“No robamos la calavera del Papa Luna, la cogimos para
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“No robamos la calavera del Papa Luna, la cogimos para
Heraldo de Aragón l Jueves 5 de octubre de 2006 HOYARAGÓN l 15 ARANDA HISTORIA “No robamos la calavera del Papa Luna, la cogimos para protegerla” La rocambolesca historia de la sustracción de la reliquia de Benedicto XIII del palacio de Argillo de Saviñán, vista para sentencia. El fiscal pide tres años y la defensa, la absolución ZARAGOZA. Seis años después de que el cráneo de Benedicto XIII, conocido como el Papa Luna, fuera sustraído del palacio de los Argillo, en Saviñán, por dos hermanos de esa localidad, el caso ha quedado visto para sentencia. Santiago Miñanas se sentó en el banquillo de los acusados para responder de los delitos de extorsión y robo con fuerza y escalo por los que el fiscal le pide tres años de prisión y la acusación particular, en nombre de la DGA, cinco. Su hermano, menor de 18 años cuando ocurrieron los hechos, será juzgado en su día por el Juzgado de Menores ya que hasta hace poco no se dieron cuenta de su minoría de edad en el Juzgado de Instrucción. El abogado defensor de Santiago Miñanas, José Antonio Ruiz Galbe, solicitó la absolución de su cliente ya que alega que no hubo tal robo, sino una falta de hurto puesto que en el palacio de los Argillo, en estado total de abandono, entraba quien quería, e incluso afirmó que en pueblo se comenta que se jugó al fútbol con la calavera del único papa aragonés que ha existido a lo largo de los tiempos. El letrado defendió que Miñanas no tuvo que forzar ninguna entrada ni tampoco el armario que guardaba la urna del Papa Luna, cerrado por un débil candado sujeto por unos frágiles ojos que se desprendieron fácilmente. La extorsión, a juicio del abogado, tampoco existió, pues en el escrito que Santiago Miñanas admite que redactó -lleno de faltas de ortografía- no se pedía dinero ni se amenazaba. El letrado puso también en cuestión el valor económico del cráneo, puesto que en 2000 no estaba catalogado por Patrimonio de la DGA y sus dueños, la familia Olazábal, no se preocupaban por él. “Son 23 copropietarios del palacio de Argillo y, según dicen en el pueblo, están esperando a que el edificio se caiga para hacer casas nuevas”, dijo. Incluso puso en duda que el cráneo sea del Papa Luna, pero un magnífico informe forense desvirtuó esa desconfianza. Abril de 2000 El robo se cometió el 7 de abril de 2000. El acusado reconoció ayer que entró con su hermano “por una zona no vallada” y accedió al palacio “por una ventana a ras del suelo” y “sin forzar los barrotes”. “Luego, llegamos a la capilla, abrimos el armario empotrado y cogimos la calavera”, dijo. Después, se la llevaron a una caseta de campo y la escondieron bajo unos sacos. “Estaba todo derruido. La cogimos para quitarla de ahí porque era una pena que se perdiera”, afirmó. Añadió que su intención era “dársela a alguien gratuitamente”. La noticia del robo del cráneo, publicada por HERALDO DE ARAGÓN, tuvo una gran trascendencia -hubo reproches políticos porque el bien no estaba catalogado- y hasta se hizo eco la El acusado, con gafas en el centro, habla con su abogado, José Antonio Ruiz Galbe. JUAN CARLOS ARCOS EL INFORME FORENSE La cara de San Valero, clave para la identificación ZARAGOZA. Los médicos forenses Salvador Baena (también antropólogo) y José Manuel Arredondo presentaron ayer un brillante informe -en el que han colaborado el neurocirujano de la MAZ José Aso y el profesor de Medicina de la Universidad de Zaragoza, José Luis Nieto- en el que demuestran, con certeza casi absoluta, que el cráneo es el Pedro Martínez de Luna (Illueca 1328- Peñíscola 1423). Baena y Arredondo emprendieron en 2001 una ardua investigación que se prolongó durante más de tres años que incluye un detallado estudio antropológico e iconográfico y pruebas, como una compleja superposición de imágenes históricas de Benedicto XIII apoyada en escáneres del cráneo. ■ Data. La prueba de carbono 14 -practicada en el laboratorio Beta Analytic (EE UU)- determinó con un 95 % de fiabilidad que los restos óseos procedían del período 1310 a 1440, y entre 1400 y 1425, con un 68 %. Ambas fechas son compatibles con el año 1423 en el que los historiadores fijan su muerte. ■ Sexo. El cráneo, aplicando criterios internacionales sobre diformismo sexual, es el de un varón. Según los peritos, esto se advierte en la glabela o saliente de la nariz, el reborde orbitario sobre la ceja, la región frontal, el agujero occipital, el mastoides (detrás de la oreja) o la línea mucal (final del occipital). ■ Edad. Fue extraordinariamente longevo. Murió a los 95 años en una época en la que la esperanza de vida apenas llegaba a los 50, lo que hoy equivaldría a vivir 120 años. Los peritos vieron suturas características de la vejez en diez puntos del cráneo y signos degenerativos como focos de artrosis. ■ Su cara. El Papa Luna regaló el busto relicario de San Valero a la Seo en un viaje que hizo a Aragón en 1397 desde Aviñón. La imagen de San Valero es, según los forenses, la suya propia, aunque con la nariz arreglada ya que la tenía bastante fea y para eso pagaba al artista. De hecho, coinciden todos los puntos con su cráneo salvo el de la nariz. Superposición frontal con la cara de San Valero Las líneas del cráneo, salvo la nariz, coinciden. Cráneo del Papa Luna objeto de estudio. ■ Pedro Martínez de Luna y Gotor nació en Illueca en 1328 y murió en Peñíscola en 1424. Después de ocupar diversos cargos en la Corona de Aragón, se granjeó la confianza del papa Gregorio XI, quien en 1375 lo nombró cardenal diácono. ■ Como ‘cardenal de Aragón’ residió unos años en la corte del Papa Gregorio XI, en Aviñón, donde habían trasladado su residencia los pontífices en 1309. Pero, cuando llevaba tres años en el cardenalato, el Papa volvió a Roma, donde murió. Su sucesión, con la curia dividida entre Roma y Aviñón, provocó el conocido como Cisma de Occidente, que determinó por completo la vida de Pedro de Luna, ya que juró obediencia a los de Aviñón. ■ ¿Benedicto XVI? Como Joseph Ratzinger, el Papa Luna también escogió el nombre de Benedicto cuando recibió la tiara, el 22 de septiembre de 1392: Benedicto XIII. Murió en 1423 conservando su nombre, pese a que dos concilios sucesivos le desposeyeron de tal título. Mucho tiempo después, el 22 de mayo de 1724, cuando de Pedro de Luna apenas quedaba un recuerdo, otro Papa, Pedro Francisco Orsini, también escogió el nombre de Benedicto XIII, con la única intención de borrar al aragonés de la lista de pontífices. De no haber sido así, el actual Papa debería ser Benedicto XVII. prensa internacional. Cuatro meses después, cuando la polvareda había pasado, Santiago Miñanas y su hermano hicieron unas fotos a la reliquia, metieron el carrete en un sobre y lo enviaron al alcalde de Illueca con anónimo escrito con mayúsculas y burdas faltas de ortografía, que decía textualmente: “hola si queris la cabeza del papa luna rebelar las fotos y las bereis ya me pondre en contazto con bosotros me llamo jesus antonio el colecionista (sic)”. La Guardia Civil demostró que fue escrito por Miñanas. Hubo dos anónimos posteriores, en el que se reclamaba 6.000 euros, pero no se ha acreditado quién los redactó. El acusado admitió ayer que el primero lo escribió y que se lo mandó al alcalde de Illueca -lugar de nacimiento de Pedro Martínez de Luna-, para ponerse de acuerdo con él y entregárselo. Pero no hubo ocasión para hacerlo y en septiembre él y su hermano fueron detenidos por la Guardia Civil. Estado ruinoso y de abandono El guardés del palacio de Argillo, Tomás Utrilla, de 80 años, fue quien denunció el robo y ayer negó que los chicos entraran a jugar, aunque sí que se había hecho alguna merienda que otra “cuando estaba el administrador”. Tanto él como los guardias civiles que hicieron la inspección ocular del palacio reconocieron que su estado era casi ruinoso y que el armario que guardaba la reliquia se abría con facilidad. Sin embargo, mantuvieron que quien lo robó forzó unos barrotes para entrar. Por su parte, Vicente Domingo López, jefe de servicio de Patrimonio Arqueológico de la Diputación General de Aragón, explicó que “se propuso en 1998 incoar un expediente” para valorar la reliquia pero que no se inició hasta septiembre de 2000, siete meses después del robo. MARTA GARÚ