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Reflexiones sobre el uso de la diversidad vegetal en la conversión
ecológica del olivar tradicional mecanizable de Andalucía.
Gálvez Ramírez C.1, Campos Aranda M.2, Castillo, C.3 Gómez J.A.4
1
Semillas Silvestres, S.L. C/ Aulaga nº 24, 14012-Córdoba, [email protected], tlf: 957
330333, Fax: 957 400525
2
Estación Experimental del Zaidín. CSIC
3
. Escuela Politécnica Superior de Belmez. Universidad de Córdoba.
4
. Instituto de Agricultura Sostenible. CSIC.
La conversión ecológica del olivar tradicional mecanizable es una de las principales medidas para
afrontar a corto plazo el mantenimiento de la rentabilidad económica de este importante agroecosistema
en algunas zonas de Andalucía. Para ello se hace imprescindible un uso integrado y racional de la
diversidad vegetal que además permita la sostenibilidad del sistema abordando alguno de sus
desequilibrios. Eso debería hacerse mediante medidas relativamente fáciles de aplicar y, sobre todo, a
bajo coste, basadas en la implantación de diversas comunidades vegetales en los diferentes ambientes y
situaciones de la explotación, para así evitar la pérdida de la fertilidad y otros procesos de degradación de
los suelos, y aumentar la biodiversidad.
En este proceso de conversión se propone el uso de diferentes especies vegetales de gran adaptación al
agroecosistema del olivar orientadas en tres direcciones diferentes: a) el establecimiento de cubiertas en
las calles con gramíneas para el control de la erosión, de crucíferas y mezclas de semillas de
dicotiledóneas, para el incremento de la biodiversidad edáfica, y el incremento de la entomofauna auxiliar
dentro del cultivo, respectivamente; b) la recuperación de zonas improductivas mediante la instalación de
comunidades de herbáceas vivaces en zonas de paso de maquinaria y leñosas en zonas limítrofes; y c) la
instalación de cubiertas de herbáceas perennes en zonas de vaguada, surcos y cabecera de cárcavas, y
arbustivas en cárcavas ya formadas.
En esta comunicación se presentan, con el objetivo de discutirlos, una serie de criterios básicos de
decisión para la aplicación ordenada de esas medidas mediante un plan genérico de trabajo que se adapte
a las diferentes realidades ambientales de distintos olivares. A modo de ejemplo, se muestra en una finca
tipo del Valle del Guadalquivir de 50 años de edad a un marco de 8x8 m a 2-3 pies, sobre un suelo franco
arcilloso con riego deficitario y pendientes moderadas.
Palabras clave: cubiertas vegetales, biodiversidad, erosión, entomofauna auxiliar, sostenibilidad, olivar.
INTRODUCCIÓN
De entre los distintos tipos de olivares andaluces, el olivar tradicional
mecanizable, considerado este el plantado a un marco amplio y cuyas pendientes
permiten el paso de la maquinaria para las labores, representa la mayor superficie en
Andalucía, muy por encima del olivar de sierra, del intensivo y superintensivo.
Como es bien conocido, el olivar en Andalucía se encuentra, por razones
múltiples, ante un desfavorable escenario que hace peligrar su rentabilidad y
supervivencia Los precios de los productores están por debajo del coste real de
producción en casi todos los olivares si exceptuamos los intensivos y superintensivos. Y
por otra parte, en la Comunidad Europea se esta planificando una inminente PAC que
implicara posiblemente la pérdida de las ayudas comunitarias y mayores exigencias
respecto al cumplimiento de la ecocondicionalidad.
No obstante, además de estas importantes razones, la pérdida de rentabilidad
económica es el resultado de una carrera por la intensificación que ha llevado a una
dinámica de bajos precios para un producto (el aceite) convertido por las grandes
superficies en “commodity”. Esta también en gran parte ligada a la falta de
sostenibilidad productiva tras años de intensificación y el aporte de grandes cantidades
de insumos ajenos a la dinámica más tradicional de este importante tipo de olivar .
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Ante esta situación, la viabilidad económica de cada uno de los d olivares
debería buscarse por diferentes vías complementarias. A saber: a) por un lado, los
olivares intensivos y superintensivos tendrán que profundizar en la disminución de
costes de producción y recolección; b) los olivares de montaña de difícil o nula
mecanización sólo tendrán garantizado su futuro si las ayudas europeas tienen en cuenta
su importante papel en la fijación de comunidades rurales que los trabajan y c) el olivar
tradicional mecanizable, se verá en la obligación de intentar reducir los insumos a través
de la implantación de técnicas agronómicas más sostenibles y económicas, el
incremento de la calidad de sus productos y la realización de esfuerzos para relacionar
ante el cliente calidad y respeto medioambiental, sin olvidar la necesidad de obtener en
sus mayores cuantías todas las ayudas europeas ligadas a la ecocondicionalidad
(Pajarón, 2007)
Si asumimos la hipótesis de que el cumplimiento las medidas que exige la
condicionalidad nos acerca en gran medida a las que se indican en el Reglamento (CE)
834/2007 del Consejo que regula la producción y el etiquetado de los productos
ecológicos, es fácil pensar que casi con el mismo esfuerzo se puede obtener mucho
mayor beneficio ya que además de las ayudas a la conversión, se obtiene un producto
con un precio diferencial de alrededor del 25% y nos aseguramos las ayudas PAC.
Sin embargo, todo proceso de conversión ecológica de una finca de olivar
requiere de una serie de cambios, entre los que seguramente los relacionados con el
manejo de suelo y de la diversidad vegetal en el agrosistema sean los de mayor
complejidad y dificultad de aplicación.
El manejo del suelo en el olivar tradicional convencional, tanto en Andalucía
como fuera de ella se ha caracterizado durante las últimas décadas por la casi total
eliminación sistemática de la flora herbácea tanto bajo copa como entre las líneas de
cultivo. Esta eliminación de la cubierta herbácea ha pasado de ser por laboreo a
realizarse por siega química mediante herbicidas de preemergencia, postemergencia o
una combinación de ambos con el apoyo en algunos casos de la siega mecánica.
Una de las consecuencias de la erradicación de las “malas hierbas” por cualquier
medio, ha sido la desaparición casi total del banco de semillas del suelo en muchos
casos, y la desaparición de las especies más sensibles a cada técnica y la pérdida, al fin
y al cabo, de la diversidad vegetal. La aparición de algunos “nuevos problemas”
malherbológicos no es sino la constatación del desarrollo de las especies con mayor
capacidad de proliferación (estrategas de la R) sin el control que la mayor diversidad
vegetal había venido realizando antes.
Por tanto, para la conversión se hace necesaria la “inoculación” de las especies
pérdidas o esquilmadas en el banco de semillas, lo que permitirá al suelo conseguir
niveles de biodiversidad en pocos años muy superiores a los que obtendría partiendo de
un banco escaso, poco diverso y en muchos casos sin viabilidad de sus semillas. No son
extraños los casos de agricultores que se quejan de la falta de hierba incluso en años que
no han realizado control químico o mecánico.
Por todo ello creemos de gran interés resumir en un documento las diversas
posibilidades de actuación con la vegetación en un olivar en reconversión para, en lo
posible, garantizar la sostenibilidad del sistema, evitando la erosión, favoreciendo la
fertilidad del suelo y la presencia de la entomofauna auxiliar, lo que redundara además
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en la menor necesidad de insumos, ecológicos o no, y a la postre en la mayor
rentabilidad económica de la explotación agrícola y su sostenibilidad
2.- Distintos niveles de actuación.
La falta de biodiversidad en los olivares convencionales obliga a buscar los
mejores emplazamientos para ubicar la biodiversidad necesaria en el proceso de
conversión ecológica.
La selección de los futuros emplazamientos de comunidades vegetales esta
íntimamente ligada a la orografía, accidentes del terreno, procesos erosivos recientes y
la gestión del suelo durante los últimos años, e incluso a la historia de la finca.
Algunos de los principales elementos del olivar para la reintroducción de la
biodiversidad son los taludes y laderas no cultivadas, las vaguadas con potenciales o
constatados problemas erosivos, las cárcavas de todos los tamaños y dimensiones y sus
cabeceras, los caminos, sus bordes y cunetas, los diques y represas de cualquier material
y tamaño y los restos de vegetación preexistente.
A mayor intensificación del olivar menores serán las oportunidades de encontrar
elementos existentes donde apoyar estas medidas, y puede ser necesario emplear nuevas
técnicas de introducción de la biodiversidad en el olivar con una percepción más
holística. En este sentido, las calles del olivar también representan un emplazamiento
ideal para el incremento de la biodiversidad en el mismo corazón del cultivo teniendo
los cuidados necesarios para interferir lo mínimo con las labores agronómicas y con los
recursos hídricos del cultivo, factor limitante de la producción en el olivar de secano
(Rodríguez Linaza et al. 2007).
A continuación se resumen algunas de las distintas posibilidades de actuación
para la recuperación de esta biodiversidad perdida. En un olivar pueden caber todas o
sólo algunas de las medidas propuestas, dependiendo de la situación inicial antes de la
conversión. La necesidad de la implantación de cada una de las medidas propuestas a
continuación debe decidirse tras el estudio de biodiversidad en cada uno de los distintos
emplazamientos que la sustentan.
2.1.- Cubiertas vegetales. Vegetación en las calles.
Ya nadie pone en duda la eficacia que supone la instalación de una “cubierta
vegetal viva” en el control de la erosión del olivar. A los beneficios agronómicos hay
que sumar los medioambientales, de gran importancia en la agricultura ecológica. Sin
embargo, aún estamos muy lejos de comprender las relaciones íntimas entre la cubierta
vegetal, la flora microbiana del suelo, la artropodofauna y el cultivo.
Quizás, con la única perspectiva que permite la agricultura convencional, el
papel de la cubierta en la dinámica del cultivo se ha simplificado y no se han tenido en
cuenta las múltiples y desconocidas interrelaciones que una cubierta mantiene por
ejemplo con la microflora edáfica, los hongos fitopatógenos o la diversa de fauna que
esta puede llegar a albergar.
Sin embargo, últimamente multitud de proyectos de investigación, contemplan
estas relaciones como algo de gran interés para la sostenibilidad del olivar, y sin duda
están poniendo las bases para el entendimiento de estas relaciones. Mientras tanto, el
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uso de las cubiertas con sentido más biológico y menos productivista, debe representar
uno de los pilares de la conversión.
Para ello contamos con distintas especies con las que intentar recuperar la
biodiversidad perdida en las calles del olivar, el suelo que las soporta y el cultivo.
2.1.1.- Cubiertas de gramíneas
Este tipo de cubierta es recomendable principalmente el aquellos olivares con alto
potencial erosivo, por la protección que el persistente rastojo ejerce sobre el suelo. Las
semilla de cereales deben ser sólo una opción cuando no hay riesgo erosivo, por la
necesidad de preparación del suelo y enterramiento de las semillas, lo que expone al
suelo a la erosión en el momento crítico de lluvias otoñales.
Al contrario, las gramíneas no cerealistas pueden sembrarse sobre el suelo sin
preparación o con una preparación mínima. Últimamente se han usado especies anuales
de los géneros Brachypodium de lenta y difícil instalación por los agricultores. Otras
posibilidades más empleadas y con resultados normalmente aceptables son los vallicos.
Dentro de este amplio grupo de gramíneas cespitosas de uso forrajero, son de nuestro
interés sólo algunas variedades comerciales de Lolium multiflorum var.
Westerwoldicum, de fácil instalación y control mediante siega mecánica. Estas no
necesitan un periodo de vernalización, son estrictamente anuales y florece en el año de
su establecimiento, cumpliendo su ciclo casi sin entrar en competencia por el agua con
el cultivo y la autosiembra de la semilla durante varios años El uso erróneo de otras
variedades y especies de Lolium para la instalación de cubiertas puede provocar graves
problemas de competencia por los recursos hídricos o no llegar a desarrollar la cubierta
deseada por falta de adaptación al cultivo.
Una técnica emergente actualmente en fase de experimentación, es emplear
pequeñas cantidades Bromus rubens y B. madritensis mezcladas con la semilla de
Lolium multiflorum. Dejando semillar las plantas de los Bromus spp. se consigue
incrementar sus poblaciones año tras año hasta obtener cubiertas de las especies
“inoculadas” mejor adaptadas que las especies de las que se han ayudado en el primer
año de su siembra.
Las cubiertas de gramíneas monoespecíficas pueden acabar siendo poco
competitivas tras varios años, por lo que puede ser recomendable su sustitución por
otras para evitar problemas de inversión de flora, compactación del terreno, falta de
diversidad de artrópodos o la aparición de enfermedades de suelo.
2.1.2.- Cubiertas de crucíferas
La tradicional presencia de multitud de crucíferas en los olivares ha sido casi
totalmente eliminada a medida que se han implantado las técnicas de no laboreo. Este
importante grupo de especies de los olivares están ligadas al movimiento del suelo tras
el cual son más competitivas que otras muchas especies.
Las ventajas de la presencia de las crucíferas en los olivares se derivan de su
arquitectura, composición química, desarrollo fenológico y atractivo para la
entomofauna, entre otros factores (Referencia)
Entre otras ventajas su potente raíz pivotante descompacta y abre canales por los que
penetra el agua en profundidad (Wolfe 2000). Muchas presentan una germinación
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otoñal, desarrollo de una roseta invernal, protectora del suelo y floración temprana en
primavera, con lo que, ya de manera natural evita la competencia por el agua con el
cultivo.
Por otra parte, quizás, una de las principales razones para su reintroducción es la
capacidad de producción de biomasa rica en glucosinolatos, compuestos químicos
responsables de su capacidad insecticida, nematicida y funguicida. La capacidad
supresiva de Verticillium dahliae se ha puesto de manifiesto en numerosos trabajos
(Davis et al. 1996), lo que hace a este grupo de especies una herramienta de gran interés
para el control de la mayor amenaza fitopatológica del olivar, la verticilosis.
De entre todas las crucíferas, solo algunas especies silvestres cumplen con los
requerimientos agronónicos para adaptarse al cultivo del olivar. Entre ellas destaca la
mostaza blanca (Sinapis alba ) por su producción de biomasa, mientras que la oruga
(Eruca vesicaria) y Diplotaxis erucoides, están menos estudiadas a pesar de lo cual su
adaptación a suelos arcillosos las hacen recomendables cuando la mostaza no tiene
cabida.
La siembra de estas cubiertas debe realizarse tras las primeras lluvias otoñales a
poca profundidad. La roseta inicial desarrollara una planta con abundante biomasa que
deberá ser segada e incorporada al suelo en el momento de la floración para que la
biofumigación sea efectiva, por lo que sólo se aconseja en terrenos con bajas pendientes
y evidentes daños por verticilosis.
En el caso de optar por el desbroce de la cubierta en primavera, los restos
vegetales permanecen en superficie a modo de acolchado durante el resto del año, pero
al contrario de lo que ocurre con las gramíneas, estos son menos persistentes y habrán
de ser sembrados cada año.
2.1.3.- Cubiertas de dicotiledóneas para el incremento de la biodiversidad
Entre los distintos beneficios que pueden aportar las cubiertas vegetales se
encuentra el de la conservación de los insectos entomófagos, y por tanto el control
biológico de plagas, ya que algunas plantas ejercen una acción favorable sobre ellos al
proporcionarles huéspedes alternativos, alimento suplementario, refugio y lugares de
hibernación (Amaro 2003).
En este sentido, el reglamento de Producción Integrada indica que al menos el
5% de la explotación agrícola debe ser mantenida como área de compensación
ecológica, de modo que se incremente la biodiversidad botánica y faunística (Boller et
al. 2004).
Un aspecto a tener en cuenta es que la composición de especies es más
importante que el número de especies “per se” y que hay ciertos ensamblages de plantas
que ejercen papeles funcionales claves mientras que otros grupos de plantas no. El
desafío está en identificar los ensamblages correctos de especies (Nicholls 2006), por lo
que será necesario potenciar estudios tendentes a identificar las interacciones existentes
a nivel trófico entre los entomófagos, plantas y huéspedes alternativos.
Actualmente se sabe que plantas como Foeniculum vulgare, Fagopyrum
esculentum o Daucus carota influyen sobre la actividad de importante insectos
auxiliares presentes en el olivar como crisópidos, sírfidos, coccinélidos, antocóridos y
parasitoides (Torres 2007; Jorge et al. 2003; Quintano 2009). También se ha
determinado que el mantenimiento de una cubierta vegetal, con un cierto desarrollo y
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complejidad permite el asentamiento de la aracnofauna del olivar, en términos de
abundancia y diversidad, aunque pueden presentarse diferentes situaciones dependiendo
del grado de cobertura vegetal. Una cubierta más diversa desde el punto de vista
estructural, compuesta por diversas especies vegetales, permite el establecimiento de
diferentes especies de arañas adaptadas a los variados microhábitats que se crean gracias
al aumento de esta complejidad estructural (Cárdenas 2008). Estos conocimientos tiene
repercusión a la hora de planificar el potencial control biológico por depredadores
polífagos en el cultivo ya que seria deseable la presencia de muchas especies, de forma
que se complementasen unas a otras en términos de segregación temporal y forma de
buscar alimento (Bolduc et al. 2005).
Otro beneficio de este tipo de cubierta es favorecer las poblaciones de
polinizadores, las cuales están en declive en Europa.
Hoy ya es posible encontrar en el mercado mezclas de semillas para el olivar y
otros cultivos desarrolladas con estos criterios de incremento de la biodiversidad
selectiva en las calles del cultivo. Su objetivo es ser instaladas en las superficies
necesarias para, por una parte permitir el cumplimiento de los porcentajes de
compensación ecológica en explotaciones sometidas a algún sistema de producción
respetuosa con el medio ambiente, y por otra facilitar la creación de pasillos de
biodiversidad en explotaciones donde su diseño no permita otras medidas ecológicas.
La instalación se hace mediante siembra en superficie o a profundidad de
siembra mínima. El desarrollo de las distintas especies se produce a lo largo del año
escalonadamente de modo que hasta su desbroce a final de primavera, siempre habrá
una o varias especies en floración. Las primeras observaciones sobre el control de la
erosión de este tipo de cubiertas permiten pensar que son tan efectivas como las de
gramíneas (J. A. Gómez, comunicación personal)
El talón de aquiles de estas cubiertas es el momento de instalación. Lo ideal es
ser sembradas con las primeras lluvias otoñales tras la preparación del terreno, pero la
interferencia con la recolección de la cosecha pospone su siembra hasta la culminación
de la recolección. Esto hace que el primer año no se consiga un desarrollo normal de las
plantas, para lo que habrá que esperar al segundo año tras su semillado y siembra
natural.
2.1.4.- Cubiertas de vegetación natural
Este tipo de cubierta ha sido empleada en agricultura convencional mediante el
manejo con herbicidas para su selección hacia gramíneas con cierto éxito. Sin la
aplicación herbicida su manejo puede provocar graves problemas en rodales con la
presencia de “malas hierbas” de ciclos estivales. (AEAC/SV, 2001)
El banco de semillas del suelo también puede representar un punto de inicio para
la recuperación e incremento de la biodiversidad en las calles del olivar. Sin embargo,
tras años de empleo sistemático de herbicidas, este se encuentra muy disminuido y su
composición dista mucho de contener a las especies más favorables para garantizar la
presencia de la entomofauna auxiliar. La necesidad de cubrir rápida y correctamente el
suelo hace recomendable la evaluación del banco de semillas antes de confiar a la
vegetación natural la instalación de la cubierta. En ese caso, la inversión de flora,
presencia de plantas rosuladas y de desarrollo estival, deberá controlarse mediante la
labor periódica del terreno, lo cual puede provocar problemas erosivos en fincas
sensibles.
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2.2.- Recuperación de la vegetación en zonas improductivas.
El control de la vegetación en el olivar convencional no sólo se ha preocupado
de la eliminación de la vegetación bajo la copa y en las calles de olivar, donde
presumiblemente compite por los recursos hídricos con el cultivo. También ha hecho
desaparecer todo resto de vegetación autóctona en setos, lindes, taludes, cunetas o
cualquier superficie no productiva del olivar para “limpiar” el campo. En estos lugares
se han atrincherado hasta hace poco, además de herbaceas anuales, herbáceas perennes,
y arbustivas leñosas que no tienen cabida entre las líneas de cultivo por su interferencia
con las labores culturales. Esta práctica ha llevado en consecuencia a la desaparición de
toda la biodiversidad que acompaña a estas comunidades vegetales entre los que hoy se
sabe, existen numerosos aliados del olivo.
Se pueden distinguir dos tipos de zonas en las que recuperar la biodiversidad.
Por una parte hay lindes, bordes de caminos y lugares con paso frecuente de maquinaria,
y por otra, taludes, lindones y zonas alejadas del paso de la maquinaria o donde esta no
interfiere en el crecimiento de la vegetación. En cada una de ellas es posible establecer
comunidades vegetales permanentes que diversifican el paisaje, ayudan al control de la
erosión y sirven como zonas de refugio a la artropodofauna auxiliar del olivar.
2.2.1.- Comunidades de herbáceas perennes.
Las potentes raíces de especies policárpicas (Ditrichia viscosa, Daucus carota,
Foeniculum vulgare, Thapsia villosa, Cynara carduncuus, Carduncellus caeruleus,
Capparis spinosa,...) o bienales (Echium boissieris, Onopordum nervosum, O.
illyricum,...) funcionan como verdaderas estacas sujetando de manera eficaz el suelo
que colonizan, a la vez que como reservas desde donde desarrollan altos tallos con
abundantes flores que atraen a infinidad de polinizadores y otros insectos y arácnidos
útiles en el olivar. Una vez pasada la floración, los tallos huecos de muchas de ellas son
empleados por diversas especies animales para pasar los periodos más desfavorables
del año a resguardo y culminar su ciclo vital.
En diferentes zonas olivareras se ha observado la relación entre Dittrichia viscosa
y Eupelmus urozonus, uno de los principales parasitoides de Bactrocera oleae
(Katsoyannos 1992; Warlop 2006; Franco-Mican et al. 2008). Las flores de D. viscosa
son atacadas por el díptero Miopites stylata, cuyas larvas provocan la producción de
agallas. En el interior de cada agalla viven varias larvas y pueden ser parasitadas por
distintos himenópteros entre los que se encuentran Eupelmus urozonus. Así, en olivares
del sur de Francia se recomienda la siembra de Dittrichia viscosa en los bordes de los
olivares para valorizar la acción de E. urozonus y reducir las poblaciones de la mosca
(Warlop 2010).
2.2.2.- Vegetación arbustiva.
Un buen número de especies mediterráneas son capaces de utilizar los lugares
improductivos del olivar para establecer comunidades estables ofreciendo alimento,
zonas de caza y refugio no solo a insectos sino también a reptiles, pájaros e incluso
pequeños mamíferos del olivar.
Algunas familias botánicas, como las labiadas, son importantes por la oferta de
néctar y polen a insectos beneficiosos. Son de destacar la presencia de Thymus spp.
Rosmarinus officianlis, Lavandula spp., Salvia spp., Thymbra capitata, Salvia spp.,...
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Otras especies producen frutos carnosos de gran interés alimenticio para
infinidad de pájaros. Por ejemplo, las Rosaceas (Rosa spp. Crataegus monogyna,
Prunus spp., ..) producen drupas en abundancia de maduración otoñal, mientras que
algunas trepadoras como las madreselvas (Lonicera sp.) desarrollan racimos de frutos
suculentos muy atractivos para los pájaros, al igual que otras tantas especies del género
Rhamnus antaño frecuentes en los lindones y taludes de los olivares andaluces.
Otro ejemplo conocido es el de Pnigalio agraules que parasita, entre otros insectos, a
varios minadores que se alimentan de Quercus spp. (Neuenschwander et al. 1983) por
lo que la presencia de estos árboles alrededor de los olivares incrementa las tasas de
parasitismo sobre la mosca del olivo (Boccaccio & Petacchi 2009).
En el caso de Citrus spp. y Nerium oleander se sabe que proveen hábitat a
Saissetia oleae y a otras cochinillas, así como a sus parásitos y depredadores
(Katsoyannos 1992).
Las alcaparras también han sido citadas como plantas que albergan a dípteros que
pueden ser huéspedes alternativos para el parasitoide Psyttalia concolor, el cual se
utiliza para el control biológico de la mosca del olivo (Sanchez 2004).
2.3. Cárcavas..
La aparición de cárcavas en los olivares es una de las consecuencias erosivas de
la agricultura convencional y la punta del iceberg de los graves problemas erosivos que
hoy afectan no solo a aquellos con pendientes moderadas o altas. Para evitar su
aparición o desarrollo es necesaria la implantación de una serie de medidas que
permitan por una parte la protección del suelo de la cabecera de las cárcavas y vaguadas
con peligro potencial erosivo y de formación de regueros, surcos y cárcavas, y por otra
la fijación de las cárcavas ya formadas
2.3.1. Zonas de vaguada y cunetas de caminos.
Las vaguadas pueden recoger el agua de escorrentía de amplias superficies del
olivar. En episodios de lluvias intensas esto puede implicar la evacuación de volúmenes
muy importantes de agua y sólidos en suspensión., lo que puede provocar a aparición de
cárcavas incluso con pendientes muy bajas.
Para la defensa de estas zonas de vaguadas puede ser de gran interés la
instalación de cubiertas vegetales de especies anuales e incluso vivaces de porte bajo
que faciliten la evacuación de las avenidas sin la pérdida del suelo. Estas cubiertas
pueden instalarse de manera intermitente a lo largo de la vaguada, a modo de barreras
en los lugares más problemáticos, o bien, a lo largo dela misma desde su cabecera,
cubriendo la superficie que es ocupada por las avenidas durante los episodios de lluvias
más intensos.
Algunas de las especies de mayor interés para este uso son Plantago albicans, P.
lanceolata y Oryzopsis miliacea. La primera es un caméfito que forma una cepa gruesa
y lignificada que se ramifica vegetativamente formando céspedes bastante laxos.. P.
lanceolata es un hemicriptófito que forma una roseta basal y floración primaveral. Tras
la cual queda la raíz y restos de roseta defendiendo el suelo de la erosión. La gramínea
hemicriptófita O. miliacea forma macollas en prados monoespecíficos que soportan
bien su siega varias veces a lo largo del año y pueden constituir una barrera eficaz en los
puntos con más riesgo erosivo de la vaguada como es el centro de la misma.
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2.3.2. Cárcavas formadas, restauración ecológica.
La correcta corrección de las cárcavas ya formadas mediante la construcción de
diques y/o su aterramiento, pueden suponer para el agricultor unos costes económicos
no asumibles, aunque el abandono de las mismas a su suerte implicaría el incremento de
los problemas erosivos en la explotación. Sin embargo, su control a través de la
restauración ecológica representa una oportunidad para incrementar las zonas de
reservas de biodiversidad con especies diferentes a las ya instaladas en otras zonas de la
explotación, y así incrementar la diversidad biológica en la explotación.
El objetivo debe ser la instalación de una comunidad de plantas arbustivas con
potente sistema radicular y adecuación al agrosistema del olivar en secano y poca o nula
capacidad de dispersión fuera de los límites de la cárcava. Algunas especies deberán
adaptarse a los suelos más húmedos del fondo la cárcava, mientras que otras deben ser
capaces de prosperar en los taludes inestables, secos y soleados.
Una técnica poco empleada para la implantación de estas y otras especies de
ecología similar es la ubicar sacos sembrados de semillas en el fondo de las cárcavas, a
modo de diques vegetales, que enraízan favoreciendo la formación de zonas de
retención de sólidos y la aparición de comunidades vegetales más diversas.
Algunas de las especies de interés para la colonización de las cárcavas son:
Fondo seco
- Spartium junceum
- Viburnum tinus
- Pistacea terebinthus
- Anthyllis cytisoides
- Colutea arborescens
- Retama shpaerocarpa
- Prunus spinosa
- Tamarix spp
- Atriplex halimus
- Zizyphus lotus
- Rosa spp.
Fondo húmedo
- Bupleurum fruticosum
- Glycirrhiza galbra
- Rubus fruticosun
- Clematis flammula
- Rhamnus alaternus
- Sambucus nigra
- Viburnum lantana
- Hypericum tomentosum
- Dorycnium hirsutum
- Frangula alnus
- Salix spp.
- Coriaria myrtifolia
- Nerium oleander
Taludes
- Coronilla valentina
- Coronilla juncea
- Thymbra capitata
- Genista cynerea
- Jasminum fruticans
- Osyris alba
- Rhamnus lycioides
- Ephedra fragilis
- Pistacea lentiscus
- Dorycnium pentaphyllum
- Moricandia arvensis
- Antirrhinum hispanicum
- Antirrhinum majus
- Globularia alypum
- Asphodelus fistulosus
- Bupleurum gibraltaricum
- Genista umbellata
- Rosmarinus officinalis
- Capparis spinosa
- Plumbago europaea
La elección de estas u otras especies dependerá de la profundidad y pendiente de la
cárcava, tipo de terreno, cuenca asociada y peligro de avance en años sucesivos. La
implantación de especies en el fondo de la misma debe ser tenida en cuenta sólo en
casos extremos.
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3- Plan de trabajo en la conversión ecológica del olivar
En el siguiente esquema se pretenden resumir las principales fases de la
conversión del olivar convencional a ecológico y el método de trabajo propuesto en este
documento.
PRIMERA FASE: ESTUDIO DE LA FINCA
-
RECURSOS FÍSICOS
Orografía
Suelo
Estado erosivo
Elementos físicos (taludes,
caminos, cárcavas, regueros
-
-
RECURSOS BIOLÓGICOS
Plantación (marco, variedades,...)
Biodiversidad edáfica
Estado fitopatológico del cultivo
Evaluación biodiversidad (edáfica,
cubiertas, lindes y zonas reserva)
DIAGNÓSTICO DE PROBLEMAS
Erosivos
Biodiversidad
Fitopatológicos
SEGUNDA FASE: SELECCIÓN DE MEDIDAS
CARCAVAS/VAGUADAS
- Instalación diques
nuevos
- Mantenimiento
diques existentes
- Protección
microcuencas
- Protección regueros
-
CUBIERTAS
Gramíneas para
erosión
Crucíferas para
Verticilosis
Mezclas para
biodiversidad
Vivaces en
cabeceras cuencas
BIODIVERSIDAD
Arbustiva junto a
diques
- Vegetación dentro
de cárcavas
- Herbaceas vivaces
en lindes
- Creación zonas de
reserva
-
TERCERA FASE: IMPLANTACIÓN DE MEDIDAS
CARCAVAS/VAGUADAS
- Acopio de
materiales
- Ejecución obra
- Siembra y
plantación
-
CUBIERTAS
Adquisición semillas
Preparación del
terreno
Siembra
BIODIVERSIDAD
Adquisición mat veg
(semilla y planta)
- Preparación del
terreno
- Siembra y
plantación
-
4.- Caso de estudio
En este apartado se intentan resumir las medidas adoptadas en una finca convencional
para su conversión ecológica siguiendo el método del esquema mostrado en el apartado
4.
La finca elegida es un olivar de 50 años de edad con árboles a un marco de 2-3
pies a 8 x 8 m de separación. Se encuentra en el paraje “Llanos de Banda” en el término
municipal de Castro del Río, en la provincia de Córdoba. Posee una pendiente media
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aproximada del 3 al 6% y una cárcava formada en dos tramos de 50 y 250 m ,
restaurados con 4 y 7 diques respectivamente. El área dela cuenca de cabeza de la
cárcava es de 27 ha y de la cuenca aportadora de 60 ha.
En la figura 1 se representan gráficamente las medidas adoptadas siguiendo el
plan de trabajo del punto 3.
Figura 1.- Límites de la finca y localización de las actuaciones: 1)franja sembrada con
vivaces; 2) bordes y fondo de cárcava sembrada con arbustivas; 3) cubierta de
gramíneas; 4) calles sembradas con mezclas de semillas para el incremento de la
biodiversidad; 5) arbustivas sembradas en talud perimetral; 6) camino de acceso
sembrado con vivaces; 7) siembra en laterales de diques.
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Las actuaciones planificadas son las siguientes:
1.- Siembra de herbáceas vivaces en el borde NW como seto de separación de la
finca de cultivos herbaceos de la finca contigua.
2.- Siembra de arbustivas en el borde y taludes de la cárcava para su fijación y
uso como zona de reserva de biodiversidad.
3.- Siembra de cubierta de gramíneas en todas las calles de la finca excepto las
contempladas en la actuación nº 4
4.- Siembra de mezcla de semillas para incremento de biodiversidad, a modo de
corredores en 4 calles con orientación NW-SE
5.- Creación de un seto de arbustivas en el talud W para la defensa del mismo y
la fijación de artropodofauna auxiliar.
6.- Siembra de una cubierta de herbaceas tapizantes a lo largo del camino de
acceso hasta la casa para evitar la formación de regueros por el paso de vehículos.
7.- Siembra de arbustivas de bajo porte en los laterales de los diques para evitar
los daños en los mismos en episodios de lluvias intensas por desbordamiento.
5.- Reflexiones
La necesidad de avanzar hacia un olivar sostenible, ecológico y rentable, hace
imprescindible un mayor conocimiento de la biodiversidad vegetal, animal, sus
ensambles y consecuencias sobre el cultivo.
Las propuestas de metodología de trabajo, así como las especies y mezclas de
semillas sugeridas, representan un punto de inicio para profundizar en su conocimiento,
tanto en lo relativo a su instalación y manejo, así como a las interrelaciones con las
enfermedades y plagas del olivar en conversión. No obstante , la adopción de estas
medidas siempre representaran un paso importante en comparación con la no adopción
de medidas correctoras.
Algunas carencias importantes respecto al material vegetal son, por una parte la
necesidad de disponer de un material vegetal con certificación ecológica, hoy no
disponible en el mercado, para las distintas actuaciones propuestas. Y por otra la
selección de diversas variedades procedentes de especies autóctonas adaptadas a las
necesidades del cultivo y su agronomía.
La implantación de estas medidas sólo llegaran a culminar si el agricultor
relaciona la rentabilidad del cultivo con la biodiversidad, la sostenibilidad de la
explotación, el control de la erosión y la fertilidad del suelo. Para ello será necesario
hacer un esfuerzo en la sensibilización no sólo de los sectores ya convencidos de los
beneficios de la agricultura ecológica otra norma de producción sostenible, sino también
en aquellos varados en técnicas de manejo no sostenibles.
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