Los papeles palestinos La cuarta rueda de la ciencia
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Los papeles palestinos La cuarta rueda de la ciencia
OPINIÓN 16 LA VANGUARDIA MARTES, 25 ENERO 2011 Quim Monzó Presidente-Editor: JAVIER GODÓ, CONDE DE GODÓ Director: José Antich Vicedirector: Alfredo Abián Directores adjuntos: Enric Juliana Álex Rodríguez Redactores jefes: Enric Sierra (Web), Llàtzer Moix (Adjunto al Director), Joaquín Luna (Internacional), Jordi Barbeta (Política y Actualidad), Susana Quadrado (Tendencias y Cultura), Ketty Calatayud (Vivir), Dagoberto Escorcia (Deportes), Ramon Aymerich (Economía), Celeste López (Redacción Madrid), Mariángel Alcázar (Casa Real), Jaime Serra (Infografía e Ilustración), Albert Aymamí (Fotografía), Núria García (Diseño), Albert Gimeno (Magazine) y Fèlix Badia (Estilos de Vida). A María Dolores García Manel Pérez José Alberola (Arte) Miquel Molina Secciones: Elisenda Vallejo (Internacional), Xavier Batalla (Corresponsal Diplomático), Isabel Garcia Pagan (Política y Actualidad), Pau Baquero (Opinión), Rosa M. Bosch (Tendencias), Ramon Suñé (Vivir), Ignacio Orovio (Cultura), Juan B. Martínez (Deportes), Dolors Álvarez (Economía), Miquel Villagrasa (Gente), Cristina Gallego (Fotografía), Francesc Puig (Diseño), Magí Camps (Edición) y Albert Molins (Producción). Consejeros de Dirección: Carlos Sentís. Jaime Arias y Josep Maria Sòria. Los papeles palestinos L Yazira, la cadena de televisión árabe que emite desde Qatar, ha hecho públicos, juntamente con el diario británico The Guardian, unos 1.600 documentos hasta ahora secretos sobre las negociaciones que israelíes y palestinos han mantenido desde las vísperas de la conferencia de Camp David, en el 2000, hasta el año 2009, es decir, con Barack Obama ya en la Casa Blanca. Los documentos, redactados por la parte palestina, detallan cómo los dirigentes palestinos ofrecieron grandes concesiones a los israelíes, que, sin embargo, las rechazaron. Los documentos obtenidos por Al Yazira, cuya autenticidad dice haber sido confirmada por el diario The Guardian, sugieren que los negociadores palestinos ofrecieron a Israel lo que se negaron a aceptar en Camp David, donde fracasó el encuentro entre Bill Clinton, presidente de Estados Unidos; Ehud Barak, primer ministro de Israel, y Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Entre las concesiones palestinas más significativas, según los documentos, destacan la aceptación de que Israel se anexionara todos los asentamientos judíos construidos ilegalmente en Jerusalén Este excepto uno, el de Har Homa. Los negociadores palestinos también ofrecieron su renuncia, a cambio de reparaciones simbólicas, al derecho de retorno de los palestinos. Propusieron igualmente la creación de un comité conjunto para que controlara los lugares de Jerusalén considerados sagrados por judíos y musulmanes. Y los documentos también afirman que Israel informó con anterioridad a la Autoridad Palestina del ataque que desencadenó contra Gaza, el territorio controlado por Hamas, el movimiento fundamentalista rival de la OLP. A Subdirectores: ¿Quiénes pueden ser las principales víctimas de estas filtraciones? En primer lugar, es inevitable señalar a los dirigentes de la Autoridad Palestina, no sólo por las concesiones ofrecidas, sino también por el lenguaje empleado en las negociaciones con los israelíes. Los documentos muestran a los dirigentes palestinos en un estado de debilidad extraordinario, lo que los lleva a ofrecer lo que en público niegan. Pero, además, los documentos dicen que se referían a Ariel Sharon, el ex primer ministro israelí en coma desde enero del 2006, como “un amigo”, lo que suministrará más munición para Hamas. No es de extrañar por todo esto que altos funcionarios palestinos se hayan apresurado a negar la autenticidad de los papeles filtrados. El beneficiario de todo el asunto puede ser Hamas, grupo contrario al estancado proceso de paz que Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia pretenden resucitar. Los dirigentes israelíes, según los documentos, no practicaron un doble lenguaje en estos diez años de negociaciones. Pero tampoco su imagen sale beneficiada por las filtraciones. Siempre fueron intransigentes, y eso es positivo para su opinión pública, pero en el resto del mundo suscita el interrogante de si en realidad estarán dispuestos alguna a vez a negociar la paz. Cuando los palestinos ofrecieron las concesiones más grandes jamás puestas sobre la mesa de negociaciones, la respuesta israelí fue un no tajante. Tzipi Livni, la negociadora israelí en el 2007, admitió entonces, según los documentos, lo que temían sus interlocutores: que durante mucho tiempo la única estrategia israelí fue construir asentamientos hasta que un hipotético Estado palestino fuera imposible. Lo revelado ahora sugiere que esta política continúa siendo la de Israel. La cuarta rueda de la ciencia L carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia, sentenció en su día Santiago Ramón y Cajal. Por fortuna, esta realidad histórica deja actualmente paso a otra de signo contrario. España está todavía lejos de ser una potencia científica, pero el número de equipos de investigadores con un proyecto de trabajo puntero y una dotación para financiarlo sigue creciendo. Tomemos, a modo de ejemplo, el caso de Barcelona. Hace veinte años, el tono vital del sector científico era entre nosotros muy bajo. Hace diez años, el tono era ya bien distinto y la investigación había aumentado, al menos en términos cuantitativos, de modo considerable. Hoy ese crecimiento ya no es sólo cuantitativo: también es cualitativo, y la suma de los distintos proyectos científicos que se desarrollan aquí con vocación de excelencia le ha valido a Barcelona un significativo progreso en la lista de capitales mundiales de la investigación. Del puesto 65 ha pasado, en el último decenio, al 54. Estas constataciones podrían llevarnos a pensar que hemos arribado a buen puerto. Pero en el ámbito de la ciencia, como en tantos otros, no se suele llegar a una meta definitiva: siempre hay nuevos desafíos que afrontar, nuevos peldaños que subir, nuevos horizontes a los que acercarse. Ahora que la investigación em- pieza a ser en Barcelona sinónimo de excelencia, es preciso desarrollar las herramientas necesarias para dar el siguiente paso, que es convertir el nuevo conocimiento, tan trabajosamente labrado, en un producto de uso extendido, capaz de crear riqueza. En nuestros días, los científicos locales que a partir de sus investigaciones patentan un producto con potencial muy amplio tienen dos alternativas. La primera es vender la licencia de su creación a una gran firma internacional, que se ocupará de todo lo relativo a su desarrollo, distribución y comercialización. La segunda es convertirse en empresarios y encargarse por su cuenta y riesgo de la explotación del nuevo producto, desatendiendo, a veces, aunque sólo sea temporalmente, su cometido en el laboratorio, que es aquel para el que sin duda están mejor capacitados. Por ello, quienes se inclinen por una opción u otra deberían hallar siempre la franca colaboración de la Administración pública, tanto en términos de asesoría como de eliminación de trabas o incompatibilidades. Porque ahora que el carro de la ciencia española ya tiene tres ruedas –las de su existencia, su cantidad y su calidad–, ha llegado el momento de proporcionarle una cuarta: la que le ayude a generar productos y rentas. Y, de paso, le dé al carro científico una buena velocidad de crucero. El doble del doble del doble E l día que la carrera política de Silvio Berlusconi se acabe, alguien la cogerá y la convertirá en una gran tragicomedia. Ayer, en La Vanguardia, la crónica de Eusebio Val la encabezaba un titular impagable: “El escándalo sexual refuerza a Berlusconi, según los sondeos”. En otros lugares –y también en Italia pero con un protagonista diferente–, ese escándalo hubiera provocado ya su caída. Pero a él le afecta relativamente. El último sondeo del Corriere della Sera indica que, a pesar de las acusaciones, Berlusconi ha mejorado en intención de voto. Y no sólo eso, sino que baja su principal partido opositor. Escribía Val: “No importa que el primer ministro sea objeto, más que nunca, de mofa internacional, con el daño evidente a la imagen de Italia”. Pero ¿de verdad es tan evidente, ese daño a la imagen de Italia? Yo diría que, en el mundo, la imagen de Berlusconi va por un lado y la de Italia por otro. Lo que hay es fascinación global ante el hecho de que un pájaro como él –con su turbia historia judicial, de negocios poco claros, de presiones mediáticas y Rocco Siffredi explica que Silvio Berlusconi tiene más vida sexual que él de sexo con menores– siga siendo primer ministro del país. Hace un par de meses, en su canal Rocco's World, Rocco Siffredi explicó que con Berlusconi tiene en común la adicción al sexo y reconoció que el primer ministro tiene más vida sexual que él: “Yo follo la mitad de la mitad de la mitad que él. Él me ha superado. Él es la verdadera perversión”. Y en un programa de tele dijo, hace poco: “Los italianos están orgullosos de Berlusconi, que tiene 74 años, adora el sexo y lleva una buena vida sexual. Igual que mi atractivo se basa en el hecho de ser, fuera del plató, un hombre de familia, Berlusconi tiene claro que para él es tan importante ser un hombre de familia como tener la aprobación de la Iglesia”. Esa es la piedra con la que Berlusconi podría tropezar. Dado que la Iglesia católica va a seguir con su lucha contra la homosexualidad, el aborto, la eutanasia y lo que le echen por delante, es indecente que, en paralelo, mire hacia otro lado ante los escándalos con menores de Berlusconi. Escribo esto mientras la Conferencia Episcopal Italiana está reunida en Ancona, a punto de emitir un comunicado sobre el hombre que folla el doble del doble del doble de veces que Rocco Siffredi. Los mandamases católicos tendrán que condenar la moral del primer ministro –según su catecismo, corrupta–, porque, si no, se les vería (aún más) el plumero. Si la condena es un nuevo blablablá para cubrir el expediente, todo seguirá como hasta ahora. Pero si es tajante –necesitan un gesto que los reivindique, tras tanta polémica paidófila– habrá empezado el capítulo final de la carrera de Berlusconi. Ya sólo faltará que alguien tome todo ese material, dé forma narrativa a la tragicomedia y al cabo de un año se estrene en los cines del mundo entero. Con Rocco Siffredi de protagonista, si es capaz de estar a la altura.c 22 LA VANGUARDIA Tendencias MARTES, 25 ENERO 2011 El largo camino hacia una economía del conocimiento Ciencia de oro La investigación de excelencia empieza a aportar riqueza económica MANÉ ESPINOSA Licencia a una multinacional. Joaquín Arribas, del Instituto de Oncología de Vall d'Hebron, ha desarrollado un test para mejorar el tratamiento del cáncer de mama y lo ha licenciado a la farmacéutica GlaxoSmithKline JOSEP CORBELLA Barcelona I nvestigadores del Instituto de Oncología de Vall d'Hebron (VHIO) liderados por Joaquín Arribas, han creado un test para mejorar el tratamiento del cáncer de mama, lo han patentado y han vendido la licencia a la multinacional farmacéutica GlaxoSmithKline para que ponga el test al alcance de pacientes de todo el mundo. El avance es un ejemplo de cómo la investigación de excelencia puede mejorar la vida de los ciudadanos y crear riqueza económica para el conjunto de la sociedad. María Blasco, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid, ha optado por una estrategia distinta. Ha creado un test para medir la longitud de los telómeros, una parte de los cromosomas que se acorta a medida que el organismo envejece. Su test permite evaluar el envejecimiento de los tejidos y tiene interés para la industria farmacéutica, para la cosmética y para otros investigadores biomédicos. Pero en lugar de licenciar el avance a una multinacional, Blasco ha creado la empresa Life Length para explotar comercialmente su investigación. Dos investigadores de élite, dos avances para los que hay demanda y dos técnicas de comercialización distintas. ¿Cuál de las dos es mejor? “No hay una mejor y una peor”, explica Luis Serrano, investigador del Centre de Regulació Genòmica que ya ha creado cuatro empresas. “Depende de varios factores. En algunos casos puede ser mejor licenciar a una multinacional y en otros, crear una spinoff”. (Spinoff viene del inglés spin off, centrifugar, y se refiere a las compañías que nacen a partir de una investigación y adquieren vida propia mientras la investigación sigue su curso.) Pero tanto Joaquín Arribas como María Blasco critican la falta de apoyo con que se encuentran los científicos en España para que sus investigaciones se traduzcan en riqueza económica. En el caso de Arribas, “no nos planteamos crear una spinoff porque no teníamos experiencia en este A SIG N A T URA PEN DIEN T E Los investigadores encuentran más trabas que ayudas para crear empresas PRIO RIDA D DEL G O VERN “Estudiaremos cuál es la mejor manera de hacerlo”, anuncia Antoni Castellà Un test para el cáncer de mama ]El equipo de Joaquín Arri- bas en el hospital Vall d'Hebron ha creado un test para mejorar el tratamiento del cáncer de mama en pacientes que tienen alterada la actividad del receptor HER2 en sus células tumorales. Este grupo, que representa cerca del 25% de todas las pacientes de cáncer de mama, suele tener tumores de mal pronóstico. Hasta ahora se les administra un fármaco llamado trastuzumab (o herceptina). Sin CNIO / ARCHIVO Una nueva empresa. María Blasco, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, ha creado una empresa nueva a partir de sus estudios sobre el envejecimiento embargo, casi un tercio de ellas no responde al tratamiento. Esto se debe, según han demostrado Arribas y el oncólogo Josep Baselga, a que tienen alterado el receptor HER2 de tal manera que el trastuzumab no puede acceder a él. En cambio, sí responderían al tratamiento con otro fármaco llamado lapatinib. El test que ha desarrollado Arribas permite saber a priori qué pacientes responderán al trastuzumab y cuáles al lapatinib. campo. Nuestro objetivo era que el test se pueda aplicar en todo el mundo”. GlaxoSmithKline ya ha extendido la patente a toda la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, China, Japón, Singapur, Israel y Australia. “Esto es algo que no hubiéramos podido hacer nosotros solos”, dice Arribas. En el caso de Blasco, “hacía cuatro años que tenía pensado que podíamos crear una empresa. Pero yo soy investigadora y, si hubiera dedicado mi tiempo a crear una empresa, no hubiera podido dedicar tanto a investigar”. Al final, Life Length ha nacido gracias a la Fundación Botín, que tiene un programa de apoyo a los investigadores para solicitar patentes y crear empresas. No son casos únicos. En el hospital Vall d'Hebron, el jefe de la unidad de investigación del Institut de Recerca, Jaume Reventós, creó hace tres años la empresa TransBioMed y ha topado con todo tipo de obstáculos para sacarla adelante, pese a haber desarrollado avances innovadores como un test para detectar el cáncer de próstata en la orina. En el Parc Científic de Barcelona, Lluís Ribas de Pouplana topó con dificultades similares para crear Omnia Molecular. “Estuvimos un año y medio negociando con las instituciones para que nos autorizaran a crear la empresa”, recordó ayer. “Fue un proceso difícil, costoso e ineficiente”. Según Montserrat Vendrell, directora general de Biocat, “falta dar más apoyo a los investigado- res para que generen valor económico. Con el nivel de excelencia que hemos alcanzado, con poca inversión podríamos conseguir mucho”. “Falta desarrollar un modelo para trasladar el conocimiento científico en valor económico”, coincide Jaume Bertranpetit, director de la institución Icrea. “Es una de las cuestiones más importantes que tiene sobre la mesa Antoni Castellà”, el nuevo secretario general de Universitats i Recerca. Castellà reconoce que es prioritario estimular la explotación comercial de la investigación científica. “Tenemos que dar herramientas a los investigadores para que su trabajo pueda generar valor económico”, reconoce. “Estaba en nuestro programa electoral, estudiaremos cuál es la mejor manera de hacerlo”. Los investigadores reclaman que se creen oficinas con especialistas que les orienten a la hora de patentar sus avances y explotarlos comercialmente. Reventós y Ribas de Pouplana, después de las dificultades que han encontrado para crear sus empresas, reclaman además que se regule de manera eficiente la explotación comercial de investigaciones surgidas del sector público.c LAS ‘SPINOFFS’ DE ICREA La institución Icrea, creada para estimular la investigación de excelencia en Catalunya, ha dado pie a tres ‘spinoffs’ LA VANGUARDIA 23 T E N D E N C I A S MARTES, 25 ENERO 2011 Omnia Molecular Fundada por Lluís Ribas de Pouplana, del Institut de Recerca Biomèdica. Desarrolla nuevos fármacos contra infecciones Radiant Light Fundada por Mahid Ebrahim Zadeh, del Institut de Ciències Fotòniques. Desarrolla nuevas tecnologías ópticas y fotónicas basadas en láseres Endor Nanotechnologies Fundada por Víctor Puntes, del Institut Català de Nanotecnologia. Especializada en proyectos de nanotecnología aplicados a las ciencias de la vida Tras la gloria del descubrimiento científico, muchos proyectos de investigación sucumben antes de llegar a la explotación comercial Bienvenidos al Valle de la Muerte L J. CORBELLA Barcelona ORIOL MALET o llaman el Valle de la Muerte porque es el lugar adonde van a morir algunos de los mejores proyectos científicos. Es un desfiladero que empieza en la gloria del descubrimiento científico y conduce, si se sobrevive, a la rentabilidad de un producto comercial. “Puedes hacer un gran descubrimiento y patentarlo, pero la patente en sí misma no vale gran cosa”, advierte Luis Serrano, investigador del Centre de Regulació Genòmica (CRG) que ha cruzado cuatro veces el Valle de la Muerte y ha creado otras tantas empresas a partir de sus investigaciones. En el sector biomédico, “si quieres que esa patente acabe convirtiéndose en un producto, para empezar necesitas entre 200.000 y 500.000 euros”. Este dinero se invierte en la llamada fase de valorización, que –si las cosas van bien– puede durar alrededor de un año. Se destina a hacer experimentos, no para hacer nuevos descubrimientos, sino para buscar maneras de explotar comercialmente las investigaciones. En el campo en que trabaja Serrano, la biología sintética, “necesitas un laboratorio con tres buenos técnicos que estén guiados por los investigadores”. De este modo, el producto puede empezar a desarrollarse sin que el investigador tenga que abandonar sus proyectos científicos más importantes. Durante este primer año, por la experiencia de Serrano, es conveniente hacer el plan de negocio, buscar al director general de la empresa y conseguir inversiones de capital riesgo. En el segundo año, las amenazas aumentan en el Valle de la Muerte. Aún falta mucho para llegar a la fase de explotación comercial –si es que se llega– y los costes empiezan a dispararse. Un buen director general difícilmente vendrá por menos de 200.000 euros al año. Estar dispuesto a pagarle este salario, a veces más alto que el del propio científico que ha hecho los descubrimientos y ha gestado la empresa, pue- de ser la diferencia entre el éxito y el fracaso del proyecto. “Dirigir una empresa innovadora de biomedicina requiere un perfil específico y hay muy poca gente con este perfil en España”, observa Serrano. A veces podría dirigirla el propio científico si adquiere una buena formación en dirección de empresas, pero también “hay muy pocos científicos dispuestos a dejar el laboratorio y dar el salto a la empresa”. En este segundo año, hará falta invertir entre dos y cuatro millones de euros y contratar a entre 10 y 15 personas para que la empresa arranque, informa el investigador del CRG. Este equipo se dedicará durante unos pocos años –por lo general entre dos y cuatro– a desarrollar un producto comercialmente prometedor y a empezar a ensayarlo. Pero una empresa así es aún demasiado pequeña para salir adelante en el mercado de la biomedicina. Este es un sector en el que hay que pensar a lo grande para sobrevivir. Habrá que abrir S E BU S C A D I R EC TOR GENER AL Hay pocas personas en España que puedan dirigir una empresa biomédica innovadora C API TAL I NI C I AL Hacen falta entre 200.000 y 500.000 euros para empezar, informa Luis Serrano una nueva ronda de financiación para captar cantidades del orden de 8 o 10 millones de euros. “Al llegar a este punto, la compañía deja de ser de los investigadores”, explica Serrano. “O sales a bolsa o te compran y te quedas una pequeña participación”. En su caso, las cuatro compañías que ha creado (Cellzome, Diverdrugs, EnVivo Pharmaceutical y Alive BioSpain) siguen vivas. En el caso de Cellzome, que fundó en el año 2000 junto con Cayetano González (hoy en el Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona), ya ni figura en el equipo directivo. “Si te quedas muy vinculado a una compañía, no puedes dedicarte a otros proyectos”, explica. Con sede en Heidelberg (Alemania), Cellzome cuenta ahora con 90 empleados y se centra en la búsqueda de nuevos fármacos contra enfermedades inflamatorias y cánceres.c