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GALERÍA ZARA GOZA GRÁFIC A noviembre diciembre ‘04 enero - febrero ‘05 CIÓN DE HUESCA SALA SAURA, DIPUTA Porches de Galicia, 4 Huesca | Tfno. 974 294 100 Pº. Constitución, 33 pral. izda. Zaragoza | Tfno. 976 221 076 Fue con motivo de la exposición Después de Goya. Una mirada subjetiva, celebrada en Zaragoza en 1996, cuando Antonio Saura, comisario de la muestra, se encontró con Víctor Mira. Habían pasado cinco años desde que Mira escribiera una carta dirigida a Saura solicitándole ser admitido en el círculo de aragoneses tan ilustres como Gracián, Goya, Buñuel y el propio Saura –a quienes éste denominaba como los cuatro perros de Goya–. Mira se quiso quinto perro y Saura acogió su sonámbulo errar; no por querencias de origen, sino por la fascinación que en él suscitaba la rotundidad desoladora de la obra de Mira. Ocurrió que cuando Saura estaba inmerso en el proceso final de la exposición citada, supo de la serie de los Antihéroes de Mira que como perros amarrados permanecen hundidos en su derrota, habitantes de un vacío difícil de colmar. Saura reconoció en ellos la permanencia de la mirada cruel, la que tiene que ver con el ojo que piensa, y supo que a ambos les unía ese impulso furioso que invita a penetrar en el dominio de lo convulso. Ahora, cuando ambos artistas no están, sólo resta dar luz a la penumbra impalpable de las estancias de los Antihéroes de Mira proporcionándoles el mejor cobijo posible: la celeste cosmogonía de la Elegía de Saura. Hemos de agradecer a José Navarro, director de la Galería Zaragoza Gráfica, haber hecho posible este encuentro de tanta intensidad sentimental y pictórica. DIPUTACIÓN DE HUESCA Voz última Webster estaba muy poseído por la muerte y veía la calavera bajo la piel; y criaturas sin pechos bajo la tierra se echaban atrás con sonrisa sin labios (T. S. Eliot, Susurros de inmortalidad) Nada puede ser más triste y más precario que esta posición en el mundo: una única chispa de vida en el imperio de la muerte, el solitario punto medio del círculo solo, sintió Heinrich von Kleist1 ante la pintura Monje junto al mar de Caspar David Friedrich sobre la que versan las meditaciones últimas de Víctor Mira. “El hombre, vida apenas, sólo existe para ser testigo”, dejó escrito Rafael Guillén y en esa situación, Mira pudo sentir como Leopardi2 que el desamparado contemplador del cuadro de Friedrich era consciente, ante el Dolor cósmico y la Belleza esencial, de la voluptuosidad de un naufragar dulcísimo y del horror de una inmensidad que desborda su mente. Y así, dejarse vencer por la atracción hacia el abismo, al ser consciente de que éste no se encuentra en otro lugar sino en sí mismo. Lo mejor quizás hubiera sido, como advierte Rafael Argullol, que el hombre jamás se hubiera asomado a su propio pozo, “pero cuando lo hizo –y en este gesto se grababa su destino– le 1. Javier Arnaldo, Fragmentos para una teoría romántica del arte, Tecnos, Madrid, 1994, p. 134. 2. Rafael Argullol, La atracción del abismo, Destino, Barcelona, 1994, p. 20. pareció ver, a una distancia infinita, su rostro reflejado en el fondo. Acaso fuera sólo un destello: el destello suficiente para desatar el fuego demoledor de la esperanza. Entonces le pareció oír una voz, o tal vez era un mandato, que se reproducía, a través de los oráculos, por toda la tierra. Ya no únicamente le parecía verse, sino también escucharse. Y las palabras que llegaban a sus oídos eran las que apremiantemente necesitaba escuchar: conócete a ti mismo. Así, paradójicamente, empezaba la larga marcha hacia lo ‘otro’, pues para el hombre lo ‘otro’, el territorio ignorado del peligro y del deseo –el dios desconocido, por excelencia– sólo encontraba fundamento desde su ilusión de conocerse. Sin embargo, cuentan de alguno que acabó repudiando la sabiduría oracular. Cansado de asomarse una y otra vez al pozo, en busca del destello, y no viendo otra cosa que oscuridad, se acercó, en una última tentativa, a interrogar al oráculo. Explicó que ya había hecho mucho para conocerse a sí mismo, tanteando todos los saberes y experiencias posibles, y que, por tanto, dado que seguía desconociéndose completamente, ansiaba escuchar del oráculo otro tipo de sugerencia. Como la respuesta se retrasaba, el hombre, furioso y desesperado, tomó la determinación de no asomarse más al maldito pozo, sino que, anhelando ‘otro’ camino, se arrojaría a él. Y sin esperar más corrió hacia un acantilado cercano y se tiró al vacío. Se dice que mientras caía el oráculo se estaba pronunciando: Ignórate a ti mismo.”3 La atracción hacia al abismo es indisociable del desafío creador, así lo entendió Víctor Mira y así se explica su decisión de no ser testigo sino actor principal de un ritual en el que la escritura, la pintura, la escultura, el dibujo y el grabado remitieran a la dramatización de un viaje cuyo final sería al borde de la orilla. Víctor Mira hizo suya la imagen desolada del monje junto al mar, y desde ese lugar imaginario ansió permanecer en silencio y moverse en dirección al cielo azul. Para llegar a la quietud y al silencio de sus meditaciones en torno al cuadro de Friedrich, Mira hubo de escenificar antes su propia danza de la muerte que, al igual que el Buto, la danza macabra de Kazuo Ono4, no pretendía conjurarla sino recrearla y hacer sentir las emociones que su contemplación provoca. Una amarga burla que desarrolló en la obra de teatro Antihéroes, un evocativo y sin embargo no fatal encuentro con la muerte, cuyo escenario coincide con el destinado a la exposición. Desde 1995, imágenes de antihéroes se incorporaron al singular repertorio iconográfico de la plástica de Mira, junto a la extraña para- fernalia que les acompaña durante su tiempo de espera: literas construidas con mallas metálicas y maderas viejas, esculturas water y lámparas de luz tan mortecina como hiriente, son los enseres básicos que ocupan la atmósfera agobiante de unos espacios lúgubres, que semejan pudrideros, lugares de desafección, mezcla de mazmorra y tumba. En estos escenarios se alinean las “camas” sobre las que yacen despatarradas figuras que tanto recuerdan a los hombres huecos de T. S. Eliot 5, figuras sin formas, sombras sin color, fuerzas paralizadas, gestos sin movimiento, sumidos entre el deseo y el espasmo, entre la potencia y la existencia, entre la esencia y el descenso cae la Sombra. Todo es oscuro, grotesco, desordenado, caótico y oculto, como corresponde a un lugar en coma, donde lo irracional se impone al escaso repertorio de gestos, gritos y murmullos absurdos con los que Lendrera y Patacoja, personajes de la obra teatral, retan a la muerte. Ambos duermen, vestidos, apenas cubiertos por andrajosas sábanas. Del fondo del escenario emerge una figura que se acerca a la cama donde yace Patacoja y zarandeándole, le grita ¡Que te mueras! ¡Que te mueras pronto!, que con la tardanza insultas a la muerte. Un año hace que te espera. Un año que ve cómo no dejas de peinarte, de arreglarte la ropa. Y eso la insulta. Cuando se apagan las luces, la noche se acompaña 3. Rafael Argullol, El fin del mundo como obra de arte, Destino, Barcelona, 1991, pp. 146-147. 4. Leonardo de Arrizabalaga, “Buto: la danza macabra de Kazuo Ono”, en El Paseante, Núm. 6, Madrid, 1987, pp. 70-77. 5. T. S. Eliot, Poesías reunidas, 1909-1962, Alianza, Madrid, 2003. de la sombra de la muerte y el estallido de fuertes y nerviosas carcajadas rompen el silencio; el silencio de la muerte que sólo existe para los vivos. En la obra teatral Mira hace que los personajes se quiten sus zapatos y se coloquen uno encima de la cabeza. Si la tierra simboliza al antihéroe, puesto que es la tierra quien lo ha creado, según apunta Ulrike KellerTritschler 6 en el epílogo que acompaña la edición de Antihéroes, el simbolismo del zapato remite a la toma de posesión de la tierra, al viaje y a la muerte; y si la danza de la muerte que Mira nos propone tiene como principal objetivo reflexionar sobre la condición humana, el sentido telúrico del zapato quizás remita también a una experiencia de la vida del artista, aquella en la que un día yendo con su familia al cine, vio a su padre, que como siempre iba por delante, pararse de improviso y ponerse a escarbar en el suelo con la punta del zapato. Como si quisiera desenterrar algo que asomaba. Llegamos a su altura y le vimos con los ojos clavados en la tierra. –¿No pensáis que esta tierra huele demasiado a sangre?– escuchamos que decía su voz apagada y seca. No podía vivir, eso era todo. La sangre de la guerra le carcomía y él, entonces, tomó la decisión de enfrentarse a aquella noche que le perseguía. 6. Ulrike Keller-Tritschler en el epílogo que acompaña a la edición de Antihéroes, Der Kunstraum Ruedi Tobler Basel, Basel, 2002. Por ese motivo, para limpiar de sangre la tierra de Zaragoza, fue por lo que mi padre se presentó un día en el ayuntamiento de la ciudad y solicitó un puesto de barrendero .7 Mira convirtió todas sus experiencias, enredadas en sus escritos entre la realidad y la ficción, en una representación donde la muerte siempre imponía su ritual agresivo y trágico; que la melancolía llegó más tarde. Con su vida escenificó la impotencia de quien se sabe sombra errante. Así se quiso. Y con su obra vigiló a la muerte, consagrándola en cada acto creador Del arte de la pintura, del que se decía insistentemente que estaba muerto, de sus huesos y pellejos surgía yo como artista y adquiría forma y color. Escarbando, picoteando en el cadáver magnífico, terminé por hacerle la autopsia: muerte por aburrimiento. ¡Qué descubrimiento tan trágico! Pero al remover el amasijo de tendones y nervios con mis pinceles, surgió una verdad, una gusanera espantosa de texturas radiantes, una pintura libre de aspavientos y de las asfixias de las trincheras de la abstracción. Era una pintura de gramática figurativa, alejada de las sutilezas evangélicas, y a la espera de proxenetas, sin los que el arte no puede afirmarse.8 Encerrado en la soledad de su taller, en el absoluto falso silencio de las voces, casi 7. Víctor Mira, “Zaragoza, a la vanguardia del dolor” en España no se puede dormir (sin datos de edición). 8. Víctor Mira, “Apología del delirio” op. cit. gritos, de las aterrorizadas pinceladas, machaconas pinceladas que alcanzan el vituperio, que desencadenan el comportamiento asombroso de los materiales. Forcejeo en la soledad cuya resaca inmediata no se hace esperar. El murmullo de los colores fomenta, con su ansía de vida, la anarquía. Brochazos, golpes de conciencia redentora que se expanden. En momentos como esos, de humillación física y psicológica, la locura amenaza con golpear, violenta como un puñetazo. Ira, confusión, ridículos intentos sentimentales que terminan en torturas y carcajadas. Y todo tan serio y, a la vez, tan beneficioso para la pintura final, que se convierte así, bruscamente, de una superficie absolutamente idiota en una imagen punzante que emerge con una violencia y un estremecimiento admonitorios.9 El destino del hombre es trabajo incesante, cantó el poeta Eliot. A Víctor Mira, al menos le permitió esperar. Una y mil veces repitió la misma obra, tanto dan sus actores, estilitas, calaveras, cristos, naturalezas muertas, perros amarrados... o antihéroes, porque todos son el mismo en el papel de la conciencia trágica de quien no soporta vivir. Otra cosa bien distinta es la gramática, argumento principal que en definitiva será el que fortalezca el discurso plástico por encima incluso de las escenificaciones vitales que no hay duda están en el origen de todo. Mira no tuvo dudas al respecto, como lo confirman sus numerosos 9. Víctor Mira, Ibidem. comentarios dedicados a los valores esenciales de la pintura que, si dejan bien clara su actitud radical, también le ponen en relación con la poética de otros artistas, por ejemplo con la mirada cruel de Antonio Saura, admirador de los antihéroes de Mira que en definitiva son todos los protagonistas de sus obras, y aquí incluyo también los retratos que hizo de Goya. Mira, Saura y antes Goya propiciaron en sus obras el triunfo de la mirada subjetiva, el poder de la imaginación, de la crueldad, del instinto y de la expresividad más radical. La mirada inquisitiva de Goya y de Saura es en Mira desolación, rotunda y hasta conmovedora en ocasiones y en otras despiadada, si eso puede ser la desolación, pero en todos ellos extremadamente cruel. La mirada cruel, escribió Antonio Saura, tiene que ver con el ojo que piensa. El mismo ojo que Luis Buñuel decidió rasgar de un solo tajo para penetrar en el lado más oscuro, en el abismo destemplado de la pasión y del deseo. Mira, como Saura y antes Goya, se atrevió a dar luz a las tinieblas de la pintura, a escudriñar en la naturaleza convulsa de la imagen desnuda con gestos violentos, a romper el silencio con los estertores de la muerte que violenta a la carne. Porque una pintura no sólo está hecha de colores, sino también de violencia, de desesperada voluntad creativa y de eficacia fecunda. Pintura como densidad puramente abstracta con la que alcanzar la conciencia, más allá de la imagen enturbiada, para, inmediatamente, borrar todo de un solo brochazo. Del borrón impreciso surgiría, como si yaciese allí sepultada, una magnitud de presencia irrevocable.10 Susurros de inmortalidad11 quedan suspendidos en las estancias pintadas de los antihéroes; son las voces últimas de un relato que ya ha sido y del que sólo queda sombras. Jung nos dice que la función esencial del mito del héroe es desarrollar la conciencia del ego individual que dé cuenta de su fuerza y debilidad. Antes que el ego triunfe, el héroe tiene que dominar y asimilar su sombra. La sombra que atrapa al antihéroe, nunca preparado para morir. En la tragedia épica de los antihéroes, la figuras se desfiguran en un proceso imparable determinado por el estremecimiento que en ellos provoca el estupor ante la muerte. Abrazados a sus sombras, su destino final no es otro que el de abrasarse en los camastros sobre los que yacen, que más que camas son artilugios de tortura con formas de surreal cotidianeidad como parrillas, tablas de planchar, corralitos infantiles, tendedores, jaulas de animales, peldaños de escalera, ataúdes y féretros, cruces..., en fin todo muestrario eficazmente articulado y apenas iluminado con las bombillas de los pequeños flexos individuales que dirigen su luz a la cabeza de los personajes, solos o agrupados en nidos. La luz alum- bra los sueños y pesadillas de los antihéroes dormidos. Las notas musicales de la Quinta Sinfonía de Beethoven que el padre de Víctor Mira escuchaba incesantemente, hundido en el sofá, en la oscuridad de una habitación con las luces apagadas porque Aquella era la música más indicada para acallar el ruido de las explosiones y el tableteo de las ametralladoras de la guerra que aún tenía enquistados en el cerebro y que no le dejaba vivir 12, el delirio tan goyesco de las imágenes obscenas del rapto y desvarío de un cuerpo violentado que Mira rescata para la narración ilustrada de Caperucita Roja. Viaje de una generación, o simplemente la visión del destino con los cuerpos transparentemente carbonizados, son algunos de los paisajes oscuros que ocupan las mentes de los antihéroes dormidos. Cuando abran los ojos, sus cuencas estarán vacías, sus rostros convertidos en calaveras y sus cuerpos como hilaturas de fantasmas aullarán definitivamente poseídos por la muerte. Nada, ni siquiera la brutalidad de sus pesadillas podrá mantenerles vivos. Poco a poco, ya ausente el deseo, las criaturas sin pechos bajo la tierra se echan atrás con sonrisa sin labios. CHUS TUDELILLA 10. Víctor Mira, Ibidem. 11. En el poema Susurros de inmortalidad de T. S. Eliot, opus. cit., leemos: Y aún las Entidades Abstractas circumambulan su encanto: pero nuestro destino repta entre costillas secas para mantener caliente nuestra metafísica 12. Víctor Mira, “Zaragoza, a la vanguardia del dolor” op. cit. Fantasías nocturnas Antihéroes es el título con el que Víctor Mira ha bautizado esta colección compuesta por dibujos, pinturas, cerámicas y una pieza teatral. El artista nos abre aquí las puertas del oscuro y tétrico imaginario de visiones, temores, miedos y pesadillas del interior de un ser destrozado y desgarrado. En este universo artístico, que no concibe auténticas distinciones entre el sujeto hombre/mujer, la diversidad y la riqueza nacen de la disposición, de la decoración: un cuerpo humano muerto que yace sobre una ancha tira de tela colocada sobre un somier; en el abdomen, una cavidad a modo de herida cubierta con una reja o repleta de objetos cotidianos, desechos de nuestra sociedad civilizada: cajas de madera, latas vacías, horquillas para el pelo... Mezcla de arcilla y cola, estos objetos suelen formar estructuras, construcciones arquitectónicas a modo de torre alrededor de la cual las camas se distribuyen al azar en distintos ángulos y órdenes, o servir de irregular decoración sobre vastas paredes. Mira hace reposar cuerpos de arcilla sobre extraordinarias bañeras de madera de Sudamérica o coloca sobre tablones de madera una superficie plana de tierra con piezas de barro redondas, complementarias, en diagonal, y con trozos de huesos entre ellas. De este modo, en este ciclo de la obra de Mira, el antihéroe destruido por la sociedad ya no representa a un enfermo todavía con vida, esperanzado e ilusionado, dispuesto a luchar. Es un ente desengañado, al límite de la tolerancia, un antihéroe frío, gélido: un muerto. Cuánta fascinación por el Apocalipsis del ser debieron reflejar los ojos de Mira y cuántas creaciones han surgido de esos ojos. En el ciclo La 5ª Sinfonía de Beethoven (1996-1999) encontramos una mirada alegre, el predominio de la fuerza del color rojo y de la luz del amarillo. El negro aparecerá en los pequeños puntos de las notas, pero que no simbolizarán la depresión. En la colección Antihéroe, creada entre los años 1991 y 2000, Mira introduce ciertas similitudes con La 5ª Sinfonía de Beethoven; sin embargo, nos encontramos ahora ante la caída anunciada de la negatividad y el desencanto sobre la esperanza, la tolerancia, el humor de trasfondo de Mira. La obra de teatro Antihéroes arranca con la pregunta que lanza Figura, encarnación de la muerte, y que se convertirá en leit-motif de la pieza: “¿Estás ya muerto?” Según Mira, todo intento por resistirse a este personaje es en vano; ante ella no sirven las preguntas ni sirve la filosofía. Patacoja y Lendrera, sus mensajeros, se enzarzarán en una orgía de muerte que se convertirá en una mutua declaración de amor, en un símil poético entre el paraíso y el crepúsculo, la carne y la nieve o incluso la carne y la luna, que se cierra con la frase: "La luna fría de la noche oscura / reposa tan honda en el cielo como los muertos en sus tumbas". Un soldado herido de muerte, el antihéroe, se arrastra junto a ellos; su muerte cercana les infunde nuevas energías - al irse apagando la luz, Patacoja y Lendrera recibirán la noche entre carcajadas de felicidad. Los mensajeros han encontrado a su próxima víctima, el soldado les pide un aplazamiento, no quiere morir. ¿Un aplazamiento? ¿Hasta cuándo? La obra nos dejará sin respuesta. La escenografía que Mira introduce en la obra se corresponde, en uno de los actos, con las imágenes del antihéroe creadas para un espacio arquitectónico. Víctor Mira nos decía en el prólogo de un catálogo para la galería berlinesa Zellermayer en 1990: “No intenten entenderme ni explicar nada de lo que guardo en mi interior porque las explicaciones matan al artista”… A pesar de todo, Mira ha luchado con su especial encanto para hacerse inteligible, para ser aceptado como artista. El miedo a que se cuestionara su faceta de artista ha sido una de sus pesadillas más recurrentes; un miedo que se sienta junto a él y que durante unos instantes hace tambalear por completo su ya de por sí inestable equilibrio moral. ..."Quería ser radical y extremadamente frío, mis pinceladas tenían que ser de hielo ardiente, revelaciones divinas"… Mira, energético y enérgico, consagrado a su profesión hasta la extenuación, sensible e hipersensible a todo lo que le rodea, reacciona. Y no sólo se ve rodeado y envuelto en miedos negros, sino que su relación con las cosas, como nos demuestra en el ciclo Beethoven, se impregna de un excelente humor y de una visión pícara y mordaz. Los cuadros de Antihéroes que se presentan en esta exposición (1997-1998) pertenecen a la época más tardía de la colección. De la idea central de Beethoven surge también el ciclo Moods (desde 1998): en la mayoría de las pinturas de esta serie vemos a su familia sobre somieres de madera, cubiertos con lacas, los ojos cerrados, y sus sueños dibujados sobre sus cabezas, como si Víctor Mira se mostrase a sí mismo. Los sueños como reveladores de la vida privada. La colección de imágenes Moods se irá ampliando hasta el año 2003 y se convertirá en un homenaje a la vida en estampa de colores puros y brillantes. Las cabezas muertas y los estados depresivos desaparecidos por completo, asistimos a la plasmación de la naturaleza en todo su esplendor donde el ser humano, las plantas, el paisaje, aparecen en el lienzo como por arte de magia. El ciclo Imágenes Binoculares, de 1997 hasta casi el 2000, podría considerarse como un punto intermedio entre Antihéroes y Moods. El negro de la noche se mezcla con lo placentero y comienza a vislumbrarse un cambio de color. El antihéroe yace en esta colección en un particular estado de descanso: su vientre sellado con rejas de metal, rodeado de lámparas que iluminan cada parte de su cuerpo, como sometido a una exploración médica. Una de las camas muestra un borde de madera que recuerda a un seto y se sostiene mediante estribos de hierro atornillados al suelo. Otros cuerpos yacen sin iluminación, sus cabezas sobre el somier como capullos marchitos; juntos a ellos, tras una lámpara de pantalla roja, brilla la red de metal como parte de la cabeza. Tableros en dos, sin lámpara, partidos por una red situada en ángulo recto que separa la cabeza del resto, hace las veces de capilla ardiente, especialmente dura y fría. Si nos colocamos frente a las dos camas situadas a distintas alturas, atornilladas a la pared, vemos que en la parte inferior queda representada la destrucción y que una tela nos conduce hacia la parte superior, donde un paraguas abierto da sombra a una calavera. En otro de los cuadros se ha construido sobre el omnipresente somier un soporte a modo de mesa plegable donde las patas se atornillan con un sistema no demasiado fiable. La idea de la red vuelve a aparecer en la parte donde reposan la cabeza y los pies. De otro vientre abierto surgen columnas de vapor que desembocan en una lata de tomate vacía, un tenedor, una cuchara, una taza de leche, un tazón pequeño, dos pelotas... ¿Se trata de una ocurrencia un tanto cínica o de una pesadilla concebida a partir de la escasez de alimentos de la propia casa que convierte a la obra en una vía de compensación? Quién sabe. El abdomen abierto como un capullo nos trae la imagen de una olla hirviendo, el contenido que rebosa ¿el de un volcán? La colección Antihéroes es el enfrentamiento directo con la muerte en sus múltiples facetas, sin compasión, como un Mira, radical y gélido, reivindicó en su prólogo: “Todo aquel que vive como yo en el exceso, puede reír a gusto. Es el exceso, la necesidad, la libertad, el equilibrio o incluso la indiferencia con la que trato a la muerte, lo que la hace bella, esté yo aquí vivo o muerto. Cuando haya terminado mi tarea estaré, como siempre, listo para el viaje”. ULRIKE KELLER TRITSCHLER 15 Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 65 x 45 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroe, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroes, 1998 Gouache s/papel 45 x 65 cm Antihéroes, 1997 Óleo s/cartón 80 x 100 cm Antihéroes, 1997 Óleo s/cartón 100 x 80 cm Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón 100 x 80 cm Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón 100 x 80 cm Antihéroe, 1998 Óleo s/cartón 100 x 80 cm Final voice Webster was much possessed by death And saw the skull beneath the skin; And breastless creatures under ground Leaned backward with a lipless grin. (T. S. Eliot, Whispers of Immortality) Nothing is as sad and more precarious as this position in the world: a single spark of life in the empire of death, the single solitary point in the centre of a circle, was what Heinrich von Kleist1 felt standing in front of the painting Monk by the sea by Caspar David Friedrich, which is what Víctor Mira’s last reflections are about. “Man, hardly a life, only exists to be a witness”, as Rafael Guillén wrote, and in that situation, Mira could feel like Leopardi2 that the helpless contemplator of Friedrich’s painting was conscious, before cosmic Pain and essential Beauty, of the voluptuousness of a sweet shipwreck and the horror of an immenseness engulfing his mind. And so, surrendering to the attraction of the abyss, being aware that it exists in no other place but within himself. Perhaps it would have been better, as Rafael Argullol warns, that man had never peered down his own well, “but when he did so –and so sealing his fate– he seemed to see, at an infinite distance, his image reflected at the bottom. Perhaps a mere flash: enough to unleash the raging fire of hope. Then he 1. Javier Arnaldo, Fragmentos para una teoría romántica del arte (Fragments for a Romantic Theory of Art), Tecnos, Madrid, 1994, p. 134. 2. Rafael Argullol, La atracción del abismo (The Attraction of the Abyss), Destino, Barcelona, 1994, p. 20. seemed to hear a voice, or perhaps an order, resounding, through the oracles, around the whole world. No longer did he only seem to see himself, but also hear himself. And the words he heard were those he desperately needed to hear: find yourself. So, paradoxically, the long journey towards the ‘other’ started, as for man the ‘other’, the obscure territory of danger and desire –the unknown god, par excellence– only made sense from his desire to find himself. However, there is talk of some who ended up condemning the oracular wisdom. Tired of endlessly peering down into the well in search of the flash, and seeing nothing but darkness, he approached it in a final attempt to interrogate the oracle. He explained that he had already gone to great lengths to find himself, weighing up all possible wisdom and experiences, and that, therefore, given that he still did not know himself, he yearned to hear further advice from the oracle. For lack of response, the man, furious and desperate, vowed never again to peer into the wretched well, but rather, longing for an ‘other’ path, would not hesitate to follow into it. And, without further delay, he ran towards a nearby cliff and jumped over the edge. It is said that while he was falling, the oracle spoke out: do not find yourself.”3 3. Rafael Argullol, El fin del mundo como obra de arte (The End of the World as a Work of Art), Destino, Barcelona, 1991, pp. 146-147. The attraction towards the abyss is inseparable from the creative challenge, which is how Víctor Mira understood it and which explains his decision to not be a witness but rather the protagonist of a ritual in which literature, painting, sculpture, drawing and engraving bring about the dramatisation of a journey that would end at the edge of the shore. Víctor Mira made the desolate image of the monk by the sea his own, and from that imaginary place he yearned to remain in silence and to move up towards the blue sky. To reach the peace and quiet of his meditations on Friedrich’s painting, Mira first had to stage his own dance of death that, as with the Buto, the macabre dance of Kazuo Ono4, did not aim to conspire against it but recreate it and bring out the emotions that come into play while contemplating it. A bitter mocking that in the theatrical play Antiheroes leads to an evocative, yet not fatal, encounter with death, whose stage is that of the exhibit itself. Since 1995, images of antiheroes have been worked into the singular iconographic repertoire of Mira’s art, together with the unusual paraphernalia that accompanies them during their time in waiting: bunk beds made of metal mesh and old pieces of wood, toilet sculptures and lamps as dim as they are hurtful, make up the basic furniture that fill the oppressive atmosphere of the gloomy spaces, resembling a rotting-room, places of disaffection, a cross between a dungeon and a tomb. In these settings, the ‘beds’ on which sprawled out figures lie are lined up, figures which remind one of The hollow men by T. S. Eliot5, shapeless figures, pale shadows, paralysed forces, motionless gestures, between desire and spasm, between power and existence, between essence and descent falls the Shadow. All is dark, grotesque, disorderly, chaotic and hidden, as befits a place in coma, where the irrational imposes itself on the meagre repertoire of absurd gestures, screams and murmurs with which Lendrera and Patacoja, characters of the play, defy death. Both sleep, clothed, barely covered by tattered sheets. From the back of the stage, a figure emerges and approaches the bed on which Patacoja lies and, shaking him, shouts Die! Die soon!, by waiting you insult death. It has been awaiting you for a year. A year watching you endlessly grooming yourself. An insult! When the lights go out, night is accompanied by the shadow of death and a burst of loud nervous laughter breaks the silence; the silence of death which only exists for the living. In the play, Mira makes the characters take their shoes off and place one on their heads. If the earth symbolises the antihero, seeing as it is the earth who created him, as Ulrike Keller-Tritschler6 points 5. T. S. Eliot, Poesías reunidas (Collected Poems), 1909-1962, Alianza, Madrid, 2003. 4. Leonardo de Arrizabalaga, “Buto: The Macabre Dance of Kazuo Ono”, in El Paseante, No. 6, Madrid, 1987, pp. 70-77. 6. Ulrike Keller-Tritschler in the epilogue that accompanies the edition of Antiheroes, Der Kunstraum Ruedi Tobler Basel, Basel, 2002. out in the epilogue that accompanies the edition of Antiheroes, the symbolism of the shoe refers to the taking possession of the earth, to the journey and to death; and if the main purpose of the dance of death proposed by Mira is to reflect on the human condition, the earthly meaning of the shoe perhaps also refers to a life experience of the artist, in which, one day, when going to the cinema with his family, he saw his father, who as usual was walking ahead, suddenly stop and start digging in the ground with the tip of his shoe. As if he were trying to uncover something sticking out. When we caught up to him, he was staring down at the ground. –Don’t you think the ground smells too much of blood?– we heard him say in a dull and dry voice. He could not live, that was all. The blood of the war had consumed him and he then took the decision to face the night that was pursuing him. For this reason, to clean the blood off the ground of Zaragoza, was why my father one day turned up at the city hall and applied for a job as a street sweeper. 7 Mira converted all his experiences, tangled up in his writings between reality and fiction, into a representation where death always performed its aggressive and tragic ritual; melancholy came later. 7. Víctor Mira, “Zaragoza, in the vanguard of pain” en España no se puede dormir (in One cannot sleep in Spain) (no details of edition). With his life he staged the importance of one who knows of the roaming shadow. That’s how he wanted it. And with his work he watched over death, consecrating it in every creative act Of the art of painting, which was constantly said to be dead, from his bones and skin I arose as an artist and took on shape and colour. Scratching around, picking over the magnificent corpse, I ended up performing an autopsy on it: death by boredom. What a tragic discovery! But, by stirring around the tangle of tendons and nerves with my paintbrushes, a truth was revealed, a horrific tangle of radiant textures, a painting free of frantic waving and of the suffocation of the trenches of abstraction. It was a painting of figurative grammar, far from evangelic subtleties, awaiting pimps, without which art cannot reaffirm itself .8 Holed up in the solitude of his workshop, in the absolute false silence of the voices, almost screams, of the terrorised brushstrokes, insistent brushstrokes resembling criticism, which unleash the astounding behaviour of the materials. A solitary struggle whose immediate backlash soon appears. The murmur of the colours, with their desire for life, encourages anarchy. Wild brushstrokes, strokes of expanding redeeming conscience. In moments like these, of physical and psychological humiliation, madness threatens to strike, with punching violence. Rage, confusion, ridiculous sentimental attempts that end up in torture and laugh- 8. Víctor Mira, “Apologia of Delirium” op. cit. ter. And all so serious and, at the same time, so beneficial to the final painting, which so abruptly changes from an absolutely idiotic surface into a striking image that emerges with violence and a shudder of admonishment .9 Man’s fate is endless work, sang the poet Eliot. Víctor Mira was at least allowed to wait. A thousand and one times he repeated the same work of art, such is the endurance of his actors, Estilitas, skulls, Christs, lifeless natures, leashed dogs… or antiheroes, because they are all the same in the role of the tragic conscience of those who cannot bear to live. Something very different is the grammar, the main plot which will eventually be what strengthens the artistic discourse even more than the vital settings that are undoubtedly the origin of everything. Mira had no doubts about it, as confirmed by his numerous comments on the essential values of painting that, besides clearly confirming his radical attitude, also place him on a par with the poetic art of other artists, for example, with the cruel glare of Antonio Saura, an admirer of Mira’s Antiheroes, which are essentially all the protagonists of his works of art, including, in my opinion, the portraits he painted of Goya. Mira, Saura and, before them, Goya, in their works of art, brought out the triumph of the subjective look, the power of imagination, of cruelty, of instinct and of the most radical expressiveness. The inquisitive look of Goya and Saura in Mira is 9. Víctor Mira, Ibidem. desolation, emphatic and even moving at times and ruthless at others, if this could be grief, but extremely cruel in all of them. The cruel look, wrote Antonio Saura, has to do with the eye that thinks. The same eye that Luis Buñuel decided to slash with a single stroke in order to penetrate the darkest side, into the cold abyss of passion and desire. Mira, like Saura and before that Goya, dared to light up the darkness of painting, to scrutinise the convulsive nature of the naked image with violent gestures, to break the silence with the death throes that rip flesh apart. Because painting does not consist only of colours, but also of violence, desperate creative will and prolific efficiency. Painting as purely abstract density with which to reach consciousness, beyond the blurred image, to immediately erase everything with a single brushstroke. From the imprecise smudge arose, as if hidden there, a magnitude of irrevocable presence.10 Whispers of immortality11 are suspended in the painted rooms of the antiheroes; they are the last voices of a bygone tale, of which only shadows remain. Jung tells us that the essential role of the myth of the hero is to develop the conscience of the individual ego which gives account of its power and weakness. Befo- 10. Víctor Mira, Ibidem. 11. In the poem Susurros de inmortalidad (Whispers of Immortality) by T. S. Eliot, opus. cit., we read: And even the Abstract Entities Circumambulate her charm; But our lot crawls between dry ribs To keep our metaphysics warm. re ego can triumph, the hero must prevail and assimilate his shadow. The shadow that traps the antihero, never ready to die. In the epic tragedy of the antiheroes, the figures are disfigured in an unstoppable process determined by a shudder provoked in them by stupor when faced by death. Clinging to their shadows, their final destiny is no other than that of burning on the old hard beds on which they lie, which more than beds are torturing devices with shapes of surreal familiarity, such as grilles, ironing boards, playpens, washing lines, animal cages, staircase steps, coffins, crosses..., all in all, everything efficiently itemised and dimly lit with the bulbs of the small individual lamps that shine their light on the characters’ heads, alone or grouped together. The light lights up the dreams and nightmares of the sleeping antiheroes. The musical notes of Beethoven’s 5th Symphony that Víctor Mira’s father listened to incessantly, sprawled out on the couch, in the darkness of a room with the lights turned off because That was the most appropriate music to drown out the noise of the explosions and the rattling of the machine guns of the war that was still deeply engraved in his mind and that did not allow him live12, the grotesque delirium of the obscene images of the abduction and ravings of an outraged body that Mira rescues for the illustrated narration of Little 12. Víctor Mira, “Zaragoza, in the vanguard of pain” op. cit. Red Riding Hood. The journey of a generation, or simply the vision of destiny with transparently charred bodies, are some of the dark landscapes that occupy the minds of the sleeping antiheroes. When they open their eyes, their sockets are empty, their faces turned into skulls and their bodies like threads of howling ghosts finally possessed by death. Nothing, not even the brutality of their nightmares, can keep them alive. Little by little, with desire long gone, the breastless creatures under ground leaned backward with a lipless grin. CHUS TUDELILLA Night fantasies Antihéroes is the name chosen by Víctor Mira to describe this collection of drawings, paintings, ceramics and a theatrical play. The artist lures us into the dark and obscure imagery of visions, fears and nightmares that lurk deep inside him, that of a destroyed and broken man. In this artistic world, which makes no clear distinction between the subject man/woman, diversity and richness are born from will, from decoration: a dead human body which lies on a wide strip of cloth over a bed board; in its abdomen, a gaping wound with a railing filled with everyday objects, the waste of our civilized society: wooden boxes, empty tins, hairpins… A mix of clay and glue, these objects form structures, architectural constructions resembling towers around which beds are strewn around randomly at different angles and directions, or serve as irregular decoration on spacious walls. Mira rests clay bodies on extraordinary wooden bathtubs from South America or lays a flat mud surface with complimentary round balls of mud diagonally across wooden planks with fragments of bone in between. In this way, at least in this part of Mira’s work of art, the antihero, destroyed by society, is no longer the image of a sick man, still alive, hopeful and expectant, ready to fight. A man completely deprived of tolerance, a cold, icy antihero: a lifeless being. What fascination for a state of apocalyptic feelings must have been reflected in Mira’s eyes! May we recall the great number of works of art brought to life from his vision… This is where the cycle on the 5ª Sinfonía de Beethoven (1996-1999) begins, filled with the most joyful ideas, in which the power of red and the light of yellow prevail, together with the little black dots of the musical notes, also black surfaces, but which in this case were not conceived as a symbol of depression. In the Antihéroes collection, created between 1991 and 2000, Mira introduces certain similarities with the 5ª Sinfonía de Beethoven - the vision of the promised downfall of hope, tolerance and humour on a terrain of negativism and brazenness. The theatrical play Antihéroes starts with a question posed by Figura, the embodiment of death, which is the leit-motif thread of the whole play: “Are you dead yet?” According to Mira, all resistance to this Figure is in vain, all questions and philosophy futile. Patacoja and Lendrera, his messengers, start an orgy of death which turns into a mutual declaration of love, a poetic comparison between paradise and twilight, flesh and snow, and even flesh and the moon, to end with the phrase: “The cold moon of the dark night / lies so deep in the sky as the dead in their graves”. A mortally wounded soldier, the antihero drags himself towards them, filling them with new energy - the light goes out and Patacoja and Lendrera receive the night with roars of laughter. The messengers have found his next victim in the soldier, who begs both characters for more time. Until when? The play does not answer this question. The set design that Mira introduces in the play is, in one of the acts, the images of the antihero created for an architectural space. Víctor Mira explains in 1990 in the prologue of a catalogue for the Zellermayer Gallery of Berlin: “Don’t try to understand me or explain my inner feelings, as all explanations kill the artist”… In spite of everything, Mira has fought hard, with his special charm, to make himself understood, to be accepted as an artist. The fear that there may be doubts concerning his artistic facet was another of the nightmares that haunted him; it accompanied him and, for a moment, shook his tenuous moral equilibrium. …“I wanted to be radical and extremely cold, my brushstrokes had to be like burning ice, like divine revelations”… Mira, a man full of energy and zest, totally devoted to his work, sensitive and hypersensitive to everything that surrounded him, reacted. And he was not only surrounded and enveloped by dark fears but, as shown by the Beethoven cycle, his relationship with things was impregnated with excellent humour and cunning and amusing vision. The paintings of Antihéroes displayed in this exhibition (1997-1998) already belong to the later stage of the theme: from the Beethoven idea, springs the new Moods series (since 1998): in most of the paintings in this series, his family appears on wooden bed boards, covered in lacquer with their eyes shut and their dreams painted on their heads, as if Víctor Mira was introducing himself. The dreams as revealers of his private life. The collection of Moods images grew up to the year 2003 in homage to life, painted in pure bright colours. The lifeless heads and the depressive states completely disappear it is nature in all its splendour. The human being, the plants, the landscape appear on the canvas as if by magic. The Imágenes Binoculares cycle (from 1997 to almost 2000) could be considered a vision somewhere between Antihéroes and Moods. It shows the black of the night together with pleasure, gradually revealing a change in colour. The antihero lies in a peculiar state of rest: its belly covered by metal bars and surrounded by lamps that light up its entire body as if subjected to a medical examination. One of the beds shows a wooden edge resembling a hedge, suspended from iron beams bolted to the floor. Other unlit figures sleep like cocoons with their lifeless heads on the bed board, and next to them, the metal grid shines as part of the head, behind a lamp with a red shade. An image of bars with two parts, without lamps, split by a grid arranged at a right angle, which separates the head from rest of the body, acting as a funeral chapel, especially hard and cold. Standing right in front of the image of the two beds bolted to the wall at different heights, one can see destruction represented at the bottom, and a piece of cloth draws one’s gaze towards the top, where there is an open umbrella shading a skull. In another of the paintings, on the omnipresent bed board, a support resembling a foldaway table is constructed, on which the legs are bolted using a rather unreliable system. The idea of the grid reappears only in the part that supports the head and feet. From another gaping belly rise columns of steam which flow into an empty tin of tomato, a fork, a spoon, a cup of milk, a small mug, two balls... Is that a rather cynical occurrence or a nightmare born from the lack of food in the house itself which converts the work of art into a means of compensation? Who knows? The abdomen gaping like a cocoon reminds one of a boiling pot and its broth overflowing of a volcano? The Antihéroes collection is a direct confrontation with death in its multiple facets, without compassion - as a radical and gelid Mira referred to it in his prologue: “All living humans, like myself, who indulge, may laugh at their hearts’ content. It’s the excesses, the needs, the freedom, the balance and even the indifference with which I treat death which makes it beautiful, whether I be here dead or alive. When all my work is done, I will as always be ready for it”. ULRIKE KELLER TRITSCHLER víctormira 1949 Nace en Zaragoza. 1968 Realiza su primera exposición que es, también, la primera exposición de escultura al aire libre que se celebra en la ciudad de Zaragoza. Primera exposición individual, Galería N’Art, Zaragoza. 1969 Primer viaje a Madrid. 1971 Estancia en Madrid frecuentando asiduamente Alea donde conoce a Luis de Pablo. 1972 Asiste a los Encuentros de Pamplona donde conoce a John Cage. 1973 Primera exposición individual, Galería Pol Verdié, Madrid. 1974 Ana María Canales publica su libro Víctor Mira, eres mi pintor preferido, Madrid. 1975 Viaja a Heidelberg donde reside durante cinco meses. Regresa a Madrid efectuando frecuentes viajes a Alemania. Publica El libro de las dos hojas. 1976 Comienza en Alemania a trabajar en sus series Spanische Haltung y Manos. 1977-78 Deja Madrid para irse a vivir a Barcelona, donde comienza su ciclo de pinturas Interiores catalanes con tomate. Publica su libro Estética Kebrada Aragonesa. 1979 Publica su primer libro de poemas El bienestar de los demonios. Primera exposición individual, Galería Tanit, Munich, Alemania. Empieza a trabajar en su libro Tierra. George Staempfli le visita en su taller de Barcelona. 1980 Primera exposición individual, Galería George Staempfli, New York. Primera exposición individual, Galería Artema, Barcelona, donde se muestra una selección de trabajos del ciclo Interiores catalanes con tomate. Inicia los trabajos preparatorios para el libro de grabados, Cien imágenes de Africa, que se publicará finalmente en 1996 con un texto de Barry Walker, curator del Museum of Fine Arts, Houston, USA. 1981 Fred Jahn Gallery, Munich, publica In Buchstaben liegt das Feuer, su primer libro en alemán. Participa en Prespktive’81 a invitación de la Feria de Arte de Basel, Suiza. Galería Dobloug, Oslo, Noruega. Realiza 51 pinturas basadas en la Máquina del Gorjeo de Paul Klee, ciclo que se expone en la Thomas Gallery de Munich. 1982 Galerie Tanit, Munich, Alemania. Publica Situación en Barcelona, su segundo libro de poemas. Realiza sus primeros grabados en los talleres de Xavier Corberó, Barcelona. Galerie Stähli, Zurich, Suiza. Realiza la portada para el libro de Francisco Domingo Moreno, El hombre ante la muerte, Universidad Central de Bayamón, Puerto Rico, Ed. Cruz Ansata. 1983 Primer viaje a USA invitado por el Meadows Museum de Dallas. Meadows Museum, Dallas, USA. Trabaja en los talleres de grabado de la Southern Methodist University, Dallas, USA. Viaja a New York donde permanece durante cinco meses. Comienza a escribir una serie de historias cortas, reunidas bajo el título Desde fuera del universo emocional paterno. Realiza en Barcelona sus primeras series de esculturas en hierro, Cultura del arco y Mediodías. Galerie Eric Frank, Ginebra, Feria ARCO, Madrid. Dorsky Gallery, New York. Galería Joan Prats, Barcelona. Galería Miguel Marcos, Madrid. Comienza a trabajar en el libro de grabados Estilitas, el silencio de los labios. A finales de año se traslada a vivir a Munich, sin abandonar su taller de Barcelona. Primera exposición en la Galerie Lang, Viena, Austria. Galerie Thomas, Munich, Alemania. Primera exposición de obra gráfica, grabados y xilografías, editados por Fred Jahn, Galerie Fred Jahn, Munich, Alemania. Comienzan los preparativos del libro El asesino entra en la ciudad. 1984 1985 1986-87 1988 Realiza en Barcelona sus primeras esculturas en bronce. Staempfli Gallery, New York. Hastings Gallery, The Spanish Institute, New York. Printshop Gallery, en cuyos talleres realiza la Suite de grabados El tiempo es una flecha parada en el aire, Amsterdam, Holanda. Galería Eude, Barcelona. Sala Campzar, Zaragoza. Comienza su serie Estilitas. La revista Extrema Presión le invita a participar en una edición objeto, donde se publica su libro de poemas Madre Zaragoza. Galería Joan Prats, Barcelona. Participa en Art Cologne 24 con la Galería Joan Prats, Köln, Alemania. Realiza el libro de xilografías Baselitzbeuys. Se traslada a Zurich, Suiza. Galerie Thomas, Munich, Alemania. Publica el poster Así soy - Así me quiere España en revistas internacionales. Galerie Thomas, Munich, Alemania. Galerie Thomas, Munich, Feria de ARCO, Madrid. Se publica el libro de bibliofilia Tierra. Galerie Eric Frank, Ginebra, Suiza. Publica el libro de grabados El asesino entra en la ciudad. Se traslada de nuevo a Barcelona. Samuel Dorsky le visita en su estudio de Barcelona. Galerie Bel’Art, Estocolmo, Suecia. Realiza sus primeros trabajos fotográficos. 1989 Vera List hace donación de la pintura San Sebastián a la Christ Church, Greenwich, Connecticut, USA. Realiza la cubierta para la primera edición americana de los poemas de Salvador Espriu. Galerie Dobloug, Oslo, Noruega. Art Frankfurt, Galería Carles Taché-Barcelona, Frankfurt, Alemania. Comienza a trabajar en su serie Bachkantaten. You can’t sleep in Spain, Dorsky Gallery, New York. Galerie Hans Mayer, Düsseldorf, Alemania. Galerie Eric Frank, Ginebra, Suiza. Galería Carles Taché, Barcelona. 1990 Viaja a Colombia para su primera exposición en Bogotá, Galería Fernando Quintana. Publica su segundo póster, Arte o prostitución, en revistas internacionales. Es entrevistado en TV con motivo de la primera exposición oficial en España, Madre Zaragoza, Palacio de Sástago, Zaragoza; Lonja de Alcañiz y Castillo de Valderrobles, Teruel; Diputación de Huesca. Galería Miguel Marcos, Zaragoza. Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania. Dorsky Gallery, New York. 1991 Publica su tercer póster Like Van Gogh en revistas internacionales. Primera exposición en México, organizada por Montserrat Galí Boadella, Museo del Chopo, México D.F. The silence of the lips, Lirik Kabinett, Munich. Galería Miguel Marcos, Feria de ARCO, Madrid. Viaja a New York para su exposición en la Dorsky Gallery. El hedor de la virtud, Galería Miguel Marcos, Madrid. Retrospectiva y libros, Galerie Zimmermann & Franken, Mönchengladbach, Alemania. Publica sus tres libros de grabados Imágenes para enamorados, Bachkantaten y Estilitas, el silencio de los labios. Escribe el texto para el catálogo de la primera exposición del artista austríaco Arnulf Rainer en España. 1992 A petición de Elias Canetti, realiza la cubierta para la primera edición de su libro Die Fliegenpein, Hanser Verlag, Alemania. Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania. Bachkantaten, Musée d’Art Moderne de Colliure, Francia. Bachkantaten, Festival Van Vlaanderen, Stadt Aalst de Bélgica Invitado por P.K. Fischer, realiza sus primeras cerámicas en Valencia. 1993 Publica su cuarto póster, A Mere Crisis is Not Enough, en revistas internacionales. Es invitado a participar con una seleción de Bachcantatas en la Bachwoche de Ansbach, Alemania. La Galeria Miguel Marcos conmemora su 10 aniversario con la exposición, Suite Aragón, Zaragoza. Bachkantaten, Galerie Hans Mayer, Düsseldorf, Alemania. Realiza el cartel para la Ökomesse de Zurich, Suiza. 1994 Publica en Barcelona el libro de ensayos, Trepitjans les flors, Ed. Llibres del Segle. Galerie Zellermayer, Berlín, Alemania. Bachkantaten, Galerie Peter Bäumler, Regensburg, Alemania. Es invitado a trabajar en los talleres de grabado de la Fundación Joan Miró, Palma de Mallorca. Allí realiza los grabados de su libro Beethoven Fünfte Symphonie. Styliten un Bachkantaten, Hospitalhof, Sttutgart; Galerie Angelika Harthan, Stuttgart, Alemania. El European Ceramic Center de Holanda le invita a trabajar en sus talleres. Permanecerá allí durante cuatro meses,realizando sus primeras esculturas de Antihéroes. Publica su libro de xilografías dedicado a la sardana La Nina Encantada de E. Morera. Realiza la portada para el libro de Josep M. Reguant, Radiografía d’una ruptura, Ed. Llibres del Segle. 1995 Ediciones Libertarias, Madrid, publica su libro de poemas Poeta Muerto. Antihéroes, esculturas, Künstler Haus, Bregenz, Austria. La editorial de arte Beck & Eggeling, Leipzig, publica el libro de grabados Beethoven Fünfte Symphonie, acompañado por textos del director de la Filarmónica de San Francisco, Herbert Bloomstedt. Pinturas y esculturas, Galerie Michael Beck, Leipzig, Alemania El silencio de los labios, Verein für Original Radierung, Munich, Alemania. Esculturas y objetos, Galería Carles Poy, Barcelona. Bachkantaten, Centre d’Estudis Contemporanis La Caixa, Lleida. 1996 El artista Antonio Saura le invita a participar en la exposición conmemorativa del 250 aniversario del nacimiento de Goya, La Lonja, Zaragoza. Publica el libro 100 imágenes de África, con una introducción de Barry Walker. Galerie Denise van de Velde, Aalst, Bélgica. Antihéroes, Kunstraum Ruedi Tobler, Basilea, Suiza. Galerie Lang Wien, Viena, Austria. Galerie Michael Beck, Leipzig, Alemania. El quinto perro, Galería Miguel Marcos, Zaragoza; Sala Ignacio Zuloaga, Fuendetodos, Zaragoza. 1997 Es invitado a participar en la Art Biennale de Nueva York por la curator Amy Chaiklin. Dorsky Gallery, New York. Kunstmarkt Desden, Munich, Alemania. 1998 Publica su libro y cartel The Two Most Clever Sons of Salvador Dalí. The Two Most Clever Sons of Salvador Dalí, Kulturkonzept Sprengel, Munich, Alemania. Beethoven Fünfte Symphonie, Gewandhaus, Lepzig, Alemania. Beethoven Fünfte Symphonie und Peteneras, Galerie Michael Schultz, Berlín, Alemania. The mistery of sexuality, Kunstraum Ruedi Tobler, Basel. Las huellas del caminante, Galería Zaragoza Gráfica, Zaragoza. Kunstmarkt Desden, Munich, Alemania. Materia. Espíritu, Galería Miguel Marcos, Barcelona. Galerie Mirko Mayer & Kunsthandel, Colonia, Alemania. Kultur Kozepte Sprengel, Munich, Alemania. Cave Canis publica Un cop un altre cop, su primera obra de treatro, otoño-invierno 98, Barcelona. 1999 Primera exposición individual de fotografías en The Photography Show 99, Mayer & Mayer, New York. La revista Blind Spot de New York publica una selección de sus fotografías. Exposición de sus trabajos fotográficos, Robert Mann Gallery, New York. El Parlamento de Aragón edita un grabado de Mira como homenaje al pintor Antonio Saura, recientemente fallecido. Bachkantaten, Kapelle der Katholische Hochschul-gemeinde, Regensburg, Alemania. El coleccionista P.K. Fischer publica un catálogo completo de sus cerámicas. 2000 La Diputación de Zaragoza inaugura la colección Baltasar Gracián publicando su libro Humus. Escribe en Munich, Antihéroes, su segunda obra de teatro. Publica en alemán el primer volumen de su autobiografía El insomnio de la adolescencia. Presentación de su autobiografía en la Kunst Köln 2000, Köln, Alemania. El monje junto al mar bien temperado, Leonhardi Museum, Dresden, Alemania. Su escultura en bronce, Estilita, expuesta en la muestra Figur 2000, Regensburg, es adquirida y queda instalada en el Gewerbepark, Regensburg, Alemania. Publica Axiomas, libro con nueve grabados a color de gran formato y textos de diferentes autores. Víctor Mira. Años 80, Galería Arsnova XIX, Madrid. El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publica el libro Good-bye Series, una colección de 62 dibujos. Primer volumen de la trilogía Éxtasis de un solista. Mira completa su serie de 47 monotipos Good and Evil Coexist in a Delicate Balance Easly Upset. Retrospektive, Galerie Baumgartl, Munich, Alemania. 2001 La Editorial Electa/Mondadori publica su libro Caperucita Roja. Viaje de una Generación. El libro Axiomas se presenta en la Galería Druck & Buch, Tübingen, Alemania. El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publica Good and Evil Coexist in a Delicate Balance Easily Upset, segundo volumen de la trilogía. Su libro de ensayos y artículos, En España no se puede dormir, es publicado por la Galería Miguel Marcos, Barcelona. El primer volumen de su autobiografía, Die Schlaflosigkeit der Adoleszenz, se presenta en la Literatur Haus, Basel, en colaboración con Der Kunstraum Ruedi Tobler. La galería La Caja Negra, Madrid, expone la serie de grabados Axiomas y una retrospectiva de su obra gráfica 1983-2000. Realiza el cartel para la plaza de Toros de Zaragoza en la Feria del Pilar, Zaragoza. El periódico Der Tagespiegel, Berlín, Alemania, publica el proyecto de Mira Short Cuts. 2002 2003 El Kuntraum Ruedi Tobler, Basel, publica su segunda obra de teatro Antihéroes junto con un epílogo de la Dra. Ulrike Keller T. Se realiza la primera performance de Antihéroes en Stuttgart, bajo la dirección de Ulrike Tritschler, y en colaboración con la Sociedad Hispano-Alemana. Antihéroes, pinturas, objetos y esculturas, Centro Zapata, Stuttgart. Axiomas, Galería Zaragoza Gráfica, Zaragoza. Apología del éxtasis, retrospectiva, comisariada por el Prof. Dr. Fernando Castro Flórez, Museo Pablo Serrano, Zaragoza. Apología del éxtasis, retrospectiva, Galería Miguel Marcos, Barcelona y Zaragoza. Antihéroes se representa bajo la dirección de Ulrike Tritschler, en el Rheinterrassen Museum, Düsseldorf, Alemania. La galería gráfica La Caja Negra, Madrid edita la serie de 12 grabados El monje junto al mar. El monje junto al mar bien temperado, Beck & Eggeling, Düsseldorf, Alemania. Realiza en Barcelona 14 grabados para el libro de Tauromaquia, Oratorio Taurino. Escribe su tercera obra de teatro El cielo de las mujeres. Se publica el libro de bibliofilia, El camino que recorrió el chino Mira, Barcelona. El Gobierno de Aragón en colaboración con la Galería Miguel Marcos presenta en la feria de ARCO, Madrid, un proyecto escultórico en homenaje al agua, Meditación acerca del agua dulce, junto con la publicación de un libro del mismo título. Así como el estreno por primera vez en España de Antihéroes, bajo la dirección de Félix Martín y el grupo de teatro aragonés Luna de Arena. La galería gráfica La Caja Negra, presenta la serie de grabados El Monje junto al mar, ARCO, Madrid. Recibe el premio al mejor artista español vivo ARCO 2003. Monje junto al mar, Galerie Peter Bäumler, Regensburg, Alemania. El Kunstraum Ruedi Tobler, Basel, publica el libro Geniuses Out, colección de 51 dibujos y último volumen que completa la trilogía Éxtasis de un solista. Antihéroes, Teatro, dirigida por Félix Martín, Museo Pablo Serrano, Zaragoza. Antihéroes, Teatro, dirigida por Félix Martín, Festival de Teatro de Huesca, Huesca. El Kuntsraum Ruedi Tobler, Basel, publica la obra de teatro El cielo de las mujeres con epílogo de la Dra. Ulrike Keller T. El Monje junto al mar, Galería Zaragoza Gráfica, Zaragoza. Se publica el libro de grabados, Oratorio Taurino, con textos de J.A. Ruiz-Espartaco. 2004 Himmel der Frauen, obra de teatro en un acto, Deutsche-Guggenheim Museum, die lange Nacht der Berliner Museen, Berlín, Alemania, dirigida por Ulrike Tritschler. Obra sobre papel, Deutsche-Guggenheim Museum, Berlín, Alemania. Antihéroes, Galería Zaragoza Gráfica, Zaragoza. Antihéroes, Sala Antonio Saura, Diputación de Huesca, Huesca. Museos y colecciones públicas Biblioteca Nacional, Madrid • Museo el Sedo, Santander • Neue Galerie der Stadt, Linz, Austria • Kunstmuseum, Basel, Suiza • Museum am Ostwall, Dormund, Alemania • Museum of Modern Art, New York, USA • Toledo Museum of Art, Toledo, USA • Museo de Bellas Artes, Vitoria • Graphotek, Stuttgart, Alemania • Bayerische Staatsbibliothek, Munich, Alemania • Christ Church, Greenwich, Connecticut, USA • Diputación Provincial de Zaragoza, Zaragoza • Staatliche Graphische Sammlung, Munich, Alemania • Herzog August Bibliothek, Wolfenbüttel, Alemania • Städtlisches Kunstmuseum, Reutlingen, Alemania • Collection Dobermann, Chef du Pont, Francia • Colección Instituto de Crédito Oficial, Madrid • Colección Argentaria, Madrid • Gobierno de Aragón, Zaragoza • Diputación de Huesca, Huesca • Albertina Museum, Viena, Austria • Col.lecció Testimoni, la Caixa, Barcelona • Cortes de Aragón, Zaragoza • Kupfertich-Kabinett, Dresden, Alemania • Kunstsammlung Deutsche Bank, Munich, Alemania • Graphische Sammlung in der Staatsgalerie, Stuttgart, Alemania • Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid • Kunstreferat der Diözese, Würzburg, Alemania • The University of Iowa Libraries, Special Collections, Iowa, USA • Colección de esculturas, RENFE. • Museo El Patio Herreriano, Valladolid. Libros El bienestar de los demonios, Poemas, 1979 • Situación en Barcelona, Poemas, 1982 • Madre Zaragoza, Poemas, 1985 • Trepitjan les flors, Antología de textos, 1994 • Poeta muerto, Poemas, 1995 • Un cop un altre cop, Teatro, 1998 • Humus, Antología de textos, 1999 • Die Schlaflosigkeit der Adoleszenz, Autobiografía, 2000 • Good-Bye Series, 2000 • Caperucita Roja. Viaje de una generación, 2001 • Good and Evil Coexist in a Delicate Balance Easily Upset, 2001 • En España no se puede dormir, Antología de textos, 2002. • Antihéroes, Teatro, 2002 • Geniuses Out, 2003 • El cielo de las mujeres, Teatro, 2003. Libros de bibliofilia El libro de las dos hojas, 1974-1975 • Estática Kebrada Aragonesa, 1977 • Im Buchstaben liegt das Feuer, 1979 • Baselitzbeuys, 1985 • Tierra, 1979-1986 • El asesino entra en la ciudad, 1983-1987 • 16 Sonetti lussuriossi di Pietro Aretino, 1989 • Estilitas, el silencio de los labios, 1988-1991 • Imágenes para enamorados, 1984-1991 • Bachkantaten, 1991 • La Nina Encantada, 1994 • Beethoven Fünfte Symphonie, con textos de Herbert Bloomstedt, 1995 • 100 Imágenes de Africa, con una introducción de Barry Walker, 1979-1996 • The two most clever Sons of Salvador Dalí, 1979-1998 • Axiomas, 1994-2000 • El camino que recorrió el chino Mira, 1978-2002 • Oratorio Taurino, con textos de J.A. Ruiz-Espartaco, 2003. exposición Título Víctor Mira. Antihéroes Espacios Galería Zaragoza Gráfica Noviembre-diciembre, 2004 Sala Saura, Diputación de Huesca Enero-febrero, 2005 Organizan Diputación de Huesca Presidente: Antonio Cosculluela Presidenta de la Comisión de Cultura: María Antonia Brusau Galería Zaragoza Gráfica Director: José Navarro Coordinación Teresa Luesma José Navarro Montaje Servicios Técnicos de Diputación de Huesca catálogo Editan Diputación de Huesca Galería Zaragoza Gráfica Textos Chus Tudelilla Ulrike Keller Tritschler Diseño David Navarro. Semprini Fotografías Gonzalo Bullón Jal Traducción Cillero & de Motta Impresión Calidad Gráfica Depósito Legal ISBN Z-2948/04 84-95005-53-0 Seguros Gil y Carvajal, Corredores vídeo agradecimientos La Galería Zaragoza Gráfica agradece la colaboración de los coleccionistas que han hecho posible esta exposición Obra de teatro Antihéroes de Víctor Mira Realización Compañía Teatral Luna de Arena Dirección: Félix Martín Intérpretes: Lendrera - Ricardo Joven • Patacoja José Carlos Álvarez • Figura - Cristina de Inza Producción Departamento de Educación, Cultura y Deporte Gobierno de Aragón DIPUTACION DE HUESCA GALERÍA ZARAGOZA GRÁFICA