Ventilación Protectora - MEDICRIT Revista de Medicina Crítica
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Ventilación Protectora - MEDICRIT Revista de Medicina Crítica
MEDICRIT REVISTA DE MEDICINA INTERNA Y MEDICINA CRÍTICA Indexada en IMBIOMED y en PERIÓDICA, Base de datos de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. REVISIÓN Ventilación protectora. ¿Qué hemos aprendido en 15 años? C. Volfredo Camacho Assef. M.D.1, Carmen Barredo Garcés. M.D.2 1 Médico Internista Intensivista, Profesor Titular. Servicio de Cuidados Intensivos. Hospital “Antonio Luaces Iraola”. Ciego de Ávila. Cuba. E-mail: [email protected] 2 Médica Anestesióloga Intensivista. Profesora Auxiliar. Servicio de Anestesia y Reanimación. Hospital “Antonio Luaces Iraola”. Ciego de Ávila. Cuba. Recibido el 18 de Diciembrel de 2005. Aceptado el 15 de Febrero de 2006 MEDICRIT 2006; 3(1): 14–18 RESUMEN Está plenamente establecido que la terapia ventilatoria influye positiva o negativamente en la evolución y pronóstico de los pacientes con el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda. Hoy podemos afirmar que la terapia ventilatoria influye en la evolución del paciente con insuficiencia respiratoria aguda pudiendo agravar la falla respiratoria o retardar la curación del pulmón dañado. Se han diseñado un grupo de principios básicos con el objetivo de evitar o disminuir el impacto nocivo de la ventilación con presión positiva (VPP) sobre el tejido pulmonar. Estos principios se conocen como estrategia ventilatoria protectora, la cual es fuente de un gran número de debates. Cuando se pensaba, que al menos, los principios básicos de la ventilación protectora habían quedado plenamente resueltos, surgen nuevas controversias y todos los investigadores entienden que aún estamos lejos de la solución del problema científico planteado. Palabras Clave: Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA). Ventilación Protectora. Hipercapnia permisible. Ventilación mecánica. esde su primera descripción, hace más de 30 años, el síndrome de Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA) sigue siendo una entidad fisiológicamente compleja, de alta mortalidad, que se presenta al intensivista como un desafío terapéutico. El pronóstico y su evolución dependen del origen y la gravedad del insulto inicial, del estado inmunitario del paciente y de la presencia o desarrollo de otros órganos en falla. Todos estos factores son difíciles de modificar en el curso de la enfermedad. Hoy podemos afirmar, casi con certeza, que la terapia ventilatoria influye positiva o negativamente en la evolución y pronóstico de estos pacientes D y en el presente artículo, trataremos de fundamentarlo. El impresionante avance de la tecnología en los últimos años, en particular la informática, ha sido sin duda un pilar fundamental en el estudio de las alteraciones anatomofisiológicas producidas por la ventilación mecánica. Los conceptos de pulmón de niño (baby lung) y de daño inducido por la ventilación mecánica (DIVM)(1-3) son en gran parte fruto de la tomografía axial computadorizada (TAC), la cual nos ha permitido disfrutar de elegantes estudios morfológicos, realizados principalmente por grupos de trabajo europeos, que nos muestran los efectos mecánicos del soporte ventilatorio sobre el pulmón(4-6). www.medicrit.com 14 MEDICRIT 2006; 3(1):14–18 Hoy podemos afirmar que la terapia ventilatoria influye en la evolución del paciente con insuficiencia respiratoria aguda, pudiendo agravar la falla respiratoria o retardar la curación del pulmón dañado. Sin embargo, la ventilación mecánica también puede influir positivamente en la evolución del SDRA al aplicar ciertos principios básicos con el objetivo de evitar o disminuir el impacto nocivo de la ventilación con presión positiva sobre el tejido pulmonar. Estos principios se conocen como estrategia ventilatoria protectora. HISTORIA En 1990, Hickling (7,8) y colaboradores describieron 50 pacientes con SDRA a quienes ventilaron limitando las presiones de la vía aérea a 30 cm de H2O y uti-lizando volúmenes corrientes (Vt) cercanos a 5 ml/Kg, en esta serie la PaCO2 alcanzó valores promedios de 62 torr, ambos hechos muy revolucionarios para aquel entonces. A pesar de ser un estudio retrospectivo, la mortalidad obtenida por Hickling con el uso de “hipercapnia permisiva” fue de 16%, bastante menor a las cifras reportadas de 40 a 60% para pacientes con SDRA. Estas observaciones clínicas fueron avaladas por la abundante evidencia experimental acerca del DIVM y motivó varios estudios prospectivos y randomizados, donde Hickling (9,10) demostró que la mortalidad en los pacientes ventilados utilizando bajos volúmenes e hipercapnia, fue significativamente menor que la calculada por APACHE II. Inicialmente se atribuyó el beneficio sobre la mortalidad obtenido con la ventilación con volúmenes corrientes inferiores a 6 ml/kg al efecto beneficioso de la hipercapnia, postulando para ello las complejas interacciones que se establecen durante la acidosis respiratoria, la perfusión tisular y el metabolismo celular. En esos momentos se desconocía el verdadero role de la sobredistensión alveolar en el DIVM. VENTILACIÓN PROTECTORA, PRIMEROS REPORTES. En el año 1998, Amato (11) y colaboradores, en una publicación considerada emblemática, originan una de las mayores polémicas científicas desarrolladas sobre ventilación mecánica. Estudiaron 53 pacientes, que recibían igual soporte general y hemodinámico, y fueron asignados de forma aleatoria en dos grupos: el primero, ventilado de forma convencional con un volumen tidal de 12 ml/Kg de peso corporal y PaCO2 entre 35 y 38 mm Hg, y el segundo ventilados con ventilación protectora: Vt de 6 ml/Kg, PEEP 2 cm de agua por encima del punto de inflexión inferior en la curva presión-volumen, uso preferencial de ventilación en modalidades presiométricas, hipercapnia permisiva hasta 80 mm Hg de PaCO2, y presión de asistencia menor de 20 cm de agua por encima de PEEP. Después de 28 días, 11 de 29 pacientes (38%) en el grupo de ventilación protectora habían muerto, comparado con 17 de 24 pacientes (71%), en el grupo de ventilación convencional (P<0.001). Sin duda alguna, estos resultados demostraron que la estrategia de ventilación protectora se asocia a una mayor supervivencia a los 28 días, y una menor incidencia de barotrauma y fracasos en el destete. Simultáneamente con esta publicación, y de forma diametralmente opuesta, Stewart y colaboradores (12), publicaron los resultados del “Pressure- and VolumeLimited Ventilation Strategy Group” y establecen que en pacientes ventilados con SDRA la estrategia ventilatoria que limita la presión inspiratoria pico, y el volumen tidal, no reduce la mortalidad y puede incrementar la morbilidad. De igual forma Brochard (13) y colaboradores publican el resultado de un estudio multricéntrico para el ensayo clínico con la reducción de volumen corriente durante la ventilación mecánica en pacientes con SDRA, donde no encuentran efectos beneficiosos con la reducción del Vt y la disminución de la presión meseta por debajo de 25 cm H2O comparado con el enfoque convencional de ventilación normocápnica y presión meseta por debajo de 35 cm H2O. DEBATES Y RÉPLICAS. ¿QUIÉN TIENE LA RAZÓN? Las publicación simultánea de los resultados totalmente contradictorios de Amato, Stewart y Brochard (11-13), originó una cadena de réplicas y debates, en ocasiones acaloradas y subidas de tono. Muchos autores expresaron su conformidad con los resultados de Amato, que consideraban acorde con las evidencias experimentales y la experiencia clínica acumulada (14), mientras que otros llegaron a cuestionar su honestidad al seleccionar el grupo control en el cual se produjo una mortalidad del 71%, (muy por encima de la promedio) la cual “levantaba interrogantes en relación a los cuidados recibidos por los pacientes del grupo control y su criterio de selección”(15). De tal forma quedaron aparentemente configuradas tres grupos de opiniones. a) Una mayoría aceptó sin objeción la ventilación con volúmenes corrientes inferiores a 6 ml/kg e hipercapnia permisiva. b) otros más conservadores, aceptaron un elfoque menos drástico, y sostuvieron la recomendación de utilizar volúmenes corrientes entre 6 y 8 ml/kg e www.medicrit.com 15 Camacho y Barredo hipercapnia discreta. c) un tercer grupo de investigadores criticaron fuertemente la ventilación con bajos volúmenes corrientes, la cual consideraban que carecía de beneficio y agregaba gran número de complicaciones metabólicas. ESTUDIOS MULTICÉNTRICOS Y MEGAESTUDIOS En 1994 el NHLBI (National Heart, Lung, and Blood Institute), establece el ARDS network con el objetivos de realizar investigaciones multicéntricas en 20 centros médicos académicos de Estados Unidos y Canadá. La investigación dispuso inicialmente de un presupuesto de 37.4 millones de dólares, y fue considerada un megadiseño experimental capaz de establecer principios conclusivos que justificaban su elevadísimo costo. Para el desarrollo de la investigación se estableció un grupo testigo ventilado con volumen tidal de 12 ml/kg del peso corporal predictivo y una presión meseta limitada a 50 cm de H20 y un grupo control ventilado con volúmenes corrientes de 6 ml/kg del peso corporal predictivo y presión meseta límite de 30 cm de H2O. El primer objetivo de salida era la mortalidad al alta hospitalaria y el segundo los días libres de ventilación mecánica entre el día 1 y el 28. La investigación fue detenida en el paciente 861, porque la mortalidad era significativamente menor en el grupo tratado con bajos Vt (6 ml/kg) en relación con el grupo tratado con elevado Vt (12 ml/kg). La conclusión era evidente, en pacientes con SDRA, la ventilación mecánica con menor volumen tidal que el tradicional, resulta en disminución de la mortalidad y disminución de los días de ventilación (16). El estudio integro del ARDS network fue publicado en Mayo de 2000, junto con un editorial del Profesor Dr. Martin J. Tobin (17), de la Universidad de Loyola titulado “Culminación de una era de investigaciones sobre el Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda”. Tobín concluyó que “los resultados nos dicen, que los pacientes necesitan una forma de ventilación gentil”, y “el volumen tidal debe reducirse en pacientes con SDRA en orden de mantener la presión meseta por debajo de 32 cm de H2O”. El Dr. Claude Lenfant (18), director del NHLBI hizo referencia a los resultados de la investigación como “la primera investigación clínica a gran escala que demuestra el tratamiento más efectivo para los pacien-tes con SDRA”. Poco después el Dr. Thomas R. Martin (19), de la Universidad de Washington, y presidente de American Thoracic Society, al referirse a la investigación enfatizó “se trata del estudio insignia que contribuyó de la forma más decisiva a los cuidados de pacientes con SDRA, desde que el síndrome Ventilación protectora fue descrito en 1967 por Ashbaugh y Petty". Aparentemente las interrogantes habían sido evacuadas y el dilema científico había sido esclarecido. Las revistas de la época comenzaron a publicar comentarios y editoriales con felicitación a los autores y elogios al diseño estadístico de los megaestudios, que aparentemente pasarían a ser la clave para la solución de un gran número de hipótesis sobre ventilación mecánica aún no resueltas. NUEVAMENTE JUSTO EN EL PRINCIPIO. Durante los últimos años han tomado gran realce las controversias en relación con el diseño de los estudios y la seguridad del paciente. En Estados Unidos, la oficina de protección de investigaciones sobre humanos (Office for Human Research Protections, OHRP), que regula las instituciones y otras entidades que conducen estudios sobre humanos, presentó una apelación en la cual señalaba que el estudio sobre volumen corrientes no utilizó un grupo control que reflejara “la mejor práctica clínica de su tiempo”, y argumentaron que los pacientes fueron sometidos a riesgo innecesarios, lo cual además de ser éticamente inaceptable, pudo haber hecho que la investigación erróneamente concluyera que la ventilación con volúmenes tidal bajos podía salvar mayor número de vidas (20). Esta investigación evaluó dos prácticas extremas, en lugar de examinar la forma en que los pacientes eran comúnmente manejados de forma más segura. Las implicaciones sobre la seguridad del paciente en el estudio ARDS Network están actualmente bajo debate y reclamaciones judiciales, pero señalando aparte este aspecto de la investigación cabe preguntarnos: ¿demostró dicho estudio que los volúmenes tidal bajo eran beneficiosos o por el contrario que la ventilación agresiva, con elevados volúmenes corrientes y presión meseta limitada a 50 cm de H2O era muy perjudicial? (21). DE LA CONTROVERSIA A LAS BUENAS PRÁCTICAS CLÍNICAS La única forma de determinar si el volumen tidal de 6 ml por kilogramo es superior a un volumen tidal entre 6 ml y 12 ml por kilogramo es diseñando una nueva investigación. Un análisis de regresión logística multivariado ajustado a las características generales del paciente (edad, sexo, escala fisiológica aguda simplificada, e hipoxia) y los factores de riesgo presentes (sepsis, trauma, neumonía) realizado retrospectivamente en 3262 pacientes ventilados mecánicamente en la www.medicrit.com 16 MEDICRIT 2006; 3(1):14–18 Clínica Mayo (22), por 48 horas o más, demostró que el desarrollo de SDRA puede estar relacionado con la selección inicial de tres parámetros ventilatorios: 1) volumen tidal elevado (odds ratio 2.6 para un volumen tidal >700 ml), 2) presión pico en la vía aérea (odds ratio de 1.6 para presión pico en la vía aérea >30 cm H2O), y 3) presión positiva al final de la espiración PEEP alta (odds ratio de1.7 para PEEP>5 cmH2O). Como resultado de esta investigación surgen nuevamente situaciones contradictorias ya que la elevada mortalidad se asocia no sólo a los volúmenes altos superiores a 700 ml, sino que se presenta además relacionada con la aplicación de PEEP por encima de 5 cm de H2O, nivel utilizado habitualmente en pacientes con SDRA. Young y colaboradores (23), evaluaron la aplicación de la ventilación mecánica en 943 pacientes procedentes de tres hospitales universitarios en Nueva Inglaterra, con el objetivo de de terminar como los resultados del ARDS network habían influido sobre la práctica clínica y demostraron que la proporción de individuos que recibían ventilación con Vt ≤ 8 ml/kg, continuaba siendo modesta. En una amplísima revisión realizada en la base de datos Cochrane Central Register of Controlled Trials (CENTRAL), Cochrane Library; MEDLINE; EMBASE y CINAHL (24), para valorar el impacto de la ventilación protectora sobre la mortalidad en pacientes con SDRA mayores de 16 años, se seleccionaron 5 investigaciones que comprendían 1202 pacientes ventilados. La mortalidad a los 28 días se redujo de forma significativa con las estrategias de ventilación protectora: riesgo relativo 0.74 (intervalo de confianza 0.61 a 0.88), mientras que el beneficio sobre la mortalidad a largo plazo fue incierto. La comparación entre volúmenes tidal bajo y convencional fue no significativa cuando se utilizó una presión meseta menor o igual a 31 cm H2O en el grupo control: (riesgo relativo 1.13, intervalo de confianza 0.88 a 1.45). A la luz de estas nuevos metanálisis, y estudios la mayoría de los intensivistas en nuestro país y en el mundo, han modificado la práctica tradicional y utilizan volúmenes corrientes durante la ventilación mecánica más bajos que los recomendados hace 15 años, pero sin llegar al límite extremo inferior a 6 ml por kilogramo o permitir una hipercapnia severa. Las ideas rígidas acerca de un volumen tidal ideal están llenas de errores. El volumen tidal bajo, es probablemente menos agresivo y causa menos daño asociado a la ventilación mecánica que el volumen tidal elevado, pero existen problemas inherentes al tratar de aplicar guías de actuación general en un paciente específico. A criterios de los autores, el objetivo último de la ventilación protectora es evitar la injuria pulmonar por sobredistensión, no hipoventilar al paciente, en tal sentido observamos en la práctica clínica habitual, pacientes severamente distresados ventilados con volúmenes corrientes de 8 o más mililitros por kg, donde no existe ningún signo clínico o alteración en el monitor gráfico de sobredistensión alveolar. En este grupo de pacientes, donde la presión meseta suele estar por debajo de 30 cm de H2O, la ventilación con bajo volumen corriente y la hipercapnia que la acompañan sería perjudicial e innecesaria. REFERENCIAS 1. Bersten AD, Bryan DL. Ventilator-induced lung injury. Do dynamic factors also play a role?. Crit Care Med 2005; 33(4): 907-909. 2. Plotz FB, Slutsky AS, van Vught AJ, Heijnen CJ. Ventilator-induced lung injury and multiple system organ failure: a critical review of facts and hypotheses. Intensive Care Med 2004; 30(10): 1865-1872. 3. Slutsky AS. 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