LOS PASOS MENTIRA LA VERDAD NUNCA SE SABE DE DANIEL
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LOS PASOS MENTIRA LA VERDAD NUNCA SE SABE DE DANIEL
XVIII Congreso. 25 | 27 de Abril de 2012. Querétaro. Asociación Mexicana de Estudios del Caribe A.C SIMILITUDES EN EL USO DEL LENGUAJE BARROCO EN DOS NOVELAS LATINOAMERICANAS, LOS PASOS PERDIDOS DE ALEJO CARPENTIER Y PORQUE PARECE MENTIRA LA VERDAD NUNCA SE SABE DE DANIEL SADA. Yria Bahlke 1 Preambulo: El siguiente trabajo tiene como antecedentes la investigación en curso de la obra de Carpentier realizada en La Habana como parte del cronograma de las actividades para la obtención del grado de maestría en Literatura en el verano del año 20111, con el apoyo de la división de investigación y postgrado de la Facultad de Lenguas y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro, la Fundación Alejo Carpentier, la Universidad de la Habana y la biblioteca y librería de la Casa de las Américas. En la siguiente contribución deseo partir del uso específico del lenguaje barroco retomado y reestructurado por Alejo Carpentier y Daniel Sada, para ello elucidaré algunos criterios que ayuden a determinar la manera que dentro de ambas obras se evidencia. De igual modo, trataré de formular algunas conjeturas que denoten unidades sustanciales de rasgos similares entre la estilística del uso del lenguaje en ambos escritores, incluyendo el sentido del lenguaje como sonido y su relación con lo musical. Continuando con la dinámica de construcción de lo Latinoamericano en ambos escritores. A modo de conclusión elucidaré algunos elementos incluyendo ciertas conjeturas con las cuales deseamos mostrar de modo diferenciado, y guardando las respectivas especificidades, el empleo lingüístico del barroquismo en la narrativa de estos autores. 1 En especial deseo agradecer las valiosas sugerencias y comentarios de la Dra. Carmen Carrillo en su seminario Literatura Mexicana Contemporánea, respecto a la pertinencia de ligar el tema del lenguaje barroco en Carpentier con Daniel Sada. Así como deseo agradecer al Dr. Gerardo Argüelles por el seguimiento de este trabajo en calidad de director del proyecto de tesis. 2 Primera parte: Entendemos por lenguaje barroco el movimiento estilístico del arte Europeo surgido en el siglo XVII rico en formas y adornos. Uno de los elementos centrales que marcará la diferencia entre el barroco europeo y el barroco Carpenteriano, es el sentido de lo erudito. Leonado Acosta, uno de los teóricos que ha profundizado y teorizado de manera destacada respecto a la obra de Carpentier, marca esta diferencia al denotar cómo los textos barrocos del viejo continente se valían del lenguaje culto para encriptar el texto, para destinarlo solamente a los lectores con una amplia y particular formación y sentido cultural, mientras que dentro de los objetivos del escritor cubano destacan: Porque ese nombrar y describir en la obra de Carpentier tiene por finalidad informar, esclarecer, y hemos visto que el objetivo del barroco hispano – y europeo en general- de los siglos XVII y XVIII era impresionar, y no en menor grado ocultar, enmascarar (Acosta: 1972, p 52) Por tanto, el barroco Carpenteriano se sirve de este registro hermético (encriptado) para lograr lo opuesto, es decir, una develación de los sentidos y secretos del mundo, contenidos en la misma obra. En Sada, la selección formal para esta estética de la develación por desencriptamiento se presenta de modo muy similar a Carpentier, a saber, el uso de palabras y términos, en su caso, típicas, históricas, locales, todos ellos 3 encaminados a develar, a llevarnos a conocer este lugar desde su máxima representación, desde la complejidad y máxima elaboración lingüística2. Otro de los usos del lenguaje en Carpentier, siguiendo los apuntes de Márquez Rodríguez al respecto (1970), puede identificarse por medio del análisis de lo que aquí deseo llamarle una apropiación de la sonoridad de la palabra como ambientación espacial y funcional, aunque al respecto Márquez Rodríguez habla de: “…el empleo de vocablos desusados obedece también a un propósito de ambientación, pero no histórica, sino espacial y funcional” (p. 363) En la presente aproximación se incluye más allá de esta noción del empleo de vocablos desusados, el manejo estético del lenguaje en general. Esta apropiación de lo sonoro, si se me admite ya aquí esta categoría estética, en Los pasos perdidos se ubica en la línea discusiva del narrador personaje, que al llegar y establecerse en la selva, sus largos monólogos ceden lugar a un modo simple de sonoridad vocal, como representación viva del cambio en el ambiente exterior, cambio evidenciado desde el giro de escritura a modo de registro y diario llevada en el viaje al apartado veintisiete del capítulo quinto, donde las fechas dejan de aparecer y los relatos son temporalmente espaciados y destinados al registro de vivencias con cualidades excepcionales. 2 Un planteamiento referente al tema lo encontramos en el artículo Porque parece mentira la verdad nunca se sabe de Daniel Sada (Domínguez, 2011) en donde Cristopher Domínguez en base a la dificultad en la lectura de la obra de Sada, resume como una invitación al “exilio”. Sin duda esta lectura es un reto evidente pero que a nosotros por el contrario, puede explicarse más que en la función hermenéutica de actualizar el plano de la expresión, por medio del reconocimiento de las virtudes estéticas en los aspectos formales, como el ritmo y la disposición de sentido (manera de cortar el texto), la ubicación literal de las ideas para nutrir lo fragmentario y a la vez el carácter contrapuntístico de las voces narrativas. 4 En Sada, esta apropiación de lo sonoro por medio de una selección especial de lenguaje, se presenta en niveles, ya que si bien el sentido sonoro de las palabras es determinante desde la estructura en la narración, de igual modo, la inferencia de los distintos narradores y sus irrupciones, y por tanto sus focalizaciones, otorgan un amplio sentido contrapuntístico a la trama, donde pocas escenas se repiten con pequeñas variaciones al tema, y se reevalúan por medio de las diferentes voces, aportando una sonoridad intensa en la línea discursiva, entendiendo aquí el estilo contrapuntístico como aquél efecto musical del siglo XV que promueve la relación entre diferentes voces aparentemente independientes y que se entretejen buscando un recurso estético específico, a saber, el juego entre el equilibrio y la ornamentación. Sumándose a este elemento, tenemos cómo la forma particular de manejar esta sonoridad del idioma, dan otro nivel al sentido sonoro no ya de lo narrativo sino también de los rasgos de los personajes, bástenos citar uno de tantos ejemplos donde el alargamiento dentro de la inscripción gráfica funciona como una manera de transmitir el miedo que paraliza el habla y distingue el estado de ánimo de este personaje en reacción ante la amenaza: ¡¡¡Y trae anteojos oscuros como nooosoootrooos traemooos! -¡¡¡Lo amenazaron de muerte como a nooosoootrooos taaambieeén!!! (Sada: 1999, p 293) Irrumpiendo entonces, este efecto formal del lenguaje como elemento significante que sonoriza la narración y su sentido, lo mismo que la ambientación escénica. 5 En base a lo que hemos visto sobre la noción de barroco, del empleo y sutilezas del lenguaje en cada uno de estos autores, podemos trazar las primeras convergencias estéticas y estilísticas que fundamentan este apartado. Segunda parte: El uso especial de los adjetivos es un punto determinante en ambos estilos. En Carpentier es claro y presente en todas sus obras, pero bástenos citar cómo comienza a describir la selva en Los pasos perdidos para fundamentar lo dicho: Al cabo de dos horas de navegación entre lajas, islas de lajas, promontorios de lajas, montes de lajas, que conjugan su geometría con una diversidad de invención que ha dejado de asombrarnos, una vegetación mediana, tremendamente tupida –tiesura de gramíneas, dominada por la constante, en ondulación y danza, del macizo de bambúes(Carpentier: 1952, p 289) Sada, y es aquí donde precisamente radica mi hipótesis, comparte este privilegio por la adjetivización, desde la cual construye toda una manera de acercarse a la realidad diegética, donde por ejemplo “las chacludillas” implican toda una manera histórica, social, económica y de postura de género local en Latinoamérica que, conjuntado a los otros adjetivos: “…estaban retebonitas aún: jovencitas (¡ay: cositas!), ergo: delicadecitas, antojables…) (Sada, 1999), bordan el entramado estético en el mundo diegético. Otro elemento derivado de este uso de lo barroco en Carpentier es la recreación de los ambientes, las atmósferas. En el escritor cubano, esto es visible si recordamos la escena cuando al entrar al teatro huyendo de la lluvia, comienza a describir sus especificidades instrumentistas, a mostrarnos los contrabajos 6 oscuros, las trompas brillantes, las vertiginosas escalas ascendentes y descendentes de los violines, que además de describir el lugar, construye un clima de nervios y excitación. En Porque parece mentira la verdad nunca se sabe esta predilección por la construcción de ambientes, será justamente uno de los rasgos más profundos. No es finalmente la historia, ni el destino de Trinidad, Cecilia, Papías o Salomón, sino la ambientación del pueblo pequeño en el desierto, de lo terroso, de los buitres que sobrevuelan, del olor de sangre descompuesta en los “muebles”, del mismo ambiente fantasmagórico al final de la obra es lo que a modo de imagen se instala como elemento esencial en Porque parece mentira la verdad nunca se sabe. Todo este juego del lenguaje barroco en Carpentier nace de una necesidad estética y conceptual concreta de describir otra realidad, la realidad latinoamericana, y de este modo, revalidar estos mismos lugares, estas mismas acciones, con nuevas palabras: El novelista americano estaría obligado a hallar, para dirigirse al publico de hoy, <<un vocabulario (no forzosamente tipicista) metafórico, rico en imágenes y color, barroco – ante todo lo barroco- para expresar el mundo maravilloso de América. Las realidades ocultas detrás de las cosas visibles, las entrañas de lo invisible, las fuerzas latentes que mueven nuestro suelo, nuestro mundo telúrico>> (Carpentier en Rincón: 1975, p 45). Es a partir de este uso peculiar del lenguaje llamado “barroco” como el instrumentario estético para atender artísticamente esta realidad desde su plena objetividad de suyo exuberante. 7 En Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, la descripción de Remadrín asemeja en su sentido al de la vastísima selva de Los pasos perdidos, lugares indescriptibles que solo por medio de muchas palabras, de palabras locales, estilizadas, específicas y sobre todo entrelazadas, en favor del despliegue de este mundo igualmente real y maravilloso. Por tanto, el lenguaje, no solo es instrumento en ambos, es preámbulo, origen que ayuda en ese nombrar la creación que de lo particular, de lo tipicista, lo folclórico lleva a lo universal: Termináronse los tiempos de las novelas con glosarios adicionales para explicar que el árbol llamado de tal modo se viste de flores encarnadas en el mes de mayo o agosto. Nuestra criba, nuestros árboles, vestidos o no de flores, se tienen que hacer universales por la operación de las palabras cabales, pertenecientes al vocabulario universal (Carpentier en Tamayo: 1972, p 51) Otra similitud importante la encontramos en la manera en que Carpentier busca el rescate de la palabra. No solo usa los arcaísmos y tipicismos para darnos su imagen de mundo latinoamericano, sino que busca rescatar la esencia del mismo por medio de la expresión, de las palabras que lo definen y conforman. En el caso de Daniel Sada, independientemente de asumirse o no como un compromiso ético como el caso del escritor cubano, este uso particular del lenguaje, poblado de igual modo de arcaísmos y tipicismos, funge de la misma manera que el de Carpentier, pues es palabra impregnada de historicismo, de un contexto cultural específico. 8 Profundizando dentro de las posibilidades sonoras del lenguaje, MariePierre Lassus en el ensayo: La estructura musical de Los pasos perdidos o ˂˂el sonido secreto˃˃, suma la posibilidad de usar el lenguaje a partir de su cualidad de elemento de sonido. Carpentier desborda en ejemplos de esta clase, tomemos solamente como referencia, la descripción donde escuchamos La Novena Sinfonía de Beethoven, a partir de su descripción apegada a lo musical: Acercando la cara, escuché. Ya la quinta de trompas era aleteada en tresillos por los segundos violines y los violoncellos; pintáronse dos notas de descenso, como caídas de los arcos primeros y de las violas, con un desgano que pronto se hizo angustia, apremio de huída, ante una fuerza de súbito desatada (Carpentier, 1952, p 211) En Daniel Sada, el lenguaje produce sonidos, no solo la cadencia rítmica, poética que podemos encontrar por ejemplo cuando por medio del uso de octosílabos dice: Estilacho criminal de burócrata ejemplar que de paso le endilgaba la tatez, y el bulto encima del horror, como se entienda, al que llevaba las riendas de El Firmamento tiempo ha (Sada, 1999) Sino también la trasfiguración real de una palabra sonando, de palabras evocando las verdaderas huellas mnémicas de diferentes cualidades sonoras en el lector, por ejemplo: Es decir, sería como asesinar a una hilera de muñecas: ¡pum!, ¡pum!, ¡tras!, ¡pum!, ¡pum! (Sada, 1999) Otro aspecto a equiparar o a considerar para nuestra comparación es la construcción de lo barroco latinoamericano que Carpentier construye a partir del 9 espacio, de la exuberancia “barroca” de la selva en caso de Los pasos perdidos. En el escritor mexicano, si bien es muy claro el barroquismo del lenguaje como tal, la idea del espacio barroco en Sada parte de las imágenes con pequeñas variaciones (pocas en sí) que retornan invariablemente para crear un saturado entramado de múltiples duplicados de la misma imagen. Ejemplo de esto lo encontramos en la presencia cuasi fotográfica que ofrece la imagen de los cuerpos apilados, juntos, retorcidos, inidentificables por sus partes individuales (imagen ya “barroca”) que retorna y retorna haciendo a modo de collage, un gran cuadro de ángulos sangrientos y empolvados, de decenas de ojos viendo a todos lados. Diversas similitudes todas estas pero, hay una incluso más profunda, que funde el concepto de lo real maravilloso latinoamericano en ambos y es el juego del tiempo: …en nuestras tierras americanas, reducidas a la etapa germinal, de pura fuente de materias primas, por la codicia imperialista, el hombre de mentalidad pre científica ve y realiza lo maravilloso, lo irracional, lo ilógico cada mañana, responde por vías mitológicas a las grandes interrogaciones (Portuondo: 1981, p 557) En Carpentier esto es más que evidente, tómese como gran ejemplo el mito fundacional que integra Los pasos perdidos en Santa María de Los Venados. Recuérdese de igual modo el recurrente y fundamental mito del Sísifo que tanto intrigó a Carpentier. En Daniel Sada, esto no va muy lejos, ya que los mismos habitantes del pueblo de Remadrín encarnan la representación viva del mito del éxodo, sumado al destino de Sísifo de todos los habitantes cayendo innumerables veces para 10 volver a levantarse y enfrentar el mismo destino, la misma hambruna, la misma tristeza como otra cara del presente latinoamericano. Como último elemento afín podemos señalar la incidencia de lo musical que en Carpentier se despliega con base en diversos sentidos dentro de la misma construcción narrativa, en palabras de Manuel Duran, el escritor cubano usa: Frases breves, de sintaxis castiza, adornadas por imágenes –con frecuencia imágenes o metáforas inspiradas por la música-, y cuya fuerza y precisión se deben ante todo al empleo de palabras técnicas, cultas, exactas, inequívocas: el lenguaje de Carpentier es un lenguaje a la vez sabio y sobrio (…) Los dos rasgos esenciales, el uso de tecnicismos y el amor a la imagen o metáfora basada en la música, aparecen desde la primeras páginas (Durán, 1972) Este uso del vocabulario musical metafórico en Carpentier, es recurrente a lo largo de la novela, como ejemplo, lo vemos a partir de artificios estéticos para la descripción del lugar: La ausencia del sol (…) mantiene como en estado de agobio esta naturaleza necesitada del sol para poner a cantar sus colores (Carpentier, 1952, p 361). De igual manera, se puede encontrar lo musical tanto como elemento constitutivo de la diegesis, en tanto como oficio, es el resultado de los problemas de horario y consecuente alejamiento con la esposa que da origen a la situación de infidelidad, así como la causa del viaje (la búsqueda de instrumentos), el motivo de contento al componer en la selva y el sentido por el cual la abandona (la búsqueda de papel para escribir sus partituras). Encontramos aunado a lo anterior, 11 el uso de lo musical como fundamento de la estructura a priori del mundo narrado, esto es de la descripción y determinación lógica del espacio o / y del tiempo: Me invitan las notas de un gradual de órganos. Con los profundos ecos resuenan los latines litúrgicos bajo las bóvedas del deambulatorio. (Carpentier, 1952, p 356) La música en el escritor cubano, funciona además como elemento base para la configuración psicológica de los personajes, como encarnación del mito, como elemento representativo de la detención del tiempo en la selva a partir del treno, por mencionar solo algunas de las implicaciones. En Sada el trabajo de lo musical a través del lenguaje, tiene su contraparte en la manera en que se inspira en el ritmo de corridos y romances como el autor nos hace ver en una de sus entrevistas: De modo que busqué una cadencia rítmica, que fuera el más natural sonido castellano. Descubrí que el octosílabo era la esencia más nítida de nuestro idioma. El octosílabo esta en los romances, en los corridos, en los boleros, en el canto popular, en las rumbas, en las guarachas, en el merengue, en los sones veracruzanos (…) En Casi Nunca predomina el octosílabo (…) Para mí el ritmo es el magma de todas las artes (Sada en Munaro: 2011) Cabe señalar que va a ser en esta misma entrevista donde Daniel Sada marca al mismo Carpentier dentro de sus escritores predilectos. Influencia evidenciada al menos estilísticamente, desde los puntos antes descritos. Conclusiones: La estructura narrativa barroca re-organizada por Alejo Carpentier como una presencia poética patente como determinación literaria de una configuración 12 maravillosa en Latinoamérica, y en base a las notas comparativas, tiene su equivalente en la estructura narrativa barroca de Daniel Sada. Ambos comparten los fundamentos y cualidades del lenguaje para aportar a sus novelas abundantes descripciones por vía de la subjetivización haciendo uso de un lenguaje específico, compuesto de regionalismos, con miras a una develación de mundo específico, así como el rescate del discurso de éste espacio latinoamericano. Ambos buscan y “juegan” con la sonoridad de las palabras como ambientación espacial y funcional, creando finalmente los contextos, las atmósferas de una Latinoamérica que retorna en el tiempo y fundamenta lo profundo de sus acciones en los grandes mitos, como el fundacional indeterminado en su expropiación o el mito griego de Sísifo atado al permanente retorno de su encomienda infructuosa. En las dos narrativas se inserta la huella de lo musical como modelo, como soporte. De esta misma forma podemos encontrar escenas concretas que funcionan a modo de Leitmotiv. En el barroco de Alejo Carpentier y Daniel Sada, encontramos finalmente un despliegue de representaciones visuales, de imágenes de nuestra vasta esencia, porque el centro, nuestra Latinoamérica, es rica, ya sea yendo desde lo Caribeño Carpenteriano, hasta lo desértico del norte mexicano en Sada. 13 BIBLIOGRAFIA: • Acosta, Leonardo. 1972. El ‘barroco americano’ y la ideología colonialista. Revista Unión, La Habana, set. De 1972. a. XI, n. 2-3, p 51-7. • Carpentier, Alejo.1952. Los Pasos Perdidos. Obras Completas. Editorial Siglo Veintiuno Editores. México. p 289. • Cofiño López, Manuel. 1977. Entrevista inédita. Recopilación de textos sobre Alejo Carpentier. Casa de las Américas. La Habana Cuba. • Durán, Manuel. 1972. “Viaje a la semilla” el cómo y el porqué de una pequeña obra maestra. Asedios a Carpentier. Once ensayos críticos sobre el novelista cubano. Ed. Universitaria. Santiago de Chile. p 63 – 87. • Lassus, Marie-Pierre. 2005. 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