Aclaraciones de un grave error que debería ser reparado

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Aclaraciones de un grave error que debería ser reparado
Discursos, ponencias y entrevistas
Aclaraciones de un grave error que debería ser
reparado
Manuel Espinosa Yglesias
Autor: Manuel Espinosa Yglesias
Tipo de documento: artículo
Título: Aclaraciones de un grave
error que debería ser reparado
Fecha: ca.1988
Lugar: no especificado
Clave de clasificación: II.A.3.a/1988-6
Caja: 40
Palabras clave: estatización de la
banca
Me he esperado 6 años para hacer estas declaraciones que las creo oportunas pues
muestran que no se hicieron las cuentas correctas cuando se evaluó a la Banca, y
lo peor, que hasta la fecha el error no ha sido reparado.
Para dar una idea del verdadero valor de Bancomer, no el que impusieron los
valuadores (jueces y partes), podemos revisar los siguientes datos: en febrero de
1979 se efectuó una oferta pública secundaria de 35 mil millones de acciones de
Bancomer al precio de 44 pesos por acción, habiéndola absorbido de inmediato el
mercado, elevándose su cotización y sosteniéndose sólidamente en su nuevo nivel
de precios.
En esa fecha el capital social pagado de Bancomer era de 3 mil 500 millones
de pesos, representado por 350 millones de acciones, por lo que al precio de colocación de 44 pesos por acción, la institución tenía un valor bursátil de 15 mil 400
millones que, al tipo de cambio de 22.80 pesos por dólar que prevalecía al fin de
ese mes, equivalía a 675 millones 438 mil 597 usd.
Tomando en cuenta los resultados de este ejercicio, la colocación se efectuó a
razón de 6.23 veces utilidades.
En 1981 un Banco extranjero ofreció pagar 250 millones usd por el 30% de
las acciones representativas del capital social de Bancomer, lo que equivale a una
estimación de 833 millones 333 mil 333 usd por el total de las acciones.
Al cierre de 1980 Bancomer había obtenido una utilidad neta de 3 mil 034
millones 920 mil pesos que, al tipo de cambio de 23.70 pesos por dólar que prevalecía en esa fecha, equivalía a 128 millones 055 mil 696 usd. Por lo tanto, si el
Banco extranjero evaluó a Bancomer en 833 millones 333 mil 333 usd aplicó una
relación de 6.5 veces utilidades realizadas.
Como puede apreciarse, tanto el mercado bursátil mexicano, que absorbió de inmediato el importante paquete accionario antes mencionado, como el
mercado extranjero que se encontraba dispuesto a pagar la cifra antes señalada,
coincidían en evaluar a Bancomer con una relación superior a 6.2 veces utilidades.
Al cierre de 1981, último ejercicio completo antes de la expropiación bancaria, la
utilidad neta de Bancomer fue de 4 mil 135 millones 278 mil pesos que —al tipo
de cambio en vigor de 26.23 pesos por dólar— equivalía a 157 millones 654 mil
518 usd; por lo que, a razón de 6.2 veces utilidades, el Banco tenía un valor de
cuando menos 977 millones usd.
No obstante lo anterior, para fines de indemnización, con números al 31 de
agosto de 1982, las acciones de Bancomer fueron evaluadas a razón de 588.07 pesos cada una. Habiendo 52 mil 500 acciones en circulación a esa fecha, el Banco
se valuó en 30 mil 873 millones 675 mil pesos. El mercado libre cambiario se reestableció el 20 de diciembre de 1982 a razón de 150 pesos por dólar, por lo que,
tomando en cuenta esa cotización, Bancomer fue valuado en 205,824,500 dólares.
Hemos visto por lo tanto que si Bancomer tenía un valor de cuando menos
977 millones usd, la indemnización representó apenas el 21% de dicho valor.
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Hay que tener en cuenta que estamos tomando para esta evaluación una
relación precio-utilidad de 6.23; para empresas de la categoría de Bancomer la
Bolsa estaba a 9. Si se toma esto se verá que en números redondos Bancomer valía
1 billón 217 mil 502 millones de pesos, por lo tanto toda la Banca valía aproximadamente 3 veces más en el caso de que fuera el 6.23 de utilidades, casi 3 mil 500
millones de dólares y en el caso de que fuera a 9 veces las utilidades, serían casi 5
mil millones de dólares. Esto no es una fantasía.
Si se toman como modelos las ventas que en la actualidad se han hecho,
como la de Banesto (Banco Español de Crédito), que era casi igual a Bancomer, se
pagaron 400 millones de dólares por el 10% de acciones, o sea, 400 millones de
dólares sólo por Banesto. Toda la Banca junta en la actualidad a pesar de las devaluaciones, tiene tanto como Banesto. Sin embargo, aparentemente el valor que se
le dio que era del 21 % en el caso de que fueran a 6.23 y el 15% más o menos en el
caso de que fueran 9 veces las utilidades. Como la mitad fue pagada a los accionistas con los bonos del gobierno, los que a su vez eran cambiados por activos de los
Bancos. En realidad se pagó únicamente la mitad de lo que aparentemente se dijo
y el resto de los bonos que fueron a 10 años quedaron cubiertos en menos de dos
años por las utilidades de la Banca. Estas fueron entonces las cifras:
UTILIDADES EN (‘) MILLONES DE DÓLARES
AÑO
BANCOMER
1983
1984
1985
1986
1987
62’0
85’5
81’5
116’0
137’0
_______
482’0
BANCA
97’
250’
245’
297’
376’
_______
1285’
Ahora bien: hay que tomar en cuenta que Bancomer ganó en manos de la
empresa privada, o sea el último año de la administración privada, 157 millones
de dólares. No se ha vuelto a obtener eso en la administración pública.
Y resulta dramáticamente injusto, que el monto de la indemnización fuera
sólo de 48 millones de dólares más que la utilidad de 1981.
Es decir, que un sistema bancario que generó 157 millones de dólares en un
año (1981) sólo vale 48 millones más.
Puede añadirse que esta injusticia tuvo una dedicatoria por que no todos la
sufrieron así.
En el cambio que se hizo por los activos del Banco, el segundo accionista
importante de Bancomer, se le permitió usar sus bonos para cambiar activos en
Banamex (cosa que no se me permitió a mí, que era el principal accionista de Bancomer). Con esto y con las acciones que tenía en Banamex, recibió activos por más
de 270 millones de dólares con lo que quedó correctamente pagado, lo mismo
pasó a los demás accionistas de Banamex.
En cambio a mí se me quitó el único negocio que tenía. Se me entregaron
negocios por los que tuve que pagar hasta 10 veces más de lo que valían en libros,
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pero tenía que tomarlos, pues no me podía quedar con los bonos en una situación
altamente inflacionaria. Además, se me dejó sin la posibilidad de seguir en negocios con la importancia que tuve siempre desde hace más de 40 años en la República Mexicana, y privándome de encauzar a mis hijos y nietos en las mismas.
También se beneficiaron algunos pequeños accionistas a los que se les permitió entrar en las empresas que yo había creado y que el Director de Bancomer se
negó a que me fueran entregadas aduciendo que tenían derecho a ellas todos los
accionistas. Se podría decir que fueron correctamente tratadas unas 10 personas
de la pequeña inversión, entre un total de más o menos 5 mil.
Había propuesto un arreglo al entonces Presidente, Lic. López Portillo que
fue aceptado por él mismo, y que consistía en lo siguiente: Entrega a título gratuito de la infraestructura e instalaciones que requería la operación bancaria, que
era lo que razonablemente debía abarcar la expropiación. Con esta donación, el
Gobierno hubiera adquirido la operación bancaria y los accionistas de bancomer
hubieran conservado, con otro nombre, por supuesto, el resto de la organización,
permitiendo así que se continuase su operación exitosa.
La conformidad del Lic. López Portillo con esta operación me fue hecha saber
por él mismo, elaborándose incluso los contratos de arrendamiento por aproximadamente 330 inmuebles que tenía el Banco entre sus activos, incluyendo el
edificio en donde estuvo la oficina matriz en el centro y el gran Centro Bancomer,
mismo que, por cierto, vale mucho más que el importe total que se pagó como
indemnización del Banco. Resulta conveniente mencionar aquí que para la operación bancaria no es requisito ser propietario de los inmuebles; es práctica común
a nivel mundial el arrendarlos.
La firma del convenio acordado con el Lic. López Portillo no fue realizada,
pues aún cuando él me dijo tener la total disposición para ello, el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público, Lic. Jesús Silva-Herzog se negó a otorgar
su firma, comentándome él mismo más tarde que por indicaciones del Sr. Lic.
Miguel De la Madrid, situación que después de una plática sostenida con el Sr.
Presidente consideré totalmente falsa.
Si el convenio que había acordado con el Lic. López Portillo se hubiese
realizado, el país se habría beneficiado con una empresa que al contar con una
tenencia accionaria de miles de personas en todo el país permitiría la fácil colocación de acciones de nuevas empresas que la organización Bancomer impulsaba.
Esto puede ser confirmado atendiendo a la constitución o adquisición, por parte
de Bancomer, de aproximadamente 10 empresas que eran fruto de asociaciones
con alemanes, japoneses y otros, que el banco tenía intención de vender, conforme a lo aquí expuesto, ya que nunca consideré que su papel debiese ser el de una
compañía tenedora.
Estoy consciente de que los accionistas pequeños normalmente están sujetos
a lo que la Bolsa diga, pero en casos como el de Banesto en España y otros Bancos,
las acciones toman otro valor. Puedo decir que soy el único accionista grande de
la Banca privada que recibió en realidad únicamente el 7% de lo que debía haber
recibido.
Se indicó que en la indemnización no se debían tener en cuenta los muebles
que ya estuvieran amortizados, ni lo que se paga por un negocio en marcha, pues
como se ve, para que el Banco tuviera un desarrollo, ya habían pasado 50 años
de intenso trabajo y de reinversión constante. Eso según los valuadores, no valía
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nada, es decir, el desarrollo de las sucursales que toma años para estar en punto
de equilibrio, la reinversión constante de utilidades se echaron al olvido.
Valuó el mismo que expropió, cosa que no parece adecuada. En Perú, que
es un país pequeño, cuando se expropió el Chase Manhattan Bank, llamaron a
valuadores extranjeros. Posiblemente uno de los motivos por los que aquí no se
expropió el City Bank fue porque no se le podía haber tratado como a los mexicanos. Se hubiera tenido que llamar a un valuador extranjero, como se hizo cuando
la indemnización de las compañías petroleras, es decir, en la «renovación moral»,
los mexicanos tuvieron que sufrir pérdidas cuantiosísimas por la voluntad del
gobierno.
En Perú se devolvió la Banca, pues los tiempos han cambiado, y así lo juzgó
conveniente el gobierno. Se adjunta copia de lo publicado en un periódico.
También envié mi reclamación a la presidencia por lo que se refiere al asunto
de los cines, y me indicaron en la contestación que habían sido valuados por la
Comisión Nacional de Avalúos, es decir, por 102 cines se pagaron 10 millones de
dólares, valuados efectivamente también por la Comisión Nacional de Avalúos.
Dos de ellos que no se vendieron y que fueron valuados por el arquitecto responsable, fueron valuados en 7 millones de dólares ¿Se puede entonces creer en la
moralidad del Gobierno al hacer estos avalúos?
Se me contestó que habían sido valuados por la Comisión Nacional de Avalúos. Quisiera, en el caso de los Bancos, que fueran valuados por una comisión internacional, y en el caso de los cines, por el Colegio de Ingenieros, para que se vea
en los 2 casos, lo que se hizo a muchos pequeños accionistas, pero personalmente a mí, que me dejaron sin negocios y sin dinero para poder construir negocios de
la importancia de los que tuve.
Espero que estas declaraciones no dejen dudas del grave error de la indemnización que se me asignó en lo particular. Una reflexión sobre lo sucedido hace 6
años deja en claro que queda pendiente reparar tan grave daño.

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