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Transcripción

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vogue
hechizante
vestido de Kris
Goyri; aretes de
Paula Mendoza;
brazalete de L. A.
Cano; sandalias
y collar, de Oscar
de la Renta.
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Coordinador de moda, Daniel Edley; peinado, Natalia Mejía; maquillaje, Dora Verónica Simson; modelo, Renata Sozzi para Marilyn NYC; casting, Roger Inniss para
Boom Productions Inc; asistentes de fotografía, Luis Felipe Hoyos y César Padrón; asistente de moda, Natalia Ramírez; AD, Lorena Kraus; producción, Daniel Posada.
mundo
Un destino en tonos esmeralda,
Londres tras los ojos de Michael
Kors y delicias para el fin de año
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arte colonial
la plaza de san
pedro claver, un
lugar imperdible
tras la muralla
de la ciudad.
bella, heroica
y literaria
Cartagena de Indias es ya uno de los símbolos de la
nueva Colombia. Un lugar mágico a orillas del Caribe
GABRIELA SAUCIUC/IStock.
p
Fotógrafo: JUAN GUILLERMO ESCOBAR Realización: VALERIE MATTOS
asear por Cartagena de
Indias es hacerlo por la
ciudad en la que Gabo,
Gabriel García Márquez, decidió desarrollar El amor en los tiempos del cólera, su segunda obra maestra para
muchos, su novela cumbre para otros. Sobre
sus calles, coloniales, caribeñas, protegidas
por una muralla tan bella como sus gentes,
el escritor que convirtió todo el planeta en
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un pequeño Macondo, decidió que Fermina
Daza y Florentino Ariza, sus protagonistas,
deambularan por el Portal de los Dulces
—Portal de los Escribanos en la novela—,
lugar donde se desencadena la historia posterior del libro y donde se pueden encontrar,
en puestos callejeros, algunas de las muchas
delicias que ofrece la gastronomía local.
A Cartagena llegó Gabriel García Márquez en el año 1948 para escribir en el recién
creado periódico El Universal. “Me bastó
dar un paso dentro de la muralla para verla
en toda su grandeza a la luz malva de las seis
de la tarde y no pude reprimir el sentimiento
de haber vuelto a nacer”, escribiría el Premio
Nobel unos años más tarde. Porque si Florencia es Stendhal, si Honoré de Balzac es París,
si Charles Dickens es Londres... Cartagena
es García Márquez, ciudad que presume de
una ruta turística que incluye, cómo no, los
escenarios donde transcurren algunos de los
pasajes de sus inolvidables novelas.
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mundovogue
u
s
obre todo, muy por encima
de todo, Cartagena de Indias
es turismo, con instalaciones
hoteleras y restaurantes dignos
de todo aquel exigente jetsetter
que haya perdido el miedo a
continuar con la aventura. Así se percibe en
el restaurante Alma, del Hotel San Agustín,
donde el chef Heberto Eljach desarrolla la
experiencia alcanzada en lugares tan lejanos
como Camboya, Australia o Thailandia en
platos que mezclan la vanguardia con la tradición caribeña de la ciudad. O el Donjuán,
bistró caribeño que es todo un referente en
los ambientes gastronómicos de Cartagena
desde 2009 merced a sus pescados, sus carnes y el influjo de Juan Felipe Camacho, su
inspiración. Y para el postre, qué mejor que
la Pastelería Mila, que cuenta con dos localizaciones, tanto en el interior de la ciudad
amurallada como en el exterior, en Bocagrande. Allí, los cupcakes y los hot cakes se
mezclan con dulces más tradicionales para
convertirse en el lugar ideal para un break y
un tentempié que nos llene de fuerzas para
continuar con las impresionantes maravillas
turísticas que nos ofrece La
preferidos Heroica. Porque, al fin y al
desde arriba:
cabo, Cartagena de Indias
el restaurante
alma; pastelería
también es sinónimo de saboMila y donjuán,
res multiculturales.
bistró caribeño.
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Cortesía de Hotel Casa San Agustín, Pastelería Mila y Restaurante Don Juan.
na ciudad fundada en
1533 por el conquistador español Pedro Heredia y que con el paso
de los años se convirtió
en el puerto más importante de América, hasta el punto de ser uno
de los escenarios principales de la piratería
que asoló el Caribe en los siglos posteriores.
Eso llevó a la conocida como Ciudad Heroica
a amurallarse y ser reconocida como la ciudad más reforzada del continente, skyline que
es, evidentemente, uno de los recursos turísticos más importantes con los que cuenta hoy.
Cartagena es historia, literatura. Cartagena es Caribe, es pasado y también mucho
presente; el de un país, Colombia, que se ha
situado a la cabeza del nuevo vertebramiento
latinoamericano, el del crecimiento económico, el de la influencia transnacional.
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alma antigua
BLUSA de Amelia
Toro; falda EN
CORTE A, de Pepa
Pombo; cinturón
de Silvia Tcherassi;
aretes de Oscar de
la Renta; anillos
de CH Carolina
Herrera; CESTO DE
PAJA, DE Casa Chiqui;
sandalias de PIEL,
DE Aquazzura.
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mundovogue
Cartagena es pasado pero, sobre
todo, presente; el de Colombia, país
que es un símbolo de crecimiento
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e
n cuanto a las compras,
la joya caribeña del romanticismo tampoco
falla. Galerías de arte,
tiendas con prendas de
las principales marcas
locales, como St. Dom, y anticuarios se mezclan en las calles del casco histórico para
brindar al visitante la experiencia de poder
llevarse a su lugar de origen lo último de la
cada vez más impactante moda colombiana
o un recuerdo de las muchas artesanías que
ofrece Cartagena. Un lugar ineludible e
imprescindible es Casa Chiqui, boutique
propiedad de Chiqui Echavarría, meca del
lujo y de la estética boho chic donde encontrar
desde objetos típicamente colombianos, como alpargatas guajiras y mochilas arhuacas,
hasta joyas de Ranjana Khan —esposa de
Naeem Khan— y bolsas de Hunting Season,
firma de Danielle Corona, que se mezclan con
objetos de interiorismo, joyas y accesorios de
diferentes partes del mundo.
evocaciones
La diversidad de alojaizda.: casa chiqui
mientos
en una ciudad dees la tienda de
antigÜedades más
nominada en 1991 como
chic y asediada
Destino Turístico y Cultural
por todos los
amantes del arte.
es, por supuesto, amplísima.
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Casa Chiqui: PABLO BUSTAMANTE.
top de Kris
Goyri; falda
de Carolina
Herrera; cuffs
y panamá, de
Artesanías
de Colombia;
abanico de
Casa Chiqui.
o
hospedajes
Cortesía de Hotel Casa San Agustñin, Hofitel Santa Clara y Hotel LM.
terraza del LM
hotel boutique;
Arriba: sofitel;
derecha: hotel
casa san agustín.
r
esucitada y convertida en el faro
turístico de una Colombia que es
parte indispensable de la proa de
América Latina, Cartagena de
Indias no es únicamente su ciudad
amurallada. Con el crecimiento
económico han llegado otras colonias, otros
desarrollos inmobiliarios como Bocagrande,
la parte más moderna de la ciudad, algo así
como su distrito financiero, o Getsemaní,
barrio donde se proclamó la independencia
de España en 1811 y que contiene el Centro
de Convenciones Julio César Turbay Ayala,
un moderno y contemporáneo edificio que
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contrasta con el interesante pasado de sus
edificaciones, testigos de la historia.
En la parte vieja, protegidos por los impactantes muros de la muralla, se erigen el
Sofitel Legend Santa Clara, una miscelánea
de arquitectura colonial y confort moderno
plagado de lujo y de las últimas tecnologías; el
Hotel San Agustín, establecimiento boutique
de solo 24 habitaciones y 6 suites levantado
sobre un bello característico edificio cartagenero y el Hotel LM, que a pesar de contar
con solo siete habitaciones es uno de los establecimientos más sofisticados que se pueden
encontrar en el casco histórico.
tro de los lugares
ineludibles para descansar durante una
visita a la que está considerada por muchos
como la St. Tropez
colombiana es el Tcherassi Hotel + Spa,
propiedad de la diseñadora Silvia Tcherassi,
que también cuenta con una boutique en
la ciudad. En el año 2009 Tcherassi, con la
idea de extender el impacto de su marca
homónima, decidió incursionar en el negocio
de los fashion hotels, siguiendo el ejemplo
emprendido en el pasado por firmas como
Bulgari, Armani o Versace y convirtiéndose
en la gran pionera en la región en este tipo
de negocio. Situado en el centro histórico de
Cartagena, murallas adentro, el hotel es uno
de los mejores del mundo en su nicho según
la opinión de varios críticos internacionales,
además de una experiencia en el lujo más
relajado y sensible que uno pueda imaginar.
Obstinados y agarrados de la mano caminaban Florentino Ariza y Fermina Daza en
El amor en los tiempos del cólera, abriendo el
universo de Cartagena a viajeros posteriores
que visitarían el castillo de San Felipe de
Barajas, construido en 1536 y Patrimonio
de la Humanidad de la Unesco, al igual que
el centro de la ciudad o el Museo Histórico,
situado en el edificio que fuera sede de la
tenebrosa Santa Inquisición y que es uno de
los orgullos de sus habitantes.
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mundovogue
misticismos
bolsa de cuero,
de m2malletier;
vestido en prinT
con plisados, de
rolando santana;
sandalias strappy,
de Aquazzura;
aretes y anillos,
de Mallarino.
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la catedral
es el centro
de atención
de la ciudad.
Catedral: DC_Colombia/iStock; en la modelo; pulseras y collar de Mercedes Salazar: canasto de casa Chiqui.
m
El mito de Gabo
se forjó en esta
ciudad Patrimonio
de la Humanidad
narración novelada de sus últimas semanas
en la obra El general en su laberinto. Visitar
la Cartagena de la historia, la literatura, la
cultura y la gastronomía es emprender una
pequeña revolución silenciosa en paralelo a
la que vive Colombia, país que mira hacia
delante olvidando fantasmas del pasado,
sin desprenderse del realismo mágico que
envuelve cualquier visita. —daniel gonzález
irar al pasado con
el futuro como
horizonte es una
de las mejores actividades que uno
puede desarrollar
en este rincón volcado sobre el Caribe. El Museo del
Oro, con vestigios imborrables de la cultura Zenú,
capaz de fundir el oro y los metales preciosos como
pocas civilizaciones en la historia de la humanidad
gracias al método de la cera perdida —figuras y filigranas realizadas a través de moldes fabricados con
cera de abeja—, es uno de los grandes ejemplos. Otro
tipo de arte muy diferente, aunque no por ello menos
impactante, es el que contiene el Museo de Arte Moderno (MAMC), que presume de una importante
colección permanente de artistas latinoamericanos
y también de exposiciones temporales internacionales que van rotando a lo largo de todo el año en un
edificio que en su origen se convirtió en la primera
aduana del importantísimo puerto de Cartagena
construida por la Corona Española.
Una vez agotada nuestra agenda cultural, que
en una ciudad como esta puede llegar a ser interminable, llega el momento de terminar la jornada
cenando y disfrutando de algún coctel en alguno
de los muchos bares que llenan la ciudad, como La
Vitrola o el Quiebra-Canto, disfrutar de la terraza
del Frank & Frank al atardecer y rememorar así
la llegada del libertador Simón
amuralladas
Bolívar a la ciudad, quien decidió
Falda de jorge
instalarse en la casa del Marqués
duque; sandalias
de aquazzura;
de Valdehoyos, tal y como Gabriel
top de encaje, de
García Márquez recoge en su
oscar de la renta.
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