Aproximación a la cultura extremeña

Transcripción

Aproximación a la cultura extremeña
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
APROXIMACION A LA
CULTURA EXTREMENA
Por Manuel Terrón Albarrán - - _
Manuel Terrón Albarrán nac ió en
Badajoz en 1926. Abogado, Académico
Numerario y Secretario Perpetuo de la
Real Academia de Extremadura de las
Letras y las Artes. Secretario de la Ins­
titución «Pedro de
Valencia». Autor,
entre otras obras, de El solar de los
aftás idas, aportación al estudio del
reino de Badajoz en el siglo XI.
1. Hacia la formación de un concepto de cultura extrem
Cuando se intenta definir, precisar conceptos o límit
estilos o, simplemente, historiar la cultura -in extensoárea geográfica determinada, se afrontan riesgos de toda í
naturaleza. Afloran, primeramente, cuestiones de pura gnos
la identificación témporo-espacial como más determinante
gase, de principio, a comprobar la inalterabilidad de la
cripción física como ente-espacio sujeto a múltiples coyu
endógenas o externas, políticas, socioeconómicas, histó
puramente adjetivas. Habría, luego, que explorar la est
étnica como factor de permanencia, pues una estratigrafía m
interpone capas culturales variables de muy distintas conn
nes. Desde flancos estrictamente epistemológicos se haría
• BAJO la rúbrica de "Ensayo», el Boletln Informativo de la Fundación Ju
publica cada mes la colaboración original y exclusiva de un especialista sobre
de un tema general. Anteriormente fueron objeto de estos ensayos temas rela
Ciencia, el Lenguaje, el Arte, la Historia, la Prensa. la Biología, la Psicología,
Europa y la Literatura. El tema desarrollado actualmente es "Cultura en las autono
En números anteriores se han publicado La cultura de Andslucls; po
Domlnguez Ortiz, académico de la Historia y catedrático jubilado de instituto;
cultural de Castilla-La Mancha, por Juan Bravo Castillo, profesor de Filología
la Escuela Universitaria del Profesorado de E.a.B. de Albacete; La cultura mu
en la España de las Autonomlss, por Marla Teresa Pérez Picaw, catedrática de
ria en Murcia; La cultura riojana: pasado, presente y futuro, por Manuel de las
3
junto, su sistema interactuante, son perfectamente d
Todo, y algo más, en razón a lo que entendemos
planetario de cultura.
Areas de elaboración cultural propia son separab
llas otras que, sumergidas en espacios de mayores lím
a la unidicidad de éstos sus propios elementos, contri
expansión o progreso. Parte son de su universalismo
alícuotas destellos, se disuelven en el embalse matri
las ondas de una piedra arrojada al agua, se dilatan
en que es mayor la masa sólida, pero nunca pueden
la superficie limitada del pantano. Pero al no fo
esquema en términos absolutos, esos espacios depen
servan, en buena parte, su identidad genuina. Subya
como en toda cultura, mágicas inferencias ecológic
geofactores -clima, luz, plantas, relieve, paisaje- p
denominamos su equilibrio biocenético cultural, co
mico, alejado, intencionadamente, de toda idea de
geográfico.
Previas, necesarias, cuestiones éstas a considerar c
en el presente caso, nos hemos de referir a un á
espacial concretada físicamente en el marco colectiv
Al individuarse más ese área se debe configurar su es
tórico preciso; en este caso, Extremadura. Súbita, p
mente, al conectar los términos «espacio geohistóric
madura» irrumpen serias dificultades. Vía para res
encontrar soluciones a este breve, pero elemental,
¿Son extrapolables de su entorno antropológico conte
formas, modos o valores culturales gestados en un e
datable? ¿Se producirían siempre esos valores, en
tiempo, aunque perteneciesen a la capacidad nusial
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
~
profesor de Enseñanza Media y critico literario; La cultura en Aragó
Mainer, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Z
Canarias: una litigiosa identidad cultursl, por Domingo Pérez Minik
literario; Conflicto y actuah"dad de la cultura valenciana, por Ricardo B
rario; Panorámica de la cultura gallega, por Domingo García-Sabell, Pre
Academia Gallega; La cultura en el Principado de Asturias, por Emili
catedrático de Gramática Histórica de la Lengua Española de la Unive
Las coordenadas culturales de Cantabria, por Francisco-Ignacio de Cáce
drático excedente de Geografla e Historia; La cultura en Navarra, p
Torres, periodista y licenciado en Filosofia y Letras; Y Castilla Y León:
de un mito cultural, por Víctor García de la Concha, catedrático de L
de la Universidad de Salamanca.
La Fundación Juan March no se identifica necesariamente con las
das por los autores de estos Ensayos.
4
bora por
fatal sucesión
enMarch(Madrid)
que, relación de causa a efect
Colección
Ensayos.Fundación
Juan
etapa es principio de la posterior? ¿Es universalizable el tra
cultural a todo un espacio-tiempo?
El concepto de Extremadura comienza a afianzarse, ta
en los albores de la Baja Edad Media. Y hasta mediado
XVI no se tiene una noción dimensional de su espacio,
ente-espacio. Producido nuestro singular y bellísimo onomá
partir del siglo IX en tierras muy distantes y distintas, sob
idea en principio vaguísima y provisional -tan provisiona
podían ser las líneas de rescate o retroceso de la Recon
es obvio que su fijación, tras el rebasamiento por las arm
tianas de los taludes de Gredos o las ásperas trincheras de
quedó sujeta a eventos y fluctuaciones. El nombre del paí
meño avanzaba desde los arcenes del Duero hacia las
meridionales, conforme se aseguraban los avances militares
tellanos, leoneses y portugueses. Desde la idea estricta
ofrece, por ejemplo, en la Cbronics Adefonsi Imperatoris
noción amplia y expansiva de algunos documentos mediev
los Forales de Pesqueira de Fernando 1, entre otros- el c
Extremadura irá adquiriendo, lentamente, pleno significado
lítico. Y mientras en las tierras de origen se perdía, pa
mente, su nombre sonoro, se apegaba, con brío de raíce
vieja costra de entre Tajo y Guadiana. Mediado el sig
quedaba generalizado.
Precedido del onomástico, el concepto geohistórico y
se consolidó merced a factores de acarreo. El testame
Alfonso VII el Emperador, en 1157, o el Tratado de S
suscrito al año siguiente entre Sancho III de Castilla y Fe
11 de León fueron decisivos para la concreción históricode Extremadura. Influencias castellanas o leonesas, sin olv
flancos fronterizos de Portugal, moldearán y prepararán
años bajomedievales al país extremeño para, tras la secul
mulación de cuatro culturas anteriores, estructurarse de
mente en la modernidad.
Sin examinar, por no ser materia de estas páginas, t
tan equívocos o convencionales como pueden ser los de
provincia, e incluso comarca, a veces delimitados por pura
administrativa; sin recalar, tampoco, en la cambiante fis
que, a lo largo del tiempo, sufrió la realidad territorial hi
deberemos precisar que el espacio extremeño no aparece
5
~
histórica se hallaba suficientemente consolidado en
de la Edad Moderna, es, en ésta, cuando ese
adquiere definición geográfica estricta, unidad zonal
retoques más o menos artificiosos, ha llegado a nues
1548, Pedro de Medina en su Libro de las grand
memorables de España tiene conciencia de lo que
camente, Extremadura. Más tarde, en las Adicione
obra hace Diego Pérez de Mesa -1595- distingue,
res etnológicos, a los extremeños. En 1616 el Docto
p án de Rieros en su Medicina española contenida e
vulgares dará una auténtica definición fisiográfica, co
cita en sus límites, del país extremeño tal como pue
en la actualidad. Surge, y con ello enunciamos, el co
netusl de Extremadura. Atendiendo a sus múltiples
la plural diversidad paisajística, aventuré, en otra oc
país extremeño era el continente más cominentsl de la
Si se entiende que lo extremeño, lo nominalmen
es aplicable solamente a una unidad témporo-espacial
aquélla en que tras un proceso histórico y su poste
ción geográfica logra generalizarse, es obvio que la tr
til y vivífica de su cultura quedaría reducida a co
estancos, inconexos. Recordemos las vías por las q
conducirse nuest.ro cuestionario anterior. Pero las m
creaciones de cultura, las formas y expresiones del
diversas y distintas unas de otras , sobre un determina
a lo largo de la cronología, acumulan sus depósitos
dolos . Y el milagro de toda cultura consiste en la m
de permeabilización de cada una de las capas disp
gráficamente , de su capacidad de absorción . Misterio
nutricias fluyen de unas u otras, y los posos culturale
cen y transustancian.
Nuestro solar se enquista sobre un territorio en
vieron pueblos y culturas diversas, ajenas totalmen
entendemos y conocemos por Extremadura, Nunca
dad territorial geográfica definida, salvo el efímero
con capitalidad en Badajoz en el siglo XI, aunque
entidad geopolítica no llegó a alcanzar a la actual
Pero es evidente que esas distintas etnias y culturas a
fuerza, con potencial persuasivo, sobre ese solar.
El planteamiento de una noción planetaria de cu
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
~
6
Colección
Juan March(Madrid)
permite Ensayos.Fundación
aventurar un concepto
de lo extremeño interactuan
el que se encadenan y fluyen constantes, ampliamente man
das y que revelan su personalidad. Planteamiento que debe
ducirnos, objetivamente, a la formación de un concepto vi
cultura extremeña, modelado por la sincretización de muy
sos factores que estructuran su potencial creativo, su acumul
histórica y su capacidad tributiva.
2. Tanteo de notas diferenciales
Desde las Adiciones de Pérez de Mesa, anteriormente ci
hasta los ensayos contemporáneos del antropólogo Luis de H
pasando por las deliciosas páginas de Sorapán de Rieros, las
tas marruecas de Cadalso, los apuntes románticos de los vi
Laborde o Ford, o las precisas reflexiones de Abel Chapman
en su Wild Spain publicado en 1890 descubre al homo sil
de los «desiertos extremeños», temática a la que me he re
en más de una ocasión, los atisbos formulados sobre el ho
extremeño, sus singularidades congénitas, su idiosincrasia
características, coincidieron siempre. Al igual que en el sigl
pupila de los historiadores romanos -Pompeyo Trogo, P
Sitio Itálico, Diodoro y tantos más- había calibrado agudam
las virtudes y el temperamento de los hispanos, ahora, des
XVI al XIX, humanistas y viajeros comprueban en el extre
particularismos diferenciadores. Hoyos descubre, incluso, cons
braquicefálicas e incidencias antroposerológicas en base a inc
tes estadísticas que conducen, aunque el tema está sólo esb
y necesita de profundos estudios, a sugestivas precisiones etn
cas. Casi siempre diverso, a veces contrapuesto, cada pueblo
pano obedece a su fenotipo. Partiendo de las observacio
citas sobre el extremeño, desde que su concepto aparece co
dado, las coincidencias son siempre relevantes.
La cultura, obra, medio y actitud del hombre, recibe de
mágicas determinantes. Sin fórmulas apodícticas, es obvio q
vía de ensayo, podrían connotarse como constantes de n
cultura muchos matices cercanos a los valores hominale
extremeño . Cultura de rica policromía, cuya síntesis exterior
personalidad. La creatividad cultural extremeña , en sus di
manifestaciones, participa del individualismo innato. Con s
7
zante, inveterada, sumamente tradicionalista. No
individuada, no se evitan destellos innovadores, n
defendida con fervor dialéctico, ni su independen
posiciones. De ésta surgen sus múltiples matices
capacidad satírica, incisiva, de la realidad. El aisl
culo motivó la fuerte asimilación de elementos pop
lo popular se enquistó en cánones humanísticos.
etnias y culturas diversas, remanso de solera nutric
fértil capacidad comunicativa, prendieron sus raíce
América que se enriqueció de sus formas universa
es valiosa cuota de la cultura occidental, española
Exploremos, sucintamente, esos matices diferenciado
José López Prudencio -Extremadura y España,
litersrio de Extremadura, 1912- se han hecho loabl
Lo arcaizante aparece, invariablemente, en cua
tación cultural extremeña. Las formas se remansan
pretérita, y se repiten estilos superados. Se hace, m
lo que pertenece a otro tiempo. Perseverantemen
estructuras tradicionales, huyendo de innovar. La h
side el numen de nuestros poetas; los versos extrem
den de nostalgias, vaídas saudades, grises y antigua
Ibn 'Abdün, celebérrimo poeta de Badajoz de final
llora en su qssids intituladaa1-b~ma la caída
taifa con un lamento jorgemanriqueño lleno de año
el poema en un momento decadente de la literatu
cobra singular importancia contemporánea precisa
apego al arcaísmo y a la tradición. Otros poetas
badajocense -los hermanos al-Qabturnuh, Ibn Y
rey 'Umar al-Mutawakkil- impregnan sus vers
pesadumbres. Y esa constante, como los acordes d
ble melodía, se repetirán a menudo en muchos poe
desde el siglo XI a nuestros días. Ahí están las can
tóbal de Mesa (1561-1633), las ottavas espirituales
Aldana (1538-circa 1590), los sonetos del legendari
Aldana (1537-1578) llamado «El Divino» por
villancicos musicales de Juan Vázquez (cites 1
romances de Catalina Clara Ramírez de Guzmá
1663), los dulces lamentos pastoriles de Juan Me
(1754-1817) o las trovas románticas de Carol
(1823-1911 ).
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
8
Anotaciones
del poetaJuan
Fernando
de Herrera, en defensa de
Colección
Ensayos.Fundación
March(Madrid)
laso, aquél reprocha a éste su amistad con el extremeñ
Zapata (1526-1595) escritor abusivo de arcaísmos; en s
muestra siempre su deleite, como otros tantos escritores p
por las formas añejas y tradicionales. Luis de Moral
Divino» (circe 1509-1586) es uno de los mejores ejemplo
constante arcaísta en pintura. Prototipo del manierismo,
neogótico de cuadros religiosos está transido de esa me
poética señalada, cuyo valor acrecienta el goticismo tard
que formula su arte. El espléndido retablo de la iglesia de
dilla de los Barros, en el que trabaja Antón de Madrid, f
hacia casi mediados del siglo XVI, delata su ejecución arc
en tablas de concepción mural alejadas, junto a su con
arquitectónica, de la época en que se realiza. Pintores costu
a caballo del XIX y XX, como Hermoso o Covarsí, de co
dicional y fieles a su momento, mantienen su pintura
pasado el medio siglo actual. El mudéjar se sigue hacie
esta tierra a finales del siglo XVI e incluso hasta los p
años de la centuria siguiente, cuando están trabajando C
bias o Vandelvira, y Herrera ha terminado el Escorial. Lo
fes moriscos permanecen en esta tierra y siguen aplican
formas. Ocurre en las preciosas iglesias de Puebla de la
Palomas, Alanje, portadas de Usagre, Granja de Torreher
otras en los alfoces badajocenses de Tierra de Barros. Los
fronterizos reciben los efluvios del manuelino portugu
reproducen formas específicas en época impropia, como su
el almenado de la catedral de Badajoz sobre las capillas
Suárez de Figueroa, entre otros ejemplos. Hay un retroce
ceptible, obedeciendo a esta constante, en las técnicas arq
nicas constructivas; las descargas de los ábsides de muchas
se sujetan con contrafuertes superados, ya entonces, por a
tes, como en el espléndido San Benito de Alcántara, donde
de Ibarra - que muere en este lugar en 1570- asegura
fundo ábside de tres lados con contrafuertes románicos . L
ciones estructurales de Juan de Badajoz (trabaja en 1549
San Marcos de León son totalmente conservadoras, apegad
tradición, castizas.
El sentido de independencia , de individualismo, la voc
ultranza de las convicciones, con su constante de un rígi
tido de la ortodoxia, presiden muchos aspectos de las forma
9
extremeño brotará como un don polémico: el verbo
alienta desde el obispo Massona hasta Juan Donoso
veces será la pulcra reprobación escrita o la simple c
sonal, pero prevalecerá siempre la adhesión a estructu
das. En la Mérida del siglo VI el obispo godo M
durísima batalla dialéctica, en defensa de la ortodo
frente al arriano Sunna, fautor de la querella, que res
Separados por cinco siglos y otra religión, la islámic
badajocense Abü-l-Walid Sulayman al-Bayi (1012-10
por los faquíes andaluces, sostiene terca controversia
bre Ibn Hazm, contrastando los principios de la ver
la que el virulento cordobés es derrotado. Similar, en
resulta en el precioso poema del fraile guadalupano
de Medina (t 1453) en la disputa teológica de la p
suscitada por Sánchez Calavera e incluída en el C
Baena (1445). Fray Alonso sigue la línea medieva
tema que alcanzará virulencia un siglo más tarde e
postridentino del dominico Bá ñez y el jesuíta Molina
nismo, férreo paladín de la premotio physica, defien
tradicionales, la causalidad divina frente al molinism
por la libertad humana introduciendo el comodín d
media de Dios, el extremeño discurría en sus donoso
la vía más ortodoxa. Los teólogos extremeños que co
Trento mantendrán el talante doctrinal clásico de
católica; así lo hace Arias Montano que actúa con br
período de 1562-1563 defendiendo posiciones rígi
Eucaristía o la indisolubilidad del matrimonio, o el tr
vantes de Gaete, que en esos temas o en otros son i
el ilustre Fernández Temiño, de Puebla de Alcocer,
cense Moscoso que acuden a la fase final conciliar d
Julio III (1551-1552). La esforzada poetisa Luisa
(1566-1614) es ejemplo vivo de esta defensa de la o
mantiene viva en su conducta y escritos en la Ing
época. Juan Pablo Fomer (1756-1797) representa -a
inconformismos- la pasión polémica defensora de
culturales permanentes, impregnado por otra parte
zante actitud característica de nuestros modos cultur
en su extensa obra: Oración apologética por la
mérito literario (1786), El asno erudito (1782), Exe
lengua castellana (1782). La figura de Juan Do
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
10
-Ensayos
sobre
se expresa
literariamenteJuan
Colección
Ensayos.Fundación
March(Madrid)
el Catolicismo, El
ralismo y el Socialismo (1851)- o en su apasionante dial
de orador.
Como ocurre en la fascinante geografia del país extre
llena de recios contrastes, como antítesis de esa constante, f
y hechos culturales innovan, se adelantan, preceden de m
original. El ejemplo culmina en tres nombres: Arias Mon
Pedro de Valencia y el Brocense, sin duda, la aportación re
más espléndida al humanismo español. Montano (1527-1598
tesis universal de este humanismo -del que huelga aquí cua
recuento mínimo de su obra por perfectamente conocid
adelantó a Pascal en su teoría de la presión atmosférica -t
que necesita, no obstante, atenta revisión- y, con exactitud
científicamente la taxonomía de plantas y animales que, do
tos años después, formulase Linneo. Busca renovar, cristiani
cultura y la sociedad sobre la base de sus firmes y arrai
creencias, aunque, indoctamente, se haya pretendido ver
actitud demasiado erasmismo o heterodoxia. Pedro de Va
(1555-1620) se anticipó tanto en su profundo pensamiento
lógico, filosófico y político que hoyes de apasionante actua
a Joaquín Costa le parecía leer en sus escritos <<3, algunos soci
templados de nuestra edad»; hoy podría ser un socialdemócr
convicción. Atacó al latifundismo, propició reformas agrari
«la tierra se ha de dar a los que no la tuvieren»-, abogó p
trabajo de la mujer, y su alegato sobre los moriscos expulsad
conforma a cualquier defensa de los derechos humanos de
El Brocense (1523-1601) encarna, dentro de este marco con
de individualismo arraigado, instaurador, impetuoso, la
humanística que en sus numerosas obras de retórica y gram
-que no es necesario aquí citar- aparece llena de noveda
Minerva sive de causia linguae latinae comentarius (1587) f
como se ha repetido, la filosofía del lenguaje. En esa lín
voces renovantes en el brío telúrico del contexto extremeño,
y sobrio, es preciso situar al reformador franciscano San Ped
Alcántara (1499-1562).
Como es también preciso referirse a esa literatura de má
tringido campo, soslayada con injusta frecuencia por crític
historiadores, que tan espléndidas muestras dio a través d
tiempos: la literatura venatoria . Extremadura contribuyó con
res excelentes, cuyas obras, manuscritas o editadas, he ido
11
que Velázquez pintó dos veces; Joseph Varona
1798); y, aunque aragonés de nacimiento, Antonio
1937). Llenas sus prosas de fuerza vehemente, expr
de rudos vocablos castizos -Juan Mateas fue a
Academia en sus Autoridades de 1726-; áspera y
plasticidad, atada al brío primigenio de la natura
obra de Juan Mateas -Origen y dignidad de la ca
la, tan de ella cercana en el alma y distante en
Covarsí -Narraciones de un montero (1898), Tr
y prácticas cinegéticas (1911), Grandes cacerías esp
Entrejaras y breñales (1927)- pautan literariame
pormenores de nuestro individualismo.
Se ha escrito, y con verdad, que manos extre
los pañales del arte dramático español. En efecto,
extremeña a este género literario, iniciada a princ
XVI, es tan eminente que sin ella no se hubiera
inmenso logro de nuestro teatro. Pero al tiempo d
tro de las constantes que venimos señalando, la i
esta innovación, debemos consignar la aparición r
autores teatrales de esta época de otras inconfundib
cas del acervo cultural extremeño: la sátira, la imp
social, el casticismo, la recepción sistemática de
modos populares. Torres Naharro rt 1524) -precep
en su PropalJadia (1517)- transforma todo lo qu
y primario tenía el teatro español hasta los albores
es injusto entenderle padre del teatro nacional , sin
se hubiese producido el genio de Lope, ni el de su
neos, ni el de sus epígonos. Creador del teatro cast
bres, satírico de vocación, semilla de elementos qu
escenas del gran teatro de los siglos de Oro, y f
«introitos » en su cumplida unidad dramática, Sánch
rt circe 1552) es otro de los grandes innovador
prólogo decisivo del auto sacramental; en las ve
incluidas en su Recopilación en metro (1554) apa
turgo pleno de fuerza racial, rústico , mordiente,
populares de la tierra campesina de su tiempo. Lu
(cirea 1530-1590) en su Comedia pródiga (1554
realista, tan desenfadado e hijo del terruño extre
tiene inconveniente en traer todo un episodio bíb
verdad que le rodea; innova lo que nunca podría
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
12
vitalidad popular. Micael de Carvajal (cirea t 1530) en su
dia Josefina (1535 Y tres ediciones más, seguidas) o en su
bada Cortes de la muerte, es otra muestra de este realismo
tizo y satírico pleno de enérgica individualidad. La prolífica
del fresnense Diaz Tanco (t cites 1558) se nos muestra tam
como singular ejemplo, llena de estas particularidades en la
late un inevitable arraigo local.
La expresión cultural extremeña se impregna de intenso
popular, sea en joviales expansiones -autos, romerías, fiest
Corpus, carnavales, danzas- de acusada tradición, o en rep
taciones religiosas -Semana Santa, Navidad- algunas d
cuales muestran hondo patetismo y enlazan con cultos milen
autóctonos o importados; tal es el caso alucinante de los «
laos» de la Vera, quizá recuerdo del culto pagano asiático d
Belona traído por las huestes romanas; muchas de esas
muestras populares pasaron a América.
Pero también el humanismo franqueó las áreas popular
maestro Gonzalo Correas (1570-1631), revolucionario de la
grafía en la que propuso originales cambios de signos, resu
saber paremiológico en su delicioso Vocsbulsrio de refran
sobre todo, en su espléndido Arte de la Lengua Espaflola
llana defiende la lengua hablada por el pueblo «xente de me
y menor talla» que son los que la conservan, los depositar
la misma.
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
3. Principales focos extremeños de expansión cultural
No será ocioso referirnos con brevedad y precisar aq
principales focos culturales extremeños, ya que, alejada de
páginas cualquier tentativa de historia cronológico-cultural
región, su recuento, aunque incompleto, permite valorar el p
de estructuras internas y su capacidad expansiva. Es forzoso
lar para el largo período que discurre desde la Romaniz
peninsular hasta casi el ocaso del siglo XV, tres núcleos esen
los focos romano y visigodo de Mérida, y el árabe de Ba
Desde esa imprecisa fecha recalaremos, de acuerdo con n
criteriología, en los siguientes: Placentino-Cauriense, Truj
Guadalupense y L1erenense, con inclusión de algunos situad
el proceso señorializador, como el de Zafra.
Si causas político-militares motivaron en el año 25 a. de
13
mera creación en tierras extremeñas de un núcleo t
Colección Ensayos.Fundación
Juan March(Madrid)
cultura. La capitalidad
inmediata de la urbe pres
cepto metropol itano de cultura, la ciudad-cultu
expansivo. Sobre las tierras más occidentales del
producíase, con este hecho, la traslación geográfi
cultural desde sus áreas clásicas, siguiendo un
heliográfico, de Este a Oeste, análogo a la circula
de la Historia. Quince siglos más tarde , esa cultu
florecida, seguirá rigurosamente la misma órbita,
América, nuevo Occidente descubierto; lo hará,
desde estas tierras, concebidas, en su teleología, c
cabeza de puente. Mérida, que todavía en el sigl
brada por Ausonio como la novena ciudad del mu
medio milenio el eje radial de la romanización.
viaria permite conectar cultural mente con las tierr
enlazada con los principales puertos atlánticos, es i
de las corrientes orientales. Acrecida de insignes mo
les y religiosos, próspera y floreciente, irradia su d
ral: centro de producción escultórica de estilo loc
añade el elemento indígena con su arte popular cre
singulares, talleres de cerámica, de mosaicos y otr
res. Todo el espacio extremeño se enriquece de
notables ejemplares de puentes, arcos, templos, teat
tos funerarios, murallas, acueductos, pantanos y otr
ban la influencia emeritense .
El foco cultural visigodo tiene desarrollo desde
de mayor importancia peninsular. La capital de Lu
vierte desde el siglo IV en bastión de la cultur
metropolitanos presiden casi todos los Concilios
Toledo (397-400) dirigido por Pratuino, se decide
plinar de la Iglesia; en el I1I, encabezado por Mas
la conversión oficial al cristianismo de Recaredo.
goda extremeña formula una estética regional de c
guibles más adelantada que otros focos hispánicos
resultan esenciales en la consolidación del arte na
godo . Influencias griegas y bizantinas se dejan sen
sencia de obispos emeritenses griegos como Paul
Fidel (560-571) que fomentan la creación de mon
deros centros de expansión cultural. De ellos proc
Paulo, autor de la obra De vits el miraculis Psttum
14
arquitectura basilical de ábsides cuadrados y plantas cruci
elementalmente innovadores, o de influencias norteafrica
doble ábside- ejemplifican las plantas o restos de San Pe
Mérida, Burguillos, Casa Herrera, La Cocosa o Alcuéscar.
de primores orientales, la escultura - pilastras, canceles, p
nichos- se difunde en una aportación brillante al arte h
godo. Paulo, el obispo griego, médico, practica aquí la
cesárea: in spe Dei mira subtilitste incisionem subtilissimam
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
curo ferramento fecit, stquc ipsum infantulum jam pu
membratim, compadiatim ebstrsxit. Massona funda el prim
pital al modo bizantino: deinde Xenodochium fabricavit, m
patrimoniis ditsvit, constituisque ministris, vel medicis et se
tium usibus deservire praecepit.
El foco cultural árabe tiene su máxima expansión
período taifa (1022-1093), durante el reinado único de lo
l-Aftas en Badajoz. Alcanza este ciclo gran esplendor lite
erudito con el monarca Abü _Bakr Muhammad al-Muzaffar
1068), segundo de la dinastía, quien reúne una gran biblio
la capital; ayudado de su kitib Abii 'U~mah Sa'id Ibn
escribe una notable enciclopedia en medio centenar de vol
llamada Kimb al-MuptTan: muy elogiada por el célebre
Ibn Bassam (t 1147), nacido en el reino badajocense hacia
del período aftasí. La poesía florece en este tiempo y. alcan
nitud con el último monarca 'Umar al-Mutawakkil, a cuyo
nos hemos referido anteriormente. Contribución memorab
filosofía se produce a caballo de esta etapa gracias a la o
Ibn al-Saíd al-Batalyawsí' (l052-1127), nacido en el reinado
Muzaffar. Su Kitsb al-4adJI'iq es la primera tentativa oc
de armonizar el pensamiento griego con la teología islám
emanación -ifada- de la doctrina neoplatónica encuen
fecto acomodo en la ortodoxia musulmana formando los a
divinos por las vías que, luego, caminará Santo Tomás
remotionis-. El Kitsb al-4adJI'iq se difunde por Europa g
la versión hebrea que, a mediados del siglo XIII, re
famoso rabino marsellés Tibbon, y vuelve a nuestro país p
retraducción castellana elaborada por el judío Samuel
(1370). La figura, antes recordada, del memorable teólogo
Walíd Sulayman al Bayí, en el epicentro aftasí, completa l
lar jerarquía cultural extremeña en este tiempo . Las coord
culturales islámicas sufren la transformación impuesta
15
1146), almohades (1146-1214)- que en Extremadur
cusión en la arquitectura militar -alcazabas de Bada
(1169) Y castillos y fortalezas dispersos por la reg
sus novedades de torres albarranas, puertas en recod
y corachas, de originales trazados, influyen sobre
al-Andalus.
.
Como no estoy, insisto, historiando la cultura ex
aproximándome a su prosopografía y a sus estructur
hay que soslayar cuantos acontecimientos suceden
XII hasta mediados del XV. Este dilatado arco de
templa desde la recuperación sucesiva del país ex
morisma hasta la consolidación del legado territoria
señoríos, floración de núcleos urbanos, autonomía
que hacia el final del período se envuelven en las l
. rias y la gran crisis castellana del cuatrocientos. No
en estos largos años se gesten trascendentes manifest
rales -avance y arraigo lingüístico del leonés orient
cirá auténticos extremeñismos y será puente con
dialectales (hablas de transición), o del occident
portugués formando auténticas áreas isoglósicas enqu
reliquias en antiguos despoblados como el mañegu,
o el lagarteiru inmigrados a los ásperos quiñones de
colonos de Alfonso IX (1187-1230); solidificación de
suetudinario y aplicación de legislaciones forales de
cedencias o naturas- pero a pesar de ello es p
solamente aquellos focos de creación y expansión
tras la solución de continuidad impuesta por dos s
de querella armada en el solar extremeño,
Entre 1455 y 1554 se desarrolla fundamenta
placentino-cauriense, incluyendo el reducto de Z
Serena, residencia temporal del Maestre Zúñiga: co
nísticos del Cardenal Carvajal y publicación de la
diga de Miranda. En 1489, en Coria, aparece el
impreso en Extremadura, gracias al flamenco Barto
que instala su taller en la ciudad y como entalla
propias letras; este libro fue el Blasón General y
Universo de Pedro Gracia-Dei, de quien imprime e
obra y un Officium pro {esto visitationis b. Mariae
siguiente. Antesala del humanismo europeo, que ha
la obra de foco placentino-cauriense, es el insigne pu
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
16
de Gregorio
Gutenberg,
y en la mansión
Colección
Ensayos.Fundación
Juan March(Madrid)
de Heimburg disc
los más famosos humanistas de aquel tiempo: Ammanati
rión y Piccolomini, más tarde Pío II, el cual le dedica su
dialogorum de quodsmsomnio. Desde 1488 el maestre de
tara Juan de Zúñiga forma su famosa Academia, cuya se
cipal instala en el castillo badajocense de Zalamea de la
Contigua a la fortaleza levanta su mansión el insigne Nebr
en las soledumbres extremeñas -ad Anas fluminae, c
recuerda- escribe el lebrijano su famosa Gramática Ca
monumento de nuestra lengua, que publica en el venturos
Desde allí, Nebrija frecuenta Mérida, pasea sus ruinas ro
mide el anfiteatro y los miliarios de la calzada de la Plata
que precisa el valor del pie, computando el grado terre
62,5 millas, con menos error que el del astrónomo trans
al-Farganí -el Alfragano de la traducción latina d
Hispalense- al que tercamente siguió Colón - incluso
Lettera rarísima de 1503- que le conduciría a sus gen
fructíferos errores. Entre los doctos asiduos menudeaba e
Abraham Zacut que le enseñaba al Maestre astronomía, y
de las bóvedas del castillo le pinta un planetario compl
existía aún en 1763; en sus estancias, Zacut concluyó su
nach Perpetuum, del que se valió Colón, e influyó poderos
en las navegaciones portuguesas. También asistían a la Ac
el hijo de Nebrija, Fray Marcelo, autor de la rara comedia
del alma (1545) y el músico Solórzano, del que poseemos
simas noticias. Entre 1478 y 1526 el foco placentino-ea
conecta vivamente con la Universidad de Salamanca que
ducida por Rectores procedentes de uno u otro obispado:
ses Lope García de Salazar, Luis de Medrano, Sancho
placentino el celebérrimo cardenal Bernardino de Carva
rozó el pontificado. Fruto del humanismo placentino-caurie
su mecenazgo artístico son las espléndidas muestras arqui
cas, artísticas o literarias que se producen en este tiempo.
El foco trujillano despliega su magna significación cul
el siglo XVI con eje en su capital, a cuyo próspero florec
contribuyó su condición de villa realenga de la Corona (12
ciudad posteriormente (1430), y los privilegios de ferias
cado franco (1465, 1480 y 1522). La estructura social p
nante desde el siglo XIII equilibrada entre poderosas
nobiliarias y estamentos inferiores fue valioso factor. Esta
17
caudal Juan
humano,
sino también de su leng
Colección decisivo
Ensayos.Fundación
March(Madrid)
cuya materia esencial fue la cantería. Pocos pueblo
rica hispánica quedaron sin recibir la contribución hu
ral de Trujillo, y su capacidad creadora. Pero la diá
pensó -sobre todo a partir de 1557- con la fuert
que se opera como proceso general en la floreciente
del siglo XVI. Un trasiego de indianos y naturales,
mayorazgos enriquecidos, favorece las fuentes de
rando en construcciones que caracterizan este mom
réplica inmediata en América. Se labran palacios y
les de macizos volúmenes y ricas fachadas donde
- con buenos maestros de la Trasmiera y la Cas
dejan la impronta de su buena fábrica que se ex
amplitud. El célebre Francisco Becerra (cirea 1540Indias llevando su arte constructivo, trabajando en
catedral mexicana de Puebla, y en las peruanas de Lim
Guadalupe nucleariza la unidad extremeña y es
proyección indiana. Prendió su nombre por primera
gen tierra americana el 4 de noviembre de 1493 cua
rante , en el segundo viaje, bautiza una isla de las A
res «por devoción y a ruego de los monjes del con
más tarde, en 1531, a sólo diez de la conquista d
Cortés, nace en la capital azteca, tras las versiones
del indio Juan Diego, la Guadalupe americana. Por
ideológica -pues la pretensión indigenista de un p
blo náhuatl similar al extremeño que no aparece
venerado Nicen Mopohua (edición literal 1649) ca
científico- surge esta excelsa dualidad guadalupana.
una hipóstasis que - in nuce- atesora las querenci
De los dos onomásticos florece por doquier en la
Indias una toponimia superior a cualquier otro nom
contribuye a su propagación la creciente devoción
abundante milagrería recogida en historias, relacion
la afección de los emigrantes -soldados, fra
encomenderos- que trasiegan el Atlántico. En 1503
en Guadalupe los indios que trae Colón. Guadalupe
gráficamente en la serranía y por tanto con la innata
de lo monástico, debe ser valorado como foco -su
ral que se proyecta innovadoramente. Ciencias, hu
artes suntuarias y menores, tienen cultivo cenobítico
18
antecedentes
en la centuria
anterior, funciona la Escuela de
Colección
Ensayos.Fundación
Juan March(Madrid)
cina y Cirugía. Por privilegio del Papa Nicolás V (1447-1
practica en el retiro guadalupense la primer autopsia del
humano, se realizan suturas en las heridas con técnica
usuales, y se tratan enfermedades -el morbo galJic
ejemplo- con métodos aplicados hasta tiempos recientes
de allí famosas figuras de la medicina desde el siglo XV al
algunos de los cuales publican obras relevantes: Franci
Arceo cuya obra capital De recta vulnerum curandorum
(1574) se traduce a varios idiomas; Sanz de Dios -Me
práctica de Guadalupe (1730)- , Robledo -Cirugía prá
Gusdslupe (1686)-; Sorapán de Rieros, ya citado; C
Bustamante de Paz o Rodrigo de Córdoba. Desde finales
tiene actividad la escuela de Gramática de la que salen h
eminentes : Pablo de Laguna, Gabriel de Rojas, superando
el jurisconsulto Gregorio López de Tovar cuyos coment
Las Partidas de Alfonso X el Sabio constituyen una em
contribución a la hermenéutica jurídica (ed. princeps 1535)
configuración de las leyes de Indias, tras la confrontación
gica de Ginés de Sepúlveda y Las Casas (1548) y la para
por la Corona de toda nueva conquista o descubrimient
Nuevo Mundo poco después (1550), la profunda y amplia
sis de Gregorio López al Título XXIII de la Partida 11, fu
sivo. La Re31 Instrucción de 1556, referente a Perú, viró s
razones del jurista extremeño, y las Ordenanzas de 1573
ron ser consecuencia ineludible. Consolidábase, con ello, el
humano y cultural de la obra hispana en América, vigoros
arra igado desde las Instrucciones colombinas y el codicilo
reina Isabel que, durante más de cien años, estuvo sacud
inquietudes teológicas difícilmente encontrables en otr
colonizador.
Llerena, durante el siglo XVI y la mitad de la c
siguiente, proyecta magna presión cultural; a su hegemoní
Baja Extremadura coadyuvan diferentes acontecimientos. D
Maestrazgo de la Orden de Santiago en manos del célebr
Pérez Correa (t 1275) la residencia habitual de estas dig
fue Llerena que , convertida en capital de la provincia d
del Priorato de San Marcos, de la Orden, y morada perm
de gobernadores y jueces de residencia, ejerce domini
sobre 122 pueblos extremeños; la presencia de maestres,
19
de San Marcos a la cercana Calera (1566) auspici
social influyente. El estado territorial santiagués, ub
. ricas comarcas badajocenses, que no impide las auton
cipales, el sistema agrario y la protección de los Ma
cen rica inmigración. Itinerante por varias ciudades
partir de 1486, el Tribunal del Santo Oficio se insta
con una jurisdicción territorial extensa -42.266
aventajada por las grandes demarcaciones de Vallado
Familias ilustres contribuyen con sus patronazgos
económicas al apogeo de la urbe conectada con cent
tes -Sevilla- a través de intensa comunicación m
apoyan determinados privilegios -mercados francos d
La vitalidad metropolitana se corresponde con un esp
ral, principalmente artístico: numerosos artesanos, pin
entalladores, escultores, plateros, acuden a la cita de
gos. El reflujo sevillano se deja sentir: presencia de
Vázquez, el Viejo y el Joven, Oviedo, Ocampo y M
tañés. Se labran y pintan retablos, imágenes, piezas
destinadas a lugares de la Orden, a iglesias que resp
tectónicamente, a maciza morfología: plantas rectang
adosadas al pie, almenados parciales sobre el áb
tamiento del sancta sanctorum?con efluvios
que luego pasan a América. Numerosos artistas d
extienden su obra por la geografía santiaguesa, a ca
siglos, en un centro ilustrado donde surgen atractiva
rarias: Cieza de León, cronista de Indias, Luis Zapat
Zapata del Bosque, Catalina Clara Ramírez de Guzm
llerenense de Zurbarán (1617-1628), la de mayor pe
tierras extremeñas, en la que forma escuela y tall
proceso de este foco. La pintura americana desde
XVII hasta finales del XVIII recibe intensamente el
ranesco desde México a Buenos Aires: Arteaga (1
Juárez (t 1664) en México; Vargas Figueroa (t 166
de Arce (1638-1711) en Colombia; Miguel de Santi
en Ecuador; Herrera Valverde (cirea 1663), escuela d
Bolivia; Basilio de Santa Cruz (activo 1648-1663) y
(h. 1700), escuela cuzqueña; Francisco Martínez (c
Cristóbal Lozano (t 1776), escuela limeña, en Pe
Liendo (t 1657) y Montúfar (h. 1655), escuela de
Guatemala, entre otros.
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
20
grandesEnsayos.Fundación
estados territoriales
de las
Colección
Juan March(Madrid)
Ordenes de Sant
Alcántara- contó en la tierra extremeña con importante
ves en los que la naturaleza y posición de los titulares fa
el mecenazgo cultural; teniendo por cabecera nobles fami
momento aparecen sucesivamente: Zúñigas, Téllez de M
Sotomayor, Alburquerque, Vargas. Como en los dilatados
nios de las Ordenes, su vitalidad demográfica se acreci
nuevas villas surgen en su demarcación ante las atractivas
de tierras, exenciones -en Zafra se anula la moneda for
privilegios -ferias y mercados-o Mejor muestra es el señ
Zafra fundado por los Suárez de Figueroa hacia finales d
XIV, cuya prosperidad celebra el humanista holandés Coc
poema erudito Asafrae aobilissimi Turdetanorum btevis de
escrito hacia 1580. Zafra fue un espléndido foco renacenti
vado por los Figueroa, señores y Duques de Feria: ricas co
ciones civiles o eclesiásticas, obras de arte -de Italia se im
bellísimas muestras-, aliento de poetas, humanistas, m
Gregorio Silvestre (1520-1569), Cristóbal de Mesa ya
Garci Sánchez de Badajoz o Pedro de Valencia también ci
el extraño Ruiz López de Sigura que escribe un Libro
invención liberal del Arte del juego de Ajedrez (1561)
Grammaticae institutionis (1573), que pone en verso y
invectiva del Brocense. Los entronques familiares de los F
vinculan a los Mendoza -Marqués de Santillana- y muy
namente a Garcilaso de la Vega que reside temporalment
castillo de los Arcos, de la casa señorial -dedúcese de
mento del poeta-; acaso bajo los cielos extremeños escri
hermoso soneto XXVI o la dulce canción 11 que tanto
memorar sus doloridas nostalgias.
4. La conservación del legado cultural extremeño: pre
porvenir
Los epígrafes anteriores ofrecen solamente una breve
-incompleta, desde luego- de la cultura extremeña co
como bloque de expansión, en el análisis biointegral de
cepto, y sus principales caracteres diferenciales. Al no
siquiera, una sucinta relación, es obvio que atrás quedaro
bres insignes que, aisladamente, contribuyeron al rico acerv
21
la intención de estas páginas. Es evidente que nuestra
de épocas fecundas a otras de exangüe y decaída e
esos períodos surgieron figuras eminentes que, solitari
faltas del cuerpo total, eran ajenas a la conmoció
siasmo colectivo que impregna todo el hacer de una
brante. Su recuerdo, aunque breve, hubiera significad
de lo que, expresamente, he huido. Se ha tratado de
síntesis, la enjundia y originalidad de la cultura extrem
través de sus formas y expresiones, de sus hombres
denuncia un legado irrenunciable, no para admirarlo
ejercerlo como altiva ejecutoria, sino para medirlo en
y valerse de su proyección. Tal como Burckhardt co
toria, hemos de recordar nuestro propio pasado una
pues olvidarlo acarrearía la pérdida de su sentido y
sustancia del propio existir.
El país extremeño accede, con la ordenación
Estado, a un modelo autonómico que, aunque de gén
debemos asociar cultural mente a la filosofía del regi
tórico. Nacido éste como secuela del Romanticismo, e
independ ientemente de las aspiraciones descentraliz
autogobierno, su aliento impulsor se tejía en el nob
renacimiento de los valores locales. La búsqueda veh
identidad regional propició la investigación histórica
folklórica o social al encuentro de la pristina cultura
cuyo fondo latían las matrices de la propia hechura
dad. En los primeros años del siglo se registran en
loables intentos de regionalismo auspiciados, principal
la provincia cacereña. Tales empeños renovaron, tími
vorosamente, las esencias de una cultura que, por ad
el tiempo, no carecía de vigoroso potencial.
Hoy , tras la nueva ordenación político-administra
legado cultural debe ser más ampliamente dispuesto
por los propios extremeños. Nace una acuciante re
de presente y una urgente visión de porvenir. La er
Universidad (1970), la creación de la Real Academ
madura de las Letras y las Artes (1980), de institucio
o privadas - «Pedro de Valencia» (1970) «El Broce
«Xavier de Salas» (1981) entre otras- y la vitaliza
mentos provinciales y locales, civiles o religiosos, d
como hechos relevantes para esa inexcusable misión.
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid)
22

Documentos relacionados