Asociación de Amigos del Museo de Segovia (AAMSg).

Transcripción

Asociación de Amigos del Museo de Segovia (AAMSg).
Localización en el museo: Sala D “La Baja Edad Media. Iglesia, nobleza
y pueblo llano”.
Bibliografía
Galindo, D. y Martínez, F. (2013): El castillo de Coca. La Historia, el Arte, la Leyenda. Comunidad de Villa y Tierra de Coca, Segovia.
Sobrino, D. (2011): “Manifestaciones Artísticas en la Villa de Coca”, en (Cabañero V. M., Sobrino, D. y Zamora, A. (Coords.), Historia de Coca. Apuntes sobre historia y arte en Coca. Real Academia de Arte
e Historia de San Quirce, Segovia.
Villanueva, O. (2001): Colección de azulejería del castillo de Coca. Estudio
y Catalogación. Junta de Castilla y León, Valladolid.
Museo de Segovia. C/ Socorro 11. 40071 Segovia.
Tfn.: 921 460613. Fax: 921 460580
e-mail: [email protected]
Museo de Segovia
PIEZA DEL MES
JULIO 2013
ARCO ANGRELADO Y ALICATADO
DEL CASTILLO DE COCA
ARCO ANGRELADO Y ALICATADO
DEL CASTILLO DE COCA
Materiales: Caliza y cerámica vidriada en verde, cortada y embutida
(alicatado).
Técnica: Yesería.
Cronología: finales del Siglo XV.
Medidas: 213 x 96 x 20 cm.
Nº inventario: B-842.
EL CASTILLO DE COCA
Edificio quizá cumbre de la arquitectura militar latericia hispana, conserva
muchas incógnitas en cuanto a sus momentos de inicio y finalización de
obra, aunque hoy día podemos decir que es obvio su asentamiento en una
edificación anterior. Alonso de Fonseca obtendrá permiso del rey Juan II de
Castilla para la construcción de una fortaleza en la villa de Coca, allá por el
año 1453. E. Cooper considera que no debió comenzar la obra antes del año
1486. En todo caso, la documentación permite afirmar la continuidad de las
obras bajo el reinado de los Reyes Católicos.
El maestro de tan imponente obra fue Alí Caro, “albañyr”. Y en ella participaron alarifes llegados desde Sevilla. Un gasto enorme, quizá pago del rey a
los Fonseca, por los favores realizados. Resultado de ello, en Coca se acuñó
moneda, la única vez que se tiene noticia.
Vista sur del imponente castillo de Coca.
El foso y las barreras artilleras esconden un conjunto artístico que, aún arruinado en su mayor parte, sigue sorprendiendo a quienes a Coca se acercan. Bóvedas de variada tipología, esgrafiados, yeserías, azulejerías, salas decoradas
con pintura “a seco”, componen un conjunto del que el arco elegido como pieza
del mes es una muesta destacada. Las soluciones arquitectónicas desarrolladas
en este edificio, resultan visibles en el amplio repertorio de bóvedas, de arista,
de crucería, vaídas, de rincón, etc. En todas ellas, un material domina sobre el
resto, el ladrillo, quedando la piedra reducida al elemento estructural. Tras la
primera defensa, el acceso al recinto cuerpo central se realiza a través de un
arco carpanel inscrito en otro ojival y enmarcado por un alfiz rematado por un
friso de esquinillas, muestra perfecta del afán decorativo.
La parte noble, hoy desaparecida, contó con un patio porticado, descrito
por Madoz de la siguiente forma: “patio cuadrado con una doble galería de
columnas de mármol de orden corintio y compuesto, con los pisos y paredes recubiertas de azulejos que le daban un aspecto encantador”. El patio
descrito, sustituiría, con nuevos componentes que apuntan al estilo renacentista italiano de su primer momento –quizá la segunda manifestación
plenamente renacentista completada en España tras La Calahorra-, al primitivo, de factura mudéjar.
LA PIEZA
El arco angrelado –también llamado cairelado- se incluye dentro de aquellos que presentan decoración en su intradós. Ésta se compone de una serie
de pequeños lóbulos o subarcos, resultando un perfil decorado con ondulaciones curvas y que se cortan unas a otras formando picos. La peculiaridad
del arco caucense está en la disposición de la decoración: intradós liso en su
parte superior, deprimido y casi rectilíneo, concentra la decoración lobulada –con formas semiesféricas y a la vez lobuladas unas y lancetadas otras,
en series de cuatro por par-, en los laterales.
La colección de azulejería, parte de la cual se expone en el edificio, pasa
por ser una de las más importantes del Duero. Más de 5.000 piezas, de la
más variada técnica. El arco angrelado que nos ocupa presenta algunos de
estos azulejos. Formaba parte del conjunto de decoración situada en los
vanos, en los que se empleó profusamente la yesería. En el caso del arco,
presenta formas caprichosas, resultado del buen hacer sevillano. Se utiliza
para enmarcar el alfiz, con líneas rectas y meditados rombos, para marcar
las líneas curvas de los lóbulos y, en general, como elemento decorativo del
alfiz, con elementos geométricos de base vegetal.
Víctor Cabañero Martín, profesor de la UNED

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