Desierto amarillo oscuro

Desierto amarillo oscuro By Sergio Rodrigo Imagínate cuando pienso en tí, me asusto de los momentos que han pasado, hemos estado dentro de una catedral, cuidando nuestras espaldas, que has levantado una flor de vida en cada noche del desierto como los corazones solitarios de mi alrededor, en esa catedral, cuando camino en los caminos de arena y tierra inhóspitos, secos y estrellados, noches de azul valle, eres una tierra casi inhabitable de persona, yo sólo soy la única alma y algunas pocas que aún viven son solitarios como acá. De repente pasó un águila, y me acordé de la SS, que grato recuerdo, brisas de sangre en los desiertos; cuando de repente me dejó un mensaje. Nunca lo leí, en realidad no me importó, no es necesario tener que matar a nadie. Cuando en ese instante vi al lagarto amigo, de los Andes, de los aires, y de Buenos Aires, me indicó la señal para matar, pero no escuché tanto. Hasta que al final sólo me comí a ella, mientras dejaba mi cuerpo reposar en frío suelo arenoso del desierto que hay entre los desiertos de la provincia de Buenos Aires, no eres nadie, pero escondes toda mi historia y me olvida al ver el llano claro de amarillo con anaranjado.