Aproximación a la cultura extremeña
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Aproximación a la cultura extremeña
Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) APROXIMACION A LA CULTURA EXTREMENA Por Manuel Terrón Albarrán - - _ Manuel Terrón Albarrán nac ió en Badajoz en 1926. Abogado, Académico Numerario y Secretario Perpetuo de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Secretario de la Ins titución «Pedro de Valencia». Autor, entre otras obras, de El solar de los aftás idas, aportación al estudio del reino de Badajoz en el siglo XI. 1. Hacia la formación de un concepto de cultura extrem Cuando se intenta definir, precisar conceptos o límit estilos o, simplemente, historiar la cultura -in extensoárea geográfica determinada, se afrontan riesgos de toda í naturaleza. Afloran, primeramente, cuestiones de pura gnos la identificación témporo-espacial como más determinante gase, de principio, a comprobar la inalterabilidad de la cripción física como ente-espacio sujeto a múltiples coyu endógenas o externas, políticas, socioeconómicas, histó puramente adjetivas. Habría, luego, que explorar la est étnica como factor de permanencia, pues una estratigrafía m interpone capas culturales variables de muy distintas conn nes. Desde flancos estrictamente epistemológicos se haría • BAJO la rúbrica de "Ensayo», el Boletln Informativo de la Fundación Ju publica cada mes la colaboración original y exclusiva de un especialista sobre de un tema general. Anteriormente fueron objeto de estos ensayos temas rela Ciencia, el Lenguaje, el Arte, la Historia, la Prensa. la Biología, la Psicología, Europa y la Literatura. El tema desarrollado actualmente es "Cultura en las autono En números anteriores se han publicado La cultura de Andslucls; po Domlnguez Ortiz, académico de la Historia y catedrático jubilado de instituto; cultural de Castilla-La Mancha, por Juan Bravo Castillo, profesor de Filología la Escuela Universitaria del Profesorado de E.a.B. de Albacete; La cultura mu en la España de las Autonomlss, por Marla Teresa Pérez Picaw, catedrática de ria en Murcia; La cultura riojana: pasado, presente y futuro, por Manuel de las 3 junto, su sistema interactuante, son perfectamente d Todo, y algo más, en razón a lo que entendemos planetario de cultura. Areas de elaboración cultural propia son separab llas otras que, sumergidas en espacios de mayores lím a la unidicidad de éstos sus propios elementos, contri expansión o progreso. Parte son de su universalismo alícuotas destellos, se disuelven en el embalse matri las ondas de una piedra arrojada al agua, se dilatan en que es mayor la masa sólida, pero nunca pueden la superficie limitada del pantano. Pero al no fo esquema en términos absolutos, esos espacios depen servan, en buena parte, su identidad genuina. Subya como en toda cultura, mágicas inferencias ecológic geofactores -clima, luz, plantas, relieve, paisaje- p denominamos su equilibrio biocenético cultural, co mico, alejado, intencionadamente, de toda idea de geográfico. Previas, necesarias, cuestiones éstas a considerar c en el presente caso, nos hemos de referir a un á espacial concretada físicamente en el marco colectiv Al individuarse más ese área se debe configurar su es tórico preciso; en este caso, Extremadura. Súbita, p mente, al conectar los términos «espacio geohistóric madura» irrumpen serias dificultades. Vía para res encontrar soluciones a este breve, pero elemental, ¿Son extrapolables de su entorno antropológico conte formas, modos o valores culturales gestados en un e datable? ¿Se producirían siempre esos valores, en tiempo, aunque perteneciesen a la capacidad nusial Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) ~ profesor de Enseñanza Media y critico literario; La cultura en Aragó Mainer, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Z Canarias: una litigiosa identidad cultursl, por Domingo Pérez Minik literario; Conflicto y actuah"dad de la cultura valenciana, por Ricardo B rario; Panorámica de la cultura gallega, por Domingo García-Sabell, Pre Academia Gallega; La cultura en el Principado de Asturias, por Emili catedrático de Gramática Histórica de la Lengua Española de la Unive Las coordenadas culturales de Cantabria, por Francisco-Ignacio de Cáce drático excedente de Geografla e Historia; La cultura en Navarra, p Torres, periodista y licenciado en Filosofia y Letras; Y Castilla Y León: de un mito cultural, por Víctor García de la Concha, catedrático de L de la Universidad de Salamanca. La Fundación Juan March no se identifica necesariamente con las das por los autores de estos Ensayos. 4 bora por fatal sucesión enMarch(Madrid) que, relación de causa a efect Colección Ensayos.Fundación Juan etapa es principio de la posterior? ¿Es universalizable el tra cultural a todo un espacio-tiempo? El concepto de Extremadura comienza a afianzarse, ta en los albores de la Baja Edad Media. Y hasta mediado XVI no se tiene una noción dimensional de su espacio, ente-espacio. Producido nuestro singular y bellísimo onomá partir del siglo IX en tierras muy distantes y distintas, sob idea en principio vaguísima y provisional -tan provisiona podían ser las líneas de rescate o retroceso de la Recon es obvio que su fijación, tras el rebasamiento por las arm tianas de los taludes de Gredos o las ásperas trincheras de quedó sujeta a eventos y fluctuaciones. El nombre del paí meño avanzaba desde los arcenes del Duero hacia las meridionales, conforme se aseguraban los avances militares tellanos, leoneses y portugueses. Desde la idea estricta ofrece, por ejemplo, en la Cbronics Adefonsi Imperatoris noción amplia y expansiva de algunos documentos mediev los Forales de Pesqueira de Fernando 1, entre otros- el c Extremadura irá adquiriendo, lentamente, pleno significado lítico. Y mientras en las tierras de origen se perdía, pa mente, su nombre sonoro, se apegaba, con brío de raíce vieja costra de entre Tajo y Guadiana. Mediado el sig quedaba generalizado. Precedido del onomástico, el concepto geohistórico y se consolidó merced a factores de acarreo. El testame Alfonso VII el Emperador, en 1157, o el Tratado de S suscrito al año siguiente entre Sancho III de Castilla y Fe 11 de León fueron decisivos para la concreción históricode Extremadura. Influencias castellanas o leonesas, sin olv flancos fronterizos de Portugal, moldearán y prepararán años bajomedievales al país extremeño para, tras la secul mulación de cuatro culturas anteriores, estructurarse de mente en la modernidad. Sin examinar, por no ser materia de estas páginas, t tan equívocos o convencionales como pueden ser los de provincia, e incluso comarca, a veces delimitados por pura administrativa; sin recalar, tampoco, en la cambiante fis que, a lo largo del tiempo, sufrió la realidad territorial hi deberemos precisar que el espacio extremeño no aparece 5 ~ histórica se hallaba suficientemente consolidado en de la Edad Moderna, es, en ésta, cuando ese adquiere definición geográfica estricta, unidad zonal retoques más o menos artificiosos, ha llegado a nues 1548, Pedro de Medina en su Libro de las grand memorables de España tiene conciencia de lo que camente, Extremadura. Más tarde, en las Adicione obra hace Diego Pérez de Mesa -1595- distingue, res etnológicos, a los extremeños. En 1616 el Docto p án de Rieros en su Medicina española contenida e vulgares dará una auténtica definición fisiográfica, co cita en sus límites, del país extremeño tal como pue en la actualidad. Surge, y con ello enunciamos, el co netusl de Extremadura. Atendiendo a sus múltiples la plural diversidad paisajística, aventuré, en otra oc país extremeño era el continente más cominentsl de la Si se entiende que lo extremeño, lo nominalmen es aplicable solamente a una unidad témporo-espacial aquélla en que tras un proceso histórico y su poste ción geográfica logra generalizarse, es obvio que la tr til y vivífica de su cultura quedaría reducida a co estancos, inconexos. Recordemos las vías por las q conducirse nuest.ro cuestionario anterior. Pero las m creaciones de cultura, las formas y expresiones del diversas y distintas unas de otras , sobre un determina a lo largo de la cronología, acumulan sus depósitos dolos . Y el milagro de toda cultura consiste en la m de permeabilización de cada una de las capas disp gráficamente , de su capacidad de absorción . Misterio nutricias fluyen de unas u otras, y los posos culturale cen y transustancian. Nuestro solar se enquista sobre un territorio en vieron pueblos y culturas diversas, ajenas totalmen entendemos y conocemos por Extremadura, Nunca dad territorial geográfica definida, salvo el efímero con capitalidad en Badajoz en el siglo XI, aunque entidad geopolítica no llegó a alcanzar a la actual Pero es evidente que esas distintas etnias y culturas a fuerza, con potencial persuasivo, sobre ese solar. El planteamiento de una noción planetaria de cu Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) ~ 6 Colección Juan March(Madrid) permite Ensayos.Fundación aventurar un concepto de lo extremeño interactuan el que se encadenan y fluyen constantes, ampliamente man das y que revelan su personalidad. Planteamiento que debe ducirnos, objetivamente, a la formación de un concepto vi cultura extremeña, modelado por la sincretización de muy sos factores que estructuran su potencial creativo, su acumul histórica y su capacidad tributiva. 2. Tanteo de notas diferenciales Desde las Adiciones de Pérez de Mesa, anteriormente ci hasta los ensayos contemporáneos del antropólogo Luis de H pasando por las deliciosas páginas de Sorapán de Rieros, las tas marruecas de Cadalso, los apuntes románticos de los vi Laborde o Ford, o las precisas reflexiones de Abel Chapman en su Wild Spain publicado en 1890 descubre al homo sil de los «desiertos extremeños», temática a la que me he re en más de una ocasión, los atisbos formulados sobre el ho extremeño, sus singularidades congénitas, su idiosincrasia características, coincidieron siempre. Al igual que en el sigl pupila de los historiadores romanos -Pompeyo Trogo, P Sitio Itálico, Diodoro y tantos más- había calibrado agudam las virtudes y el temperamento de los hispanos, ahora, des XVI al XIX, humanistas y viajeros comprueban en el extre particularismos diferenciadores. Hoyos descubre, incluso, cons braquicefálicas e incidencias antroposerológicas en base a inc tes estadísticas que conducen, aunque el tema está sólo esb y necesita de profundos estudios, a sugestivas precisiones etn cas. Casi siempre diverso, a veces contrapuesto, cada pueblo pano obedece a su fenotipo. Partiendo de las observacio citas sobre el extremeño, desde que su concepto aparece co dado, las coincidencias son siempre relevantes. La cultura, obra, medio y actitud del hombre, recibe de mágicas determinantes. Sin fórmulas apodícticas, es obvio q vía de ensayo, podrían connotarse como constantes de n cultura muchos matices cercanos a los valores hominale extremeño . Cultura de rica policromía, cuya síntesis exterior personalidad. La creatividad cultural extremeña , en sus di manifestaciones, participa del individualismo innato. Con s 7 zante, inveterada, sumamente tradicionalista. No individuada, no se evitan destellos innovadores, n defendida con fervor dialéctico, ni su independen posiciones. De ésta surgen sus múltiples matices capacidad satírica, incisiva, de la realidad. El aisl culo motivó la fuerte asimilación de elementos pop lo popular se enquistó en cánones humanísticos. etnias y culturas diversas, remanso de solera nutric fértil capacidad comunicativa, prendieron sus raíce América que se enriqueció de sus formas universa es valiosa cuota de la cultura occidental, española Exploremos, sucintamente, esos matices diferenciado José López Prudencio -Extremadura y España, litersrio de Extremadura, 1912- se han hecho loabl Lo arcaizante aparece, invariablemente, en cua tación cultural extremeña. Las formas se remansan pretérita, y se repiten estilos superados. Se hace, m lo que pertenece a otro tiempo. Perseverantemen estructuras tradicionales, huyendo de innovar. La h side el numen de nuestros poetas; los versos extrem den de nostalgias, vaídas saudades, grises y antigua Ibn 'Abdün, celebérrimo poeta de Badajoz de final llora en su qssids intituladaa1-b~ma la caída taifa con un lamento jorgemanriqueño lleno de año el poema en un momento decadente de la literatu cobra singular importancia contemporánea precisa apego al arcaísmo y a la tradición. Otros poetas badajocense -los hermanos al-Qabturnuh, Ibn Y rey 'Umar al-Mutawakkil- impregnan sus vers pesadumbres. Y esa constante, como los acordes d ble melodía, se repetirán a menudo en muchos poe desde el siglo XI a nuestros días. Ahí están las can tóbal de Mesa (1561-1633), las ottavas espirituales Aldana (1538-circa 1590), los sonetos del legendari Aldana (1537-1578) llamado «El Divino» por villancicos musicales de Juan Vázquez (cites 1 romances de Catalina Clara Ramírez de Guzmá 1663), los dulces lamentos pastoriles de Juan Me (1754-1817) o las trovas románticas de Carol (1823-1911 ). Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 8 Anotaciones del poetaJuan Fernando de Herrera, en defensa de Colección Ensayos.Fundación March(Madrid) laso, aquél reprocha a éste su amistad con el extremeñ Zapata (1526-1595) escritor abusivo de arcaísmos; en s muestra siempre su deleite, como otros tantos escritores p por las formas añejas y tradicionales. Luis de Moral Divino» (circe 1509-1586) es uno de los mejores ejemplo constante arcaísta en pintura. Prototipo del manierismo, neogótico de cuadros religiosos está transido de esa me poética señalada, cuyo valor acrecienta el goticismo tard que formula su arte. El espléndido retablo de la iglesia de dilla de los Barros, en el que trabaja Antón de Madrid, f hacia casi mediados del siglo XVI, delata su ejecución arc en tablas de concepción mural alejadas, junto a su con arquitectónica, de la época en que se realiza. Pintores costu a caballo del XIX y XX, como Hermoso o Covarsí, de co dicional y fieles a su momento, mantienen su pintura pasado el medio siglo actual. El mudéjar se sigue hacie esta tierra a finales del siglo XVI e incluso hasta los p años de la centuria siguiente, cuando están trabajando C bias o Vandelvira, y Herrera ha terminado el Escorial. Lo fes moriscos permanecen en esta tierra y siguen aplican formas. Ocurre en las preciosas iglesias de Puebla de la Palomas, Alanje, portadas de Usagre, Granja de Torreher otras en los alfoces badajocenses de Tierra de Barros. Los fronterizos reciben los efluvios del manuelino portugu reproducen formas específicas en época impropia, como su el almenado de la catedral de Badajoz sobre las capillas Suárez de Figueroa, entre otros ejemplos. Hay un retroce ceptible, obedeciendo a esta constante, en las técnicas arq nicas constructivas; las descargas de los ábsides de muchas se sujetan con contrafuertes superados, ya entonces, por a tes, como en el espléndido San Benito de Alcántara, donde de Ibarra - que muere en este lugar en 1570- asegura fundo ábside de tres lados con contrafuertes románicos . L ciones estructurales de Juan de Badajoz (trabaja en 1549 San Marcos de León son totalmente conservadoras, apegad tradición, castizas. El sentido de independencia , de individualismo, la voc ultranza de las convicciones, con su constante de un rígi tido de la ortodoxia, presiden muchos aspectos de las forma 9 extremeño brotará como un don polémico: el verbo alienta desde el obispo Massona hasta Juan Donoso veces será la pulcra reprobación escrita o la simple c sonal, pero prevalecerá siempre la adhesión a estructu das. En la Mérida del siglo VI el obispo godo M durísima batalla dialéctica, en defensa de la ortodo frente al arriano Sunna, fautor de la querella, que res Separados por cinco siglos y otra religión, la islámic badajocense Abü-l-Walid Sulayman al-Bayi (1012-10 por los faquíes andaluces, sostiene terca controversia bre Ibn Hazm, contrastando los principios de la ver la que el virulento cordobés es derrotado. Similar, en resulta en el precioso poema del fraile guadalupano de Medina (t 1453) en la disputa teológica de la p suscitada por Sánchez Calavera e incluída en el C Baena (1445). Fray Alonso sigue la línea medieva tema que alcanzará virulencia un siglo más tarde e postridentino del dominico Bá ñez y el jesuíta Molina nismo, férreo paladín de la premotio physica, defien tradicionales, la causalidad divina frente al molinism por la libertad humana introduciendo el comodín d media de Dios, el extremeño discurría en sus donoso la vía más ortodoxa. Los teólogos extremeños que co Trento mantendrán el talante doctrinal clásico de católica; así lo hace Arias Montano que actúa con br período de 1562-1563 defendiendo posiciones rígi Eucaristía o la indisolubilidad del matrimonio, o el tr vantes de Gaete, que en esos temas o en otros son i el ilustre Fernández Temiño, de Puebla de Alcocer, cense Moscoso que acuden a la fase final conciliar d Julio III (1551-1552). La esforzada poetisa Luisa (1566-1614) es ejemplo vivo de esta defensa de la o mantiene viva en su conducta y escritos en la Ing época. Juan Pablo Fomer (1756-1797) representa -a inconformismos- la pasión polémica defensora de culturales permanentes, impregnado por otra parte zante actitud característica de nuestros modos cultur en su extensa obra: Oración apologética por la mérito literario (1786), El asno erudito (1782), Exe lengua castellana (1782). La figura de Juan Do Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 10 -Ensayos sobre se expresa literariamenteJuan Colección Ensayos.Fundación March(Madrid) el Catolicismo, El ralismo y el Socialismo (1851)- o en su apasionante dial de orador. Como ocurre en la fascinante geografia del país extre llena de recios contrastes, como antítesis de esa constante, f y hechos culturales innovan, se adelantan, preceden de m original. El ejemplo culmina en tres nombres: Arias Mon Pedro de Valencia y el Brocense, sin duda, la aportación re más espléndida al humanismo español. Montano (1527-1598 tesis universal de este humanismo -del que huelga aquí cua recuento mínimo de su obra por perfectamente conocid adelantó a Pascal en su teoría de la presión atmosférica -t que necesita, no obstante, atenta revisión- y, con exactitud científicamente la taxonomía de plantas y animales que, do tos años después, formulase Linneo. Busca renovar, cristiani cultura y la sociedad sobre la base de sus firmes y arrai creencias, aunque, indoctamente, se haya pretendido ver actitud demasiado erasmismo o heterodoxia. Pedro de Va (1555-1620) se anticipó tanto en su profundo pensamiento lógico, filosófico y político que hoyes de apasionante actua a Joaquín Costa le parecía leer en sus escritos <<3, algunos soci templados de nuestra edad»; hoy podría ser un socialdemócr convicción. Atacó al latifundismo, propició reformas agrari «la tierra se ha de dar a los que no la tuvieren»-, abogó p trabajo de la mujer, y su alegato sobre los moriscos expulsad conforma a cualquier defensa de los derechos humanos de El Brocense (1523-1601) encarna, dentro de este marco con de individualismo arraigado, instaurador, impetuoso, la humanística que en sus numerosas obras de retórica y gram -que no es necesario aquí citar- aparece llena de noveda Minerva sive de causia linguae latinae comentarius (1587) f como se ha repetido, la filosofía del lenguaje. En esa lín voces renovantes en el brío telúrico del contexto extremeño, y sobrio, es preciso situar al reformador franciscano San Ped Alcántara (1499-1562). Como es también preciso referirse a esa literatura de má tringido campo, soslayada con injusta frecuencia por crític historiadores, que tan espléndidas muestras dio a través d tiempos: la literatura venatoria . Extremadura contribuyó con res excelentes, cuyas obras, manuscritas o editadas, he ido 11 que Velázquez pintó dos veces; Joseph Varona 1798); y, aunque aragonés de nacimiento, Antonio 1937). Llenas sus prosas de fuerza vehemente, expr de rudos vocablos castizos -Juan Mateas fue a Academia en sus Autoridades de 1726-; áspera y plasticidad, atada al brío primigenio de la natura obra de Juan Mateas -Origen y dignidad de la ca la, tan de ella cercana en el alma y distante en Covarsí -Narraciones de un montero (1898), Tr y prácticas cinegéticas (1911), Grandes cacerías esp Entrejaras y breñales (1927)- pautan literariame pormenores de nuestro individualismo. Se ha escrito, y con verdad, que manos extre los pañales del arte dramático español. En efecto, extremeña a este género literario, iniciada a princ XVI, es tan eminente que sin ella no se hubiera inmenso logro de nuestro teatro. Pero al tiempo d tro de las constantes que venimos señalando, la i esta innovación, debemos consignar la aparición r autores teatrales de esta época de otras inconfundib cas del acervo cultural extremeño: la sátira, la imp social, el casticismo, la recepción sistemática de modos populares. Torres Naharro rt 1524) -precep en su PropalJadia (1517)- transforma todo lo qu y primario tenía el teatro español hasta los albores es injusto entenderle padre del teatro nacional , sin se hubiese producido el genio de Lope, ni el de su neos, ni el de sus epígonos. Creador del teatro cast bres, satírico de vocación, semilla de elementos qu escenas del gran teatro de los siglos de Oro, y f «introitos » en su cumplida unidad dramática, Sánch rt circe 1552) es otro de los grandes innovador prólogo decisivo del auto sacramental; en las ve incluidas en su Recopilación en metro (1554) apa turgo pleno de fuerza racial, rústico , mordiente, populares de la tierra campesina de su tiempo. Lu (cirea 1530-1590) en su Comedia pródiga (1554 realista, tan desenfadado e hijo del terruño extre tiene inconveniente en traer todo un episodio bíb verdad que le rodea; innova lo que nunca podría Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 12 vitalidad popular. Micael de Carvajal (cirea t 1530) en su dia Josefina (1535 Y tres ediciones más, seguidas) o en su bada Cortes de la muerte, es otra muestra de este realismo tizo y satírico pleno de enérgica individualidad. La prolífica del fresnense Diaz Tanco (t cites 1558) se nos muestra tam como singular ejemplo, llena de estas particularidades en la late un inevitable arraigo local. La expresión cultural extremeña se impregna de intenso popular, sea en joviales expansiones -autos, romerías, fiest Corpus, carnavales, danzas- de acusada tradición, o en rep taciones religiosas -Semana Santa, Navidad- algunas d cuales muestran hondo patetismo y enlazan con cultos milen autóctonos o importados; tal es el caso alucinante de los « laos» de la Vera, quizá recuerdo del culto pagano asiático d Belona traído por las huestes romanas; muchas de esas muestras populares pasaron a América. Pero también el humanismo franqueó las áreas popular maestro Gonzalo Correas (1570-1631), revolucionario de la grafía en la que propuso originales cambios de signos, resu saber paremiológico en su delicioso Vocsbulsrio de refran sobre todo, en su espléndido Arte de la Lengua Espaflola llana defiende la lengua hablada por el pueblo «xente de me y menor talla» que son los que la conservan, los depositar la misma. Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 3. Principales focos extremeños de expansión cultural No será ocioso referirnos con brevedad y precisar aq principales focos culturales extremeños, ya que, alejada de páginas cualquier tentativa de historia cronológico-cultural región, su recuento, aunque incompleto, permite valorar el p de estructuras internas y su capacidad expansiva. Es forzoso lar para el largo período que discurre desde la Romaniz peninsular hasta casi el ocaso del siglo XV, tres núcleos esen los focos romano y visigodo de Mérida, y el árabe de Ba Desde esa imprecisa fecha recalaremos, de acuerdo con n criteriología, en los siguientes: Placentino-Cauriense, Truj Guadalupense y L1erenense, con inclusión de algunos situad el proceso señorializador, como el de Zafra. Si causas político-militares motivaron en el año 25 a. de 13 mera creación en tierras extremeñas de un núcleo t Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) cultura. La capitalidad inmediata de la urbe pres cepto metropol itano de cultura, la ciudad-cultu expansivo. Sobre las tierras más occidentales del producíase, con este hecho, la traslación geográfi cultural desde sus áreas clásicas, siguiendo un heliográfico, de Este a Oeste, análogo a la circula de la Historia. Quince siglos más tarde , esa cultu florecida, seguirá rigurosamente la misma órbita, América, nuevo Occidente descubierto; lo hará, desde estas tierras, concebidas, en su teleología, c cabeza de puente. Mérida, que todavía en el sigl brada por Ausonio como la novena ciudad del mu medio milenio el eje radial de la romanización. viaria permite conectar cultural mente con las tierr enlazada con los principales puertos atlánticos, es i de las corrientes orientales. Acrecida de insignes mo les y religiosos, próspera y floreciente, irradia su d ral: centro de producción escultórica de estilo loc añade el elemento indígena con su arte popular cre singulares, talleres de cerámica, de mosaicos y otr res. Todo el espacio extremeño se enriquece de notables ejemplares de puentes, arcos, templos, teat tos funerarios, murallas, acueductos, pantanos y otr ban la influencia emeritense . El foco cultural visigodo tiene desarrollo desde de mayor importancia peninsular. La capital de Lu vierte desde el siglo IV en bastión de la cultur metropolitanos presiden casi todos los Concilios Toledo (397-400) dirigido por Pratuino, se decide plinar de la Iglesia; en el I1I, encabezado por Mas la conversión oficial al cristianismo de Recaredo. goda extremeña formula una estética regional de c guibles más adelantada que otros focos hispánicos resultan esenciales en la consolidación del arte na godo . Influencias griegas y bizantinas se dejan sen sencia de obispos emeritenses griegos como Paul Fidel (560-571) que fomentan la creación de mon deros centros de expansión cultural. De ellos proc Paulo, autor de la obra De vits el miraculis Psttum 14 arquitectura basilical de ábsides cuadrados y plantas cruci elementalmente innovadores, o de influencias norteafrica doble ábside- ejemplifican las plantas o restos de San Pe Mérida, Burguillos, Casa Herrera, La Cocosa o Alcuéscar. de primores orientales, la escultura - pilastras, canceles, p nichos- se difunde en una aportación brillante al arte h godo. Paulo, el obispo griego, médico, practica aquí la cesárea: in spe Dei mira subtilitste incisionem subtilissimam Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) curo ferramento fecit, stquc ipsum infantulum jam pu membratim, compadiatim ebstrsxit. Massona funda el prim pital al modo bizantino: deinde Xenodochium fabricavit, m patrimoniis ditsvit, constituisque ministris, vel medicis et se tium usibus deservire praecepit. El foco cultural árabe tiene su máxima expansión período taifa (1022-1093), durante el reinado único de lo l-Aftas en Badajoz. Alcanza este ciclo gran esplendor lite erudito con el monarca Abü _Bakr Muhammad al-Muzaffar 1068), segundo de la dinastía, quien reúne una gran biblio la capital; ayudado de su kitib Abii 'U~mah Sa'id Ibn escribe una notable enciclopedia en medio centenar de vol llamada Kimb al-MuptTan: muy elogiada por el célebre Ibn Bassam (t 1147), nacido en el reino badajocense hacia del período aftasí. La poesía florece en este tiempo y. alcan nitud con el último monarca 'Umar al-Mutawakkil, a cuyo nos hemos referido anteriormente. Contribución memorab filosofía se produce a caballo de esta etapa gracias a la o Ibn al-Saíd al-Batalyawsí' (l052-1127), nacido en el reinado Muzaffar. Su Kitsb al-4adJI'iq es la primera tentativa oc de armonizar el pensamiento griego con la teología islám emanación -ifada- de la doctrina neoplatónica encuen fecto acomodo en la ortodoxia musulmana formando los a divinos por las vías que, luego, caminará Santo Tomás remotionis-. El Kitsb al-4adJI'iq se difunde por Europa g la versión hebrea que, a mediados del siglo XIII, re famoso rabino marsellés Tibbon, y vuelve a nuestro país p retraducción castellana elaborada por el judío Samuel (1370). La figura, antes recordada, del memorable teólogo Walíd Sulayman al Bayí, en el epicentro aftasí, completa l lar jerarquía cultural extremeña en este tiempo . Las coord culturales islámicas sufren la transformación impuesta 15 1146), almohades (1146-1214)- que en Extremadur cusión en la arquitectura militar -alcazabas de Bada (1169) Y castillos y fortalezas dispersos por la reg sus novedades de torres albarranas, puertas en recod y corachas, de originales trazados, influyen sobre al-Andalus. . Como no estoy, insisto, historiando la cultura ex aproximándome a su prosopografía y a sus estructur hay que soslayar cuantos acontecimientos suceden XII hasta mediados del XV. Este dilatado arco de templa desde la recuperación sucesiva del país ex morisma hasta la consolidación del legado territoria señoríos, floración de núcleos urbanos, autonomía que hacia el final del período se envuelven en las l . rias y la gran crisis castellana del cuatrocientos. No en estos largos años se gesten trascendentes manifest rales -avance y arraigo lingüístico del leonés orient cirá auténticos extremeñismos y será puente con dialectales (hablas de transición), o del occident portugués formando auténticas áreas isoglósicas enqu reliquias en antiguos despoblados como el mañegu, o el lagarteiru inmigrados a los ásperos quiñones de colonos de Alfonso IX (1187-1230); solidificación de suetudinario y aplicación de legislaciones forales de cedencias o naturas- pero a pesar de ello es p solamente aquellos focos de creación y expansión tras la solución de continuidad impuesta por dos s de querella armada en el solar extremeño, Entre 1455 y 1554 se desarrolla fundamenta placentino-cauriense, incluyendo el reducto de Z Serena, residencia temporal del Maestre Zúñiga: co nísticos del Cardenal Carvajal y publicación de la diga de Miranda. En 1489, en Coria, aparece el impreso en Extremadura, gracias al flamenco Barto que instala su taller en la ciudad y como entalla propias letras; este libro fue el Blasón General y Universo de Pedro Gracia-Dei, de quien imprime e obra y un Officium pro {esto visitationis b. Mariae siguiente. Antesala del humanismo europeo, que ha la obra de foco placentino-cauriense, es el insigne pu Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 16 de Gregorio Gutenberg, y en la mansión Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) de Heimburg disc los más famosos humanistas de aquel tiempo: Ammanati rión y Piccolomini, más tarde Pío II, el cual le dedica su dialogorum de quodsmsomnio. Desde 1488 el maestre de tara Juan de Zúñiga forma su famosa Academia, cuya se cipal instala en el castillo badajocense de Zalamea de la Contigua a la fortaleza levanta su mansión el insigne Nebr en las soledumbres extremeñas -ad Anas fluminae, c recuerda- escribe el lebrijano su famosa Gramática Ca monumento de nuestra lengua, que publica en el venturos Desde allí, Nebrija frecuenta Mérida, pasea sus ruinas ro mide el anfiteatro y los miliarios de la calzada de la Plata que precisa el valor del pie, computando el grado terre 62,5 millas, con menos error que el del astrónomo trans al-Farganí -el Alfragano de la traducción latina d Hispalense- al que tercamente siguió Colón - incluso Lettera rarísima de 1503- que le conduciría a sus gen fructíferos errores. Entre los doctos asiduos menudeaba e Abraham Zacut que le enseñaba al Maestre astronomía, y de las bóvedas del castillo le pinta un planetario compl existía aún en 1763; en sus estancias, Zacut concluyó su nach Perpetuum, del que se valió Colón, e influyó poderos en las navegaciones portuguesas. También asistían a la Ac el hijo de Nebrija, Fray Marcelo, autor de la rara comedia del alma (1545) y el músico Solórzano, del que poseemos simas noticias. Entre 1478 y 1526 el foco placentino-ea conecta vivamente con la Universidad de Salamanca que ducida por Rectores procedentes de uno u otro obispado: ses Lope García de Salazar, Luis de Medrano, Sancho placentino el celebérrimo cardenal Bernardino de Carva rozó el pontificado. Fruto del humanismo placentino-caurie su mecenazgo artístico son las espléndidas muestras arqui cas, artísticas o literarias que se producen en este tiempo. El foco trujillano despliega su magna significación cul el siglo XVI con eje en su capital, a cuyo próspero florec contribuyó su condición de villa realenga de la Corona (12 ciudad posteriormente (1430), y los privilegios de ferias cado franco (1465, 1480 y 1522). La estructura social p nante desde el siglo XIII equilibrada entre poderosas nobiliarias y estamentos inferiores fue valioso factor. Esta 17 caudal Juan humano, sino también de su leng Colección decisivo Ensayos.Fundación March(Madrid) cuya materia esencial fue la cantería. Pocos pueblo rica hispánica quedaron sin recibir la contribución hu ral de Trujillo, y su capacidad creadora. Pero la diá pensó -sobre todo a partir de 1557- con la fuert que se opera como proceso general en la floreciente del siglo XVI. Un trasiego de indianos y naturales, mayorazgos enriquecidos, favorece las fuentes de rando en construcciones que caracterizan este mom réplica inmediata en América. Se labran palacios y les de macizos volúmenes y ricas fachadas donde - con buenos maestros de la Trasmiera y la Cas dejan la impronta de su buena fábrica que se ex amplitud. El célebre Francisco Becerra (cirea 1540Indias llevando su arte constructivo, trabajando en catedral mexicana de Puebla, y en las peruanas de Lim Guadalupe nucleariza la unidad extremeña y es proyección indiana. Prendió su nombre por primera gen tierra americana el 4 de noviembre de 1493 cua rante , en el segundo viaje, bautiza una isla de las A res «por devoción y a ruego de los monjes del con más tarde, en 1531, a sólo diez de la conquista d Cortés, nace en la capital azteca, tras las versiones del indio Juan Diego, la Guadalupe americana. Por ideológica -pues la pretensión indigenista de un p blo náhuatl similar al extremeño que no aparece venerado Nicen Mopohua (edición literal 1649) ca científico- surge esta excelsa dualidad guadalupana. una hipóstasis que - in nuce- atesora las querenci De los dos onomásticos florece por doquier en la Indias una toponimia superior a cualquier otro nom contribuye a su propagación la creciente devoción abundante milagrería recogida en historias, relacion la afección de los emigrantes -soldados, fra encomenderos- que trasiegan el Atlántico. En 1503 en Guadalupe los indios que trae Colón. Guadalupe gráficamente en la serranía y por tanto con la innata de lo monástico, debe ser valorado como foco -su ral que se proyecta innovadoramente. Ciencias, hu artes suntuarias y menores, tienen cultivo cenobítico 18 antecedentes en la centuria anterior, funciona la Escuela de Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) cina y Cirugía. Por privilegio del Papa Nicolás V (1447-1 practica en el retiro guadalupense la primer autopsia del humano, se realizan suturas en las heridas con técnica usuales, y se tratan enfermedades -el morbo galJic ejemplo- con métodos aplicados hasta tiempos recientes de allí famosas figuras de la medicina desde el siglo XV al algunos de los cuales publican obras relevantes: Franci Arceo cuya obra capital De recta vulnerum curandorum (1574) se traduce a varios idiomas; Sanz de Dios -Me práctica de Guadalupe (1730)- , Robledo -Cirugía prá Gusdslupe (1686)-; Sorapán de Rieros, ya citado; C Bustamante de Paz o Rodrigo de Córdoba. Desde finales tiene actividad la escuela de Gramática de la que salen h eminentes : Pablo de Laguna, Gabriel de Rojas, superando el jurisconsulto Gregorio López de Tovar cuyos coment Las Partidas de Alfonso X el Sabio constituyen una em contribución a la hermenéutica jurídica (ed. princeps 1535) configuración de las leyes de Indias, tras la confrontación gica de Ginés de Sepúlveda y Las Casas (1548) y la para por la Corona de toda nueva conquista o descubrimient Nuevo Mundo poco después (1550), la profunda y amplia sis de Gregorio López al Título XXIII de la Partida 11, fu sivo. La Re31 Instrucción de 1556, referente a Perú, viró s razones del jurista extremeño, y las Ordenanzas de 1573 ron ser consecuencia ineludible. Consolidábase, con ello, el humano y cultural de la obra hispana en América, vigoros arra igado desde las Instrucciones colombinas y el codicilo reina Isabel que, durante más de cien años, estuvo sacud inquietudes teológicas difícilmente encontrables en otr colonizador. Llerena, durante el siglo XVI y la mitad de la c siguiente, proyecta magna presión cultural; a su hegemoní Baja Extremadura coadyuvan diferentes acontecimientos. D Maestrazgo de la Orden de Santiago en manos del célebr Pérez Correa (t 1275) la residencia habitual de estas dig fue Llerena que , convertida en capital de la provincia d del Priorato de San Marcos, de la Orden, y morada perm de gobernadores y jueces de residencia, ejerce domini sobre 122 pueblos extremeños; la presencia de maestres, 19 de San Marcos a la cercana Calera (1566) auspici social influyente. El estado territorial santiagués, ub . ricas comarcas badajocenses, que no impide las auton cipales, el sistema agrario y la protección de los Ma cen rica inmigración. Itinerante por varias ciudades partir de 1486, el Tribunal del Santo Oficio se insta con una jurisdicción territorial extensa -42.266 aventajada por las grandes demarcaciones de Vallado Familias ilustres contribuyen con sus patronazgos económicas al apogeo de la urbe conectada con cent tes -Sevilla- a través de intensa comunicación m apoyan determinados privilegios -mercados francos d La vitalidad metropolitana se corresponde con un esp ral, principalmente artístico: numerosos artesanos, pin entalladores, escultores, plateros, acuden a la cita de gos. El reflujo sevillano se deja sentir: presencia de Vázquez, el Viejo y el Joven, Oviedo, Ocampo y M tañés. Se labran y pintan retablos, imágenes, piezas destinadas a lugares de la Orden, a iglesias que resp tectónicamente, a maciza morfología: plantas rectang adosadas al pie, almenados parciales sobre el áb tamiento del sancta sanctorum?con efluvios que luego pasan a América. Numerosos artistas d extienden su obra por la geografía santiaguesa, a ca siglos, en un centro ilustrado donde surgen atractiva rarias: Cieza de León, cronista de Indias, Luis Zapat Zapata del Bosque, Catalina Clara Ramírez de Guzm llerenense de Zurbarán (1617-1628), la de mayor pe tierras extremeñas, en la que forma escuela y tall proceso de este foco. La pintura americana desde XVII hasta finales del XVIII recibe intensamente el ranesco desde México a Buenos Aires: Arteaga (1 Juárez (t 1664) en México; Vargas Figueroa (t 166 de Arce (1638-1711) en Colombia; Miguel de Santi en Ecuador; Herrera Valverde (cirea 1663), escuela d Bolivia; Basilio de Santa Cruz (activo 1648-1663) y (h. 1700), escuela cuzqueña; Francisco Martínez (c Cristóbal Lozano (t 1776), escuela limeña, en Pe Liendo (t 1657) y Montúfar (h. 1655), escuela de Guatemala, entre otros. Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 20 grandesEnsayos.Fundación estados territoriales de las Colección Juan March(Madrid) Ordenes de Sant Alcántara- contó en la tierra extremeña con importante ves en los que la naturaleza y posición de los titulares fa el mecenazgo cultural; teniendo por cabecera nobles fami momento aparecen sucesivamente: Zúñigas, Téllez de M Sotomayor, Alburquerque, Vargas. Como en los dilatados nios de las Ordenes, su vitalidad demográfica se acreci nuevas villas surgen en su demarcación ante las atractivas de tierras, exenciones -en Zafra se anula la moneda for privilegios -ferias y mercados-o Mejor muestra es el señ Zafra fundado por los Suárez de Figueroa hacia finales d XIV, cuya prosperidad celebra el humanista holandés Coc poema erudito Asafrae aobilissimi Turdetanorum btevis de escrito hacia 1580. Zafra fue un espléndido foco renacenti vado por los Figueroa, señores y Duques de Feria: ricas co ciones civiles o eclesiásticas, obras de arte -de Italia se im bellísimas muestras-, aliento de poetas, humanistas, m Gregorio Silvestre (1520-1569), Cristóbal de Mesa ya Garci Sánchez de Badajoz o Pedro de Valencia también ci el extraño Ruiz López de Sigura que escribe un Libro invención liberal del Arte del juego de Ajedrez (1561) Grammaticae institutionis (1573), que pone en verso y invectiva del Brocense. Los entronques familiares de los F vinculan a los Mendoza -Marqués de Santillana- y muy namente a Garcilaso de la Vega que reside temporalment castillo de los Arcos, de la casa señorial -dedúcese de mento del poeta-; acaso bajo los cielos extremeños escri hermoso soneto XXVI o la dulce canción 11 que tanto memorar sus doloridas nostalgias. 4. La conservación del legado cultural extremeño: pre porvenir Los epígrafes anteriores ofrecen solamente una breve -incompleta, desde luego- de la cultura extremeña co como bloque de expansión, en el análisis biointegral de cepto, y sus principales caracteres diferenciales. Al no siquiera, una sucinta relación, es obvio que atrás quedaro bres insignes que, aisladamente, contribuyeron al rico acerv 21 la intención de estas páginas. Es evidente que nuestra de épocas fecundas a otras de exangüe y decaída e esos períodos surgieron figuras eminentes que, solitari faltas del cuerpo total, eran ajenas a la conmoció siasmo colectivo que impregna todo el hacer de una brante. Su recuerdo, aunque breve, hubiera significad de lo que, expresamente, he huido. Se ha tratado de síntesis, la enjundia y originalidad de la cultura extrem través de sus formas y expresiones, de sus hombres denuncia un legado irrenunciable, no para admirarlo ejercerlo como altiva ejecutoria, sino para medirlo en y valerse de su proyección. Tal como Burckhardt co toria, hemos de recordar nuestro propio pasado una pues olvidarlo acarrearía la pérdida de su sentido y sustancia del propio existir. El país extremeño accede, con la ordenación Estado, a un modelo autonómico que, aunque de gén debemos asociar cultural mente a la filosofía del regi tórico. Nacido éste como secuela del Romanticismo, e independ ientemente de las aspiraciones descentraliz autogobierno, su aliento impulsor se tejía en el nob renacimiento de los valores locales. La búsqueda veh identidad regional propició la investigación histórica folklórica o social al encuentro de la pristina cultura cuyo fondo latían las matrices de la propia hechura dad. En los primeros años del siglo se registran en loables intentos de regionalismo auspiciados, principal la provincia cacereña. Tales empeños renovaron, tími vorosamente, las esencias de una cultura que, por ad el tiempo, no carecía de vigoroso potencial. Hoy , tras la nueva ordenación político-administra legado cultural debe ser más ampliamente dispuesto por los propios extremeños. Nace una acuciante re de presente y una urgente visión de porvenir. La er Universidad (1970), la creación de la Real Academ madura de las Letras y las Artes (1980), de institucio o privadas - «Pedro de Valencia» (1970) «El Broce «Xavier de Salas» (1981) entre otras- y la vitaliza mentos provinciales y locales, civiles o religiosos, d como hechos relevantes para esa inexcusable misión. Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 22