Cómo atender y apoyar Discapacidad intelectual y del desarrollo

Transcripción

Cómo atender y apoyar Discapacidad intelectual y del desarrollo
y del desarrollo
Pistas que pueden ayudarnos a identificar una discapacidad
intelectual:
FEAPS Madrid dispone de un Servicio de
Información y Orientación y de programas
específicos para la atención de las personas
con discapacidad intelectual.
Cómo atender y apoyar
a personas con discapacidad
intelectual
FEAPS Madrid
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Tlf.: 91 501 83 35
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Si sospechas que estás ante una persona con
discapacidad intelectual:
Localiza a una persona de su confianza para
que le acompañe en el procedimiento.
Deja constancia de esa sospecha, o su
confirmación si la hubiera, en tu informe.
La población con discapacidad intelectual
en la Comunidad de Madrid supera las
27.000 personas y, como el resto de la
población, en muchos casos requieren de la
atención y el apoyo de la Policía.
Discapacidad intelectual
La discapacidad intelectual es una discapacidad que se caracteriza
porque la persona tiene limitaciones en su capacidad intelectual.
Las personas con discapacidad intelectual son ciudadanos
como los demás, con sus derechos y obligaciones. Lo único que
diferencia a estos ciudadanos respecto a los demás es que tienen
dificultades para actuar en situaciones cotidianas: manejarse
con el dinero, desplazarse en transporte público, comprender
mensajes complejos o los juegos de palabras, realizar dos tareas
al mismo tiempo…
Estas dificultades pueden ser todavía mayores cuando el entorno
no está adaptado para que la persona pueda realizar su vida
cotidiana. Con los apoyos necesarios, pueden solventar esas
dificultades.
A las personas con discapacidad intelectual les cuesta más
aprender, comprender y comunicarse. Este es uno de los motivos
por los que es importante saber cuándo una persona tiene
discapacidad intelectual, para que podamos adaptarnos a su
estilo comunicativo.
En la mayoría de los casos, la discapacidad intelectual no se
identifica por la apariencia física. Tampoco tiene que confundirse
con la enfermedad mental. Por ello es necesario contar con el
apoyo de profesionales para que puedan realizar la valoración
oportuna.
No obstante, existen algunas claves que pueden servir de apoyo u
orientación a los agentes de seguridad y a otro tipo de colectivos
que, en el desempeño de su trabajo cotidiano, pudieran hallarse
ante una persona con discapacidad intelectual.
La persona con discapacidad intelectual
Claves para establecer una buena comunicación
Una buena comunicación empieza
por tener en cuenta las necesidades
del otro y ponerse en su lugar.
Buscar la presencia de una
tercera persona que pueda apoyar
a la persona con discapacidad
intelectual
(familiar, abogado,
profesional especializado, persona
de apoyo,…).
Habrá que tomarse más tiempo
para conocer a la persona y generar
un clima seguro y confortable para
ella.
Utilizar frases sencillas, concretas
y cortas.
Expresar una única idea en cada
frase.
Hablar despacio.
Si es un adulto, debe ser tratado
como tal.
No utilizar conceptos abstractos
o técnicos.
Escuchar lo que la persona tiene
que decir.
Dar el tiempo suficiente para que
se exprese.
No interrumpir ni terminar las
frases que dice para evitar dirigir su
discurso.
Tener en cuenta que los periodos
de atención de la persona serán más
cortos y que necesitará descansos
de forma regular.
MEJOR NO
Se debe pedir a la persona que
repita con sus propias palabras lo
que se le ha dicho/explicado para
asegurarse que nos ha entendido.
Intentar que la persona no tenga
que repetir las cosas muchas veces.
Dar a la persona la posibilidad de
decir “no lo entiendo…”, diciendo,
por ejemplo: “Necesito saber si me
he explicado bien”, “Puedo volver a
explicártelo de otra forma…”.
Utilizar imágenes, pictogramas,
fotografía, dibujos,…que apoyen
la comunicación.
Reforzar
importantes.
los
¿Cuál es tu
domicilio?
como víctima
Múltiples estudios indican que
las personas con discapacidad
intelectual, sufren más abusos
que las personas sin discapacidad.
Son más vulnerables tanto en el
entorno social como en el familiar.
MEJOR ASÍ
¿Dónde
vives?
Es conveniente:
Describe lo
ocurrido
¿Te han
obligado a
denunciar?
Cuéntame lo
que te pasó
¿Vienes
porque tú
quieres?
mensajes
Comprobar que la persona
no responde aquello
que el
entrevistador espera oír. Una buena
manera es hacer la misma pregunta
de formas distintas.
No utilizar lenguaje irónico o
sarcástico. Suelen quedarse con el
sentido literal de lo que se les dice.
Utilizar expresiones sencillas que
eviten la confusión de términos.
¿Alguien
te ha
inducido a
cometer ...
¿Cuales
fueron los
motivos de
la agresión?
¿Alguien
te ha dicho
que robes
ese bolso?
¿Por qué te
pego...?
¿Por qué le
pegaste?
Identificar si la víctima tiene algún
vínculo afectivo con el agresor.
Dedicar tiempo y escuchar. Si la
persona denuncia es que algo ha
pasado.
Presentarse como una persona
preocupada, dispuesta a ayudar y
brindar apoyo.
Animar a hablar pero sin
presionar. Es bueno utilizar
preguntas facilitadoras, que la
ayuden a pensar, escuchar con
atención, intentar comprender no
sólo lo que dice sino también lo
que siente.
Apoyar sin emitir juicios y sin
poner en duda su interpretación
de los hechos.
Dar el tiempo que necesite y
aceptar su ritmo.
Si la persona es víctima de violencia
de género son especialmente
vulnerables. En estos casos además
habrá de tenerse en cuenta que:
Puede que no sea consciente
de que la situación vivida se trate
de un abuso y no es objeto de
denuncia.
Frecuentemente tienen miedo a
no ser creídas.
Suelen tener poca
información sobre la
violencia de género.
En ocasiones se
creen culpables.
En muchos casos los
agresores son las personas
más cercanas: parejas, amigos,
familiares,
educadores,
cuidadores.
Se sentirán más seguras si
son atendidas por una mujer.
La persona con discapacidad intelectual
como presunta agresora
Algunas
personas
con
discapacidad intelectual son
especialmente vulnerables y
susceptibles de ser manipuladas e
inducidas al delito. A menudo no
entienden la trascendencia de sus
acciones. Por eso existe un mayor
riesgo de delinquir.
Es muy importante que ante la
sospecha de una discapacidad
intelectual, se ponga en
conocimiento de los
agentes sociales para
conocer cuál es
la situación de la
persona.
Cuando el agresor
es una persona con
discapacidad intelectual
es conveniente:
Dedicar tiempo a saber si la
persona tiene discapacidad.
Muchas veces la persona prefiere
que no se descubra.
Asegurarse de que la persona
entiende lo que ha pasado. Puede
que no entienda el alcance de sus
actos a pesar de decir que sí lo
entiende.
Comprobar que comprende
cuáles son sus derechos.
Tener en cuenta que puede
sentirse abrumada en presencia
de la policía y esto condicione su
comportamiento.
Indagar sobre la culpabilidad.
Puede mostrar confusión acerca
de quién es el responsable del
delito cometido. A veces puede
confesarse culpable aun habiendo
indicios de su inocencia.
Una vez detenidas y frente a cualquier intervención policial
las personas con discapacidad tienen los mismos derechos
que cualquier otra persona, establecidos en los artículos
118 y 520 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y en el
artículo 12 de la Convención de la ONU de Derechos de
las Personas con Discapacidad.

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