“Juanito”, entre el rechazo y la aceptación Rafael Acosta, mejor

Transcripción

“Juanito”, entre el rechazo y la aceptación Rafael Acosta, mejor
“Juanito”, entre el rechazo y la aceptación
Rafael Acosta, mejor conocido como “Juanito” se ha convertido en breve
tiempo en uno de los personajes más conocidos en el país. Como
consecuencia de la forma tan inusual en la que ganó la elección de jefe
delegacional en Iztapalapa y la alta visibilidad de este suceso, se han generado
opiniones divididas entre la población en cuanto a si debe o no renunciar al
cargo.
Casi dos de cada tres mexicanos se han enterado del tema a nivel nacional
(57%) y casi el total de la población en la mencionada jefatura delegacional
(90%). Y si bien sabemos que es alto el nivel de conocimiento, de lo que no
tenemos la certeza es cuanto se entiende de la complejidad del caso, tanto el
ciudadano de esta demarcación como el del resto del país. Sin embargo, como
suele suceder en otros temas de opinión pública, más allá del nivel de
entendimiento del tema, el ciudadano jamás deja de expresar su opinión.
Por un lado, una encuesta telefónica de Demotecnia en Iztapalapa realizada
hace un par de semanas, muestra que la gente de esta demarcación no quiere
a “Juanito” como jefe delegacional. En la demarcación prácticamente tres de
cada cuatro ciudadanos no quieren que Acosta asuma el cargo y sin duda
algunos de ellos estarían dispuestos a movilizarse para impedir que esto
suceda. Entre aquellos que votaron por el Partido del Trabajo el porcentaje de
rechazo es aún mayor y llega a un impresionante 84%.
Por otro lado, una encuesta telefónica de Parametría a nivel nacional señala
que los mexicanos están divididos en partes iguales respecto a si Rafael
Acosta debe tomar o no posesión como jefe delegacional. El país se divide en
porcentajes similares de 40% y sólo un 18% que no tiene opinión. Llama la
atención que este porcentaje que no tiene opinión es similar al que existe en
Iztapalapa. Es decir la mayor parte de los ciudadanos afectados o no por esta
situación tiene una clara posición en el tema.
Otra coincidencia en opiniones es que “Juanito” no tiene la capacidad para
gobernar. En el país, el 51% de los mexicanos cree que “Juanito” no está
capacitado para ser un buen delegado, y siete de cada diez personas que viven
en Iztapalapa piensan lo mismo. Sin embargo, este cuestionamiento de
capacidades no implica necesariamente que para el ciudadano a nivel nacional
una negativa en automático a que Acosta asuma el cargo, a diferencia de lo
que piensan los habitantes de Iztapalapa.
Sin duda lo más interesante del asunto, es la óptica tan distinta con la que la
gente de Iztapalapa y el resto de la población del país están viendo la situación.
Para los iztapalapenses, la falta de habilidades de “Juanito” para gobernar se
puede traducir en una mala gestión que terminaría afectándolos durante tres
años, y en este sentido se explica que no lo quieran como delegado. En el caso
de los demás mexicanos, quizá podrían estar pensando dos cosas. La primera
es que aunque “Juanito” no está capacitado para el cargo se debe quedar
porque ganó legítimamente en las urnas. Y la segunda, es que los habitantes
de Iztapalapa se lo merecen por prestarse a este embrollo político.
Tal vez el saldo positivo al final es que el “Juanito” affaire ha desatado una
discusión sobre nuestra prácticas electorales. Incluso sobre prácticas que por
años se han tomado como normales, como la sustitución de diputados electos
por sus suplentes. Al final aún en la peor de las situaciones hay algunos saldos
positivos y el cuestionamiento, el debate o la discusión siempre debe ser
bienvenida independientemente de que la origino.

Documentos relacionados