IMPRONTAS PEDOGENÉTICAS EN SUELOS DE AMBIENTES

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IMPRONTAS PEDOGENÉTICAS EN SUELOS DE AMBIENTES
IMPRONTAS PEDOGENÉTICAS EN SUELOS DE AMBIENTES SECOS BAJO
RIEGO, NORTE DE PATAGONIA ARGENTINA
Alicia Apcarian
Los rasgos morfológicos en perfiles de suelos reflejan los procesos pedogenéticos e indirectamente
el ó los factores de formación que han inducido los mismos. El objeto de esta presentación es
exponer una síntesis de los procesos pedogenéticos observados en suelos de ambientes secos bajo
riego del norte de Patagonia. El área de estudio comprende 30.000 ha con producción agrícola en:
a) el valle inferior del río Neuquén y, b) el Alto Valle de Río Negro. El clima es árido mesotermal,
caracterizado por muy bajas precipitaciones, con medias anuales en a) de 177 mm y en b) de 230
mm, principalmente en invierno, y alta evapotranspiración, cercana a 1.400 mm. El clima edáfico
es Arídico Máximo y Térmico. La información a exponer surge de estudios cartográficos y de
investigación. Los suelos fueron descriptos, muestreados y analizados según las normas
convencionales y clasificados según Taxonomía de Suelos, 2014. En el valle inferior del río
Neuquén, niveles aterrazados forman el interfluvio de los ríos Neuquén y Limay. Su origen se
correspondería con los cambios climáticos acaecidos durante el Pleistoceno, época en la cual las
cuencas andinas fueron excavadas por extensos glaciares, de los cuales el río Negro fue, como lo
es actualmente el emisario principal de una extensa cuenca hídrica. Otras geoformas cultivadas
incluyen abanicos, bajadas aluviales y terrazas fluviales holocenas. En el Alto Valle de Río Negro
el área abarca varios niveles terrazas fluviales holocenas. En ambas áreas, la capa freática se
encuentra a distintas profundidades de acuerdo a la posición en el paisaje, con fluctuaciones
estacionales y calidad del agua variables. Las improntas pedogenéticas observadas y la
nomenclatura asociada reflejan procesos de translocación, transformación, ganancia y pérdida de
componentes en el perfil del suelo, acaecidas durante la pedogénesis y con grados de intensidad,
entre débiles a fuertes de acuerdo a las geoformas donde se desarrollan. El hidromorfismo (g) y el
halomorfismo (z) de los relieves cóncavos y planos está asociado a principalmente a fluctuaciones
de la capa freática. La carbonatación (k) está presente en ambos valles, con máxima expresión sobre
las terrazas pleistocenas, conformando horizontes cementados por calcita (km). En el Alto Valle de
Río Negro se postula un marcado origen freatogénico sin descartar aportes eólicos. La gypsificación
(y) se detecta sobre los niveles aterrazados pleistocenos del valle inferior del río Neuquén, y en
algunos casos cementaciones por yeso (ym). La argiluviación (Bt), con distinta intensidad, se
observa en ambos valles y, posiblemente vinculada a condiciones climáticas más húmedas que las
actuales. Características frágicas (x) a profundidades variables y asociadas a una paleosuperficie se
reconocene en el Alto Valle de Río Negro. Procesos de acumulación de materiales sobre el suelo,
como coluviamiento y sepultamiento de suelos ocurren en bajadas y abanicos aluvio-coluviales.
Los factores de formación directrices serían el clima, el relieve y el tiempo, con influencia antrópica
a través del riego en los últimos 110 años. Los suelos desarrollados en ambos valles pertenecen
mayoritariamente al orden Aridisol (Calcides, Argides, Cambides, Salides y Gypsides) y, en menor
proporción al orden Entisol (Fluventes, Orthentes y Psammentes).

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