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RIÑAS DE GALLOS
a gallera se halla de bote en bote. Una algazara desacostumbrada se sale por entre las puertas y se echa a volar por
las calles como para picar al curioso y hacerla entrar al esta-:
blecimiento a participar de las riñas que están ocurriendo.
y adentro nos hallamos ya. Están casando una pelea los
dueños de dos pollos que por primera vez aparecen en el redondel.
.
El sitio en donde acontecerá el encuentro es un ruedo de
unos dos o tres metros de radio limitado por una delgada
pared hecha de caña pañetada o de adobe. El piso está bien
arreglado en forma que no presenta ninguna aspereza. En el
centro hay un cuadro pintado en el suelo, o formado de listones de madera embutidos en el piso. Allí se colocarán los
gallos en ciertas circunstancias, los que deben pisar los lados
opuestos del cuadrilátero.
Los careadores ya tienen sus gallos listos y los sueltan: izas!
que se encontraron las fieras y suenan aletazos, espolazos y
picotazos terribles. La sangre chorrea, los animales se sienten
poseídos de rabia y los espectadores, de entusiasmo: aquel
señor da saltos en su puesto y no se percata de que en cada
zapateta destripa los callos de sus vecinos; ese otro agarra
cuanto se le ponga por delante, así sea el vestido o las narices
de un gallera; el de más allá va siguiendo con la cabeza, la
boca, los ojos y el cuerpo entero, todos los movimientos, embestidas y gambetas de su gallo, pues ora estira el pescuezo
para evitar un espolazo, ora abre la boca para morder, ya se
agacha levantando un brazo, ya tuerce desaforadamente la
nariz por la acción de un mordisco o crispa los' dedos y hace
mil piruetas precipitadas.
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y ese otro señorón que aparece impasible, no tiene otra manifestación de su nervíosídad que el tirarse y el arrancarse de
raíz los pelos de ya ralo bigote, mientras que su vecino aúlla
a pleno pulmón cada vez que hay un nuevo lance, pero con
tal fuerza, que parece como si los ojos se le brotaran o que las
venas del pescuezo quisieran estallar de puro pletóricas: ¡Doy
dos a uno! Ciento a cincuenta! Eso Eso! Ahí Déle!
Los pobres animales están que se matan y que se asfixian
en su mortal duelo concertado a pícotazos y patadas. Con las
alas semicaídas y el cuello estirado se paran un momento frente a frente como hipnotizándose o escogiendo cada uno el lugar de su enemigo en donde aferrará su pico para así buscar
un punto de apoyo y clavar las espuelas afiladas y mortíferas.
y se precipitan el uno contra el otro en choque seco y trágico,
porque un ojo del giro queda ensartado en la espolaza del
pinto.
-¡Cien a quinientos! dice un barrigón congestionado, a lo
cual responde el de los bigotes ralos: Pago! A la arena! y caen
billetes en el ruedo y las apuestas con gabelas se prodigan.
El pobre tuerto ni se queja, ni trata de huír porque tiene el
orgullo de sus espuelas y se halla empeñado en un duelo gallesco que no admite ni pólvora mojada ni padrinos. Tampoco
se escapa porque eso sería algo más que una cobardía, una
afrenta para el buen nombre de todos los de su raza.
Por eso espera el momento propicio para el desquite. Y que
se cuide el pinto, porque el refrán popular anda por ahí diciendo que "ningún tuerto la hace buena". Si bien es cierto
que su contrincante trata de atacarlo por el flanco baldado,
el tuerto, ya muy sabedor de su flaqueza y previamente amaestrado para esos lances cuando infinidad de veces su amo lo
aporreó tapándole un ojo, anda muy listo y no le brinda a su
adversario sino el lado bueno.
-Se corre el tuerto!, grita un energúmeno, porque el desdichado animal va de carrera y como tratando de encontrar
una puerta de salida. Pero no hay tal, que como lo declara el
otro refrán popular, "gallo que revueltea gana la pelea". Pues
el tuerto de un momento para otro, y cuando su enemigo iba
más desprevenido en su persecución, se le devuelve y como un
relámpago en lo ligero afirma su pico en las espaldas del pinto, revuela en el acto y le parte el cerebro con sus espuelas
vengadoras.
El vencido queda de cabeza en el suelo chorreando sangre y
con una pata estirada y convulsa cual si buscara en el piso
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un punto de apoyo, y con la otra hacia el cielo moviéndose en
temblores de agonía ...
El tuerto, en extremo cruel como todos los de su raza, todavía pica a su moribundo adversario hasta cuando al notar que
no se mueve, pone una pata sobre el vencido y, golpeándole
el maltrecho cuerpo, con las alas lanza un canto de triunfo.
En medio de un vocerío ensordecedor resuena la voz del juez
de riñas que, muy pagado de su oficio, dicta su sentencia tremenda: -Ganó gallo!
Los careadores van por sus animales, el uno por el tuerto y
el otro, por el fallecido en la lid.
y como ésta era la última del día, unos salen de la gallera
un tanto mohinos porque han perdido, aunque para su consuelo tienen a la mano el refrán que enseña que "en gallos
de espuela no hay nada seguro". otros van muy ufanos, los
que se atuvieron al tuerto, cuyo dueño muy jacarandoso lo
lleva en paseo triunfal hasta su casa para hacerle remedios
y para sacarle unas pollas pues ya tiene varios encargos de la
primera culecada. Por lo pronto pide en una venta un trago
de aguardiente, lo calienta un poco en su boca y en seguida
lo deja caer hecho lluvia sobre la cabeza del victorioso jefe
del corral.
Algunos espectadores se quedan haciendo comentarios y discutiendo lindamente sobre por qué perdió el uno y por qué
ganó el contendor, sobre las apuestas y sobre todos los lances
que a su entender fueron de relieve. Nada más natural que
luégo discurra la conversación haciendo memoria de otras riñas ocurridas y de otros gallos famosos en los fastos de la gallística.
Este tuerto es una fiera,dice un aficionado a la diversión;
pero yo conocí un gallo negro del doctor Benjamín Otálora que
se bebía la sangre de sus víctimas. En la primera riña mató
del primer revuelo. Hizo como quince peleas y en todas ganó,
menos en la última en que perdió corrido.
-¿Pero ustedes no conocieron un mamey de Pacho Vadillo?, dice un aldeano que se sonríe ante el recuerdo que hace,
¡Qué espuelas descomunales las que tenía! De noche se quedaban sobre las espuelas dos gallos volantones Así serían ellas!
-y el tuerto de hoyes un gran jugador y por eso ganó. Yo
conocí un gallo de Pacho Rojas, que por más señas era pinto,
y que en una pelea en la plaza de Fómeque le dio siete vueltas
y media a una manzana y otra vez duró jugando durante dos
horas y cuarto.
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Pero ningún gallo de tanta fuerza, interrumpió un señor gordo, de voz grave y reposada, como un pollo pinto de Juan de
Dios Acuña, de Ubaque, que peleó contra otro pollo de La
Unión. Las paredes del circo eran de caña bien amarrada. Le
dio el pinto al otro una patada tan fuerte que fue capaz de encajarlo entre las cañas.
y se metieron de ahí para allá en más cuentos de gallos y
galleras, que bien duraran una noche entera con la palabra
si nos pusiéramos a escucharlos y a alborotar les la vena pollesca.
Pero no estaría bien que pasáramos a otros pormenores sin
que dejásemos consignada una tradición que data de unos
cincuenta años y que todo el mundo recuerda allá en la tíerruca y vamos a ella.
Pues en La Unión, en casa que entonces pertenecía a Juan
María García y después de Cesáreo Pardo, existía en ese tiempo una gallera muy concurrida por los añcionados de los tres
pueblos vecinos.
Una tarde casaron una riña entre un gallo pinto del señor
Rafael Puyo de Cáqueza y uno jabado de Wenceslao Rico de
Fómeque.
Wenceslao era un hombre un tanto despreocupado en asuntos religiosos y es fama que por costumbre se 'expresaba con
poco respeto por las cosas santas.
La pelea andaba tan favorable al jabado que todo el mundo
daba cincuenta a uno.
El gallo pinto yacía en el suelo en los estertores de la muerte
y el rival, como siempre entre gallos y entre malas gentes,
martirizándolo a picotazos.
La ganancia que Wenceslao contaba ya por metida entre
su bolsillo sería tan gorda que en un momento de entusiasmo
exclamó: ¡NiJesucristo con todo su poder me quita esta pelea!
En el mismo momento en que acabó su desgraciada frase
levantóse el, gallo agonizante y le clavó al ganancioso ambas
espuelas en 'la cabeza; lo hizo dar dos saltitos, estirar la cola
para quedar muerto ahí ante los ojos atónitos de los espectadores. .. Hubo un silencio angustioso y se acabaron en ese
día los desafíos de gallos y el blasfemo, todo confuso y avergonzado, regresó a su casa, y es fama que jamás volvió a pisar
una gallera.
¿Y todos los pueblos de Oriente son aficionados a los gallos?,
podría preguntar el curioso lector. Y vamos por partes. Antiguamente dizque sobresalían por amantes de esta diversión
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Cáqueza, Ubaque, Fosca y Fómeque. Hoy ha disminuí do mucho la afición, acaso por obra y gracia de las esposas que abominan de los benditos animales porque éstos según ellas lo
afirman, hacen invivible la casa, pues de todos es sabido que
Una hora duerme el gallo,
Dos el caballo,
Tres el que es santo,
Cuatro el que no es tanto,
Cinco el padre teatino,
Seis el peregrino,
Siete el caminante,
Ocho el estudiante,
Nueve el escudero,
Diez el caballero,
Once horas duerme el muchacho
y once
más el borracho.
°
Lo que quiere decir que durmiendo el gallo tan poco, el
resto se la pasa en vigilia y cantando. Y cuando alguien tiene
lo que se llama una cuerda, es decir, una hilera de gallos, aquello ya parece como el tormento preciso para no tener que
acudir a un juicio de desahucio. Y con la maldita costumbre
de todos los gallos del mundo, que ya podemos juzgar incorregible, se agrava, el problema porque todo es que uno de
ellos cante en el silencio de la noche para que otro le conteste
como diciendo ¡aquí estoy yo!, y en seguida se riegue el canto
por todos los contornos hasta volver al primitivo autor de la
gracia, formándose un verdadero círculo de cantores empalagasas e insufribles.
En segundo lugar, porque los gallos requieren cuidados especiales que tantos granos de maíz arroz claro y tantos sorbos
de agua; que deben atarse en tal forma, porque si se sueltan
aquello es el juicio final; que si les da churra amarilla hay
que cuidar de ellos mejor que si fueran de la familia, y toda
una letanía más de prescripciones y costumbres de rancia
tradición.
En tercer lugar, porque marido gallera es marido jugador,
marido bebedor y hasta, si bien se mira, marido pendenciero,
y las mujeres detestan de semejantes vicios y cuando no valen las reconvenciones amorosas entonces llegan las rencillas
y si nada de esto consigue la enmienda, entonces todo se deja
al poder de una novena que en muchas circunstancias obra
el milagro de la conversión anhelada.
Por estos motivos y por otros más menudos que no hay
para qué declarar, los gallos han venido a menos, en lo que
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acaso lleven buena parte de los concejos municipales, que
suelen gravar con impuestos las galleras y aun llegan hasta
prohibir el espectáculo en las calles o a colocarle encima tan
grande contribución para el erario municipal que prácticamente las riñas nacen muertas.
Naturalmente que el acuerdo que dicte el concejo da margen para chapucear unos cuantos discursillos en la sesión,
sobre todo sí ocupa sillón algún gallera.
No quiere esto decir que ya nadie se acuerde de las riñas
de gallos, pues en cada pueblo quedan algunos ciudadanos
que se desviven por la entretención heredada de España.
y para terminar este cuadro sobre la gallística no estará
de más en rendir alguna suerte de tributo aun cantor rústico
-r-r-
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de los pueblos de Oriente, a Manuel Baquero, quien tuvo el
buen tino de dedicar a sus paisanos de Fosca dos coplas de
un sorprendente realismo:
Los foscanos se conocen,
Sia a la carrera o al paso,
Porque llevan su guambía
Terciada debajo el brazo.
y en ella dos zarabandas,
Panela y media y un queso
y el maíz para el gallo fino
Que cansado alza el pescuezo.
II
VOCABULARIO DE GALLISTICA
Quien haya teñido la paciencia de leer el anterior cuadro
sobre los desafíos de gallos puede que haya quedado con la
curiosidad. de conocer algo más de los usos, mañas y reglamentos de los galleras.
Pues para él va un vocabulario de mucho interés lingüístico, en cuya recolección me prestó su ayuda el benemérito
institutor don Luis Francisco Munévar R., oriundo de Fómeque y persona de letras.
De su lectura podrá concluírse la grande influencia que la
gallística ha ejercido en el lenguaje popular. Los estudiosos
tendrán ocasión de comprobar las variaciones semánticas que
van sufriendo los vocablos en esta diversión practicada desde
antaño en España y regada por estos pueblos hispanoamericanos.
Faltarán acaso términos y modismos, todo lo cual se irá
completando con la ayuda de los aficionados a estos estudios.
y no entremos en materia sin advertir que las significaciones
se han tomado tal cual corren en la provincia del Oriente
cundinamarqués.
Abierto.-Es el gallo que tiene o muestra ánimo dispuesto para la
pelea.
Abrirse.-Cuando
des jugadores han concertado una apuesta, puede
llegar un momento en que convenga en dar por no hecha la apuesta y entonces "se abren", expresión también usada en los negocios y en muchas otras círcunstancías.
Afilar .-Aguzar la espuela.
A las tablas.-Ya
quedó explicado que los galleros tienen en el centro un cuadro formado de listones incrustados en el suelo, pero de
manera que no sobresalgan. Los lados del cuadro miden unos cuarenta centímetros de longitud. En este sitio se colocan los gallos
en los careos. Cada gallo debe pararse sobre un listón en forma
que quede dando el frente a su adversario. Casi nunca se cambia
de listón, una vez elegido uno. Sobre el cuadrilátero deben pararse
los gallos cuando el juez manda ¡A las tablas! sin duda para evitar
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trampas, pues hay galleras que tratan de colocar a su gallo en un
lugar ventajoso, como sería al pie de la pared del circo, o donde
haya sombra para su gallo, asfixiado por la brega mortal de la
pelea.
Si .el gallo está muy herido puede suceder que el careador trate
de demorar el lance o de apresurarlo, si lo juzga más conveniente.
En los careos debe mostrarse muy diestro el careador. Así, por
ejemplo, si el gallo está tuerto debe colocarlo de manera que vea
con el ojo bueno a su contendor, y si el contrario es tuerto entonces
trata de colocar el suyo de manera que ataque por el lado rlaco
al rival.
Alzar el gallo.-Levantarlo
de la arena. El que levanta el gallo sin
orden del juez, por ese solo hecho lo saca de la riña y pierde.
¡A la arenal-Con
esto se da a entender que la propuesta debe respaldarse botando el valor de 10 ofrecido en apuesta al ruedo. De
esta manera se acalla a quienes tienen por costumbre apostar sin
dinero o sin intenciones de llevar a efecto ninguna oferta. La expresión se aplica por extensión a muchas circunstancias de la vida ,_
campesina y aun en los negocios.
¡Alce!-Interjección empleada por los partidarios de un gallo en una
pelea cuando éste no levanta bien las patas para herir a su con;trario.
Alzó moño.-Se corrió. Al correrse un gallo se le levantan las plumas
que tiene junto a la cresta, las cuales quedan formando como .un
capote. Cuando un gallo se quiere correr anda dando brincos, 10
que se llama en el lenguaje de los galleras "Hacer chulitos". Esta
última expresión se aplica por extensión en el lenguaje corriente
en casos de disputas entre compadres o no compadres.
Aporreo.-Es la riña fingida que sirve para adiestrar al pollo. En los
aporreos los gallos pelean con botainas. A veces se le suelta al gallo
fino uno basto embotainado para ver en dónde clava el fino Iás
espuelas.
Ayudas.-Maniobras de los careadores encaminadas a mejorar durante la riña la situación de sus gallos. Las ayudas son trampas y
si se comprueba una ayuda grave "se puede cobrar la pelea". Véase
careo.
Bajar la romana .....,...Baj
ar la cabeza.
Bambucos.-Cuando por efecto de alguna canillera tiembla el animal, se dice entonces que está en bambucos.
Barbón.-Con muchas barbas.
Basto.-Gallo que no- pertenece a la clase de los de la pelea, o finos.
Basturrias.- Tiene el signi~ica,do anterior.
Baboso.-El que no tiene fuerza en el pico, o que agarra y suelta
sin revolar.
Batir.-Acción de morder.
Blanco.-Son muy escasos los gallos de pelea de este color. Hay blancos de pluma larga y blancos gallinos, o sea, de pluma corta. Hay
que anotar que siempre qu see aplica el calificativo gallina se hace
para denotar que tiene la pluma corta como la de una gallina.
Botaina.-Vaina
de cuero, acolchonado con lana o algodón, que se
pone sobre los espolones para que no se hiera el adversa-rio. La
botaina queda atada a la pata del animal con tiras de cuero.
Botón.-Tumores blandos que les salen a las gallinas o a los gallos.
Produce esta enfermedad la ceguera si no se aplican oportunos remedios.
Boquera.-Escoriación de las comísuras del pico.
Bravo.-Que ataca a la persona que lo maneja.
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Canaguay.-Equivale a blanco rosado.
Canillera.-Hemorragia
que sobreviene por una herida en las canillas. A veces el mismo gallo se causa la herida. Una canillera muy
larga produce ceguera, calambres o temblores; los dedos se encogen
y entonces los técnicos, que entre galleros también los hay para lo
que se ofrezca, dicen que el gallo está cogiendo piedras. Los galleros mañosos, que los son todos a cual más y mejor, cuando hay
careos aplican disimuladamente polvo para tapar la herida. Canillera ha pasado al lenguaje corriente para significar susto o terror:
"le dio canillera".
Canillazo.-Golpe dado en la canilla. Si el gallo da buenos golpes
con la canilla, se dice que tiene buena pata. Un buen canillazo suele
producir locura momentánea. El gallo loco da brincos y queda como
sin gobierno de sus actos.
Calentar la pata.-Operación
que consiste en tomar el gallo adiestrador de las patas para con él hacerle varios paseos al luchador, al
que se hace morder por aquél para así enfurecerlo. Es un menester
muy rápido. La expresión ha-pasado también al lenguaje popular.
Calzar.-Es la operación de poner piojas. La pioja se introduce en el
espolón natural y se asegura a la pata con hiladillos untados de
cera negra que sirve de materia adhesiva. Si durante la pelea se
cae la pioja no se puede calzar nuevamente el gallo.
Careador.~Cada uno de los individuos que ejecutan los careos durante la riña. En el lenguaje corriente significa la persona que
trata de explotar el horror, el amor propio, la dignidad, etc., de
otra persona para que obre según los fines que el atizador lleva
en su mente. Si obra de acuerdo con esos fines entonces "se dejó
carear".
Careador.-Gallo que sirve para adiestrar a otro.
¡Careo!-Es la voz que da el juez cuando los gallos dejan de pelear.
El careo consiste en poner los gallos frente a frente, ordinariamente
en las tablas o cuadrado del centro.
En los careos solamente el careador (el pueblo dice cariador)
puede tocar su gallo respectivo. Entonces es cuando el buen careador suele prestar una ayuda disimulada a su gallo, como sería el
limpiarle la sangre de la cabeza, quitarle las plumas que tenga en
el pico, hacerle masajes en las piernas, untarle saliva o polvos en
caso de canillera, sacudirlo si tiene tiro de viento para que arroje
la sangre de la garganta, moverle las alas para refrescarlo, rascarle los tinos, palabra ésta cuya sígnírícacíon
puede verse adelante. Ya se ha dicho que las ayudas son prohibidas.
Careos seguidos.-Cuando los gallos están muy heridos 'y casi no pelean, el juez da esta orden a los careadores para que ellos, cuando
vean que se suspende la pelea traten de reanudarla por medio del
cargo y sin que medie nueva orden.
Careo.-Adiestramiento.
Casar la pelea.-Convenirla, puntualizando todas las condiciones.
Casarla al peso..,...-Aveces los jugadores de gallos conciertan la riña
ateniéndose al peso de los gallos. Estos van encerrados en unas
fundas de tela de forma cónica y así se pesan los dos animales.
Si el peso resulta igual o apenas con una pequeña diferencia de
onzas, se casa la pelea.
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Así puede resultar que a un gallo muy grande le salga otro pequeño pero más grueso. Por lo general, se conoce la longitud de la espuela, pues los galleros llevan la medida de la de sus gallos en palitos delgados o pajas que sujetan con la cinta de su sombrero.
La pesada de los gallos se hace ante el juez.
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CasarIa a la vista.-Convenir la pelea mirando los gallos pero sin
cuidarse del peso, el que apenas puede calcularse a ojo.
Cenizo.-Gallo de color gris o ceniciento.
CoclÍ.-Cuando un gallo se está ahogando y trata de chillar, se dice
entonces que tiene coclí, expresión que se aplica traslatícíamente
a la persona que se halla en angustias o afanes.
Cogerle la vega.-Cuando un gallo está tuerto y el contrario lo ataca
siempre por ese lado, entonces se dice que "le cogió la vega", modismo que también ha entrado al lenguaje popular para significar
el dominio que una persona ejerce sobre otra explotando su debilidad.
Colorado.-Gallo entre carmelita y rojo brillante.
Condores.-Moneda imaginaria cuyo valor es de diez centavos.
Con plumas en las patas.-Con esta expresión se quiere indicar que
el gallo no sirve para la pelea. La frase tiene también un sentido
traslaticio para indicar que una persona es inconstante y de escaso
coraje.
Corrido.-Que huye por miedo o cobardía.
Corrido.-Término que a veces se usa en el sentido de gallo de muchas
peleas o recorrido.
Corbatear.-Un gallo corbatea cuando se agarra con el pico de la
garganta de su adversario y allí también le clava las espuelas.
Crestón.-Se dice del gallo que tiene mucha cresta.
Cuerda.-Conjunto de los gallos de un mismo dueño. Son corrientes
expresiones como estas: Fulano tiene buena cuerda, o tiene quince
gallos en cuerda.
Chúcharo.-Gallo sin ningún adiestramiento.
jChúpen!-Orden del juez a los careadores para que chupen las espuelas de sus gallos a fin de que se compruebe que no están envenenadas, lo cual podría ocurrir con curare o con otra substancia
venenosa.
Churra amarilla.-Es el cólera de las aves, que se caracteriza por una
deposición amarilla acompañada de fiebre intensa e inapetencia.
La enfermedad termina ordinariamente con la muerte del animal.
De atrás para adelante.-Tiro de un gallo que está colocado hacia
la cola de su contendor pero en dirección a la cabeza.
De frente.-Tiro en el que los gallos se hallan en esa posición.
De primera pluma.-Que ha cambiado una vez de pluma.
Desafíós.-Riñas o peleas de gallos.
De segunda pluma, etc.-Que ha cambiado dos veces de pluma. De
aquí viene la expresión de que alguien es de segunda pluma, con
la cual se indica que la persona tiene más experiencia que la que
declara.
Descrestar.-Operación
que consiste en quitarle la cresta al gallo y
también las barbas, lo cual se hace ordinariamente con una navaja
bien afilada. Se emplea el término en el sentido de engañar a alguien, abusando de su buena fe o de su credulidad.
Despicado.-Sin pico.
Despicarse.-Perder el gallo la parte más aguda del pico. Se emplea
el término aplicándolo a la persona que pierde el entusiasmo o la
acometividad en un negocio o empresa.
Doy 10 a 6.-Expresión con la cual se ofrece esa ventaja al que quiera apostar. Naturalmente el que da la ventaja escoge su gallo.
Doy 50 a l.-Cuando un gallo está mal herido y no pelea el careador
del contrario u otro particular se deja venir con semejante oferta.
El juez al oírla pregunta: Quién paga 50 al? Esto lo dice por tres
veces y si nadie contesta o ninguno quiere aceptar, se declara ven-
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cedor al gallo del careador oferente, usando siempre de la ritual
exclamación del juez: ¡ganó gallo!
Pero si alguien acepta, o como es expresión muy corriente, "topa",
entonces la pelea continúa. Puede repetirse el caso de la oferta, la
que siempre es muy arriesgada, ya que el mismo refrán lo dice:
en gallos de espuela no hay nada seguro. Por este motivo tan poderoso nadie hace tal propuesta sino cuando ve la pelea muy pilada
o cuando el presunto ganador tiene heridas que puedan desmejorar
notablemente la situación, y si el tiempo apremia, ya que según
usanza de algunos lugares, si una pelea no se termina antes de las
seis de la tarde, queda abierta.
Ejecutivo.-Que carga sin interrupción sobre el adversario.
En gallos de espuela, no hay nada seguro.-Refrán que denota cómo
en materia de gallos no puede hacerse una predicción segura. Por
extensión se aplica el refrán a las inquinas ocurridas entre gentes
de valimiento o de posibles.
jEncuéntrase un ojo!-Esto equivale a decir: haga tuerto al contrario.
Entrar en pelea.-Morder. Si un gallo no ha entrado en pelea y se
corre no hay apuesta, condición que por lo general, se estipula
expresame;nte en las riñas.
Emparejadas.-Es lo mismo que revuelos.
Espuela muerta, herida abierta.-Refrán
con que se ponderan los
estragos que causa una espuela muerta o pioja. En sentido traslaticio se encarecen los inconvenientes de lo postizo, de la hipocresía.
Estar en cuerda.-Expresión que denota que el gallo se halla en estado de adiestramiento.
Extrañador.-Que
tiene la costumbre de despreciar la pelea.
Extraño.-Que no se abre a la pelea, que no está pronto a ella.
Fino.-Gallo de clase, de sangre, de los de pelea.
Florearse la espuela.-Rajarse,
caerse, dañarse. Hay que tener en
cuenta que en el lenguaje común Florearse se emplea para dar la
idea de ruptura ocasionada por un choque o explosión: "con un
cohete se floreó una mano".
Gabela.-Ventaja que suele darse en dinero o en la forma de pelear,
como tapar una espuela, poner pioj as, etc.
Gallera.-Edif\cio en donde ocurren las riñas de gallos.
Gallino.-De plumas cortas, carmelitas y con pintas de varios colores. Por eso hay gallinas colorados, rosados, zarazas y verdes o guacharacos.
Gallo de afuera.-Con esta expresión pide un careador al juez que
ordene traer un tercer gallo al ruedo. Esto tiene lugar cuando el
careador nota que el gallo contrario está corrido o no puede picar.
Pero entonces el gallo del careador que pidió el de fuera debe picar
primero. En seguida, el careador contra cuyo gallo se pidió el de
afuera toma a éste con la mano izquierda, y con la derecha, al
suyo y hace esfuerzos para que su gallo pique al forastero. Entre
tanto, el juez cuenta de 1 a 12 con intervalos de un segundo. Si al
llegar a 12 el gallo no pica, se hace lo mismo con el otro. De esto
puede resultar lo siguiente: que ambos gallos piquen, caso en el cual
continúa la riña; que ninguno pique, por lo cual la pelea se declara
abierta; o que uno solo pique, ganando así éste la pelea.
Si el gallo pica, el juez anuncia en alta voz: picó, o picó gallo. Lo
mismo hará en el caso contrario. Tanto la expresión "gallo de fuera" como la otra "picó gallo" se han trasladado al habla común,
muy en particular en menesteres políticos, que en buena parte limitan los usos de la gallística.
En esta maniobra es en' la que muestra su ingenio un buen galle90
ro pues usa de mil maniobras para obtener que su moribundo gallo
pique, como pasarle al otro por las barbas, no sin que de refilón le
dé un picotazo para provocarle la rabia.
No es permitido coger el gallo del pescuezo y menos del pico
para que muerda.
Gallo de prueba.-Es equivalente esta expresión a la otra "gallo de
afuera".
Gallo en puesto.-Un gallo está en puesto cuando se encuentra en el
campo plumada y entre gallinas. El dueño del gallo suministra el
maíz o su precio y el hospedador le da en préstamo el patio y el
gallinero.
Gallo fino.-Para que un gallo merezca tal calificativo necesita, entre
muchas cualidades que sería prolijo enumerar, pues cada gallera
tiene sus reglas especiales que en veces reputa como secretos profesionales, las siguientes: buena raza; robusto cuerpo; poderosas
espuelas; no tener cañones, es decir, plumas que empiecen a nacer, pues la pluma debe estar madura; poseer buen peso, lo cual no
equivale a estar gordo, inconveniente que le acarrearía la asfixia
en medio de la riña; estar muy bien musculado y mostrar la piel
de color rojizo, lo que denota carencia de grasa; llevar las alas en
perfecto estado, pues son armas poderosas de combate; ser dueño
de un pico intacto y fuerte; no dejar ver ni pizca de cresta ni de
barbas; hallarse bien cuidado y ifigúrense ustedes hasta donde
hilan los gallerosl , estercolar de un color verde esperanza y por
demás duro, aunque no demasiado duro; y estar convenientemente
adiestrado.
Las plumas de la cola y las cercanas al pico se le peluquean para
darle más agilidad y acaso principalmente para que el adversario
no tenga de donde agarrarse. Las plumas de la cola también se
despuntan.
El adiestramiento del gallo, que antaño se llamaba aporreo y hogaño apellídase entrenamiento, es una de las preocupaciones que más
embargan la atención del gallera y de la cual depende en parte
principal la victoria fácil del luchador, por lo cual aquél diariamente debe destinar buenos ratos para cumplir con este menester
tan importante.
Con el gallo careador en la mano el adiestrador hace correr tras
él a su gallo por bastanet tiempo como para formarle unos pulmones robustos y avezarlo a la carrera. Así lo prevendrá contra el peligro del coclí si le toca habérselas con gallo jugador; ora le acerca
el gallo y lo levanta en el mismo instante para que así aprenda a
re volar alto; ora se lo pone atrás, tan pronto a la izquierda como
a la derecha para que adquiera agilidad en todas direcciones.
Otro día se embotainarán los gallos y se dejarán sueltos para
que se den unas patadas y en esa forma "críen fuerza en la canilla".
y no estará de sobra el amarrarle el pico para que aprenda a revolar si llega a despicarse, o el taparle un ojo o ambos para que
así no le caiga de nuevo el suceso el día en que en la rífia quede
tuerto o ciego.
y para formarle al luchador unos poderosos músculos en las
piernas suben al animal sobre un trapecio gimnástico, pues allí,
para no caerse y conservar el equilibrio tendrá que hacer fuerza
y el ejercicio fortalece los órganos, principio básico en todos los
menesteres de la gallística.
Estos ejercicios y quién sabe cuántos más que no se nos alcanzan
deben practicarse diariamente, a veces al rayo del sol, pues el animal tiene que acostumbrarse a soportar las inclemencias del tiempo.
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y la alimentación de los animales ... Aquí sí que es dificilillo el
entrar a hacer exposiciones, porque, por lo pronto, hay dos grandes
escuelas que se disputan el cetro del saber y del éxito. Porque, al
paso que unos dicen que al gallo debe dársele una alimentación de
maíz arroz claro, o maíz de gallo, de carne cruda yagua con taL
cual legumbre, y todo esto contado, pesado y medido a semejanza
de lo que hiciera el doctor de Tirteafuera con el buenazo de Sancho,' hay otros que aconsejan que deben proscribirse en absoluto
el número, la balanza y la capacidad y dejar al gallo a sus anchas
para que embuta cuanto quiera y de lo que quiera, pues la naturaleza es más sabia que la industria humana. Que así se engorda el
animal' y queda más listo para la olla que para el ruedo? Pues no
señor, de ninguna manera, porque para que son los aporreos, las
carreras, los trapecios y todos los ejercicios prescritos y aceptados?
Así el animal se desarrolla con una fortaleza sin igual y el ejercicio
queda lo que habría de convertirse en gordana, y, en definitiva,
no queda sino el músculo desafiante y poderoso.
y vayan unos últimos perfiles en tan importante asunto de alimentación: cuando se descresta al gallo, si se le da en pedacitos
a comer su propia cresta, así adquiere el, animal una bravura poco
común.
Los galleras son gente que no se queda por ahí a la vera de la
ciencia, sino' que de ella echan mano en menos de lo que uno se lo
sueñe. Díganlo si no la práctica de algunos del oficio, que se han
convencido del tan importante papel que para el desarrollo del ser
vivo desempeñan las vitaminas. Pues se las suministran a los gallos
de pelea en forma de vigantol, de legumbres, de aceite de bacalao
y qué sé yo de otros preparados farmacéuticos. Y allí de los resultados de semejante tratamiento, pues en el circo resulta la fierecita
así preparada matando a su contendor al primer revuelo.
El gallo de riñas no debe tener contacto con gallinas porque eso
"lo aflojada". La noche anterior al encuentro, o aun varias noches
antes debe permanecer el gallo en cuarto oscuro a fin de que
duerma todo lo que más pueda; y el día de la riña no debe tener
el animal nada en el buche, ni siquiera agua, aunque algunos se
pronuncian por la tesis por ellos defendida acaloradamente, según
la cual tres picotadas de agua no hacen daño y sí mucho beneficio.
Después de la pelea ha ocurrido, si es que el animal queda con
vida, se le deja desacalorar, se le baña con agua tibia, orines, limón
y permanganato u otro desinfectante, a fin de que no sobrevengan
las bubas; se cosen las heridas y luégo se le suministra una pequeña dosis ~e alimento aunque después de bastante tiempo, porque
antes podría alterarse la salud del peleador con la panzada a raíz de
tanta rabia.
¡Ganó gallo!-Frase
ritual con la que el juez declara vencedor a
un gallo.
Gíro=-De plumas blancas con las venas oscuras, especialmente en
las plumas de la gola o cuello y en los llorones o plumas caídas.
Giro espumo.-Blanco y negro.
Giro verde.-Blanco y verde azuloso.
Gola.!-Garganta.
GuerrilIas.-Son riñas un tanto raras en las que pelean a un mismo
.ttempo más de dos gallos.
J abado.-Sara viado.
Jabado.-De mala clase.
Jabado claro.-Saraviado, en que predominan las plumas blancas.
Jabado gallino.-Saraviado de pluma corta.
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Jabado colorado.-Saraviado con muchas plumas rojas.
Jugador.-Gallo
que tiene la costumbre de correr por el circo para
cansar al adversario y luégo acabar. con él fácilmente.
Juez.-Autoridad suprema de la gallera, nombrado por el empresario
y que devenga honorarios, o una fija por riña o un tanto por ciento
sobre las apuestas, las que para que tengan validez, deben hacerse
ante el juez.
Jugar a la cambiada.-Cambiar
de gallos en la apuesta, de manera
que el dueño de uno de ellos apuesta a favor del contrario.
Jugar las plumas.-Riña en que el dueño del gallo vencedor gana el
cuerpo del gallo vencido, las plumas son pues los propios gallos en
carne y hueso.
La agarró y no la cobré.-Frase que se aplica siempre que un gallo entra ganando y al fin se afloj a y pierde. La expresión .se emplea
en trances similares de la vida diaria.
Lámpara.-Es equivalente de ojo. También suele decirse pistero, término este último que usan gentes vulgares para indicar una hinchazón de un ojo causada por un puñetazo. "Le pusieron pistero
a fulano", dicen entonces.
Landrar.-Es lo mismo que causar "tiro de landra". Con esto se da a
entender que si un gallo lleva manifiesta ventaja, por más que los
interesados en el contrario apuesten dinero no ganaran por esto y
sí perderán la apuesta, con lo cual resultan "landrados". Se oye
aplicar la expresión en circunstancias en que la contienda ocurre
entre personajes, uno de ellos muy creído o borrachón y el otro
audaz y sin escrúpulos.
Ligero.-Se dice -del gallo que tiene una agilidad extremada.
Lima.-Utensilio de acero templado y con estrías, que se emplea para
afilar la espuela.
Lo pidió.-Esta expresión se usa cuando un gallo se corre. El gallo
corrido trata de salirse del circo y cuando el contrario lo pica entonces chilla como una gallina o como un pollo basto cuando lo
cogen en el corral. Esto se llama pedirlo. El gallo que lo pide pierde por ese mismo hecho. Esta suerte de riña es cómica para los
espectadores, quienes prorrumpen en carcaj ada general que el dueño del gallo acoge para sí, en lo cual no se equivoca, pues la burla
va directamente hacia él y en descrédito de su menguada y mal
nacida casta de gallos.
Por semejante afrenta, y también un poquitín forzado por una costumbre corriente en el oficio, toma al corrido por la cola y con su
navaja bien afilada lo decapita aparatosamente, demostrando una
rabia que en la mayoría de las veces está lejos de sentir, pues más
le duele desperdiciar la pluma, que en todo caso es de estimación
para la puchera. Con tan cruel escena termina una raza de cobardes que ni siquiera merece los honores de la mesa.
Mamador.-Se aplica al gallo que coge en el pico al contrario sin revolar ni darle con las espuelas.
Mamey.-Se dice del gallo del color del mango maduro.
Marañón.-Gallo de color ceniciento por debajo y por encima colorado, o sea, rojo encendido.
Marañón claro.c--Del color del anterior, pero con las plumas de encima desteñidas.
Marañón obscuro.-Que tiene el color del marañón, pero las plumas
de encima son encendidas.
Morder.-Es lo mismo que asir fuertemente con el pico.
Moridero.-Equivale a la juntura de los huesos parietales. Si un gallo
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recibe un espolazo en el moridero, al instante extiende las plumas
de la cola en forma de abanico y cae muerto de redondo.
Mosquiar.-Se dice que un gallo mosquea cuando está ciego y tira
picotazos al aire. Equivale la expresión a "picar al aire" y acaso
venga la palabra de que .entonces el gallo parece estar cogiendo
moscas.
En un gallo que mosquié hay esperanzas, pues si logra agarrarse,
en particular del codo del ala del contrario, se puede asegurar que .."
éste es gallo muerto porque en esa situación no suelta Y es muy'
tinoso.
.
Hay galleras que con la mano dan un golpe a las plumas- de la
cola de su gallo a fin de que mosquié y a veces la maniobra surte
tan buen efecto que los espolones del animal quedan clavados en
la mano del careador. Eso de "picar al aire" es modismo corriente
con el que se indica que alguna acción no conduce a nada efectivo.
Negro.-Hay negros azulosos y lustrosos. También los hay de pluma
corta, o gallinas.
No expongo mi plata en patas de animales.-Refrán
que indica lo incierto de una apuesta de gallos y que se aplica por extensión a los
negocios aleatorios o a los dudosos.
Nombres de gallos.-Los gallos célebres pronto adquieren un nombre
que los distingue del resto de sus enemigos. El Azulejo, el Calentano, el Paval, el Pescao, el Patasola, el Papujo, el Centinela, el Mula,
el Pativerde, el Culichumbo, el Vendesueños, el Aguaclara, el Pajarillo, el Conde, el Martillo, el Triste, el Diablito, el Tochecito, el
Culebra, el Pincel, el Ronco, he ahí unos cuantos nombres de los
gallos que en el pasado fueron famosos.
Ojodiuva.-Es el gallo que tiene el ojo entre verdoso y carmelita,
parecido al color de una uva "pintan a" de monte.
Papujo.-Se aplica al gallo que tiene muchas plumas en la cara, lo
cual da cierto parecido con un hombre bien barbado ..
Peloegato.-Cún este adjetivo, que como sus similares se sustantíva
continuamente, se designa una gran diversidad de colores, siempre
que predomine el gris oscuro. Los gallos de este color andan reputados como de mala clase. Aunque tienen una pluma sedosa un
gallera entendido, que es la persona más maliciosa del mundo,
nunca apuesta a un peloegato, ni a un gallo bravo porque ambos
tienen fama de corridos.
[Pago l-i-Expresíón que equivale a convengo, acepto. Es palabra sacramental. Si ella no se pronuncia a ras de la propuesta, bien se podría
decir luégo que no hubo apuesta.
jPago' 10 a 6!-Expresión que se identifica en significado con ésta:
recíbo con ventaja para usted y daré 6 si pierdo, o recibiré 10 si
gano.
jparen: gallos!-Insinuación
dirigida a quienes tienen gallos en las
manos a fin de que los pongan en el suelo para establecer la estatura, calcular el peso y observar las demás condiciones de ataque.
Pasarlo.-Equivale a atravesarlo por los ojos con los espolones.
Pasó tiro.-Pasó la jugada, pasó la ocasión y ya no se puede ofrecer
la misma ventaja en la apuesta.
Patasola.-Gallo sin espuela o con una sola.
Pico a pico.-Careo en que los gallos se colocan tomando contacto
con los picos. Esto lo ordena el juez cuando los gallos están gravemente heridos y ciegos.
Pioja.-Espolón de otro gallo que se pone al luchador cuando éste
tiene las espuelas o más corta o muy dañadas. También suele llamarse espuela muerta, arma más terrible que la natural.
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Pitones.-Pequeños espolones. -También se los llama botones.
Peluquear.-Es lo mismo que cortarle al gallo las plumas del pescuezo y las de la cola.
Picolero.-Se aplica al gallo que tiene el pico curvo como el de. un
loro.
Pinto.-Pintado.
Pinto colorado.-Pintado y con plumas rojizas.
Pinto negro.-Pintado y con lunares negros.
¡Póngale anteojos!-¡Déjelo ciego!
Pollo no gana gallo.-Este refrán, además de su sentido directo, encarece el poder de la experiencia.
Por derecho.-Sin ventajas de ninguna clase.
Propuesta de gallero.-Propuesta muy aceptable para quien la oye,
pues se hace con el fin de que haya riña. Una de tal naturaleza
podría ser la de jugar a la cambiada, dar o recibir, tapar una o
ambas espuelas, poner piojas, etc.
Quebrado.-Gallo que por un tiro del contrario quedó con el pescuezo torcido o con la cara al revés. Esta es una postura cómica para
los galleras.
Quebrarlo.-Los galleras de mala fe si alzan un gallo ajeno lo aprietan fuertemente para lastimarlo. Por eso un gallera viejo no permite que nadie toque su gallo.
Reburujar.-Cuando un gallo vuelve a otro como una bola lo reburujó.
Refugado ..s.Cualidad del gallo de experiencia, que ya ha tenido riñas
y sabe jugar muy bien. Es de constante uso en el lenguaje común.
Rebajado.-Se dice del gallo al que le han cortado o limado parte de
las espuelas para que parezca más joven. Este vocablo ha pasado
como calificativo de la persona que se hace aparecer como joven
teniendo más años, o que se muestra ingenua o inocente, no síéndolo.
Refugado.-Gallo estratégico en la pelea, que agacha y esquiva golpes. Se aplica el término a la persona astuta.
Requemao.-Colorado obscuro.
Reventado.-Brotando la espuela.
Revolador.-Que revuela. Pero revolar no es dar un segundo vuelo
sino pasar sobre el adversario como volando.
Revuelo.-Vuelo pequeño o brinco en el cual el gallo bota las patas
sin afianzarse con el pico.
Revuelos.-Las primeras acciones de la niña. En el lenguaje corriente
- se usa revuelos para indicar los primeros escarceos amorosos, la
primera intervención política, social o comercial.
Sacar bien los pollos.-Se dice que unos pollos han sido bien sacados
cuando la gallina madre no ha tenido tratos ni entendederas con
gallos bastos sino con uno bien fino.
Sacar pollos.-Se dice que un gallo se manda a sacar pollos cuando
se suelta con gallinas a fin de que éstas tengan cría de dicho gallo.
Se lo hizo pedir.-La dio tan recio que lo obligó a correrse,
Sorteo.-Cuando los gallos no tienen ventaja manifiesta se sortea
a cara o sello cuál ha de ser el elegido, por los apostadores.
¡Suelte!-Exclamación que lanzan los partidarios de un gallo mamadar que no bota las patas para herir.
¡Suelten!-Orden del juez a los careadores para que dejen los gallos
dentro del circo libres para la riña. Luégo que los careadores sueltan los gallos éstos se enfrentan, se espelucan, colocan los picos casi
contra el suelo, se miran fijamente como observando o adivinando
las intenciones del contrario y muchas veces hasta evacuan. Hay
gallos que cantan antes de comenzar la pelea y también al termí-
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narla victoriosamente. Algunos entran a pelear como desentendidos del negocio, andan de medio lado y adoptan una postura muy
semejante a la que emplean cuando cortejan a las gallinas, caso
en el cual se van de lado arrastrando un ala.
"Arrastrarle el ala a una muchacha" es lo mismo que cortejarla
con intenciones amorosas.
Taches.-He ahí otro nombre dado a los espolones.
Tinos.-Los galleros llaman tinos a las puntas de los huesos esquíones. Se cree que allí radica el valor del gallo y por eso algunos
tratan de pellizcarlo en ese lugar cuando el gallo da muestras de
querer correrse.
Tinoso.-Que no yerra los espolazos en partes sensibles o vitales.
Tiro de candado.-Espolazo dado en las comisuras del pico que imposibilita al herido para morder.
Tiro de landra.-Espolazo dado en la garganta, muy cerca de la cabeza. Es un tiro muy grave. En lenguaje de peonada landrar equivale
a perjudicarlo a uno gravemente. en sus intereses o en otra cosa.
Tiro de viento.-Espolazo que apenas rompe la piel y permite la entrada del viento, el que forma vejiga que hacen mucho daño. Cuando
esto ocurre en la garganta, el animal ordinariamente muere víctima de asfixia.
Tiro noble.-Buen golpe, espolazo dado en parte delicada o muy sensible.
Traba.-Fragmento
de cuerno o de cuero de forma de rectángulo con
las puntas curvas. Tiene sendos agujeros hacia las dos extremidades. Sirve para atar el gallo a la estaca. Se coloca la traba en medio
la cuerda que lo sujeta, la que, girando fácilmente impide que se
retuerza la cuerda.
Tuerto.-"AI que le falta un ojo lo llaman tuerto", dice cualquier hijo
de vecino, como para indicar que alguna conclusión es tan obvia
que sobra el recordarla.
Ya hizo su pelea.-Es lo mismo que decir: Ya hizo lo que podía y ahora recibe golpes de su contrario. Se aplica también a la persona
que en cualquier menester cumplió ya con su obligación.
José Antonio León Rey.
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