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INSTITUTO MONTFORT PARA NIÑOS SORDOS AL ALBA DE SUS 60 AÑOS
DESAFIAR LA SORDERA
Hna. Lamercie Estinfort, hdls, Directora
El instituto Montfort está en marcha hacia la celebración de sus 60 años de fundación. Es
en la acción de gracias, la oración y la alegría que las Hijas de la Sabiduría abrieron el año
jubilar de diamante de este Instituto para la educación, la evangelización y la instrucción
de los niños sordos, categoría olvidada por la sociedad haitiana. La celebración de apertura
tuvo lugar el 28 de Abril 2016, fecha memorable para toda la Familia montfortiana, que
marca el tricentenario de la entrada al cielo de nuestro Santo Fundador, Luis María
Grignion de Montfort.
Monseñor Guire Poulard, Arzobispo de Puerto Príncipe presidió la celebración eucarística.
Estaba allí sumido y atento como a una reunión de padres, en la escuela de sordos. Estaba
contento de estar allí y sobre todo feliz de descubrir las riquezas admirables entre los jóvenes
sordos. El camino se hace imprevisible como el lenguaje de la sonrisa de una mirada de un niño
sordo. Es necesario llevar la palabra más lejos, en los corredores de lo imposible, para dar vía al
orden de lo posible.
El Instituto Montfort estaba en un barrio popular de la Calle San Martín, en el centro de la ciudad
de Puerto Príncipe. Como consecuencia de los innumerables daños causados por el devastador
sismo de 2010, fue trasladado a la Croix des Bouquets, más precisamente a la calle Duval 31.
En lo alto como en lo bajo, el trabajo de los 4 Centros del Instituto, Puerto Príncipe, Cap-Haïtien,
san Marcos y Lavaud, buscan una misma unidad de acción para asegurar una existencia
honorable a los niños y jóvenes discapacitados sensoriales de Haití.
El Instituto Montfort construye su compromiso alrededor de los niños sordos, para depositar en
su corazón, su espíritu y su alma, el sentido profundo de la vida. Esto quiere decir que en el
Instituto, la formación clásica es obligatoria con una formación profesional y de trabajos
manuales.
El otro lado del Instituto
Quisimos abrir bien grandes las puertas! El jubileo fue para el conjunto del Instituto una ocasión
rara para exponer y mostrar al público el talento de sus artistas y artesanos, los jóvenes
discapacitados sordos. Es necesario pasar la barrera e ir sobre la propiedad para ver el otro lado
del Instituto, y constatar la existencia de la finca agrícola y de ganadería, el edificio de los
talleres de ebanistería y de artesanías, los dormitorios y otras cosas. Con el deseo de mantener el
mejor equilibrio nutricional para estos niños desfavorecidos, la administración invierte a la vez
en la producción de víveres y animales.
Los 4 Centros del Instituto Montfort se encontraron
La celebración de los 60 años del Instituto Montfort ocasionó un desplazamiento agradable de
los niños sordos de la provincia hacia Puerto Príncipe. Hubo pues mucha gente para albergar
durante dos noches. En efecto los 4 Centros del Instituto Montfort se encontraron en la calle
Duval para gritar y danzar como sordos. La fiesta fue muy bella. Los convidados del Instituto
Montfort y de las Hijas de la Sabiduría estaban dispuestos a vivir la jornada de los 300 años y de
los 60 años en la alegría y la acción de gracias. Nada faltó a la organización para poner el alma a
esta gran celebración de acción de gracias preparada por los niños y por los amigos de San Luis
María.
Desafiaron la sordera.
Los 4 Centros para los niños sordos colocaron sus talentos y sus profesiones en los tableros de la
fiesta. Cada uno supo distinguir su identidad en la feria artesanal arreglada y organizada en
tiendas. Del bordado a la costura, de los manteles de mesa a los vestidos para niños, de muebles
de salón a piezas de dormir, el admirador es capaz de entrar en diálogo con el/la joven
artesano/na de los talleres. A través de este intercambio permanente, entre el creador y el
observador, el Instituto conduce sus jóvenes al camino de la autonomía, sometiendo la
discapacidad al trabajo intelectual y manual. Estos niños divirtieron mucho a los asistentes con
sus danzas, coreogafías, escenas dramáticas. Ellos desafiaron la sordera.
Es necesario señalar que la apertura de esta celebración de los sesenta años estuvo acompañada
de un delicioso almuerzo. Mientras los convidados comían bocados servidos desde su llegada al
salón, transformado, a la vez en teatro y comedor, los jóvenes artistas, danzaban y mimaban el
folklor.
“Alabado sea el Señor, por todos sus beneficios,” he aquí el coro ideal que resume lo que
vivimos en la jornada del 28 de Abril 2016.

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