Nutricion mineral de bovinos de carne en Venezuela
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Nutricion mineral de bovinos de carne en Venezuela
139 NUTRICIÓN MINERAL DE LOS BOVINOS DE CARNE EN VENEZUELA Claudio Chicco1 y Susmira Godoy 2 1 2 Facultad de Ciencias Veterinarias, UCV. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, CENIAP/INIA [email protected] I. INTRODUCCIÓN Los minerales esenciales juegan un rol fundamental en funciones fisiológicas, catalíticas, estructurales y regulatorias del metabolismo animal. La ganadería bovina de Venezuela es esencialmente de tipo pastoril, por lo que es altamente dependiente de la disponibilidad y de la calidad de la biomasa forrajera. Ésta a su vez esta influenciada por las condiciones edafoclimáticas de las diferentes regiones del país, con deficiencias calórico/protéicas y minerales, variables en intensidad según épocas y regiones. El objetivo de este documento es recopilar los conocimientos existentes sobre deficiencias minerales y los resultados de su corrección en el país, desarrollar algunos aspectos puntuales sobre detección de las deficiencias, fuentes de elementos minerales y su biodisponibilidad, las relaciones suelo/planta/animal, y finalmente esbozar algunos retos relacionados con complejas interrelaciones minerales que limitan la producción animal y dificultan los procesos de corrección de las condiciones carenciales e imbalances minerales. II. CONOCIMIENTOS SOBRE LA NUTRICIÓN MINERAL DE BOVINOS DE CARNE EN VENEZUELA. 1. Requerimientos Minerales de los Bovinos Los requerimientos minerales que se utilizan en América se estiman en base a las normas de la National Research Council (NRC, 2000), que se aplican en 140 animales y sistemas de producción y condiciones ambientales diferentes a las del trópico. Posiblemente, los requerimientos para el trópico sean inferiores a los señalados por esas normas, debido a que estas fueron elaboradas para animales de alta producción en climas templados. Éstas se basan en estudios de tipo factorial (mantenimiento + producción + pérdidas endógenas) para los macroelementos y de dosificación y respuesta para los elementos menores. La representación gráfica de este último método se indica en la Figura 1. El margen de adecuación es suficientemente amplio para cubrir los requerimientos de los animales en diferentes estados fisiológicos y de producción. El extremo izquierdo indica deficiencia, y el derecho toxicidad. La representación numérica de estos requerimientos para los bovinos de carne se resume en el Cuadro 1, con las amplitudes para cada elemento mineral, a fin de satisfacer las diferentes necesidades de los animales. Respuesta 100 Deficiente Adecuado Deficiencias marginales A B 0 Requerimiento mínimo adecuado Tóxico Toxicidad marginal (B) B A (B) Concentración mineral dieta A: Alta disponibilidad; B: Baja disponibilidad Figura 1. Relación dosis - respuesta entre suministros de minerales y producción animal. 141 Cuadro 1. Requerimientos y toxicidades minerales sugeridos para ganado de carne (base seca) Ganado vacuno de carne Elemento requerido Valor sugerido Amplitud Calcio - 0.17-1.53 Fósforo - 0.17-0.59 Magnesio 0.10 0.05-0.25 Potasio 0.65 0.50-0.70 Sodio 0.08 0.06-0.10 Azufre 0.10 0.08-0.15 Cobalto 0.1 0.07-0.11 Cobre 8.0 4-10 Yodo 0.5 0.20-2.00 Hierro 50.0 50-100 Manganeso 40.0 20-50 Selenio 0.2 0.05-0.30 Zinc 30.0 20-40 Cobre 115 50-120 Flúor 30-100 50-100 Molibdeno 6 3-5 Selenio 5 3-5 500 400-600 Macroelemento (%) Microelemento (ppm) Elemento tóxico (ppm) Zinc Fuente: NRC (2000). 142 2. Deficiencias e Imbalances Minerales Desde 1959, se han venido realizando varios estudios (Chicco y French,1959; Velásquez, 1981; Chicco et al., 1985; Morillo, 1985; Tejos, 1998), sobre la nutrición mineral en varias regiones del país que incluyen estudios de suelo, plantas y animales. Los resultados se resumen en los Cuadros 2 y 3, evidenciándose deficiencias generalizadas de fósforo y sodio, marginales de calcio, y más localizadas de cobre y zinc. Adicionalmente, hay elevados niveles de hierro y manganeso. El magnesio en ningún caso es limitante para la producción bovina. La deficiencia de cobalto ha sido diagnosticada clínicamente en pocas localidades de los estados Monagas y Bolívar. Esto permite, en la actualidad, diseñar un mapa preliminar con las carencias, imbalances y potenciales toxicidades de los elementos minerales. 3. Corrección de las Deficiencias Minerales Como resultado de los estudios sobre deficiencias y toxicidades de elementos minerales, por la experiencia práctica de los ganaderos, y por la propaganda de proveedores de agroinsumos, se han venido aplicando prácticas de suplementación mineral en la gran mayoría de los hatos ganaderos del país. Algunos resultados de la suplementación mineral, en evaluaciones conducidas con la rigurosidad experimental, se resumen en el Cuadro 4, donde se evidencia que la tasa de preñez ha aumentado entre 17 y 34 unidades porcentuales. En general, la respuesta a la suplementación, medida en términos de condición corporal y parámetros reproductivos, ha sido altamente satisfactoria, aún cuando en algunos casos la respuesta ha sido muy limitada, o nula. Esto último ocurre cuando la deficiencia, en particular de fósforo, está asociada también a la deficiencia de proteína y de energía (Cuadro 5). Solamente en vacas adultas y lactantes se espera alguna respuesta a la suplementación con fósforo cuando hay una restricción proteica o energética, para la producción de leche. Cuadro 2. Composición química promedio (ppm) de muestras de suelos superficiales en entidades estadales correspondientes a sabanas bien y mal drenadas Sabanas Bien drenadas Guárico Guárico Guárico Cojedes Monagas Anzoátegui Bolívar Bolívar Bolívar Apure Cojedes Falcón-Lara-Yaracuy Portuguesa Fincas pH Ca P Mg K Na Mn Zn 12 3 12 4 7 6 6 5 5 4 - 5.04 4.55 4.80 4.82 5.38 5.85 4.03 - 61 499 350 979 177 100 108 160 77 12 842 315 659 4.8 1.6 1.9 3.0 4.1 8.9 3.0 6.6 2.5 2.5 5.0 8.0 12.0 43 646 334 452 40 59 23 85 6 323 72 268 5.5 63.0 76.0 32.0 35.0 23.0 19.0 43.0 33.0 34.0 83.0 93.0 130.0 46 2 - 26.2 36.5 27.3 1.5 1.5 5.8 45.2 55.5 1.44 1.65 1.05 0.38 4.20 1.40 3.90 4.50 4.92 334 4.9 196 51.5 24 24.9 4.24 4.90 5.39 - 216 345 114 632 1 643 414 8.8 11.0 16.1 10.0 7.9 14.0 88 84 35 204 310 358 38.3 93.0 5.4 92.0 104.0 78.0 66 55 - 4.84 561 11.3 180 68.5 61 - 500 10 121 78 46 Promedio Mal drenadas Apure Apure Barinas Barinas Portuguesa Guárico Sur-occidental 4 1 36 - Promedio Valores refenciales Datos no publicados. a - Cu Al 59.0 75.0 66.0 21.2 21.6 113.0 21.0 1.53 0.83 1.71 0.20 0.23 1.10 1.00 2.00 - 2.32 53.8 1.08 - 14.0 3.9 27.3 11.8 39.9 2.46 2.70 1.27 2.20 2.80 182.0 13.0 8.5 180.0 0.94 0.80 0.56 1.20 3.70 231.6 355.0 - 19.4 2.29 95.9 0.05 3 5 Fe Referencias a Faria (1983) Faria (1984) Morillo (1985) Morillo (1985) Velásquez (1981) Velásquez (1981) Chicco et al. (1985) Velásquez (1981) a Chico et al. (1983) Morillo (1985) Tejos (1998) Tejos (1998) Tejos (1998) Morillo (1985) Tejos (1998) Morillo (1985) Tejos (1998) UNELLEZ (1982) Tejos (1998) 1.44 293.3 0.20 - 143 Cuadro 3. Composición química promedio de muestras de forrajes en entidades estadales correspondientes a sabanas bien y mal drenadas Sabanas Bien drenadas Guárico Guarico Guárico Guárico Cojedes Monagas Monagas Anzoátegui Anzoátegui Bolívar Bolívar Apure Cojedes Falcon-Lara-Yaracuy Portuguesa Fincas N (%) Ca (%) P (%) Mg (%) K (%) Na (%) S (%) Fe (ppm) 12 12 1 6 4 7 7 7 7 6 5 4 - 0.75 1.06 0.96 0.40 0.90 1.18 0.94 1.70 0.35 - 0.20 0.11 0.32 0.16 0.55 0.18 0.19 0.19 0.19 0.18 0.18 0.27 0.14 0.35 0.24 0.04 0.11 0.06 0.04 0.12 0.09 0.09 0.12 0.09 0.07 0.08 0.09 0.28 0.24 0.34 0.19 0.37 0.26 0.09 0.24 0.11 0.14 0.21 0.18 0.11 0.10 0.18 0.15 0.27 0.16 0.33 1.97 0.21 0.50 0.60 0.67 0.74 - 0.12 0.04 0.02 0.05 0.02 0.03 - 0.10 0.26 0.24 169 215 481 371 567 145 108 408 411 198 302 110 248 99 215 43 149 124 143 287 222 17 11 256 141 60 95 1.03 0.23 0.12 0.18 0.72 0.05 0.20 287 1.40 1.01 1.49 - 0.33 0.21 0.15 0.17 0.08 0.22 0.75 0.20 0.24 0.19 0.30 0.15 0.24 0.17 0.34 0.15 0.16 0.26 0.21 0.26 0.17 0.18 0.20 0.18 0.24 0.30 0.23 1.42 0.90 1.00 0.71 - 0.01 0.05 0.10 0.01 0.02 - 1.30 0.26 0.22 0.22 1.01 - 0.25 0.22 0.10 0.70 Promedio Mal drenadas Apure Apure (bajo) Apure Apure Apure Barinas Barinas Portuguesa Guárico 4 1 1 36 - Promedio Valores referenciales Datos no publicados. a - Mn Zn (ppm) (ppm) Cu (ppm) Mo (ppm) 35.4 34.0 45.0 13.8 20.0 31.7 40.4 65.0 52.6 15.0 15.0 10.0 210.0 107.0 95.0 8.2 6.5 4.4 4.7 6.5 12.3 5.8 3.5 1.1 4.1 6.0 7.0 9.0 - - - - - 133 52.7 6.1 - - - 1 152 0.34 550 0.20 356 0.16 335 139 0.46 185 126 0.08 143 286 583 190 249 136 186 57 201 29.1 146.0 37.0 300.0 25.7 115.0 41.0 325.0 5.1 13.0 18.6 5.0 2.5 6.0 9.4 5.0 2.8 0.2 - - - 0.18 0.22 - - - - 0.04 0.18 373 236 127.4 8.1 1.5 0.18 0.22 0.08 0.10 50 8.0 - 0.1 0.1 40 30 Co (ppm) Se (ppm) Referencias a Faría (1983) Faría (1984) Chicco et al. (1992b) Chicco y Godoy (1996) Morillo (1985) Velásquez (1979) Velásquez (1981) Velásquez (1979) Velásquez (1981) Chicco et al. (1985) Chicco et al. (1985) Morillo (1985) Tejos (1998) Tejos (1998) Tejos (1998) Morillo (1985) a Chicco (2001) a Torres (1997) Tejos (1998) Rojas et al. (1994) Tejos (1998) Morillo (1985) UNELLEZ (1982) Tejos (1998) 144 145 Cuadro 4. Respuesta reproductiva de bovinos a pastoreo a la suplementación mineral Duración Suplemento Cambio peso % Condición Preñez años mineral g/animal/día corporal > 5 % Diferencia 3 No - 76 33 - Si - 97 54 21 No 65 - 41 - Si 109 - 75 34 No 140 - - - Si 197 - - - - - 38 - - - 55 17 Estado Apure a Bolívarb Guárico 3 c 2 Barinasd 2 No Si a b c d n = 464; n =1 229; n = 486; n = 313 1° año, 215 2° año. Fuente: Chicco et al. (1992a,b); Rojas et al. (1994). Cuadro 5. Efecto de la suplementación con fósforo, energía y proteína sobre la preñez en bovinos de carne Porcentaje de preñez por año Tratamiento 1er año 2do año Promedio Pasto natural (PN) 42.9 64.3 53.6 PN + Melaza (M) 62.5 71.4 67.0 PN + M + Fósforo (P) 5 g 87.5 94.1 90.8 PN + M + P + Urea 87.5 94.4 91.0 Fuente: Holroyd et al. (1983). 146 III. ALGUNOS ASPECTOS PUNTUALES DE LA NUTRICIÓN MINERAL EN EL PAÍS 1. Detección de las Deficiencias Minerales Los análisis de suelo y forrajes son indicativos de posibles deficiencias, imbalances y toxicidades, aún cuando el juez final es el animal. Los análisis de suelo presentan limitantes en cuanto la biodispobilidad de los minerales para el sistema radical de la planta es afectado por: el pH, el intercambio iónico, el aguachinamieto y el estrés hídrico (Figura 2). La composición de la biomasa forrajera no necesariamente corresponde a lo que realmente consume el animal y los imbalances y excesos de algunos minerales pueden afectar la biodisponibilidad de otros (Figura 3). Co 300 Contenido relativoa Mn 200 Zn 100 Cu Mo 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 pH del suelo Figura 2. Efecto del pH sobre el contenido mineral del suelo. a Indicador relativo de concentración en función del pH. Fuente: Underwood y Suttle (1999). 7.0 7.5 147 Fe ( ) TRES VIAS DE INTERACCION Cu ( ) Zn ( ) Figura 3. Antagonismo recíproco entre hierro (Fe), cobre (Cu) y zinc (Zn). Cuando el animal es sometido a un estado carencial y de toxicidad, ocurren una secuencia de cambios fisiopatológicos que van desde la movilización de los elementos almacenados hasta la manifestación de síntomas clínicos (Figura 4) en el caso de deficiencias, y de acreción o acumulación y manifestación patológica en el caso de toxicidad (Figura 5). El método más utilizado, y quizás el menos eficiente, para la detección de la nutrición real de los minerales en el organismo es el análisis de sangre. Esto se debe a los mecanismos de homeostasis (mantenimiento de las constantes fisiológicas del animal) que tiene el organismo viviente, en algunos casos muy fuertes, como para el calcio, y otros menos efectivos, como para el fósforo y el magnesio (Figuras 6, 7 y 8). En estos últimos, el análisis de la sangre es un indicador suficientemente confiable del estado nutricional del animal. Sin embargo, para la gran mayoría de los elementos minerales, el mejor criterio es el nivel de concentración de los elementos en tejidos específicos, como el hueso y el hígado (Figura 9). Hay que recordar que las formas subclínicas de deficiencias o excesos de algún mineral son las que causan las mayores pérdidas económicas. Los síntomas clínicos detectables aparecen muy tarde o nunca llegan a manifestarse. 148 (2) (1) Depósito Transporte (3) Función Pool de nutrientes 100 Suministro marginal Signos clínicos 0 Empobrecimiento Deficiencia Disfunción Enfermedad Tiempo Figura 4. Cambios fisiopatológicos por inadecuado suministro mineral. 100 Pool de nutrientes Toxicidad marginal (1) Reservas (2) Transporte (3) Cambios anormales en sangre y excreta (4) Toxicosis clínica 0 Acreción Exceso Disfunción Trastorno Tiempo Figura 5. Secuencia fisiopatológica de eventos por exposición a excesos de minerales. 149 Calcio (mg/100 ml) 20 10 Y = 10.962-0.9017X r = 0.09; P>0.05 0 0.0 0.2 0.4 0.6 0.8 Calcio en pastizal (%) Figura 6. Relación entre contenido de Ca en pastizales y niveles de Ca hemático en bovinos de carne a pastoreo. Fuente: Chicco y French (1959). 7 Fosforo(mg/100ml) 6 5 4 3 Y = 2.7624+12.297X r = 0.65; P<0.02 2 1 0 . 00.022 0.09 0.16 Fosforo en pastizal (%) 0.23 0.30 Figura 7. Relación entre contenido de P en pastizal y niveles de P hemático en bovinos de carne a pastoreo. Fuente: Chicco y French (1959). Femur (%), Plasma (mg/100 ml) 150 4 3.5 3 2.5 2 1.5 1 0.5 0 Plasma Femur 500 5 500 10 500 Magnesio en dieta (ppm) Figura 8. Magnesio plasmático y tisular de corderos alimentados con diferentes niveles de magnesio dietético. Fuente: Chicco et al. (1982). Cobre en hígado (ppm) 800 becerro 600 cerdo 400 gallina ovino • 200 rata 25 2.5 5 10 20 40 80 160 320 Cobre en dieta (ppm) Figura 9. Relación entre concentración de cobre en la dieta y en el hígado. Fuente: Phillippo y Graca (1983). 151 2. Biodisponibilidad de los Elementos Minerales para la Suplementación Mineral Para la gran mayoria de los elementos trazas (Fe, Mn, Cu, Zn, Co) la forma de carbonatos y de sulfatos son de alta biodisponibilidad. Para el calcio, el carbonato es el más económico y altamente utilizado por el animal. Para el fósforo, que representa aproximadamente entre 50 y 60 % del suplemento mineral, se dispone de fosfatos importados (defluorinados, térmico e hidrolítico), fosfatos sedimentarios (Riecito, Monte Fresco), nitrogenados (superfosfato triple, superfosfato simple, fosfato de amonio), aductos (ureafosfato) y harinas de hueso deshidratada o incinerada. En el Cuadro 6, se presenta la biodisponibilidad relativa de los fosfatos disponibles en Venezuela para la suplementación mineral. Entre los factores que merecen consideración en el uso de fosfatos es la estructura química, solubilidad y contenidos de flúor (F, mineral tóxico). Para este último las normas internacionales y nacionales indican que la relación P:F debe ser superior a 100:1 (Underwood y Suttle, 1999). En el caso de los fosfatos sedimentarios, esta relación es muy estrecha. El bovino es altamente susceptible al flúor (100 ppm cuando éste se encuentra como fluroapatita o creolita en rocas fosfóricas crudas), por lo que se requiere particular cuidado en cuanto a su uso y a posibles adulteraciones que puedan afectar la calidad del fósforo. Sin embargo, investigaciones realizadas en el país (Godoy et al., 2000) sugieren que los fosfatos sedimentarios, particularmente el de Riecito, puede usarse en la alimentación animal, sustituyendo parcialmente o totalmente a los fosfatos defluorinados. Como fue indicado en un experimento de 3 años de duración, con diferentes fosfatos no defluorinados, en el que se demostró que los niveles de flúor en el hueso, en el caso del fosfato Riecito, alcanzaron concentraciones de 3 200 ppm, inferiores a los 5 000 ppm, nivel que se considera como el inicio de un proceso de intoxicación (Cuadro 7). Con base en esta experiencia y en numerosas observaciones de campo, se puede sustituir parcialmente el fosfato defluorinado (2030 %) por el fosfato de Riecito, particularmente para animales destinados a beneficio (crecimiento y engorde) y vacas con más de tres partos. 152 Cuadro 6. Biodisponibilidad relativa promedio (%) de fosfatos comerciales y sedimentarios Respuesta productivaa Fosfato Mineralización oseab Dicalcico 100.0 100.0 Monodicalcico A 100.0 94.9 Monodicalcico B 100.1 100.0 Monodicalcico C 98.2 111.0 Tricalcico 96.6 89.3 Ureafosfato 103.6 97.8 Diamonico 90.5 89.8 Riecito 89.6 87.9 Monte Fresco 80.3 74.1 Navay 79.2 74.9 a Promedio peso, consumo, cenizas/Dical (100 %). Pendiente fosfato/pendiente Dical. b Fuente: Godoy y Chicco (1991), Chicco y Godoy (1997). Cuadro 7. Acumulación de flúor en tejido óseo de bovinos suplementados con fosfatos de yacimientos Fuente de fósforo 0 Acumulación de flúor (ppm) por período de suplementación (mes) 6 16 22 30 Dicalcio 582 700 1 200 1 400 1 450 Riecito 580 912 3 200 3 000 3 000 Montea 530 746 4 650 5 525 5 500 511 800 3 500 3 500 5 300 b SFT a b Monte: Roca de Monte Fresco. SFT: Superfosfato triple. Fuente: Godoy et al. (2000). 153 3. Cambios Estacionales El análisis de los datos de composición de la biomasa vegetal indica cierto mejoramiento en el contenido mineral durante el período lluvioso. En la misma época se registra un aumento acelerado de la biomasa vegetal, con un elevado contenido de proteína y energía. Sin embargo, a pesar de una mayor capacidad de intercambio iónico a nivel del suelo que facilita la captura de nutrientes por el sistema radical de la planta, el aumento del contenido mineral no va acompañado con el de la biomasa, produciéndose una dilución de los elementos inorgánicos, particularmente del fósforo. Bajo estas condiciones, el contenido mineral del forraje puede ser un factor de restricción para la respuesta compensatoria que experimenta el bovino a pastoreo, después de un período de restricción alimenticia. Algunos datos de valores hemáticos del fósforo (Figura 10) y de otros elementos (Cuadro 8) tienden a sugerir que esto puede ocurrir. No así en el caso del magnesio, por el alto contenido de cloroplastos que se registra con el aumento de lo biomasa vegetal (Figura 11). Esto Fósforo (mg/dl) 8 6 4 2 0 Mayo Julio Octubre Mes de muestreo Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 (Cuatro grupos con tratamientos sanitarios preventivos) Figura 10. Variaciones en los niveles de fósforo sérico en bovinos a pastoreo del estado Bolívar (Hato San Vicente)a. a Promedios de 40 animales. Fuente: Pulido (1992). 154 Cuadro 8. Cambios de valores hemáticos de Ca, P y Mg en bovinos a pastoreo a comienzo y final del período lluvioso (mg/100 ml) 1 Elementos Julio Agosto Noviembre Diciembre Calcio 11.48 10.61 9.67 9.96 Fósforo 6.02 2.65 1.39 2.86 Magnesio 2.92 3.17 2.82 3.01 1 Datos promedios de tres hatos del estado Guárico (10 animales/valor). Año 1992. Magnesio (mg/100ml) 3 2.5 2 1.5 1 0.5 0 Mayo Julio Octubre Mes de muestreo Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 (Cuatro grupos con tratamientos sanitarios preventivos) Figura 11. Variaciones en los niveles de magnesio sérico en bovinos del estado Bolívar (Hato San Vicente)a. a Promedio de 40 animales. Fuente: Pulido (1992). 155 es indicativo de que la suplementación mineral, particularmente de fósforo, debe aplicarse durante la época lluviosa, y para condiciones que requieren una mayor expresión de la producción y productividad animal, la misma debe aplicarse durante todo el año. 4. Fertilización La ganadería de carne está ubicada en casi su totalidad en la región de los llanos del país, en sabanas bien y mal drenadas, de suelos ácidos y pobres en nutrientes, comprendidos dentro de la clasificación de oxisoles, ultisoles y vertisoles. Un denominador común es el bajo contenido de fósforo disponible (< 10 ppm), lo que constituye uno de los factores más limitantes para la producción forrajera. Esto es particularmente importante para la introducción y mantenimiento de forrajeras mejoradas, más exigentes que las nativas en requerimientos de nutrientes. La fertilización con fósforo se viene aplicando en escala reducida, pero progresivamente se reconoce el beneficio de dicha práctica. En la última década se han realizado investigaciones sobre la fertilización con fósforo, particularmente con fosfatos sedimentarios micronizados o acidulados, obteniéndose considerables incrementos en la cantidad de biomasa (Cuadro 9). Sin embargo, el efecto sobre la concentración de fósforo es mínima. Consecuentemente, el método indirecto (fertilización) para corregir la deficiencia de fósforo, si bien es efectivo para las forrajeras, estas no aportan suficiente fósforo para satisfacer los requerimientos del animal. Esto impone que la suplementación directa con fósforo y otros elementos minerales limitantes, sea una práctica que debe mantenerse, en la mayoría de los casos, aún cuando se haya fertilizado la pastura. 5. Mortalidad Durante el inicio del período lluvioso, los bovinos a pastoreo están sometidos a una condición de estrés nutricional por una inadecuada relación proteína: energía, que determina una alta producción de ácidos grasos volátiles y, consecuentemente, de producción de calor. Debido a que el rumiante tiene pobres mecanismos para disipar el calor, el animal reduce sustancialmente el consumo voluntario y, en ese 156 período de transición seco-lluvioso, es cuando experimenta las mayores pérdidas de peso (Cuadro 10). Este proceso se alivia sustancialmente mediante la suplementación proteico-mineral (Figura 12). En un estudio conducido durante dos años consecutivos en la región centro-sur del estado Guárico, área bajo la influencia del denominado síndrome parapléjico bovino, sobre una población de 7 657 animales, efectivamente se registró una alta mortalidad al inicio del período luvioso (Figura 13), con mayor incidencia en el caso de las novillas (Cuadro 11). La Cuadro 9. Efecto de la fertilización de pastizales con diferentes fuentes de fosforoa Producción MSb Contenido de P Tratamiento Kg/ha % MS Testigo 2 360 0.09 Superfosfato Triple 4 200 0.11 Roca Monte Fresco 4 100 0.11 a b 100 kg P2O5. MS: Materia seca. Fuente: López et al. (1994). Cuadro 10. Cambios de peso de novillas suplementadas en diferentes épocas y consumiendo pasturas mejoradas Crecimiento en varias estaciones (g/día) Inicio lluvias Final lluvias Sequía Transición seco- 108 días 108 días 108 días lluvias (28 días) Ninguna 620 287 19 - 1 143 Urea 667 380 -19 - 714 Fósforo (P) 944 463 130 - 750 1 120 676 102 - 607 907 787 204 - 250 Suplementación Urea + P Algodón + P Fuente: Winter et al. (1990). Peso animal (kg) 157 T1 400 T2 T1: Testigo T2: Mineral T3: Mineral + algodón T3 368 336 304 272 240 7/90 4/91 7/91 Época (meses/año) 11/91 Figura 12. Crecimiento (kg) novillas preñadas a pastoreo. Fuente: Chicco et al. (1992b). Animales muertos (n) 35 30 Vacas Novillas Mautas 25 20 15 10 5 0 J A S O N Mes Figura 13. Mortalidad de bovinos de carne a pastoreo durante la época de lluvia (1995). Fuente Chico y Godoy (1999a,b). 158 Cuadro 11. Efecto de la suplementación mineral sobre la mortalidad de bovinos a pastoreoa Mortalidad (%) Tipo de animal Con supl. mineral Sin supl. mineralb Vacas 2.8 11.2 Novillas 5.9 7.2 Mautas 3.2 12.5 a b Datos de 27 fincas (Guárico), años 1995-1996. Las fincas sin suplementación mineral tenían pobres condiciones de manejo y sanidad. Fuente: Chicco y Godoy (1999a,b). suplementación redujo considerablemente la tasa de mortalidad. Esto estuvo asociado también a mejores prácticas de manejo. En la misma área, bajo condiciones controladas, la suplementación mineral determinó un aumento de la tasa de pariciones, de 38.5 a 44.0 %. IV. VIEJOS Y NUEVOS RETOS DE LA NUTRICIÓN MINERAL PARA LA GANADERÍA DE CARNE La ganadería de carne en el trópico subsiste a expensas de la producción y calidad de los forrajes. Desde 1953 (De Alba y Morrison, 1953) se ha sugerido la posible deficiencia de fósforo en la ganadería del país, hecho confirmado en 1959 (Chicco y French, 1959). Desde entonces se han realizado esfuerzos aislados para determinar los estados carenciales de elementos minerales o sus imbalances (Velásquez, 1981; Chicco, et al., 1985; Morillo, 1985; Chicco y Godoy, 1996; Tejos, 1998), disponiéndose en la actualidad de una voluminosa, pero dispersa, información que caracteriza la mayoría de las regiones que soportan la ganadería de carne o doble propósito; incompleta en término de los elementos estudiados, época de año y poca correspondencia con parámetros bioquímicos y productivos de los animales. Todavía no se ha promovido la realización de un proyecto interinstitucional para 159 definir claramente las áreas con deficiencias, imbalances y toxicidades, que permita disponer de información confiable que permita hacer recomendaciones específicas para la suplementación mineral. Así, el mismo suplemento mineral se usa en los llanos, con suelos ácidos bien drenados, como en la costa del Lago de Maracaibo, zonas que presentan características edafoclimáticas y nutricionales bien diferentes. Dentro de esta dispersa información, cuando analizada en su globalidad, en un reciente estudio preliminar realizado en hatos del Bajo Apure, se ha detectado, no solamente un exceso de hierro y manganeso, reportado previamente por varios autores, sino también altos niveles de azufre e insospechados de molibdeno (normalmente se presenta en suelos calcáreos y no ácidos) que pueden comprometer seriamente la nutrición del cobre y de otros elementos. Efectivamente, en un estudio preliminar del contenido hepático de algunos minerales, se detectó que existe una correlación entre el nivel de hierro y de cobre en el órgano, y cuando el primero se encuentra en concentraciones superiores a 1 000 ppm, el nivel de cobre baja a 23 ppm (Cuadro 12), valor que indica una marcada deficiencia condicionada del elemento. Esto puede comprometer la productividad del rebaño, particularmente en su desempeño reproductivo, tanto en la concepción como en la viabilidad del feto. Bajo condiciones experimentales, el efecto del hierro y molibdeno (Humphries et al., 1983) disminuye el contenido de cobre en el hígado (Cuadro13). Así mismo, se afecta la pubertad (Cuadro 14; Philippo, et al. 1997) y, en el caso del molibdeno, al inducir una deficiencia condicionada de cobre (Xin et al.,1993), se disminuye la secreción de la hormona luteinizante (Cuadro 15). Las posibles implicaciones de esta condición incluyen retraso en el estro y probable reabsorción fetal y aborto, como el registrado en animales de laboratorio y en ovejas (Underwood, 1981). ¿Cuantas condiciones similares o interrelaciones de otros elementos minerales ocurren en la ganadería del país y son responsables de la baja productividad? Para ello no hay una respuesta clara, mas allá de una simple especulación. Así, el Síndrome Parapléjico Bovino (SPB) se tipificó como una simple deficiencia de fósforo, una deficiencia de fósforo asociada a alteraciones del metabolismo energético, con indicios de la participación de una deficiencia de cobre, o una toxoinfección ¿Con ello, se estará refiriendo a una patología o a más de una? 160 Cuadro 12. Niveles de microelementos en hígado de bovinos de carne a pastoreo (Bajo Apure)a,b Identidad animal a 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Fe Cu Mn Zn 11 11 12 11 12 9 9 9 7 9 133 158 184 160 233 159 140 151 137 160 ppm 214 358 262 296 297 623 350 259 1 110 312 188 98 264 64 208 147 71 205 23 202 Niveles referenciales: Fe, 150-200 ppm; Cu: 75-100 ppm; Zn: 60-180 ppm; Mn: 6-70 ppm. b Y= 219.1 - 0.177 X; P<0.06; r = 0.61; Y= Cu hígado, X= Fe forraje. Fuente: Chicco (datos no publicados). Cuadro 13. Efectos del Fe y Mo sobre el nivel de Cu en hígado de bovinosa Tratamiento Testigo Semana 0 8 16 32 Cu hígado (mg/ kg MS) 110.0 72.0 61.9 72.0 Fe 800 (mg/kg) 0 8 16 32 94.5 19.2** 6.5** 3.6** Mo 5 (mg/kg) 0 104.8 8 28.3* 16 3.9** 32 2.4** a ns: No significativo; * significativo al 5 %; ** significativo al 1 %. Fuente: Humphries et al. (1983). Cu plasma (µg/ ml) 0.78 0.70 0.81 1.00 0.75 0.61* 0.26** 0.21** 0.78 0.65ns 0.19** 0.15** 161 Cuadro 14. Edad y peso a la pubertad de hembras Hereford - Friesian sometidas a una deficiencia de Cu inducida por Fe y Mo Variable Días a la pubertad2 PV al momento de la pubertad (kg)3 Testigo Fe1 Mo1 285 a 296 a 316 b 313 310 277 1 Fe: 500 mg/kg MS; Mo: 5 mg/kg MS. Valores con distintas letras son diferentes entre sí (P<0.05). 3 PV: Peso vivo. 2 Fuente: Phillippo et al. (1997); adaptado. Cuadro 15. Efecto del Cu y el Mo sobre la concentración mineral en los tejidos cerebrales y sobre la secreción de LHa luego de 16 semanas de suplementación Tratamientob Variable Testigo + Mo + Cu LH adenohipófisis (µg/g tejido húmedo) 213.7 a 154.6 b 213.5 a 0.40 a 0.35 b 0.39 a Secreción endógena de LH Suero (ng/ml) a b LH: Hormona luteinizante. Testigo: 12.2 ppm Cu y 1.5 ppm Mo; +Mo: 12.2 ppm Cu y 6.5 ppm Mo; +Cu: 32.2 ppm Cu y 1.5 ppm Mo. Fuente: Xin et al. (1993). V. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE SUPLEMENTACIÓN MINERAL De la información presentada en los Cuadros 2 y 3, pareciera que en Venezuela existe suficiente información para hacer recomendaciones sobre como preparar un suplemento mineral, que permita satisfacer deficiencias o corregir imbalances. Esto podría ser cierto en áreas agroecológicas relativamente homogéneas, donde los desequilibrios minerales son bien conocidos. Ejemplo de esto son los estados, Monagas, Anzoátegui, Norte de Bolívar, Guárico Oriental, Norte de Cojedes, Portuguesa y Barinas. No así en áreas inundadles de los últimos cuatro estados y 162 Apure, donde las interrelaciones minerales antagónicas son más frecuentes y donde hay limitados conocimientos sobre el estado de la nutrición mineral. En estas áreas la información local es indispensable para maximizar los beneficios de la suplementación mineral correctiva. Si esta información no es disponible, a veces se puede agravar la nutrición mineral del animal. En términos generales, una mezcla mineral completa usualmente incluye sal común (no menos de 30 %) como vehículo para asegurar un adecuado consumo, una fuente de fósforo de bajo contenido de flúor (ver comentarios anteriormente señalados) y calcio, cobalto, cobre, yodo, hierro, manganeso, magnesio y zinc. En las áreas del país de suelos ácidos, se debe eliminar el hierro y manganeso, por el alto contenido de estos elementos. Así mismo, debido a la presencia del magnesio en el núcleo de la clorofila, este elemento no debe ser incluido en el suplemento. Para el azufre y selenio, todavía se dispone de poca información, y se recomienda su inclusión en áreas especificas, previo análisis de los forrajes. El calcio siempre está presente en los fosfatos, de tal forma que su inclusión es prácticamente automática, independientemente si haya o no necesidad del elemento. De todas formas es necesario mantener la relación Ca:P inferior a 2:1. En las áreas donde hay alto contenido de molibdeno en el forraje, se necesita aumentar de tres a cuatro veces los niveles de cobre. Tan solo 3 ppm (0.0003 %) de molibdeno o 0.5 % de azufre reducen en un 50 % la utilización del cobre. Por lo tanto, el nivel de cobre, para contrarrestar los efectos del molibdeno y del azufre, es un problema complejo, que debe determinarse en cada área, y requiere de la participación de especialistas. Contrariamente a la opinión de algunos destacados expertos de la nutrición animal y de casas comerciales, proveedoras de agroinsumos, que promueven la suplementación mineral genérica (con todos los elementos), es opinión de los autores y es consenso general en la literatura mundial, que los suplementos minerales deben aplicarse solamente según lo indican las condiciones especificas locales. Uno de los problemas limitantes de la suplementación mineral concierne fundamentalmente al fósforo cuando las deficiencias son extremas (<0.1 %). La suplementación, cuando es suministrada como mezcla mineral de libre consumo con 163 10 a 12 % de fósforo, aporta entre 5 y 6 g de este elemento, insuficientes para satisfacer los requerimientos del mismo. En estos casos, adicionalmente al suplemento mineral, el uso de bloques multinutricionales u otras formas de suplementación proteica (Chicco et al., 1998), o fosfatos solubles (ureafosfato) en agua de bebida (Underwood, 1981) en las debidas proporciones, pueden ser alternativas válidas para aportar la cantidad del elemento que no puede ser suplido por el suplemento mineral (bloques, 2 g P/100 g; agua, 1 g P/6 litros). Algunas sugerencias de suplementos minerales se señalan en el (Cuadro 16). Cuadro 16. Sugerencias para formulación de suplementos minerales según requerimientos regionalesa,b Niveles posibles % Macroc Nivel Calcio % 16 Fósforo % 8 Magnesio % 2 A Azufre % 2 Microc 100 B C 18 A 10 C B 20 B C D 12 A 4 6 4 A 6 Requerimientos (%) 50 75 25 Hierro ppm 10 000 7 500 5 000 2 500 Manganeso ppm 7 000 5 250 3 500 1 750 A Zinc ppm 8 000 6 000 A 4 000 B C D Cobre ppm 2 000 1 500 A 1 000 B C Cobalto ppm 20 15 A Yodo ppm 100 Selenio ppm 20 a D B 2 000 500 10 C D 5 75 A 50 B C D 25 15 10 A B C D 5 Consumo base 10 kg MS/animal/día. A: Sur Anzoátegui, Monagas, Norte Barinas. B: Anzoátegui, Monagas, Centro – Norte Guárico. C. Norte Cojedes, Portuguesa, Barinas, Alto Apure. D: Sur Cojedes, Barinas, Bajo Apure. c Macro: Macroelementos, Micro: Microelementos. b D 0 A B C D B C D 164 VI. CONCLUSIONES La ganadería bovina de carne del país, particularmente la que se encuentra en los llanos bien y mal drenados y de baja fertilidad natural, confronta deficiencias de varios elementos minerales, particularmente fósforo, sodio, zinc, cobre; y excesos de hierro y manganeso. El magnesio se encuentra en niveles adecuados. Hay indicios de toxicidad de hierro y molibdeno en las áreas inundadles que comprometen la nutrición del cobre y de otros elementos. Es necesario enfocar los problemas de la nutrición mineral de los animales, sometidos a condiciones de pastoreo, con mayor profundidad, a través de un proceso sistematizado confiable. La suplementación mineral debe adecuarse a las diferentes condiciones regionales, y, en lo posible, a la situación de cada finca. Esto determina una mayor eficacia de la suplementación y un ahorro significativo en esta práctica, suministrando a los animales los minerales que realmente requieren. 165 BIBLIOGRAFÍA Chicco, C. F. y M. H. French. 1959. 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