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Una obra excepcional que reúne en un
solo volumen los cinco temas básicos
del ajedrez, especialmente orientados
para el jugador competitivo:
• Saber cómo enfocar y jugar las aper­
turas.
• Formular un plan en cualquier posi­
ción.
• Analizar sus componentes esencia­
les.
• Llevar a cabo una combinación co­
rrecta.
• Utilizar una técnica eficaz en el final.
Cada uno de estos cinco principales te­
mas está aquí repartido en cuatro lec­
ciones, constituyendo por tanto un
curso completo en veinte lecciones. Así,
la discusión sobre Táctica y combina­
aones presenta un enroque ameno
y completo del tema; los elementos y
principios en que se basa un correcto
tratamiento de la apertura se ilustran,
en tres variantes distintas, por medio de
partidas; en Cómo analizar una posición
se estudia la metodología necesaria
para decidirse por una determinada se­
rie de jugadas, tras una evaluación de
los correspondientes factores posicio­
nales; el final se trata metódicamente
con ejemplos originales y recientes. Por
último, en la lección complementaria, la
21 , que lleva por título Indicaciones y
consejos prácticos para el juego de tor­
neo, se brindan las orientaciones funda­
mentales con vistas a un éxito efectivo
«sobre el terreno».
El propósito de estas lecciones es pro­
curar al ajedrecista serio, de fuerza me­
diana, los elementos esenciales y los
componentes de un arsenal básico para
un juego bueno y sólido, y suministrar
el bagaje necesario para todo buen ju­
gador «culto».
AJEDREZ MAGISTRAL
D. KOPEC, G. CHANDLER, C. MORRISON,
N. DA VIES, l. D. MULLEN
AJEDREZMAGISTRAL
1
ESCAQUES
EDICIONES
MARTINEZ
BARCELONA
ROCA
Título original: Master Chess. A course in 21 Lessons
Traducción de J. M. López de Castro
©
©
1985, D. Kopec, G. Chandler, C. Morrison, N. Davies and l. D. Mullen
1987, Ediciones Martínez Roca, S. A.
Gran Via, 774, 7.0, 08013 Barcelona
ISBN 84-270-1101-6
Depósito legal B. 2441-1987
Impreso por Diagrafic, S. A., Constitució, 19, 08014 Barcelona
Impreso en España - Printed in Spain
AGRADECIMIENTOS
La idea de esta obra nació de nuestras conversaciones con W alter Munn,
presidente de la Asociación Escocesa de Ajedrez (Scottisñ Chess Association ). Sus cinco coautores, sin excepción, son miembros de la Asociación de
Maestros de Ajedrez de Edimburgo (Edinburgh Chess Masters Association ),
grupo formado para promover una competente enseñanza ajedrecística destinada ajugadores de todos los niveles por debajo del de «maestro». Una de las
primeras tareas que se encomendaron al grupo fue la de preparar un conjunto
de lecciones o material didáctico para uso de profesores y alumnos en Escocia. De aquel proyecto inicial ha salido el presente libro, tras una serie de importantes cambios.
Damos aquí las gracias a Martín Richardson, antiguo director ejecutivo de
la colección ajedrecística « Pergamon», por sus sugerencias y ayuda en la realización de este trabajo. Nuestra gratitud se extiende también a las siguientes
personas e instituciones: Alistair Girvan, presidente del Subcomité Pedagógico de la S.C.A.; Dr. Ken Stewart, secretario adjunto de la misma Asociación;
Bill Wallace, Alee MacFarlane, Alee Taylor, Harry Leask, Morag Mullay,
Prof. D. Michie, Club de Ajedrez de Edimburgo(Edinburgh Chess Club). Finalmente, damos las gracias a los miembros del Centro de Investigaciones sobre la Inteligencia Mecánica (Machine Intelligence Research), por habemos
permitido utilizar sus instalaciones.
7
,
Indice
Símbolos
... ..............................................
Introducción.
Nuestro propósito y sugerencias metodológicas,
por Danny Kopec, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Lecciones 1-4. Táctica y combinaciones, por Geoff Chandler
Lecciones 5­8. Cómo analizar una posición,
por Danny Kopec, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Lecciones 9-12. Cómo formular un plan,por Chris Morrison
Lecciones 13-16. Principios e ideas de apertura,por Nigel
Davies, M. /. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1O
11
15
54
76
98
Lecciones 17-20. Finales,por Jan D. Mullen
111
Ejercicios 1 (Lecciones 5-8) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
134
Ejercicios 11 (Lecciones 9-12)
...............................
140
.............................
145
Ejercicios IV (Lecciones 17--20) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
150
Ejercicios 111 (Lecciones 13-16)
Lección 21. Indicaciones y consejos prácticos para el juego de torneo,
por Jan D. Mullen y otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
156
Solución de los ejercicios (lecciones 1-4) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
162
Glosario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
165
9
SÍMBOLOS
+
+­
jaque
ventaja decisiva de las blancas
ventaja decisiva de las negras
igualdad
enroque corto (flanco de rey)
enroque largo (flanco de dama)
buena jugada
jugada excelente
mala jugada
error craso
jugada interesante (merece atención); invita a complicaciones
jugada dudosa
­+
0-0
0-0-0
"
?
??
!?
?!
mate
1-0
0-1
tablas
las blancas ganan
las negras ganan
El ejemplo siguiente, que ofrecemos en los dos sistemas de notación, está
constituido por una partida de sólo 9 movimientos. Se trata de una Apertura
Española (Variante del Cambio) mal jugada.
Notación algebraica
l. e4
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10
Cf3
Ab5
AXc6
0-0
h3
h X g4?
Ch2
f3
0-1
e5
Cc6
a6
d X c6
Ag4
h5
h X g4
Dh4-+
g31
Notación descriptiva
l. P4R
P4R
C3AR
C3AD
A5C
P3TD
A XC
PD X A
0-0
A5CR
P3TR
P4TR
PX A?
PXP
C2T
D5T
Las negras están ganando
9. P3AR
P6CI
Las blancas abandonan.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
INTRODUCCIÓN
NUESTRO PROPÓSITO
Y SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
DANNY KOPEC,
M. l.
En las lecciones que siguen ofrecemos al lector una serie de informaciones
directa o indirectamente pertinentes a toda partida de ajedrez. Saber cómo enfocar y jugar las aperturas, formular un plan en tal o cual posición, analizar sus
componentes esenciales, llevar a cabo una combinación correcta y, por último, utilizar una técnica eficaz en el final para ganar, todo ello forma parte integrante del bagaje ajedrecístico de cualquier buen jugador. Ahora bien, a lo
largo de los siglos se han escrito millares de libros sobre el juego de ajedrez.
¿Qué necesidad hay de otro más, en especial cuando ninguno de los temas tratados es particularmente original?
Creemos que la presente obra es única en su género, al reunir en un solo volumen cinco temas básicos de ajedrez y presentarlos en una forma especialmente orientada al jugador de club (ELO 1450-1750). Cada uno de estos cinco principales temas aparece repartido en cuatro lecciones, constituyendo así,
de hecho, un curso completo de 20 lecciones destinadas al estudiante serio
cuyo objetivo es llegar a convertirse en buen jugador. La «escena» que lleva a
una animada discusión sobre «Táctica y combinaciones» representa un enfoque tan ameno como completo del tema. Los elementos y principios en que se
basa un correcto tratamiento de la apertura se ilustran, en tres variantes distintas, por medio de partidas. En «Cómo analizar una posición» consideramos la
metodología necesaria para decidirse por una determinada serie de jugadas,
tras una evaluación de los correspondientes factores posicionales. El final y
sus aspectos más orientados al conocimiento teórico" se tratan metódicamente en las lecciones 1 7-20. Por Jo general, los ejemplos aducidos son originales y
recientes.
* Es importante disponer de datos específicos sobre los aspectos y objetivos
teóricos de cada uno de los finales tratados. No basta el cálculo por si solo, mientras
que un poco de teoría puede llevar muy lejos.
11
Todos los libros de ajedrez que he leído tienen en común el enfocar o ilustrar la enseñanza mediante ejemplos -combinaciones en una posición determinada o partidas completas-, y en este sentido nuestra obra no es diferente.
Mas los buenos libros cuyas ilustraciones quedan mejor grabadas en la memoria son aquellos que han sabido poner buenas «etiquetas» a los buenos ejemplos. Así, «La embriaguez del éxito», encabezamiento de una de las secciones
del libro de Kotov Piense como un gran maestro, dice mucho en muy pocas palabras y se explica de por sí; da cuenta del derrumbamiento de una vana e ignorante seguridad en el propio juego mejor que muchas descripciones detalladas.
En el mismo caso se encuentra la terminología de Kmoch en E/poder de los
peones en ajedrez, cuando habla del «despeje-tapón» (The Sweeper-SealerTwist);" cada término de esta expresión tiene un sentido preciso con vistas a
la memorización. Otro tanto hemos querido hacer aquí nosotros al utilizar deficiones bien escogidas y concisas, así como ejemplos de muchos términos y
conceptos ajedrecísticos más o menos conocidos.
Se estima que un maestro de ajedrez es capaz de almacenar en su memoria
unos 50.000 modelos de posición. Nadie hasta la fecha ha intentado averiguar
en qué consisten exactamente tales «modelos», quizá por lo inadecuado de
nuestro saber actual sobre la cognición humana en lo referente a percepción,
memoria y reconocimiento de pautas o «tipos». ¡No hay por qué preocuparse!
Eso está bien lejos del objetivo que aquí perseguimos, aun cuando pueda un día
llegar a ser factible a medida que vaya progresando el estudio de la inteligencia
artificial.
Nuestro propósito es procurarle al estudiante serio de ajedrez, de fuerza
mediana, los elementos esenciales, los componentes del arsenal básico para un
juego bueno y sólido. Con estos fines corre parejas la intención de suministrar,
en un libro de aproximadamente 16 5 páginas, el bagaje que juzgamos necesario para todo buen jugador «culto».
Durante el desarrollo de su habilidad ajedrecística, muchos jugadores se
sorprenden a sí mismos con lagunas y hasta una clara ignorancia de esta o
aquella fase de la partida. Para la mayoría de los ajedrecistas de fuerza inferior
a la de maestro, la fase más débil suele ser el final. Con todo, no pocos jugadores se quejan también de su incapacidad para hallar el plan apropiado a lo que
evalúan como una buena posición, y todavía son más numerosos los que se
sienten muy incómodos cuando la apertura no discurre por caminos bien conocidos y «teóricos», que ellos han estudiado o memorizado. Tal es, obviamente, la clara explicación y justificación de cada una de las cinco principales secciones de este libro. Todas ocupan su lugar lógico, y esperamos que la presentación del material les parezca a los lectores fácil de entender y generalizar, a
diferencia, por ejemplo, del típico libro sobre una específica variante de apertura, que tiende a abrumar al lector hasta el punto de resultarle contraproducente.
He aquí, pues, la cuestión clave: A partir del material presentado ¿será capaz el estudiante de encontrar, por inducción, jugadas originales y correctas en
las posiciones que surjan durante sus partidas? Esto significa que, si un motivo
.. Movimiento del peón que «despeja» (sweep = «barrer» o «despejar barriendo») una casilla o puesto avanzado en el propio campo, «tapona» (seal= «sellar» o
«taponar») otra en el campo contrario y provoca un cambio radical, repentino y
posiblemente inesperado en la estructura de peones.
12
se aplica a cierta posición con definidas características y a otras treinta posiciones con idénticos rasgos, tal vez se aplique también (modificado o no) a todas las posiciones del mismo tipo. En otros empeños intelectuales, este proceso podría igualmente llamarse generalización; pero ello no basta en ajedrez,
donde hay que estar siempre alerta para reconocer las cualidades o características únicas de cada posición y sus requerimientos propios. El hallazgo de un
plan adecuado, como doblar torres en una columna abierta, es sólo una pequeña parte de la completa y correcta conducción de una partida de ajedrez, que
puede exigir toda una secuencia de buenos planes. El enfoque inductivo es distinto y diametralmente opuesto al que también ofrece ejemplos (la ti pica monografía de una apertura, etc.), pero requiere que el lector desarrolle sus propias
ideas por «deducción» (procediendo hacia atrás) a partir de los mismos.
La lección complementaria, que lleva por titulo «Indicaciones y consejos
prácticos para el juego de torneo», pretende brindar unas cuantas orientaciones prácticas con vistas a un éxito efectivo «sobre el terreno». Nunca se insistirá lo bastante en la importancia deformular preguntas (las pertinentes, esperémoslo) y aprender de las propias derrotas.
Cabe aquí todavía una breve advertencia. El ajedrez es unjuego arduo. No
hay en él soluciones fáciles. Exige una buena dosis de trabajo duro, perseverancia y determinación, sin que ello garantice la excelencia o el éxito. Esto se
debe a su carácter único, por ser a la vez ciencia, deporte y arte. No basta un
mero conocimiento del modo de proceder, ni la puesta en práctica de lo que se
sabe, ni el simple hallazgo de jugadas con atractivo estético o artístico. Cualquiera de estas facetas, aisladamente considerada, puede llevar a un deprimente fracaso. Al estudiante que recorra con cuidado nuestras cinco secciones
principales, las asimile bien y las complete con la panoplia de «Ejercicios» y de
«Indicaciones y consejos prácticos para el juego de torneo», ni siquiera podemos prometerle nada, por desgracia, en cuanto a resultados.
No existe ningún sustantivo de la experiencia de los factores dinámicos del
ajedrez adquirida «sobre el tablero». Podrá uno saberlo todo sobre las ideas y
principios que rigen la apertura, sobre táctica y combinaciones, análisis, planificación y hasta finales, y aun así, en el momento de hacer la mejor jugada ( o
una buena), no la hará.
Aquí es donde la comprensión se distingue de la información o «conocimientos». La experiencia puede en esto desempeñar un gran papel. Lo demás
depende de ti, lector.
13
Lecciones 1­4
TÁCTICA Y COMBINACIONES
GEOFF CHANDLER
El torneo de fin de semana
quila y se acabó: no puede
evitar el mate. Él mismo me
lo ha enseñado después de
la partida.»
Acto 1
ESCENA: La sala de análisis durante un torneo de qjedrez. Los jugadores, sentados, examinan sus partidas. PEDRO, solo ante un tablero y
con la mirada perdida, es la viva
imagen de la desolación. Entra JuAN
y se sienta frente a él.
JuAN:
«iHola, Pedro! ¿Qué tal te
ha ido?»
(PEDRO levanta la vista y empieza a
mover las piezas de un lado para
otro.)
PEDRO: «En esta posición podía haber ganado una pieza si hubiera jugado esto y esto.»
(PEDRO sigue moviendo las piezas.)
PEDRO: « ... y aquí tenía un ataque de
mate. Podía haber sacrificado el caballo en g7 y él lo te­
nía que tomar so pena de
perder una torre. Luego yo
hago esta bonita jugada tran-
JuAN:
«Parece convincente. Pero
¿qué has hecho en defuritiva?»
PEDRO: «iHe perdido!»
Telón
Esta pequeña escena se repite una
y otra vez en Jigas y torneos al acabarse las partidas. El acto podía haberse
prolongado, con Juan preguntándole
a Pedro por qué babia jugado tan mal,
cómo no babia visto esto o aquello,
pese a llevar 15 años participando en
campeonatos. Y con Pedro respondiéndole con las clásicas disculpas:
tenia demasiado trabajo, se encontraba enfermo, babia dormido mal, el
tráfico le babia puesto nervioso o ...
[le había atacado un enjambre de abejas!
A Pedro no le faltarán nunca excusas por haber perdido una partida,
en vez de admitir que:
15
a) no entra en sus planes emprender
un ataque con sacrificio a menos
de contar con un 110% de probabilidades de éxito;
b) le encanta, sí, ganarle piezas a su
adversario, pero jamás intenta profundizar en las posiciones que requieren jugadas sutiles.
LECCIÓN 1
Estas lecciones van destinadas a
todos los «Pedros» que frecuentan
las salas de torneo.
Antes de empezar a poner gotas
de veneno a las flechas de los estu-
diantes, definiré los términos «táctica» y «combinación».
T•etica
Llámase así la lucha cuerpo a
cuerpo que tiene lugar sobre el tablero cuando las piezas de ambos bandos entran en contacto directo unas
con otras, por ejemplo atacando y defendiéndose. En esencia, una jugada
táctica entraña una amenaza o serie
de amenazas a las que el adversario
ha de responder inmediatamente. De
ordinario se trata de una secuencia
forzada, por lo que el número de réplicas posibles suele ser limitado.
Tabla l. «Árbol táctico» con una lista de motivos tácticos en las combinaciones
Ataque de mate
Tipos de mate
Ganancia de
material
Mate ahogado
Ganancia de una
pieza dejada en
prise (sin defensa)
Mate del
«pasillo»
Amenaza
inadvertida
Persecución
del rey
«Horquilla» de
caballo
Sacrificio clásico
del alfil
«Pinchos» y otras
«horquillas»
Jaque doble y a
la descubierta
Clavadas
Doble sacrificio
de torre
Doble sacrificio
de alfil
Ataque a un
«punto flaco»
( cualquier casilla
guardada sólo por
el rey)
16
Pieza
sobrecargada
Pieza
«desesperada»
Coronaciones o
promociones de
peón
Ataque a la
descubierta
Posicional
De tablas
Creación de un
peón pasado
Tablas por
ahogado
Puesto avanzado
del caballo
Jaque perpetuo
Torre(s) en
séptima
Liquidación con
vistas a un final
ganado
Destrucción de
la estructura de
peones
Control del
centro
Obtención del par
de alfiles
Cambio oportuno
de damas
Reducción a
finales teóricos de
tablas, v. g. dos
caballos y rey
contra rey, alfil
malo y peón de
torre, etc.
Combinaci6n
La combinación es una serie de
jugadas tácticas que se hacen para
obtener una ventaja ( o para disminuir o neutralizar una desventaja). El
número de movimientos es muy variable: podrán ser dos, cinco o quince ...
Hay cuatro principales tipos de
combinación:
l. Ataque de mate.
2. Combinación para ganar material.
3. Combinación posicional.
4. Combinación de tablas.
En cada una de estas clasificaciones existen muchos «trucos del oficio», que constituyen el grueso del arsenal de todo ajedrecista. Para ayudar al estudiante, le ofrecemos aquí,
en forma de tabla, un «árbol táctico»
con una lista de los principales motivos tácticos que se discutirán a continuación. Cualquier buena jugada de
ajedrez entra en una de estas tres categorías:
l. Táctica (definida más arriba).
2. Estratégica ( despliegue de las
propias fuerzas, parte de un
plan de conjunto, maniobra,
etcétera).
3. Forzada(huidaocoberturade
un jaque, respuesta a una captura con otra, etc.).
Es de notar que las combinaciones de mate y las de ganancia de material están estrechamente ligadas y
que las ideas utilizadas en una combinación para ganar material pueden
servir (y a menudo sirven) para dar
mate al rey enemigo.
Las combinaciones posicionales
se juegan para ampliar el radio de acción de las piezas propias, preparando así el terreno para una futura ga-
nancia de material o combinación de
mate.
Las combinaciones de tablas hablan por sí mismas y le brindan al jugador táctico la posibilidad de salvarse «por pelos» en posiciones perdidas, anulando la partida.
Términos tácticos
La mayoría de los términos tácticos se explican por sí solos, v. g. obstrucción, despeje de líneas, despeje
de casillas, atracción, etc. En el Diagrama 1 las blancas utilizan estos
cuatro temas para lograr el mate.
l. Td4
La torre se sacrifica para obstruir
la defensa negra de la casilla h4.
1
8
7
6
5
a
b
e
d
l.
2. A X e6+
e
g
h
AXd4
Ahora el alfil despeja la columna
para uso de la torre y la dama.
2.
3. Th8+
AX e6
La segunda torre se entrega para
despejar la casilla hl que ha de ser
ocupada por la dama, y también para
atraer al rey negro a h8, lo que permi-
17
te a las blancas ganar un tiempo vi-
tal.
3 ..•.
4. Dhl+
RXh8
Rg8
Nótese que, si las blancas no hubieran jugado previamente l. Td4,
ahora el negro podría defenderse mediante 4 .... , Dh4.
S. Dh7 mate
Ahora ponemos más piezas en el
tablero y nos situamos unas pocas jugadas antes.
3
8
7
6
5
4
Ataque de mate
Mates tipicos y procesos mentales
abe
«Una profunda comprensión
de las posiciones típicas de mate
hace que las más complicadas
combinaciones de sacrificio que a
ellas conducen no sólo no parezcan difíciles, sino aun se den por
supuestas» (Tarrasch).
Así como un cocinero puede imaginar la versión acabada de una comida que está preparando, así también
el ajedrecista debe visualizar, antes
de iniciar un ataque, la posición final
de mate o el mate típico que aparecerá en el tablero como resultado de su
ofensiva. Veamos, para empezar, un
tipo sencillo y común de mate con
dama y caballo.
2
8
7
6
5
4
3
2
a
18
d
e
g
h
de
gh
Como el estudiante ha visto ya el
mate típico con dama y caballo, no le
llevará mucho tiempo elaborar la
combinación correspondiente:
l. Tc61
Esto impide que la dama negra
siga protegiendo al caballo de f6, a la
vez que despeja la diagonal bl-h7.
l.
2. C X ffi+
d X c6
Rh8
3. D X h7 mate.
Mirando así las cosas, el estudiante podrá apreciar lo paradójico
de las combinaciones de mate, cuya
idea surge a menudo ... idando marcha atrás!
En primer lugar, conocíamos un
mate típico y pudimos visualizarlo en
la posición dada. Sólo el caballo de f6
lo impedía. Por ello nos fijamos en
este caballo, encontramos una manera de quitarlo de en medio, bloqueando su pieza defensora, y ya no nos
quedaba sino asestar el golpe final.
Pese a la sencillez de este ejemplo, no cabe duda que hasta las más
difíciles combinaciones de mate pueden dividirse en componentes sim-
ples. La analogía con la cocina viene
aquí a cuento. Vemos primero en
nuestra mente el pastel que querem<>s confeccionar ( el mate típico),
poseemos los ingredientes ( dama y
caballo) y la receta ( el orden correcto de jugadas).
El diagrama que sigue nos muestra otro mate típico, con torre y caballo esta vez.
4
8
Al estudiante le es posible, lo repetimos, desglosar el proceso mental
del que brota la combinación. El jugador experimentado resolverá pogiciones similares casi sin pensarlo, ya
que tales procesos han quedado fijos
en su memoria y se han convertido
para él en una segunda naturaleza.
«La dama podría tomar el peón h,
luego la torre iría a esa columna y daría jaque, sin que nada se le interponga: [es mate!» Vista así la cosa,
resulta tan fácil como... hacer un
pastel.
Modelos de mate
(Véanse los diagramas de la página
siguiente)
o
b
e
d
e
g
h
De nuevo añadimos unas cuantas
piezas y damos marcha atrás.
s
8
7
6
5
4
3
2
El estudiante, puesto ya sobre la
pista, no tendrá dificultad en hallar la
combinación ganadora.
l. Ce7+
Rb8
2. D X b7+ R X b7
3. n1 mate.
El estudiante observará que, en todos los casos, un alfil o una torre pueden ser sustituidos por la dama. La
mayoría de las veces en que se emplean alfil y torre para dar mate, la
posición de ambas piezas o de una de
ellas no tiene por qué ser exactamente la misma que aparece aquí.
En el Diagrama S el mate se fuerza tras l. ffí. El Diagrama W representa un mate que se da típicamente
en el enroque largo; la oportunidad de
jugarlo no es infrecuente, ni mucho
menos.
Los Diagramas X, Y y Z son mates típicos del fmal de partida, con los
que el estudiante ha de familiarizarse
bien; por supuesto, no se puede forzar el mate del Diagrama Z. El estudiante reproducirá en el tablero las
posiciones dadas, acordándose de ir
intercambiando el alfil y la torre con
la dama, pues esta última es la que a
menudo propina el golpe mortal. Con
estas posiciones grabadas en la mente, es mucho más sencillo descubrir y
calcular un ataque de mate.
19
A
8
e
F
G
H
K
L
D
E
J
~
M
N
o
­~
20
p
Q
R
s
T
u
V
w
X
y
LECCIÓN 2.
2. De8+
T X d8
3. en mate.
ATAQUES DE MATE
Ejemplos prácticos
Algunos de los ejemplos que ofrecemos provienen de mis propias partidas o de encuentros entre jugadores
de fuerza media. Ello obedece a dos
razones:
1. Tales partidas tienen lugar entre ajedrecistas del mismo nivel que el de aquellos a quienes se dirige este libro, y en
ellas no siempre se han hecho
las mejores jugadas de defensa. Esto puede resultar muy
instructivo.
2. Reproducir todas las joyas clásicas del pasado podría asustar al estudiante, llevándole a
pensar que sólo los maestros
son capaces de producir esas
combinaciones.
Sacrificio clásico del alfil
La oportunidad de realizar este
sacrificio se da con relativa frecuencia entre jugadores poco experimentados. El ataque se dirige aquí contra
el enroque corto privado de un caballo defensor en f6. Las blancas sacrifican el alfil en h7 y luego dan jaque
en g5 con el caballo. Esto despeja la
diagonal dl-h5 para que la dama pueda dar el golpe de gracia.
7
Mate ahogado
Todo estudiante debe conocer bien
este mate, heredado de Philidor.
6
o
b
d
e
g
h
Posición típica para el clásico sacrificio de alfil. Aconsejamos al lector que estudie el tratamiento del ataque contra las tres posibles defensas.
J. A X h7+, R X h7; 2. Cg5+
2.
3. Dh5
o
b
e
d
e
g
Aitkens-Jacobs 1915
Las blancas ganan así:
l. Cd6+
Rd8
h
4.
5.
6.
7.
8.
(a)
Rg8
Te8
D X r7+ Rh8
DhS+
Rg8
Dh7+
Rf8
Dh8+
Re7
D X g7 mate.
2.
3. Dg4
(b)
Rh6
Th8
21
4. C X e6+ Rh7
S. D X g7 mate.
l. Ae2
Ofreciendo a las negras un cebo
en el que pican alegremente.
(e)
2•...
3. h4
Rg6
Th8
TX hS
4. hS+
l. ...
e X f3?
2. e X b7
A X b7
3. AbS jaque doble y mate.
rs
S. Dd3+
6. e X ffi+
7. Df3+
8. Df7+
9. D X hS
R X ffi
Re7
Rd6
Jaque a la descubierta
y las blancas ganan.
3•...
4. d
(el)
x es
Es también un arma potente. La
posición del Diagrama 9 surgió de
una variante poco usual de la Apertura Española.
CdX e5
C X eS
Rf6
Re7
S. hS+
6. Ch7+
7. Aa3+
Las blancas ganan.
7
6
El estudiante deseoso de profundizar en el sacrificio clásico del alfil,
lo encontrará examinado con todo
detalle en el libro de V. Vukovié The
Art of Attack in Chess, de la serie
«Pergamon».
Jaque doble
5
o
La fuerza de un jaque doble es a
menudo suficiente para ganar. Reside en el hecho de que obliga al rey
enemigo a moverse. He aquí un divertido ejemplo tomado de una sesión de
simultáneas jugadas por Nimzovich,
8
8
7
b
e
d
e
g
h
El titular de las piezas blancas
( que jugaba en un torneo de poca categoría, Grangemouth 1980) capturó
el caballo de c3 y, más adelante, salió bien librado con tablas. Si hubiera tenido mayor fe en los jaques a la
descubierta disponibles, habría continuado:
l. C X c6+ Ae7
2. C X e7
C X di
3. Cg6+!
De7 (forzada)
4. C X e7
RfB
S. C X c8 y las blancas que·
dan con una pieza de más.
6
5
4
3
2
Mate del «pasillo»
a
22
9
8
b
e
d
e
e;¡
h
A todo el mundo le han dado algu-
na vez este mate en su primera fila.
iYo mismo lo recibí en cierta ocasión, y a lajugada siguiente, después
de pasarme 1 O minutos reflexionando en una posición cómoda!
El primer ejemplo viene de una
liga entre escolares. Estamos a punto de presenciar un error muy común: jugar lo que salta a la vista.
3. Aa3+
El rey negro es empujado detrás
de sus peones.
4. Tc8+
7
AXc8
Las blancas explotan la sobrecarga de una pieza enemiga, desviándola de la protección de e8.
5. Te8 mate.
10
8
Rg8
11
8
6
5
4
5
4
3
abe
de
gh
Las blancas continuaron 1. T X
e5 y depusieron las armas tras l. ... ,
Te X e5, ya que lo que pretendían, 2.
D X f7 +, es ahora ilegal (la dama
está clavada). Tenían que haber jugado:
l. D X n+ e X
2. T X e8 mate.
n
El ejemplo siguiente es de Vladimir Vukovié. Procederemos paso a
paso, puesto que contiene varios motivos tácticos. (Véase diagrama 11.)
l. D X f8+
R X f8
Las blancas debilitan la última
fila.
2. Cd7+
AX d7
Ahora despejan para sí mismas la
columna e y fuerzan la apertura de la
columna c.
2
abe
de
gh
La combinación es impecable.
¿Cómo hará el estudiante para rematar así una partida? Sólo podemos recomendarle que mantenga los ojos
bien abiertos y adquiera el hábito de
examinar, como cosa corriente, to­
das las capturas y secuencias forzadas.
Doble sacrificio de torre
La consabida batalla ajedrecística entre material y desarrollo tiene visos de durar eternamente. El doble
sacrificio de torre ( con el que el
atacante ofrece el jugoso cebo de sus
dos torres para ganar tiempo decisivo mientras el adversario las captura) habla muy alto a favor del desarrollo.
Pocos ejemplos pueden situarse a
la altura de la imaginación de Jacques Mieses, que se «saca de la man-
23
ga» un doble sacrificio de torre en la
posición del Diagrama 12.
12
ciones previas, mencionadas porTartakover, para que una combinación
de este género sea correcta:
«El rey atacado debe estar expuesto y sus piezas poco disponibles para la defensa. La torre del
atacante ha de perseguir un doble
objetivo: impedir que el rey enemigo huya al otro flanco y tomar
parte en el asalto final sin pérdida
de tiempo.»
He aquí un ejemplo relativamente reciente.
o
b
e
d
e
f
g
h
13
Craddock-Mieses
Tb81
l.
Tras esta jugada aparentemente
anodina, las blancas caen en una diabólica red:
2.
3.
4.
5.
Ce4
Ac5
C X f6+ D X f6
A X c6+ b X c6
D X b8+
Parece, en efecto, como si l. ... ,
Tb8 hubiera sido un grave error.
6....
7. Rdl
DB
Única.
7.
8. Rc2
9. Rbl
DXe2+
D Xc4+
Dd3 mate.
Doble sacrificio de alfll
Se trata de algo bastante infrecuente en la partida real, pero su mecanismo es digno de estudio y puede
aplicarse a otros muchos sacrificios
típicos de ataque. He aquí las condi-
24
5
4
3
2
o
b
e
d
e
g
h
Miles-Browne, Lucerna (ol.) 1982
Miles remató así la partida:
l. A X h7+! R X h7
2. DhS+I
Rg8
3. AXg71 RXg7
Si 3 .... , f6, sigue 4. Dh8+, Rf7; 5.
A X f8 amenazando 6. Dh7+.
4. Dg5+
5. Df6+
6. Tc41
Rb8
Rg8
(l-0)
De hecho, los dos alfiles se utilizan como carne de cañón para abrir
brecha en la fortaleza del rey contrario y permitir así la penetración de la
artillería pesada (dama y torre) para
dar un típico mate. La falta de defensores en el flanco de rey constituye la
base de éste y otros asaltos violentos, incluido el del ejemplo siguiente.
Ropajes reales
Las blancas tienen dama, torre,
alfiles y caballo a «tiro de piedra» del
rey negro. Con semejante fuerza de
ataque pueden permitirse el lujo de
sacrificar un par de piezas y disponer
todavía de suficiente ventaja de material en el ala de rey. El remate es tan
directo como brutal:
Por esta razón los jugadores débiles desaprovechan no pocas veces la
oportunidad que se les presenta de
dar caza al monarca enemigo, al faltarles la audacia necesaria para sacrificar material si no han podido analizar completamente la posición. Un
jugador más fuerte no se molestará
siempre en analizar todas las posibles variantes, pues le basta con saber que un rey que sale «de paseo»,
exponiéndose al fuego abierto de las
tropas enemigas, raramente sobrevive.
15
14
a
b
e
d
e
g
h
Shestoparov-Serzhanov,
URSS 1955
l. T X dSI
A X as
2. A X h71 R X h7
3. Cffi+ con mate inevitable.
(3 .... , g X f6; 4. DhS+, Rg7; 5.
Dh6+, Rg8; 6. A X f6.)
Persecución del rey
Aquí el rey es invitado o forzado a
salir a campo descubierto, donde se le
da mate. Muy a menudo es imposible calcular hasta el fin una combinación de esta clase, y el atacante ha de
confiar en su «instinto» para prever el
desenlace.
a
b
e
d
e
g
h
Mullen-Weedon, Edimburgo 1980
1.
en
2. D X h7+
3. Ad4+
R
x
Rffi
rt
RgS
Hasta aquí había llegado el cálculo de las blancas. Ahora emplearon
5 minutos para dar con la continuación decisiva:
4. g3
Las negras no pueden parar la
amenaza 5. Dh4 seguido de 6. Df4
mate, sino a costa de ruinosas pérdidas.
25
8. DXdB
9. Ddl
Combinaciones contra
el <<punto naco»
Este concepto no es enteramente
nuevo en estrategia ajedrecística, ya
que todos los jugadores lo reconocerán si les digo que es el «punto flaco» de las negras al principio de la
partida.
En la posición característica del
enroque corto, la casilla g7 está protegida sólo por el rey, por lo que es ahí
donde las negras se muestran más débiles.
n
Ab4+
AXdl+
Las posibilidades de ambos bandos son aproximadamente iguales,
aunque nadie parece estar muy seguro de esta posición.
La oportunidad de jugar combinaciones contra
o f2, si las blancas se descuidan) se da con mayor
frecuencia en las partidas de aficionados. Las lecciones introductorias de
este manual, unidas a la experiencia
del propio jugador, debieran bastar
para un conocimiento de las condiciones previas, ya que la mayoría de
las combinaciones contra un rey no
enrocado figuran como notorias celadas en los libros de aperturas. Daré
aquí dos ejemplos en posiciones menos familiares.
El primero es lo que «habría podi­
do pasar» entre dos jugadores famosos por sus fulminantes ataques.
n(
Alekhine-M, arshall
l. d4
2. c4
3. Cf3
4. Cfdl
• = punto flaco
n
Las combinaciones contra
son
muy raras en las partidas entre maestros, pero existe una línea del Gambito Danés donde las negras inducen a
su adversario a que las ataque en ese
punto, con la intención paradójica de
aminorar su fuerza ofensiva:
l. e4
d4
e5
eX d4
A X bl
6. A X d5
7. A X n+
d5
Cf6
2.
3.
4.
5.
26
c3
Ac4
d X c3
e X bl
axn
crs
e6
Ce4
Ab4
«Celada típica de Marshall»
(Alekhine).
Alekhine continuó 5. Dc2 y ganó
más tarde la partida convincentemente. Si hubiera escogido la jugada «de
café» 5. a3?, que parece natural, se
habría encontrado súbitamente perdido tras 5 .... , Df6.
La casilla n puede constituir también un buen blanco con el rey enrocado, pese a su aparente seguridad.
He aquí un típico «rayo caído del cielo» que podría igualmente catalogarse entre las combinaciones de mate
en la última fila (mate del «pasillo»).
sas, los reyes enrocados suelen gozar
de vida más larga que los que se quedan en el centro; g7 es más difícil de
atacar que f7.
Una acumulación de tropas contra g7 es con frecuencia el principio
del fin.
McNab-Mullen
8
7
6
5
4
8
2
6
17
5
a
d
e
g
4
3
l.
Ag4?
Sin darse cuenta de
2. O X f7+1
Y las negras, aún no repuestas del
susto, abandonaron.
El «punto flaco» en g7
Con jugadas naturales de desarrollo, el ajedrecista puede bastante
fácilmente dirigir sus armas contra
los puntos flacos f7 y g7.
El verdadero punto flaco de una
posición enrocada es g7 ( o g2). Sin
embargo, no es tan sencillo para las
blancas acumular fuerzas contra esa
casilla, y en general tienen que emplear más tiempo en coordinar sus
piezas si quieren atacarla.
En algunas variantes de la línea
principal de la Apertura Española no
es raro ver al caballo de dama blanco
saltando por todo el tablero para alcanzar la casilla f5 y, desde allí, «vigilar» el punto g7; por ejemplo, Cbld2-e3/g3-f5. Sólo el alfil de dama es
capaz de apuntar directamente a g7
desarrollándose de modo normal ( en
fianchetto o, en ciertos casos, mediante Ah6). Por esto, entre otras co-
e
o
Capablanca-Corio
El caballo blanco es un valiosísimo elemento en f5, y un simple recuento de las fuerzas atacantes y defensoras próximas al rey negro permite vislumbrar la catástrofe que se
avecina.
l. Ah6t
2. AXg7
Ce6
Cf4
A 2 .... , C X g7 seguirla 3. Dg4,
f6; 4. Ch6+ ganando la dama.
3. A X e5
Cg6
4. Ch6 mate.
Una advertencia: lno se pierda
tiempo de reloj buscando mates que
no existen! No basta con quererlo
para que una posición determinada
encierre una combinación. El estudiante debe ejercitarse en ataques tí­
picos de mate y sacrificios combinativos para despertar en si mismo el
«instinto ajedrecístico». Así empezará pronto a reconocer los tipos de po­
sición que contienen las semillas de
27
tales combinaciones. Entonces le será
también más fácil jugar partidas de
ataque y encontrar las casillas más
agresivas para sus piezas.
¡Una combinación de mate es de
ordinario la más sencilla de jugar,
comparada con las otras tres principales categorías! Hasta el más simple de los ordenadores puede producir un dificil mate en seis jugadas si
toda la secuencia de movimientos es
forzada. Con el jaque mate se acaba
la partida. El estudiante no necesita ir
más allá en sus cálculos ( aunque quizá tenga que anticipar alguna trampa
de su adversario). Pero al jugar una
combinación de ganancia de material,
posicional o de tablas, ha de ser capaz de evaluar correctamente la posición que surgirá después.
servir de estimulo al estudiante, le diremos que la habilidad táctica se mejora considerablemente con el estudio. Citemos de nuevo a Réti:
«Es un error creer que combinar depende únicamente del talento y no puede adquirirse. Los mismos elementos, como ataques dobles, clavadas, obstrucciones, etc.,
se repiten una y otra vez en asociaciones más o menos complicadas. Cuanto más los ve uno, más
fáci) le resulta concebir y llevar a
cabo esas combinaciones.»
Posiciones prácticas
Llamarse a sí mismo «jugador posicional» y evitar como la peste las situaciones tácticas por miedo a no tener suficiente habilidad para afrontarlas es puro engaño. Si ello puede
En todas las posiciones que siguen (Diagramas 18-29), el bando a
quien toca jugar tiene un mate forzado. Algunas soluciones son un poco
largas, Jo que ha de convencer al estudiante de que la dificultad de una
combinación no tiene gran cosa que
ver con el número de jugadas de que
consta. Hallar la mejor jugada en una
posición compleja puede llegar a ser
casi un imposible aun para el más brillante de los maestros, pero descubrir un mate forzado en nueve jugadas resulta relativamente fácil si se
18
19
«El conocimiento de tas combinaciones es la base del juego posicional. Esta regla se ha mantenido firme a lo largo de la historia
del ajedrez, y siempre será poco
cuanto hagamos por inculcársela
al joven jugador» (Réti).
o
b
e
(a) Blancas 2
28
d
e
g
h
(b) Blancas 2
o
b
e
d
(a) Blancas 2
e
g
h
(b) Blancas 3
21
20
a
b
e
d
f
e
g
h
Blancas 3
Blancas 3
23
22
6
5
4
3
2
e
d
e
f
g
a
h
b
e
d
e
f
o
h
Blancas 5
Blancas 4
24
8
25
8
7
7
6
6
5
5
4
4
3
3
2
e
d
e
Blancas 5
f
g
h
a
b
e
d
e
f
g
h
Blancas S
29
27
6
5
4
3
2
o
f
g
abcdetoh
h
Blancas 6
Blancas
6
29
l8
5
4
3
2
o
b
e
d
e
f
g
h
Blancas 5
conocen los temas típicos y se posee
la voluntad de calcular.
Algunas de estas posiciones están tomadas del excelente libro de
Locock (ya hace mucho agotado)
Imagination in Chess. Locock opinaba que Ja imaginación en ajedrez
no es un talento innato, sino que puede enseñarse, y probaba su tesis ptesentando a sus alumnos posiciones
como éstas.
Soluciones
18a. l. D X a7+, D X a7; 2. ex c1
mate.
30
abcdefgh
Negras 9
18b. 1. Th8+, R X h8; 2. Dh7 mate.
19a. l. D X c6+, b X c6; 2. Aa6
mate.
l 9b. l. Tf8+, C X f'8; 2. Affi+, Rg8;
3. Ch6 mate.
20. l. Th7+, R X h7; 2. crs­, Rh6;
3. Th7 mate.
21. l. Ce7+, T X e7; 2, Df'8+,
R X f8; 3. Th8 mate.
22. 1. crs+, g X f6; 2. Df'8+, R X f'8;
3. Ah6+. Iu8: 4. Te8 mate.
23. l. T )( g7+, R X g7; 2. Dg5+,
Rb8; 3. Df6+, Rg8; 4. Tgl+,
Dg4; 5. T X g4 mate.
24. l. cs+, e X f6; 2, A X h7+,
Rh8; 3. Ag6+, Rg8; 4. Dh7+,
Rf'8; 5. D X rt mate.
25. l. Tf'8+, D X f'8; 2. Th2+, Rg8;
3. To8+, R X h8; 4. Dhl +, Rg8;
5. Dh7 mate.
l. Td8+, TXd8(1. ... ,AXd8;2.
Dn+, Rh8; 3. Df8 mate); 2.
Da2+, Rh8; 3. en+, Rg8; 4.
Ch6+, Rh8; 5. Dg8+, T X g8; 6.
en mate.
l. D X f6, g X f6; 2. A X f6+,
Rg8; 3. Tgl +, Rf8; 4. Cd7+,
Re8; 5. Tg8+, R X d7; 6. Td8
mate.
l. Dd8+, Rg7; 2. T X gS+,
h X g5; 3. h6+, R X h6; 4. Oh8+,
Th7; 5. O X h7 mate.
l. ... , T X bl+; 2. R X bl, Tal+;
3. RX al,Da4+;4. Rbl,Da2+;
5. Rcl, Da l+; 6. Rd2, D X b2+;
7. Rd3, Oc2+; 8. Rd4, Dc4+; 9.
Re5, Dd5 mate.
26.
27.
28.
29.
temente inocuas; el negro, creyendo
que su adversario rehúye la lucha
abierta, le arrebata un peón. El resto
es historia. He aquí las primeras jugadas:
eS
l. e4
2.
en
d6
Cf6
3. c3
4. Ael
S. Da4+
C X e4?
y las blancas ganan el caballo de e4.
Amenaza inadvertida
Sólo los más novatos entre los afi­
cionados a nuestro noble juego dejan
piezas sin defensa en casillas atacadas. Esta sección trata de las piezas
que «cuelgan» en posiciones plausibles.
«¿Qué trama mi adversario?» Tal
es la pregunta que todo ajedrecista
debe hacerse después de cada jugada,
aun en medio de una secuencia de
movimientos forzados. Examinando
cuidadosamente las posiciones donde se han cometido errores, el estudiante desarrollará en sí mismo un
sistema automático de alarma. Sonarán timbres, se encenderán luces rojas y las células de la memoria empezarán a agitarse. (Mucho podría también decirse en pro de una buena noche de sueño antes de una partida importante.)
30
31
LECCIÓN 3.
COMBINACIONES PARA
GANAR MATERIAL
Pieza «en prise»
6
5
5
4
4
3
3
2
a
b
e
d
e
9
h
La causa más común suele ser la
captura irreflexiva de peones. Por
ejemplo, las blancas efectúan unas
cuantas jugadas de apertura aparen-
a
b
e
d
e
9
h
Todd-Chandler, 1982
l. ...
Cg4?!
31
Tendiendo una diabólica celada.
2. AXc5'l
AX c5
3. C X c5
Cd4
Descubre una ataque sobre el caballo blanco y amenaza 4 .... , C X
f3+ seguido de mate en h2.
ganaba un peón y abría la posición
del rey blanco. Yo había profundizado más y encontrado un ataque doble que forzaba a las negras a abandonar inmediatamente.
l.
5. ...
b6
T X g2+
O X c2+
3. R X g2
4. Afl
4. g3
C X c2
5. C X b7?f ...
Este desesperado caballo no llega
a tanto como su contrincante negro.
Das+
2.oxrs
D X dl
Todo, hasta aquí, de acuerdo con
el plan de mi adversario.
S. Td4
C X al
1-0
Las negras reciben mate o píerden la dama.
0-1.
Ataque doble
Ataque a la descubierta
El ataque doble es en realidad una
«horquilla» que se da dentro de un
marco más o menos complícado de
jugadas.
El Diagrama 31 es un buen ejemplo de ataque a la descubierta. El
Diagrama 3 3 tiene por tema principal
un ataque a la descubierta, pero constituye también un caso curioso de
«ceguera ajedrecística».
32
33
8
7
6
5
4
2
o
b
e
d
e
g
h
Chandler-Austin, Edimburgo 1977
En esta posición llevaba yo la calidad de ventaja y buscaba un modo
decisivo de rematar la partida. Veía
una amenaza distante, por parte del
negro, basada en la torre de g6 que tenía enfilado a mi rey. Le permití,
pues, jugar una «combinación» que
32
o
b
e
d
e
g
h
Girvan-Chandler,Edimburgo 1980
Las blancas habían jugado su
peón a a3 para prevenir posibles jaques del alfil negro en b4 y, con esta
idea en el subconsciente, prosiguieron.
l. C X d4??
...
Debo confesar que me sentí aquí
como un pescador que no recuerda
dónde ha colocado sus nasas. De alguna manera estaba seguro de que
ese peón no podía tomarse ... Por fin
lo vi claro:
Las blancas crean amenazas de
mate en la última fila. La dama negra
protege a un tiempo esta fila y el alfil.
es
(b)
e2
2. Td8+
DXd8
3. D X eS seguido de mate.
l.
Y ahora viene el ataque a la descubierta contra la dama.
(e)
De8
2. D X eS+ D X eS
3. Td8+ seguido de mate.
l.
Ab4+
AXd2+
2.
3. Dd2
Dx
2. Td8+
Df8
3. T X f8 mate.
CXd4
l. ...
2. DXd4
(a)
l. ...
Pieza sobrecargada
Pieza «desesperada»
Las piezas de ajedrez son perezosas; odian sus deberes de defensa,
pero los toleran por necesidad. Con
todo, si uno asigna demasiadas obligaciones de ese tipo a una sola pieza,
ésta dejará oír por todo el tablero sus
quejas de insuficiente paga. Hemos
visto ya un perfecto ejemplo de pieza
sobrecargada en el Diagrama 11.
(Véase p. 23.) El tema es siempre el
mismo: ninguna pieza puede estar en
dos sitios a la vez.
34
8
Trátase de una pieza a punto de
ser capturada, pero que, mientras
está viva, vende su pellejo lo más caro posible. En la sección dedicada a
los «puntos flacos» vimos ya una
«dama desesperada» en el Gambito
Danés. Las blancas jugaron 9. Dd2,
cambiándola por el alfil y restableciendo así la igualdad de material. El
diagramasiguienteesdeA.RB.
Thomas.
35
B
7
7
6
6
5
5
3
2
o
d
e
g
h
Taimanov-N. N., URSS 1978
l. Cf'SI
o
b
e
d
e
g
h
Aparecen aquí dos «desesperados» potenciales que venden caras
sus vidas por peones.
33
3. D X «;+
4. CdS+
AXfi
AXgl
l. CXf8
2.
ex h7
l-0
El alfil trata de emular el alarde
de tendencias suicidas del caballo.
an
3. ca;+
Si 3 .... , g X f6, 4. R X g2 y las
blancas ganan el final.
4. Cd7
S. C X b6
R X f6
Ae4
Clavadas
Esta posición se dio en un campeonato de liga jugado en Edimburgo. No recuerdo los nombres de los
adversarios, pero presencié lo siguiente:
y ambos «desesperados» sobreviven,
pero el caballo blanco ha causado
mayores estragos y logrado un final
con ventaja decisiva para su bando.
8
«Horquilla» de caballo
4
37
5
He aquí una bonita secuencia
donde la «puntilla» es dada por el caballo.
36
3
2
a
e
l. AaS
g
h
b6??
Desestimando la clavada o, simplemente, no viéndola.
2. Ac3
a
b
e
d
e
g
Henley-Matko,
l. T X c3
2. Dd4+
h
1982
TX c3
ors
La jugada que, según las negras,
el blanco no había previsto. Mas todo
ello formaba parte de un plan para
crear una estructura geométrica que
permitiera la «horquilla» de caballo.
34
Zugzwang. Cuando a las negras
se les acabaron las jugadas de peones en eHlanco de dama, tuvieron que
mover el rey, abandonando el caballo a su destino.
«Pinchos»
El «pincho» se basa en el mismo
principio que la clavada, donde dos
piezas quedan enfiladas en la misma
línea de acción. Aquí la pieza atacada y obligada a moverse es la más va-
liosa, permitiendo la captura de la
otra pieza de menor (o igual) valor.
Al «pincho» suele también llamársele ataque de «rayos X». El rey es, de
ordinario, su primer objetivo.
El diagrama anterior (39) es un
famoso final de Stamma.
Las negras amenazan simultáneamente 1 .... , R X c4 y 1 .... , Thl
mate.
l. Th4!
38
Amenazando 2. Ta3 mate.
l.
TX h4
2. Tal+
R juega
3. Ta4 ganando.
La torre de h4 está «pinchada».
Coronaciones
o promociones de peón
obcde
gh
Las blancas ponen a su adversario ante una desagradable alternativa:
dejarse clavar la dama o ser víctima
de un «pincho».
l. O X d7+! O X d7
2. e6+
Las combinaciones de este tipo
están siempre en el aire cuando un
peón llega a la 6.• o 7 .• filas. El estudiante debe hacerse con un repertorio de «trucos» relacionados con las
coronaciones de peón, para usarlos
en el futuro. Los tres que siguen constituyen una buena base.
Si 2 .... , D X e6, 3. Ac4 y la dama queda clavada. Y si
2.
l. Tf8+
Desviando al rey enemigo.
RXe6
3. Ahl+
40
8
iEI «pincho»! Ahora las blancas
hacen tablas con facilidad, al no tener ya la calidad de menos.
39
2
abe
de
gh
l.
TXf8
2. g X h7 ganando.
o
b
e
d
e
g
h
El diagrama (41) muestra una
posición sencilla que encierra una estratagema digna de conocerse.
35
41
o
b
e
l. Td8+
d
e
g
h
Te8
Esta defensa suele ser suficiente
en casos similares, pero no aquí.
2. T X e8+ T X e8
3. Ad8 ganando.
El Diagrama 42 es un ejemplo de
subpromocián victoriosa, entre otros
muchos.
de las piezas propias. La necesidad
de llevarla a cabo surge de ordinario
cuando el jugador disfruta de ciertas
ventajas que no pueden ya ser mantenidas. Supongamos, por ejemplo,
que un jugador lleva ventaja de desarrollo y espacio, pero no encuentra el
modo de montar un ataque de mate
( debido, tal vez, a un cambio previo
de damas y al de un par de piezas menores). Cualquier otra estrategia o
línea de pensamiento basada en la
búsqueda de una combinación para
ganar material puede también ser infructuosa si el adversario no ha dejado puntos débiles que sirvan de blancos de ataque.
Las ventajas de desarrollo y espacio tienden a disiparse si no se aprovechan de inmediato, por lo que el jugador debe buscar algún otro medio
de conservar la iniciativa y no dar tregua a su rival.
43
8
42
8
7
6
7
6
5
5
4
4
3
3
2
2
o
obcde
e
d
e
o
h
gh
l. Tf8+
TX f8
2. Db7+
R X b7
3. g X f8=C+ ganando.
Combinación posicional
Una pura combinación posicional sirve no para ganar material, sino
para incrementar el radio de acción
36
b
En este ejemplo las blancas truecan su ventaja de espacio y desarrollo por un par de torres activas. (Las
torres activas redundan por lo general
en ventajas permanentes.)
l. C X d7
2. Ah7+
3. TX d7
AXd7
RXb7
Ahora podría seguir
3.
4. Tel
Tac8
Con la idea de 5. Tee7, que daría
gran superioridad al blanco.
44
no para salvarse es la llamada «maldición del torpe»: el rey ahogado.
jT odo el mundo ha experimentado alguna vez, estoy seguro, la horrible
sensación que resulta de echar por la
ventana una partida ganada al permitir las tablas por ahogado!
45
8
7
6
5
o
b
e
d
e
g
h
Aquí las blancas simplifican el
juego por medio de cambios para
transformar su ventaja principal, una
mayoría de peones en el flanco de
rey, en victoria.
l.
2.
3.
4.
5.
T X d7+ C X d7
TXd7+ RXd7
Cb6+
Rd8 (o Rc7)
CXc8
RXc8
g5 ganando.
V. g.: 5 •••• , h X g5; 6. hS! y ganan.
S •... , Rd8; 6. g X h6 y ganan.
S •... , h5; 6. g6 y ganan.
Combinación de tablas
Como el nombre mismo lo indica, se trata de una combinación para
intentar salvar un juego perdido. Las
leyes del ajedrez prevén algunos recursos que ayudan, en posiciones
muy críticas, a evitar lo peor. Uno de
ellos es el jaque perpetuo, caso especial de repetición de movimientos en
el que ninguno de ambos rivales
puede hacer progresos. Entonces la
partida se declara tablas. Otro cami-
obcde
gh
Aunque se trata de un final compuesto, tenemos aquí un maravilloso
ejemplo de las posibilidades de salvación que a menudo se le escapan al jugador inexperimentado en una posición que parece inevitablemente perdida. Las negras juegan:
l.
2. Rg2
3. R X hl
Tdl+
TXhl
Rb6
Y ahora el blanco no puede sino
contemplar desolado cómo el rey
contrario se dirige a la casilla a4 para
encerrarse allí mediante a5 y quedar
ahogado. iEI juego es tablas!
Otros recursos que permiten llegar a un final de tablas y que el estudiante debe conocer son, por ejemplo, los alfiles de distinto color, el alfil
malo con el peón de torre y los dos caballos contra el rey.
El Diagrama 46, otro final compuesto, es una bella ilustración del arte de salvar un juego perdido.
l. Tal
Rg2
37
2. A X f1
3. AX a6?
46
Rf2
3. Ah3 o 3. Tf4+ ganaban.
3 ....
Tg2+
Y el negro sigue dando jaques en
gl, g2 y g3. Tablas.
Alfiles de color opuesto
o
b
e
d
e
g
h
2. Rb8!
Afl
3. Ta7
bl=D (o T)+
4. Tb7
Dgl
5. Tg7+ tablas.
Jaque perpetuo
Este procedimiento para hacer
tablas ( el acoso incesante) me salvó
de la derrota en la siguiente posición
de una partida de torneo.
47
El estudiante ha de aceptar con
reservas la regla de que «los finales
con alfiles de distinto color son siempre tablas». Digamos más bien que
un final con alfiles de color opuesto
puede muchas veces ganarse, pero
para ello hay que superar bastantes
dificultades técnicas.
48
8
6
5
4
3
o
b
e
d
e
g
h
El siguiente análisis de Mednis es
un ejemplo en el que las blancas ven
frustradas sus esperanzas de triunfo.
o
b
e
d
e
g
h
Deacon-Chandler, Alnwick 1979
l. ...
fl=D!?
El náufrago se agarra a un clavo
ardiendo. Todavía me quedaba algo
que ofrecer como cebo... ¡Ahora o
nunca!
38
l. ...
2. d6+
Ae7!
Si 2. Rd4, Af6+; 3. Re4, Ae7; 4.
c6, Ad6 y el alfil negro permanece en
la diagonal a3-f8, impidiendo todo
progreso.
2.
3. cXd6+
AXd6
RXd6
Y aunque las blancas poseen el
«buen» alfil respecto a su peón de torre, el rey negro llega a b8 y no puede
ser forzado a abandonar el rincón.
Tablas.
LECCIÓN 4. POSICIONES
INSTRUCTIVAS Y CONSEJOS
CONSTRUCTIVOS
Confío en que el estudiante añada
nuevos recursos a su repertorio estudiando las siguientes posiciones y
partidas. La táctica constituye una
buena parte del arsenal del jugador de
éxito. He aquí una selección de errores típicos del ajedrecista medio.
Aceptación de lo obvio ( 1. • parte)
7
1.
B X c6
l.
a6
2. T X a7 mate.
2. Cc7 mate.
Durante ese tiempo estuve yo rezando a todos los santos que conocta. Finalmente... [mi adversario
abandonó!Podía haber hecho al menos tablas mediante
l.
2. RXgl
3. Df3
DXg2+!
AXc6+
AXf3+
Aceptación de lo obvio ( 2. • parte)
La posicióndel diagrama siguiente surgió en un encuentro por correspondencia entre Escocia y Austria.
50
8
6
7
5
6
4
5
3
4
2
3
o
g
h
Chandler-Austin, 1980
Las negras reflexionaron de 5 a
l O minutos buscando algún modo de
parar el mate que se amenaza tanto
en a7 como en c7. Existen tres caminos distintos para llegar a tal desenlace.
CXc6
Cc7+
Rb8
Ca6+
Ra8
Db8+
ToCXb8
Cc7 mate.
l. ...
2.
3.
4.
5.
obcde
gh
Chandler-Parker
Las blancas acaban de capturar
un caballo en d4. La amenaza es:
18. T X h7+ R X h7
19. Thl+
Ah6
20. D X h6 mate.
El cartero me trajo una buena sorpresa: ilas negras abandonaban! Sin
embargo, continuando
39
17. ...
Ag4!
no sólo salvaban la partida, sino que
ganaban en muchas variantes, por
ejemplo:
18. T X b7+
19. Tbl+
20. g4(?)
De acuerdo, podemos perdonárselo. Todo el mundo tiene descuidos
como éste. Pero...
52
RXh7
AhS
TO+ ganando.
No se sobrestimen las posibilidades de ataque del adversario. Hay
que defenderse con sangre fría y examinar todas las jugadas, por absur-
das que parezcan a primera vista.
o
iNo bagas como Lipschuetz!
En otras palabras, no dejes que se
empolven tus derrotas y descuidos
tácticos. Es buena idea dedicar algún
tiempo a estudiar los propios errores.
A quien, partida tras partida, sigan
pasándosele por alto las combinaciones tácticas, no le vendrá mal tomarse un buen «descanso»para afilar sus
armas.
El ejemplosiguientemuestra otro
caso de victoria fallida, por parte de
las blancas.
l. Db8+
2. Tt'8 mate.
RX b8
SI
8
b
e
d
e
O
Lipschuetz-Lasker
Otra vez se les pasa a las blancas
el mismo tipo de combinación. Tenían que haber jugado:
D huye de la
amenaza
2. Th8+
RX h8
3. Dh3+
Rg8
4. Dh7+ y mate a la siguiente
jugada.
l. Th4
No hay nada peor que ir por la
sala de análisis buscando la conmiseración de los demás sobre una partida que «podía haberse ganado». ¡A
nadie le interesa!
Previsión táctica
6
5
4
o
b
e
d
e
O
Lipschuetz-Zukertort
40
Un cálculo correcto es necesario
para cualquier clase de combinación. Lo principal, no obstante, es ser
capaz de evaluar con acierto la posición que surgirá cuando la combinación se haya jugado. A veces ronda
entre bastidores alguna funesta contracombinación que nadie ve hasta
que la posición se aclara. En otras
ocasiones puede haber un «truco»
que nos pille por sorpresa. El Díagra-
53
cálculos, aunque sea un solo movimiento ...
Jugada rutinaria
En el Diagrama 16 vimos ya un
caso de jugada rutinaria ( l. ... , Ag4?).
En el ejemplo que sigue, la serie que
conduce al error contiene varios motivos tácticos ya explicados.
o
b
e
d
e
g
h
ma 5 3 constituye un perfecto ejemplo
de lo que decirnos. La posición viene
de una variante de cierta partida mía.
Parece, en efecto, como si las
blancas dispusieran de una «horquilla» potencia! en e 7. Podrían atraer la
dama negra a a8 y destruir el defensor de la casilla crítica ( el caballo de
e6). Todoestoescosafácif. Solo queda por comprobar si el caballo y rey
blancos podrán después detener el
avance de los peones enemigos del
flanco de rey. Una vez más, no parece que haya problemas. El peón e de
las negras estará doblado, el caballo
blanco capturará el peón e vía b6 y
luego bloqueará la columna e. Por su
parte, el rey blanco no tendrá dificultades en llegar a tiempo para apoderarse del eventual peón pasado en la
columna h. El juego prosigue:
l. T X a8
2. DXe6
3. ec7+
4. ex a8
DXa8
dXe6
Rd7
Y se acabó la «combinación».
Las blancas pueden mirar al futuro
con optimismo, ¿no es así?
4. ...
Rc6!
iAaay! El caballo blanco está
condenado y las negras ganan fácilmente el final. Tratemos siempre de ir
«un poquito más allá» en nuestros
54
8
6
5
4
3
a
d
e
g
h
Ratcliff-Chand/er, Edimburgo 1979
e X d4
l. ...
Ataque a la descubierta contra el
alfil blanco.
2. AX t7+
Pieza desesperada.
2....
3. ex d4
4. Ab2
5. Ce2
TXf7
Dc7
eS
Td8
Amenazando un ataque a la descubierta contra la dama.
6. Tdl
Clavando el alfil.
6. ...
Tft'S
41
Mitigando la clavada y renovando la anterior amenaza.
7. DdS+
8. Dd6??
Rh8
Lajugada rutinaria 8. Db3 era
aquí correcta.
8. ...
Aa41
Descubre un ataque doble contra
la dama, «pincha» una torre y amenaza mate por rayos X en una jugada. [Con razón el gran maestro norteamericano Lombardy llama a tales
jugadas (8.... , Aa4!) «rompehuesos»
(bone crushers)!
0-1
Ideas en acción
Las breves partidas tácticas que
siguen le permitirán al estudiante ver
en acción algunos de los conceptos
tácticos ya explicados.
No se deje nunca pasar la oportunidad de examinar cualquier miniatura (partida de menos de 25 jugadas)
disponible. Tales partidas suelen contener útiles ideas tácticas que pueden reproducirse en el propio juego.
Algunos ajedrecistas de categoría media evitan todo enfrentamiento directo con sus rivales en la primera etapa
de la partida, pero si un error de apertura no se castiga inmediatamente
por medios tácticos o posicionales,
jese error se convierte muchas veces
en buena jugada!
Aprender de partidas cortas
Alguna vez en el pasado estudié
las tres siguientes celadas de apertura. (En mis tiempos de principiante
llegué a llenar cuadernos enteros con
todas las celadas y partidas breves
42
que caían en mis manos.) Sin este
fundamento táctico se me habrían
ciertamente escapado numerosas posibilidades de sacrificio en las partidas que he jugado después.
l.
2.
3.
4.
S.
6.
7.
8.
9.
1 O.
e4
Cc3
Ac4
DhS
Ab3
d4
CdS
De2+
Cf6+
Ah6 mate.
l. e4
2. ca
3. Cc3
4. Ac4
s. 0-0
6. CdS
7. d3
C. c3
9. C X f6+
10.
n,
e x es
es
Cf6
C X e4
Cd6
Cc6
e X d4
g6?
Ae7
Rf8
eS
Cc6
Ab4
Cf6
d6
Ac5
Ag4
Ce7?
g X f6
A x di
A X f7+
Rf8
12. Ah6 mate.
l.
2.
3.
4.
e4
Cc3
e X d5
Cge2
s. g3?1
6. Ag2
7. A X d5?
8. ex dS
9. Rfl
Cf6
dS
CXd5
Ag4
Cc6
ces
DXdS
ca+
Ah3 mate.
O bien
8. 0-0
9. Rhl
10.
ll.
ex
Rgl
ca+
dS
Cg5+
Aa+
Ch3 mate.
El común denominador de las tres
partidas que acabamos de ver es el alfil que se desplaza a h6 o h3 para dar
mate.
Chandler-Gillain, Edimburgo 1981
Cuatro Caballos
l. e4
2. Cf3
3. Cc3
eS
Cc6
AcS(?)
Las blancas pueden aquí lograr
una pequeña ventaja posicional mediante el «truco de la horquilla», 4.
C X e5, pero acepté el riesgo de esperar a que se me ofreciera la oportunidad de algo mejor. Ésta llegó, y por
poco me quedo con un juego perdido
por no lanzarme inmediatamente contra las negras.
4. AbS
s.
0-0
6. d3
7. AgS
d6
Ag4
Cf6
AX f3?
Hasta ahora las blancas habían
estado haciendo jugadas rutinarias,
pero el negro, con este cambio no provocado, les permite obtener ventaja.
Era mejor 7 .... , h6.
8. D X f3
9. CdS!?
a6
aXbS
Aquí yo intentaba seguir 10.
C X f6+, g X f6; 11. A X f6 capturando la torre. De pronto sonaron los
timbres de alarma y me percaté de
que las negras podían replicar 11. ... ,
Cd4! a mi captura de torre. Los jugadores medios tienden a no ver las
amenazas de su contrincante, pero
descubrenjugadas como 11. ..., Cd4!
cuando están «con el agua al cuello». Al estudiante no puede menos
de serle útil conocer cómo reacciona
el jugador débil y superficial en situaciones tácticas. En el caso que nos
ocupa, [mi única esperanza era darle
una jugada de respiro para no forzarle a encontrar la mejor continuación!
Entonces, como eco lejano del pasado, me vino a la mente el modelo de
mate típico con alfil y caballo.
10. c3
11. O X f6!
12. C X f6+
13. Ah6 mate.
Ce7
g X f6
Rf8
¿Suerte? ¡Sí! Pero aposté por su
deseo de desclavar el caballo. La jugada 10. . .. , 0­0 perdía tras 11.
C X f6+. La de las blancas 10. c3 invitaba a una respuesta que parecía
natural. Me gustaría poder decir que
yo hubiera encontrado 11. D X f6!
sin previo conocimiento ni recuerdo
de ejemplos similares, mas esto sería
falta de honradez por mi parte.
En el ejemplo siguiente, hablaremos, más que de lo que sucedió, de lo
que pudo haber sucedido. Las blancas dejan pasar una victoria de la que
cualquiera se habría sentido orgulloso. El caso es que cualquiera, con un
poco de bagaje táctico, la tenía a su
alcance.
Johnson-Hayman, Edimburgo 1981
Apertura Escocesa
l. e4
2. Cf3
3. d4
4. ex d4
S. D X d4
6. Ac4
7. Cc3
es
Cc6
eX d4
CXd4?
d6
c6
Ce7
El juego de las negras en la apertura deja mucho que desear, pero lo
que a nosotros nos interesa es la táctica que sigue.
8. AgS
Db6
Estaba yo mirando esta partida
(de un campeonato de liga) e hice un
gesto de lástima con la cabeza cuando las blancas continuaron 9. D X b6.
Tras un largo final, acabaron por perder. «¿Por qué no haber tomado el
peón de d6?», pregunté.
9. DX d6
43
«Me preocupaba 9 .... , D X b2»,
fue la respuesta.
9. ...
D Xb2
Aquí se había terminado el análisis de las blancas, y no les gustaba lo
que veían. Sin embargo, quienquiera
que se haya tomado el trabajo (unas
cuantas tardes agradablemente ocupadas) de repasar las «viejas glorias» o estudiar celadas de apertura
sabe muy bien que las negras no pueden malgastar tanto tiempo en los primeros movimientos, como es el caso
en esta partida. Atando algunos cabos, mostré la siguiente línea de juego. (El puesto de las negras lo ocupó
el jugador que llevaba las blancas en
la partida original.)
10.
11.
12.
13.
14.
Tdl
Ad2
Dd8+
AaS+
Td8 mate.
DXc3+
DXc4
RXd8
Re8
Dejar escapar tan hermosas ocasiones de triunfo y acabar perdiendo
es una falla característica de los jugadores débiles. Pero ... tiene remedio:
íuna buena dosis de Morphy rociada
con algunas horas de estudio táctico!
En el ejemplo que ofrecemos ahora, y que es bastante típico de lo que
suele ocurrir en los campeonatos de
liga entre jugadores de nivel intermedio, vemos a uno de los contrincantes sacrificar una pieza ( en dudosas
circunstancias) por lo que cree ser suficiente compensación ( dos peones y
un rey expuesto a cambio de un alfil).
Casi en seguida, el mismo jugador
hace un movimiento «rutinario» y
pierde otra pieza, esta vez sin compensación. Entonces su adversario
procede a efectuar todos los cambios
que puede, política en general correcta cuando se lleva material de ventaja, pero al hacerlo sólo logra dar mayor impulso a las fuerzas atacantes.
44
El defensor debiera haber considerado un contrasacrificio, para obtener luego una victoria «técnica» con
su pieza de más.
A medida que el juego progresa,
el defensor coge miedo y trata de huir
con su rey al otro flanco. Por su parte
las blancas, sin perder la sangre fría,
realizan un sacrificio de dama bastante sencillo, lpese a sus tres piezas
de menos! Y de pronto se acaba la
partida. Moraleja: cuando se tiene
ventaja de material hay que considerar el modo más agresivo de devolverlo. Lograr una posición «ganada»
puede ser muy fácil, pero ganar la
partida ... íes harina de otro costal!
G. Chandler-Dr. Ratcliff,
Edimburgo 1983
Gambito Evans
eS
Cc6
l. e4
2. Cf3
3. Ac4
Aes
4. b4
Bb6
CaS
6. A X t7+?! •..
5. bS
Dos peones centrales y un rey expuesto pueden pasablemente compensar el sacrificio de una pieza.
6.
7. ex
8. 0-0
es+
RXt7
Rf8
Pero este desafortunado error,jugado tras 5 segundos de reflexión, debiera haberles proporcionado a las
negras una fácil victoria.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
Aa3+
c3
f4
eS
Del
g4
Ad4
d6
AXeS
Af6
Ae7
AfS
El blanco no tiene otra opción que
atacar sin tregua, sea como sea.
14.
AXbl
d5
Re8?
15. Ta X bl
16. Acl
Era mucho mejor 16 .... , d4!, dando más espacio a sus piezas.
Cc4
Ag5?
17. d4
18. rs
El método seguido por las negras
de cambiar piezas llevando ventaja
de material suele ser bueno, pero
aquí, después de mi réplica, su posición se vuelve crítica.
19. f6!
20. fX &7
21. D X e3!
AX el
Ae3+
Las blancas, con tres piezas de
menos, sacrifican la dama. Si ahora
21. ... , C X e3, seguiría 22. Tf8+, R
juega; 23. T X d8 y 24. g X h8.
21.
De7
22. gXh8=D CXe3
23. D X g8+ Rd7
24. e6+
Despejando el terreno antes de
cometer algún otro error garrafal.
24.
DXe6
25. D X e6+ RXe6
26. Tbel
1-0
Motivación para el estudio
Nada hay más tedioso que poner
y quitar una y otra vez diferentes
posiciones en el tablero. A los 1 O minutos de haber estudiado todas las tri­
quiñuelas tácticas de una posición,
hay que destruirla y molestarse en
colocar otra.
Al cabo de tres o cuatro de esas
posiciones, uno empieza a perder el
tiempo tratando de resolver otras directamente a partir de los diagramas.
Para el principiante de ajedrez, este
ejercicio es pura inutilidad.
Los jugadores fuertes pueden a
veces, con sólo mirar a los diagramas, encontrar las soluciones en cuestión de segundos. Algunos, como
Bronstein, incluso prefieren analizar
las posiciones viéndolas en el tablero
mural. No obstante, cuando esos ajedrecistas eran todavía novatos, se
tomaban la molestia de poner y quitar posición tras posición en un tablero ordinario. ¿Cómo se les puede
pedir a las células de la memoria e
imaginación que construyan una red
de mate o efectúen una maniobra sutil
si nunca la han visto antes?
Al ajedrez no se juega en tableros
del tamaño de diagramas, lo que no es
óbice para que muchos estudiantes se
pasen una hora o más desentrañando
las posiciones de un libro o revista sin
ayuda o utilización apropiada de un
auténtico tablero y piezas. Así, al llegarles el momento de poner en práctica sus habilidades, se encuentran con
la mente bloqueada en algunas posiciones y han de trabajar muy duro
para aplicar métodos elementales de
ataque. ¡Déseles esa misma posición
representada en un diagrama y hallarán hasta las jugadas más dificiles!
Para favorecer el cálculo, las posiciones deberán colocarse en un tablero de medias reglamentarias, lo
que permitirá que se impriman en la
mente ciertas estructuras típicas. La
vista se acostumbrará también a correr a lo largo de diagonales y columnas, en vez de quedarse fija en un cuadrado de 3 o 4 centímetros.
A mí mismo me dio este consejo
hace bastantes años un fuerte jugador,
cuando le pregunté cómo podía mejorar mi análisis. Le debo muchísimo.
Todo ajedrecista progresará sensiblemente si estudia las posiciones sirviéndose del arma con la que ha de
45
combatir: un juego de tamaño reglamentario.
Conozco bien el «síndrome del
diagrama». Teniendo que efectuar en
cierta ocasión un viaje desde Glasgow, me proveí de una revista de ajedrez a fin de matar el tiempo. De las
seis «combinaciones ganadoras» que
intenté hallar lsólo acerté una! Raramente estudio o trato de resolver problemas sin utilizar piezas y tablero,
pero aquella vez no los tenía a mano.
La misma noche desempolvé algunas de las viejísimas revistas que
guardaba y me puse a solucionar, con
ayuda de un verdadero juego, más posiciones como las del tren. Resultado: i 18 aciertos sobre 18!
Sumario
Hace tiempo leí lo siguiente en un
antiguo libro de ajedrez: «Ambos
contendientes podrían compararse a
dos avezados capitanes de galeón que
maniobran con sus gigantescos navíos para poder abrir fuego contra el
enemigo.» Todos los jugadores de
ajedrez se asemejan, en efecto, a esos
viejos capitanes al mando de sus
naves de guerra.
Existe el principiante absoluto
que de ordinario es hundido antes de
abandonar el puerto ( entrar en el medio juego) o, si lo hace, no tarda en encallar.
Al jugador débil se le acaban
pronto las municiones (ideas) y va
con facilidad a la deriva, dirigiéndose peligrosamente hacia los escollos
( el mate sin haber opuesto resistencia).
Viene luego el jugador mediano,
con una dotación bastante buena de
cañones {habilidad táctica) pero muy
mala de tripulantes ( sentido posicional), por lo que no consigue adoptar
una posición que le permita apuntar
bien al enemigo. En ocasiones ha
hundido algún navío, pero las más de
46
las veces su adversario maniobra con
mayor destreza y no tarda en alcanzarle con el fuego de sus baterías.
Tanto los jugadores flojos como los
de categoría media tienden a quedar
extraviados en aguas desconocidas
(aperturas poco familiares). ¡Me
pararé en el jugador mediano, de lo
contrario voy a empezar a hablar
de Tal comparándolo con el capitán
Cook!
Como ya he dicho, existe una batería bastante buena, pero los artilleros, faltos aún de suficiente entrenamiento, dejan a veces de disparar y
piden ayuda a la tripulación (juego
posicional). Los cañones quedan entonces descuidados (la habilidad táctica comienza a «oxidarse») y, aunque el jugador se vea ya capaz de discutir con cierta competencia de cosas
como peones doblados o aislados,
puntos débiles, etc., subsiste la dificultad de acabar rápidamente con las
pequeñas fragatas (¡principiantes de
afiladas uñas!).
¡Entrénese primero a los artilleros, pues sin ellos el navío es inofensivo! Y una vez logrado el nivel suficiente de maestria táctica, no hay
que pensar que va a mantenerse
por sí solo en condiciones óptimas.
[La pólvora ha de estar siempre
bien seca!
Un hecho histórico
Durante las guerras napoleónicas, las flotas británica y francesa se
enfrentaron a menudo. La estrategia
de los franceses consistía en apuntar
a las jarcias de los navíos británícos
para privarles de su capacidad de maniobra (juego posicional).
A su vez los británícos apuntaban
con sus cañones a las baterías y dotación francesas (juego táctico).
Entre 1793 y 1815, los franceses
capturaron o hundieron 1 7 barcos
británicos. Los británicos, por su par-
te, echaron a pique o capturaron 229
naves francesas.
No se puede argüir con semejantes matemáticas ... [Hay que ir a matar!
Táctica y combinaciones:
Posiciones prácticas
Las siguientes posiciones (Diagramas 55-90) ilustran o desarrollan
muchos de los temas estudiados aquí.
Su grado de dificultad varía, yendo de
lo bastante sencillo a lo muy difícil,
pero no hay ningún orden preestablecido. La mayoría de las soluciones
son muy «netas», con una réplica
bien definida que hay que hallar.
Sugerimos al estudiante que coloque cada posición en un tablero y
haga un serio esfuerzo por encontrar
la mejor respuesta o línea forzada de
juego. Si al cabo de algunos minutos
se ve completamente imposibilitado
para descubrirla, consulte las soluciones y caerá en la cuenta de las extraordinarias posibilidades que a ve-
ces se ocultan tras la superficie de una
posición. Estos ejercicios son el verdadero «meollo» de las lecciones, ya
que es muy fácil no aprender nada
viendo por encima una enorme cantidad de ejemplos, por bien anotados
que estén, mientras que, de acuerdo
con una ley psicológica, se harán mayores esfuerzos por lograr un objetivo
si hay obstáculos en el camino. Además el ajedrez es un juego, y resolver
estas posiciones puede resultar divertido.
Como posdata humorística añadiré que Bill Hartston escribió en cierta ocasión una brillante reseña sobre
un famoso libro de táctica, con la única crítica de que, a su modo de ver, la
habilidad táctica dependía mayormente de la experiencia, por lo que
había que preguntarse si los tratados
didácticos al respecto ... [servían para
algo!
Tal vez tuviera razón, en cuyo
caso esperamos que el lector lo pase
bien resolviendo estos problemas y
acepte como una «prima» a su esfuerzo lo que de ellos aprenda.
47
8
7
SS
61
8
7
62
8
7
6
6
5
5
4
4
3
3
2
2
o
b
e
d
e
f
g
h
o
b
e
d
e
f
g
h
Negras
Blancas
63
8
64
8
7
7
6
6
5
5
4
4
3
2
o
b
e
d
e
f
g
h
a
b
e
d
e
f
g
h
Blancas
Blancas
65
8
66
8
7
7
6
6
5
5
4
3
3
2
a
b
e
d
e
Negras
f
g
h
a
g
h
Negras
49
68
67
o
b
e
d
e
f
g
e
h
d
e
t
g
'n
Blancas
Negras
69
8
70
7
6
5
5
4
4
3
3
2
o
b
e
d
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f
g
o
h
b
e
d
e
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g
h
Blancas
Blancas
72
71
6
6
5
5
4
4
3
o
b
e
d
e
Blancas
50
f
g
h
o
b
e
d
e
Blancas
t
g
h
73
8
74
8
7
7
6
6
5
5
4
4
3
2i
a
b
e
d
e
f
g
a
h
b
e
d
e
g
h
Negras
Blancas
76
75
8
6
5
5
4
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2
o
b
e
d
e
f
o
a
h
b
e
Blancas
d
e
f
g
h
Blancas
77
8
78
8
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7
6
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3
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2
a
b
e
d
e
Blancas
g
h
o
b
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d
e
f
o
h
Negras
51
79
8
7
80
7
6
5
5
4
4
3
3
o
b
e
d
e
f
g
o
h
b
e
d
e
f
g
h
Blancas
Blancas
81
82
8
7
o
obcdefgh
b
e
d
e
f
g
h
Blancas
Negras
83
7
a
84
7
6
5
4
3
o
b
e
g
Blancas
52
h
o
b
e
d
e
Blancas
f
g
h
85
7
86
7
6
6
5
5
4
3
3
2
o
b
e
d
e
f
g
o
h
b
e
Blancas
d
e
f
g
h
Blancas
87
8
7
7
6
6
88
5
4
4
3
3
2
o
b
e
d
e
f
g
o
h
b
e
Negras
d
e
f
s
h
Negras
89
8
90
6
6
5
5
4
4
3
3
o
obcdetgh
Blancas
b
e
d
e
f
g
h
Blancas
53
Lecciones 5-8
CÓMO ANALIZAR UNA POSICIÓN
DANNY KOPEC,
LECCIÓN S. INTRODUCCIÓN
AL ANÁLISIS POSICIONAL
Más de diez años de experiencia
de juego magistral y enseñanza privada o clases a ajedrecistas de nivel inferior al de maestro rne han convencido de que existen fundamentalmente
tres campos donde casi todos esos jugadores se revelan deficientes. Estos
tres campos, tratados respectivamente en las lecciones 6, 7 y 8, son:
1. Ausencia de respuesta a la
pregunta básica: «¿Qué amenaza mi adversario?»
2. Incapacidad para determinar
la lógica, rasgos y objetivos
esenciales de una posición.
3. Falta de aptitud para sacar
provecho de las anteriores experiencias (es decir, «tipos»
o «modelos»), buenas y malas, y formular el plim apropiado a una posición.
Por supuesto, el grado de deficiencia en cada uno de estos campos
donde se pueden cometer errores de
enfoque es muy variable. Por ejem-
54
M. T.
plo, cuando hablamos de «no percatarse de la amenaza o amenazas en
una posición dada», ello puede en algunos casos referirse a un movimiento que constituye un craso error porque la amenaza inmediata ( en una jugada) del contrincante se ha pasado
por alto. En el otro extremo, la amenaza puede consistir en una serie forzada de movimientos que lleva a la
victoria merced a la ganancia de material, el mate o un empeoramiento
neto de la posición. La raíz del problema en tales circunstancias no es la
inhabilidad para un análisis suficientemente profundo, sino la ignorancia
de las necesidades o requerimientos
tácticos de la posición ( cuando no
cierta pereza), lo que redunda en no
advertir alguna jugada clave o «aguijón de cola», como tal o cual jaque,
clavada, horquilla o ataque doble. Sé
por experiencia que incluso jugadores
fuertes, con un ELO de 18002000, tienden a caer con frecuencia
en este tipo de errores por no haber
descubierto la mejor jugada al cabo
de una serie de cuatro o cinco. No me
refiero aquí a posiciones muy complicadas por naturaleza ( aunque una po-
o
•
Juegan las blancas
Juegan las negras
Posición inicial
Figura1. Ilustración del árbol de jugadas plausibles a partir de la posición inicial.
Nótese que, cuanto más alejado del control del centro está el primer movimiento de
las blancas, mayor es el número de respuestas plausibles por parte de las negras.
sición «aparentemente simple» puede encerrar hondas complejidades),
sino a posiciones bastante claras,
analizables y, por ende, con pequeñas ramificaciones. Para lo que nos
ocupa, una ramificación es el número
de jugadas «plausibles» en cada nivel
del «árbol» (fig. 1) de movimientos
legales a partir de una posición determinada. Por ejemplo, en la posición
inicial del juego existen 20 movimientos legales, pero prácticamente
sólo 5 o 6 ( e4, d4, c4, Cf3, b3 y quizá
g3) han de considerarse como conducentes a alguna superioridad para las
blancas. Aquí el factor de ramificación es 6, y en las posiciones de medio juego suele oscilar en tomo a 7.
La capacidad para reducir una
posición a sus rasgos esenciales, tanto tácticos (p. ej., clavadas, horquillas, ataques dobles, ataques enmascarados, jaques, sobrecargas, etc.)
como posicionales (p. ej., columnas
abiertas o semiabiertas, «islas» o debilidades de peones, etc.), es necesaria para facilitar el proceso de selección entre las varias jugadas plausibles.
Con la información a que acabamos de aludir, aplicable a cualquier
posición, podemos ya abordar el
problema de decidimos por un
plan en cada caso concreto. No se
insistirá nunca lo bastante en el viejo dicho:
«Es mejor jugar con un plan,
aunque sea malo, que jugar sin
plan.»
En todo momento hay que considerar el tipo de posición que se pretende lograr.
Por medio de ejemplos haremos
hincapié en los tres principales defectos mencionados más arriba, pero
hemos de examinar también algunos
otros problemas, como la falta de lógica en la apertura, el juego poco
práctico y la utilización de análisis
publicados.
Podríamos preguntamos:
«¿Por qué pierden las blancas
la siguiente partida?»
55
Partida 1
(Apertura Sokolski)* l. b4, e5; 2.
Ab2, d6; 3. c4, Cf6; 4. e3, Ae7; 5.
CB, 0-0; 6. Ae2, Af5; 7. 0-0, h6; 8.
d4, e4; 9. Cfd2, c6; 10. Cc3, d5; 11.
e X as, e X d5; 12. b5, Cbd7; 13.
a4, Te8; 14. Db3, Cf'8; 15. B, e X B;
16. C X B, Ad6; 17. Ce5, Ae6; 18.
AB, A X e5; 19. d X es, d4; 20.
Da3, d X c3; 21. A X c3, Cg4; las
blancas abandonan.
Procederemos ahora a explicar
los principales acontecimientos de
esta «miniatura» que acaba en una
pronta rendición de las blancas. La
partida es lo suficientemente breve
como para poder comentarla jugada
por jugada.
l. b4
Aunque este movimiento inicial
es jugable y con toda probabilidad no
malo, resulta dificil afirmar que sea lo
mejor para las blancas o les conserve
tan siquiera la iniciativa de que disponen por derecho propio al abrir eljuego.
l. ...
es
Las negras tratan de obtener el
mayor control posible del centro.
Que lo hagan mediante el avance del
peón e o del peón des una cuestión puramente académica, aunque el avance del texto les permite enrocarse
cuanto antes.
2. Ab2
Las blancas desarrollan una pieza y atacan el peón e.
2. ...
*
d6
Llamada también Apertura Oran-
gután y Apertura Polaca.
56
El negro manifiesta claramente
su voluntad de defender el peón e y no
intentar refutar de inmediato la apertura de las blancas. Puesto que viene
al caso, ¿qué otras jugadas sólidas
había aquí? 2 .... , Cc6? provoca 3. b5,
Cd4; 4. e3 y el blanco gana un peón;
2 ... , Ad6 infringe uno de los principios básicos; 2 .... , De7 es un movimiento excéntrico; sólo 2 .... , f6!?,
con la idea de bloquear el alfil de
dama enemigo con una muralla de
peones, era una opción seria.
3. c4
Esta jugada está en consonancia
con el estilo hipermodemo de la apertura de las blancas.
3. •••
Cffi
Las negras se desarrollan modestamente. Más ambiciosas eran las
continuaciones 3 .... , f5 y 3 .... , a5.
Esta última no parece muy conforme
a los sanos principios: ¿por qué abrir
el flanco donde el adversario dispone de más espacio, a menos de
poderle probar que ahí está débil?
4. e3
El blanco sigue con su planteamiento evasivo. Dentro de este enfoque, también eran posibles 4. g3, 4.
d3 y 4. Cc3.
4. ...
Ae7
Esta jugada y las dos siguientes
no requieren comentarios.
5. CB
6. Ae2
0-0
ACS
Las negras continúan luchando
por el mayor dominio posible del
centro, sin comprometerse demasiado con movimientos de peones. Una
vez más, 6 .... , Cc6 provocaría 7. b5;
y después de 6 .... , Cbd7 este caballo
no tendría mucho porvenir.
7. 0-0
h6
No es una jugada importante,
aunque a menudo resulta útil para
proporcionar un refugio en h7 al alfil
de dama en caso de necesidad. Aquí
no sería eficaz 7 .... , e4?!; 8. Cd4,
Ag6, ya que las blancas pueden continuar 9. d3, 9. f3 o 9. f4.
8. d4?1
Posiblemente el primer error de la
partida. Más cauto y lógico era 8. d3,
disputándole al contrincante la casilla e4. Ahora las negras pueden adoptar una buena configuración «francesa», con los colores invertidos, sin
ningún problema especial.
8.
9. Cfd2
e4
c61
Disuadiendo de 10. d5 y preparándose a apoyar su propio peón e.
10. Ccl
d5
Las negras siguen estando ansiosas de impedir d5 por parte de su ri­
val. No obstante, podían tener un
poco más de paciencia y conservar la
tensión por medio de 10 .... , Te8; 11.
b5, c5; (11. ... , e X b5; 12. C X b5!
con ventaja del blanco); 12. f3!?
11. e X d5?
Un claro error. Las blancas relajan la tensión. Normal y correcto era
11. b5, y después de 11 .... , e X b5;
12. C X d5 (o bien 12. C X b5!, pero
no 12. e X d5?, b4 y las negras ganan
un peón) 12 .... , e X d5; 13. e X d5,
D X d5; 14. a4! el blanco tiene interesantes posibilidades de contrajuego a cambio de un peón.
11.
cX
12. b5
es
La motivación de este movimiento es correcta ( contrajuego en el flanco de dama), pero era más preciso (y
más rápido) 12. Db3, ya que impide
12 .... , Cbd7.
12....
13. a4?1
Cbd7
De nuevo era mejor 13. Db3, y
tras 13 .... , Ae6; 14. f3! En luxar de
esto, las blancas no hacen sin pasar
de un plan a otro. Ahora parece que
intentan 14. Aa3, para cambiar su alfil malo.
13. ...
Te8
14. Db31?
Aquí era coherente 14. Aa3, pero
tampoco es mala la jugada del texto.
14. ...
15. m
Cf8
Las blancas deciden mantener la
presión sobre el peón negro d, pero
entonces ¿para qué se han hecho las
jugadas 12. b5 y 13. a4?
15 ....
eX f3
No hay otra opción.
16. C X
131
Pero ¿a qué viene ahora esto? Se
imponía 16. A X f3 para forzar 16 .
... , Ae6. Las negras pueden, a continuación, matar dos pájaros de un tiro.
(Véase Diagrama 91.)
16. ...
Ad61
He aquí los dos logros:
1. El peón e blanco queda expuesto a un ataque frontal.
2. El alfil de rey negro consigue
57
91
8
7
20. Da3
21. AX c3
d4
d X c3
Cg4
Las blancas abandonan.
6
Q
b
e
d
e
g
la diagonal b8-h2. Por supuesto, el peón d continúa defendido indirectamente.
17. CeS!?
Bajo presión, las blancas hacen
un intento de contrajuego. Desde luego resultaba desagradable 17. Cdl.
17. ...
Ae6
No 17 .... ,AX e5??; 18. d X e5,
T X e5; 19. Cd l y las blancas ganan.
Esta pacífica retirada crea una amenaza contra el caballo de e5.
18. Af3??
Sometidas a cierta presión durante las últimas jugadas, las blancas cometen ahora una horrible equivocación ( no analizando la amenaza o el
movimiento más sencillo, o ... ¿acaso
lo han olvidado?). Tras las indispensables retiradas 18. Cf3 o 18. Cd3,
las negras disponen de muchas gratas
continuaciones, por ejemplo 18. Cf3,
Ce4, 18 .... , Cg4; 18 .... , C8h7; 18.
... , Cg6, o 18 .... , Ag4; o si 18. Cd3, lo
mejor parece ser 18 .... , C8h7, aunque también 18 .... , Dc7!? y 18 .... ,
Ce4 merecen atención. El resto no requiere explicaciones.
18.
58
19. d XeS
AXeS
¿Por qué ha perdido el blanco tan
de prisa? ¿Por un solo error garrafal?
No, no exactamente.
En primer lugar, cedió terreno sin
necesidad en el centro (8. d4); luego
malgastó tiempo (12. b5 y 13. a4),
vaciló pasando de un plan a otro y se
quedó sin contrajuego a causa de una
debilidad permanente (el peón e3).
Por último se equivocó gravemente,
perdiendo una pieza (18. Af3??).
Todo bien considerado, su error final
puede muy bien haber sido el fruto de
una acumulación previa de problemas.
Vale la pena añadir que esta partida es típica de la 2. ª ronda de un torneo open de 5 rondas, por el sistema
suizo ( Cape Code $500 Open, 1976),
donde el ajedrecista mejor clasificado
( este autor, con un ELO de 2346 en
aquella ocasión) se enfrenta conjugadores más débiles (James Quirk,
17 63 ). Con esta partida hemos querido mostrar el declive gradual del jugador más débil en un tipo de juego
básicamente estratégico. En una partida táctica, por el contrario, la derrota puede sobrevenir de modo enteramente abrupto y a causa de algún
error fácil de localizar.
LECCIÓN 6. ;.QUÉ AMENAZAS
HAY EN UNA POSICIÓN?
Observemos la siguiente posición
de una partida Kleboe (1835)-Weeden ( 1950), Glasgow Herald Open
1981, después de 16 .... , Dc5.
Es importante adquirir el hábito
de examinar automáticamente, cada
vez que a uno le toca jugar, todas las
series de capturas forzadas. Si las
blancas lo hubieran hecho en el caso
presente, habrían continuado 17.
92
8
5
4
3
2
a
b
e
d
e
g
h
A X f6, A X f6; 18. Cd7 con gran
ventaja,porejemplo 18 .... ,Dg5?; 19.
f4, Dg6; 20. Ac2, Dh6; 21. C X b6
ganando un peón, ya que a 21. ... ,
Ad4+ seguiría 22. T X d4. Puede
objetarse que hay que ver aquí cinco
jugadas por ambas partes, arrancando de la posición inicial, pero en realidad todas ellas son forzadas después
de 18 .... , Dg5? Otra opción de las negrasera 18 .... , Db4 ( atacando el alfil
blanco y el peón b), pero entonces la
sencilla respuesta 19. b3 ( amenazando 20. Ab5, y mejor todavía que 19.
C X f6+) habría también puesto a las
negras en graves apuros. Lo mejor
para éstas, por tanto, era 18 .... , Dc7.
De hecho, la partida prosiguió 1 7.
Tfel, Tac8; 18. C X f7(??) (18. Ab5
dejaba a las blancas claramente superiores) sacrificando su pieza mejor situada por una compensación más que
dudosa. Aquí las negras debieran
haber aceptado inmediatamente el
sacrificio para ver lo que el blanco
pretendía tras 18 .... , RX f7; 19.
D X e6+, Rf8. Pero continuaron 18.
... , T X dl; 19.A X dl (lajugadaque
«se le escapó» a W eeden, pero de
haber visto 19 .... , Dc6! amenazando
mate y defendiendo el punto e6 habría desbaratado los planes de las
blancas)
19 .... , RXf7?;
20.
D X e6+, Rf8; 21. Ah5, abandonan.
Ejemplo2
En la posición siguiente, de una
partida Samuelian (2268)-Burnham
( 1920), New Hampshire Open (USA,
1981 ), las blancas, después de 23
movimientos, deciden terminar el juego por procedimientos directamente
tácticos, atacando en el flanco de rey
mediante 24. Dh4?! Lo correcto era
24. a5, condenando a muerte el peón
a de las negras y conservando el suyo
propio en posición superior.
93
a
b
e
d
e
g
h
La continuación real fue, como
hemos dicho, 24. Dh4, y el juego se
desarrolló así: 24 .... , A X a4; 25.
T X d5, Bc6; 26. Cf5? (aquí, según
parece, las blancas ganaban con 26.
TX c6,DX c6;27.DX e7,D X e5;
28. D X f7+, Rh8; 29. Ac4!,Ddl+;
30. Rg2; si ahora juega el caballo de
e6, sigue 31. Dg8+! y mate inmediato, pero 30 .... , Tf8 vuelve las tomas.
Una mejor tentativa de victoria era
29. Cg5!); 26 .... , A X d5; 27.
C X e7+, Rh8 (resultaba mejor 27 .
... , Rf8); 28. Tdl, Db7; 29. A X a6?
(ganaba sencillamente 29. Cg5, con
amenazas contra la torre negra y el
alfil clavado en d5, sin contar las de
mate en h7 y f7); 29 .... , D X a6; 30.
T X d5, T X d5; 31.C X d5,A X e5!
59
Esto deja el juego igualado (v.g., 32.
C X e5, Dal+ recuperando la pieza), mas no sin algunos coletazos fi­
nales: 32. De7, Dd6; 33. D X tt,
D X d5; 34. Cg5, Ddl +; 35. Rg2,
Cf4+!; 36. g X f4, Dg4+; 37. Rfl,
Ddl+; 38. Rg2, Dg4+; 39. Rfl,
Ddl +; 40. Rg2, tablas.
Examinemos ahora otra partida
jugada en la Olimpiada de Malta,
1980, entre dos fuertes maestros,
Ghinda (Rumania) y Sax (Hungría).
94
8
7
6
5
3
o
b
Tras una primera ojeada, el lector
se habrá convencidode que algoterrible ha debido de echar por tierra las
agresivas intenciones del blanco ini­
ciadas por 12. e5. Dan también lugar
a sospechas el juego brutalmente directo de las blancas y las respuestas
casi desdeñosas del negro. Una opción digna de nota era 8 .... ,AX b5,
ya que ni 9. D X b5+, Dd7 ni 9.
Cd X b5, Cbd7 proporcionan gran
cosa a las blancas. Al jugar el negro9.
... , Tc8, su posición era ya crítica, v.
g., si 9 .... , C X d4; 10. T X d4,
AXbS; 11. CXbS, a6; 12. e5!
(también gana 12. C X d6+, e X d6;
13. e5!); 12.... , a X b5; 13. e X f6
con efectos aplastantes, y, por otro
lado, se amenazaba 1 O. A X c6 seguido de 11. e5. Sin embargo, 11. f4
resulta una jugada demasiado ambiciosa.
60
d
e
f
g
h
Blancas
Partida 2
(Defensa Siciliana) l. e4, c5; 2.
CB, d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4,
CRi; 5. Cc3, p; 6. Ag5, Ag7; 7.
Ab5+, Ad7; 8. Del, Cc6; 9. 0-0-0,
Tc8; 10. A X c6, b X c6; 11. f4, 0-0;
12. e5, d X e5; 13. fX e5, Cd5; 14.
ex d5, ex d5; 15. e6, rx e6; 16.
C X e6, Db6; 17. C X g7, Tfl.; 18.
Dd3, R X g7; 19. Td2, AfS; 20.
Ae3, A X d3; 21. A X fl., DRi. Las
blancas abandonan.
e
95
8
7
6
5
4
3
2
o
b
e
d
Negras
Otra posibilidad seria era 11. e5.
El juego podía entonces haber continuado 11. ...,d X e5; 12.D X e5,0-0
(cf. Diagrama 94); 13. Thdl, Cd5;
14. C X d5!?? (si 14. A X e7?,
A X e5; 15. A X d8, A X d4 las negras ganan una pieza); 14.... ,A X e5;
15. C X e7+ (o 15. A X e7,A X d4;
16. A X d8, e X d5-+); 15 .... , Rh8
(15 .... , Rg7; 16. Cef5+, gX f5; 17.
A X d8 (cf. Diagrama 95), A X d4;
18. T X d4, cualquier T X d8; 19.
Ted1 y el blanco debe ganar); 16.
C X g6+, h X g6; 17. A X d8 y ganan como en la nota precedente.
Ahora bien, ¿a cuántos lectores no se
les habrá pasado por alto 17. . .. ,
Af4+? Es un error típico de los jugadores de primera categoría no perca-
tarse de una jugada clave «intermedia», jaque u otro movimiento de sorpresa, capaz de alterar por completo
el resultado de la partida. Así, en la
línea principal que estamos examinando, las blancas, en lugar de 16.
C X g6+, pueden intentar 16. T X e5
( amenazando 17. Af6 mate), pero entonces la sencilla réplica 17 .... , f6
volvería a hacemos dudar de la solidez de la combinación del blanco: v.
g., 18. CdX c6, De8 (18 .... ,
A X c6?; 19. T X d8, Te X d8; 20.
C X c6, Td6 con posiciónpoco clara;
18 .... , Dc7!?); 19. C X c8, fX e5;
20. Cd6, De6; 21. Cd8, Dg4 y las negras dominan ya la situación.
Por lo tanto, es justo preguntarse
por qué tanta generosidad ( 14.
C X d5!??)cuando podía haberse hecho una jugada como 14. Dg3, ... Sí,
pero en este último caso había que
considerar la respuesta 15. C X c3, y
si entonces 15. D X c3, c5! ganando
las negras, o si 15. A X e7, Db6!
asimismo con ventaja del negro. De
ahí que, después de 12.... , 0-0, tengamosque revisar de nuevolas opciones del blanco, pues es clara la amenaza 13.... , Cd5. Evidentemente la
dama blanca debe moverse; la cuestión es: ¿adónde? 13. Dc5 parece lo
más emprendedor,aunque 13. Dg3 y
13. De3 son con toda probabilidad
continuacionesmás sólidas. Sólo ahora tras todo este análisis, podemossacar las siguientes conclusiones:
l. 11. e5 era una seria opción
para las blancas.
2. En taJ caso, no obstante, las
negras, después de 11. . .. ,
d X e5; 12. D X e5, 0-0, habrían amenazado 13 .... , Cd5,
apoderándose de la iniciativa.
En la partida realmente jugada,
12. e5 es sin duda lo más agudo, pero
prematuro. En su lugar era digno de
atención 12. Cf3. Tocante a 13 .... ,
Cd5, habría merecido dos signos de
admiraciónsi Sax hubiera visto lo suficientemente antes este movimiento
y sus ramificaciones.Algo más adelante, el súbito golpe 16 .... , Db6!
revela los ominosos designios de las
negras, cuya honda concepcióntáctica culmina en 18.... , R X g7! Ghinda se ve desbordado por las amenazas acumuladas sobre c2 después de
19 .... , Af5, pues si 21. A X b6,
T X c2+ las negras ganaban una
pieza. Ante la inminencia de nuevas
pérdidas materiales tras 21. ... , Df6,
las blancas tienen que abandonar.
La lección aquí consiste en que
uno debe siempre preguntarse por
qué se ha perdido una partida, en especial si ésta ha sido breve. Al hacerlo, será posible determinar los momentos críticos.
Incluso grandes maestros de fama
bien establecida caen a veces en ese
error, tan corriente, de no considerar
las eventuales amenazas,jaques, clavadas, horquillas, etc., aunque entre
ellos suele darse en forma más refinada.
Partida 3
La posición del diagrama 96 se
consiguió en la partida KorchnoiTarjan (Lone Pine 1981) después de
las siguientesjugadas en la defensa
Nimzo-India (vía India de Dama).
l. d4, Cffi; 2. c4, e6; 3. Cf3, b6;
4. Cc3, Ab7; S. Af4, Ab4; 6. Db3,
aS; 7. e3, d6; 8. Ae2, Ce4; 9. 0-0,
AXc3; 10. bXc3.
El negro podía haber obtenido un
sólidojuego con 10.... , 0-0, o 10.... ,
Cd7. Sin embargo jugó 10.... , g5?!
que condujo a 11. A X g5, C X g5;
12.Db5+,Cd7; 13.D X g5,D X g5;
14. C X g5. No es probable que un
gran maestro de la categoría de Tarjan pasara sencillamente por alto 11.
A X g5, pero es más que probable
61
97
96
o
b
d
e
g
h
Negras
que después de la continuación 14.
... ,AX g2; 15. R X g2, Tg8; 16. f4,
h6; 17. h4, f6 no viera 18. Ag4, ganando un peón (después de 18 .... ,
Cf8, 19. C X e6!, T X g4+; 20. Rh3)
y el juego. Para la historia, así es
como Korchnoi lo hizo: 18 .... , Re7;
19.A X e6, Tg7;20.A X d7,RX d7;
21. e4 (Korchnoi insiste en conectar
los peones), ... ,c5; 22. e5, d X e5; 23.
d X e5, f X e5; 24. Tadl +, Rg7; 25.
Rh3 (finalmente el rey debe ser capturado), h X g5; 26, fX g5, e4; 27.
Tdel, Td8; 28. T X e4, Td3+; 29.
Rg4, T X c3; 30. h5, abandonan.
Ejemplo 3
Como ejemplo final de esta lección sobre el análisis de las amenazas, veamos lo que el lector opina de
la posición siguiente, surgida tras 1 7
tensos movimientos en la primera de
mis dos partidas con Roddy McKay
para el campeonato de Escocia de
1980.
Hasta muy poco antes yo estaba
seguro de tener ventaja, debido a un
dominio superior del centro (peón en
e5, inmovilizando los peones negros
d, e y f) y al control de la columna
abierta g y de la semiabierta a. Con
todo, a raíz de la última jugada de las
negras (27 .... , Af8-c5), la posición se
62
o
b
e
d
e
g
h
Blancas
vuelve súbitamente rica en complicaciones. La situación un tanto precaria del rey blanco significa que había
que considerar un sacrificio en b4 por
parte de las negras en su último movimiento, v. g., 27 .... , C X b4, pero
afortunadamente, después de 28.
T X b4, A X b4; 29. e X b4, la torre
blanca de g3 impide la horquilla de
peón en c3. De hecho, las negras
amenazan 28 .... ,AX d4; 29. D X d4
(29. e X d4, c3+ gana); 29 .... , C X f4
ganando sencillamente una pieza. Si,
para evitar esto, las blancas tratan de
mover o el caballo o el alfil de dama a
una casilla segura (v.g., 28. Ae3? o
28. Cf3?), entonces dichas piezas
obstruyen la defensa de c3 por la
torre, con lo que se posibilita la combinación en b4. Si el rey blanco se
mueve con el mismo fin (o si 28.
Del), sigue 28 .... , A X d4; 29.
e X d4, c3 ganando igualmente las
negras.
Así pues, ¿qué ha de jugar el
blanco? Yo estaba convencido de que
mi posición no podía haberse deteriorado de pronto hasta ese punto, en
sólo una jugada, tras 27 .... , Ac5 que
completa por fin el desarrollo de las
negras. Llegué incluso a considerar
28. Cb3!?, con la idea de que, si 28.
... , e X b3; 29. Aa6, Dc6, la continuación 30. b5!, dejando colgados la
dama, el alfil y la torre de las negras,
debía ganar: v.g., 30 .... , Db6; 31.
T X e4, DaS; 32. e X b3, Da3+; 33.
Rc2, Da2+; 34. Rd3! Pero vacilé,
reacio a embarcarme en semejantes
complicaciones tras haber logrado
poco antes una «pura» ventaja; y en
efecto, después de 28. Cb3!!?, A X t2;
29. CaS, DbS; 30. A X c4, T X c4;
31. D X t2, la posición sería aún
menos clara, v.g., 31. ... , D X a4; 32.
C X c4, C X f4; 33. Cd6! y las blancas tienen todavía compensación por
su pieza de menos.
En lugar de todo eso, y hallándonos ambos apurados de tiempo, acabé por jugar
28. A X h6??1 ..•
La partida continuó:
28 •...
29. Ag7
AXf2
Aquí el análisis posterior a la partida mostró que 29 .... , C X b4!; 30.
Rcl, Cd3+ ganaba. Extremadamente apretado por el reloj, McKay comete ahora una serie de graves errores que, en definitiva, habían de costarle el campeonato.
30. Th3
Cb6?
Lo correcto era 30 .... , Ag2 con la
idea de 31. ... , Ae3 o 31. ... , aS.
31. Ta5
32. h6
Ah7?
33. Af3 ganaba inmediatamente
una pieza.
Ah4
Ad8
Dc7
Ag6
AX ti
33 ..••
34. T X ti
35. Af3
36. AtB
37. Ad6
38. Dd4?1
8
7
6
5
4
AXd4
Simplemente se me había olvidado que 29. D X d4, Cb6 permite a las
negras defender su alfil, mientras la
torre y el alfil blancos quedan colgados.
29.
32. ...
33. Tf3?1
Thg8
Ahora las blancas tienen juego
por la pieza sacrificada.
o
b
e
d
g
e
h
Blancas
Aquí desperdicié la última oportunidad de ganar rápidamente por
medio de 38. h7, Th8; 39. Dd4 (con
la idea de 40. D X bé+) 39 .... ,
D X d6;40.e X d6, TX h7;41.De4,
que es decisivo.
38 •.•.
39. e X d6
40. Ddl
41. Dd4
DXd6
Ag6
Ah7
La jugada secreta, después de
tanta agitación. No 41. Dal? a causa
de 41. ... , Tg3; 42. T X a7, T X f3;
43. Da6 y ganarían las negras.
41. ...
42. Ag2?1
Tf8
Tras una hora de análisis durante
el aplazamiento, todavía cometí este
63
error, aun a sabiendas de que lo era.
McKay podía ahora haber logrado
ventaja mediante 42.... , e5!, pues si
43.D X e5, Tt'2gananlasnegras,ysi
43. T X e5, Af6 también ganan; por
último, a 43. De3 podía seguir 43 .... ,
e4. Sin embargo McKay comete a su
vez, increíblemente, una falta de gra­
vísimas consecuencias:
99
42.
Af6??
43. O X b6+ Abandonan.
No es ésta una partida de la que
Roddy o yo podamos estar orgullosos pero resulta instructiva y entretenida ... [sobre todo por sus errores!
LECCIÓN 7. ¿CUÁLES SON
LOS RASGOS ESENCIALES
DE UNA POSICIÓN?
Antes de considerar cuál puede
ser la jugada correcta en una posición
dada, es preciso identificar los componentes esenciales de esa posición.
Para ello hay que partir de una doble
base: táctica y estructural. El primer
aspecto comprende las interacciones
entre fuerzas opuestas, en términos
de clavadas, horquillas, ataques dobles, jaques, etc., como se ha visto en
las lecciones de Geoff Chandler sobre «Táctica y combinaciones». El
segundo se refiere a los fundamentos
generales de la estructura de una posición, tales como peones doblados,
columnas abiertas y serniabiertas,
etc., que se estudian en las lecciones
de Chris Morrison sobre «Cómo formular un plan». Una vez evaluados
metódicamente estos elementos pueden ya empezarse a buscar la jugada
o jugadas correctas.
Ejemplo 4
Esta posición se ha hecho famosa
por el cuidadoso escrutinio a que la
64
a
b
e
d
e
g
Blancas
sometieron primero el psicólogo y
maestro de ajedrez Adrian de Groot
(1965) y luego Newell y Simon
(1972).
He aquí los comentarios iniciales
de De Groot:
«Procedente de una partida A.
D. de Groot-C. Scholtens, 10 de
abril de 1936. Juegan las blancas ... Esta posición plantea principalmente problemas de orden
táctico. Con su última jugada ( ...
Db6) las negras han dejado más o
menos en el aire su alfil de e7, que
sólo queda defendido por el caballo de d5, fácil de cambiar; el otro
caballo (f6) está, pues, prácticamente atado. En el centro hay
varias posibilidades de cambio, y
la cuestión es saber si las blancas
pueden o no sacar algún provecho de las debilidades tácticas de
la posición negra. Si ello no fuera
factible, lo mejor para el blanco
consistiría en reforzar su posición
con alguna jugada tranquila.
De un minucioso análisis se
deduce, no obstante, que las blancas están en condiciones de sacar
provecho inmediato de la situación; es más, tienen una victoria
forzada. La continuación ganadora es l. A X d5 ... » (de Groot,
1965, sección 26).
Newell y Simon dedican unas 40
apretadas páginas al estudio del comportamiento de un solo sujeto (S2),
un joven jugador medio de aproximadamente 1600 puntos ELO de fuerza, en el análisis de la posición que
nos ocupa. No cabe aquí reproducir
por menudo la investigación de Newell y Simon, pero podemos resumir
con brevedad las etapas del comportamiento de S2. Éste analiza la posición durante 17 minutos, divididos en
unos 25 «episodios» que han sido
agrupados en 7 «escenas». Estas escenas consisten en lo siguiente ( con
indicación del tiempo acumulado):
Escena 1: (O seg.) Orientación, exa-
men de material, amenazas del negro.
Escena 2: (80 seg.) Explora 1.
A X d5 y l. Df3, teniendo en cuenta los posibles
contraataques de las negras.
Escena 3: (300 seg.) Considera otras
jugadas como l. C X c6,
l. CXf7, l. CXg6, l.
Tc2 y avances de peones
en el flanco de rey, sin
hallar nada.
Escena 4: (385 seg.) Vuelve a examinar l. A X d5; verifica
el contraataque 1. . .. ,
D X b2 y descubre que
las blancas ganan una pieza a cambio de uno o dos
peones. Ve que l. ... ,
C X d5 sigue defendiendo el punto e7, y también
que tras l. ... , A X d5; 2.
C X d5, C X d5, el alfil
de e7 queda igualmente
defendido.
Escena 5: (540 seg.) Comienza a fijarse en algunas ideas de
ataque en el flanco de rey,
como 1. Ah6 y 2. Ce4 o 1.
Ce4, pero teme 1. Ce4,
D X b2 con el alfil «colgado» en a2. Llega a la
conclusión de que 1.
A X d5 ha de ser la primera jugada.
Escena 6: (135 seg.) Explora una
vez más l. A X d5. Descubre que a l .... , A X d5
puede contestarse 2. Ca4
con ventaja de las blancas. Examina entonces 1.
... , e X d5 y ve que también da ventaja a las blancas, por quedar aislado el
peón negro. Finalmente
se percata de que l. ... ,
C X d5; 2. C X d5 hace
perder a las negras, estimando por tanto necesario l. ... , e X d5.
Escena 7: (980 seg.) Decide que la
mejor continuación es 1.
AXd5.
De todo este «guión» se infiere
claramente que, aun cuando el sujeto
acaba por escoger la jugada correcta, sus motivos para hacerlo no son
convincentes. Varios detalles importantes se echan de menos en su análisis, y durante todo el tiempo «parece
ignorar unos cuantos rasgos esenciales de la posición» (Newell y Simon).
Es bien sabido que toda persona,
al analizar una posición, lleva adelante un proceso de «profundización
progresiva» (de Groot, 1965). Esto
quiere decir que tendemos a profundizar en la totalidad de nuestro análisis por etapas sucesivas. Este proceso, que entraña el regreso a movimientos ya analizados, repitiendo,
comprobando de nuevo y ampliando
variantes a partir de los mismos, no es
en modo alguno eficaz; pero, debido a
las limitaciones de nuestra memoria
( en contraste con la de los ordenadores), nos parece la mejor manera de
«llevar la cuenta» de lo que ya hemos
considerado.
Un hecho en flagrante contradicción con las creencias de la gente es
que el talento «excepcional» de los
65
grandes maestros no reside en su
habilidad para calcular todas las po­
sibilidades que les brinda el árbol de
variantes. Lo típico en ellos es examinar de 30 a 50 «nodos» (posiciones
futuras en el tablero), llegando como
máximo a un centenar. Son especialmente hábiles en identificar con rapidez los rasgos esenciales de una posición. Su enfoque es similar al expresado humorísticamente por Réti, según se cuenta, cuando en cierta ocasión le preguntaron cuántas jugadas
solía prever a partir de una determinada posición. «Sólo una -respondió el gran maestro-, la mejor.»
En su análisis de la posición del
Diagrama 99, el sujeto pasa por alto
un importante tema que aparece repetidas veces: la horquilla que las
blancas tienen en d7 (Cd7), conganancia de la calidad en unas cuantas variantes.
Por ejemplo, en la línea l. A X d5,
A X d5; 2. C X d5, C X as ve que el
punto e7 queda defendido, pero nunca menciona que después de 3.
A X e7, C X e7; 4. Cd7 las blancas
ganan la calidad (si bien es esencial
para el blanco comprobar que tras 4.
... , TXcl; 5. TXcl, DXb2; 6.
Tbl todavía gana). Más adelante el
sujeto llega a la acertada conclusión
de que l. . .. , A X d5 pierde, pero
basándose en un motivo erróneo.
Prevé la continuación 2. Ca4 en vez
de lo que acabamos de explicar. De
ahí que, también por falsas razones,
concluya que no hay más remedio
que seguir l. ... , e X d5. En ningún
momento se percata de la fuerza de 2.
Df3! (aunque lo considera como primer movimiento de las blancas). Ahoralas negras han de continuar 2 .... ,
Dd8 (si 2 .... , Rg7; 3. Cg4! amenazando el caballo de fo y 3. Ah6+ ganando, ya que 3. . .. , C X g4; 4.
A X e7, Tfe8; 5. Ac5 resulta decisivo; y si 4 .... , e X h2?; 5. A X f8+,
etc.). Después de 2 .... , Dd8, la fuerte continuación que a los jugadores
66
débiles se les puede fácilmente escapar es 3. Tce 1. Esto amenaza de nuevo 4. Cg4, v.g., 4 .... , C X g4; 5.
A X e7 ganando. Una vez más, no
sirve 4 .... , Rg7, por lo que las únicas
jugadas que han de considerarse son
las capaces de parar la amenaza ( o
amenazas):
100
Negras
(A) 3 .... , Te8 permite a las blancas
ganar un peón tras 4. C X c6,
T X c6 ( 4 .... , b X c6; 5. T X e7
seguido de 6. A X f6+-); 5.
A X f6,A X f6(5 .... , T X f6;6 .
D X d5); 6. T X e8+, D X e8;
7. DX d5.
(B) 3 .... , Ce4 (jugada simplificadora que es importante tener en
cuenta) 4. AXe7, DXe7; 5.
C X c6, b X c6 (5 .... , T X c6;
6. C X dS); 6. C X e4 y las blancas ganan limpiamente un peón.
(C) 3 .... , h5; 4. C X c6, T X c6 (de
nuevo, a 4 .... , b X c6 sigue 5.
T X e7); 5. T X e7! Aquí está la
clave: si anteriormente 3. Tfe 1,
que parecía más lógico, ahora
las negras podrían seguir 5 .... ,
D X e7; 6. C X d5, T X el+
ganando. Si en este momento,
de haber jugado 3. Tfel, las
blancas se decidieran por 5.
A X fo, A X fo; 6. C X d5,
TXcl (no 6 .... , AXd4; 7.
T X c6 seguido de 8. Ce7+); 7.
T X el, A X d4, tendrían que
considerar muy seriamente las
consecuencias de 8. Tc8!??, ya
que después de 8 .... , D X c8; 9.
Ce7+,Rg7; 10.C X c8, T X c8
la posición no es nada clara. Por
eso lo mejor para el blanco era
probablemente 8. Tc7.
(D) 3 .... , Tc7. Tras el análisis que
precede, es ya fácil darse cuenta
de que 4. C X c6, T X c6 (o 4 .
... , b X c6); 5. T X e7 seguido
de 8. C X dS gana.
El lector observará que 1. A X d5!
no es la jugada que suele aconsejarse
en esta clase de posiciones, ya que
renuncia al par de alfiles, pero aquí es
la mejor por obligar a las negras a
capturar con el peón ( 1 .... , e X dS),
dejándolas con una débil casilla clara
(sujeta a las amenazas del blanco).
Nos hemos detenido en los detalles
de este ejemplo para ilustrar lo que
precisamente entendemos por «consideración de la amenaza o amenazas» del adversario ( como la horquilla potencial en d7, clavadas en f6,jaques intermedios, etc.) y «rasgos esenciales» ( alfiles malos, piezas colgadas, contraamenazas en la última
fila) de una posición.
Ejemplo S
La posición siguiente proviene de
una partida de la final del «Golden
Knights 1978» (Campeonato de los
EE.UU. por correspondencia) entre
Burnham (blancas) yBailey(negras).
Burnham pone un signo de interrogación a la jugada 20 .... , T X a3,
pero ¿qué pueden hacer las negras?
Las principales amenazas son (A)
21. C X b5, (B) 21. Cf5 y (C) 21.
Dg3. La mayoría de las peligrosas
amenazas del blanco están estrechamente ligadas al efecto paralizador del peón de eS. Es decir, el peón d
101
a
b
e
d
e
f
g
h
de las negras se mantiene retrasado
en d7, lo que significa que el alfil de
dama negro queda encerrado, las
torres negras siguen desconectadas y
la casilla fS es accesible a las piezas
blancas.
Por tanto es esencial considerar
20 .... , C X eS. He aquí las posibles
continuaciones del blanco:
(A) 21. C X ss, Db8; 22. Dg3,
D X b5; 23. A X e5, f6 (23 .... ,
Af8; 24. Ad6!); 24. Td6 y los
problemas de las negras no se
han acabado.
(B) 21. Cf5, Af6?!; 22. Cd6, Cc4 es
poco claro, pero 22. Td6! resulta demoledor; lo mejor es 21 .... ,
d6; 22. e X e7+ (22. A X e5,
A X f5); 22 .... , D X e7; 23.
AXe5, DXe5; 24. AXc6
que no da nada a las blancas.
(C) 21. Dg3, d6! (21. ... , Af6?!; 22.
e X b5 [no 22. Cf5, d5!] seguido de 23. Cd6); 22. A X e5,
dX eS; 23. C X c6, T X dl+;
24. TXdl,
TXa3;
25.
C X e7+, D X «t. 26. D X e5!
y las blancas ganan por lo menos
un peón; o si 24 .... , Ab7; 25.
C X e7+, D X e7; 26. A X b7,
D X b7; 27. D X e5 ganando
igualmente un peón, ya que 27 .
... , T X a3; 28. Td8+, Rh7; 29.
Df5+, g6; 30. Df6 es decisivo.
Con todo, las negras en esta
67
línea, disponen de una opción
clave: 24 .... , Ta4, que deja la
posición igualada.
Aquí debo disculpas a los lectores
por todas estas largas variantes. No
es mi intención abrumarlos, sino indicarles las complicaciones inherentes
a cualquier posición donde existen
prolongadas series de capturas, amenazas y contraamenazas, así como la
necesidad de analizarlas a fondo. En
la partida que comentamos, el hecho
mismo de jugarse por correspondencia significa que las negras debieran
haber prestado suficiente atención a
20 .... , ex e5. Siguió:
21. T X a3, A X a3; 22. Dg3 (las
amenazas del blanco son ahora decisivas); 22 .... ,Da7; 23. A X h6!,Af8;
24. A X g7, Da3; 25. Dg5 y no les
quedaba ya a las negras sino abandonar en vista de 25 .... ,AX g7; 26.
Cf5, Df8; 27. Ch6+, Rh8; 28. Df5,
Dg8; 29. C X n+, D X n, 30. Dh7
mate.
Ejemplo 6
La posición que sigue se dio en
una partida Orr-Moultrie de la segunda ronda del Campeonato Escocés de
1981.
Las negras llevan la calidad de
ventaja y disfrutan de una posición
tan sana como sólida. El blanco ha
debilitado su flanco de rey con los
avances g4, g5 y h4, en un intento de
contrajuego. Continuaciones plausibles son (1) 33
, Dh3, cambiando
las damas; (2) 33
, Cd3, atacando
la torre y el alfil enemigos mediante
una horquilla; (3) 33 .... , C X d5, reduciendo el material, aunque a costa
de la pieza negra mejor situada, mientras el blanco, al capturarla con su caballo, ejercerá mucha presión en ffi;
(5) 33 .... , fX g5, con la intención de
ganar el peón g de las blancas después de 34. h X g5, Ch3+. Todas
68
102
a
b
e
d
e
9
h
Negras
estas jugadas son en cierta manera
naturales, aunque su eficacia sólo
puede determinarse merced al cálculo de variantes concretas.
En lugar de ello, debido a los habituales apuros de tiempo, las negras
disiparon su ventaja con la ilógica jugada 33 .... , Db5? La partida prosiguió: 34. Ac4, De8; 35. g X ffi,
g X f6; 36. Cf5, Tbc8; 37. Rh2, AcS?
38. D X f4!; Ad4; 39. Dh6, Dg6; 40.
O X g6, h X g6; 41. C X d4, e X d4;
42. Tdl y las negras abandonaron.
¡Desde luego, los apremios de reloj
nunca ayudan!
Ejemplo 7
La posición del siguiente diagrama surgió, después de 13. Ce4, en
una partida Kopec-Ian Wells, Manchester 1981.
En realidad, no hay nada malo en
la posición de las negras salvo el hecho de verse un tanto oprimidas por el
peón blanco e. Como acababan de jugar 12 .... , Tb8 ( en previsión de Cd2b3 ), yo esperaba ahora 13 .... , bS seguido de I 4 .... , a5 con una expansión
general en el flanco de dama, o bien
una continuación racional como 13 .
... , Dc7, v.g. 14. Cg3, Tfc8.
En vez de esto, y sin mucha reflexión, las negras recogieron el guante
103
8
Ejemplo 8
Para concluir esta lección sobre
los «rasgos esenciales de una posición», ofreceré un nuevo ejemplo
procedente de mi encuentro con Roddy McKay (marzo de 1981). Se trata de una de nuestras dos partidas de
desempate. La siguienteposición crítica de la segunda partida surgió tras
19. Tel.
7
6
5
4
o
b
e
d
e
g
h
104
Negras
que se les lanzaba y continuaron 13.
... , Ce X e5?!, a raíz de lo cual, tras
14. C X e5, C X e5; 15. Af4, no quisieron afrontar las dificultades derivadas de 15 .... , f6 (15 .... , Da5; 16.
Cd2!); 16. A X e5, fX e5; 17. Dg4
con ventaja del blanco debido a su
puesto avanzado en e4 y a pesar de
tener un peón de menos.Así pues, decidieron rápidamente sacrificar la calidad mediante 15 .... , C X c4!?; 16.
A X b8, D X b8; 17. d X c4. Ahora
las negras debían tratar de conectar
sus peones centrales jugando 17. . .. ,
f6 o 17 , e5. La continuación de
Wells, 17 , f5, fue un grave error
posicional, ya que después de 18.
Cd2, Af6; 19. Cf3 seguido de 20.
Ce5, no pudo ya jugar ..., e5.
Nuevamente se desprende aquí la
lección de que el juego ha de evaluarse y llevarse a cabo conformea las necesidades de la posición. Después de
12.... , Tb8 era ilógico proseguir 13.
... , Ce X e5, provocando la incómoda clavada 15. Af4. Otro error de las
negras fue que, una vez embarcadas
en esta aventura, no sopesaron suficientemente los pros y contras del
interesante sacrificio de calidad 15.
... , CXc4.
a
b
e
d
e
g
h
Negras
Las blancas han recobrado los
dos peones que habían sacrificadoen
la apertura, situandouna torre en d6 y
el caballo en e7. Ahora parece que el
caballo negro de e5 corre grave peligro. ¿Puede realmente quedar atrapado en la casilla activa que ocupa en
medio del tablero?
Como le llevaba a mi adversario
más de una hora de ventaja, me puse a
examinar detenidamente la posición.
Cualquier jugada de caballo hace
perder por lo menos un peón, v. g, 19.
..., Cc6, y otro tanto puede decirsedel
contraataque dirigido contra el caballo blanco casi atrapado ene?: 19.... ,
Dg5; 20. A X e5, D X e7; 21. Ac4!
(21. AX g7+, RX g7; 22. De5+,
Df6 no es claro).
69
¿Qué jugar entonces? Consideré
19 .... , a6, pero las blancas quedaban mucho mejor continuando simplemente 20. A X e5, a X b5; 21.
O X b5. Incluso llegó a ocurrírseme
el contragolpe 19 .... , C X f3+ con la
idea de que, tras 20. g X f3, Dc5+,
caería o la torre de d6 o el alfil de b5
(después de 21. Df2). Pero, claro
está, el alfil de g3 defiende la torre
después de 19 .... , C X f3+. La acumulación de todos estos datos, rasgos
posicionales y motivos tácticos me
llevó a encontrar la siguiente «minicombinación», que decidió la partida a mi favor:
19 .... C X f3+!!; 20. g X f3,
Dg5! De pronto los «cabos sueltos»
de la posición blanca se ponen plenamente de manifiesto. No es posible
21. Ae5 (iilegal!), ni tampoco 21.
T X e6, f X e6; 22. D X e6, por quedar colgado el alfil de b5. Es pues evidente que las negras recobran ahora
su caballo, al haber quedado el de las
blancas sin salida (la casilla d5 está
cubierta), y ello con intereses, puesto
que la estructura de peones blancos
del ala de rey se ha deteriorado sin remedio.
LECCIÓN 8. INCAPACIDAD
DE APROVECHARSE DE
ANTERIORES EXPERIENCIAS
PARA ELABORAR UN PLAN
Siempre sostuve que las partidas
de las que más he aprendido son las
acabadas en derrota o tablas. Tales
partidas son las que han quedado más
penosa y vivamente impresas en mi
memoria ajedrecística, y por ende
constituyen el medio más valioso
para juzgar de los progresos hechos o
no hechos. Pero, por otro lado, es forzoso reconocer que no hay nada que
desanime tanto como perder o anular
una partida sin poder extraer una
moraleja o aprender una lección.
La partida siguiente fue jugada
70
por mí hace unos 12 años, teniendo
yo entonces un ELO de 2032. Me enfrentaba con J oshua Fluk ( 1650), recién llegado de Israel, en el Campeonato Interescolar de Nueva York,
1969- 70. Aunque íbamos empatados a 4/4, se me consideraba el
favorito, dada mi gran ventaja de
ELO. No obstante, habiendo ya visto
unas cuantas partidas de Fluk, sabía
yo que tenía delante a un buen jugador intuitivo y que no debía subestimarlo.
De hecho, me dio una lección que
no olvidaré jamás. En aquella ocasión, cada jugada de Fluk hasta el
sorprendente y decisivo golpe 33 .... ,
C X g4 me pareció responder a una
lógica fría y perfecta, como la de un
verdadero campeón.
Partida 4: Kopec-Fluk
(Defensa Nimzoindia)
1. d4, Cf6;
2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. e3, b6; S.
Cf3, Ab7; 6. Ad3, Ce4; 7. Del, fS; 8.
0-0, A X c3; 9. b X c3, 0-0.
Una apertura según los cánones,
donde las negras tratan de mantener
su dominio de e4 y bloquear la posición lo más posible, en especial los
peones blancos (e) doblados. Las
blancas, por su parte, han de intentar
abrir el juego al máximo para hacer
valer su par de alfiles y la masa de
peones centrales.
10. a4
Aunque esto no es malo, con la
idea de abrir la posición mediante
Aa3 y c5, son más comunes 10. Cd2
y 10. Cel.
10. ...
d6
Aquí renuncié a la idea de 11.
Aa3 seguido eventualmente de c5,
por no poder forzar esta jugada, y
volví a la continuación usual 11. Cd2.
11. Cd2
12. AX d2
13. d5
CXd2
c5
Por aquel entonces ya sabía que
en este tipo de posiciones es esencial
para las blancas abrir el centro. Con
tal intención jugué 13. d5?!, pero
resultó ineficaz. Mucho mejor hubiera sido 13. f4! (seguido de 14. e4) o
directamente 13. e4!?, aunque rechacé esto último cegado por mi afán
de ganar, v.g. 13. e4!?, f4; 14. e5, g6;
15. A X g6, h X g6; 16. D X g6+=.
13. ...
g61
Esto muestra el hondo sentido
posicional de Fluk, que debilita las
casillas negras sabiendo que no pueden ser explotadas por su adversario, v.g, 14. d X e6, Df6; 15. e4, f4,
etc. Mis ulteriores esfuerzos por abrir
el juego mediante 14. e4 y 15. g3 son
frustrados mediante 14 .... , f4 y 15.
e5, con lo que Fluk cierra el centro y
se reorganiza rápidamente con vistas a utilizar su ventaja de espacio en
el flanco de rey.
Esta ventaja se pone de relieve
tras 20 .... , h5!, 23 .... , Rf7 y 25 .... ,
Tah8. Yo intento contener los avances del negro en el ala de rey e incluso parece que hago algún progreso en
la de dama, con 30. a X b6, pero la
brillante réplica 30 .... , a6 revela la
lentitud de mi plan, mientras las negras siguen con sus incursiones ( 31.
... , Thl y 32 .... , Dh3), coronadas por
el movimiento decisivo 33. . .. ,
CXg4.
14. e4, f4; 15.g3, e5; 16. n, Cd7;
17. Del, g5; 18. Tf2, Tn; 19. Ael,
Df8; 20. g4, b5; 21. b3, Tb7; 22.
Tb2, Cf6; 23. Taa2, Rn; 24. Tag2,
Dg7;2S.Db2,Tab8;26.a5,b X g4;
27. b X g4, Tb3;28. T X b3, T X b3;
29. Rf2, Db6; 30. a X b6, a6; 31.
Ac2, Thl; 32. Re2, Dh3; 33. Tf2,
C X g4; 34. Abandonan.
En relación con el ejemplo que
acabamos de ver, considérese ahora
la siguiente partida donde las blancas
son incapaces de aprovecharse de experiencias anteriores para afrontar
satisfactoriamente las necesidades de
la posición y los problemas planteados por el negro. No es que haganjugadas francamente malas, sino que
no hay en ellas energía ni propósito
definido.
Partida S: Dauber (1775)-Kopec
(2430)
XII.° Congreso de Manchester,
1981, S.• ronda
(Defensa Nimzoindia) 1. d4, Cf6;
2. c4, e6; 3. Cc3, Ab4; 4. e3, b6; 5.
Cf3, Ab7; 6. Ad2.
No hay nada malo en esta jugada,
salvo que revela la poca familiaridad
de las blancas con la apertura. Las
partidas de los «viejos maestros»
Nimzovich, Bogolyubov y Alekhine
dejaron bien claro lo inconsecuente
de este movimiento. Más «teórico»
es 6. Ad3, como en la partida precedente.
6.
7. Ae2
8. 0-0
0-0
d6
Cbd7
Quizá fuera más exacto 8 .... ,
A X c3, puesto que el alfil de rey ha
cumplido ya su misión .
9. Db3
10. Tadl.
ll. A X c3
aS
AXc3
De7
Con 10. Tadl las blancas han
manifestado su intención de jugar d5.
El negro se prepara en consecuencia
y apoya de todos modos un posible ...
e5. Lajugadamás directa 11. ... , Ce4
merece también atención.
12. Cd2
71
Las blancas luchan correctamente por el dominio de la casilla e4, y,
como el lector sabrá ya por la Partida
que precede, 13. f4 está en el aire; de
ahí la continuación de las negras.
Pero entonces ¿para qué servía 10.
Tadl? Esta torre estarla ahora mejor
situada en el.
12.
13. Dc2
14. Tíel
105
eS
Tfe8
h6
Las negras se disponen a maniobrar con el caballo pasando por h7.
o
b
e
d
e
f
p
h
Blancas
IS. b3?!
El plan del blanco, coneístents en
avanzar a3 y b4 abriendo el flanco de
dama donde tiene más espacio, ea correcto, pero 15. Cfl con la idea de
Cg3-f5 era aquí más pertinente.
IS. ...
16. Afi
Ch7
e4
Las negras ocupan el mayor espacio posible en el centro. Cierto que
con esta jugada obstruyen la diagonal de su alfil de dama, pero esperan
hacer de este peón un trampolín para
el ataque planeado en el flanco de
rey.
17. a3
18. Db2
CgS
Dffi
20. Rhl
DíS
19. Ae2
Dg6
Las últimas jugadas del blanco,
en especial 18. Db2 y 19. Ae2, no
responden a ningún plan determinado, por lo que las negras siguen adelante con el suyo en el flanco de rey.
Lo indicado hubiera sido 18. b4.
21.
rn
Cf3
Las negras «atornillan» el ala de
rey de su adversario ofreciendo este
72
caballo que, evidentemente, no puede aceptarse.
22. dS
Tratando de cerrarle al alfil enemigo la gran diagonal y, a la vez, abrir
paso a las propias fuerzas. Pero esto
permite a las negras movilizar su «pelotón» de reserva.
22.•..
23. AX eS
24. f3?
CdeS
CXeS
En busca de contrajuego, las blancas acaban por cometer un grave
error que ha de acarrearles la derrota. Lo correcto era 24. Dc2 (presionando sobre el peón e y clavándolo)
seguido eventualmente de f3 o f4.
24. •..
25. C X f3?
e X f3
La falta de experiencia de las
blancas se deja sentir. Su peón e retrasado es de mal agüero. Sólo 25.
g X f3 les brindaba algunas posibilidades dinámicas.
O.e4
25 ••••
26. ex es
TXeS
Tae8
27. Tf3
Dh4
28. Ad3
El resto de la partida es ya lo que
suele llamarse «cuestión de técnica». Las negras acumulan fuerzas
contra el peón de rey blanco, cuyo
bando intenta contraatacar por la columna f y el flanco de rey en general.
Pero esto último no puede menos de
fracasar, dada la mediocre estructura de peones y el poco espacio de maniobra de que disponen las blancas.
29. Dd2
Ac8
Con esta jugada se incrementa
considerablemente el alcance del alfil.
30. Tf4
31. Tdfi
Dg5
fSI
106
El resultado de este jugar « al gato
y al ratón» entre las piezas blancas y
la dama negra es que el primer bando
queda con más debilidades que su adversario. Las negras han afianzado su
posición, mientras el peón de rey
blanco sigue sin posibilidad alguna
de salvarse.
36. bS
37. T x
es
gS
Desesperación. Si 3 7. Tf3, las negras pueden continuar tranquilamente 37 .... , Rg7! y p. ej., 38. A X f5,
AX f5; 39. TX rs, TX f5; 40.
D X f5, D X f5; 41. T X f5, T X e3;
42. Tf3, T X f3 ganando el final de
rey y peones; en otras variantes, el
blanco se queda pronto sin jugadas
viables.
37•...
38. Ax
es
39. Ah7+?
AXfS
Tf8
Un último error; mucha más resistencia ofrecia 39. g4.
a
b
e
d
e
g
h
Rg7
T X ffi
R X ffi
Te8
Las blancas abandonan.
Blancas
De primeras no fue fácil tomar
esta decisión, que vuelve «malo» el
alfil negro sin motivo aparente. Sin
embargo, la actividad y espacio de
maniobra que ello proporciona a las
piezas mayores de las negras tienen
aquí preferencia. El peón retrasado
de las blancas sigue siendo dificil de
defender, mientras el peón f negro
puede ser sostenido mediante ... , g6.
32. h4
DhS
34. Ag4
35. Dfl
g6
33. Ae2
39.
40. D X ffi+
41. T X ffi
42. e4
nrr
Dffi
Durante mis cinco años en Gran
Bretaña he podido observar que se
hace demasiado hincapié en la preparación casera de variantes de apertura, especialmente entre los jugadores
jóvenes, incluso fuertes. A decir verdad, no creo que esto sea ajedrez normal. A lo largo de una partida «viva»,
cada posición debe considerarse por
sí misma. Las jugadas que se van haciendo han de ser fruto de una acumulación de experiencias previas, conocimientos teóricos, preparación y estado psicológico (sentimientos).
73
Ejemplo 9
He aquí otro ejemplo del XII.0
«Greater Manchester Open» ( 1. • ronda). En esta partida me enfrentaba
con Hutchinson (2120), que en un
minuto jugó sus 11 primeros movimientos «preparados».
l. e4, Cc6; 2. Cf3, d5; 3. e X d5,
D X d5; 4. Cc3, Da5; 5. d4, Ag4; 6.
Ab5,0-0-0;7.A X c6,b X c6;8.h3,
Dh5; 9. Dd3, A X f3; 10. g X f3,
Td6; 11. Ce4, Te6;
Yo iba tomándome el tiempo normal, considerando las amenazas, opciones y problemas de la posición (ya
que nunca había jugado esta variante). Aquí continué:
12. Rfl
Las negras se pusieron por fin a
reflexionar y, al cabo de 40 minutos,
prosiguieron:
12.
13. Af4
14. Da6+
Tg6
e6
Rd7
Me costaba trabajo creer que un
buen jugador podía sentirse a gusto
en esta posición con las negras, y así,
después de examinar a fondo sus consecuencias, me decidí por la ruptura
temática
15. d5!
La partida prosiguió:
15 .... , e X d5; 16. D X a7,
D X f3; 17. D X c7+, Re8; 18.
Dc8+, Re7; 19. Db7+, Re8; 20.
Db8+, Rd7; 21. Cc5+, A X c5; 22.
Dc7+, Re8; 23. Tel+, Te6; 24.
D X c6+, Re7; 25. D X c5+, Rd7;
26. Dc7+, Re8; 27. T X e6+,
rx e6; 28. Tgl, o x h3+; 29. Rel
y las blancas no tardaron en ganar.
74
¡Ya ves, lector, que te tenía bien
presente en Manchester!
El siguiente y último ejemplo se lo
debo al maestro brasileño Silvio Mendes. En 1979, un muchacho de 16
años llamado Arnílcar jugó esta partida contra el famoso gran maestro argentino Miguel Quinteros:
Ejemplo 10
Amilcar-Quinteros.
Río de Janeiro 1979
(Defensa Siciliana, variante
Najdorf/Polugayevski) l. e4, c5; 2.
Cf3, d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4,
crs, 5. Cc3, a6; 6. Ag5, e6; 7. f4, b5;
8. e5, d X e5; 9. f X e5, Dc7; 10.
De2, Cfd7; 11. o-o-o, Ab7; 12. ces,
e X f5; 13. e6, Cffi; 14. A X rs,
g X ffi; 15. Dh5, Ag7 (lo mejor es
15 .... , Ab4); 16. e X ti+, D X ti;
17. A X b5+!, a X b5; 18. Thel+,
Ae4; 19. C X e4? (la jugada gana·
dora es 19. Td8+, a lo que sigue 19.
..., Re7; 20. Cd5+, Re6; 21. Td6+,
R X d6; 22. D X ti, A X d5; 23.
Tdl, etc.); 19.... , D X h5??, 20.
Cg5+, abandonan.
Un año antes, Arnílcar había ganado una partida en cierto torneo brasileño continuando 19. Td8+! en la
posición que surge tras 18 .... , Ae4.
Pero, después de consultar el Informator, desechó esa línea y jugó 19.
C X e4? conforme a lo allí sugerido.
Quinteros, especialista de la variante
Najdorf, no recordaba bien los detalles de este ataque y elaboraba sus
respuestas sobre el tablero. Con todo,
su omisión de 19 .... , 0-0, que era la
continuación lógica, necesaria y ganadora, no tiene excusa, pese a ir
apurado de tiempo. Así pues, cometió un craso error que permitió 20.
Cg5+ con mate inmediato.
Referencias
A. de Groot, Thought and Choice in
Chess (Mouton Press).
A. Newell y H. A. Simon, Human Problem Solving (Prentice-Hall).
A. Kotov, Piense como un gran maestro (Aguilera).
V. Hort y V. Jansa, The Best Move (R.
H. M. Press).
A. Livshitz, Test Your Chess /. Q. (Pergamon Press).
C. Pritchett y D. Kopec, Best Games of
the Young Grandmasters (Bell &
Hyman).
75
Lecciones 9-12
CÓMO FORMULAR UN PLAN
CHRIS MORRISON
INTRODUCCIÓN
En las cuatro lecciones siguientes me propongo examinar diversos
aspectos de la estructura de peones y
discutir ia importancia de las líneas
abiertas en todas sus formas. Este
curso no hace sino «tocar» por encima los principios posicionales de la
partida de ajedrez; por eso los lectores deberán complementarlo con el
estudio de los textos recomendados y
la experiencia práctica. No obstante, dedicamos la presente introducción a explicar la importancia del juicio posicional y el modo en que este
conocimiento puede aplicarse prácticamente para formular un plan.
Cuando el jugador mira una posición y trata de encontrar la mejor manera de proseguir, es posible que le
resulte bastante fácil de llegar a una
decisión. Por ejemplo, si existe una
clara combinación táctica para ganar material o la oportunidad de organizar un ataque directo de mate. Estos
conceptos son relativamente sencillos de captar y a menudo también de
poner en ejecución. Pero ¿qué debe
hacer el ajedrecista cuando no hay un
76
modo obvio de proceder? Durante los
análisis posteriores a una partida, he
oído a muchos jugadores quejarse de
no saber cómo continuar en tal o cual
posición calificada de superior por
«los libros», o de que « intuían que estaban mejor», pero no acertaron a
explotar su ventaja.
Tales problemas surgen a raíz de
una falta de comprensión posicional
y pueden ser resueltos, al menos en
parte, mediante la adquisición de una
mayor experiencia, es decir, una «biblioteca mental» más amplia de partidas clásicas y principios generales.
Estos antecedentes representan un
acervo de datos que sirven de base al
juicio posicional y permiten elaborar
un plan de acción. La mayoría de los
jugadores fuertes están de acuerdo en
que, al tratar de evaluar una posición
que les es poco familiar, indagan en
su memoria buscando analogías que
les ayuden a encontrar la continuación correcta. Hemos de insistir en
que dicha «biblioteca mental» no
contiene necesariamente, con todos
sus pelos y señales, la posición particular que nos interesa, pero sí algún
subterfugio táctico aplicable al caso,
alguna partida donde las casillas débiles del enemigo facilitaron el ataque, o cualquier otro tipo de información útil. El grado en que los jugadores saben reconocer los factores vitales de una posición depende del desarrollo de su «intuición» ajedrecística.
Mas no hay que creer que esta intuición es algo o innato o imposible de
adquirir; es, al contrario, una cualidad que puede ejercitarse y desarrollarse.
En esta etapa conviene resumir
en lineas generales el proceso mental
que lleva a un maestro a decidirse por
un plan y efectuar su próxima jugada.
l. Juicio critico de la posición.
Se tiene en cuenta los principales factores posicionales: estructura de peones, columnas y diagonales abiertas,
casillas fuertes y débiles, etc.
2. Determinación de un objetivo. Basándose en el juicio precedente, el maestro decide, por ejemplo,
presionar sobre una debilidad, apoderarse de una columna abierta, simplificar con vistas a un final ventajoso, etc.
3. Concepción de un plan. Por
ejemplo, «doblaré las torres en la
columna c, trataré de desviar ese caballo de su defensa de c7 y ocuparé la
7.• fila con las torres»; o bien, «intentaré cambiar los alfiles de casillas
negras para debilitar los puntos que
rodean al peón aislado del enemigo».
4. Ejecución del plan. Se analizan las variantes concretas hasta encontrar la manera de llevar a efecto el
plan trazado. Puede ocurrir que el
plan «ideal» falle desde el punto de
vista táctico, en cuyo caso habrá que
sustituirlo por otro factible.
Las lecciones siguientes sentarán algunas bases para el juicio posicional y la determinación de objetivos, pues un plan no es más que el método de lograr esto último fundándose en lo primero. Queda fuera de mi
intención entrar en complejas varían-
tes tácticas o realizar un estudio exhaustivo del ajedrez posicional. Me
contentaré con examinar unos cuantos temas y conceptos fundamentales, remitiendo a otros campos de estudio y fuentes de material al lector
interesado en perfeccionarse.
LECCIÓN 9
Estructuras básicas de peones
El ajedrez es un juego de equipo
en el sentido de que, si las piezas de
un bando no colaboran entre sí para
constituir una fuerza bien desplegada y coordinada, todos los conatos de
victoria están abocados al fracaso.
Habiendo descubierto rápidamente
que los ataques prematuros -con
una o dos piezas- no suelen tener
éxito, el jugador aprende a colocar
dos peones en e4 y q4, desarrollar las
piezas menores, enrocarse y centralizar las torres antes de acometer nuevas acciones. Esto es muy loable,
pero pronto se da uno cuenta de que
no basta con des mollar las piezas a
ciegas para obtener un buen juego,
sino que es preciso situarlas en buenas casillas. Como la estructura de
peones adoptada desempeña un papel de primer orden para determinar
los puestos en que las piezas estarán
activamente colocadas y bien coordinadas, puede ya establecerse un principio general: «Trátese de conseguir
una estructura de peones que permita la máxima libertad de movimiento y estabilidad a las piezas propias,
privando simultáneamente de estos
beneficios a las del adversario»
Este importante punto ha de tenerse siempre presente, a saber, que
la superioridad de la estructura de
peones de un bando es la medida de la
inferioridad de la estructura de peones del otro.
El Diagrama 107 ilustra lo que se
conoce por el nombre de formación
77
107
8
7
6
5
4
3
2
o
d
e
h
g
«clásica» de peones, que lleva en vigor más de 500 años.
La formación blanca de peones se
funda en la premisa de que el dominio del centro es un factor positivo.
Las piezas, en especial las menores,
ocuparán puntos centrales e incrementarán así al máximo su radio de
acción, ya que pueden trasladarse
prestamente de un flanco a otro según
las necesidades del momento. Un
fuerte centro de peones es la base de
tal disposición de piezas. Los peones
centrales del blanco ocupan respectivamente las casillas e4 y d4, atacando e5 y d5. Pese a que ambos bandos
sólo han efectuado hasta aquí dos
jugadas, la suerte está ya echada para
la estrategia que determinará los movimientos inmediatos. Las blancas
tienen dos peones contra uno en el
108
o
78
b
e
d
e
g
h
centro y situarán sus piezas en casillas activas y agresivas. Las negras,
por su parte, establecerán un fuerte
punto central en e5, ocupado por un
peón, y se desarrollarán defensivamente, conservando una posición sólida, aunque restringida, sin debilidades concretas.
El Diagrama 108 es un ejemplo
de la situación derivada de tal estrategia.
A esta posición se llegó tras las
jugadas l. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3.
Ac4, Ae7; 4. d4, d6; 5. Cc3, Cf6; 6.
h3 (para mantener a las negras constreñidas, negándoles el acceso a g4 );
6 .... , 0-0; 7. 0-0, h6; 8. Tel, Te8; 9.
Ae3. Queda así ilustrado con sencillez el modo en que la formación de
peones determina el campo de actividad de las piezas, poniéndose a la
vez en evidencia que la estructura de
los peones negros no deja suficientes
casillas libres para que las piezas de
este bando puedan completar satisfactoriamente su desarrollo. Esta idea
de encontrarse con demasiadas piezas para que todas ellas «encajen» en
la estructura de peones tiene su importancia. Una buena regla general
es que, en tales posiciones, el jugador con ventaja de espacio debe tratar de mantener la tensión y evitar los
cambios, para poder así explotar la
superior movilidad de sus tropas. De
donde se sigue que el bando restringido intentará acrecentar su libertad de
acción por medio de cambios. Así las
negras, en la posición del diagrama,
continuaron 9 .... , e X d4; 1 O. C X d4,
Af8; 11. Af4, C X d4; 12. D X d4,
Ae6, si bien es cierto que después de
13. Tadl las blancas conservaron
una ligera superioridad debido a su
presión central y a la situación más
agresiva de sus piezas. En todo caso,
el negro evitó crearse debilidades estructurales.
Mientras las piezas pueden reagruparse si están mal colocadas, no
sucede lo mismo con los peones.
109
8
7
6
5
4
2
a
b
e
d
e
g
h
llO
8
7
6
5
4
abcde
gh
Cada vez que un peón se mueve, la
posición queda definitivamente modificada, mejorando o empeorando
según los casos. Por eso los peones
no deben adelantarse a lo loco, sin
pensar en las consecuencias de tales
avances. Un peor desarrollo de piezas o una presión por parte de las
fuerzas enemigas son desventajas meramente temporales, pero los defectos de estructura, como peones y
casillas débiles, plantean problemas
permanentes que raras veces se resuelven de modo satisfactorio. Un
adelantamiento exagerado de peones se dio, por ejemplo, en una partida Antoshin-Ivkov, donde tras la 9.•
jugada del negro surgió la posición
del Diagrama 109; poco más tarde,
después de la 1 7. • jugada, apareció la
posición del Diagrama 110.
Aquí las blancas tienen una enorme ventaja en espacio y perspectivas
de actividad en ambos flancos. Obviamente podrán trasladar sus piezas de un ala a otra con mucha más
rapidez que el negro, cuyas fuerzas se
encuentran atascadas en las dos primeras filas. Sin embargo, en el campo de las negras no se observan debilidades concretas, mientras que existe una posibilidad de ataque a los
peones blancos demasiado expuestos. Antoshin sigue avanzándolos a la
vez en los dos flancos, extendiéndose
en exceso, y de pronto, tras sólo 8 jugadas más, se ve al borde del abismo.
La partida siguió: 10. g4, g6; 11.
Ah6, Cg7; 12. b4?!, b6; 13. Dd2,
Cf6; 14. Re2, Rh8; 15. Tagl, Ad7;
16. Tg3, Dc7; 17. Thgl, b5!
Acaba de surgir una nueva posición en la que vemos cómo de repente se derrumba el flanco de dama de
las blancas. Éstas no pueden capturar dos veces en b5, so pena de dejar
colgado el peón e4; por otra parte, el
flanco de dama está a punto de abrirse completamente, con la subsiguiente aparición de numerosas debilidades en las líneas del blanco. Desesperado, Antoshin intentó 18. h4, pero
no tardó en sufrir una espantosa derrota: 18 .... , b X c4; 19. Ac2 (no 19.
A X c4??, e X b4 y las negras ganan
una pieza); 19 .... , e X b4; 20. a X b4,
Tab8; 21. h5, T X b4; 22. h X g6,
fX g6; 23. Thl, Tb2; 24. Rdl, Da5;
25. Cg5, C X g4; 26. A X g7+,
RX g7;27. T X ht+, Rg8; 28. Del,
A X g5; 29. D X g5, Dal+; 30.
Abandonan. ¡Un dramático ejemplo
de los riesgos del excesivo adelantamiento de peones!
La definición más corriente de un
«peón débil» es: «el que no puede ser
defendido por otro peón.» La debilidad de tales peones se debe a que ( 1)
dependen de las piezas para su protección y por ello se pierden con facilidad; (2) al quedar las piezas atadas a su defensa, éstas dejan abando-
79
nados y vulnerables a la agresión enemiga otros puntos del tablero; (3) dichos peones tienden a estar rodeados de casillas débiles, que facilitan
al adversario puestos avanzados para
sus piezas o debilitan en general las
casillas de un determinado color. De
estos conceptos se tratará especialmente en la lección 10. Terminaré
aquí con algunos ejemplos de tipos
comunes de peones débiles.
Peón aislado
Llámase peón aislado al que no
dispone para su defensa de otro peón
del mismo color en una columna adyacente. Esta clase de peones brinda
a veces posibilidades dinámicas en el
medio juego, pero a largo plazo representa una debilidad estructural que se
dejará especialmente sentir en el final
de partida.
fuerzas como el adversario para atacarlo, no hay nada que temer. Por
desgracia, resulta dificil en la práctica parar al mismo tiempo las amenazas que sobrevienen contra otros puntos, sin descuidar la defensa del peón
aislado.
El maestro ruso Kan nos proporcionó, en una de sus partidas, un excelente ejemplo del modo de proceder contra un adversario cuya posición adolecía de un defecto estructural de este tipo, llevándole hasta el lí­
mite de sus recursos defensivos.
112
8
7
6
5
4
3
111
2
a
abcde
gh
Su vulnerabilidad se pone sobre
todo en evidencia cuando, como en el
diagrama que precede, el peón aislado se encuentra en una columna
semiabierta, expuesto al ataque directo de las torres y piezas menores
del enemigo. Además, la casilla que
tiene enfrente constituye un magnífico puesto avanzado para las piezas
enemigas que lo ocupen. El lector
puede pensar que, mientras disponga para defender ese peón de tantas
80
b
e
d
e
g
h
A las blancas no les basta con atacar el peón d con el mayor número
posible de piezas, puesto que el negro puede defenderlo con otras tantas. Pero la habilidad del primer bando para dictar el curso de la partida se
revela decisiva: 16. Cf3, Cb6; 17. h3,
Ch6; 18. Cf4, Tfd8; 19. Td3, Td7; 20.
Thdl, Tad8 (las negras amenazan
con reactivar su caballo mediante
CfS, pero ... ) 21. Ah2!! (iEspléndido!
Si ahora 21 .... , CfS; 22. g4 y la amenaza 23. g5 fuerza 22 .... , Cd6 abandonando a su suerte el peón d); 21. ... ,
g6; 22. g4, Ag7; 23. Ag3! (amenazando 24. Ah4 con ataque a la torre
de d8); 23 .... , f6 (tarde o temprano
esto era inevitable, pero ahora también es débil la casilla e6); 24. Cd4!,
Cf7; 25. Cde6, Ce5; 26. C X d8!,
C X d3+; 27. C X d3!, T X d8; 28.
Cc5 (la clave). La irrupción de las
blancas en el flanco de dama constituye el golpe de gracia, al acarrear la
pérdida irremisible del peón b. Aunque la ganancia de material se debió
en último término a una escaramuza
táctica, las negras, en esta partida, se
vieron en todo momento desbordadas por las hábiles maniobras de
Kan.
Peón retrasado
113
o
b
e
d
e
g
h
Como lo ilustra la posición del
diagrama, un «peón retrasado» es el
que ha perdido el apoyo de sus vecinos al quedarse atrás, y por ello es débil. Si los lectores añaden un par de
torres dobladas en la columna d y visualizan un caballo que llega a b5, se
percatarán del tipo de presión directa a que estará sometido el peón negro d. Nótese que la amenaza Cb5 en
tales posiciones fuerza a menudo ... ,
a6, debilitando las casillas negras del
segundo bando, en especial b6. En la
práctica, el negro puede de ordinario
defender su peón retrasado d contra
un ataque directo basándose en la noción del «equilibrio entre fuerzas
opuestas», pero las blancas explotarán la vinculación de las piezas enemigas a la defensa del punto débil
ejerciendo gran presión en el centro y
el flanco de dama, con frecuencia gracias a la colocación de un dominante
caballo en la casilla d5, desesperadamente débil. Añádase un caballo blanco en d5, sitúense los respectivos
peones a en a5 y a6, y no hace falta
ser un genio posicional para darse
cuenta de que las negras llevan la
peor parte.
Peón doblado
A diferencía de los peones aislados y retrasados, que casi siempre representan una permanente falla estructural, los peones doblados son
sólo ordinariamente malos. Desde
luego, monstruosidades estructurales como peones a la vez doblados y
aislados son terribles y constituyen
fáciles objetivos de ataque en el final
de partida. Los peones doblados que
disfrutan del apoyo de un peón adyacente pueden, en cambio, poseer una
notable fuerza defensiva, ya que cubren numerosas casillas. El problema es que, en caso de tenerlos que
utilizar activamente, no son tan manejables como un sólo peón, salvo en
raras ocasiones, pues se estorban
unos a otros.
Considérense los diagramas siguientes:
114
8
7
6
5
4
ob~rte
gh
La posición del Diagrama 114
surge de una línea de la Apertura del
Alfil de Rey, favorita de Larsen, en la
cual el complejo de peones con dos de
ellos doblados es, de hecho, ventajo-
81
so para las blancas. Las piezas de
este bando encajan perfectamente en
dicha estructura, el alfil enemigo queda restringido y la base del complejo,
en c2, es muy firme. Por añadidura,
casi puede decirse que las blancas tienen un peón de más en el centro, pues
uno de los peones e suele a menudo
cambiarse por el peón contrario d.
115
8
7
6
5
complejo de peones doblados c3/c4.
Tales peones doblados, y de hecho
aislados, son de ordinario directamente vulnerables, pero en esta posición resultan aún más débiles porque
ahogan el juego de las blancas, quitándoles toda esperanza de actividad
y manteniendo enteramente pasivos a
los alfiles. La partida acabó de manera dramática: 2 7. Dc2?? ( era forzado
27. Dbl , con lo que las blancas podían seguirluchando)27 .... ,A X a4;
28. Abandonan ( a 28. D X a4, seguiría 28 .... , D X e4 ganando instantáneamente). Semejantes partidas ilustran el modo en que un jugador debe
apreciar los factores vitales en una
posición particular.
3
116
2
a
b
e
d
e
g. h
5
El Diagrama 115 proviene de una
famosa victoria de Fischer contra
Spasski en su encuentro de 1972. La
posición es estructuralmente interesante, ya que las negras tienen clara
ventaja a pesar de su peón b retrasado en una columna semiabierta, del
peón e aislado y de los dos peones g
doblados, y pese también a que las
blancas poseen el par de alfiles, además de un peón pasado y protegido.
Para comprender esto hay que tener
en cuenta que ni el peón b ni el peón e
de las negras pueden ser atacados con
facilidad, que el peón blanco d está
restringido en su avance y que su
compañero a es débil. Además, las
negras tienen un caballo eficazmente instalado en f4, que es un importante «punto fuerte», ya que para desalojar esa pieza las blancas han de
jugar g3, debilitando sin remedio las
casillas de su propio color en el flanco de rey. Con todo, la clave de los
problemas del blanco reside en su
82
4
a
b
e
d
e
g
h
La del Diagrama 116 procede de
un antiguo tratamiento de la Variante del Cambio en la Apertura Española. Los peones doblados del negro
no son débiles de por sí. La ventaja
estructural de las blancas radica en
que la formación negra no podrá, llegado el final, forzar la creación de un
peón pasado en el flanco de dama,
mientras la «explotable» mayoría
blanca de cuatro peones contra tres
en el ala de rey estará en condiciones
de hacerlo. La posición, no obstante,
es por lo menos igual, ya que el par de
alfiles negros puede revelarse muy
poderoso, junto con la presión que
eventualmente lleguen a ejercer las
torres centralizadas. Así pues, hay
suficiente compensación dinámica
por la deficiencia estructural de las
negras.
Peones colgantes
117
peón d será obligado a avanzar en una
situación en que el peón pasado que
así surja quede aislado y débil.
Una regla general aplicable a los
peones colgantes es la siguiente: «Si
pueden mantenerse el uno junto al
otro o adelantarse en las condiciones
impuestas por su posesor, serán fuertes, pero si el adversario puede forzar su avance o liquidar uno de ellos,
serán probablemente débiles».
LECCIÓN 10
Islas de peones, puestos avanzados
y complejos de casillas de un color
a
b
e
d
e
g
h
Las negras tienen aquí peones
colgantes en cS y dS. Es claro que estos peones constituyen una fuerza poderosa mientras logren mantenerse el
uno junto al otro en la misma fila, dominando muchas casillas importantes. En ciertos casos, el peón d puede
avanzar y convertirse en un fuerte
peón pasado. De hecho, en posiciones con más piezas menores, el avance ... , d4, atacando una pieza conganancia de tiempo, seguido de ... , c4,
también con ganancia de tiempo, y de
... , d3, estableciendo un peón pasado
y protegido, ha causado ya no pocos
estragos en numerosas partidas. Para
eludir tales peligros, las blancas deben mantener dichos peones bien a
raya, limitándoles los movimientos.
Los peones colgantes representarán
una desventaja si las blancas, por
ejemplo, consiguen cambiar su peón
e por el peón negro d, dejando al bando contrario con un peón e aislado y
débil. Otras veces podrá forzarse el
adelantamiento del peón e y quedará
entonces un peón d retrasado en una
columna semiabierta. O finalmente el
Islas de peones
En el transcurso de una partida,
los peones, que al principio formaban
una cadena de ocho, suelen quedar
separados y divididos en pequeñas
cadenas; los huecos entre éstas se deben al cambio de algunos peones. Un
importante principio, de especial aplicación para el final, es que el jugador
que posee menos «islas de peones»
( nombre dado por Capablanca a esas
pequeñas cadenas) goza de una ventaja estructural. A menudo el bando
con más islas adolece de claras debilidades, como peones aislados, etc.
Consideremos el siguiente diagrama:
118
83
Cada bando tiene seis peones,
ninguno de los cuales está retrasado o
aislado, pero los peones blancos constituyen dos islas de tres peones cada
una, mientras los negros se agrupan
en tres islas de dos peones respectivamente. De aquí se sigue una ventaja
posicional para las blancas, al tener
tres objetivos de ataque (b7, e7 y h7,
o sea la base de cada cadena); en
cambio las negras sólo tienes dos.
Este ejemplo es muy sencillo, pero
la práctica confirma su validez. Según mi propia experiencia, el número
relativo de islas de peones es siempre un factor importante, cuando no
decisivo, en el final de la partida. Los
estudiantes podrán comprobarlo examinando atentamente algunos finales
de maestros donde hay desequilibrio
de «islas». De momento aconsejo al
lector que tenga en cuenta este concepto al elaborar planes en el medio
juego, pues durante esta etapa de la
partida se decide con frecuencia la estructura de peones que queda para el
final.
Puestos avanzados
Al hablar de los peones aislados y
retrasados, hemos hecho ya hincapié
en las casillas débiles que tienen
delante, indicando que tales puestos
avanzados le plantean al bando inferior un problema tan grave, al menos,
como la debilidad del peón mismo.
Un puesto avanzado puede definirse
como «casilla útil para instalar piezas que no puedan ser atacadas por
peones enemigos». Los dos puntos
esenciales de esta definición son: ( l )
que la casilla sólo está expuesta al
ataque de las piezas contrarias; (2)
que es útil, por encontrarse en el centro o muy adentrada en las líneas del
enemigo. Debe hallarse situada de tal
suerte que sirva de plataforma de ataque, de eje de coordinación para las
fuerzas del atacante o de disgregación para las del defensor, o que
84
119
7
6
5
3
2
abcde
gh
combine algunos de estos factores o
todos ellos.
La estructura de peones aquí representada, que proviene de una Defensa India Antigua donde las blancas han jugado erróneamente c4, les
proporciona a las negras dos útiles
puestos avanzados: las casillas c5 y
d4, que no pueden ser atacados por
peones blancos. Si los lectores se
imaginan sendos caballos ( el caballo
es la pieza ideal para la ocupación de
un puesto avanzado) instalados en
dichas casillas, no les costará trabajo ver que dominan el tablero. El flanco de dama de las blancas sufrirá una
presión directa que puede incrementarse mediante avances de peones,
mientras el centro estará dominado
por las negras, que podrán también
ejercer presión sobre el ala de rey si lo
estiman necesario. Las blancas, por
su parte, no disponen de tales casillas
para sus piezas, quedando condenadas a un arduo y trabajoso juego defensivo. Para mantener su dominio
posicional, las negras deben evitar
que un peón de cualquier color llegue
a establecerse en c5. l.ajugada ... , c5
significaria que cada bando tendría a
su disposición una buena casilla ( d4
para las negras y d5 para las blancas).
Permitirle al blanco jugar c5 sería todavía peor, ya que entonces las casillas b6, c4 y d6 se convertirían en valiosos puestos avanzados para el primer bando, mientras las negras no
dominarían más que d4. La lección
que se desprende de todo esto es:
«Consérvense cuidadosamente las
ventajas estructurales».
La utilidad de los puestos avanzados es también un factor clave, toda
vez que su dominio favorece la causa
del bando superior en los demás pun­
tos del tablero.
8
120
6
5
4
3
2
o
d
e
II
h
La posición del diagrama surgió
e,n una partida Benkó-Najdorf, Los
Angeles 1963, después de la 14.• jugada de las blancas. Éstas tienen
potencialmente un fuerte puesto avanzado en f5, pero las negras multiplican ahora sus problemas cometiendo
el grave error posicional 14. . .. ,
A X f3? (debían haber jugado 14 .... ,
Ca6, pero probablemente temían 15.
Ch2). Su intención era afianzar el caballo en su actual puesto avanzado
f4, mas no cayeron en la cuenta de
que, si el blanco se enroca por el flanco de dama, ese caballo dará palos de
ciego. Además, al abandonar su alfil
de casillas blancas, el bando negro renuncia a sus propias posibilidades de
disputarle al adversario el dominio de
f5. La partida continuó: 15. g X f3,
Cd7; 16. 0-0-0(naturalmente) 16 .... ,
Te8; 17. Ah3! (las blancas amenazan simplemente 18. Af5, doblando
en seguida las torres en la columna h
y llevando su caballo a e3, plan que
no tardaría en revelarse decisivo. N ó­
tese de paso que A X f4, en cualquier momento, merecería dos signos de interrogación, ya que después
de ... , e X f4 las negras tendrían acceso a las magníficas casillas d4 y eS);
17 .... , C X h3; 18. T X h3, Cf8; 19.
Tdhl, Cg6; 20. Cdl, Tc8; 21. Ce3,
Tc7; 22. Cf5 (jexcelente ejemplo de
utilísimo puesto avanzado para caballo dominantel) 22 .... , TfS; 23. Ddl,
f6 (las negras no pueden sostenerse
en esta posición a la larga, pero su última jugada permite un rápido remate táctico); 24. f4!, e X f4; 25. DhS,
Ces (si 25 .... , fX g3; 26. D X g6 seguido de 27. Th8+ y mate) 26.
Dh7+, abandonan (26 .... , Rf7; 27.
D X g7+, Re8; 28. D X f8+ seguido de 29. Th8+ y 30. T X d8 con
efectos fatales).
Aparte de la importancia de la utilidad de los puestos avanzados, es
decir, de su calidad más que de la
cantidad, otra enseñanza que se desprende de \a partida que acabamos de
ver es que, si el defensor renuncia a
piezas capaces de disputar eventualmente la posesión de uno de tales
puestos. no hace sino tentar el destíno. Sóio es posi'o\e atacar un pue1,to
avanzado por medio de piezas; de
donde se sigue que el modo de luchar
contra su ocupación por las fuerzas
rivales es cubrirlo al rnenos con el
mismo número de piezas que las que
utiliza el adversario para el logro de
sus fines. Y si la ocupación tiene lugar, entonces una serie de cambios
forzará al poseedor de la casilla a
capturar finalmente con un peón, impidiéndole ya todo acceso a la misma.
En la posición del Diagrama 121,
las blancas disponen de un excelente
puesto avanzado en d5, pero el negro, por hábiles medios tácticos, consigue forzar su ocupación por un
peón. El juego continuó: l .... , Cb6;
2. Ab3, Ag4; 3. Cel, 'fc8; 4. Dd3,
Ae6; 5 . .A X f6 (forzado) 5. . .. ,
A X f6; 6. CdS (forzado) 6. . .. ,
85
121
d
e
g
h
C X dS; 7. e X d5 y el puesto avanzado ha dejado de existir. Si este tipo de
defensa resulta imposible, el método
característico de combate consiste en
cambiar las piezas ocupantes más poderosas, y si aun esto no puede lograrse, hay que buscar contrajuego
activo en otra parte.
Por último, llamaré la atención de
los lectores sobre la posibilidad de
«crearse» puestos avanzados en sus
partidas, ya forzando debilidades en
la posición enemiga, ya adelantando
los peones para apoyar las propias
piezas. TaJes adelantamientos deben sopesarse con cuidado, comparando los riesgos con los beneficios
potenciales, pero es un hecho que la
creación de puestos avanzados proporciona a menudo un plan cuando
uno se encuentra a la deriva. Por eso
ha de tenerse siempre presente este
aspecto estratégico.
Casillas blancas y negras:
complejos de un solo color
Los lectores habrán oído ya la expresión de que un jugador está débil
en las casillas blancas o negras. Esto
puede significar, por ejemplo, que la
estructura de peones en un sector del
tablero, pongamos por caso el flanco
de rey, es tal que dichos peones, por
hallarse situados en casillas blancas,
no defienden adecuadamente un gru­
86
po definido de casillas negras. En semejantes situaciones, al bando que
posee lo que llamamos un «complejo
débil de casillas de un color», le resultará muchas veces dificil resistir a un
ataque de fuerzas enemigas que intenten penetrar o infiltrarse por esas
casillas débiles. El problema de la defensa será todavía mayor si el alfil
que discurre por tales casillas ha sido
cambiado, pues la tarea de proteger
los huecos existentes en la estructura
de peones se vuelve entonces mucho
más ardua.
Ilustremos esta teoría con un diagrama.
122
obcde
gh
Las negras tienen un fianchetto
normal en el flanco de rey, y es claro
que, aunque los peones no defienden
las casillas de su color fS, gS y h6, el
alfil se encarga de hacerlo, posibilitando en caso de necesidad jugadas
como ... , f6 o ... , h6. Imaginemos ahora que se han cambiado los alfiles de
casillas negras y hagamos desaparecer el alfil de g7. Súbitamente las casillas negras del flanco de rey quedan expuestas; si añadimos un peón
blanco en eS y suponemos que las
piezas blancas impiden ... , h6, es fácil
prever que las tropas de este bando
irrumpirán en el campo enemigo por
f6 y h6. De ahí que una etapa casi
obligada del ataque al fianchetto consista en el cambio previo del alfil que
defiende las casillas potencialmente
débiles.
Es evidente que la adición de un
alfil negro de casillas blancas en el
ejemplo que precede no sirve de nada
en Jo relativo a la protección de las
debilidades, lo que introduce el concepto de «alfil malo». Cuando un
bando tiene numerosos peones en
casillas de un solo color, el alfil del
color opuesto, como el del diagrama,
es «bueno». Dispone de gran libertad de acción y cubre las casillas no
protegidas por los peones. Al contrario, si el jugador con un solo alfil comete el típico «error de principiante» de colocar sus peones en casillas
del mismo color que las del alfil, creyendo falsamente que así estarán
bien defendidas y seguras, se verá
pronto en dificultades debido a la
poca libertad de movimientos del alfil. Además no tardará en percatarse
de que, al no estar protegidas las casillas del color opuesto ni por peones ni
por el alfil, el enemigo se infiltrará a
través de ellas. Estos síndromes
-«alfil malo/casilla débil»>- son
particularmente fatales en el final de
partida.
123
8
7
6
5
3
2
o
b
e
d
e
g
h
McNab-Sowray, Londres 1982
La posición representada en el
diagrama es el punto culminante de
un «embaucamiento» gradual. Las
negras iban ganando con facilidad,
pero permitieron que sus peones quedaran poco a poco fijados en casillas
del propio color (jy del color de las de
su alfill), con el resultado de que el
rey blanco se fuera infiltrando por los
escaques no protegidos c4 y b5 hasta
alcanzar la posición dominante ( en
c6) que ahora ocupa. En este momento sería inútil 49 .... , Ad8 a causa de
50. Rd7. Por eso las negras continuaron 49 .... , g2; 50. a X g2+, R X g2,
quedando con una pieza de más. Lo
cual no impidió que el blanco ganara
cómodamente tras 51. R X c7, Rf3;
52. R X b6, Ad8+; 53. Rc6, Re4;
54. R X d6, Rd3; 55. Rc5, Rc2; 56.
b4, Rb3; 57. Rb5, R X c3; 58. b X a5,
abandonan.
Puesto que en el final de partida
los reyes pueden moverse libremente por casillas de ambos colores, una
buena pauta para evaluar las debilidades derivadas del complejo de casillas de un color es la facilidad o dificultad con que el rey enemigo puede infiltrarse a través de las mismas.
Si la penetración es fácil, hay que tomar medidas inmediatas para remediar este estado de cosas. Los caballos, como los reyes, juegan por casillas de ambos colores; conviene, pues,
tener en cuenta la posibilidad de llegar, mediante cambios, a un final de
«buen caballo contra alfil malo». En
estos finales el bando inferior suele
quedarse con un alfil entorpecido en
sus movimientos por una deficiente
estructura de peones ( en casillas de
su mismo color), mientras el propio
rey ha de hacer frente por sí solo al
rey y caballo enemigos. En tales situaciones, el «buen caballo» sale victorioso contra el alfil, combinando
unos cuantos ataques de diversión
con las maniobras de su monarca.
Hasta aquí he tratado de los complejos débiles de casillas de un color
en el contexto del final de partida,
donde efectivamente quedan mejor
ilustrados los problemas que se plan-
87
tean. Pero hay que saber que tales debilidades pueden ser mortales también en el medio juego. Las partidas
de maestros abundan en ejemplosde
estrategias de ataque basadas en la
noción de «casillas de un color».
Para concluiresta lección, veamosun
ejemplodrástico de estrategia por casillas negras, tomado precisamente
del jugador que profundizó por primera vez en este concepto: Aron
Nimzovich.
En una partida Nimzovich-Srta.
Menchik, Carlsbad 1929, se llegó a
la posición del siguiente diagrama
después de la 9.• jugada de las negras.
Af6, Tg8; 18. A X fS, e X f5; 19.
De2, Db6; 20. c3, Ac5; 21. b4,
A X d4 ( inútil, pero las negras están
ya completamente perdidas: o consienten una ruptura decisiva apoyada por el dominante caballo de las
blancas o las invaden por las casillas
de su color a raíz del cambio de este
alfil, como de hecho sucede); 22.
e X d4, Ae6 (tratando de bloquear el
centro); 23. Tc5! (estrechando el cerco por las casillas negras) 23 .... ,
Rd7; 24. Df3, D X b4 (desesperación); 25. T X es+, Re8; 26. Tcl,
A X d5; 27. D X d5, Db6; 28. Df3,
g X h5; 29. Da3, De6; 30. Tc7,
abandonan. Las negras reciben mate
en una casilla de su propio color:
124
125
Las blancasprosiguieron:10. h4!,
Af8; 11. h5, Cge7; 12. Cb3,Dc7; 13.
Cb X d4, C X d4; 14. C X d4, Ad7;
15. Ag5 (el blanco ejerce ya una poderosa presión sobre el campo enemigo gracias a su fuerte caballo instalado en d4 y a los peones e5 y h5 que
constriñen el juego de las negras.
Estas deben también defendersecontra la eventual ocupación del puesto
avanzado d6. Además el rey negrono
disponede un refugioseguro.Con 15.
Ag5 las blancas amenazan 16.
A X e7, por lo que a las negras les es
dificil evitar 15 .... , g6, favoreciendo
el inminenteataque de su rival por las
casillas oscuras). La partida continuó: 15 .... , g6; 16. Tacl, CfS; 17.
88
obcdetoh
De todo esto se deducen dos im­
portantes reglas básicas:
1. Si se tiene sólo un alfil, evítese colocar los peones en casillas del
mismo color que las que domina dicha pieza.
2. En general evítense las cadenas de peones en casillas de un solo
color, si esto supone la creación de
casillas débiles y vulnerables delcolor contrario.
e X c3+
LECCIÓN 11
Líneas abiertas (Parte 1)
Las líneas abiertas suelen ser de
tres clases: diagonales, columnas
abiertas y columnas semiabiertas.
Diagonales
La diagonal abierta puede llegar a
convertirse en un arma poderosa y
constituye un elemento esencial de
muchas aperturas, como Jo ilustra
el fianchetto del alfil negro en la Variante del Dragón de la Defensa Siciliana y la energía latente del mismo
fianchetto en algunas variantes de la
Defensa India de Rey. Este alfil entra
en juego con efectos devastadores sí
se abre la diagonal h8-al.
126
abe
de
gh
NN.-Kotov
En esta posición, Kotov, habiendo ya abierto la columna b, tomado
posesión de la misma y minado el
centro de las blancas, activó sus restantes piezas -en especial el alfil de
casillas negras- mediante la apertura de la gran diagonal. Su continuación fue 28 .... , d5!, y después de 29.
e X dS (29. AcS ofrece más posibilidades) 29 .... , e4! el alfil salió a lapalestra. La partida siguió: 30. De2,
Ce X d5 ( amenazando
31.
seguido de 32 .... , CfdS y
hecatombe en b2); 31. Cdl, Cd7; 32.
Tc4, T X c4; 33. D X c4, C X e3;
34. C X e3. A X b2; 35. Db3, Ag7;
36. TXd7, DXd7; 37. DXb8,
Dd3+; 38. Rcl (si 38. Cc2,Ddl ma­
te) 38 .... , D X e3+; 39. Abandonan.
La mayoría de los lectores habrán
ya jugado o visto partidas donde una
batería de alfiles, por ejemplo en d3 y
e3, apunta al flanco de rey enemigo.
Pueden citarse aperturas, como la
Defensa Moderna ( 1. e4, g6; 2. d4,
Ag7), en que uno de los jugadores no
hace esfuerzo alguno por ocupar el
centro, esperando atacarlo más tarde mediante avances de peones apoyados desde lejos por uno o ambos alfiles. Una buena regla general es colocar los alfiles en diagonales abiertas para ampliar al máximo su radío de
acción. El rendimiento de los alfiles
se aprecia sobre todo en posiciones
despejadas, por lo que ha de tenerse
siempre en cuenta la posibilidad de
abrir lineas para ellos.
Mientras un alfil que apunta a las
debfüdades enemigas en una diagonal abierta puede llegar a ser una potente arma en colaboración con otras
piezas, la penetración, generalmente
de las torres, por una columna abierta
suele resultar decisiva en sí misma,
debido a la capacidad de la torre para
atacar y destruir los puntos débiles
del adversario, especialmente peones. Esto nos lleva a tratar del segundo tipo de líneas abiertas, a saber, la
columna abierta.
Columnas abiertas
Para empezar con una definición
sencilla, una columna abierta es la
que no está ocupada por peones de
ningún color. Tales columnas son
como vías de doble dirección que
conducen a ambos campos, y así la
lucha por su control puede llegar a tener gran importancia. En esto se basa
la regla elemental de 1<colocar las to-
89
rres en columnas abiertas». En efecto, la torre es una pieza sumamente
destructora cuando interviene en un
ataque penetrando por una columna
abierta, ya que posibilita muchos planes de mortal eficacia.
Antes de entrar en temas tan
importantes como el «dominio», la
«penetración», los «objetivos» y la
«fuerza desorganizadora», examinemos un ejemplo clásico de irrupción
de las torres por una columna abierta, seguida, en este caso, de su doblamiento en la 7. • fila con efectos arrolladores.
127
Karpov-Uhlmann, Madrid 1973
La posición del diagrama surgió
en una Defensa Francesa, después de
la 24.• jugada de las negras. Karpov
acababa de forzar una liquidación de
piezas para llegar a un final ventajoso. Las columnas e y e están abiertas, y el dominio blanco de la columna e queda garantizado por el alfil,
muy bien colocado en b5 desde donde controla la casilla e8 e impide así a
las negras disputar dicha columna.
Este alfil podrá trasladarse más tar­
de a e8 para colaborar en el ataque a
f7, en contraste con su rival negro que
se verá obligado a ir pasivamente a g6
y ni siquiera logrará mantener esa posición defensiva. Por otro lado, las
negras dominan la columna e y pue-
90
den penetrar en el campo enemigo
por c2. Entonces, ¿por qué están
mejor las blancas? La respuesta a
esta pregunta es la clave de la concepción moderna de las columnas abiertas y da origen a una importantísima
regla cuyo sentido es esencial captar:
«Una columna abierta no tiene importancia por sí misma, sino sólo si
puede utilizarse con algún fin estra-
tégico.» Karpov se da cuenta de que
la columna e es la más valiosa, porque ( l) alcanzará e7 antes de que las
negras lleguen a c2; (2) doblará las
torres en la 7.• fila, restringiendo al
propio tiempo el contrajuego de su
adversario merced a una amenaza latente de mate «del pasillo» que le permitirá ganar un tiempo; ( 3) tendrá entonces en f7 un objetivo de ataque
cuya caída acarreará amenazas de
mate; ( 4) las negras serán incapaces
de adoptar una defensa pasiva, dado
que el blanco les desalojará las piezas mediante avances de peones,
mientras las torres, que ocuparán una
posición dominante en la 7. • fila, harán imposible cualquier coordinación
defensiva eficaz; (5) si las negras intentanjugar activamente y contraatacar, no dispondrán de objetivos Jo
bastante importantes y quedarán expuestas, con resultados fatales.
Observemos ahora cómo Karpov
hizo valer su ventaja: 25. f3 (despejando el camino hacia la 7.• fila) 25.
... , Ag6; 26. Te7 (atacando b7 con
ganancia de tiempo) 26 .... , b6; 27.
Tael! (ganando otro tiempo, pues si
27 .... , Tc2; 28. Te8+ seguido de
mate) 27 .... , h6; 28. Tb7, Td6 (las
negras hacen Jo que pueden por defenderse; el contraataque 28 .... , Tc2
también fracasaria, al quedar el rey
mortalmente expuesto, v.g. 29. Tle7,
T X b2; 30. Ae8, Tc8; 31. A X f7+,
A X f7; 32. T X f7, T8c2; 33.
T X g7+, Rf8; 34. Rh2! y ahora el
rey blanco escapa, pero el negro sigue en situación desesperada, por
ejemplo: 34 .... , T X g2+; 35. Rh3,
Th2+; 36. Rg3, Thg2+; 37. Rf4,
Tb4; 38. Th7, Rg8; 39. Thd7 y las
blancas ganan); 29. Tle7, h5; 30.
g X h5, A X h5; 31. g4, Ag6; 32. f4!
( el plan de Karpov continúa; ahora
las blancas se disponen a desalojar al
alfil negro, apartándolo de la defensa
de f7) 32 .... , Tcl +; 33. Rf2, Tc2+;
34. Re3, Ae4 (f7 no podía ya protegerse); 35. T X f7, Tg6; 36. gS (preparando el derrumbamiento del último baluarte, g7) 36 .... , Rh7; 37.
Tfe7, T X b2; 38. Ae8, Tb3+; 39.
Re2, Tb2+; 40. Rel, Td6; 41.
T X g7+, Rh8; 42. Tge7, abandonan. (Cuando a las negras se les agoten los jaques, no tendrán defensa
contra las amenazas del blanco, v.g.
Tb8 seguido de mate al retirarse el alfil, o si ... , Td8, simplemente g6
ganando.)
Los ejemplos perfectos como éste
tienden a crear una ilusión de simplicidad en los jugadores poco avisados. Muchos creerán que, si logran situar una torre en una columna abierta, ya tienen la victoria en sus manos;
pero la cuestión es bastante más compleja. Consideremos la posición del
diagrama siguiente:
128
4
3
2
o
b
e
d
e
g
h
Las negras acaban de jugar ... ,
Tad8, «ocupando» la columna abierta d, pero lestán perdidas! El blanco
prosigue l. Ae3, atacando el peón a,
y después de l .... , a6 (si l .... , b6; 2.
a5, c5; 3. a X b6, a X b6; 4. Ta6 el
flanco de dama negro se viene abajo);
2. Ab6, Td7; 3. Tadl, T8e7 (3 .... ,
Tde7; 4. Ad8! seguido de 5. Td7 ganando); 4. Ac5, T X dl; 5. T X di,
Te8 (5 .... , Tc7?; 6. Td8+, Rh7; 7.
Ad6 plantea graves problemas); 6.
Td7 gana con facilidad. Este ejemplo ilustra sencillamente cómo es
también preciso poder penetrar por
una columna abierta. Las negras no
han sido capaces de hacerlo, pues el
rey blanco estaba bien situado para
impedírselo; por el contrario, al cambiar la columna de dueño ( tema de la
«vía de doble dirección»), las blancas han podido efectuar una penetración decisiva por d7.
La lucha por el dominio de una o
más columnas abiertas es una fase vital en muchas partidas, donde los jugadores las ocupan doblando las torres y aun triplicándolas con la dama.
Las piezas menores pueden asumir
aquí un importante papel controlando casillas críticas (véase KarpovUhlmann) o llevando a cabo ataques
de diversión como en el segundo
ejemplo. La decisión de disputar una
columna abierta puede revestir un carácter defensivo, cuando el jugador
trata de proteger puntos débiles, o
agresivo, cuando ataca los del adversario. Con todo, antes de emprender
tales operaciones, es esencial valorar la utilidad de la columna o la importancia relativa de las distintas columnas en el contexto de la posición.
Para ello han de tenerse en cuenta los siguientes factores:
l. Dominio. Esto equivale asaber cuál de los dos bandos logrará, en
definitiva, acumular más armamento en la columna. Aunque su control
dependerá muchas veces de quién llegue a ella primero, ya hemos visto
cómo puede pasar de unas manos a
otras, cuando el ocupante inicial no
consigue mantener allí su presencia.
2. Penetración. Suponiendo que
uno esté en condiciones de apode-
91
rarse de la columna, hay que comprobar si existe en ella algún punto por
donde sea posible penetrar en la posición enemiga. Esa «casilla de entrada» estará de ordinario en la 7. • fila, a
veces en la 6.• u 8.•, y no podrá ser
protegida por peones enemigos. A
menudo la defenderán piezas y existirá la posibilidad de cambiar estas últimas o desviarlas. Si, a pesar de
todo, cada uno de los eventuales puntos de penetración tiene asegurada
una buena defensa, el valor de la columna abierta disminuye considerablemente.
3. Objetivos. Caso de poder penetrar por la columna abierta, ¿hay
objetivos de ataque en el campo enemigo? Objetivos típicos son peones
«sueltos» o mal protegidos que pueden ser atacados por un costado o por
detrás. Con mucha frecuencia la columna abierta permitirá la instalación
de una o las dos torres en la 7. • fila,
las cuales, combinadas con otras piezas, pueden apuntar directamente a
piezas enemigas y aun al rey.
4. Fuerza desorganizadora. Esto
guarda relación con la idea de los objetivos, pero es más sutil, por cuanto
la columna abierta no redunda necesariamente en una ganancia de material o un ataque directo. A veces el
adversario puede quedar paralizado
hasta el punto de que el golpe decisivo le sobrevenga en cualquier otra
129
8
7
6
5
o
92
e
g
h
parte del tablero. Un excelente ejemplo de esta penetración paralizante
por una columna abierta nos lo brinda
la partida Stahlberg-Taimanov, Zurich 1953, del Torneo de Candidatos.
La posición que vemos en el Diagrama 129 surgió a raiz de la 1 O.• jugada de las blancas. Taimanov asumió la
iniciativa mediante I O .... , b5! (forzando la apertura de la columna e, que las
negras dominarán después de cambiar
las mejores piezas del blanco y sembrar la confusión entre las restantes;
mientras tanto el segundo jugador irá
situando sus tropas en buenas casillas,
creando así una fuerza poderosa y
bien coordinada). La partida continuó: 11. e X b5, e X b5; 12. Ddl,
b4; 13. Cbl, Cc6; 14. C X c6,D X c6
( las negras amenazan ya con dominar
la columna e, y la hermosa casilla de
penetración c2 se perfila en lontananza); 15. Cd2, Db6; 16. e3, Tac8; 17.
Afl, Tc6; 18. A X a6, D X a6; 19.
Cf3, Tfc8;20.Db3,Ce4;2l.Cd2(de
lo contrario f2 quedará fatalmente
débil después de ... , Tc2. Ahora las
negras podían ganar dos piezas por
torre prosiguiendo 21. ... , T X el,
pero decidieron que era más eficaz
mantener la parálisis de la posición
blanca) 21. ... , Tc2!; 22. C X e4,
d X e4; 23. a3, h5! (magnifico: el
blanco apenas puede moverse, lo que
permite a su rival desencadenar un
ataque en el flanco de rey basándose
en la debilidad de las casillas blancas de esta ala y en la imposibilidad
de que las piezas enemigas lleguen a
defenderlas sin hacer concesiones funestas en otra parte); 24. d5 (las blancas comienzan a desesperarse) 24 .... ,
T8c4! (suprimiendo toda perspectiva de simplificación. Si aquí 25.
d X e6, seguiría 25 .... , D X e6 amenazando 26 .... , T X c1;27. Ta X el,
TXcl; 28. DXe6, TXel+,
sin
contar las amenazas de mate en el
flanco de rey, y dejando a las blancas
sin ningún recurso); 25. Tdl, e X d5;
26.Ad2,Df6;27. Tabl,h4;28.Da4,
Df5; 29. D X a7, Af8(?) (29 .... , Ag5
hubiera proporcionado a las negras
un ataque de mate; ahora las blancas
lograron cambiar las damas, aun
cuando les quedó un final muy inferior que Taimanov no tardó en ganar).
El tema de las líneas abiertas continuará en la lección 12, que trata de
las columnas semiabiertas.
LECCIÓN 12
Líneas abiertas (Parte 11)
Columnas semiabiertas
En la lección anterior hemos visto cómo una columna abierta se asemeja a una avenida por la que el jugador que consigue dominarla puede
trasladar piezas, introducirse en el
campo enemigo e invadirlo. Se imponía considerar, entre otros factores, si
era posible su control, si la penetración podía tener lugar y si existían
eventuales objetivos de ataque. En el
caso de la columna semiabierta, las
consideraciones son básicamente distintas y van ligadas a su definición
misma como «columna en la que sólo
hay peones de un color».
8
130
7
6
5
4
3
2
En la posición del diagrama, que
procede del Gambito de Dama Rehusado (Variante del Cambio), han sur-
gido, ya desde la tercera jugada, dos
columnas semiabiertas. Se trata de la
columna e, que dominarán las blancas, y de la columna e, que será controlada por las negras. Después de e3
y ... , e6, ambos bandos estarán listos
para atacar por «su» respectiva columna. Tal es la piedra angular de la
estrategia del blanco en esta variante, si bien, por razones que expondremos más tarde, el contrajuego de las
negras no tiende a basarse en la presión sobre e3. Varias observaciones
se imponen en esta etapa. Primeramente, una columna semiabierta puede ser dominada por el bando que no
tiene peones en la misma, sin que
exista en la práctica ninguna posibilidad de que la columna cambie de
manos o llegue a ser disputada con
eficacia. Si, en la posición que estamos examinando, el peón e de las negras se mueve a c6 y el lector imagina una torre blanca instalada en el,
es obvio que el segundo jugador tendrá que hacer verdaderos equilibrios
para oponerse directamente a ella colocando una de sus propias torres en
c4. Por otra parte, cuando uno ataca
por una columna semiabierta tiene ya
al otro extremo un objetivo de ataque «servido en bandeja».
Todo esto suena muy bien, pero
hay un reverso de la medalla. Mientras en el caso de la columna abierta
era necesario penetrar en el campo
enemigo por una casilla desocupada,
ahora el ataque se dirige contra un
peón enemigo. Ello puede resultar
bastante fácil si el peón es débil, por
ejemplo un peón aislado o retrasado,
pero, si está defendido por otro peón,
el ataque se estrellará las más de las
veces contra un muro de granito. Habrá que considerar entonces algún sacrificio de pieza, si se ataca al rey, o
bien, si la finalidad del ataque es forzar debilidades, emprender la operación de socava conocida por el nombre de «ataque de minorías», de la
que hablaremos en seguida.
93
En la lección sobre los peones débiles vimos algunos ejemplos de cómo
lo son especialmente los peones retrasados o aislados si se encuentran
en una columna semiabierta. Tales
peones están expuestos a ataques directos, lo que significa que las piezas
de su bando han de quedar atadas a su
defensa. Por eso el jugador debe mantenerse al acecho de las posibilidades
de abrir una columna y dejar al descubierto esos puntos débiles.
La posición del diagrama que sigue surgió tras el 8.0 movimiento de
una partida Morríson-Povah del Campeonato Británico de I 978.
131
8
6
5
4
3
2
obcde
gh
Las blancas, pese al tiempo gastado en la jugada 5. d3, continuaron
aquí 9. d4!. El significado posicional
de este avance estriba en que, si el negro captura en d4, se encontrará con
un peón retrasado en la recién abierta columna d. Mientras un peón en d6
no suele constituir una debilidad en la
Defensa Siciliana, aquí lo es, pues las
negras han jugado ... , e6 y desarrollado en fianchetto el alfil de rey. Así,
con la columna d abierta, se verán en
dificultades para defender el peón d6.
Por ejemplo, después de 9 .... , e X d4;
10. C X d4, a6 (de lo contrario 11.
Cbd5 seria arrollador) las negras están claramente peor, con un peón d
retrasado y expuesto y con debilida-
94
des en las casillas oscuras del flanco
de dama. Aparte de los méritos posicionales de 9. d4, esta jugada ilustra
bien el concepto de «excepción de la
regla», en el presente caso la que dice
que las piezas (y aquí también los
peones) no deben moverse más de
una vez en la apertura. Tocante a las
negras, el blanco se había comprometido a un juego cerrado y su plan defensivo se basaba en este supuesto.
La moraleja de lo que acabamos de
ver es, pues, la siguiente: «Hay que
pensar con flexibilidad».
En la partida, las negras se negaron a permitir la apertura de la columna d y prosiguieron 9 .... , b6, pero,
después de 10. Dd2, 0-0; 11. Tadl,
Aa6; 12. Tfel, no tuvieron más remedio que jugar 12 .... , e X d4, en
vista de la ruptura central amenazada por el blanco. No obstante, tras
13. C X d4, la superior coordinación de las blancas junto con su presión en la columna d procuró al primer jugador una ventaja decisiva: 13 .
... , Ce5; 14. b3, Cg4; 15. Ag5, Tg8;
16. h3, Cf6; 17. Cdb5, Ce8; 18. e5!
(temático y definitivo) ganando en
pocas jugadas.
Si el peón al que se apunta está
defendido por otro peón, entonces es
posible un ataque de minorías. Dicho en términos más concretos, cuando tienen enfrente los peones a, b y e
del otro bando, el objetivo será eliminar todos los peones rivales menos el
e, que a raíz de los cambios quedará
indefenso y débil.
Una ilustración típica del poder
de este plan, a falta de otro contrajuego eficaz, se dio en la partida van
den Berg-Kramer, 1950, donde después de las jugadas iniciales l. d4,
Cf6; 2. c4, e6; 3. Cc3, d5; 4. Ag5,
Ae7; 5. Cf3, 0-0; 6. Dc2, Cbd7; 7.
e X d5, e X d5; 8. e3, c6; 9. Ad3,
Te8; 10. 0-0, Cf8; 11. Tabl surgió la
posición siguiente:
132
Las negras continuaron 11 .... , g6
( iniciando un plan consistente en cambiar los alfiles de casillas blancas,
pero esto es demasiado lento; era mejor 11. ... , Ce4!); 12. b4, a6; 13. a4,
Ce6; 14. Ah4, Cg7; 15. b5, a X b5;
16. a X b5, Af5; 17. b X c6, b X c6
(la estrategia del blanco ha dado fruto, y ahora las negras tienen un peón
retrasado y débil en c6, al haber desaparecido los peones que lo apoyaban); 18. Ce5 (atacando inmediatamente la debilidad); 18 .... , Tc8; 19.
Tb7 (nótese que, además de un objetivo débil en c6, el ataque de minorías ha abierto columnas que pueden
utilizarse para penetrar en el campo
enemigo y efectuar diversas maniobras ); 19 .... , A X d3; 20. D X d3,
Tc7; 21. T X c7, D X c7; 22. Tcl
( con la amenaza 23. A X f6, A X f6;
24. C X d5 ganando); 22 .... , Db7;
23. Dbl, Da6 (si 23 .... , D X bl; 24.
C X bl y el peón e cae); 24. Ca2 y el
peón e está perdido, v.g., 24 .... , Tc8;
25. A X f6, A X f6; 26. Cb4, etc.
Hay muchos ejemplos de ataques
de minorías que llevan a una victoria
casi «automática»; pero el lector se
preguntará entonces por qué las negras no emprenden operaciones semejantes contra el peón blanco e3 jugando ... , f5 y ... , f4 ayudado por ... ,
g5 en caso necesario. La respuesta es
que el rey negro quedaría expuesto
más de lo que justifica la creación de
uno o dos peones débiles en la posición blanca. Con todo, las negras disponen de suficiente contrajuego de
piezas en el flanco de rey, sin tener
que recurrir a un ataque de minorías.
Además de la Varíante del Cambio del Gambito de Dama Rehusado, existen otras aperturas en las que
aparecen columnas semiabiertas, con
una estructura de peones que se presta al ataque de minorías. Tal sucede
en varias líneas de la Apertura Inglesa, pero el ejemplo más importante se
encuentra quizá en la Defensa Siciliana. Observemos los dos siguientes
diagramas:
133
8
7
6
5
4
3
2
o
b
e
d
e
g
h
134
8
7
6
5
4
o
e
II
h
En el Diagrama 133, las negras
han conseguido ya una columna se-
95
miabierta ( e ), una mayoría central de
peones y la posibilidad de emprender
un ataque de minorías que dejaría al
blanco con un peón e débil. De momento, sin embargo, las blancas tienen ventaja de desarrollo y más libertad de acción para atacar, lo que significa que muchas Defensas Sicilianas discurren por senderos explosivos, con frecuentes sacrificios de piezas, y que el resultado de la partida
depende del éxito o fracaso de la ofensiva de las blancas en el flanco de rey.
Con todo, la justificación posicional
de la Defensa Siciliana reside en la
superioridad estructural de las negras
a la larga. Por eso es importante que
los jugadores no se limiten a retener
prolijas variantes aprendidas de los
libros, sino se imbuyan a fondo de los
temas esenciales de la apertura.
En el Diagrama 134, Andersson,
a quien agradan las ventajas Ha largo
plazo», ha logrado un final muy favorable, en una Defensa Siciliana. Los
problemas del blanco en la columna
e, amén de su peón débil en f4, redundan en clara ventaja de las negras.
Después de 24. b3, Tc6; 25. a4, b4;
26. Ce2, Tac8, las blancas se vieron
reducidas a 27. c4, y tras 27 .... ,
b X c3; 28. T X c3, Cd5 sus debilidades en b3 y f4 se revelaron fatales.
Al lanzarse a un ataque contra el
rey enemigo, los jugadores sacrifican
a menudo peones para abrir columnas y diagonales. Saben también que
quizá tengan que sacrificar piezas
para destruir la barrera de peones que
protege al rey contrario, mas la posibilidad de darle mate justifica la «inversión», Esto es fácil de entender,
pero no es menos cierto que, aun
cuando no haya un ataque directo
contra el rey, puede muchas veces sacrificarse un peón para abrir líneas,
presumiendo correctamente que el
juego activo de piezas así obtenido
permitirá recobrar con creces el material entregado.
Un buen ejemplo de sistema de
96
apertura enteramente orientado a esta
estrategia es el Gambito del Volga,*
donde, después de 1. d4, Cf6; 2. c4,
c5; 3. d5, las negras sacrifican un
peón mediante 3 .... , bS; 4. e X bS,
a6; 5. b X a6, A X a6. Ahora una po­
sible continuación sería 6. Cc3, d6; 7.
Cf3, g6; 8. g3, Ag7; 9. Ag2, 0-0; 10.
0-0, Cbd7.
8
135
7
6
5
4
2
Las negras tienen un peón de menos, pero presionarán con las torres y
la dama en las columnas a y b, y con
el alfil en la diagonal al -h8. También
lo harán con los caballos, instalándolos en una u otra de las casillas eS, a4
y d3 ( cuando se haya movido el peón
e blanco). A menudo son posibles los
sacrificios en b2. Por su parte las
blancas aspiran a liquidar esa presión, conservando el peón de ventaja. Esto dicho, conviene añadir que la
mera liquidación de material no basta
para resolver los problemas del blanco, ya que muchos finales, sobre todo
de piezas mayores, seguirán siendo
favorables a las negras debido a la
persistente presión de estas últimas
por la diagonal al-h8.
Un clásico ejemplo de la eficacia del juego por líneas semiabiertas a
raíz de un sacrificio de peón es la par• Llamado también, sobre todo en
los países anglosajones, Gambito Benko. (N. del T.)
tida de Capablanca (negras) contra
Nirnzovich en el torneo de San Petersburgo, 1914.
136
obcde
gh
Nimzovich-Capablanca,
San Petersburgo 1914
A primera vista parece que las
blancas tienen un sano peón de más y
una estructura superior de peones,
pero el juego de las negras por las columnas a y by por la diagonal al-h8
no tardó en resultar decisivo. La partida continuó: 14. Da6, Tfe8; 15.
Dd3, De6; 16. f3, Cd7; 17. Ad2,
Ce5; 18. De2, Cc4; 19. Tabl, Ta8;
20. a4, C X d2, 21. D X d2, Dc4;
22. Tfdl, Teb8; 23. De3, Tb4 (las
negras pueden recobrar su peón mediante 23 .... ,AX c3, pero consideran más valiosa la presión que ejercen); 24. Dg5. Ad4+; 25. Rhl, Tab8
(la amenaza 25 .... ,AX c3 es decisiva). Aquí las blancas intentaron 26.
T X d4, pero perdieron en seguida.
¡Una típica exhibición de Capablanca, tan «pulida» como enérgica!
Es de esperar que toda esta discu­
sión sobre las líneas abiertas haya
contribuido a despertar en los lectores el sentido de los principios posicionales más importantes y les ayude
a valorar tales líneas, decidir en pro o
en contra de las mismas y determinar
cuáles de ellas deben disputarse o
cuáles son meros callejones sin salida.
Referencias
A. Kotov, Piense como un gran maestro.
A. Kotov, Juegue como un gran maestro.
M. Stean, Simple Chess.
A. Nimzovich, Mi sistema.
R. Keene, Nimzovich: A Reappraisal.
D. Bronstein, The Chess Struggle in
Practice (Zurich, 1953).
97
Lecciones 13-16
PRINCIPIOS E IDEAS DE APERTURA
NIGEL DA VIES,
Hasta la fecha se han venido publicando millares de libros de ajedrez dedicados a la apertura. Al pobre lector Je invitan no pocas veces a
aprenderse de memoria cientos de variantes, y cuando sus resultados prácticos no son tan halagüeños como esperaba, el desánimo y la desmoralización se apoderan de él. Claramente se impone otro tipo de enfoque.
Estas cuatro lecciones tienen por
objeto aclarar los problemas que se
plantean en las aperturas. Las tres
primeras analizan partidas ilustrativas de los elementos propios de la
apertura ( centro, desarrollo y planificación). En la cuarta presentaré algunas ideas que, según espero, ayudarán al lector a mejorar su juego en
la primera fase de la partida de ajedrez.
M. l.
137
8
7
6
5
4
3
2
o
b
e
d
e
g
h
138
7
5
LECCIÓN 13. EL CENTRO
4
Por «centro» del tablero se entienden generalmente las casillas d4,
d5, e4 y e5. La importancia de las
mismas queda ilustrada en los dos
diagramas siguientes:
3
98
o
b
e
d
e
g
h
Comparando el número de escaques dominados por cada pieza, nos
percatamos de que las piezas centralizadas tienen mucho mayor poder.
De aquí, naturalmente, la importancia que reviste el dominio del centro,
cuyas casillas son el blanco apetecido de todas las buenas aperturas.
En otro tiempo, el ideal de la primera etapa de la partida consistía en
ocupar directamente el centro con
peones. En efecto, un centro de peones bien apoyado por piezas puede
llegar a constituir una fuerza poderosa, tanto más si esos peones se van
luego adelantando para expulsar a las
piezas enemigas de sus buenos puestos y obligarlas a instalarse en malas
casillas ( descentralizadas).
Con todo, entre los jugadores modernos reina también otra filosofía:
presión sobre el centro con piezas.
Estas dos ideas entran en conflicto en muchas variantes modernas de
apertura, una de las cuales es la Defensa Grünfeld (Variante del Cambio).
Entre los muchos adeptos a un
centro blanco de peones figura el
joven talento soviético y nuevo campeón del mundo Gari Kasparov.
Kasparov-Natis,
Olimpiada de Malta 1980
l. d4
2. c4
3.
4.
S.
6.
7.
Cc3
e X as
e4
b X c3
Cf3
Cf6
g6
dS
CXdS
ex c3
Ag7
cS
Tras siete jugadas, las blancas
han logrado el clásico centro «ideal»
de peones en d4 y e4. Adelantando
más tarde estos peones, esperan obligar a las fuerzas enemigas a batirse en
retirada y crear así un gran «diferencial de poder» entre los ejércitos
blanco y negro. Este «diferencial de
poder» brinda posibilidades de ataque a las blancas. En la presente ocasión, el ataque se prolonga hasta la
fase final de la partida.
8. Tbl
El objetivo estratégico de las negras es ejercer presión sobre el centro blanco, por medio del alfil en fianchetto, que domina la diagonal a l-h8,
y conjugadas como ... , c5, ... , Cc6 y
... ,Ag4.
Para contrarrestar esta presión,
las blancas a menudo quitan la torre
de al, facilitando así el eventual
avance d4-d5. Recientemente, el
modo más común de realizar este
plan ha sido 8. Ae3 y 9. Tel, secuencia que veremos en la siguiente partida. El movimiento de Kasparov, 8.
To 1, está todavía poco explorado.
8.
9. Ae2
0-0
Cc6
Tambien es posible 9 .... , Da5,
aunque 10. Tb5, D X c3+; 11. Ad2,
Da3; 12. T X c5, D X a2; 13. 0-0
proporciona a las blancas una fuerza
poderosamente centralizada a cambio del peón sacrificado.
10. dSI
11. Ad2
12. D X d2
AXc3+
AXd2+
Cd4
Un interesante y crucial momento. Después de 12 .... , Cb8, las negras conservarían su mal adquirido
botín a expensas de un gran «diferencial de poder». Al blanco se le
ofrecerían excelentes posibilidades
de ataques tras 13. h4!, con amenazas peligrosas. Por eso el segundo jugador opta por la «seguridad» de un
final, aunque aquí también el dominio
central de las blancas se dejará sentir
significativamente.
99
13.
14.
15.
16.
17.
18.
ex
d4
DX d4
Ddl
RX d2
Re3
Tbcl
cXd4
Das+
DXd2+
Td8
b6
139
abe
de
18. ...
19. Ac4
gh
e6
es
También después de 19 .... , Rf8;
20. Thdl, Re7; 21. e5! el dominio
blanco del centro plantea dificiles
problemas a las negras.
20. Ab3
21. Tc1
22. d6
Ad7
aS
bS?
Esto acaba con la resistencia de
las negras. Debía impedirse 23. f4
mediante 22 .... , g5, y si entonces 23.
g3, podía seguir 23 .... , g4.
23. f4f
24. R X f4
25. eS
26. AdS
21. m
28. Re3
29.
30.
31.
32.
AX e6
Tff7
Tg7+
Tge7
eXr4+
Ta6
a4
a3
Ta4+
Ae6
rx e6
Tb4
Rh8
Abandonan.
La Defensa Grünfeld ha sido «re-
100
futada» y rehabilitada muchas veces
desde que la introdujo en Viena el
gran maestro austríaco Emst Grünfeld, en 1922.
En la siguiente partida, las blancas juegan la última «refutación»,
con la que el negro ha tenido bastantes dificultades recientemente. Reforzando aún más el peón de d4 (por medio de 8. Ae3) y alejando su torre de
la diagonal al-h8 (9. Tcl), el primer
jugador trata de neutralizar la fuerza
del alfil negro en fianchetto. Según la
teoría, las negras serán entonces incapaces de generar suficiente contrajuego en el centro y quedarán arrolladas por el avance de los peones centrales del blanco.
Sin embargo, muchos especialistas de la Defensa Grünfeld siguen
creyendo en la energía latente de la
posición negra y buscan con diligencia nuevos métodos de contrajuego.
Entre estos expertos figuran los grandes maestros Timman, Ftacnik, Smejkal, J ansa, Sax, Uhlmann, Adorjan
y ... Shamkovich.
Fedorowicz­Shamkovich,
Nueva York 1980
1. d4
2.
3.
4.
S.
6.
7.
8.
Ct'3
c4
Cc3
e X dS
e4
b X c3
Ae3
9. Tcl
10. Dd2
11. gXf3
12. dS
Cf6
g6
Ag7
dS
CXdS
CXc3
cS
Ag4
Das
AX n
Cd7
bSf
Las blancas han conseguido el
par de alfiles y ocupado el centro con
peones. A pesar de esto, un cuidadoso examen de la posición revela que
las cosas no les resultan tan fáciles
como parece. Las cinco últimas jugadas de las negras constituyen una se-
rie especialmente destinada a perturbar el ritmo natural del desarrollo
blanco. Con 10 .... ,AX f3 han hecho ya mella en la estructura de peo­
nes de las blancas, cuyo rey no encontrará fácilmente un refugio seguro. El último movimiento de las negras ( 12 .... , bS!) disuade al blanco de
reforzar su centro mediante 13. c4,
ya que la réplica 13 .... , b4 amenaza­ta 14 .... , Ac3.
A lo largo de unas cuantas jugaras más, las negras atacan con energía el centro enemigo, y la balanza del
poder empieza a inclinarse en su
favor.
13. f4
Td8!
15. eS
16. Ahl
17. Tgl
g5!
e6!
14. c4
Endeble intento de sostener un
centro que está a punto de desmoronarse. También 17. d X e6, C X e5!
sería bueno para las negras.
gX f4
CX eS!
rx el
20. Db2
20....
T X d5!!
¡Ahora son las piezas negras las
que ocupan el centro!
21. e X d5
22. RX el
23. Rf4
Amenazando
Df3.
Da6+
Dd3+
f6
mate con 24 .... ,
24. Dbl
b4
17.
18. T X g7
19. Re2
nueva fase. Tras su brillante despliegue de tropas en la apertura, Shamkovich pasa al ataque directo contra el
monarca enemigo (ver diagrama).
Otras opciones no son mejores.
Tanto 24. Tg3, Cg6+; 25. T X g6,
e5+ como 24. Ag2, Cg6+; 25.
T X g6, eS+; 26. Rg4, D X g6+
conducen al mate.
24....
25. TXg6
Cg6+
Después de 25. Rg4, h5 las blancas reciben mate.
La siguiente jugada de las negras
acaba con el último resto del centro
blanco y señala el principio de una
140
25.
es+
27. Rh4
De4+
26. Rg4
h5+
28. Abandonan.
En efecto, las negras son mate
tras 28. Rg3, h4 y tras 28. Ag4,
h X g4+; 29. Rg3, Th3.
LECCIÓN 14.
EL DESARROLLO
o
b
e
d
e
g
h
En la posición inicial, tanto las
blancas como las negras tienen sus
piezas mal situadas, ocupando sendos bordes del tablero. Es muy lógico que ambos bandos quieran mejorar este estado de cosas y llevar pron-
101
to sus tropas a puntos desde donde
puedan ejercer mayor influencia. Este
proceso recibe el nombre de desarrollo.
A menudo sucede que, mientras
un bando centraliza sus piezas con
suma rapidez, el otro Jo hace sin mayores prisas y ... es derrotado, de ordinario por métodos violentos. Para impedir las «matanzas» que suelen tener lugar en estos casos, se han formulado ciertos principios destinados
a orientar al jugador en Jo tocante a un
buen desarrollo:
l. Despliéguense las piezas Jo
antes posible.
2. Efectúese pronto el enroque,
evitando así que el rey quede
expuesto en el centro.
3. No se capture material a expensas del desarrollo.
4. No se mueva la misma pieza
dos veces.
5. No se saque la dama demasiado pronto, para que las piezas
enemigas de menor valor, atacándola repetidamente, no la
obliguen a perder tiempo retirándose.
6. No se hagan demasiadas jugadas de peón a costa del desarrollo de las piezas.
Las siguientes partidas ilustran
estos principios.
Davies-Baljon, Londres 1980
(Defensa Siciliana)
l. e4
2. Cf3
3. AbS+
4. d4
s.
0-0!?
c5
d6
Cd7
Cf6
Interesante gambito que empezó
a aparecer en algunas partidas cuando se descubrió que las blancas no
conseguían nada después de S. Cc3,
e X d4; 6. D X d4, e5!; 7. Dd3, h6!
102
(impidiendo 8. Ag5). Ahora tras S.
... , e X d4; 6. D X d4, e5; 7. Dd3, h6
el blanco puede continuar 8. c4! restringiendo a las negras en el centro.
S. •..
C X e4
Arrebatando un peón a expensas
del desarrollo. Pese a los riesgos que
implica, esta captura es a veces posible. En la agudísima variante siciliana del Peón Envenenado, dentro del
Sistema Najdorf (l. e4, c5; 2. Cf3,
d6; 3. d4, e X d4; 4. C X d4, Cf6; 5.
Cc3, a6; 6. Ag5, e6; 7. f4, Db6; 8.
Dd2, D X b2), la captura del peón se
justifica por el daño infligido al flanco de dama de las blancas. En la partida que estamos viendo, se trata de
un importante peón central.
6. De2
Cf6
El precio del peón. Las negras
han movido ya este caballo tres veces (4 .... , Cf6, 5 .... , e X f4 y 6 .... ,
Cf6).
7. d X es
8. Tdl
9. Ag5
10. Ah4
d X cS
e6
h6
Db6?
Violación de un principio. Las negras se liberan de la clavada en la columna d y en la diagonal h4-d8, pero
al hacerlo sacan la dama demasiado
pronto ... mientras descuidan el desarrollo del flanco de rey y dejan almonarca en el centro.
En lugar de la jugada del texto, se
imponía la tranquila 10 .... , Ae7!!, ya
que el intento blanco de ganar una
pieza mediante 11. Ce5 rebotaría
después de 11. ... , 0-0! (¡enrocarse de
prisa!); 12. AXf6, AXf6; 13.
A X d7, A X e5; 14. A X c8?, Df6 y
las negras ganan. O 13. C X d7,
A X d7; 14. T X d7, Dc8 amenazando 15 .... ,AX b2 y 15 .... , a6. Las
blancas, por su parte, no deben mo-
ver dos veces una misma pieza ( 11.
Ce5), sino concentrarse en el rápido
desarrollo y proseguir 11. Cc3.
11. Ca3
Amenazando con ganar tiempo
gracias a la prematura excursión de la
dama negra, mediante 12. Cc4 ( 12.
... , D X b5; 13. Cd6+).
11. ...
a6
13. Cc4
Da7
12. A X d7+ A X d7
Si 13 .... , Dc7, 14. Ag3 resulta
muy desagradable para las negras.
14. Cce5
141
7
6
5
4
15. CXf7!!
16. Ces+
abcdetgh
14. ...
(b) 14
, Ac6; 15. C X f7!!,
RX n (15
,AX f3; 16. D X f3,
R X tt, 17. Td7+ seguido de 18.
T X b7 ganando la dama negra); 16.
Ce5+, Rg8; 17.AXf6,gXf6;
18.
Dg4+, Ag7; 19. D X e6+, Rh7; 20.
C X c6, b X c6; 21. Td7 y ahora:
(i) 21. ... , Db6; 22. Df5+, Rg8;
23. Tadl (amenazando 24. T X g7+)
23 .... , Tf8 (a 23 .... , Th7 sigue 24 .
De6+, Rh8; 25. De7 con la amenaza mortal 26. Td8; o si 23 .... , Ta7,
24. T X a7,D X a7; 25. Td8+,Af8;
26. Td7); 24. TX g7+, RX g7; 25.
Dg4+ seguido de mate.
(ii) 21. ... , Db8; 22. Df5+, Rg8;
23. Tadl (amenazando 24. TX g7+)
23 .... , Df8 (si 23 .... , De8, sigue 24.
T X g7+, R X g7; 25. Td7+, ganando; si 23 .... , De5, 24. Dg6; o si 23 .... ,
Th7, 24. De6+, Rh8; 25. De7, Dg8;
26. Td8, Af8; 27. D X f6+ ganando); 24. De6+, Rh7; 25. Tf7, De8;
26. TX g7+, RX g7; 27. Td7+,
D X d7; 28. D X d7+ y las negras
tienen demasiados peones débiles
como para poder oponer mucha resistencia en el final.
Después de la jugada del texto,
14 .... , Ac8, el camino de la victoria
es más sencillo ...
Ac8
Un paso atrás, aunque, como las
siguientes variantes Jo demuestran, el
«diferencial de poder» entre las tropas centralizadas del blanco y la
chusma dispersa de las negras es ya
considerable.
(a) 14 .... , Td8; 15, C X f7!,
RX f7; 16. Ce5+, Rg8 (si 16 .... ,
Re7, sigue 17. Cg6+ y 18. C X h8; o
si 16 .... , Re8, 17. A X f6, g X f6; 18.
Dh5+, Re7; 19. Df7 mate); 17.
A X f6, g X f6; 18. Dg4+, Ag7; 19.
T X d7, T X d7; 20. D X e6+ y 21.
C X d7 ganando.
RXf7
Rg8
Si 16 .... , Re8, las blancas rematan
bellamente la partida mediante 1 7.
Dh5+, C X h5; 18. Td8 mate; y a 16.
... , Re7 sigue sencillamente 17. Dh5
y 18. Df7 mate.
17. A X f6
bS
O 17 .... , g X f6; 18. Dg4+, Ag7;
19. Td8 mate.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
Dg4
Td8
DgS
T X f8+
A X g7+
Dd8 mate.
Dc7
hS
Th6
R X f8
D X g7
103
La partida siguiente muestra
cómo aun los grandes maestros, en un
mal día, pueden descuidar el desarrollo, con efectos igualmente desastrosos.
Envezdelonormal, 10 .... ,Ae7,
Portisch efectúa una jugada que, además de perder tiempo, debilita las casillas d6 y c5. De resultas de la misma, el rey negro quedará atascado en
el centro.
Andersson-Portisch,
Olimpiada de Skopje 1972
(Defensa Siciliana)
l. e4
l. Cf3
3. Ab5+
4. 0-0
S. Tel
6. c3
7. Afl
8. b3
Ad7
Cf6
a6
es
b6?1
Esto, por el contrario, es una
mera pérdida de tiempo. Era mejor 8.
... , Ae7; 9. d4, Dc7 con posición sólida de las negras.
9. d4
10. a4
104
Las negras están ya en apuros.
Cc6
Importante precaución que también se ve en la Apertura Española
( 1. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ab5, a6; 4.
Aa4, Cf6; 5. 0-0, Ae7; 6. Tel, b5; 7.
Ab3, d6; 8. c3, 0-0; 9. h3). La inmediata 8. d4 permitiría 8 .... , e X d4,
9. e X d4, Ag4 con contrajuego.
8....
Ag7
dXcS
13. Cc4
cS
d6
Aquí las blancas podían ofrecer
un interesante gambito mediante 7.
A X c6, A X c6; 8. d4, aunque la
prudente jugada del texto está más en
consonancia con el estilo de Andersson. El blanco da la impresión de batirse en retirada, pero sus piezas ocupan puestos que serán muy eficaces
en el medio juego, ya cercano. La validez de este desarrollo es, pues, indiscutible.
7. ...
11. Cal
12. d X cS
Dc7
g6?
5
4
3
a
b
e
d
e
g
h
El blanco amenaza con ganar un
peón mediante 14. Dd6, contra lo
cual no sirve 13 .... , 0-0 a causa de 14.
Dd6!, O X d6; 15. C X d6, Tab8;
16. Ae3; o si 15 .... , b6; 16. Cc4!
13.
14. b4!
Tb8
De inmediato 14. Cd6+ permitiría la sencilla réplica 14 .... , Re7.
Ahora, tras 14. b4!, se amenaza 15.
b5!
14..••
15. e X b4
cXb4
Ae6
Si 15 .... , C X b4, sería fortísimo
16. Ce X e5!, amenazando 17. Af4 y
17. Db3. En la variante 16 .... , Cc2;
17. Af4, CXel;
18. DXel las
blancas recobran la calidad con intereses.
Después de 15 .... , 0-0, el blanco
ganaría material merced a 16. b5 seguido de 17. Aa3.
16. Cd6+
17. Aa3
Re7
Ce8
Tampoco hay esperanza para las
negras tras 17 .... , D X d6; 18. b5,
Cb4; 19. D X d6+.
18. C X b7!
19. bS+
20. b X c6
DXb7
Rf6
Dc7
O bien 20. . .. , D X c6; 21.
C X e5!, RX e5; 22. f4+, RX f4
(22 .... , Rf6; 23. Dd4 mate); 23. e5 (o
23. Df3+, etc.) ganando.
21. C X eSl
Abandonan.
Ni 21. ... , D X e5; 22. Df3+,
Af5; 23. e X f5, D X f5; 24. Ae7
mate, ni 21. ... , RX e5; 22. f4+,
R X f4; 23. e5 eran para el negro posibilidades muy atractivas.
LECCIÓN 15. PLANIFICACIÓN
Con frecuencia vemos a jugadores que desarrollan rápidamente las
piezas y logran dominar el centro,
pero a continuación se quedan desorientados, sin saber qué hacer. Sus
fuerzas, una vez desarrolladas y centralizadas, les parecen de pronto ineficaces, y en el medio juego la posición comienza a deteriorarse tan lenta como irrevocablemente.
La razón de su eventual derrota
estriba en haber tratado la apertura
con superficialidad, sin pensar en el
medio juego. Y la lección que de aquí
se sigue es que, ya en la apertura, hay
que reconocer los rasgos estratégicos
de la posición y colocar las piezas en
las casillas adecuadas. La apertura
debe jugarse de acuerdo con un plan.
Resulta muy instructivo el con-
traste entre las dos siguientes partidas.
Capablanca-Janowsky,
San Petersburgo 1914
l. e4
2. Cf3
3. AbS
4. AX c6
5. Cc3
e5
Cc6
a6
dXc6
Ac5
J anowsky pone el alfil en su casilla «más agresiva». A 6. C X e5 no
seguiría 6 .... , A X f2+; 7. R X f2,
Dd4+; 8. Rel, D X e5; 9. d4, sino 6.
... , Dd4; 7. Cd3, Aa7 y las blancas
quedarían bastante atadas.
6. d3
Ag4
Ahora también el otro alfil adopta una posición agresiva.
7. Ae3
8. rx e3
9. 0-0
10. Del
AXe3
De7
0-0-0
Ch6
Parece que el negro ha venido observando hasta aquí todas las reglas.
Se ha desarrollado con rapidez, su
rey está ya en lugar seguro y el centro no ha sido descuidado. No obstante, la posición del segundo jugador comienza a declinar poco a poco,
aunque con fatal regularidad.
La verdad es que las negras han
tratado la apertura sin plan alguno.
Han renunciado a su mejor baza, el
par de alfiles (7 .... ,AX e3), reforzando así el dominio blanco del centro (8. fX e3). No sólo se han privado de acceso a d4, sino que además le
han abierto a su adversario la columna f.
De ahora en adelante, el juego de
Capablanca constituye una lección
magistral de estrategia metódica y lúcida, que nos permite asistir a la demolición progresiva de la posición del
105
rey negro, casilla por casilla. Todo
comentario ulterior es superfluo.
11. Thl!, ffi; 12. b4, en; 13.
a4, A X f3; 14. T X f3, b6; IS. bSI
143
8
7
6
5
4
3
2
a
d
e
g
h
15 •••• , e X bS; 16. a X bS, aS;
17. CdSI, DcS; 18. c4, CgS; 19. Tfl,
Ce6; 20. Dc3, Td7; 21, Tdl, Rb7;
22. d4, Dd6; 23. Tc2, e X d4; 24.
e X d4, Cf4; 25. cS!, C X dS; 26.
e X dS, D X dS; 27. c6+, Rb8; 28.
e X d7,D X d7;29.dS, Te8;30.d6,
e X d6; 31. Dc6 y las blancas ganaron.
Romanovski-Botvinnik,
Moscú 1935
l.
2.
3.
4.
e4
Cf3
Ab5
A X c6
5. Cc3
6. d3
e5
Cc6
a6
bXc6
161
Antaño las blancas jugaban esta
variante para lograr una mayoría de
peones cualitativamente superior en
el flanco de rey después de 6. d4,
e X d4; 7. D X d4, D X d4; 8.
C X d4. De entonces acá, la práctica ha demostrado que el par de alfiles negros representan una excelente
compensación por la inferior estructura de peones, por lo que el blanco ha
106
abandonado virtualmente esta línea
de juego.
La idea de Romanovskí es distinta. Al mantener cerrada la posición,
pretende restringir la actividad de los
alfiles negros. Eventualmente, según
lo permitan las circunstancias, efectuará una ruptura central mediante f4
o d4.
El juego de Botvinnik, por otra
parte, contrasta de manera fascinante con el de Janowsky en el ejemplo
anterior. Primero de todo, las negras
erigen un fuerte bastión en el centro
(5 .... , f6! y 7 .... , c5!), y luego, desarrollando armoniosamente sus piezas, impiden la realización de ambos
planes de su rival (d4 y f4). Por último se preparan ellas mismas para jugar ... , f5, primer paso en la liberación de su par de alfiles.
6.
7. Ae3
8. Ce2
9. Cg3
Ad6
c51
Ce7
El avance f4 resulta dificil de organizar. Una partida TartakoverAlekhine, Semmering 1926, continuó: 9. Cd2, Cg6; 10. 0-0, 0-0; 11.
Cb3, b6; 12. Rhl, De7; 13. f4y ahora las negras habrían logrado mejor
juego respondiendo 13 .... , f5!; 14.
fX e5, e X e5; 15. e X f5, Cg4.
9.
10. c3
11. 0-0
12. Dc2
Ae6
Dd7
0-0
Después de 12. d4 las negras podrían seguir 12 .... , e X d4; 13.
e X d4,e X d4; 14. C X d4,Ac4con
buen juego.
12 ••••
13. Cd2
14. Tadl
IS. f3
Cc6
Tad8
b6
Adelantar este peón una casilla
más hubiera sido desastroso tras 15.
... , e X f4; 16. A X f4, A X f4; 17.
T X f4, Ce5!
15.
16. Cb3
17. Ccl
18. ne
19. Td2
Ae7
a5
Ad6
Ce7
f5l
En su excelente libro Cien partidas selectas, Botvinník declara:
«Es ahora útil hacer ciertas
deducciones referentes al sistema
de apertura adoptado por las blancas. Su idea básica (la ruptura en
d4 y f4) no ha podido realizarse.
En el futuro también se verá el
blanco continuamente forzado a
adoptar una táctica de espera.
Las negras tienen la iniciativa,
pero no les resulta fácil encontrar
un plan viable.»
144
8
7
6
5
4
a
b
e
d
e
g
h
«La 19.• jugada de las negras
parece un tanto arriesgada, y a que
debilita el peón e y despeja para el
blanco la casilla e4. Pero de hecho las negras pueden evitar la debilidad en e5 ( trasladando el caballo a f4, donde las blancas no
tendrán más remedio que cambiarlo), mientras la casilla e4 queda lejos del campo negro y su ocu-
pación por las blancas se compensa ampliamente con la apertura de
la columna f y la posición más libre de las negras.»
Siguió ahora una complicada lucha donde Botvinnik se las arregló finalmente para dirigir su par de alfiles contra el rey blanco. Estrictamente hablando, el resto de la partida
queda fuera de mi propósito en estas
lecciones, aunque lo incluyo sin comentarios para mostrar el triunfo que
en definitiva coronó la magistral estrategia de las negras:
20. e X rs, C X fS; 21. Ce4, b6;
22. Del, Ae7; 23. Afl, Ad5; 24.
Del, Tfe8; 25. Tddl, De6; 26. Tfel,
Af8;27.Dc2,Df7;28.Td2, Te6;29.
Tde2, Tde8; 30. Da4, Ce7; 31. Ag3,
Ac6; 32. Dc2, Cd5; 33. Cb3, gS; 34.
Cbd2, Ag7; 35. en, T6e7; 36. Td2,
Td7; 37. Ce3, C X e3; 38. T X e3,
D X al; 39.b4,g X b4;40.A X b4,
Df7; 41. Tdel, Tf8; 42. Ag3, Dg6;
43. Rf2, hS; 44. Cdl, Ah6; 45.
T X eS, Tg7; 46. en, b4; 47.
A X b4, A X B!; 48. Rgl, A X e2;
49. T X el, Db5; 50. Te4, Tf4; 51.
T X f4, A X f4; 52. Db3+, Rh7; 53.
Af2, Df3; 54. g3, D X d3; SS. De6,
Ah6; 56. Dh3, Tf7; 57. Ce3, Dbl +;
58. Cfl, DfS; 59. Dh2, a4; 60.
Abandonan.
LECCIÓN 16. IDEAS PARA
UN REPERTORIO
DE APERTURAS
Con la lección 15 se acaba mi explicación de los principios. Aplicándolos correctamente, se jugarán muy
bien las aperturas, aunque, en vez de
estar siempre inspirándose en estos
primeros fundamentos, cabe aplicar
una «fórmula», a modo de atajo, para
llegar al mismo resultado. Esta fórmula mágica es el «repertorio» de
aperturas.
107
La constitución de un repertorio
de aperturas se asemeja a la compra
de un traje nuevo. Lo ideal es que esté
hecho a medida y se adapte perfectamente al estilo de cada uno. Mas, por
desgracia, apenas existen sastres de
ajedrez fuera de la Unión Soviética, y
no hay más remedio que trabajar por
sí mismo.
La primera etapa de este proceso, y tal vez la más dificil, consiste en
seleccionarse las aperturas más aptas. Un jugador con instinto de ataque deberá elegir aperturas que le den
la iniciativa aun a costa de concesiones posicionales o materiales, mientras el partidario de estrategias a largo plazo enfocará el juego de una manera más sólida.
Al hacer esta selección, hay que
tener en cuenta el aspecto práctico
del tiempo. Muchos aficionados disponen de poco tiempo para el ajedrez, y por ello han de pensárselo dos
veces antes de escoger variantes agudas y superanalizadas que requieren
meses de trabajo detallado.
Les recomiendo, por el contrario,
la adopción de aperturas menos en
boga que, al no estar sometidas a
constantes revisiones teóricas, comprenden menos variantes y exigen, en
consecuencia, menos estudio. Las siguientes aperturas son ricas en posibilidades interesantes.
0-0, c5; 8. Te l , b6; 9. e4 con presión
de las blancas.
145
a
b
e
d
e
g
h
Defensa Chigorin
(l. d4, dS; 2. c4, Cc6)
Inventada el siglo pasado por el
gran maestro ruso Mikhaíl lvánovich
Chigorin, esta defensa es el antepasado espiritual de la Nimzoindia y la
Grünfeld. Tanto Smyslov como
Bronstein se han sentido atraídos por
las posibilidades que ofrece con vistas a un juego activo de piezas.
Algunas de estas posibilidades,
para las negras, quedan ilustradas por
la variante l. d4, d5; 2. c4, Cc6; 3.
Cf3, Ag4; 4. e X d5, A X f3; 5.
g X f3, D X d5; 6. e3, e5; 7. Cc3,
Ab4; 8. Ad2 A X c3; 9. b X c3,Dd6.
Las blancas tienen un fuerte centro y
Apertura del Peón de Dama,
sistema Veresov
(l. d4, Cf6; 2. Cc3, dS; 3. AgS)
Este sistema es un buen modo de
iniciar la partida, pudiendo interpretarse tanto en forma sólida como aguda. Su reciente y fructuosa adopción
po~ el gran maestro británico Tony
Miles es un testimonio más de su
valor.
He aquí una variante típica: 1. d4,
Cf6; 2. Cc3, d5; 3. Ag5, Cbd7; 4.
Cf3, g6; 5. e3, Ag7; 6. Ad3, 0-0; 7.
108
146
5
4
3
o
b
e
d
e
g
h
el par de alfiles, pero su rey se verá en
dificultades para encontrar un abrigo
seguro contra las activas piezas del
negro.
6. Cbd2, Dd7; 7. a3, Cge7; 8. Cb3,
Cg6; 9. Cb X d4, 0-0-0 con posición
aguda y poco clara.
Defensa Escandinava (l. e4, dS)
Pese a la pérdida de tiempo que
resulta de 2. e X as, D X d5; 3. Cc3,
Da4, las negras pueden conseguir
una posición sólida. Habiendo sido
adoptada por grandes maestros de la
talla de Bronstein y Lein, merece a todas luces tomarse en serio.
La posición negra se desarrolla
armoniosamente en esta variante: l .
e4, d5; 2. e X d5, D X d5; 3. Cc3,
Da4; 4. d4, c6; 5. Cf3, Ag4; 6. Ac4,
Cf6; 7. h3 (7. A X n-«, R X f7; 8.
Ceé+, D X e5+); 7 .... ,AX f3; 8.
D X f3, e6.
148
6
5
4
3
2
abe
de
gh
Defensa Siciliana,
Variante Rossolino
(l. e4; cS; 2. Cf3, Cc6; 3. AbS+)
147
149
8
7
6
7
5
6
4
.5
3
4
2
3
abcde
gh
a
Contragambito Albin
(l. d4, dS; 2. c4, eS; 3. d X es, d4)
Esta apertura atraerá ciertamente
a los D' Artagnan del ajedrez. Las negras ganan espacio en el centro, se enrocan por el lado largo y desencadenan un ataque directo contra el confiado monarca enemigo.
He aquí una línea típica, tomada
de la partida Levitt-Speelman, Torquay 1982: l. d4, d5; 2. c4, e5; 3.
d X e5, d4; 4. Cf3, Cc6; 5. g3, Ae6;
b
e
d
e
Junto con su variante hermana ( 1.
e4, c5; 2. Cf3, d6; 3. Ab5+ ), recomiendo encarecidamente este método de luchar contra la Siciliana. Puede también interpretarse en estilo posicional o de gambito, aspectos que
han quedado ya ilustrados en la lección 14.
Apertura Española, Variante
del Cambio Diferida ( l. e4, eS;
2. Cf3, Ce6; 3. AbS, a6; 4. Aa4, Cffi;
S. A X c6, d X c6)
109
ISO
8
7
5
4
3
o
b
e
d
e
g
h
La Variante del Cambio Diferido
es una excelente opción para estrategas sólidos. Una versión más refinada se da tras l. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3.
Ab5, a6; 4.Aa4, Cf6; 5. O-O,Ae7; 6.
A X c6, donde el alfil negro se ata
prematuramente a la casilla e7.
Una vez constituido el repertorio,
el siguiente paso consiste en adquirir
un conocimiento vasto y profundo de
los sistemas seleccionados. El repetirlos en partidas tanto serias como
amistosas no viene mal, pero yo recomendaría un enfoque más metódico.
EJ mio es anotar y archivar toda partida, mía o de otros maestros, cuya
apertura entra en mí repertorio. Tan
110
pronto como esto se convierte en rutina, lleva poquísimo tiempo y puede
reportar sustanciosos dividendos.
Por último, quisiera decir algo sobre la compra de libros de aperturas.
Los volúmenes como Modern Chess
Openings o la Teoría moderna en
ajedrez, de Pachman, son útiles por
cuanto ofrecen un buen panorama general, pero las obras especializadas
en una sola variante son cosa enteramente distinta.
Los autores de tales monografias
pueden o no ser expertos en la variante sobre la que escriben. En este segundo caso, lo que digan no será de
mucho interés, y si son auténticos especialistas no querrán probablemente decir Jo que saben.
Mi consejo es que se siga el
ejemplo de los maestros y grandes
maestros, quienes en general limitan
sus adquisiciones a una selección de
tomos del I nformator (particularmente importante), revistas de ajedrez y
boletines de torneos. Archivando, a
partir de estas fuentes, las partidas
que le interesan, el estudiante dispondrá de un acervo personal, amplísimo y actuaJizado de referencias sin
comparación con las que pueda brindarle ningún otro libro.
Lecciones 1 7-20
FINALES
IAN D. MULLEN
Las cuatro lecciones siguientes
constituyen una pequeña introducción al final de partida. Los ajedrecistas medianos suelen detestar esta fase
del juego, y su estudio les resulta todavía más antipático. Por ello, tal
vez, es la etapa donde se sienten más
débiles.
Las lecciones han sido ordenadas
por temas: rey y peones, piezas menores, torre y peones, dama y peones. La sección relativa a los finales
de torre y peones se reparte en dos
lecciones, por motivos de equilibrio
entre la extensión respectiva de los
temas.
Los finales son al ajedrez lo que el
minigolf es a su hermano mayor. Si se
quiere llegar a ser un buen jugador
[hay que aprenderlos!
LECCIÓN 17. FINALES DE REY
Y PEONES
Los finales de rey y peones se dan
pocas veces en la práctica, pero son
fundamentales en todos los sentidos.
Una buena razón de su poca frecuencia es que sus posiciones típicas, sal-
vo las más complejas, se evalúan con
facilidad si uno posee el bagaje técnico suficiente, y el respeto mutuo de
los adversarios les lleva a no prolongar el juego en una posición claramente ganada, perdida o de tablas.
illn peón de menos en unfinal de rey
y peones, por lo demás igualado,
acabafácilmente por concretarseen
una dama de menos! He aquí un pun-
to no del todo obvio para muchos afi­
cionados, quienes se dan por satisfechos si llegan a esa situación.
Parece también natural que estos
finales, dada su simplicidad de efectivos, sean los más fáciles de jugar.
Hasta cierto punto es verdad, pero
entre bastidores hay toda una complejísima gama de ideas y técnicas sutiles. Estudiando a fondo las páginas
que siguen, el lector adquirirá los conocimientos suficientes para tratar
con acierto la mayoría de las posiciones que se le presenten en sus partidas. Asimismo, y esto es quizá lo más
importante, será capaz de evaluar
con mayor claridad la estructura de
peones en cualquier posición y de calar más profundamente en los temas
posicionales y tácticos relacionados
111
con el juego de peones en general.
«Los peones son el alma del ajedrez.» Sí, pero hay que empezar por
los puros huesos:
Rey contra rey, la oposición
152
8
7
6
5
4
151
3
2
a
b
e
d
e
g
h
ISia
Las blancas ganan o hacen tablas
a
b
e
d
e
g
h
Suele decirse que los reyes están
en oposición cuando sólo los separa
una casilla, en sentido vertical, horizontal o diagonal. En tal caso, el bando a quien toca jugar se encuentra de
ordinario en desventaja, por tener
que ceder terreno. Se dice entonces
que el otro bando «ha tomado» o
«mantiene» la oposición. En el Diagrama 151 a, el resultado depende de
quién tenga que mover. Si juegan las
blancas, no pueden retroceder más
allá de la primera fila mientras el negro mantenga la oposición, v.g. 1.
Rdl, Rd3; 2. Rcl, Rc3, etc. Si les
tocajugar a las negras, éstas deberán
abandonar la oposición y no podrán
impedir que el rey blanco llegue hasta la última fila (v.g. 1 .... , Rd3; 2.
Rf2, Re4; 3. Rg3 -o 3. Re2 tomando a su vez la oposición-, Rf5; 4.
Rh4, Rg6; 5. Rg4, etc.). Esta cesión
ineludible de terreno al estar obligado a jugar (zugzwang) es con frecuencia un factor decisivo en las posiciones muy simplificadas.
112
En esta importante posición, las
blancas hacen tablas si les toca jugar; en caso contrario, ganan. Si el
blanco mueve, las negras se limitan a
mantener la oposición. Para hacer
progresos, el primer jugador tiene que
adelantar el peón dejando su rey
atrás, y entonces sólo puede lograr
tablas por ahogado, v.g. l. Rf3, Rf5!;
2. e4+, Re5; 3. Re3, Re6!; 4. Rd4,
Rd6!; 5. e5+, Re6; 6. Re4, Re7!; 7.
Rf5, Rf7!; 8. e6+, Re7; 9. Re5, Re8!;
10. Rf6, Rf8; 11. e7+, Re8; 12. Re6,
jahogado! Sí las negras juegan, deben
ceder terreno, en cuyo caso el blanco
adelanta su rey para abrir camino al
peón y permitir que se corone, v.g. 1.
... , Rf5; 2. Rd4!, Re6; 3. Re4!! (el rey
blanco ha de mantenerse delante del
peón; 3. e3? o 3. e4? llevarían a tablas) 3 .... , Rf6; 4. Rd5!, Rf5; 5. e4+,
Rf6; 6. Rd6 (tendiendo un puente) 6.
... , Rf7; 7. e5, Re8; 8. Re6! +- (cf.
Diagrama 15 3, las blancas ganan, les
toque o no jugar). La posición del
Diagrama 15 2 y el modo de tratarla
han de dominarseplenamente. (N.B.
El objetivo de las blancas es llegara
instalar el rey, delante delpeón, en la
sexta fila.)
153
e
b
a
e
d
f
g
Las blancas ganan
h
etc., como antes) o ... iinfligirse a sí
mismas el ahogado! ( 1. Rh8, Rf8; 2.
hé, Rf7;3. h7, Rf8=). Lo que debe retenerse es que, si el bando defensor
consigue llegar con el rey a la casilla
del rincón, a f7 o a f8 ( en el Diagrama l 54b; c7 o c8 en el Diagrama
154a, etc.), la partida es tablas. Una
total comprensión de estos «sencillos» finales de rey y peón contra rey
es la clave de todo lo que sigue en esta
sección.
Ejemplos de oposición
nan les toque o no jugar.
(a) l. ... , Rf8; 2. Rd7 seguido de
3. e6, 4. e7, 5. e8=D, etc.
(b) 1.Rf6,Rf8;2.e6,Re8;3.e7,
Rd7; 4. Rf7+-. Lo mismo sucedería tras 1. Rd6. Esto es válido tanto si
el peón es de rey, dama, alfil o caballo. La única excepción a los dos diagramas que acabamos de ver es el
bien conocido final de «rey y peón de
torre contra rey», que se resuelve en
tablas si el defensor logra bloquear el
peón (Diagrama 154a) o confinar al
rey contrario en un borde del tablero
delante del peón (Diagrama 154b).
154a
154b
155b
155a
En esta posición, las blancas ga-
8
7
5
3
2
a
b
e
d
e
h
156a
8
7
6
5
4
3
2
abcdefgh
a
b
e
d
e
g
h
Tablas
La posición del Diagrama 154a
lleva a tablas por ahogado ( 1. Rb6,
Rb8; 2. a6, Ra8; 3. a7=). En el Diagrama l 54b, pueden elegir entre ahogar al rey negro ( l. h6, Rf8; 2. Rg6,
En el Diagrama 15 5 a, el juego es
tablas. Si les toca mover a las blancas pueden ganar e: peón enemigo,
pero entonces las negras toman fa
oposición gracias a una hábil maniobra táctica: l. Rc7, Ra8; 2. Rb6, a5!;
3. R X a5 (3. b X a5 deja un final de
rey y peón de torre contra rey en una
113
posición teórica de tablas) 3 .... , Ra7
y el negro mantiene la oposición. Tablas.
En el ejemplo 155b, las blancas
ganan fácilmente, con tal que estén
atentas a la posibilidad de ahogar al
rey negro y la eviten: l. g7, Rg7; 2.
g8=D+!, R X g8; 3. Rg6! +-.
La llamada oposición distante se
da cuando los reyes están separados
por tres o hasta cinco casillas.
A menudo lo que parece cosa de
brujería es sólo cuestión de técnica.
En el Diagrama 156a, las negras tienen a su disposición nada menos que
siete jugadas para perder y una sola
para hacer tablas. En este último caso
han de tomar la oposición distante
con l. , Rb6!! (=). Si ahora 2. Rb3,
sigue 2
, Rb5; o si 2. Rc3, Rc5.
Nótese que a 1 .... , Rb5? seguirla
2. Rb3+-; a l. ... , Rc5?, 2. Rc3+-,
y a l. ... , Rd5?, 2. Rb3+- (oposición diagonal).
La situación parece desesperada
para las blancas en el Diagrama
156b, pero, de hecho, existe una
magnífica defensa: l. e5!!, fX e5; 2.
Rgl!! (=). La clave reside en que
ahora las blancas están listaspara tomar la oposición directa y, por tanto, hacer tablas.
Peón en 5." contra peón en 6. a
iEn la posición 15 7 a pierde el
bando al que toque jugar! Téngase
157b
8
6
5
4
3
2
I
a
114
Tiempos de reserva
(jugadas disponibles de peón)
158
8
7
6
5
4
3
2
a
d
e
g
h
Esta posición sería de tablas, si
las blancas no dispusieran de más jugadas de peón que su adversario, lo
que les permite tomar la oposición: 1.
Re4, Re6; 2. a3, a6; 3. h3!+-. ios­
sérvese que las negras harían tablas si
el peón h se encontrara todavía en su
casilla de origen!
El «cuadro»
7
157a
esto bien presente en relación con el
Diagrama 157b, donde las blancas
pueden ganar mediante l. e5 ! , Rg6; 2.
Rc6, Rg5; 3. Rd7! (3 Rd6??pierde) 3.
... , Rf5; 4. Rd6+-. [Una danza delicada!
Si las blancas permiten la defensa 1 .... , e5!, las negras harán tablas
respondiendo a la captura eventual
R X e5 con ... , Re7, tomando la oposición.
b
e
d
e
g
h
El doble trazo grueso del Diagrama 159 muestra el «cuadro» imaginario del peón. La línea horizontal tiene
la misma longitud que la distancia
entre el peón y la casilla donde ha de
coronarse. Si les toca jugar a las blancas, continúan 1. a4 y promueven el
peón sin obstáculos, pues el rey negro
queda.fuera del cuadro. Si mueven las
negras, entran en el cuadro con l. ... ,
159
6
a
d
e
g
h
RfS; 2. Rc4, Re6; 3. RcS, Rd7; 4. Rb6,
Rc8 (la casilla vital, cf. Diagrama
154b) y hacen tablas.
da lo mismo yendo por d7 como en lí­
nea recta. Esto da lugar a algunas brillantes ideas basadas en la aptitud del
monarca para operar simultáneamente en dos direcciones, v.g.:
161. Técnica. Las blancas pueden ganar adelantando el rey y a la
vez aproximándolo al peón: 1. Re6!,
Rc3!; 2. Rd?!+- (en la partida real,
las blancas Jugaron 2. Rd6? y el negro hizo tablas llegando con su rey a
c7 vía 2 .... , Rd4!!).
162. Ilusión óptica. Juegan las
negras. ¿Qué rey está más cerca del
peón negro? ¡Evidentemente el de c6
por hallarse dentro del cuadro del
peón!
El rey de Einstein
162
160
Idea. Trátase de llevar el rey
blanco de a4 a g4. íl.os principios de
la geometría no valen aquí! El rey tar-
163.E = MC2• Basado en una famosa idea de Réti. Las blancas parecen estar pésimamente situadas, pero
consiguen hacer tablas amenazando
con coronar su peón: l. Rc8, Rc6; 2.
161
163
5
4
a
b
e
d
e
t
g
h
Schlage-Ahues, Berlín 1921
a
b
e
d
e
g
h
115
Rb8!, Rb5; 3. Rb7!, R X aS; 4. Rc6!
( =) y el rey blanco ha entrado mila-
grosamente en el cuadro del peón
enemigo.
Temas posicionales
164
8
7
6
5
4
o
b
e
d
e
g
h
165
8
7
6
5
3
2
o
b
e
d
e
g
h
166
8
164. El peón pasado y distante
(P.P.D.) gana. En igualdad de otros
factores, esto supone unagran ventaja posicional en un final de peones.
Sigue 1. a4, y puede verse que el rey
negro ha de abandonar el centro para
detener el P.P.D. Las blancas cambian entonces su peón a por el peón
negro e y, con su rey mejor colocado,
capturan los demás peones enemigos. [Pruébelo el lector y verá! Esta
idea es de frecuentisima aplicación
en la práctica y contribuye a demostrar el valor de la tan traída y llevada
«mayoría de peones en el flanco de
dama» (es decir, distante).
165. El peón pasado y protegido
(P.P.P.) gana. Éste es aúnmásfaerte que el P.P.D. Las blancas ganan
muy fácilmente en la posición del diagrama. El rey negro está atado al cuadro del P .P.P. y, por ello.jamás podrá
capturar el peón que lo defiende. En
cambio el rey blanco es libre de vagar
por todo el tablero, pudiendo capturar el peón h y ganar así sin dificultad.
166. Tablas. Los peones pasados del blanco se defienden mutuamente, y las negras tienen un P.P.P.
Ambos reyes están atados a los respectivos peones enemigos ( 1 .... , Rc5;
2. a5!).
l61a.Ruptura de peón. Las blancas pueden romper la barrera enemiga de peones mediante un doble sacrificio y coronar un peón antes que los
167a
167b
6
5
4
3
2
o
116
b
e
d
e
g
h
o
b
e
d
e
g
h
del adversario lleguen a hacer algo
útil: 1. b6!!, a X b6 ( l. ... , e X b6; 2.
a6!); 2. c6!, b X c6; 3. a6+-.
¿Cómo procederán las blancas
para crear un peón pasado en la
posición del Diagrama 16 7b? El movimiento posicionalmente correcto es
1. f4!, adelantando el candidato (a
convertirse en peón pasado). 1. g4?
redundaria en desastre posicional tras
l .... , g5 ! , con lo que la mayoría blanca de peones quedaría temporalmente paralizada. Esta idea de un peón
que detiene a dos ( o tres) es tan frecuente como importante.
168
8
7
6
5
3
obcde
gh
Múller-Svacina, Viena 1941
He aquí una de las rupturas más
espectaculares que han tenido lugar
en la práctica. Las blancas podían hacer tablas limitándose a efectuar jugadas de rey, pero su inmoderado
afán de victoria acabó por llevarlas al
precipicio: 1. ... , Rc4! ( tendiendo descaradamente una celada); 2. Rc2,
Rb5; 3. Rb3, Rc6; 4. Rb4, Rd6; 5.
Rb5, Rd7; 6. Rc5, Re6; 7. Rc6? (7.
Rb4 daba tablas) 7 .... , g4; 8. Rc5,
f4!! (la sorpresa); 9. e X f4 (9. g X f4,
h4); 9 .... , h4!; 10. g X h4, g3!; 11.
fX g3, e3-+.
Triangulación. Las blancas deben maniobrar para ganar la oposición, evitando al mismo tiempo las
tablas por ahogado. Esto puede hacerse gracias al «triángulo mágico»
169
obcde
gh
que permite perder un tiempo. Lo obvio no sirve:
l. c6+?, b X c6+?; 2. Rc5+-.
(2 .... , Rd8; 3. Rd6!).
l. c6+?, Rc8 (=), y si ahora 2. c7
el rey negro queda ahogado. No obstante, las blancas ganan moviendo el
rey triangularmente para perder un
tiempo: l. Re5!, Rc6 (l. ..., Re7; 2.
c6!); 2. Rd4, Rd7; 3. Rd5! Ahora tenemos de nuevo la posición del diagrama, pero con la diferencia de que
les toca jugar a las negras. El blanco
mantiene la oposición y gana con fa­
cilidad ( l. ... , Rd8; 2. Rd6, Rc8; 3.
Re7, Rb8; 4. Rd7, Ra8; 5. c6+-).
Posiciones problemáticas
170. Rey y dama contra rey y
dama gana ocasionalmente. En la
posición del diagrama, la proximi170
8
6
5
4
3
2
o
b
e
d
e
g
h
117
dad del rey blanco es un factor decisivo: 1. n, h2; 2. f8=D, hl=D; 3.
Df3+,Rgl;4. De3+, Rfl; 5. Del+,
Rg2; 6. Dd2+, Rfl; 7. Ddl+, Rg2;
8. De2+, Rgl; 9. Rg3! y las negras
deben entregar la dama para evitar
temporalmente el mate.
171
172. Final compuesto de Botvi-
nnik, La posibilidad de crear un
P.P.D. da la victoria a las blancas,
pese a la buena situación del rey negro: l. Rf2, Rf5; 2. Rf3, Re5; 3. g4,
h X g4+; 4. R X g4, Re4; 5. h5, 5+;
6. Rh3! (la fineza; 6. Rg3 permitiría a
las negras avanzar con jaque); 6 .... ,
f4; 7. h6, f3; 8. h7, f2; 9. Rg2!+-.
173
o
b
e
d
e
f
g
h
Dedrle 1921
o
1 71. «Recu/er pour mieux sauter» (Retroceder para saltar mejor).
Esta posición sería endiabladamente
dificil de resolver sin un conocimiento de las ideas básicas. Las blancas
deben anticiparse a la amenaza 1. ... ,
a3!, que hace tablas contra todo menos l. Rbl!!, a3!; 2. b3! (2. b4?=); 2.
... , Re5; 3. Ra2, Rd5; 4. R X a3,Rc5;
5. Ra4!+-. La clave. El blanco mantiene el rey delante del peón y gana.
172
o
118
e d e t g
Botvinnik 1945
h
b
e
d
e
O
Schuster 1975
173. El rey es una pieza poderosa. La posición del diagrama es instructiva. Las blancas ganan, debido a
la mejor situación de su rey y a la debilidad de los peones negros del flanco de rey, dirigiéndose directamente
hacia h6: l. Re2, Rc8; 2. Re3, Rd7;
3. Rf4, Re6 (3 .... , h6; 4. Re5! yacaba por penetrar); 4. Rg5, Rf1;5. Rh6,
Rg8; 6. h4! seguido de 7. h5 rompiendo la cadena de peones negros. Las
negras se ven forzadas a capturar,
con lo que el peón f se convierte en
«carne de cañón». Un solo tiempo es
aquí decisivo. Si el negro pudiera responder a Rf4 con ... , Rf6, el juego sería tablas.
17 4. La fuerza de los peones. Los
peones pasados y ligados ya muy
adelantados proporcionan aquí a las
blancas posibilidades tácticas, pero
Bouazizjugó 1. g7? (=). Podía haber
ganado mediante l. h6!, Rf6; 2. h7,
Rg7; 3. Rg4!, Rh8; 4. Rf5, Rg7 ( 4 .... ,
e3; 5. Rf6, e2; 6. Rfl+-); 5. Re6!,
174
LECCIÓN 18. FINALES
DE PIEZAS MENORES
Alfil contra caballo
176
obcde
gh
Bouaziz-Pomar, Siegen 1970
e3; 6. h8=D+, R X h8; 7. Rf7 y mate en tres jugadas. U na idea que no se
ve por primera vez en este caso.
8
175
7
6
5
4
a
d
e
f
g
h
Omholt-Jensen-Smuñ, Os/o 1980
l 7 5. Por los dosflancos. Las negras propusieron aquí tablas... algo
tarde y con demasiado optimismo. El
blanco tiene todas las bazas a su favor en esta posición, donde existen
dos planes ganadores. El primero es
crearunP.P.D. merced a l. b4, y tarde
o temprano las negras habrán de efectuar la captura. El segundo consiste
en una ruptura en el flanco de rey por
medio de 1. g4 seguido eventualmente de f5, f6, e X f6 y g5!
abcdefgh
La eterna lucha
Hoy en día se considera ya generalmente que el alfil es la pieza más
fuerte de las dos. Con todo, Chigorin
afirmaba que el caballo era más valioso, y hay quienes todavía se adhieren a esta opinión. El alfil es una pieza móvil, capaz de barrer todo el tablero en una sola jugada y actuar
simultáneamente en ambos flancos.
Puedeperder un tiempo, cosa que no
le es factible al caballo ( v.g., lo que el
caballo hace en un número par de movimientos no puede hacerlo en un número impar). El caballo es el «borracho» del ajedrez, que a cada salto
cambia de objetivo y de color. Disfruta cuando puede mantenerse firme en
un puesto avanzado o estacionarse
en un punto de bloqueo. La desventaja inherente al alfil es que domina
casillas de un solo color, por lo que
carece de fuerza efectiva en la mitad
del tablero. El caballo lo supera de
ordinario en situaciones de peones
bloqueados o allí donde sólo existen
en un flanco (es decir, donde lamovilidad tiene menos importancia que
la capacidad de maniobra).
En posiciones equilibradas, e/final de a/fil contra caballo es gene-
119
ralmente tablas, y ambas piezas son
por igual eficaces para explotar la
ventaja de un peón de más. No obstante, donde haya una superioridad
posicional o peones pasados en ambos flancos, el alfil será ordinariamente más útil para explotar estos
factores.
Ejemplos prácticos
177
b4, R X h4; 21. Rd3, Rg4; 22. Re4,
h4; 23. Cc6, AfS+; 24. Rd5, f3!
( ahora el peón h no puede ser detenido); 25. b5, h3; 26. C X a7, h2; 27.
b6, hl=D; 28. Cc6, Dbl; 29. Rc5,
Ae4; 30. Abandonan.
Nótese que, después de 6. . .. ,
Aa6+, las blancas no podían impedir que el rey negro penetrara por uno
u otro flanco.
El alfil es la única pieza limitada a
casillas de un solo color, lo que explica por qué su fuerza está tan estre-
chamente relacionada con la estructura de peones. Un alfil «malo», res-
tringido por sus propios peones, pierde muchísimo de su valor. En el diagrama siguiente, el papel de héroe lo
asume el caballo, actuando en su carácter natural de bloqueador y superando así al alfil «malo». Las negras
jugadas viables: 5 .... , Rf6; 6. g4, Re6;
prácticamente de nada en la continuación que veremos:
a
b
e
d
e
f
g
h
Stoltz-Kashdan, La Haya 1921
Las negras juegan y ganan.
He aquí un bello e instructivo fi­
nal que ofrece una elegante demostración de la fuerza potencial del alfil
en una posición abierta, con peones
en los dos flancos. El primer paso
consiste en centralizar los reyes.
l. ..., Rf8; 2. Rfl, Re7; 3. Re2,
Rd6;4. Rd3,Rd5 (las negras ganan la
primera batalla; su rey está mejor
colocado; ahora intentarán expulsar
al monarca enemigo de d3 y penetrar en su campo); 5. h4, Ac8!; 6.
Cf3, Aa6+; 7. Rc3 (o 7. Re3, RcS; 8.
Cg5, Rb4; 9. C X n, RX b3 y el
peón distante a decidirá la partida); 7.
... , h6; 8. Cd4, g6; 9. Cc2, Re4; 10.
Ce3, fS; 11. Rd2, f4; 12. Cg4, hS; 13.
crs­, RfS; 14. Cd7 ( 14. CdS, Ab7;
15. Ce7+, Rf6; 16. Cg8+, Rf7; 17.
Ch6+, Rg7-+); 14 .... , Ac8!; 15.
Cf8, gS; 16. g3, g X h4; 17. g X h4,
Rg4; 18.Cg6,Af5; 19.Ce7,Ae6;20.
120
178
8
7
5
4
3
2
a
b
e
d
e
g
h
Averbakh-Liltemhal, Moscú 1949
Las blancas juegan y ganan.
1. gS! (para fijar los peones negros
en casillas blancas); l. ..., fX g5 (l.
. .. , f5 impediría la penetración del rey
blanco, pero dejaría al alfil desesperadamente «malo» y regalaría a las
blancas un excelente puesto avanzado en e5, v.g., 2. Cf3, Ae8; 3. Ce5,
Rd8; 4. Rf3, Re7; 5. Re3, Re6; 6.
Rd4, Re7; 7. Cd3, Re6; 8. Cb4, a5; 9.
Cd3, Ad7; 10. a4, Ae8; 11. b4 y el
peón a, pasado y distante, gana); 2.
fX g5, Ac8; 3. Rf4, a5; 4. Re5, Aa6;
5. Rf6, Ad3; 6. Re7! (6. Ce6+ seguido de 7. Cf8 no sirve, porque entonces queda libre el peón negro d); 6 .... ,
Abl; 7. a3, Ae4; 8. Ce6+, Rb7; 9.
Rd6, Ac2; 10. Cd4, Abl; 11.
CXc6+-.
Adviértase cómo el blanco ha dominado por completo las casillas negras en la posición estudiada. Nótese también la armonía existente entre
el rey, el caballo y los peones.
Pese a todas las discusiones teóricas entre los méritos respectivos del
alfil y el caballo, no puede negarse
que el factor decisivo en las dos posiciones anteriores ha sido la posibilidad, para el bando ganador, de/orzar
la penetración de su rey en el campo
contrario. iEI rey es con mucho la
pieza más poderosa en /osfinales de
piezas menores! El método para ganar suele consistir en crearse un peón
pasado, lo que en general se logra
capturando uno o dos peones del adversario.
Alfil contra alfil del mismo color
En igualdad de otras condiciones, una ventaja material es aquí a
menudo suficiente para ganar. Bastará generalmente un peón de más ( suponiendo que queden otros peones en
el tablero), e incluso una pequeña
ventaja posicional puede brindar buenas posibilidades de triunfo. Debido
a la amenaza de cambio, el bando débil se ve con frecuencia reducido a
una gradual y penosa retirada.
«Tendrá ventaja el jugador que
pueda asaltar puntos importantes
sin que el adversario se atreva a
proponerle un cambio.» (Lasker)
Las blancas juegan y ganan utilizando el mínimo de medios. 1. Ac3,
179
4
2
o
b
e
d
e
h
Lasker 1932
Ad6; 2. Re3, Rf7; 3. Re4, Re6; 4. b4,
Ac7; 5. b5 y las negras se quedan sin
jugadas viables: 5 .... , Rf6; 6. g4, Re6;
7. g5, g6; 8. Ab2,Ad6; 9. b6,Ab8 (o
9 .... , Ac5; 10. b7, Ad6; 11. Aa3,
Ab8; 12. Ac5, Rd7; 13. Rd5, e4; 14.
Ae3! con inminente cambio de alfi­
les); 10. Aa3, Rd7; 11. Af8!, Re6;
12. Ag7, Ad6; 13. Af6!, Ab8; 14.
Ad8 y las blancas fuerzan el cambio
de alfiles.
Las blancas poseen el P.P.D. y
disponen del punto débil e5 para poderlo atacar; resulta sorprendente que
esto baste para lograr la victoria. El
final de peones está ganado y, por
tanto, también la partida.
8
180
7
6
5
4
3
2
a
b
e
d
e
f
g
h
Fine 1941
Obsérvese con qué facilidad gana
aquí el blanco. El juego se desarrolla
121
en tres etapas lógicas: ( l) centralización; (2) creación de un peón pasado; ( 3) sacrificio de un peón como cebo para ganar en el flanco de rey.
Exactamente la estrategia que se aplicaría en el correspondiente final de
peones.
l. ... , g6; 2. Rfl, Rf8; 3. Re2,Re7;
4. Rd3, Rd6; 5. Rc4, Rc6; 6. b4,Ab6;
7. f3, Ac7; 8. a4, Ab6; 9. Ad4!, Ac7;
10. b5+, aXb5+; ll. aXb5+,
Rb7; 12. Rd5, Ab8; 13. Af2!, Ac7;
14. g3, h5; 15. h4, Ab8; 16. b6 y alas
negras no les quedan jugadas útiles
( 1-0).
Los finales de piezas menores se
dan con bastante frecuencia en la
práctica, y el final de alfil contra alfil
del mismo color es uno de los más
fáciles de jugar. Así pues, hay que
guardarse de llegar a tales situaciones con neta desventaja posicional o
material, ya que las posibilidades de
defensa son escasas. Los elementos
básicos son los mismos que en los finales de peones solos; el P.P.P., el
P.P.D., la posición de los reyes y las
debilidades de peones revisten gran
importancia si a ello se añade el tema
del alfil «bueno» contra el «malo».
nes para alcanzar la victoria consisten en crear un par de peones pasados y ligados móviles o dos peones
pasados muy separados, que obligarán al defensor a sacrificar su alfil.
8
181
7
6
5
4
b
a
e
e
d
g
h
Tablas
El alfil negro no ejerce dominio
alguno sobre las casillas vitales c3 y
d2 (N.B. Si el rey negro estuviera en
d4 y el peón e en c3, el segundo jugador ganaría fácilmente con tal de evitar ... , c2??, que permitiría otro bloqueo).
182
Alfil contra alfil del color opuesto
Este final tiende notoriamente a
tablas, aun con ventaja material de
un bando. Como no puede haber con-
frontación directa de los alfiles, laposibilidad de cambiarlos para llegar a
un claro final de peones es mínima y
al bando defensor le resulta a menudo fácil establecer un bloqueo inamovible. En situación por lo demás
normal, un peón de ventaja no basta
para ganar, a menos que le ayude una
superioridad posicional. En casos ya
más raros, ni siquiera dos o tres peones de más garantizan el triunfo. Los
factores más importantes aquí son los
peones pasados y la posibilidad de
crearlos. Los dos métodos más comu-
122
a
b
e
d
e
f
g
h
Calder-Smith-Katz, Londres 1949
Aquí las negras, a quienes toca jugar, ganan inmediatamente amenazando con crear otro peón pasado: 1.
... , a5!!, 0-l.
Si 2. R X e4, a4; 3. Ae3, a3; 4.
Acl, f2. O bien 2. b X a5, b4; 3.
R X e4, b3; 4. a6, b2 coronando el
peón con jaque.
Caballo contra caballo
De nuevo, en este caso, un peón
de más bastará normalmente para
ganar. No obstante, el caballo es un
animal un poco loco y su inclinación
por tácticas imprevisibles hace que
estos finales sean con frecuencia difíciles de conducir.
que frena por sí solo el avance del
peón pasado. Su particular habilidad
para producir «horquillas» salva la
situación en el Diagrama 184a: l.
Rc7, Ca7; 2. Rb7, CbS; 3. Rb6,
Cd6!; 4. a7, Cc8+ (=).
Asimismo las negras están seguras en el Diagrama l 84b, pues el caballo ocupa la casilla de coronación.
185
183
o
b
e
d
e
f
g
h
Stein-Dorfmann, URSS 1973
d
o
e
g
h
Impotente
El presente diagrama ilustra la tí­
pica dificultad del caballo para detener la marcha de un peón pasado, especialmente el peón de torre: 1. h6,
Rf7; 2. h7!+-.
184a
184b
En esta posición el caballo nos
deprime por su incapacidad para perder un tiempo: 1. Ac6, Cd3; 2. Aal ,
Cb2; 3. Rel, Rbl; 4. Rd2, R X al; 5.
Rcl, Cc4; 6. Rc2 y el caballo es im­
portante para liberar a su rey (=).
(Las blancas sólo deben estar atentas a ir siempre a una casilla del mismo color que la del caballo. 5. Rc2?
perdería.)
186
obcdefgh
Especialista en horquillas. Aquí
el caballo impresiona por el modo en
obcdefgh
Bonner­Medina, Haifa 1980
123
La táctica es aquí soberana. Las
negras, a quienes correspondía hacer la jugada secreta, seleccionaron
la brillante y decisiva 1 .... , Cc3!!,
permitiendo al peón «a» darse un
«paseo triunfal» (2. b X c3, a4; 3.
e X d4, e X d4!; 4. Cb2, a3-+).
Los finales de caballo suelen equipararse a los de peones y, efectivamente, se les parecen mucho, por
cuanto las armas posicionales como
el P.P.P. y en especial el P.P.D. son
en ellos muy potentes. El caballo actúa con bastante eficacia como bloqueador del P.P.P., pero en cambio a
un animal de pasos tan cortos se le
plantean serios problemas para mantener a raya el peón distante. He aquí
un clásico ejemplo sobre este tema:
187
obcdefgh
Alekhine-Andersen, Fo/kestone 1933
El plan ganador de Alekhine es
transformar su ventaja de espacio y
su buen caballo en la ventaja de un
P.P.D., cambiando su peón d por uno
de los peones negros del flanco de
dama.
l. Cb3!, Rf8 (l. ..., Ce7; 2. Ca5,
C X d5; 3. C X b7, Cb4; 4. C X d6,
Cd3+ (4. . .. , C X a2+; 5. Rc2,
Cb4+; 6. Rc3 y el rey blanco penetra rápidamente}; 5. Rc2, C X f2; 6.
b4!, Rf8; 7. b5+-); 2. Ca5, b6; 3.
Cc6, Re8; 4. Rd2, Ce7; 5. C X a7,
C X d5; 6. Cb5, Rd7; 7. Cd4, g6; 8.
a4, Cc7; 9. Rc3, g5; 10. Rb4, d5; 11.
Cf3, f6; 12. Crf4 Rd6? (pierde inme-
124
diatamente, pero tampoco era válido
12 .... , Re7; 13. a5, b X a5+; 14.
R X a5, Rd7; 15. b4, Rc8; 16.
Rb6+-); 13. Cb5+, C X b5; 14.
RX b5, Re5; 15. b4, d4; 16 Rc4.
(l-0).
188
o
b
e
d
e
Rellstab-Machate,
f
g
h
Essen 1948
El alfil «erróneo». l. Rgl!,
AX e3+; 2. Rhl (=). Para ganar con
alfil y peón de torre contra rey solo, el
alfil ha de discurrir por casillas del
mismo color que aquella donde ha de
coronarse el peón ( con raras excepciones ). Esto explica la combinación que acabamos de ver. Las blancas pueden ahora instalarse alegremente en el rincón, sabiendo que el
negro no tiene más que tablas por
ahogado.
LECCIÓN 19. FINALES
DE TORRE Y PEONES
Estos finales son, con mucho, los
más frecuentes en la práctica, y cualquier estudiante serio se beneficiará
conociendo las dificultades más típicas que en ellos se presentan. La torre
adquiere considerable fuerza en el
final de partida y es capaz de suscitar
ideas tácticas y posicionales de gran
riqueza. Por eso, sin duda, era la pieza favorita de Bobby Fischer, según
lo declaró él mismo. Su característica de poder dominar toda una fila o
columna la sitúa muy por encima de
las piezas menores, tanto en lo relativo a lafuerza de acción como a la
confusión de efectos. Se dice que Capablanca (famoso por la precisión de
su técnica en el final de partida) examinó más de un millar de finales de
torre y peones antes de llegar a desarrollar su «fino olfato» para los mismos. Todo esto parece propio para
fomentar el desánimo, pero, aunque
aquí nos limitemos a estudíar solamente 18 posiciones típicas, el lector
atento no quedará defraudado y verá
como el fruto que saque compensará
con amplitud el poco tiempo y la paciencia invertidos.
guir la victoria medíante l. Tgl +!
(ganando un tiempo); l. ... , RfS (la
única casilla; nótese que l. ... , Rh5?;
2. Rb2, sería un triunfo fácil para las
blancas); 2. Thl, Rg6; 3. Rb2, hS; 4.
Rc3, Rg5; 5. Rd2, Rg4; 6. Re2, h4; 7.
Rf2, h3; 8. Th2, Rh4; 9. Rf3+-. Si
las negras juegan, hacen tablas continuando l. ... ,hS. Un principio clásico
es que las torres han de colocarse detrás de los peones pasados, propios o
contrarios. Si, en la posición del diagrama, las blancas pudieran jugar 1.
Th8, ganarían con bastante facilidad.
190
Situaciones básicas
Un punto fundamental es que el
rey y la torre constituyen una.fuerza
suficiente para dar mate. Esto confiere importancia a la lucha entre torre y peones. Rey y torre contra rey y
peón ganará fácilmente a menos que
el peón esté muy adelantado. Rey y
torre contra rey y dos peones gana en
general, si bien hay que recordar que
dos peones pasados y ligados en la
sexta fila equivalen normalmente
por lo menos a una torre.
El rey blanco está muy mal situado, pero su bando puede aún cense189
a
b
e
d
e
f
Fine 1941
g
a
b
e
d
e
g
h
Sozin 1935
Aqui el rey negro tiene cortado el
acceso a sus peligrosos peones pasados, y las blancas ganan si juegan con
exactitud: 1. T g6! ( deteniendo el avance de ambos peones); 1 .... , Rd7; 2.
Tg4!, g2; 3. T X g2, Re6; 4. TgS! volviendo a cortarle el paso al rey enemigo y ganando así claramente ( 4 .... ,
f3; 5. Tg3, f2; 6. Tf3+-).
Si, en la misma posición, colocáramos el peón f en f3, ganarían las
negras, ya que entonces la torre seria
incapaz de parar los peones. Asimismo si la torre blanca estuviera, por
ejemplo, en al (delante de los peones, Diagrama 191 ), las blancas perderían.
125
191
mejor posiciones más complicadas.
El final básico es de ordinario tablas
si el rey defensor logra bloquear el
peón u ocupar su casilla de coronación. En todos los casos, las blancas
( el bando atacante) tratan de cortarel
paso al rey enemigo. Una fórmula útil
o
b
e
d
e
g
h
Alekhine-Bogolyubov,
Campeonato del Mundo 1929
Un ejemplo de cómo pueden surgir estas posiciones. Bogolyubov no
logró encontrar la continuación salvadora y jugó:
l. ... , Rg4?; 2. b7, f5; 3. b8=D,
T X b8; 4. T X b8, f4; 5. Rd5, f3; 6.
Re4, f2; 7. Tf8+-.
Las negras, sin embargo, podían
haber hecho tablas utilizando el rey
para ir adelantando su peón y también impedir que se le acercara el rey
blanco, v.g., l. ... , Re4!; 2. b7, f5; 3.
b8=D, T X b8; 4. T X b8, f4; 5.
Te8+, Rd4!; 6. Tf8, Re3; 7. Rd5, f3
(=).
Debido precisamente a la relativa dificultad de transformar una pequeña ventaja en victoria, se oye a
menudo la lamentación de que «to-
dos losfinales de torrey peones son
tablas». Esto no es cierto, pero vale
la pena tenerlo presente en las situaciones dificíles. Es verdad que los recursos para hacer tablas son numerosos en el final que ahora sigue.
Rey, torre y peón
contra rey y torre
Examinaremos este caso algo más
detalladamente, no sólo por su gran
importancia práctica, sino porque puede también ayudar a comprender
126
en este sentido, descubierta por Philidor, es que el bando defensor debe
colocar la torre en la tercerafila para
impedir el avance del rey blanco.
Cuando el peón llega a la sextafila, la
torre negra va a la octava, a fin de
amenazar al rey enemigo con jaques
reiterados a distancia prudencial. El
peón de torre es, como de costumbre, propenso a tablas. Luchando
contra un peón de caballo, las negras
no deben permitir el alejamiento de
su rey. Si combaten contra los peones
e, d, e, f, el rey puede dirigirse al lado
corto del tablero y allí todavía hacer
tablas. Como en todas las reglas,
también en éstas hay excepciones,
pero no por ello dejan de ser guias útiles y prácticas.
He aquí algunos ejemplos:
192
8
7
6
5
3
o
b
d
e
g
h
Rey, torre y peón de caballo
contra rey y torre. La posición del
diagrama es tablas.
1 .... , Tg6! ( 1 .... , Tg8 también haría tablas, pero no contra un peón de
alfil o central); 2. Tf7, Th6; 3. b6,
Thl !; 4. Ra6, Taf +. Ahora vemos lo
que ocurre cuando el peón ha alcan-
zado la sexta.fila. Las blancas sólo
pueden rehuir los jaques a costa del
peón.
Si las blancas juegan, pueden crear
amenazas mediante l. Ra6, Tg8!!
( contra un peón de caballo, las negras pierden si, mientras mantienen
la torre en la octava fila, permiten que
su rey sea apartado del puesto que
ocupa. Errores instructivos son: 1 .... ,
Tbl ?; 2. Rb6, Rc8 -con el peón de
caballo, no hay lado más corto adonde ir- 3. Th8+, Rd7; 4. Tb8!, Tb2;
5. Ra7, Rc7; 6. b6+, Rc6; 7. Tc8+,
Rd7; 8. b7, Ta2+; 9. Rb8 llegando a
la posición Lucena, que estudiaremos más adelante. Asimismo, en
caso de l. ... , Rc8?; 2. Th8+, Rd7; 3.
b6, etc.); 2. b6, Tf8 y las blancas no
pueden hacer nada contra la defensa
totalmente pasiva del negro.
193
Th6+; 8. Rb5, Rb7; 9. Tg8, Rc7; 10.
Tg7+, Rc8 llegando a la posición de
Philidor (=). Las blancas podían
también intentar 2. Rc6, a lo que seguirla 2 .... , Rb8!; 3. Th8+, Ra7; 4.
Td8, Tcl ! ( cuando los jaques no son
posibles, las negras atacan el peón
desde atrás); 5. Rd6, Rb7 (el rey retrocede); 6. Td7+, Rc8; 7. Tc7+,
Rb8; 8. Th7, Tc2; 9. c6, Td2+ (=).
Si les toca jugar a las blancas,
ganan, ya que el negro se ve obligado a permanecer pasivo. Veamos lo
que sucede: 1. Rb6, Rb8 ( 1 .... , Tgl;
2. Th8+, Rd7; 3. c6+, Rd6; 4.
Td8+, Re7; 5. c7+-); 2. c6, Tf8; 3.
Th7, Te8; 4. Tb7+, Rc8; 5. Ta7,
Rb8; 6. c7+, Rc8; 7. Ta8+ ganando.
194
8
7
6
5
4
3
2
o
obcde
gh
Rey, torre y peón de alfil contra
reyy torre. Cuando el método de Phi-
lidor no puede aplicarse, las negras
todavía hacen tablas contra un peón
de alfil ( o central) colocando la torre
en la octava fila. La defensa pasiva
110 sirve aquí, pues la torre blanca
puede actuar a ambos lados del peón.
l. ... , Tgl!; 2 Rb6, Tcl!; 3. Rc6,
Rb8 ( las negras se dirigen al lado más
corto, de modo que la torre disponga
de más espacio en el lado largo para
dar jaques); 4. Th8+, Ra7; 5. Tc8 (a
5. Td8 sigue 5 .... , Tc2 esperando
acontecimientos, y si 5. Rd6, Rb7);
5 .... , Thl; 6. Rd7, Th7+; 7. Rc6,
b
e
d
e
g
h
Con un peón central: l. Rd6,
Rc8!; 2. Th8+, Rb7; 3. Re7, Tg7+;
4.Rd8(4.Re8,Rc7;5.
Th6, Tg8+;
6. Re7, Tg7+; 7. Re6, Td7; 8. Th5,
Td6+ y tablas); 4 .... , Tg6!; 5. Th5
(5. Th7+, Rb6; 6. Td7, Rc5; 7. Rc7,
Th6; 8. Td8, Th7+; 9. Rb8, Th6); 5.
... , Td6+; 6. Re7, Rc7; 7. Tes,
Td7+; 8. Re6, Td6+; 9. Rf7, Td7+;
10. Te7, Rd6 (=).
Desde el punto de vista del defensor, debe evitarse lo siguiente: ( 1) la
pasividad de la torre ( excepto en el
caso del peón de caballo); (2) el alejamiento innecesario del rey; (3) dirigirse al lado erróneo cuando hay que
alejarse. El defensor ha de saber también cuándo es correcto atacar el
127
peón desde atrás y cuándo debe utilizar la torre para dar jaque desde los
flancos.
196
8
6
195
5
4
3
o
b
e
d
e
g
h
La posición Lucena
obcde
gh
Con el peón de torre lo dificil es
liberar al rey, y las blan~as hacen tablas si su propio rey está suficientemente cerca. La posición del diagrama es crítica. Si las blancas juegan,
ganan: l. Tb8!, Tcl; 2. Rb7, Rd6 (2.
... , Tb í+; 3. Ra8, Tal; 4. a7, Rd6; 5.
Rb7+-); 3. a7, Tbl +: 4. Rc8, Tcl +;
5. Rd8, Thl (icon una amenaza!); 6.
Tb6+, Rc5; 7. Tc6+!, Rb4; 8. Tc8,
Th8+; 9. Rc7, Th7+; 10. Rb8+-.
Jugando las negras, hacen tablas:
l. ... , Rd7; 2. Tb8, Tal; 3. Rb7,
Tbl +; 4. Ra8, Tal; 5. Rb7 (=).
Si al lector le parece dificil todo
esto, ¡piense que no está solo! Estas
posiciones merecen estudiarse precisamente porque tales finales ocurren
con muchísima frecuencia en la práctica y no existe fórmula que pueda
aplicarse a todos los casos.
Hemos visto cómo las negras ha­
cen tablas en ciertas posiciones típicas, pero si las blancas consiguen
adelantar su peón hasta la séptima
fila, entonces hay que cruzar todavía
un puente, lo cual nos lleva a la siguiente situación:
128
... O cómo construir un puente. El
problema estriba en crear un refugio
para que el rey pueda escapar de los
Jaques. 1. Tgl +, Rh7; 2. Tg4! (2.
Tg5 también gana); 2. . .. , Tf2; 3.
Rd7, Td2+; 4. Re6, Te2+; 5. Rd6,
Td2f; 6. Re5, Te2+; 7. Te4+-.
Esta es una idea.fundamentalque
se presenta a menudo. Hay también
una línea ganadora más prosaica: 1 .
Tgl+, Rh7; 2. Tal, Rg7; 3. Ta8
Tdl; 4. Td8, Tel; 5. Rd7, Tdl+; 6'.
Rc6 y a las negras se les acaban los jaques.
Ideas y temas posicionales
197
3
2
e
g
h
Cortar el paso al rey
No es dificil ver ahora la jugada
ganadora para las blancas: l. Tel!
cortando el paso al rey enemigo. Las
blancas pueden ya apuntarse mentalmente un tanto (l. ... , Th8; 2. Rc6!,
Tc8+; 3. Rd7+-).
Si juegan las negras, hacen tablas
mediante l. ... , Re7.
Un refugio de reserva
En el Diagrama 198 las blancas no
deben jugar precipitadamente l. a7??,
pues esta casilla se necesita para proteger al rey de los jaques enemigos.
198
Tbl +; 3. Ra7, Re7; 4. Tb8, Tal; 5.
Rb7, Tbl+; 6. Ra8, Tal; 7. a7, Rd7;
8. Rb7, Tbl+; 9. Ra6, Tal+; 10.
Rb6, Thl+; 11. Res+-.
El «pincho»
l. a7? (=), Re7?; 2. Th8!+- (2.
... , T X a7; 3. Th7+). Lo que hay que
notar después de l. a 7 es que el rey
negro debe permanecer o en g7 o en
h7 (evitando Th8 o un jaque de torre
seguido de a8=D).
El séptimo cielo
Obviamente las blancas tienen
en el Diagrama 200 ventaja, ya que la
torre ha encontrado su puesto natural
200
abcde
gh
[Cuántas partidas «ganadas» han acabado en tablas por un prematuro avance del peón a la séptima fila en situaciones similares! l. Rc5, Rn; 2. Rb6,
199
a
b
e
d
e
g
h
a
e
d
e
g
h
Kmoch 1959
en la 7. afila. Lo que resulta menos eví-
dente es que, con el tiempo, las negras
podrían igualar el juego mediante l. ... ,
g6, 2 .... , Rf8 y 3 .... , Re8, expulsando
al incómodo visitante.
1. g6! (para abrir camino al propio
rey y a la vez despejar la 7.ª fila) l. ... ,
f X g6; 2. Rg4, b5? ( facilita las cosas,
aunque las negras no pueden evitar
indefinidamente la creación de debilidades); 3. Rg5, Rh7; 4. Te7, Td8; 5.
T X e6, Td2; 6. Tc6+-. La explotación táctica de una ventaja posicional
es un tema común.
129
203
201
8
7
6
5
o
b
e
d
e
g
o
h
Afán de expansión
Maróczy jugó 1. Rc6, Tcl +; 2.
Rb6, Tc4! (amenazando 3 .... , Th4); 3.
T X h2, T X b4+; 4. Rc5, Ta4 (=),
perdiéndose una clara ventaja con 1.
T X h2!, R X h2; 2. Ra6, Rg3; 3. b5,
Rf4; 4. b6, Re5; 5. b7, Rbl; 6. Ra7,
Rd6; 7. b8(D); 8. T X b8; 8 R X b8,
Rc6; 9. a6+-.
LECCIÓN 20. FINALES
DE TORRE Y PEONES
(CONTINUACIÓN)
202
8
7
6
5
3
2
130
b
e
d
e
g
e
d
e
g
h
Las torres han de colocarse detrás de
los peones pasados
M aróczy-Ta"asch
o
b
h
La estrategia correcta para las
blancas en el Diagrama 202 es 1.
Td2!! seguido de Ta2 (+-), dejando
a la torre negra reducida a una total
pasividad. Este tipo de posición se da
muy a menudo en la práctica, donde
la respectiva situación de las torres es
casi siempre de importancia decisiva
(l. a6?, Tc2+; 2. Rf3, Ta2=).
La posición del Diagrama 203
ilustra un caso bastante común, cuya
estrategia debe conocerse. El único
intento de ganar, por parte de las
blancas, consiste en aventurarse con
el rey, dirigiéndolo hacia a 7 y abandonando a su suerte uno o dos peones del otro flanco. Esto puede redundar eventualmente en la ganancia de
la torre negra, pero el rey blanco quedará mal situado para oponerse al
contrajuego subsiguiente. He aquí
una continuación posible: 1. Rf3, h5;
2. Re4 (las blancas deberían jugar 2.
h4 para entorpecer o diferir el avance de los peones negros); 2 .... , T X t2;
3. Tc8, Ta2; 4. Tc6 ( 4. Ta8, T X h2;
5. Rd5, Ta2 y el negro puede incluso
ganar); 4 .... , T X h2; 5. Rd5, Ta2; 6.
Rc5, g5; 7. Rb6, h4; 8. g X h4,
g X h4; 9. a7, h3; 10. Rb7, h2; 11.
Tcl, Tb2+; 12. Rc6, Ta2; 13. Rb7
(=). Si las respectivas posiciones de
las torres estuvieran invertidas, ganarían las blancas, por supuesto. El
blanco tiene posibilidades en posiciones como ésta cuando los peones negros están demasiado adelantados
(v.g, f5, g4, h5), dejando a su rey expuesto, o son débiles y fáciles de capturar. El sentido común nos hace ver,
por otra parte, que las posibilidades
de las blancas son mucho mayores si
el peón pasado es de caballo, pues el
rey se ahorra dos jugadas en su viaje
de regreso desde el flanco de dama.
juego de las negras reside en el peón
pasado f, donde se concentran todas
sus energías); 3. T X h4, Rt7; 4. Th6,
f4!; 5. T X c6, f3; 6. Tc4, f2; 1.Tf4+,
Re6; 8. Ra2, Re5; 9. Tf8, Re4; 10. a4,
Re3 (amenazando ... , .Tg3, ... , Tf3);
11. Te8+, Rd3; 12. Td8+, Re3; 13.
Te8+ y tablas por repetición de jugadas.
205
Continuaciones de partidas
Una palabra clave en todos los
finales de torre y peones es «actividad». La torre es esencialmente una
pieza de ataque, y asumir la humilde
tarea de una defensa pasiva está por
debajo de su rango. El verse forzada a
ello no significa necesariamente perder la partida, pero es a menudo un
gran paso en la mala dirección.
Los peones pasados han de adelantarse. «Nadie ha perdido nunca
una partida mientras haya podido
amenazar algo» (Euwe). Tenemos
en el Diagrama 204 un buen ejemplo
de contrajuego activo y de 1afuerza
potencial del peón pasado. Las negras
acaban con dos peones de menos, pero
aún logran hacer tablas: 1. Tc4,
T X g2; 2. T X a4, f5 ( el único contra-
a
b e d e
t g h
Schlechter-Rubinstein,
San Sebastián 1912
Las negras juegan y ganan
Rubinstein era considerado como
maestro incomparable de los finales
de torre. He aquí una de sus famosas
partidas que ilustra ejemplarmente el
juego de una torre activa contra otra
pasiva.
206
204
abcde
a
b
e
d
e
f
g
Van de Hoek-Euwe
h
gh
Capablanca-Tartakover,
Nueva York 1924
131
l. ... , Te6; 2. Tel, Tf6; 3. Te2,
Re6; 4. Rc2, Re5; 5. c4, Re4; 6. b4,
g5; 7. Rc3, g4; 8. c5, h4; 9. Tg2, Tg6;
10. Rc4, g3; 11. h X g3, h X g3; 12.
Rb5, b X c5; 13. b X c5, Rf3; 14.
Tgl , a6+! (0-1). Después de 15.
Rc4, g2; 16. RdS, Rf2 la victoria es
fácil.
207
1
La séptima absoluta
También Capablanca se ganó un
puesto de honor en este departamento. Aquí nos da una verdadera lección magistral sobre el poder de la
séptima fila, un rey y peón( es) pasado( s) activos: l. Rg3!, T X c3+; 2.
Rh4, Tf3 (Fine sugiere 2 .... , Tcl!
como defensa más pertinaz); 3. g6,
T X f4+; 4. Rg5, Te4; 5. Rf6! (pasando de largo junto al peón negro);
5 .... , Rg8; 6. Tg7+, Rh8; 7. T X c7,
Te8; 8. R X f5, Te4; 9. Rf6, Tf4+;
10. Re5, Tg4; 11. g7+, Rg8; 12.
T X a7, Tgl; 13. R X d5 y las blancas no tardaron en ganar.
Finales de dama y peones
El inmenso poder y capacidad de
la dama para producir ataques dobles, dar jaque perpetuo o crear situaciones de mate hace que estos finales
sean en principio los más dificiles. El
que ( en un combate singular de dama
contra dama) una dama por sí sola
pueda escoltar un peón hasta su
casilla de coronación explica por qué
los peones pasados y la posibilidad
de crearlos son aquí tan importantes. Un peón pasado bien adelantado
puede llegar a compensar una gran
desventaja de material. Un peón de
más es a menudo suficiente para ganar, pero su explotación requiere no
poca paciencia y vigilancia táctica.
132
a
b
e
d
e
g
h
La dama ganará siempre contra el
rey y un peón en 7.•, salvo en los
casos bien conocidos de urey y peón
de torre» o «rey y peón de alfil». En
estos dos casos, el bando defensor
dispone del recurso de tablas por
ahogado. El estudiante debe reproducir estos y otros ejemplos con peones distintos. (N.B. Las blancas ganarán de todos modos si su rey está lo
bastante cerca del monarca enemigo
como para crear una red de mate, cf.
Diagrama 170.)
La teoría del final de rey, dama y
peón contra rey y dama ha cambiado en los últimos años. Muchas posiciones que antes se consideraban de
tablas se revelan hoy ganadoras, y la
labor de defenderlas resulta muchas
veces sumamente ardua. Un estudio
detallado de los finales de dama y
peones supera el propósito de este libro, pero en el Diagrama 208 ilustramos un tema frecuente que reviste
gran importancia práctica.
Las blancas juegan 1. b4 y ganan
con bastante facilidad pues el negro
no tiene modo de impedir que el peón
se corone. Lo único que puede hacer
es adelantar sus peones del flanco de
rey con la idea de conseguir un jaque
perpetuo, pero esto no deja de ser una
vana esperanza.
208
Las limitaciones
de espacio no
nos permiten tratar aquí de los finales altamente técnicos de alfil y caballo contra rey (y la manera correspondiente de forzar el mate), rey y dama
contra rey y torre, etc., que el estu-
diante encontrará en cualquier obra
más extensa sobre esta fase de la partida.
«La imaginación sirve de poco
en el final. Este campo es más propio del artesano que del artista.»
Dejaremos al lector con esta atinada cita, sobre la que merece la pena
reflexionar. Esperamos que esta breve introducción le haya ayudado a
asimilar algunas de las ideas puramente técnicas que deben digerirse
antes de que la imaginación pueda
asumir con libertad su papel. Pues la
imaginación tiene siempre algo que
decir ... aun en los finales.
Bibliografía
Obras recomendadas
A verbach, Teoría de losfinales de parti-
da.
Fine, Finales básicos de ajedrez.
Kasparian, Finales artísticos.
Pachman, Práctica de los finales.
Rey Ardid, Finales de ajedrez.
133
EJERCICIOS I
Lecciones 5-8: Cómo analizar una posición
En cada una de las siete posiciones siguientes existe o un plan correcto para alcanzar la victoria o una secuencia precisa y forzada que resulta
decisiva. Utilícense los temas explicados en las lecciones para hallar la
solución. En todos los diagramas, excepto el n. 0 211, juegan las blancas.
210
209
8
o
7
b
e
d
e
o
h
6
5
4
8
3
7
2
o
d
e
g
h
3
134
211
212
a
214
7
6
5
4
3
a
b
e
d
e
g
a
h
213
8
7
7
6
5
5
4
4
3
3
2
2
b
e
d
e
g
h
Cómo analizar una posición
209. Kopec-Lectores del «Sunday
Standard», 1982
He aquí la posición crucial de una
partida jugada al ritmo de un movimiento por semana. Algo antes, la estructura de peones era: blancas: a2,
b2,c2,c3,f4,g3,h4;negras:a4,b6,
c5, d7, e6, g7, h7. Para anular la presión ejercida sobre el peón d retrasado, las negras jugaron ... , d5, pero
entonces les quedó retrasado el peón
e. El blanco cambió en seguida de objeti,,.·o y presionó sobre este último
peón triplicando su artíllería en la
columna e. En el momento oportuno
efectuó el avance c4!, desorganizando el grupo de 5 peones negros del
flanco de dama y llegando así a la posición ilustrada en el diagrama.
e
d
e
g
h
214a
8
6
a
b
a
b
e
d
e
g
h
Aquí a las blancas les gustaríajugar g4-g5 para abrir el flanco de rey y
penetrar por él. Pero, si ahora mismo
27. g4, seguiría 27 .... , Rg8! con suficiente contrajuego de las negras contra el peón f como para lograr igualdad: v.g. 28. T X e6, T X e6; 29.
D X e6+, D X e6; 30. T X e6,
T X f4; 31. T X b6, T X g4 y el negro no está ni mucho menos peor en el
final resultante de torre y peón; o si
28. Tfl, para mantener el statu quo
con presión, sigue 28 .... , Df7, forzando los acontecimientos. AsJ pues,
las blancas tienen que impedir ... ,
Rg8 si quierenjugarg4 seguido inmediatamente de g5.
La única continuación que logra
este fin es 27. Dh7!, pero entraña
ciertos riesgos, al quedar la dama
blanca muy descentralizada. Las negras podrian responder 27 .... , Dc6
135
amenazando ... , Df3. Si aquí 28. g4,
T X f4; 29. g5, la apetecida ruptura
se llevaría a cabo con efectos decisivos. Las negras, no obstante, siguen
teniendo 28 .... , Df3!, y si 29, g5?,
D X f4+; o si 29. f5, D X g4; 30.
T X e6 (30. rx e6+, Re7); 30 .... ,
T X e6; 3 l. f X e6+, Re7 con mejor
juego del negro.
Después de 27. Dh7, Dc6, las
blancas disponen de la buena continuación 28. T 1 e4!, que prepara el camino para el avance inmediato g4-g5,
aunque la ruta hacia Roma es larga y
escabrosa. A 28 .... , Dc8, amenazando con atrapar la dama blanca mediante 29 .... , Th8, seguiría 29. f5!
irrumpiendo decisivamente en la posición enemiga, pues la dama negra
ya no cubre la casilla g6. Si ahora 29.
... , e X f5; 30. Te7+; o 29 .... , T X f5;
30. T X rs+,e X f5; 3l.Dg6+,Rg8;
32. Te7; 029 .... , Te8; 30. Tg4!, Tg8;
31.fX e6+, T X e6;32.Df5+,Re7;
33. T X e6+, D X e6; 34. Te4; o finalmente, en esta última línea, 32 .... ,
Tf6; 33. T X g7+!!
Con todo, en la línea principal,
después de 27. Dh7, Dc6; 28. T1 e4,
los coautores Chandler y Mullen descubrieron la interesante mejora 28.
... , Da8!, con lo que las negras siguen
amenazando a la dama blanca ( ... ,
Th8), mientras la dama negra no deja
de «vigilar» hl para un eventual contrajuego. Ahora, tras 29. f5, Te8 (si
29 .... , Th8; 30. fX e6+ gana), si 30.
Tg4, las negras disponen de 30 .... ,
Dhl+; 31. Rd2, Dg2+; 32. Te2,
D X e2+!!; 33. R X e2, e X f5+, etc.,
con más que igualdad. Y si las blancas juegan 30. f X e6+, Te X e6;3l.
TXe6, TXe6; 32. TXe6 (32.
Df5+, Tf6; 33. Dd7+, Rf8 es poco
convincente); 32 .... , Dhl + (importante jugada intermedia, posible gracias a 28 .... , Da8+); 33. Rd2,
R X e6, haciendo fácilmente tablas
en el final de damas. Las blancas podian aguardar el momento propicio
mediante 30. g4, al no poder realizar
136
las negras nada positivo, pero con su
propia dama curiosamente «ahogada» y no siendo g5 una amenaza,
tampoco ellas mismas tienen nada
positivo.
Así, una nueva evaluación de la
posición del diagrama lleva a concluir que si el blanco juega 27. a3!! las
negras están prácticamente en zugzwang. Sus peones no pueden moverse, salvo por l. ... , g6 que debilita mucho el campo negro. Las torres tam­
poco pueden hacerlo, como es particularmente el caso de la torre de f8,
que debe quedarse donde está para
responder a 28. g4 con ... , Rg8. El rey
y la dama negros deben guardar e6, y
a 28 .... , Dc8 vuelven a replicar decisivamente 29. f5! Sólo 27 .... , Dd6
merece ulterior reflexión. La jugada
27. a3!!, además de pasarles a las negras la «responsabilidad» de mover,
despeja una importante casilla de
escape para el rey blanco. De ahí que,
tras 27 .... , Dd6; 28. Rbl !, las negras
se encuentran en apuros para continuar, ya que las variantes dadas más
arriba que entrañan un jaque en hl
con la dama negra pierden su sentido. Si aquí 28 .... , Th8, las blancas
ganan sencillamente por medio de
29. g4 y 30. g5. Si 28 .... , Dd7, el
blanco procede según la idea anterior de 29. Dh7, v.g. 29 .... , Dc6; 30.
Tle4, Da8; 31. f5, Te8; 32. Tg4 ganando con facilidad.
Cierto que todas estas ramificaciones de 27. Dh7 habrían sido dificiles de analizar sobre el tablero. El
juego siguió: 27. Dh7, Tb8?; 28. g4,
T X f4; 29. g5, h X g5; 30. h6, Tg8;
31. T X e6, abandonan.
Resumen. Habiéndose percatado de que la amenaza g4-g5 era decisiva y las negras no disponían de contraamenazas, el blanco debía encontrar una manera sólida de llevarla a
efecto. La idea 27. Dh7 era correcta,
pero prematura a causa de la réplica
salvadora 28 .... , Da8! No obstante,
tras la jugada tranquila 27. a3!!, en
seguida se da uno cuenta de que las
negras están virtualmente en zugzwang, y entonces el blanco puede llevar implacablemente a cabo su amenaza mediante 28. Rbl!
210. Kopec-C. McNab,
Congreso de Edimburgo 1981
A esta posición, donde las blancas tienen momentáneamente la dama
de menos a cambio de un alfil y dos
peones, se llegó después de lajugada
38 de las negras (Td6 X d7). El blanco podía simplemente jugar 39.
A X f5 y quedarse con el par de alfiles y dos peones por la dama, como
ocurría ya desde hacía unos 20 movimientos. He aquí una posible continuación: 39 .... ,D X d5;40.A X f6+,
Rc7; 41. Tcl+ (no 41. h7?, Dc5+;
42. Rhl, T X h7+; 43. A X h7,
Dh5+, etc.) y aunque las blancas
conservan posibilidades de triunfo,
las cosas no resultan muy claras.
Sin embargo, con una precisa
serie de jaques intermedios y golpes
mortales puede forzarse la desorganización de las piezas negras en sólo
cuatro jugadas: 39. Ab6+!! (no hay
que perderse nunca un buen jaque,
pero no sería correcto 39. A X f6+,
Rc7 [39 .... , Ce7 pierde tras 40. h7, y
39 .... , Te7 tras 40. A X f5]; 40.
A X f5, D X d5 pasando a la nota
dada más arriba); 39 .... , Re7 (si 39 .
... , Rc8, es aplastante 40. A X f5);
40. h7! (aprovechándose de que el
rey negro obstaculiza la defensa de
h7 por la torre para incrementar la
fuerza de este peón); 40 .... , Dg7 ( a
40 .... , D X g6 seguiría 41. h8=D y
las blancas ganarían fácilmente gracias a su nueva dama y a la posición
abierta del rey negro); 41. Tel+!,
Rd6 ( ahora el rey negro entorpece el
ataque de su torre al peón d); 42.
A X f5 ( sólo en este momento capturan las blancas el caballo, atacando a
la vez la torre enemiga y amenazando Te8, lo que fuerza la siguiente res-
puesta); 42 .... , Te7; 43. T X e7! (no
43. Ac5+??, RX c5; 44. T X e7,
D X e7; 45. h8=D, ya que las negras disponen de 45. . .. , Del+
seguido de 46 .... , De5+ ganando el
alfil); 43 .... , R X e7; 44. Ac5+, Rf7
( el rey negro se ve ahora un tanto desesperado, pues quiere ayudar a detener los dos peones pasados del blanco, pero está cogido entre ambos y no
logra detener a ninguno. Si 44 .... ,
Rd8 o 44 .... , Re8, después de 45. d6
este peón avanzará con jaque); 45.
d6, Dh6; 46. d7, Del+; 47. Rh2,
Df4+; 48. Rhl, Dh4+; 49. Ah3, f5;
50. h8=D, D X h8; 51. Ab6,
D X b2; 52. d8=D. Las blancas coronan por segunda vez y ahora la dama se queda definitivamente. Aquí el
negro debió abandonar, pero no lo
hizo hasta después de siete jugadas.
Moraleja: No se desaproveche
nunca un jaque, sobre todo si formo
parte de una secuencia/orzada. Si se
ve una buena jugada, búsquese otra
mejor que lleve a posiciones donde
uno sienta que es más fácil desenvolverse o incluso ganar.
211. Najdorf-Reshevsky,
encuentro 1952.
(Juegan las negras.)
La continuación victoriosa a partir de la posición del diagrama es muy
sencilla, breve y directa ... ¡si uno llega a verla! No obstante, resulta curioso que, con motivo de cierta experiencia, sólo una de 35 personas con
un ELO entre 1600 y 2400, lograra
descubrirla ( el M.I. Craig Pritchett).
Se sugirieron toda clase de continuaciones razonables e interesantes,
como 1. , d5!?, l. , Tfd8, 1. ,
Tfe8, 1. , ChS, l. , Ce5!? y l. ,
e5!? Tales jugadas entran en la categoría de las típicas líneas estratégicas que suelen emplearse en esta
clase de posiciones, pero la verdadera solución es l. ... , A X e4!; 2.
A X e4, D X c4; 3. D X c4, T X c4
137
y las negras recobran la pieza que-
dando por lo menos con un claro peón
de ventaja. La combinación se basa
en la sobrecarga de la dama blanca y
la situación del caballo «colgado» en
a4. Nótese que el cambio de orden en
los movimientos no funciona ( l. ... ,
C X e4?). Es lástima que, después de
jugar esta combinación, Reshevsky
se equivocara más adelante y sólo hiciera tablas.
¿Cuántos de los lectores se habrán tirado de los pelos al ver Jo sencillo de la solución? Que se consuelen, pues hasta un antiguo campeón
del mundo ( en 19 5 2) sugirió la provocadora continuación l. ... , e5!?
212. Rogolowicz-Jarecz
Esta posición pone a prueba la
experiencia del jugador en cuanto a
los sacrificios propios de la Siciliana.
Lo indicado aquí es l. Cd5! El análisis podría seguir: 1. Cd5, C X d5 ( si
l. ... , e X d5; 2. A X dS+, etc.); 2.
T X f8+ ( importante jugada intermedia que mejora la línea del lnformator
[18, solución ej. n.« 24], donde tras 2.
A X d5, Tb8; 3. Da7, las negras podrían responder 3 .... , Ad8! [movimiento hallado por M. Condie] sin
resultado decisivo); 2 .... , R X f8
(a X f8 seguiría 3. A X d5, Tb8; 4.
Da7+-); ahora existen dos continuaciones interesantes para las
blancas:
(a) 3. e X d5!, e5; 4. De4, Rg8
(si 4 .... , h6; 5. A X h6! seguido de 6. Dg6 ganando; o 4 .... ,
g6!?; 5. Tfl+, Rg7; 6. Df3,
Ab7; 7. Df7+, Rh8; 8. Ah6,
Tg8; 9. Rhl! con gran presión, ya que las negras apenas pueden moverse, mientras
el blanco mejora su posición
mediante c3, Ac2-e4); 5.
D X e5!!, d X e5; 6. d6+,
Dc4; 7. A X c4+, b X c4; 8.
d X e7 y las blancas deben
ganar.
138
b) Una línea más brutal es 3.
A X d5!?, e X d5 (3 .... , Tb8;
4. Ah6, e X d5; 5. D X g7+,
Re8; 6. e X d5 con fuerte ataque); 4. Tfl+, Af6 (si 4 .... ,
Re8; 5. D X g7 con amenazas decisivas); 5. e5!, d X e5;
6. D X d5 ganando, pues las
negras no tienen defensa contra 7. AcS+ con amenazas
mortales, v.g, 6 .... , Ta7; 7.
Rhl, etc.
Para los que prefieren métodos
menos violentos, el joven Mark Condie, de dieciséis años, propuso también la fuerte continuación 1. a4!
Resumen. Se necesita cierta dosis
de cultura ajedrecística ( experiencia) para jugar el típico «sacrificio siciliano» 1. Cd5 sin prever todas sus
ramificaciones; 1. a4 es otra buena
opción, de carácter posicional.
213. Pritchett-Gheorghiu,
Lloyd's Bank Masters,
Londres 1980
Las blancas han sacrificado un
peón por el par de alfiles y posibilidades de ataque en el flanco de rey. No
hay tiempo que perder, pues el negro
podría organizar su defensa mediante ... , e5, y sus peones pasados y ligados en el flanco de dama no tardarian
en ser muy peligrosos. Pritchett continuó: 23. e5, Cd5; 24. Dh5, Cf8 (las
dos últimas jugadas de las negras son
prácticamente forzadas); 25. f5! (las
blancas utilizan su propia baza, una
mayoría de peones en el flanco de rey,
para echar más leña al fuego); 25 .... ,
e X f5; 26. O X f5, Dc7; 27. Cc5!
( aprovechando que la dama negra
está atada a la defensa de f7 y creando numerosas amenazas, entre otras
28. Ac4); 27 .... , Ac8; 28. Df3 (el caballo y el peón e blancos siguen siendo fruto prohibido, mientras aumentan la presión de su bando merced al
ataque del caballo que «cuelga» en
d5); 28 .... , Cb6; 29. e6! (con nuevas
amenazas, ya que el peón avanza sin
poder ser capturado, v.g. 29 .... ,
A X e6; 30. D X rs+i, T X f8; 31.
T X f8+, RX f8; 32. C X e6+ ganando;o29 .... , C X e6; 30.A X h7+!
ganando); 29 .... , Td8; 30. Ag5,
abandonan.
El empuje del ataque blanco iniciado con 23. e5 y seguido de una serie
de golpes contundentes no ha durado
más que 7 jugadas, pero [con qué
efecto!
Moraleja: Cuando la posición
pide atacar, hágase con vigor, precisión y sin componendas, explotando
al máximo el poder de cada pieza.
214. Kopec-N. OcipojJ.
Pan-American Intercollegiate,
Louisville, Kentucky, 1974
(Dartmouth College-City College
New York)
Si el lector busca una conclusión
inmediata gracias al sacrificio de
dama 21. d X c6, T X d2; 22. T X ez­
etc., va por buen camino, aunque el
proceder es algo prematuro. Es mejor
abrir primero líneas de ataque contra
el rey negro mediante una táctica de
«guerrillas» iniciada por 21. h5. La
partida continuó: 21. ... , Ce7 (atacando el peón d y protegiendo g6);
22. Ch4! (la única jugada coherente,
pues 22. d6, Cf5; 23. A X f5, g X f5
debilitaría el peón blanco d sin ningún contrajuego. Como en cualquier
caso ha de caer este peón, las blancas aumentan la presión sobre el pun-
to más débil de la posición negra); 22 .
... , T X d5 (véase el Diagrama 214a).
214a. Kopec-Ocipoff
(después de 22 .... , TX dS;
23. h X g6+, JX g6)
El juego requiere aquí tanta precisión como para merecer un nuevo
diagrama. Sólo existe una continuación convincente y ganadora. Tanto
24. A X gó+?', C X g6; 25. D X d5,
D X h4 como 24. C X g6?, T X d2;
25. C X rs­, Rg8, etc., resultan inadecuadas. Se impone 24. D X d5!!
obligando al caballo negro a apartarse de la defensa de g6. Siguió: 24 .... ,
C X d5; 25. C X g6 (con las amenazas 26. C X rs+ y 26. T X d5, entre
otras); 25 .... , Ab7 (tal vez fuera mejor el intento 25 .... , Da8); 26.
C X f8+, Rg8; 27. Ce6, Df6; 28.
C X g7,RX g7;29.Ae4,Df7(si29.
... , C X e3; 30. Td7+ seguido de 31.
T X b7+-); 30. A X d5, A X d5;
31. Tc3 (las negras no tienen ninguna defensa aceptable contra esta maniobra para doblar las torres); 31 .... ,
Db7; 32. Tdcl, Da6; 33. Tc7+, Rg6;
34. Td7, Dd3; 35. Td6+, Rf5; 36.
T X h6, a5; 37. Tc8, Dbl+; 38.
Rh2, D X a2; 39. T X b6, De2; 40.
Th8, Dfl; 41. f3, e4; 42. g4+ (42.
Th5 era mate, pero ambos bandos
tenían apuros de tiempo); 42 .... , Re5;
43. Th5 mate.
Moraleja: Una vez adoptado el
tema estratégico ( aquí 21. h5 y el debilitamiento de g6), llévese a su conclusión lógica con la táctica necesaria para lograrlo.
139
EJERCICIOS
II
Lecciones 9-12: Cómo formular un plan
En los ejercicios que siguen no
hay forzosamente un único plan «bueno», ni el lector debe agotarse analizando por menudo variantes precisas. Las posiciones han de estudiarse recorriendo las cuatro grandes etapas del proceso mental descrito en la
introducción a las lecciones 9-12, a
saber: (1) evaluación, (2) objetivo,
(3) plan, (4) método de ejecución.
Una vez identificados los que se
consideren como rasgos esenciales
de la posición, acúdase a la solución
correspondiente y trátese de asimilar
216
o
b e d
e
f
g
Juegan las blancas
h
217
215
8
7
6
5
3
2
a
140
b
e
d
e
f
Juegan las negras
g
h
o
b
e
d
e
f
g
Juegan las negras
h
218
8
7
6
5
4
su enseñanza. Téngase en cuenta que
algunos grandes maestros entre los
más fuertes han reflexionado largamente sobre varias de estas posiciones, por lo que no hay que desanimarse si uno no ve todos sus detalles y
matices.
3
Cómo formular un plan
o
d
e
g
21 S. Penrose-Keene,
Campeonato Británico,
Blackpool 1971
h
Juegan las blancas
219
8
7
6
5
4
3
2
a
e
b
e
d
g
h
Juegan las blancas
220
8
7
5
4
3
2
a
b
e
d
e
Juegan las blancas
g
h
( 1. e4, g6; 2. d4, Ag7; 3. Cc3, d6;
4. f4, Cf6; 5. Cf3, 0-0; 6. Ad3, Cc6;
7. h3, Cb4; 8. Ae3, b6; 9. a3,
e X d3+; 10. e X d3, c5; 11. Dd2,
Aa6; 12. Rf2?, Tc8; 13. Thcl, Cd7;
14. d5, e6; 15. d X e6, fX e6; 16.
Tel?, Cf6; 17. Tadl?).
En la posición del diagrama, el
plan negro de minar el centro de las
blancas está llegando a su punto culminante. Hemos dado las jugadas
anteriores para ilustrar el modo en
que las blancas constituían su impresionante centro. Tras haber considerado pero no ejecutado un ataque en
el flanco de rey, pagan ahora las consecuencias de una mala coordinación de piezas y un monarca expuesto.
La columna semiabierta f que
amenaza al rey blanco, las piezas negras bien colocadas, el par de alfiles y
un centro móvil permitieron la ruptura decisiva 1 i .... , d5~ Ahora vemos
cómo la «impresionante» centralización de las blancas tenía una fuerza
meramente ilusoria. Sus piezas aparecen amontonadas y estorbándose
unas a otras, por lo que no hay más remedio que capturar o perder una pieza tras ... , d4. Siguió I 8. e X d5,
e X d5; 19. d4 (forzado, lo mismo
que antes, pero ahora el «hueco» en
e4 provoca una nueva apertura de
líneas); 19 .... , Ce4+; 20. C X e4,
141
d X e4; 21. Ce5, g5! (probando esta
vez que el puesto avanzado e5, orgullo de las blancas, es sólo transitorio,
ya que se les priva de su soporte); 22.
Rgl, g X f4; 23. A X f4, D X d4+;
24. O X d4, e X d4; 25. g3 (a 25.
T X e4 seguiría 25 .... , T X f4; 26.
T X f4, A X e5 ganando); 25 .... ,
Tfe8; 26. T X e4, Tc5; 27. Tdel, d3
y la conjunción del peón pasado d, el
fuego cruzado del par de alfiles y las
bien situadas torres de las negras dejaron al blanco completamente perdido.
La partida terminó así: 28. Cf3,
T X e4; 29. T X e4, Ab7; 30. Te3,
d2; 31. C X d2, Ad4; 32. Rfl, Aa6+;
33. Rg2, A X e3; 34. A X e3, Tc2;
35. b3, Ab7+; 36. Rfl, Ad5; 37.
Rel, A X b3!; 38. Abandonan. (Si
38. C X b3, Tc3 ganando.)
216. Penrose-Tal, Leipzig 1960
Las blancas tienen una poderosa
posición de ataque y han de encontrar ahora el mejor modo de hacer valer su ventaja. Se impone una ofensiva directa, pero la jugada inmediata
19. f5 dejaría disponible para el caballo negro la hermosa casilla e5,
permitiendo así a este bando liberar
sus constreñidas piezas.
Penrosejugó 19. e5!, d X e5; 20.
f5!, tapiando e5 con el sacrificio de
peón y a la vez despejando e4 para los
caballos blancos, lo que le facilitó la
ejecución del ataque por la columna f.
La casilla e4 es un «puesto avanzado
eficaz», ya que no les es posible a los
peones enemigos minarlo. ¡Ciertamente pasa con éxito la prueba de utilidad!
La partida continuó: 20 .... , Ab7;
21. Tadl, Aa8; 22. Cce4, Ca4; 23.
A X a4, b X a4; 24. fX g6, fX g6;
25. Dt7+, Rh8; 26. Cc5, Da7; 27.
D X d7,D X d7; 28.C X d7, T X b2;
29. Cb6, Tb3; 30. C X c4 y las blancas no tardaron en ganar.
La idea del blanco en esta partí-
142
da no es nueva, ni mucho menos, y
con toda seguridad Penrose conocía partidas «clásicas» con este mismo tema. Es de esperar que el lector
tenga pronto una buena reserva de
estas ideas para poderlas aplicar a
sus propias partidas.
217. McNab-Sowray,
Phillip & Drew «Knights»,
Londres 1982
El caballo de las negras está atacado y la tarea inmediata del segundo jugador es decidir adónde moverlo. 10 .... , Ce7 es obvio y razonable
pero el negro desea explotar el hecho
de que las blancas, al haber capturado una pieza en f3 con su peón g para
abrir columnas con vistas a un ataque, habían debilitado seriamente la
casilla f4.
Por eso ofrecieron un sacrificio de
peón continuando 10 .... , Cd4!, lo que
también es una idea comúnmente vista en tales posiciones. Las blancas
aceptaron el regalo y la partida siguió 11. A X d4, e X d4; 12. O X d4,
Ch5. Ahora el plan de las negras está
bien claro. No sólo su caballo llegará
a f4, donde ocupará un puesto agresivo, sino que además dominan con el
alfil y la dama todos los escaques centrales de su propio color. Casillas
como e5, g5, h4 y h6 pueden utilizarse para desplegar las piezas citadas y
acentuar el dominio de las negras.
Durante la lucha que sigue, las piezas blancas se ven entorpecidas por
sus peones inmóviles.
El juego continuó: 13. Dc4, Cf4;
14. xn, a6; 15. Db3, Dg5; 16. Ce2,
Ah6 ( obsérvese cómo el rey blanco
queda ahora en el centro, precisamente en la columna semiabierta e
que puede llegar a ser peligrosa, por
no mencionar sino uno de sus varios
problemas); 17. Tgl, De5; 18. Dc3,
De7; 19. Tg4, C X e2; 20. A X e2,
Tae8; 21. Dd3, De5; 22. c3, Dh2;
23. Rdl, f5; 24. e X f5, Dhl +: 25.
Afl, T X f5; 26. Tg3, Tef8; 27. Rc2,
T X f3; 28. T X f3, D X f3; 29.
D X f3, T X f3; 30. Rb3, T X f2ylas
negras estaban ganando.
La partida, sin embargo, fue en
definitiva ganada ... [por las blancas!
(después de 58 jugadas). El alfil negro se convirtió en la pieza «mala»
que vimos en el final del Diagrama
123. iA los lectores sádicos les encantará refrescar su memoria!
218. Kasparov-Petrosian,
Bugojno 1982
Es evidente que las blancas tienen neta ventaja, debido a sus torres
bien situadas en sendas columnas
abiertas, a su poderoso alfil dominando la diagonal hl-a8, a su dama activa y al caballo excelentemente colocado que sólo puede expulsarse mediante la jugada debilitadora ... , f6.
Las negras, por su parte, van muy retrasadas en el desarrollo y habrán de
luchar para encontrar una manera de
poner en juego el alfil y coordinar luego las torres. Además, hanjugado ... ,
g6, debilitando las casillas negras del
flanco de rey. El objetivo de las blancas debe ser impedir que el enemigo
se libere de sus actuales ataduras,
mientras buscan el modo de penetrar
en su campo por las columnas abiertas y lograr ventajas más tangibles.
La única pieza bien colocada de
Petrosian es el caballo de d5, que
guarda la casilla de entrada c7 y a la
vez bloquea la columna d. Por tanto
Kasparov lo desaloja, mas no por el
método que salta a la vista, 18.
A X d5?, e X d5; 19. D X d5, Ae6,
que daría algún contrajuego a las negras. Su continuación fue 18. e4! (renunciando de momento a la gran diagonal para mantener su presión e
invadir el campo adverso por las
columnas abiertas); 18 .... , Cb6 (impidiendo también así el acceso a c7);
19. Afl ! (jugada sutil, que reactiva el
alfil y prepara el combate táctico que
veremos en seguida); 19 .... , Te8; 20.
Tddl, Tf8 (las negras están completamente atadas; no pueden mover ninguna de sus dos piezas menores a d7 a
causa de Tc7); 21. a3, Rg7; 22. b3,
Rg8; 23. a4, Td8; 24. Dc5! (ila clave! En cuanto las negras traten de disputar la columna d, el blanco forzará
una limpia victoria táctica, por ejemplo:
(a) 24 .... ,D X c5;25. T X d8+;
Df8; 26. T X f8+, R X f8;
27. Tc7 con la doble y asoladora amenaza 28. T X f7+ y
28. a5 atrapando el caballo.
(b) 24 .... , Df8; 25. D X f8+,
T X f8; 26. a5.
(e) 24 .... , De8; 25. Cg4.)
[Las negras abandonaron!
Un bonito ejemplo de cómo explotar una ventaja sin dejarle al adversario posibilidad alguna de resistencia. Si el lector no Jo ha visto todo,
no se desespere. iEl propio Kasparov
afirmó por aquel entonces que esta
partida era la mejor que había jugado
en su vida!
219. Tarrasch-Teichmann,
San Sebastián 1912
Una vez más las blancas están
claramente mejor, siendo la excelente colocación de su rey el rasgo más
llamativo de la posición. El monarca
blanco ata una torre negra a la columna e, ya que de otro modo continuaría
la penetración del primer jugador;
ello significa también que las negras
han de impedir una liquidación excesiva, pues esto las dejaría casi ciertamente con un final perdido. Además,
la estructura de los peones negros es
la más constreñida y su alfil «malo»
tiene poco alcance, mientras las piezas blancas disfrutan de gran movilidad debido a la buena comunicación
entre los dos flancos y el centro del tablero.
143
Con todo, las negras no están dispuestas a cruzarse de brazos y dejarse matar sin más ni más, por lo que el
blanco debe encontrar un plan que
fuerce lo antes posible la victoria.
Tarrasch lo consiguió desencadenando en el ala de rey un ataque que abrió
nuevas líneas y permitió la invasión
del campo enemigo por las casillas
debilitadas; las piezas negras fueron
incapaces de colmar todas las brechas. La partida continuó: 26. g4,
Ac8; 27. h4. Esto amenaza 28. g5,
h5; 29. g6 y el peón negro h está condenado. Las negras se ven, pues, obligadas a efectuar nuevos avances de
peón en el flanco de rey, lamentando
sin duda el haber jugado anteriormente 22 .... , h6, que debilitó sus peones y ahora facilita la apertura de columnas por las blancas. Nos hallamos ante un ejemplo típico de por qué
deben evitarse los adelantamientos
innecesarios de peón, que provocan
debilidades y facilitan más tarde el
ataque del enemigo.
El juego acabó así: 27 .... , g6; 28.
Thl, Rg7; 29. h5, Th8; 30. Tth2,
Ad7; 31. g5 ( forzando la apertura de
líneas); 31. ... , h X g5; 32. f X g5,
g X h5; 33. T X h5, T X h5; 34.
T X h5, Rf8; 35. Th8+, Re7; 36. g6,
fX g6; 37. A X g6, b4; 38. Th7+,
Rd8; 39. Ad3, Tc3; 40. a3, a5; 41.
Th8+, Re7; 42. Ta8, abandonan. La
invasión del campo de las negras es
total y sus peones del flanco de dama
están perdidos.
220. Botvinnik-Chekhover,
Leningrado 1938
A menudo hay que considerar varios factores al evaluar una posición.
En la del diagrama las negras tienen
sólo dos islas de peones contra tres
del blanco; además, los peones e de
144
este último, aislados y doblados, dan
mala impresión. Por otra parte, las
negras acaban de capturar una torre
en d5 y lajugada «estructuralmente»
automática del blanco seria aquí 21.
e X d5, creando un peón pasado y
protegido. Lo importante en este caso,
sin embargo, no son sólo los peones,
sino las piezas blancas: la dama activa y centralizada, lo mismo que la
torre y el alfil, permiten a las blancas
conducir un juego dinámico y explotar las líneas abiertas.
Botvinnik se abstuvo de 21. e X d5
debido a 21. ... , Dd6 que bloquearía
el peón pasado y dificultaria todo
progreso ulterior. Jugó en cambio 21.
T X d5!! manteniendo su dominio de
la columna d (21 .... , Td8 pierde tras
22. TX e5, e X c4; 23. Te8+,
T X e8; 24. D X e8+, Rh7; 25.
De4+ ganando el caballo). El resto
de la partida es instructivo por el im­
presionante despliegue de temas tácticos y posicionales utilizados por
Botvinnik para apoderarse de la séptima fila y mantener un férreo dominio de la posición.
Siguió: 21. ... , De7; 22. Ag4!,
Db7; 23. Af5, Db8; 24. Td7, Td8;
25. D X e5!, C X c4; 26. D X b8,
T X b8; 27. Ae4! (las blancas rechazan 27. T X a7, prefiriendo aumentar su presión posicional); 27 .... ,
Ca3; 28. Ad5, Tf8; 29. e4, a5; 30. c4,
b5; 31. e X b5, C X b5; 32. e5, a4;
33. f4! (con vistas a la creación de un
poderoso peón pasado); 33 .... , Cd4;
34. Rf2, g5; 35. g3, g X f4; 36. g X f4,
Ce6; 37. Re3, c4; 38. f5, Cc5; 39.
Tc7, Cd3; 40. e6, fX e6; 41. fX e6,
abandonan.
Para ganar una partida de ajedrez, a menudo es preciso pensar con
flexibilidad, tratando de reconocer
los temas cruciales en una posición
particular.
EJERCICIOS 111
Lecciones 13-16: Principios e ideas de apertura
223
221
7
6
5
4
3
o
b
e
d
e
f
g
h
obcdefgh
¿Es 5. A X f7+ motivo de seria
preocupación para las negras?
Tocándoles jugar a las negras,
¿cómo deben continuar?
222
224
6
5
5
4
4
3
3
2
2
e
f
g
h
¿Pueden y deben las blancas jugar para ganar un peón?
o
b
e
d
e
f
g
h
Tocándoles jugar a las negras,
¿están obligadas a retirar el caballo?
145
22S
228
B
7
6
5
4
3
2
obcde
o
gh
b
e
d
e
g
h
Juegan las blancas. ¿Cómo deben
proseguir?
¿Es 6 .... , Cd4 una buena jugada
para las negras?
226
229
B
5
4
2
o
obcdetgh
b
e
d
e
g
h
Juegan las negras. ¿Cuál es su
máxima prioridad?
¿Por qué hicieron aquí las blancas la extraña jugada 12. Ch2?
227
230
o
b
e
d
e
g
h
El rey blanco no se ha enrocado
todavía. ¿Pueden las negras, a quienes toca jugar, explotar este factor?
146
e
d
e
t
~
h
Juegan las negras y han de hacer
frente a la amenaza 10. Ag5. ¿Cuál es
la mejor continuación?
231
a
b
e
d
e
f
g
h
Juegan las blancas. ¿Qué han de
hacer para que el negro no tenga
tiempo de completar su desarrollo?
232
7
6
5
4
3
o
b
e
d
e
g
h
De las jugadas 13. Cd2 y 13.
Dc2, ¿cuál es la mejor y por qué?
Principios e ideas de apertura
221. ¡De ninguna manera! Después de 5 .... , RX fl; 6. C X e4, dS,
el fuerte centro de las negras y su fácil
desarrollo compensan sobradamente la ligera molestia inflingida a su
rey.
222. Pueden, pero no deben hacerlo. Después de 4. d X c6, C X c6,
las negras podrían jugar ... , eS y ... ,
AcS con excelente desarrollo y un
poderoso y central puesto avanzado
en dd,
223. Ante todo las negras han de
parar la espeluznante amenaza 6.
Cd6 mate. 5 .... , Cdf6 es un modo
sencíllo de hacer que la dama blanca
parezca un tanto ridícula en e2.
224. ¡Desde luego que no! 7 .... ,
dS! es a la vez temático y fuerte, ya
que 8. e X f6, d X c4; 9. Te l+, Ae6
proporciona a las negras un excelente juego.
225. Esta posición surge tras las
jugadas 1. e4, c6; 2. Cc3, dS; 3. Cf3,
d X e4; 4. C X e4, AfS?; 5. Cg3,
Ag6; 6. h4, h6 e ilustra un instructivo error de apertura. 4 .... , AfS; 5.
Cg3, Ag6 sería bueno después de 1.
e4, c6; 2. d4, dS; 3. Cc3, d X e4; 4.
C X e4, pero no aqui. Las blancas
disponen de la vigorosa centralización 7. CeS! Una partida AlekhineBruce, Plymouth 1938, continuó 7.
... , Ah7; 8. DhS!, g6; 9. Ac4!, e6; 10.
De2, Cf6; 11. C X rt, R X n, 12.
D X e6+, 1-0. En otra partida Alekhine-N avarro, Madrid 1940, se hizo
7 .... , Cd7; 8. C X g6, fX g6; 9. d4,
eS; 10. Dg4, Df6; 11. Ae3, Ce7; 12.
Ce4, 1-0.
226. El primer objetivo debe ser
deshacerse del caballo blanco fuertemente centralizado y, con este fin, la
retirada 7 .... , Cd7! resulta del todo
lógica. Antes que se descubriera esta
continuación, las negras solían sufrir
no pocos reveses en la variante 7 .... ,
AfS; 8. g4, Ae4; 9. f3, Ag6; 10. h4!
Por otro lado, 7 .... Ae6 las dejaba en
situación muy pasiva en líneas como
8. Ae2, g6; 9. 0-0, Ag7; 10. c4, 0-0;
11. Ae3.
22 7. La posición procede de una
partida Fish-Abrahams, Liverpool
1929, y surgió después de 1. d4, Cf6;
2. c4, e6; 3. Cf3, dS; 4. AgS, h6;
5. A X f6, D X f6; 6. Cc3, Ab4; 7.
Db3, Cc6; 8. a3, AaS; 9. e3, 0-0; 10.
Ad3. Abrahams explotó la situación
del rey blanco no enrocado mediante
147
el ingenioso golpe 10 .... , e5! La sorprendente continuación fue: 11.
e X d5, e X d4; 12. e X d4, Te8+;
13. Rfl,D X f3!!; 14. gX f3,Ah3+;
15. Rgl, C X d4; 16. Ddl, Tel+!;
17. D X el, C X f3 mate.
228. No. Juega una pieza dos
veces en la apertura y constituye un
intento prematuro de asumir la iniciativa. Rossolimo-Romanenko, Salzburgo 1948. La partida continuó: 6.
... , Cd4? (es mejor 6 .... , 0-0); 7. e5!,
Cg8 (a 7 .... , C X b5? sigue 8. e X f6,
C X c3; 9. fX g7+-); 8. d3, C X b5;
9. C X b5, a6; 10. Cd6+!!, e X d6;
11. Ag5!, Da5; 12. e X d6+, Rf8;
13. Te8+!!, R X e8; 14. De2+, Rf8;
15.Ae7+ ,Re8; 16.Ad8+!!,R X d8;
17. Cg5, 1-0.
229. Esta posición proviene de
una partida Keene-Ligterínk, Londres
1981. El caballo de Keene se pone en
camino hacia la casilla d5, vía h2, f1
y e3. Después de 12. Ch2!, b6; 13.
Cfl, Aa6; 14. Ce3, 0-0-0; 15. Cd5,
este caballo se ha convertido en un
auténtico monstruo.
230. Posición de una partida Botvinnik-Reshevsky, torneo para el
Campeonato del Mundo 1948. La
jugada obvia 9 .... , h6 es dudosa,
porque debilita el flanco del rey de las
negras. Reshevsky continuó 9 .... ,
Ce8!, movimiento en apariencia retrógrado, pero que encierra varias
ideas sutiles:
( a) Se impide la clavada 10. Ag5.
(b) f4 de las blancas puede neutralizarse mediante ... , f5.
(e) Este caballo negro podría
eventualmente ir a d6 y contribuir así a presionar sobre el
peón blanco de c4.
La continuación de la partida Botvínnik-Reshevsky es sumamente instructiva: 10. 0-0, Aa6; 11. Ae3, d6;
12. Cg3, Ca5; 13. De2, De7; 14. f4?
(14. e5!) 14 .... , f5; 15, Tael, g6; 16.
Tdl, Df7; 17. e5, Tc8; 18. Tfel,
148
dXe5; 19. dXe5, Cg7; 20. Cfl,
Tfd8; 21. Af2, Ch5; 22. Ag3, De8;
23. Ce3, Da4; 24. Da2, C X g3; 25.
h X g3, h5; 26. Ae2, Rf7; 27. Rf2,
Db3; 28. D X b3, C X b3; 29. Ad3,
Re7; 30. Re2, Ca5; 31. Td2, Tc7; 32.
g4, Tcd7; 33. g X f5, g X f5; 34.
Tedl,h4;35.Rel,Cb3;36.Cd5+,
eXd5; 37. AXf5, CXd2; 38.
T X d2, d X c4; 39. A X d7, T X d7;
40. Tf2, Re6; 41. Tf3, Td3; 42. Re2,
0-1.
231. La posición del diagrama
viene de una partida RossolimoO'Kelly, Oldenburgo 1949 y surgió
tras las jugadas 1. e4, c5; 2. Cf3, Cc6;
3. Ab5, g6; 4. 0-0, Ag7; 5. c3, e6?
(5 ... Cf6!); 6. d4, e X d4; 7. e X d4,
Db6?; 8. Ca3, C X d4; 9. Cc4!,
C X f3+; 10. D X f3, Dc7; 11. Af4,
e5. Rossolimo se destapó aquí con el
brillante golpe 12. C X e5!!, y la partida continuó: 12 .... , A X e5; 13.
Tac 1, Db8; 14. T X c8+!, D X c8;
15. A X e5, f6; 16. A X f6, C X f6; 17.
D X f6, Tf8; 18. De5+ (18. De6+!,
Rd8; 19. Tdl+-) 18 .... , Rd8; 19.
Dg5+,Re8;20. Tcl,Dd8;21.De5+,
De7; 22. AX d7+, Rf7; 23. Ae6+,
Re8; 24. Tc7, 1-0.
232. Esta posición se dio en una
famosa partida Nimzovich-Salwe,
Karlsbad 1911, que se inició así: l.
e4,e6;2.d4,d5;3.e5,c5;4.c3,Cc6;
5. Cf3, Db6; 6. Ad3, Ad7; 7. d X c5,
A X c5; 8. 0-0, f6; 9. b4, Ae7; 10.
Af4, fX e5; 11. C X e5, C X e5; 12.
A X e5, Cf6.
La continuación aparentemente
fuerte 13. Dc2 no se ajusta a los
requerimientos básicos de dominar
las casillas centrales d4 y e5. Las
negras podrían sacrificar un peón por
medio de 13 .... , 0-0; 14. A X f6,
A X f6; 15. A X h7+, Rh8, y sus
peones centrales se volverían móviles
y peligrosos. Nimzovich no se dejó
por ello apartar de sus planes y jugó
una partida hermosamente temática:
13. Cd2!, 0-0; 14. Cf3, Ad6; 15.
De2!, Tac8; 16. Ad4, Dc7; 17. Ce5,
Ae8; 18. Tael, A X e5; 19. A X e5,
Dc6; 20. Ad4, Ad7; 21. Dc2, Tf7;
22. Te3, b6; 23. Tg3, Rh8; 24.
A X h7!, e5 (idemasiado poco y demasiado tardei); 25. Ag6, Te7; 26,
Tel, Dd6; 27. Ae3, d4; 28. Ag5,
T X c3; 29. T X c3, d X c3; 30.
D X c3, Rg8; 31. a3, Rf8; 32. Ah4,
Ae8; 33. Af5, Dd4; 34. D X d4,
e X d4; 35. T X e7, R X e7; 36. Ad3,
Rd6; 37. A X f6, g X f6; 38. h4,
1-0.
149
EJERCICIOS IV
Lecciones 17-20: Finales
234
233
8
7
6
6
5
5
4
4
3
2
2
o
b
e
d
e
g
o
h
235
7
7
6
5
5
4
4
3
3
2
2
b
e
d
e
f
g
h
Las blancas juegan. ¿Con qué
resultado?
150
d
e
g
h
¿Con qué
236
8
6
o
e
Las blancas juegan.
resultado?
Las blancas juegan y ganan.
8
b
o
b
e
d
e
g
h
Las blancas juegan y hacen tablas.
237
8
a
240
7
6
5
5
4
3
a
d
e
g
a
h
Las blancas juegan y ganan
b
e
d
e
g
h
¿Cuál es el resultado si juegan las
blancas?
241
a
b
e
d
e
f
g
h
La posición de las negras parece
desesperada. Con todo las blancas
les ofrecieron tablas al ver su continuación. ¿Cuál fue ésta?
a
b
e
d
e
g
h
Las blancas juegan. ¿Con qué
resultado?
239
242
a
b
e
d
e
g
h
Tartakover,jugando contra Schlechter, continuó aquí 1 .... , g5? Esto
fue un grave error. ¿Por qué? ¿Cuál
es en este caso el plan ganador de las
blancas?
a
b
e
d
e
g
h
Las blancas juegan y ganan.
151
243
8
7
7
6
6
5
5
4
4
3
3
2
2
a
b
e
d
e
g
246
8
a
h
Las blancas (Fischer) hacen una
buena jugada.
244
b
e
d
e
g
h
Las negras tienen dos peones de
ventaja, pero con alfiles de distinto
color la victoria parece lejana. Las
negras juegan y ganan.
247
8
6
5
4
3
2
a
b
e
d
e
g
h
Las negras (Tal) hacen también
una buena jugada.
245
8
7
a
b
e
d
e
g
h
Las negras juegan y ganan.
248
8
7
6
6
5
5
4
3
3
2
2
a
d
e
g
h
Final compuesto de Rinck. Las
blancas juegan y ganan de manera
:nuy instructiva.
152
abe
de
gh
Final compuesto de Lolli. Las
blancas juegan y ganan.
249
8
a
252
6
5
4
abcde
a
gh
Un truco que merece conocerse.
Juegan las blancas.
b
e
d
e
f
g
h
Esto debiera ya resultar fácil.
Juegan las blancas.
250
8
253
8
6
7
5
6
4
5
3
4
2
3
2
a
e
g
h
Las blancas jugaron aquí l. Rg4?
y les costó la partida. ¿Cómo se las
arreglaron las negras para detener el
peón h?
8
251
7
abe
de
gh
Tal (blancas) hizo aquí otra buena jugada.
254
8
6
7
5
6
4
5
3
4
2
a
e
g
h
La excepción que confirma la regla y prueba que «un poco» de ciencia puede ser algo peligroso. Las
blancas juegan y hacen tablas.
abcde
gh
Rinck otra vez. Las blancas juegan y ganan con estilo.
153
255
8
257
8
7
7
6
6
5
5
4
4
3
3
2
2
o
e
o
11
Las blancas están en condiciones
de utilizar aquí un tema corriente en
los finales de torre y peones.
256
8
6
6
5
5
4
4
3
3
2
2
e
d
e
11
h
g
h
258
8
7
b
e
Las negras han luchado durante
varias horas para llegar a esta posición, y ahora jugaron l. ... , e2. ¿Qué
ocurrió a continuación?
7
a
d
a
e
g
¿Cuál es aquí la mejor jugada de
las negras y qué probabilidades tienen de sobrevivir?
Las negras, después de hacer la
jugada secreta l. ... , Df4+, tuvieron
que afrontar las iras de «algunos circunstantes que la criticaban ostensiblemente por tratar de ganar en una
posición tan clara de tablas». La
jugadora aceptó entonces las tablas.
¿Hizo bien?
Finales
234. 1. Re3, Re7; 2. Re4, Re6; 3.
e3! y la jugada de reserva con el peón
es decisiva ( 1-0).
235. l. Rh7, Rf7; 2. h6, Rf8; 3.
Rg6, Rg8; 4. Rf6, Rh7; 5. Re6,
233. l.Re6! (Ioposiciónl). También gana l. Rc5, pero no l. Rd6??
(=).
154
R X h6; 6. Rd6, Rg7; 7. Rc6, Rf7; 8.
Rb5, Re7; 9. R X a5, Rd7; 10. Rb6,
Rc8 y las negras hacen tablas por pelos. Contar simplemente las jugadas
puede tener importancia en los finales de rey y peón. Por desgracia las
negras no previeron correctamente
los acontecimientos
y abandonaron
antes de tiempo.
236. l. c4!
237. l. e6!!, fX e6; 2. e5!
238. l. ... , g5! y el rey blanco no
tiene modo de penetrar en el campo
enemigo.
239. l. ... , g5? permitió a las blancas crear un P.P.D. después de 2.
fX g5, h X g5; 3. Rf3, Rg6; 4. Rg4,
e+, 5. e X f6, R X f6; 6. g3!, a5; 7.
a4, e5; 8. h4 y ganan.
240. l. h4!! seguido de la ruptura
2. g4 es decisivo ( 1-0).
241. l. Ah7! mantiene al rey negro alejado del rincón y gana ( l. ... ,
Rf6; 2. Rf4).
242. l. Cb6+!! (peón en 5.• contra peón en 6.•).
243. l. Ae5! arrinconando el caballo negro. Siguió 1 .... , Rh5; 2. Rd3,
g4; 3. b4, a6; 4. a4, g X f3; 5. g X f3,
Rh4; 6. b5, a X b5; 7. a5!, Rh3; 8. c6!
( 1-0).
244. l. ... , Ce3! (0-1 ).
245.1. a5,Ah7(!); 2.A X h7,g6;
3. Ag8, Re5; 4. a6, h2; 5. Ad5!!,
RX d5; 6. a7, hl=D; 7. a8=D+ es
una secuencia de gran belleza.
246. l. ... , g4! (para crear otro
peón pasado) es la única idea viable.
Las negras ganaron después de 2.
h X g4 (2. fX g4, f3!), 2 .... , h3!; 3.
g X h3, R X f3; 4. g5, Rg3; 5. g6,
Ad4; 6. h4, f3!; 7. h5, Ag7 llegando
finalmente con el rey a d2.
247. l. ... , Ca3+!; 2. C X a3,
Re2 (0-1).
248. l. Tb5!, R X b5; 2. b7
( 1-0).
249. l. Tal!!, R X al; 2. Rc2
( 1-0).
250. l. Rg4?, Tc4+; 2. Rg5,
Th4!!; 3. R X h4, g5+! (0-1).
251. Difícil. Las blancas jugaron
1. Tf7+? y perdieron tras 1 .... , Re3;
2. Rfl, Tal+; 3. Rg2, Rd3; 4. Td7+,
Re2; 5. Tb7, e3; 6. Tb8, Rd2. La idea
( de ir al « lado más corto») era correcta, pero la máxima prioridad aquí es
detener el avance del peón. Hacía tablas l. Rd2! (l. ..., Ta2+; 2. Rel,
Re3; 3. Rfl!, Rd3; 4. Te8!, Tal+; 5.
Rf2).
252. 1. Te4! (Lucena).
253. l. Te5! cortando el paso al
rey enemigo y ganando tras l. ... ,
Rd6; 2. Te8, Rd7; 3. Tel, Tc8; 4. f4,
Tg8+; 5. Rf5, Tf8+; 6. Rg5 (1-0). A
6 .... , Tg8+ sigue 7. Rh6, Tf8; 8.
Te4!,Rd6; 9. Rg7, Tf5; 10. Rg6, Tf8;
11. f5 y la posición Lucena es inminente.
254. 1. f6, T X e2; 2. Th5+, Rb6;
3. Tf5!! (1-0).
255. l. b6!, e X b6; 2. a7, T X a7;
3. Tg7+ (1-0).
256. Quien haya escogido 1 .... ,
T c2 o, mejor todavía, l. ... , Te 1 + habrá dado con la idea correcta. 1 .... ,
Ta8? es una continuación innecesariamente pasiva y corre el riesgo de
acarrear la derrota tras 2. h4!, Rg6; 3.
Rh2, Ta7; 4. Rh3, Rh5; 5. h X g5,
h X g5; 6. g3!, fX g3; 7. f4. En principio las negras deben mantener activa su torre; por ejemplo 1 .... , Tcl +;
2. Rh2, Tal; 3. T X a5, Rg6; 4. h4,
g X h4; 5. Rh3, h5!; 6. Rh2, h3!; 7.
g X h3, Ta2+ haciendo tablas con
facilidad.
257. l. Dgl+, Rd2; 2. Del+,
Rd3; 3. Dc3 es un bonito ejemplo del
mate «de las charreteras».
258. [No! Las negras tienen un
modo típico de ganar que ya hemos
mostrado anteriormente.
155
LECCIÓN 21
INDICACIONES Y CONSEJOS PRÁCTICOS
PARA EL JUEGODE TORNEO
IAN D. MULLEN Y OTROS
Esta última sección ha sido escrita con el propósito de colmar la gran
laguna que suele separar la teoría de
la práctica. Nosotros, los autores, esperamos que el lector haya disfrutado con lo que ha leído hasta aquí y
confiamos en que buena parte de ello
le sea útil en el campo de batalla.
Quien comprenda a fondo aunque no
fuera más que la cuarta parte de lo
contenido en este libro sabe ya mucho; pero quedan todavía algunos
puntos dignos de mención.
El ajedrez es, por su naturaleza
misma, unjuego muy competitivo. A
algunos podrá parecerles una forma
de arte, y en muchos aspectos se
asemeja también a una ciencia; mas
el que haya experimentado el auténtico juego de torneo sabe que, esencialmente, la partida de ajedrez es una
batalla, donde el jugador más fuerte
( o el más afortunado, o ambas cosas a
la vez) sale victorioso. Como última
faceta, digamos que, para los seres
humanos, la psicología, la actitud
adoptada y los nervios forman parte
del ajedrez como cualquier otra cosa.
Este libro no se ha escrito para ordenadores, por lo que hemos juzgado
156
prudente incluir en él algunas ideas
que ayuden a sobrevivir en la jungla
ajedrecística. He aquí unas cuantas
sugerencias prácticas que permitirán
atar cabos sueltos.
(1) El tiempo es precioso y su
uso y abuso varía enormemente de jugador a jugador. Por buena que sea la
posición, de poco sirve si uno pierde a
causa del reloj; el cuadro de clasificaciones contará también esa triste historia: cero puntos. El reloj es parte integrante de la partida moderna y sólo
hay una verdadera cura para los apuros de tiempo: lno reflexionar tanto a
cada jugada! Parece sensato aconsejar al novicio que trate de «escalonar» su juego; por ejemplo, cuando el
ritmo sea de 40 movimientos en 2 horas hasta el primer control, haga las
1 O primeras jugadas en algo menos de
30 minutos y las 20 primeras en una
hora aproximadamente. En suma,
vigile el reloj. El uso eficaz del tiempo de reflexión en ajedrez puede representar una gran diferencia en los
resultados de cualquier jugador. Tres
son las causas más comunes de los
apuros innecesarios de tiempo:
(a)
La indecisión del jugador
cuando se le presentan varias
opciones igualmente plausibles y no sabe qué escoger.
(b) Su insistencia en comprobar
una y otra vez las consecuencias de una jugada por la cual
ya se ha decidido.
( e) El soñar despierto ( o quizá el
nerviosismo ante su decisión).
Si uno abriga escrúpulos sobre la
continuación que ha de adoptar, decídase por algo racional, pero no pierda tiempo por motivos de perfeccionismo. Si no sabe qué hacer, haga
algo y deje que el adversario calcule
las consecuencias. El aficionado a
soñar despierto o a las emociones
fuertes en relación con los apuros de
reloj, disfrute con ello lo que quiera,
pero no se queje cuando caiga la banderita. Kótov sugiere utilizar el tiempo del adversario para examinar la
propia posición desde su punto de vista, mientras a él le toca jugar; asimismo, las posibilidades estratégicas
y a largo plazo de la posición. Muchos jugadores desperdician sin más
el tiempo ajeno.
Es buena idea tratar de reconocer
la inminencia del momento crítico o
punto culminante de la partida. Peor
que la pérdida de tiempo es a veces jugar demasiado de prisa, cuando laposición que uno tiene delante exige reflexión profunda. Si uno siente que
«está ocurriendo algo», confíe en su
instinto e intente saber qué es. A menudo se ve a un jugador meditar 20
minutos o más para decidirse por una
jugada crítica y, cuando la posición se
aclara, hacer con facilidad los siguientes movimientos. Quien juegue
rápida y superficialmente en una situación complicada ( como es el caso
de muchos ajedrecistas sin experiencia) de seguro omitirá algo de lo que
después habrá de arrepentirse. Dicho
sea de paso, si el adversario insiste en
rodear de un circulito los números de
30 a 40 en la planilla antes del comienzo de la partida, íhay que estar
preparado! Muchos jugadores subrayan la jugada 40 ( o la correspondiente al control de tiempo) al principio de
la partida... por si acaso. El mejor
consejo que podemos brindar al lector cuyo rival no dispone más que de
un minuto para hacer 10 jugadas es
que prescinda de ello por completo.
El adversario puede estar nervioso en
una buena posición o desesperado en
una mala. En ambos casos uno puede dejarle con sus problemas y relajar sus propios nervios «dándose un
paseo». Si la propia posición es casi
desesperada, convendrá entonces probar la técnica de las «rápidas»: jugar
con la mayor velocidad posible y confiar en que el contrincante «meta la
pata».
Los remates de este tipo son para
algunos una verdadera pesadilla. Las
«partidas rápidas» se menosprecian
en ciertos ambientes, pero pueden
servir de útil preparación para esas situaciones de tensión nerviosa. Con
frecuencia es psicológicamente dificil
adaptarse de-pronto a jugar de prisa
después de una lucha dura y prolongada. Esto ha sido no pocas veces la
perdición de más de un jugador bueno, pero lento. Lo único que podemos
recomendarle es que se deje llevar
por los acontecimientos y trate esa
fase rápida como cualquier partida
«de cinco minutos» ( teniendo en cuenta las diferencias de reglamento, «pieza tocada», etc.).
(2) Nervios
«En ningún caso debe uno ponerse nervioso, pues el nerviosismo consume energia. Hay que recordar constantemente que todo
ello no es tan importante y que el
resultado de un torneo de ajedrez
no es cuestión de vida o muerte.»
Excelente consejo el que nos da
Nirnzovich, aunque hemos de admitir
157
que procede del mismísimo hombre
que, según se cuenta, saltaba de furor por las mesas de juego tras una derrota inesperada y gritaba: «¡Cómo
he podido perder con ese idiota!»
Karpov, en especial, ha puesto de
relieve la importancia de unos nervios resistentes para tener éxito en
ajedrez, y si alguien puede decirlo es
él. Torlo ajedrecista ha de superar dos
miedos fundamentales: el miedo de
perder y, lo que a menudo es peor, el
miedo ... irle ganar! A este propósito,
Nimzovich preconizaba el uso de lo
que hoy llamaríamos la meditación:
por ejemplo, vaciar de vez en cuando
la mente de todo pensamiento y relajarse; ialgo difícil de conseguir, pero
que vale la pena probar! Este método
y otros similares pueden también utilizarse con provecho para calmar los
nervios antes de una partida importante. Otras sugerencias evidentes
son descargar la adrenalina y beberse de un trago una taza de café (ligero) o, quizá ( como hace Miles), de
leche.
Una sana descarga de adrenalina
es útil en la mayoría de las situaciones competitivas y, si uno es lo bastante prudente para no tomar el juego
demasiado en serio, no tendrá problemas en este sentido. Recuerde, con
todo, que sin tensión no hay partida
digna de tal nombre.
(3) Ganar, en ajedrez, tiene mucho que ver con hacer buenas jugadas, pero todavía más con no hacer
malas. Si uno realiza 10 jugadas excelentes, 10 normales y, al cabo de
todas ellas, una mala, es más que probable que el adversario acabe porganar aunque haya jugado peor el 90%
de la partida. Una condición básica
para mejorar el propio juego es evitar
los errores, sobre todo graves. Para
ello es bueno y fiable el método que
consiste en anotar la jugada antes de
hacerla y, una vez anotada, comprobar rápidamente si a uno no se le ha
pasado por alto un «mate a la siguien-
158
te» o cosa parecida. Un conocido jugador escocés llevó esta idea un poco
más lejos e inventó el sistema de escribir garabatos indescifrables en la
planilla antes de mover, mientras se
dirigía a sí mismo mentalmente (y
aun físicamente) una serie de preguntas: «¿tiene mi rival algún jaque?»;
«¿me puede hacer alguna horquilla?»;
«zse me ha pasado algunajugada-sorpresa?»; etc. ¡El sistema funcionaba!
(Aunque esto es estrictamente ilegal,
ya que no está permitido tomar ninguna nota durante la partida de ajedrez, salvo el apunto de los moví­
mientos.) La característica principal
del jugador con un ELO de 2200 no
es tanto la brillantez de su juego como
la admirable ausencia en él de errores no forzados.
(4) ¿Quéjugada escoger?Danny
Kopec ha tocado ya este tema en su
sección, pero merece la pena insistir
en algunos puntos. Piense como un
gran maestro es uno de los libros de
ajedrez que más influjo ha tenido en
su tiempo, todavía reciente. Su autor, Kotov, daba a los lectores el valioso consejo que sigue sobre el modo
sistemático y eficaz de tomar una decisión al tener que mover. En el proceso de seleccionar una jugada entre
varias, dice, examínense cuidadosamente los «candidatos» (todos los
movimientos potencialmente buenos
que uno vea en la posición dada). Recórranse uno por uno, analizando lo
más detalladamente posible sus distintos aspectos; y luego hágase la
elección. Quien tenga alguna confianza en su capacidad analítica no
necesita verificar una y otra vez las
variantes. Cualquier método de reflexión semiorganizada es generalmente
más eficaz que el místico tanteo en
busca de una inspiración del cielo. He
aquí algo de lo que pasa en la mente
de un jugador de ajedrez en plena acción:
«iHombre!, ahora puedo ju-
gar e5, que parece buena. Mmm ... ,
quizá h3, quitando primero de en
medio ese caballo. ¿Qué otra
cosa?; ¿hay más jugadas? Tel,
Cc3. ¿Desarrollar simplemente?
Tal vez. ¿Algo más? No ... ¡Ojo!
iQué tal b4, para divertirse? No,
no parece bueno. Conque queda
esto.
e5, h3, Tel, Cc3.A ver, primero e5.
Bien, e5; él contesta d5, o quizá d6. Asi que eS, d5, Juego yo hago esto y él esto otro, entonces yo
esto, etc.»
Esta idea tan maravillosa como
sencilla de tratar de poner algún orden en el proceso mental ordinariamente caótico del ajedrecista, es
uno de los mejores consejos que jamás he leído en un libro de ajedrez.
Bien aplicado, practicado y perfeccionado, íes apto para disipar las habituales tinieblas y elevarle a uno
hasta algo que se parece a la claridad
de pensamiento!
(5) Desarrollo de un estilo. Cada
cual tiene sus preferencias en cuanto
a los tipos de posiciones que le gusta
jugar, y también es parcial en la designación de sus «héroes» ajedrecísticos, distinguiendo bien entre «buenos» y «malos». Para algunos, Petrosian es un nombre que les evoca visiones de alfiles en fianchetto, maniobras exasperantes y tablas, tablas, tablas ... Para otros, en cambio, su juego es como un ensueño. En cierta
ocasión pregunté a Jon Speelman qué
había que hacer para mejorar en ajedrez, y su respuesta más tangible fue
que me escogiera un modelo, algún
jugador famoso cuyas partidas me
gustaran y cuyo estilo me hiciera vibrar. Mencioné a Fischer, y me replicó (algo enigmáticamente): «iAh!,
Fischer tiene un estilo muy complicado». A continuación me sugirió optar
por una meta más accesible y basar
en ella mi juego, es decir, «robar-
le» su repertorio de aperturas, penetrar en sus ideas y, en general, tratar
de convertirme en un «mini-Fulano»,
quienquiera que fuese. He aquí una
idea inteligente (si no original) y un
modo de ahorrarse trabajo inútil; un
estilo personal «hecho a medida».
Pero... ¿conocemos nuestro propio
estilo?
(6) Conócete a ti mismo y trata
de identificar tus puntos fuertes y débiles. Cada uno ha de escoger el tipo
de apertura que mejor se adapte a su
temperamento y tender a posiciones
en donde se encuentre a gusto. Una
posición «igualada» que a unjugador
le gusta y al otro no jes una posición
muy desigual! No hay que tener miedo de hacer una jugada que no esté en
los libros; de todos modos, mucho de
lo que está en los libros es erróneo. Ni
tampoco debe uno dejarse intimidar
demasiado por el ELO del adversario. Si nos emparejan con un jugador
mucho más fuerte que nosotros ( sobre el papel), a nadie le vamos a molestar por mantener nuestras piezas
en nuestra mitad del tablero y jugar a
tablas. En tales casos lo único práctico es dejarse de inhibiciones y «echar
una cana al aire». Quizá no ganemos,
pero nos habremos divertido. Tocante a las propias piezas, «en la duda,
sáquense al campo de batalla». Recuérdese también que « la amenaza es
más fuerte que su ejecución» (Nimzovich), es decir, resulta más fácil cometer errores cuando hay muchas
opciones posibles que cuando las
amenazas del adversario nos obligan
a hacer jugadas buenas. «Dale cuerda suficiente y se colgará él mismo»:
tal es la filosofía que a menudo aplican los jugadores fuertes cuando se
enfrentan con alguien «del montón».
No pocos ajedrecistas varían sus aperturas en función de tal o cual contrincante particular, y la batalla psicológica que entonces tiene lugar al principio de la partida es de suma importancia. En contra de la opinión popu-
159
lar, muchos grandes jugadores no son
archivos o enciclopedias ambulantes, ni algunos de ellos saben tanta
teoría de aperturas como suele creerse; pero lo que saben lo saben bien, y
saben igualmente cómo ponerlo en
práctica ( cf. lección 15, «Principios e
ideas de apertura»).
(7) Salud. Al preguntársele cuál
era, a su juicio, el factor más importante para tener éxito en ajedrez, Fischer respondió que a la cabeza de su
lista personal figuraba la salud. Botvinnik no perdonaba jamás su paseo
diario de una hora durante un torneo.
Todo jugador de ajedrez debe prestar alguna atención a su forma fisica y
estado general de salud, para que el
cerebro le funcione lo mejor posible
cuando esté ante el tablero. Veamos
también el reverso de la medalla.
Cuenta Timman que una vez se preparó para un importante torneo retirándose al campo, vigilando escrupulosamente su régimen y permaneciendo fidelísimo a sus sesiones diarias dejogging. Más tarde se lamentó de que, durante el juego, su pecho,
ya para entonces abombado y rebosante de energía, le impedía concentrarse y le hizo cometer errores. Prudentemente, Timman recomienda atenerse en estas ocasiones a lo normal,
o sea a la rutina propia de cada uno.
Pero hay que tener presente que él e11
un profesional y que para la mayoría
de los ajedrecistas no es «rutina» jugar tres duras partidas de ajedrez en
el solo espacio de tres días ( un torneo
de fin de semana) sin experimentar
algún tipo de fatiga. Pasear es un calmante natural, con tal de hacerlo sin
agotarse. Una vueltecilla a paso ligero antes de una partida no puede dejar de ser beneficiosa tanto para el
cuerpo como para el cerebro. No es
sensato ir a jugar una partida después de una comida demasiado abundante o pesada, por razones bastante
obvias ( aunque, como caso curioso,
hemos oído decir que a Larsen le gus-
160
ta darse una «comilona» antes de una
partida importante, asegurando que
ello le apacigua una mente de por sí
superactiva). No es preciso llegar al
extremo de hacer malabarismos con
balones medicinales, pero hay que reconocer que una sesión de cinco horas ininterrumpidas de juego resulta
agotadora si no se está bien preparado para ello.
(8) Análisis posteriores. Uno
aprende más de sus derrotas que de
sus victorias. Téngase por norma
analizar las partidas jugadas y notar
cuidadosamente los errores, en especial los más típicos y los que uno comete con frecuencia. Para esto es
bueno contar con la ayuda de un jugador más fuerte, y no hay que vacilar
en pedirle explicaciones e información sobre aperturas o puntos oscuros de análisis que uno no entiende.
La mayor parte de los ajedrecistas no
guardan sus secretos tan celosamente como se supone ( si bien algunos
tienen dificultad en explicar bien lo
que hacen y por qué lo hacen) y, en
general, les encanta aprovechar cualquier ocasión para poner a prueba o
mostrar sus habilidades. El simple
hecho de asistir a la reconstrucción
de una partida por dos buenos jugadores en la sala de análisis es ya un
excelente medio de perfeccionarse.
(9) Libros de ajedrez. Es cosa
bien sabida que existen más libros publicados sobre el ajedrez que sobre
todos los demás deportes y juegos en
conjunto. Nuevamente sugerimos que
conviene, también en este punto, pedir consejo a un jugador experimentado para que nos oriente en medio de
toda esta maraña y nos diga lo que se
debe o no se debe comprar. Muchos
jugadores jóvenes se precipitan a adquirir, invirtiendo a veces bastante dinero, la última edición de los análisis
del « Sistema X», con todo lujo de variantes y subvariantes, para descubrir más adelante que tal libro les resulta inútil en orden a lo que preten-
dían. Si se compran libros de aperturas, algunos de los cuales son necesarios, hay que concentrarse en los que
dedican cierto espacio a la palabra
escrita y la explicación de las ideas
que se encierran tras los distintos sistemas de apertura. V arios de los más
jóvenes autores británicos son buenos en esto; Hartston, Pritchett, Stean,
N unn y Keene ( especialmente en sus
primeras obras), entre otros, merecen atención. En cambio, muchos libros teóricos sin comentario escrito
no sirven más que para hacer perder
el tiempo a los jugadores de fuerza inferior a la de maestro. También hay
autores que es mejor evitar.
( 10) Deportividad. Fischer solía
decir que le gustaba «aplastar el ego
de su contrincante» y daba pasto a la
prensa mundial tanto por sus excentricidades fuera del ajedrez como por
su brillante juego. A veces la lucha
ajedrecística no se ciñe a las jugadas
que se hacen sobre el tablero, sino a
otras muchas cosas de orden más
«humano» o personal. Hay jugadores aquejados de la enfermedad del
«compongo», otros parecen cócteles
vivientes que no paran quietos en su
silla, otros golpean el tablero con las
piezas como para descargar una furia
contenida, etc. A quien interese este
aspecto «paradeportívo» ( cuando no
sórdido) del ajedrez, le recomendamos el humorístico e instructivo estudio de Hartston, How to Cheat at
Chess ( «Cómo hacer trampas en ajedrez»), esperando que tales cosas no
les ocurran a nuestros lectores. Los
modales de cada uno y el modo de
reaccionar ante los del adversario son
asunto muy personal. Y con estas palabras finales nos despedimos, querido lector. Te deseamos mucha suerte,
pero nos quitamos de encima toda
responsabilidad diciendo:
¡El resto depende de ti!
161
SOLUCIONES DE LOS EJERCICIOS
Lecciones 1-4: Táctica y combinaciones
(Diagramas 5 5-90)
55. l. T X e6, T X e6; 2. Dg6+,
T X g6+; 3. h X g6+, Rh8; 4. en
mate.
56. l. Df8+, Ag8; 2. Df6+!, A X f6;
3. A X f6 mate.
57. l. ... , Tg2!!
58. 1. T X tt, T X f7; 2. Tfl, Tf8; 3. g6,
h X g6; 4. g5. Zugzwang. Cuando
a los peones del flanco de dama se
les hayan agotado las jugadas, las
negras deberán perder una pieza.
59. l. a4!, A X a4; 2. Da3, Ab5; 3.
T X b5, D X a3; 4. Tb7+ y 5.
bX a3.
60. l. Ab8!! Las blancas ganan material.
61. l. Ae7!, A X e7; 2. De5+, f6; 3.
De6 y 4. Df7.
62. l. ... , Cg3+!; 2. h X g3, h X g3+;
3. Rgl, Cf2; 4. T X f2, Thl+!; 5.
R X hl, g X f2. El peón se corona
sin que nada pueda detenerlo.
63. l. T X h2!, g X h2; 2. Abl,
hl=D{f ahogado. Tablas.
64. l. O X d8+!, A X d8; 2. A X b7.
Una combinación de «mate del pasillo» fuera de lo normal.
65. l. ... , Rd4! Zugzwang. 2. Ael (2.
Ae3+, Rc3 y 3 .... , Rb2); 2 .... ,
T X el+!; 3. RX el,Rc3; 4. Tal,
Rb2; 5. Tdl, A X di con un final
fácilmente ganado.
162
66. l. ... , Dh3; 2. Te2, D X g3+!; 3.
h X g3, C X e2+!; 4. Rf2, C X el;
5. T X el, Tc8. Otro ejemplo de
clavada ganadora ( véase la posición 4). Si ahora 6. b3, sigue 6 .... ,
Td2+; o si 6. Re2, Tc4.
67. l. ... , Tc5!
68. l. Dg7+, Rf8; 2. Dh8+!, Df8; 3.
De5+, Te7; 4. Ab5+!, a X b5; 5.
D X b5+, Tdd7; 6. Db8+ y jaque
perpetuo.
69. l. Tf8+, T X f8; 2.Dh8+!,RX h8;
3. e X f8=D mate.
70. l.A X f7+!, RX f7; 2. T X c7+ y
3. Dh7+.
71. l. T X c8, D X c8; 2. D X c8+,
R X c8; 3. T X f6, g X f6; 4.
g7,Ae6; 5. Ah3 y el peón secorona.
72. l. T X h7+!, RX f7; 2. T X n+,
T X f7; 3. D X g6+ y 4. O X f7.
73. l. D X c8+!, D X c8; 2. Ac7 y las
negras no pueden impedir 3.
TX c8+ y 4. Ad8.
74. l. ... , Cd7! forzando una concesión posicional de las blancas con
2. d5. Si 2. Ce2?, Cde5!; 3. d X e5,
C X e5 y 4 .... , C X d3+.
75. l. T X d7!, D X d7; 2. A X c6,
Dc7; 3. A X a8, T X a8; 4. Dc6!
Las blancas ganan material.
76. l. C X e7+, Rh8 (l. ..., T X e7;
77.
78.
79.
80.
81.
2. Thgl +, Rf7; 3. Dg7+ y 4.
D X e7 mate); 2. Df8+ (o 2.
D X h7+); 2. . .. , T X f8; 3.
T X h7+ y 4. Thl mate.
l. Tg4+!,fX g4;2.Dg5+,Rh8;3.
Dh6 y la doble amenaza de mate
(4. D X f8 y 4. D X h7) es decisiva.
l. ... , Th8!! Esta misteriosajugada
de torre viene de una partida de
Pachman. Las blancas no tienen
respuesta válida contra la amenaza 2 .... , g6; 3. D X h6+, Rg8 ganando la dama.
l. CfS+!, g X f5; 2. g X f5+, Rh7;
3. Rf2!! permitiendo a la torre de fl
el acceso a la columna g para participar en el ataque. 3 .... , Tg7 la mejor manera de defenderse contra
Tg6. 4. D X h6+!, R X h6; 5.
Th3+, Rg5; 6. Tgl+, Rf4; 7.
Th4+ seguido de mate.
1. De8+!, T X e8; 2. Cf7+,
C X f7; 3. T X e8 mate.
l. ... , T X g2?? intentando contestar a 2. D X f8+ con la bonita jugada 2 .... , T X g8+ seguido de 3 .... ,
T X f8; pero las blancas prosiguen
2. D X h7+ ¡Tablas por ahogado!
Lo correcto es l. ... , Tf7 y las negras tienen una victoria fácil.
82. l. T X f7+!, R X f7; 2. Dd7+,
83.
84.
85.
86.
87.
88.
89.
90.
Rf6; 3. Dd8+, Rg7; 4. Dd7+, Rg8;
5. Dc8+!, Rh7; 6. D X b7+, Dg7;
7. D X g7+, tablas.
l. Ch6+, Rf8; 2. Cf5!, e/g X f5; 3.
T X h7 seguido de mate.
l. C X f5, T X f5; 2. A X c7+!,
R X c7; 3. g4 ganando la calidad.
l. Dg7+!, RX g7; 2. Cf5+, Rg8;
3. Ce7 mate.
l. Ta?+!, R X a7; 2. Cc6+, Ra8;
3. D X b8+, D X b8; 4. T X b8
mate.
1 .... , Te3!! Las blancas no pueden
hacernada contra 2 .... , Ch3 y 3 .... ,
Dgl mate.
l. ..., Tbl!; 2. D X bl, C X e3+;
3. Rgl, D X f3 con mate.
l. D X hó+l, g X h6; 2. Tg7+,
Rh8; 3. Ag8!.
1. Ae4! variación sobre el tema de
la interferencia. 1 .... , T X e4; 2.
h3+, Rg3; 3. Tf3 mate. O l. ... ,
A X e4; 2. h3+, Rg3; 3. Ael mate.
163
GLOSARIO
l. Táctica y combinaciones
l. Jugada intermedia, designada a
veces por el término alemán Z wischenzug. Trátase de un movimiento «intercalado» inmediatamente antes de una
réplica forzada; v.g. l. e4, e6; 2. d4, d5;
3. e5, c5; 4. c3, Cc6; 5. Cf3, Db6; 6.
Ad3, e X d4; 7. e X d4, C X d4??; 8.
C X d4, D X d4?; 9. Abs+, Ad7 y ahora las blancas juegan la intermedia 1 O.
A X d7 + antes de capturar la dama negra en d4.
2. Pieza desesperada. Es la que
está perdida, pero vende su vida lo más
cara posible. En el ejemplo precedente,
el alfil blanco de b5 podría considerarse como «pieza desesperada».
3. Pieza colgada. Es una pieza no
protegida, aunque no esté necesariamente atacada (por eso constituye una
debilidad táctica en potencia).
2. Cómo analizaruna posición
1. Factor de ramificación (juga­
das o movimientos plausibles). Es el número de jugadas razonables que han de
considerarse cada vez que a uno le toca
164
mover. En general (para los seres humanos) suelen ser 6 o 7 en una posición ordinaria de medio juego. Tratándose de
ordenadores que juegan al ajedrez, este
factor podrá ser el número de jugadas legales en cada posición.
2. Rasgos esenciales. Con esto nos
referimos a los elementos posicionales o
tácticos que determinan la evaluación
general de una posición. Entre los primeros figuran las columnas abiertas o
semiabiertas, la estructura de peones, la
actividad de las piezas, etc. Entre los segundos, las piezas clavadas, colgadas,
etcétera.
3. Secuencia (o seriei forzada. Es
una sucesión de jugadas donde las réplicas de uno de los contendientes son obligatorias, so pena de desastre inmediato. ,
4. Arbol de jugadas plausibles. Se
trata de un esquema en forma de «árbol» que representa los movimientos
plausibles en una posición dada, en general mediante nodos conectados por lineas o pequeños arcos.
5. Profundizaciónprogresiva. Llámase así al proceso merced al cual se
vuelven a repasar y verificar variantes
previamente analizadas, ahondando
cada vez más en ellas por etapas sucesi-
vas. Es lo que los seres humanos suelen
hacer antes de decidirse por una jugada.
6. Amenaza. Movimiento táctico
que entraña un peligro inminente para el
adversario, en forma de captura, clavada, horquilla, ataque doble, etc.
3. Cómo formular un plan
l. Columna abierta. Una columna
no ocupada por peones.
2. Columna semiabierta. Una columna ocupada únicamente por peones
de un color.
3. Peón aislado. El no acompañado por peones adyacentes de su propio
bando.
4. Peones colgantes. Dos peones
situados en la misma fila y en columnas
adyacentes, sin que haya otros de sucolor a ambos lados, es decir, en las columnas vecinas.
5. Peón retrasado. El que no puede ser defendido por otro peón, no puede avanzar sin peligro de ser capturado
por un peón enemigo y está expuesto a
ser atacado por una columna semiabierta.
6. Peón doblado. Se trata de dos
peones del mismo color situados en una
misma columna. Suelen constituir una
debilidad, ya que no pueden defenderse
mutuamente y que un solo peón enemigo basta para bloquearlos.
7. Complejo de casillas de un color. Grupo de casillas de un solo color
no defendidas y surgidas de la estructura de peones.
4. Principios e ideas de apertura
l. Apertura. Fase inicial del juego
en que las piezas se movilizan.
2. Centralización. Movimiento de
una pieza hacia el centro.
3. Diferencial de poder. Diferencia de actividad entre las piezas blancas y negras en una posición determinada.
4. Fianchetto. Desarrollo de un alfil por b2 o g2 (blancas) o por b7 o g7
(negras).
5. Par ( o pareja) de alfiles. Es el
caso de 1 + 1 = 2 y un poquito más,
pues queda eliminada la desventaja, in­
herente al alfil, de no dominar más casillas que las del color por donde discurre. En posiciones abiertas, la posesión
del par de alfiles contra alfil y caballo o
contra dos caballos redunda ordinariamente en cierta superioridad posicional.
S. Finales
l. Final.Eslafasedelapartidaque
se caracteriza por la escasez de material en el tablero, así como por la ausencia, en general, de las complicaciones típicas de la apertura o el medio
juego.
2. P.P.P. Abreviatura de peón pasado y protegido.
3. P.P.D. Abreviatura de peón pasado y distante.
4. Zugzwang. Palabra alemana
cuyo significado literal es «obligación
de mover». La necesidad de hacer una
jugada no es siempre una ventaja, y aquí
este término se utiliza en el sentido de
que el tener que jugar acarrea la pérdida de la partida.
5. Alfil erróneo (no se confunda
con «alfil malo»). En relación con el fi­
nal de rey, alfil y peón de torre contra
rey, llámase así al alfil incapaz de dominar la casilla donde ha de coronarse su
propio peón. Si el rey enemigo logra
ocupar esta casilla, la partida es tablas,
ya que no se le puede forzar a abandonar el rincón.
165
ESCAQUES
Libros de aiedrez
1
2
3
4
5
6
Finales de peones - Morzelis
Finales de alfil y de caballo - Averboch
Teoría de Finales de torre - Lowenfishy Smyslow
Teoría de aperturas, tomo 1: Abiertos - Ponov
Teoría de aperturas, tomo 11: Cerrados - Ponov
Defensa indio de rey - Cherto
7 Táctico moderno en ajedrez, tomo 1- Pochmon
8 Táctico moderno en ajedrez, tomo 11 - Pochmon
9 Estrategia moderno en ajedrez - Pochmon
10 Lo trampa en lo oper1ura - B. Weinstein
11 Aperturas abiertas - Pachman
12 Aperturas semiobiertas - Pachmon
13 Gambito de dama - Pachman
14 Aperturas cerradas - Pachmon
15 El arte del sacrificio en ajedrez - Spielmonn
16 Cómo debe jugarse la apertura - Suetin
17 Teoría de los Finales de partida -Averbach
18 El arte de lo defensa - llio Kan
19 Táctico del medio juego-Bondarewsky
20 Lo estrvctura de los peones centrales - Persits
21 lo perfección en el ajedrez - Fred Reinfeld
22 El gambito de rey - Poul Keres
23 Lecturas de ajedrez - Averboch
24 200 celadas de apertura - Gelenczei
25 Defensa siciliana. Variante Najdorf- Cherta
26 Ajedrez de entrenamiento - Koblenz
27 Jaque mote - Kurt Richter
28 Combinaciones en el medio juego - Romonovsky
29 Defensa Pire - Fridshtein
30 El sentido común en ajedrez - Lasker
31 Ajedrez elemental - Panov
32 Lo apertura catalana - Neustodt
33 Ataque y defensa - Hans Müller
34 Defensa siciliano. Variante Paulsen - Cherta
35 Lo psicología en ajedrez - Krogius
36 El arte del análisis - Keres
37 Bobby Fischer - Pablo Morón
38 Partidos decisivos - Pochman
39 200 partidas abiertas - Bronstein
40 El match del siglo: Fischer-Spassky - Pochmon
41 A8C de los aperturas - Ponov
42 Lo batalla de las ideas en ajedrez - Saidy
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
Ataques al rey - Baranov
Capablanca - Panov
Los niños prodigio del ajedrez - Pablo Morón
Tablas - M. Tal y Verjovsky
Leyes fundamentales del ajedrez - Kan
Ajedrez y matemáticas - Fabel, Brondsdorffy Tiihimaa
El laboratorio del ajedrecista - Suetin
Cómo piensan los grandes maestros - Schmidt
Defensa siciliana. Variante del dragón - Gufeld
Psicología del jugador de ajedrez - Reuben Fine
Los campeonatos del mundo. De Steinitz a Alekhine.
Los campeonatos del mundo. De Botvinnika Fischer
Viaje al reino del 9jedrez -Averboch y Beilin
Anatoli Karpov - Angel Martin (nueva edición)
Alekhine - Kotov
300 miniaturas - Roizman
Errores típicos - Persistsy Voronkov
La defensa Alekhine - Eales y Williams
Finales artísticos - Kasparian
Diccionario de ajedrez - Ramón Ibero
Curso de aperturas! (Abiertas) - Panov/Estrin
Curso de aperturas 11 (Semiabiertas) - Panov/Estrin
Curso de aperturas 111 (Cerradas)- Panov/Estrin
Defensa siciliana. Variante Scheveningen - Nikitin
Prádica de las aperturas - L. Pachman
Práctica del medio ,·uego- L. Pachman
Práctica de los fina es - L. Pachman
Ajedrez y computadoras - Pachman y Kühnmund
Técnicas de ataque en ajedrez - P. Edwards
El contraataque en ajedrez - Damski
El mundo mágico de las combinaciones - Koblenz
Problemas de ajedrez-Cornil Seneca
Tratado de ajedrez superior - Estrin
De la apertura al final- Edmar Mednis
Fundamentos estratégicos del ajed,rez - Estrin
Kasparov, campeón del mundo - Angel Martin
Ajedrez práctico - R. Edwards
Ajedrez magistral - Kopec y otros
Ajedrez moderno - B. Pandolfini
Ajedrez por campeones - B. Pandolfini
Defensa siciliana. Variante Sveshnikov - Adorjan/Horvath
Teoría moderna en ajedrez l. Aperturas abiertas - Pachman
Teoría moderna en ajedrez 11. Aperturas semiabierlas- Pachman
La defensa Caro-Kann - Egon Varnusz
Teoría moderna en ajedrez 111. Defensa siciliana - Pachman
Test del ajedrecista -Gil/Magem
Angel Martln
Garrí
l{MPAROV
campeón del mundo
Las mejores partidas de Kasparov.
A través de ellas asistimos a sensacio­
nales innovaciones teóricas, a sacrifi­
cios inesperados y a una amplia gama
de recursos técnicos de gran eficacia.
La belleza del ajedrez se manifiesta con
todo su esplendor en el juego de Kas­
parov.
Setenta y seis partidas magistrales que
ponen de relieve las características del
juego de Karpov: una excepcional ri­
queza de ideas y una perfección en el
cálculo que roza la exactitud de una
computadora.

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