Unidad 5. La filosofía como racionalidad práctica

Transcripción

Unidad 5. La filosofía como racionalidad práctica
Unidad 5. La filosofía como racionalidad práctica
Objetivos
Comprender las características de la razón humana.
Mostrar nuestra ineludible y liberadora razón moral
Asimilar la necesaria constitución socio-política del hombre
Comprender las principales características de la razón práctica
contemporánea, encaminada a la justificación de una ética
política.
Antes de empezar
Hemos visto hasta ahora
como la razón teórica se
ocupa del conocimiento y de
todos los problemas derivados
de su comprensión. Pero el ser
humano es un ser
esencialmente práctico, por
lo que se hace necesario
estudiar en qué consiste la
“razón práctica”. Ésta es la
tarea que nos proponemos en
esta unidad. Los seres vivos
nacen, se desarrollan y
mueren, pero sólo el hombre
es capaz de actuar, de
realizar acciones destinadas
a satisfacer determinados
fines. Hablamos con nuestros
semejantes, vamos de
compras, practicamos un
deporte, nos conectamos a
Internet, jugamos con la
consola, nos peinamos,
intentamos cambiar el
mundo,… todo esto son
acciones humanas, que le
están vedadas, ya veremos
porqué, al resto de los
animales.
Lo que tienen todas estas
conductas en común es
que las hacemos para
algo, perseguimos un fin
que previamente nos
hemos propuesto. Por eso
una tarea importante del
filósofo es preguntarse y
comprender porqué los
hombres actuamos como lo
hacemos.
El ámbito de la acción es,
pues, un ámbito
exclusivamente humano, a
través del cual los hombres
vamos “creando” nuestra
vida actuando en un
mundo, nuestro mundo,
continuamente
transformándose por la
acción humana, y donde
los otros constituyen un
elemento indispensable
para explicar nuestras
acciones. Llamamos
“filosofía práctica” a la
parte de la filosofía que se
ocupa del análisis de la
acción humana y de sus
manifestaciones: moral,
política y estética.
Cuestiones iniciales
¿Qué entiende por acción humana?
¿Qué cosas influyen en nuestra manera de actuar?
¿Cómo influyen los demás en nuestras acciones?
¿La filosofía puede ayudarnos a vivir mejor?, ¿por qué?
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Esquema de la Unidad
1. La acción humana
1.1. Concepto de acción
1.2. Componentes de la acción humana
1.3. Dimensiones de la acción humana
2. La acción productiva y técnica
2.1. La acción productiva. El trabajo
2.2. La acción productiva. La técnica
2.2.1.Técnica y tecnología
2.3. Filosofía de la técnica
2.3.1.Implicaciones del desarrollo tecnológico
3. La acción moral
4. La acción social y política
4.1. La doble perspectiva de la acción social
Vivir no es una ciencia exacta, como las matemáticas, sino
un arte, como la música. De la música se pueden aprender
ciertas reglas y se puede escuchar lo que han creado grandes
compositores, pero si no tienes oído, ni ritmo, ni voz, de poco
va a servirte todo eso. Con el arte de vivir pasa lo mismo: lo
que puede enseñarse le viene muy bien a quien tiene
condiciones, pero al “sordo” de nacimiento son cosas que le
aburren… La buena vida no es algo general, fabricada en
serie, sino que solo existe a la medida. Cada cual debe ir
inventándosela de acuerdo con su individualidad, única,
irrepetible… y frágil. En lo de vivir bien, la sabiduría o el
ejemplo de los demás pueden ayudarnos pero no
sustituirnos… La vida no es como las medicinas, que todas
vienen con su prospecto en el que se explican las
contraindicaciones del producto y se detalla la dosis en que
debe ser consumido.
F. Savater: Ética para Amador, Ariel.
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Racionalidad teórica y racionalidad
práctica (de la unidad 2)
El ser humano, a diferencia de los animales, además de buscar explicaciones
racionales sobre la realidad, también por medio de la razón busca saber cómo
debe orientarse y conducirse en su vida. La razón, por tanto, no es monolítica y
uniforme, sino que en función de la manera como la usemos podemos hablar de
distintas racionalidades:

Racionalidad teórica. Aquélla que se orienta hacia el conocimiento
de la realidad y que busca informaciones tanto concretas y
particulares de la vida cotidiana, como otras de carácter más
complejo y abstracto, como son las ideas, teorías y leyes de la
naturaleza y de la sociedad. Esta racionalidad teórica busca un
conocimiento de la realidad que nos sirva para explicarla y
comprenderla.

Racionalidad práctica. Trata de orientar la acción del hombre, de
saber cómo actuar. Abarca tanto conocimientos de cómo se
construye o utiliza una herramienta o máquina, hasta cuáles son los
valores y normas que deben orientar nuestra vida moral o política,
tanto en el ámbito privado como social.
La filosofía como saber racional que es, utiliza esta distinción, de manera que
podemos hablar de “filosofía como racionalidad teórica”, y de “filosofía como
racionalidad práctica”. En la primera acepción, la filosofía reflexiona sobre
problemas que se derivan de nuestro conocimiento de la realidad. La filosofía
como racionalidad práctica reflexiona sobre cómo debemos orientar nuestra
conducta, sobre cómo debe de ser la acción humana.
1. La acción humana
1.1. Concepto de acción
El ser humano es un ser eminentemente práctico, realizando múltiples conductas a lo
largo de su vida cotidiana, muchas de ellas tendentes a satisfacer necesidades de todo
tipo. Ahora bien, no todas las conductas que desarrollan los hombres son acciones, ya
que hay muchas de ellas que las realizamos sin darnos cuenta, sin ser conscientes de ello.
Los actos reflejos, las conductas instintivas no son acciones, pues carecen, entre otras
cosas, de algo fundamental para definir una conducta de acción: la conciencia de lo
que se va a hacer o se está haciendo.
Para nosotros, los humanos, estar en el mundo no significa solo seguir los dictámenes de
nuestra biología, como los animales, sino que “habitamos en él”, actuamos en él. Los
animales responden a su mundo de acuerdo a su código genético. Los hombres no sólo
respondemos al mundo que habitamos, sino que lo vamos inventando, creando por
medio de la acción humana nuevos artefactos, tecnologías, formas de vida y de ocio,
instituciones sociales,...
Para determinar claramente en qué consiste la acción es necesario previamente realizar
una distinción entre las distintas formas de conducta que realiza el ser humano:
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

Acciones involuntarias. Aquéllas que llevamos a cabo sin darnos plenamente
cuenta. Son dos:
o
Reflejas El reflejo es una pauta hereditaria de comportamiento común a
toda una especie pero, a diferencia del instinto, es de carácter local (no
compromete a todo el organismo sino a una pequeña parte de éste). Su
puesta en marcha es automática, desencadenada por un estímulo
particular en la zona respectiva, que debe sobrepasar cierto umbral, de lo
que se reduce que no depende de la especificación de un objeto para
producirse. Por ejemplo, al tocar sin ser conscientes algo caliente, retiramos
la mano de forma inmediata.
o
Instintivas. El instinto se define como una pauta hereditaria de
comportamiento cuyas características son:
 Es común a toda la especie.
 Posee finalidad adaptativa.
 Es de carácter complejo, es decir, consta de una serie de pasos
para su producción: percepción de la necesidad, búsqueda del
objeto, percepción del objeto, utilización del objeto, satisfacción y
cancelación del estado de necesidad.
 Es global, compromete a todo el organismo vivo. Por ejemplo, el
instinto de succión o el sexual.
o
Forzosas. Acciones que realizamos a la fuerza y cuyo origen no está en
nosotros. Por ejemplo cuando nos caemos a causa de que alguien nos ha
empujado.
o
Por ignorancia. Acciones que llevamos a cabo sin conocer las
circunstancias, o sin percatarnos. Por ejemplo, cuando pierdo
inadvertidamente un objeto, o cojo las llaves sin darme cuenta.
Acciones voluntarias. Acciones que llevamos a cabo siendo plenamente
conscientes de ellas y de la finalidad que perseguimos. Un caso especial de estas
acciones son las llamadas acciones mixtas, que son aquéllas que realizamos para
evitar un mal mayor, pero que en sí mismas no las llevaríamos a cabo. El sujeto
puede elegir hacerlas o no, pero no quisiera en absoluto tener que hacerlas. Por
ejemplo, una persona decide extirparse un lunar, dado que si no lo hace puede
tener consecuencias indeseables. La acción la dirigimos nosotros, las conductas
involuntarias “nos pasan” a nosotros.
De acuerdo con todo lo dicho, llamamos acción a la capacidad humana de imaginar,
organizar, planificar y llevar a cabo proyectos, deseos, o fines. Son acciones conscientes
y voluntarias.
1.2. Componentes de la acción humana
Los elementos que forman parte de la estructura de la acción son:

Finalidad. Deseo u objetivo que nos proponemos llevar a cabo de un modo
consciente y explícito. El fin primero se proyecta intelectualmente, y luego es
perseguido en la práctica, pudiéndose alcanzar o no, y si esto último es lo que nos
sucede nos sobreviene la frustración.
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Gran parte de las conductas humanas están gobernadas por fines, en este sentido
decimos que la conducta del hombre es teleológica. Los animales también
persiguen fines, pero con la diferencia de que éstos les vienen determinados por su
código genético. El hombre puede, de forma voluntaria, modificar sus deseos,
fines biológicos, hasta llegar a reprimirlos totalmente. A diferencia también de los
animales, los hombres pueden perseguir fines culturales (jugar con la consola,
comprarse unas zapatillas, estudiar filosofía, etc.), y éstos son prácticamente
infinitos.

Perseguir un determinado fin requiere igualmente elegir los medios para
alcanzarlo, constituyéndose en los instrumentos de todo tipo que debemos de
emplear para alcanzar el éxito. Para evaluar una acción es preciso tener en
cuenta tanto los medios como los fines propuestos.

Flexibilidad. En muchos casos una misma finalidad puede ser llevada a cabo
utilizando distintos medios; en este sentido hablamos de que la acción humana es
abierta en cuanto, a diferencia de la conducta animal, ni los fines ni los medios nos
vienen determinados genéticamente, o al menos, no totalmente.

Consecuencias. Nuestras acciones siempre tienen efectos y, por tanto, debemos
de intentar preverlos, aunque esto no sea totalmente posible en muchos casos, y,
en ocasiones las consecuencias puedan ser contrarias a lo que pretendíamos. En
este sentido podemos hablar de dos tipos de consecuencias:
o
o

Previsibles: son aquellos resultados que ya habíamos previsto al pensar y
ejecutar la acción.
Imprevisibles: son las consecuencias que no habíamos previsto, bien por
ignorancia, bien porque han surgido sin esperarlo.
Sentido. Es el elemento que nos permite comprender porqué se ha llevado a cabo
la acción, y porqué se ha llevado a cabo de una manera y no de otra. El fin es
uno de los elementos que componen el sentido, pero no es el único, ya que tienen
también un papel muy determinante las creencias, símbolos, tradiciones, etc. que
el sujeto tiene.
El acto voluntario implica deliberar mentalmente sobre lo anterior y decidirse a hacerlo,
para, a renglón seguido llevarlo a cabo. Es claro que no es lo mismo decidirse a hacer algo
que hacerlo, pues múltiples imponderables nos lo pueden impedir.
1.3. Dimensiones de la acción humana
Las acciones humanas son múltiples y la filosofía práctica se ocupa de analizarlas para ver
sus peculiaridades, aspectos comunes y diferencias entre ellas. Las más importantes son.


Acción instrumental: tiene por objeto la producción de algo, por ejemplo, una
casa.
o Acción productiva: el trabajo
o Acción técnica: técnica
Acción o praxis. Son las acciones que tienen lugar en las relaciones con los demás.
Entre ellas están:
o Acción moral
o Acción social y política
Las diferencias más notorias entre los dos tipos de acción son:
6


La praxis se lleva a cabo por el valor que tiene para nosotros hacerlo, por amor a
la acción misma, por deber, o porque como miembros de una sociedad
consideramos razonable cumplir ciertas normas. Por ejemplo, Ester ayuda a su
compañero porque considera su deber hacerlo, no porque vaya a conseguir algo
después o vaya a ser castigada si no lo hace. Así también cuando votamos o
pagamos impuestos. El fin de la acción técnica, por el contrario, es la producción
de un objeto o la ejecución de algo de una manera adecuada, por ejemplo,
hacer una tortilla, un trabajo de clase, comer con cubiertos, conducir
correctamente.
La praxis implica necesariamente la interrelación con los otros, la acción
instrumental, o técnica, no necesariamente.
2. La acción productiva y técnica
2.1. La acción productiva. El trabajo
El hombre tiene una serie de necesidades que precisa satisfacer para llevar una vida
grata, e interesante. Las necesidades humanas son de dos tipos:


biológicas, necesarias para la sobrevivencia y el mantenimiento de la
especie. Son universales.
culturales, dependientes de la sociedad en la que se vive.
La satisfacción de las necesidades biológicas en los albores de la humanidad era
prácticamente idéntica a la de los animales: los primeros hombres recogían de su entorno
lo que la naturaleza les ofrecía. El desarrollo de la inteligencia, la capacidad de
invención, la especial configuración de las manos, etc. provocaron un cambio radical
para el desarrollo de las sociedades humanas: la transformación de la naturaleza por
medio de una acción exclusivamente humana, la acción técnica, el trabajo, en la caza,
la pesca, la agricultura,...
El trabajo es la actividad productiva consistente en una manipulación y modificación
intencionada y consciente de la naturaleza para obtener un producto de ella.
Las características que definen al trabajo son las siguientes:






Actividad específicamente humana.
Es una actividad a través de la cual el hombre se relaciona con la naturaleza y
con los otros.
Actividad de apropiación, legítima o no, de productos.
Da valor a los productos fabricados.
Actividad dirigida a la satisfacción de necesidades.
Implica el uso de técnicas.
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2.2. La actividad técnica
El concepto de técnica procede de la palabra griega “techné” que significa arte, oficio,
habilidad. La actividad técnica es una actividad basada en un conjunto de
conocimientos, normas y procedimientos que caracteriza un “hacer” concreto. Implica
que se tiene una habilidad o método para hacer ciertas cosas y no otras.
De todo lo dicho se deriva también que trabajo y técnica son las dos caras de una misma
moneda. En el momento en que los primeros homo sapiens se humanizaban y
progresaban inventando el trabajo, se inventaban las técnicas dirigidas a posibilitarlo. Por
ejemplo, cuando el hombre aprende a cazar, al mismo tiempo inventa la lanza, la flecha,
la trampa, etc.
La técnica requiere tanto destrezas manuales como intelectuales, frecuentemente el uso
de herramientas y siempre de saberes muy variados. La técnica no es privativa del
hombre, sino que las especies animales también las tienen. En los animales las técnicas
son características de cada especie. En el ser humano, la técnica surge de su necesidad
de modificar el medio y se caracteriza por ser transmisible, aunque no siempre es
consciente o reflexiva. Cada individuo generalmente la aprende de otros (a veces la
inventa) y eventualmente la modifica.
Técnica: Capacidad para modificar el entorno en beneficio propio, que se concreta en la
posesión de formas de proceder eficaces y en la posibilidad de idear, construir y utiliza
instrumentos que auxilien la acción.
Características:

Adapta al sujeto al medio. El hombre, como es sabido nace prematuramente y
tiene una constitución biológica más débil que la mayoría de los animales.
Difícilmente hubiera sobrevivido si se hubiera servido exclusivamente de su
constitución biológica. Las técnicas inventadas por el hombre le han permitido no
solo sobrevivir, sino mejorar sus condiciones de vida, sortear enfermedades y
prolongar su esperanza de vida de manera extraordinaria.
Como hemos dicho antes, la creación de la técnica y de unos tipos de técnicas y
no otras, se hizo posible gracias a una serie de características anatómicas
humanas, como su posición erguida, la liberación de las manos y la oponibilidad
del dedo pulgar a los otros cuatro.
Capítulo aparte entre las técnicas lo constituye el mundo de los utensilios, los
cuáles suplantan y sustituyen a las manos; sin embargo éstas son precisas para su
manejo; en este sentido, la mano se la considera como “instrumento de
instrumentos”.

Adaptación del medio al sujeto. La técnica modifica el entorno, lo transforma de
muy diversas maneras gracias a las técnicas.

Actividad en continuo desarrollo. El hombre ha ido continuamente creando
técnicas nuevas, aunque este hecho no lo podemos generalizar, ni su desarrollo
ha sido el mismo ni al mismo ritmo; por el contrario, al mismo tiempo que existen
ciertas culturas y ciertos sectores sociales supertecnificados, existen ciertos
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pueblos y culturas que viven de un modo absolutamente elemental y con un
ínfimo desarrollo técnico.
2.2.1. Técnica y tecnología
Son términos casi sinónimos, aunque cada vez se les da distinto significado. La técnica
sería el conjunto procedimientos, normas, instrumentos, que no precisan del conocimiento
científico, por el contrario, la tecnología serían las técnicas industriales, vinculadas al
conocimiento científico. Por eso, toda tecnología es una técnica, pero no toda técnica es
una tecnología.
A este respecto, Ortega y Gasset nos dice que la técnica humana ha pasado por tres
fases:
1. técnica del azar: el invento de técnicas de forma casual; así tuvo que ser, por
ejemplo, el invento del fuego.
2. técnica del artesano: técnica basada en la imaginación, ingenio y habilidad,
que surge por una persona.
3. técnica del técnico: ésta es la tecnología y para ella se requiere conocimientos
muy sofisticados y especializados y el uso de técnicas muy complejas. Éstas son, a
decir de Ortega, las que predominan en nuestra época. En ella ve nuestro
filósofo un peligro muy grave para nuestra libertad: nos esclaviza, nos hace
totalmente dependientes de algo que no dominamos.
2.3. Filosofía de la técnica
Desde la filosofía se ha llevado a cabo en los últimos dos siglos una reflexión con diversos
y a veces contrapuestos planteamientos e interpretaciones sobre el ser humano y su
capacidad para producir técnica y tecnología y las consecuencias que ello tiene en la
evolución y el cambio social. La ciencia, sus aplicaciones prácticas en tecnología, y la
sociedad interactúan entre sí condicionando mutuamente su desarrollo.
La ciencia, sus aplicaciones prácticas en las tecnologías, y la sociedad interactúan entre
sí condicionándose mutuamente. Los científicos y tecnólogos son personas que poseen
sus propios valores e intereses que imprimen en el desarrollo de sus investigaciones, que a
su vez, están dirigidas y limitadas por quien las financian económicamente, dado que las
investigaciones actuales son extraordinariamente costosas y sólo pueden subvencionarlas
los Estados o las grandes empresas y corporaciones. Las empresas, fundamentalmente
desde principios de rentabilidad económica, y los Estados, de acuerdo con sus políticas
de Investigación y Desarrollo (I+D), primarán unas investigaciones u otras de acuerdo a
sus prioridades.
Todo ello sucede además en el seno de una sociedad situada en una época y una
cultura determinadas, donde la misma ciencia y tecnología tienen una determinada
valoración social, que influye sobre su propio desarrollo.
Es innegable el efecto de los cambios tecnológicos sobre los cambios sociales y los
modos de vida del hombre. La técnica ha sido y sigue siendo una herramienta de
incalculable valor para el progreso material del hombre y para un control cada vez más
preciso de la Naturaleza. La técnica libera al hombre de la necesidad, es decir, le
permite liberarse y evitar los peligros y problemas derivados de su débil constitución
biológica y las inclemencias de la naturaleza. Igualmente, la técnica ha influido
notablemente en la aparición de necesidades culturales.
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Tampoco debemos perder de vista que hay culturas donde el desarrollo es mínimo,
porque han adoptado una forma de vida, donde el progreso, el cambio, no son para
ellos valores importantes.
Aunque la técnica ha permitido la mejora de la vida, sin embargo, su avance no se
puede identificar sin más con el progreso social y moral de los hombres, y esto por al
menos tres razones:

Porque hay artefactos, máquinas e instrumentos técnicos que pueden traer
consecuencias negativas para el hombre, como, por ejemplo, la bomba nuclear.
También porque hay técnicas intrínsecamente perversas, por ejemplo, las técnicas
científicas de tortura.

Porque a veces puede hacerse un uso antisocial de la técnica, como por ejemplo,
cuando se utiliza la televisión para ocultar la verdad, manipulando los mensajes, o
para embrutecer a los espectadores.

Porque puede ser controlada y utilizada por sectores sociales poderosos para
obtener beneficios, aún a costa de la explotación de las personas, como por
ejemplo, los niños esclavos o los trabajadores de países como China, India,
Polonia,…
2.3.1 Implicaciones del desarrollo tecnológico
Si tuviéramos que señalar cuál es el rasgo más característico de la sociedad globalizada
actual, sin duda serían muchas las voces que señalarían a la tecnología como el factor
más relevante. Efectivamente, las tecnologías actuales, fundamentadas en el
extraordinario desarrollo científico, han cambiado de forma radical, no solo nuestro modo
de vida, sino nuestra manera de ver el mundo, nuestras costumbres, nuestras relaciones
sociales, nuestras formas de comunicación y lenguaje, nuestras formas de trabajo, de
ocio,…
Esta situación, aunque se remonta a la aparición de la ciencia moderna en el siglo XVII,
sin embargo, es a partir del siglo XIX, cuando se va a producir un avance espectacular y
esto, indudablemente, produce situaciones inéditas para el hombre.
Es necesario tener muy en cuenta que toda actividad humana, la investigación científica
y la creación de nuevas tecnologías deben de estar sujeta a limitaciones éticas. Hay una
corriente de opinión bastante extendida que considera que el derecho y la ética se
habrían de anteponer al ritmo frenético que marcan los mercados y las imposiciones de
las grandes industrias.
El desarrollo actual de la técnica plantea un conjunto de problemas a la sociedad que
nosotros resumimos en tres:

Intereses implicados en cada investigación. Las investigaciones concretas se
realizan por intereses particulares muy determinados. Por ejemplo, las instituciones
políticas y las empresas pagan unas investigaciones y no otras, fomentan unos
proyectos y eliminan otros. Descubrir los intereses por los cuales actúan de esta
manera es esencial para comprender el sentido de las tecnologías y las metas de
nuestra sociedad. La reflexión sobre estos intereses, tecnologías y metas es una de
las tareas de la filosofía. Igualmente, reflexiona sobre cuáles debieran ser los fines
que debieran primordialmente de perseguirse con el uso de las tecnologías para
alcanzar una sociedad más justa y feliz. Esta tarea es la que propone la Escuela de
Frankfurt desde su concepto de razón crítica.
10

El principio de responsabilidad. Las consecuencias de las tecnologías afectan ya a
toda la humanidad. Pero es más, el impacto medioambiental de las nuevas
tecnologías y las industrias no sólo afecta a toda la población actual de la Tierra,
sino que también afectará a las generaciones futuras. Las investigaciones del
proyecto sobre el genoma humano o las técnicas de ingeniería genética también
tendrán, qué duda cabe, repercusiones para la humanidad futura.
El desarrollo de nuevas formas de armamento sumamente sofisticado es una
amenaza para el conjunto de nuestro planeta. Algunos filósofos contemporáneos
como Hans Jonas denuncian la falsa idea de "progreso" sobre la que se está
construyendo nuestra civilización. Se ha creído que el progreso consiste en
explotar los recursos de la Tierra para satisfacer nuestro deseo de bienestar, y la
estamos destruyendo, en utilizar tecnologías cada vez más sofisticadas
Por eso, nos dice este filósofo, hemos de cambiar nuestra idea de progreso en el
sentido siguiente:
hemos de asumir responsablemente las consecuencias de la ciencia y
la técnica, y dejar a las generaciones futuras el mundo como mínimo
no peor de lo que lo hemos encontrado.
Esto es lo que Jonas denomina principio de responsabilidad.

El sujeto de las decisiones. El problema más grave que nos encontramos, dado
que las consecuencias afectan ya a toda la humanidad, es quien ha de decidir
cuáles son los objetos a investigar, con qué objetivos y dónde comienzan los límites
de la investigación.
Habitualmente son los políticos y las empresas importantes de los países ricos quienes
toman la decisión, cosa que es radicalmente injusta puesto que todo el mundo resulta
afectado. Somos los afectados los que habríamos de tomar las decisiones para ello
habríamos de:




Informarnos sobre los avances que nos afectan.
Aprender a dialogar seriamente sobre estas cuestiones.
Intentar llegar a soluciones más justas para toda la humanidad presente y futura.
Exigir mecanismos de participación en las decisiones, no sólo para nosotros, sino
para todos los afectados.
3. La acción moral
Partamos del siguiente ejemplo:
"Irene y Alberto son dos adolescentes que han empezado a salir
juntos hace poco. Comienzan a hablar de sus experiencias
anteriores y ella le revela que ha salido y tenido relaciones sexuales
con varios chicos. Él manifiesta su reprobación".
A este tipo de juicios los denominamos juicios morales. Los juicios morales ponen de
manifiesto dos cosas:
11

Que existe un tipo de hechos que son susceptibles de ser juzgados moralmente,
como buenos o como malos. Son estos hechos nuestro objeto de estudio y los
denominamos hecho u acción moral. En el ejemplo: "La conducta sexual de
Irene".

Que si el juicio no está hecho de forma arbitraria, estaremos utilizando un criterio
desde el que el que poder realizar tal aprobación o reprobación. Este criterio es lo
que denominamos norma moral. En el ejemplo de arriba podemos suponer que la
norma o criterio que utiliza Alberto es el siguiente: "Una adolescente no ha de
tener relaciones sexuales hasta que se case".
Dos son los planos en los que se basa nuestro comportamiento moral:

Plano social de la moral. El niño nace en un determinado contexto social, con
unas determinadas costumbres y maneras de ver el mundo. El niño va asimilando
las normas y hábitos de esa sociedad y esto indudablemente va influyendo en la
formación de su personalidad. A través de su relación con sus padres, de lo que
ven en televisión, de lo que observan en los lugares donde habitan, los niños van
asimilando normas, costumbres, valores de esa sociedad y esta asimilación es en
muchas ocasiones tan natural e incluso inconsciente, que llegamos a pensar
ingenuamente que lo asumido por nosotros es lo natural, lo bueno, lo normal, sin
darnos cuenta que es “natural”, “bueno” o “normal” para nosotros, pero no para
otros individuos que viven y han asimilado culturas distintas a la nuestra.

Plano individual de la moral. El hecho de que nos sintamos influidos por la cultura y
sociedad en la que vivimos no significa que actuemos como robots a quien se le
han metido en su programa unas determinadas normas, la cultura recibida, sino
que tenemos libertad para aceptarlas o no, lo que, como hemos dicho más arriba,
esto conlleva “hacernos responsables” de lo que hemos hecho.

Cada hecho moral plantea un problema moral que hemos de intentar solucionar
a través de un juicio moral. En el ejemplo del principio del capítulo, es claro que el
juicio moral es reprobatorio. Esto quiere decir que podemos tener varias conductas
alternativas donde elegir y varias normas posibles con las que juzgar: según
actuemos estaremos definiéndonos como personas ante nuestros semejantes y
definiendo cómo queremos vivir -en el fondo definiendo un modelo de vida
comunitario -. Es aquí donde se revela más genuinamente la dimensión práctica
de la moral.
Al igual que nosotros juzgamos la conducta moral de los demás, nosotros somos juzgados
por los demás al elegir y no siempre positivamente ya que muchas veces nuestra moral no
coincide con la moral predominante. Esta interrelación muchas veces conflictiva entre lo
que yo hago y lo que los demás quieren que haga revela la dimensión social de toda
conducta moral.
4. La acción social y política
Como ya hemos dicho en el capítulo anterior los valores y normas morales no existen fuera
de la sociedad y toda sociedad implica la existencia de estos valores y normas. El hombre
necesita vivir en sociedad, su prematuridad y debilidad biológica imposibilitan que el
hombre pueda vivir fuera del ámbito social. Sólo existe vida humana en sociedad. Prueba
de esto la tenemos en los llamados “niños lobos”, niños que de pequeños fueron
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abandonados y que lograron sobrevivir en soledad, cuando algunos de estos individuos
fueron encontrados su comportamiento no difería del de los animales y el intento de
integrarlos en sociedad y que aprendieran el lenguaje, normas, etc. resultaba
prácticamente imposible.
Esta necesidad de la sociedad para desarrollarse como seres racionales es lo que llevó a
los filósofos griegos a definir al hombre como un “animal político”, entendiéndose el
adjetivo de “político” como la necesidad que tiene el hombre de vivir en sociedad.
Hablar del carácter social del hombre no significa que sólo él sea social. Existen especies
animales que viven en sociedades, tales como los insectos sociales (abeja, hormiga,…),
primates y otras muchas especies. La diferencia radical con la socialidad humana radica
en que el carácter social de los animales les viene dado genéticamente, y por tanto, su
comportamiento es el mismo en todos los individuos de la especie, sin apenas diferencias
en el espacio y el tiempo.
4.1. La doble perspectiva de la acción social
La acción social está estructurada de acuerdo a normas compartidas y aceptadas por
los miembros de una colectividad.
La acción social presenta una doble perspectiva complementaria:


subjetiva o interna
objetiva o externa.
La perspectiva subjetiva o interna fue analizada por el filósofo social Max Weber, que
define la filosofía social como "ciencia de la acción social" y afirma que "la acción
humana es social siempre que los sujetos de la acción incorporen en ella un sentido
subjetivo", esto es, que el individuo asuma el entramado social como suyo, aceptando
como buenas un conjunto de normas, costumbres, leyes, etc. de la sociedad en la que
vive.
Por su parte el filósofo social francés Émile Durkheim hace hincapié en que el carácter
social de la acción humana es eminentemente objetivo, ya que obedece a las "maneras
colectivas de obrar, pensar y sentir externas al individuo", que ejercen un poder coercitivo
sobre su conducta del individuo, de manera que éste sabe que si no sigue las pautas
sociales puede ser castigado o marginado.
Este doble carácter de la acción social hace que ésta sea predecible, ya que, si
hacemos hincapié en el aspecto subjetivo, la interiorización de las normas por el sujeto le
conduce a actuar de acuerdo a la norma, y si tenemos especialmente en cuenta el
carácter coercitivo de la norma, el miedo al castigo, al qué dirán, a la marginación,
impulsan al sujeto a actuar según lo previsto.
La acción humana así percibida aparece como algo condicionado permanentemente
por el entorno social y, por tanto, la iniciativa individual queda menoscabada. En términos
generales podemos decir que aún las categorías más internas de nuestro pensamiento se
derivan y proceden de la experiencia social y solo en sociedad podemos llegar a
concebirlas. También, finalmente, la misma consideración que tenemos de nosotros
mismos y nuestras aspiraciones, tienen un fuerte carácter social.
Weber distingue cuatro tipos de acción social:
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



.
Acción racional con arreglo a fines. Es la forma más racional posible de la
acción, en ella se valoran los medios para alcanzar un fin valorando
racionalmente las probables consecuencias de los actos y comparando la
efectividad relativa de los diversos medios. Por ejemplo, la actividad laboral.
Acción racional con arreglo a valores. A diferencia de la anterior, ésta implica
la orientación de la acción hacia la consecución de un ideal que constituye
el fin de la acción. La persona actúa movida por la creencia en un valor que
es visto como fundamental, como es el caso de las convicciones religiosas o
políticas, y sin consideración alguna de las consecuencias de su acción.
Acción afectiva. Se desarrolla bajo el influjo de un estado emotivo y su sentido
no se establece en la instrumentación de medios para conseguir un fin, sino en
realizar un acto „porque sí‟. Por ejemplo, las relaciones amistosas, la solidaridad.
Acción tradicional. El motivo del acto viene dado por el influjo de la
costumbre y el hábito y procede de un conjunto de ideales o símbolos que no
poseen una forma coherente y precisa.

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