Cuadernillo 65

Transcripción

Cuadernillo 65
65– Historia de la Iglesia
Finalmente, la guerra termina. Vuelven los
supervivientes, los mutilados, los prisioneros... Los representantes de las naciones
discuten las condiciones del armisticio. El
Papa siente que estas negociaciones podrían
causar en el futuro nuevas guerras si no
concluyen con justicia. Benedicto XV invita
a toda la cristiandad para que rece por una
paz justa, mientras solicita a los obispos de
todo el mundo que recojan ofertas para los
niños que sufren hambre en las desoladas
tierras de la Europa central.
PIO XI Y EL TRATADO DE LETRAN
Desde el año 1870 —el año de la «toma de
Roma»— los papas no habían aparecido
nunca fuera del Vaticano. Pero el cardenal
Aquiles Ratti, apenas elegido pontífice con
el nombre de Pío XI, dice: «Quiero que mi
primera bendición vaya, como señal de la
paz a la que aspira toda la humanidad, no
sólo a Roma y a Italia, sino a toda la Iglesia
y al mundo entero». ¿Imagináis por un momento la alegría de aquellos miles de fieles
que llenaban la plaza de San Pedro?
Otros muchos hombres sienten el hambre y
la desolación en tierras más lejanas. La
guerra ha cambiado los confines de muchos
países. Los indígenas contemplan a los
blancos y piensan: «Se matan entre sí y a
nosotros nos pisotean». Rudos y salvajes,
llegan a desconfiar hasta de los mismos
sacerdotes. El Papa exhorta a los misioneros
para que formen un clero indígena. Los
sacerdotes «negros» o «amarillos» harán
comprender más fácilmente a los fieles de
su raza que en la Iglesia todos son iguales,
sin distinción de color.
Cuando era sacerdote, Pío XI practicaba con
amor y pericia el alpinismo. Solía decir:
«Con la dura fatiga que causa la ascensión
se vigorizan las fuerzas físicas y, después,
en la cima, ante el maravilloso paisaje que
se muestra ante nuestros ojos, el alma no
puede por menos de alzar un himno de acción de gracias al Señor, creador de tanta
maravilla». Pío XI fue siempre un amante
del deporte.
En Constantinopla se alza una estatua de
Benedicto XV. En ella se puede leer: «Al
gran pontífice de la tragedia mundial, bienhechor de los pueblos, sin distinción de
nacionalidad o de raza, en señal de reconocimiento. El Oriente». Sí, muchos hombres
han entendido. Pero aún quedan muchas
cosas que hacer. Sin embargo, la muerte
llega antes. Una pulmonía lo lleva a la tumba, en plenitud de su trabajo. Corre el mes
de enero de 1922.
Pío XI es llamado «el Papa de las misiones». En efecto, gran parte de su labor se
dirigió al maravilloso campo de las misiones. En Letrán funda un museo donde se
recogen multitud de objetos provenientes de
los más lejanos países donde se propaga la
fe en Cristo. En el año 1926 el Papa consagra a los seis primeros obispos chinos. A
éstos seguirán varios indios, japoneses y
anamitas. Son días de triunfo para la Iglesia.
Para los hombres de Dios no existen fronteras nacionales.
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Durante el año 1926 la Iglesia celebra otro
grande acontecimiento: el centenario de san
Francisco. En la ciudad eterna surgirá un
monumento en el que se ve al Pobrecillo
extendiendo sus brazos al cielo, como si
estuviera llamando a sus amigos los pajarillos, los hermanos del aire. Como sabéis san
Francisco predicó también en Oriente. Muchos de sus religiosos llegaron a ser mártires
predicando el cristianismo por tierras africanas. El «Poverello de Asís», como lo
llaman los italianos, fue uno de los seguidores más leales del mensaje de Cristo.
PIO XI CONDENA
TEORIAS SUBVERSIVAS
12 de febrero de 1931: una fecha que evoca
un acontecimiento de suma importancia: por
primera vez todos los hombres de la tierra
pueden escuchar la voz del Papa. Pío XI
dirige su primer radiomensaje al mundo
desde la potente emisora instalada en el
Vaticano por el mismo inventor de la radio,
Guillermo Marconi, que forma parte de la
pontificia Academia de las Ciencias. Pío XI
es un auténtico protector del progreso científico.
Pío XI reorganiza la acción católica. Sus
componentes ayudan a los eclesiásticos en
la obra de cristianización en el seno de las
familias y de la sociedad. ¿Habéis escuchado alguna vez las crónicas de la radio cuando un papa torna al Vaticano después de un
viaje? La plaza está llena de fieles. A un
cierto punto se ve como un río de antorchas.
Son precisamente los inscriptos a la acción
católica quienes pre-paran estos espectáculos maravillosos.
Desgraciadamente en el mundo aparecen
nuevas ideas y teorías políticas que combaten contra la Iglesia. Es el caso del comunismo ateo que niega totalmente la existencia de Dios. El Papa lo condena. Pero a
pesar de la condena, esta falsa doctrina
política se extiende por todo el mundo, con
consecuencias funestas tanto desde el punto
de vista de la armonía entre los hombres
como en el campo religioso. Algunos de los
episodios más dramáticos de la historia
mundial son consecuencia, en efecto, de
falsas teorías políticas.
Un acontecimiento importante del pontificado de Pío XI es la firma del concordato de
Letrán, entre la Santa Sede y el gobierno
italiano. Es el 11 de febrero de 1929. Gracias a este concordato se pone punto final a
los múltiples problemas que surgieron a raíz
de la «toma de Roma». El Papa tiene nuevamente su pequeño estado del cual es soberano: la Ciudad del Vaticano, en el corazón
de Roma y que ciertamente también es el
corazón del mundo.
Nuevas persecuciones están a punto de
ensangrentar la tierra europea. En Alemania
sube al poder Hitler. Su régimen nacista,
contrario a la religión, quiere restablecer los
antiguos ritos paganos en honor del sol y del
fuego. En el horizonte se perfilan densos
nubarrones. La tempestad de la guerra más
terrible está a un paso. Hitler intenta imponerse con la fuerza y pisotear cuantas naciones se le opongan.
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