UN TAL JUAN

Transcripción

UN TAL JUAN
UN
TAL
( g U E
NO
JUAN
F U E
R E Y )
-JUAN AZNAR R O S A L E S
-
1 9 9 8 -
^ .^
-1-
Se dice que un hombre en su vida ha de tener un hijo, plantar
un árbol y escribir un libro. Fui padre de dos retoños; una hija,
María del Carmen y mas tarde un hijo, Gustavo, muy buenos hijos,
de los que me siento orgulloso y a los cue quiero mucho. He plantado algunos árboles. Me faltaba escribir un libro. Pues...'.Aquí
está! Ya le buscará un título.
Debo de advertir al lector que no espere encontrar en este libro buena literatura. Solamente hallará sinceridad y rigurosa veracidad en este ameno relato, que estoy seguro leerá mas deprisa
de lo que Vd. se imagina. He pensado titularlo
"UN
TAL
J U A N *
(Que no fue* rey)
Empezará este relato intentando recordar mi infancia, ya que a
mi edad, ya cumplidos los ochenta años, algunas facultades están
mermadas y más aun la memoria.
Teniendo en cuenta que Vd., querido lector, ha decidido estar
unas horas conmigo, me va a permitir que le tutee. Así será todo
mas fácil. ¿Le parece bien?. '.Machas gracias! !Ah, sí! !Me llamo
Juan!
Te diré que nací en Narbonne (francia), el 7 de Febrero del
año 1918, donde mis padres, Felipe y Engracia, trabajaban. Tengo
entendido que vinieron a vivir a Barcelona, cuando yo contaüa con
unos dos o tres años de vida.
Fuimos a vivir a la calle Príncipe de Viana, en el piso 3 2 2&,
del número 17. Modesto barrio, donde viví mi infancia, no demasiado alegre, pero que dentro de nuestra pobreza, porque así era, la
vivía con cierta despreocupación o inconsciencia, virtudes qtua son
inherentes a la infancia.
La vivienda se componía de un pequeño recibidor, si así podía
denominarse; a la derecha un COPÍJO pasillo de unos tres metros,
que te conducía a la pomposamente denominada sala y alcoba, donde
estaba la cama de mis padres, un armario, una mesita en el centro,
cuatro sillas y un balcón que daba a la calle. En la misma entrada
o recibidor, había un pequeño cuartito, em el que cabía justo una
cama, en la que yo dormía. A la izquierda estaba el comedor, con
un pequeño armario rinconero, una mesa y unas siQ.las(no cabía nada
más)y que se unía a la cocina, donde había un fogón en el que se
cocinaba con carbón de encina, una vez se había encendido el fuego
con unas teas, avivándolo con un solillo manual. Una fregadera de
piedra con una cortinilla en la parte inferior de la misma, que
servía para tapar la basura y otras zarandagas. Una ventana que
bada al pequeño patio de luces, donde se podían oir las vaces y comentarios de los vecinos. (De esta ventana ya te contará alguna
casa mas adelante). Mas allá otra habitación y un balcón que daba
a las patios y balcones de la parte posterior de los vecinos que
habitaban en la Ronda de San Antonio y... ínada más!
-z!Ah, 3Í! Junto a la puerta de entrada había otra pequeña puerta,
que correspondía al retrete. Digo retrete, porque así era. Un cuartito que no llegaba a 1 m 2 . Se componía de un asiento hacho de obra,
de una altura de 50 cm. aproximadamente, rematado por una gruesa
madera para que se sentaran Í E S posaderas, en el que había un agujero de unos 25 cm. de diámetro, que se cubría con una tapadera
también de madera, y el que daba paso a una especie de cono de piebra de una profundidad algo mayor que la altura del asiento, que
permitía así que lo que defecabas fuese a parar al desagüe general
vecinal. Se echaba agua con un cubo o palangana para mantenerlo
limpio y con el menor "perfume" posible. Como se puede adivinar,
no existía cadena para tirar de ella como actualmente se usa. El
agua estaba en un cuarto de depósitos en el terrado, con una cañerías de plomo que con frecuencia se tenían que reparar. Esto quiere
decir, que no había agua corriente.
Te habrás percatado, que no existía cuarto de baño como los que
actualmente disfrutamos. Nuestro lavabo era la misma fregadera de
la cocina. Allí nos aseábamos como podíamos y luego nos peinábamos
frente al espejo del armario de la habitación de mis padres. Una
vex por semana, en un barreño de zinc, había aseo general. !Qué
gozada! Acude a mi memoria que una vez terminado el baño, con agua
mas o menos caliente, mi madre me envolvía en una gran toalla, me
metía en la cama para reaccionar del frío y me daba una rebanada de
pan, con mucha miga, bien remojada en leche templada y con la nata
que entonces producía la leche de vaca.
Por la ventana de la cocina de la que te hacía mención, al estar
cerca de la de los vecinos, permitía que además de hablar entre
ellos podían darse alguna cosa que pudiera precisar unos u otros.
Hasta el extremo que algunas veces mi madre le daba a la vecina,
Sra. Carmen, el plato de comida que yo deaía que no me gustaba y
me iba a casa de la vecina a comer, afirmano que aquella comida sí
que rea buena. '.Mejor que la que me daba mi madre! Ya ves, contento
y engañado. Huelga decir lo que se divertían todos.
Debo de señalar que en aquel entonces, no había electricidad en
aquellas viviendas. Se usaban velas de cera, las que al caminar de
un lado a otro, las sombras que se originaban, tanto miedo me causaban. También se usaba una especie de candil, que mediante carburo
proporcionaba una pequeña llama que iluminaba algo más que una vela,
y que quedaba colgado de la pared del comedor. Hasta que llegó el
gas. !Enorme alegría! Ya teníamos luz de gas, aunque solamente en
el comedor. Un especie de lámpara colgada del techo, con una rudimentaria "camisa" incandescente, parecida a las que se usan ahora
con las bombonas de CAMPIFG-GAZ, aunque de peor calidad y muy corta
duración. En la entrada de la vivienda y para el funcionamiento de
dicho gas, quedó instalado un contador que funcionaba mediante monedas de diez céntimos, (la denominada "perra gorda", de una aleación de cobre) y cuando aminoraba la luminosidad era preciso echar
otra moneda. No sé cuanto duraba, pero, ciertamente no era mucho
tiempo.
-3En acuella escalera vivían muy buenos vecinos. En el propio
rellano, la Sra. Carmen que ya he mencionado, el 3r. Vicente y
los hijos de ambos, con quienes jugaba en el rellano de la propia escalera. La Sra. Victorina, en el segundo piso, que tenía
un hermano, Anselmo, que trabajaba en el puerto y al que le gustaba mucho cantar. Desafinaba bastante, era un poco amanerado,
pero era un buen muchacho. Otros que no recuerdo muy bien, pero
debo señalar que existía buena armonía entre tocos los vecinos y
siempre dispuestos a la mutua ayuda.
Dicha escalera la bajaba dando brincos, unos de siete peldaños
y otros de tres, que así era su composición. En la entrada de la
misma y llegando hasta el entresuelo, solíamos jugar con otros
chavales del barrio, mas o menos amigos, a la "gallina ciega",
saltando y colgándonos por las barandillas, para evitar ser atrapados. Yo me imaginaba que era poco menos que Douglas Pairbanks,
el hombre que daBa aquellos prodigiosos saltos, que lo mismo se
colgaba de una lámpara, que se deslizaba por unas grandes cortinas,
magnífico espadachín que siempre sabía burlar al "malo" y a quien
siempre vencía con la espada y salvaba a la protagonista de sus
garras, en aquellas películas del cine mudo. Debo de aclarar que
no me refiero al Douglas Pairbanks Jr. que vostros habréis conocido en algunas películas, sino* a su padre. El que junto con Mary
Pickford y Charles Chaplin fundó* la productora cinematográfica
americana "UNITED ARTISTS".
El cine, como ya digo,entonces era mudo.Estaba amenizado por
aquel pianista que siempre tocaba lo mismo, variando los "fortes"
o "pianíssimos" segtín las escenas fuesen de mayor y menor acción
y que podíamos ver en aquel cine WALKIRIA de la Ronda de San
Antonio,
Los jueves por la tarde, por 0'25 Pts. nos proyectaban cuatro
o cinco películas (entonces eran de corta duranidn), unas cómicas,
otras de "vaqueros" o de "amor". Guardo un grato recuerdo de los
Charles Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloid, Tom K J , H.Gibson,
R. Talmadge y otros... TTno de mis favoritos era Buster Keaton en
aquellas películas como EL CAMERAMATjT, EL MAQUINISTA, e t c . . (No
hace mucho tiempo se repusieron algunas de é*llas por Televisión)
Debo de hacer un inciso, para hacerte saber que mi padre trabajaba como acomodador en el cine KURSAAL, en la Rambla de Catalunya,
hoy desaparecido. Así pues, su horario de trabajo era por la tarde
y noche. Esto hizo que conociéramos bien al vigilante de noche del
barrio, llamado Nazario. Debo de explicarte que estos vigilantes
empazaban su trabajo a las diez de la noche (ya se consideraba una
hora avanzada) y tenían las llaves de todos los portales de la calle o calles asignadas y mediante llamadas dando palmas, acudían
a abrir la puerta y nos daban una pequeña velita, ,para poder subir
la escalera, ya que no había luz eléctrica, como ya te he dicho.
La propina solía ser de diez céntimos. Mi padre acudía también por
las mañanas al cine KURSAAL, para realizar trabajos como hacer
carteles, colocando fotografías, trabajos de limpieza, etc. Con
el tiempo, ya mayorcito, fui a ayudarle muchas veces. Yo asistía
a las sesiones matinales de los domingos y a la salida iba con mi
padre a comprar algunos percebes a EL CANTÁBRICO, aquella marisquería de la calle Santa Ana ¿o quizás calle Canuda? y luego al
"Fora del Cisne" a comprar unos pasteles,todo lo cual llevábamos
alegremente a casa.
-4Dicho esto, voy a hacer mención especial a José Estrada Ripoll,
el "Pito", que así le llamaba su madre, mi tínico amigo de la infancia, algo mayor que yo, que todavía vive y con el que a pesar
del tiempo transcurrido y mi larga ausencia de Barcelona, como ya
te contaré oportunamente, hemos mantenido un contacto a través de
cartas y felicitaciones con motivo de onomásticas y navideñas o
telefónicamente. Sigo en contacto con él.
Este vivía también en la plata tercera, pero del edificio colindante n2 19. Los balcones estaban pues, al mismo nivel y en los
de la parte posterior es donde estábamos siempre jugando. Teníamos
hecho con cuerdas sujetas a las barandas de los balcones una especie de transportador con una caja de cartón vacía, de las usadas
para el calzado y por este medio intercambiábamos cromos, chapas,
ideas, etc. Me enseñó a hacer "titelletes" con las manos. Te voy
a explicar cómo. Doblando el dedo corazón y sujetándolo con el
pulgar, quedaba lo que era la cara, dibujándole los ojos,*nariz
y boca; el índice y anular eran las piernas y si las circunstancias lo requerían eran también los brazos. '.Cómo jugábamos inventándonos aventuras conaquellas manos! Acostumbrábamos a subir al
terrado a jugar, donde teníamos montada una especie de tienda de
indios y allí se realizaban imaginarias aventuras o bien jugábamos
con una pelota hecha con papeles y trapos bien atados, !Qué magníficas pelotas nos hacíamos! Y también aquellas pequeñas cometas
de papel, que incluso se mantenían en el aire.
Su madre, la Sra, Rosa, era una magnífica persona, pero seria
y algo rígida para este amigo mío. Cuando le llamaba y trataba a
mi amigo de usted, señal de que había riña o bronca por alguna
cosa mal hecha o bien que había subido al terrado a jugar, sin
haber pedido permiso, n!Paci el favor de baixar!" - se oía decirle.
Esto significaba para nosotros que se había acabado el juego.
Durante algún tiempo íbamos los dos a la misma escuela primaria
denominada "Colegio San Ramón", situada en la calle Manso, al lado
de la Ronda de San Pablo. Su director se llamaba D, Juan Espel.
Allí reinaba un poco de desorden entre unas secciones y otras y. se
castigaban algunas faltas con un golpe de puntero en una mano y si
era grave, en las dos. Poníamos las manos planas vueltas hacia
arriba y previo calentamiento con la boca, soportábamos estóica-í -j\mente el golpe.
Acostumbrábamos a jugar con plumines usados o nuevos, que coleccionábamos o intercambiábamos o los apostábamos jugando con
ellos. Un jugador cogía todos los plumines apostados y lanzándolos
sobre el pupitre, los que quedaban boca abajo eran "buenos"y por
lo tanto, para el que los había lanzado; y los que habían quedado
vueltos al revés eran "malos" y los perdía el jugador, pasando el
turno al siguiente.
Debo de aclararte que entonces se escribía con manguillo y
plumilla. Existían plumas de diversos modelos; unas para escribir
con trazo muy fino, flexibles adecuadas para letra inglesa, otras
mas duras que permitían escribir mas grueso, las especiales para
letra redondilla, otras para escritura gótica, etc. Cada uno adoptaba la plumilla preferida segán su preferencia caligráfica.
Evidentemente, no existía el bolígrafo todavía. Si mal no recuerdo,
es un invento del año 1940 aproximadamente y por si no lo sabías,
al principio de su uso, no se aceptaban documentos, talones bancarios, letras, etc.firmados con este artilugio.
-5Cuando yo contaba con seis años de edad, es decir, el 23 de
Noviembre de 1924, vino al mundo mi hermano Felipe (bautizado
Felipe, Fernando, Manuel) al que siempre hemos llamado Fernando,
su segundo nombre de pila, ya que a mí me gustaba más y toda ls
familia siguió llamándole así.
A mi hermano se le acostaba en la habitación de mis padres y
recuerdo que cuando este ya contaba con un año y medio de edad
aproximadamente, le cantaba cancioncillas infantiles, que, por
supuesto, tenía que repetir muchas veces, hasta que lograba se
durmiera.
!Ah! Debo de decirte que en casa siempre se hablaba el castellano, ya que mis padres eran aragoneses. Con unos amigos hablaba
en catalán y con otros en castellano, sin problema alguno. Dado
que me crié pues, en Barcelona, siempre he dicho que soy catalán
y así me siento. No quiero hacerte comentario alguno, sobre los
problemas que al parecer ahora existen, o creen que existen, y
que han creado los políticos, que para esto están; para crear
conflictos, en vez de dar soluciones. !Politicastros!
No recuerdo cuando, cambié de escuela. Fui al "Colegio de San
Luis Gonzaga1*, situado en la calle del Carmen, junto a la $lasa
del "Padre*11 o del "Pedro". Aquella plaza tenía una fuente situada
en el centro y donde había una estatua de Santa Eulalia» a la que
no creo se le hiciese mucho caso. Por mi parte te diré que prestaba toda mi atención al "charlatán" que acostumbraba s ubicarse
allí para realizar sus ventas. Hoy está en desuso este sistema
de ventas, que rea muy corriente en aquellos tiempos.
He dicho lo de Plaza de "Padró" o "Pedro" ya a_ue existe cierta
controversia sobre su denominación. Esto es debido a que, al parecer, el nombre original era el de "Pedro" (piedra de gran tamaño
puesta en el suelo para sostener una crus o altar) y era donde se
ejecutaban a los condenados a muerte, mediante garrote vil. Posteriormente y posiblemente para quitar su mal recuerdo, se denominó
"Padró" (padrón) y allí en la pared, según tengo entendido se relacionaban los habitantes del municipio. Quizás no sea exactamente
así. ¡Hace ya tantos años de ello...!
También en la misma plaza, existía un quiosco de venta de periódicos y aunque parezca mentira, recuerdo que podían verse allí
expuestos unos pequeños cuadernillos con cuentos, historietas,
chascarrillos, etc. Uno de estos se refería a Quevedo y podía
leerse: "Puedes cagar mientras yo miro, puesto que el Rey lo
mandó; pero mear, eso nó; si lo haces "te suelto un tiro"» Por
lo visto el Rey había ordenado que defecase en la habitación de
Quevedo a un criado y había sido pillado "in fraganti" y Quevedo
amenazaba con una pistola en la mano.
Después de tantos años ausente de Barcelona, como ya te contaré
en el transcurso de este relato, he pensado darme un paseo por
aquella zona y he podido ver que la plaza está totalmente reformada. La fuente está desplazada del centro donde estaba ubicada,
se ha modernizado y la estatua de Santa Eulalia sigue presidiendo
y rematando dicha fuente.
-6-
El colegio, ya no existe. He podido leer pintado pero casi ilegible sobre el dintel de una puerta "Colegio-Academia San Luis G-onsaga", pero está vacío el local y los pisos. Al parecer, segiín me
han informado, está dispuesto el derrocamiento del edificio, dentro
del plan de modernizaci<5n del barrio del Raval.
Por supuesto, que tampoco está el kiosco. Pero sí he podido
constatar, que la tienda de comestibles donde me compraba por diez
céntimos, dos caramelos ácidos, sigue allí. Asimismo aiín existe el
establecimiento de "CURTIDOS ALTAFOLLA S.A." de la calle San Antonio, enfrente de la Parroquia del Carmen.
Siguiendo mi paseo he pasado frente a la "FARMACIA DEL CARMEN",
situada justamente en la confluencia de la calle del Carmen y la
Riera Alta, donde solía comprar los medicamentos para mi madre
enferma y me obsequiaban con aquellas pastillitas de goma, para
endulzarnos un poco la vida, como ya era costumbre en las farmacias. ¡Qué tiempos aquellos!
Pero, vamos a seguir con mi relato del que me he apartado un
poco. Estábamos en que fui al "Colegio San Luis Gonzaga".
En aquel colegio, dirigido por D. Mateo Rotger y su familia, se
aprendía mucho y bien. Se llevaban las cosas con seriedad y los
deberesa realizar en casa se examinaban con rigor. Los pupitres
eran dobles y ocupaban los primeros lugares los que mejor caligrafía poseían. Sin quere alardear de mi caligrafía, siempre estaba en el primero o segundo lugar, que íbamos alternando, según el
criterio del maestro, con mi amigo Prades. El tercer lugar lo ocupaba siempre el amigo Alomar,
A pesar de que los textos eran en castellano, allí se hablaba
básicamente en catalán, según las clases y explicaciones que nos
daban, lo que me ayud<5 enormemente para poder hablar este idioma
con mayor fluidez. Recibíamos una vez por semana lecciones de lengua francesa, por un profesor nativo, con aquel sistema "Perrier11
por todos conocido y como yo ya había balbuceado algo en francas
y mis padres lo hablaban también, todo me ayudaba en este tema.
Los sábados, tañíamos clase de dibujo y se rezaba el rosario en
lengua catalana. Esto hace que todavía recuerde las oraciones y
cantos religiosos tanto en castellano como en catalán, como asimismo muchas partes de la letanía en-llafín.
Acude a mi mente el día que un compañero se mofó de mí, no sé
exactamente el porqué, pero lo cierto es que le di un puñetazo a
este chaval (creo que se llamaba Ortiz) y fui castigado sin ir a
casa a comer, quedándome en clase dándome un pedazo de pan y un
vaso de agua. Recuerdo que estando sentado en mi pupitre con el
pedazo de pan y el vaso de agua frente a mí, oí que llegaba mi
padre y pensé que había llegado mi salvación. Pero mi padre le dijo
al director, que si lo había merecido, tenía que sufrir mi castigo
y se fue tranquilamente a casa. Puesw..Ivaya hombre! !qué bien!
Si quieres seguir conociendo
cosas de v^ida, te espero en
la página siguiente.
-7!Ah!. No recuerdo con exactitud cuando, pero he de contarte
que una vez nos tocó el "gordo" de la Lotería. Sí, ciertamente.
Verás. Recuerdo cue regularmente pasaba, por la calle un hombre
muy gordo, que iba pregonando: !De la Rambla de las Flooreeeess!
¡Loteríaaaaa! '.Traigo el gordo de la Rambla de las Plooreeeess!
Al parecer, una vecina del barrio le dijo a mi madre:"¿Quiere,
Sra. Engracia, que juguemos una participación a medias?" No sé
si era un décimo o una participación. Lo cierto es que valía
una peseta y por lo tanto jugaron cincuenta céntimos cada una.
Y...!salid premiado con el"gordo". Recuerdo que era un 27 mil.
No sé cuanto cobraron. Pero hubo compra de algún mueble, vajilla
y alguna otra cosa necesaria.
Como anécdota te contaré que mi padre estuvo junado a la
Lotería durante unos años abonado al n 2 7261 y nuca cobró* nada;
y una vez que se olvidó de pasar a recoger el décimo, salió premiado con algo interesante; pero como no lo había retirado...
pues se quedó sin cobrar nada. (Supongo que se lo quedaría el
vendedor) • Dejó de j$gar abonado a este niímero.
Cuando yo tenía nueve años, es decir el Ib de Enero de 1927,
vino a engrosar la familia mi hermano Ricardo. Movimiento general
en casa y en parte de la familia y yo sin entender nada de lo que
sucedía. Solo supe que tenía otro hermanito, lo que, lógicamente,
me alegró mucho. Tendría otro hermano con quien jugar y por supuesto, a hacer de niñera cantándole también canciones para dormir.
Creo que fue en aquella época, no estoy muy seguro, que vino a
vivir durante una temporada con nosotros, una prima de mi madre,
llamada Tomasa. Estaba saltera y representaba una ayuda para mi
madre. Recuerdo que peinaba a mi hermano Fernando de fama muy
cuidadosa, haciéndole flequillos, ricitos, incluso le aclaraba el
color del cabello con agua oxigenada. Hay que reconocer que mi
hermano cuando era pequeño, era una monada de crío; lo que se dice
un niño muy guapo.
Yo ya tenía mis diez años cumplidos. Acudía a la catequesis de
la Parroquia de la"Mare de Deu del Carme", situada en la calle San
Antonio Abad, cerca de la Plaza del Padró (o Pedro), para la preparación de mi primera comunión* Recuerdo a aquel sacerdote, alto,
enjuto, que nos explicaba las cosas a mi entender muy bien y que
sabía reclamarnos "els cinc centiijiets per a la canta infanciaaaa!"
que decía con una suave cantinela y siempre sonriendo, pero....
!había que pagar!•
Y llegó el día de mi Primera Comunión. Mi trsge azul marino,
cinta, medalla, libro...Paseos en coche tirado por un caballo»».
Recuerdo que me regalaron mis padres un monedero de malla de plata,
que entonces se usaban y en el que fui guardando las monedas que
por tal acontecimiento me regalaban los familiares y amigos•'
Me sentía muy feliz. Por cierto ¿dónde fue a parar aquel monedero?
He de confesarte que mis recuerdos se confunden, como es muy
lógico y por lo tanto,iré señalando y contándote cuanto se me vaya
ocurriendo, aunque sin un riguroso orden de fechas.¿De acuerdo?
-8Te diré que debido a que a mi padre le gustaba mucho la nnísica,
siempre tuvimos en casa algunos instrumentos musicales, como guitarra, bandurria, laiíd, acordeón, violín... ¥± padre tocaba estos
instrumentos de oído, para su deleite y el nuestro. Se armaban
unos conciertos ( o desconciertos), acompañándole yo marcando el
ritmo sobre el asiento de una silla, a guisa de tambor, o bien
con cucharas, botellas, vasos, etc., o bien haciendo mdsisa con
un papel de fumar sobre un peine o una caña vacía... !Se pasaba
muy bien!
El violín que cito, era un 3/4 que había comprado para mí, ya
que deseaban que aprendiese música. Fui unos cuantos días a casa
de un familiar cuya hija era profesora de plano y aprendí algo de
solfeo; es decir, hasta llegar a las lecciones teóricas de las
semicorcheas. Dejé de estudiar solfeo, ya que segrín decían estaba
muy delgado y no me convenía estudiar tanto. Esta decisión de mis
padres me ha dolido toda la vida, ya que siempre me he sentido un
miísico frustrado, puesto que siempre me ha gustado mucho la nnísica
y como autodidacta he rasgueado guitarra, bandurria, piano.¿.hasta
ahora que disfruto toando el órgano electrónico que poseo. Por
supuesto, que nunca he sido un virtuoso, pero siempre me ha gustado hacer imísica, incluso componiendo algunas melodías modernas,
teniendo que hacerlo de memoria, por no p«ber escribir nnísiea.
Cuando tenía alrededor de once años, tenía a mi madre enferma,
prácticamente en cama durante muchas horas del día y a la que después de aplicarle una inyección de no sé qué en el brazo, le leía
un ratito, para que después me dejase salir a la calle a jugar con
los amigos. Esto era costumbre en aquellos barrios modestos; la
calle era la diversión. Se jugaba a las canicas, la "xarranca",
"caball fort", a pelota, o simplemente a pelearnos luchando»
He de confesarte, que no tenía muchos amigos, porque siempre
había sentido una especie de complejo de inferioridad, quizás
porque veía que otros tenían cosas que no podía tener yo o hacían
cosas de las que yo no me creía capaz de hacer como ellos. ¡Cosa»
de la infancia! Por ejemplo, yo calzaba alpargatas de lona con
suela de goma negra, que costaban 0'25 Ptas. Existían otras alpargatas con suela de cáñamo, llamadas de "treneta", debido al borde
que unía la lona con la suela, pero estas ya costaban 0'35 Ptas.
Daban otra categoría al que las calzaba. Otros usaban normalmente
zapatos o botas. Yo tenía los de mi Primera Comunión, que estaban
reservados para determinadas ocasiones. Claro de estos llegué a
llevarlos con un cartón colocado en el interior, para evitar que
mis pies tocasen al suelo, tapando así los agujeros de las suelas.
Como premio especial por mi buen comportamiento, mi madre me
daba permiso para alquilar una bicicleta a "Casa 2inoM en la calle
del Tigre, que por 0'25 Ptas. (un real) se podía disfrutar de la
bicicleta durante una hora. Esto sucedía en contadas ocasiones.
"¿Me dejas dar una vuelta?" Era muy corriente decir al amigo que
tenía alquilada la bicicleta. Y... naturalmente, se cedía. '.Así
eran las cosas!
-9Era costumbre ir a la fuente a "buscar agua con un botijo, para
beber en casa. Esta fuente estaba ubicada en la calle de la Duda,
que se decía que era la calle mas corta de Barcelona. !Qui es
l'ultiiimmm! - se oía - y la respuesta era Mía foooont!. Y seguidamente se podía escuchar !IMerda per qui respoooonn!!.
Mientras
tanto se estaba en la "cola" guardando con cierto rigor cada uno
su turno, las mujeres charlaban sin cesar, con sus críticas mas o
menos constructivas y vigilando que nadie se "colara". La fuente
en cuestión ya no existe, como tampoco el edificio al pié del cual
estaba ubicada. Pero la calle de la Duda, creo que sigue siendo lacalle mas corta de Barcelona, mientras no se demuestre lo contrario.
Pues como te decía, estando mi madre enferma, prácticamente en
cama durante todo el día, antes de ir a la escuela, me iba al mercado de San Antonio a hacer la compra de todo lo preciso para que
mi madre pudiera preparar el cocido, con el pedazo de carne, los
garbanzos, patatas, la carne picada para preparar la "pilota", el
hueso del tuétano, gran alimento y que tanto me gustaba.
Compraba la carne en dos carnicerías; la de ternera al Sr,Pepito
en el mercado, y el cordero en la carnicería de la Sra. Salvadora,
en la calle San Antonio. Todos me conocían bien ya que no era muy
normal que un chaval de mi edad hiciese estas compras y más aiín,
a primera hora de la mañana.
Enfrente de esta carnicería, estaba la panadería donde compraba
el pan. Aquel pan blanco, de barra, con el dibujo de una espiga en
los cortes que se le hacían en la parte superior, para facilitar su
cocción. '.Que corteza tan buena y como brillaba!. Entonces el pan
se pesaba y como no alcanzaba a pesar un kilo por la pérdidEa de
peso durante la elaboración, se añadía la "torna" para alcanzar el
kilo, que consistía en un pedazo de coca azucarada. No como sucede
ahora, que la barrita denominada de 1/4 de kilo, pesa escasamente
los 200 gramos, convirtiendo así el kilo en 800 gramos.
Del 3r. Yicens, propietario de la tienda de ultramarinos situada
al lado de mi casa, ya ni te voy a hablar. Era un tipo muy chocante
por su forma de expresarse, sobre todo con los crios que allí íbamos a comprar. Entre otras cosas recuerdo que solía comprar un
pedazo de butifarra negra, que costaba 0'10 ptas. (una perras, gorda)
que era mi merienda acompañando a un gran pedazo de pan blanco.
Tras largo sufrimiento y un intento de intervención quirtírgica
frustrada, mi madre falleció el día 20 de Pebreo de 1930. Tenía
solamente 38 años. Y allí quedamos tres hermanos, de 3» 6 y 12 años
de edad.
Supongo que la pregunta que se hizo mi padre, sería ¿y ahora qué
hacer? ¿por dónde empiezo? ¿qué hacer con tres hijos pequeños,sobre
todo los de 3 y 6 años de edad?. Vagamente recuerdo que anduvimos
una temporada con unos tíos, otra con otros familiares, mis hermanos
por un lado y yo por otro... !En fin, un total desastre!
Posteriormente, mis hermanos estuvieron acogidos en la "Protección
de la Infancia", donde bajo el patrocinio de la Generalitat de Catalunya, acogían a los niños huérfanos.
-10Incomprensiblemente, a mis doce años, mi padre me puso a trabajar como "botones" en el LIDO CINEMA (actualmente cine ALCÁZAR),
uno de los cines de la empresa CINAES, que contaba con varios locales en la ciudad (KURSAAL, TIYOLI, CATALUÑA, CAPÍTOL, PRINCIPAL
PALACEj y otros) y dejé la escuela en el 4 9 o 5 S curso de primaria.
No lo recuerdo bien. Es decir; que se me acabó* el estudiar. Si
algo he aprendido después,ha sido observando y asimilando lo que
la vida nos enseña, procurando superar cuantas dificultades se nos
presentan e intentando mejorar cada día, tanto en la forma de trabajar, como en mi propia ética y moral.
Me colocaron pues, el uniforme de un anterior "botones" que era
mas corpulento que yo, cosa no muy difícil ya que yo era bastante
enclenque. Sobraba pantalón y chaqueta por todas partes y ...
!a volar joven!.
Empecé a trabajar, tal como digo, en el LIDO CINEMA, que se mantuvo como cine mudo durante unos años, a pesar de que ya empezaba
el ciño sonoro a balbucear en algunas salas. En el cine Kursaal se
proyectaban algunas cortas películas de cine sonoro, con carácter
experimental. Esto requería especiales instalaciones de altavoces
para poder oír el sonido que reproducía un disco, que había que
coordinar muy bien, con el paso de la película. La banda sonora
llegó más tarde.
El cine COLISEUM, fue el primero con total instalación de cine
sonoro y bien equipado, proyectando la película EL DESPILE DEL AMOR
interpretada por Mauriee Chevalier y Jeanette Mac Donald, que si
mal no recuefdo se estrenó el 20 de ;Marzo de 1930. Tuvo un enorme
éxito no solamente por la película, sino sobre todo por la gran
novedad del cine sonoro,
Y hablando de cine sonoro, te diré, por si no lo sabes, que la
primera película española sonora y por lo tanto hablado en español,
fue "DEL MISMO BARRO", estrenada en el Cine Cataluña, situado en la
misma Plaza de Cataluña. (Actualmente y provisionalmente no existe,
por realización de importantes obras).
En el LIDO CINEMA, siendo el cine mudo como ya he dicho, disfrutaba oyendo interpretar unas veces al maestro Dotras-Vila con la
orquesta del cine y otras dirigida por el maestro Lizcano de la Rosa,
a cual mejor, amenizando la proyección de las películas. !Como disfrutaba escuchando!
Mas tarde, pasé a trabajar en el Cine TIVOLI y allí aprendí muchas
cosas del encargado Sr. Pons (denominado el maestro de los "botones"
por su rectitud), como asimismo de algunos empleados, con respecto
a la educación y la vida, cosas que no se aprenden en la escuela
que tan pronto dejé y que mucho influyeron en mi vida de adolescente
y que recuerdo muy bien. !Ah, aquel Sr. flores que sabía hablar
tan bien y que con su negra barba parecía un patriarca! Era un hombre
sosegado y me encantaba oirle dándome incluso algunos consejos y
orientaciones,
Allí entró a trabajar también otro "botones" (al parecer el local
requería dos "botones"), que también se llamaba Juan y nos hicimos
buenos amigos.
Después del intermedio que se hacía en cada sesión, teníamos que
limpáar barriendo las colillas y papales que el público había tirado
al suelo del vestíbulo.
-11Al finalizar la sesión, ofrecíamos al piíblico si necesitaban
un taxi y lo íbamos a buscar (no habían tantos como ahora) eligiendo los "Taxis Barcelona", que nos daban uno vales, que luego canjeábamos por dinero (poco,por supuesto) que quedaba para mi uso
particular,
Ni qué decir tiene, que durante la sesión de cine, nos tnrnábamos para poder ver parte de las películas ene se proyectaban,
las cue siendo subtituladas (no existía el doblaje todavía), me
servían, en parte, para aprender el significado en inglés y su
especial fonética. No puedo describir como disfrutaba viendo la
película "El Rey del Jazz", con la orquesta de Paul Witheman, interpretando la tan conocida "Rapsody in blue" , que según tengo
entendido Georgp Gershwin la compuso pensando que la interpretase
dioica orquesta precisamente. De esta película, en color, porque
entonces empezaba a verse cine en color en España, me aprendí de
memoria no solamente la famosa "Rapsody in blue", sino* todas las
melodías del filme y que todavía recuerdo. Con posterioridad estuve
trabajando en el Cine Cataluña, situado en la Plaza Cataluña, cuyo
encargado era el Sr. Tacher, donde estuve también muy bien. Incluso
ayudaba a preparar y pagar los jornalesA_idiarios a los porteros y
acomodadores.
Te voy a contar algo, que sin duda te va a sorprender. Verás.
Llevaba yo una temporada padeciendo de dolor de muelas, debido a
una caries. Un buen día el operador del cine Cataluña, en la propia
cabina, me di<5 una solución para aliviarme el dolor. Cogió una hoja
de papel de periódico, hizo una especie de papelina formando un
cono y en el exbremo inferior, hizo un orificio a un lado. Prendió
fuego en la parte superior y por el orificio inferior salía el
humo que originaba un vapor oscuro, sin duda por el contenido de
tinta de impresión y se recogía en una cucharilla situada en el
orificio en cuestión. Se limpiaba con un algodón y así impregnado
se introducía en la caries, calmando el dolor casi inmediatamente.
Parece increíble, pero es verdad.
Por las mañanas, acudía a una academia para aprender mecanografía y realizar prácticas. Era necesario aprender alguna cosa y
mejorar en todo lo posible y aspirar a algo mejor en la vida.
Como sea que no se me ocurre nada
que contarte para ocupar este espacio
restante, vamos a descansar un poco
del "rollo1* y haremos una pausa para
la publicidad.
NO TE VAYAS, QUE REGRESO ENSEGUIDA*
-12La vida seguía y con mi padre nos íbamos arreglando como se
podía, comiendo en restaurantes de tipo económico. Solíamos ir
arcomer a un pequeño restaurante en la calle Sitges, donde entre
otras cosas se comía un buenísimo cocido.con sus garbanzos, patata,
un pedazo de carne, la "pelota" de carne picada, etc.,que costaba,
si mal no recuerdo, 0'40 Ptas.
En aquellos comedores existían unos cajones adosados a la pared,
hechos de madera, de 1 m.x 0'60 m. aproximadamente, con unos orificios de unos 10/12 cm., numerados, en los que los comensales asiduos guardaban las servilletas que se renovaban semanalmente. Cada
uno la plegaba segiín le parecía, unas con unos nudos, otros 1©
daban diversas formas y la colocaba en el lugar correspondiente,
que libremente había elegido. Solamente bastaba recordar el número.
He podido comprobar, que todavía existe este restaurante, modernizado, por supuesto, ostentendo el nombre de "Brassería Sitges1*.
Donde con mayor asiduidad íbamos sobre todo a la hora de la cena
era a "Casa GERONI", en la calle Consejo de Ciento, ya que estaba
cerca del Cine Kursaal. (Todavía existe con el mismo nombre y regentado por allegados del Sr. Geroni). Allí comía unos buenos platos
de judías blancas y luego carne o pescado. Un plato de una peseadilla que se mordía la cola, costaba 0'65 Ptas. Como es natural,yo
siempre miraba la parte derecha de la carta, antes de elegir- el
plato, aunque muchas veces no era lo elegido lo que mas m® apetecía.
Allí también existía el cajón-servilletero, donde dejábamos las
servilletas.
El camarero, Jaime, el que mas tarde se cas<5 con la hija del
dueño, Sr. Geroni, era un hombre muy eficiente y simpático, quien
un día me hizo una reflexión que jamás olvida. Te explicará.
Antiguamente, era muy normal hacer palmas para llamar al camarero.
(En algunas zarzuelas de ambiente madrileño, se puede comprobar que
así era). Un buen día, después de haber hecho palmas para llamarle,
me dijo que se apludía a los maestros directorear de orquestas, así
como a los toreros, artistas, deportistas, etc. y que como él no
era nada de éso, prefería que no le aplaudiera. Nunca más llamé a
un camarero haciendo palmas , ni llamando en alta voz, tal como
algunas personas no muy bien educadas suelen hacer. Siempre he
esperado a que éste pudiera verme, haciéndole una señal para que
puede atenderme.
Algunos días festivos acudíamos al restaurante VERSAL1ES, que
estaba situado en la Ronda de San Antonio, frente a la calle
SepTÍlveda.(Hoy creo que hay en su lugar un establecimiento de
electrónica) Era un poco mas caro, tenía otra categoría y se comía
muy bien. Mi plato preferido allí, era los "Canelones Rossini".
'.Qué buenos estaban!
Así transcurría la vida, hasta que mi padre consiguió de un
amigo suyo, D. Modesto Salvat, propietario de varios establecimientos dedicados a la venta de aceites, vinos, granos, legumbres
y otros, que como un favor especial, entrase a trabajar en la oficina y almacén que tenían en el Pasaje de San Antonio, parte posterior de la tiena situada en la calle Borrell, 66.
-13En aquellos tiempos, era cosa habitual que en los establecimientos de venta de productos alimenticios, a los dependientes se
les concedía la manutención y alojamiento, bien sea en una vivienda
propia o pensión y se les daba un sueldo en efectivo.
Repito que, efectivamente era un favor especial, ya que mi padre
halló la solución para que con mis trece años de edad, estuviese
recogido, cuidado y además me daban,'.Asómbrate! !10 ptas. al mes
como salario!•
Allí dormíamos unos diez dependientes, en un altillo del propio
almacén, situado sobre las oficinas, donde además servía de garage
para el camión de reparto a domicilio»
La comida la preparaba la Sra. Julia, muy simpática y amable, a
la que todos apreciaban por su bondad. Recuerdo que con frecuencia
daba consejos a los dependientes, todos jóvenes, consejos que, por
supuesto yo no entendía. Ahora sí sé a lo que hacía referencia con
aquellos consejos que daba, como si de una madre se tratara.
Allí estaba un muchacho al que le gustaba escribir obras deteatro. Algunos ze burlaban de él, sin demasiada malicia, por esta
afición. Solía leerme algo de lo que había escrito y me parecía muy
bien cuanto expresaba, sobre todo, por los nombres que se inventaba
para los protagonistas.
Otro, al que por su altura y tamaño de los pies, le llamaban el
"ZEPPELIN", haciendo alusión al célebre dirigible alemán, diciéndole
que estaban seguros que podría dormir de pié. Tenía el problema de
que no quería quedarse calvo (tenía ya poco cabello en su enorme
cabeza) y se daba unas fricciones de alcohol, pensando que así se
le mantenía el cabello.
También estaba aquel tan presumidillo (no puedo recordar su nombre) , que tenía un especial cuidado con su bigotito y se peinaba
procurando no mojar mucho el poco cabello que tenía, para mantenerlo
ondulado.!Su trabajo le costaba lograrlo! Estaba convencido de que
las enamoraba a todas con su peinado y bigotito.
Recuerdo a otros compañeros de trabajo, no residentes, como el
chófer, ya mayor,Francisco, al que le gustaba cantar ópera, sobre
todo "Rigoletto", lanzando al aire aquello de!"La donna 4 móbile
qual piuma al ventooooowl. También a Ramón, ya casado, que preparaba pedidos y cuidaba del reparto a domicilio; un buen hombre, muy
serio y formal. A Vicente, que se ventoseaba muy sonoramente a voluntad. Los hermanos Mari, Juan y Jaime, nacidos en Ibiza, que eran
los especialistas en la cocción de legumbres para la venta en los
propios establecimientos. Buenos muchachos todos ellos. Compartía
el trabajo de la confección de albaranes para el servicio a domicilio, con el amigo Vicente Herrero, a quien le imitaba yo la firma
de tal manera, que no sabía distinguirla de la propia. Aquel amigo
Antonio Carrasco, simpático y eficiente en la oficina y otros
tantos como Amadeo Pallejá que tenía una caligrafía que me gustaba
mucho, cuyo hermano, Napoleón, trabajó durante una buena temporada
en la sucursal situada en el Paseo San Juan, esquina a la calle
Ali-Bey, que se independizó quedándose la tienda, trabajando por su
cuenta. Este establecimiento lo transformó mas tarde en un magnífico
bar, que mantiene el mismo nombre, NAPOLEQB* y que^ sigtae funcionando,
aunque arrendado a terceros, por parte de su viuda.
-14En el citado Pasaje de San Antonio donde esta la oficina y el
almacén, había también una firma dedicada al mobiliario en general
y restauración de mueble antiguo, denominada CASA MIRO y allí trabajaba un muchacho que siempre estaba cantando durante el trabajo,
que se realizaba al aire libre en el propio pasaje. Nunca había
hablado con él, ni sabía cual era su nombre. Pero sin duda el
Destino, había dispuesto que yo tenía que acabar los últimos afíos
de mi vida, con su esposa.
No te extrañe y sorprenda esta afirmación, p©ro si sigues leyendo
verás que tengo mis razones para hablar así. No le pierdas de vista.
Aquella Sra. Salvadora propietaria decía carnicería que te conté en
anteriores páginas, donde yo iba a comprar y que conocía nuestro
problema por la viudedad de mi padre, no sé como fue, puso en contacto a mi padre con una tal Sra. Teresina, familiar de ellos, persona ya madura, algo panfila y con la que mi padre contrajo matrimonio. Recuerdo que me dio* la noticia mi padre de su próxima boda,
un día por la mañana, en la parte posterior del patio de butacas
del cine Kursaal y con poca luz. Ni qué decir tiene, que me pareci<5
muy bien la noticia, sobre todo pensando en que estaríamos de nuevo
los tres hermanos juntos, unidos con el padre y todos bien cuidados•
Y... así fue. Hubo boda y al parecer todo iba bien.
Al variar la situación por el nuevo matrimonio de mi padre y poder
estar todos juntos en casa, cambié de lugar de trabajo. Me fui a
trabajar a la central de los Bstablecimientos ESTRADA, ubicada en
la calle Aragón 313» (hoy Charcutería Ravell). Aquella calle Aragón
que entonces era una zanjs, por donde circulaban los trenes con locomotoras a vapor, que llenaban de humo toda aquella calle, que, apoyados en unas artísticas barandillas de piedra, podíanse contemplar
los pasos de losdistitos trenes. Ahora es una calle amplia, de circulación rápida para los vehículos a motor.
Tenía entonces alrededor de catorce años. Si; efectivamente tenía
catorce años, ya que recuerdo que el día de Navidad de aquel año 1932,
se declaró el incendio que destruyó aquellos grandes almacenes
B
EL SIGLO", de la calle Pelayo. Estos almacenes que tras varias vicisitudes y cambios de nombre, son los actualmente conocidos "C & A1*,
los que segtín tengo entendido pertenecen a una multinacional holandesa.
!Cuantas cosas aprendí allí! Cosas que me han servido mucho en mi
posterior vida comercial. El propietario, D. Félix Estrada Saladich,
era un hombre de grandes ideas y dentro del ramo de comestibles, creó
una forma de vender, distinta a lo habitual entonces. Supo educar a
los dependientes, que iban uniformados con las batas que antiguamente
se usaban, con los puños y bolsillos con un color alilado, destacando
así del color avellana que tenían los llamados guardapolvos, en la
forma de tratar al cliente. Saber ofertar lo que interesaba vender,
teniendo productos ya pesados para evitar/pérdidas de tiempo y errores
en el peso, puesto que entonces no existían las balanzas automáticas
actuales que te facilitan el peso exacto, incluso el cálculo del
importe totalli sino que se usaban las clásicas balanzas de dos platos
de latón, que se mantenían limpios a base de NETOL y mucho puño,,;" ..'
-15-
Las peaas era de 1 Kg., 1/2 Tg,, 200 granos, 100 gr., 50 gr.,
20 gr. y 10 gr. , que permitían hacer las diversas combinaciones
para los pesos intermedios o fracciones.
Se usaban bolsas de papel, para pesar el arroz, las judías, lentejas, pasta de sopa, azúcar, etc. y debíamos de tener mucho cuidado en pesar lo mas exacto posible. Y hablando de peso exacto, ¿Te
puedes imaginar vender azúcar perdiendo un céntimo por kilo, cuyo
precio era entonces de Ptas. 1'65 el kilo?. Pues así era. Del saco
que contenía 60 kg. tenían que salir exactamente 60 bolsas de 1 Kg.
Ahora bien; para compensar en lo posible esta pérdida, teníamos que
saber ofertar y procurar vender otros artículos en los que existiera
un beneficio normal. Es decir; no podíamos permitir que el cliente
saliera del establecimiento habiendo comprado solamente el kilo de
azúcar. Sabía organizar bien la venta. Como ejemplo te diré que,
entre otras cosas, ideó las SIETE STiMANAS DE LA CONSERVA, que no era
otra cosa que vender diversas conservas de vagetales, pescados y
frutas, que compraba en grandes partidas y por lo tanto a buenos
precios, lanzándolos al mercado con buena publicidad y colocando a
la vista del público los artículo que interesaba vender a unos precios sin competencia, Durante esta campaña de venta, se engalanaba
la entrada con unas redes de pesca, unos remos y otras alegorías
relativas a la pesca. En la entrada del establecimiento, se situaba
un aprendiz vestido de pescador, con la gorra y su pipa, invitando
al público a pasar al interior, examinando precios y comprobar cuanto
se ofrecía.
Constantemente se renovaban escaparates y cajas expositoras que
se situaban en la entrada del establecimiento, acompañadas de grandes
letreros con sus precios, carteles que habíamos confeccionado nosotros mismos, aún "la costa de horas extraordinarias, que por supuesto
no cobrábamos, pero que hacíamos con gusto, con la ilusión d& presentar algo nuevo. Se trabajaba dé una forma muy deportiva, con la
alegría que producía el trabajo bien hecho. No como sucede actualmente, que se trabaja por un marcado interés y casi diría de una
forma indolente y con negligencia en algunos casos. ¿Es mejor ahora
que antes? sin duda me dirás que sí y he de aceptarlo. Pero aquel
espíritu de superación que teníamos...!
Citaré que en aquellos tiempos, se permitía el lujo -porque así
era— de obsequiar a los clientes con un dietario de página entera,
es decir de gran tamaño y con el que tengo el convencimiento de que
todavía obtenía beneficios en su edición, por la publicidad que
obtenía de los proveedores. Algo cue ahora se considera bastante
normal, pero que entonces esto no estaba desarrollado y cs,si me
atrevo a pensar que quizás fue el Sr. Estrada el primero en explotar
este sistema de edición publicitaria.
Allí yo realizaba trabajos de dependiente, de almacén, de oficina,
de cartelista.•• Es decir hacíamos de todo,entre todos.
Recuerdo a compañeros de trabajo, como Martín Tutusaus, mi buen
amigo, con quien algunas veces iba de excursión al monte o a la playa,
También recuerdo a Catot y Soler, con quienes compartía la labor
de la realización de carteles y letreros.
-16Asimisro al buen amigo Ignacio Ravell, que era un especialista
en el tueste de caía y almendras, que se realizaba en el patio del
almacén que estaba situado en un pasaje de la misma calle Aragón,
entre las caltas Gerona y Bailen, donde hoy está ubicado el"Hotel
Europark" y a quien yo solía ayudar en este menester.
Y otros tantos amigos como Ángel, con el que solía ir a la playa
a "LA DELICIOSA", que costaba 0'40 Ptas, la entrada, con derecho a
una percha para dejar la ropa) y con quien siempre estaba luchando,
llenos de arena. A este amigo lo encontré posteriormente, al cabo de
unos afíos, trabajando como conductor de tranvías.
Y ya que hablo de tranvías, me vas a permitir un inciso para contarte algo que posiblemente tu, mi estimado lector, quizás ignoras.
En aquel tiempo, los tranvías llevaban un conductor y un cobrador,
que pasaba vendiendo los billetes sobre la marcha; es decir que como
se podía subir al tranvía por delante y por detrás, el cobrador tenía
que moverse y vigilar quien tenía o n<5 el correspondiente billete.
Aunque el billete costaba solamente 0'10 Ptas.(una perra gorda) era
interesante auedarse en las plataformas y vigilando por donde estaba
el cobrador, si este se acercaba, te apeabas y así viajabas sin pagar.
También los chavales solían colocarse sobre los parachoques de la
parte trasera del vehículo, sin ser^vistos por el cobrador, viajando
así gratuitamente. (De aquí aquella frase oue suelo decir, oue en la
vida he encontrado dos cosas muy emocionantes, como son: "Abrir el
correo, en mi vida comercial y viajar en tranvía sin pagar cuando
era un adolescente").
Existían trayectos mas largos y lógicamente, mas caros. Recuerdo
un tranvía que tenía el aspecto de un tanque, muy moderno entonces,
que tenía el principio de trayecto en la calle Ausias íáarch, al lado
de la Plaza Urquinaona y que llegaba hasta el barrio de Horta, después de pasar por el Guinardó, que costaba el trayecto 0'25 Pts.~
Creo oportuno hacer mención a un punto del barrio de el Guinardó
actualmente ya absorbido por la urbe, que le denominaban ttels quince"
y quizá muchas personas ignoran el porqué. Te explicaré. En la
confluencia del Paseo de Maragall y la Av. de la Virgen de Montserrat,
el citado tranvía tenía un final de trayecto parcial, cuyo billete
costaba 0'15 Ptas. De aquí que cuando se precisaba una referencia de
aquel punto del Guinardó, se decía: "Al final deis quince". Aún hoy
se sigue diciendo "els quines", al referirse a aquel entorno, según
he podido comprobar. Pin del prolongado inciso. Prosigamos con la
narración.
Tengo un grato recuerdo de una buena amistad que establecí con
una asidua dienta, de la que diré que no recuerdo el nombre y así
quedaré muy bien. Fallecida supongo y estimo que habiendo transcurrido tantos años, no cometo ninguna falta de ética y caballerosidad, contando algunas acosas sobre nuestra especial relación. (No
quiero hacer como el conocido Espartaco Santoni, que se dedicó a
relatar sus aventuras amorosas con mujeres que todavía viven, con
una falta total de ética). Esto te lo voy a contar a tí privadamente, ahora que no nos escuha nadie.
¿Sigues ahí?
!Lo.- sabía!
-17Con esta dienta solíamos hablar de cine, de películas que
había visto, de actores, etc y viendo que ambosteñíamos afición
a ¿lio, acordamos ir un día juntos! al cine. Entonces estaban
en pleno auge, aquellas películas distribuidas por la "UPA",como
"Vuelan rais Canciones", que relataban la vida de Frans Schubert
y otras muchas. Mas tarde las interpretadas por Nelson Eddie y
Jeanette Mac Donald, pareja que con sus maravillosas voces daban
vida a una serie de películas en color, que tanto agradaban.
Total} se repitieron las salidas juntos y ya sabes lo que suele
suceder cuando una pareja van al cine juntos y más aiín con el ímpetu de la juventud, quizás mejor decir mi adolescencia, pues...
!Tií ya me entiendes, caramba!.
Pues esta amiga, fuá quien supo iniciarme en la vida sexual,
cuando yo contaba con mis primeros 15 años de edad y ella tenía
24- años confesados. Todavía recuerdo muy bien la sensación que
sentí, al abrazar por vez primera a una mujer desnuda. Creo que
esto no puede olvidarse jamás. Fue en aquella casa de bafíos de la
Barceloneta, dentro de la bañera, con aquella agua templada...
Era una mujer hermosa, bien formada, de blanca piel, siempre perfumada. .. Ahora ya mayor, me doy cuenta de como sin duda alguna
disfrutaba y se divertía conmigo, dada mi adolescencia y lógica
inexperiencia.
No recuerdo exactamente cuando y a causa de qué, fuimos a vivir
a la calle Séneca, del barrio de Gracia. No estuvimos viviendo
allí mucho tiempo. De aquel piso, ahora que estamos solos, te voy
a contar con toda confianza, oigo divertido con respecto a mi
relación con aquella amiga. Verás.
Pensando un poco y agudizando el ingenio, encontré el sistema
de pasar los domingos por la tarde muy bien. Empezaré por decirte
que yo no disponía de llave del piso. La madrastra Teresina, se
iba a pasear o al cine, con mis hermanos y su hermana que también
vivía con nosotros. Yo decía que ya saldría mas tarde, porque era
muy temprano para salir y me quedaba tendido en la cama reposando.
En cuanto habían marchado de casa, preparaba una cuerdecita que,
atada al pestillo o tirador del golpete de la cerradura, de la
puerta de entrada y pasándola por la rejilla del mirador de la
pxzerta, dejaba al exterior un pedazo suficiente de dicha cuerdecita, para que tirando de ella, se pudiera mover el golpete y así
abrir la puerta. Así pues, entrábamos en casa y una vez terminado
el "festejo", con todos los riesgos que ello había representado
por un posible imprevisto regreso dé la familia y después de soltar
el artilugio montado, salíamos a la calle tranquilamente y nos
íbamos a pasear o al cine y a merendar cosa de nunca faltaba,
Descendiendo por la calle Pelayo se podía encontrar el"Bar Americano1,' "Granja RoyalV'Bar CanaletasMy siguiendo por la misma acera,
"NURIA" y "Cervacería Baviera". Estos dos tfltimos todavía existen
con el mismo nombre. Contrariamente, el "Bar Americano" hoy es un
BURGER KING;. la "Granja Royal" es una zapatería y el "Bar Canaletas"
desde no hace mucho tiempo es un "MC. DONALD". También desapareció
el popular kiosco de bebidas situado precisamente al lado de la
famosa Puente de Canaletas. '.Nada es eterno!
-18Y volviendo s. la realidad y dejando aparte las nostalgias, te
contará que poco tiempo despuás, no recuerdo exactamente cuando,
debido a incompatibilidades, la relación de mi padre con la madrastra se fue deteriorando y se originó la definitiva ruptura»
Nos fuimos a vivir con la prima Tomasa, de la que ya te ha.blé'
que había estado con nosotros en la calle Prícipe de Via.na, hacía
ya años, la que nos quería bien y estaba dispuesta a cuidarnos.
Nos fuimos a vivir a la calle Rocafort, nos enseñó a ser cuidadoeos y ordenados y estuvimos muy bien atendidos y mejor administrados. Allí fuá donde mi hermano Ricardo enfermó de poliomielitis.
Entonces no había, un gran conocimiento de esta enfermedad y por lo
tanto tratamientos adecuados, pero afortunadamente, gracias a un
magnífico joven médico que supo atenderle muy acertad atirante, se
restableció a su tiempo, gozando de los cuidados y el cariño de
todos.
Te diré, que siempre me ha gustado mucho bailar. Entonces existían muchas sociedades recreativas en las que los días festivos por
la tarde se bailaba al ritmo de buenas orquestas. También en verano
se organizaban fiestps en las calles, con aquellas orquestas que
procuraban superarse unas a otras. (Todavía no existían las "discotecas", ni la imísica "encajonada"). Durante algún tiempo, tuve
una pareja de baile, Anita, que nos creíamos sérn algo como los
famosos Fred Astaire y Ginger Rogers, Al parecer, no lo hacíamos
del todo mal, puesto que solían formarse algunos corros a nuestro
alrededor mientras bailábamos y nos aplaudían. Nos inventábamos
pasos de baile y nos divertíamos mucho bailando. Recuerdo que la
entrada al baile costaba una peseta solamente.
Yo seguía trabajando en los establecimientos Estrada, en la central, de la calle Aragón. Digo en la central, porque este Sr. Estrada disponía de varios establecimientos en Barcelona, que con el
tiempo supo venderlos a los dependientes que querían trabajar por
su cuenta, dándoles grandes facilidades para su desarrollo. Uno de
estos establecimientos situado en la calle Valencia 202, lo traspasó a una familia procedente de Reüs y pasamoa a formar parte de
la dependencia mi amigo Martín Tutusaus como encargado y yo como
dependiente. Allí ya trabajaba como dependiente, Emilio, un buen
muchacho, allego pedantillo, el que presumía de conocer alguna palabra del idioma alemán, al atender a algunos clientes de aquella
nacionalidad. Esto parecía darle una categoría que,.. !para quá
te cuento!
Recuerdo que fuá una noche de verano que con este amigo Martín
Tutusaus y dos hermanas, después de haber pasado la noche bailando
y retozando en la Diagonal, nos fuimos a la playa, para ver salir
el sol. Esto significa que fuá la primera y ilnica vez que pasa la
noche f\iera de casa. En resumen, que lleguá por la mañana a casa,
casi a las diez. Mi padre,, despuás de haber estado preguntando
desesperadamente a la policía, casas de socorro, etc., con la consiguiente, llegó a casa a los pocos minutos de mi regreso y me
pilló rasgueando una guitarra que teníamos, "¿Conque tocando la
guitarra, eh?"-f\ieron sus primeras palabras-. Se abalanzó sobre
mí para darme la merecida paliza, pero pude sujetarle imovilizándole y pidiéndole perdón por el mal que había hecho.
-19!No me parece mal que haya estado con unos amigos y amigas,
pero lo que debías de haber hecho es avisarnos! - exclamaba mi
padre. Y efectivamente, aunque entonces no teníamos teléfono, podía haber pasado un momento por casa y avisar para eme estuviesen
tranquilos. !Así fuá mi pirmera noche de ¡juerga! ! r ué inconsciencia!
Mi padre, pensando siempre que el trabajo que yo hacía no era
lo que quería para mí como medio de vida, por amistad con D. Federico Costa, propietario de la firma "LA UíTIVüRSAL", dedicada a la
publicidad en las principales salas de cine de Barcelona, entra a
trabajar en sus oficinas» Allí me inicia en la publicidad, acompañando al Sr. Costa en su coche, un OP2L OLYMPIA, a las diversas gestiones y visitas que se realizaban relativas al negocio* Acude a mi
memoria que, un día, quizás para profearme y conocer mi carácter, me
dijo: "Toma las llaves y casa el coche".
La oficina estaba situada en la calle Muntaner, entre las calles
Consejo de Ciento y Aragón y el garage estaba en la calle Casanova,
esquina a la calle Consejo de Ciento. Ni corto ni perezoso, como
suele decirse, toma-, las llaves del coche, me fui al garage y saqué
el coche hasta la calle Consejo de Ciento cerca de la calle Muntaner.
Ni un comentario. Yo tenía solamente 17 años de edad y por supuesto,
no tenía carnet de conducir.
Nuevos amigos, Manuel Trallero y Santiago Alonso. Conocí a algunos
agentes deppiblicidad que trabajaban para la empresa. De ellos, he de
hacer especial mención a D. Salvador Pijoan, siempre impecable en su
vestimenta, del que volveré a hablarte mas adelante, por algo que
hizo en mi favor.
Recuerdo que entre otros trabajos, intervine en un contrato de
publicidad con PISCINAS & DEPORTES y ello me hizo pensar que podrís
acudir allí para hacer gimnasia por las mañanas y practicar un poco
de deporte, antes de ir a trabajar. No me olvidaba de aquel médico
que hacía ya muchos años me dijo algo en tono algo despreciativo
con respecto a mi cuerpo, entonces enclenque y me había propuesto
superarlo. No olvidaba que mi madre había fallecido de tuberculosis
y mi afán era mejorar todo lo posible mi estado físico, superarme a
mí mismo y olvidar el complejo de inferioridad que durarirte mi infancia y adolescencia había tenido. He de señalar que durante el tiempo
que había trabajado en Establecimientos Estrada ya había mejorado
mucho, puesto que allí se manejaban cajas y sacos de ciel*fco peso y
tomándome las cosas deportivamente, procuraba que ello redundara en
mi favor.
Fue" comiendo en Casa GEHONI, donde pude convencer a mi padre que
me permitiera hacerme socio de Piscinas & Deportes, donde se pagaban
sietepesetas al mes, pudiendo disponer del gimnasio, nadar, practicar
tennis, frontón, patinar, etc. Y así fue; allí acudía alrededor de
las siete de la mañana a hacer gimnasia y nadar, antes de acudir a
la oficina a trabajar.
Y aquí llegó la sorprendente casualidad.¿Recuerdas que te conté
que cuando trabajaba en Casa Salvat, cerca del lugar de trabajo había un muchacho que siempre estaba cantando y que te dije que no lo
perdieses de vista? Pues, cinco años mas tarde, me encuentro con este
muchacho, que también acude allí a hacer gimnasia. Supe que también
se llamaba Juan y nos hicimos muy buenos amigos, (Te repito que han de
suceder cosas muy curiosas con este amigo Juan)
-2018 de Julio de 1936. El primer día del inicio de nuestra guerra
civil,un primo mío, me presentó a Paquita. Simpatizamos y estuve
una corta temporada "bandeándome y jugueteando entre Anita, mi pareja
de baile y Paquita, sin dejar de estar con mi amiga (de la que no
digo el nombre), con la que tan buenos ratos pasaba. Por fin, decidí
por Paquita, la que posteriormente fue mi esposa.
Sin poder precisar el tiempo transcurrido debido a los anormales
días que se vivían debido a nuestra guerra civil, suceden algunas
cosas que te voy a señalar.
Perdí de vista al amigo Juan, que dejó de acudir a "Piscinas &
Deportes".
En la empresa LA UNIVERSAL descendió rápidamente el negocio y la
cosa no andaba muy bien, que digamos. En vista de ello y quedando
con una excelente amistad con el Sr. Costa, propietario de la empre
sa, mi padre consiguió por mediación de un buen amigo, Sr. Pérez,
que pudiera trabajar como ayudante de electricisca, en los escenarios del Teatro Nuevo (hoy desaparecido), situado en el Paralelo,
la famosa avenida donde estaban ubicados la mayoría de teatros,
"cabarets" y otros espectáculos similares. Lo pasé muy bien, trabajando y aprendiendo muchas cosas de la farándula, que no te voy
a contar, para no hacerte perder tiempo.
Por mi parte y ante la posible movilizaciónde mi "quinta" (llamada del "biberón") acudía como voluntario a unas sesiones de gimnasia en los patios de la Escuela Industrial, uno de los puntos
donde se había establecido un campo de instrucción pre-militar. E
monitor que allí dirigía las tablas de gimnasia me informó de que
se iban a iniciar unos cursillos para monitores de cultura física
que considerando que yo tenía aptitudes para tal destinos, valía
pena inscribirme. T así lo hice.
Entretanto, por desavenencias con la prima Tomasa, ignoro el
porqué y no tengo el mas mínimo interés en saberlo, nos fuimos a
vivir solos, mi padre y yo, al cine "Khirsaal. Detrás del escenaric
existía un gran espacio que destinamos a habitación. Y otra vez
separado de mis hermanos que se fueron a unas colonias de la Gen*
ralitat, situadas por Aiguafreda y El ITigaró, dentro de la Hsmai
"Portección de la Infancia", donde con posterioridad supe que lo
pasaron bastante mal, con robos en la cocina, fugas, etc. Eran 1
épocas de guerra y las cosas no iban muy bien en general. Con po
terioridad mi hermano Ricardo pudo ingresar en el "Colegio de He
fanos de San Julia de Vilatorta", donde recibió muy buena educac
Inscrito pues, como ya te digo, para realizar los cursillos ]
monitores, fuimos destinados a San Cugat del Valles (entonces P:
del Valles)alojándonos en tiendas de campaña de lona, que monta:
nosotros mismos, haciendo una vida militarizada. Estuvimos aire
de unos quince o veinte días trabajando con dureza y una vez se
cionados, se celebró una gran tabla de gimnasia ante el Palacio
la Generalitat de Catalunya, como fin de curso. Después nos tué
cedida una graduación asimilada a sargento, con entrega de gale
-21Con posterioridad se realizó* una distribución de destinos y fui
destinado a Castelldefels, como Sub-Jefe de Campo, Estuvimos concentrados en un chalet abandonado al lado de la playa, alrededor de
unos doce monitores. Con mi grupo, íbamos al Castillo de Castelldefels, donde estaban concentrados muchachos que estaban prestos a
ser movilizados o voluntarios y una vez terminadas las sesiones de
gimnasia regresábamos a nurstro "cuartel". Allí practicábamos un
poco de cada cosa, en instalaciones que nos fuimos preparando nosotros mismos. Por ejemplo, el salto de pértiga, que a mi me gustaba
mucho practicar, se realizaba con cañas de bambú", no flexibles, y
cayendo sobre un mont<5n de arena, sin las ventajas actuales de una
caída sobre colchón de foamez o de aire. Practicábamos lanzamiento
dé disco, peso, jabalina, etc. Resumiendo: una vida sana. Hasta que
llegó un buen día nos dijeron que íbamos destinados a no sabíamos
donde. De modo que , cogimos nuestros bártulos y. ..'.al tren!.
Disgregados y separados unos de otros, fuiraoa a parar a los alrededores de Villarrobledo. Quedamos ubicados en unos amplios cobertizos, donde habían unas grandes tinajas y de aquí que quedó
denominado como cuartel "Las Tinajas". Estuvimos allí unos días
y teníamos que ir a buscar el rancho y provisiones con un carro
turado por una muía muy rebelde y los apuros eran nuestros para
que obedeciera y siguiera el camino debido. '.Cómo nos divertíamos!
Por las tardes, íbamos a unas tascas a beber "mostillo", mientras deambulábamos por el pueblo. Una noche nos fuimos al cine unos
amiguillos y he de contarte que de pronto me entró un fuerte dolor
en el vientre y me fui a los servicios del cine, para ver si podía
resolver el problema y...!ya lo creo que lo resolví! No hice nada;
solamente soltó una ventosidad con tal estruendo, que inmediatamente
me desapareció^-, el dolor abdominal que tenía. Es la mayor ventosidad
que recuerdo haber soltado en mi vida. Jamás se me olvidó, como tu
puedes comprobar.
Tal como ya te he dicho, allí estuvimos unos días, haciendo instrucción pre-militar. Como llevaba galones de sargento, me hicieron
actual como tal, haciendo Hmarcar elppso", como suele decirse, a un
nutrido grupo que por allí estaba también esperando instrucciones,
y con el beneplácito de los "camaradas" superiores. Todo menos actuar como monitor de cultura física, que yo era. En vista de ello,
cuando partimos de nuevo, dejé los galones a un lado, pera evitar me
hicieran actuar como un sargento normal, con las consiguientes responsabilidades en él frente de batalla.
Partimos de allí, deambulando por no sé donde. Solamente sé que
fui a parar a los alrededores de L'Asentiu(La Noguera), sin uniforme
ni arma alguna y sin saber lo que íbamos a hacer allí. Solamente
recuerdo que fui a hacer una necesidad fisiológica tras unos matorrales y cuando levanté la cabeza una vea terminado mi "trabajo",
pasó silbando una bala cerce de mis orejas, lo que me enseñó que
por allí debía de andar agachado, si no quería pasar a mejor vida.
Consideraba que no era todavía la hora y por lo tanto, tomé buena
nota de la advertencia que me hicieron desde el bando enemigo.
Allí hubo bastantes muertos y heridos al intentar tomar una loma,
que tras unos ataques y contraataques se perdió, ordenando la retirada de los pocos cambatientes que quedaron vivos.
Iniciada la retirada, no pienso contarte mis "batallitas" como
suelen hacer los ya mayorcitos, ni te voy a contar que dormí en
una cuadra al lado de unos caballos o mulos en Alcañiz«.y que por
la tardecuando estábamos recogiendo el rancho en la improvisada
cocina en pleno campo, unos obuses cayeron cerca de allí y que tuvimos aue salir pitando, como suele decirse. Solamente te dirá
que fuimos a parar a Valdealgorfa, donde eslfcuvimo'St unos,tres 'días,
comiendo como se podía ya que el servicio de intendencia era totalmente irregular y siempre improvisado.
Lo que sí te contaré es que allí conocí a MJimmyn, que así se
hacía llamar. Era un magnífico chaval, bajito, que me recordaba a
James Cagney, aquel excelente actor protagonista de un sin fin de
películas de gangsters y otras muy interesantes. Una de las líltimas
películas fue "UN,DOS,TRES", aue tanto éxito obtuvo y aue han repues
to alguna vez por TV. Sin duda la habrás visto y te divertirías con
El citado "Jimmy" con una especie de flauta que llevaba consigo,
siempre tocando cosas divertidas, nos hizo pasar un rato de tal emoción, que nos hizo olvidar que estábamos en guerra, oue pasábamos
hambre y miseria por aquellos pueblos para nosotros desconocidos.
Fue en Cretas, donde pernoctamos en una iglesia bastante destrozada, tal como sucedía durante la contienda en nuestra zona. ¿Te
puedes imaginar en aquel vetusto recinto con las paredes ennegrecidas
por el humo del fuego, semi derruido, oir una interpretación del
"Bolero" de Ravel, con aquella especie de flauta da juguete, rodeado
de muchachos ( no me atrevo a decir soldados, ya que,te repito que
no teníamos armas, ni estábamos formados en compañias militares)
con las maletas y cajas vacías marcando el ritmo del bolero golpeando sobre ellas con las manos y los puños? ¿Oir la flauta solamente y el ritmo marcado en medio de un sepulcral silencio? '.Fue"
algo inolvidable!. Siempre que con posterioridad he escuchado el
"Bolero" de Ravel, acude a mi mente aquella emocionante y por supuesto irrepetible imagen.
Casualmente, en la Diagonal de Barcelona, en el año 1940, volví
a ver a este muchacho. Nos reconocimos mutuamente y recordamos
aquella noche tan especial.
Deberás de perdonarme, si mis recuerdos se entremezclan y confunden. Vagamente recuerdo haber estado cerca de Teruel y hospitalizado un par de días con fiebre. No sé" si fue por el efecto de la
fiebre que se me ocurrid una corta poesía, por supuesto dedicada a
mi prometida y que rezaba así:
Como sea que en esta página
no puede caber bien dicha poesía,
te rmego que si tienes interés en
conocerla, te tomes la molestia
de pasar a la página siguiente.
Verás que no soy un poeta, pero
espero que te guste.
-23CUAITDQ VTTT-XVA
Guando vuelva
!ay! cuando vuelva,
las cosas qtte voy a hacer.
La guerra habrá terminado
'.alearía por doquier!
gritos de gloria mezclados
con sonrisas de mujer.
De mujer que ha esperado
con resignación al ser,
que un día alegre y claro
se fuá a luchar con gran fé.
Cuando vuelva
layí cuando vmelva
la. 3 cosas que voy a hacer.
Aquí beses, allí abrazos,
la novia volver a ver;
y las risas y los llantos
se confundirán también.
La madre Isesa a su hijo
y el marido a su mujer;
y la paz que se deshizo
hoy ya vuelve a renacer.
Cuando vuelva
!ay! cuando vuelva
las cosas que voy a hacer.
Las flores son de tu agrado
pues...¡flores te he de traer!
vendrá con cestos cargado
para tu cuerpo envolver
Muchas rosas y claveles,
habrá nardos por doquier,
geráneos y tulipanes
y feliz te voy a ver.
Cu an do vu e Iv a
!ay! cuando vuelva
las cosas qjje voy a hacer.
Sacando todas mis fuerzas
i?e besos te llenará
y ese cuerpo que tu ostentas
contra el mío estrechará.
Y ya q.ue hablamos de dicha,
una cosa te ᱿é:
Cua." do vu eIva
!ay! cuando vu9Iva
te voy a hacer...!mi mujer!
J.Aznar R.
-24Y volviendo a la realidad te diré que, ya recuperado y saliendo
de aquellos alrededores de Teruel hacia no sé donde y no recuerdo
como, ya tenía un fusil en mis manos, con la correspondiente munici<5n.
Llega a mis manos una carta de un tío mío, Pantale<5n, que estaba también por aquel frente de Teruel. En la carta en cuestión, la
•única que recibí durante mi deambular por el frente de batalla, me
daba el pésame por el fallecimiento de mi padre, cosa que yo ignoraba totalmente» Tras la lógica sorpresa, inmediatamente pensé:
¿Qu^áucedió? ¿Cómo fue? ¿Quién se ocupó de su entierro? ¿Donde estaban mis hermanos? ¿Dónde las cosas de casa, los pocos muebles y
enseres que teníamos?.
Lleno de interrogantes, hablé a mis superiores, comisarios, etc.
exponiendo el caso y pidiendo un permiso de unos días, para ver como estaban las cosas y regresar al frente inmediatamente. Gomo en
aquellas fechas la situación estaba bastante mal ya que íbamos retrocediendo y había bastante confusión por todas partes, me fue
negado rotundamente. Puedes imaginarte mi desesperación.
Sin saber hacia donde, partimos de nuevo y estuvimos caminando
durante todo el día y llegamos de noche sin tener la mas mínima
idea de donde estábamos y nos dieron orden de parapetarnos como se
pudo, en una loma.
Cuando amaneció, vi que estábamos situados a no mucha distancia
de Morella, que estaba ocupada por los "nacionales". Temprano empezó
la aviación enemiga a ametrallarnos. Nos dieron orden de adelantarnos fuera de las improvisadas trincheras o parapetos, para evitar
en lo posible ser ametrallados. Así lo hicimos. Es decir; así lo
hice. Digo así lo hice, porque al poco rato de estar allí sentado
sin saber lo que sucedía y solamente oyendo disparos, miré a los
lados y vi que estaba solo. No había nadie a mi alrededor; solamente a lo lejos, a mi derecha, vía unos que estaban parapetados tras
unas enormes piedras. Regresé hacia el improvisado parapeto, quise
recoger mi macuto, p.©ro no supe verlo.Puesto que se adivinaba que
venían atacando, empecé a descender de la loma, dando brincos, acomparaño del aire de las balas que pasaban rozando mis orejas y que
por suerte no llegaron a heririme. Oí el grito a lo lejos de un
herido, pero nada podía hacer para ayudarle. Seguí dando brincos
y descendiendo, para poder llegar a un punto mas resguardado. Llegué hasta una vaguada donde me encontré con cuatro o cinco muchachos, que también habían retrocedido. Seguimos caminando, despistados con la impresión de que la vaguada estaba situada entre los dos
frentes, ya que se oían disparos por ambos lados,y ya anocheciendo
llegamos hasta los alrededores de San Mateo y extenuados dormimos
en una especie de cuadra o pajar.
Durante la noche, reflexionando sobre lo acontecido con respecto
a la muerte de mi padre, determiné tomar camino hacia Barcelona.
Pero.. .¿Cómo?¿Sería posible lograrlo? ¿Riesgos? '.Todos! No disponía
de mapa ni guía alguna. No podría caminar por carreteras ni por
vías de ferrocarril, ante el riesgo de que me tostaran por desertor.
Mi tínica orientación era el sol. Teniéndolo por la mañana a mi derecha, iba bien hacia Barcelona. IHe de llegar como sea! Y por la mañana temprano, sin decir nada, emprendí mi marcha.
-25Guiado pues, por el sol y caminando siempre campo a través y
por caminillos vecinales, recuerdo haber pasado por Els Capellans,
Mas de Barberans y otros, cuyos nombres me indicaban los vecinos
de aquellas zonas, los que por temor a los bombardeos, vivían en el
campo, en los "masets", o sea pequeñas casitas donde se guardaban
los aperos de labranza y que habían acondicionado para pasar unos
días, esperando el fin de la contienda. Gente muy bondadosa, que te
miraba con cierto recelo al acercarte, ya que en plena guerra política, no podías fiarte de nadie. Contaba mi propósito y el porqué*
de mi marcha y esto generaba una confianza y un espíritu de ayuda y
colaboración.
Pero me iba acercando al gran problema, que quizás me impediría
llevar a término mi propósito de llegar a Barcelona. !E1 río Ebro!
¿Como podría atravesarlo? Preguntando e indagando por aquí y por
allí, me informaron que había un barquero que le llamaban "El Bala"
y que por un determinado importe de dinero me cruzaría el Ebro. Me
indicaron que estaba por la ribera del río, sin poder precisar con
exactitud el lugar. Logré localizarle y acordamos que me pasaría
el río por la noche. A la hora convenida, allí estaba. No te puedo
describir la emoción de aquella aventura. De noche y ante la incertidumbre de la feliz resolución de la travesía, mentalmente ayudaba
a remar con fuerza a aquel hombre, ya que al pensar que cruzando el
río ya no tendría mayores obstáculos para llegar a Barcelona,!me
daba unos ánimos...! Llegamos a la orilla opuesta cerca de Caiapredó
y me despedí con un abrazo de aquel barquero, que jamás olvidé.
No me voy a extender con demasiados detalles, contándote donde
dormí, ni como muy temprano reemprendí la marcha atravesando campos
y senderos llegando ante la masa de montes denominado en su conjunto
El Perelló, que comprende la Serra de les Comes, Plans de Burga,
Serra de la Batalla, Serra de la Creu, etc. (Estas denominaciones
las he conocido posteriormente, ya que entonces no tenía ni la mas
remota idea de ello). Atravesar aquellas montañas guiado solamente
por el sol, fue una aventura. Aquel paraje desértico, donde no
veía mas que palmitos, tierra, plantas y arbustos que lo tínico que
hacían era pincharte y arañarte y sin referencia alguna como ayuda,
me hicieron dudar si seguía por buen camino o me desviaba de mi
ruta, ya que el.ail ya se había ocultado y empezaba a anochecer.
Pero mi instinto y aquella confianza que tenía en mí mismo, me decía que pronto saldría de aquel paraje tan salvaje. Y así fue.
Encontré el providencial "maset". Por la mañana, después de comer
unas aceitunas con pan con que me obsequió el matrimonio que me
acogió para pasar la noche, ¿eguí mi marcha.
Vagamente recuerdo haber pasado por Yandellós (entonces no había
ninguna central nuclear, por supuesto) y ya no sé como, llegué de
noche a Tarragona. Me presenté en el cuartel de "Transeúntes11 explicando las razones por las que tenía que ID^ar a Barcelona, a un
capitán de oficinas que me dio la solución para seguir mi'viaje
hasta Barcelona, sin ser considerado un desertor. !Cué excelente
persona!
Cerca de Torredembarra, pude subir a un camión que me llevó
hasta Barcelona.
-26Acudí al domicilio de mi prometida y tras la sorpresa y alegría
de vernos, vi que habían recogido los enseres que teníamos en el
cine Kursaal, al fallecimiento de mi padre. Me fui a ver al amigo
Sr. Pérez, del que ya te hablé, que fuá quien se ocupó de todos
los trámites para el entierro de mi padre, al que le agradecí todo
lo que había hecho por nosotros. Me informé de la situación de mis
hermanos y supe que estaban bien, mi hermano Fernando en unas colonias de la Generalitat en Aiguafreda y Ricardo en el Colegio de
Huérfanos de San Julia de Vilatorta. Todo esto me tranquilizó.
Acudí diariamente, tal como era mi obligación, al cuartel de
"Transeúntes". Allí repartían un plato de arroz, como engrudo, que
yo recogía en una especie de lechera de aluminio, no solamente mi
ración, sino también las c:ue otros desechaban y me lo llevaba a
casa de mi prometida y allí juntamaate con los padres de mi prometida, comíamos todos juntos. Era época de guerra y hambre.
Un buen día, no nos dejaron salir de allí y sin darnos explicaciones, nos cargaron en camiones, trasladándonos hasta los alrededores de Castellserá, entre Tárrega y Agramunt.
Por la mañana, fuimos presentados a unos oficiales y veteranos
de la Brigada 123» llamada "La Bruja", que se estaba reorganizando.
Entre los veteranos había un sargento, muy simpático, llamado
Miguel Dolz y a quien me ofrecí como oficinista, por si podía ser
de utilidad en la reorganización. Después de un trámite un poco
especial, como fue el conseguir una máouina de escribir, fui aceptado- y quedé nombrado Cabo de Oficinas del 4-2 Batallón de la 123
Brigada, de la 90 División.
Al formar las Compañías, se nombró como administrativo de la 2§
Compañia a un mozalbete que tenía muy buena caligrafía y me pareció
una persona adecuada. Este fue Sebastián Pares, que luego se convirtió en uno de mis mejores amigos y del que hoy todavía me honro con
su amistad.
Estando ya un poco organizados auedamos concentrados por Preixens
y alrededores. La oficina del 4 S Batallón quedó establecida en un
vetusto castillo de origen románico. Allí se creó una magnífica
amistad con Miguel Dolz, a quien oía roncar cuando dormía, mientras
yo escribía alguna carta a mi prometida Paquita.
Se desarrolló la célebre batalla del Sbro. Considerando que ya
estibamos mas o menos organizados, fuimos destinados a cubrir la
línea avanzada, para relevar a los que habían realizado el ataque.
Cruzamos el río sobre unos provisionales pontones y seguimos caminando pasando por la Patarella, hasta alcanzar la primera línea,
entre la Puebla de Masaluca y Tillalba de los Arcos.
Durante este espacio dé tiempo que allí estuvimos, se consolidó
la amistad con Sebastián Paras. Dormíamos dentro de lo que por lo
visto había sido un refugio de pastores o un polvorín o depósito de
armas del enemigo, compartiendo mantas ya que dormíamos juntos y
por lo tanto, también compartíamos piojos y sarna que allí existía
en abundancia en las manos, codos, entrepiernas... Recuerdo que mi
amigo Pares casi no podía caminar, debido a la sarna. !De pena!
Ah! ¿Te puedes imaginar al amigo Pares interpretando la serenata de
Tosselli dentro de aquel agujero con un violín que no recuerdo de
donde había salido?¿Y al amigo Agapito que era el "observador" del
batallón cantando jotas al que yo acompañaba con una guitarra que
tampoco se sabía de donde había salido? Pues asi era nuestro humor.
mm'J' f —m
A finales del mes de Agosto, segrín creo recordar, fuimos relevados y regresamos cruzando de nuevo el río Bbro, para cubrir línea
en la misma ribera del río, por Ia3 proximidades de Cherta y Tivenys,
donde seguíamos"gozando" de la sarna, cada vez peor y de la compañía
de los piojos que no nos dejaban en paz.
Allí se conversaba con el enemigo situado en la otra orilla del
río y cada uno lanzabg^ sias^gtitos de !Fascistaaaas! mientras otros
exclamaban IRojooooss! Y así transcurrieron unos días sin novedades
dignas de mención.
Conseguí cue me evacuaran a La Ampolla, que entonces era un pequeño pueblo de humildes pescadores. Allí, a base de baños de mar y
sol, arrancándome las costras de las manos y codos, lavándolos con
agua del mar y con la valiosa ayuda de un inteligente médico que estaba al frente de un pequeño puesto sanitario allí establecido con
escasos recursos medicinales, quien me aplicó* unas sesiones de autohemoterapia, cura casi totalmente. Regresa al frente, con un bigote
mayor que el que normalmente poseía y muy tostado por el sol que _
pude tomar. (Debes de saber que lleva bigote desde el año 1936,
hasta el año 1971» que me lo Quita).
Para no hacerme pesado contándote demasiados cletaiüaas, cue sin
duda a tí no te interesarán demasiado,te dirá que después de ser
relevados de acuella zona, se inició* una retirada genaral mas o menos
organizada, que llegamos hasta las afueras de Olot, donde se estableció un pequeño puesto de intendencia en una masía (creo que era
de la familia Juvinyá), y aalí estuve soportando fiebre durante dos
días. Una magnífica familia, que me prestó una especial atención.
Se recibió* orden de partir de aquella masía, ya en plena retirada y
salimos de allí precitadamente, después de ayudar a la familia a
ponerse a cobijo de las bombas y ametrallamientos por pariré de la
aviación ya que"el enemigo estaba prácticamente entrando en Olot.
Prosiguió la retirada desordenada y con un cansancio total.
Perdí de vista a los amigos Dolz y Pares así como a varios oficiales; o-sea, que anduve algo desarraigado de los amigos y compañeros
del Batallón. Llegando a Molió, en la frontera, separaron a los que
deseaban pasar a la"zona franquista", de los cue querían seguir con
los denominados "rojos". Decidí por la segunda opción.
Nos llevaron a una zona descampada- de Prats de Molió, que no era
un campo de concentración ni nada parecido, puesto que allí no había
nada, pero que estábamos vigilados por unos soldados senegaleses,
altos y armados, que solamenteéabíam decirnos ?alles á bas"!cuando
nos acercábamos un poco a los límites de la zona acotada. Repartían
algo de pan, alguna lata de sardinas y chocolate. Nada más. Agua
para beber y asearte un poco, de un riachuelo donde había un caballo
muerto, hinchado. Lo tínico que se podía hacer era matar piojos que
no me dejaban vivir. Es decir; allí estábamos tirados.
Vista la situación, decidía escapar de aquel paraje, a pesar de
la vigilancia de los senegalesesy de que segdn se oía decir, había
unos grupos que vigilaban a los que pretendían pasar a la zona ya
ocupada por las tropas franquistas y si los pillaban, los molían a
palos.Pero ya había decidido. Para morirme aquí de hambre, me largo
a España, sea como sea —me exclamaba a mí mismo—.
—¿o-
Tenía una referencia de donde estaba el paso hacia España. Esperé
al atardecer, tiempo que calculé suficiente para llegar a la frontera
antes de que anocheciera. Salí por un punto donde me pareció, que
había menos vigilancia y me lancé a la nueva aventura. Llegué al
punto previsto cuando ya había anochecido. Unos soldados que estaban
de guardia me metieron en un cuartucho donde habían unos colchones
que apestaban y me dieron un plato de lentejas que me supieron a
gloria.'.Claro, despué de unos días de hambre...! Dormí sobre aquellos
colchones, juntamente con otros muchachos que también habían cruzado
la frontera. A la mañana siguiente salimos hacia Camproddn. Pude escribir una nota con la dirección de mi prometida, indicando que ya
estaba en España y envolviendo una piedra con el papel, al pasar
ante un grupo de mujeres, la arrojéa sus pies, rogando la hiciesen
llegar a su destino. Y así fue.
En camiones nos trasladaron a higueras y como prisioneros, realizamos algunos trabajos de limpieza de escombros por las calles. Al
día siguiente por la noche, nuevamente en camiones, hacia un destino
desconocido.Y,sorprendentemente llegamos a Barcelona.!Vaya alegría
que sentí! Quedamos"alojados" en el cuartel ("Francesc Maciá" anteriormente) que posteriormente fue Hospital Militar. Pude escribir a
mi prometida indicando donde estaba y pidiendo consiguieran una
carta de "La Universal" donde había trabajado, que pudiera servir
como aval. Y efectivamente,no solamente se consiguió esta carta,
sin<5 también otro escrito de Salvador Pijoan, que había sido agente
en la empresa. ¿Lo recuerdas?
Este Sr. Pijoan, no sé como fue, llegó* a ser Teniente del Ejército "Nacional" y en su escrito indicaba que yo era "totalmente
adicto al régimen". El efecto de este escribo fue inmediato, ya que
estuve solamente unos nueve o diez días en el citado campo de concent rae i <5n.
Durante aquellos días , pude ver la desesperación de algunos familiares de los que allí estaban esperando la libertad, hablando a
gritos a través del barranco que situado alrededor del improvisado
campo de concentración, separaba a éste de la que podríamos decir
era la calle. Algunos intentaban lanzar algún paquete de comida,
que irremediablemente, casi todos iban a parar al fonda del barranco.
Era preciso evitar a un individuo que como vigilante y con una cara
de "mala leche", iba provisto de una especie de fusta trenzada, coma
un nervio, que lo blandía cuando apreciaba que alguien se acercaba
al borde del barranco, para ver si podía recoger algún paquete lanzado por sus familiares. No hace mucho tiempo, pude comprobar que
este barranco todavía existe, separando al citado Hospital Militar,
de la Clínica DELFOS.
Salí, pues, como ya digo, del citado campo, lleno de piojos, pero
con una desbordante alegría, como tu bien puedes suponer. En casa
dé mi prometida, Paquita, recuerdo que pude bañarme en un alto
barreño de zinc, con agina calentita, que buena falta me hacía.
¿Todavía sigues leyendo?
!Qué bien! !Los hay valientes!
-29Hechos los trámites de presentación en el Centro de Movilización,
por estar mi reemplazo en activo a Salamanca, Lleg-ada al cuartel del
Regimiento de Infantería n 2 28. Me entrega.'Tron ropa militar usada,
pero limpia, La ropa que llevaba consigo de casa, quedó en mi poder.
Al segundo día de acuartelamiento provisional, pidieron gente con
conocimiento de algunos oficios y personal para oficinas. Queda
elegido juntamente con otros cuatro muchachos, para pasar a las
oficinas de la Caja de Reclutamiento, previso examen y pruebas de
conocimiento de oficinas. Lso cuatro elegidos, fueron ATbarto, José,
Miguel y Enrique, todos de Barcelona. Con el primero de los citados
se creó una fuerte amistad, como podrás apreciar mas adelante. Te
diré que ful mi mejor amigo, al que solía decirle rae era mi tercer
hermano.
Estas oficinas estaban ubicadas dentro del Cuartel de Canavaca y
por lo tanto, a pesar dé nuestra independencia del resto de la tropa,
estatuamos sujetos al horario de comidas, entradas y salidas del
cuartel. Pronto nos dimos cuenta de la desorganización total que
existía en aquella oficina y con el beneplácito de la oficialidad,
nos propusimos organizaría bien.
Allí estaba un chaval, que creo era secretario del ayuntamiento
de su pueblo, pero con poca idea de organización. Tal ara el grado
de educación de este muchacho, que en una ocasión dijo que éramos
unos"guarros", porque había visto que nos cepillábamos los dientes.
El "secre", que así le llamaban los oficiales, nos anunció que
iba a venir a la oficina un capitán, que era de temer, por su carácter autoritario. En la oficina estaba como Jefe de la Caja de Reclutas, un Comandante, D. Guillermo Villén, ira. Teniente y un Alférez de
Oficinas, D. Fidel, ya mayor, muy buena persona, que le temblaba la
vos y las manos. Creo que temblaba todavía más, epnsando en la llegada de D. Pablo Illescas, que así se llamaba el temido Capitán.
Te diré que habíamos empezado a trabajar Alberto y yo, en la mesa
de un despacho, que al llegar el Capitán Illescas, nos espetó:
¿Qué hacen Vds. aquí? Nos dijo que este eEa su despacho y que por lo
tanto, teníamos que dejarlo libre. Dio una vuelta por las oficinas,
hskQd con los oficiales mencionados y se marchó.
Esto así, desalojamos el despacho, quitando todos los cachivaches que allí estaban de cualquier manera y nos propusimos que cuando liegase es Capitán al día siguiente, lo encontrase todo en orden.
Y así fue. Cuando llegó y vio w su w despacho, nos demostró con su
semblante que había quedado muy complacido.
ITo quiero hacerme pesado con muchos detalles mas o menos interesantes. Solamente te diré que conseguimos varias cosas como fueron:
Que fuésemos respetados, tal como nosotros respetábamos. Siendo nosotros, Alberto y yo, Responsables de la correspondencia, llevar la
firma al domicilio del Comandante y evitarle así la visita para su
firma por las tardes. Obtuvimos para Alberto.y para mí, autorización para entrar y salir libremente del cuartel a cualquier hora ya
fuese de día o de noche. Incluso conseguimos salir vestidos de paisano en alguna especial ocasión.
He de señalarte, que entonces, el soldado percibía 0'50 ptas.al
día, o sea lo que se denominaba "las sobras". Esto se entendía que
era lo que sobraba de lo asignado como mabutención del soldado. Es
decir, que en el Ejército estabas alimentado y además tenías 0'50 pts,
para poden "derrochar" a tu gusto.
Después de haber recibido diez pesetas dentro del sobre que
contenía una carta de Paquita, mi prometida, que me hizo llorar
porque en aquellos tiempos la vida estaba muy difícil 7 acuello
representaba una sacrificio, estuve pensando que era cuestión de
ver como se podía ganar algún dinerillo, no para vicios, porque yo
no fumaba y el alcohol no me hacía mucha gracia; pero poder tomar
un cafa de ves en cuando, no estaría mal.
Aprovechando la circunstancia y ventaja que representaba el permiso obtenido para poder entrar y salir libremente del cuartel, un
buen día la dije a Alberto: '.Tamos a hacer publicidad! Lleno de
asombro, me dijo: !Si yo no sé nada de ésto! Mi respuesta fue:
'.Eso no importa! Y nos fuimos a averiguar quien era el agente de
publicidad que allí destacaba dentro del ramo. Una vez localizado,
concertamos una. entrevista y conocimos al Sr. Gallo. Le afirmamos
que nosotros éramos agentes de publicidad especializados en cines
de Barcelona y que estábamos dispuestos a trabajar para él. Algo
sorprendido por nuestra oferta, nos dijo que no había muchas posibilidades, pero que aceptaba nuestra colaboración. Acordamos que
nuestra comisiónsería del 20 $>, que era lo que nosotros cobrábamos
habi"bualmente. IVaya farolada! Alberto no salía de su asombro.
La ciudad de Salamanca contaba con cuatro cines, uno de ellos
era el Teatro Liceo, que a pesar de ser cine, en los enteactos,
seguía descendiendo el telón efe publicidad, con muy pocos anuncios
ya que se había intentado llenarlo, sin éxito. Pusimos mano a la
obra, como suele decirse, se calcularon precios, etc. etc. Resumiendo; que limamos de anuncios el "dichoso" telón.
Seguidamente, confeccionamos un programa manual gratuito, de
ocho páginas, para las fiestas locales, que fué^un áito total.
El primer impofte que percibimos a cuenta, fue un billete de
50 Ptas. Miramos con gozo aquel billete de color marrón, que recuerdo muy bien. ¡Qué alegría! Total, que estas actividades nos permitían tomarnos algún café, cuando nos íbamos al "Café Castilla" a
hacernos unas partidas de ajedrez, que simpre perdía yo. !0ué bien
jugaba Alberto!
He de contarte que hicimos una buena amistad con Miguel Casas
Auge, hermano del ya conocido músico José Casas Auge, el cual estaba haciendo la "mili" también en Salamanca, que nos deleitaba interpretando al piano música clásica y moderna, en aquel salón reservado
del dicho "Café Castilla".
Con el amigo Alberto, inseparables, nos íbamos a pasear bajo
los porches de la magnífica Plaza Mayor, una de las mas bellas de
España, a la que denominaban "La Noria", porque los paseantes circulaban bajo los citados porches unos en un sentido y otros en sentmdo contrario, siempre por la derecha y cada vez que se cruzaban
con los amigos o conocidos, se saludaban con una inclinación de la
cabeza, una sonrisa o un malicioso guiño. (Ignoro si ahora todavía
siguen con esta simpática costumbre)
También acostumbrábamos a pasear por la Avenida de Cataluña,
donde conocimos a unas jovencitas, adolescentes, con las que hicimos una limpia y sincera amistad. Nos sentábamos en bancos o sillas
que ellas sacaban de sus domicilios y con el beneplácito de sus
familiares, allí departíamos, contando historietas, etc.
Debo de confesar que siempre he procurado "hacer patria", como suele decirse. Estas amigas tenían un concepto equivocado de los catalanes y nuestro interés era borrar de sus mentes esa errónea idea.
Me consta aue así fue.
-31En Noviembre de 1939, teniendo en cuenta que oficialmente yo
era hijo de viuda y tenía hermanos menores de edad, pude licenciarme temporalmente con la llamada "Prórroga de 1 § Clase" y regresa a Barcelona, La actividad de "agente de publicidad", me permitió*
el regreso con una maleta repleta de pasta de sopa, queso, chorizo
y otras cosas aue no recuerdo, además de una crucecita de oro para
mi prometida Paquita. Todo esto lo festejamos en casa de sus padres
Ramón y Carmen y donde quedó establecida mi residencia, en un cuartito pequeño, donde tenía mi cama.
Y llegó la hora de trabajar. Sí, pero ¿donde? ¿como?, Te voy a
hacer un corto resumen, para no hacerme pesado. Verás:
= En LA UNIVERSAL, estaban prácticamente parados. No había trabajo.
= Estuve trabajando una corta temporada en la"Metro G-oldwind
Mayer", como controlador de porcentajes. (Los cines contrataban las películas a un determinado porcentaje de taquilla
y había que evitar fraude)
= Paquita trabajaba en la Compañía de Seguros L'ABEILLS, como
mecanógrafa.
= Volví a hacerme socio de "Piscinas & Deportes", siguiendo en
mi obsesión de hacer gimnasia y mantenerme en la mejor forma
posible, recordando siempre lo que me dijo aouel médico y el
perenne pensamiento de que mis padres habían fallecido muy
jóvenes y por afecciones pulmonares.
= Trabajó como"boletero", en el recientemente inaugurado "Frontón
SOL y SOMBRA. (Hoy desaparecido)
7
= También trabajé temporalmente por las mañanas en el departamento de contabilidad de "L'Abeille", para suplir vacaciones
de personal, mientras seguía trabajando tarde y noche en el
frontón.
Un buen día hice una visita al amigo Ignacio Ravell, quien había
adquirido el tíltimo establecimiento que tenía el Sr. Estrada, en la
calle Aragón 313 y que lo había convertido en lo que en lo sucesivo
sería "Mantequería Ravell". Un hombre que siguiendo la "escuela" de
aquel Félix Estrada, del que tanto te he hablado, supo hacer desaparecer el ambiente de tienda de mercado, o.onvirtiendo el establecimiento en algo mas señorial y distinguido.
Lamento tener que hacer un paréntesis para decirte que este buen
amigo falleció_en 1994» prácticamente al pié del cañón, como suele
decirse, ya que seguía llevando la batuta ea el negocio, bien secundado por su esposa. Fue. lo que suele decirse, "un fuera de serie".
Actualmente sigue el negocio regentado por su viuda, manteniendo
el prestigio conseguido.
Y ya que he mencionado de nuevo a D. Félix Estrada Saladich, el
hombre de quien tanto aprendí y al que atín siendo mi patrón, con
todo lo que esta palabra conlleva,tanto admiré, supe que este Sr.
Estrada, se apartaba totalmente del ramo alimenticio y con gran
acierto y mucha vista comercial, había creado "Muebles LA FABRICA".
Esta firma que todos conocemos y que sigue regentada por su hijo
Fálix, al que en algunas ocasiones había entretenido en su casa,
cuando trabajaba en el establecimiento de la calla Aragón,
Quiero destacar que empezó sus actividades en la calle Radas y
cuando se instaló posteriormente en la calle Rocaí'ort, tuvo la idea
de hacer una fiesta con un castillo de fuegos artificiales en la
propia azotea del edificio. Una cosa totalmente inédita y que parecía algo estrafalaria. Debidamente informado el publico por medio
de la prensa y de algrín otro sistema de publicidad, gran parte de
los habitantes de Barcelona, se enteró del que,.pudiéramos decir,
acontecimiento. Fue un éxito por su originalidad. Tengo entendido
que al día siguiente, el Sr. Estrada exclamó: '."Ahora Barcelona
ya sabe donde está MUEBLES LA FABRICA11! ¿Te das cuenta? ! Tenía
razón!. A cualcuiera que le preguntaseis, sabía donde estaba situado, mas o menos, el establecimiento.
Y volviendo de nuevo a mi vida, te voy a contar que aunque mi
trabajo en el frontón no era una cosa muy segura, pensamos eme no
era conveniente seguir viviendo en la casa de mi prometida Paquita,
en aquel pequeño cuartito y tomamos la decisión de contraer matrimonió. Por otra parte, podría tener a mis hermanos conmigo y dejar
de andar deambulando cada uno por su lado, condición oue fue bien
aceptada por la familia, ya que pensábamos vivir todos junrtos; los
padres de Paquita y mis hermanos Fernando y Ricardo*
Alquilamos un piso en la calle Valencia, donde todavía se podía
ver el tren circulando, con el consabido ruido y humo, que llevaba
consigo esta delicia. El piso era suficientemente espacioso, para
poder vivir todos suficientemente bien. Así pues, nos casamos al
día 1* de Septiembre de 1940, en la Parroquia de la Milagrosa,y seguimos trabajando ambos.
Un día, un empleado de L'Abeille nos informó que un agente de
seguros colaborador de la Compañía andaba buscando a una persona
que pudiera estar al frente de un negocio que tenía independientemente del de agente de seguros. Me presenté y obtuve la plaza. Empecé
a trabajar en el año 1941.
Se trataba de una firma distribuidora en exclusiva de unos talleres constructores de maqtiináiria $ara fábricas de galletas. Por su—
puestro que yo no tenía ni la mas remota idea de maquinaria de aquel
ramo. Tampoco el propietario del negocio, D. Manuel Cuintana, sabía
gran cosa. Únicamente había dos viajantes, que, sobre todo uno de
ellos, Homobono Cantero, tenía algún conocimiento de ello y se desenvolvía bastante bien por la zona de Castilla y realizaba alguna
venta.
La firma tenía el rimbombante nombre de "DISTRIBUIDORA INDUSTRIAL
Y COMERCIAL11, situada en la calle Balmes 74, de esta capital. Allí
estaba la oficina y en la parte posterior el almacén. Personal: El
sobrino del dueño, un mozalbete de alrededor de 18 años de edad y
un mozo para el almacén. No te extrañe lo de almacén, ya que la
firma en cuestión tenía la venta exclusiva de una suspensión para
bicicletas que tenía patentada un tal Sr. Fernández, que andaba merodeando por allí, siempre pidiendo dinero. Pocas stsspensiones se
vendían. Se contaba también con la venta exclusiva de unas grasas
adherentes para correas de transmisión y de un aceite especial para
conservación de cuero y elementos de maquinaria textil.
El propietario, D. Manuel Quintana, se dedicaba más a la cartera
de seguros, que era lo suyo, que a este negocio. Venía por la mañana
y después de tratar los asuntos del día, se iba de allí alrededor de
las diez de la mañana y no volvía a verle hasta el mediodía o por la
tarde.
-33Por lo tanto, tuve que hacerme cargo de la marcha del negocio,
casi adivinando las cosas, ocupándome de la correspondencia, caja,
contabilidad, etc. El sobrino, poca cosa hacía por allí; algún albarán de venta y nada más.
Te diré'cpe por mi parte, no deja de acudir por las mañanas temprano a "Piscinas & Deportes" y algunos días festivos, venía también mi esposa Paquita y hacíamos algunas partidas de tennis. Mal
del todo, por supuesto, pero...!pasábamos el rato recogiendo pelotas del suelo!.
Un buen día,!otra casualidad!. Me encuentro de nuevo con aquel
amigo Juan Gallart, que se le había ocurrido ir a pasear por los
jardines de "Piscinas & Deportes". Había transcurrido tanto tiempo,
que casi me había olvidado de él. Nada sabía de su vida. Iba acompañado de su prometida y me la presenta. Yo por mi palote, le presenta a mi esposa. El nombre de ambas, Paquita y el nuestro, como
ya sabes, Juan. ! Qué coincidencia, caramba! '.Dos Paouitas y dos
Juanes!. Nos saludamos muy cordialmente, no hicimos comentario alguno sobre como habían transcurrido estos años y como suele decirse,
'.esperamos vernos algún otro día!.
Y te digo ¿Fue una pura casualidad este nuevo encuentro o seguía
el Destino jugando con nosotros sin darnos cuenta de ello? Mas adelante sabrás el porqué* de estas dudas.'
Entretanto, habían sucedido algunas novedades. Paquita causd
baja en L'Abeille, no por estar adelantado su embarazo, sin<5 por un
incorrecto informe mádico y así se evitaban tener que reservarle la
plaza después de dar a luz.
El día 12 de Enero de 1942, nació mi hija María del Carmen, con
algunas dificultades en el parto, que se solucionaron.
Me vas a permitir que me aparte unos instantes del relato de mi
vida, aunque también mantiene una relación importante y directa,
como ya verás mas adelante.
Mi amigo Alberto ya se había licenciado y empezó* a trabajar en
la gestoría que poseía un tío suyo, el que siempre le había dicho
que la gestoría sería para Alberto, con el fin de que siguiera el
negocio. Pues bien;cuando ya había empezado a dar sus frutos la
labor de mi agjigo, su tío le dio la gran noticia de oue había traspasado la gestoría a otra persona, si bien Alberto seguiría como
director de la misma. Maldita la gracia que le hizo a este amigo
tal noticia, pero siguió al frente de la dicha gestoría, que se
convirtió en una de las importantes gestorías de Barcelona.
Con el paso de los años, las vidas de Alberto y la mía se desarrollaron con cierto paralelismo, como podrás observar a lo largo
de este relato. Empezaré por decirte que Alberto se casó con una
íntima amiga de mi esposa, llamad*,.:.Conchita. Es decir; dos íntimos
amigos se casan con dos íntimas amigas. Nuestra amistad, siguió
inquebrantable•
Y ahora, volvamos a mi trabajo en la"D.I.Cl' (simplificando).
Viendo que una mácuina no se vendía cada día, se pensó crear una
denominada "Sección Industrial", busfcando artículos que se complementaran con los que ya se vendían. Se consiguieron interesantes
acuerdos con fabricantes de artículos para la industria, como son
correas, muelas abrasivas, diamantes industriales# etc. Se idearon
nombres y marcas con distintivos propios, que yo mismo realicé.
Comoppedes ver, disponíamos de artículos con marcas prppiast de
los que tuve que "empollarme" un poco para poder hablar de ellos
con cierto conocimiento. Realicé viajes por toda España, nombrando
representantes, explicando la utilidad de cada producto, visitando
industrias que pudieran ser consumidores de nuestros artícxilos.
Todo ello sin perder de vista al posible comprador de maquinaria.Te
diré, que con estos viajes conocí España"y adquirí cierta experiencia sobre la venta, tanto en el aspecto industrial, como en la maquinaria para la fabricación de galletas.
Creo que fue alrededor del año 1945/46, que tuvimos la oportunidad de cambiar de residencia, mediante pernuta del piso, por una
casita en la calle Canet, del barrio de Sarria. Nos hacía mucha
gracia el poder vivir en una zona donde pudiera respirarse aire
menos contaminadoy surgió esta ocasión que aprovechamos.
Allí vivimos unos años, acompañados de mis hermanos Fernando y
Ricardo y sin los padres de mi esposa. El primero hizo la "mili1*
a su tiempo y Ricardo entró a trabajar como "botones" en"la Previsión Española", cuando tenía 14 años, recomendado por el Sr.
Quintana. Allí se inició en el ramo de seguros y actualmente es
un importante Agente de Seguros con una magnífica oficina en la
Plaza Urquinaona, gozando de un merecido prestigio. La segundan sus
hijos Ricardo y Alex, quienes van tomando la dirección del negocio,
ya que Ricardo está pensando en la merecida jubilación.
Mi hermano Fernando, terminada la "mili", entró a trabajar como
chófer en la firma "PELIKAN", recomendado también por el Sr.Quintana.
Dejó la firma citada unos años después, desarrolló varios trabajos
y acabó trabajando como chófer del director de una entidad bancaria.
Y sigamos con mi trabajo. Dado el auge que iba tomando la empresa
y puesto que yo era como aquel "Juan Palomo. Yo me lo guiso y yo
me lo como" que lo mismo estaba en la oficina ocupándome de todos
los asuntas, o bien salía de viaje o tenía que recibir a un inspector de Hacienda, se determinó ampliar el personal con una mecanógrafa y otro oficinista, Arturo Ballesta, que resultó ser un buen
muchacho, serio y eficiente.
El renglón de maquinaria para fábricas de galletas se complementó
con la venta de hornos eléctricos que fabricaba D. Juan Llopis,
para pastelerías solamente. Se le orientó en la construcción de
hornos continuos para las fábricas de galletas y se estableció un
acuerdo de venta exclusiva en este renglón. Se consiguió el contrato para la instalación del primer horno eléctrico continuo de 17
metros de longitud, contraído por el citado Sr. Llopis, que sirvió
de referencia para otros posibles compradores.
Alrededor de los años 194b/1949, no recuerdo muy bien, tras una
intensa labor dada su envergadura, se consiguió la venta de una instalación completa de una nueva fábrica de galletas, en Aguilar de
Campóo (Palencia), que comprendía toda la maquinaria completar para
una determinada producción, incluido un horno eléctrico continuo,
construido por el Sr. Llopis, de alrededor de 50 metros de longitud
para la cocción de las galletas, laa que salían del horno con un
tueste perfecto, Tras el automático enfriamiento pasaba a una máquina que las dejaba recogidas y apiladas, dispuestas para ser envasadas. En aquellos tiempos, se podía considerar la fábrica mas moderna de España.
-35Confieso que me sentía muy satisfecho por el logro de esta
operación, que siempre he considerado como la mas importante de
mi vida, comercial, ya rme el contrato lo realicé personalmente,
trayéndome consigo desde Aguilar de Campóo, un talón bancario de
250.000 Ptas., como una entrega a cuenta y formalización del contrato, cuyo valor total era de 1,600.000 ptas. Teniendo en cuenta
las fechas, fijé realmente, una importante operación.
Transcurridas ya algunas fechas después del logro de esta operación, el 3r. Quintana quiso expresarme su satisfacción, invitándome
a un almuerzo en el conocido restaurante "La Puñalada", en el Paseo
de Gracia y a los postres, me hizo entrega de un talón por un valor
de 25.000 Ptas. Aunque esto parecerá ahora una miseria, después de
nuestra sorpresa y alegría, empezamos a pensar sobre lo cue podría
hacerse con aquel dinero, que de momento fue ingresado en el banco.
En aquellas fechas, mi suegro Sr. Hsinón, estaba en trámite de su
jiibilación y estaba algo tristón, por el síndrome del jubilado, que
cree que ya no sirve para nada.
Pensando en todo ello, nos dimos cuentaque a pocos metros de casa
había una planta baja vacía, por estrenar, en un edificio que no hacía mucho tiempo se había terminado su construcción. Dicha planta
baja estaba situada precisamente enfrente de la parada del tranvía
de la línea 66, cue era principio y final de trayecto, cosa que consideramos era interesante para cualquier negocio.
Un amigo nuestro, Enrique Masip, era propietario de una imprenta
y papelería, quien había hecho algunos trabajos de imprenta para la
D.I.C. y viendo como funcionaba su negocio, pensamos que quizás pudiera ser adecuado paaa nosotros el establecer una pequeña papelería
en aquella tienda. Explicamos nuestra idea a mi suegro Sr. Ramón al
que siempre respeté mucho y aunque con ciertos temores de fracaso,no
le pareció mal.
Nos fuimos a ver al propietario, vimos el Ideal, nos pareció bien
por su capacidad, que permitía incluso poder vivir dentro del propio
local y establecimos contrato de alquiler por 700 ptas. mensuales.
En principio, el precio del alquiler se consideraba un poco elevado,
pero teniendo en cuenta que no teníamos que vivir de la papelería ya
que yo continuaba trabajando en la "D.I.C", nos decidimos llevar el
asunto adelante.
Así resolvíamos algunas cosas: Para mi esposa, Paquita, siempre
animada,una productiva distracción, a pesar de estar embarazada.Para
el Sr. Ramón ya jubilado, sentirse iltil en la tienda acompñando a su
hija. Para mí una complementaria experiencia comercial y por ultimo,
poder dar movimiento a nuestro "capitalazo".
Hablamos con el amigo Masip para aue nos facilitase algunas orientaciones sobre proveedores y organización quien además se brindó a
proporcionarnos algunos materiales, estableciendo una cómoda forma de
pago.
La papelería iba funcionando cada vez más y mejor, dentro de su
importancia, ya que no era un negocio de gran envergadura. MI esposa
con magnífico carácter para atender a los clientes y con un entusiasmo a toda prueba, llevaba el negocio muy bien.!Cuántas cosas aprendió
sobre la marcha! Lo mismo reparaba una pluma estilográfica, que atendía a los proveedores con acertadas compras. Hay que tener en cuenta
que, además, estaba embarazada.
A su debido tiempo, di(5 a luz en la propia casa de la calle Canet,
atendida por la comadrona Srta. G-rau, la misma cue ya había asistido
en la clínica, al nacimiento de Mari a del Carmen. El alumbramiento
fue magnífico y sin problemas. Así nació nuestro hijo Gustavo, el
15 de Febrero de 1950.
La papelería , repito, iba ouy bien. El Sr. Rs>món ae sentía importante trabajando. Por mi parte le hacía algunas consultas pidiéndole
su parecer sobre algunas compras ; ue podían considerarse de envergadura dada nuestra limitación, compras r-ue realizábamos imcluso para
poder vender a otros comerciantes del ramo. Teníanos algunos artículos fabricados para nosotros, con marca propia. Resumiendo; qué
resultaba divertido el trabajo. La vida transcurría felizmente y
sin tropiezos. Gustavo seguía creciendo y Mari-Carmen ya era una
mujercita, con sus once años. ¿Qué mas podíamos pedir? Por otra parte, la "D.I.C.", seguí tonando importancia, ya que nuestros artículos seguían vendiéndose cada vez más, lo mismo que la macuinaria.
Un buen día, uno de los gerentes de la firma proveedora de muelas
abrasivas, me dijo que tenía que hablar conmigo r-ivadamente. En la
entrevista que sostuvimos, me soltó a bocajarro: "Sr. Aznar, queremos establecer una sucursal en Bilbao, si podemos contar con Vd."
"¿Qué me dice?". Me cuedé perplejo. Me constaba que estaba bien considerado por acuella firma, pero nunca pude imaginar tal proposición.
!Ir a Bilbao a establecer una sucursal nueva! J-Hacía poco tiempo que
habían establecido sucursal en Madrid.
Lógicamente, respondí que tenía que pensarlo, puesto que ya sabían
que aparte de mi cargo como apoderado de la D.I.C., tenía un negocio
de papelería y por lo tanto, era preciso estudiar bien las cosas. No
obstante, todo sería cuestión áe mímeros. Quedó pues, la cosa pendiente y ya volveríamos a hablar debre ello.
Expliqué a mi esposa la proposición que me habían hecho, pero
que era preciso reflexionar y como era lógico, la decisión debíamos
de tomarla los dos. Asombrada y sorprendida por la noticia me dijo
que lo oue yo decidiese haríamos. Si resolvía ir a la China & ganarnos la vida,estaba dispuesta. !Era una mujer decidida y emprendedora,
apegándome siempre en mis decisiones i
Nuevas conversaciones con la firma citada y concertamos unas condiciones que me parecieron aceptables.
Explicamos la idea a los padres de Paquita, con el fin de conocer
su punto de vista, pensando que ellos podrían seguir con el negocio
de la papelería. Nos dijeron que estaban dispuestos a ir a vivir con
nosotros a Bilbao, si es que así lo determinábamos, pero que no se
atrevían a quedarse solos en Barcelona.
Como ya tenía por costumbre, le expliqué a mi buen amigo y consejero Alaberto la propuesta que me habían hecho, lo que le pareció
magnífico, ya que entendía que en poco tiempo podría hacerme con una
no despreciable reserva y sin provaciones,
Resumiando, que acepté la oferta. Trabajé en la D.I.C. hasta el
fin del año 1953» No quiero hacer comentarios sobre la despedida.
Quiero dejar bien claro, eme aunque el Sr. Quintana no lo consideró
así, defendía honradamente los intereses de la D.I.C hasta el último
momento, cosa que reconocieron incluso los gerentes de la nueva firma
a la cue iba a pertenecer.
¿Todavía aguantas?
'.Pues, sigue!
- J I-
A partir del 1§ de línero de 1954, entré a formar parte del personal de COMERCIAL FAPREGAT S.A. , que así se denominaba la firma en
cuestión que fabricaba y distribuía las muelas "TE1TAX".
Toma contacto con el personal, el sistema de trabajo, etc.,a muchos de los empleados ya los conocía bien, dado el tiempo que había
hablado con ellos, por ser' dicha unos de los proveedores mas importantes de la D.I.C. Uno de ellos, Ángel García, apoderado de la
firma, que fue mas tarde mi consuegro, por la boda de Mari-Carmen
con su hijo Ángel.
A los tres o cuatro días de estar ya trabajando allí, la gerencia determina salir hacia Bilbao, con el fin de tratar definitivamente sobre un localque ya tenían visto. Yí el local, que me pareció
magnífico, una entrevista con el administrador y se estableció el
contrato de alquiler definitivo.
Me presentaron al hasta entonces representante, al que se le
anunció la creación del depósito en Bilbao. (Sste representante no
jugaba muy limpio, ya aue había creado una firma que actuaba como
almacenista). Aceptó la noticia con poco agrado y por parte de la
Gerencia se temía que pondría algtín impedimento en mi labor de venta. Mi entusiasmo me llevó a decir que no me preocupaban en lo mas
mínimo sus temores. Que podían estar tranquilos. Y así fue*.
lo que sí existía, era la fuerte competencia por parte de otros
fabricantes de abrasivos que ya estaban establecidos un Bilbao, con
sus depósitos, destacando entre ellas a las marcas "INDASA", "UTTSSA"
y "MJVISA", las que ya estaban bien introducidas en las grandes empresas y almacenistas de suministros industriales, a las que había
que combatir. '.Ahí sí que estaba la lucha! Pero yo estaba decidido
a luchar y vencer.
Regreso a Barcelona y preparo mi próximo viaje. No creo preciso
señalarte los nervios que pasamos toda la familia,pensando en el
rotundo cambio que se nos presentaba en nuestra vida.
Salí hacia Bilbao, de momento solo, hasta encontrar un piso en
alquiler para todos. Me hospeda en el Hotel Marofío y allí empezó
mi labor de trabajo, en tanto se realizaban las obras en el local
destinado a sucursal.
Entretanto, en Barcelona, mi esposa tenía que traspasar la papelería, dejar la vivienda y preparar el traslado de nuestros enseres,
en cuanto avisara de que ya teníamos vivienda en Bilbao.
El buen amigo Alberto,siempre el amigo Alberto, se hizo cargo de
los trámites necesarios para el traspaso de la papelería, lo que se
realizó satisfactoriamente.
Ya había encontrado un buen piso en la entonces llamada Av. de
José Antonio y en el mes de Tarzo se hizo el traslado de toda la
familia hacia Bilbao, sin problemas que mencionar. Y. ..'.allí estábamos! Otro clima, que nos parecía a todos muy triste, otras costumbres, lograr amistades, oue por cierto, las logramos y muy buenas. Localizamos a unos grupos de catalanes que nos animaron mucho
y se inició con bastante satisfacción una nueva vida. Puedo destacar a los amigos Baldomcro Ferré y su esposa Nuria, a Armando Girones y su esposa Águeda, simpática pareja, a las familias Rodríguez,
Molina, Figueras y otros que ya residían en Bilbao, por razones de
su trabajo. He de destacar con cariño a los amigos García, vascos,
quienes, por ser vecinos fueron los primeros en brindarnos su sincera amistad.
Sl nombre del marido era García, García, García, (un caso muy
singular). Su esposa se llamaba Maite. Rieron unos grandes amigos,
los que en juna ocasión que celebrábamos en casa una pequeña fiesta
y a los que habíamos invitado, tuvieron la ocurrencia de presentarse vestidos de catalanes, con todos los detalles en su indumentaria. Ante la sornresa de todos los amigos asistentes, nos dijeron
que entendían quo en una fiesta de catalanes, era obligado vestir
así. Realmente, no3 gustó mucho y nos emocionó a todos. Posteriormente y en otra fiesta que celebramos expresamente pensando en ellos,
fueron nombrados "Miembros de Honor" del grupo de catalanes residentes en Bilbao, haciéndoles entrega de un diploma debidamente enmarcado, que así lo acreditaba. Como puedes ver, no había problemas
de convivencia.
Otros amigos catalanes fueron sumándose a nuestra lista, organizando excursiones en plan campestre los días festivos, cuando ya
disponíamos todos de vehículos propios. Lamentablemente, varios de
estos amigos nos han dejado, por fallecimientos.
Volviendo a la realidad, te diré que la sucursal quedó inaugurada y empezó mi labor de venta, sin conocer a nadie, por lo tanto
empezando desde cero, se desarrolló satisfactoriamente, introduciéndome en las grandes empresas que pudieran ser consumidores de
nuestros artículos.
Realizaba los viajes en tren para poder visitar la zona que
abarcaba la sucursal, que era Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra,
Logroño, Santander y Burgos y por lo tanto había aue madrugar,
con el fin de aprovechar el tiempo. Nombré representantes en cada
capital. Alquilaba motos, para las visitas por los alrededores de
la zona de Bilbao. Insistía a la gerencia que era preciso poder
disponer de "algo" con cuatro ruedas, para poder desarrollar una
mejor labor /de venta. Al fin, consiguieron comprar un coche de
segunda mano en Barcelona. Un FIAT, con tres marchas, que creo
le denominaban Modelo 501. Realicé un viaje con mi esposa, para
recogerlo. No vale la pena mencionar el estado de aquel coche y
la aventura de llevarlo a Bilbao, teniendo en cuenta también, que
yo era un novato, tanto en la conducción como en mecánica del automóvil. Pero llegamos felizmente a Bilbao, que era lo que interesaba.
Le bautizamos con el nombre de "Genoveva". Era un coche que funcionaba hasta con alambres si era preciso.Llevaba la batería atada con
una cuerda para evitar qtie se cayese al suelo. En cuanto lograba
alcanzar una velocidad cercana a los 70 km. hora, temblaba el coche
de tal manera, que ante el tenor de que se desarticulase, era preciso reducir la velocidad. Pero el poder realizar visitas con un
coche, te daba cierta categoría...!
Y volviendo a la familia, Mari-Carmen iba al Conservatorio de Mísica
para estudiar piano; y Gustavo después de unos cursos en el Instituto de Bilbao, fue a estudiar interno, al Colegio del Sagrado Corazón, en Vitoria.
-39Y de nuevo he de hacer mención a aquel amigo Juan Gallart, al
que me he referido en las páginas 14, 19 y 33» ¿Recuerdas que te
advertí de que no le perdieras de vista? Pues... !asómbrat® !!
Transcurridos unos meses en Bilbao, me encuentro de nuevo con
este amigo. '.Vaya sorpresa! ¿Qué haces aquí? - le pregunté. '.Pues
vivimos en Bilbao! - me contestó. ¡Nosotros también! -le dije.
'.Nueva casualidad! ¿Se trataba de una ignorada persecución por
parte de este amigó con el fin de que se cumpliera lo que estaba
escrito? (Mas adelante te darás cuenta de mis razones). Crece la
amistad entre ambos matrimonios y por lo tanto, nuevos componentes para, el grupo de catalanes que allí vivimos y trabajamos. Vamos
a dejarlo así.
La cifra de ventas en COMERCIAL FAEREGAT S.A. (COFASA), fue en
aumento y contaba con la satisfacción de la gerencia de dicha firma.
A grandes rasgos, muchos éxitos, "stands" en las Ferias de Maestras
de Bilbao presentando nuevos artículos abrasivos, maquinaria para
su utilización, otras máquinas portátiles, etc. etc. (Por cierto,
que en el primero de éichos "stands" intervino el amigo Gallart.
Su oficio era el de restaurador de muebles antiguos y con grandes
ideas en la decoración. Ya había hecho algunas instalaciones completas de varios establecimientos en Bilbao, con gran acierto)
No voy a hacerme pesado con detalles que, sin duda, a ti no te
interesan demasiado. Pero sí te diré que 13^ó la renovación del
vehículo para el trabajo. Fuimos a Barcelona a recoger el nuevo
coche. ! !S1 600!!. Fue bautizado con el nombre "3JESIEEE" ya que
fue un coche realmente deseado. El "Genoveva" se vendió al representante de Pamplona.
Ya con este coche y aprovechando que nuestra hija estaba en los
campamentos de "Educación y Descanso1* de Vitoria y que el jovencilio Gustavo se iba con su abuela de vacaciones a casa de unos familiares en la provincia de Castellón de la Plana, decidimos realizar nuestra primera expeciencia como campistas. Alquilamos una
pequeña tienda de lona y partimos hacia Francia, realizando la primera parada en el camping "L'Scierie" de Lourdes. Plantamos la
tienda y al poco rato se desencadenó una tormenta con un festival
de rayos, truenos y agua que...'.para qué te cuento!
Seguimos ruta hacia la Cote d'Azur. Algunas dificultades por
estar todos los campings lítenos y por fin llegamos al camping
"Les Maurettes" en Villanueve Loubet, entre Cannes y Ifiza, donde
nos reunimos con el matrimonio Farré, según habíamos convenido.
Paseos por Cannes, Niza, Antibes, etc. y la consabida visita al
Casino de Montecarlo, con el fin de contribuir al sostenimiento de
esa entidad, dejando allí algunos francos. Nos gustó esta experiencia y pensamos repetirla con nuestros hijos, pero con un mejor
equipo y nueva tienda. Y así fue. En las siguientes vacaciones,
repetimos el viaje con Mari-Carmen y Gustavo y con mejor conocimlifinto del tema.
Pero, vamos a dejar todo ésto y volvamos al trabajo.
La empresa seguí "viento en popa", como suele decirse. Se amplió
la sucursal, con un mayor espacio para exponer nuestros artículos,
más personal y mas agentes de venta. La facturación iba aumentando
a pasos agigantados.
Ya se había establecido sucursales en diversas aapitales de
provincia. El amigo Ballesta dejo de trabajar en la"D.I.C.tt y
pasa a formar parte del personal de COFASA, por indicación mía
de que era un buen elemento para la empresa. Y... llegó' el momento de un nuevo cambio de coche.!E1 "DAUPHINE"! !Esto sí que era
un buen coche!.
Y llegó el año 1964. Un año realmente excepcional. El día 12
de Febrero dejé" de fumar, por voluntad propia. Debo de hacerte
observar que el mes dé Febrero ha sido muy significativo para mí.
Nací en Febrero. Mi ladre falleció en Febrero, como asimismo mi
padre, Ahora dejo de fumar, tal como ya te digo. Y mas tarde, en
el mes de Febrero, también sucedió algo, que te contaré mas tarde.
El 30 de Marzo contrae matrimonio en Barcelona, Mari-Carmen con
Ángel M3 (Jarcia, hijo del apoderado de COFASA, D. Ángel García,que
se conocieron en uno de los viajes que por asuntos de trabajo con
alguna frecuencia realiaaba a Barcelona y que estuvimos invitados
a cenar en casa de estos Sres. García. Terminada la cena, estuvieron escuchando unísica mientras nosotros charlábamos. Se iniciaron
unos contactos epistolares como amigos, realizamos algunas vacaciones juntos con la familia García y al fin...!Se casaron!
La boda se celebró como ya te digo en Barcelona, con la asistencia áe muchos familiares y amigos, incluso D. Josa Fabregat Pino,
Gerente-de COFASA, con su Sraáirya que Ángel M9 estaba trabajando
en la empresa creando nuevos sistemas de facturación. Eran los inicios de los equipos de ordenadores, en los que ya se había especializado. A su debido tiempo llegaron sus retoños, mis queridos nietos Neus y Alex, formándose así una magnífica familia»
Repito una vez más, que la empresa seguía creciendo, aunque a
mi juicio, demasiado deprisa; es decir, que se hizo demasiado grande en poco tiempo y. empezó el despilfarro. Cada nuevo puesto de
trabajo con alguna peoueña responsabilidad, contaba inmediatamente
con despacho, secretaria y coche. No como sucedía en los principios
de su desarrollo, que muchas veces no llegaban loa fondos a tiempo
para poder pagar los salarios del personal, teniendo que adelantar
yo mismo el dinero, para atender dichos pagos. Total, como ya te
digo, existía un derroche total en loa gastos.
Así las cosas, llega la inevitable envidia de los nuevos empleados. Este Sr. Aznar gana mucho dinero... Gana más que yo... ¿porqué*
no hacer...? ¿y si talvez...? Aunque la Gerencia había dicho en
varias ocasiones que la sucursal de Bilbao era de la que se obtenía un mayor rendimiento, puesto que era la más económica de mantenimiento, a "alguien" se le ocurrió la "genial11 idea de nombrar
a un "segundo de a bordo", para ayudarme en mi labor de venta»
Unido a ésto, se pensó establecer una oficina aparte del establecimiento ya que ésto daría un mayor prestigio a la sucursal. Y así
se hizo. Se instaló la oficina en un piso en la Gran Vía. IQué'
absurdo! Pero se adivinaba que convenía eliminar poco a poco al
Sr# Aznar, ya que otro podría realizar la misma labor, ganando menos,
!Qué farsantes! ¡Embusteros!
Nos hicimos buenos amigos con el que pensaban sustituirme, aunque
éste, nada había dicho al respecto, aunque se adivinaban sus propósitos. De modo que era preciso aguantar y esperar a que decidieran.
-41Determinaron dividir la zona de la sucursal, estableciendo una
nueva sucursal en San Sebastián, con unos enormes gastos para atender Gurtízcoa y Navarra, básicamente. Al parecer había oue ayudar
al amigo de uno de los gerentes, algo inquieto, puesto que ya había
desechado una sucursal que había regentado durante un corto espacio
de tiempo, pidiendo un traslado. Y esta fuá la solución.
Entretanto, en uno de lo?? viajes que con alguna frecuencia realizábamos a Barcelona, hablando con mi hermano Ricardo, nos di<5 la
idea de poder establecer un despacho para, el sellado de.qminielss
en Bilbao. Hechas las gestiones en el Patronato, nos concedieron
autorización para establecer dicho despacho de sellado de quinielas (entonces se pega.feaiL.unos sellos en los boletos de acuerdo con
el valor de la apuesta), en un barrio que nosotros habíamos propuesto. Alquilamos un pequeño local y allí estaba mi esposa, duv
rante la semana, siempre tan decidida, y los sábados por la tarde,
como yo no trabajaba, estaba allí para ayudarle, que era ctiando
realmente había trabajo. La cosa funcionaba bastante bien.
Quiero hacer tq$a corta mención, sobre el paralelismo observado
entre la vida de mi amigo Alberto y la mía propia. Mientras aquí se
estaba fraguando mi rotura con COPASA, también a Alberto y a raiz
de haber sufrido un infarto de miocardio, le estaban discutiendo
su continuación eít la oficina de la gestoría y le propusieron dejar
la empresa que él mismo había creado con tanto entusiasmo y entrega.
Rompió pues y se estableció por su ementa con un gran éxito, ya
que los clientes mas importantes se pasaron a su nueva gestoría.
(Algo similar a lo que verás mas adelante, me sucedió a m í ) .
Y-volviendo al asunto de COFASA. Se fueron buscando pretextos y
se originaban discusiones absurdas, intentando que el Sr. Aznar se
cansase y dejase volunariamente la empresa,cosa que ni por asomo
pensaba hacer. Pero llegaron las cosas a tal extremo, oue inevitablemente, se produjo la rotura.
Determinépresentarme inesperadamente en Barcelona, con la sorpresa por parte de la G-erencia, que por supuesto, no me esperaba.
Uno cié los gerentes, informó que sufría un ataque de lumbago y que
no podía ir al despacho. !Qué casualidad! Resumiendo te diré, que
llegamos a un acuerdo sobre mi indemnización y después de trece años
de trabajo, de^4 la empresa.
A pesar de mis 50 años de edad, no me amilané, ya que sabía que
no me moriría de hambre."Establecí contactos con otras firmas mas
o menos relacionadas con el ramo industrial y a las que pudiera
representar.Es decir; que no me crucé de brazos, como suele decirse.
No transcurrieron muchos días después de haber dejado COPASA, cuando
recibí una llamada telefónica, que me dijeron textualmente: "Sabemos
que Vd. ha trabajado en el ramo de abrasivos y nostros trabajamos en
abrasivos. Quisiéramos hablar con Vd.* Convinimos una entrevista en
el Hotel Carlton y cual no sería mi sorpresa, cuando vi que se trataba de la firma"MüTISA", unos excelentes fabricantes de muelas
abrasivas, que era la dua competencia que yo había tenido durante
tantos años.
-42Había corrido la voz de mi rotura con la firma COPASA y al conocerlo estos fabricantes, se apresuraron a ofrecerme la representación con depósito de mercancías en Bilbao. Total, que llegamos a
un acuerdo interesante para ambos.
COPASA tuvo conocimiento de mi acuerdo con M3TISA y puso el grito
en el cielo, telefoneando a esta firma, lamentándose datque se hubieran puesto en contacto conmigo. La respuesta fue, que yo estaba libre
y que por lo tanto, de nada tenían que lamentarse. ¿Porqué habían
dejado que me marchase de la firma? Era de suponer que se temían una
fuerte competencia por mi parte, como así sucedió realmente.
A raiz de mi baja en COPASA, algunos agentes de venta se marcharon estableciódose por su cuenta. Lo propio sucedió con el que tenía
que ser mi sucesor, que se convirtió en un buen cliente de I.íUVISA.
También lo hicieron dos dependientes, quedando así la sucursal de
COPASA, bastante desangelada.
Pues bien; con la imdesnización conseguida de COPASA y mediante
un crédito obtenido de la Caja de Ahorros, completé el imponte para
la compra de un local, en el que se pudo establecer el depósito de
MUTISA y trasladar el despacho de quinielas, con entradas independientes.
Se acondicina al local,para; t«ner el depósito en buenas condiciones. Los contactos con otras firmas han dado sus frutos y ya puedo
contar con diversos artículos complementarios, con depósito también
de algunos de ellos. Y así fue desarrollándose la nueva labor, consiguiendo el favor de todos los clientes que confiaban en mí y por
lo tanto, fui arrebatando a COPASA, los mas importantes clientes
para mi representada MUVTSA.
COPASA fue perdiendo srr importancia en la zona, se cerró la sucursal de Bilbao, lo mismo sucedió .^con otras sucursales y desapareció hace ya años del mercado que había tenido en sus manos y que
perdió por su, pudiéramos decir, "desorganización bien organizada1.1
Cambié de coche; un RENAULT R-8, del que estuve muy satisfecho.
Esta independencia y libertad me permitió ayudar y atender al sellado de quinielas los viernes durante todo el día, que era el de mayor
trabajo ya que se cerraban los despachos de auinielas los viernes
por la noche, cosa que no hubiera podido hacer, trabajando en COPASA.
^or lo tanto, me alegraba de mi rutura con la firma.
Siempre amantes del camping,durante los tres años que estuve trabajando ?por mi cuenta, hacíamos nuestras vacaciones desde finales de
Junio hasta mediados de Agosto, en el campamento de Islares. Allí
nos presentó Gustavo a su novia Cristina. Yo iba y regresaba todos
los días a Bilbao, algunos días con Gustavo. Hacía mi trabajo, visitas a clientes y otras gestiones y alrededor de las dos de la tarde
regresaba al camping. Un poco de gimnasia, baño, comida y pequeña
siesta. Como sea que allí tenía mi máquina de escribir, hacía mi correspondencia, pedidos, etc. Resumiendo, que lo pasábamos muy bien.
Paquita tomaba el sol_y charlaba con unos amigos franceses, Rene y
Dedé y otros campistas. Durante este tiempo me gané muy bien la vida.
El despacho de quinielas daba buen rendimiento y todo junto nos permitió invrementar nuestros ahorros,
Mi suegra, la abuela Carmen, pasaba sus vacaciones con familiares
que teníamos en la provincia de Castellón o en Roquetes,al lado de
Tortosa.
-43!Ah, caramba! Se me había olvidado decirte, qy&e en el año 1963,
estos amigos Juan y Paquita -tu ya sabes a ouienes me refiero- se
fueron de Bilbao, regresando a Barcelona. Seguimos en contacto con
ellos por medio de alguna carta, felicitaciones navideñas, y nada
más.
Todas las cosas, tal como ya te digo, iban marchando bastante
bien; pero como que la salud emnezaba a tener algunos "fallos",
teníamos ganas de poder cambiar de clima, ya oue el de Bilbao, no
nos probaba demasiado. Quizás fue este espíritu un poco inquieto y
nuestro deseo de adelantar en lo posible nuestra jubilación, puesto
que llevábamos muchos años trabajando, que nos llevó a pensar que
teníamos que hacer algo con nuestros ahorrillos y llevar una vida
algo más relajada.
Habiendo sido campistas y conociendo un poco el tema, por lo
menos desde afuera,pensamos que podríamos tener una pre-jubilación
instalando un campamento turístico, no muy grande, con el fin de
poder atenderlo nosotros mÍ3iaos, sin grandes problemas.
Esto así en el año 1970 realizamos un viaje por la provincia de
Castellón de la Plana, para ver de adquirir algún terreno adecuado
para poder realizar nuestra ilusión. Por mediación de unos buenos
amigos residentes en dicha provincia, pudimos adquirir un terreno
en Oropesa del Mar, de unos 8.000 m^., coii un centenar de almendros,
junto a la carretera, a unos 100 metros del pueblo y no muy lejos
de la playa.
Ya teníamos, pues, un terreno.y sin demasiadas prisas, fuimos
"trazando nuestros planes; como instalar la vivienda dentro del propio terreno, su distribución, etc. etc. La idea era. poder vivir
de una diferente manera, otros clima, otras actividades y tomarnos
la vida mas pausadamente. Algunos amigos nos decían que era una
aventura, que ellos no serían capaces de hacerlo y sobre todo a
nuestra edad. ¿Estaríamos equivocados?
Aprovechando que nuestro hijo Gustavo estaba cumpliendo son el
servicio militar en las Islas Canarias, decidimos establecer el
campamento turístico. Concertamos las obras para la vivienda y su
equipamiento y después de los consabidos retrasos que suceden en
todas las obras, en el mes de Diciembre de 1971, realizamos el traslado a Oropesa del Mar.
Naturalmente, que es muy lógica tu pregunta, para conocerlo que
se hizo con todo lo oue teníamos en Bilbao. Pues te lo cuento enseguida.
SI piso se lo auedó la familia de Cristina, entonces prometida
de Gustavo, quienes contrajeron matrimonio en Bilbao, el día 6 de
Octubre de 1973»
' •
"
El local donde estaba establecido el depósito y el despacho de quinielas, se lo quedó un buen amigo nuestro, quien siguió explotando
el negocio del sellado de quinielas. Las representaciones que yo
poseía las cedí a un anterior agente de ventas de COFASA, antiguo
colaborador mío, con la conformidad de mis representadas» Este
"amigo", resultó ser un sinvergüenza, al pagarme el traspaso de mis
representaciones con un talón bancario sin fondos. Según el abogado
al que le entregué el asunto, me dijo que era un sujeto totalmente
insolvente. Total...!un verdadero sinvergüenza! .
-44-
(Este talón, lo< enmareué y el cuadrito se lo regalé a mi hijo
Gustavo hace ya algiín tiempo, para que tuviese en cuenta que no
hay que fiarse de nadie. !! NI SIQUIERA DE TU PADRE!!! )
Realizado el tfaslado y ya aposentados provisionalmente y aunque con mucha humedad ya que era tina obra recién terminada, allí
pasamos las Navidades, con los hijos, nietos y demás familia,. Faltaba Gustavo, que tal como ya te he dicho, estaba haciendo la "mili".
Era todo muy provisional, improvisando mucho, pero nos sentíamos
muy felices con la nueva vida emprendida llena de interrogantes.
Sin entrar en demasiados detalles, para no hacerme pesado, te
diré que nos divertíamos mucho, mientras se realizaban los trabajos del cierre del terreno y distribución de caminos y parcelas,
corriendo con la cinta métrica de un lado para el otro con mi esposa
Paquita, "guantando el tipo" como suele decirse, pero con muy btaen
humor. Se limpió un pozo de agua potable situado en el propio terreno, nue había estado abandonado, se analizó el agua, se restauró
y decoró, se instaló un motor-bomba y fue un buen recurso de suministro de agua, sobre todo para el riego, aparte de ser un gracioso
ornamento para el camping. Dejamos un espacio reservado para huerta,
donde me divertí mucho y aprendí mucho más, con mis tomates, judías,
cebollas, ajos, etc. etc. y con aquel ciruelo que nos daba dos tipos
de ciruelas distintas, debicLo al injerto hacho por el amigo Vicente,
que trabajó con nosotros unas temporadas, realizando varios trabajos.
Una vez terminadas las instalaciones de los servicios, restaurante, autoservicio, recepción, etc. con todos los elementos necesarios
para la explotación del camping cuya cafetería-restaurante la arrendamos a un buen cocinero, inauguramos el camping.
El primer día, algo angustiados, veíamos que no entraba nadie;
pero poco a poco la cosa se fue animando y los primeros campistas
se convirtieron posteriormente en buenos y asiduos clientes, Terminada la temporada recogíamos la almendra y la vendíamos. Algunos
campistas nos "ayudaban" cogienda las almendras que se las comían
o llevaban para su casa. (Creo que lo hacían con el buen fin de
ahorrarnos trabajo).
Entretanto, cambiamos de coche. Un SEAT 124D, con cinco puertas,
que no solo nos permitía transportar mercancías, sino también cargar
materiales para obras, abono y fertilizantes, incluso barras de
hielo, para vender a los campistas en fracciones.
Ya casados Gustavo y Cristina, vinieron a vivir a Oropesa del Mar.
Alquilaron un chalecito y allí mismo montó Gustavo su pequeño taller
y empezó a trabajar en su especialidad, reparando aparatos de radio,
televisores, transistores, etc. trabajando por los pueblos de los
alrededores.
Años mas tatf.de se trasladaron a Vinaros, donde tiene
instalado un buen taller y su chalet, donde vive con sus retoños,mi
nieto Gustavo y Ainhoa mi hermosa nieta»
Y así transcurrieron unos años felices,y pensamos que había llegado la hora de retirarnos a descansar y disfrutar un poco de la
vida plácida. Ya habíamos cambiado de automóvil otra vez, comprando Un CITROEN GS, ya que el SEAT 124D, estaba bastante mal, después
del "trote" que había llevado.
¿Te cansas de este "rollo"?
!Animo, que ya se está acabando!
-45Pensábamos vender el negocio pero como resultaba un poco difícil,
entretanto lo arrendamos , con opción de compra, en el año 1979. Establecimos un contrato, con el asosoramiento del amigo "Alberto(carao
siempre), con una familia de Bilbao, para una duración de tres años.
Parecían buena gente y el primer año les ayudamos presentáanéoles a
los clientes y echando una mano donde hacía falta. En el segundo año
nuestras relaciones empezaron a deteriorarse y el lítimo año, llegaron a ser totalmente desastrosas, a pesar de que el negocio iba bien.
No compraban,pero pretencían continuar con la explotación del campamento turístico. Nos negamos rotundamente a ello. Había terminado
la duración del contrato.
Así pites, volvimos a ocuparnos de la explotación del camping y
pusimos anuncios en los periódicos, para la venta del negocio y tras
algunas gestiones, vendimos el camping, con todas las instalaciones
completas, incluyendo todo el mobiliario de la vivienda, o sea; a
punto para poder trasladarse a vivir en el terreno de camping, con
el negocio en marcha.y facilitándoles todas las orientaciones pertinentes, para la buena marcha del negocio.
Nos trasladamos a vivir a Roquetes, cerca de Tortosa, donde ya
habíamos alauilado una vivienda y la habíamos amueblado debidamente,
para poder estar así cerca de la familia Andreu, tíos nuestros, con
los que siempre había existido una buena amistad y armonía. Con esta
familia solía pasar algunas cortas temporadas la abuela Carmen y
allí fuá donde había fallecido el abuelo Ramón, en el invierno del
año 1955. Allí estábamos pues, disfrutando dé un ambiente reposado
y trancuilo. Visitas a la familia citada, charlando plácidamente
bajo aquella enorme higuera'que tenían en su terreno, contando casi
siempre las mismas historias. Total, gazando de mucha paz.
Entonces, tuve el enorme placer de hacerme un autoregalo que ya
hacía tiempo me hacía mucha ilusión. Un órgano .electrónico YA1IAHA.
Ahora cue ya disponía de tiempo, podría divertirme un poco y disfrutar "ejecutando" algunas conocidas melodías. Cuando digo "ejecutando", supongo que ya adivinas el porqué esta expresión.
Estando pues, viviendo tan tranquilamente como te digo, un vecino
nos dijo que quería comprarnos el CITROEN GS. Se lo vendimos y ad-^
quirirnos en SEAT RONDA Diesel.
Un día recibimos la noticia del fallecimiento del amigo Juan
Gallart, tras haber sufrido una pancreatitis agí'da. Lógicamente, lo
sentimos mucho y enviamos una carta de pésame a la amiga Paquita.
(te repito de nuevo que algo ha de acontecer, relacionado con este
amigo fallecido)
La abuela Carmen iba perdiendo la razón, llegando al extremo de
que fue preciso encontrar una residencia, donde pudiera estar bien
atendida. Tras diversas gestiones, logramos conseguir una plaza en
una magnífica residencia en Benicarló, muy bien atendida por unas
monjas muy cariñosas.
Una vez situada la abuela Carmen en dicha residencia, pensamos
que era el momento de pensar un poco en nosotros y dedicarnos a
gozar de la merecida jubilación, después de tantos años trabajando.
Nuestra idea era el poder viajar, conocer cosas y países. Así
que, empezamos pensando en un viaje a Mallorca. Sería el primer
viaje en avión para Paquita, mi querida esposa. Por mediación de
una agencia de viajes, se hicieron las oportunas reservas de las
plazas de avian y hotel. Ya estábamos totalmente ilusionados con
este viaje, cuando surgió el imprevisto que lo desbarató todo. JVti
esposa se sintió indispuesta unos días antes de la fecha de salida.
Se ¡sintió tan mal, que tuvo cue ser ingresada con carácter de urgencia en el Hospital de Ttra. Sra. de la Cinta en Tortosa. F'e informó
un doctor, que el asunto tenía mal cariz, puesto que se trataba de
una pancreatitis;agudsi muy grave» Horas de angustia estando ingresada en la U.C.I. Ni qué decir tiene, que tuve que anular el viaje
que con tanta ilusión habíanos proyectado.
A los pocos días de estar ingrsada Paquita en la U.C.T., y ya
sin conocimiento, me llama por teléfono de Superiora de la residencia de Senicarló, indicándome que la abuela Carmen había sufrido
rotura del fémur y cue la enviaban en una ambulancia al Hospital
de Ntra. Sra. de la Cinta. Y allí me tienes a la abuela que cada
vez razonaba menos y que casi no sabía lo que le había pasado. Por
supuesto que ignoraba que allí estaba su hija en estado muy grave.
l'Rebelde como siempre, protestaba de todo y las enfermeras de la
segunda planta donde:iía habían destinado no conseguían que comiera
y allí me tienes a mí, dándole la comida por la fuerza, soportando
sus miradas de odio por mi insistencia en la comida, precisamente
a las horas cue tenía la visita con los médicos que estaban atendiendo a mi esposa. Bajaba disparado a la planta baja donde estaba
situada la U.C.I.
Se recuperó la abuela Carmen y de nuevo fue a la residencia en
una ambulancia, ignorando. i;otalmente que allí estaba su hija muy
grave, entre la vida y la muerte.
Me vas a permitir que vuelva por unos instantes sobre cierto
paralelismo entre mi vida y la de mi amigo Alberto, Mientras yo
estaba sufriendo por mi Paquita, el amigo Alberto era objeto de
una arriesgada intervención quirúrgica, debido a un nuevo y grave
infarto de miocardio. Es decir; que estábamos ambos atravesando
unos momentos muy difíciles y graves.
BUL esposa siguió internada en la U.C.I., hasta su inevitable y
fatal desenlace, el día 17 de Julio de 1984, después de varias semanas de incertidumbre, aunaue desde un principio se adivinó y yo
estaba totalmente convencido de que no había solución. (No tengo
mas que elogios para todo el eouipo de la U.C.I,, médicos y enfermeras, que actuaban bajo la dirección del Dr. Ismael Roldan.
No voy a describirte mi desolación. Puedes imaginártela. Yo me
repetía ¿Y ahora qué? Me limitaba a alzar la vista al cielo lamentándome y exclamando !Esto es una mala jugada! I Esto no es justo!
Tantos esfuerzos, ta.nta lucha, tantas ilusiones, tantos proyectos..,
'.para nadsj !No es justo! Y seguía repitiendo ! !N0 ES JUSTOOOOO! !
Anduve dos o tres días desorientado, casi sin saber qué hacer.
Cada cosa que veía o tocaba, me hacía saltar las lágrimas,
! Y la abuela Carmen, seguía allí, aguantando el tipo! Falleció
quince días después de la muerte de su hija. (No quiero hacer comentario alguno; prefiero que ignores mis pensamientos)
-47I.IIas relajadamente y con mayor sosiego, me di cuenta de que mi
esposa Paquita*, había fallecido a consecuencia de una "pancreatitis
aguda", tal como había fallecido el amigo Juan Gallart, aunque éste
no sufrid tantos días como mi esposa. ¿Otra coincidencia? ¿Te das
cuenta? !Es asombrosa tanta casualidad! ¿Porqué sucede todo esto?
Y bien;pensé que nada positivo lograba lamentándome, que la vida
seguía y que era preciso ocupar mis horas en algo positivo y que me
distrajera un poco de mi pena.
Así pues, actué como monitor de gimnasia para la laraada "Tercera
Edad", en dos asociaciones de Tortosa, acudía a conferencias y conciertos, jugaba a la petanca, etc., Todo esto, aparte de ir a la
compra, cocinar, fregar mis platos, poner en marcha la lavadora y
otras "labores del hogar", como haría cualquier ama de casa. Realizaba viajes a Yinarós para estar unos ratos con mis hijos y nietos
y también me desplazaba a Barcelona donde pasaba algunos días,con
la familia. Total, que procuré que mi vida se mantuviera activa.
En uno de estos viajes a Barcelona, Mari-Carmen me sugirió la
idea de hacer una visita a esta amiga Paquita, la viuda de este
amigo Juan Gallart, que había sentido mucho el fallecimiento de mi
esposa, la otra Paquita, ya que se habían hecho muy buenas amigas
en Bilbao.
Le telefoneé un día desde casa de Mari-Carmen. Se alegra mucho
de oírme, ya que hacía algunos años que no nos habíamos visto, y
le dije que quería hacerle una visita.Le pareció muy bien y la
visité, encontrándola muy triste y hundida, a pesar de hacer ya
un año del fallecimiento de su esposo Juan.
Mientras tomábamos el café con que me obsequié, le sugerí que
quizás sería conveniente para ella, acudir a alguna asociación de
gente mayor donde pudiera distraerse un poco, asistiendo a reuniones, conferencias, conciertos, labores y hasta incluso gimnasia.
Es decir; lo mismo que había hecho yo. Que la vida seguía y no podíamos quedarnos parados pensando en el pasado con tristeza. En
resumen, intentando darrle ánimos, aunque no creí haber conseguido
gran cosa. Estaba muy desanimada.
Me había propuesto viajar para distraerme y empecé por los viajes
que con mi esposa habíamos proyectado. Estuve en el Hotel MAJORICA
de Mallorca, pero estando solo, me aburrí bastante. Seguidamente me
fui a Andorra, hospedándome en .¡el Hotel ROC BLAHC, donde se aplicaba
el tratamiento de la célebre doctora Asland y cue ya habíamos proyectado realisar desde hacía tiempo juntamente con estos amigos
Alberto y Conchita., que ya habían estado allí con anterioridad.Allí
me fui solo y me sentía como un pajarillo fuera de su nido.
Realicé algunas excursiones por Catalunya, descubriendo rincones
desconocidos para mí.
Posteriormente hice un viaje a la que era la URSS, visitando
Leningrado (Hoy San Petersburgo) y también Moscú, después de haber
estado unas horas en Bupapest, Fue una interesante experiencia.
Conocer un país del que solamente sabía lo cue había leído en los
periódicos, con respecto a su idiosincrasia, forma de gobierno,etc.
cuyas noticias no son siempre muy fidedignas. Te voy a con&ar
cuatro "cosillas", en la página siguiente, si te parece bien.
-4bFormalidades en el aeropuerto, indicando divisas y joyas cue
llevas consigo, para dar la impresión de que está todo muy controlado, aunoue no era así. Nunca me sentí vigilado.
En el hotel, muchos mármoles aunque muchos cte^óXlos rotos. Me
asomé a una ventana y daba la impresión de que no habían tenido
tiempo dé terminar algunos detalles.
Como sea que llegamos prácticamente a labora de la cena, pasamos directamente al comedor, decorado con todo lujo, con camareros
muy bien vestidos, en los que pudimos apreciar algunas cosas raras.
El guía que nos acompañaba desde Tarragona, nos informó de que los
camareros que veíamos "flotando" por allí, nos ofrecerían rublos a
cambio de dólares (tínica divisa que nos recomendaron llevar), y a
un cambio mejor que que el establecido oficialmente. Todos hablaban
inglés. Una señora del grupo consiguió dos rublos por un dólar, estando el cambio oficial prácticamente a la par. De otro camarero,
alguien había conseguido, al parecer, tres rublos por un dólar.
Oído ésto, me acerqué al citado camarero y dádole cinco dólares,le
di^e resueltamente: íFifteen! Y sin más, me dio quince rublos.
En el hotel hice una compra de postales y con asombro vi que la
dépendienta, una oronda señora, realizaba las cuentas con un abaco,
a una asombrosa velocidad. Me quedé estupefacto. Creía que el abaco
había quedado ya en desuso, pero no era así. En los establecimientos
de venta, en cuanto habías dos o tres compradores,hacía cola y guardaban con respeto su turno, para ser atendidos por una indolente
dépendienta y sin el mas mínimo entusiasmo por vender.
En las escaleras rodantes, en establecimientos, metro, espectáculos, etc., las personas se sitúan a la derecha de la escalera,
para así dejar paso a los que qyuieran subir mas deprisa. !Igual
que hacemos aquí! !Ni más ni menos!.
Por la tarde salí a pasear un poco y conocer la ciudad. -\En algunos lugares estratégicos, te ofrecían rublos a cambio de divisas*
Me encontré con un matrimonio del grupo y como sea que íbamos un
poco justos de tiempo para llegar al hotel decidimos tomar un tari.
No se puede tomar un taxi fuera de las paradas. Tienen prioridad
para tomar el taxi, las personas mayores o con niños. Esto nos lo
hizo observar un militar que también estaba esperando un taxi y
quien nos cedió a nosotros la prioridad, no sé si por norma o porcortesía hacia el forastero que visitaba su país»
Asistimos a un espectáculo de música y bailes típicos, en un
gran teatro y en el descanso, como es lógico, fuimos a tomar un refresco. Sobre una larga mesa estaban expuestos los refrescos y bastante gente alrededor adquiriendo bebidas. Sin darme cuenta, me
acerqué a la mesa, pedí unos refrescos para nosotros y pagué. Be
pronto, percibí unos murmullos, que mé'.:fiiéieron pensar que había
cometido alguna incorrección. Efectivamente, sin dame cuenta, me
había "colado", como solemos decir, no habiendo respetado el turno.
!Me sentí avergonzado!
Naturalmente, que entre .otras visitas de interés, visité el
HERIÍÜTAGE, grandioso museo, que no es posible saborear en una sola
mañana todo-cuanto contiene.
Esto son solo cuatro observaciones; no voy a hacerte un reportaje
sobre este visita. Lo que sí te diré, que me vendí un paraguas que
había comprado en Andorra, unos bolígrafos de propaganda y no rectierdo que otras cosas a los camareros del hotel, ouienes a su vez me
vendieron caviar, carafealancheando un poco con el champán que nos sirvieron mientras bailábamos.
-49Ya en Moscú, visita a la Plaza Roja, tras larga espera en la
cola, visita al mausoleo de Lenin, donde obligan a entrar de tres
en tres, -e diré, que tuve la impresión de que no era real el cadáver de Lenin embalsamado y custodiado por cuatro soldados totalmente inmóviles. Contemplé el cambio de guardia, que se realiza
puntualmente cada hora, con movimientos muy exagerados y ampulosos.
Estuve en algunas estaciones del Metro, realmente apabullante, con
¿-randes alardee de mármoles, esculturas enormes, lámparas, etc.
Me impresionó el líuseo Panorámico de la batalla de Borodino, en el
año 1612 contra las tropas de Napoleón. Tiene un perímetro de 115
metros y una altura de 15 metros. También contemplé el cañón que
nunca llegó a disparar,porque los obuses eran mayores que el diámetro interior del cañón. Estuvimos hospedados en el hotel IIERAINA,
uno de los mejores hoteles de Moscú, donde, casualmente, estuvo
también hospedado acuellos días, el actor y director de cine Fernando Fernán Gómez, quien hizo unos interesentes apuntes durante
su estancia allí y nne fueron publicados en la prensa española.
No quiero olvidarme de hablarte de la "Berioska". Se trata de un
establecimiento solo para turistas ya cue liabitualmente allí _se
pagan normalmente en dólares, las compras oue efectúes.
Realicé otros viajes. Estuve con los amigos Alberto y Conchita
en las Islas Canarias. También viajé por Italia, París, Londres,
Portugal... Incluso un interesante recorrido por Marruecos, visi-?
tando Casablanca, Marrakech, Rabat y otros puntos de interés»
Muy interesante también, observar el espíritu comercial del moro
y su especial psicología. Verás; te ofrecen algo con insistencia y
te persoguen hasta oue logran que le escuches. Si preguntas, te
piden un precio el evadí simo» Naturalmente, hay que regatear.. Entonces viene su inteligente pregunta clave. ¿Cuánto me das? Con esta
pregunta tan simple, calibran tu conocimiento sobre la materia y lo
que estás dispuesto a gastarte, en el artículo que te ofrecen. Es
preciso pues, ofrecer mucho menos del precio dado y así, en la
isayoría de los tmsos consigues comprar por el precio que tú ofreces.
¿Está entendido?.
En Marrakech acudí a una fiesta con el consabido "cús-cús"para
cenar, bajo unas magníficas carpas, muy lujosas y presenciando un
espectáculo denominado "Fantasía", con un alarde de jinetas sobre
caballos árabes y pólvora por todas partes, con gran estruendo. Muy
bonito y espectacular.
Como puedes comprender, yo seguía viviendo en Roquetes y durante
esta ¿poca de viajes mantuve contacto con Paquita, la viuda de mi
amigo Gallart, a la que le escribía alguna carta y también le hacía
alguna visita, para explicarle cosas sobre dichos viajes, con el fin
de distraerla un poco. Había gran complacencia por parte de mi hija
Mari-Carmen, ya que consideraba que con estas visitas hacíamos vivir
entre nosotros a los que se fueron, puesto que normalmente se hablaba de olios y de nuestras vivencias en Bilbao. Hablábamos con mucho
cariño de ellos, a los o_ue recordábamos mucho, estando siempre presentes en nuestras conversaciones. Fue aumentando lafüecuencia de
estas misivas por ambas partes y las visitas a Barcelona, comiendo
juntos en algunos restaurantes.
-50Con estas salidas juntos y por supuesto sin pensar, por lo menos
en principio, en una unión que pudiéramos decir amorosa, esta amistad fue derivando hacia un mayor afecto y un sentimiento distinto.
Y así transcurría el tiempo. Un buen día, se me ocurrid aniñarla
a realizar un viaje juntos a Beniciorm y pasar allí unos días, lo
que sin duda le agradaría y la apartaría un poco de la monotonía y
la soledad. Gomo era de esperar, le sorprendió* esta proposición y
me dijo que ya lo pensaría. Pasaron algunos días y después de muchas
dudas y vacilaciones , aceptó.
Realizamos el viaje en la primavera de 1987 y por supuesto, que
no pienso describirte aquí como se desarrolló todo. Solamente te
diré que lo pasamos muy bien, como si fuésemos dos colegíales.
A mí me encantaba ver que, pasados los primeros momentos, se dio
cuenta de que la vida, seguía, que nosotros estábamos vivos y que
había que aceptar lo que el Destino había dispuesto para nosotros.
Paquita, muy buena católica, creyente y practicante, solía decir
que esto lo habían arreglado desde el cielo los nue se fueron y que
querían que estuviésemos juntos para ayudarnos mutuamente.
Por supuesto.,, que informé a mis hijos sobre las derivaciones que
habían tomado mis relaciones con. Paquita y quería conocer su opinión. Gustavo me dijo textualmente:: "Papá, si me dijeses que te
habías liado con una veinteañera, te diría que estás loco; pero
con Paquita, que todos conocemos. ....'* (Ya no te digo más).
Mari-Carmen, que ya se había dado cuenta de la situación desde
hacía ya algún tiempo y dada la amistad que habían mantenido ambas
desde hacía años ('.vaya otra coincidencia!), dio su total aprobación a esta relación y más todavía, teniendo en cuenta que llevaba
ya tres años viviendo solo en Roquetes.
El día 19 de Junio de este mismo año 19«7, sufrí un infarto de
miocardio*( el mismo día del criminal atentado por parte de ETA en
los almacenes EIPERCOR ) y fui trasladado en una ambulancia al Hospital de Ntra. Sra. de la Cinta, siando atendido inmediatamente
por al Dr. Roldan, el mismo que había atendido a mi difunta esposa.
Fui dado de alta transcurridos doce días, durante los cuales no me
faltó la visita de mis hijos Mari-Carmen y Gustavo y sus respectivos
cónyuges. Incluso un día, cuando estaba todavíaTConvaleciente, recibí la visita de esta amiga Paquita, acompañando a Mari-Carmen.
Fue una gratísima sorpresa, ya cue creía que habiendo sufrido este
infarto, se iban a enfriar nuestras relaciones.. Pude comprobar todo
lo contrario; este afecto o cariño mutuo, fue en aumento.
Dado de alta y puesto que indicaron que no podía estar solo, MariCarmen me llevó a vivir a Viladrau, un bello pueblecito donde estaban
pasando sus vacaciones veraniegas. Allí estuve muy bien atendido con
mucho cariño por parte de los hijos y resto de familia, como asimismo
por los médicos de Vic y Viladrau, quienes me tenían bajo un riguroso control diario. Reposo total en la tumbona y cortos paseos desde
la casa hasta la verja de entrada de la finca-y viceversa. Tambián
vinieron a verme los queridos amigos Alberto y Conchita. Gratísimo
y emocionante encuentro. Por cierto, que el amigo Alberto me escribió unas líneas versificadas que decían así:
(Lo lamento, pero tendrás cue
pasar a la página siguiente)
——
W
I ^_
EL MUNDO DE LC3 INFINITIVOS
!Se te ha ocurrido
y en la clínica
Paciencia habrás de
y así tendrás que
que si es posible
aún lo es más
saber
morir,
sobrevivir
Aprenderás a
callar.
renunciarás a
viajar,
no te dejarán
beber,
(ni mucho menos
,1o...)
olvidarás
conducir
y sabrás lo que es "patir"
Para poderte
todos te van a
y tú" tendrás que
aunque te cueste
que amor vas a
hasta ponerte a
sanar
mandar
aprender,
entender,
recibir,
"parir"
Te tocará
aunque cuisras
te evitarán
tendrás poco que
y bastante que
y está prohibido
Porque tienes que
que te van a
y la presión a
y la sangre
los pipis a
y otras formas de
ac ept ar
predicar
tomar
analizar
controlar
incordiar
Mas, tras ese
y este proceso
te sentirás
y tú" volverás a.
y entonces podrás
! !Qué buenísino es
infartar
ingresar!
•tener
descansar
trabajar,
padecer,
comer
dormir
sufrir
c aminar
pasar,
renacer
ser
decir
vivir!!
Como es lógico, estos versos las hizo basándos'e en siis propias
experiencias, pornue como ya te contaba en la página 4-6, también
había sufrido1 un infarto más grave que el mío.
También recibí la muy grata visita de Paquita, con la oue mantuvimos interesantes conversaciones sobre nuestra situación. Por mi
parte, yo había sufrido un infarto de miocardio y no podría estar
solo, teniendo que llevar una vida muy ordenada. Por su parte, ella
padecía desde hacía muchos años, de glaucoma y en cualquier momento
por cualquier revés de la vida o inclusive por un serio disgusto,
podría llegar a ouedarse ciega. Nuestra sincera amistad se había
convertido en un mutuo cariño; ello nos hizo reflexionar y pensar
muy seriamente en nuestra posición. Podríamos cuidarnos mutuamente
y podríamos acabar viviendo los años que nos quedaban de vida,
juntos y sin graves problemas económicos. Quedó la cosa pendiente
para poder seguir hablando cuando yo estuviera restablecido.
Sn una visita efectuada con posterioridad a mis amigos Alberto
y Conchita, les pedí me dieran su parecer oon respecto a mis relaciones con Paquita, situación que ya conocían desde hacía tiempo,
puesto cue fueron los primeros en tener conocimiento de mi inclinación hacia Paquita, Se alegraron mucho y dieron su aprobación a
mi decisión de dar seria forma a estas relaciones, aceptando actuar
como testigos de nuestra boda.
Resumiendo; traslado de muebles desde Roquetes a Barcelona, cambio de los existentes en casa de Paquita, instalación de los traídos desde mi casa y otras zarandajas. Todos los muebles, encajan
perfectamente en el piso, como si se hubieran hecho expresamente
para ser ubicados en esta vivienda. (¿Otra rara casualidad?)» Nos
casamos el 13 de Febrero de 1988(otra vez el mes de Febrero en mi
vida), y cumplidamente ante Dios > con el beneplácito de nuestros
hijos respectivos, cosa cue consideramos muy importante»
-52He de confesarte que ni remotamente había pensado contraer
nuevamente matrimonio, ya qué siempre había considerado que unas
segundas nupcias no podían ser mray buenas, por el recuerdo del
ausente por parte de ambos. Pero he de afirmar que en nuestro
caso, existe algo que sorprende a metros amigos y es que nosotros
hablamos de los nuestros nue se fueron, con toda naturalidad y los
mencionamos sin reparos, cua.ndo hablamos de tiempos pasados? ya
sean tristes o alegres,
Y ya, poca cosa cueda por contaxte sobre mi vida. Durante mi
relato, he mencionado en repetidas ocasiones al amigo Juan C-allart
y las extrañas circiinstancias de nuestra amistad. Veamos:
Le conocía cuando yo tenía trece años y nuca había hablado econ él.
En el año 1936, es decir, cinco años mas tarde, me lo encuentro
en"Piscinas & Deportes" y allí se crea una amistad, haciendo gimnasia y practicando algún deporte.
La guerra civil nos separa y luchamos en bandos distintos, según
supe más tarde, al explicármelo Paquita.
Terminada la contienda vuelvo a encontrármelo casualmente en el
año 1941, de nuevo en "Piscinas & Deportes". Un cambio de saludos
y poca cosa más.
En Bilbao, aparece extrañamente de nuevo en mi vida.
En 1983, este amigo fallece de una "pancreatitis aguda", igual C:
que le sucede a mi esposa,, en elaüa 1984»
Durante años, su esposa mantiene una salida amistad con mi hija,
cosa que no deja de ser sorprendente, después del matrimonio de
Mari-Carmen en Barcelona y del regreso de estos amigos también se
Barcelona. ¿Casualidad?
En 1988, acabo los años que me quedan de vida, acompañando a su
esposa Paquita.
Y me pregunto: ¿Estaba ya escrito todo esto y mi amigo inconscientemente me perseguía con el fin de que se realizase lo que el
Destino ya tenía previsto para nosotros?
Y tú, querido amigo lector ¿Crees en el Destino? ¿Está ya todo
escrito de antemano? ¿Qué opinas sobre todo lo que te he contado?
Medita un pooo y analízalo a fondo antes de darme una respuesta.
Nuestra vida en común, sigue su curso normal, nos amamos, disfrutamos de los lógicos achaques de nuestra edad, que los vamos
soportando apoyándonos mutuamente. !Ay, mi rodilla! !0h, esta terrible jaqueca! !Este lumbago...!
A Paquita la han operado de cataratas y sigue con la batalla del
glaucoma, que está bien controlado. Mi corazón sigue funcionando
normalmente, a pesar de la arteria "necrosiad®",(!Vaya palabrita!)
y recientemente me han operado de dos hernias inguinales. Por lo
demás... como la canción. "No hay novedad Sra. baronesa..."
Así que hasta aquí, el relato de mi vida. La vida de "UN TAL JUAN",
vulgar e insignificante, que ni siquiera llegó a ser rey de nada.
Quizás algo aventurera por necesidad, divertida en ocasiones y triste
en otras, incluso dramática a veces... Como ves me ha ocurrido de
todo; pero como conit'recuencia suelo decir, no me quejo de esta "puñetera" vida, porque ...
!! NUNCA ME HA SUCEDIDO LO PEOR!!
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