Especulación financiera e inmobiliaria
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Especulación financiera e inmobiliaria
Especulación financiera e inmobiliaria En economía, la especulación es el conjunto de operaciones comerciales o financieras que tienen por objeto la obtención de un beneficio económico, basado en las fluctuaciones de los precios. Una operación especuladora no busca disfrutar del bien o servicio, sino obtener un beneficio de las fluctuaciones de su precio con base en la teoría del arbitraje. En sentido extenso, toda forma de inversión es especulativa; sin embargo, el término se suele aplicar a aquella inversión que no conlleva ninguna clase de compromiso con la gestión de los bienes en los que se invierte, limitándose al movimiento de capitales (mercado financiero), habitualmente en el corto o medio plazo. La especulación se basa, por tanto, en la previsión y en la anticipación, de forma que el especulador también puede equivocarse si no prevé correctamente la evolución de los precios futuros, de forma que tendrá que vender barato algo que compró caro. El mercado especulativo por tanto premia a los buenos previsores y castiga a los malos. Críticas En algunos casos, los aumentos del precio debido a la compra masiva de un bien o servicio, causa a su vez una mayor demanda con fines también especulativos: más gente comprará el producto esperando venderlo en poco tiempo y ganar dinero. Si las perspectivas de incremento del precio del activo se calculan al alza, y si estos movimientos se suelen alentar mediante políticas de crédito blando basadas en tipos de interés bajos, el agotamiento del líquido disponible puede provocar una burbuja económica. Un período sostenido de compra especulativa se ve frecuentemente acompañado por un período de venta en que los precios caen de forma drástica. Este tipo de economía especulativa no produce ningún otro beneficio que el de aumentar las cuentas corrientes de sus ejecutores. En muchos casos se asocia la especulación con la utilización de información privilegiada, lo cual está tipificado como delito en la mayoría de los países. Algunos agentes de mercado utilizan el monopolio para hacer subir o bajar los precios de acuerdo a sus propios intereses, dejando algunas veces poco margen para la legalidad. En el caso del petróleo, por ejemplo, los grandes monopolios usan a sus gobernantes para generar conflictos internacionales, algunas veces usando como excusa la lucha contra el terrorismo, las dictaduras, la protección de la democracia, etc. Como resultado, el resto de países, frente al temor de una escasez de petróleo solicitan petróleo a futuro, lo que aumenta el precio de ese producto. En el caso de especulación a través de mercados financieros, esta es provocada por decisiones gubernamentales como la emisión de dinero inorgánico por exceso de gasto (generando que el mercado se sature de dinero e inflación) o la fijación de tasas de interés muy bajas por parte de bancos centrales, para estimular la inversión con créditos de bajo costo que estimula la entrega de créditos de alto riesgo. En países con controles monetarios o regulación de importaciones, el mercado quedará con pocos oferentes, creándose así a monopolistas que sacarán provecho de las circunstancias y aumentarán sus precios para obtener mayores ganancias. La única forma de evitar la especulación desaforada es a través de la competencia, mientras más oferentes, precios más bajos. Los controles de precios crean desbastecimiento y cierre de empresas productoras, monopolizando aún más el mercado, estimulando así la especulación. Como se ha sugerido, uno de los problemas centrales más importantes de la economía de mercado es encontrar el nivel óptimo de intervención o regulación estatal mientras se mantiene la libertad de los actores económicos a fin de lograr el máximo de eficiencia económica. En las palabras de Joseph E. Stiglitz: El verdadero debate hoy en día gira en torno a encontrar el balance correcto entre el mercado y el gobierno. Ambos son necesarios. Cada uno puede complementar al otro. Este balance será 28 diferente dependiendo de la época y el lugar. "Especulación" es un término con sentido peyorativo que describe la operación consistente en efectuar transacciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios en las variaciones de los precios. El economista José Manuel Naredo lo define como el acto de "revender con 1 beneficio". La especulación se ejerce en torno a la compra y venta de cualquier categoría de bienes: de consumo, materias primas, títulos, valores, divisas, etc. Las únicas condiciones que se requieren para dar cabida a la especulación son que los precios de tales bienes presenten variaciones en el tiempo superiores al coste de las operaciones especulativas, lo que viene a decir que la especulación puede ejercerse sobre cualquier objeto con el que podamos comerciar, siempre que lo vendamos a un precio superior al que lo compramos. Especulación financiera y especulación inmobiliaria Existen dos grandes tipos de especulación: la especulación financiera y la especulación con los inmuebles o especulación inmobiliaria. La primera consiste en la reventa de activos financieros de empresas (títulos, valores, divisas, etc.) y la segunda en la reventa de inmuebles. Las transacciones financieras que se dan en las bolsas de todo el mundo son en gran parte operaciones especulativas, gran parte del VAB de los países más desarrollados proviene de actividades no productivas. Cuando la crisis y la inestabilidad alejan a los inversores de la bolsa, la especulación encuentra su mejor terreno en la compraventa de inmuebles. Los capitales encuentran refugio en la edificación y el suelo, dado que los precios del suelo suelen tener una marcha bastante independiente del resto de la economía. Al volcar los capitales sobre la vivienda, se incrementa la demanda y por lo tanto el precio de la misma, así aquellos que han comprado provocando el aumento del precio se encuentran con que sus propiedades valen más que cuando las compraron, obteniendo beneficio sin mediar producción. Esto se puede hacer de forma más 4 o menos intencionada aprovechando su escasez. Si un comprador (un individuo o una empresa) tiene los suficientes recursos puede provocar una subida artificial de los precios de forma consciente e intencionada, al invertir gran cantidad de dinero en un espacio y un tiempo reducidos. De cualquier forma, aunque otros especuladores no tengan este poder, se aprovechan del efecto de la subida de los precios de forma consciente para obtener un margen de beneficios. La especulación inmobiliaria se realiza en primer lugar en el suelo rústico, a través de su compra 5 a bajo coste, recalificación y venta, con grandes rentabilidades para el especulador. La especulación con viviendas que provoca el elevado número de viviendas vacías, se tiende a producir en terrenos de elevado valor, bien en zonas estratégicamente céntricas o en ensanches dedicados a viviendas de lujo. En el primer caso la escasez de vivienda en el centro de las grandes ciudades puede hacer subir el precio del metro de suelo de forma casi ilimitada. En el segundo caso, el propietario se encuentra con las limitaciones del mercado de viviendas de lujo, que puede saturarse fácilmente, permaneciendo vacías 6 largo tiempo a la espera de un comprador. Cuando se dan grandes subidas del precio del suelo y la vivienda, de forma provocada o no, los suelos pueden pasar por muchas manos, cada una de las cuales obtiene su parte de ganancia especulativa. Cuando los precios del suelo se disparan, al ser tal la tasa de ganancia de estas inversiones, los propietarios tienen tendencia a no vender o vender solo a precios tales que no pueden pagar a menudo más que sociedades que compran con una finalidad superespeculativa. Las dinámicas economicistas que se desarrollan en determinadas zonas de las ciudades modernas convierten estos elementos de reproducción (la vivienda) en medio de producción de plusvalías, perdiendo en ocasiones su utilidad original y dedicándose por completo a este nuevo uso. El valor de cambio de estas mercancías acaba actuando de forma independiente a su valor de uso, de hecho: "El espacio urbano, la ciudad toda, adquiere un valor de cambio, más importante y por encima de 7 su valor de uso.". Así en ocasiones en el valor de uso no influye la finalidad que se le da a la mercancía, como es el caso de las casas abandonadas o desocupadas por largos periodos de tiempo con fines especulativos. Sin embargo el valor de uso influye determinantemente en el proceso de "gentrificación", siendo el factor de atracción fundamental para la invasión-sucesión de una zona por parte de los nuevos grupos sociales. Fuente: wikipedia