El arbitraje: en ocasiones, la única alternativa.
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El arbitraje: en ocasiones, la única alternativa.
D. JUAN LUIS DOMÍNGUEZ SIDERA El arbitraje: en ocasiones, la única alternativa. Secretario General–Consejero de Grupo Ortiz. Abogado del Estado excedente. Árbitro de la Corte Española de Arbitraje. EL ARBITRAJE: EN OCASIONES, LA ÚNICA ALTERNATIVA La Institución del arbitraje posibilita que las empresas españolas, en el desarrollo de su estrategia internacional, tengan la tranquilidad y seguridad plena, de que, si algún socio o colaborador se desvía de la buena fe contractual, puedan obtener un laudo favorable en un tiempo razonable. Mi experiencia en el desarrollo internacional de Grupo Ortiz, me lleva a poder afirmar que, en los Países Latinoamericanos, es importante obtener información previa a nivel local, de cuál es el estado y funcionamiento de los Juzgados y Tribunales, para en su caso, introducir o no en los contratos un convenio arbitral, que sirva para proteger adecuadamente los intereses del Grupo. Hasta la fecha, la experiencia de Grupo Ortiz en los arbitrajes que se han planteado en el extranjero ha sido plenamente satisfactoria, gozando de una seguridad jurídica similar a la conseguida en España. El grado de desarrollo del arbitraje, no sólo en Colombia y México, si no en otros Países Latinoamericanos donde estamos emprendiendo importantes proyectos, es notable y se configura como la única alternativa, en aquellos países donde los Juzgados están completamente saturados, o no son órganos que gocen de la objetividad e imparcialidad deseables. El arbitraje se configura como un buen medio de resolución de conflictos, siempre que se estudien detenidamente, desde las asesorías jurídicas de las empresas, todos los aspectos materiales y formales del mismo, ya que, en ocasiones, es más importante el diseño del convenio arbitral, que la propia dirección letrada en el procedimiento. La elección de los árbitros en dichos países, recae en figuras de notable reconocimiento y categoría en el ámbito jurisdiccional, no siendo extraño que se trate de ex magistrados de las respectivas Cortes Supremas, lo que, por un parte, dota al arbitraje de una formalidad y rigor notables y, por otro, es garantía de su imparcialidad y objetividad. En suma, desde mi experiencia, puedo afirmar que el arbitraje, es el método perfecto para resolver controversias y proteger adecuadamente los intereses de las empresas españolas, en aquellos países en los que, o bien los órganos jurisdiccionales están completamente saturados, retrasando varios años la obtención de la tutela judicial o, se trata de órganos que no gozan de la imparcialidad y objetividad que requiere la resolución de los conflictos relativos a los importantes proyectos que las empresas españolas están desarrollando en el extranjero.