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Biodiversidad
El concepto “biodiversidad” es una contracción
de las palabras “diversidad” y “biológica” (bio es
griego y significa vida). La biodiversidad de
nuestro planeta Tierra comprende la gran
variabilidad entre los organismos vivos de toda
procedencia, incluidos los terrestres y los
acuáticos (tanto marinos como dulceacuícolas),
así como sus interacciones mutuas y con el medio
físico. Incorpora a los complejos y procesos
ecológicos de los cuales forman parte. Esto
abarca la diversidad genética dentro de las especies, la diversidad taxonómica entre las
especies, y la diversidad ecológica entre los ecosistemas, hábitats y biomas del mundo.
La variedad de formas de vida como la conocemos actualmente es el producto de una
larga evolución histórica que abarca cientos de millones de años. Incluye a la especie
humana la cual sobrevive gracias a la presencia de las demás.
A continuación se describe los tres niveles
jerárquicos de la biodiversidad –los genes, las
especies, y los ecosistemas– que cubren aspectos
muy variados de los componentes vivientes de
nuestro planeta y que se miden también de
diferentes formas.
Diversidad Genética
La diversidad genética comprende la variación de
los genes dentro de las especies vivas. Cada ser vivo pertenece a una especie en
particular, y una especie tiene muchos individuos, que se diferencian genéticamente entre
sí. La diversidad genética es fundamental para que las especies se puedan adaptar a los
cambios que ocurren en el ambiente a través del tiempo (por ejemplo, en respuesta al
enfriamiento de la Tierra durante las épocas glaciares del pasado). Incluye a la variedad
que existe dentro de determinadas poblaciones de cada especie, como se observa en las
muchas variedades tradicionales de maíz que hay en los campos rurales de Mesoamérica,
o en los múltiples individuos de pino (Pinus occidentalis) en los bosques de coníferas de
las montañas de la República Dominicana. También cubre la variación genética de una
sola población como en el caso de una especie endémica conocida de un solo lugar.
La diversidad genética puede ser muy alta para una especie con amplia distribución en un
país continental como México o Brasil, mientras que tiende a ser muy baja en una especie
endémica, aislada en una isla de las Antillas Menores. En la actualidad, las medidas más
frecuentes que se apliquen corresponden a las poblaciones domesticadas de plantas
ornamentales (las orquídeas) o de uso agrícola (el café, el banano, el trigo, el arroz, el
maíz), y a las poblaciones de animales de granja (el ganado de res, las ovejas, los
caballos) o mascotas (los perros de raza, los gatos). En las redes de los zoológicos se
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mide también la variedad genética de especies (ex situ) que ya se encuentran en peligro
de extinción en sus hábitats originales (in situ). Ejemplos son los leones, los jaguares, los
gorillas, los rinocerontes, los oryx, etc. Jardines botánicos y otras colecciones ex situ
como bancos de semillas también utilizan cada vez más las medidas de diversidad
genética para conocer la variedad biológica en sus colecciones de especies raras, útiles,
claves y amenazadas.
Diversidad de Especies
La variedad de especies comprende la diversidad de organismos que ocurre en un lugar
dado en un momento dado. Es el conjunto de todas las especies que allí se encuentra.
Puede abarcar todas las especies vivas, desde microorganismos hasta plantas y animales
vertebrados, o puede incluir solo un grupo de especies de interés en un determinado
estudio. Una manera de medir la diversidad de especies es a través del número de
especies de un lugar dado. Esta medida es conocida como la riqueza de especies.
Ejemplos de tales medidas son la riqueza de especies de monos de Brazil, la riqueza de
especies de orquídeas en Costa Rica, o la riqueza de especies de aves de la República
Dominicana. Otra manera de medir la diversidad de especies es mediante el uso del
indicador denominado la diversidad taxonómica que toma en cuenta la relación existente
entre unas especies y otras. Por ejemplo, un bosque tropical nuboso con diez especies de
orquídeas y cero especies de bromélias es menos rico que un bosque similar que tiene
cinco especies de orquídeas y cinco especies de bromélias lo que representa mayor
diversidad taxonómica. Finalmente, es importante mencionar la existencia de índices de
diversidad desarrollados por científicos que toman en cuenta otros parámetros como la
abundancia relativa de las especies. Tales índices dan un mayor valor cuando hay más
individuos de una especie por unidad de área. Por ejemplo, se considera que un bosque
con mayor número de árboles pertenecientes a una especie específica –por ejemplo, una
especie de pino– es más rica que un área de igual tamaño pero con un número menor de
individuos de esta misma especie.
Diversidad de Ecosistemas
En cuanto a la diversidad de los ecosistemas se reconoce que es la más difícil en evaluar
ya que existen muchas maneras diferentes en clasificar los ecosistemas del mucho. La
escala es el factor que más influye en la medición de la compleja variedad de
ecosistemas, ya que va desde biomas a nivel mundial hasta niveles de microhabitats a
escalas de un par de metros cuadrados. De la misma manera muchas veces no esta muy
claro donde termina un ecosistema (un bosque de pinos) y donde inicia otro (un bosque
mixto de pinos y especies latifoliadas) ya que hay áreas de transición entre ecosistemas.
Sin embargo, al tener una clara definición –que depende del autor– se puede medir la
diversidad de biomas, ecorregiones, sistemas ecológicos, microhábitats u otro nivel de
interés, en una región dada, en un momento dado.
La República Dominicana cuenta con una alta diversidad de ecosistemas que van desde
los bosques de pino del pico Duarte –con sus 3.087 metros el pico más alto de todas las
montañas antillanas– hasta los bosques secos del sur, los manglares costeros de la bahía
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de Samaná y los arrecifes de coral de la bahía de las Águilas. Un ecosistema particular
forma el Lago Enriquillo, un reservorio natural de agua dulce que se ubica a más de 40
metros debajo del nivel del mar.
Número de especies en el mundo
Ahora surge la pregunta cuantas especies conocemos en el mundo. Actualmente, la
mayoría de los científicos estiman que hay entre tres y treinta millones de especies,
aunque algunos creen que puede haber 100 millones. En efecto, lo más probable es que la
Tierra es habitada por un total de 8 a 15 millones de especies. Aparentemente, sólo
conocemos alrededor de un 10% de estas especies: no más de 1,4 millones de especies
han sido descritas formalmente por los taxónomos y cuentan con un nombre científico
registrado en la literatura oficial. Todos los días, expertos en el mundo descubren nuevas
especies recolectadas en ambientes anteriormente poco explorados, como los doseles de
los bosques tropicales, los suelos y las profundidades de los océanos alrededor del
mundo. Durante los últimos años se han, inclusive, descubierto nuevas especies de
monos, de venados, de aves y de árboles. Y muchas de estas especies nuevas para la
ciencia pertenecen a nuevos géneros y nuevas familias – todos siendo categorías
jerárquicas de mayor nivel que la especie misma.
La Española: ‘Centro Caliente de Biodiversidad’
Uno de los principales focos de diversidad del mundo se encuentra en la región
neotropical y está conformado por las Antillas Mayores del Caribe. Este archipélago es
considerado un verdadero ‘centro caliente de biodiversidad’ o, en inglés, biodiversity
hotspot, ya que tiene una extraordinaria biodiversidad que se encuentra altamente
amenazada. La isla de La Española es la más diversa de todas las Antillas y es
compartida por dos países, la República de Haití en el sector oeste y la República
Dominicana en el este.
La Española tiene una densidad de especies de plantas –número de especies por unidad
de área– de 0.064, la cual es mayor que la de Cuba (0.052), de Madagascar (0.010) o de
Australia (0.005). De acuerdo con los cálculos hechos por científicos, La Española posee
cerca de 5.600 especies de plantas vasculares, incluyendo unas 600 pteridófitas (helechos
y plantas afines) y alrededor de 700 especies de árboles. Una tercera parte de todas estas
especies son consideradas endémicas para la isla –es decir, no se encuentran naturalmente
fuera de la isla– y se encuentran de una u otra manera amenazada o en peligro de
extinción. También hay más de treinta géneros vegetales que resultan endémicas para la
isla. Algunas de las familias más ricas en especies de plantas en Haití y la República
Dominicana son los pastos (Poaceae), las plantas con flores compuestas (Asteraceae, más
que todo hierbas), las orquídeas (Orchidaceae) y las leguminosas (Fabaceae).
En cuanto a la fauna vertebrada de la República Dominicana, se conocen por lo menos 70
especies de peces, 60 de anfibios, 140 de reptiles, 250 de aves, más 30 mamíferos de los
cuales la mitad corresponde a murciélagos. Algunos mamíferos acuáticos son marinos o
más bien costeros: los delfines, las ballenas y el manatí. Por habitar en una isla, más del
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95% de los anfibios, el 80% de los reptiles y casi el 20% de las aves son endémicos y
solo se encuentran en La Española. Un par de anfibios (sapos, ranas) han sido
introducidas en la isla. La cigua palmera (Dulus dominicus) ha sido declarado ave
nacional dominicana.
Especies amenazadas en RD
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que más de
70 especies de vertebrados se encuentran en estado de amenaza en la República, sobre
todo a raíz de la pérdida o alteración de su hábitat y a su explotación no racional. La Lista
Roja nacional que la UICN desarrolló en 2006 incluye a un total de 12 peces, 31 anfibios,
10 reptiles, 14 aves y 5 mamíferos. Entre las especies más amenazadas se encuentran el
cocodrilo americano, el manatí, y las tortugas marinas como el carey. Aves en peligro de
extinción son: faisán, garza rojiza, paloma turca y ceniza, cuervo, lechuza orejita, guinea
y cotorra. Entre los crustáceos, las especies con las poblaciones más reducidas son la
langosta y los camarones de mar y río.
El gran problema que el mundo ha tenido en descubrir y describir especies nuevas es la
escasez de expertos en la anatomía, morfología y taxonomía de muchos grupos de
especies como los insectos y los microorganismos. Este problema es conocido como el
impedimento taxonómico. Se espera, sin embargo, que en un futuro no muy lejano las
modernas técnicas de análisis de ADN a nivel de especies ayudará a identificar las
especies desconocidas. De esta manera, el uso de la técnica de ADN contribuirá a llenar
el existente vacío en nuestro conocimiento de la biodiversidad. Además, la reciente
aparición de iniciativas mundiales para conocer la diversidad de especies basadas en
sistemas digitales en la Internet –donde se centraliza la información de especies en
amplias listas desarrolladas por grupos de expertos– se muestra muy prometedor.
Desafortunadamente, la gran diversidad de genes, especies y ecosistemas que el mundo
conoce se encuentra en peligro por la acción humana. A través del tiempo las sociedades
humanas han sabido aprovechar los recursos bióticos de los lugares donde vivían
históricamente. Adaptándose a los ambientes que habitaban, los seres humanos
encontraron especies que les servían en sus vidas cotidianas y que fueron explotadas y
domesticadas a través del tiempo. A la vez ellos modificaron estos ambientes naturales y
los convirtieron en ecosistemas seminaturales y culturales, creando campos agrícolas,
praderas para el ganado, y finalmente zonas urbanas e industriales. De esta manera la
biodiversidad, tanto a nivel de especies como a nivel de ecosistemas, fue modificada sin
precedentes, resultando en la domesticación de muchas especies de interés económico y
causando cambios drásticos en los tipos de cobertura del paisaje.
Factores de presión como el cambio climático, la fragmentación y degradación de hábitat,
la invasión de especies agresivas no nativas, la sobreexplotación de los recursos
forestales y marinos, y la contaminación del agua, aire y suelo, han causado una creciente
pérdida de biodiversidad a todo nivel en el mundo. De hecho, la pérdida de la
biodiversidad puede acarrear nuestra desaparición como especie. En respuesta a esta
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pérdida de biodiversidad causada por el ser humano, y en reconocimiento de la necesidad
de protegar la biodiversidad para el bien de la vida humana, los países del mundo
decidieron crear en 1992 la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB) bajo
auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con su sede en la ciudad
canadiense de Montréal. El convenio tiene como objetivo la conservación de la
biodiversidad, el uso sostenible de sus componentes y la distribución justa y equitativa de
los beneficios derivados de este uso.
En la actualidad, el convenio reúne a más de 190 países del mundo lo que claramente
demuestra el interés de la sociedad humana en asegurar el futuro de la diversidad
biológica, ya que el bienestar de la humanidad y sus futuras generaciones depende de los
bienes y servicios que nos prestan los ecosistemas, y las especies que los conforman. En
este sentido, finalmente el mundo esta dándose cuenta, que requiere de la biodiversidad y
todos sus componentes, ya que no solo cubren las necesidades materiales básicas de la
sociedad, sino que son la base de la calidad de vida en todo sentido, incluyendo el
bienestar mental y espiritual de cada ser humano.
Mediante la implementación de la CBD y de las estrategias que los países han
desarrollado durante los últimos 15 años, los gobiernos, las organizaciones no
gubernamentales (ONGs), el sector privado y la sociedad civil están tratando de detener
esta pérdida de biodiversidad, para que las futuras generaciones –de las cuales tenemos
‘prestada’ la Tierra– no se vean perjudicadas y no nos critiquen por haber
desaprovechada la oportunidad de corregir nuestros errores del pasado. De por si,
nosotros los seres humanos somos parte del problema pero también de la solución.
Kappelle, M. 2009. "Biodiversidad." En: Fundación Global Democracia y Desarrollo
(FUNGLODE)/Global Foundation for Democracy and Development (GFDD).
Diccionario Enciclopédico Dominicano de Medio Ambiente. Disponible en línea en:
<http://www.dominicanaonline.org/DiccionarioMedioAmbiente/es/cpo_biodiversidad_bi
s.asp>
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