Presentación y análisis de entrevistas a Informantes Claves del
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Presentación y análisis de entrevistas a Informantes Claves del
8. PRESENTACIîN Y ANçLISIS DE ENTREVISTA A INFORMANTES CLAVE DEL SECTOR AUTOPARTISTA Situaci—n de las empresas automotrices y autopartistas a nivel global Los entrevistados son personas cuya actividad se relaciona de distinta manera con el sector autopartista, entre ellos puede citarse al Presidente de la C‡mara de Industriales Metalœrgicos, y a ejecutivos de empresas automotrices y autopartistas, como gerentes de Recursos Humanos, entre otros. Respondiendo a un tema introductorio como es la pregunta acerca de la situaci—n del sector autopartista y automotriz a nivel global, la respuesta un‡nime, poniendo Žnfasis en la opini—n de una de las entrevistadas, gerente de Recursos Humanos del çrea de Recursos Humanos de General Motors de Estados Unidos, es que de ninguna manera se puede generalizar, salvo en la competencia entre las grandes marcas. Segœn sus comentarios al respecto, ÒA nivel mundial, en el tema existe much’sima competencia entre firmas, hay una competencia feroz entre las distintas automotrices del mundo". Para las grandes empresas automotrices y autopartistas, ÒEl mundo est‡ dividido en sectores, regiones diferentes que tienen situaciones, requerimientos y prioridades muy diferenciadas entre s’. Las grandes marcas dividen el mundo en regiones. En Estados Unidos todas las automotrices grandes se dividen el mundo en cuatro regiones principales: una es la regi—n de NorteamŽrica, EEUU, MŽxico y Canad‡; otra es AmŽrica Latina, çfrica y Medio Oriente. La tercera, Asia Pacific, que es toda la zona de China, Corea, y Jap—n, por œltimo Europa. Todas las automotrices dividen as’". Cada una de las regiones tiene una situaci—n espec’fica del sector automotriz, lo mismo pasa con las autopartistas, de modo que no pueden atacar todas las regiones de la misma forma. Esas distintas situaciones, explica, hace que las prioridades y necesidades de los consumidores sean totalmente diferentes. A continuaci—n, especifica con ejemplos la anterior afirmaci—n. Relata la entrevistada: "En EEUU, lo principal con lo que se est‡ trabajando es el tema de tecnolog’as en punta, y todo lo que se va incorporando al veh’culo como uso alternativo del consumidor, o sea no es el veh’culo en s’, es todo lo que le puedas incorporar, como por ejemplo poder mandar mails desde los autos; General Motors cre— el sistema On start, mediante el cual el cliente, manejando por la ruta, puede apretar un bot—n y decir, -yo estoy situado en el centro de Detroit y me quiero ir hasta Washington, te van a dar todas las directivas para que llegues, o -quiero encontrar una estaci—n de servicio, o -mi hija se enferm—, ad—nde puedo ir. Otro elemento de las nuevas tecnolog’as es tener televisi—n en el auto, con programas para que los chicos se entretengan. Uno de los problemas que est‡n enfrentando ahora es el miedo a la distracci—n que puede causar muchos accidentesÓ. Con respecto a la situaci—n en nuestra regi—n afirma: ÒEn AmŽrica Latina eso no existe, las necesidades de la gente son completamente distintas, son 257 poder moverse de un lado a otro y tener el dinero para comprar el auto, entonces las prioridades van ser otras, desde el tipo de financiamiento, hasta el tipo de veh’culo, un veh’culo m‡s barato, chicoÓ. RefiriŽndose a las dem‡s regiones, ejemplifica: ÒEuropa, en este momento est‡ en el medio, ya tiene muchos sistemas de alta tecnolog’a incorporados, pero tienen otras prioridades, el gusto por el veh’culo es diferente, prefieren los medianos. En Asia Pacific esto reciŽn est‡ empezando, con una revoluci—n muy grande; aparte los costos son baj’simos, pero tambiŽn hay un problema muy grande como cuando hubo una recesi—n econ—mica y financiera muy grande entonces las empresas que reciŽn empezaban no pudieron continuar, ahora la situaci—n se reactiv—, y en el a–o 2005 proyectan tener uno de los mercados m‡s grandes, o sea que hay que atacar esa regi—n, por que la mayor’a de la poblaci—n est‡ ah’, o sea es muy dif’cil decir el mundo porque est‡ dividido". Con relaci—n a la situaci—n mundial concluye diciendo que "En Europa o EEUU, si bien hay una fuerte recesi—n y se est‡n cerrando plantas y reduciendo personal, no es de la misma forma que ac‡ porque all‡ el empleo sobra, ves carteles ofreciendo todo tipo de empleo en todos lados, y las empresas se pelean por contratar gente; hay ingenieros que van de una empresa a otra como lo m‡s normal, cosa que no pasa ac‡, que cuando se cierra una planta se queda la gente sin trabajo, eso no pasa all‡". Con respecto a la consulta sobre la situaci—n de nuestro pa’s en el contexto mundial, dice: "Argentina est‡ dentro de AmŽrica Latina, no queda otra. Hay empresas fuertes, como Ford, Fiat, Renault, pero dependemos mucho de Brasil, que tiene el mayor nœmero de consumidores; ellos tienen 35 millones de posibles consumidores, sus costos son baj’simos, entonces todas las empresas se est‡n yendo para Brasil. Hay muchos problemas respecto a la firma de acuerdos automotrices y autopartistas, todav’a no se ha logrado un acuerdo favorable para Argentina. En este momento tenemos que bailar al ritmo brasilero, hay muchas empresas que est‡n aliadas, que tienen un joint venture, que traen ejecutivos de Brasil a trabajar ac‡, que no sŽ si favorece mucho. En Argentina la actividad se retrajo much’simo, todo depende de este a–o y del que viene, de c—mo reaccione el mercado. Cada vez la torta es m‡s chica, y la competencia de las empresas es para permanecer, la cantidad de unidades que venden no son mayoresÓ. Perspectivas de corto plazo del autopartismo en C—rdoba Los entrevistados consideran de manera un‡nime que las perspectivas de corto plazo de las empresas autopartistas en C—rdoba son cr’ticas y que el futuro cercano no se muestra demasiado alentador. Reiteradamente se menciona la posibilidad de cierre de m‡s empresas, con el consecuente aumento de la desocupaci—n. "De acuerdo a c—mo viene evolucionando œltimamente, si se puede decir evolucionando, estimo que en el corto plazo las perspectivas son bastante cr’ticas, si bien se han desarrollado 258 cuestiones desde el punto de vista legal como son el rŽgimen automotriz, las empresas est‡n muy endeudadas a partir de los a–os «96 y «97, en que las perspectivas eran buenas aparentemente, se hicieron inversiones importantes, esperando una verdadera continuidad de ese boom que fue el a–o «96. Muchas de las empresas hoy est‡n gestionando concursos preventivos, algunas en quiebra, otras se han asociado y han tenido dificultadesÓ. Afirma a continuaci—n, "B‡sicamente creo que estamos en una etapa en la que el achicamiento va a ser un factor comœn, a los fines de adaptarse a la realidad del mercado que hoy tenemos. Un dato significativo son las terminales; un grupo menor ten’a en el «97 la misma cantidad de gente que hoy tienen todas las automotricesÓ. Las autopartistas en muchos casos han debido reconvertirse para sobrevivir, y un gran nœmero de ellas produce cada vez en menor medida para las grandes automotrices, ÒMuchos de los grupos antes eran cautivos de FIAT, han tenido que diversificarse, hay quienes est‡n trabajando para el mercado de reposici—n y hay quienes est‡n haciendo otro tipo de productos, pero esencialmente eran proveedores de una determinada cantidad de piezas a las automotrices, de ah’ es que han tenido que empezar una reconversi—n, pero esto no como una estrategia de mercado anterior a la crisis. Por eso digo que las perspectivas del sector son cr’ticas en el corto plazo, lo cual es coincidente con una pol’tica, sin incentivos para reactivar el mercado". Al margen de la situaci—n de crisis econ—mica y financiera de nuestro pa’s, los informantes hacen constante referencia a la falta de pol’ticas de incentivo serias desde los gobiernos nacional y provincial para tratar de evitar el Žxodo de grandes empresas. Enumeran las que se fueron de la provincia, y mencionan algunas de las razones particulares que las motivaron a tomar la decisi—n de cerrar sus plantas en C—rdoba. Entre ellas el caso de General Motors, cuyo cierre se debi— entre otras cosas a que, "La planta de ac‡ era alquilada, en Rosario no, all‡ est‡ la planta de pintura, de motores, tiene la cuesti—n de transporte, de log’stica y traslado de partes, hubo ventajas a nivel provincial, con el tema laboral tambiŽn, el convenio era m‡s ventajoso all‡, la idea era centralizar toda la producci—n en un lugar, se hizo muy dif’cil mantener dos plantas abiertas por la situaci—n automotriz en general". Reclaman, como se mencion— anteriormente, medidas de los gobiernos ante la cr’tica situaci—n. "Se han ido muchas empresas, GM era una empresa de armado, y cerr— sus puertas, se fue Maxxion a Brasil, etc. tiene que haber una reacci—n muy r‡pida del gobierno provincial juntamente con el gobierno nacional para poder frenar y reaccionar". TambiŽn mencionan falencias con respecto a la actuaci—n de los sindicatos locales, que tambiŽn responde a la situaci—n econ—mica general, a la falta de trabajo, y a la precariedad de los puestos de trabajo. "Los sindicatos no tienen resistencia fuerte, porque Žstos dependen de que la empresa se quede para tener gente trabajando, cinco a–os atr‡s era mucho m‡s f‡cil, en C—rdoba". 259 Fortalezas y debilidades del sector Como fortalezas del sector autopartista de C—rdoba en general los entrevistados mencionan la gran capacidad de adaptaci—n y de reconversi—n constante de los empresarios autopartistas para lograr sobrevivir, y el gran esfuerzo de los empresarios locales para adaptarse a normas internacionales de calidad que certifiquen sus productos. Uno de ellos afirma al respecto, "Creo que todas estas empresas se han ido adaptando a est‡ndares de calidad a nivel internacional, eso es una ventaja para aquel que siga una estrategia exportadora, la condici—n indispensable es estar certificado bajo normas de calidad". Se menciona tambiŽn como fortaleza importante la riqueza de mano de obra capacitada en el sector, dada por la tradici—n industrial de C—rdoba. "TambiŽn el tema de la mano de obra, que si bien es un discurso bastante utilizado por los empleados y sindicalistas, es cierto que las autopartistas formaron a su gente, y que alcanzaron un nivel interesante desde la competitividad de los recursos humanos". Las debilidades resaltadas se refieren a la ausencia de investigaci—n y desarrollo, y de capacitaci—n en negocios y estrategias de comercializaci—n para sus productos, los cuales son considerados por los informantes como requisitos indispensables para lograr una situaci—n de competitividad, tanto a nivel nacional como internacional. Segœn la palabra de uno de ellos, ÒComo debilidades creo que no existe investigaci—n y desarrollo en las empresas, este es un factor que nunca les hizo falta porque ten’an el mercado cerca de su f‡brica, no les hizo falta oportunamente desarrollar nuevos mercados. Hoy la crisis los lleva a tener que hacerlo, c—mo hacer nuevos productos, para ello necesitan recursos, y esa es la otra gran debilidad, para desarrollar una estrategia de exportaci—n hay que tener medios con quŽ financiarla". Otra debilidad reiteradamente mencionada es la falta de medios econ—micos y la ausencia de apoyo de parte de los distintos niveles de gobierno a los empresarios del sector. La dificultad para acceder a crŽditos tambiŽn se relaciona con las pol’ticas de gobierno que deben modificarse. "Su condici—n hoy no les permite acceder a crŽditos, que son muy altos, las tasas son terribles, las garant’as ni hablar. Todo el costo, tambiŽn el costo pa’s". Conocimiento de estudios de mercado sobre el sector en C—rdoba Respecto de este tema, el informante de la C‡mara de Industriales Metalœrgicos respondi—: "S’. Existen algunos trabajos, pero que no reflejan la realidad, hay que dejar variables abiertas para que se puedan actualizar los datos, algo con cierta din‡mica". "Nosotros estamos firmando un convenio con el Instituto de investigaciones de la Bolsa de Comercio, a los fines de elaborar un nuevo trabajo sobre el sector automotriz, porque la realidad ha cambiado; haciendo un trabajo que vincule una serie de aspectos, porque los que hay son parcializados, el legal, el rŽgimen, quŽ influencia tiene en las empresas, como 260 para aportarle a las empresas los argumentos necesarios para ir a la mesa de discusi—n de un nuevo rŽgimen, el tema de c—mo es la influencia de la capacitaci—n, como est‡n ellos respecto a eso". Conocimiento de datos sobre la cantidad de ocupados del sector y de la proporci—n de mujeres empleadas No disponen de cantidades precisas, pero se tiene conocimiento de la gran reducci—n de personal empleado, segœn afirman; "Nosotros no lo tenemos, ese tema lo maneja mejor el gremio, pero tenemos datos de que ha disminuido en un 40%. Los m‡s grandes tambiŽn se han reducido, tenemos casos, casi del 100%. Se han reducido al m’nimo, est‡n al borde de la quiebra". La presencia de las mujeres como empleadas en el sector autopartista es m’nima, se reduce casi en todos los casos a empleadas administrativas, algunas profesionales y poqu’simas operarias. Nadie conoce ni menciona mujeres trabajando en el ‡rea de soldadura. Condiciones de trabajo del personal femenino del sector Se considera genŽricamente que la mujer puede trabajar perfectamente en cualquier campo, y que ha avanzado much’simo en el terreno laboral, incluso en sectores de la producci—n no tradicionalmente femeninos. Se resalta en la mayor’a de los casos la especial habilidad de las mujeres para hacer trabajos con cierto detalle, prolijidad y habilidad manual. Pero en todos los casos consideran que los espacios deben adaptarse a la presencia de las mujeres. Dicen, entre otras cosas, ÒEn el sector automotriz y autopartista la mujer va adquiriendo importancia en cuanto a su trabajo, sobre todo en el autopartista, por la habilidad manual, y en cuanto a los detalles, pero siempre se vio apartada. La parte ergon—mica y de seguridad no permit’a muchas mujeres trabajando. Se fue perfeccionando, en materia ergon—mica todav’a hay mucho que hacer, en materia de seguridad se han implementado nuevos procesos y sistemas, y en la actualidad las mujeres en el mundo han empezado a trabajar mucho en la industria automotriz y autopartista". "Las mujeres tienen habilidades m‡s desarrolladas que los hombres en algunos aspectos como perfeccionamiento en detalles, y trabajan con m‡s precisi—n, entonces en la industria autopartista en lo que es la parte de motores, de sistemas elŽctricos, etc., hay algunas. En AmŽrica Latina se empez— con esto alrededor de diez, quince a–os, en Brasil hay muchas mujeres en el sector autopartista, se est‡ tratando de incorporar m‡s". Al margen de estas consideraciones, se sigue concibiendo a la industria autopartista como b‡sicamente "de hombres", sobre todo el ‡rea de soldadura. Existen operarias mujeres, pero se las relaciona m‡s con otras ‡reas de la producci—n, a las que se considera m‡s apropiadas para el desempe–o de la tarea de las mujeres, por ejemplo, "La mujer se puede desarrollar en otras ‡reas como mantenimiento, calidad, tapicer’a, donde se ponen paneles, 261 sistemas elŽctricos, alfombras, motores, con procedimientos de nivelaci—n, calibraci—n, etc., en pintura, retoques, etc., el ‡mbito de la mujer es ampl’simo". Todos aseguran que la industria no est‡ preparada para la presencia de las mujeres, porque "Las condiciones no son las —ptimas para que pueda trabajar una mujer. Por ejemplo cuestiones que tienen que ver con el movimiento de materiales, no existen los medios para hacerlo y es suplido por la fuerza humana, los elementos de protecci—n est‡n dise–ados para hombres, los nœmeros de calzados de seguridad tambiŽn, no est‡n dadas las condiciones, los sanitarios, los vestuarios, si bien la ley los prevŽ. Nunca han sido controlados". TambiŽn mencionan reiteradamente problemas del orden de las relaciones humanas entre hombres y mujeres. Aparentemente la presencia de una o pocas mujeres en un ambiente marcadamente masculino podr’a acarrear problemas, a causa de problemas de tipo cultural y de costumbres de la sociedad aœn no superados. "Respecto al tema de las relaciones personales, sŽ que han existido bastantes problemas, por ah’ la concepci—n de la gente que trabaja tiene una percepci—n bastante distinta cuando est‡n en grupo con respecto a los trabajadores m‡s responsables, que cumplen estrictamente con su trabajo, cosas que tienen que ver con lo cotidiano, la mujer en general trata de cumplir m‡s con su responsabilidad y pasa a ser la que le "jode la vida al otro", ese tipo de roce es el que se da. Adem‡s siempre va a haber alguno con el tema del acoso, o que haya una relaci—n entre ambos, son situaciones que tienden a crear un conflicto. El ser humano en general cuando est‡ en grupo es muy separatista, sin hablar de gŽnero creo que a la mujer le pasa lo mismo que al gordo, o al negro, o al afeminado, etc., son el blanco de las bromas. En ese sentido no hemos evolucionado lo suficiente". Demandas de capacitaci—n de los empresarios del sector. Desfasaje entre la oferta y la demanda de capacitaci—n Las opiniones coinciden en que es muy dif’cil que los empresarios tengan en claro quŽ necesitan, quŽ tipo de capacitaci—n requieren para los operarios de sus empresas. Solamente se han mencionado ejemplos de empresas que solicitaron algœn tipo concreto de capacitaci—n, que era requerida para adecuar su empresa a normas de calidad, pero no mucho m‡s que eso. Normalmente, en el caso de que requieran capacitaci—n, los empresarios esperan conocer las ofertas existentes, tanto desde el ‡mbito pœblico como privado. Comentarios del tipo del siguiente se repiten con frecuencia: "En realidad, debo decir que son excepcionales los casos en que tienen el panorama claro sobre sus necesidades, normalmente est‡n esperando que se tire al mercado la oferta de cursos". Con respecto a la oferta de capacitaci—n existente se reconoce que es abundante, pero que no suele ser aprovechada, por este desconocimiento de las necesidades y posibilidades por parte de los empresarios autopartistas. Al 262 respecto dijo uno de los informantes, "Existe much’sima oferta, pero despuŽs ese tema tambiŽn se les vuelve un poco en contra, porque si vos tom‡s el correo electr—nico diariamente se reciben ofertas, de C—rdoba y de afuera, hay muchos consultores independientes, que son antiguos empleados de autopartistas, especialistas en algo, que se han volcado al mercado de la capacitaci—n, creo que existe una sobresaturaci—n, en general son muy buenos tŽcnicos los empresarios, eso lo tienen claro, ahora todo lo otro, comunicaci—n, decidir algo sobre el tema de la calidad, pueden notar que hay una falencia pero no est‡n capacitados para detectar una necesidad, solamente de manera global. Por ah’ les atribuimos demasiadas responsabilidades a los empresarios". Por otro lado, algunas empresas han emprendido cambios que tienen consecuencias al respecto, "Han cambiado mucho las empresas que han incorporado en su estructura una persona que se dedique a los recursos humanos, esto es algo que es muy novedoso, antes todo lo hac’a el contador, Žl lleva lo estrictamente numŽrico, esa es la v’a a travŽs de la cual se puede solucionar el problema". Las grandes empresas hacen su propia capacitaci—n, de acuerdo con los requerimientos de las normas de calidad. Los empresarios autopartistas, segœn la opini—n de los entrevistados, siempre piden cosas espec’ficas, por ejemplo lo que se refiere a requisitos exigidos por las normas de calidad. Al respecto tanto desde Comcal como desde la Agencia de Desarrollo Econ—mico, nos mencionaron algunos ejemplos de "capacitaciones hechas a medida". Entre los ejemplos, mencionan los siguientes: la empresa Montich pidi— al Comcal una capacitaci—n puntual para sus operarios sobre cuestiones de calidad. Los informantes relacionados con el Comcal nos relataron sus experiencias al respecto. "En otra empresa del grupo Montich salieron otras capacitaciones que si bien no se han llevado a cabo est‡n pendientes, sobre temas relacionados con la interpretaci—n de planos, algo de ajuste, metrolog’a, que les hace falta para los empleados, y se han ido dando cuenta a travŽs de los temas que se van desarrollando que est‡n todos concatenados, es como un rompecabezas". "Hay otra experiencia grande muy buena que tuvimos, que es la capacitaci—n genŽrica de todos los operarios que ingresaron a una planta subsidiaria de FIAT en San Agust’n, TEKSID. Se traslad— toda la planta de C—rdoba a San Agust’n, se hizo una planta completamente nueva, donde la premisa era tomar toda la gente que fuera de la zona de San Agust’n hacia el sur, digamos, hacia el norte no quer’an, llevaron a cinco personas de C—rdoba, que eran mandos medios, la gerencia, todo, desde el catering de la f‡brica el servicio mŽdico, es de la zona. Nosotros les hicimos el ingreso, la preparaci—n de los operarios genŽricos como les llaman ellos, y ah’ fue una capacitaci—n integral". "Nos toc— hacer esto a medida, para una empresa, pero fue muy importante hacerlo, ac‡ trabaj— parte del Comcal, todo el Ceder nuestro de la zona, fue un trabajo en equipo. TambiŽn salimos seleccionados por TEKSID, compitiendo con Isborn, que es otra empresa del grupo FIAT, que se dedica puramente a capacitaci—n y que tiene como 14 plantas en el mundo, capacitan 263 a su gente y a terceros, nosotros competimos contra ellos. Por varias razones nos eligieron, por razones econ—micas, y presentamos un plan de trabajos que les interes— la forma, no obstante tuvimos que hacer la primera parte junto con Isborn, ellos nos capacitaron a nosotros en lo que es cultura de empresas y nosotros se lo bajamos a la gente, nosotros hicimos toda la otra parte. Fue como que nosotros les hicimos un operario de cero, completo para toda la f‡brica". "TambiŽn hubo una experiencia parecida, en la localidad de Arias, que es totalmente industrial, est‡ muy desarrollada la agroindustria, empezaron a exportar y a competir con Brasil, y toda las industrias son familiares, la gente estaba un poco atrasada en algunas cuestiones, entonces se unieron cinco f‡bricas y nosotros les hicimos la capacitaci—n desde ac‡ de C—rdoba, en dos meses, una capacitaci—n integral, la base era soldadura semiautom‡tica. Ellos est‡n muy conformes con los resultados de esos procesos de capacitaci—nÓ. Desde la Agencia de Desarrollo Econ—mico se mencion— tambiŽn un ejemplo, "Un caso de un comercio que vende elementos para soldadores, la due–a es arquitecta y fue receptando en todos sus clientes una necesidad de capacitaci—n, entonces les arm— un curso de soldadura". Con respecto a las dificultades y los desfasajes que se presentan en la oferta y demanda de este tipo de capacitaci—n, dijeron: ÒEl problema con las empresas, es el tiempo que ellos disponen para la capacitaci—n, y los tiempos que pueden invertir, entonces generalmente, se trata de hacer lo m‡s comprimido posible, el empleado no quiere gastar de su tiempo, y la empresa no quiere gastar del suyo. Entonces se llega a consensuar un m’nimo, que despuŽs cuando tienen un docente de carrera dentro d‡ndoles el curso, es muy distinto. Un capacitador externo, que es muy espec’fico en el tema, puede ponerle algunas pinceladas de otras cosas, ah’ es donde se despierta la inquietud tanto de ellos, de la parte de los empleados como de la empresa, por ej. nosotros llevamos como oferta unos m—dulos complementarios, que tienen seguridad, derechos y obligaciones de los trabajadores, por ejemplo cuando ellos buscan el empleo. L—gicamente que cuando uno hace una capacitaci—n de este orden, no se pueden poner muchas horas, pero s’, se trata de mechar un poco si no avanzar o ampliar un poco en lo que es espec’ficamente la materia, en que se han ido a capacitar". ÀTienen los autopartistas la mano de obra capacitada para competir internacionalmente? Se hicieron comentarios como los que se reproducen a continuaci—n: "Yo creo que existe mucha gente con capacidad para ser competitivo, pero para ser competitivo tambiŽn hay que tener en cuenta otras cosas. Si yo manejo una m‡quina de avanzada, y tengo dos o tres personas que la manejen, y la hago trabajar en varios turnos, y vos tenŽs la misma con una sola persona, tenŽs menos posibilidades de competir. Hoy bajar costos significa tener m‡s acceso a la tecnolog’a. Para la tecnolog’a con la que contamos, hay mano de obra 264 capacitada, pero los niveles de competitividad exigen mano de obra capacitada para mayor tecnolog’a". Se insiste que en las plantas nuevas, todos los obreros deben ser polifuncionales, y con respecto a eso falta bastante capacitaci—n y entrenamiento, tanto de los operarios como de los que se desempe–an en otra ‡reas de la producci—n. "Una de las pocas plantas que nace en el pa’s como planta integral, por supuesto con sistema de calidad desde el vamos, una planta integrada, con un sistema de fabricaci—n moderno, entonces el operario tiene que hacer lo que le dicen, tiene que ser polifuncional, a su vez tiene que saber atender todo el entorno, trabajan por cŽlula de trabajo, dentro de la cŽlula son todos intercambiables". Instituciones de capacitaci—n Mencionan instituciones que realizan, entre otras actividades, capacitaci—n, por ejemplo la C‡mara de Industriales Metalœrgicos, quienes est‡n "En transformaci—n hacia una empresa de servicios, entonces pasamos a tener la capacitaci—n, pero Àsomos realmente quienes debemos hacer esto? Tenemos un plantel de profesores que trabajan para nosotros, nos ponemos en el ruedo, en el sistema, como una oferta m‡s, lo mismo la Universidad Tecnol—gica, en vez de formar gente en carreras de grado, tambiŽn lo hace. Lo hacemos muchos, creo que Žse es el problema, la capacitaci—n es un excelente negocio, la gente lo compr— y por ah’ compra cualquier cosa" TambiŽn se dedican al rubro de la capacitaci—n numerosas instituciones y capacitadores privados, personas que fueron empleados en empresas autopartistas y se quedaron sin trabajo, y que armaron una oferta de capacitaci—n propia, que ofrecen de manera independiente. Opini—n acerca del desempe–o de las mujeres en el sector autopartista y en soldadura El desempe–o de las mujeres es calificado como muy bueno, y como se mencion— en p‡rrafos anteriores, continuamente los entrevistados resaltan las habilidades y la destreza de la mujer para las actividades que exigen cuidado de los detalles, precisi—n y habilidad manual. TambiŽn al respecto se dan ejemplos de casos de empresas de C—rdoba en las que se han desempe–ado mujeres: "Aqu’ hab’a una f‡brica que hac’a mazos de cables, trabajo que requer’a una habilidad especial, en ese trabajo le sacaban mucha ventaja a los hombres. Es como todo, existe un perfil, tanto en el hombre como en la mujer que depende de los casos concretos, de las individualidades". La opini—n general es que las mujeres tienden a tener un grado m‡s de compromiso y responsabilidad, y que con una especialidad y en una tarea determinada son mucho m‡s eficientes y eficaces. "Las mujeres tienen habilidades m‡s desarrolladas que los hombres en algunos aspectos, como perfeccionamiento en detalles y trabajan con m‡s precisi—n, entonces en la 265 industria autopartista en lo que es la parte de motores, de sistemas elŽctricos, etc. funcionan bien" Se considera que existen infinitas posibilidades excelentes de inserci—n de mujeres en el sector autopartista, pero en general no se considera que el sector de soldadura sea el m‡s adecuado para el trabajo de las mujeres. Por lo general las mujeres que aprenden soldadura lo hacen para trabajar en forma individual, con peque–os emprendimientos personales, generalmente no lo hacen en la industria. Recuerdan que "Hay muchas mujeres, en AmŽrica Latina se empez— con esto alrededor de diez, quince a–os, en Brasil hay muchas mujeres en el sector autopartista, se est‡ tratando de incorporar m‡s mujeres, no necesariamente en el ‡rea de soldadura, porque en esta ‡rea, que es espec’fica, hay distintas maquinarias y equipos muy pesados para que la mujer los manipule, necesitar’an gente con mayor fuerza o destreza f’sica, la mujer se puede desarrollar en otras ‡reas como mantenimiento, calidad, tapicer’a, donde se ponen paneles, sistemas elŽctricos, alfombras, motores, con procedimientos de nivelaci—n, calibraci—n, etc., en pintura, retoques, etc." Pueden trabajar en cualquier ‡rea, hay algunas en las que la mujer embarazada podr’a correr ciertos riesgos, en pintura, pero en general, pueden trabajar en cualquier sector " ÀPor quŽ piensa que existen pocas mujeres en el sector soldadura? Ninguno de los entrevistados considera que soldadura sea un ‡rea recomendada para el trabajo de la mujer, y s’ consideran que existen muchas otras actividades de la producci—n del sector autopartista en el que las mujeres pueden trabajar sin dificultades. Son terminantes con respecto al tema, y sugieren tambiŽn la necesidad de realizar estudios al respecto. Dice una de las entrevistadas, "No es el ‡rea m‡s indicada que una empresa deber’a considerar para incorporar a la mujer, hay millones de otras ‡reas en las que la mujer se puede desempe–ar f‡cilmente e inmediatamente con sus habilidades y sus conocimientos, el ‡rea de soldadura, nuevamente, es un ‡rea donde en la mayor’a de los casos se necesita mucha fuerza f’sica. En otros lugares del mundo, en EEUU, hay mujeres que trabajan en toda la l’nea de producci—n y en el ‡rea de soldadura tambiŽn, pero tienen riesgos mayores". TambiŽn, remarca otro entrevistado, "El ‡mbito de la mujer es ampl’simo, no es necesario focalizarse en el ‡rea de soldadura". Por œltimo, opinan que no ser’a muy recomendable tratar de incentivar la inserci—n de las mujeres en soldadura solamente, sino que se deber’a tratar de rever toda la situaci—n de los empleados y de los puestos de trabajos en un contexto de crisis como el que est‡n viviendo las autopartistas en C—rdoba. insisten en lo siguiente; "No le veo sentido alguno al porquŽ del ‡rea de soldadura, considerando que la industria automotriz y autopartista en este momento en nuestro pa’s est‡ decayendo cada vez m‡s, las distintas empresas se est‡n yendo a Brasil, se debe renegociar entre el gobierno el 266 sindicato y las empresas, un nuevo ‡mbito para que las empresas se queden y generen m‡s empleo, sobre todo sabiendo que cada empleo que una empresa del sector genera produce cinco empleos m‡s, y eso se considera que pueda solventar empleos para cinco familias m‡s, entonces no le veo el sentido a catalogar o a tratar de centralizar todo detr‡s del oficio de soldador". "Es necesario un estudio serio de las necesidades de la industria automotriz y autopartista en nuestro pa’s y que horizonte existe en cuanto a aumentar el trabajo y a generar mayores empleos, porque en este momento lo œnico que vemos es recesi—n, despidos, por lo cual esto, capacitar a mujeres en el ‡rea de soldadura, lo considero un esfuerzo inœtil cuando no es necesario por que no hay puestos de trabajo, no hay lugares donde esa persona se pueda insertar, yo har’a un movimiento inverso, tratar’a de lograr un acuerdo entre las automotrices, las autopartistas, sindicatos y el gobierno, para generar mayores empleos". TambiŽn se considera la cuesti—n sociocultural y de costumbres profundamente enraizadas en el comportamiento de la sociedad, "Hay una cuesti—n de cultura, llama la atenci—n que las tareas de servicio o las menos calificadas las desarrollen mujeres que tengan un cierto nivel social y que la metalœrgica tiene que ver con una calificaci—n mayor, el s—lo hecho de que un hombre estŽ soldando necesita un conocimiento, creo que tiene que ver con oportunidades, con una cuesti—n de cultura, porque no sŽ si el due–o de una metalœrgica va a confiar en que una mujer le haga una soldadura, o que le arme la carrocer’a de un auto". 267 9. PRESENTACIîN Y ANçLISIS DE ENTREVISTAS A INFORMANTES CLAVE DE CAPACITACIîN PARA EL TRABAJO. (PROFESORES, DIRECCIîN DE EMPLEO, COMCAL) Recepci—n de las demandas de capacitaci—n Las entrevistas realizadas a informantes clave relacionadas con la capacitaci—n para el empleo abarcan tanto a profesores como a las personas encargadas de la capacitaci—n desde la Direcci—n de Empleo de la Provincia, consultados con el objeto de lograr una informaci—n m‡s completa de la visi—n de los capacitadores, tanto del desarrollo de la capacitaci—n misma, como de la pertinencia de la introducci—n de la perspectiva de gŽnero en el proceso. Con respecto al interrogante acerca de la detecci—n de las demandas de capacitaci—n existentes a la Direcci—n de Empleo, nos informan que no existe all’ un mecanismo sistematizado y organizado para detectar demandas de capacitaci—n. Las siguientes son respuestas a la pregunta de c—mo se reciben las demandas de capacitaci—n. "En general la Direcci—n no tiene un mecanismo para conocer si se quiere cient’ficamente, con datos estad’sticos, a travŽs de un observatorio de mercado o a travŽs de lo que puede ser un mecanismo m‡s aceitado para conocer las demandas. No tiene ac‡ una estructura que pueda receptar y hacer ese an‡lisis. No tenemos una oficina estructurada que realice estudios de oferta y demanda de capacitaci—n". "En general nosotros trabajamos desde la capacitaci—n con una oferta de capacitaci—n sobre supuestos de que hay demandas para ese sector, no tenemos un observatorio de mercado" Resumiendo, podemos afirmar, sobre la base de lo informado por los entrevistados, que no se realizan estudios de mercado ni existen observatorios de mercado para averiguar que necesidades de capacitaci—n existen. Hay ofertas de capacitaci—n predeterminadas desde la Direcci—n de Empleo en funci—n de los recursos humanos disponibles, el staff de profesores, el equipamiento y las instalaciones. Acerca de los tipos de cursos existentes, Žstos se limitan a actividades tradicionales, convenidas, que no requieran del uso de tecnolog’as demasiado avanzadas. "Si bien tenemos un ‡rea de empleo, todav’a no hay alguien que haga una detecci—n de las caracter’sticas del mercado. Por la tradici—n que tiene esta direcci—n siempre ha habido una oferta de capacitaci—n en funci—n de los recursos humanos, el equipamiento y dem‡s, pero no un estudio de mercado fuertemente instalado". "Lamentablemente, tenemos que reconocerlo, las propuestas de capacitaci—n no obedecen puntualmente a un mercado, y m‡s se plantean cursos como tradicionales en algunas actividades convenidas, convencionales, pero que no requieren un tecnolog’a muy avanzada, que es lo que supuestamente requiere el sector metalmec‡nico. (no es nuestro gran fuerte este tipo de capacitaci—n; se trabaj— con soldadura, 268 pero el taller se equip— juntamente con empresas que favorecieron, o que se incorporaron a algœn curso de capacitaci—n)". No obstante estas falencias, segœn nos informan se est‡ trabajando en la actualidad para tratar de revertirlas, incorporando una nueva mec‡nica de trabajo. Han comenzado a trabajar con c‡maras empresarias, sindicatos y organizaciones no gubernamentales que les acercan demandas. Los entrevistados comentan que "S’ tenemos un mecanismo que a partir de la nueva gesti—n de gobierno se incorpor—, que es el trabajo con C‡maras, Sindicatos y ONG«s no gubernamentales que nos acercan a travŽs de reuniones las demandas que existen actualmente en el sector turismo, comercio, son las C‡maras con las cuales ahora tenemos convenio y aquellas con las que llevamos en forma conjunta las acciones de capacitaci—n. (Comercio, Turismo, Industriales Metalœrgicos, Asociaci—n de Industriales de la Alimentaci—n, C‡mara de Comedores y Refrigerios, Ecogas, Aguas Cordobesas, y alguna otra que en este momento no recuerdo). A travŽs de estas reuniones lo que hacemos es pedir que ellos nos informen de las demandas que reciben. A travŽs del intercambio con C‡maras y Sindicatos desde cada uno de los Centros donde tanto las c‡maras como los sindicatos o las propias empresas solicitan alguna instancia o curso de capacitaci—n puntual". Atienden tambiŽn una determinada demanda social, a travŽs de los inscriptos en la Red de Empleo Provincial. Dicen: "TambiŽn atendemos a esa demanda social, est‡ por un lado la demanda del mercado a travŽs de estos mecanismos, y por otro lado la demanda social a travŽs de la red de empleo, que si se quiere nos dan un dato, porque la persona llega, se inscribe, en un formulario donde una de las preguntas es quŽ curso le interesar’a hacer y se les da una lista de los cursos que se supone que son lo que est‡ requiriendo el mercado". Otro de los sectores demandantes de capacitaci—n es el sector privado desde donde tambiŽn les requieren cursos. RefiriŽndose particularmente a la capacitaci—n en el sector hotelero, nos respondieron que "Desde el sector hotelero o desde las empresas de turismo donde se van requiriendo los cursos, o desde el sector pœblico, en el caso de trabajos con municipalidades de las sierras que solicitan formaci—n en recursos humanosÓ. No obstante eso, insisten que ÒEn ningœn caso hemos tenido un estudio sistem‡tico, exterior a nosotros o interno, sino simplemente a travŽs de relaciones de nuestro Centro con empresas, centros pol’ticos, pœblicos, y desde el propio equipamiento". Finalmente, a travŽs de la supervisi—n del Plan Primer Paso que se hizo desde la Direcci—n, pudieron tomar contacto con demandas concretas de capacitaci—n, por medio de encuestas a las empresas que ten’an gente de ese plan. ƒste se menciona como un mecanismo sistematizado de percepci—n de demandas de capacitaci—n. "Como el programa atiende aproximadamente a 5500 empresas, es decir los 6000 beneficiarios que tuvo el programa en el 99 y los 10000 que tiene actualmente. A esas empresas, en el 2000 se les hizo una encuesta en la que se solicitaba al empleador que respondiera cu‡l era la demanda de capacitaci—n o si ten’a alguna demanda de capacitaci—n, cu‡les eran los cursos que ellos pretend’an que se desarrollaran en las empresas." 269 Determinaci—n de las especialidades y los cursos y elecci—n de los profesores Las especialidades, el dictado y horario de los cursos se realiza teniendo en cuenta distintos aspectos: el staff de profesores de planta, de los cuales aproximadamente el 70% tienen especialidades relacionadas con el sector metalmec‡nico, y el resto, servicios, gastronom’a, hoteler’a. Eso es considerado como una gran limitaci—n, porque "Como son de planta permanente, no tenemos la posibilidad de elegirlos", "Las caracter’sticas y disponibilidad de horarios de la gente que se inscribe y la de los profesores". En base a la demanda, por lo general en los Ceder que son grandes, que disponen de dos o tres docentes de la misma especialidad, hacemos la oferta de ma–ana, tarde y noche, pero por lo general la oferta se orienta segœn la disponibilidad horaria del docente". "Lo que los centros establecen, cuando llaman a inscripci—n, hacen un paneo de la gente que est‡ demandando cursos, entonces, de acuerdo al tipo de poblaci—n que se presenta para realizar los cursos por ejemplo de gasistas ellos van detectando cu‡les son las posibilidades de horarios que ellos tienen, por que por lo general en los cursos nuestros, un porcentaje alto de la gente que participa no son desocupados absolutos y algunas changas hacen, trabajo tienen, en grueso de las actividades de nuestro centro de Comcal se hace a la noche, el 60% de los cursos porque la disponibilidad de la gente es a la noche". El dise–o de los cursos se realiza en compatibilidad con los recursos humanos de planta permanente y la disponibilidad horaria que tengan los profesores. Muchos se est‡n reconvirtiendo. Relatan los entrevistados, ÒEn algunos casos, por Ejemplo en Punilla hay gente que ha pasado del sector costura al sector turismo, la persona que se integr— en este taller con nosotros es bastante inteligente, de Capilla del Monte, y es tŽcnica en arquitectura y se interes— en este tema del turismo a partir de una instancia de capacitaci—n realizada ac‡ y avanz— y se fue formando en esto". Durante el a–o pasado, se realiz— desde la Direcci—n de Empleo el dise–o de los perfiles tŽcnico profesionales. "En un primer momento se determin— en el a–o 2000 con las reuniones que tuvimos con las C‡maras, y algunos Sindicatos, donde se planteaban las demandas que ellos ten’an a partir de las distintas reuniones con los tŽcnicos de las C‡maras y el equipo tŽcnico del çrea de Formaci—n Profesional hicimos el dise–o de los perfiles tŽcnico profesionales". A travŽs de la sistematizaci—n de informaci—n obtenida del Proyecto Joven se establecieron los cursos que eran m‡s demandados por las empresas. Una de las entrevistadas nos explica que "Fue sistematizada la informaci—n que surgi— de all’, nos dieron toda la informaci—n de cu‡l fue la demanda real de capacitaci—n que existi— porque debemos recordar que se trabajaba con un periodo de capacitaci—n y uno de pasant’a, entonces tuvo un fuerte contacto con el sector empresario el programa lo 270 que hizo que se sistematizaran una serie de cursos que eran los m‡s demandados por las empresas, entonces tomamos como base esa informaci—n, la informaci—n de las c‡maras, y la experiencia que ven’amos desarrollando a travŽs de los Ceder y el Comcal". En la actualidad se est‡ viendo la posibilidad de contratar profesores y de abrir el juego a la participaci—n de capacitadores privados, como una manera de ampliar la oferta de capacitaci—n y de suplir en cierta medida las carencias que existen en la Direcci—n. Los informantes lo explican con las siguientes palabras; "Se dise–aron los cursos, despuŽs los compatibilizamos con los recursos humanos que tenemos en planta permanente, el a–o pasado no cont‡bamos con los recursos humanos, los materiales y la infraestructura adecuada y entonces abrimos la posibilidad a la oferta privada, a las instituciones capacitadoras privadas que cuenten con los recursos, nosotros les brindamos la certificaci—n y la supervisi—n. Es decir trabajamos desde el estado brindando una oferta y tambiŽn acercamos otra propuesta cuando no los podemos satisfacer completamente desde el Estado. Este a–o vamos a contratar recursos humanos cuando se vea insatisfecha la demanda". Dentro de la oferta de la Direcci—n hay una serie de especialidades que est‡n establecidas por resoluci—n. Adem‡s, en el futuro se elaborar’a un registro de capacitadores personales, adem‡s del de las instituciones capacitadoras. Segœn uno de los entrevistados, "Se va a generar un mecanismo, que es lo que va a habilitar la posibilidad de contratar que es un registro de capacitadores unipersonales. En ese registro van a completar un formulario con requisitos que tienen que ver con el perfil tŽcnico profesional de esa persona, y una propuesta de capacitaci—n. A partir de all’ cuando necesitemos cubrir una demanda haremos la selecci—n correspondiente, y una contrataci—n de locaci—n de servicio, con lo cual le exigiremos al docente que pueda facturar. Lo de las instituciones capacitadores tambiŽn continuar‡, pero ellos lo hacen con sus propios recursos, y nuestra supervisi—n y certificaci—n". Por otro lado, adem‡s, para cuando se demande un curso para el que no cuenten con profesores en planta permanente, podr’a abrirse la posibilidad de contratarlos. Evaluaci—n de los cursos Siempre se hizo algœn tipo de evaluaci—n, nunca se hizo sistematizadamente, hist—ricamente se hizo as’. Cada docente evaluaba personalmente a sus alumnos y el desenvolvimiento de la capacitaci—n. El dise–o de los perfiles tŽcnico profesionales se hizo con el objeto de implementar un sistema de evaluaci—n, que todav’a no se hizo. Por ahora, Žstos perfiles no se usan para lo que fueron dise–ados. En este momento est‡n en proceso de elaboraci—n de un sistema de evaluaci—n institucional. "El a–o 271 pasado se empez— a trabajar. Al iniciar el a–o se convoc— a los docentes a participar en el dise–o del perfil, perfiles ocupacionales, se hizo una convocatoria, cada centro trabaj—, dise–— propuestas, eso se trajo a C—rdoba, se proces—, se busc— un especialista de Buenos Aires, y se definieron los perfiles ocupacionales. ÀCu‡l era la raz—n de esto?, que lo que intent‡bamos era construir algœn sistema de evaluaci—n a partir de estos perfiles. Aprobados treinta perfiles, se pusieron en marcha, se trabajaron y se empez— a trabajar en el dise–o de un instrumento de evaluaci—n de cada uno de los perfiles. Para despuŽs evaluar de manera igualitaria, con un instrumento adecuado para usar en toda la provincia con un evaluador que si no es externo, que no sea el docente". La idea de la gente de la Direcci—n de Empleo ÒEra bajar con un instrumento que evaluara objetivamente la propuesta de capacitaci—n". De todos modos, aœn con los cambios proyectados e implementados, la evaluaci—n es de la capacitaci—n, no del docente. Se hace un seguimiento de las acciones a travŽs de coordinaci—n y supervisiones zonales. Con respecto al seguimiento de la trayectoria laboral de los egresados se planea poner en marcha una encuesta de egresados, para evaluar la inserci—n de los mismos (base de datos y seguimiento de egresados). Los entrevistados lo explican con las siguientes palabras; "Nunca se sistematiz— un sistema de evaluaci—n, que nosotros implementamos en el ano 2000, dise–amos un mecanismo de evaluaci—n institucional, hemos realizado un seguimiento de las acciones a travŽs de coordinadores y supervisores zonales, el director del Ceder tambiŽn hace un seguimiento de las acciones por medio de una planilla que hemos sistematizado, y hay una encuesta de satisfacci—n de los cursos y una encuesta de egresadosÓ. ÒEstos instrumentos los pudimos poner en pr‡ctica en diciembre pasado, no en su totalidad, este a–o vamos a hacerlo, para ver cu‡l es el impacto de la capacitaci—n, por un lado vamos a ver cu‡l es la calidad, y por otro lado el seguimiento de los egresados. Vamos a ver quŽ mecanismo generamos para lo egresados, dando estrategias hacia la orientaci—n y bœsqueda del empleo, seminarios, talleres y cursos de gesti—n de autoempleo. Ahora con este seguimiento queremos generar una base de datos de egresados, como una muestra, para ver segœn el desarrollo actual de ellos, quŽ hacemos, quŽ estrategia encaramos". Fortalezas y debilidades de la capacitaci—n Consultados los informantes acerca de las fortalezas y debilidades de la capacitaci—n y de los cursos para adultos desempleados, mencionaron las siguientes, comenzando por las fortalezas. En primer lugar, los entrevistados afirman que el programa tiende a mejorar las condiciones de empleabilidad, aspecto que no es considerado como una caracter’stica de este tipo de programas de capacitaci—n, cuando est‡n bajo la —rbita de otros ministerios diferentes del Ministerio de Trabajo. 272 As’, "La fortaleza importante, es que est‡ en el ‡mbito de un Ministerio de Trabajo, porque por all’ en educaci—n se habla de capacitaci—n laboral pero no est‡ vinculada al empleo, por lo general est‡ vinculada a ser m‡s una tarea de contenci—n social que de mejorar las condiciones de empleabilidad, el ‡mbito de una Direcci—n de Empleo nos garantiza que lo que estamos haciendo est‡ vinculado al mercado de trabajo, al sector empresario, nos garantiza entre comillas, porque todav’a nos falta mucho en cuanto a trabajar ligado al sector productivoÓ. Adem‡s, se consideran fortalezas la actualizaci—n en las especialidades, la calidad en los contenidos y las posibilidades de seguimiento. Otra de las fortalezas se relaciona con la relaci—n con programas de empleo que les han provisto de informaci—n. Dicen, "El hecho de tener un programa como el Volver al trabajo o el Primer Paso, ha hecho que nuestro programa de capacitaci—n se fortaleciera con los insumos que surgen de esos programasÓ. Continuando con la enumeraci—n, "Otra fortaleza es que la capacitaci—n tuvo marco jur’dico, hist—ricamente hemos venido trabajando con estos programas pero nunca hemos tenido un marco que nos diera una organizaci—n o una estructura, esto nos ayud— a que nos organiz‡ramos internamente, aunque no hay una org‡nica funcional, que nos ayud— a poder tener una determinada presencia sobre todo en el interior". "Otra de las fortalezas es poder ordenar y trabajar con las c‡maras y tener una certificaci—n que est‡ reconocida por el sector empresario, aunque nos falta mucho en esto de sentar al sector empresario a discutir de igual a igual tŽcnicamente que es lo que est‡ requiriendo el sector privado. Cuando les decimos que no, todo se achancha. Por ahora tenemos un convenio que usamos, cuando necesitamos informaci—n y nos la est‡n dando, aunque nos cuesta". Adem‡s, se resalta el esfuerzo personal permanente de los profesores "En actualizarse en sus especialidades, en brindar una capacitaci—n cada vez con m‡s calidad en cuanto a los contenidos porque hay una preocupaci—n tambiŽn cada vez m‡s manifiesta de los directores en la metodolog’a a utilizar, en mejorarla". Por œltimo, se considera como una fortaleza importante el hecho de contar con cierto prestigio en el ‡mbito de la capacitaci—n laboral. Desde la Direcci—n de Empleo se afirma que "En C—rdoba debe haber diez instituciones que capacitan con certificaci—n nuestra, y hemos hecho un seguimiento de meternos en las aulas, ver quŽ pasa, como se trabaja, hacemos observaciones, y compartir momentos, hay constancia de que se los ha visitado, eso se ir’a cada vez ajustando m‡s, ya tenemos preparada otra instancia de seguimiento y con el registro provincial hemos acotado la cantidad de instituciones con las cuales trabajamos, hemos logrado una cierta calidad en las instituciones". Como debilidades en primer lugar se reitera en varias oportunidades el problema de la rigidez en la planta docente, y que este tipo de capacitaci—n 273 requiere de una cierta flexibilidad. En palabras de uno de los informantes, "Creo que hay una rigidez cuando se habla de capacitaci—n laboral, requiere de una flexibilidad como ser’a decir contamos con trescientos docentes, ahora no tenŽs la posibilidad de contratar ni de buscar reemplazantes cuando se jubila uno, se crea una rigidez, la oferta y los horarios est‡n limitados, cuando un docente tiene una declaraci—n jurada de un total de cuatro horas en un turno, entonces cuando quiero dictar un curso que tengo una demanda a la noche, tengo que estar negociando con el docente a ver si puede, le conviene para que lo haga, por ah’ logramos hacerlo, pero es muy dif’cil. Nosotros tenemos que contar con una planta fija, permanente, pero adem‡s tenemos que tener la disponibilidad, posibilidades de poder contratar a tŽrmino, yo tengo una demanda hoy, hago una locaci—n de servicios determinados, por una acci—n capacitadora determinada, a nosotros nos transfirieron en el «97 seiscientos agentes, de los cuales hoy quedan 450, distribuidos en toda la Direcci—n, pero a la hora de analizar la oferta de capacitaci—n es necesario, por eso se abrieron estas alternativas, bueno contratamos, pero por ah’ se ve una superposici—n." En segundo lugar, y relacionado en cierta medida con la debilidad mencionada anteriormente, existe una necesidad de especializaci—n y reconversi—n de docentes. Para ilustrar este concepto, los entrevistados ejemplifican: "Hablamos de reconversi—n docente, la edad promedio de nuestros docentes es de 50 a–os, docentes que vienen trabajando desde hace 20 a–os con un mismo curso, o con una misma metodolog’a, es complicado. Lo que nos falta, es aggiornar las propuestas a la nueva realidad del mercado puntual, creo que hemos avanzado en la calidad de las propuestas, pero en funci—n de propuestas internas, de lo que nosotros podemos mejorar como capacitadores". TambiŽn, en el ‡mbito de la capacitaci—n pœblica, una carencia importante mencionada es la falta de infraestructura e insumos, aunque tambiŽn se reconoce que se est‡n materializando ciertos progresos. Dicen al respecto: "Otra debilidad es que reciŽn se vislumbra en los presupuestos la posibilidad de que apoyen con infraestructura e insumos, se han mantenido los centros de capacitaci—n durante la gesti—n de Mestre con la d‡diva de las fuerzas vivas de las localidades, en el primer a–o de la nueva gesti—n tampoco hubo presupuesto". La relaci—n de los sectores pœblico y privado y el trabajo conjunto para la capacitaci—n tambiŽn es considerado muy importante. En este caso, la debilidad existente es la falta de un conocimiento y relaci—n m‡s estrecha con el mercado y el sector privado. Considera uno de los entrevistados: "Creo que todav’a nos falta un conocimiento m‡s estrecho de lo que es el mercado, s’ ha habido un acercamiento en lo que es la capacitaci—n privada, hemos ingresado a Adec, que a travŽs de su trabajo con las empresas nos han demandado cursos, temas o especialidades que no estaban dise–ados dentro de los perfiles que tenemos, pero que los ajustamos, encontramos dentro de nuestro equipo docente gente que pod’a adaptarse, en atenci—n al pœblico, marketing, etc". 274 Familiaridad de las mujeres con las m‡quinas, herramientas, cables, etc. En relaci—n con este aspecto particular, todas las personas relacionadas de una manera u otra con la capacitaci—n, reconocen que la mujer no est‡ familiarizada con herramientas, m‡quinas, cables, etc., pero que no le cuesta adaptarse. Consideran que se debe a cuestiones de tipo cultural. Es un‡nime la opini—n de que la mujer es m‡s flexible que el var—n, si tiene un trabajo usando herramientas con las que nos est‡ familiarizada, de alguna manera lo hace. A las mujeres, aseguran, no les cuesta adaptarse, tienen una apertura muy grande. Para resumir, transcribimos una de las opiniones acerca de la familiaridad de las mujeres con este tipo de instrumentos: "Menos, pero no les cuesta, hay una apertura muy grande en cuanto que tambiŽn pueden estar en otros campos. Mi experiencia sobre todo en los casos de la capacitaci—n de gasistas, hay un poco de temor, siempre hay un porcentaje muy bajo de mujeres con respecto al de los hombres, pero yo noto que hay m‡s apertura, concientizaci—n de que es un lugar que las mujeres podemos ocupar, la tecnolog’a ayud— mucho, porque hay muchas maquinarias elŽctricas que suplen lo tradicional que era hacer fuerza y que una mujer f’sicamente no estaba preparada, por el entorno cultural, porque en otras culturas que la mujer lo hace. Se acerca mucho m‡s la mujer". Por lo general no se presentan demasiadas mujeres interesadas en trabajar como operarias en el sector metalmec‡nico, ni en soldadura espec’ficamente. ÀPiensa que las ni–as desarrollan los mismos comportamientos en su infancia que los varones? Relaci—n con las actitudes de aprendizaje en los cursos de capacitaci—n Las opiniones al respecto son muy coincidentes entre todos los entrevistados, tanto los de la Direcci—n de Empleo como de los docentes. A continuaci—n reproducimos algunos conceptos extra’dos de las respuestas de los informantes clave: segœn ellos, el entorno social y la educaci—n son los que hacen que se empiecen a diferenciar los comportamientos a una edad temprana; todos tenemos las mismas caracter’sticas para desarrollar inteligencia. Las distinciones entre hombres y mujeres comienzan a estar tempranamente marcadas en LatinoamŽrica, por el entorno social y cultural. La educaci—n tambiŽn contribuye para Žsto. De todos modos, se hace hincapiŽ en que las mujeres la mayor’a de las veces deben hacer un mayor esfuerzo y trabajar m‡s para lograr las mismas cosas que los hombres. ÒNo creo que existan diferencias, pero el aprendizaje y el esfuerzo de la mujer es siempre mayor, por un af‡n de competencia a la que las obliga el hecho de no sentirse discriminadasÓ. Una de las entrevistadas opina que las mujeres se encuentran en desventaja por cuestiones culturales, hay fuertes resistencias (por ejemplo, a que la profesora de materias tŽcnicas sea una mujer). 275 En general opinan que estas diferencias no tienen ningœn tipo de incidencia en el desarrollo de la capacitaci—n. "No est‡n tan familiarizadas con las m‡quinas cuando empiezan y como fortaleza tienen mucha facilidad a medida que sigue el curso, y aprenden junto con los hombres. Otra fortaleza puede ser que tenga m‡s constancia que el var—n. La mujer es m‡s perseverante, a lo mejor se dedica a hacer el curso y despuŽs busca el trabajo, una vez que termin— la capacitaci—n, en cambio los hombres est‡n m‡s detr‡s del trabajo, y si lo consiguen, dejan la capacitaci—n". Como en otras ocasiones, el pensamiento mayoritario es que esto se debe a las caracter’sticas de la sociedad en la que vivimos; "La mujer ha adquirido mayor presencia en el mundo del trabajo, pero a algunos les cuesta entender, siguen en esto de menospreciar el trabajo o de decir no vas a ser capaz de... el caso de la mujer soldadora, creo que los profesores ni se lo imaginaron, y ella estuvo all’, no se le dio el valor de que hab’a una mujer aprendiendo una profesi—n distinta de lo tradicional, por la desvalorizaci—n que tienen". Adiestramiento de las mujeres para las cuestiones l—gicas En relaci—n con el adiestramiento de las mujeres para las cuestiones l—gicas no se apuntan diferencias. Se asegura que las mujeres efectivamente est‡n igualmente adiestradas que los hombres, y en la actualidad, est‡n m‡s preparadas que antes. M‡s all‡ de esta familiaridad con cuestiones l—gicas, siempre se afirma que las mujeres tienen una sensibilidad distinta. Algunas de las respuestas no relacionan la facilidad para el razonamiento l—gico con el gŽnero, sino con las distintas personalidades y sus circunstancias de vida, que son cuestiones que pasan m‡s por las motivaciones y los intereses de los sujetos. Opina un entrevistado: "Yo creo que el aprendizaje, por una postura de formador que tengo, no me condiciona ni el sexo ni la edad ni las capacidades que tenga, creo que s’ me lo est‡ condicionando el contexto en que se desarrolla la capacitaci—n, no voy a marcar diferencias entre hombres y mujeres, creo que pasa por las estrategias metodol—gicas para desarrollar ese conocimiento, pasa por las motivaciones e intereses que plantea el sujeto, en cuestiones internas y externas, pero las cuestiones que hacen al sexo nos marcan las diferencias, porque la persona es una sola, la diferencia est‡ brindada por intereses y motivaciones personales, y por las estructuras de aprendizaje que tenga este sujeto". ÀEncarar’an de una manera distinta la capacitaci—n de hombres y mujeres? Con respecto a cuestiones de tipo metodol—gicas, ninguno de los entrevistados supone que se deban hacer diferencias entre hombres y mujeres. Nadie consider— pertinente encarar de manera diferenciada la capacitaci—n segœn el sexo de los alumnos. Para todos, el proceso de ense–anza es el 276 mismo, partiendo de la idea de que m‡s all‡ de cuestiones metodol—gicas, varones y mujeres deben poder tener la posibilidad de acceder a los mismos cursos. . Los fundamentos de estas respuestas son aseveraciones como la siguiente: "Porque creo que en una propuesta de capacitaci—n si tenemos en claro para quŽ capacitamos, y ellos tienen claro para quŽ est‡n presentes, la formaci—n tiene que ser la misma, el objetivo es formar en un determinado perfil y todos estamos de acuerdo en que ese es el punto a donde queremos arribar todos no tendr’a que haber diferencias. Habr’a s’ diferencias individuales del tipo de "a m’ me gusta m‡s una cosa que otra", pero nada m‡s". Otra persona afirm—, "Tiene que ser igual, pienso lo mismo cuando se habla de personas discapacitadas, lo que debe variar son las estrategias metodol—gicas que impone el docente para desarrollar el aprendizaje". Para el caso de la capacitaci—n en turismo, en la opini—n de una de las capacitadoras, la manera de abordar la capacitaci—n deber’a estar relacionado con las circunstancias del sujeto que se capacita, con el lugar de donde viene, antes que con cuestiones de sexo, debido a que aparecen diferencias muy marcadas entre ellos, por ejemplo ÒEl sujeto de Cruz del Eje no es el mismo que el de Capilla del Monte, el entorno social condiciona al ser humano. El nivel cultural, las costumbres del hogar son muy diferentes, a pesar que la separaci—n es muy peque–a" Definici—n de la noci—n de competencia "Nosotros lo hemos definido como las capacidades, conocimientos que tienen que desarrollar el sujeto en condiciones de aprendizaje y que est‡n determinadas por las calificaciones que demanda el mercado de trabajo. Las competencias las vinculo al proceso de formaci—n y las calificaciones las vinculo como las cualidades o capacidades que me determina el puesto de trabajo". Otra definici—n: ÒConjunto de adquisiciones que se pueden materializar en habilidades y conductas que habilitan para funcionar en el puesto de trabajo y en la vidaÓ ÀC—mo se incluyen los imperativos de polivalencia funcional en la capacitaci—n? Muchos acuerdan en que una frase muy escuchada es: "Hoy todos los empleados deben ser polivalentes". Los entrevistados dicen que para lograrlo, lo que se hace en la pr‡ctica es tratar de ense–ar algo acerca de oficios relacionados con el suyo, sobre todo en ‡reas en las que se presta, como por ejemplo en el ‡rea de la construcci—n (alba–iler’a, 277 gasista, pintura), y adem‡s, elementos relacionados con su propia promoci—n para encarar un trabajo independiente. Segœn las personas que capacitan en turismo, la polivalencia es considerada como una de las caracter’sticas de ese tipo de trabajo, situaci—n forzada por la crisis econ—mica de los hoteleros, que han debido deshacerse de muchos de los empleados que ten’an en el pasado. Dicen, ÒEllos ya vienen con eso incorporado, no es solamente en el rubro de hoteler’a. En casi todos los lugares en los que tienen un solo empleado, por lo general es polivalente. En hoteler’a hemos descubierto con los cursos que hay hoteles importantes que en temporada baja se quedan con dos empleados, un casero que tambiŽn es jardinero y busca los pedidos en el supermercado y una mucama que tambiŽn es recepcionista, hace lavander’a, que est‡ a dos cuadras de la recepci—n y tiene que salir corriendo cuando escucha el telŽfono. Es comœn la polivalencia en casi todos los trabajos, pero creo que es producto de la recesi—n, del desempleo". Fuera del sector turismo, las opiniones coinciden. "Nosotros lo que hacemos, como se plantearon cursos b‡sicos, es darles otras herramientas, en el ‡rea de la construcci—n, es necesario que el alba–il sepa algo de gas, de pintura, de agua, es decir que tenga el conocimiento en el sector de la construcci—n, tratamos de que si ese sujeto quiere aprender estos oficios pueda pasar por todos estos cursos para que tenga un espectro mayor de la profesi—n". Desde la Direcci—n de Empleo enumeran aspectos que incluyen en los cursos de capacitaci—n como m—dulos complementarios, competencias transversales, trabajo de m—dulos y contenidos que tienen que ver con el mundo del trabajo. ÒEl docente debe ampliar as’ la familia ocupacional y el manejo de mercadoÓ. Familia ocupacional de los puestos en los que se capacita Estrechamente relacionado con los imperativos de polivalencia funcional, consultamos a los docentes acerca de la familia ocupacional de los puestos espec’ficos en los cuales ellos capacitan, tanto para el sector hotelero como para el sector de soldadura. Los capacitadores del ‡rea de hoteler’a describen la situaci—n de la manera que sigue: ÒPor experiencia sabemos que el recepcionista o conserje prefiere aprender sobre las otras ramas porque es una forma de saber tambiŽn claramente las funciones del otro personal, porque como son polivalentes y a veces los due–os no est‡n, entonces ellos deben resolver cosas. Por lo general los conserjes hacen los otros cursos, tambiŽn los hacen algunos due–os, porque quieren saber tambiŽn que exigir a sus empleados. Las mucamas se pueden conectar con gastronom’a, tambiŽn inglŽs con camareras y mucamas. Tuvo bastante repercusi—n sobre todo en las camareras, no tanto en las mucamas. La repercusi—n fue excelente, la gente vio la importancia de aprender un idioma, y lo aprendieron, bien, gente que no ten’a secundario". 278 Por otro lado, desde el punto de vista de los docentes del ‡rea de soldadura, mencionan como familia del puesto a ÒMetrolog’a, ajuste, todas ramas de la metalmec‡nica, que pueden estar separadas, pero en algœn momento se cruzan, ajuste est‡ presente en todo, tratamiento tŽcnico, que es la modificaci—n de la estructura, cuando uno suelda recibe calor, se producen alteraciones en las estructuras, entonces a medida que se va soldando, se tiene que saber ir emparejando, la parte de metrolog’a, cuando se miden las piezas, tambiŽn lo tiene que ir haciendo el soldador, y m‡s ahora con el sistema de calidad que se va midiendo el proceso, antes se med’a por pieza, el œltimo que recib’a la pieza, ahora se va midiendo, por eso aprender ahora algo muy espec’fico, no tiene sentido, el operario tiene que saber medir, entre otras cosas". Importancia de un apoyo de gŽnero y de tipo psicol—gico en las personas de sexo femenino desempleadas que hacen capacitaci—n Todos los entrevistados consideran de suma importancia la posibilidad de que existan dentro del proceso de capacitaci—n para el empleo, instancias formales de apoyo de tipo psicol—gico y de formaci—n relacionada con cuestiones de gŽnero. Se considera importante el desarrollo de una concientizaci—n con respecto a gŽnero debido a que "Si bien tienen mucha apertura instintiva, no lo tienen internalizado, porque en el discurso ellas mismas se autodiscriminan en muchas cosas. El hecho de estar desocupadas, las lleva a que se animen a hacer cualquier tarea, las anima, a lo mejor en un momento laboral —ptimo, tal vez se quedar’an en sus casas. TambiŽn hay muchas que son œnico sostŽn de familia con hijos y eso les hace tomar un coraje que de otra manera no tendr’anÓ. Continœa diciendo que ÒEl obst‡culo es muy grande para la mujer que tiene familia, pienso que tal vez en el momento de capacitarse, que no solamente las va a estimular sino que las ayudar’a, las incentivar’a m‡s a capacitarse, por que viven en una presi—n continua, con un cœmulo de cosas que provocan una presi—n continua, a veces hay personalidades que ante todo eso se quedan, y a veces tienen la iniciativa de salir, pero los problemas la abruman tanto que terminan qued‡ndose". De parte de los entrevistados de la Direcci—n se plantea que: ÒEl apoyo de tipo psicol—gico se hace intuitivamente, motivado por las relaciones de tipo personal que se generan en los cursos entre los docentes y los alumnos, pero no se hace en forma profesional ni pautada como parte del cursoÓ. Algunos capacitadores dicen "TenŽs que escuchar los problemas, tratar de ayudarles a revertir esta situaci—n de depresi—n", porque a los problemas de tipo psicol—gico que traen, no los resolvemos, este a–o vamos a empezar a trabajar para darles acompa–amiento". 279 Otra opini—n agrega que durante la capacitaci—n "Se vuelcan los problemas de la gente, pero no en general, se puede hacer dentro del grupo, de conversarse, de ver posibilidad de ayudarse entre ellos. Ac‡ se hace algœn tipo de refuerzo de tipo de organizaci—n para la bœsqueda del empleo, para que cuando Žl salga pueda utilizar alguna otra estrategia, pueda elaborar Curr’culum, para que cada uno haga su propio marketing". Por œltimo desde la Direcci—n de Empleo se realiza en el momento de la inscripci—n a los cursos una especie de Òorientaci—n del docenteÓ al respecto de esta cuesti—n de la situaci—n de desvalorizaci—n de los desempleados, y despuŽs, en el transcurso de los cursos, ÒUn acompa–amiento para buscar empleoÓ, tambiŽn realizado por los docentes. La entrevistada comenta la necesidad de ÒPrever espacios de contenci—n y orientaci—n donde se pueda revalorizar lo que ellos saben, orientarlos a lo que pueden y es posible, que les permita valorizar su autoestimaÓ. Esto no es algo que de ninguna manera se encuentre organizado ni mucho menos implementado. Fortalezas y debilidades de las mujeres desempleadas en la capacitaci—n Nuevamente, se mencionan como fortalezas la energ’a que las mujeres ponen en el proceso de aprendizaje, la iniciativa y las ganas de aprender. Como debilidades, que muchas veces interfiere en el normal desempe–o de la capacitaci—n mencionan la no delegaci—n de la atenci—n de su hogar y de su familia. ÀC—mo piensa que pueden incluirse la perspectiva de gŽnero en la capacitaci—n? Los entrevistados mencionan aspectos como la formaci—n de los recursos humanos para ÒDesmontar viejas estructurasÓ. TambiŽn, para este momento concreto, consideran importante ÒTrabajar las cuestiones de gŽnero y la sensibilizaci—n, con el SehasÓ. 280