EL PAISAJE PERUANO, Las regiones naturales

Transcripción

EL PAISAJE PERUANO, Las regiones naturales
Mg. Johnny Alva Cabanillas
Docente
EL PAISAJE PERUANO, Las regiones naturales
El Perú está formado por tres regiones naturales, diferenciadas por el clima, la
altitud, la flora y fauna, el relieve del suelo y otros factores. Tales regiones se
llaman hoy la costa, la sierra y las selvas. El territorio peruano, situado en la parte
central de la costa sudamericana del Pacífico, tiene una extensa zona de litoral
formada por grandes desiertos de arena, desiertos de piedra o desiertos de tierra
estéril. A veces estas planicies con ligero declive son anchas hasta 200 kilómetros
al interior, como ocurre al norte del país (Piura), hasta llegar a las faldas de la
cordillera de los Andes; pero luego los contrafuertes de la cordillera avanzan hasta
el mar, con en La Libertad, dejando apenas espacios planos abiertos en la boca de
los ríos formando valles cerrados y alargados, como se presentan en Trujillo,
Chimbote y Casma. Los Andes irrumpen así, por todo el litoral, en formas de
barrancos, acantilados y morros. Los ríos formando valles de forma triangular con
la base frente al Pacífico y la cúspide incrustada en los Andes, forman planicies
que no pasan de 50 Km, distancia aproximada de El Callao a Chosica, en el valle
del Rimac.
La costa vuelve a ser ancha en Ica,
formando una gran planicie de desiertos de
arena caldeada, pero al sur del puerto de
Lomas la cordillera de los Andes ha
avanzado definitivamente al mar. Cordillera
rota y hundida en el océano Pacífico, ha
suprimido realmente la costa, para dejar
algunos cañones estrechos y hondos por
donde desaguan los ríos. En esa región el
cultivo sólo es posible en la estrecha cinta
ribereña de los ríos, en el misérrimo puñado
de tierra, siempre expuesto al deslave; y a
50 metros debajo de la superficie de la
tierra, cubierta por una extensa plataforma
de rocas y de lavas, donde la vida vegetal y
animal parece imposible.
En la región de la costa peruana, la actividad económica sólo es posible a lo
largo de los, aproximadamente, 52 ríos que bajan de las cumbres de las cordillera
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de los Andes, ríos viejos, de torrentera, con lechos cascajosos, que sólo tienen
agua abundante durante el verano.
La temperatura media de esa región fluctúa entre los 10° y 20° en la mayor
parte del año. Solamente en el verano, de enero a marzo, la temperatura sube
gradualmente hasta 25° y en algunas localidades hasta 30°, cerca de la zona
ecuatorial. El clima tropical está completamente atemperado por la corriente de
Humboldt, que hace bajar cerca de 5°C la temperatura de la región, en
comparación con otras latitudes iguales del continente. En la costa no llueve
nunca, debido al régimen de vientos adversos y al muro que forma la cordillera de
los Andes marítimos. En cambio se produce una intensa y prolongada formación
de nubes y nieblas que dura casi todo el ano, oscureciendo sus costas. Por lo
mismo, la humedad es fuerte, alcanzando hasta 85% a 95% en algunos valles,
como el de Lima.
Los ríos riegan en la actualidad cerca de 600 mil hectáreas de tierra, no
habiendo otro sistema de agricultura como riego artificial. Las posibilidades de
cultivar más tierra están limitadas por los escasos caudales de agua utilizable.
Represa de
Gallito Ciego,
sobre el curso
del río
Jequetepeque
En cambio, de las grandes dificultades que ofrece la costa del Perú debido a
las distancias que separan unos de otros valles, con más de 200 km de desiertos
entre ellos, la falta de lluvias permite un aprovechamiento técnico del riego, hecho
importante que debe tenerse en cuenta al estudiar la economía peruana.
La sierra es la extensa región formada por los Andes, los cuales se elevan
hasta la máxima altitud de 6768 metros sobre el nivel del mar, en el pico bifronte
del Huascarán. El suelo aprovechable y habitable de la zona andina está formado
por regiones muy dispersas y de variadas formas, como laderas de montañas,
donde fue preciso construir terrazas escaleriformes para el cultivo; como las
cumbres combeadas de altos cerros; desfiladeros, cañones y tierras en suave
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declive. Las zonas habitables y económicamente aprovechables tienen una altitud
que varía entre los tres mil a cuatro mil metros sobre el nivel de mar.
Así como en la costa las unidades geográficas aprovechables están dispersas
y distantes, así en la sierra las escasas unidades geográficas aptas para la vida
están más dispersas aún, separadas por montañas nevadas excelsas, barrancos
profundos, desfiladeros o planicies peladas, sin vegetación y desfiguradas por la
erosión de las aguas y de los vientos. Las únicas grandes planicies que tiene el
Perú en las altas zonas andinas, son la del Titicaca y la de Junín, mucho más
pequeña que la primera.
Valle de
Urubamba.
Cusco.
Suelos tan montuosos y tan altos tienen un clima frío, con estaciones lluviosas
periódicas regulares de cuatro meses al año, pero con grandes interrupciones de
largas sequías, tan dañosas como las frecuentes excesivas aguas. Ambos
extremos hacen la vida animal y vegetal muy precaria en las zonas altas de los
Andes. La agricultura y la ganadería representan por lo tanto, uno de los episodios
más dramáticos de la vida de la humanidad en la tierra y una conquista de
esfuerzos sobrehumanos.
Si bien la temperatura máxima en verano puede llegar a 15°C a la intemperie,
en las noches no baja de 16°C bajo cero. Esa diferencia de casi 30°C en 24 horas
en la altitud de las pampas andinas es suficiente obstáculo para la vida. La sierra
tiene cerca de diez millones de hectáreas de pastos naturales, pero apenas dos
millones de hectáreas cultivadas con aguas de lluvia.
La tercera región natural es la región de las selvas, que empieza al este de la
cordillera de los Andes y se extienden en pronunciado declive hacia las
penillanuras amazónicas. La selva alta, que cubre las faldas de la cordillera, es la
parte llamada por los peruanos “la montaña”. Como en la región de la costa, son
formaciones de valles y ríos que desembocan en el inmenso mar verde de las
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selvas amazónicas. Esa región montuosa y cubierta de exuberante vegetación
tiene declives violentos hasta los 400 metros sobre el nivel del mar. El clima es
caluroso, las lluvias constantes y las nieblas eternas. Si bien los suelos son ricos
en humus, en cambio es una región pobre en minerales por las lluvias torrenciales,
por lo tanto de dudosa bondad permanente para la agricultura, en las escasas
zonas peniplanas. La mayor parte de esa región es intransitable por los obstáculos
naturales, montañas, ríos, ciénagas y por la fauna de insectos, en defecto de la
fauna de especies grandes.
En resumen, podemos afirmar que las bases geográficas del Perú son de las
más difíciles del mundo. Tierras y aguas muy escasas en las zonas de la costa y
de los Andes. Aguas excesivas en la zona de las selvas. Diferencias de altitud
extraordinarias que levantan hasta los cinco mil metros de altura en menos de 150
km de distancia a partir de las orillas del mar. Suelos destruidos por la erosión de
las aguas y de los vientos. Territorio deformado por fenómenos de volcanismos.
Costa rota, quebrada y hundida en el mar Pacífico, dejando apenas una cornisa
arenosa sobre el mar. Conglomerados de roca y de nieve; de abismos y de
cañones.
Es realmente admirable la epopeya del hombre de los Andes. La historia del
esfuerzo humano para construir una nación sobre semejante paisaje es realmente
dramática. El hombre tuvo que luchar contra el clima laxante de la costa nublada
durante la mayor parte del año, en los valles infestados de mosquitos generadores
de la malaria. En los Andes, debió adaptar el corazón y los pulmones a las más
grandes altitudes del globo. En cuanto a la selva, todavía no se ha resuelto el
problema de su colonización.
El hombre apenas tuvo tierra, en puñados, en la margen de los ríos de la costa.
Como en la costa no llueve jamás, debió el hombre arañar el lecho de los ríos para
obtener riego de su empobrecido caudal. En la sierra, la tierra de las laderas debió
ser contenida, construyéndose muros y terrazas de contención. En otros parajes
debió el hombre acomodar la tierra extraída del lecho de los ríos, en las terrazas
escaleriformes o andenes. En resumen, el hombre peruano tuvo que improvisar la
tierra, domesticar el agua y adaptar su organismo a las más difíciles condiciones
naturales. Y para no perecer de hambre tuvo que aguzar el ingenio e inventar
métodos y sistemas, dominar a la naturaleza hostil, domesticar plantas salvajes.
La importancia del conocimiento y la interpretación del paisaje peruano es,
pues, básica para el conocimiento e interpretación del hombre y su proceso en el
tiempo. Los más notables investigadores de la antigüedad peruana así lo
comprendieron.
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Con sobrada razón el geógrafo frances Vallaux dice que “(…) existe siempre
una geografía que se anticipa a la historia. Los hombres han comido y han bebido,
han labrado la tierra y construido casas, han buscado y fundido metales, han
cazado y pescado, antes de que ningún documento histórico nos dé la prueba de
ello”.
El primer arqueólogo peruano, Julio Tello, concede importancia de primer orden
al factor geográfico. “El medio geográfico – dice - induce a pensar que la primitiva
población, al ocupar el territorio peruano, sea por el mar o siguiendo las altas rutas
de la cordillera, o sea ascendiendo de los llanos forestales, logró aprovecharlo en
toda su amplitud, recorriéndolo en todo sentido. En sus migraciones utilizó, sin
duda, primero los senderos naturales, quebradas y desfiladeros, sea para
ascender a las punas o para bajar de éstas a los llanos; sea para trasmontar las
altas cordilleras; y después utilizó, al impulso de sus necesidades y de su ingenio,
los senderos construidos a través de las mesetas o montañas, o a través de
pampas arenosas o tablazos del litoral”.
Cook dice: “La forma de los valles del Este andino, profundos, cerrados o
inaccesibles, determinó el aislamiento y restricción, obligando al habitante a
proporcionarse en el mismo suelo lo necesario para vivir”.
Troll hace resaltar la característica notable de las civilizaciones agrarias
andinas, por su unión extremada al suelo, dando una gran importancia al factor
geográfico. El complejo de influencia formado por los factores suelo, clima, altitud,
y otros, de la noción de “(…) zona de paisaje, fundamental para poder esclarecer
las conexiones existentes entre la naturaleza del terreno y la propagación de la
civilización”. El Perú como ya lo había anotado Cunow, es el país de los grandes
contrastes. No existe un paisaje armónico dentro de cada zona particular,
presentándose más bien, una sobre otras, diversas fajas de diversa temperatura y
grado de humedad y en consecuencia de vegetación diferente. Troll distingue por
ejemplo, como características de los andes centrales, la puna; mientras en los
Andes del norte el tipo es el de páramo o puna ecuatorial. Este páramo ocupa
todo el ancho de la cordillera y la vegetación seca de puna sólo se presenta en
cuencas hondas y en los escarpados de los valles sembrados. La distinción de
estas dos zonas es fundamental porque determina una variedad de condiciones de
vida de plantas, formaciones salinas de la llamada por Weberbauer “zona de la
tola”, que es base de formas económicas peculiares. Luego se presenta una zona
de desiertos, “(…) oblicuamente, por encima de las montañas, desde la costa
peruana, sobre la puna de Atacama, hacia la región del noroeste argentino.”
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Para reconstruir la vida económica del antiguo Perú, estas bases geográficas
son capitales, pues las antiguas culturas peruanas se han desarrollado en intima
conexión con las zonas de paisajes, que podrían señalarse así:
Zona de puna, ambiente de la civilización arcaica y megalítica a la que
correspondería una ola de culturas representada por los pueblos: 1° arwacs, uros y
puquinas, correpondiendo al grupo de los uros, los changos y los atacamas; 2° los
aymaras, y 3° los quechuas.
“Las tres zonas de paisaje uniforme: el desierto salado y la puna desierta, la
puna seca de la zona de la tola y la puna normar, corresponden más o menos a los
territorios propios de estos tres grupos de pueblos. De ello se desprende con rara y
bella claridad de influjo de la naturaleza del suelo sobre la marcha y propagación
de la civilización.
Fuente: Emilio Romero. (2006). Historia económica del Perú.
Fondo editorial UNMSM. Lima.Perú.
Este texto fue reproducido con fines educativos; como material de consulta.
La foto que ilustra el documento fue hecha por el docente del área.
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