Cuéntame un cuento y verás cómo aprendo

Transcripción

Cuéntame un cuento y verás cómo aprendo
El valor de los cuentos en la educación
en el tiempo libre
Para que los cuentos educativos tengan un final feliz hay que prestar
atención a dos factores: la selección
del cuento y la puesta en escena. En
primer lugar, los cuentos educativos
tienen que partir de una necesidad
real del grupo. “Cantamos una can-
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Foto: cesarastudillo (Creative Commons)
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Detrás de un “érase una vez” se abre
un universo simbólico que puede utilizarse con diferentes objetivos.
“Fomentar la afición a la lectura,
introducir la dimensión de la lectura
en el tiempo libre, acceder al descubrimiento de otros mundos, despertar
y aumentar la imaginación, reflexionar sobre los valores que encierran
los libros”, son sólo algunos de los
fines que persigue Ana Isabel Lucas,
profesora del taller de cuentacuentos
de la Escuela castellano-leonesa de
educación en el tiempo libre, cada
vez que explica un cuento en campamentos o en las actividades extraescolares que dirige.
Cualquier cuento bien explicado
tiene, por tanto, múltiples beneficios,
pero hay cuentos que van más allá de
la diversión y la fantasía. José Andrés
Serna, autor del libro Cuentos educativos, distingue entre “el cuento
que tiene un valor en sí mismo, de
entretenimiento, literario, que cultiva
la imaginación y la emoción estética,
y el cuento educativo”.
Intención es la palabra que mejor
define este tipo de cuentos.
Intención de hacer pensar, de transmitir valores, de promover un cambio
de actitud, en definitiva, de educar.
“Esto nos parece muy edulcorante, se
habla de adoctrinamiento, pero si
alguien piensa que no hay intencionalidad en la educación quizá no
sepa a qué se está dedicando, quizá
no quiere ser monitor o educador,
quizá quiere ser canguro”, afirma el
escritor.
La educación en el tiempo libre ofrece un espacio perfecto para aplicar
ción o hacemos un juego en el que
observas que los miembros del grupo
se van cambiando de sitio para no
estar junto a una persona. El cuento
versará sobre la necesidad de no
marginar a nadie”, explica José
Andrés Serna. “Generalmente el
cuento te elige a ti, tú buscas el que
te plantea mayores posibilidades de
trabajo para la realidad que tienes en
ese momento junto a ti”, argumenta
Juan Manuel Vargas, formador de la
escuela de animación de Cáritas
Madrid. Además de profesor de animación, Juan Manuel Vargas es
maestro en un centro ocupacional de
personas con minusvalía psíquica.
Allí ha descubierto que “historias
sencillas y llevadas a la escena nos
ayudan a hacer comprensibles para
algunas personas cosas tan sencillas
como el compartir o la participación”.
personas, como Juan Manuel Vargas,
que tienen facilidad para inventar
sus propios cuentos. Ahora bien, a la
hora de inventar hay que recordar
que los cuentos han de ser “verdaderamente educativos”, subraya José
Andrés Serna. “He visto utilizar como
marco simbólico historias de vampiros, de asesinatos, incluso de malos
tratos, como si todo eso fuese indiferente”, lamenta.
Foto: Daquellamanera (Creative Commons)
Cuéntame un cuento
y verás cómo aprendo
este tipo de cuentos, sobre todo
entre los ocho y los doce años. “Esto
no significa que han de quedar desvalorizados en otras etapas”, matiza
José Andrés Serna, sino que se les
debe dar un uso más esporádico. De
la edad de los niños también depende la extensión del cuento. Hasta los
12 años es aconsejable optar por
relatos breves mientras que en edades superiores se pueden utilizar historias más largas, que tengan incluso continuidad a lo largo de los días.
Cuidar la puesta en escena
El éxito del cuento no depende sólo
de que la historia sea acertada, sino
también de cómo se explique. Ana
Serna, monitora del grupo scout
Goizalde de Bilbao, procura siempre
“contarlos sin leer, haciendo a veces
una pequeña representación que va
ilustrando el cuento y, sobre todo,
intentado hacer partícipes a los
niños y niñas”. Una recomendación
que comparte José Andrés Serna,
quien apunta la posibilidad de que
algunos niños representen alguno de
los personajes y destaca la importancia de introducirse en el papel. La
música, el juego o el mimo son otros
de los recursos que se pueden utilizar para captar la atención y reforzar
el mensaje. Incluso es posible emplear, tal y como señala Juan Manuel
Vargas, un programa de ordenador
que “con un golpe de dedo nos
introduce un aplauso, un rayo o una
música”. Los cuentos pueden complementarse además con otras actividades como talleres de manualidades
o gincanas que versen sobre los
aspectos educativos trabajados.
“Cuando los cuentos o las historias
están bien contados y tienen que ver
con la realidad, entonces son tesoros
educativos”, afirma José Andrés
Serna. La clave para descubrirlos está
al alcance de cualquier educador.
CUENTACUENTOS SOLIDARIOS
ANNA DALMAU
“¿Cómo puede ser que en el mundo haya niños que crezcan sin cuentos?”. A
partir de esta premisa, Oriol Toro y otros miembros del grupo de cuentacuentos Vivim del Cuentu decidieron poner en marcha el proyecto Bibliotecas sin
fronteras para acercar los libros y la lectura a los niños de países en vías de
desarrollo.
“Todo nace en 2003, cuando fui a Bolivia para la adopción de mi sobrina que
sale del Hogar Virgen de la Esperanza, un orfanato que hay en El Alto”,
recuerda Toro. Ese lugar le impactó, tenía claro que “quería y debía hacer
algo” y dos años más tarde, cuando acabó la carrera universitaria, se puso
manos a la obra. Consultó varios proyectos que se hacían en Bolivia, pero
ninguno le convencía, así que se dijo: “En el orfanato de mi sobrina no había
ninguna biblioteca y sería genial que los niños tuvieran una para consultar y
leer cuentos”.
El primer paso fue ponerse en contacto con los centros de tiempo libre, los
colegios y los centros cívicos que conocían e impulsar la campaña ‘Un libro y
un euro para Bolivia’. “Un euro no es nada, pero si recoges 4.000 libros, con
los 4.000 euros más una subvención que nos llegó caída del cielo, pudimos
llevar el material a Bolivia y allá dotamos una biblioteca infantil que empezó
abriendo sólo tres horas al día y exclusivamente para los niños del orfanato,
pero hoy la utilizan todos los niños de los colegios del barrio y se ha convertido en un espacio para hacer los deberes”, explica Oriol.
Seleccionar la historia
Una vez detectadas las carencias del
grupo, el siguiente paso es escoger la
historia más adecuada para trabajarlas. Existen numerosas páginas web
en las que se recogen cuentos escritos por expertos o aficionados que
pueden resultar de utilidad. Otra
opción es recurrir a historias populares donde reside la sabiduría de antiguas generaciones. También hay
Dos años más tarde, Bibliotecas sin fronteras cambió de destino y aterrizó en
Nicaragua, concretamente en la Fundación Cristal de la ciudad de Estelí. Esta
fundación tenía un colegio pero no disponía de biblioteca. En esta segunda
campaña recogieron el doble de ejemplares, la gran mayoría fueron a parar a
Nicaragua pero algunos se destinaron a otras bibliotecas de Bolivia. En
Nicaragua el reto fue mayor que en la primera ocasión porque el espacio que
les cedieron estaba en peores condiciones. Aún así, con la ayuda de un
carpintero, un electricista y la dedicación de los siete implicados, consiguieron
inaugurar la biblioteca el 26 de agosto de 2008. El 23 de abril de este año,
coincidiendo con el día del libro, Vivim del cuentu iniciará una nueva campaña. El destino de los libros todavía está por confirmar.
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