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Plantar Árboles Por Ricardo Barbetti La mayoría de las personas está casi todo el tiempo en ciudades o poblaciones, donde lo que más ocupa su atención es otras personas y cosas hechas por gente: calles, edificios, coches y otras máquinas. Se acostumbran a todo eso, por eso les parece que es bueno y que no puede ser de otra manera –pero es sólo costumbre-, hacen sus ideas alrededor de todo eso, casi no conocen otra cosa. Por eso para muchos eso es la única realidad y ven la naturaleza sólo como “recursos naturales”, cosas para ser usadas por personas y para hacer un mundo cada vez más artificial. Sienten que en la naturaleza no hay nada. No era así la experiencia de los primeros humanos y sus antecesores. Por miles de años lo normal era estar en paisajes silvestres que eran su hogar, con millones de plantas que nadie había plantado, -habían crecido por sí mismas-, y millones de animales libres y sin “dueño”. Muchos aborígenes siguen en esa situación. Personas modernas la buscan porque da salud y alegría. Pero muchos no saben cómo buscarla ni que es lo adecuado. Muchos se llenan la boca con la palabra ”pastizal pampeano” porque está de moda, da prestigio moderno, parece juvenil, y después plantan árboles por todas partes. Es necesario que haya espacios sin árboles. Por ejemplo donde no nacen por sí mismos. Ahí pueden estar plantas y animales que necesitan aire seco, mucha luz, viento, les va muy mal en lugares arbolados, en la naturaleza están en prados (no es necesario decir pastizal), estepas, roquedales, etc. También a los humanos les hace bien tener lugares soleados con aire seco. Las áreas sin árboles deben ser de por lo menos 10 m x 20 m . Pueden ser de miles de kilómetros cuadrados, es necesario que estén, no es bueno ponerles árboles. En esos lugares hay miles de otras plantas que también son importantes, valiosas. Y las matan la sombra, las raíces de los árboles y sustancias que los árboles largan. Algunos plantan, con derroche de entusiasmo y actividad, cualquier especie, el fresno es una de las plagas peores y es ayudado a invadir por entusiastas que creen hacer un bien. Muchos creen que el capricho o antojo y el desorden de plantar cualquier árbol es la libertad. Otros todavía creen que hay “árboles argentinos”, en el vivero de Otamendi, por ejemplo, y plantan Bauhinia, Cina cina, Samohú (mal llamado ¡palo borracho! ¡No es un palo, es un árbol, y no está borracho!!!), y otras especies que, como esas, en Buenos Aires no son naturales y se hacen plagas invasoras. Las plantas y los animales están distribuidos en la naturaleza por regiones naturales, no por países, que son imaginarios, inventos de los políticos. En la región natural en que está Buenos Aires hay más de 50 especies nativas de árboles, no es bueno ni necesario traer más ni eliminar alguna, eso es contra el orden armonioso de la naturaleza, que a algunos les gusta llamar La Creación de Dios, pero parece que muchos creen que Dios se equivocó al no poner en Buenos Aires lapacho, jacarandá, tipa, aguaribay, etc… y poner tala, ceibo, etc. Ese orden hizo posible que haya humanos y todos los seres, es de la mayor importancia y urgencia ayudar a todos a conocer, entender y respetar ese orden. Puede ayudar a esto el tipo de árboles que se planten y el modo de distribuirlos en el terreno. Poner árboles donde ya hay, y donde nacen por sí mismos, eso garantiza que ahí puede crecer un árbol; reemplazar uno por uno ricinos, tipas, ligustros, palmeras Phoenix, paraísos, etc., por árboles nativos de Buenos Aires mezclados, hay mas de 50 especies, el bosque nativo es mixto, hay que plantarlos mezclados. Hacerlo en días en que no hay público, muchos no quieren entender, solo oponerse y quejarse. Nunca plantar grupos solo de ceibos, o espinillos o sen del campo, o anacahuita, etc., ¡muchos no pueden resistirse a hacerlo! hay mas de 50 especies, el bosque nativo es mixto, hay que plantarlos mezclados con otros, por muchas razones, miles de razones. Hay que controlar a los que hacen estas cosas. Ni, peor, líneas rectas o curvas de una sola especie, todos los ejemplares a la misma distancia ¡muchos no pueden dejar de hacerlo! Hay que vigilar a los que hacen estos trabajos. No es bueno fomentar la manía, capricho, antojo, del “árbol favorito”, el ser humano no debe juzgar a la naturaleza, la hicieron las mismas fuerzas que hicieron al ser humano, hay que conocer, apreciar y cuidar a todas las especies de cada región, sin favoritismos, y mantener la proporción natural entre las especies. Si algunas están en mucho peligro de desaparecer, dedicarse más a cuidar esas que a otras que están en menos peligro. Todas están en peligro, todos los días cortan árboles y ponen cemento. Nunca plantar en líneas o en hilera, ni rectas ni curvas, ni en figuras geométricas simples: - triángulos, rectángulos, cuadrados, círculos, óvalos exactos, eso en la naturaleza no existe, causa problemas y estimula la MANÍA TECNOCRÁTICA que muchas personas ya tienen por su mala comunicación con la realidad (sólo conocen tecnología, sufren de carencia de contacto con la naturaleza), esta manía puede disolverse aprendiendo a apreciar el orden curvo de lo silvestre. Plantar en grupos mixtos, anchos, de contorno curvo con partes convexas y partes cóncavas, de tamaños diferentes. Se podría decir en forma de riñón irregular, y esos riñones de tamaños diferentes, a distancias diferentes, y nunca en líneas, ni rectas ni curvas. En bordes de caminos plantar estos grupos a distancias variadas entre ellos y hasta el camino. Y adentro del grupo distancias diferentes entre los árboles, no en líneas ni en figuras geométricas simples, y no poner juntos de la misma especie. Y poner siempre también trepadoras herbáceas y trepadoras perennes leñosas (lianas), y plantas del aire, y arbustos y cubresuelos y rastreras, las tres de bosques. Para plantar un árbol primero hacer un agujero en la tierra, después LLENARLO DE AGUA DE CANILLA O DE RÍO O LAGUNA, NO DE PILETA DE NATACIÓN, PUEDE TENER SODIO (del “cloro” en realidad hipoclorito de SODIO) QUE MATA A MUCHOS ÁRBOLES. Recién entonces sacar el árbol del recipiente y ponerlo en el agujero con agua y echar tierra. La raíz no debe estar al aire. Por dos o tres semanas vigilar al árbol, si se marchita ponerle mas agua. Y es más importante mantener los árboles que nacieron por sí mismos en la naturaleza hace muchos años o siglos, que todos los que se puedan plantar. Esto también por motivos muy profundos. En Buenos Aires son nativos dos clases principales de bosques naturales, silvestres: los más húmedos y los más secos. En los bosques húmedos están los árboles y otras plantas y los animales que necesitan todo el tiempo bastante agua en la tierra y humedad en el aire, y no resisten bien la sequía, pero pueden tolerar la inundación. Están en lugares bajos o cerca de ríos arroyos, lagunas, manantiales, o donde llueve mucho. No es obligatorio ni necesario decir a cada instante “humedales” ni “selva marginal” ni “espejo de agua”, y es irritante. A algunos de estos bosques les corresponde el nombre “selva”. Seibo, curupí, pindó, timbó, anacahuita, tarumá, ayuý, sauce criollo, etc. En los bosques secos están los árboles y otras plantas y los animales que necesitan tener bastante aire en la tierra y poca humedad en el aire todo el tiempo, y no resisten bien la inundación, pero pueden tolerar la sequía. Están en lugares altos, barrancas, lomas, lugares con arena o roca, a veces sobre dunas fijas, y donde llueve poco. No es necesario decir a cada momento “espinal”, y confunde porque no son sólo espinas, muchas plantas no las tienen. Tala, molle, sombra de toro, espinillo, algarrobo, tembetarí, ombú, coronillo, etc. Hay lugares de humedad intermedia, que no pasan por sequías ni inundaciones, donde pueden crecer bien todas las mas de 50 especies. Casi todos pueden crecer bien en parques o jardines corrientes o normales, algunos se hacen demasiado grandes para jardines chicos. La naturaleza tiene un orden que hace posible que haya humanos y todos los seres. Pero ahora muchos no perciben ese orden y por eso lo destruyen de muchas maneras. Una de estas acciones destructivas es eliminar el paisaje silvestre para edificar o para poner plantas de otras regiones; es necesario por razones económicas, estéticas, y otras, pero se hace más de lo necesario y conveniente, y por eso daña a todos los seres, incluyendo los humanos. Las razones para escribir esta nota y para hacer reservas naturales son para conseguir algo necesario y urgente: ayudar a que se conozcan los valores de los paisajes naturales, bosques y selvas naturales con miles de árboles crecidos de siglos de edad, de mas de 30 m de alto y troncos de mas de 1 m de ancho, entrelazados por lianas fabulosas, sosteniendo plantas del aire, habitados por aves, mariposas y otros insectos, y que con su sombra hacen posible que haya helechos, begonias, orquídeas, musgos, ranas trepadoras, y otros seres que no pueden estar al sol. Para apreciar esto eso hay que conocerlo y despertar el entendimiento y la sensibilidad. La mayoría siente que es más valioso la humanidad y lo que hacen los humanos que la naturaleza y lo hecho por la naturaleza, por eso les parece más importante lo que plantaron que lo que nació por sí mismo. Pero la naturaleza es anterior al ser humano, la hizo el mismo poder que hizo al ser humano, hizo que el humano sea como es. Espacios verdes, jardines, parques, pueden hacerse conservando el paisaje natural, o plantando las especies nativas de la región en que están, y de las maneras que estén en el orden natural de cada región, y entonces ayudan al bienestar y el progreso verdaderos. Para eso se necesitan espacios verdes mayores que lo que se hace generalmente. Y para todo esto es necesario saber y entender por qué conviene. Espero su respuesta Ricardo Barbetti [email protected]