Un respiro para muchos entre noria y noria - Infouma

Transcripción

Un respiro para muchos entre noria y noria - Infouma
18 sábADO, 13 DE jUniO DE 2015
DE MÁLAGA
Crónicas de
la ciudad
[email protected]
Convenio entre la UMA y el
decanato de registradores
Adelaida de la Calle, rectora de la
Universidad de Málaga, y Pablo de
Angulo, decano Territorial de los registradores de Andalucía Oriental,
firmaron ayer un convenio de colaboración entre ambas instituciones. El convenio prevé potenciar las
tareas de investigación y desarrollo
del Derecho Registral tanto a nivel
académico como profesional y desarrollar al máximo lo previsto en un
acuerdo suscrito por ambas instituciones el 17 de diciembre de
1997. L. O. MÁLAGA
GREGORIO TORRES
Zapatos rojos contra la violencia de género
 Más de 500 zapatos tiñeron de rojo ayer viernes la plaza de la Constitución, una iniciativa que tuvo como objetivo la lucha contra la violencia de género.
En concreto se trató de un proyecto gestionado por el Grupo Local de Amnistía Internacional, que reprodujo una instalación de la artista mexicana Elina
Chauvet, quien en 2009 decidió protestar por las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez con la exposición de zapatos de mujeres pintados de rojo, la
prenda de las desaparecidas que se hallaba antes de encontrar sus cuerpos.
Un respiro para muchos
entre noria y noria
Al alcalde no le gusta la noria
a la entrada del puerto pero cualquiera
se fía con tanto político malaguita con
complejo de nuevo rico
Alfonso Vázquez
[email protected] / @alfonsvazquez
Decía Marisol, y no vamos a
descubrir aquí América, que la
vida era una tómbola, pero también puede verse la vida como
una noria, que no es otra cosa que
la transformación en atracción de
feria de la famosa rueda de la fortuna, tan empleada por los tratadistas de la Edad Media cuando
se quedaban en blanco y había
que echar mano de cualquier
cosa.
También en Málaga daba la
impresión de que nos habíamos
quedado en blanco y echábamos
mano de cualquier cosa, en este
caso de una noria gigante a la entrada del puerto. El impacto visual
hubiera sido mucho más grande
que unos coches-choque, aunque
menor que una montaña rusa,
todo hay que decirlo.
En Viena fueron más listos: la
montaron en el extrarradio de
entonces, con vistas a toda la
ciudad. Una atracción de feria
para la feria de las vanidades. El
aparato fue inmortalizado por
Orson Welles al final de El tercer
hombre... y disculpen que les
cuente cómo termina.
En Londres la instalaron a la
orillita del Támesis, cerca de una
estación de ferrocarril y en el lado
opuesto al Londres monumental.
ni a vieneses ni a londinenses se
les pasó por la cabeza plantar la
atracción turística a escasa distancia de sus respectivas catedrales de San Esteban y San Pablo.
Vivir en Málaga es aceptar que
nuestra historia está marcada por
el complejo de nuevo rico. De
tugurio perjudicial para la salud en
el siglo XVii hemos ido avanzando a trancas y barrancas, aupados
por una burguesía de comerciantes pujantes que incluso consiguió algunos títulos nobiliarios.
El siglo XX estuvo marcado por la
fatídica sentencia del Supremo de
1964, promovida por ávidos prohombres de nuestra ciudad, que
invalidó el esperanzador Plan
Urbanístico de González Edo y
dejó a Málaga con la normativa urbanística de 1903 y con ella el caos
urbano y el dinero a espuertas
para unos pocos. Pero no aprendemos.
Los políticos malagueños recuerdan en ocasiones a Escarlata O´Hara cuando dice eso de «a
Dios pongo por testigo que jamás
volveré a pasar hambre». Por eso
se lanzan como posesos a demoler lo que se pueda y a promover
todo lo que suene a emblemático.
A nuestro alcalde en funciones
no le gusta la noria a la entrada del
puerto. A un servidor el emplazamiento le parece una catetada –eso sí, emblemática– y aunque
la noria no sea un dechado de originalidad, porque en cuanto se relance la economía vamos a tener
norias panorámicas hasta en la
sopa, en Málaga hay sitios más
despejados donde plantarla, aunque dé menos dinero.
El rechazo de Paco de la Torre
a la noria-pantalla supone un
respiro temporal para muchos
malagueños amantes del desarrollo civilizado de su ciudad.
Pero hay que estar alerta. En
Málaga abundan los políticos
con complejo de nuevo rico, dispuestos a olvidar los tiempos de
cutrerío con edificios e instalaciones emblemáticas que no difieren un palmo de las ensoñaciones horteras del desaparecido
alcalde de Marbella.

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