Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal en Areas

Transcripción

Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal en Areas
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal en Areas Protegidas y en Fincas
Material de Apoyo a la Capacitación en
Conservación In Situ de la
Diversidad Vegetal en Areas
Protegidas y en Fincas
Margarita Baena, Sildana Jaramillo y Juan Esteban Montoya
IPGRI
Material producido con apoyo del
Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria de España
Material de Apoyo a la Capacitación en
Conservación In Situ de la
Diversidad Vegetal en Areas
Protegidas y en Fincas
Margarita Baena, Sildana Jaramillo y Juan Esteban Montoya
El Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) es un
organismo internacional autónomo de carácter científico que busca promover la
conservación y el uso de los recursos fitogenéticos para beneficio actual y futuro
de la humanidad. El IPGRI es uno de los 16 Centros Future Harvest auspiciados
por el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI), una
asociación de entidades públicas y privadas que apoyan avances en la
investigación conducentes a reducir el hambre y la pobreza, mejorar la nutrición
humana y la salud, y proteger el ambiente. El Instituto tiene su sede en Maccarese,
cerca de Roma, Italia, y oficinas en más de 20 países del mundo. El IPGRI opera
mediante tres programas: (1) el Programa de Recursos Fitogenéticos, (2) el
Programa de Apoyo a las Actividades en Recursos Fitogenéticos de los Centros
del GCIAI y (3) la Red Internacional para el Mejoramiento del Banano y el Plátano
(INIBAP).
El carácter de organismo internacional del IPGRI lo confiere la firma del Convenio
de Creación del Instituto, a enero de 2003 ratificado por los gobiernos de los
siguientes países: Argelia, Australia, Bélgica, Benin, Bolivia, Brasil, Burkina Faso,
Camerún, Congo, Costa de Marfil, Costa Rica, Chile, China, Chipre, Dinamarca,
Ecuador, Egipto, Eslovaquia, Grecia, Guinea, Hungría, India, Indonesia, Irán,
Israel, Italia, Jordania, Kenia, Malasia, Mauritania, Marruecos, Noruega, Pakistán,
Panamá, Perú, Polonia, Portugal, la República Checa, Rumania, Rusia, Senegal,
Sudán, Suiza, Siria, Túnez, Turquía, Ucrania y Uganda.
Las actividades de investigación del IPGRI reciben apoyo financiero de más de
150 donantes, entre los que se incluyen gobiernos, fundaciones privadas y
organismos internacionales. Detalles sobre los donantes y las actividades de
investigación aparecen en los Informes Anuales del IPGRI, disponibles en forma
impresa, a solicitud, en la dirección electrónica [email protected] o en
las páginas del IPGRI en la Internet (www.ipgri.org).
Las designaciones geográficas empleadas en esta publicación al igual que la
presentación del material no expresan en modo alguno opinión del IPGRI o del
GCIAI sobre el estatus legal de ningún país, territorio, ciudad o área, ni acerca
de sus autoridades o de la delimitación de sus fronteras. Asimismo, las opiniones
expresadas son las de los autores y no necesariamente reflejan los puntos de
vista de estas organizaciones. La mención de alguna marca registrada se
suministra con fines informativos únicamente, no de apoyo al producto.
Cita:
Baena, M., S. Jaramillo y J.E. Montoya. 2003. Material de apoyo a la capacitación
en conservación in situ de la diversidad vegetal en áreas protegidas y en fincas.
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos, Cali, Colombia.
Ilustración:
Nelly Giraldo
ISBN 92-9043-600-X
IPGRI
Via dei Tre Denari 472/a
00057 Maccarese
Roma, Italia
© Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos, 2003
Contenido
Página
Agradecimientos .............................................................................................................v
Prólogo .......................................................................................................................... vii
Organización del módulo .............................................................................................. ix
Contenido ........................................................................................................................3
I.
Objetivos .................................................................................................................4
II.
La biodiversidad, una riqueza magnífica en peligro ................................................ 7
III.
La conservación in situ de la biodiversidad .......................................................... 13
IV.
La conservación de la diversidad vegetal en áreas protegidas ...........................
A. Planificación .................................................................................................
1. Selección de las posibles áreas de conservación ...................................
2. Diseño de la reserva ...............................................................................
a. Caracterización de las poblaciones ...................................................
b. Definición del tamaño de las poblaciones ..........................................
c. Composición de la reserva .................................................................
3. Plan de manejo de la reserva .................................................................
4. Designación oficial de una reserva .........................................................
B. Ejecución - Manejo y monitoreo de la reserva .............................................
1. Poblaciones .............................................................................................
2. Ambiente físico ........................................................................................
3. Actividades permitidas ............................................................................
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50
V.
La conservación de la agrobiodiversidad en sistemas tradicionales de cultivo ...
A. Introducción ..................................................................................................
1. La agrobiodiversidad –fundamento de la producción sostenible
y la supervivencia ....................................................................................
2. La controversia sobre dónde conservar la diversidad cultivada:
ex situ o in situ? .......................................................................................
B. Definiciones de conservación in situ y conservación en fincas o sistemas
tradicionales de cultivo .................................................................................
1. Qué es la conservación en fincas? .........................................................
2. Los sistemas tradicionales de cultivo ......................................................
a. Qué es un sistema tradicional de cultivo, cómo funciona y
por qué es un ambiente de conservación ..........................................
b. Los sistemas tradicionales de cultivo como ambientes de conservación
C. El manejo de la diversidad cultivada por parte del agricultor .......................
Decisiones del agricultor que afectan la diversidad .....................................
1. Características agromorfológicas de las variedades ..............................
2. Prácticas de manejo de la finca ..............................................................
3. Sitio donde siembra .................................................................................
4. Tamaño de la población ..........................................................................
5. Fuente de material de siembra ...............................................................
6. Factores socioeconómicos que influyen en las decisiones del agricultor
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78
D.
V.
Apoyo al agricultor en el manejo y mantenimiento de la
agrobiodiversidad......................................................................... 82
1. Diagnóstico del sistema tradicional de cultivo ............................. 84
a. Diversidad ............................................................................... 85
b. Ambiente físico ....................................................................... 86
c. Los agricultores ....................................................................... 87
2. Caracterización de las variedades que maneja el agricultor ....... 89
3. Fortalecimiento de la producción ................................................. 90
a. Procesar las cosechas ............................................................ 90
b. Mejorar las variedades ............................................................ 90
c. Mejorar el abastecimiento y el flujo de semillas ...................... 91
Conclusiones ........................................................................................... 92
Referencias consultadas ................................................................................ 94
Anexos ........................................................................................................ 107
Anexo 1. Categorías de áreas protegidas ............................................. 109
Anexo 2. Modelo para una reserva simple óptima ................................ 113
Anexo 3. Modelo para una reserva múltiple óptima .............................. 117
Anexo 4. Régimen de muestreo ............................................................ 121
Anexo 5. Glosario .................................................................................. 125
Agradecimientos
El presente material es producto de un proyecto colaborativo entre el IPGRI y
España, financiado por este país, para promover la capacitación y la investigación
en recursos fitogenéticos en América Latina. Los autores agradecen al Instituto
Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) de España,
por facilitar los fondos para desarrollar el proyecto y a la Agencia Española de
Cooperación Internacional (AECI) por facilitar la realización del primer evento de
prueba. Agradecemos al Dr. Daniel Debouck, Unidad de Recursos Genéticos
del Centro Internacional de Agricultura Tropical, por sus contribuciones a la primera
versión del documento y por su labor como instructor en el primer taller de prueba
del material. De igual manera, agradecemos los aportes de los revisores del
material, los Doctores César Azurdia, Universidad de San Carlos de Guatemala,
David Williams, Investigador Principal en Diversidad Genética del IPGRI y José
Luis Chávez, Especialista en Conservación In Situ del IPGRI, al igual que las
sugerencias para mejorarlo. Finalmente, nuestra gratitud a los participantes y
socios colaboradores en los eventos de prueba del módulo.
v
Prólogo
La diversidad biológica es la base de la vida en la Tierra y el fundamento de la
agricultura y la economía. El hombre percibe de la biodiversidad múltiples
beneficios, siendo el más importante la gran variedad de plantas de las que
obtiene alimentos, medicinas y vivienda. A pesar de su gran magnitud, la
diversidad biológica es finita y se está reduciendo por la sobreexplotación a la
que la hemos sometido. Esto ha causado el deterioro y destrucción de muchos
hábitat y la desaparición de especies, limitando así la disponibilidad de los recursos
y poniendo en peligro nuestra subsistencia y la de generaciones futuras. Frente
a esta amenaza para nuestra supervivencia y calidad de vida, necesitamos
conservar la diversidad vegetal para contar con la mayor cantidad posible de
recursos que nos permitan recuperar los hábitat destruidos, mejorar los cultivos
y asegurar suficiente alimento para una población en continuo crecimiento.
Conservar la diversidad vegetal implica mantenerla evolucionando para que
genere nueva diversidad que podamos utilizar. Esto sólo se logra manteniendo
las poblaciones vegetales un su ambiente natural, es decir, en los sitios donde
se originaron o donde han desarrollado sus características. Podemos conservar
in situ la diversidad natural (selvas, bosques) en áreas protegidas, mientras la
diversidad cultivada (especies útiles para la alimentación y la agricultura) la
podemos conservar en agroecosistemas denominados sistemas tradicionales
de cultivo.
Las actividades del IPGRI en el tema de la conservación in situ incluyen desarrollar
marcos de trabajo que permitan implementar la conservación in situ a nivel
nacional y mundial; recolectar y analizar datos para determinar la cantidad y
distribución de la diversidad genética en campos de los agricultores; incrementar
la comprensión de los procesos que mantienen la diversidad en las fincas
incluyendo los factores naturales y humanos; ampliar el uso de la
agrobiodiversidad y la participación en la conservación por parte de las
comunidades agrícolas y otros grupos, y canalizar esta información y el material
genético mismo en programas de desarrollo agrícola.
Con el desarrollo y puesta a disposición de los usuarios de este material, el
IPGRI espera hacer un aporte significativo a la capacitación de técnicos en
conservación de recursos biológicos y fitogenéticos que redunde un mejor manejo
y aprovechamiento racional de estos recursos.
Ramón Lastra
Director Regional, Grupo Américas
vii
Organización del Módulo
Audiencia y Objetivos
Este módulo fue desarrollado para profesionales que trabajan en la conservación
de recursos biológicos y fitogenéticos al igual que para estudiantes de pregrado
y postgrado en áreas relevantes a la conservación de estos recursos, como la
biología y la agronomía.
El objetivo del módulo es ayudar a los interesados en abordar estos temas con
fines de aprendizaje o enseñanza a comprender los fundamentos de la
conservación in situ de la diversidad vegetal en áreas protegidas y en fincas.
Específicamente, el módulo ha sido diseñado para ayudar a los usuarios a:
• Comprender por qué es importante conservar la diversidad vegetal in situ en
ambientes apropiados
• Conocer las alternativas para conservar in situ según la diversidad objetivo,
el sitio y las condiciones de conservación
• Comprender por qué cierta diversidad se conserva en reservas o en sistemas
tradicionales de cultivo
• Conocer las características de las reservas y los procesos que hacen de los
sistemas tradicionales de cultivo ambientes de conservación
• Identificar criterios, metodologías y procedimientos útiles para planificar e
implementar actividades de conservación in situ en reservas y en fincas.
Características
Este material reúne los conceptos fundamentales para conservar la diversidad
vegetal en áreas protegidas y en sistemas tradicionales de cultivo. Explica los
principios y describe los procedimientos para establecer y manejar áreas
protegidas, y para desarrollar programas de apoyo a los agricultores en el manejo
de la diversidad genética cultivada. Fue diseñado para uso en el salón de clase
o como guía para el autoaprendizaje de los temas. Se puede utilizar en cursos
presenciales de 40 horas de duración, sean estos o no parte de un programa
académico.
El módulo se compone de un texto que presenta los conceptos, acompañado de
diapositivas, referencias bibliográficas, ejemplos y anexos con información
complementaria. Uno de los anexos es un glosario de términos que se utilizan
dentro del módulo y de otros términos relevantes para el tema de la conservación
in situ.
El contenido se basa en una extensa revisión de literatura, retrospectiva a varias
décadas, sin pretender sustituirla. Contiene ejemplos, es fácil de seguir y de
complementar con materiales adicionales, al igual que con ejemplos y la
experiencia tanto de instructores como alumnos en los cursos. El material ha
pasado por varias pruebas en cursos desarrollados para tal fin, con grupos
nacionales e internacionales, incluyendo un curso universitario de nivel de
postgrado. En las pruebas, tanto instructores como participantes lo han
encontrado atractivo por las ilustraciones, fácil de comprender y seguir, apropiado
en cuanto a contenido y fácil de complementar.
ix
Contenido
El contenido del módulo se divide en cuatro partes: una introducción general al
tema de la conservación in situ, la conservación en áreas protegidas, la
conservación de la agrobiodiversidad en sistemas tradicionales de cultivo y unas
conclusiones. En la introducción se explica qué es la diversidad, por qué hay
que conservarla y las diversas formas en que se puede conservar dentro o
fuera de su ambiente de ocurrencia natural hasta llegar a las definiciones de
conservación in situ y las respectivas modalidades según la naturaleza del
material que se esté conservando.
Luego se trata en detalle la sección de conservación en áreas protegidas,
dividiéndola en sus etapas de planificación y ejecución. En la primera se estudian
los diversos pasos para diseñar un área protegida, desde la selección del sitio
hasta la designación oficial de la reserva. En la etapa de manejo y monitoreo de
la reserva, se incluyen detalles sobre los diferentes aspectos que es preciso
analizar y los procedimientos que se siguen para saber si la reserva está
cumpliendo su función de mantener la diversidad en equilibrio y poder tomar las
medidas pertinentes. Los Anexos 1 a 4 contienen información complementaria
pero necesaria para comprender el diseño y el monitoreo de las áreas protegidas.
La siguiente sección es la de conservación de la agrobiodiversidad en sistemas
tradicionales de cultivo. Esta sección inicia definiendo la agrobiodiversidad y
sus componentes y haciendo un recuento histórico sobre cómo han evolucionado
las ideas acerca de dónde y cómo conservar la agrobiodiversidad hasta llegar a
las definiciones actuales sobre la conservación en fincas y lo que hace de un
sistema tradicional de cultivo un ambiente de conservación. Luego se muestra
cómo los agricultores manejan la agrobiodiversidad, qué decisiones toman sobre
ella que afectan el contenido de diversidad en las fincas y qué factores sociales,
económicos y culturales inciden en las decisiones del agricultor para mantener
la diversidad. Finalmente, a partir del reconocimiento de que quien conserva es
el agricultor, se introducen algunas formas y procedimientos mediante los cuales
se puede apoyar al agricultor en el manejo y mantenimiento de la diversidad en
su finca.
El módulo termina con unas conclusiones sobre la conservación en general e in
situ en particular. Posteriormente se incluye una amplia lista de referencias
consultadas y los anexos.
Este módulo complementa otras publicaciones del IPGRI sobre la conservación
in situ, particularmente la titulada A Training Guide for In Situ Conservation Onfarm, por Jarvis et al., que presenta un modelo para establecer programas o
proyectos de conservación in situ en los países, que formen parte de estrategias
nacionales de conservación, e identifica elementos de investigación para hacerse
dentro de estos programas. Esta guía se cita varias veces dentro del módulo y
está disponible en la dirección http://www.ipgri.cgiar.org/Publications/
pubfile.asp?ID_PUB=611. Otras publicaciones del IPGRI sobre conservación in
situ y conservación en fincas se encuentran disponibles en la dirección http://
www.ipgri.org/.
x
Conservación In Situ de la Diversidad
Vegetal en Areas Protegidas y en Fincas
Contenido
I. Objetivos
II. Introducción
III. La conservación in situ de la biodiversidad
IV. La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V. La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI. Conclusiones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
2
I.
Objetivos .................................................................................................5
II.
Introducción ............................................................................................ 6
III.
La conservación in situ de la biodiversidad .......................................... 13
IV.
La conservación de la diversidad vegetal en áreas protegidas ............ 20
V.
La conservación de la diversidad cultivada en fincas ........................... 51
VI.
Conclusiones ........................................................................................ 92
3
Contenido
I. Objetivos II.
Introducción
III.
La conservación in situ de la biodiversidad
IV.
La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V.
La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI. Conclusiones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
4
3
I. Objetivos
Conocer qué se conserva in situ,
con qué propósito, dónde y en
qué condiciones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
4
I. Objetivos
Al final de este módulo el estudiante podrá:
•
Entender la importancia de conservar la diversidad vegetal in situ en
ambientes apropiados
•
Conocer las alternativas para conservar in situ según la diversidad
objetivo, el sitio y las condiciones de conservación
•
Comprender por qué cierta diversidad se conserva en reservas o en
sistemas tradicionales de cultivo
•
Conocer las características de las reservas y los procesos que hacen de
los sistemas tradicionales de cultivo ambientes de conservación
•
Identificar criterios, metodologías y procedimientos útiles para planificar e
implementar actividades de conservación in situ en reservas y en fincas
5
Contenido
I.
Objetivos
II. Introducción III. La conservación de la biodiversidad
IV. La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V. La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI. Conclusiones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
6
5
II. La biodiversidad, una riqueza
magnífica en peligro
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
7
6
La biodiversidad
• es la variabilidad de seres
vivos y ecosistemas
• sustenta la vida en el planeta
y está desapareciendo
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
7
La biodiversidad o diversidad biológica comprende el conjunto de seres vivos y
los ecosistemas en que habitan (Glowka et al. 1994). Esta gran variedad de
formas de vida en equilibrio nos ofrece múltiples beneficios como alimento, vivienda y medicinas, que garantizan nuestra supervivencia en el planeta. Pero
a pesar de su amplia variedad, la biodiversidad es finita, característica que
parecemos olvidar pese a reconocer que dependemos de ella. En nuestro afán
de aprovechar los recursos que la biodiversidad nos ofrece, hemos reducido
unos y hasta hecho desaparecer otros.
8
La biodiversidad
está compuesta por genes,
especies y ecosistemas
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
8
La biodiversidad está compuesta por genes, especies y ecosistemas. Los genes son la parte heredable y sus múltiples combinaciones conforman las diferentes especies. Una especie es un grupo de individuos similares en lo fundamental, capaces de intercambiar genes, y separados de otros grupos cercanamente relacionados por diferencias morfológicas y reproductivas que originan
la variabilidad1 entre ellos. Los ecosistemas son complejos dinámicos formados
por comunidades de plantas, animales, microorganismos y su ambiente
abiótico, que interactúan formando una unidad funcional.
------------------------------------1
Los términos subrayados aparecen en el glosario (véase Anexo 5, al final del módulo)
9
Cómo se origina la biodiversidad?
La interacción entre genes, especies
y ecosistemas incrementa la
diversidad mientras que el deterioro
de los ecosistemas la reduce
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
9
La diversidad se origina cuando los genes, las especies y los ecosistemas que
la componen interactúan formando nuevas combinaciones. Los genes pueden
modificar su expresión y combinarse con otros para producir genotipos o especies. Los genotipos interactúan entre sí (recombinación) y con el ambiente. El
ambiente, por su parte, modifica la expresión de los genotipos, interacción que
se manifiesta en diferencias de adaptación, rendimiento y respuesta a factores
como el suelo, el agua y la temperatura, constituyendo los fenotipos.
Los componentes de la diversidad biológica permanecen en equilibrio en la naturaleza pero este equilibrio se puede alterar cuando intervienen factores externos ocasionando pérdidas de especies y ecosistemas. Los desastres naturales pueden ocasionar estas pérdidas pero los principales factores de deterioro
son las actividades humanas como la sobreexplotación, la expansión de la
frontera agrícola, la urbanización y la contaminación.
La pérdida de diversidad, conocida como erosión genética, pone en peligro nuestra calidad de vida y la subsistencia de las generaciones venideras. La extinción
de especies, que llegó a niveles críticos durante el siglo XX, ha planteado la necesidad de conservar los recursos biológicos para poder enfrentar cambios y
suplir necesidades en el futuro. Los recursos conservados nos permitirán mejorar cultivos, recuperar ambientes deteriorados y fuentes de agua, y asegurar
suficiente alimento para una población en continuo crecimiento.
10
Dónde conservar la biodiversidad?
In situ y ex situ –dentro y fuera
de la naturaleza– o en ambos
ambientes simultáneamente
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
10
La diversidad vegetal se puede conservar dentro de la naturaleza (in situ, ecosistemas naturales y agrícolas), fuera de ella (ex situ, colecciones y bancos de
germoplasma) o en una combinación de ambos ambientes. La elección del ambiente dependerá de las razones (objetivos) que tengamos para conservar y
de las características de la fracción de biodiversidad que deseemos conservar.
11
Qué se conserva ex situ y qué in situ?
Los genotipos se pueden conservar
ex situ mientras que los ecosistemas
hay que conservarlos in situ
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
11
Por fuera de la naturaleza podemos conservar un gran número de especies,
no así las relaciones entre ellas y su entorno ecológico. En contraste, en la naturaleza podemos conservar poblaciones de especies en continua evolución, y
mantener los ecosistemas en los que se desarrollaron y las relaciones o interacciones entre ellos. Estas condiciones permiten que se siga generando diversidad genética, proceso que se interrumpe en el material conservado fuera
de su hábitat natural. Conservar en la naturaleza (in situ) conlleva además el
beneficio de combinar la conservación con la utilización pues las comunidades
que tradicionalmente han mantenido los recursos también se sirven de ellos.
Entonces, si el objetivo es conservar genotipos específicos, será conveniente
optar por la alternativa ex situ mientras que si lo que buscamos es conservar
las especies en su ambiente (ecosistema) necesariamente habrá que hacerlo
in situ. Hechas estas diferencias, procederemos a detallar la conservación in
situ de la diversidad vegetal, objeto de estudio del presente módulo.
12
Contenido
I.
Objetivos
II. Introducción
III. La conservación in situ de la biodiversidad
IV. La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V. La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI. Conclusiones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
13
12
III. Conservar in situ es
mantener la biodiversidad
en condiciones óptimas,
en la naturaleza o en
agroecosistemas
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
13
III. Conservación in situ de la biodiversidad
Conservar la biodiversidad in situ consiste en proteger los ecosistemas naturales manteniendo las poblaciones de las especies que los componen o recuperándolas si se han deteriorado. La conservación in situ de especies cultivadas se refiere a mantenerlas en los sitios en donde han desarrollado sus
características.
14
Dónde conservar in situ?
• diversidad natural en áreas protegidas
• diversidad cultivada en fincas, huertos
caseros, jardines de autoconsumo
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
14
Las especies de vida silvestre se conservan in situ en ecosistemas naturales
y las cultivadas en agroecosistemas. Los primeros, conocidos como áreas
protegidas, incluyen los santuarios, parques naturales y reservas genéticas o
de la biosfera, y pueden estar intactos o haber sido ligeramente modificados
por el hombre. Los segundos, conocidos como sistemas tradicionales de
cultivo, comprenden las fincas y los huertos caseros o jardines de autoconsumo y son, por definición, modificados por el hombre con fines de producción.
15
Areas protegidas
conservan la biodiversidad
en aislamiento y bajo
designación legal
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
15
Las áreas protegidas son ecosistemas terrestres y/o marinos en donde se
conservan por tiempo indefinido la diversidad biológica y otros recursos naturales, al igual que las características culturales asociadas a ellos. Geográficamente definidas y legalmente designadas, las áreas protegidas aplican diferentes grados de aislamiento a las poblaciones que conservan dependiendo de lo amenazadas que estén estas especies. Tradicionalmente se han utilizado para conservar bosques, fauna y flora silvestres aunque también como
reserva de parientes silvestres de especies cultivadas (Maxted et al. 1997;
Glowka et al. 1994; FAO 1998).
En el pasado, las áreas protegidas excluían el asentamiento humano y las
actividades diferentes a la conservación en aras de mantener el equilibrio de
los ecosistemas. Hoy día, sin embargo, la conservación no excluye el desarrollo social y económico por lo que se permite a las comunidades con tradición en una zona protegida aprovechar los recursos y a otros grupos realizar
actividades de investigación, educación y ecoturismo.
16
Areas protegidas – categorías
Pueden ser áreas de
• protección estricta
• conservación de ecosistemas y turismo
• conservación de características naturales
• conservación a través del manejo activo
• conservación de paisajes terrestres
y marinos y recreación
• utilización sostenible de ecosistemas
naturales
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
16
Dependiendo del grado de protección y de la actividad permitida, las áreas protegidas se clasifican en a) áreas de protección estricta, b) de conservación de
ecosistemas y turismo, c) de conservación de características naturales, d) de
conservación a través del manejo activo, e) de conservación de paisajes terrestres y marinos y recreación, y f) de utilización sostenible de ecosistemas
naturales. Las cinco primeras combinan la conservación con actividades de
investigación, educación y ecoturismo mientras que la última se designa para
la utilización sostenible de la biodiversidad (Glowka et al. 1994). Detalles y
ejemplos de estas categorías aparecen en el Anexo 1.
17
Los sistemas tradicionales de cultivo
mantienen la
diversidad cultivada
y el conocimiento
asociado
a ella
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
17
Los sistemas tradicionales de cultivo conservan especies útiles y conocimiento relacionado con el manejo y el uso de esas especies. Dependiendo de su
tamaño se clasifican en fincas y huertos caseros o jardines de autoconsumo.
Las fincas, generalmente localizadas en centros de diversidad, concentran una
amplia variabilidad de plantas en espacios relativamente reducidos. En los
huertos caseros o jardines de autoconsumo se conservan hortalizas, frutas,
plantas medicinales, especias, hierbas, arbustos y árboles en parcelas pequeñas que el agricultor destina a la producción de su propio alimento.
18
Areas protegidas vs. agroecosistemas
Los primeros conservan controlando el uso
mientras que los segundos producen
para el uso y en consecuencia
favorecen la conservación
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
18
La conservación en áreas protegidas está a cargo de conservacionistas y se
maneja con un criterio de intervención mínima. Los sistemas tradicionales de
cultivo, por su parte, son manejados por agricultores que a través de la producción mantienen y amplían la diversidad genética de los cultivos.
19
Contenido
I.
Objetivos
II.
Introducción
III.
La conservación in situ de la biodiversidad
IV. La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V.
La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI.
Conclusiones
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
20
19
IV. Por qué conservar in situ?
para proteger la diversidad
del deterioro y la extinción
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
20
IV. Cómo se conserva la diversidad en áreas protegidas?
La decisión de conservar in situ resulta de identificar una fracción de biodiversidad de valor para el hombre que está amenazada o se está perdiendo. El deterioro de un ecosistema natural se manifiesta en la reducción de las poblaciones que lo componen, especialmente en la pérdida de especies nativas, a causa de la tala y quema de vegetación, y de la contaminación de suelos y aguas.
Se lo conserva porque mantiene la diversidad en evolución y equilibrio para
generar nueva diversidad biológica. Las amenazas más frecuentes a la diversidad de un agroecosistema son la urbanización, la contaminación, la aculturación de las comunidades y la introducción de variedades mejoradas que desplazan las tradicionales reduciendo la diversidad de cultivos. El valor de uso de
estas especies determinará si se las mantiene en cultivo.
21
La conservación en áreas protegidas – Etapas
• Ubicación de la diversidad objetivo
• Diseño de la estrategia de conservación
(sitios, actores, plan de manejo)
• Ejecución del plan de manejo
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
21
El proceso de conservar in situ en áreas protegidas se puede dividir en dos
etapas –planificación y ejecución. La primera consiste en diseñar un plan que
indique dónde (sitios de conservación) y cómo (manejo) se conservará la diversidad objetivo, y la segunda en poner en marcha dicho plan. Las actividades
que se realizan en cada etapa varían dependiendo de las características de la
diversidad objetivo y del grado de deterioro que presente. Conservar en áreas
protegidas comprende ubicar las zonas del ecosistema que concentran la mayor diversidad, determinar la factibilidad de convertirlas en sitios de conservación, diseñar un plan para convertirlas en reservas, designarlas como tales y
manejarlas.
En las páginas siguientes explicaremos paso a paso estas etapas.
22
Conservación en áreas protegidas
Etapas
Planificación: diseño del plan de conservación • Ejecución: puesta en marcha del plan de
conservación
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Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
23
22
Planificación: diseño del plan de conservación
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
23
1. Planificación
La planificación comprende seleccionar las posibles áreas de conservación,
diseñar el plan de manejo de la reserva y designar la zona como área
protegida.
24
Selección de las posibles áreas
de conservación
Consiste en ubicar dentro
del ecosistema las zonas
de mayor diversidad y
aptas para conservar
Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
24
1. Selección de las posibles áreas de conservación
Ubicadas las zonas de mayor diversidad dentro del ecosistema, se seleccionan aquellas que ofrecen las mejores condiciones, se diseña un modelo para
convertirlas en sitios de conservación y se las designa como áreas protegidas.
Los pasos anteriores se cumplen recopilando datos de diversas fuentes y analizándolos hasta llegar a una lista de lugares que podrían convertirse en sitios
de conservación. La labor de búsqueda y recopilación de información se complementa con visitas exploratorias a los sitios preseleccionados.
La ubicación geográfica de las áreas se puede precisar tomando datos de inventarios y estudios ecogeográficos y florísticos, y/o utilizando instrumentos
como el localizador satelital por coordenadas. Si la información no aparece
compilada en estudios, será conveniente buscarla en bancos de germoplasma,
herbarios, jardines botánicos y centros de datos para la conservación (Jenkins
1988 citado por Debouck 1995). Este proceso de compilación y análisis debe
arrojar una lista de posibles áreas que se podrían adecuar como sitios de
conservación.
25
Evaluación de áreas preseleccionadas
El potencial de un área de
conservación se determina
por su calidad como hábitat,
por su contenido de diversidad
y por el costo de adecuarlo
como sitio de conservación
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25
Cada área preseleccionada se evalúa en términos de calidad como hábitat
para conservar por tiempo indefinido, contenido de diversidad objetivo, condiciones edafoclimáticas y costo relativo de convertirla en sitio de conservación.
La calidad del hábitat (alta, media o baja) depende del grado de alteración al
cual haya sido sometido. Un hábitat natural, no modificado se considera de alta
calidad; uno modificado ocasionalmente para agricultura o silvicultura y sin caminos o construcciones será de calidad media y aquel muy modificado, cuya
vegetación ha sido desplazada por construcciones y caminos, se considerará
de baja calidad (Payne y Bryant 1994).
El contenido de diversidad genética del ecosistema objetivo se determina
evaluando la genética y la dinámica de las poblaciones que contiene (número
y tamaño de las poblaciones, número y edad de los individuos, requerimientos reproductivos). La estabilidad del sitio para conservar a largo plazo se
deduce de los aspectos positivos que muestre el análisis del hábitat.
26
Características deseables
en un sitio de conservación
• máxima variabilidad genética
y morfológica
• hábitat heterogéneos
• costo favorable de adecuación
y mantenimiento
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26
Un sitio de conservación debe tener a) la mayor diversidad genética y morfológica posible, b) grandes poblaciones o poblaciones cuyo tamaño se pueda
incrementar fácilmente, c) el mayor rango posible de condiciones ecogeográficas, d) condiciones que aseguren la conservación a largo plazo y e) un
costo de adecuación y mantenimiento favorable en comparación con otras
posibles áreas. Estas características sirven de punto de referencia tanto
para seleccionar como para verificar la selección de sitios de conservación.
Identificadas las zonas que ofrecen las mejores condiciones para conservar a
largo plazo, entramos a diseñar el sitio de conservación, es decir, a definir los
componentes del área protegida, que se conocerá posteriormente como reserva.
27
Diseño de la reserva
Consiste en determinar
las condiciones que mantendrán
la diversidad viable
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27
2. Diseño de la reserva
Diseñar una reserva consiste en determinar las condiciones que mantendrán
las poblaciones de las especies de interés viables y en evolución. Esta actividad supone definir a) la estructura, el tamaño y la forma de la reserva, b) las
actividades a través de las cuales se manejará y monitoreará, y c) lo que la
designará oficialmente como tal. Antes de diseñar la reserva será necesario
caracterizar las poblaciones y definir el tamaño óptimo que tendrán.
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Caracterización de las poblaciones
Conocer el estado de las poblaciones
ayuda a definir en qué tamaño
se mantienen
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28
a. Caracterización de las poblaciones
El objetivo de caracterizar las poblaciones es determinar el estado en que se
encuentran y definir el tamaño conveniente para mantenerlas en equilibrio.
Consiste en determinar cómo se distribuyen las poblaciones dentro del ecosistema, qué especies contienen y cómo se reproducen. Para saber si las poblaciones están concentradas o dispersas habrá que hacer visitas exploratorias
al ecosistema y complementarlas con la información existente. Las especies
se identifican con base en sus características taxonómicas y su estrategia
reproductiva se determina analizando la genética y la dinámica de las
poblaciones.
La genética de poblaciones indica qué genes componen la población, cómo
cambian en el tiempo y en el espacio (frecuencia) y cómo se reproducen los
individuos dentro de ella. La dinámica, por su parte, muestra cómo se comportan las poblaciones en el hábitat (crecimiento, flujo de genes, distribución espacial). Dentro de la genética de poblaciones se analizan a) el tipo de reproducción y los mecanismos de polinización de las poblaciones y b) las estrategias
para reproducirse y dispersarse. Dentro de la dinámica, evaluaremos aspectos
como a) la edad de las poblaciones, b) el número de individuos que las conforman, c) la distribución de estos individuos en el espacio y d) la capacidad de
las poblaciones para colonizar uno o varios nichos ecológicos.
29
Tamaño de las poblaciones
Número mínimo o efectivo
de individuos necesario
para conservarlas
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29
b. Definición del tamaño de las poblaciones
El tamaño de las poblaciones se define analizando estadísticamente la información generada en la caracterización. Como el procedimiento es complejo y no se
tratará en este módulo, daremos unas indicaciones generales sobre las características de una población deseable pero destacamos la conveniencia de hacer el
ejercicio con la asesoría de expertos en estadística y genética de poblaciones.
Las poblaciones deben ser suficientemente grandes para que sobrevivan y
mantengan su diversidad genética indefinidamente (tamaño poblacional efectivo). Sin embargo, como no siempre es posible o práctico mantenerlas en un tamaño ideal, se puede llegar a un tamaño poblacional mínimo viable que permita
conservarlas, incluso a un nivel aceptable de pérdida de diversidad genética.
Los estimados para el tamaño poblacional mínimo viable (unidad de conservación in situ) son variables; Frankel y Soulé (1981) recomiendan entre 500 y
2000 individuos mientras que Hawkes (1991) 1000 individuos como mínimo.
Considerando que no todos los individuos de una población aportan genes a la
generación siguiente, Lawrence y Marshall (1997) sugieren un tamaño mínimo
de 5000 individuos, aunque consideran conveniente mantener entre 5000 y
10,000 puesto que pueden ocurrir pérdidas por desastres naturales, plagas y
enfermedades u otros factores.
El tamaño y las características de las poblaciones determinan si se conservan
en una o varias reservas. Si las poblaciones presentan ecotipos y se concentran en áreas muy alejadas entre sí conviene establecer más de una reserva,
pero si se concentran en una extensión razonable, el área podría convertirse
en una sola reserva con varias zonas núcleo (sitios donde se concentran las
poblaciones). Determinado el número de reservas que se establecerán, podemos pasar a definir la estructura que tendrán.
30
Composición de la reserva
Componentes
• Zonas núcleo
• Zonas amortiguadoras o de transición
• Corredores
Forma
• Rectangular
• Circular
Tamaño
• Depende del tamaño de las poblaciones
y la calidad del hábitat
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30
Zonas núcleo
Concentran la mayor diversidad objetivo
en equilibrio y con acceso restringido
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31
c. Composición de la reserva
Una reserva contiene varios sitios con diferente función, siendo el principal la
zona núcleo que concentra la mayor diversidad. Los otros sitios dentro de la
reserva incluyen las zonas amortiguadoras y de transición, cuya función es
proteger las zonas núcleo, y los corredores, encargados de comunicar las zonas núcleo o la reserva con otras reservas.
Además de concentrar la mayor diversidad genética posible, las zonas núcleo
deben ser un hábitat en equilibrio protegido contra factores que puedan poner
en peligro la diversidad que conservan. Por tanto, la zona debe tener acceso
restringido y, si acaso, permitir actividades de investigación (Cox 1993 y
Batisse 1986). Una reserva puede contener una o varias zonas núcleo dependiendo de cómo se distribuyan las poblaciones. Según el número de zonas
núcleo que contenga, la reserva será simple o múltiple. La simple normalmente
está compuesta por una sola zona núcleo grande, con una amplia diversidad
de especies y poblaciones en diferentes ambientes. La reserva múltiple está
compuesta por varias zonas núcleo pequeñas situadas en diferentes ambientes, aisladas o comunicadas entre sí (en red).
32
Zonas amortiguadoras o de transición
Protegen las zonas núcleo
aislándolas de factores nocivos
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Las zonas amortiguadoras rodean las zonas núcleo para protegerlas y/o aislarlas de factores que puedan deteriorar las poblaciones. Pueden tener otras
funciones como proveer ambientes suplementarios para especies nativas o
permitir actividades diferentes a la conservación. Existen dos tipos de zonas
amortiguadoras: 1) las internas o de extensión del amortiguamiento y 2) las externas, llamadas también zonas de socioamortiguamiento o de transición. Las
primeras, ubicadas alrededor de las zonas núcleo, permiten que ésta se expanda y que las poblaciones crezcan e intercambien genes. Las segundas se
ubican después de las zonas de extensión y su función es concentrar las actividades permitidas en la reserva, como la investigación, la educación, el ecoturismo y hasta el asentamiento humano con aprovechamiento racional de los
recursos (Cox 1993).
33
Corredores
Conectan varias reservas
o las zonas núcleo de una reserva
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33
Los corredores son hábitats abiertos que conectan varias reservas o las zonas núcleo de una misma reserva o entre varias reservas y permiten el flujo de
genes entre las zonas. En cuanto a extensión, los corredores pueden ser pequeños (una barrera viva) o extensos (cientos de hectáreas conectando dos
reservas –corredores inter-regionales) (Iowa State University 1994).
34
Forma de la reserva
Cómo se distribuyan las zonas núcleo
en la reserva determinará qué forma
tendrá y cuánto medirán sus bordes
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34
La distribución espacial de las zonas núcleo determina la forma (rectangular o
circular) que tendrá la reserva. En la práctica, las grandes reservas no tienen
una forma definida y la que adoptan está determinada por la distribución aleatoria de la vegetación que contienen. La forma determina la extensión de los
bordes (perímetro), considerados áreas vulnerables puesto que por allí puede
empezar a deteriorarse la reserva.
35
Tamaño de la reserva
Depende de la diversidad
objetivo y la calidad
del hábitat
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35
Una vez definida la estructura, pasamos a determinar el tamaño que tendrá la
reserva, en función de las características de las poblaciones y de la calidad
del hábitat de conservación. Poblaciones genéticamente diversas y de gran
tamaño requerirán áreas considerables. Reservas establecidas en ecosistemas de alta calidad necesitarán menos área que las que se establezcan en
zonas modificadas. Entonces, la reserva tendrá un tamaño directamente proporcional al de las poblaciones que contiene y a la manera cómo estén distribuidas, e inversamente proporcional a la calidad del ecosistema.
36
Características de una reserva óptima
Extensión, forma circular y
una o varias zonas núcleo
agrupadas y comunicadas
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36
Los pasos descritos anteriormente determinan las condiciones para establecer
una reserva en la cual se conserve un ecosistema. Sin embargo, estudios en el
tema muestran que ciertas características parecen funcionar mejor que otras
(Maxted et al. 1997, Noss 1992). Por ejemplo, en cuanto a forma, una reserva
circular es mejor que una rectangular porque tiene menos área de borde y en
consecuencia es menos vulnerable. Respecto al tamaño, una reserva grande es
mejor que una o varias pequeñas porque puede contener poblaciones más
grandes y estables, mayor diversidad genética (capacidad de carga) y de
ambientes, facilitar el flujo de genes, resistir la influencia de factores adversos y
ofrecer beneficios adicionales a la conservación como el aprovechamiento
sostenible de los recursos y el desarrollo de actividades educativas, de investigación y ecoturismo. En cuanto a distribución espacial y comunicación entre
zonas núcleo (y entre reservas), es mejor tener varias zonas núcleo cercanas,
agrupadas e interconectadas que alejadas, yuxtapuestas (alineadas) y aisladas,
puesto que el agrupamiento y la interconexión facilitan el flujo de genes,
determinante para la supervivencia de las poblaciones. Estas características en
conjunto mantienen la estabilidad de las reservas e implican menos manejo y
monitoreo.
De acuerdo con las pautas anteriores, una reserva simple óptima tendrá forma
circular, estará constituida por una zona núcleo central rodeada de zonas amortiguadoras (internas y externas) o de transición (Maxted et al. 1997). Una reserva múltiple óptima también será circular y tendrá sus zonas núcleo agrupadas e
interconectadas por corredores, rodeados ambos por zonas amortiguadoras
internas y externas (Noss 1992 citado por Payne y Bryant 1994). En ambos casos, la reserva deberá ser lo más grande posible. Ahora, en cuanto al número
de reservas para conservar determinado ecosistema, conviene duplicar por seguridad, es decir, establecer más de una reserva para garantizar el máximo
cubrimiento de diversidad genética y de ambientes. Diagramas de reserva simple óptima y múltiple óptima aparecen en los Anexos 2 y 3, respectivamente.
37
Plan de manejo de la reserva
Actividades que mantienen
o restablecen el equilibrio
del ecosistema
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3. Plan de manejo de la reserva
Los ecosistemas son sistemas dinámicos formados por una comunidad natural
y el medio ambiente físico en que se desarrolla. Las comunidades, compuestas
por poblaciones vegetales y animales, interactúan entre sí y con los componentes del ambiente (suelo, nutrientes, energía solar y agua) a través de la fotosíntesis y la producción y descomposición de biomasa, manteniendo el ecosistema en equilibrio. Cuando algún componente de este ciclo se altera, el ecosistema pierde el equilibrio y se deteriora en tanto las poblaciones que lo conforman ya no pueden desarrollarse normalmente y se reducen hasta
extinguirse.
Un ecosistema se conserva manteniéndolo en equilibrio a través del tiempo, lo
cual requiere determinar continuamente en qué estado está, tomar medidas
(preventivas o correctivas) para mantener o restablecer el equilibrio, y verificar
si esas medidas han sido efectivas. El conjunto de estas actividades (diagnóstico, acción y verificación) constituye el plan de manejo de la reserva.
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Plan de manejo – Diagnóstico
El estado del ecosistema
se determina evaluando
los ambientes y las poblaciones
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El estado del ecosistema se determina evaluando los ambientes y las poblaciones. Los ambientes se evalúan en términos de a) cantidad de biomasa, materia orgánica y nutrientes que producen, b) cantidad y calidad del agua que
circula y c) características físicas, químicas y biológicas del suelo. Las poblaciones se evalúan en términos de a) tasa reproductiva, b) número de individuos, c) dispersión y colonización, d) presencia o ausencia de especies nativas e invasoras y e) grado de erosión genética de las especies. El resultado
de estas evaluaciones indica si el ecosistema está en equilibrio, si está en
equilibrio pero amenazado o si se ha deteriorado.
39
Plan de manejo – medidas para mantener
el equilibrio
El equilibrio del ecosistema
determinará el manejo con medidas
preventivas o correctivas
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39
En un ecosistema en equilibrio la diversidad genética se mantiene o incrementa, las poblaciones se reproducen, las zonas núcleo se expanden y el ambiente (suelo y agua) es estable y propicio. Conservarlo consistirá en evitar que
sus componentes se alteren, tomando medidas como restringir el acceso a las
zonas núcleo, evitar el efecto de actividades nocivas y concientizar a las poblaciones locales para que colaboren en la conservación.
Puede ocurrir que el ecosistema esté en equilibrio pero que se hayan detectado actividades que lo deterioren, como la explotación maderera y minera, la
agricultura y la urbanización. En este caso será necesario determinar qué efecto tendrán estas actividades, si ese efecto se puede evitar o revertir, y solicitar
que responsables y autoridades pertinentes tomen las medidas necesarias.
Un ecosistema deteriorado muestra poblaciones reducidas, especies foráneas,
pérdida de especies nativas, suelos y aguas deteriorados o contaminados y
zonas núcleo fragmentadas. Estas alteraciones ocurren como resultado de la
explotación agrícola, pecuaria o industrial dentro o cerca de la reserva, o de la
urbanización. Si este es el caso, el equilibrio se restablece recolonizando las
zonas sin vegetación, reforestando los nacimientos de agua, reintroduciendo
las especies perdidas y erradicando las invasoras, descontaminando las
aguas y restringiendo las actividades que puedan amenazar el ecosistema.
40
Plan de manejo – verificación
Consiste en evaluar
si el manejo fue efectivo
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40
El diseño del plan de manejo termina definiendo los mecanismos mediante los
cuales se verificará si las medidas de manejo cumplieron su objetivo. Estos son
los mismos utilizados en la etapa de diagnóstico del estado del ecosistema.
41
Designación de una reserva
Son áreas protegidas de un país
las que el estado designa
y reciben manejo
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4. Designación oficial de una reserva
Las áreas protegidas están bajo la soberanía de cada país y, en consecuencia,
deberán estar acorde con sus políticas ambientales sobre conservación y explotación de los recursos. Según el Convenio de Diversidad Biológica (Glowka et al.
1994), una reserva, parque o santuario se considera un área protegida cuando está legalmente designada y recibe algún manejo. El estado la designa legalmente
expidiendo un decreto nacional y un título de propiedad con la delimitación y la reglamentación del área, es decir, las indicaciones sobre cómo va a funcionar y quién
va a estar a cargo de ella. Sin embargo, la conservación en áreas protegidas no termina cuando se toman medidas legales sobre un territorio (designación). Hay que
llevarlas a la práctica, es decir, desarrollar las actividades de manejo para conservar el ecosistema.
La designación puede llegar a manifestarse en la colocación en el terreno de la reserva de señales (cercos y anuncios de identificación) que indiquen que el área
está protegida y en la puesta en marcha de actividades de conservación (manejo y
monitoreo). Pero eso no siempre ocurre en la práctica. Cerca de 30% de las áreas
protegidas del mundo está legalmente designado pero no tiene demarcación física
ni se maneja mientras que otro 60% está protegido de hecho pero carece de designación legal. Ejemplo del primer caso son el Refugio de Vida Silvestre de Gandoca-Manzanillo y partes de la Reserva Nacional La Amistad en Costa Rica, y del
segundo el Parque Nacional Lachua en Guatemala y el Santuario de Barra de Santiago en El Salvador (Barzetti 1993). Ejemplos de otras reservas designadas en
América Latina y el Caribe aparecen en UNESCO (2001).
Ante esta paradoja, los estudiosos en el tema (Maxted et al. 1997) destacan la necesidad de complementar la designación de una reserva con la provisión de recursos técnicos y financieros para mantenerla, de manera que se puedan realizar las
actividades mediante las cuales la reserva cumplirá su objetivo de conservar.
42
Conservación en áreas protegidas
Etapas
• Planificación: diseño del plan de conservación
Ejecución: puesta en marcha del plan
de conservación Copyright IPGRI 2003
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43
42
Ejecución: manejo y monitoreo de la reserva
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43
B. Ejecución – Manejo y monitoreo de la reserva
Consiste en poner en marcha el plan de manejo diseñado durante la etapa de
planificación, es decir, en monitorear la reserva e implementar las medidas
para mantenerla en equilibrio.
44
Manejo y monitoreo de la reserva
El equilibrio de un ecosistema
se mantiene o restablece
monitoreando sus componentes
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44
Manejo y monitoreo de la reserva
Una reserva se maneja monitoreando el equilibrio del ecosistema a través de
evaluaciones de sus componentes y de la efectividad de las medidas dispuestas en el plan de manejo. Lo positivo o negativo (alteraciones y amenazas) que
esté ocurriendo en la reserva se detecta evaluando el estado del suelo, el agua
y el aire al igual que la permanencia, el tamaño y la expansión de las poblaciones. Los datos para estas evaluaciones se toman por observación o muestreo,
se registran en sistemas que permitan manejarlos y se analizan mediante métodos estadísticos comparativos para ver los cambios que se han operado en
el ecosistema y concluir si las medidas del plan de manejo han dado resultados o si hay que adoptar otras.
45
El muestreo
es el registro sistemático
de información para
monitorear un ecosistema
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45
Teniendo en cuenta la cantidad de datos que hay que tomar, el muestreo es
más preciso y confiable que la observación pues permite registrar sistemáticamente información sobre muchas variables. Por eso es una herramienta clave
del monitoreo. Además, sigue una metodología previamente determinada, denominada régimen de muestreo, cuyo procedimiento se describe en detalle en el
Anexo 4.
46
Manejo de la reserva
Las características
y el estado de los hábitat
y poblaciones indican
cómo manejar la reserva
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46
El manejo de una reserva varía según las características del ecosistema y el
grado de deterioro que presenten las poblaciones y el ambiente. Ambos componentes se manejan simultáneamente puesto que el uno incide en el otro. Las
poblaciones se deterioran si el ambiente se degrada y los elementos de éste
se deterioran cuando desaparecen las poblaciones.
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Manejo de las poblaciones
Consiste en mantenerlas viables
incrementándolas o recuperándolas
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47
1. Poblaciones
Las poblaciones se manejan a través del tamaño. El manejo consiste en mantenerlas en un tamaño viable o llevarlas a ese tamaño cuando se hayan deteriorado. Si las poblaciones están en buenas condiciones, el manejo consistirá
en mantenerlas. Si se han reducido levemente, habrá que crearles condiciones
para que se recuperen pero si continúan reduciéndose o desaparecen, habrá
que llevarlas al tamaño viable sembrando nuevos individuos o restableciéndolas totalmente.
La recuperación consiste en multiplicar semillas o propágulos vegetativos, colectados en la misma reserva o en poblaciones cercanas, en viveros establecidos dentro o cerca de la reserva hasta obtener plantas que luego se siembran
en los sitios de donde desaparecieron. Si la recuperación no es posible porque la
especie se extinguió, se establecen nuevas poblaciones introduciendo otra especie con características similares pero que no desplace las especies nativas.
48
Manejo de los hábitat
Los hábitat se mantienen
o recuperan como resultado
de mantener las poblaciones
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48
2. Ambiente físico
El ambiente físico se maneja indirectamente a través de las poblaciones.
Restablecer la vegetación contrarresta el deterioro del suelo, el agua y el aire
aunque no elimina los contaminantes. La cobertura de vegetación retiene el
suelo, mejora su estructura y contenido de materia orgánica y lo ayuda a sostener más vegetación y a recuperar la micro y macrofaunas. Las poblaciones
recuperadas restauran el caudal de agua y el flujo de oxígeno pero no eliminan
la contaminación. Por eso, si se detectan contaminantes en el suelo y el agua
habrá que retirarlos y tomar la medidas para que no se vuelvan a acumular.
49
Manejo – actividades permitidas
en la reserva
Verificar que el aprovechamiento
de la reserva no deteriore
el ecosistema
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49
3. Actividades permitidas
El manejo de una reserva también aplica a las actividades permitidas dentro de
ella y no está exento de eventualidades. El manejo pertinente a las actividades
(utilización o ecoturismo) consiste en verificar que se estén desarrollando de
acuerdo con lo establecido en el plan y que no estén afectando la diversidad
conservada.
A pesar de las medidas de manejo que se hayan tomado para controlar la reserva, pueden presentarse desastres naturales, plagas y enfermedades o invasión de especies foráneas que habrá que atender oportunamente. De ahí la
importancia de monitorear continuamente.
50
Contenido
I.
Objetivos
II.
Introducción
III.
La conservación in situ de la biodiversidad
IV.
La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V. La conservación de la diversidad cultivada
en fincas VI.
Conclusiones
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50
V. Conservación de la agrobiodiversidad en sistemas tradicionales de
cultivo
51
V. La agrobiodiversidad
es la parte de la diversidad
biológica relevante para la
agricultura y la alimentación,
y que sostiene los
agroecosistemas
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51
A. Introducción
1. La agrobiodiversidad –fundamento de la producción sostenible y la
supervivencia
La biodiversidad agrícola –o agrobiodiversidad– es aquella parte de la diversidad biológica relevante para la agricultura y la alimentación, cuyos componentes sostienen en conjunto la estructura, funciones y procesos de un agroecosistema (UNEP/CBD/COP 1996). La agrobiodiversidad comprende la variedad
y variabilidad de plantas, animales y microorganismos presentes en la Tierra,
importantes para la alimentación y la agricultura, que resultan de la interacción
entre el ambiente, los recursos genéticos, y los sistemas y prácticas de manejo utilizados por los diversos pueblos. El estudio de la agrobiodiversidad abarca
a) la diversidad a nivel de genes, especies y agroecosistemas, b) las distintas
formas de uso del suelo y el agua en la producción, y c) la diversidad cultural
que influye en las interacciones humanas a todo nivel.
52
La agrobiodiversidad
es parte de un ecosistema
(agroecosistema) y ayuda
a mantenerlo en equilibrio
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52
Por ser parte de un ecosistema (UNEP/CBD/COP 1996), la agrobiodiversidad
se mantiene y genera en el contexto del mismo (el cual se denomina agroecosistema) y se la debe estudiar como parte de un todo, no en aislamiento. En
calidad de componente de un agroecosistema, la agrobiodiversidad cumple
una variedad de funciones que ayudan a mantener el ecosistema en equilibrio.
Si bien su principal función es la de producir alimentos, de la agricultura y el
uso que ésta hace de la tierra se derivan también una variedad de productos
no alimenticios y servicios que afectan los recursos naturales, moldean los
sistemas sociales y culturales, y contribuyen significativamente al crecimiento
económico (FAO 1999).
53
La agrobiodiversidad
es manejada por los agricultores a
través del cultivo y el uso, y con base en
los conocimientos y valores de estos
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53
La agrobiodiversidad tiene varias características que la diferencian del resto de
la biodiversidad (Cromwell et al. 2000). Es manejada activamente por los agricultores a través del cultivo y el uso, con base en los conocimientos y valores
de éstos. Muchos de los componentes de la agrobiodiversidad no sobrevivirían
sin la intervención humana, especialmente los que son producto de dicha intervención (domesticación). Por tanto, como lo veremos en este módulo, la agrobiodiversidad se mantiene en sistemas de producción vinculada al uso sostenible, siendo las áreas protegidas ambientes de conservación menos relevantes para este tipo de diversidad.
54
La diversidad cultivada
se ha mantenido por siglos en los
sistemas tradicionales de cultivo
aunque en las últimas décadas
parte de ella se ha intentado
conservar ex situ
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54
Por razones históricas asociadas a la investigación y al mejoramiento de los
cultivos, mucha de la diversidad cultivada se ha conservado ex situ en bancos
de germoplasma en las últimas décadas, aunque por siglos se haya mantenido
y evolucionado en los sistemas tradicionales de cultivo (también conocidos
como fincas). Como veremos a continuación, el concepto de conservar la
agrobiodiversidad en fincas como alternativa preferida es relativamente reciente y está ligado a una controversia de varias décadas sobre si la diversidad
genética cultivada se debía conservar in situ o ex situ.
55
Dónde conservar la diversidad cultivada:
in situ o ex situ?
Decisión marcada por
una controversia de décadas
sobre las ventajas y desventajas
de conservar en ambos ambientes
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55
2. La controversia sobre dónde conservar la diversidad cultivada:
ex situ o in situ?
El movimiento a favor de la conservación in situ de los recursos genéticos de
especies cultivadas surge de una controversia acerca de dónde conservar
mejor y de manera práctica la agrobiodiversidad, no sólo para mantenerla sino
para tener acceso a ella tanto para cultivo como para fitomejoramiento. Esta
controversia duró varios años y giró alrededor de las ventajas y desventajas
de conservar ex situ. Desde cuando se dio la voz de alarma sobre la presencia
de erosión genética en los ambientes donde se mantenían las especies cultivadas, se planteó la necesidad de conservarlas para poder aprovecharlas, dando
lugar a la creación de los bancos de germoplasma y a una intensa actividad de
colecta. Aunque la práctica se desarrolló por varias décadas, durante los 80 se
empezaron a plantear y discutir las limitaciones de la conservación ex situ y,
en consecuencia, surgió la necesidad de buscar alternativas que permitieran
mantener y aprovechar la diversidad cultivada con todos sus atributos.
56
La controversia sobre la conservación in situ
se enfocó en la evolución,
el acceso y el uso
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56
Los que buscaban nuevas alternativas a la conservación ex situ de la diversidad cultivada argumentaron, por ejemplo, que la agrobiodiversidad –y en particular las especies menores y parientes silvestres de especies cultivadas– no
estaban suficientemente representados en las colecciones (Frankel y Soulé
1981, y Lyman 1984) debido a que las colectas habían sido insuficientes y/o
se habían realizado con base en muestreos inadecuados (Frankel y Bennett
1970, Frankel y Hawkes 1975, Frankel y Soulé 1981, Prescott-Allen y
Prescott-Allen 1981, Prescott-Allen y Prescott-Allen 1983, Wilkes 1983,
Oldfield 1989, Altieri y Merrick 1987). Además, entre las especies no muestreadas estaban la mayoría de cultivares tradicionales en peligro y los parientes
silvestres de los principales cultivos alimenticios amenazados (Lyman 1984).
Otro importante argumento (Simmonds 1962, Nabhan 1979) era que los materiales conservados ex situ no evolucionaban puesto que se los retiraba de su
contexto ecológico y cultural original perdiéndose así el material, la información sobre sus atributos y la posibilidad de generar nueva diversidad.
Entonces, quienes abogaban por encontrar un ambiente propicio para conservar la diversidad cultivada plantearon que se la conservara in situ, es decir, en
los ambientes donde se mantenía y donde se había originado. Esta propuesta
no fue bien recibida en principio puesto que algunos entendían la conservación in situ como mantener intactas las especies nativas y materiales genéticos dentro de los ecosistemas donde se encontraban (Frankel 1970 citado
por Oldfield y Alcorn 1987). Opositores a la idea tradicional de la conservación
in situ (Ugent 1970, Wilkes y Wilkes 1972, UNESCO-MAB 1974 y 1984,
Oldfield 1976 y 1989, Brush 1977, Halffter 1985 y Nabhan 1985) plantearon
que no se trataba de conservar los recursos genéticos cultivados en ambientes intactos sino de mantenerlos en los agroecosistemas tradicionales, es
decir, en las fincas o campos de los agricultores (Altieri y Merrick 1987).
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Conservar en fincas
Definir los sistemas tradicionales
de cultivo como ambientes de
conservación fue un paso
decisivo hacia el concepto
de conservar la
agrobiodiversidad
en fincas
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57
El concepto de conservar la diversidad cultivada in situ (en fincas y por agricultores) tuvo
simpatizantes y oponentes. Los primeros planteaban que los ambientes in situ permitían
mantener las especies cultivadas en asocio con sus parientes silvestres y arvenses compañeras en donde evolucionarían y generarían nueva diversidad (Harlan 1969, de Wet y
Harlan 1975, Oldfield 1989, Nabhan 1985, Altieri y Merrick 1987, Oldfield y Alcorn 1987, Berg
et al. 1991, Worede 1992, Brush 1992 y 1994, Prain 1993, Hardon y de Boef 1993, y Solieri y
Smith 1995). Los oponentes, por su parte, no lograban ver viable la conservación de especies
cultivadas en sistemas tradicionales de cultivo (Frankel 1974, Frankel y Soulé 1981, PrescottAllen y Prescott-Allen 1982 e Ingram y Williams 1984), llegando algunos a proponer una
modalidad de conservación ex situ –que denominaron conservación dinámica– que consistía
en crear reservas de variedades nativas en regiones en peligro de erosión genética, manejadas por custodios que se encargaban de cultivar muestras de las razas nativas en peligro
(Frankel y Soulé 1981). Otros (Iltis 1974) propusieron subsidiar a los agricultores de zonas
ricas en razas nativas para que continuaran manteniendo la agricultura tradicional y evitaran
que llegara a ellas el desarrollo económico y agrícola, mientras que otro grupo –conformado
por fitomejoradores– se oponía a que el germoplasma quedara en manos de los agricultores
puesto que no sabrían conservarlo y ya no estaría disponible para el fitomejoramiento
(Hawkes 1983, y Ford-Lloyd y Jackson 1986 citados por Brush 1991).
Hacia fines de los 80, Oldfield y Alcorn (1987) estudiaron los agroecosistemas tradicionales y
concluyeron que por sus características y dinámica se los debía considerar ambientes con gran
potencial para conservar la diversidad cultivada en tanto en ellos se había mantenido y generado. Argumentando que la mayor parte de la agrobiodiversidad del mundo se encontraba bajo
el manejo de agricultores tradicionales que seguían prácticas muy antiguas, heredadas de sus
ancestros, dieron un paso adelante en la definición de la conservación in situ de la agrobiodiversidad –y de la conservación en fincas en particular– y acreditaron el papel de los agricultores
en la creación, el mantenimiento y la mejora de la agrobiodiversidad. Además, plantearon que el
conocimiento tradicional (cultural y humano) también era susceptible de ser conservado in situ
junto con los recursos cultivados y los recursos bióticos silvestres, asegurando así la conservación
de muchos más recursos genéticos que la que se podía lograr con la metodología ex situ (Ugent
1970, Glass y Thurston 1978, Alcorn 1981, Oldfield 1989, y Oldfield y Alcorn 1987).
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La conservación en fincas
El concepto fue ganando adeptos en la
medida en que mostraba sus ventajas
sobre la conservación de la
agrobiodiversidad ex situ
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Algunas de estas ideas ya habían sido planteadas por otros y fueron ratificadas
más adelante (Harlan 1975, Brush et al. 1981, Johannessen 1982, Alcorn 1984 y
Johnson 1972). Por ejemplo, Harlan (1975) sostenía que la variación genética
presente en la agrobiodiversidad había sido generada por la diversidad cultural y
ecológica de los sistemas tradicionales de cultivo y mantenida en éstos mediante la intervención cultural y la selección natural. Por su parte, Janzen (1973),
Glass y Thurston (1978), y Browning (1981) veían los sistemas tradicionales de
cultivo como ambientes heterogéneos que ofrecían factores de selección y
protección de la agrobiodiversidad. Ingram y Williams (1984) habían visto en
ellos un ambiente en el cual ocurre un proceso dinámico que mantiene el potencial evolutivo de las especies, que hace posible mantener o conservar un amplio
número de caracteres de interés potencial para el fitomejoramiento, y que ayuda
a conservar otras especies asociadas a aquellas de importancia económica.
Las ideas a favor de conservar la agrobiodiversidad in situ y particularmente
en fincas fueron ganando adeptos en los años que siguieron. Brush (1991)
abogó por la conservación in situ de especies cultivadas no sólo porque superaba las limitaciones de la conservación ex situ sino porque mantenía permanentemente el germoplasma en los agroecosistemas, en poder y bajo el
manejo de los agricultores. Además, la veía como una alternativa complementaria y menos costosa que la conservación ex situ y en ese sentido favorable
para los fitomejoradores, puesto que ofrecía un mayor rango de características
para aprovechar.
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La controversia in situ vs. ex situ
termina definiendo qué
componentes de la diversidad
cultivada conservar in situ
y proponiendo algunos
esquemas para hacerlo
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Intentando visualizar un modelo de llevar la conservación in situ de especies
cultivadas a la práctica, Brush (1991) plantea que ésta debe ser políticamente
viable, formar parte de una estrategia nacional de conservación y responder
positivamente a las necesidades de ingreso de los agricultores. Además, define cuatro tipos de recursos genéticos que se deben conservar in situ: a) los
parientes silvestres de las especies cultivadas, b) las arvenses compañeras, c)
las especies perennes y d) las variedades tradicionales. Tratando de depurar
la definición y lo que incluiría la conservación in situ de especies cultivadas en
sistemas tradicionales de cultivo, Brush y Meng (1998) afirman que la conservación in situ debe mantener un sistema agrícola que genere diversidad
cultivada de manera parecida al agroecosistema y no enfocarse exclusivamente en conservar un número de alelos.
Posteriormente, Arora y Paroda (1991) y FAO (1996) se unen a la causa de la
conservación in situ de especies cultivadas, afirmando que ésta permite mantener y mejorar los cultivares locales en los sistemas agrícolas tradicionales, y
utilizarlos mediante métodos participativos. Además incorpora las comunidades locales dentro del proceso de conservación y ayuda a mantener las tradiciones populares. Wood y Lenné (1997) marcan el fin de la etapa de controversia revisando los planteamientos a favor y en contra de la conservación in
situ y concluyendo que algunos argumentos se basan en suposiciones no
probadas y alertando sobre el riesgo de derivar de ellos modelos que podrían
inducir a error.
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La conservación in situ y en fincas
– definiciones
Diferentes definiciones
mientras el concepto
evolucionaba
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B. Definiciones de conservación in situ y conservación en fincas o
sistemas tradicionales de cultivo
Aún la definición de conservación in situ fue evolucionando como parte de la
controversia descrita anteriormente y lo ha seguido haciendo hasta la fecha
dependiendo de si se toma el término en general –como conservación de la
biodiversidad– o se aplica a la conservación de la agrobiodiversidad. Por
ejemplo, Prescott-Allen y Prescott-Allen (1982), IBPGR (1991), Brush (1991),
Dinoor et al. (1991) y Flanders et al. (1992) citados por Debouck (1995), definen la conservación in situ de los recursos genéticos como el mantenimiento
de éstos en ambientes naturales –en su lugar de origen– mientras que Wilkes
(1991), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB 1992), Glowka et al.
(1994), Qualset et al. (1997) y Brown (2000) como la interacción dinámica evolutiva de los recursos fitogenéticos en hábitat silvestres naturales. Refiriéndose
a la conservación in situ de la agrobiodiversidad, Altieri y Merrick (1987),
Wilkes (1991), y Engels y Wood (1999) la definen como el manejo sostenible
de la diversidad genética de las variedades tradicionales por parte de los agricultores en sus sistemas de producción agrícola, es decir, en cultivo. Esta última también se conoce como conservación en fincas o en sistemas tradicionales de cultivo y es la que usaremos como referencia en este módulo.
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La conservación in situ es
la conservación de los ecosistemas
y hábitats naturales, donde sus
componentes hayan desarrollado
sus propiedades específicas
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Cabe destacar la definición del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB
1992) para el término in situ en tanto es un importantes punto de referencia en
la literatura y en la evolución de los conceptos de conservación y manejo de la
biodiversidad en general y de la agrobiodiversidad en particular. Según el Convenio, por conservación in situ se entiende la conservación de los ecosistemas
y los hábitats naturales y el mantenimiento y recuperación de poblaciones viables de especies en sus entornos naturales y, en el caso de las especies domesticadas y cultivadas, en los entornos en que hayan desarrollado sus propiedades específicas. Asimismo, por condiciones in situ se entienden las condiciones en que existen recursos genéticos dentro de ecosistemas y hábitats
naturales y, en el caso de las especies domesticadas o cultivadas, en los entornos en que hayan desarrollado sus propiedades específicas. En otras
palabras, cuando el Convenio se refiere a conservación in situ de la diversidad
cultivada, especifica que ésta se hace en fincas o sistemas tradicionales de
cultivo.
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La conservación en fincas es
el manejo sostenible
de la diversidad genética
de variedades por agricultores
en sistemas tradicionales de cultivo
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1. Qué es la conservación en fincas?
La conservación en fincas o sistemas tradicionales de cultivo es el manejo sostenible
de la diversidad genética de variedades tradicionales desarrolladas localmente por
agricultores en sistemas de producción agrícola, hortícola o agrosilvopastoril, conjuntamente con las especies silvestres y formas regresivas (Long et al. 2000). Se caracteriza por el conocimiento tradicional y las habilidades prácticas del agricultor, por lo
cual también se la conoce como manejo de la diversidad en fincas (Engels y Wood
1999).
El concepto de conservación en fincas nace asociado a la idea de conservar la agrobiodiversidad in situ y ha evolucionado a través de los años paralelo a los conceptos de
conservación in situ y de manejo de la agrobiodiversidad. Sus diversos proponentes
coinciden en que se refiere al mantenimiento de la diversidad cultivada en las fincas o
campos de los agricultores, y por agricultores que la mantienen y mejoran a partir de
su conocimiento y en el contexto de sus actividades de supervivencia.
Con el fin de conocer y comprender cómo es que la diversidad se conserva en las fincas,
muchos son los trabajos que en la última década han documentado experiencias de lo
que ocurre en sistemas tradicionales de cultivo de todo el mundo (Long et al. 2000). Estos
trabajos han tratado de explicar cómo ocurre la conservación en fincas mediante
descripciones de cómo el agricultor maneja la diversidad, qué factores favorecen o
desfavorecen el mantenimiento de la diversidad y dar elementos que ayuden a construir
una metodología que propicie la conservación en fincas. Brush (1991), por ejemplo, plantea
que los agricultores son conservadores de facto, que la conservación en fincas se basa
en el mantenimiento continuo de germoplasma por parte del agricultor en su hábitat
agrícola, que requiere comprender tanto las poblaciones de los cultivos como el sistema
de producción y que lo que hay que hacer es estimular al agricultor para que continúe
sembrando sus variedades y crear condiciones para que los agricultores cooperen entre
sí y con los conservacionistas. Brush dice que la conservación en fincas se debe basar
en cuatro principios: mínima intervención institucional, continuidad, objetivo de desarrollo
y cooperación.
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La conservación en fincas incluye
tomar en cuenta
• lo que el agricultor conoce y piensa de la diversidad
• las prácticas que usa para manejarla
• los factores que afectan las decisiones del agricultor
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El trabajo de documentación de experiencias de conservación por parte de los
agricultores ha ido sacando a la luz una serie de elementos de carácter biológico y sociológico a partir de los cuales se han ido proponiendo esquemas o
diseñando modelos para comprender, practicar o facilitar la conservación en
fincas. Estos elementos incluyen, entre otros, lo que el agricultor conoce y
piensa de la diversidad que maneja, las prácticas que utiliza para manejarla,
los factores (ambientales, biológicos, culturales y socioeconómicos) que afectan las decisiones del agricultor, las diferencias en el manejo de la diversidad
dependiendo de si quien la maneja es hombre o mujer, y de las condiciones
económicas y políticas imperantes en el sitio donde está el sistema tradicional
de cultivo. El agricultor a su vez, también toma decisiones sobre la siembra, el
manejo, la cosecha y el procesamiento de los cultivos que afectan la diversidad genética cultivada.
La presencia y combinación de estos elementos ha dado lugar a una variedad
de propuestas para estudiar la conservación y el manejo de la agrobiodiversidad. Dos ejemplos son el proyecto de conservación en huertos familiares
(Watson et al. 2002), de ámbito mundial, desarrollado por el IPGRI en colaboración con socios de varios países, y la guía para establecer proyectos de
conservación en fincas como parte de una estrategia nacional de conservación (Jarvis et al. 2000b). Detalles del proyecto y la guía completa se encuentran disponibles en la dirección http://www.ipgri.org/.
Habiendo definido qué es la conservación in situ y qué incluye, y qué es la
conservación en fincas, veamos ahora a qué se denomina un sistema tradicional de cultivo, cuáles son sus componentes y cómo funciona para comprender
por qué es un ambiente de conservación de la agrobiodiversidad y en consecuencia de los recursos genéticos cultivados.
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Los sistemas tradicionales de cultivo
• son agroecosistemas complejos que integran
el ambiente, la diversidad y el hombre
• también se conocen como fincas o campos
de agricultores
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2. Los sistemas tradicionales de cultivo
a. Qué es un sistema tradicional de cultivo, cómo funciona y por qué es
un ambiente de conservación?
Los sistemas tradicionales de cultivo son agroecosistemas diversos y complejos que integran el ambiente, las poblaciones (vegetales y animales) y el
hombre. Se conocen como fincas, conucos, huertos caseros o familiares, o
campos del agricultor. Son ecosistemas modificados o creados por el hombre
y funcionan adaptándose en lo posible a las condiciones ambientales. Son
pequeños pero mantienen poblaciones de gran diversidad de especies que se
siembran y mantienen a través del tiempo, es decir, sobre las cuales existe
una demanda y una tradición de uso (Chang 1977, Clawson 1985). Generalmente son multiestratificados, es decir, mantienen diferentes cultivos en estratos verticales u horizontales, con una estructura cronológica –siembras escalonadas– que asegura la producción durante todo el año.
65
Los sistemas tradicionales de cultivo
contienen
• razas nativas o variedades tradicionales
adaptadas a las condiciones donde
se han desarrollado y que se mantienen
por el uso
• parientes silvestres y formas intermedias
relacionadas con las especies cultivadas
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Los sistemas tradicionales de cultivo contienen razas nativas o variedades tradicionales en forma de poblaciones genética y fenotípicamente variables y adaptadas a las condiciones del lugar donde se han desarrollado pero que difieren en
su reacción a las enfermedades y plagas, siendo algunas resistentes o tolerantes a ciertos patógenos (Harlan 1975). Estas poblaciones han surgido como resultado de diferentes presiones de selección y se mantienen gracias a que los
agricultores las pasan de una generación a otra. En los sistemas tradicionales de
cultivo también están presentes parientes silvestres y formas intermedias a partir de los cuales se formaron, seleccionaron y mejoraron muchas especies cultivadas actualmente (Vavilov 1951, Frankel 1973, Harlan 1975).
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Los componentes de un STC
han evolucionado y coexistido
conjuntamente generando variabilidad
y diversidad genética que se
mantiene disponible y en equilibrio
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Ciclos de hibridación natural e introgresión han hecho que este grupo de plantas haya coexistido y coevolucionado durante largo tiempo junto con las culturas humanas, es decir, junto con el conocimiento acumulado y las técnicas para cultivarlas, seleccionarlas, utilizarlas y conservarlas, desarrolladas por los
agricultores. De ahí que la asociación continua de estos elementos haya resultado en mayor variabilidad y diversidad genética disponibles para los agricultores y en un equilibrio relativamente estable entre cultivos, arvenses, enfermedades, prácticas culturales y costumbres (Barlett 1980).
A través del cultivo, los agricultores experimentan y domestican plantas silvestres, desarrollan variedades adaptadas a sus condiciones y acumulan conocimiento sobre el ambiente y sobre la estructura, el manejo y la utilidad de las especies. Manipulan deliberadamente los recursos para asegurar una producción
sostenible y continua a través del tiempo. Si bien muchos no son conscientes
de que sus prácticas favorecen la conservación del hábitat y de los recursos
fitogenéticos, casi siempre están interesados en diversificar y tener un mayor
número de variantes.
Los elementos de un sistema tradicional de cultivo están estrechamente vinculados y generan una serie de relaciones biológicas y ecológicas que en conjunto mantienen el sistema estable. La diversidad que contienen ayuda a mantener
la fertilidad del suelo, a reducir las plagas y enfermedades, a controlar las malezas y a reciclar los nutrientes, haciendo del sistema tradicional de cultivo un
ejemplo de eficiencia y manejo cuidadoso del suelo, el agua y los recursos biológicos (Altieri 1991, Lok 1998).
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Los sistemas tradicionales de cultivo
• aportan a la producción de
alimentos
• ayudan a mantener la diversidad
• son fuentes de genes para el
mejoramiento de los cultivos
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Por su amplia variabilidad genética, los sistemas tradicionales de cultivo aportan estabilidad a la producción (Wilkes 1977, Egger 1981), minimizan riesgos,
reducen la incidencia de plagas y enfermedades, utilizan eficientemente la mano de obra e intensifican la producción con recursos limitados y en presencia
de un nivel bajo de tecnología (Harwood 1979). Además, son útiles como fuente de genes para el mejoramiento de los cultivos, puesto que aportan caracteres que los pueden hacer más resistentes a plagas y enfermedades o a diferentes estreses abióticos.
Las anteriores características hacen que los sistemas tradicionales de cultivo
jueguen un papel importante en la producción de alimentos –se estima que
aun producen 15-20% del alimento en el mundo (Francis 1985), en la conservación de la biodiversidad y como fuentes de variabilidad para el mejoramiento
de los cultivos. Veamos ahora qué diferencia los sistemas tradicionales de
cultivo de los sistemas de producción agrícola con los cuales estamos más
familiarizados para comprender mejor cómo funcionan y por qué son
ambientes de conservación de la diversidad.
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Los sistemas tradicionales de cultivo
difieren de los sistemas
de producción agrícola
industrializada en objetivos de
producción, contenido de diversidad
y manejo de la diversidad
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b. Los sistemas tradicionales de cultivo como ambientes de conservación
Comparar los sistemas tradicionales de cultivo con los sistemas de producción agrícola industrializada que conocemos quizás nos ayude a comprender por qué son ambientes de conservación. Veamos las características y la forma como se maneja la diversidad en los sistemas tradicionales de cultivo en comparación con los sistemas industriales de producción agrícola descritos por Cromwell et al. 2000.
En los sistemas tradicionales de producción agrícola, los agricultores manejan activamente la agrobiodiversidad en las fincas, mejorando la productividad y haciendo el sistema sostenible. El énfasis de estos sistemas está en evitar o minimizar los riesgos en
vez de maximizar la producción, por lo cual exhiben un patrón de cultivo mixto de muchas especies, con una considerable diversidad genética dentro de ellas, y un uso importante de la diversidad vegetal silvestre tanto para la supervivencia como para las
funciones y servicios del ecosistema. Los sistemas tradicionales de cultivo están menos integrados a la red de mercados puesto que carecen de capital financiero, infraestructura (caminos y puntos de venta) y acceso a investigación agrícola relevante y a
programas de extensión. Por tanto, los agricultores de estos sistemas dependen menos
de vender la producción o comprar insumos (como fertilizantes químicos y agroquímicos) pero más del capital natural disponible en forma de cantidad y calidad de la tierra,
recursos hídricos y agrobiodiversidad. En estas condiciones se produce un amplio rango de cultivos alimenticios, forrajes, medicinas y materiales de construcción.
En contraste, los sistemas industriales de producción agrícola se caracterizan por estar muy integrados al sistema de mercados. Los agricultores producen principalmente
para el mercado y utilizan el capital financiero generado para comprar insumos y adquirir otros componentes de su supervivencia. La capacidad para percibir excedentes financieros puede ser resultado de tener acceso a abundante capital natural y productivo, infraestructura, mercados de capital y a educación e información. Por estas razones, dependan menos del capital natural y pueden maximizar la producción en vez de
69
en minimizar el riesgo, dando como resultado un patrón de monocultivo, que se concentra en algunas especies y variedades rentables, y dependiendo de la conservación y el mejoramiento externos (ex situ). Sin embargo, como la biodiversidad no
cultivada (como los insectos polinizadores y los microorganismos del suelo) puede
permanecer alta en estos sistemas, éstos pueden continuar beneficiándose de las
funciones y servicios que proporciona la biodiversidad agrícola externa a la finca
(como la protección de las cuencas). Además, dependen de la diversidad cultivada
mantenida por fuera de la finca (ex situ) para mejorar los cultivos, y sólo son sostenibles si están acompañados de la infraestructura que los apoye, incluyendo la capacidad de fitomejoramiento, los caminos, los mercados, entre otros.
Los dos sistemas se diferencian en el manejo de la diversidad cultivada. En los sistemas tradicionales de producción agrícola, los recursos genéticos cultivados se mantienen en gran parte dentro de las fincas y de manera dinámica. Las variedades cultivadas están sujetas al influjo constante de genes que vienen de fuera de la finca en forma de introgresión espontánea e importación deliberada de nuevo material por parte de
los agricultores. En los industrializados, por el contrario, mucha de la diversidad cultivada se conserva por fuera de la finca en bancos de germoplasma y es manipulada por
los fitomejoradores, también por fuera de la finca. Por tanto, requieren infraestructura de
apoyo y atención a la conservación a largo plazo para ampliar la base genética de los
acervos.
Habiendo comprendido qué es un sistema tradicional de cultivo y por qué es un ambiente de conservación de la diversidad, veamos ahora cómo el agricultor maneja la
diversidad y en consecuencia se constituye en el factor clave tanto del mantenimiento
como de la generación de nueva diversidad.
70
El manejo de la agrobiodiversidad
El agricultor mantiene la diversidad
a través del manejo, basado
en su conocimiento y en las
decisiones que toma frente a ella
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C. El manejo de la diversidad cultivada por parte del agricultor
La diversidad que mantienen los agricultores en sus sistemas tradicionales de
cultivo no se refiere exclusivamente al conjunto de variedades, parientes silvestres y arvenses compañeras presentes en estos sistemas sino que también incluye los procesos de manejo a los cuales el agricultor somete estas
variedades y al conocimiento que guía estos procesos (Bellon 1996, Jarvis y
Hodgkin 2000, y Cromwell y van Oosterhout 2000). El conjunto de variedades
del agricultor está formado por poblaciones que éste nombra y reconoce como
unidades, y que se han formado mediante un proceso continuo de experimentación, evaluación y selección de materiales nuevos y existentes. El agricultor
utiliza los caracteres agromorfológicos de las variedades (como sabor, textura,
rendimiento, características de almacenamiento, resistencia a estreses ambientales, uso y época de madurez) para clasificarlas (Wood y Lenné 1993 en
Long et al. 2000, Jarvis y Hodgkin 1999). A veces usa una clasificación geográfica (Richards 1995 citado por Long et al. 2000).
71
El manejo de la agrobiodiversidad incluye
seleccionar, evaluar y adaptar las
variedades, usando el material
de siembra como punto de
partida
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Si bien la mutación y la selección natural intervienen en el mantenimiento de las
variedades en un sistema tradicional de cultivo, la selección y el manejo del
agricultor también son determinantes puesto que es el agricultor quien decide
si las mantiene o las elimina. Esto lo hace seleccionando, evaluando y adaptando las variedades a sus intereses y condiciones, usando el material de
siembra como principio y fin del ciclo (Bellon 1997). Este proceso se denomina
“manejo en fincas”. Veamos ahora en cómo opera y cómo afecta el mantenimiento de la diversidad en un sistema tradicional de cultivo.
72
La diversidad y las decisiones del agricultor
Las decisiones del agricultor
determinan qué diversidad
tendrá su finca
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Decisiones del agricultor que afectan la diversidad
En el proceso de sembrar, manejar, cosechar y procesar sus cultivos, los
agricultores toman decisiones que afectan la diversidad genética de las poblaciones cultivadas (Jarvis y Hodgkin 2000). Por ejemplo, la selección continua
de plantas con características agromorfológicas que se ajustan a las preferencias del agricultor modifica la estructura genética de las poblaciones en el tiempo. Lo mismo ocurre con ciertos genotipos que sobreviven cuando el agricultor
escoge una determinada práctica de manejo o siembra una población de un
cultivo en un microambiente. El tamaño de la población de cada variedad cultivada que siembra cada año también se puede ver afectado cuando el
agricultor decide qué porcentaje de su reserva de semilla va a guardar y qué
porcentaje va a comprar o intercambiar con otras fuentes. Estas decisiones,
que pueden afectar la diversidad genética de los cultivares, están asociadas a
un complejo conjunto de factores ambientales y socioeconómicos que también
influyen en el agricultor (Lando y Mak 1994).
73
Las decisiones del agricultor
dependen de varios factores:
• las características
agromorfológicas de interés
•
•
•
•
las prácticas de cultivo
el sitio donde siembra
el tamaño de la población
la fuente de semilla
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En el proceso mediante el cual el agricultor maneja la diversidad hay cinco
aspectos relacionados con las decisiones que éste toma que afectan la diversidad genética de las poblaciones en el tiempo. Estos aspectos tienen qué ver
con a) qué características agromorfológicas deben tener las variedades que le
interesan, b) qué tipo de práctica de cultivo va a utilizar en la población de cultivares locales, c) dónde va a sembrar la población, d) de qué tamaño será la
población que va a sembrar, y e) qué fuente de semilla o material de siembra
va a utilizar para establecer la población. Veamos cómo el agricultor decide y
cómo sus decisiones afectan la diversidad.
74
Mantener una variedad
puede depender de características como
altura, color, forma o sabor, o de las prácticas
que se usen para manejar la diversidad en la finca
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73
1. Características agromorfológicas de las variedades
Los agricultores normalmente definen los cultivares locales en términos de sus características agromorfológicas (Zimmerer y Douches 1991, Weltzien et al. 1996, Sthapit et
al. 1996, Louette y Smale 1996, Teshome 1996, Louette et al. 1997, citados por Jarvis
y Hodgkin 2000). Dependiendo del cultivo, un agricultor puede decidir seleccionar y
mantener plantas con base en sus criterios o preferencias agromorfológicas como floración temprana, la altura, la densidad de las inflorescencias, o por un determinado
color, forma o sabor (Brush et al. 1981, Boster 1985 citado por Jarvis y Hodgkin 2000,
Lambert 1985, Bellon 1991, Brush 1992, Sperling et al. 1993, Lando y Mak 1994
citados por Bellon 1997, y Eyzaguirre e Iwanaga 1996 citados por Long et al. 2000).
Algunas de estas características pueden estar controladas por genes simples pero la
mayoría están controladas por muchos loci como en el caso de la mayoría de los
caracteres relacionados con el rendimiento.
La selección de variedades implica un proceso continuo de experimentación y evaluación en el cual el agricultor adquiere nueva información que utiliza en la toma de decisiones y transmite a otros. En este proceso, el agricultor adquiere conocimiento sobre
los cultivos (características ecológicas, agronómicas y de consumo) que utilizará luego
para conocer y evaluar germoplasma nuevo o desconocido, al igual que para tomar
decisiones con respecto al manejo, almacenamiento y uso de los materiales (Sutlive
1978, Boster 1983, Hames 1983 y Bellon 1991, citados por Bellon 1997). El conocimiento se sistematiza en una nomenclatura, en ocasiones organizada con base en la
taxonomía (denominado taxonomía popular (Brush et al. 1981)).
75
Una variedad se mantendrá
dependiendo también de dónde se la
siembre, cuánto de ella se siembre y de
dónde provenga la semilla que se utilice
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74
2. Prácticas de manejo de la finca
Las prácticas de manejo de la finca incluyen la preparación de la tierra, la siembra, la
poda y deshierba, la aplicación de fertilizantes, el control de plagas, el riego, la cosecha
y el procesamiento poscosecha. Estos procesos pueden o no afectar la cantidad de diversidad genética de la población del cultivo en el tiempo (Snaydon 1984 citado por
Jarvis y Hodgkin 2000). Diferentes niveles de aplicación de fertilizantes o el uso de fertilizante químico u orgánico pueden seleccionar diferentes genotipos en una población
(Silvertown et al. 1994 citado por Jarvis y Hodgkin 2000). La siembra densa para reducir la deshierba y el almacenamiento poscosecha de semillas también juegan un papel
selectivo en la supervivencia y la continuación de caracteres en la generación siguiente. Polaszek et al. 1999 (citados por Long et al. 2000) incluyen el uso de surcos múltiples, las mezclas de variedades, el cultivo intercalado y el cultivo múltiple como prácticas que incrementan la diversidad cultivada.
3. Sitio donde siembra
Las decisiones del agricultor sobre dónde sembrar pueden afectar la diversidad cultivada
de varias maneras. Escoger un sitio en particular expondrá a la población a procesos de
selección natural que pueden resultar en selección por tolerancia a un determinado estrés relacionado con el microambiente. La distribución espacial y el aislamiento de una
población también se verán afectados por el sitio donde se siembra en relación con
otros cultivos o variedades. La participación del agricultor en este aspecto proviene de
la decisión de éste de sembrar determinada población en determinado microambiente.
4. Tamaño de la población
El tamaño de la población sembrada por un agricultor afectará la cantidad de variación
genética de la población del cultivo en el tiempo (Shafer 1990, Lande y Barrowclough
1990, Barrett y Kohn 1991, citados por Jarvis y Hodgkin 2000). Entre menor sea la población, más posibilidades hay de que ocurran deriva genética, endogamia, pérdida de
alelos y eventos estocásticos que afecten la población (Shafer 1990, Frankel et al.
1995, Slatkin 1987, 1994, citados por Jarvis y Hodgkin 2000).
76
5. Fuente de material de siembra
Un agricultor decide cada año qué porcentaje de su semilla va a guardar y sembrar, y
qué porcentaje adquirirá de otros agricultores. La introducción de nueva semilla y la
reducción en la cantidad de semilla guardada pueden afectar la diversidad genética de
la población en el tiempo (Louette y Smale 1996 citados por Jarvis y Hodgkin 2000).
Aunque el agricultor normalmente prefiere usar su propia semilla, puede en algún
momento decidir usar semilla de otras fuentes, generando así un flujo de genes por el
traslado de germoplasma de un sitio a otro (Dennis 1987, Cromwell 1990, Sperling y
Loevinsohn 1983, Louette 1994, y Almekinders y Lowaars 1999 citados por Long et al.
2000).
El tener o no tener asegurado el suministro de semilla y en consecuencia tener que
buscarla fuera de la finca también determina el mantenimiento de las variedades en un
sistema de cultivo o el ingreso de nuevos materiales (Cromwell et al. 1993, y Wright y
Turner 1999 citados por Long et al. 2000). Los agricultores que producen su propia
semilla (autosuficientes) manejan un menor rango de variedades pero tienden a mantenerlas y a tener menos influjo de nuevos materiales. En contraste, los que siempre
tienen que buscar la semilla por fuera de la finca utilizan un amplio rango de variedades pero no necesariamente las mantienen de un año a otro (Wright y Turner 1999
citados por Long et al. 2000).
77
Factores externos al agricultor
Factores económicos, ecológicos,
políticos, sociales y culturales pueden
afectar las decisiones del agricultor
sobre qué sembrar y, en consecuencia,
afectar la diversidad
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6. Factores socioeconómicos que influyen en las decisiones del
agricultor
Las decisiones de los agricultores se ven restringidas e influenciadas, directa o
indirectamente, por factores externos de carácter económico, ecológico, político, social y cultural (Hodgkin 1995, y Jarvis y Hodgkin 2000). Estas decisiones, a su vez, pueden afectar la diversidad genética de los cultivares.
78
Factores sociales y técnicos
Sociales
• la estructura y creencias de la comunidad, la
propiedad y el tamaño de la finca, el ingreso,
la mano de obra, el acceso a insumos, entre otros
Técnicos
• el proceso de producción,
la consecución de semilla,
el conocimiento técnico
del agricultor
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La estructura de la comunidad, las creencias asociadas a los cultivos, la tenencia de la tierra, el tamaño de las parcelas, la rentabilidad de la producción,
la estabilidad del ingreso, la mano de obra disponible, la comercialización de los
productos, las políticas agrarias, el acceso a insumos para la producción y la
relación costo-beneficio de mantener un cultivo tradicional son los factores de
tipo socioeconómico que afectan la diversidad cultivada. Estos factores determinan qué se va a mantener en un agroecosistema y qué no. Lo mismo ocurre
por influencia de factores técnicos como todo el proceso de producción a consecución de semilla, la pobreza, la despoblación, los cambios en el uso de la
tierra, la escasez de mano de obra y hasta el conocimiento del agricultor
(Cromwell et al. 2000).
La capacidad técnica para manejar la agrobiodiversidad incide en el mantenimiento de ésta. Aunque existen paralelos notables entre cultivos, culturas y
continentes (Wood y Lenné 1993), los agricultores y las comunidades varían
en su capacidad para manejar la agrobiodiversidad dependiendo de su diversidad e integridad cultural, el acceso que tengan a la diversidad genética y el
grado de exposición que hayan tenido a influencias externas como la modernización agrícola o el consumismo. La capacidad de manejo también varía considerablemente entre una misma comunidad y depende del grupo étnico, el
estatus social, las relaciones de género y la edad del agricultor.
Diferentes grupos sociales de agricultores dentro de una comunidad pueden
utilizar variedades diferentes del mismo cultivo, reflejando el desempeño de
cada una los recursos o limitaciones del agricultor. Algunos agricultores, por
ejemplo, manejan un promedio de variedades mayor que otros de su comunidad; también están los que se arriesgan a experimentar con nuevo germoplasma o mantienen variedades inusuales.
79
El género y la diversidad
El género establece diferencias en el manejo
de la diversidad y afecta las decisiones sobre
qué mantener en una finca
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El género establece diferencias claras en el manejo de la agrobiodiversidad a
nivel local. Las mujeres por lo general seleccionan la semilla para un rango de
criterios requeridos en sus hogares como sabor, color, olor, tiempo de preparación, entre otros (FAO-IPGRI 2002). Donde existe una división de tareas, las
mujeres normalmente se hacen cargo de los cultivos básicos o de subsistencia y los hombres de los cultivos que generan ingreso. La preocupación de la
mujer por la economía del hogar equilibra las presiones del mercado que enfatizan el rendimiento y la uniformidad en el producto. En muchos hogares, las
mujeres manejan componentes del sistema de producción ricos en biodiversidad como los huertos familiares, y aprovechan al máximo las especies recolectadas y los productos provenientes de los árboles (Watson et al. 2002). El
hecho de que las mujeres por lo general preparen las comidas de la familia
determina qué cultivos conformarán los huertos familiares. De ahí que comprender la dinámica del manejo de la agrobiodiversidad en un determinado
hogar o comunidad requiera tener en cuenta los aspectos de género.
80
Factores biológicos
Las características de los
cultivos también pueden incidir
en lo que el agricultor
decide mantener en su finca
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Las características biológicas de los diferentes cultivos también influyen en la
capacidad del agricultor para experimentar con recursos fitogenéticos locales y
mantener las variedades nativas. Para un agricultor es relativamente más fácil
mantener una población de razas nativas de un cultivo autopolinizado como el
arroz que una de uno de polinización cruzada como el maíz. Del mismo modo,
será relativamente más fácil experimentar con variedades nativas de cultivos
de propagación vegetativa que mantener material de siembra de alta calidad
fisiológica de esos cultivos, puesto que tienden a verse afectados por muchos
virus y patógenos.
81
Cómo apoyar al agricultor para
que maneje y mantenga la diversidad?
Ayudándole a utilizar eficazmente
las variedades, el ambiente
y su propio conocimiento
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D. Apoyo al agricultor en el manejo y mantenimiento de la agrobiodiversidad
Ya hemos visto que los sistemas tradicionales de cultivo constan de tres componentes –la diversidad genética, el ambiente físico y los agricultores que manejan y aprovechan los recursos en el contexto de un entorno social y económico– y que estos componentes no existen en aislamiento sino que cada uno
interactúa con los demás para mantenerse y contribuir al equilibrio del conjunto.
El ambiente físico ofrece las condiciones para que los cultivos se desarrollen e
influye en cómo se adaptan y se expresan fenotípicamente. Los cultivos a su
vez proporcionan beneficios al agricultor y ayudan a mantener el entorno estable. El agricultor interactúa con los cultivos y el ambiente para producir. La manera cómo interactúa con ambos mantendrá el agroecosistema productivo y
estable o le restará capacidad productiva y lo deteriorará. Si la interacción es
positiva, el ambiente físico se mantendrá y los cultivos podrán evolucionar y
formar nueva diversidad. Si la interacción es negativa, el ambiente se deteriorará y los cultivos producirán menos e incluso podrán desaparecer. Veamos ahora cómo se manifiesta el equilibrio y el desequilibrio en un agroecosistema y las
prácticas humanas que inciden en el uno o en el otro.
En un agroecosistema en equilibrio los suelos son fértiles y estructurados, el
agua es abundante y de buena calidad y los cultivos producen y se mantienen.
Métodos como la siembra en asociación, estratos o sucesión vegetal y prácticas que favorezcan la relación entre el ambiente, las plantas y la fauna asociada a los cultivos contribuirán al equilibrio del agroecosistema. La tala, la quema,
la contaminación y la sobreexplotación desequilibran el agroecosistema, deterioro que se manifiesta en la erosión del suelo, la disminución y contaminación
del agua, el incremento de plagas y enfermedades y la reducción de la
producción.
82
Aprovechar los STC como ambientes
de conservación
Requiere conocerlos muy bien
y trabajar conjuntamente
con los agricultores
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80
El aprovechamiento de los sistemas tradicionales de cultivo como ambientes
de conservación de la agrobiodiversidad requerirá conocerlos muy bien y
trabajar conjuntamente con los agricultores. El trabajo conjunto permitirá
conocer cómo el agricultor maneja la diversidad y cómo apoyar este proceso
para que redunde tanto en beneficio para el agricultor como en mantenimiento
de la diversidad cultivada. El primer paso de este trabajo consiste en realizar
un diagnóstico del sistema tradicional de cultivo para conocer detalladamente
sus componentes y las interacciones entre ellos. En consecuencia, debemos
averiguar qué diversidad contiene, cómo se ha sostenido y qué prácticas
pueden mantenerlo productivo o recuperarlo.
83
Diagnóstico del sistema tradicional de cultivo
Incluye conocer en detalle
• la diversidad, los ambientes
y los agricultores
• las características socioeconómicas
de la zona
• si el ecosistema está o no en
equilibrio
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1. Diagnóstico del sistema tradicional de cultivo
Con el fin de conocer qué diversidad hay en un sistema tradicional de cultivo, debemos
averiguar qué géneros, especies y variedades manejan los agricultores (incluyendo sus
aspectos genéticos, reproductivos y la interacción con el ambiente) y determinar cuáles
son los más importantes para ellos. El diagnóstico de los hábitat deberá mostrarnos los
niveles de vegetación, el clima, la topografía, las fuentes de agua, el suelo y la presencia de enfermedades, plagas y malezas. Respecto a los agricultores habrá que recopilar
información sobre los criterios que utilizan para conformar los grupos de cultivos y las
prácticas con que los manejan; la utilidad y frecuencia con que siembran las variedades;
los métodos para diferenciarlas, clasificarlas y seleccionarlas y los sistemas de abastecimiento y almacenamiento de semillas. También será necesario reunir información sobre las variables sociales culturales y económicas que influyen en la producción como
la estructura de la comunidad, las creencias asociadas a los cultivos, la tenencia de la
tierra, el tamaño de las parcelas, la rentabilidad de la producción, la estabilidad del ingreso, la mano de obra disponible, la comercialización de los productos, las políticas agrarias, el acceso a insumos para la producción y la relación costo-beneficio de mantener
un cultivo tradicional.
La información se puede obtener de diversas fuentes y mediante una variedad de instrumentos. Algunas fuentes pueden ser la literatura disponible sobre el sistema tradicional de
cultivo de interés, las bases de datos florísticos, agrícolas y de información geográfica y
meteorológica, los herbarios, jardines botánicos y bancos de germoplasma. Una fuente
especialmente valiosa son los mismos agricultores en tanto conocen, utilizan y mantienen
la diversidad que se quiere conservar. Los instrumentos para recopilar la información pueden incluir la observación, los cuestionarios y las entrevistas complementados con ensayos de campo y pruebas de laboratorio. También se pueden aprovechar eventos con la comunidad como reuniones, talleres, seminarios y ferias de diversidad. Existen varias metodologías e instrumentos para recopilar los datos. Mayor información sobre ellos se puede
encontrar en Jarvis et al. 2000, Maxted et al. 1997 y Rodríguez 1996.
Los datos recopilados se relacionan y analizan hasta concluir en qué estado se encuentra el sistema tradicional de cultivo (en equilibrio o deteriorado), qué facilita o limita la
producción agrícola y, en consecuencia, lo mantiene. Luego, con base en las conclusiones y conjuntamente con los agricultores se diseña un plan de trabajo para mantener o
recuperar la estabilidad del sistema tradicional de cultivo de manera que la diversidad se
mantenga y se aproveche.
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El diagnóstico de la diversidad
debe mostrarnos
• cuánta diversidad hay
y de qué se compone
• qué la ha hecho mantenerse
o erodarse
• qué cultivos han prevalecido
en la zona
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a. Diversidad
En el diagnóstico recopilamos información sobre los tres componentes del sistema tradicional de cultivo para determinar el estado de cada uno y cómo está
incidiendo en el equilibrio o deterioro del agroecosistema en general. Los datos
que se recopilaron acerca de la diversidad nos deben haber permitido determinar la magnitud y la composición (especies, razas y variedades) de la diversidad de la zona, y si ésta se está manteniendo, incrementando o reduciendo.
También podremos haber estimado qué cultivos han prevalecido en la zona.
La diversidad se mantiene, incrementa o reduce por la interacción de las poblaciones con el ambiente y los agricultores. Esta interacción se manifiesta en el
flujo de genes que a su vez depende de la distribución y el tamaño de las poblaciones, puesto que la distribución permite la recombinación y el tamaño asegura que todos los alelos presentes en la población se transfieran a las generaciones siguientes. Tanto el tamaño como la distribución de las poblaciones en
los agroecosistemas dependen del manejo de los agricultores.
Además de datos sobre los cultivos, mediante el diagnóstico sabremos cómo
aportan a la estabilidad o deterioro del agroecosistema otros elementos bióticos del hábitat como las enfermedades y plagas (agentes causales, frecuencia
e importancia), las malezas (especies, tamaño de las poblaciones, frecuencia
de aparición) y los polinizadores (insectos y otros agentes) y otras especies
benéficas asociadas a los cultivos de la región, y cómo afectan su producción.
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El diagnóstico del ambiente
debe habernos indicado qué características
de los hábitat favorecen y/o limitan
la producción y el mantenimiento
de la diversidad cultivada
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b. Ambiente físico
Durante el diagnóstico habremos precisado cuál es la temperatura y humedad
relativa, la cantidad y la distribución de las lluvias durante el año, duración e intensidad de la luz, los vientos y la altitud de la zona y si son terrenos planos o
con pendientes. También podremos haber determinado en qué condición se encuentran el suelo y las fuentes de agua. Así sabremos qué tipos de suelo existen en la zona, si tienen buenas condiciones físicas (estructura, textura, color,
nivel freático y drenaje) y químicas (pH, contenido de materia orgánica y nutrientes) o si por el contrario están erosionados, degradados, mal drenados, con
problemas de deficiencia (N, P, Mg, Ca, K) o toxicidad por nutrientes (Na, Al,
Mn) y cuales son las causas de estas alteraciones. Respecto a las fuentes de
agua sabremos si dentro del agroecosistema circula suficiente agua y de buena calidad para satisfacer los requerimientos de los cultivos en toda la región.
Si el agua es escasa y está contaminada, el diagnóstico nos indicará las causas de estas alteraciones.
La vegetación ejerce un efecto estabilizador sobre el clima de una zona y ayuda a mantener la estructura y fertilidad de los suelos así como la cantidad de
agua que circula dentro del agroecosistema. Las diversas especies vegetales
interactúan entre sí y con las condiciones físicas del ambiente para adaptarse
formando diferentes niveles de vegetación (sucesiones vegetales) con características, funciones y microclimas específicos. El diagnóstico del ambiente
nos habrá dado a conocer si existen remanentes de vegetación original o si fue
desplazada completamente por los cultivos, qué tipos de sucesiones existen
(sucesiones primarias y secundarias), qué mecanismos propiciaron el reemplazo de especies (intervención humana, introducción e invasión de otras especies) y que efecto ha tenido sobre la estabilidad del clima y las características físicas del ecosistema. A partir del diagnóstico habremos conocido las características de los hábitat y dentro de ellas cuales favorecen la producción y
cuales la limitan (estreses bióticos y abióticos).
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El diagnóstico de los agricultores
debe mostrarnos el contexto
socioeconómico y cultural en el
cual el agricultor maneja
y mantiene la diversidad
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c. Los agricultores
El elemento humano es el factor determinante de la producción en los sistemas
tradicionales de cultivo. A través del diagnóstico sabremos si los agricultores
producen independientemente o si están asociados para producir y comercializar sus cosechas, si los agricultores son propietarios o arrendatarios de las
tierras que cultivan (la propiedad sobre la tierra favorece un manejo más cuidadoso de los recursos), cómo están conformadas las familias y dentro de
ellas quienes se dedican a producir y quienes se encargan de conservar los
cultivos o si no existe una distribución específica de las tareas. También habremos determinado si cuentan con los recursos técnicos (conocimiento y tecnología para el manejo del agroecosistema) y económicos (para pagar por insumos, mano de obra y transporte) necesarios para producir, y las razas y variedades que utilizan tienen las características y les permiten producir las cosechas y beneficios que ellos esperan, y de no ser así, qué características buscan en sus cultivos y por qué, y si las consiguen sembrando variedades mejoradas. También habremos determinado si las variedades que siembran los agricultores tienen demanda constante todo el año, si son rentables comparadas
con materiales mejorados y cómo las políticas agrarias favorecen o limitan el
mantenimiento en la finca de las variedades tradicionales.
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El trabajo conjunto con el agricultor
incluirá conocer y manejar
conjuntamente con él las variables
que harán del sistema tradicional
de cultivo un ambiente
de producción
y conservación
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Una vez terminado el diagnóstico, tendremos un cúmulo de información que
nos permitirá establecer en conjunto con el agricultor una estrategia o plan de
apoyo que redunde tanto en beneficio de la producción del agricultor como del
mantenimiento de la agrobiodiversidad en el sistema tradicional de cultivo.
88
Caracterizar las variedades para
que el agricultor
las diferencie en distintos aspectos,
determine sus características útiles y
ratifique o modifique sus decisiones
de mantenerlas
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2. Caracterización de las variedades que maneja el agricultor
La caracterización consiste en describir las variedades sistemáticamente en términos
de sus atributos. El objetivo de caracterizar las variedades es diferenciarlas para precisar el número real que maneja el agricultor y determinar cuáles son sus características
útiles. Las variedades se caracterizan inicialmente utilizando los métodos de los agricultores para conocer los criterios de diferenciación que ellos utilizan. Luego se las caracteriza mediante los métodos convencionales (caracterización morfoagronómica y molecular) para determinar la efectividad de los criterios de diferenciación de los agricultores.
La caracterización que realizan los agricultores generalmente se basa en el fenotipo, especialmente en características morfológicas (forma, tamaño, color), agronómicas (rendimiento, resistencia a diferentes estreses) y de consumo (sabor, facilidad de cocción.
Entonces, con el fin de ofrecer un apoyo efectivo a los agricultores, se deberán determinar cuáles son esas características y hasta qué grado son heredables los criterios que
utilizan los agricultores para diferenciar y seleccionar sus variedades.
La caracterización morfoagronómica requiere establecer poblaciones representativas a
las que se evalúan varias características que permiten diferenciarlas y que se denominan descriptores. La caracterización molecular se puede realizar con la ayuda de marcadores enzimáticos (isoenzimas) o moleculares (RFLP’s, RAPD’s, QTL’s). Estos ofrecen
mayor exactitud puesto que a diferencia de los caracteres morfoagronómicos, no se
afectan con el ambiente (Engels 1985, Jaramillo y Baena 2000, Jarvis et al. 2000, FordLloyd y Painting 1996).
Posteriormente se comparan los resultados de ambas caracterizaciones. Si los criterios
de los agricultores ofrecen los mismos resultados de los métodos convencionales, convendrá introducirlos dentro de nuevas listas de descriptores –si aún no se han desarrollado para la especie– o adaptar las existentes, lo cual requiere investigación para cada
cultivo. Un ejemplo de ello son las listas de descriptores para gramíneas forrajeares desarrollados por el Centro de Información para los Recursos Genéticos (Brockhaus y
Oetmann 1996).
Conocer las metodologías y criterios que usan lo agricultores permitirá ayudarles a comprender el comportamiento reproductivo de los cultivos y facilitará la diferenciación y la
selección de las variedades. Para alcanzar este objetivo son útiles las actividades de
campo, los estudios de caso y los talleres sobre temas como el uso de listas de descriptores, reproducción y genética de cultivos, efecto ambiental y manejo de poblaciones representativas.
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Fortalecer la producción
mediante actividades que añaden valor
a los recursos tradicionales como
• procesar las cosechas
• mejorar las variedades
• mejorar el abastecimiento
y el flujo de semillas
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3. Fortalecimiento de la producción
Otras actividades que ayudan a fortalecer los sistemas tradicionales de cultivo son
aquellas que añaden valor a los recursos tradicionales como el procesamiento y el mejoramiento genético a través de métodos participativos (fitomejoramiento participativo).
a. Procesar las cosechas
Los agricultores pueden asociarse para procesar sus cosechas y comercializarlas en
forma de productos cuya demanda y valor sean más altos que el producto en fresco
(previo análisis del mercado y los consumidores). Existen varios ejemplos donde el producto procesado tiene mayor aceptación y demanda que el producto en fresco, como en
el caso de la achira (Canna edulis) en el Vietnam donde inicialmente se la consumió hervida y actualmente se extrae la fécula para elaborar fideos de achira que tienen una gran
demanda por su sabor y por ser una alternativa más fácil y menos costosa que la achira hervida. La demanda de fideos de achira es tan alta que actualmente se siembran en
este país unas 20,000 hectáreas del cultivo (IPGRI 1998). Similar situación se presenta con la papalisa o ulluco (Ullucus tuberosus) en el Ecuador, que se vende empacada
en pequeñas porciones o como hojuelas fritas listas para consumir, y en Colombia con
la yuca (Manihot esculenta) donde se han construido plantas para procesar las cosechas de los productores locales y producir hojuelas y harina de yuca para el consumo
humano, con los estándares de calidad exigidos por el mercado (Jarvis et al. 2000).
b. Mejorar las variedades
Otra forma de agregar valor a la diversidad es mediante el fitomejoramiento participativo,
ya sea seleccionando dentro de ella o mejorándola mediante métodos artificiales. La selección masal es un método fácil, relativamente rápido (dependiendo de la especie, los
agricultores pueden ver resultados después de 3 ciclos de selección) y efectivo que los
agricultores han utilizado con éxito durante milenios para escoger nuevas variantes con
características útiles que aparecen naturalmente. Sin embargo, estas características
90
sólo permanecerán en las generaciones siguientes si el agricultor tiene la habilidad y
el conocimiento para seleccionar las variedades con base en caracteres heredables y
no en efectos provocados por el ambiente. De ahí la importancia de validar los métodos de diferenciación y selección de los agricultores.
Los métodos de mejoramiento permiten incorporar nuevas características a las variedades
tradicionales para satisfacer las necesidades de los agricultores o los requerimientos del
mercado. En los sistemas tradicionales de cultivo se establecen programas de fitomejoramiento participativo en los que agricultores, conservacionistas y fitomejoradores trabajan
en equipo para conseguir un objetivo específico establecido previamente. El desarrollo
requiere además de plantear los objetivos, establecer los criterios de selección, reunir la
diversidad, generar nueva diversidad útil (cruzamientos y retrocruzamientos ), seleccionar
y evaluar variedades experimentales, y liberar y difundir las nuevas variedades (multiplicar
y distribuir las semillas) para que sean utilizadas por los agricultores.
c. Mejorar el abastecimiento y el flujo de semillas
Mejorar el abastecimiento de semillas a nivel individual y comunitario y establecer registros de la diversidad local son actividades que benefician el cultivo de las variedades de
una determinada zona y contribuyen a fomentar la conservación de las variedades y cultivos tradicionales a través del uso. Además de beneficiar a la comunidad, estas actividades aseguran la supervivencia de las poblaciones y la existencia de información sobre ellas.
Para mejorar el flujo y abastecimiento de semillas conviene que los agricultores aprendan a establecer y manejar parcelas para producir semillas de calidad. Esto permitirá
que cada agricultor asegure la semilla necesaria para establecer el siguiente cultivo y
pueda conservar reservas para intercambiar variedades o vender semillas a otros agricultores o establecer redes locales de abastecimiento de semillas. Las ferias de diversidad también son una alternativa efectiva para fomentar el flujo de semillas entre los
agricultores de una o varias zonas (Jarvis et al. 2000).
Establecer colecciones comunitarias y los registros de diversidad son otras alternativas
útiles para asegurar la existencia de la diversidad local y el flujo de semillas de calidad a
nivel de a una o varias comunidades dentro de una región. En las colecciones se reúnen
semillas o material vegetativo de las diferentes variedades que posee la comunidad y se
las establece a corto plazo y en pequeñas parcelas. Estas colecciones permiten a la comunidad almacenar semillas o material de siembra en condiciones seguras, evaluar variedades e integrar nuevos materiales a sus poblaciones, restaurar los que hayan desaparecido (por desastres, plagas o enfermedades) y tener un mayor control sobre sus recursos
genéticos.
Los registros de datos sobre la diversidad conservada en una zona constituyen fuentes
de información sobre las características y la localización de la diversidad a nivel de la
comunidad o de la región, para el uso de los agricultores. Generalmente están ligados a
las colecciones comunitarias o a las redes de semillas.
91
Contenido
I.
Objetivos
II.
Introducción
III.
La conservación in situ de la biodiversidad
IV.
La conservación de la diversidad vegetal
en áreas protegidas
V.
La conservación de la diversidad cultivada
en fincas
VI. Conclusiones Copyright IPGRI 2003
Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal
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88
La diversidad vegetal se conserva in situ
creando condiciones que
mantengan los ambientes en que
se ha originado
o ha desarrollado sus
características particulares
Copyright IPGRI 2003
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89
Conclusiones
La diversidad biológica es la base de la vida en la Tierra y el fundamento de la agricultura y la economía. Nos proporciona múltiples beneficios, siendo el más importante la
gran variedad de plantas de las que obtenemos alimentos, medicinas y vivienda. A
pesar de su gran magnitud, la diversidad biológica es finita y se está reduciendo por la
sobreexplotación a la que la hemos sometido. Esto ha causado el deterioro y la destrucción de muchos ambientes y la desaparición de especies, limitando así la disponibilidad
de recursos y poniendo en peligro nuestra subsistencia y la de generaciones futuras.
Frente a esta amenaza para nuestra supervivencia y calidad de vida, necesitamos conservar la diversidad vegetal para contar con la mayor cantidad posible de recursos que
nos permitan recuperar los ambientes destruidos, mejorar los cultivos y asegurar
suficiente alimento para una población en continuo crecimiento.
Conservar la diversidad vegetal implica mantenerla en evolución para que siga generando nueva diversidad que podamos utilizar. Esto requiere mantenerla en los sitios donde
se originó o donde ha desarrollado sus características –in situ. Podemos mantener la
diversidad natural (selvas y bosques) in situ en áreas protegidas, mientras que la diversidad cultivada (especies útiles para la alimentación y la agricultura) la podemos mantener en sistemas tradicionales de cultivo. Conservar la diversidad vegetal in situ requiere
proteger los ecosistemas naturales para que las poblaciones de las especies que los
componen se mantengan o recuperar tanto las unas como los otros cuando se hayan
deteriorado. En el caso de las áreas protegidas, la conservación será planificada y monitoreada por personal calificado que buscará proteger las áreas con intervención mínima. En el caso de la diversidad cultivada, tanto la historia como los estudios de la última década muestran que ésta se conserva en los campos de los agricultores, a cargo
de éstos, con los criterios y prácticas que han utilizado por generaciones, y acompañada del conocimiento sobre el uso. De ahí la importancia de trabajar junto al agricultor
para crear condiciones que le permitan mantener y aprovechar la diversidad, y proteger
el agroecosistema para que siga generando diversidad.
93
Módulo sobre Conservación In situ de la Diversidad Vegetal
en Areas Protegidas y en Fincas
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105
Anexos
ANEXOS
107
Anexo 1
Anexo 1
Categorías de Áreas
Protegidas
109
Anexo 1. Categorías de Áreas Protegidas
Categoría 1. Protección estricta
Areas protegidas administradas principalmente para la ciencia o para la
protección de vida silvestre. Son áreas terrestres y/o marinas que poseen
ecosistemas representativos, formas geológicas y fisiológicas y diversidad de
especies. Se las protege para conservarlas en estado natural. Pueden ser
áreas extensas no modificadas o ligeramente modificadas que han conservado sus características naturales y aquellas producto de la modificación. Se
les conoce como reserva natural estricta o área natural silvestre y generalmente no se permite que sean habitadas por el hombre, pero se utilizan para
investigación científica y monitoreo ambiental.
Categoría 2. Conservación de ecosistemas y turismo
Areas protegidas administradas principalmente para proteger la integridad
ecológica de uno o más ecosistemas que se pueden utilizar para la recreación
(ecoturismo) siempre y cuando no se exploten los recursos que contengan.
Algunas veces se les conoce como parques naturales que pueden ser de carácter nacional, regional o local.
Categoría 3. Conservación de características naturales
Areas protegidas administradas principalmente para la conservación de características naturales específicas, es decir, para proteger especies y ecosistemas específicos que tienen un valor único debido a su rareza y/o por presentar características científicas, estéticas o culturales de interés. Dentro de ellas
sólo se permite realizar actividades de investigación científica y ecoturismo. Se
conocen como monumentos naturales.
Categoría 4. Conservación a través del manejo activo
Areas protegidas administradas principalmente para la conservación mediante la
intervención y el manejo activo, con el propósito de asegurar el mantenimiento y/
o restauración de los hábitats y/o reunir los requerimientos para conservar determinadas especies. Se conocen como áreas de manejo de hábitat y especies.
Categoría 5. Conservación de paisajes terrestres y marinos y recreación
Areas protegidas administradas principalmente para la conservación de zonas
terrestres y marinas y para la recreación. A veces se les conoce como paisaje
terrestre/marino protegido. Los paisajes protegidos son zonas terrestres y marítimas ricas en diversidad biológica donde ha ocurrido la interacción del hombre con la naturaleza, transformándose en áreas con características distintivas ya sean naturales, culturales o estéticas de valor. Se protegen para conservar y mantener la interacción tradicional con el hombre y se las utiliza para
la recreación y el turismo.
111
Categoría 6. Utilización sostenible de ecosistemas naturales
Areas protegidas administradas principalmente para la utilización sostenible de
los ecosistemas naturales. A veces se las conoce como áreas protegidas de
recursos manejados. Estas áreas contienen principalmente ecosistemas no
modificados manejados para la conservación y mantenimiento de la biodiversidad a largo plazo, al tiempo que permiten el uso sostenible de los recursos
para suplir las necesidades de las comunidades locales.
Fuente: Glowka et al., 1994. A guide to the Convention on Biological Diversity.
IUCN.
112
Anexo 2
Anexo 2
Modelo para una Reserva
Simple Óptima
113
115
Anexo 3
Anexo 3
Modelo para una Reserva
Múltiple Óptima
117
119
Anexo 4
Anexo 4
Régimen de Muestreo
para una Reserva
121
Anexo 4. Régimen de Muestreo para una Reserva
Mantener una reserva en equilibrio requiere monitorear el estado de las poblaciones y el ambiente. Los cambios ocurridos el ecosistema se detectan analizando una variedad de datos sobre las características (variables) de sus
componentes. Por la cantidad y complejidad de esta información, el monitoreo
necesita apoyarse en una herramienta que le permita registrar datos consistentemente para poder analizarlos después. Esa herramienta es el muestreo.
El muestreo es la toma sistemática de datos sobre un conjunto de variables.
Aplicado al manejo de una reserva, el muestreo incluirá como variables las características de las poblaciones y el ambiente y la metodología para recopilar
los datos sobre esas variables. El conjunto de variables y metodología se conoce como régimen de muestreo.
Las variables para evaluar el ambiente serán aquellas asociadas a las características del suelo, el agua y el aire. En el suelo se evalúan la capa y las características físicas, químicas y biológicas. En el agua se miden el caudal, el pH y
el contenido de sedimentos y sustancias tóxicas, y en el aire la presencia de
contaminantes que alteren la temperatura y la humedad.
En las poblaciones se miden las variables que indiquen si las especies se están manteniendo y expandiendo, como son la densidad, la frecuencia y la cobertura. La densidad es el número de individuos por unidad de área. La frecuencia es la proporción de muestras dentro de las cuales aparece la especie
evaluada, y la cobertura, el área de suelo ocupada por la proyección perpendicular del follaje de la planta (Maxted et al. 1997).
La metodología para muestrear la reserva deberá indicar cómo escoger los sitios donde se medirán las variables, cómo se medirán, sobre cuántos individuos, cuántas veces (número de repeticiones) y con qué frecuencia se repetirá el proceso. A continuación incluimos pautas para muestrear poblaciones en
una reserva.
Los sitios se pueden determinar escogiéndolos al azar (muestreo aleatorio), a
intervalos regulares (muestreo sistemático) o buscando aquellos que tengan
características similares (muestreo estratificado). La escogencia del método
dependerá de la homogeneidad de los hábitat. Ambientes homogéneos se podrán muestrear aleatoriamente y los heterogéneos estratificadamente. En el caso de las poblaciones, el mecanismo de dispersión de las especies determinará cómo muestrearlas. Especies de dispersión amplia y uniforme (reproducidas
sexualmente y dispersadas por aves) se muestrearán aleatoriamente mientras
que aquellas de dispersión limitada (reproducción vegetativa) se muestrearán
estratificadamente.
Dentro de los sitios escogidos, las poblaciones se pueden muestrear por intersectos o en parcelas. El muestreo por intersectos consiste en trazar líneas en
dirección aleatoria con ayuda de una cinta métrica y tomar datos en los sitios
demarcados por las intersecciones de las líneas. El método de parcelas consiste demarcar un área con un cuadro, cuyo tamaño se establece según la es123
pecie, y medir las variables en las plantas que quedan dentro de la parcela.
Los cuadros pueden ser pequeños (portátiles, de madera o metal) o grandes
(demarcados con estacas y cuerdas) y permanentes o transitorios. Los intersectos se utilizan en muestreos aleatorios y estratificados, y las parcelas en
los sistemáticos.
El tamaño de la muestra corresponde al número de plantas y varía según el
tamaño de los cuadros utilizados para el muestreo. Los cuadros deberán ser
suficientemente grandes para que contengan el mayor número de individuos de
las especies de interés y suficientemente pequeños para que faciliten realizar y
repetir el muestreo. A pesar de la variación en el tamaño de los cuadros, Clarke
(1986), citado por Maxted et al. (1997), recomienda usar cuadros de 0.5 a 1.0
m˝ para muestrear especies herbáceas, de 50 a 100 m˝ para arbustos y de
200 a 1000 m˝ para especies arbóreas.
El número de repeticiones equivale al número de veces que debemos medir las
variables en un mismo sitio. No existe un número aplicable en todos los casos
pero conviene tener en cuenta que a mayor número de muestras, mayor confiabilidad en los resultados. El número óptimo de repeticiones se puede calcular mediante métodos matemáticos como el de Poole (1974), citado por Maxted
et al. (1997).
La frecuencia de muestreo indicará cada cuánto evaluar y depende de las características y el grado de deterioro de las poblaciones y el sitio de conservación. Poblaciones jóvenes y pequeñas en ambientes deteriorados se deberán
muestrear más frecuentemente. Si la reserva está bien manejada, la frecuencia
de los muestreos podrá disminuir con la edad de las poblaciones.
Un régimen de muestreo como el descrito anteriormente permite obtener datos
precisos sobre el estado de un ecosistema. Sólo una metodología sistemática
como ésta nos puede llevar a tomar decisiones acertadas sobre el manejo de
una reserva.
124
Anexo 5
Anexo 5
Glosario
125
127
Agrobiodiversity
Agroecosystem
Companion weed
Agriobiodiversidad
Agroecosistema
Arvense compañera
Biotic
Biótico
Coevolution
Indigenous knowledge
Conservation
Cultivar
Coevolución
Conocimiento tradicional
Conservación
Cultivar
Deriva genética
Genetic drift
Evolución conjunta de dos o más organismos en una relación positiva o negativa
Agromorphological
characteristic
Característica agromorfológica
D
Característica fenotípica de una planta utilizada para identificar una variedad o cultivo
Trait
Característica
Oscilación al azar de las frecuencias genéticas de una población, de una generación a
otra, debida a factores como la selección natural. Es más evidente en poblaciones
pequeñas y aisladas, y puede llevar a la fijación de un alelo y a la extinción de otro
Tipo de planta de una especie cultivada que se distingue por una o más características
Aplicada a los recursos fitogenéticos, se refiere al mantenimiento de poblaciones de
especies en su hábitat natural (in situ) o de muestras de estas poblaciones en bancos de
germoplasma (ex situ). La conservación supone que los materiales son útiles o
potencialmente útiles, y busca mantenerlos y manejarlos para beneficio actual y futuro
Conocimiento o tradiciones de una comunidad
Atributo estructural o funcional de una planta que resulta de la interacción entre los genes
y el ambiente en que se desarrolla
Carrying capacity
Máximo número de especies que puede albergar un hábitat en equilibrio dinámico
Relativo a organismos vivos y compuestos orgánicos de la biosfera
Establecimiento constituido para conservar recursos genéticos. Almacena muestras de
variedades tradicionales, productos del mejoramiento, variedades en desuso y especies
silvestres
En agricultura, se refiere a una planta o especie que crece donde el hombre no lo desea.
En ecología, se refiere a una planta adaptada a ambientes modificados o hábitat abiertos
Complejo dinámico de comunidades de plantas, animales y microorganismos importantes
para la alimentación y la agricultura, y su ambiente no biótico con el que interactúan
formando una unidad funcional
Comprende la variedad y variabilidad de plantas, animales y microorganismos presentes
en la Tierra, importantes para la alimentación y la agricultura, que resultan de la
interac ción entre el ambiente, los recursos genéticos, y los sistemas y prácticas de
manejo utilizadas por los diversos pueblos
Relativo a factores físicos y químicos del ambiente (agua, temperatura y suelo, entre otros)
Definición
Capacidad de carga
C
Genebank
Banco de germoplasma
B
Abiotic
Equivalente en inglés
Abiótico
A
Término
Anexo 5. Glosario para el Módulo sobre Conservación In Situ de la Diversidad Vegetal en Areas Protegidas y en Fincas
128
Weedy species
Genotype
Germplasm
Habitat
Hybridization
Mutation
Forma regresiva
Genotipo
Germoplasma
Hábitat
Hibridación
Mutación
M
H
G
Geneflow
Flujo de genes
Finca
Farm
Ethnobotany
Etnobotánica
F
Ecogeographic study
Estudio ecogeográfico
Variación o alteración repentina de un organismo, heredable a las generaciones
siguientes. Puede involucrar cambios en los genes o en los cromosomas
Cruzamiento de individuos genéticamente diferentes que da lugar a nuevas
combinaciones de genes
Espacio de un ecosistema ocupado por organismos o comunidades
El término germoplasma supone que la estructura puede dar origen a una nueva
generación, transmitiendo sus características genéticas
Estructura que porta la suma total de características hereditarias de una especie.
Constitución genética total de un organismo. Conjunto de factores hereditarios que regula
las formas de reacción del organismo a los estímulos externos
Especie relacionada con otra cultivada que muestra características tanto de la especie
cultivada como de sus parientes silvestres
Intercambio de genes entre plantas o poblaciones debido a la dispersión de
gametos o cigotos
Área de un ecosistema modificado con fines de cultivo y bajo la presión de selección
de un agricultor. Sinónimo de sistema tradicional de cultivo
Estudio de la tradición de uso de las plantas en un determinado lugar
Recolección y síntesis de información ecológica, geográfica y taxonómica cuyos resultados
se pueden utilizar para planificar actividades de manejo de los recursos genéticos
Especie u organismo presente en la naturaleza que no ha mutado
Pérdida de material genético, incluyendo genes individuales o combinaciones de genes
Genetic erosion
Wild species
Erosión genética
Especie silvestre
Unión sexual de las células reproductoras provenientes del mismo individuo
Inbreeding
Endogamia
Producto de la respuesta genotípica de una especie o raza a un ambiente en particular
como resultado de la selección natural
Definición
Ecotype
Equivalente en inglés
Ecotipo
E
Término
129
P
Minimum viable population
size
Genetic variability
Genetic variation
Variety
Tamaño poblacional mínimo viable
Variabilidad genética
Variación genética
Variedad
V
Taxon, Taxa
Farm
Taxón, Taxa
T
Sistema tradicional de cultivo
S
Componente biótico de valor o utilidad real o potencial
Biological resource
Genetic resources
Recurso biológico
Recursos genéticos
Cada uno de los grupos en que se dividen algunas especies y que se distinguen entre sí
por ciertos caracteres heredables muy secundarios. Sinónimo de cultivar
Variación en los genes de una especie o población en respuesta a estímulos externos
Variación genética existente en una población o especie como resultado de la evolución
Número de individuos requerido para que una población tenga 99% de probabilidades
de existir durante 100 años
Grupo taxonómico de cualquier rango del sistema de clasificación (especie, género y
familia)
Sinónimo de finca o campo del agricultor
Germoplasma de plantas, animales y otros organismos que contiene características útiles
de valor actual o potencial
Combinación de alelos provenientes de diferentes progenitores que resulta en un nuevo
genotipo
Recombination
Recombinación
Población genética y fenotípicamente variable comúnmente desarrollada por selección del
agricultor. Se caracteriza por su adaptación a las condiciones del lugar donde se desarrolló.
Se mantiene de generación en generación como patrimonio familiar y constituye una
fuente de variabilidad genética para el mejoramiento de los cultivos
Especie o grupo de especies a partir de las cuales se formaron, seleccionaron y mejoraron
muchas especies cultivadas. Por su amplia variabilidad genética y resistencia a plagas,
enfermedades y estreses abióticos, sirven para mejorar los cultivos
Definición
Landrace
Wild relative
Equivalente en inglés
Raza nativa
R
Pariente silvestre
Término
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130

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