Nota Especial como no habían llegado los demás él salió a bus
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Nota Especial como no habían llegado los demás él salió a bus
34 Nota Especial otro mundo. Allí las ranas no saltan porque no han evolucionado, no han tenido ese contacto con las demás especies de ranas. Esta especie es autóctona de allá arriba, no se consigue en ningún otro lugar del planeta, y por eso es importante preservarla. Berry recomienda a los operadores turísticos que ofrecen paquetes para subir el Roraima, es llevar baños portátiles ecológicos, esto con el objetivo de no contaminar la vegetación. -¿Cuál es tu destino favorito a nivel internacional? -Esa está difícil también porque el mundo tiene tantas maravillas. Londres es una ciudad impresionante, pero prefiero vivir en Venezuela por el calor humano, aquí la gente es muy amable. -¿Qué destino a nivel internacional quisiera conocer? -Subir el volcán Cotopaxi y el Chimborazo, son las dos montañas más altas de Ecuador. -¿Qué te faltaría conocer de Venezuela? -La Trampa, queda en Táchira. Es un pueblo que quedó inundado, tú vas nadando y ves el pueblo en lo profundo del agua, son como cinco kilómetros de nado. Tengo amigos que han ido y me dicen que es alucinante. Superficie -¿Qué gastronomía exótica venezolana has probado? -La que me ha costado un poco comer, pero uno cierra los ojos y lo intenta, ha sido Gusanos de Moriche, en el Delta del Orinoco. Los Waraos, indígenas autóctonos del lugar, basan toda su dieta en torno a la palma de Moriche. Además está el Cachiri, que es como la bebida alcohólica de los Pemones. La primera vez que lo tomé fue en 1996 con unos amigos en el Roraima. Les preguntamos a quienes nos dieron la bebida cómo se hacía el cachiri, y nos dijeron que las señoras del pueblo mastican la yuca y la batata, y luego la escupen. Con la saliva humana se fermenta. La bebida es muy buena. Y el Catara, que es un picante hecho a base del veneno de bachacos. En Pemón tiene el nombre de Cumachi. Es fuerte pero buenísimo. -Alguna anécdota que le haya ocurrido en uno de sus viajes. -Una vez iba con un grupo de 9 españoles a subir el Pico Bolívar, a la cumbre solo llegamos 5. Los demás se quedaron abajo porque les pegó el mal de páramo. Cuando nos cayó la tormenta de nieve recuerdo que íbamos llegando uno por uno al refugio. Yo llegué primero, luego un amigo; y como no habían llegado los demás él salió a buscarlos mientras. Fue trayendo a cada uno porque de verdad era una tormenta bien fuerte. Al final nos dimos cuenta que faltaba uno. Salimos a buscarlo y cuando lo encontramos estaba ya casi que echándose a morir, temblando y tirado en el piso. Al día siguiente fuimos de nuevo al Pico Bolívar, y se vino con nosotros el amigo que la noche anterior había estado moribundo. Íbamos subiendo una parte, por supuesto con las cuerdas de seguridad, y él se resbaló y cayó en la cara de otro del grupo, y gritaba: “Bájenme, bájenme, bájenme, bájenme…”, y nosotros: “nooo, vamos para arriba”. Al final logró hacer la cumbre, la felicidad de ese hombre no era nada normal. Thomas Berry, amante de los viajes y deportes extremos, nos recomienda que, a la hora de viajar, lo principal sea que ir con una mente abierta, dispuestos a disfrutar el viaje, y aprender e interactuar a profundidad con las personas originarias de la región que se visite.