bibkca 16 - Killi Club Argentino
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bibkca 16 - Killi Club Argentino
BIBKCA Boletín del Killi Club Argentino Mayo Nº 16 – Año 2009 Comisión Directiva Presidente Pablo Calviño [email protected] Vice Presidente Norberto Pettiti [email protected] Secretario Julio Martínez [email protected] Tesorero Roberto Petracini [email protected] Vocales Hernán Dominguez Marcos Montes Juan Manuel Palacio Editor y Director del Grupo de Estudio Pablo A. Calviño [email protected] Diseño BIBKCA Jorge Stojan [email protected] Revisión y corrección literaria Marcos Montes [email protected] El presente boletín es una publicación semestral electrónica del Killi Club Argentino y se encuentra públicamente disponible en formato pdf en www.killiclub.org.ar. Sólo los artículos o notas de carácter científico aquí publicados son sometidos a revisión por especialistas externos a esta comisión y separatas originales impresas en papel se encuentran a disposición en las bibliotecas de por lo menos las siguientes instituciones y asociaciones: MACN Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” Buenos Aires, Argentina; MLP Museo de La Plata, La Plata, Argentina; AAA Asociación Acuariófila Argentina; KCA Killi Club Argentino. Los artículos y opiniones emitidas son responsabilidad de los autores. Todos los derechos reservados. © KCA 2 I Convención del KCA 2008, Buenos Aires, Argentina por Marcos Montes (KCA 125) Se me ha encargado resumir en algunos párrafos la I Convención Anual del KCA que tuvo lugar en Buenos Aires, los días 14, 15 y 16 de noviembre de 2008. Me llena de orgullo el que me lo pidan, si bien casi mi único conocimiento es el de saber redactar y escapar a las faltas de ortografía más obvias. Fuera de eso, me considero un aprendiz en lo que a killis se refiere; pero siendo éstos peces en cuyas filas todos los días se describen nuevas especies, me consuela saber que todos volvemos a ser principiantes de vez en cuando respecto de su cuidado. El Museo de Ciencias Naturales, que ya albergaba con mucha dedicación las charlas mensuales de El acuarista, ahora ha aceptado ser la sede de la primera y también las venideras Convenciones Anuales del KCA. Su fácil acceso, su emplazamiento en un lugar estratégico y a la vez abierto y llamativo de la ciudad de Buenos Aires, más sus espaciosos salones, lo convirtieron en un lugar irremplazable. No menos habría que decir de la excelente voluntad y colaboración no sólo de Guillermo López –siempre propiciatoria de todo lo bueno es su presencia en nuestros acontecimientos- sino hasta del personal de maestranza, que se mostró disponible ante el grupo de atareados socios que iban y venían por los pasillos con peligrosos baldes cargados de agua, y trapos solícitos ante los continuos derrames durante el llenado y vaciado de las peceras. Vista parcial del Museo de Ciencias Naturales B. Rivadavia. Afiche conmemorativo de la I Convención KCA 2008 Momentos previos a la inauguración de la I Convención del KCA. 3 El diseño del display de pequeños acuarios, que ideó Gustavo García, dio muestras de ser perfectamente sobrio y funcional, ocultando al público un tremendo enmarañamiento de cables. Por fuera, sólo un frente negro opaco y las variadas peceras iluminadas desde arriba, exhibían a nuestros queridos killis que, creyéndose la importancia del caso, se mostraron más atractivos que nunca. No sólo los especímenes ya inimaginables por su forma y colorido que trajeron Dalton Nielsen y Frans Vermeulen, o que aportaron varios socios de la SEK; hasta las pequeñas Austrolebias bellottii y nigripinnis vernáculas, concientes de la importancia del fenómeno, refulgían como nunca. Es una rara mezcla de alegría y admiración ver cómo nuestros propios peces pueden lucir tan lindos, y tan bella y organizada resultó la convención toda, que nada costaba dejarlos a merced de la subasta el último día: reinaba la sensación de que todos teníamos derecho a disfrutar de los killis de quien fuera. Verdad es que alguna socia inadvertida huyó el ultimo día con una bolsita llevándose su único macho de Austrolebias alexandrii, a quien había cuidado con esmero y trató siempre como mascota, por lo que pidió un permiso especial para salvarlo del amistoso remate con el que cerró la Convención. Las conferencias fueron un asunto aparte. Los históricos y estudiosos killiófilos argentinos Roberto Taberner y Jorge Fernández Santos nos trajeron reminiscencias de otros tiempos, cuando la colecta de “cynolebias” no contaba con los aficionados de hoy ni con los conocimientos que nos auxilian en su cuidado. Fueron charlas muy graciosas, variopintas y muy emotivas también, y ambos expositores, que con gran generosidad aportaron fotos de hace muchos años, recibieron un aplauso muy cálido, que transmitía también el agradecimiento por haber abierto los caminos para conocer a estos peces que hoy nos fascinan a tantos acuaristas. Las charlas de Frans Vermeulen y Dalton Nielsen se concentraron más en la descripción de biotopos de distintas especies extranjeras, la diversidad de patrones en dichas especies, y las logísticas de colecta, siempre acompañadas de un estimable “turismo aventura” como ya resulta inseparable de este tipo de viajes. Nielsen aprovechó también para presentar su libro “Simpsonichtys y Nematolebias”, cuyos ejemplares con admirables fotografias se vendieron como pan caliente. La gran cofradía entre acuaristas se vio aumentada con la aparición de aluviones de gente en lo que correspondió a la Noche de los museos1, por lo que nuestros killis llegaron a ser admirados en detalle por gente que nada tiene que ver con el acuarismo. Nutrida concurrencia de gente Comienza la subasta 1 Iniciativa del gobierno que busca promocionar la actividad museos, organizando cada año un día y noche de entrada gratuita con vistas guiadas en todos los museos de la ciudad, y que cuenta con gran aceptación del público. 4 Aphyosemion ogoense Nothobranchius korthausae Austrolebias toba Camp. dorsimaculatus Por un abrupto problema familiar tuve que salir volando del museo el mediodía del domingo, minutos después de haber llegado. En ese momento comenzó la subasta de peces expuestos, que fueron vendidos en su totalidad por los precios más dispares. La ceremonia me han dicho que fue muy divertida, como era esperable. La dirigió el gran histriónico Jorge Stojan, uno de nuestros socios “killificamente” más inquietos. El día anterior se habían entregado los premios en las distintas categorías, y las distinciones sumaron la originalidad de haber sido construidas con madera de árboles argentinos, imitando la forma de los distintos peces. Este trabajo fue encargado a aborígenes de nuestra tierra, y el resultado fue aun más agradable de lo que habíamos esperado, constituyéndose en la sorpresa de los premiados. Mesa de premios Detalle de un trofeo KCA 5 Roberto Petracini y Pablo Calviño, dos de los fundadores del KCA. Esta Convención cuenta ahora con un calendario anual que deberá repetirse cada vez. Nunca será suficiente la insistencia de que todos los socios del KCA obtendrán grandes satisfacciones al asistir, escuchar las charlas, exponer los propios peces, colaborar en las tareas -nunca aburridas, siempre gratas, y en compañía de gente de buena voluntad y divertida. Y la posibilidad de intercambiar comentarios, livianos o profundos, con gente con la que no solemos vernos. Dalton Nielsen recibe su premio al Mejor pez de la Convención Cena de camaradería Como palabras finales quisiera decir que siento esta convención como la opus magnum de los socios ya históricos del KCA, que vieron así cristalizado un viejo sueño, quizás al comienzo un objetivo inalcanzable cuando los asociados eran poquitos. Pero la cosa fue tomando fuerza y ahora, un par de meses después y con la relajación encima, podemos ver sus alcances. Vayan entonces a Roberto Petracini, a Pablo Calviño, a Julio Martínez y demás (no se puede confeccionar una lista exhaustiva) mis propias felicitaciones y agradecimiento por haber hecho posible todo este trabajo y alegría, con sus esfuerzos y preocupaciones desde la fundación del KCA. _________________________________ Marcos Montes KCA 125 6 Experiencia con Kryptolebias marmoratus por Miguel S. Bayona Valentín (KCA 030) “Es, probablemente, el pez más atractivo de la zona: no sólo tienen una vida sexual muy extraña, sino que realmente no cumplen los criterios de comportamiento estándar para los peces”. Dr. D. Scott Taylor, USA. A mediados del año 2007 el Grupo “El Acuarista Cubano” tenía en mente salir en busca del Kryptolebias marmoratus (Rivulus marmoratus (Poey, 1880)), un pez que ha captado la atención de la comunidad científica y más aun de los killiófilos. El interés del grupo en realidad se limitaba, en aquel entonces, a su localización en el extremo occidental de Cuba; fundamentalmente en las provincias de Ciudad de La Habana y Matanzas, como puntos ya establecidos por las bibliografías consultadas. Era de suponer que sin mucha información sobre la especie nos sería muy complicado de hallar, mantener y reproducirla, por lo que se perfilaba como un gran reto para todos. Casualmente, un individuo llega a mis manos el 23 de julio del 2008 después de realizar una visita al Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), en busca de asesoramiento y colaboración para el estudio y mantenimiento de algunas especies larvíboras cubanas que mantenemos en cautiverio. Allí me explicaron, entre otras cosas, que el pez había sido colectado en una zona del litoral Norte de Ciudad de la Habana en enero del 2008, y que por el tamaño era considerado un juvenil. Al llegar a casa, lo situé temporalmente en un pequeño acuario de 20 X 11 X 18 (cm.) donde mantenía tres Rivulus cylindraceus (Poey, 1860) de menor talla. Automáticamente liberé algunos gusanos de Tubifex sp. para que todos comieran pero la agresividad del K. marmoratus no se hizo esperar, así pude comprobar su conducta belicosa que de antemano conocía. Al principio pensé que se trataba de hambre pero el asedio a los 3 pequeños continuaba, y no me quedó más remedio que llevarlos para otro acuario. Pasado el mes, y viendo que había aumentado en tamaño, decidí colocarlo en un acuario de mayores dimensiones (40x30x25), donde permanece actualmente. Kryptolebias marmoratus recién llegado a casa. Un poco de información El Kryptolebias marmoratus habita desde el Sur de la Florida (USA) hasta Brasil, incluyendo algunas de las naciones del Caribe y del centro y sur del continente Americano como son Antillas Holandesas, Barbados, Belice, Cuba, Guadalupe, Guyana Francesa, Haití, Honduras, Islas Caimán, Islas Saona (R. Dominicana), Jamaica, Las Bahamas, Martinica, México, Puerto Rico y Venezuela. Justamente debido a su extenso hábitat y variaciones de color, es que ha recibido diversos nombres que a la postre se convirtieron en sinónimos de Rivulus marmoratus (Poey, 1880). En Cuba fue descrito por primera vez por el afamado naturalista cubano Don Felipe Poey y Aloy en 1880 bajo el nombre de R. marmoratus. Posteriormente es incluido en la sinonimia de Rivulus cylindraceus y no es hasta 1945 que Luís Rivas junto a Robert W. Harrington revalida su nombre por el ya conocido R. marmoratus. Según 7 narra el Dr. Pastor Alayo D. en su libro “Lista de peces fluviátiles de Cuba”, Rivas para realizar el cambio se basó en las diferencias morfológicas como el tamaño y número de escamas, entre otras características. A mediado de los años 70 es nuevamente colectado un individuo; al no poder ser comparado con otros deciden llamarlo Rivulus garciai (de la Cruz and Dubitsky, 1976) en honor a quien lo capturó, pero con el tiempo éste pasó a engrosar la lista de sinónimos de la especie. Distribución geográfica del Kryptolebias marmoratus. En otras localizaciones registradas en el continente americano se clasificó con los nombres de: R. ocellatus (Hensel, 1868); R. heyei (Nichols, 1914); R. bonairensis (Hoedeman, 1958). No es hasta el 2004 que el Dr. Wilson Costa, después de hacer una revisión rigurosa del género y apoyándose en las características osteológicas bien definidas, decide separarlo del género Rivulus, ubicándolo en el nuevo género Kryptolebias (Costa, 2004). Más adelante el Dr. Costa fue unificando con el nombre de Kryptolebias marmoratus algunas de las especies que presentaban iguales características como K. bonairensis, K. garciai y K. heyei. En abril del 2006 se acepta oficialmente el nombre de Kryptolebias ocellatus tras un nuevo estudio del género realizado por el Dr. Costa, quedando separada la especie del K. marmoratus. El género actualmente se compone por 7 especies: K. brasiliensis (Valenciennes, 1821); K. campelloi (Costa, 1990); K. caudomarginatus (Seegers, 1984); K. gracilis (Costa, 2007); K. marmoratus (Poey, 1880); K. ocellatus (Hensel, 1868); K. sepia (Vermeulen y Hrbek, 2005). 8 Comparación de las diferencias fenotípicas de la especie según la región de donde proviene. Taxonomía: Orden: Cyprinodontiformes (Berg, 1940) Familia: Rivulidae (Myers, 1925) Género: Kryptolebias (Costa, 2004) Especie: marmoratus (poey, 1880) Nombre científico: Kryptolebias marmoratus (Hensel, 1880) Nombre común: Rivulus marmoratus, Rivulus matancero, Rivulus de Matanzas, Rivulus de manglar. Descripción de la especie Con algunos patrones anatómicos muy similares a los Rivulus, el K. marmoratus presenta el cuerpo alargado con forma cilíndrica y cabeza ancha con la parte superior plana. Sus aletas dorsal y anal se encuentran retrasadas, muy próximas al pedúnculo caudal. La aleta dorsal comienza cerca del final de la aleta anal y sus bordes son redondeados como el resto de sus aletas. El Dr. Pastor Alayo destaca en su libro de “Lista de Peces fluviátiles de Cuba” un aspecto importante en cuanto a diferencias con el R. cylindraceus, y es que las escamas del K. ocellatus son más pequeñas; además lleva de 46 a 48 hileras transversales, contra las 36 del R. cylindraceus. En cuanto a coloración, no se trata de un pez vistoso, el marrón oscuro ocupa la mayor parte de su cuerpo con un singular jaspeado entre puntos negros y grises, que llegan hasta la aleta dorsal, anal y caudal. Hacia el vientre se va degradando el color hacia un tono crema claro. La intensidad del marrón puede variar según el estado de ánimo o del fondo donde se encuentre en ese momento. En el pedúnculo caudal se halla el ocelo, un punto negro sobre un anillo grisáceo que simula un ojo. Esta marca se puede apreciar generalmente en los individuos hermafroditas de la especie; en cambio el macho natural no presenta el ocelo y suele ser de color naranja, manteniendo la piel jaspeada con puntos negros o, en ocasiones, puntos rojos. Curiosamente, en ambos sexos se puede observar detrás de los opérculos también una mancha muy similar al ocelo, aunque no siempre es visible. 9 Los machos naturales o puros de la especie no presentan el ocelo y su color puede variar. Según las descripciones consultadas en artículos del Dr., Dr W. Costa, Dr. Bruce Turner, Sallie S. Bogas, R. W. Harrington entre otros, el tamaño oscila entre 4cm y 6cm para los hermafroditas, y los machos suelen llegar hasta los 7.5cm, sin embargo el que conservo en casa alcanza los 3.8cm como máximo. En mi opinión, lo más interesante en el caso del K. marmoratus es que se trata de un pez ovíparo de reproducción hermafrodita, quizás junto al K. ocellatus los únicos peces de agua dulce con auto-fecundación descubiertos por el momento. El individuo hermafrodita contiene ambos órganos sexuales, y es capaz de utilizarlos sin la presencia de un macho como pareja para fecundar los huevos en su interior; de esta manera todos los descendientes serían clones de la “madre”. Esta característica implica que el pez hermafrodita (madre) no reniega del todo de la carga genética que puede aportar el macho de la especie, pero cuando le sea conveniente puede prescindir del macho para reproducirse. En algunas bibliografías se plantea que la obtención en cautiverio de un macho natural está dada por la utilización de bajas temperaturas en el periodo de incubación. También se habla de la existencia del macho secundario: éste viene dado por ciertas fallas en el sistema reproductor femenino del pez “madre”, que pudieran aparecer después de los 3 años de vida. Otro aspecto a destacar es la respiración, regularmente habita en manglares, pantanos, lagunas y otros ambientes bajos de aguas dulces o salobres con escaso contenido de oxígeno, que en ocasiones quedan atrapados en tierra firme en tiempo de sequía. Esta quizás sea una de las posibles razones que lo llevó a desarrollar un sistema respiratorio bien complejo, que atrae el interés de todos. Para respirar fuera del agua el pez altera temporalmente su constitución biológica reteniendo el agua y los nutrientes en su interior, mientras que excreta el nitrógeno residual a través de la piel. Esto le permite soportar un largo período fuera del agua, o trasladarse si las condiciones le son propicias. Un dato curioso es que en un viaje a Belice, el Dr. D.S. Taylor y su equipo descubrieron accidentalmente al K. marmoratus oculto en el interior de un tronco húmedo declarando en su informe: "Dimos una patada a un tronco y el pez sencillamente salió dando coletazos". 10 La primera imagen muestra un K. marmoratus visto por D.S. Taylor viviendo dentro de un agujero de un tronco. En las otras se puede ver como el pez de Miguel reposa fuera del agua. Su mantenimiento Sin lugar a dudas estamos ante un pez poco exigente en lo que a calidad del agua y espacio se refiere, pero aun así le realizo el cambio de agua cada 15 días. En los sitios especializados sobre el tema proponen mantenerlo en agua vieja con un pH entre 7 y 7.5, y la dureza en 16 grados. Puesto que suele vivir tanto en agua dulce como salada, al acuario se le pueden añadir cerca de 3g de sal por litro de agua. En mi caso, al mantenerlo con abundante vegetación, entre ellas Cryptocoryne willisi y Myriophyllum aquaticum, apenas utilizo la sal. En cuanto a la temperatura, lo ideal sería tenerlos entre 23ºC y 28ºC, aunque toleran tanto bajas de 16ºC como altas de hasta 36ºC -lo que no es muy aconsejable para la vida del pez. Además de las plantas que decoran el acuario y las mopas para la reproducción, utilizo gravilla de río y un pedazo de tronco de mangle con una de las puntas por fuera del agua. Como cubierta utilizo una tapa de acetato transparente que me permite colocarle encima una lámpara de 36W, aunque la ubicación y posición permite la entrada directa de luz solar. De día generalmente permanece oculto entre la vegetación o por debajo del tronco; sólo se asoma cuando va a ser alimentado. Por lo que he podido apreciar, en la noche realiza la mayoría de las actividades, fundamentalmente la reproducción. En varias ocasiones lo he visto fuera del agua sobre el corcho que mantiene a flote la mopa, o sino sobre la punta del tronco que queda fuera del agua. Al percatarme del hecho pensé que se trataba de que el agua estaba en mal estado, pero no fue el caso: días después comenzó a desovar, por lo que supongo que se debió más bien a una necesidad fisiológica. Vista de la decoración del acuario para el K. marmoratus. 11 En el IPK alimentaban a este individuo únicamente con larvas de mosquito. Al llegar a casa sufrió un poco el cambio alimenticio hasta adaptarse a comer principalmente calandraca (Tubifex sp.). En los periodos de escasez de la calandraca, como alternativa utilicé caracoles, y una pasta o preparado casero compuesta por harina de pescado, yema de huevo, pan molido, espirulina y multivitamínico. Cabe destacar que el pez fue poco receptivo ante este alimento preparado, siendo en principio rechazado pero con el pasar de los días se fue adaptando. La reproducción Como mencioné anteriormente, para la reproducción utilizo de 2 a 4 mopas que están compuestas por dos elementos, corcho de espuma e hilo de estambre. Las mismas son situadas en las esquinas del acuario, siendo estos puntos los de mayor preferencia por el pez para el desove. Al principio de esta etapa sólo me apoyaba en la vegetación, pero con la inclusión de las mopas la cantidad de huevos aumentó. Otro factor importante para el incremento de las puestas fue el uso de Limo, una especie de alga filamentosa que crece en los bordes de los estanques, riachuelos, lagunas y demás sitios acuíferos. Lamentablemente, ésta requiere de mucha iluminación, y con las semanas se fue secando hasta desaparecer del acuario. De Izquierda a derecha: una de las mopas utilizada para el desove. Mopa con los huevos. El uso de Limo en el acuario dio como resultado una mayor cantidad de huevos por días. Para inducir la puesta del K. marmoratus agregué un poco de agua del acuario comunitario mezclada con agua estancada y un par de hojas de almendro a su medio. Con los días observé que el pez se frotaba contra los cristales o el tronco y su vientre estaba abultado. Los bordes de los cristales estaban cubiertos por una capa fina de alga verde y sobre ésta realizó una puesta, pero infructuosa. En la noche del 16 de septiembre de 2008, justo cuando iba alimentarlo, descubrí un par de huevos, uno sobre la grava y el otro sobre una hoja de Cryptocoryne willisi. Desde esa fecha el pez de manera irregular ha mantenido los desoves, llegando a poner en un día 12 huevos como máximo. El huevo es una esfera semitransparente que mide 1,7mm en su inicio, a medida que se forma el embrión se va oscureciendo hasta ponerse casi de color negro. Estos pueden ser extraídos de la mopa con la punta de los dedos sin temor a que se dañen si es que están fertilizados, en caso contrario se aplastará fácilmente sin hacer resistencia alguna. La eclosión ocurre a los 21 días siempre que la temperatura le sea favorable, en caso de que baje mucho (16ºC -18ºC) se retardará unos días más. Durante este período debemos observar y eliminar aquellos huevos que por alguna razón cojan hongo. 12 Arriba: K. marmoratus desovando sobre el tronco. Abajo de izquierda a derecha, secuencia de un huevo del K. marmoratus. - Medida del huevo del K. marmoratus. - Tres etapas diferentes en la formación y desarrollo del embrión. - Huevo afectado por fungosis. Los alevines al nacer quedan en el fondo hasta absorber el saco vitelino: mientras esto sucede podemos suministrar anguililla o nauplios de artemia recién eclosionados. En cuanto salen a nadar, los alevines se irán comiendo todo el alimento que encuentren a su paso, incluso debemos situar en el acuario algunas plantas para evitar el canibalismo entre hermanos. Los alevines crecen rápidamente, después de los 2 meses se les puede suministrar calandraca sin renunciar a la anguililla o la artemia. Se estima que el K. marmoratus alcanza la madurez sexual después de los 7 meses de vida, aunque ya desde los 2 meses se puede diferenciar el pez hermafrodita del macho. En los estudios que se han realizado de la especie, se calcula que sólo el 5% de los nacimientos son de peces machos, y como mencioné anteriormente depende de la temperatura ambiental. 13 Alevines de una semana de nacidos. Alevines con 3 meses de vida. Hasta aquí llegan mis primeros pasos con este magnifico pez, el cual me cautivó desde el momento en que llegó a mi. Ojalá todos puedan pasar por esta experiencia tan diferente. Vale la pena intentarlo. Fotografía Killifishes of the World, New World Killis. Aqualog. Bibliografía consultada: Gill morphology of the mangrove killifish (Kryptolebias marmoratus) is plastic and changes in response to terrestrial air exposure. K. J. Ong, E. D. Stevens and P. A. Wright. The Journal of Experimental Biology 2007/ 210, pag 11091115. Biology and ecology of Rivulus marmoratus: new insights and a review. Florida Scientist 63(4):242-255. 2000. D. Scott Taylor. Redescription of Kryptolebias ocellatus (Hensel) and K. caudomarginatus (Seegers) (Teleostei: Cyprinodontiformes: Rivulidae), two killifishes from mangroves of south-eastern Brazil. Costa, Wilson J.E.M. Aquajournal of ichthyology & aquatic biology. January 1, 2006. Swamp Sleuth: a biologist reveals how one rare hermaphroditic fish survives a long dry spring, Sea Frontiers, 1995. D. Scott Taylor. Kryptolebias sepia n. sp. (Actinopterygii: Cyprinodontiformes: Rivulidae), a new killifish from the Tapanahony River drainage in southeast Surinam. FRANS B. M. VERMEULEN & TOMAS HRBEK. Zootaxa 928: 1–20 (2005). (http://www.mapress.com/zootaxa/) Killifish Brasil Boletin #11. Nov. 2007 (http://www.killifishbrasil.com.br) http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/puede_pez_vivir_agua_tropical_2016 181.htm http://acuario.drpez.com/acuario1/acuario_notdic7.htm http://articles.gpasi.org/rivulus_marmoratus.html http://fins.actwin.com/killietalk/month.200706/index.html http://mangrove.org/video/rivulus.html 14 http://news.nationalgeographic.com http://stone.web.brevard.k12.fl.us/science/research/student/sarag/index.html http://www.biol.vt.edu/faculty/turner/rivmar/default.html http://www.bka.org.uk http://www.fishbase.org http://www.flmnh.ufl.edu/fish/gallery/descript/mangroverivulus/mangroverivulu s.html http://www.gruporivulus.com.ar http://www.itrainsfishes.net http://www.killi.net http://www.killi-data.org http://www.sms.si.edu/IRLSpec/Rivulu_marmor.htm http://www.reuters.com/article/oddlyEnoughNews/idUSN1522299020071115?p ageNumber=1 http://zipcodezoo.com/Animals/R/Rivulus_marmoratus/Default.asp Miguel S. Bayona Valentín KCA 030 15 Viaje de Pesca a Iquitos por César Chiarella Canessa (KCA 117) La idea de poder pescar en Puerto Maldonado para traer el Moema quii se frustró por la sobreventa de pasajes de la línea aérea que había elegido. Fue Iquitos el lugar que el destino decidió, y que dio origen a la experiencia que les relataré en esta nota. Me sirvió de guía “El Chino”, un pescador de Apistogrammas que me recomendó un ex compañero de colegio, que actualmente regentea la empresa Stingray (exportadora de peces ornamentales). “El Chino” había visto Rivulus en su camino de colecta y me podría ayudar a encontrarlos, aunque él nunca los pescaba, ni los exportaba. El mismo día que llegué a Iquitos me puse en contacto con el Chino, y quedamos en encontrarnos a la mañana siguiente a las ocho, para salir de viaje. El acuario de mi viejo compañero fue el lugar de encuentro con el guía, que llegó un poco tarde a la cita, y con una gran cantidad de Cacatuoides. Ante mi alarma, no reconoció los peces que yo le mostraba en las fotografías; pero las cartas ya estaban echadas, y yo estaba decidido a aprovechar mis tres días de pesca. Ya el primer día, luego de tres horas de viaje por la carretera Nauta, encontrábamos los primeros Rivulus, que por consejo del Chino dejamos en esos charcos esperándonos para la vuelta, aunque la sonrisa ya se había instalado en mi cara. Y es que aun no sabía el camino que me esperaba… Camino en busca de los killis en el primer dia La verdad, fue mi primera experiencia abriendo camino a punta de machete y es bastante cansador; los fuertes vientos habían volteado troncos -que cerraban los senderos- y el Chino me confirmó que hasta él mismo casi ni usaba ese camino, pues no se encontraban allí peces que le interesaran, salvo los Apistogrammas rotter. Llegamos a una entrada de agua de más o menos 5 metros de ancho, a primera vista imposible de cruzar. Nos llevó más de una idea y recurso lograr atravesarla, lo que hicimos finalmente caminando sobre dos árboles caídos que llegaban al otro lado. El Chino debió ayudarme con una liana para salvarme en medio del cruce; es una anécdota que guardaré siempre en mi memoria. Los recursos de que hacía gala el Chino lo transformaban en un verdadero Tarzán. Por lo pronto, yo pensaba que para la vuelta mejor sería caminar el triple, pero encontrar otro camino más seguro. 16 Finalmente vimos una laguna de unos 25 m de largo por 20 m de ancho. En ella el Chino afirmaba haber visto Rivulus cuando pescaba los A. rotter. Estos últimos peces (que a esta altura, por la poca demanda que el Chino me comentó que tenían, yo prejuzgaba bastante feos) resultaron ser lindísimos. De hecho, fue el primer ejemplar que salió atrapado en la red que tiró el Chino en busca de Rivulus. Era el Apistogramma más alucinante que había visto, con unos rojos y negros impresionantes. Me extrañó que no fueran apreciados por los acuaristas. El Chino dijo que pierden todos sus colores al ser atrapados, y en efecto es así: ahora que los tengo en casa, son muy bonitos; pero no mantienen ni el 10% de los colores que desplegaban en su hábitat natural. Biotopo del Rivulus rubrolineatus Los Rivulus que habíamos encontrado en el camino de ida nos esperaban a la vuelta, aunque en lugares insólitos: muchos de ellos habitaban ahora la escasa agua que llenaba las huellas que marcamos con las botas, al entrar. Es más: a la ida habíamos identificado dos ejemplares, pero ahora había unos veinte viviendo en esos pequeños cuencos que habíamos causado en el barro sin querer. Extraerlos con la mano fue muy fácil. A esta altura el hambre me acosaba, pero cedí a la sugerencia del Chino de saltear el almuerzo para ir en busca de unos Rivulus “totalmente rojos”. El lugar en que se encontraban era fantástico, una especie de quebrada tapizada de helechos. La curiosidad la daba el agua, absolutamente roja. Nos fue imposible obtener peces en la parte más profunda, pero en los bordes, entre secas hojas, se escondían los Rivulus que buscábamos. Se trataba del Rivulus rectocaudatus, de anaranjado color, en contraste con su aleta anal amarilla. Me gustó tanto la especie, que decidimos recolectar unos 20 ejemplares. Cerrábamos así el primer día, ambos muy satisfechos con nuestra excursión y los resultados que llevábamos con nosotros. Biotopo del Rivulus rectocaudatus El segundo día nos encontró apenas a 8 km del centro de Iquitos, y el camino comenzó muy, pero muy complicado, ya que sólo se podía andar por un sendero estrecho de no más de 30 cm de ancho, y siempre sobre raíces de árboles. 17 Apenas un 10 % del camino fue sobre tierra, y los pies se hundían unos 30 a 40 cm y era muy complicado sacarlos, así que me conseguí dos palos largos para mejorar mi equilibrio. Aunque la caminata fue de sólo 6 km. de ida y otros tantos de vuelta, era tan lenta y complicada, que demoramos ocho horas en hacerlo. Las charcas eran muy pequeñas. La más grande fue de unos 30 cm de largo por 20 cm de ancho y no todas las charcas tenían killis, lo cual sólo corroborábamos mediante el uso de la red. Difíicil acceso en el camino en busca de Rivulus Una de las sorpresas que nos dimos en esta caminata fue con el Rivulus speciosus, que apareció en una charca muy pero muy pequeñita. No conseguimos más que un ejemplar, pero muy hermoso. Las charcas eran pequeñísimas. La más grande fue de unos 30 cm de largo por 20 cm de ancho y no todas las charcas tenían killis, lo cual sólo corroborábamos mediante el uso de la red. Una de las sorpresas que nos dimos en esta caminata fue con el Rivulus speciosus, que apareció en una charca muy pero muy pequeñita. No conseguimos más que un ejemplar, pero muy hermoso. Al regresar, como yo había conservado marcada la posición en mi GPS del Rivulus speciosus le pedí al Chino que probáramos una vez mas y se rió, seguro de que no íbamos a capturar nada; y la sorpresa fue tremenda al capturar 12 individuos más de esta especie preciosa. En este día nos encontramos con unos aldeanos que producían alcohol de la caña de azúcar. Ni la aldea ni el lugar donde guardaban el alcohol me agradaban demasiado, pero sigo vivo luego de haberlo probado, y el gusto era agradable… La evaluación del segundo día, pese al agotamiento que me había llevado el camino de ida y vuelta, fue muy buena. Sólo que me propuse conseguir, el último día, alguna especie anual, ya que tenía suficientes Rivulus hasta ese momento. Fue por lo cual el tercer día me decidí a insistirle al biólogo del acuario de mi amigo sobre el tema. Yo estaba seguro de que él habría de conocer una gran cantidad de pescadores de peces ornamentales. Lugareños que producian alcohol de caña de azucar 18 En su opinión, había una persona que me podía ayudar, pero hacía más de un mes que no la veía, y no contestaba el teléfono. Sólo se sabía que vivía en Belén, un puerto de mala fama, al que el biólogo se resistía a llevarme por el alto riesgo que entrañaba. Pero mi voluntad pudo más que su cautela y fuimos, entonces, a Belén; y definitivamente en cuanto comenzamos a entrar al puerto la zona se veía muy mal, todo muy sucio y descuidado, y la gente que estaba allí no parecía amigable ni que vivera en muy buenas condiciones. El biólogo me repetía que volviésemos, pero yo estaba decidido. Visitamos unos acuarios de la zona donde podrían darnos información. Pero los negocios se veían muy pobres y sus instalaciones, precarias. Lo que es peor, nadie reconocía a los peces en las fotos que yo llevaba. Finalmente uno dijo conocerlo, y aunque tenía dudas, decidí aprovechar esta magra oportunidad, con tal de que nos acompañara en la búsqueda. Lo hicimos en una canoa. Luego de dos horas de remo nos encontramos con que la canoa se encallaba por la poca profundidad del agua y el exceso de vegetación, pero pudimos caminar a partir de allí. En canoa en dirección a la zona de Moema y Aphyolebias En los primeros lances salió un Moema hellneri macho, y a pesar de que debí haberme puesto súper contento, no lo podía gozar por la gran cantidad de zancudos y mosquitos que me devoraban. Sin embargo me empaqué en encontrar una hembra, y entonces apareció un macho de Aphyolebias peruensis y nada más. Insistí en buscar sus parejas por otros lugares, para lo cual se hacía necesaria otra hora más de camino. Aunque la inusitada tortura de mosquitos y zancudos no se redujo, logramos encontrar las hembras que buscábamos, y un Aphyolebias más, la schleseri. Al llegar a Lima supe que sólo el Sr. Costa pudo capturar esta especie en el 2003, y que varias personas estuvieron buscándola por muchos años sin éxito, así que me di cuenta de la gran suerte que me acompañó. Una vez conseguidas estas tres especies, ya estaba demasiado agotado y maltratado por las picaduras; así que emprendimos el camino de regreso y la remada de canoa, que por suerte fue más suave que el recorrido de ida, ya que a la vuelta remamos a favor de la corriente. Así sacrifiqué un lugar distante otra hora más -que el guía me había propuesto-, pero en verdad me sentía muy cansado a estas alturas. Moema hellneri recién capturado 19 El ultimo día me dediqué a la colocación de los peces en sus bolsas, algo que nos tomó todo el día, y con la gran incertidumbre de lo que me pudiera pasar, ya que está prohibido llevar peces ornamentales en avión en Perú; pero por suerte no me abrieron la maleta y por ser un aeropuerto muy pobre, no tenían las máquinas usuales que permiten ver el interior del equipaje… La expedición había terminado y las expectativas habían sido superadas con creces. Biotipo del Moema hellneri y Aphyolebia shleseri César Chiarella Canessa KCA 117 ___________________________________________________________ 20 En busca de un acercamiento a la reproducción natural del Cubanichthys cubensis por Miguel S. Bayona Valentín (KCA 030) Desde el momento en que fueron capturados los Cubanichthys cubensis (Hubbs, 1926) en Guanimar, el 11 de agosto del 2007, nuestro interés no sólo fue el de reproducirlos sino también estudiar algunos aspectos sobre su conducta en cautiverio. La expedición contaba con 11 integrantes del grupo “El Acuarista Cubano”. Al finalizar el trabajo de campo, por decisión unánime del grupo nos distribuimos la colecta, pues al llegar a La Habana cada uno de nosotros tomaría rumbos diferentes. Alexis recibió diez C. cubensis y yo once, y sin dudas fui el más beneficiado al contar entre los peces con dos de tamaño superior al resto de los capturados. Una semana después del viaje, Alexis decidió entregarme los peces que tenía en su poder. Debido a la falta de tiempo para su atención, 3 de ellos habían muerto. Por problema de espacio reuní en el mismo acuario sus peces con los míos. Los que tenía en mi casa alcanzaban el centímetro de largo, mientras que los de mi compañero no (Fig.1). Sin encontrar dificultad alguna para alimentarse, los recién llegados se adaptaron rápidamente. Los más grandes permitían comer a los más pequeños, lo cual favoreció el rápido crecimiento de estos últimos y que en poco tiempo todos alcanzaran tallas semejantes. De este grupo seleccioné las tres parejas enviadas al KCA (Killi Club Argentino) quedándome con doce individuos, que por coincidencia se trataban de 6 hembras y 6 machos. A mediados de octubre comencé a observar los primeros intentos de reproducción, que logré filmar para estudiarlos con detenimiento. Por esa fecha muere una hembra víctima del acoso recibido por los machos. El 16 de noviembre, intentando realizar un cambio total de agua en el acuario, me sorprendió la presencia de una estructura esférica y pegajosa sobre el dedo pulgar: sin dudas se trataba del primer huevo de C. cubensis, procedente de la colecta realizado por el grupo “El Acuarista Cubano” (Fig.2). A partir de este instante, después de una esmerada limpieza de la pecera de reproducción (40 x 17 x 30cm) y de los elementos que la componen (gravilla de cuarzo y plantas de Sagitaria sp. y Ludwigia sp.), comencé a registrar las siguientes variables: fecha de observación, superficies donde se realizaban, viabilidad y características de los huevos, porcentajes del área cubierta por la gravilla y las plantas, así como las variaciones de temperaturas ambientales (Tabla 1). Tabla 1. Parámetros registrados durante las puestas de Cubanichtys cubensis en acuario Fecha # año semana 01 02 2007 2007 03 2007 04 05 06 2007 2007 2007 2007 08 2008 16-22 nov 23-29 nov 30 nov- 6 dic 7-13 dic 14-20 dic 21-27 dic 28 dic-4 ene 5-11 ene 07 08 Temp. °C extrem os 21-25 23-27 Temp. °C promed io 23,0 25,0 4 62 Superficie de desove gravill planta a s 2 2 44 18 22-25 23,5 58 33 25 19-23 17-19 15-18 21,0 18,0 16,5 22 0 4 13 0 4 9 0 0 21-24 22,5 39 38 1 19-21 20,0 1 1 0 No. huevos Período s 1er 21 09 10 2008 2008 11 2008 12 13 14 15 2008 2008 2008 2008 16 2008 12-18 ene 19-21 ene 26 mar1abr 2-8 abr 9-15 abr 16-22 abr 23-29 abr 30 abr-2 may 24-26 23-27 25,0 25,0 64 58 63 50 1 8 20-25 22,5 0 0 0 22-26 23-28 24-28 23-27 24,0 25,5 26,0 25,0 0 2 4 15 0 2 3 11 0 0 1 4 25-29 27,0 9 8 1 2do Adicioné a la pecera 2/3 de agua procedente de un acuario comunitario y 1 / 3 de agua corriente, y una vez terminado el montaje introduje los peces. Cada viernes, en busca de huevos, hacía una revisión exhaustiva de las paredes de la pecera, la grava y las plantas (Fig.3 y 4) para proceder a su conteo y análisis. Los huevos que se mostraban atacados por hongos o no fecundados eran desechados, sin formar parte del conteo. Diferencia de tamaños entre los alevines de C. cubensis colectados. Primer huevo de los Cubanichthys cubensis "Guanimar, kca 72/07". Huevos de C. cubensis adheridos sobre una piedra del fondo del acuario. Huevo de C. cubensis adherido a la raíz de la Sagitaria sp.. 22 Comportamiento de las puestas y resultados Los primeros desoves de la especie se observaron en la semana del 16 al 22 de noviembre del 2007 y continuaron en forma ininterrumpida hasta el 21 de enero del 2008, con una pausa reproductiva en la semana 05. El mayor número de huevos se encontró en las semanas 02, 03, 09 y 10, coincidiendo ambos eventos con la elevación de las temperaturas registradas durante las observaciones. A partir del 26 de marzo del 2008 y utilizando los mismos reproductores, se inició otro período de observación que se extendió hasta el 2 de mayo de ese año. En este caso se redujo el espacio de las peceras de reproducción, y se varió la cobertura de la grava y la disposición de las plantas en el acuario. Una semana después se encontró un reducido número de huevos, en su mayoría infestados, indicando algunos intentos de reproducción. Por problemas de espacio, me vi imposibilitado de continuar con el experimento, a partir del 2 de mayo del 2008. En la Figura 2 se observa que en ambos periodos las puestas, al parecer, fueron favorecidas por el aumento de las temperaturas ambientales; sin embargo el comportamiento reproductivo y la viabilidad de los huevos en la segunda etapa varió, posiblemente debido a los cambios realizados en la pecera de reproducción, a la edad de las reproductoras, época del año y otros factores asociados que pudieron haber influido en la cantidad y calidad de los huevos. Fig. 2. Relación entre el número de huevos y las temperaturas promedio semanales registradas durante las puestas de C. cubensis en acuario. Como resultado del experimento fueron logrados numerosos individuos descendientes del Cubanichthys cubensis "Guanimar, kca 72/07". De los 342 huevos observados, 250 (73,03 %) fueron viables, lográndose alrededor de 200 alevines. Producto del canibalismo entre hermanos, algunos de los alevines murieron. De este grupo estaba previsto otro envío para el KCA, el cual lamentablemente no llegó a su destino. El 80% de los huevos fue depositado sobre la gravilla y el resto en tallos y raíces exteriores de las plantas cerca del fondo de la pecera, lo cual indica que la vegetación utilizada no está entre las preferidas por estos peces, como sucede en condiciones naturales (Koldenkova et. Al 1988). Sin dudas, los resultados de este trabajo constituyen un estímulo significativo para aquellos que nos iniciamos en el apasionante mundo de los killis, aunque sabemos 23 que con mayor esfuerzo, experiencia, dedicación y recursos, se podrían haber obtenido mayores éxitos en esta tarea. No obstante nos queda la satisfacción de haber logrado mantener, durante aproximadamente de 5 meses, la reproducción de un número considerable de individuos de esta maravillosa especie endémica de Cuba. Actualmente se cuenta con 30 ejemplares de la F1, algunos de ellos ya adultos, en condiciones de comenzar su ciclo reproductivo; aunque lo más importante es la experiencia adquirida durante el desarrollo de este trabajo, que nos vale para seguir contribuyendo a fomentar la reproducción y retardar la extinción de este pez (que permanece amenazado por la introducción en su hábitat natural, de especies foráneas altamente depredadoras). Finalmente, quiero agradecer al Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí" (IPK) por su colaboración y el apoyo brindado para la realización de este artículo. Bibliografía consultada Koldenkova, Liudmila; García Avila, Israel.: Estudio de la fecundidad del pez larvívoro Rivulus cylindraceus, Poey, 1860 (cyprinnodontiformes: cyprinodontidae), agente biorregulador de culícidos, en condiciones de laboratorio. Rev. cuba. med. trop;43(1):59-65, ene.-mar. 1991. Koldenkova; L. I. Garcia Avila: Características de la ovoposición de R. Cylindraceus (Teleostei: Cyprinodontidae). Misc Zool (26) 4, 1985. Koldenkova, L I. Garcia: Primer hallazgo de los huevos de Cubanichthys cubensis (Eigenmann, 1903) en condiciones naturales. Rev Misc Zool 28: 3-4, 1985. Manual de iniciación a (http://www.killiclub.org) los Killis. Killi Club Argentino (KCA), 2007. Bayona Valentín, Miguel S.: Más de la vida del Cubanichthys cubensis. BIBKCA 15: 15-22, 2008. (http://www.killiclub.org) Bayona Valentín, Miguel S.: Más de la vida del Cubanichthys cubensis. BIBKCA 15: 23-26, 2008. (http://www.killiclub.org) Ref. Cubanichthys cubensis. Killi-Data, 2001. (http://www.killi-data.org) Cubanichthys cubensis. British Killifish Association species database. BKA, 2001. (http://www.bka.org.uk) Cubanichthys cubensis. Atlas Dr. Pez, 2006. (http://atlas.drpez.org/Cubanichthyscubensis) Miguel S. Bayona Valentín KCA 030 ------------------------------------------------------------------------------------------------------- 24
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