Sabrina Andreu

Sabrina Andreu,
Psicoterapeuta
Dra. en Psicología Clínica
Facilitadora TRE. Nivel II
Dirección: Castellón, España
Teléfono: +34 616 22 79 96
Email: [email protected]
Bucear en las profundidades de la complejidad humana siempre me ha fascinado.
Mi gran motivación ha sido, y sigue siendo, comprender y ayudar a las personas
(incluida a mi misma). Y mi vocación ha seguido el rumbo marcado por el deseo de
encontrar maneras eficaces de mejorar nuestra salud física, psíquica y emocional.
El primer paso que dí en este sentido fue adentrarme en el campo de la fisioterapia.
Sin embargo, la experiencia me enseñó que la manipulación mecánica del cuerpo no
me ofrecía la posibilidad de mejorar realmente el estado interno de sufrimiento de la
gente, por lo que acabé decepcionada.
La necesidad de ganarme la vida me llevó a constituir una pequeña empresa en el
mundo de la construcción y la decoración. No se trataba de estar en una oficina sino,
fundamentalmente, de realizar el trabajo manual y físico sobre el terreno. Fue todo un
reto y la experiencia me ayudó a desarrollar la fe en mi misma y la confianza en mi
capacidad. Pero, a medida que el tiempo pasaba, sentí profundamente que trabajar
con materiales inanimados no me hacía sentir realizada. ¡Yo quería trabajar con
personas y ayudarlas a vivir mejor!! Así que decidí empezar a estudiar psicología.
Realicé mis estudios en la universidad mientras trabajaba y aprendí conceptos y
técnicas interesantes. A continuación, trabajé en el Servicio de Asistencia Psicológica
mientras realizaba mi doctorado, lo que me dio la oportunidad de ayudar a muchas
personas que sufrían de diferentes tipos de problemas psicológicos. Fue un periodo
duro y muy exigente en el que aprendí mucho de mí misma y de los demás. Sin
embargo, la psicología académica resultó ser demasiado técnica y manualizada para mi
forma de concebir al ser humano, y sentía que no acababa de llegar a la verdadera raíz
de los problemas, así que seguí buscando.
Mi siguiente paso fue empezar mi formación en Análisis Bioenergétido (AB). Mi
experiencia como paciente en este tipo de terapia, junto con mi formación en la
misma, han afianzado mi convicción de que la única manera de conseguir cambios
profundos y duraderos es abordar de forma global el cuerpo, la mente, las emociones
y el espíritu. Fue en uno de mis talleres Bioenergéticos donde tuve conocimiento de la
existencia del TRE por primera vez.
Me apunté a un curso introductorio que ofreció David Berceli y la experiencia me
gustó tanto que decidí hacer la primera formación completa que David y Heiner
Steckel iban a impartir en España en el año 2012. El TRE, al igual que el AB, ve y actúa
sobre la persona de manera global y gradual. Su mecanismo de acción, el temblor, es
capaz de llegar a los diferentes niveles y estructuras del organismo: sus tejidos, su
energía, su movimiento, sus emociones, sus pensamientos…, reequilibrándolos y
facilitando la recuperación de la salud. La confianza que el TRE tiene en el cuerpo me
apasiona y su práctica me ha permitido, de manera fácil y sin esfuerzo, conectar
profundamente con mis sensaciones, dándome la más profunda experiencia de
relajación a la que he podido llegar por mi misma. He estado practicando TRE desde
entonces y siempre consigue calmarme y a reducir mis tensiones.
En la actualidad, mi trabajo consiste en facilitar la mejoría del estado físico y
anímico de las personas. Según el caso, utilizo el masaje, el TRE, la terapia o una
combinación de las mismas para ayudar a mis clientes a alcanzar su objetivo de
sentirse mejor consigo mismos y con aquello que los rodea. En este sentido, el TRE se
ha convertido en una valiosa herramienta pues ofrece a la persona, una vez aprendido,
una manera eficaz, simple y placentera de ayudarse a sí misma. También ha
demostrado ser un facilitador de los avances terapéuticos, cuando otras formas de
intervención son necesarias. ¡Y es que el TRE es muy versátil! Puede practicase en
solitario o en grupo y también puede utilizarse como técnica única o como parte de un
proceso terapéutico. Sin lugar a dudas, mi mejor consejo en este sentido sería: ¡dadle
a vuestro cuerpo la oportunidad de temblar y disfrutar!! Os estará eternamente
agradecido.