Carta del teniente Segura a Felipe VI

Transcripción

Carta del teniente Segura a Felipe VI
Carta del teniente Segura a Felipe VI
Majestad: le suplicamos "un paso al frente".
Hace más de diez años tuve la primera oportunidad para conocerle en persona,
pero no pudo ser. Entonces era soldado y nos escondieron (tanto a mis
compañeros como a mí) para que no pudiéramos responder de forma inapropiada a
sus preguntas. La verdad es que ese día me sorprendió mucho que se ocultase la
realidad y que lo cotidiano quedase engalanado hasta el extremo de rozar el
burdo engaño. Recuerdo que era un cuartel en el que se celebraban comuniones,
bodas y bautizos (como en esos restaurantes de El Pardo), en el que los vales
de combustible circulaban como los billetes en una tarde de "Monopoly" y todos
sabíamos quién era el gran jefe al que rendir pleitesía (no siempre el de
mayor rango como luego fui descubriendo).
En esa línea, no hace mucho tiempo, unos chavales (buenos militares de los que
me siento orgulloso como de muchos otros, porque hay militares que arriesgan
su vida casi permanentemente) me contaban cómo les habían obligado a acostarse
y simular que dormían nada más llegar a un pabellón deportivo (cerca de un
incendio). Todo ello porque venía de visita el ministro/a de turno y tenía que
parecer que todos los militares habían estado trabajando durante una
interminable noche en aquel maldito incendio. "Una medalla más" debió pensar
el mando militar que aquel día recibió orgulloso la visita y que preparó
semejante teatro. Así es nuestra cúpula militar, ni más ni menos. Incluso he
visto programas de televisión en los que se cuentan tareas que no realizábamos
y que no se implementaron hasta años después. Pero quién puede decir “no” a
salir en televisión y perpetrar un truco de magia...
Con estos simples ejemplos quiero exonerarle, como a muchos otros, de todo
cuanto acontece en las Fuerzas Armadas porque entiendo que no es fácil que
alguien le muestre la realidad tal y como es. Estoy seguro que nadie le ha
mencionado que sobran 250 generales de los 270 en activo, 1.000 coroneles de
1.050 o 3.200 tenientes coroneles de 3.500 (esos señores cuyos salarios y
formación pagan y han pagado los ciudadanos, al igual que sus clubes
exclusivos, residencias, piscinas, viajes a Europa, campos de golf, cursos de
equitación, etc). De la misma forma, supongo que nadie le habrá explicado lo
mal que se trata a las madres militares (a las que se presiona para que
abandonen a sus hijos menores -lo cual es un delito- para acudir a unas
guardias y servicios que van contra todo lo reglamentado, puesto que tienen
solicitada y reconocida la reducción de jornada), a los militares temporales
(abandonados a los 45 años), a los militares con minusvalías (con menos del
24% de minusvalía un militar es expulsado a la calle prácticamente sin nada),
a los miembros de las asociaciones (a los que se encierra y persigue como si
viviésemos en los tiempos oscuros de una dictadura: Antonio Martínez, Jorge
Bravo... Y tantos otros) o a los militares con problemas psicológicos o
físicos (los suicidios se esconden y a los militares con problemas o
depresiones se les estigmatiza).
Veo difícil que le hayan hablado de las "puertas giratorias" (cuántos altos
mandos acaban como consejeros en empresas relacionadas con Defensa), los
"negocios" ocultos o no tan ocultos en las compras (folios, tornillos,
comidas, combustible...), los 29.000 millones de euros de deuda (que pagarán
los ciudadanos de su bolsillo), los carros de combate sin combustible, los
carros que hace años no disparan porque están mal diseñados, los blindados que
no transmiten, los submarinos que no flotan, los aviones sin mantenimiento ni
horas de vuelo que se estrellan (vaya "casualidades" de "accidentes"), los
paracaídas caducados ("chico: si te comes un yogur caducado, no pasará nada
porque saltes con este paracaídas caducado"), las infernales jornadas de
trabajo de los miembros de la UME (hay una reglamentación que lo limita pero
siempre hay un mando militar que quiere ascender: "mis hombres estuvieron 36
horas seguidas trabajando: seguro que los tuyos no aguantaron tanto" se puede
escuchar presumir al "iluminado" de turno, aunque se trata de una negligencia
terrible que pone en peligro a muchas personas -luego cuando fallece un
militar una oscura cortina lo cubre todo-), la ausencia de tacógrafos en los
vehículos militares, la falta de fiscalización y transparencia del gasto
militar, la falta de independencia judicial en el mundo militar (que debería
pertenecer al ministerio de Justicia), la ausencia de independencia de la
Guardia Civil (que debería ser desmilitarizada para poder investigar a las
Fuerzas Armadas con libertad) o la inexistente independencia del órgano
auditor militar (que debería pertenecer al ministerio de Hacienda).
Por todo ello y, para que tenga conocimiento de todo cuanto acontece, le
suplico audiencia y lo hago porque amo las Fuerzas Armadas. Sé que seré
perseguido a nivel profesional y desprestigiado a nivel personal hasta que
poco quede de mi (y más después de esta carta), pero no puedo renunciar a mi
sueño de unas Fuerzas Armadas libres, democráticas y modernas. Sé que también
le engañarán y le dirán que la libertad de expresión o el derecho de
manifestación de los militares pondrían en peligro la subordinación, la
disciplina o autoridad del mando. Poco más o menos se lo expondrán como si
tales derechos o libertades (unido a la eliminación de los arrestos o
privaciones de libertad) nos condujesen al anarquismo o al mismísimo caos. Por
suerte, tenemos un ejemplo cercano que desmontan esta teoría: la Policía
Nacional. Los miembros de este colectivo tienen libertad de expresión y
derecho de manifestación y no creo que, en ningún caso, en ellos impere la
indisciplina o el desgobierno. La realidad es más bien diferente a lo que le
explicarán porque esa "ley del silencio" a lo que conduce es al sostenimiento
de los abusos, privilegios y corruptelas de la casta militar dominante ya que
crea un compartimento estanco en la sociedad. Un estado dentro del estado. Y
las Fuerzas Armadas deben de ser de todos y no de unos pocos. Deben ser
modernas y transparentes y no obsoletas y herméticas.
Majestad, es usted nuestra última esperanza y son muchos los militares que le
admiran y han depositado en su persona la poca ilusión que conservan. Hemos
jurado defender a España y subordinarnos a la ciudadanía pero hemos sido
secuestrados por una cúpula militar que pretende anteponer la lealtad a ellos
mismos por encima de la lealtad al resto de militares, al resto de ciudadanos
y a usted mismo (hay militares que insultaron a la constitución y renegaron de
Juan Carlos I pero no fueron sancionados y eso lo vemos todos los militares.
Como aquel que gastó 92.000 euros en "adecentar" una residencia y salió
impune. Ese es un mensaje de impunidad que debe de dejar de emitirse). Una
cúpula militar que antepone sus intereses a los del resto de militares y
ciudadanos de este país no es digna de seguir dirigiendo el destino de las
Fuerzas Armadas.
Le suplicamos, pues, que aborde la reforma de las Fuerzas Armadas para que un
día no muy lejano estas estén a la altura de la mayoría de los militares que
las sirven y de los ciudadanos a los que se deben y defienden. Sería
suficiente con una audiencia, unas palabras, unas fotografías o un gesto suyo
para posicionarse en esta crucial batalla para el devenir del futuro de todos.
La sociedad no se puede permitir lo que está sucediendo en las Fuerzas Armadas
y mucho menos perseguir, expulsar y encerrar a quién lo cuenta en una novela o
en unas declaraciones, porque Europa ya no encierra a sus novelistas (por
críticos que sean o desagradables que puedan resultar sus novelas), no se les
introduce en un baño para comunicarles la "pérdida de confianza", ni tampoco
se queman los libros que no agradan (esto último va dirigido a un alto mando
que solicitó un ejemplar de "Un paso al frente" para quemarlo), ni se amenaza
a militares para que no vayan a presentaciones del libro, ni se amenaza a
bibliotecarios para que no den cobertura a presentaciones, ni se ordenan
maniobras sorpresa el día que se produce la presentación del libro en una
determinada plaza, ni se manda a miembros de la inteligencia a grabar las
presentaciones con una cámara bajo un casco de moto...
Al final, no podemos olvidar que nos jugamos el futuro de todos los ciudadanos
(y su dinero), la dignidad de los militares y el porvenir de varias
generaciones.
A sus órdenes, Majestad!
Pd: Esta carta está escrita por mí (persona real) y dirigida con gran respeto
al Rey de España (que también existe en la realidad). Dicha aclaración es para
aquellos "inquisidores" que quieran abrirme algún expediente o ya lo hayan
hecho, para que aprendan la diferencia entre persona real y personaje de
ficción. Entiendo que no son capaces de comprender que no se puede juzgar a un
escritor por las ideas, escritos o comentarios de sus personajes (por mucho
que se puedan compartir en mayor o menor medida). Si siguieran sin comprender
la diferencia antes mencionada, me pongo a la entera disposición de los
jurídicos militares por si quieren las direcciones y los datos de los
personajes del libro "Un paso al frente" o la localización geográfica de los
cadáveres que aparecen en la novela ya que quizás les podría resultar
interesante interrogar a los primeros o realizar una autopsia a los segundos.
TENIENTE LUIS GONZALO SEGURA
Me llamo Luis Gonzalo Segura y soy teniente del Ejército de Tierra. Acabo de
publicar la novela "Un paso al frente" y por ello me han abierto un expediente
gubernativo para expulsarme de las Fuerzas Armadas, un expediente por dos
faltas graves por mis declaraciones (que son indecorosas pero no falsas) y el
fiscal estudia imputarme un delito comprendido entre 6 meses y 6 años de
cárcel.

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