Análisis del “guiaje” turístico en el sitio Patrimonio de la Humanidad

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Análisis del “guiaje” turístico en el sitio Patrimonio de la Humanidad
Análisis del “guiaje” turístico en
el sitio Patrimonio de la
Humanidad la Lonja de los
Mercaderes de Valencia
Laura García Castellano
Técnica en Turismo (Geoturismo), Guía
Turística
[email protected]
Antes de explicar el estudio que llevé a cabo, quisiera
iniciar este artículo aclarando el motivo que me llevó
a la realización del mismo, pues de esta manera
quizás llegue a hacer entender al lector lo relevante
que supone analizar, investigar y, sobre todo, aportar
nuevas fórmulas que nos ayuden a poner en valor la
interpretación del patrimonio y muy concretamente,
la labor del guía como mediador en la interpretación.
Mi propia experiencia profesional durante casi una
década me ha permitido denotar cuán importante es
la labor realizada por el guía o intérprete (desde mi
punto de vista ambas cosas) incidiendo
significativamente en la mejora de la visita y, por
tanto, del producto turístico. De hecho, quisiera
añadir una definición, obtenida siempre de la lectura
de los que son considerados expertos en el campo de
la interpretación del patrimonio, como Tilden, Ham y
otros, y es la siguiente: “el guía es el capital humano
y mediador que crea conexiones entre el patrimonio y
el visitante, fomentando su concienciación, su
entendimiento e inclusive el aprecio hacia el
patrimonio, al brindar experiencias positivas y
enriquecedoras al visitante”.
El guía supone una medida importante para difundir
aprecio y comportamientos positivos hacia unos
recursos que tienen fecha de caducidad, evitando que
la actividad turística incida negativamente. Sin
embargo, el “guiaje” es una actividad infravalorada,
lo que está conllevando a que su ejercicio sea
realizado en ocasiones por personal poco cualificado y
sin formación, incapaz de transmitir los valores
patrimoniales adecuadamente, lo que condiciona la
calidad de la visita, e incluso, la imagen del recurso y
de la propia profesión. Académicos como Blaya
(2006), de la Florida Universitaria de Valencia,
admiten este preocupante hecho, reconociendo una
cierta degeneración de la profesión y una escasa
formación sobre esta disciplina en centros
académicos.
Por otro lado, y si nos centramos en el binomio
consumo turístico de “nuestro” patrimonio interpretación de dicho patrimonio, se puede afirmar
que el turismo basado en los atractivos culturales
Boletín de Interpretación número 26 – Mayo de 2012
supone una puesta en valor del patrimonio al
incentivar su uso y disfrute por el público visitante.
Disfrute que suele comportar una experiencia de
carácter cultural cualitativa como, por ejemplo, la
emoción estética de contemplar el lugar, el
sentimiento de vinculación con el pasado, etc.
(Bedate et al., 2001). Pero el turismo, y
concretamente el desarrollo de actividades
recreativas en el patrimonio, también puede
ocasionar efectos perniciosos en el recurso (deterioro
del monumento, reducción de la calidad de las
visitas, promoción de la imagen negativa, etc.) como
consecuencia de una planificación inapropiada o por
la falta de esta.
Ante esta situación, la interpretación juega una
importante labor al promover un equilibrio entre el
“uso” y la “existencia” del patrimonio y, además,
dotarlo de un valor añadido, ajustando la oferta a una
demanda cada vez más exigente. Esto es de vital
importancia puesto que el “modo” en el que el
visitante consume el recurso influye en la
sostenibilidad del lugar, en su satisfacción, y en
general, en la imagen percibida de ese patrimonio, e
inclusive, de todo el conjunto cultural y urbano.
Por todo ello, consideré necesario realizar un estudio
donde se aportase de alguna manera credibilidad,
confianza y valor al campo de la interpretación y
concretamente al trabajo realizado por un guía
intérprete. De esta manera surgió el presente estudio
cuyo objetivo, por un lado, era demostrar la
importancia de la interpretación como un elemento
que debe integrar todo el proceso de visita a un
recurso y, por otro, crear un precedente
metodológico que abordase un modelo de análisis de
los elementos interpretativos personales, es decir, del
guiaje.
Fui consciente de la complejidad de este trabajo en
aspectos tales como ¿a quién evaluar?, ¿por qué?,
¿cuándo?, ¿dónde? y sobre todo, ¿cómo evaluar?
Finalmente, ante todas estas cuestiones se decidió
realizar una investigación denominada de impacto o
causal en la Lonja de los Mercaderes de Valencia con
10
grupos de visitantes seleccionados. Para ello,
procedimos a la realización de encuestas antes y
después de la visita guiada (modelo causal o de
impacto), así como la utilización de otras
metodologías de estudio que reforzasen la
investigación (observación, entrevistas). El grupo de
muestra se decidió que fuera de diferentes
características, evaluando a diversos grupos en cuanto
a edad y nivel cultural. Sin embargo, interesaba
evaluar al propio residente local o de proximidad,
puesto que la incidencia del guía en el mismo era más
complicada si cabe, ya que el local es conocedor de
su patrimonio.
Pero también me encontré durante la elaboración del
estudio con determinadas barreras ciertamente
complejas. Una de ellas consistía en cómo evaluar las
cualificaciones de un guía en cuanto a su nivel
cultural, algo ciertamente difícil. En este caso, uno se
pregunta dónde está el límite de ese conocimiento. El
motivo de este gap se debía a que al no existir ningún
documento de referencia para el monumento que
definiera todos los contenidos interpretativos a
divulgar (programa interpretativo), se hacía muy
complejo evaluar con rigor la información y los temas
presentados en las visitas. Por lo tanto, era preciso
que el estudio se centrase en la valoración de la
profesionalidad y destrezas del personal intérprete de
la Lonja, excluyendo el análisis de los contenidos
aportados por el guía.
Otra cuestión existente era cómo valorar las técnicas
interpretativas aplicadas por el guía durante la visita,
puesto que se podía caer en el sesgo de la
subjetividad. Para ello, se decidió realizar la
evaluación según el modelo de Benayas y Muñoz
(2007), puesto que era un sistema de medición
adecuado para nuestro estudio.
No debemos tampoco olvidar que el estudio trataba
de evaluar la incidencia de un guía y no de otros
medios interpretativos (folletos, cartelería, etc.) en
la percepción final del visitante, lo que creaba cierta
complejidad evitar dicha influencia. Sin embargo,
pudimos observar cómo la Lonja no contaba con otros
medios interpretativos de calidad más que el guía, lo
que permitía poder evaluar mejor el aspecto que nos
interesaba.
Finalmente, y tras solventar aquellos inconvenientes y
realizar el estudio, pudimos demostrar empíricamente
que la incidencia del guía en los visitantes durante su
visita a la Lonja de los Mercaderes de Valencia era
positiva, y mejoraba su percepción final. De esta
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manera quedaba confirmada la hipótesis principal
planteada para el estudio “El guía intérprete incide
positivamente en la visita al patrimonio mejorando la
valoración final”.
Por tanto, la importancia de la labor del personal
intérprete del monumento quedaba manifiesta, al ser
capaz de satisfacer a un amplio margen de visitantes,
en este caso locales, que presentaban características
heterogéneas y que albergaban un nivel de
familiarización y conocimiento sobre el monumento,
en ocasiones elevado, adaptando la visita a cada
segmento de demanda.
Los resultados obtenidos también mostraron un
aumento del nivel de satisfacción de los visitantes
tras realizar la visita guiada a la Lonja. De hecho,
surge por parte de los encuestados una intención de
repetición (lealtad) y disposición a pagar más, lo que
valorizaba el servicio ofrecido tangibilizando su uso.
Otra conclusión obtenida del estudio fue en lo
referente a la variable de “aprecio” al patrimonio.
Dicha valoración aumentaba tras realizar la visita
guiada, afirmando la teoría de Ham (2008) de que la
interpretación lleva al entendimiento y, a su vez, al
aprecio del patrimonio.
Se encontraron otras cuestiones relevantes, como que
la falta de una planificación en la Lonja de Valencia
que implemente un programa de interpretación
adecuado estaba conllevando a la presencia de
importantes deficiencias que afectaban a la calidad
de la visita, a la adecuada interpretación y puesta en
valor del sitio, a su capacidad de carga y protección,
e incluso a su imagen.
En definitiva, los resultados obtenidos abordaron, por
un lado, la confirmación de la importancia de la
planificación interpretativa para la gestión y creación
de adecuados medios que conecten la oferta de la
Lonja con las experiencias de los visitantes, y por
otro, la relevancia de la labor realizada por el guía
intérprete promoviendo unas percepciones positivas y
satisfactorias entre los visitantes al monumento. Sin
embargo, se sostiene que aunque es evidente que la
labor del guía quedaba destacada, en el caso de la
Lonja de los Mercaderes estamos a merced de su
profesionalidad puesto que su función no se encuentra
reforzada por un programa de interpretación que
mejore y refuerce la visita y que ponga en valor el
potencial del monumento. El guía transmite unos
contenidos pero no un mensaje que fomente una
emoción generalizada.
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Solo espero que con este estudio se pueda de alguna
manera allanar el camino en la investigación de un
paradigma tan importante, aunque al mismo tiempo
complejo, como es la interpretación del patrimonio y,
concretamente, los medios interpretativos atendidos
por personal. Considero que debemos seguir en esta
línea, pues es necesario crear modelos de estudio y
análisis que pongan en valor todo lo que significa este
campo. Así que: ¡adelante!
Bibliografía
Bedate Centeno, A. M.; Herrero Prieto, L. C.; Sanz
Lara, J. A. (2001). Estudio de la disposición a
pagar por un Bien del Patrimonio Histórico
Cultural. Estudios Turísticos nº 150, pp. 113 – 132.
Benayas del Álamo, J. y Muñoz Santos, M. (2007).
Evaluación de la interpretación en parques
nacionales (o saber qué hacemos, cómo lo
hacemos y cómo mejorarlo). Boletín de
Interpretación nº 23, pp. 5-7.
http://www.interpretaciondelpatrimonio.com/bol
etin/index.php/boletin/article/view/247.
[Consulta: abril 2011].
Blaya Estrada, N. (2004). La interpretación del
patrimonio como herramienta para la conversión
del recurso patrimonial en producto turístico
cultural. Reflexiones y propuestas.
http://www.interpretaciondelpatrimonio.com/doc
s/pdf/Nuria.pdf. [Consulta: marzo 2011].
Ham, S.H. (2008). De la Interpretación a la
Protección: ¿hay una base teórica? Boletín de
Interpretación nº 18, pp.27-31.
Morales, J. (1998). Guía para la Interpretación del
Patrimonio. El arte de acercar el legado natural y
cultural al público visitante. Consejería de
Cultura. Junta de Andalucía.
Tilden, F. (2006). La interpretación de nuestro
patrimonio. Asociación para la Interpretación del
Patrimonio Edit. (Original publicado en 1957).
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