del caos a la conciencia vial - SAIT

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del caos a la conciencia vial - SAIT
4º SEMINARIO PROVIAL XVI REUNION DE LA SOCIEDAD ARGENTINA DE INGENIERIA DE TRANSITO DEL CAOS A LA CONCIENCIA VIAL Comisión Interdisciplinaria de Seguridad Vial y Accidentología (CISVAC) Instituto Superior de Ingeniería (ISIT) Universidad Nacional de Córdoba. Arturo M.Bas 309 (5000) Córdoba Tel/Fax: 0351­4685079 AUTOR DEL TRABAJO: Ing Pedro EVDEMON Balcarce 72 B 2900 JNB – SAN NICOLAS República ARGENTINA TE: 54 ­ 3461 ­ 437 142 Profesional: [email protected] Privado:[email protected]
Breve análisis de la “ Situación Accidentológica Vial” , mundial y particularmente argentina Ha sido la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), entre otras organizaciones mundiales de relevancia, quién diera ­en el 2004­ la voz de alerta sobre la existencia de una pandemia generalizada en nuestro planeta. Concretamente se refería al flagelo de los accidentes de tránsito que tantas vidas cobra año tras año en todos los países del orbe, principalmente en los países en vías de desarrollo, y en menor medida relativa en los países desarrollados, más organizados socialmente y culturalmente. Fue en ese año que la O.M.S. publicó afiches alusivos a este grave problema, que supera en mucho a otras epidemias y pandemias, uno de los cuales se puede apreciar a continuación y que despierta en el observador la clara y justificada noción de cual es la situación actual mundial: la de las calles y rutas pobladas de cadáveres, víctimas de los accidentes de tránsito
Cual es –entonces­ la situación actual de la R. ARGENTINA en comparación con otros países del mundo desarrollado, que iniciaron la carrera contra el CAOS vial mucho antes (aprox. 40 años) que los argentinos? Veamos un gráfico de barras que compara en muertos por cada millón de vehículos, la situación de Suecia, Holanda, USA, España y Argentina, abarcando el período 1975/2000 (fuente: Luchemos por la Vida, Argentina). Esta demás decir que la situación de Argentina es calamitosa, y aunque la presente gráfica no llega hasta la actualidad, puede asegurarse que la tendencia no ha cambiado, siendo la tónica en la mayoría de las rutas y ciudades del país la de un caos vial, con excepción de unas pocas ciudades que llevan procesos de paulatino ordenamiento del tránsito, logrando disminuir considerablemente los índices de siniestralidad (ejemplo: Rosario, Rio Cuarto, Mendoza, etc) a niveles aceptables, aunque aún insuficientes. Breve análisis cualitativo y cuantitativo de los daños que sufre la sociedad argentina, debido a la generalizada “ falta de CONCIENCIA VIAL” Los daños que sufre la sociedad argentina pueden clasificarse en cantidad de muertes, de heridos y discapacitados con diferentes grados de minusvalía, y en daños de todo tipo cuantificados en sumas siderales de dinero. Sólo en muertes/año se puede indicar para el año 2004 (fuente: diario CLARIN, 16/1/05, pagina 29):
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7.137 muertos (Luchemos por la Vida).
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10.829 muertos (Instituto de Seguridad y Educación Vial.
Además los accidentes de tránsito producen más víctimas que la mayoría de las principales enfermedades del siglo XXI y que la inseguridad ciudadana, de por sí mucho más alta que en años anteriores. El siguiente dibujo, distribuye esos daños cual témpano que sobresale del agua, y en donde sólo se ve lo que sobresale de la superficie, es decir, los muertos, quedando el resto por debajo de la línea de flotación, invisible o – digamos­ casi desapercibido, sin mayor importancia. Pero a lo que sí no se le presta debida atención es al DOLOR, mucho DOLOR físico y psíquico que se generan, en los involucrados en los accidentes, y en aquellos que los rodean y los aman (familiares, amigos, etc). El “ TEM PANO” de dist ribución de las consecuencias de los accidentes viales 7.000 a 10.000 m uer tes/año Decena s de m iles de her idos y disca pa cita dos perm anentes Miles de m illones de $ par a da ños m ecá nicos, interna ciones hospitala r ias, tr a tam ientos de r eha bilita ción, lucro cesa nte y secuelas psíquicas im posible de justipr ecia r DOLOR Breve análisis de la principal causa del problema, en la ARGENTINA ¿Cuál es la principal causa del problema en Argentina? La falta de Educación Vial en todos los niveles etários. Y peor aún; se verifica falta de Educación Vial inclusive en individuos de alto nivel de instrucción académica. Y más aún, en muchos de los políticos que rigen los destinos de la nación, provincias y municipios. Claro está, ellos no tienen porqué ser especialistas en la materia, y por ese motivo, descuidan un tema que tanto daño produce a la sociedad, tal como se indicó antes. En resumen, en Argentina existe un elevadísimo “ ANALFABETISMO VIAL” y esto lleva a que en sus calles y rutas todos los actores del tránsito se comporten igual que en la mayoría de los países en vías de desarrollo del mundo (centro de África, medio­oriente, sud­este asiático, etc). Cualquiera podría pensar que bastaría con empezar a educar a niños y adolescentes. Y de hecho no está mal. Pero ¿qué hay ­mientras tanto­ de
adultos y ancianos? ¿tendrán que seguir pagando con sus vidas la falta de accionar oficial? La gran mayoría de la población en Argentina, en un concepto muy arraigado y dramáticamente extendido, cree que Educación Vial es aprender las señales de tránsito, y alguna que otra norma básica del Código de Tránsito. Claramente esto no es así. La verdadera Educación Vial va mucho más lejos, ya que ­además de lo expresado anteriormente­ significa “educación en los valores básicos” del individuo, tales como respeto a la vida y a la convivencia, tolerancia, sensibilidad, comunicación, comprensión, y fundamentalmente respeto a los deberes y derechos de cada usuario de la vía pública. Todos estos valores básicos colaboran en la búsqueda de soluciones a los conflictos que se plantean, ayudando a convivir en calles y rutas, en vez de conmorir en las mismas. Quizás valga la oportunidad expresar que EDUCACIÓN VIAL es –en realidad­ aprender a tener actitudes responsables en la relación con los otros usuarios de la vía pública, muy especialmente –en mi opinión­ con los grupos más desprotegidos: peatones (niños, ancianos, embarazadas), discapacitados, ciclistas, etc. ¿Cuándo es fundamentalmente importante impartir la educación vial? Durante la “etapa de crecimiento del individuo” mientras evoluciona junto con su medio de transporte. ¿Qué quiere decir esto? Durante la niñez, el individuo se inicia en su “conducirse a sí mismo como peatón”. Esta etapa es fundamental para el desarrollo de las posteriores, no menos importantes que esta primera. Suele complementarse con el aprendizaje del uso de la bicicleta como juguete, usándola en aceras y espacios públicos. Cuando el niño transpone los 12 años, la bicicleta se convierte en medio de transporte en la calle, dejando de ser un juguete, y esta etapa es fundamental en el desarrollo psico­motriz­social de la educación vial del niño que ya comienza a entrar en la etapa de la adolescencia. Luego seguirá quizás con el ciclo­motor, para pasar muy probablemente en poco tiempo a la moto, llegando finalmente a los 17/18 años al uso del automóvil. Resulta evidente que si no se educó convenientemente desde la niñez, y se dejó que el muchacho desatienda las normas de tránsito durante estas etapas, el adulto será un pésimo conductor, que sólo acatará las normas bajo la influencia del castigo, en vez de hacerlo por la convicción de que comportarse correctamente en el tránsito conlleva importantes y fundamentales beneficios. Todo esto dicho, precisamente, porque actualmente es a los 15/16 años cuando rinde el carné de moto o 17/18 cuando rinde para obtener el carné de conducir, que se pretende que recién aprenda las normas de tránsito, momento en el que el adolescente ya se acostumbró a circular por las calles sin respetar ninguna norma. Evidentemente, ahora tendrá que afrontar el proceso de desaprender todas las actitudes erróneas, para intentar aprender lo correcto,
proceso claramente más largo y complicado, que la mayoría de las veces no se logra acabadamente como la sociedad necesita que debiera ser. Qué se entiende por, y cómo se llega a adquirir la CONCIENCIA VIAL Si se lograra revertir esta situación y educar en materia vial desde pequeños en forma sistematizada, se conseguiría de a poco inculcar en cada uno una Cultura Vial, cultura que paulatinamente se convertirá en CONCIENCIA VIAL. Pero siendo este ­entonces­ el objetivo fundamental a perseguir, veamos qué se entiende por CONCIENCIA VIAL. Es “el sentimiento interior por el cual el individuo aprecia sus acciones, particularmente las relacionadas con su desplazamiento por las vías de circulación”. Definido este importante concepto, veamos qué comprende:
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Educación Vial (en todos los niveles etários, y tanto a peatones como a todo conductor de medios de transporte).
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Aprender a conducir correctamente, en vez de quedarnos en el simple estadío de aprender a manejar.
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Respeto a los demás usuarios de la vía pública.
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Ética del comportamiento en la calle. Cabe preguntarse a esta altura del análisis, ¿porque los argentinos carecemos de Educación Vial (y sucesivamente de Cultura, y Conciencia Vial)? ¿porqué se nos tilda de “analfabetos viales”? Decididamente, no tenemos porqué sentirnos en falta. Resulta evidente que este proceso deviene de la falta de políticas oficiales en todos los niveles y, mientras cada gobierno promete sucesivamente tomar cartas en el asunto, lo cierto es que han pasado décadas de inacción que han llevado al tránsito en Argentina al actual estado de Caos, con millones de conductores con pésima capacitación, aunque muy creídos ellos de que conducen excelentemente. Basta para arribar a esta conclusión comparar con la capacitación que un conductor de cualquier jerarquía (bicicleta, moto, automóvil, camión, ómnibus, etc) recibe en países como Alemania, Suecia, USA, etc y la que se le inculca en Argentina. Claves para resolver el problema Existen dos enfoques: a) individual o personal. b) global o sistémico. a) Enfoque individual o personal. Es por todos conocidas las principales causas de falta de fluidez y accidentes en el tránsito:
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FALLAS HUMANAS ……………………………85%
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Fallas del vehículo ……………………………… 6%
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Fallas del camino ………………………………. 6%
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Otras (ambientales, etc) ………………………. 3%
No obstante esta distribución porcentual, se puede argumentar que las fallas de vehículos y de caminos también son atribuibles a errores humanos ya sea porque en todos los casos intervienen personas que, por impericia o negligencia, directa o indirectamente, terminan generando situaciones que devienen en falta de fluidez en la circulación y en accidentes. De entre todas ellas, a mi juicio, la más importante que más FALLAS HUMANAS origina en Argentina es la escasa capacitación para obtener el carné de conducir, que nace en la arraigada creencia en la gente de que basta con sólo “ aprender a manejar” , para lo cual alcanza con ir con un pariente o amigo a un camino alejado del ejido urbano unas cuantas veces, y eso ya es suficiente para “saber manejar”. Al respecto, una de las más sobresalientes instituciones dedicada al estudio de la Seguridad Vial, CESVI ARGENTINA, refiere en su Nota de Prevención nº 110 recientemente publicada, que “…el 90% de los conductores aprendió a manejar solo, o con un familiar o con un amigo, seleccionando el denominado método “casero”…”. A esto puedo, de mi propia experiencia, agregar la gran cantidad de casos que se acercan con carné de conducir en mano, a las Escuelas de Conductores solicitando tomar algunas pocas clases que –ellos creen­ es lo que les faltaría para ser un ¡experto conductor! En argentina existe la cultura extendida de “apr ender a manejar ” que debemos cambiar paulatina pero rápidamente por la de “Aprender a C ONDUC IR” 0 “aprender a manejar” 100% Total conocim iento de la Ley de Tránsito. Respeto a los dem ás usuarios de la vía publica. Etica del com portam iento en la calle.Conducción a la defensiva (preven. Accid.s.) 0 APRENDER A CONDUCI R 100% b) Enfoque global o sistémico. Analizaremos las 4 principales columnas de apoyo del sistema de tránsito de un país, o de una comunidad. Cualquiera de ellas que falle, provocará una inestabilidad del sistema, o aún un colapso del mismo. En Argentina, debido a la falta de políticas sostenidas al respecto, prácticamente fallan las cuatro. Ellas son:
1) Falta de infraestructura vial adecuada. Falta de suficiente y adecuada ingeniería en calles y rutas. Salvo algunas excepciones, generalizada falta de señalización horizontal y vertical. Falta de cartelería sobre Educación Vial, para paliar y contribuir a revertir el problema actual mencionado antes como “analfabetismo vial”. Etc. 2) Carné de conducir de muy bajo nivel, y en muchas oportunidades con emisión irresponsable. 3) Falta generalizada de un adecuado control del cumplimiento de las Normas de Tránsito, tanto en rutas como en la mayoría de las ciudades. 4) Férrea decisión política para llevar adelante este proceso. Analizaré brevemente sólo los 2 primero aspectos. Respecto de la Falta de infraestructura vial adecuada es lógico pretender un mejoramiento de la misma en grado óptimo, comparable con las mejores carreteras del mundo. Pero aún así –lamentablemente­ no bastaría, porque la clave esta en el mal uso que igualmente seguirían haciendo los choferes argentinos de estas carreteras, dado su bajísimo nivel de conducción, como señalo insistentemente a continuación. En cuanto al Carné de conducir de muy bajo nivel, ­piedra fundamental de este problema­ lo analizaré sucintamente en base a mi experiencia personal como Director Técnico de una Escuela de Conductores­. Este se basa en el bajísimo nivel de exigencia que existe en la mayoría de ­ aunque ¡me atrevo a decir en casi todos! ­ los municipios encargados de expedir el citado documento. Para confirmar lo dicho anteriormente en forma más que enfática, basta con citar algunos ejemplos: ­ Escasa capacitación teórica. En la mayoría de los municipios del interior del país no se dan clases teóricas, o se dan unas pocas carentes de suficiente infraestructura didáctica. No se entrega material de estudio, o se entrega un opúsculo de 6 u 8 páginas, incomparable con el material entregado en otras partes, ejemplos: California (manual de aprox. 90 páginas), Suecia (manual de aprox. 220 páginas), España (manual de aprox. 280 páginas), etc. Esto también se refleja en la duración de los cursos teóricos. ­ Examen teórico. Contestando unas pocas preguntas teóricas, las que suelen presentar ya las respuestas a elegir, se consigue ­sin lograr un real esfuerzo de capacitación­ aprobar el teórico. ­ Examen práctico. Sorprende ver, por ejemplo en Municipios del Gran Buenos Aires, cómo se habilitan lugares en la calle para tomar un examen práctico consistente en una prueba de estacionamiento entre caballetes, un recorrido en slalom de unos 50 mts entre conos, un giro en redondo para regresar al punto de partida, siendo esto todo el examen práctico. Dada la proximidad de las grandes autopistas de acceso a la ciudad de Buenos Aires, cabe pensar que en pocos días esos conductores aprobados con un infinitesimal examen práctico, estarán manejando a 100/120 km/h; ¿será esta
la explicación porqué ocurren tantos accidentes en esas autopistas? En otros Municipios se toma un examen práctico en un recorrido por calles y avenidas que no supera las 25 a 30 cuadras (aprox. 2,5 Km.) en algo de 15 minutos, seguido de un par de pruebas de estacionamiento en un espacio generoso, siendo esto suficiente para demostrar “ la destreza adquirida en la conducción” , y para aprobar el “práctico”. ­ Todo esto sin que el aspirante a chofer capte la ¡¡¡imprescindible diferencia entre “aprender a manejar” y “APRENDER A CONDUCIR”!!! También cabe destacar la extraordinaria oportunidad que se pierde de evaluar la capacidad conductiva de un chofer al renovar éste periódicamente su carné, produciendo las correcciones necesarias en su habilidad. Pero, si no logramos emitir un buen carné de conducir en la primera oportunidad, es evidente que menos se puede pretender esta acción correctiva al renovar el documento. Me resta por decir que, evidentemente, todo lo que se haga a nivel sistémico o individual, debe necesariamente llegar a la CONCIENCIA de la persona, como única forma de revertir el tan lamentable proceso en el que vivimos los argentinos, en nuestras calles y rutas. Y al respecto, fue uno de los más grandes maestros de la humanidad que dijo: “Debes ser el cambio….. que quier es ver en el mundo.” Mahatma Ghandi En efecto, si cada uno de nosotros tomamos conciencia del problema deberemos ser el ejemplo, deberemos ser el cambio que queremos ver en el mundo. Si esto no se logra, el grave problema que viviremos queda patentizado con otra imagen de la Organización Mundial de la Salud, con la que se cierra este trabajo:

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