Pasado y presente de la regla biológica del estímulo

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Pasado y presente de la regla biológica del estímulo
Pasado y presente de
la regla biológica del estímulo
Reckeweg-Journal 01/2008
Pasado y presente de
la regla biológica del estímulo
Otto Weingártner
Introducción Antecedentes «Los estímulos de poca intensidad avivan la actividad vital, los de mediana intensidad la aceleran, los
fuertes la inhiben y los fuertísimos la eliminan.» A
esta regla se la ha llamado la ley de Arndt-Schulz o
la regla biológica del estímulo. En base a los primeros estudios realizados a finales del siglo XIX, cuya
mayoría se logró reproducir de manera experimental hasta la primera mitad del siglo XX, esta regla se
consideró durante mucho tiempo como posible explicación científica del principio de similitud, una de
las piedras angulares de la homeopatía. Constituía un
enfoque prometedor que convencía sobre todo al ala
científico-crítica de la homeopatía.
Como expone Tischner (véanse [17], [18]), los efectos contrarios de los estímulos ya fueron descritos por
Hipócrates. El fenómeno se menciona nuevamente
en el siglo XVIII, cuando el médico austríaco, de origen neerlandés, Gerard van Swieten1 (1 700 - 1 772)
constata que las dosis pequeñas del jugo de amapola
causan las sensaciones más animadas, mientras que
las dosis mayores causan sueño y las sobredosis provocan derrame cerebral. En 1795, Hufeland escribe
en su tratado Ideen über Pathologie (Ideas sobre la
patología) que la intensidad de un estímulo hace una
diferencia significativa en cuanto a la respuesta intencionada, es decir que el mismo estímulo puede
provocar efectos diferentes si se aplica con grados de
intensidad diferentes. En 1796, Hahnemann escribió
en su trabajo fundamental [7] sobre la homeopatía:
«La mayoría de los remedios tienen varios efectos:
uno directo que se produce inicialmente, y que se
convierte paulatinamente en el efecto segundo, que
llamo efecto tardío indirecto. Este último suele ser un
estado contrario al efecto primero.»
Fue en la segunda mitad del siglo XX que el entusiasmo se enfrió paulatinamente, puesto que las conclusiones que algunos homeópatas habían sacado de
la regla del estímulo no repercutían en la medicina
tradicional de la manera esperada y no fueron aceptadas como explicación del efecto de los fármacos
homeopáticos. Quedó, en fin, un simple objeto de la
investigación biológica, es decir, la observación del
hecho que los efectos contrarios se pueden producir
en numerosos sistemas biológicos. Por «efectos contrarios» se entiende en este contexto el hecho de que
en algunos sistemas biológicos, la acción de una baja
concentración de una sustancia básicamente tóxica puede causar un efecto estimulante. Queda por
aclarar en cuáles sistemas se producen tales efectos y
cómo funcionan.
Este efecto contrario dependiendo de la dosis se
llama hormesis (del griego «estímulo»), justamente
bajo este nombre se ha realizado, desde hace algunos años, una nueva serie de estudios sobre algunos
aspectos de la homeopatía, incluyendo el principio
de similitud. Todavía no se ha aclarado si los efectos
contrarios asignados a la ley de semejanza se pueden
considerar objetos normales de la investigación biológica o no.
En los párrafos 112 y 115 de la quinta y sexta edición
del Organon, Hahnemann vuelve a tratar dichos efectos contrarios. Esta vez va más allá de su afirmación
anterior y toma en consideración la secuencia temporal y la dosificación. Las intoxicaciones (sobredosis),
explica Hahnemann, presentan efectos tardíos que
son totalmente contrarios a los efectos iniciales. La
idea de Hahnemann sobre la naturaleza de los tóxicos se refleja exactamente en las palabras del poeta
clásico alemán Goethe (véase [18], p. 688): «Es giebt
kein Gift, alies kommt auf die Dosis an» (Los tóxicos
no existen, todo depende de la dosis).2
1 Van Swieten era alumno de Hermann Borhaave (1668-1738), un «far
macólogo» altamente respetado en toda Europa y médico personal de la
emperatriz María Theresia.
2 Tischner supone que Hufeland le contó a Goethe en una de sus frecuentes
conversaciones sobre el artículo de Hahnemann, publicado en la revista de
Hufeland en 1796, el mismo año en que Goethe dijo aquellas palabras. Es
posible que Goethe haya conocido y citado las palabras de Paracelso: «All
Ding' sind Gift und nichts ohn' Gift; allein die Dosis macht, dass ein Ding
kein Gift ist» (Todas las cosas son veneno y no hay cosa sin veneno, sólo la
dosis hace que alguna cosa no sea veneno). (Ambas citaciones se podrían
resumir de la siguiente manera: Todas las cosas son veneno; si algo no es
veneno es la dosis la que tiene la culpa.)
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En la década de 1820 este desarrollo llega a un fin
preliminar. En 1829, el crítico moderado de
Hahne-mann Karl Ludwig Kaiser escribe de forma
lapidaria en su tratado [11] sobre la fisiología de los
estímulos: «Como se sabe y se acaba de mencionar,
cada remedio tiene un doble efecto - más o menos
visible - o una doble expresión de su efecto: una
primaria que estimula la actividad vital, y una
secundaria que la disminuye. Ambas tienen una
relación puramente polar, como más y menos, como
la contracción y la expansión, es decir, son
totalmente contrarias.» Kaiser interpreta las dos fases
consecutivas de los efectos contrarios de un mismo
remedio como aumento (estímulo) y disminución de
la actividad vital - la misma interpretación que
plantearía Rudolf Arndt más tarde.
a continuación de la
discusión de la ley de
contracciones de Pflüger:
«de eso podemos concluir
que todos los estímulos de
intensidad mediana tienen
un
efecto
acelerador,
mientras que todos los
estímulos fuertes tienen un
efecto inhibidor sobre la
actividad nerviosa».
En 1792, Eusebio Valli reportó sobre ensayos galvánicos con preparados neuromusculares (véase [18]).
Había descubierto que al estimular la parte del nervio
que está cerca del centro, el músculo deja pronto de
reaccionar con una contracción. En cambio, al estimular el nervio en una parte más cercana del músculo, éste se sigue contrayendo. El círculo alrededor del
físico Johann Wilhelm Ritter amplió dichos resultados
y el fenómeno reportado por Ritter se llama la ley
de Ritter-Valli. Ritter considera este fenómeno como
«la prueba de que un permanente galvanismo acompaña el proceso vital en el reino animal». Sin embargo, Emil Heinrich Du Bois-Reymond, uno de los
principales fisiólogos del siglo XIX, ha revelado que
algunos de los planteamientos de Ritter son poco claros. El fisiólogo Eduard Pflüger realizó unos estudios
más exactos basados en las ideas de su maestro Du
Bois-Reymond. Así se dio cuenta que la excitabilidad
de los nervios varía según la orientación e intensidad
de la corriente, lo cual resumió en la dicha «ley de
contracciones» (en alemán: «Zuckungsgesetz»). Estos
antecedentes constituyen un resumen de las ideas a
las cuales se refirió Rudolf Arndt.
La observación de Rudolf Arndt
Rudolf Arndt (1835-1900) fue profesor de psiquiatría
en la Universidad de Greifswald (Alemania). En 1883
escribe por primera vez en su Lehrbuch der
Psychia-trie (Manual de psiquiatría),
Rudolf Arndt (1835 - 1900), Fuente:
Dos años más tarde, Arndt R. Tischner, Geschichte der
Homó-opathie. Con autorización de
retoma este aspecto en un la editorial Springer-Verlag, Viena.
libro sobre la neurastenia y
describe la excitabilidad como característica esencial
del protoplasma3. Finalmente en 1892, plantea
definitivamente en su libro Biologische Studien
(Estudios biológicos): «Los estímulos de poca
intensidad avivan la actividad vital, los estímulos de
mediana intensidad la aceleran, los estímulos fuertes
la inhiben y los estímulos fuertísimos la eliminan.»
Arndt basa su planteamiento tanto en estudios
propios, por ejemplo, el estudio sobre la acción del
calor o de algunas sustancias químicas sobre los
microorganismos móviles (por ej., sobre los
paramecios), como en observaciones más generales,
por ejemplo, el crecimiento de los animales y de las
plantas y su dependencia de las condiciones del entorno. Arndt estaba convencido de que su enunciado
expresaba una ley universal. En cuanto a los estudios
de Arndt hay que mencionar que él no contrastaba
los hallazgos de un primer ensayo con los hallazgos
de otro ensayo, contrario al primero debido a un estímulo más fuerte, es decir que no observaba pares
opuestos. Más bien observaba el efecto de los estímulos en el transcurso del tiempo. El procedimiento
específico lo describe Tischner en [18]: «para poder
observar la acción de una sustancia química, aplicaba un líquido de color en la orilla del cubreobjetos,
por ejemplo amoniaco de carmín, para que éste se
distribuyera paulatinamente en el líquido observado.
En las partes donde el líquido presentaba un tinte de
poca intensidad, es decir que contenían poco amo3 El término protoplasma designa la masa líquida gelatinosa que constituye
el interior de las células. Los vitalistas pensaban que la fuerza vital tenía su
origen en el protoplasma.
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niaco de carmín, los movimientos de los microorganismos se intensificaban. Mientras más intensiva la
concentración del amoniaco de carmín, menos fuertes eran los movimientos y a partir de cierta concentración se paralizaban.»
Arndt tuvo muy pronto la ¡dea de que la ley formulada por él podría contribuir a la comunicación entre
la homeopatía y la alopatía. Esta idea fue criticada
con vehemencia, y Arndt se vio en la necesidad de
tratar la relación entre ambas disciplinas nuevamente en un artículo publicado en la Berliner Klinische
Wochenschrift. Allí expuso que sus ideas habían sido
fuertemente criticadas y que se había considerado
escandaloso que Arndt hablara a favor de la comunicación con la homeopatía. Recordó que antes se
habían criticado también la hidroterapia y las técnicas palabreras de las viejas brujas, y que ahora las
compresas de Priessnitz se aplicaban diariamente y
los neurólogos más famosos trataban a sus pacientes
con la sugestión.4
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disminuir - algo que se había esperado solamente de
las soluciones más concentradas. Schulz había pensado durante mucho tiempo que este fenómeno se
debía explicar por algún error en el diseño del ensayo. Fue hasta entonces que se dio cuenta que sus
ensayos habían confirmado la primera fase de la ley
fundamental biológica de Schulz.
En su primer trabajo Über Hefegifte (Los tóxicos de
levadura) [14], que a la vez fue su publicación más
importante, Schulz informó sobre numerosos experimentos realizados con una gran variedad de sustancias
tóxicas
en
los
que
se
confirmaba
repetidamen-teque las sustancias altamente diluidas
aumentaban la actividad vital, mientras que las
sustancias poco diluidas la disminuían.
30 -í-
Hugo Schulz y Rudolf Arndt
Según nos reporta el
biógrafo Tischner, Arndt le
contó
al
farmacólogo
Hugo Schulz (1853-1932),
de Greifswald (Alemania),
sobre su ley fundamental
biológica en un paseo.
Schulz
entendió
inmediatamente
el
impacto sobre diversos
fenómenos
relacionados
con el efecto de las Hugo Schulz (1853 - 1932), Fuente:
sustancias adversas a la R. Tischner, Geschichte der
Homóo-pathie. Con autorización de
putrefacción
sobre
los la editorial Springer-Verlag, Viena.
agentes de la fermentación
de la levaduraque hasta aquel momento no había
conseguido explicarse.
De hecho, Schulz había observado, según Tischner,
que al diluir bastante dichas sustancias la actividad
de fermentación aumentaba fuertemente en vez de
4 Parece que se refiere a los precursores de las formas terapéuticas sugestivas
en psiquiatría.
Cantidades de ácido carbónico con diferentes concentraciones de yodo en
función del tiempo. Según datos de [14].
Como medida de la actividad vital, Schulz seleccionó
un valor que se derivaba de la cantidad de ácido carbónico producido durante la fermentación. 5
5 Schulz explica la medida usada en [14]: «Si el preparado para la fermentación se encontraba en un espacio herméticamente cerrado, el ácido carbónico producido durante la fermentación debía causar cierto nivel de presión.
Esta presión se podfa medir mediante el movimiento de una columna de
mercurio. La diversidad cualitativa de las levaduras aplicadas a los preparados no tóxicos debía causar diferencias de presión bajo condiciones por
lo demás ¡guales. Por eso, no se midió el nivel de presión en sí, sino se
midieron las distancias recorridas por cada columna de mercurio durante el
mismo período de tiempo.» Es decir que Schulz se basó en la velocidad de
fermentación como parámetro.
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la regla biológica del estímulo
La regla biológica del estímulo después de Arndt y
Schulz
A finales del siglo XIX, Arndt y Schulz habían desarrollado la regla biológica del estímulo desde el punto
de vista teórico y experimental. Su aplicación a la
homeopatía se debe casi exclusivamente a Schulz. Ya
en su adolescencia, Schulz tuvo amistad con un médico homeópata, así que conocía muy bien las ideas
de la homeopatía. La regla del estímulo constituía un
razonamiento bastante atractivo, por lo menos para el
espectro de diluciones en las que hay materia puesto
que permitía demostrar el principio de similitud mediante experimentos farmacológicos con microorganismos y levaduras (véase también [16]).
A continuación, la ley de Arndt-Schulz dio alas a una
vehemente controversia entre los representantes del
nuevo enfoque científico-crítico y los representantes
de la homeopatía clásica. Los representantes del enfoque científico-crítico aceptaban el principio de similitud como un principio fundamental, pero se oponían
al uso de las altas potencias y rechazaban la doctrina
de los miasmas. A los homeópatas científico-críticos,
los factores de dilución de 100 les parecían demasiado grandes, y prefirieron factores de 10, con lo que se
crearon las potencias D. Sin embargo, mantuvieron la
potenciación como procedimiento necesario.
Algunos de los personajes
más influyentes del enfoque
científico-crítico
fueron
Alfons Stiegele y Hans
Wapler. Ambos fueron
alumnos del homeópata
húngaro
Theo-dor
von
Bakody,
uno
de
los
primeros representantes del
enfoque científico-crítico.
Entre otras actividades,
Wapler era director del
Hans Wapler, Fuente: R. Tischner,
«Zweites Homoopathis- Geschichte der Homóopathie. Con
autorización
de
la
editorial
ches Krankenhaus»
Sprin-ger-Verlag, Viena.
(Segundo Hospital
Homeopático) en Leipzig (Alemania) y redactor de
la Allgemeine
Homóopathische Zeitung (Revista General de Homeopatía, AHZ). Obviamente, esta posición le facilitó un órgano muy potente para divulgar sus ideas.
Stiegele abrió el hospital homeopático de Stuttgart
(«Stuttgarter Homoopathisches Krankenhaus»), y más
tarde, contribuyó significativamente a la fundación
del
Hospital
Robert
Bosch
(«Robert-Bosch-Kranken-haus»), junto con Otto
Leeser. También este hecho se puede interpretar
como indicio de la posición dominante del enfoque
científico-crítico en la homeopatía en aquella época.
En sus numerosos artículos, Wapler (véase por ej.
[20]) recalcaba cada vez la cercanía entre la medicina tradicional y la homeopatía tal como la visualizaba él mismo. En los años 1954 y 1955, Herbert
Neu-gebauer presentó en seis artículos [13]
publicados en la Allgemeine Homóopathische
Zeitung un sinfín de publicaciones sobre medicina,
farmacología y biología, como resultado de sus
esfuerzos meticulosos para verificar prácticamente las
ideas de Wapler. Todos estos artículos contienen
ejemplos de sustancias que, en forma diluida,
producen efectos contrarios sobre las sustancias
biológicas al efecto de la sustancia pura o poco
diluida. Las sustancias que se mencionan son, entre
otras, la acetilcolina, adrenalina, atropina, histamina,
Digitalis, hormonas, vitaminas y algunos alcaloides.
Los sistemas biológicos examinados son animales u
órganos de animales.
De: Holz (véase [10]), Reizgá'rung durch Jod (Fermentación estimulada por el
yodo). Aparatos de Warburg. Cada recipiente del ensayo contiene el mismo
esponjamiento de levadura y las adiciones de yodo de diversas concentraciones (K = control). Las dosis medianas de yodo (1/4000 a 1/5000) propician
la autofermentación, pero lo hacen en menor grado que las dosis menores
(porej., 1/10,000).
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Aún en 1948, Peter Holtz publicó un artículo ([10],
véase también [ 9]) en la revista Die Pharmazie (La
farmacia), donde confirma nuevamente la validez de
la ley de Arndt-Schulz en el experimento de fermentación.
El famoso cirujano August Bier (1861-1949), de Berlín (Alemania), conoció la homeopatía a través de
Hugo Schulz, y naturalmente también la ley de
Arndt-Schulz. A principios de la década de 1920, el
dicho «Reizkórperbehandlung» (tratamiento del
cuerpo con estímulos) estaba de moda. Bier usó este
tratamiento como puente para explicarle a sus
oyentes y lectores el modo de acción de la
homeopatía (véase por ej. [3]).
La terapia de estímulos
sería, según Bier, un tipo de
homeopatía en el sentido de
Hahnemann. Basándose en
las ¡deas modernas sobre el
estímulo, Bier discutió el
efecto del remedio como si
fuera un tratamiento de estímulos que actuaba en los
órganos, enfatizando cada
vez de nuevo la gran
importancia de la ley de August Bier (1861 - 1949), Fuente:
R.
Tischner,
Geschichte
der
Arndt-Schulz6.
Homó-opathie. Con autorización de
la editorial Springer-Verlag, Viena.
En la década de 1950,
empezó una nueva era en la que predominaba más
bien la homeopatía clásica, representada por Flury,
Künzly, Schmidt, Voegeli, Dorc-si y el mismo
Eichelberger. En varios sentidos, la ley de
Arndt-Schulz era de poca o ninguna importancia
para este enfoque: Primero, los homeópatas clásicos
usaban muchas veces las altas potencias, las cuales
no eran idénticas con las altas diluciones, como es
sabido. Matemáticamente , a partir de la D24 ya no
existe ningún agente estimulador. Segundo, se reconoció que todos los ejemplos en los cuales se había
6 Sin embargo, hay que mencionar que Bier discutía el efecto de las potencias homeopáticas no solamente a nivel teórico, sino que lo comprobó
también de una manera muy práctica. Su famosa observación de sulfuro
consiste en la constatación de que en algunas personas que se han tratado
con la 6a. trituración de Sulfur iodatum, las joyas de plata se colorean de
negro, lo que no hacían antes.
validado la ley de Arndt-Schulz, constituían meros
indicios, sin poder considerarse prueba alguna de la
existencia de una ley natural universal. Y finalmente,
las diluciones usadas en los ensayos de Hugo Schulz
y declaradas como altas diluciones, es decir como estímulos de poca intensidad, presentaban un grado de
dilución de más o menos 1:106. La opinión bastante
divulgada de que las altas diluciones en el sentido de
la ley de Arndt-Schulz eran equivalentes con las altas
potencias, se podía considerar, entonces, como una
mera extrapolación no justificada.
En un artículo [15] publicado en 1982, en el 50 aniversario de la muerte de Hugo Schulz, E. H. Schmeer
escribe lo siguiente: «A principios de los años treinta,
la ley de Arndt-Schulz - muy elogiada por Wapler y
otros - constituía la piedra angular del enfoque científico-crítico de la homeopatía y se consideraba como
principal criterio para establecer exitosamente una
conexión entre la homeopatía y la medicina tradicional. Ambas ideas se revelaron como erróneas: La ley
de Arndt-Schulz no es una regla específicamente homeopática sino una regla biológica general. Por consiguiente, se pudo descartarla también como eslabón
entre la homeopatía y la medicina tradicional, la cual
nunca había demostrado interés por este acercamiento.»
Ya en 1958, Bayr constató en [ 2], basado en un cuidadoso análisis de los tipos de acción según Kótschau
(véase [12])7: «Por consiguiente, la ley de Arndt-Schulz
difícilmente se puede considerar como 'puente de
comprensión' de los efectos homeoterapéuticos. Más
bien representa un callejón sin salida de la confusión,
puesto que describe tanto unos fenómenos de intoxicación triviales como una parte de las verdaderas reacciones paradójicas como si fueran idénticos. Y la
gran mayoría de los resultados de los ensayos a los
cuales la regla se refiere, son meros fenómenos de
intoxicación.»
7 Kótschau había elaborado una hipótesis sobre los tipos de efectos
(«Typen-Effekt-Hypothese») en la década de 1920. En ella trata de explicar
los resultados de ensayos realizados con sustancias que se usaban en la
medicina como dependientes de la dosis, clasificando los sistemas
biológicos según tres modos de acción típicos.
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la regla biológica del estímulo
Hormesis: ¿el renacimiento de la regla del estímulo?
Si de la colección de publicaciones anteriormente
mencionada, con la cual Herbert Neugebauer quería comprobar la validez de la ley de Arndt-Schulz,
cristalizamos los hechos realmente comprobados,
entonces podemos concluir que se pueden observar
reacciones contrarias en numerosos sistemas biológicos. Esta interpretación parece estar aceptada por la
medicina tradicional e incluso se encuentra en la literatura de la medicina tradicional. En [8], por ejemplo,
se expone que después de actuar una cantidad relativamente grande de glucocorticoides8, se produce
una clara inhibición del metabolismo mesenquimal,
mientras que éste se acelera después de la acción de
dosis muy pequeñas. Aquellos efectos contrarios que
se producen en dependencia de la dosis se llaman
hormesis.
En lo que se refiere a la homeopatía el problema
consiste en investigar si tales efectos contrarios son
manifestación del principio de similitud. A partir de
mediados de la década de 1990, Roeland van Wijk
y Fred A. C. Wiegand realizaron estudios sobre este
problema. Ellos trataron de provocar tales efectos
contrarios de una manera sistemática. Publicaron el
resultado final preliminar de estos ensayos en 2006
en una monografía con el título The Simila Principie
(El principio de similitud, véase [19]). Lógicamente,
hemos dedicado la reseña de la presente edición a
dicha monografía. En sus experimentos, van Wijk y
Wiegand trataron cultivos celulares animales con
calor o sustancias tóxicas y demostraron en un tratamiento subsiguiente con dosis subtóxicas de estas
mismas sustancias que aumentaba la tasa de supervivencia. En cambio, las dosis subtóxicas no provocaron ninguna respuesta en células sanas.
En [ 1 ] , Madeleine Bastide (1935-2007) describe la
ley de Arndt-Schulz, los fenómenos de hormesis y el
efecto de rebote desde el punto de vista bioquímico. En el resumen de su artículo escribe:
«Horme-tic models and application of the
Arndt-Schultz law are based on the identity principie
and are related to
8 Sistema: Administración de glucocorticoides (5 mg de glucocorticoides
sobre 0.2 g de piel de rata en solución de encubación 35S) y observación de
la integración de sulfato en el SMPS.
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variations of concentration. They are presented and
differentiated from the self recovery process which
exists as a function of time. By using unsuccussed
molecular and succussed non-molecular dilutions,
the hormetic model supports a learning process which must be related to informative concepts. Starting
from this primary level of informative process and by
comparison with the phylogenic evolution of the
im-mune system as an informative system we can
elabórate a progressive Information organisation of
the high dilution effects. Endogenous molecules have
a specific regulatory function while highly diluted
exo-genous molecules will only be informative in the
fra-mework of the simila principie.»
En una discusión totalmente diferente, se plantea el
fenómeno de hormesis en el año 2003 en una publicación de Nature ([ 4], [ 5]) de los científicos
Ed-ward Calabrese y Linda Baldwin, de la
Universidad de Massachusetts en Amherst (EE.UU.).
Ellos recopilaron de la literatura científica miles de
ejemplos sobre efectos paradójicos de cantidades
menores de sustancias o radiación y dedujeron de
estos datos el carácter universal de la hormesis. La
explican
con
una
respuesta
defensiva
sobrecompensada del organismo, es decir una
especie
de
efecto
de
entrenamiento
o
endurecimiento. Por eso consideran totalmente erróneo asustar al público con la nocividad de cantidades
mínimas de las sustancias y determinar valores límites
exageradamente bajos.
Finalmente, se hace una vez más referencia a la homeopatía y su relación con el fenómeno de hormesis. En una publicación del año 1999 (véase también
[ 6]) en la renombrada revista Archives of Internal
Medicine, Daniel Eskinazi establece la hipótesis que
la homeopatía9 es compatible con los procesos
bio-médicos. Sus argumentos se basan esencialmente
en una lista de respuestas a sustancias básicamente
tóxicas, que tienen efectos terapéuticos en dosis
menores - una argumentación bastante semejante a la
de Neugebauer (véase arriba) y Calabrese.
9 Básicamente se refiere al principio de similitud.
9
Pasado y presente de
la regla biológica del estímulo
Conclusiones
En esta exposición sobre el pasado y el presente de la
discusión sobre los fenómenos de hormesis se ha demostrado de nuevo que al investigar un campo desconocido siempre es recomendable diferenciar. Por
un lado está el principio de similitud, que constituye
una de las piedras angulares de la homeopatía, junto
con la potenciación y la prueba farmacológica en
personas sanas. Por el otro lado, están los sistemas
biológicos y su respuesta a las concentraciones tóxicas y subtóxicas de diversas sustancias. Encontrar la
relación entre ambos fenómenos sigue siendo un reto
para la ciencia del futuro. En este momento, se pueden proponer los siguientes objetos de investigación:
1. La ley de Arndt-Schulz como fenómeno reproducible en el rango material de las diluciones merece
una investigación en sí.
2. Sigue vigente el planteamiento sobre la validez
que tiene la sugerencia de Hugo Schulz de que la
ley de Arndt-Schulz podría explicar el principio de
similitud.
3. Queda por confirmar de manera experimental una
posible extrapolación de efectos en los cuales se
puede comprobar la validez de la ley de ArndtSchulz con diluciones de 1:106 hasta 1:108.
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7-8/198, 1 953,139-148
nombre
Dr. Otto Weingártner
dirección Pharm. Fabrik Dr. Reckeweg & Co. GmbH
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