítica literaria americana e inglesa. Por un lado, abordamos el Nuevo Historicismo, corriente
del pensamiento que postula que, toda obra literaria debe ser considerada como producto de una
1
Stanley Fish, “The reader response”, Understanding Contemporary American Literary Theory Revised
Edition, University of South Carolina Press, (2001), p. 128.
2
Poe, Edgar Allan. “Aventuras de Arthur Gordon Pym”, 2° edición, Buenos Aires, editorial Claridad,
Traducción por Ana Gabriela Burger, página 182.
2
época y lugar específico, más que una simple creación aislada. Por otro lado, acogemos la visión
de la Nueva Crítica que plantea la dedicación a la lectura estricta, despojada de toda fuente extra
textual, principalmente la biografía. Ambos enfoques permitirán tanto el análisis de aspectos
retóricos y simbólicos, como de aquellos vinculados al repertorio contextual.
Teniendo en cuenta ambos enfoques críticos, no podemos comenzar un análisis literario
depurado de la narrativa sin adentrarnos, primeramente, en las repercusiones históricas de ella y
las de su creador, para entender trasfondos sicológicos y situacionales que gatillaron su
realización y posterior salida al mercado. Por otro lado, la rigurosidad del método de análisis
nos abrió las puertas a los artefactos retóricos3, desplegados por Poe, a lo largo de la trama y
que más que soslayar la poca experticia en el género, demostró la sobreabundancia de sus finas
técnicas de escritura. Patrick Queen respalda desde un punto de vista Neo Crítico el peso
estructural de la obra:
“Lejos de ser un cúmulo de eventos horrorosos sin sentido, La Narrativa… está
estrictamente organizada y hábilmente desarrollada…Por toda su complejidad, y a
pesar de algunas falencias muy obvias, La Narrativa… es notablemente coherente en su
manejo de estructura y tema.” 4
Si tenemos que escoger entre cuál de las dos posturas favorece de mejor manera a Pym,
esta es el Nuevo Historicismo, puesto que antes de adentrarnos a la obra misma del escritor,
debemos imperiosamente conocer su trasfondo de vida, sus estados mentales y emocionales
para entender que, muchas de sus miserias en vida fueron producto de los excesos y la
precariedad económica que lo acompañaron hasta el mismo lecho de muerte. Otra de las
implicancias de la crítica neo-historicista en la novela, es que permitió no sólo darle la
importancia al contexto, sino que también logra tensionar ideológicamente el texto con el fin de
vincular la obra y sus personajes con los discursos imperantes de la época. Por tanto, el valor
entrañable y trascendente que producen las obras del genio escritor en los lectores es,
doblemente destacable si nos detenemos a contemplar que a pesar de sus dislocaciones mentales
y temporales, logró desdoblarse en el papel con una maestría imperecedera que, ni aún sus más
acérrimos detractores lograron destruir.
En el epicentro de este mercado literario emergente y popular, el perturbado Poe veía
con buenos bríos la diversificación de su mordaz pluma, para satisfacer su inmediata
precariedad económica. Hasta ese momento [a mediados de 1820], Poe era medianamente
conocido en la costa este por sus poemas e historias cortas, entre ellas la compilación de poemas
bajo el nombre de “Tamerlane and other Poems” [1827] y posteriormente su más aclamado
poema, “The Raven” [1845]. Aunque se iniciaba en un nuevo género literario, Poe nunca se
apartó de su irreverente estilo, lealtad que no cambió su forma de escribir, pero que sí dejó de
manifiesto su evidente desapego a los patrones novelescos de la época. Así y todo, logró
acaparar la atención popular, logrando buena crítica en un período en que trabajó como escritor,
crítico y editor del Southern Literary Messenger, una publicación mensual en donde
posteriormente publicaría los primeros capítulos de la Narrativa de Arthur Gordon Pym.
De toda su carrera literaria, fue sin duda, la llegada al Messenger [1835] la época de
mayor florecimiento artístico y posicional. Previo a su arribo, Poe con 26 años de edad residía
en Baltimore junto a su prima de 13 años, Virginia Clemm, quién recientemente se había
convertido en su esposa. Tal unión, dejaba en claro los reparos psicológicos que en la actualidad
aún se le imputan al autor. Además de lo anterior, su inestabilidad laboral y su declarada
adicción al alcohol, lo tenían sumido en la devastadora miseria. En su peor momento, pide
desesperadamente la ayuda de quien fuera su único amigo, John Pendleton Kennedy. Gracias a
3
Entiéndase por artefactos retóricos a la fragmentación de competencias retóricas que permiten la
comprensión de un texto en su dimensión estética, semántica y sintáctica así como también a las técnicas
de escritura literaria entre las que destacamos: Metáfora, Hipérbaton, Simbología, entre otros.
4
Patrick F. Queen, “Poe’s imaginary voyage”, The Hudson Review, Vol. 4, No. 4. (Winter, 1952),
p.569.
3
las promisorias referencias que dio de su amigo, Thomas White, director de la revista decide
incorporar a Poe como parte de su staff creativo. A pesar de sobresalir tempranamente por sus
finas técnicas de escritura y ganarse la admiración de sus colegas y primeros lectores, su
bipolaridad mental y física comienza a dar sus primeros destellos de desconfianza. Aun así, su
virtuosa pluma, aumenta notablemente las suscripciones de la revista, lo que le permite
compartir las labores de edición con el Sr. White, desde diciembre de 1835 hasta enero de 1837,
año en que es despedido de la revista por las constantes reincidencias en el alcohol y nefastos
episodios sociales. Antes de marcharse del Messenger, entrega los dos primeros capítulos de la
saga de Pym, para que sean publicadas en las ediciones de Enero y Febrero del mismo año. Un
año más tarde [1838], la editorial Harper & Brothers de Nueva York, se interesa en esta
inconclusa odisea y compra los derechos para que Poe la transformara en novela. Pese a ser
despedido, su paso por el Messenger, le valió el respetado puesto de afamado crítico y lo erigió
como artífice de una posterior seguidilla de grandes revistas literarias de la costa este de
Norteamérica.
El mismo Poe, replicando a su creación más reciente, afirmó que era “un libro muy
tonto”, aludiendo que su única motivación al escoger un tema sensacionalista era el atractivo
económico que ella le proveería. Sin embargo, los críticos de hoy no lo consideran “tonto” y
concuerdan en que la metodología de composición y organización de sus elementos
fragmentados, no son el resultado de falta de competencia literaria sino de una movida
estratégica para captar la atención del lector. Aquel lector que, abordara la novela
descuidadamente, ciertamente la encontraría “un libro muy tonto”.
Distinguimos en esta investigación dos tipos de lectores. Por un lado, tenemos al lector
común, carente de entrenamiento en lo que a “artefactos retóricos” respecta. Este lector común
al no poseer los atributos antes mencionados, no logra percatarse de los símbolos ni de las
corrientes literarias que evoca el autor. Por otro lado, identificamos a un segundo lector
denominado por Stanley Fish “El lector informado” 5, aquel que “[1] posee competencias
literarias, [2] es un hablante culto del idioma y [3] que domina cabalmente el conocimiento
semántico que un lector maduro trae a los niveles de su comprensión”. En otras palabras, Fish
cree que todo lector adoctrinado compartirá las mismas respuestas fundamentales hacia los
significados esenciales de un texto literario.
A través de, esta tipificación de lectores, concluimos que: [1] el lector común de esa
época tomó la novela como “una farsa de mal gusto” debido a la susceptibilidad que le
ocasionó este “evidente intento de embaucar” del autor al unir ficción con realidad; y a su
incapacidad cognitiva de interpretación. [2] el lector informado, habiendo descifrado los
mensajes entre líneas, también tuvo una respuesta desfavorable hacia la obra, debido a esta
aparente actitud de Poe de desmarcarse de modelos repetidos en la composición de literatura y
dejar entrever en ella una ausencia de pausas, marcadas discontinuidades, incesantes pasajes de
horror y quiebre del horizonte de expectativas. Sin embargo, no le fue indiferente el estilo
embriagante e inmaculado del autor.
A partir de las afirmaciones previas, surge el siguiente cuestionamiento: ¿fue entonces
la Narración de Pym un truculento y embaucador registro [ “Hoax” 6 ] o sólo un legítimo intento
de cautivar al lector de mediados del siglo XIX? Para nosotros como lectores contemporáneos a
casi 200 años de su lanzamiento nos resulta concluyente la idea de que Poe usó su ácida pluma
a propósito para darles a los lectores del tónico que ellos mismos exigían. Sin embargo, lo hizo
siguiendo sus propios paradigmas literarios, y en este ejercicio no tuvo como motivación el
engañar al público, por el contrario, apelaba a la apreciación estética por sobre la superficialidad
y los convencionalismos propios de la crítica literaria en Nueva Inglaterra.
Revisiones del Siglo XIX
5
Fish, Stanley, “The reader response”, Undestanding Contemporary American Literary Theory
Revised Edition, University of South Carolina Press, (2001)
6
Término literario en inglés con su equivalente a “bulo” en español para denotar un intento de hacer creer
que algo falso es real. Según la Rae “bulo” es una noticia falsa propagada con algún fin. www.rae.es/
4
Durante los primeros 5 años después de su publicación, la novela fue duramente
criticada por aquellos que tenían conflictos con Edgar Allan Poe o lo consideraban un mal
ensayista, crítico y escritor. Los primeros detractores, hicieron algunos de los comentarios que
estamos a punto de leer. Por otra parte, leerán opiniones de aquellos que tuvieron una visión
amplia y se mantuvieron alejados de las opiniones personales con respecto al autor, cosa muy
común en esta época y lugar de la literatura norteamericana.
Muchas de las primeras revisiones, se enfocaron en la poca credibilidad de la novela. En
el Burton Gentleman’s Magazine se describe a Pym como un “imprudente intento de embaucar
al publico” 7. El Metropolitan Magazine, caracteriza al libro como “un intento imprudente de
imponerse a la credulidad del ignorante” 8. El New York Mirror dijo “un mentiroso de primera
magnitud” 9. Desafortunadamente, las referencias antes expuestas contienen solo connotaciones
negativas respecto de la novela, las cuales deben haber sido una fuerte experiencia para Poe,
quien estaba acostumbrado a leer artículos que lo exaltaban o a hacer criticas de trabajos,
realizados por otros compañeros de letras como parte de sus responsabilidades editoriales.
Expresiones como: Mentiroso y Embaucar, han de haber sonado duro, básicamente en términos
de la ausencia de opinión con respecto a la estética y los recursos literarios utilizados a lo largo
de la novela.
Poco a poco, revisiones más acabadas y análisis más profundos fueron hechos a la
novela, debido al creciente éxito que Poe había logrado con sus primeros poemas y
contribuciones al Southern Literary Messenger, razón por la cual, Lewis Gaylord Clark, un
autor del círculo de Poe, con que habían tenido algunas discusiones y diferencias hizo una
revisión con respecto a “Las Aventuras” en la revista “The Knickerbockers” “contada en un
estilo relajado, rara vez desviado por alguna de las virtudes más comunes de la composición”
10
. Clark continúa diciendo “esta obra es una de mucho interés, con todos sus defectos, ninguno
de los cuales es, tan deliberadamente lleno de horribles circunstancias de batallas y sangre” 11.
Agregando revisiones, incluiremos ahora 2 revisiones hechas por lectores comunes, la
primera hecha por un emocional y pasional lector, doce años después la publicación de la
novela. Aún cuando, esta revisión contiene palabras despectivas hacia al autor y la novela,
refleja como este “anónimo” se va sintiendo a lo largo de la lectura.
En una primera edición de “Las Aventuras” (libro perteneciente al centro de
investigaciones de la humanidad Ramson en la Universidad de Texas en Austin), escrito con
lápiz de tinta café, al final de la página se lee “No creo ninguna maldita palabra de esta burda
historia, y usted señor?” 12. Aparentemente, el mismo lector escribe con el mismo lápiz de tinta
café, debajo del nombre de Pym en la primera pagina “Eres un mentiroso” 13. Hasta cierto punto
este lector parece convencido que debía haber un “Arthur Gordon Pym” real. Este lector, podría
llamarse “L. Selby”, un nombre escrito verticalmente con lápiz de tinta café en el margen
izquierdo de la página 18. Un segundo lector, escribió esta vez con lápiz grafito en el prefacio
(un prefacio que fue escrito ostensiblemente por el mismo Pym, luego de haber retornado de sus
aventuras por los mares del sur), “Es una gran pena que Arthur Gordon Pym haya escapado y
logrado regresar para embaucar a la gente con tal sarta de mentiras” 14D.L. podrían ser las
iniciales del lector o sería mucho más recomendable decir con respecto a Pym “Damned Liar
(Maldito Mentiroso)”.
7
William Burton, rev. of The Narrative of Arthur Gordon Pym, Burton’s Gentleman Magazine, 3 (1838).
Burton R. Pollin, “Poe’s Narrative of Arthur Gordon Pym and the Contemporary Reviewers”, Studies in
American Fiction, 2 (1974), p. 48.
9
Edgar Allan Poe, The Critical Heritage,ed. I. M. Walker (London: Routledge and Kegan Paul, 1986),
p 91.
10
Sidney P. Moss. Poe's Literary Battles: The Critic in the Context of His Literary Milieu.
Carbondale,IL: Southern Illinois University Press, 1963. p. 89. Taken from “The Knickerbockers” A
N.Y. magazine.
11
Ibid.
12
Edgar Allan Poe, The Narrative of Arthur Gordon Pym of Nantucket (New York: Harper & Brothers,
1838); copy in the Harry Ransom Humanities Research Center, University of Texas at Austin.
13
Ibid.
14
Ibid, p. 3.
8
5
Podemos decir entonces, de este lector que, o nunca simpatizó con este tipo de literatura
o que simplemente no entendió ni valoró la estética y los elementos literarios presentes en la
novela.
Ciertos destacados y competentes lectores de 1830, compararon “Las Aventuras” con
Robinson Crusoe de Daniel Defoe, la cual había sido publicada un siglo antes, y considerada
por algunos como la primera novela inglesa. Esta cuenta las aventuras de Robinson en una isla
cerca de Venezuela, donde permaneció 28 años y durante los cuales tuvo encuentros con
nativos, rebeldes y cautivos antes de ser rescatados. Otro elemento que los liga, tiene que ver
con que 2 años después de la publicación de la novela, Poe escribió una revisión para la edición
de 1836 de Robinson Crusoe, donde demostró gran admiración y aprecio por esta obra, y desde
donde tomó dos grandes recursos que están presentes en Robinson Crusoe, los cuales son la
verosimilitud y la habilidad del autor de perderse en sus personajes, ambos elementos,
continuamente utilizados por Poe, a lo largo de la producción y posterior publicación de “Las
Aventuras”.
Algunos críticos de la época, distinguieron a Pym de Robinson Crusoe, en la base de “el
excesivo horror de Pym” 15, “el excesivo detalle” 16 y en las “imposibilidades” 17.
Por otro lado, la novela no pasó sin apreciación contemporánea. Por ejemplo, un crítico
del Philadelphia Saturday News, declaró que la novela “abunda en lo maravilloso y lo salvaje, y
está aparentemente escrita con gran habilidad” 18, un crítico del Alexander’s Weekly
Messenger definió el libro como “una extravaganza muy ingeniosa” 19, otro escritor llamó al
volumen como “una obra extraordinariamente interesante, escalofriante, como nada de lo que
haya leído” 20.
Al revisar las últimas críticas y comentarios hechos por contemporáneos, nos queda
claro que “Las Aventuras de Arthur Gordon Pym”, produjo sentimientos encontrados entre los
lectores y críticos del siglo XIX. Otro elemento importante, al analizar la aceptación de la
novela se presenta en forma de homenaje póstumo al considerar a Pym como un referente de la
literatura clásica, en libros tales como Moby-Dick (1850) de Herman Melville, La copa dorada
de Henry James (1904); o en secuelas notables como La esfinge de los hielos de Julio Verne
(1897) o Un extraño descubrimiento de Charles Romyn Dake (1899); los cuales desarrollaron
tradiciones de traducción e ilustración, y de una atención por parte de críticos y académicos
abundante.
Terrence Whalen 21escribió en contra de la larga tradición en los estudios en la obra de Poe, que
enfatizaban el aislamiento del autor de la cultura Norteamericana del siglo XIX y sus
condiciones económicas. Demuestra a cada momento, que los escritos de Poe contienen muchos
rasgos culturales y especialmente influencias económicas.
La novela contiene muchas referencias de viajes y aventuras marítimas contemporáneas
tratando de esta manera de sustentarse y proveer credibilidad a la obra con escritos populares, de
esta manera evita aislarse, utiliza estos recursos con el objetivo de contextualizarse, recibir
aceptación masiva y éxito a largo plazo.
15
Pollin, op. cit., New York Review, p. 44.
Pollin, op. cit., The Atlas, (October, 20th , 1838), p. 31.
17
J. Don Vann, “Three More Contemporary Reviews of Pym”, Poe Studies, n° 9, 1976, p. 43. Taken
from Naval and Military Gazette (October, 20th, 1838).
18
Kopley, Richard , Edgar Allan Poe and "The Philadelphia Saturday News” (Baltimore: Enoch Pratt
Free Library and The Edgar Allan Poe Society, 1991),p. 6.
19
Pollin, op. cit. “Critical Heritage”, p. 95.
20
Ibid, p. 43. Taken from “The New- Yorker” (4 August 1838).
21
Terrence Whalen, “Edgar Allan Poe and The Masses: The Political Economy of Literature in
Antebellum America”, Princeton UP, (1999), p. 24.
16
6
Críticas y comentarios del siglo XX
Durante este siglo, un alcance muy diferente al dado en el siglo XIX, recibe la novela, a
la hora de analizar la obra de Edgar Allan Poe, todo esto bajo la búsqueda de la imparcialidad y
objetividad. Muchas de las revisiones y comentarios son más rígidas en estructura y ricos en
contenidos analíticos, también los elementos estéticos son más considerados. Teniendo en
cuenta la arbitrariedad manifestada en la critica del siglo XIX versus la visión en el producto
literario demostrada por la critica del siglo XX. Uno de estos declara “La calidad en la obra de
Poe no se encuentra en la integridad de la forma, pero en su respuesta a la forma” 22, aquellos
críticos que busquen en las curvas de una obra que contenga los elementos formales y rígidos de
las novelas del siglo XIX buscaran en vano.
Un símbolo utilizado en “Las Aventuras”, tiene que ver con la figura de la divinidad,
dentro de la novela cuando luego de haber pasado por un período de hambruna, sed y fatiga, los
cuatro sobrevivientes Pym, Peters, Augusto y Parker oran por ayuda divina “y nos levantamos
con una esperanza y vigor renovados, al pensar que todo lo que se podría hacer por medios
humanos, se había hecho para alcanzar nuestra salvación” 23, casi inmediatamente, ellos ven el
tipo de ayuda que podrían haber esperado de Dios. Un barco, acercándose directamente a ellos.
Mientras se acercaba “derramamos nuestras almas en gritos y acción de gracias hacia Dios por
su completa, inesperada y gloriosa salvación que estaba tan palpablemente a mano” 24, pero
para su angustia, pronto se dieron cuenta que la misericordia que Dios expresó, era sólo un
carguero colmado de cadáveres. Cuando éste se alejó “todas nuestras visiones de salvación y
felicidad se fueron con el y su terrible tripulación” 25. Es aquí, donde se nos vuelve claro, si no a
Pym, que Dios no sería de ninguna ayuda a lo largo del desarrollo de la novela.
“Pero el hecho de que, en los últimos doce capítulos de la novela, prácticamente, no haya este
tipo de oraciones, tal vez demuestra, que Pym ha comenzado a aceptar que este Dios sólo se le
aparece al final de la novela: un Dios, que sólo existe fuera del tiempo y el espacio, un Dios
que se revela al hombre solo en la muerte o en la visión del poeta” 26
Es aquí, donde se presenta una división importante, dentro del estilo Romántico
predominante en el siglo XIX, el cual plantea una deidad presente y misericordiosa; por el
contrario, Poe nos habla en su novela de exploración de un Dios ausente, y cada vez más
inalcanzable; adelantándose así y sentando las bases de lo que se conoció años más tarde como
Modernismo.
Otra figura importante, de la novela son Pym y Peters, los cuales representan el orgullo
occidental, la arrogancia y el predominio cultural v/s la opresión y la pseudo ignorancia de una
etnia no reconocida, subestimada por un segmento acomodado de una sociedad particular.
Por último, la Figura Blanca amortajada que aparece al cierre de las aventuras de Pym,
se convirtió en el símbolo más cuestionado por la crítica tanto del siglo XIX como del siglo XX,
y ello por la representación infinita que deriva de esta imagen sobrenatural. Una de sus
interpretaciones más avaladas la sustenta la apertura hacia el futuro desconocido; lo incierto del
universo nuevo e inexplorado. Y este mundo nuevo lo ejecuta Pym en su milagroso regreso a
Nantucket y en el misterio que guarda su supervivencia.
Algunos hablan de la incapacidad de Poe de dar un fin orgánico a esta historia, otros
como nosotros alabamos la maestría imperecedera del genio que en pleno siglo XXI aun es
objeto de las más elevadas críticas. Si hay algo que se le puede reprochar a Poe después de
todos los estudios que se han hecho de él, es que con el tiempo su obra y vida han recobrado tal
vitalidad y notoriedad que ni aun sus errores y miserias eclipsan el legado del autor a la
literatura mundial. El privilegio de navegar en aguas tortuosas e inciertas ha sido la ganancia
22
Lisa Gitelman, “The Narrative of Arthur Gordon Pym”, Edgar Allan Poe: Introduction. Nineteenth
century Literary Criticism. Vol. 47, no. 3 (Dec. 1992). p. 349.
23
Poe, “Las Aventuras”, p. 98 (Traducción libre)
24
Poe, “Las Aventuras”, p. 101
25
Poe, “Las Aventuras” p. 103
26
John P. Hussey "Mr. Pym" and "Mr. Poe": The Two Narrators of "Arthur Gordon Pym" South Atlantic
Bulletin, Vol. 39, No. 2. (May, 1974), p. 25.
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fecunda que esta exploración llamada “Las aventuras de Arthur Gordon Pym” ha dejado en los
corazones de dos de sus más vigorosos seguidores.
BIBLIOGRAFÍA
BURTON W. 1838. Rev. of The Narrative of Arthur Gordon Pym, Burton’s Gentleman
Magazine, 3.
FISH, S. 2001. The reader response, Understanding Contemporary American Literary Theory
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Nineteenth century Literary Criticism. Vol. 47, no. 3.
HUSSEY, J. 1974. “Mr. Pym" and "Mr. Poe": The Two Narrators of "Arthur Gordon Pym"
South Atlantic Bulletin, Vol. 39, No. 2.
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QUEEN, P. 1952. Poe’s imaginary voyage, The Hudson Review, Vol. 4, No. 4.
WHALEN, T. 1999. Edgar Allan Poe and The Masses: The Political Economy of Literature in
Antebellum America, Princeton UP.
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