El teléfono celular - Facultad de Estudios Internacionales y Políticas

Transcripción

El teléfono celular - Facultad de Estudios Internacionales y Políticas
El teléfono celular
Su incorporación a la vida social
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
Dr. Víctor Antonio Corrales Burgueño
Rector
Mc. Ilda Elizabeth Moreno Rojas
Directora de Editorial
Dr. Guillermo Ibarra Escobar
Director de la Facultad de Estudios Internacionales
y Políticas Públicas
Ana Luz Ruelas
El teléfono celular
Su incorporación
a la vida social
Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas
Universidad Autónoma de Sinaloa
Juan Pablos Editor
México, 2013
Cuerpo Académico Internacionales UAS-SIN-CA-131
PIFI-2012
El teléfono celular. Su incorporación a la vida social
de Ana Luz Ruelas
Primera edición, 2013
D. R. © 2013 Ana Luz Ruelas
D. R. © 2013 Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas
Universidad Autónoma de Sinaloa
Prol. Josefa Ortiz de Domínguez s/n,
Ciudad Universitaria
Culiacán, Sinaloa, 80040
D.R. © 2013 Juan Pablos Editor, S. A.
2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19,
Col. del Carmen, Del. Coyoacán,
04100, México, D.F.
<[email protected]>
ISBN
Impreso en México
Reservados los derechos
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS
9
INTRODUCCIÓN
11
1. LOS ORÍGENES DE LA TELEFONÍA MÓVIL
La historia del dispositivo
Su desarrollo en Estados Unidos
La convergencia y diversificación del servicio móvil
Olas de innovación
Los antecedentes del I-mode
Contrastes en la introducción del celular
El sistema de pago por adelantado
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55
2. NIÑOS Y ADOLESCENTES, USUARIOS DEL CELULAR
El pánico moral a la nueva tecnología
La adolescencia y la tecnología
Ser o no ser responsables
Códigos sociales en construcción
Experiencias de adopción en varios países
Factores de la rápida diseminación
El papel de la identidad juvenil
Las expectativas de empleo
El sentimiento de seguridad
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83
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91
[5]
6
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
3. EL CELULAR Y EL ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO
Definiciones de espacio
¿Un tercer lugar?
¿Privatización del espacio público?
Cambios en el hogar
Vida comunal
Identidad
Estatus y clase social
Reglas o códigos de conducta
El teléfono y su significado simbólico
El celular y la moda
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100
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124
4. EL TELÉFONO CELULAR EN LA BRECHA DIGITAL. JÓVENES
129
Introducción
131
Perspectivas teóricas para estudiar al celular
132
Enfoques para el caso mexicano
136
El celular para poblaciones deprimidas
139
Crecimiento celular en México
141
La telefonía fija en México
144
Datos y metodología
147
Familias, ubicuidad y seguridad
148
¿Es intenso el uso del celular por los jóvenes?
151
Impacto económico y preferencias por los formatos de
comunicación en los estudiantes
154
El prepago y pospago
155
Actualización forzada del equipo
158
Usan el celular desde todos los espacios
159
Los novios o novias son los que más se contactan por el
celular
160
SINALOENSES: ADOPCIÓN, USOS Y ADAPTACIONES
5. EL KEITAI. LA CULTURA TRASTOCADA DE JAPÓN
Mitos y realidades sobre la tecnología
La telefonía móvil
El keitai
167
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ANA LUZ RUELAS
Características y servicios de los keitai
Cultura keitai
Personalización
Keitai versus smartphone
7
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6. EL TELÉFONO MÓVIL EN EL MUNDO Y SU COBERTURA EN
213
CANADÁ. PRIMEROS AÑOS
Estadísticas del uso del celular
218
El teléfono celular en Canadá
224
El prepago
226
7. CANADÁ Y SUS CONTRASTES EN ADOPCIÓN Y USO DEL
TELÉFONO CELULAR
La agenda de investigación
Canadá y su infraestructura en telecomunicaciones
El mercado
Tarifas
Cada año más hogares tienen un celular
Resultados de la encuesta en Sherbrooke
¿Importa o no que el último modelo de celular no se
encuentre disponible en Canadá?
El desbloqueo de celulares
BIBLIOGRAFÍA
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259
AGRADECIMIENTOS
Tengo mucho que agradecer a personas e instituciones
que colaboraron para que pudiera culminar y concretar
este libro. En primer lugar a la Universidad Autónoma de
Sinaloa y su rector el doctor Víctor Antonio Corrales Burgueño (2009-2013) por el gran apoyo que me brindó para
la edición y publicación. Reconozco que en la Facultad de
Estudios Internacionales y Políticas Públicas donde soy
profesora desde su fundación en 2002, tuve en los últimos dos años el ambiente inigualable para hacer y rehacer los borradores necesarios, con colegas, colaboradores
y amigos.
Estoy en deuda con un equipo de jóvenes altamente
capacitados, egresados de la FEIyPP que me asistieron en
todo momento para diferentes tareas del libro: a Tannya
Ceballos Álvarez, Diana Zomera Partida, Fabián Rivera y
Judith Ramos.
A mi sobrino, el doctor Jorge Ibarra Martínez, por su
gran disposición para relevarme temporalmente en mi
curso de Derecho Constitucional que me permitió finalizar las revisiones y estar al tanto de la edición de la obra.
Con Ana Elizabeth Ramírez y Melissa Frías Rocha, que
siempre estuvieron pendientes, desde San Luis Potosí
y Madrid, de mis avances, proveyéndome de noticias y
novedades oportunas sobre el teléfono celular e internet.
[9]
10
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Ellas han dejado una huella imborrable en mis proyectos
académicos.
Javier Velázquez y Frida Rodelo han sido soporte eficaz
en la revisión, corrección y diagramación del texto. Les
brindo mil gracias por todo.
Quiero dedicar especialmente este libro a mi amiga, la
señora Norma Aguilar Navarro, por su generosidad, atenciones y comprensión para con el trabajo de investigación
del que ha estado pendiente.
Desde luego dejo constancia de mi profundo cariño a
mis hijos Ana Alejandra y Benedicto por su comprensión
y compañía.
A mi esposo, Guillermo; como siempre, por darme
impulso profesional, apoyo irrestricto y certeros consejos día tras día.
INTRODUCCIÓN
La diversificación de las tecnologías de información y
comunicación parecen no tener fin. El teléfono celular que llegó hace poco más de una década para sostenerse como el ícono de la innovación más sofisticada por
la movilidad que permitió, ahora se ve pasado de moda
si lo asumimos como un artefacto exclusivo para hablar.
Pensar en la convergencia tecnológica equivalía a posibilitar por un mismo canal de comunicación la obtención de
voz, imágenes, textos y datos fijos.
Ahora el futuro aparenta estar en las comunicaciones
móviles, que no significan únicamente telefonía móvil,
sino cómputo móvil inteligente con docenas de aplicaciones para hacer lo mismo que antaño, pero mientras se
está en movimiento: escribir, leer textos extensos, obtener datos e información al instante desde cualquier punto
geográfico donde lleguen las diversas redes de telecomunicaciones. Los artefactos movibles como los teléfonos
inteligentes y las tabletas contienen muchas tecnologías
que se han combinado: las de tercera y cuarta generación, las redes wireless fidelity, televisión, los radioteléfonos, etcétera.
Las innovaciones están a la orden del día, porque se
busca alcanzar a diferentes sectores poblacionales a la
vez, con la tecnología de comunicación a la medida; para
[11]
12
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
la clientela occidental, oriental, para las grandes urbes,
para zonas rurales, para adultos y adolescentes, pero también para los infantes, para llevarles información, entretenimiento, juego, lectura, seguridad, ubicuidad. Sería una
exageración decir que los celulares emergen como pequeños “centros multimedia” hasta la segunda década del
nuevo siglo. Hacia allá han evolucionado, pues son una
verdadera mina para la industria manufacturera y de servicios de telecomunicaciones porque se ha creado un mercado ávido de nuevas aplicaciones o plataformas para realizar múltiples actividades desde un aparato diminuto, a
bajo o alto costo, para todas las posibilidades económicas.
Las comunicaciones de datos se volvieron omnipresentes hasta hace cinco años; pero hace diez, twitter y las
redes WiFi eran inexistentes. El número de suscriptores
a telefonía celular de hace una década era la quinta parte
de la que es actualmente, y pronto no tendrá sentido estar
contabilizando suscriptores sin hacerlo de manera fragmentada como se hace por ejemplo de acuerdo al tipo de
contrato o con acceso a banda ancha.
Es innegable que el poblamiento de miles de millones
de artefactos susceptibles de usarse en cualquier espacio
donde lleguen las radiofrecuencias, ha venido a trastocar
un sinfín de actividades de naturaleza privada o pública.
El celular es quizá junto con el televisor, el artefacto electrónico que se ha adoptado con mayor rapidez y fruición por todas las clases sociales. Los usuarios celulares
ya invadieron al mundo, pues si para 2007 había alcanzado los 3,300 millones de clientes, o sea la mitad de la
población mundial, para 2009 el número de suscriptores
(4.7 mil millones) ya se acercaba a la población total (6.8
mil millones), sin que de ninguna manera signifique que
su distribución sea equitativa, pues solo 59 países tenían
una penetración del 100% amén de que hay usuarios que
cuentan con dos o más teléfonos. Además, la Unión Inter-
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13
nacional de Telecomunicaciones, acertadamente está
tomando como referente adicional para medir la penetración móvil, a los suscriptores de banda ancha móvil,
donde continúa reflejándose las desventajas históricas de
las regiones más pobres.
El uso del celular provoca múltiples efectos porque es
un artefacto socio técnico, atado a la forma como se produce, para qué se produce, a quien va dirigido, cómo se
adopta, o se rechaza. Es decir, es un dispositivo sociocultural. Es sabido que las comunicaciones de nueva generación, las que se basan en las tecnologías digitales y las
transmisiones electrónicas, entre ellas el celular, reflejan
e impactan a la sociedad y cultura donde se insertan.
El estudio sobre el teléfono movil ha adquirido gran
interés y carta de naturalización entre la comunidad académica principalmente en Europa y Estados Unidos. Lo
que se vio en los albores de su introducción con cautela,
por tratarse de una tecnología pegajosa o mundana, ahora
ha adquirido dimensiones respetables como objeto de
estudio. Esto se constata por las publicaciones que a partir de 2002 se han hecho por editoriales de prestigio como
Verlag de Inglaterra. En ellas se ha venido discutiendo
la pertinencia de los enfoques teóricos que pueden utilizarse para analizar este fenómeno social. Se viene cuestionando si los asuntos teóricos y prácticos de la adopción
del teléfono móvil son una extensión de preguntas ya trabajadas, que se adaptan en todo caso a las nuevas TICs
(entre ellas el teléfono celular), y si estimulan la innovación teórica y conceptual. Otros se han enfocado a asuntos más específicos como la profundización de teorías de
la domesticación de la tecnología, la interacción social,
intimidad, privacidad, reconstrucción de los conceptos de
tiempo y espacio.
Pero también proliferan diversos estudios empíricos o
etnográficos sobre los usos, patrones de su difusión y adop-
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ción, significados o impactos sociales de este medio de
comunicación, aunque para la región de América Latina
como dicen los editores en la invitación a contribuir en
la revista Convergence en agosto de 2012, “los usos sociales y el desarrollo se encuentran poco teorizados y pobremente estudiados”.
Particular atención ha llamado el tema de los adolescentes y niños en diversos proyectos, como abordamos
en el capítulo 2. K. Nyiri (2005) se ha atrevido a señalar
que la impresionante penetración de los teléfonos móviles trajo cambios fundamentales que retan la denominada
división digital. Efectivamente, así es. Pero insistimos que
la fragmentación de los usuarios móviles sencillamente
ha cambiado de condiciones. Se mantienen visibles diferenciaciones que van desde la calidad del aparato, los
contenidos a que se pueden acceder, la velocidad de la
conexión, los costos del servicio, entre otras.
Poseer teléfono celular ya no es más un signo de distinción. Es para millones de personas el primer teléfono
en su vida porque nunca tuvieron teléfono fijo de casa y
es un artículo de primera necesidad para desempeñar un
oficio o empleo. Estudios de mercadotecnia empezaron
a mostrar que las etnias más pobres eran quienes tenían
mayormente solo celular. En 2007, 15% de los adultos hispanos en Estados Unidos, por ejemplo usaban solamente
teléfono celular, frente a los adultos negros que eran 13%,
los asiáticos 12% y los blancos 11% (CNN, 2007).
No obstante, la televisión y la radio están ampliamente diseminadas entre la población, los televidentes y
las audiencias, no se relacionan tan inmediata ni directamente con productores y conductores en esos medios,
cosa que si ocurre con el celular, que lo mismo sobrepasa
la familia, lo doméstico, los pequeños grupos, lo individual. Primero superó a la comunicación por correo electrónico “tradicional”, para luego ser el medio idóneo para
ANA LUZ RUELAS
15
comunicaciones de negocios o la administración de asuntos domésticos, el entretenimiento y la participación ciudadana.
En este libro presentamos a lo largo de los siete capítulos, experiencias de adopción, usos e introducción de
la tecnología en culturas disímbolas como la finlandesa,
japonesa, estadounidense, canadiense, del Reino Unido y
mexicana. Dedicamos un capítulo especial, el 4 a Japón,
los 6 y 7 a Canadá, así como al caso local de Sinaloa en el
3. Aunque son diferentes contextos, se observan impactos,
consecuencias y prácticas comunes en torno al celular.
El contacto telefónico llena un amplio rango de necesidades sociales y humanas: para aliviar el sentimiento de
soledad, obtener seguridad e independencia, diversión,
entretenimiento, compartir momentos en tiempo real.
Muchas personas adultas, al dejarse subyugar por la eficacia y omnipresencia del teléfono móvil, hacen que su cotidianidad se acelere y se transforme. También la situación
de aislamiento, la marginación, adición y el declive de la
interacción tradicional se han visto seriamente interferidos por la comunicación móvil (Kopoma, 2000: 5). Para
Holladay, Crutcher et al. (1997: 173), las comunicaciones telefónicas dan grandes ventajas sobre la comunicación cara a cara particularmente para la gente adulta: se
superan las distancias geográficas para la interacción, se
obtienen accesos en tiempo real para asuntos que no es
posible atender frente a frente o en alguna situación particular; se realza la percepción del control personal, amén
del acceso a información y servicios.
Desde hace casi 25 años, cuando se introdujo el celular
de manera elitista —comercialmente hablando—, y hasta
la actualidad se le ve más bien como un artefacto común y
corriente en prácticamente todos los confines del mundo.
Se le ha convertido en una tecnología para comunicación
de voz y texto en la vida diaria de miles de millones de
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
personas y se reconoce como algo central para la transformación cultural, la práctica social y los nuevos desarrollos en cómputo, medios, telecomunicaciones, Internet y
entretenimiento.
Podemos decir, que la historia de los medios de comunicación es indudablemente la historia de cómo se contactan los usuarios a través de ellos (Baym, 2012:17). El
telégrafo se distinguió porque hacía llegar asuntos urgentes o muy esporádicos a personas e instituciones distantes, pero los puntos a donde llegaban las noticias era a
las oficinas telegráficas; luego con el teléfono fijo que se
conoce también como teléfono de casa el contacto se establecía o establece a los hogares u oficinas. Ahora a través
del celular las personas se enlazan directamente, de individuo a individuo, permitiendo gran cercanía.
De la misma manera, la historia del celular puede identificarse por los usuarios principales que ha tenido en
diversas etapas: en sus inicios fueron los ejecutivos de
compañías porque solo ellos podían pagar las altas tarifas;
luego llegó a las clases medias y altas, y a medida que bajaron los costos y se adaptan esquemas de pago, la tecnología se popularizó entre adolescentes, jóvenes y prestadores de servicios personales a domicilio. De hecho, ahora
es una herramienta de mano para el trabajo de grandes
ejecutivos y oficiales públicos, pero también para obreros o personas cuyos oficios requieren mucha movilidad y
aparte les evita tener una oficina a donde recibir solicitudes de servicios como plomería, mecánicos, taxistas, servicios personales de enfermería, limpieza. Y no se diga de
los profesionistas cuya eficiencia depende grandemente
de este teléfono: los médicos, abogados, agentes de seguros, etcétera.
Se puede decir que al celular se le ha involucrado o ha
hecho confluir una historia de larga data de las telecomunicaciones tanto en el sentido tecnológico como en sus
ANA LUZ RUELAS
17
significados sociales. Con el telégrafo por las semejanzas
entre el envío de señales que ahora son mensajes de texto
y a veces tan ininteligibles para algunos por los fonemas
utilizados y la abreviación de la escritura, como ocurría
con la telegrafía de finales del siglo XIX y principios del
XX. Pero también porque con el celular se buscó el objetivo primigenio del teléfono tradicional que es la comunicación de y por la voz; y por ser, a su vez, el teléfono
símbolo por excelencia de los principios tecnológicos que
rigen las telecomunicaciones.
El celular es un fenómeno de masas, pero también es
un artefacto personalísimo. En la década de 2010 con los
teléfonos inteligentes, prácticamente al teléfono se le ve
como un artefacto personal y comunal, según la conveniencia de ser vehículo para la conversación personapersona, o entre muchos por la conectividad para fungir
como una red social.
Ahora nos ha tocado testificar la mutación extraordinaria del teléfono móvil hacia un transmisor de texto que
ha catapultado su uso preponderantemente por los jóvenes y niños. Es una tecnología que se ha hecho atractiva,
pegajosa para estos sectores sociales que hasta hace poco
estaban fuera de los circuitos del mercadeo de las comunicaciones electrónicas. También somos testigos de la mutación del celular a una computadora móvil con el advenimiento del I-mode, que da funciones de navegación por
una web selectiva.
Una de las relaciones sociales que se vienen redimensionando por efecto del extensivo e intrusivo uso del celular son las relacionadas con los espacios públicos, como
tratamos en el capítulo 3. Al celular se le puede catalogar
como una forma nueva de comunicación, pues la gente
antes no tenía la posibilidad de hablar por teléfono mientras estaba en movimiento o se desplazaba. Lo que era en
los inicios de la década del 2000 un paisaje de los cam-
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
pus universitarios atiborrados de jóvenes ensimismados,
hablando cabizbajos aparentemente consigo mismos, o
con la mirada puesta en puntos etéreos, hoy se ve por
igual en aeropuertos, centros comerciales, parques, jardines, banquetas, etcétera. Cuando se escucha hablar a
alguien en un espacio común no necesariamente significa
que tiene una compañía presente, sino una ausente o virtual, con quien se comparten textos, fotografías o videos
al instante.
Entre las cosas nuevas que se crearon para regular la
privatización de los espacios urbanos por efectos del congestionamiento de los celulares están las reglas de etiqueta. Si bien es cierto que los operadores telefónicos llegaron a elaborar Guías de Etiqueta para usar los móviles
como los de Cellnet en el Reino Unido y Westel en Hungría, hoy en día resultan totalmente inútiles pues es muy
difícil poner cierto orden en cuanto a cuándo y cómo
usarlos. Cada grupo social va desarrollando sus propias
normas sobre donde y como hablar en base a sus culturas
y experiencias cotidianas. Se da una especie de entendimiento común de que es de mal gusto o embarazoso por
ejemplo, hablar durante la proyección de una película en
el cine, durante un sepelio, cuando se está platicando con
alguien cara a cara, en las iglesias, cuando se está ante
una autoridad o un superior.
Los estudios más relevantes sobre el celular se empezaron a desarrollar en Europa, particularmente para los
segmentos de la juventud, por ello son nuestra fuente
de consulta preponderante. Oksman y Turtiainen hicieron un recuento de los que se había realizado para 2002
(2004: 320). En Noruega encontramos los de Ling y Helmersen, (2000) y luego los de Ling (2002), y de Ling y
Ytrii (2002) y Skog (2002); en el Reino Unido por Green
(2002) y Haddon (2002); en Italia por Fortunati (2002);
en Alemania por Hoflich y Rossler (2002); en España por
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19
Lorente (2002) y Francia (Rivière, 2002). Una de las primeras conclusiones a las que llegaron los estudios comparativos de la región europea, es que la cultura de los jóvenes en cuanto a la comunicación móvil incorporaba más
similitudes que diferencias nacionales.
En Finlandia, en la Universidad de Tampere, Oksman
y Turtiainen (2004) iniciaron el estudio del uso del celular por los jóvenes desde 1997, bajo el proyecto Everyday
Life and Mobile Communication of finís Youth and Families with Children, enfocándose a los menores de 18 años,
mediante métodos cualitativos, realizando 168 entrevistas
individuales y grupales a jóvenes, entre la primavera de
2000 y el invierno de 2002.
Se han desarrollado congresos internacionales que
específicamente congregan a académicos, manufactureros, prestadores de servicios, gobiernos interesados en la
telefonía celular. La Universidad de Sydney en Australia,
convocó para el 2/4 de julio de 2007, al congreso denominado Mobile Media and International Conference on
Social and Cultural Aspects of Mobile Phones, Convergent
Media, and Wireless Technologies para analizar y debatir sobre los medios móviles, explorando sus estructuras
emergentes, prácticas, cadena de valores, relación entre
productores y audiencia, aspectos e implicaciones culturales, estéticas, comerciales y sociales.
La International Communications Association en su
conferencia anual de 2006 llevó a cabo una preconferencia desarrollada en Bremen, Alemania, específicamente
sobre teléfono celular, los participantes provenían de
una diversidad de universidades europeas y estadounidenses donde se habían incubado proyectos para investigar esa realidad. El instituto de investigación filosófica
de la academia de ciencias de Hungría, en colaboración con T-Mobile, desde 2001 y cada año ha celebrado
un congreso anual bajo la cobertura del proyecto inter-
20
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
disciplinario Communications in the 21st Century, cuyo
objetivo central es estudiar las necesidades colectivas y
personales que la telefonía movil ha venido satisfaciendo
y los cambios sociales y para la vida individual que ha
introducido. El proyecto denominado The socio-technical shaping of mobile multimedia personal communications (STEMPEC) es patrocinado por cuatro operadores
de redes: BT Cellnet, One2One, Orange y Vodafone, así
como por el proveedor de contenido digital Granada Multimedia. Bajo este proyecto se han conducido investigaciones durante tres años, empezando en 1999, sobre la
producción, regulación y consumo de tecnologías móviles a través de métodos cualitativos y etnográficos en el
Reino Unido. Las investigaciones han sido conducidas por
el Digital World Research Centre (DWRC) de la School of
Human Sciences en la Universidad de Surrey.
Finalmente, debemos advertir que mas allá de los
encantos por la innovación y aplicaciones mismas, debemos interesarnos cómo las personas aceptan esta forma
de comunicación, y si da pie para que revisemos los valores y prácticas sociales existentes, o escudriñar quienes
influyen en su definición. Discernir que la emergencia de
esta nueva tecnología, presenta ante nosotros un blanco
movible, que cambia constantemente. Por ello, como dijo
Steve Woolgar (2005), las ideas iniciales, referidas a que su
modo primario de uso como artefacto para comunicación
de voz fue equivocado, “porque pocos predijeron su rol
masivo en los mensajes de texto”. Pero igualmente, ahora
las estimaciones que hacemos sobre su influencia pueden
estar magnificadas. Requerimos entender que cualquier
tecnología pasa por el ciclo de exageración de sus cualidades y efectos nocivos, hacia un acomodo subsecuente
dependiendo siempre de los usos en la vida social.
1. LOS ORÍGENES DE LA TELEFONÍA MÓVIL
LA HISTORIA DEL DISPOSITIVO
El teléfono celular, el dispositivo móvil que ha causado
sensación en todos los estratos sociales a nivel mundial,
es el resultado de una asociación de eventos regulatorios,
mercantiles y tecnológicos que tienen una larga data.
La telefonía móvil comercial inició a paso muy lento en
la década de los cuarenta y fue hasta los noventa cuando
el sistema celular adquirió gran fuerza. El estancamiento
de este servicio se ha atribuido a razones regulatorias, tecnológicas, exceso de cautela empresarial, pero sobre todo
a la segunda conflagración mundial.
Para nuestras reflexiones retomamos algunas experiencias europeas, pero principalmente de Estados Unidos, ya
que este país fue clave para que dicha tecnología se posicionara en México y otras naciones debido a la dependencia económica. La entrada del teléfono celular, de hecho,
fue muy parecida a la implementación de la telefonía convencional en nuestro país que aconteció en 1878, paralelamente a la de Estados Unidos.
En cuanto al aspecto económico y comercial, se ha
señalado que la revolución inalámbrica —soporte indispensable de la telefonía móvil— comenzó una vez que
bajaron los costos de los microprocesadores y la conmu[21]
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tación digital estuvo disponible. Ello fue precedido por el
desarrollo de la “bobina y el tubo de vacío que posibilitaron un avance temprano de la red telefónica en Estados
Unidos dominada por el consorcio Bell” (Farley, 2004), el
cual es considerado como el mejor sistema de telefonía
fija en el mundo, aunque dicho consorcio
se movió vacilante e incluso con desinterés por la telefonía
inalámbrica, ya que ellos dominaban la red telefónica y el
equipo que se conectara a ella, por lo cual consideraron que
no les convenía económicamente el sistema inalámbrico
pues las frecuencias disponibles eran limitadas y en consecuencia también el número de clientes (Farley, 2004).
Precisamente, el éxito mercantil posterior de la telefonía celular recayó en el re-uso de las frecuencias de radio.
Sin embargo, la disponibilidad de éstas ha sido un problema regulatorio recurrente en el progreso de las telecomunicaciones. En Estados Unidos se ha señalado con
insistencia que la Comisión Federal de Comunicaciones
(FCC, por sus siglas en inglés), ente público encargado de
controlarlas, ha tenido fallas en su administración, pues
según Farley (2004): “La reglamentación y su falta de respuesta, constituyen los factores más importantes que
impidieron el desarrollo del teléfono, sobre todo con la
radio celular, retrasándola en Estados Unidos por alrededor de diez años”.
Lo interesante de esta historia radica en cómo la telefonía móvil celular retardó su avance, así como en los
impedimentos que hubo para su incorporación al mercado, pues al parecer durante la Guerra Fría se priorizaron las inversiones en inteligencia artificial, en cómputo y armas nucleares, mientras que para el sistema
celular hubo un fuerte regateo (Edwards, 1997, tomado
de Brown, 2002: 7).
ANA LUZ RUELAS
23
SU DESARROLLO EN ESTADOS UNIDOS
De acuerdo con Brown (2002), si bien el primer sistema
comercial de telefonía móvil en Norteamérica se terminó y puso en operación en los años cuarenta, éste tardó
décadas en alcanzar un mercado masivo ya que se favorecieron otras tecnologías y las decisiones se dilataron debido a las erráticas predicciones sobre su aceptación por
los famosos Laboratorios Bell.1 Aunque, ciertamente, en
la década de los setenta los científicos de este laboratorio
realizaron la investigación que resultó en la portabilidad
de muchos artefactos de comunicación, entre ellos los teléfonos celulares, reemplazando así los pesados tubos de
vacío por los transistores (Brock, 2003, tomado de Goggin,
2006: 26).
En los cuarenta el sistema de telefonía móvil se basaba
en una tecnología elemental. Los radios para automóviles
—muy conocidos en los servicios de taxis— difundían y
recibían transmisiones de una estación o base fija, donde
los canales podían estar conectados a una línea telefónica terrestre. Para usar el sistema, una persona buscaba
manualmente una radio-frecuencia libre, tomaba al receptor y se conectaba, luego podía introducir su número de
suscripción (para propósito de facturación), buscar el
número de teléfono deseado y el operador podía marcar
la llamada y enlazar la línea telefónica terrestre con el
canal de radio. Este sistema aún no ha sido sustituido del
También en estos laboratorios se desarrolló un gran número de tecnologías que posibilitaron la telefonía celular: en cómputo y lenguaje
de cómputo, software o programas de software para la conmutación de
llamadas telefónicas, apagado y encendido de radios, cambio de radiofrecuencias y conexión automática de radios al sistema telefónico; lo
que hoy es el edificio sobre el que descansa la red de telefonía móvil
(Goggin, 2006: 26).
1
24
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
todo por su bajo costo y más bien se complementa con el
servicio de telefonía celular.
Aunque funcionó bien, el sistema padeció una sistemática falta de capacidad, pues en virtud de que las radiotransmisiones viajan a distancias considerables, las frecuencias usadas para una llamada no se podían reutilizar,
sino que se bloqueaban por la llamada mientras la radiotransmisión se recibía. Eso significaba que tenía que haber
un canal separado para cada llamada, por lo que la falta
de canales obstaculizaba este incipiente sistema de telefonía móvil.
El funcionamiento técnico de la comunicación móvil es
explicado por Juan José Domínguez Sánchez, ingeniero
de Alcatel, quien define a la telefonía celular como un
sistema que da servicio a los teléfonos móviles: “Un teléfono celular básicamente es un walkie-talkie2 bidireccional
que funciona como un teléfono”. Precisamente, el walkietalkie se distingue por su carácter móvil y que sólo sirve
para hablar, idénticas funciones con las que inició el celular, pues cada teléfono se “conecta mediante un enlace
de radio a una estación base, que a su vez se conecta a
las redes telefónicas nacionales y del mundo (Red Telefónica Pública Conmutada, PSTN por sus siglas en inglés)”
(Domínguez, 1999).
Los primeros sistemas móviles, señala Domínguez,
“utilizaban una asignación fija de una frecuencia para
cada pareja móvil-estación base, de forma que cada canal
se asignaba a un móvil específico”. Pero lo que le dio su
principal característica y posibilitó el sistema celular y
la movilidad es que “en vez de utilizar una gran estación
base para una amplia área geográfica, a cada estación base
se le dio cobertura para una área geográfica limitada”, a la
2
Fue el primer radioteléfono portátil lanzado en 1943.
ANA LUZ RUELAS
25
que se le denomina celda. “Cada celda tenía instalada su
propia antena y una serie de canales que tiene asignados.
Si el teléfono se mueve y cambia de celda, la conexión
pasa a un estación base adyacente y permite la movilidad
de los teléfonos y la reutilización de frecuencias por estaciones base cercanas pero no adyacentes”. Es decir, “un
sistema celular básico consiste en un teléfono móvil, una
estación base, un centro de conmutación y las conexiones
a la red pública telefónica conmutada” (véase figura 1).
La infraestructura necesaria para que funcione la telefonía móvil celular no es costosa, siendo éste uno de los
nuevos ingredientes para la industria de las telecomunicaciones, pues es inevitable compararla con lo oneroso
que resulta la infraestructura para las telecomunicaciones tradicionales, como la telefonía fija. Por tal razón,
el mercado de la primera no presenta significativas economías de escala y se define por la competitividad, más
que ser un monopolio natural, esto es, la estructura de la
demanda de servicios móviles se enfoca en la elasticidad
de los precios, en la diferenciación del producto y en las
FIGURA 1. DIAGRAMA DEL SISTEMA CELULAR BÁSICO
Elaborado a partir de Domínguez (1999).
26
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
externalidades de la red (Iimi, 2005). De tal manera que
para su expansión la mercadotecnia resulta esencial, así
como la incorporación de diferentes aditamentos y funciones que hagan atractivo utilizar esta moderna herramienta de comunicación e información.
La competencia de la industria de las telecomunicaciones ha sido atendida por las autoridades regulatorias
en virtud de sus características, como son pertenecer a
las grandes economías de escala, contar con externalidades de red y una interconexión entre diferentes modos
de telecomunicación (por tal motivo, un largo tiempo se
le consideró como monopolio natural, por lo que debían
regularse los precios y la entrada de empresas competidoras a la red principal).
No obstante la popularidad que adquirió el teléfono
celular en Estados Unidos a mediados de los setenta, su
mercado fue contenido, pues mientras 44,000 personas
tenían teléfono móvil en 1976, había 20,000 que estaban
en una lista de espera por cinco y hasta por 10 años (Roessner et al., 1998, tomado de Brown, 2002).
Sin embargo, desde 1947 ya existía una solución al problema de la capacidad, pues en los laboratorios Bell de
AT&T se había ideado la división del área de cobertura
en células individuales para permitir que a medida que
se moviera el receptor, dejara una célula libre y ocupara
otra, por lo que la célula liberada podía volver a usarse
por otro receptor o emisor de una célula a otra,3 lo que
3
También en Bulgaria y en la URSS se habían inventado aparatos móviles de bolsillo. En el primer país, en 1966 ya había uno que era operado automáticamente, el RAT-0.5, el cual era coordinado con una
estación base RATZ-0.5, mientras que en el segundo, Leonid Kuprivanovich había experimentado en 1957 un modelo automático que se
podía cargar personalmente: “Este ingeniero que había desarrollado
igualmente el radioteléfono, le llamó a su modelo el LK-1 y era ope-
ANA LUZ RUELAS
27
conllevaba a la optimización de las frecuencias por la liberación de célula a célula. Además, si se necesitaba mayor
capacidad, podía bajarse el poder de los transmisores y
dividir la célula en cuatro más pequeñas, cada una con la
capacidad de la célula más grande.
Este invento hizo viable la telefonía celular y la creación de un mercado masivo gracias a la posibilidad de
usar las frecuencias de una célula a otra y el consiguiente
incremento de capacidad para llamar. Pero, aplicar esta
tecnología enfrentaba serios retos, en primer término que
el teléfono fuera suficientemente compacto para poderse
portar, o al menos que cupiera en un automóvil, así como
transmitir en una banda corta sin que interfiriera con otras
llamadas. Estos problemas no eran irresolubles, y aunque
en 1960 se hizo la primera llamada no experimental de un
tren de Nueva York a Washington, fue hasta 1973 cuando
la tecnología ya pudo ser pequeña para ser cargada.
A pesar de lo anterior, el teléfono móvil se dilató en los
setenta por decisiones regulatorias y de negocios entre el
gobierno estadounidense y las compañías telefónicas. La
FCC (que controla la asignación del espectro de radio) se
rehusó a asignar espectro a una tecnología no probada,
privilegiando las frecuencias para nuevos canales de televisión. Hubo también largas disputas legales entre los
operadores de servicios telefónicos y AT&T demoró los
servicios durante esa década. Para 1983, cuando empezó
el primer mercado masivo comercial de celular en Esta-
rado con una estación base, usaba una batería con duración de carga
para 20-30 horas y funcionaba dentro de una distancia de 20-30 kilómetros y pesaba 3 kilogramos. Leonid patentó el teléfono móvil en 1957 y
desarrolló un año después una versión de bolsillo que pesaba 0.5 kg.”,
véase Lounge Lifestyle (2009: 1). “History of the cell phones”. Disponible en http://lifestyle.iloveindia.com/lounge/history-of-cell-phones4593 [Consultado el 12 de septiembre de 2009].
28
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
dos Unidos, habían pasado 37 años desde el primer servicio de teléfono de carro (Brown, 2002: 8). En otros países,
aun cuando no existió este tipo de impedimentos regulatorios, el servicio se introdujo muy marginalmente; por
ejemplo, el sistema escandinavo se lanzó en 1981, sólo
dos años antes que en el país norteamericano.
El segundo error, de estrategia mercantil, lo cometió
AT&T a inicios de los ochenta cuando estaba en plena
reestructuración jurídica y comercial. Este consorcio pidió
a los consultores de McKinsey que predijeran el número
de teléfonos móviles que se venderían en los primeros
años del siglo XXI, a lo que respondieron que el mercado
mundial podría tener 900,000 usuarios debido a la baja
calidad de los aparatos y los costos de las llamadas telefónicas (The Economist, 1999). Los ejecutivos de AT&T no
imaginaron que esa pudo haber sido una tabla de salvación y evitar la venta de sus activos y el fin del centenario
gigante de las telecomunicaciones en 1974-1976. Como
señala Brown: “No tuvieron la visión de pensar que las
tasas de crecimiento del mercado mundial para principios
del siglo iban a ser esas 900 mil gentes pero diariamente
las que se incorporarían a la red celular, aunque 400 mil
fueran de reemplazo” (2002: 3).
Incluso a mediados de los noventa, una vez que en
otros países había iniciado el despegue, Estados Unidos
mantuvo estancado su desarrollo comercial. Esta situación se le atribuye al conflicto por las radiofrecuencias o
el manejo del espectro de radio, pues como señalan Gow
y Smith (2006: 21), “este recurso natural involucra ya no
sólo a ingenieros en radiocomunicación como se concibió
hasta hace poco, sino manejar variados intereses donde se
involucran las personas de la industria, el dinero, la tecnología, la cultura y el poder” que se disputan una parte
del espectro, que es finito.
ANA LUZ RUELAS
29
LA CONVERGENCIA Y DIVERSIFICACIÓN DEL SERVICIO MÓVIL
Una clave del crecimiento ha sido la convergencia tecnológica. Los desarrolladores de innovaciones tecnológicas móviles se afanaron por ganar mercados aceleradamente. Muy pronto el teléfono celular entró en abierta
competencia o complementación con otras tecnologías
de comunicación que se digitalizaron: la computadora, la
cámara fotográfica, la videocámara, así como la posibilidad de acceder a Internet.
A diferencia de la computadora personal, el teléfono
móvil rápido evolucionó a un tamaño pequeño para
poderse portar, mantener la batería cargada y brindar
conexión permanente, constituyéndose en la primera ola
de la tecnología móvil. Estas características son el principal atractivo para el uso personal y para los negocios, lo
que llevó a proyectar que sobrepasarían a las computadoras personales en su nivel de aceptación.
Por su parte, Weiser y Norman señalaron que una solución a lo complicado que resultaba manejar una computadora era incorporarla a un artefacto más sencillo e incluso
previeron que se perdería de vista dentro de éste, “devendrá —dijeron— en un ubicuo aparato que no se notará en
el ambiente” (Brown 2002: 5). Además, afirmaron que la
computadora personal es un caso de falla exitosa, refiriéndose a que también puede ser sustituida.
Al convertir a la computadora en aparato multifuncional —en cuanto a tareas—, su manejo se ha vuelto dificultoso. Esa complejidad para muchos deviene en confusión,
mientras que para otros más en frustración. A pesar de
su amplia popularidad, la mayoría de las personas tiene
poca idea de cómo usar la más sencilla de sus funciones;
lo mismo sucede con los celulares, ya que olvidamos que
tienen más poder que el que tenían las computadoras personales en los años ochenta.
30
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
En la actualidad, por cierto, la computadora ha “desaparecido” dentro del celular. Entre estos dos artefactos
cada vez más se pierden las diferencias o mejor dicho,
quedan subsumidos uno en el otro, pues ahora con el
iPhone se libra una batalla por ver qué funciones de qué
aparato terminan imponiéndose. Podríamos decir que el
teléfono celular tiende a ser una computadora en miniatura y que las funciones o el software propio de aquélla ya
está inserto en el celular y, al mismo tiempo, a través de
la computadora es posible comunicarse por voz.
El teléfono celular contiene muchas funciones tecnológicas que han contribuido a su éxito: además de que se
comunican entre sí, envían y reciben llamadas de teléfonos convencionales. Cada vez más su tarea básica queda
relegada, ya que ahora pueden ser cámara fotográfica,
videocámara, grabadora, directorio, calendario, agenda,
despertador, calculadora, juegos, sirven para enviar mensajes de texto, escuchar la radio, música, acceder a datos
en línea, reconocer la voz e identificar llamadas con
reconocimiento de nombres, correo de voz personal con
acceso móvil, e Internet. Así pues, ya hicieron a un lado
al walkman y al iPod para escuchar música, a las cámaras
fotográficas, a la calculadora, entre otros dispositivos.
El componente móvil, sin embargo, sigue siendo la
característica más importante del teléfono celular, al
menos para los adultos. No lo compramos por los juegos o
por el correo de voz, sino para “estar en contacto cuando
estamos fuera del alcance de los teléfonos convencionales” (Brown, 2002: 7).
OLAS DE INNOVACIÓN
La evolución móvil comprende cuatro grandes secuencias:
telegrafía inalámbrica, la era pre-celular, la era celular y la
era móvil. La funcionalidad móvil se ha mejorado sustan-
ANA LUZ RUELAS
31
cialmente al pasar de las plataformas analógicas a las digitales, luego al celular multimedia y de banda ancha.
Antes de ver cada una de estas etapas, es conveniente
distinguir lo que es la telefonía celular de la telefonía inalámbrica o sin hilos. Esta última es la que se diseña para
el usuario en un área bien definida, teniendo una estación
base conectada a la PSTN; se trata del teléfono inalámbrico
doméstico o de casa cuyo radio de alcance es limitado. En
cambio, el teléfono celular es, como ya hemos dicho, el
que se compone de una estación base que puede enlazar a
una cantidad importante de aparatos emisores-receptores.
Está diseñado para una cobertura determinada de usuarios y su particularidad es que se cuenta con cobertura de
llamadas mientras se mueve la persona, incluso a grandes
velocidades (Domínguez, 1999: 5)
El primer antecedente de la telefonía móvil se remonta
a 1895, cuando el italiano Guillermo Marconi (1874-1937)
transmitió señales inalámbricas a más de una milla, lo
que se considera como el nacimiento de la radio. O sea
que la actual telefonía móvil es el resultado de la cohesión
del desarrollo general de la radiocomunicación que inició
a fines del siglo decimonónico. El trabajo de Marconi continuaba el del escocés James C. Maxwell (1831-1879), el
alemán Heinrich Hertz (1857-1894) y otros que tuvieron
un papel central en el ámbito de la radiocomunicación. A
lo largo de la última década del siglo XIX Marconi cursó
señales de radio a distancias cada vez más largas, pasando
de cientos de metros a cientos de kilómetros y luego entre
los océanos, ya que en 1891 envió un mensaje de radio
desde Cornwall, Inglaterra, a Newfoundland, Canadá. Las
comunicaciones marinas también incitaron al desarrollo
de la comunicación móvil de radio (Ling, 2006: 6).
La radiotelefonía —o sea, la integración de las transmisiones por radio con la red telefónica conmutada— no era
de ningún modo examinada con superficialidad (Brooks,
32
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
2005). En 1920, en Detroit, la radiocomunicación se usó
para coordinar actividades de la policía y los taxis, entre
otras corporaciones; este servicio ha tenido una larga
duración, pues hasta la fecha existen las radiocomunicaciones para flotillas de trabajadores, no obstante tienden
a absorberse porque ahora son parte de una aplicación de
los artefactos telefónicos móviles.
A través de la radiocomunicación, como ya señalamos,
una persona denominada despachador central manda un
mensaje hablado a un grupo completo pero dirigiéndose
sólo a uno de los receptores, lo que permite controlar las
conversaciones, esto es, el mensaje se difunde y no hay
circuitos dedicados para la comunicación personal (Ling,
2005: 7); esto todavía lo usan algunas empresas de taxis,
agricultores, repartidores, bomberos, entre otros. Curiosamente, esta función también se ha incorporado a los celulares de hoy, es decir, operan como radiocomunicadores.
A inicios de 1920 la innovación inalámbrica fue dominada por la técnica de modulación de amplitud convencional (AM), a la que le siguió la técnica de modulación de frecuencia (FM) y luego, durante el periodo de entreguerras,
hubo otros desarrollos. El invento del transistor después de
la Segunda Guerra Mundial trajo un significativo impulso
a la telefonía móvil, es decir, el uso regular de la telefonía
para comunicaciones conmutadas. Desde fines del siglo
XIX las líneas telefónicas comunicaban a una persona con
otra a través de circuitos conmutados; un circuito o una
línea se dedicaban para que una persona llamara a otra.
Los primeros conmutadores era simples aparatos manuales
que manejaba una persona, a la que se indicaba con quien
se deseaba conectar y entonces ésta enchufaba un cable a
la caja o conmutador. Estos conmutadores se automatizaron progresivamente hasta que hoy se conmutan automáticamente cientos de millones de conversaciones, local o
internacionalmente, sin intervención de un técnico.
ANA LUZ RUELAS
33
El nacimiento del concepto celular fue posterior a la
revolución electrónica. En 1965 se empezó a documentar acerca de los circuitos integrados en las computadoras
personales, en los controles automáticos para automóviles y en equipo personal de comunicación portátil (Steinbrock, 2005: 36). Para mediados de los sesenta se desarrolló un sistema automático de asignación de canales que
permitía ser usado simultáneamente por una docena de
personas en un área específica. En 1976 estuvo disponible en Nueva York y lo usaron casi 550 personas, y como
las terminales eran muy pesadas y requerían traer una
batería como la de los coches, se les denominó “teléfonos
móviles de automóviles”.
A la vez los manufactureros empezaron a diseñar aparatos que pudieran las personas cargar en el bolsillo
en lugar de tener una batería en el automóvil para que
pudiera funcionar. Cuando se introdujeron por primera
vez los celulares, a principios del decenio de 1980, éstos
estaban circunscritos, por su peso, a usarse desde automóviles4 y limitados por los requerimientos de potencia; pero
a medida que se fueron fabricando aparatos más livianos,
baratos y atractivos, éstos se sacaron del automóvil y se
trasladaron al portafolio, la cartera, y el bolsillo.
Esto hizo que desde mediados de los noventa se popu-
4
En 1973 un aparato digital pesaba casi un kilogramo y medía 25 centímetros de largo, ocho de grosor y casi cuatro de ancho. En cambio, el
conocido como “zapato teléfono” de los cincuenta, que era lo más cercano a un portátil, se tenía que cargar y conectar a un automóvil pues
pesaba mas o menos 13 kilos y costaba miles de dólares. “Un usuario
tuvo que hacer un hueco en su auto para instalar la antena y la mayoría de los aparatos se colocaban en la cajuela y se colocaba una unidad de control con un auricular dentro del auto”, (Iwatani, 2003). “El
inventor del celular —Martin Cooper— sigue teniendo sueños”, El Universal, 8 de abril.
34
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
larizara entre los jóvenes, de tal suerte que para finales de
2003 casi 69% de los usuarios era del sistema Global System for Mobile Communication (GSM).
La era 1G: celular análogo
La primera generación de telefonía móvil se distingue por
ser analógica y ser solamente útil para voz de calidad baja
y velocidad reducida, e incluso la seguridad no se contemplaba. En los ochenta se desarrolló una variedad de
estándares de telefonía móvil, que son procesos necesarios para que las redes se puedan interconectar sin importar de dónde parta una intención de llamada. Las negociaciones entre los operadores principales por lograr la
interconexión5 comúnmente devienen en conflictos legales y prácticas retardatarias por los fuertes intereses en
cooptar los mercados.
En Europa, el Nordic Mobile Telephone (NMT) fue el primer estándar exitoso que automatizó la ruta de llamadas
y permitió el roaming6 internacional. Éste se estableció a
principios de los ochenta en Suecia, Dinamarca, Noruega
y Finlandia (Ling, 2005: 10). Sin embargo, como era
incompatible con el Total Access Communication System
del Reino Unido (TACS), el Radiotelephone Mobile System
(RMS) de Italia, RadiCom de Francia, entre otros, se tra-
5
Cuando hay un operador dominante se complican los acuerdos sobre
los precios de interconexión, pues los nuevos entrantes al mercado,
que generalmente son pequeños, compiten con el primero usando
parte de su red, sobre todo la última milla para llegar a los clientes
finales. Los nuevos entrantes comúnmente se dedican a instalar sus
facilidades de red en edificios, y utilizan líneas arrendadas cuando se
dedican a revender servicios.
6
Capacidad de realizar llamadas fuera del área de servicio de una compañía.
ANA LUZ RUELAS
35
bajó conjuntamente con los operadores de las redes públicas telefónicas, la Comunidad Europea y el Instituto Europeo para los Estándares de las Telecomunicaciones. En la
actualidad, el estándar GSM que permite el roaming automático, compatible con otros sistemas, posibilita el envío
y recepción de datos como el Wireless Application Protocol
(WAP), mensajes cortos, identificación de llamadas, llamada en espera y el correo de voz.
El móvil celular, con el que nace la primera generación
de redes (1G) sobre transmisiones análogas, se comercializó a inicios de los ochenta. Éste fue concebido sólo para
la comunicación de voz —por lo que la calidad de enlaces y velocidad eran muy bajas— a partir de dos estándares clave: el nórdico NMT y el americano Advanced Mobile
Phone System (AMPS).
Por otro lado, un problema muy acentuado en aquella década, insistimos, fue la diversidad de estándares7
para la telefonía móvil, ya que éstos empezaron compitiendo entre sí, aunque también por falta de compatibilidad tuvieron dominio en determinadas regiones.
Incluso en Estados Unidos también en esa época se
desarrollaron estándares incompatibles entre sí. Además del AMPS, también estaba el Narrowband Advanced Mobile Phone System (NAMPS), el Time-Division Mul-
La estandarización no implica reemplazar económicamente la infraestructura de una red por otra completamente nueva, sino de determinar de acuerdo a factores de demanda del mercado, tecnología y regulaciones cuando es procedente establecer las condiciones técnicas y
regulatorias para que dos o más redes se puedan enlazar, ya sea a nivel
local, de un edificio, urbano, suburbano o global, cuidándose aspectos
como selección de tecnología, uso del espectro, definición de interfaces de señalamiento, servicios, numeración e identificación, calidad
de servicio, seguridad, operación y administración. Véase Beaubrun y
Pierre (2001).
7
36
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tiple Access (TDMA) y el Code-Division Multiple Access
(CDMA).
Esta proliferación de estándares condujo al desarrollo
e implantación del GSM para Europa Occidental a finales
de los ochenta, y luego empezó a dominar en el mundo
al permitir el roaming internacional, el envío de mensajes cortos, la llamada en espera, el correo de voz y sobre
todo el establecimiento de un sistema tarifario común,
ya que esto sería crucial para provocar la producción y
comercialización masiva de los celulares en la década de
los noventa.
Para 1983, en la cúspide de la era precelular, el sistema
japonés propiedad de NTT cooptaba un cuarto del mercado mundial, principalmente en la región del Pacífico
asiático; pero para 1991 el estándar estadounidense ya
abarcaba la mitad de la demanda mundial. Un derivado
del estadounidense AMPS, el estándar británico, dominaba dos quintas partes de Europa Occidental como lo
había hecho el estándar nórdico.
La gran aceptación de la telefonía inalámbrica causó
que en muy poco tiempo se saturaran las formas de
acceso, por lo que se requirió desarrollar e “implementar formas de acceso múltiple al canal y transformar los
sistemas analógicos a digitales para darle cabida a mayor
número de usuarios” (Martínez Martínez, 2001: 1).
La era 2G: el celular digital
Esta tecnología que arribó en 1990 era digital, esto es, ya
no era analógica. Si bien soporta la transmisión de voz con
gran velocidad, es limitada para comunicación de datos,
no obstante puede brindar servicios auxiliares como datos,
fax y mensajes cortos (short message service, SMS).
A principios de los noventa la Comisión Europea estableció para el continente el mandato GSM. Dada la ope-
ANA LUZ RUELAS
37
ración con bajo poder de la red GSM digital, fue posible
disponer de aparatos más pequeños y ligeros, con gran
seguridad y una mayor duración de la batería. Las compañías manufactureras líderes regionales de la tecnología inalámbrica —la sueca Ericsson, la finlandesa Nokia
y la inglesa Vodafone— aumentaron sus ventajas en los
mercados externos. Mientras tanto Estados Unidos, como
hemos comentado, durante una década se quedó rezagado
debido a los problemas con las licencias. Para el año 2000
Europa Occidental tuvo casi dos quintas partes del mercado mundial, e incluso el estándar GSM acaparó 57% del
mercado regional de Asia Pacífico. Las tecnologías predominantes durante la generación 2G fueron GSM, IS-136 y
CDMA, que ya permitieron la encriptación. Debido a su
limitación en comunicaciones de datos, pronto surgieron
otras tecnologías que constituirían la tercera generación
(3G).
La era 3G: multimedia celular
Este tipo de celular, que empezó a operar a inicios del
año 2000, se caracteriza por permitir una amplia convergencia de voz y datos con acceso inalámbrico a Internet,
así como aplicaciones multimedia y altas transmisiones
de datos; soporta más alta velocidad de información que
va más allá de la voz, tales como audio (MP), video en
movimiento, videoconferencias y rápido acceso a Internet (Martínez Martínez, 2001: 2).
En suma, la transición de voz a datos, la evolución
móvil, se entendió como una progresión lineal de lo
análogo a lo digital, y de celular multimedia a banda
ancha celular (1G, 2G, 3G y 4G), siendo la competencia menos ordenada. Inicialmente la meta fue lograr
un estándar único global (UMTS) para la era 3G, pero el
europeo GSM era avasallado por la tecnología CDMA,
38
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
de la estadounidense Qualcomm, puesto que era más
eficiente. Todavía el GSM fue la guía para la evolución de plataformas hasta que el concepto de Internet
emergió como un paradigma dominante a finales de los
noventa después de una secuencia de conflictos comerciales, intrigas políticas y esfuerzos por flexibilizar los
estándares regionales. La primera adopción de la plataforma 3G no coincidió con la transición de voz a datos,
pues en Japón la corporación NTT Docomo (Do Communications on the Mobile) fue pionera al poner en
marcha la transición a datos en 1999, dos años antes
de la implementación de la primera generación del 3G
(Agar, 2004: 101).
El estándar Modo de Internet (I-mode)
Este sistema Modo de Internet (I-mode) japonés inició
con el siglo XXI y gracias a que es una versión ligera del
HTML, el código usado en Internet, facilita el desarrollo de sitios parecidos a la web, proporciona acceso a una
variedad de servicios y permite enviar y recibir mensajes
cortos y correo electrónico. Al introducir para su operación una versión ad hoc del lenguaje HTML se volvió exitoso y marcó el desarrollo de sitios web en una pantalla
miniatura, los que fueron administrados y vigilados por la
misma Docomo, por lo que el I-mode, al dar acceso a una
enorme variedad de servicios de información, representó
un sistema con infraestructura y mercadeo (Ling, 2005: 10).
La introducción de este producto al mercado es un
caso de éxito contundente, pues a nueve meses de haber
puesto el I-mode a disposición del público, para octubre de
1999 NTT Docomo había registrado un millón de suscriptores, que en septiembre de 2003 se había catapultado a
39 millones (Deighton, 2003, octubre 16).
Otro aspecto único del I-mode es que su compañía
ANA LUZ RUELAS
39
Docomo vigila y administra los sitios disponibles, por lo
cual se puede decir que no es Internet abierto, sino una
Intranet extendida donde se tiene acceso a muchos servicios, pero ajustados. Esta compañía proporcionó desarrolladores con estilo de libro, lo que garantiza una disposición similar para los diferentes sitios. Los usuarios tienen
una variedad de servicios libres o por suscripción, adjuntos a las tradicionales funciones de voz y texto de otros
sistemas telefónicos. Asimismo, Docomo factura y carga
un 9% por los ingresos generados por los diferentes sitios
y recibe un pago estándar por la transmisión de datos a
través de su red. Por tal razón, I-mode es considerado no
tanto como una tecnología, sino un sistema de infraestructura y mercadeo (Ling, 2005).
El invento del I-mode vino a llenar las expectativas de
jóvenes y adultos. El artefacto ya tenía funciones de micrófono, altavoz, radiotransmisor y receptor, pero con el chip
o microprocesador que se le incorporó adquirió funciones de cómputo, como enviar, recibir, almacenar, modificar datos o convertirlos a diferentes formatos, de tal modo
que empezó a ser común el envío y recepción de fotografías y videos en movimiento.
LOS ANTECEDENTES DEL I-MODE
En abril de 1996, el Grupo Celular DDi introdujo el servicio de texto a través del celular, seguido por servicios
similares ofrecidos por IDO y NTT Docomo. A finales
de 1997, J-Phone (actual Vodafone) empezó el servicio
de Skywalker mediante el sistema GSM, lo que permitía la transmisión de e-mail vía Internet; esto provocó en
Docomo una valiosa pérdida de jóvenes usuarios, por lo
que se vio obligada a desarrollar rápidamente el servicio
móvil de Internet (I-mode) a gran escala, el cual lanzó al
mercado en 1999.
40
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
El intercambio de mensajes en las pantallas, similar al
de los localizadores, fue el gran impulso de la comunicación multimedia y llevó a consolidar el proceso de comunicación en un solo artefacto móvil. La comunicación
multimedia se define como la capacidad de un medio
para interactuar de manera fluida con otros modos de
comunicación como el texto, sonido e imágenes. Existen
cinco tendencias en el proceso de innovación y desarrollo de medios que llevan a la multimedia: 1) disposición
de múltiples modos, 2) interactividad, 3) propiedades de
hipertexto, 4) tendencia hacia las aplicaciones digitales y
5) capacidades de enlaces en red (Kobayashi, tomado de
Okada, 2005: 47).
Para finales de los noventa, en el periodo de introducción del I-mode, los jóvenes cambiaron el localizador por
el teléfono celular japonés llamado keitai, que se verá con
detalle en el capítulo 5 de este mismo libro. El envío de
mensajes por el localizador fue el antecedente de la inclusión del correo electrónico por el celular, es decir, con el
localizador se tenía que hablar a una central telefónica
para enviar un mensaje sobre el número de teléfono al
que había que reportarse. Pero el detonante para que se
masificara entre los jóvenes fue la reducción del costo de
la suscripción en 1993 y la implementación del sistema
de compra de la terminal en 1995.
Esto también se vio determinado por el hecho de que
para 1994 NTT Docomo cambió el sistema de adquisición
de los aparatos celulares: los vendió en vez de rentarlos,
y también redujo el costo de las suscripciones aproximadamente a la mitad. Los demás operadores tuvieron que
adoptar esas mismas medidas para seguir en la competencia (Okada, 2005: 45).
Así, la transmisión de mensajes escritos por el celular
se ha convertido en la forma de comunicación masiva por
excelencia, aceptada por los jóvenes de todo el mundo. Los
ANA LUZ RUELAS
41
factores decisivos que influyeron para que esta población
los adoptara, fueron de manera sucesiva o simultánea: la
disminución de costos hasta llegar al más económico, que
es el envío de mensaje; la creciente urbanización y estilos
de consumo relacionada con el decreciente tiempo que la
gente pasa en su casa (Okada, 2005: 47); y la individualización de diferentes medios de comunicación, que se concreta en el uso de artefactos personales (primero fue el
localizador y ahora es el celular).
De este modo empezó lo que hoy es un lenguaje que
de inmediato adquirió carta de naturalización: el envío
de mensajes cortos donde se combinan números, letras
y códigos propios de jóvenes y adolescentes. Pero este
medio de comunicación todavía estaba dividido entre la
recepción de señales en el localizador y el tener que usar
el teléfono para completar la comunicación. El origen de
los nuevos códigos de lenguaje entre los jóvenes en gran
medida se debió por la necesidad de tener que comprimir las palabras y buscar su equivalencia con los números. Por ejemplo, en japonés el 0840 es ohayo y equivale a
“buenos días”, mientras que el 7241 es nanishiteri y equivale a “¿cómo estás?” (Okada, 2005: 51).
Hacia la era 4G: aumento de la banda ancha inalámbrica
Para 2010, las redes evolucionaron hacia el sistema 4G y
diversos países comenzaron a ofrecer el servicio hacia la
próxima generación de plataformas inalámbricas de banda
ancha. Con cada subsecuente plataforma celular, las tecnologías han ido incrementando la capacidad del espectro de manera sustancial. En la década de los noventa, los
líderes de la industria móvil buscaron agresivamente desarrollar nuevas redes inalámbricas de alta velocidad. Listos
para entrar al negocio inalámbrico, creadores de tecnologías de información como Microsoft e Intel innovaron el
42
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ancho de banda inalámbrico, no obstante los retrasos en
la implementación de la 3G.
De esta manera, el 10 de enero de 2007 el consorcio
Apple presentó en San Francisco, California, uno de los
productos que vino a cristalizar la convergencia digital entre la televisión y el teléfono. Presentó el iPhone,
un reinvento del teléfono inteligente y que da una
nueva dimensión al iPod, con el que se pretende llevar lo digital con el mismo sistema operativo de Apple:
música, correo electrónico, cámara fotográfica, contactos, calendarios, sitios web. Este invento se desarrolló
tomando en cuenta que las pantallas son las ventanas a
través de las cuales se experimenta el entretenimiento,
el conocimiento y por supuesto la interacción social: si
en el pasado la pantalla era determinante para incorporar contenidos, hoy Apple va de la pantalla de la computadora a otras dos pantallas, la de la televisión y el
teléfono, que le dan forma y definen las experiencias
comunicativa. Así, proporciona el hardware y software
para tres dispositivos: la televisión, la computadora y
el celular.
Asimismo, lo que parecía difícil de lograr, ocurrió en
2010. Los operadores de las redes celulares pretendían que
las redes de telecomunicaciones no controlaran el nuevo
valor que significaba enviar Internet por teléfono celular.8
Se creía que era necesaria una nueva versión de Internet alámbrico para adaptarla a los aparatos móviles, pues
aquél fue diseñado para pantallas grandes y teclados, que
no era apropiado para usarse en teléfonos celulares con
pequeñas pantallas y sin teclados. El éxito fue rotundo,
Es decir, que Teléfonos de México (Telmex), por ejemplo, no fuera
quien controlara ese magnífico mercado a través de su filial América
Móvil-Telcel.
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43
porque Apple más que recrear Internet, se enfocó en rediseñar el teléfono móvil.
En suma, se tuvieron que desarrollar numerosas soluciones para datos móviles que usaran tanto contenido simplificado y baja velocidad de transmisión de datos. En 1997
se promovieron, entre otras, el Wireless Application Protocol, una versión simplificada de Internet inmóvil, aunque
resultaron con velocidades inadecuadas para soportar formatos como páginas web con fotografías. Como mencionamos, fue en 1999 cuando NTT Docomo introdujo el sistema I-mode, el que, aunque todavía con baja velocidad,
tuvo mucho éxito (West y Mace, 2010: 282).
Por otro lado, el presidente de Microsoft, Steve Ballmer,
en el año 2000 se refirió a las metas del gigante de Internet:
“[si] en los últimos 25 años decíamos que nuestra misión
era poner una computadora en cada casa y en cada escritorio… ahora decimos que para empoderar a la gente les
pondremos software en cualquier momento, en cualquier
lugar y en cualquier artefacto” (Steinbrock, 2005: 37).
Como puede verse, entre los principales desarrolladores
de la industria de telecomunicaciones existía la certeza
de que el sector móvil tendría como nuevo motor del crecimiento a la banda ancha inalámbrica, la cual vendría a
reducir el capital y los gastos de operación. Incluso sectores como la construcción y ventas al menudeo cambiarían
a banda ancha inalámbrica (Steinbrock, 2005: 38). Predecían que “la red estaría en todos lados y el equipo cambiaría de computadoras personales a un cómputo orientado
a los consumidores, usando artefactos multimedia personales inalámbricos” (Danneels, 1998).
Dicha predicción no resultó desacertada, pues el éxito
de las comunicaciones personales inalámbricas es avasallante. Se trata del sector con mayor crecimiento de las
telecomunicaciones, pues los teléfonos móviles experimentan una incesante innovación, siendo un accesorio
44
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
cotidiano para cientos de millones de gente de todos los
niveles económicos, tanto en países desarrollados como
en países en desarrollo. Los operadores de la telefonía
tradicional, como veremos, han cambiado sus estrategias
sustituyendo la telefonía fija por la móvil, ofreciendo esta
última como servicio Premium con soluciones de comunicación de voz y datos a tarifas competitivas con las de
la red fija.
Los pronósticos más elocuentes se han quedado cortos, como el que hizo el presidente de Nokia, Jorma Ollila
en febrero de 2004, al decir que para 2015 la mitad de la
población del mundo tendría un celular, cuando eso ocurrió desde 2007, con un mercado y usuarios ávidos por
estar en la carrera de la innovación sin freno.
Cuando el iPhone se introdujo en 2007, “las ganancias obtenidas por servicios móviles de voz habían
declinado dramáticamente. Los operadores enfrentaban
mercados saturados de diferentes servicios y su batalla
era por una parte del mercado que les diera suma-cero”;
por ello las expectativas de crecimiento de ganancias se
cifraron en los servicios móviles de datos (West y Mace,
2010: 272).
La cobertura inalámbrica es casi universal en los países desarrollados, mientras que en los países en desarrollo se ha convertido en un sustituto de las redes de hilo
a medida que declinan los costos de instalación de redes
inalámbricas. Las predicciones sobre la predominancia
de la demanda de acceso inalámbrico para telecomunicaciones globales ha sido un acierto, pues desde inicios del
siglo XXI los suscriptores de telefonía móvil viene superando aceleradamente a los de líneas fijas, pues en términos netos estas últimas para 2010 alcanzaron a alrededor
de mil millones de usuarios mundiales, mientras que los
suscriptores móviles celulares fueron para ese mismo año
5.3 mil millones, excediendo a las primeras (UIT, 2010),
ANA LUZ RUELAS
45
que desde 2005 se estancaron, a la vez que los móviles
ascendían a pasos agigantados, pues para ese mismo año
78 de cada 100 personas tenían un celular, mientras que
17.2 de cada 100 contaban con teléfono fijo.
La telefonía móvil celular ha venido a subsanar problemas de comunicación en distintos países, tanto en los desarrollados como en desarrollo. De hecho, desde 2003 los
celulares ya habían superado a nivel mundial al número
de teléfonos fijos, los que ya no crecieron y entraron en
un franco estancamiento observable hasta 2011, cuando
existían 5.9 billones de suscriptores móviles que en términos generales cubrían a 87% de la población mundial,
convirtiéndose en la tecnología de comunicaciones en llegar a más personas más rápido. Aunque con esta penetración no se puede hablar de equidad, con esta tecnología
los países en desarrollo alcanzaron el 79% de ese total de
suscriptores, no obstante donde se superó ese límite de
manera más temprana fue en los países con mayor desarrollo. El primer país en registrar mayores suscriptores de
teléfonos móviles que fijos fue Finlandia, en 1998, y para
el siguiente año, en julio, 78.5% de los hogares poseían un
teléfono móvil frente al 75.8% que tenía aparatos fijos; en
ese mismo año, la compañía Sonera introdujo el uso de
tarjetas prepagadas (OCDE, 2000: 14)
CONTRASTES EN LA INTRODUCCIÓN DEL CELULAR
Japón
Fue en Japón donde se lanzó el primer servicio comercial de celular, en 1979, aún bajo el régimen de propiedad
pública de la industria de telecomunicaciones. La compañía Nipon Telegraph and Telephone ofreció el servicio
en las ciudades de Tokio y Osaka, pero para finales de
los ochenta, después de haber pasado en 1985 por el pro-
46
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ceso de privatización, el mercado móvil ya era atendido
por otras dos compañías celulares: la Nipon Idou Tsushin (IDO) en Tokio y la Daini Dende Incorporated (DDI)
en Kansai; no obstante, la filial de NTT, Docomo, que se
independizaría en 1992, en 2004 llegó a concentrar 60%
del mercado.
Para 1989, después de haber afrontado problemas por
el manejo de diferentes estándares, se adoptó un estándar digital por tres consorcios encabezados por NTT, Nissan y Japan Telecom, con lo que se inicio un rápido crecimiento del servicio que llegó a cerca de 9 millones de
suscriptores; para finales de 1995 abarcaba un 7% de la
población (Agar, 2004: 96). Como se recuerda, en 1990 se
introdujo al mercado japonés el keitai, cuyo uso era casi
exclusivo para los negocios, pues era un lujo y las empresas sólo se lo asignaban a unos cuantos ejecutivos.
A partir de la entrada en operación del sistema digital en 1993, pero sobre todo con la reducción de los costos y el esquema de adquisición del aparato celular en
1994, se registró un gran crecimiento de suscriptores, la
clave estuvo en suprimir el arrendamiento de los aparatos y ya no pagar un depósito y una cuota por activación.
Estos últimos conceptos serían gradualmente eliminados
en 1996.
Según Kohiyama (2005: 64), la reducción de los costos
de suscripción fue muy efectiva para detonar la suscripción, y para febrero de 1997 llegó a 10 millones y sólo
18 meses más tarde alcanzó la impresionante cifra de 20
millones. Para el año 2000 ya eran 30 millones y alrededor de 40 millones en 2002 (Agar, 2004: 96). De acuerdo
con Hashimoto, en 2001 Japón tenía una penetración de
75% de su población de mayores de 12 años con celular
(Rivière y Licoppe, 2005: 103).
Sin embargo, el acontecimiento tecnológico que colocó
a Japón en la atención mundial fue la puesta en marcha
ANA LUZ RUELAS
47
en 1999 del I-mode por parte de la compañía Docomo, subsidiaria de NTT, que vino a llenar las expectativas de los
jóvenes en particular, constituyéndose en un éxito inmediato, pues en ese año hubo suscripciones por 10 millones
(Kohiyama, 2005: 62.)
La incorporación del modo Internet a los teléfonos
celulares, con la convergencia completa y todas las posibilidades que ello brinda, inscribió a la comunicación móvil
en una nueva época. Además de que el aparato celular
tenía micrófono, altavoz, radiotransmisor y receptor, se le
incorporó un chip o microprocesador para que realizara
funciones de cómputo: enviar, recibir, almacenar, mostrar
y cambiar datos en diferentes formatos.
A través de la tecnología móvil, la Docomo logró lo que
ninguna compañía de telefonía tradicional del mundo
había podido: enviar fotografías o ver al instante a quien
se estaba llamando. Pero también se tocó la puerta de
entrada a un mercado explosivo: el de los adolescentes y
los jóvenes. El I-mode no sólo les permitió a los jóvenes el
acceso instantáneo a nuevos servicios, sino que también
los puso en contacto permanente, intensificando los cambios en los patrones de estilo de vida (Agar, 2004: 101).
En la actualidad se afirma que el móvil ha transformado
las comunicaciones interpersonales en Japón; en virtud
de que su cultura se orienta hacia un estricto control de
las expresiones o emociones en público, con el envío de
mensajes a través del celular los usuarios se vieron beneficiados por la discreción y disminución de riesgos de
verse avergonzados por la interacción por voz, además, al
darse un intercambio menos formal, casi no se exponen
a apenarse por el uso de códigos sociales interpersonales (escribir un mensaje es más directo y uno puede usar
cualquier estilo sin las formalidades que exige una conversación telefónica). El sociólogo japonés, Hashimoto,
ha expresado:
48
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Usted sabe, tenemos muchos sufijos y verbos auxiliares para
indicar respeto. Ahora hay una tendencia a omitir todas esas
marcas en el intercambio de mensajes escritos por la velocidad y por la necesidad de escribirlos cortos… Es normal y se
tolera hacer eso entre compañeros... Los estudiantes hablan
también más informalmente con sus profesores… eso no
cambia las profundas convenciones lingüísticas para el intercambio respetuoso (Rivière y Licoppe, 2005: 116).
El otro invento que trajo significativos cambios en las
relaciones interpersonales fue el correo móvil, pues en
una conversación telefónica, por ejemplo, se observaban
una empatía o deseo de ser bien portado, mientras que
el receptor de una llamada usualmente restringía su conversación para que no fuera costosa para su interlocutor.
Ahora, según Rivière y Liccope, con el correo móvil
se ven efectos de liberación en tres niveles: releva al usuario
del esfuerzo psicológico de anticiparse al hecho de si la persona está o no disponible; los libera de las convenciones lingüísticas y les permite expresarse más directamente y con
menos comedimiento; y les quita la presión de preocupaciones de costos para ambos (2005: 117).
Hoy se puede enviar correo a la hora que se desee o se
esté inspirado, sin importar que el destinatario esté dormido, cenando o trabajando, pues lo podrá leer en sus lapsos disponibles sin tener que interrumpir sus actividades.
En ese sentido, el envío de mensajes o correo electrónico
por celular, quita ataduras sobre la disponibilidad y accesibilidad de la personas.
ANA LUZ RUELAS
49
Reino Unido
A mediados de los sesenta, Post Office empezó a cambiar su reacia política de interconexión de los servicios de
radiotelefonía por los de la red principal. En 1959 se experimentó con un servicio de ese tipo en los alrededores de
Manchester, Liverpool y Preston; y en 1965 se lanzó un
servicio denominado Sistema I en el oeste de Londres, el
cual era muy caro y exclusivo, pues una llamada costaba
de una a tres libras por los primeros tres minutos y sólo
era usado por los choferes de los diplomáticos y acompañantes. Dos años más tarde el servicio de emergencia se
conectó a la red telefónica. En los albores de la introducción de la telefonía celular, 14 mil personas eran los privilegiados usuarios del radioteléfono, pues únicamente las
terminales costaban 3 mil libras y la suscripción anual
era un cuarto de esta suma. No es raro, entonces, que la
mayoría de los usuarios del “sistema 4” eran dueños de
automóviles Rolls-Royce, BMW, Mercedes Benz o Range
Rover (Agar, 2004: 76-77).
Fue hasta 1982, una vez que se había iniciado la política
de privatización de las telecomunicaciones por parte de
la primera ministra Margaret Thatcher, cuando se otorgaron dos licencias para prestar servicios de telefonía celular análoga. Una se le acreditó al consorcio Vodafone y la
otra a British Telecom con Cellnet (de Estados Unidos), y
para 1989 se incorporaron tres compañías más. El estándar adoptado fue el estadounidense Total Access Communications Systems (TACS), en vez del nórdico NMT, ya que
este último no proporcionaba suficiente capacidad para
el área central de Londres. La primera llamada del nuevo
servicio se hizo el 1 de enero de 1985 (Agar, 2004: 81).
Para 2001, el celular había alcanzado dimensiones espectaculares en Europa Occidental, con 70% de penetración,
mientras que a nivel mundial era el 16%. En Norteamé-
50
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
rica aún era de 42%. Para finales de 2005 había cerca de 2
billones de usuarios móviles, con una tasa de penetración
de 31% mundial y ya estaba relegando a las cámaras fotográficas, pues en ese año cerca de 700 millones de celulares vendidos traían cámaras integradas, mientras que sólo
se registraron compras de 80 millones de cámaras digitales. Con estos datos el filósofo búlgaro Nyiri (2005) retó
provocativamente la denominada división digital, caracterizándola como un mito.
Finalmente, la convergencia tecnológica —tan discutida
por reguladores y consorcios desde 1977 y a lo largo de los
ochenta y noventa—, se hizo realidad en 2007 mediante
una especie de diminuta computadora-teléfono inteligente
(iPhone, de Apple), con un hardware disponible, pantallas
LCD, velocidad de un microprocesador, vida de la batería
y ancho de banda para soportar datos; asimismo, se empezaron a fabricar aparatos telefónicos con aplicación para
manejar un teclado compacto alfabético o teclado virtual
para escribir letras y números, pantalla táctil y corrediza,
correo electrónico (caso del Blackberry), música, radio,
agenda, grabadora, etcétera. En 2008 ya se le había adaptado el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus
siglas en inglés), un receptor que proporciona servicios de
localización de domicilios, según la ciudad o área donde
se encuentre el usuario.
Finlandia
Es uno de los países emblemáticos del despegue del uso
del celular, ya que desde un inicio registró gran presencia de jóvenes y adultos. Dentro de las naciones nórdicas, Finlandia es la segunda con mayor antigüedad en el
mundo (1982), después de Suecia (1981), en adoptar el
sistema celular con su propia red (Ross, 1993: 449). Anteriormente, el servicio de radiotelefonía había tenido gran
ANA LUZ RUELAS
51
importancia económica y social, pues era el medio para
comunicar los trenes con las estaciones, así como entre
las estaciones costeras y los barcos. Estos antecedentes
tecnológicos beneficiaron el desarrollo de la telefonía
móvil en todo el mundo, es decir, se partió de la necesidad de enviar una señal de una estación a otra y sucesivamente sin que se interrumpa, hasta llegar o rastrear al
teléfono receptor (roaming).
Aunque los datos de densidad celular tendrían un significado muy coyuntural, Finlandia destaca por ser de
los primeros países en lograr crecimientos espectaculares. En enero de 1992 ya tenía 70 teléfonos móviles por
cada 100 habitantes, muy por encima de Alemania, Francia y Japón, que apenas tenían 10 por cada 100 habitantes,
mientras que Estados Unidos contaba con 25 y el Reino
Unido con 20 (Ross, 1993: 450).
La gran expansión la detonó la clientela joven en 1997
gracias a la introducción de dispositivos baratos y tarifas
de servicio competitivas. El número de mensajes (SMS)
durante los primeros meses de 1998 se incrementó siete
veces respecto del año anterior y la suscripción de 1998 a
1999 se duplicó (Oksman y Turtiainen, 2004).
La primacía en cobertura de Finlandia, que se mantuvo
hasta 1998, llamó poderosamente la atención de instituciones y analistas. Según la UIT (1999), ello obedecía a
tres factores:
1. La temprana adopción de tecnología celular le permitió adquirir un cúmulo de experiencia en materia de comunicaciones móviles. En 1982 introdujo en todos los países
nórdicos el sistema analógico de Teléfono Móvil Nórdico
(TMN) y diez años después fue el primero en introducir la
norma digital GSM, que se adoptaría en Europa.
2. Tradicionalmente en el país existían numerosas cooperativas que ofrecían servicios telefónicos locales a tasas
muy bajas y con un alto nivel de penetración. Por tal
52
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
razón, para que la telefonía móvil tuviera éxito, las tarifas
debían competir con las del servicio fijo. Además, a diferencia de la mayoría de los países, el principal operador,
Sonera (anteriormente Telecom Finlandia), no ejercía un
monopolio sobre los servicios telefónicos locales, por lo
que estaba obligado a buscar otros modos de aumentar
sus ingresos.
3. Por otro lado, los finlandeses parecen ser más proclives a adoptar nuevas tecnologías. Además de tener la
mayor penetración de móviles en el mundo, es uno de
los pioneros en acceso a Internet, y han preconizado el
uso de la tecnología móvil para otras aplicaciones, como
la transmisión de mensajes de texto y servicios de datos,
salas de charla, entre otras.
De acuerdo con Ross (1993), este temprano incremento
también se debió al sistema de bienestar establecido en
los países nórdicos, junto con las positivas connotaciones
que lo acompañan, así como a la eficiente infraestructura
de un país tecnológicamente avanzado, donde la red telefónica tradicional era altamente desarrollada. Otras razones de este expansivo crecimiento son las tarifas competitivas y la posibilidad de que las personas adquirieran la
propiedad del equipo.
A contracorriente del modelo neoliberal que existe en
el mundo, en Finlandia la tradición de libre mercado es
escasa, por lo que el Estado ha tenido el monopolio de
sectores económicos clave como la producción e importación de energía, los ferrocarriles, el servicio postal, la
telefonía de larga distancia y la venta de alcohol (Ross,
1993: 447). Estas condiciones fueron esenciales para que
rápidamente se estableciera un sistema móvil integrado
(NMT), lo que costó mucho trabajo en la mayoría de los
países, y para que la señal fuera accesible durante los largos traslados de un país nórdico a otro, así como que las
personas “usaran realmente el teléfono, y no lo trajeran
ANA LUZ RUELAS
53
sólo para presumirlo como en París o Nueva York” (Ross,
1993: 447).
El exponencial crecimiento de usuarios y la intensa
adopción del celular, junto con las anteriores condiciones estructurales como la disposición de un sistema integral móvil, se explican por la imperante necesidad de
los finlandeses de estar conectados mientras viajan largas distancias que separan a un país nórdico de otro. Pero
también se debe a un fundamental “accidente histórico”
(Ross, 1993: 448-449): el hecho de que la propiedad telefónica estatal fuera muy rentable y que los componentes
tecnológicos fueran locales, ya que Nokia es un manufacturero finlandés privado y líder mundial en la industria de teléfonos portátiles, además que desde un principio esta empresa sostuvo una estrecha relación con los
políticos del país y durante el siglo XX destacó por ser una
coalición industrial entre los madereros, sogueros, cableros y huleros.
Para 2010, Suecia y Finlandia se ubicaban entre los países más avanzados en disponibilidad de tecnologías de
información y comunicación (TIC). De acuerdo al Índice
de desarrollo en las TIC en el mundo, de la UIT, Suecia
ocupaba el segundo lugar y Finlandia el quinto, mientras
que en el primero estaba Corea del Norte, Islandia en el
tercero y Dinamarca en el cuarto (UIT, 2010).
Si observamos la distribución de los usuarios individuales del teléfono móvil de acuerdo con los países en desarrollo y desarrollados, vemos que ésta se ha convertido
en la tecnología por excelencia de los primeros, es decir,
los que por lo general no han logrado una sólida infraestructura de telecomunicaciones. Mientras que en 2006 los
segundos concentraban 649 millones de usuarios y en los
primeros había 501 millones, para 2011 la tendencia se
había invertido, pues los primeros poseían 1396 millones
y los segundos sólo 870 millones (UIT, 2010).
54
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
México
En México el despegue de la radiotelefonía se logró ya
casi a finales de los noventas, no obstante que dos de las
empresas tradicionales, Iusacell y Radiomóvil Dipsa, obtuvieron sendas concesiones en los cincuentas, aunque más
bien por el impulso del mercado externo.
Si en Estados Unidos la primer licencia para prestar
servicio comercial celular se otorgó en 1981 a Ameritech, en Chicago, en México ocurrió en 1989 después
de que Radiomóvil Dipsa obtuvo una concesión para dar
el servicio de telefonía móvil celular, que a la postre se
convertiría en la marca Telcel, filial de América Móvil
que se desmembró de Teléfonos de México (Telmex).
Aunque Telcel es una marca muy joven, sus orígenes se
remontan a 1978 cuando se inició la instalación y operación de un sistema de radiotelefonía móvil (teléfono
en el automóvil) en el Distrito Federal, no obstante este
servicio empezó a comercializarse hasta 1981 y sólo tres
años más tarde obtuvo la concesión para explotar la red
de servicio radiotelefónico móvil en el área metropolitana de la ciudad de México, bajo la denominación de
Radiomóvil Dipsa, SA de CV. En 1987 se autorizó la instalación del sistema celular en Mexicali y al año siguiente
Radiomóvil solicitó la modificación de la concesión para
operar la telefonía celular a nivel nacional. En 1989,
cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transporte
(SCT) aprobó la introducción de la tecnología celular en
todo México, surgió Telcel, empresa que sería dominante
desde entonces, cuando comenzó a ofrecer el servicio en
Tijuana.
La compañía Telcel recibió ventajosas condiciones
para dominar el mercado, pues fue muy favorecida con
la concesión y obtención de frecuencias para operar a
nivel nacional, por lo que opera en las ocho zonas en que
55
ANA LUZ RUELAS
TABLA 1. MÉXICO: EVOLUCIÓN DE LA TELEFONÍA CELULAR
(MILLONES)
Indicador
Suscripciones a telefonía celular
(miles)
1996
2000
2005
2010
2011
1 021.9 14 077.9 47 128.7 91 362.8 94 565.3
Teléfonos
celulares por
cada 100 hab.
1.12
14.08
44.26
80.55
82.38
Proporción
de suscriptores celulares por líneas
fijas
0.1:1
1.1:1
2.4:1
4.6:1
4.8:1
Fuente: Elaborado con datos de la UIT (2011).
fue dividido el territorio para asignar concesiones, y después de una década de reacomodo de grupos empresariales para explotar el mercado, mantiene su predominio e
incluso se ha expandido al mercado latinoamericano.
Como se aprecia en la tabla 2, el crecimiento de usuarios despegó exponencialmente en 1996, pasando de 1.02
millones de suscriptores a 94.5 millones para 2011; de
hecho, a partir del año 2000 las líneas fijas ya eran rebasadas en una proporción de 1.1 por 1.
EL SISTEMA DE PAGO POR ADELANTADO
Varios elementos se han conjugado para que la telefonía
celular se convierta en una tecnología asequible en distintos países, pero es el sistema de pago por adelantado el
56
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
que sobresale, ya que se dirige a sectores de bajos ingresos y que no están en condiciones o se resisten a firmar
un contrato de servicios.
El sistema de pago por adelantado inició en Alemania
y Suiza en 1995, con las tarjetas de prepago (GSM Osby
Mikro, 1999), aunque éstas no se podían recargar. Se trataba de un servicio muy caro frente a las tarifas estándar y
se usaba casi exclusivamente para los viajeros de negocios
internacionales más que para el mercado doméstico. No
obstante, varios países empezaron a basar sus comunicaciones por el teléfono celular más que por el de casa, por
lo que las contrataciones de líneas de este último comenzaron a estancarse.
Como se aprecia en la tabla 2, la proporción de suscriptores de teléfonos celulares es mayor que el de líneas
fijas; uno de los primeros países en lograr esta ventaja fue
Finlandia debido a su temprano y exitoso desarrollo, en
1997, y gracias a que consolidó este medio de comunicación superó ampliamente a otros países, pues mientras en
2011 tenía una proporción de 8.3 celulares por cada fijo,
TABLA 2. PROPORCIÓN DE SUSCRIPTORES MÓVILES CELULARES
POR LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS
País
1996
2000
2005
2010
2011
Estados Unidos
0.3
0.6
1.2
1.8
2.2
Finlandia
0.5
1.3
2.5
6.7
8.3
Japón
0.4
1.1
1.7
1.9
2.0
México
0.1
1.1
2.4
4.6
4.8
Canadá
0.2
0.4
0.9
1.4
1.6
Nota: La proporción de teléfonos celulares de la tabla es a “1” de
líneas de teléfono fijo.
Fuente: UIT (2011).
ANA LUZ RUELAS
57
en Estados Unidos era de 2.2, en Japón de 2 y en Canadá
de 1.6.
Más que la disponibilidad de la tecnología, la adopción
masiva de este dispositivo tiene que ver con la combinación de un conjunto de factores como competencia, regulación y cultura.
Es indudable que el esquema de tarifas impuesto para
el territorio estadounidense —sin necesidad del roaming
que opera en México, por ejemplo— hizo más práctico
contratar el servicio (por un mínimo de dos años) que
depender del prepago. Además, aunque ha tenido un
estancamiento, Estados Unidos cuenta con una de las
infraestructuras para telefonía fija con mayor alcance y
de las más altas penetraciones en el mundo.
Igual que en Estados Unidos, en Canadá —como veremos en capítulo aparte—, se adoptó de manera tardía el
celular, pero enseguida desarrolló una infraestructura
para cubrir prácticamente todo el territorio. Como se
observa en la tabla 3 relativa a los suscriptores de celular, ambos países iniciaron más tarde que Dinamarca, Finlandia, Japón y Corea del Norte. Mientras que en Canadá
era adoptado por apenas 22.7% y en Estados Unidos por
30.8%, Finlandia ya los había triplicado y duplicado, respectivamente; en tanto, Dinamarca y Corea del Norte ya
tenía casi a la mitad de su población con teléfono celular,
mientras que Japón abarcaba a 44.9%. La situación canadiense se mantuvo todavía hasta 2005, cuando tenía 51.6%
y Finlandia y Dinamarca ya habían rebasado el 100%.
Un país que sobresale por el uso de tarjeta de prepago es
Portugal, puesto que en 1995 ya se podía recargar en cajeros automáticos, lo que se convirtió en un éxito; pronto
este sistema sería imitado por los demás países, siendo la
clave para que el número de usuarios celulares aumentara en aquellos donde aún la penetración no era considerable.
58
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Lo curioso de este sistema es que consolidó un esquema
para recibir llamadas o estar disponible y no tanto para iniciarlas. En efecto, aunque fue concebido para personas que
no querían hacer muchas llamadas y así controlar sus gastos, rápido fue adoptado por hombres de negocios y profesionistas, como fue el caso de Suecia, donde los operadores
reportaron que quienes lo usaban eran particularmente los
guardias de seguridad y los artesanos (OCDE, 2000: 61).
El impacto de este esquema de pago ha sido inmenso,
pues los suscriptores de servicios móviles de Telecom
Portugal, por ejemplo, se incrementaron anualmente de
manera espectacular. En 1996 creció 65% respecto del
año anterior, y en 1997, por ejemplo, creció 129% comparado con 1996. A finales de 1997, 63% de los clientes
usaban prepago y para junio de 1999 alcanzaba al 85%
(OCDE, 2000: 60).
TABLA 3. SUSCRIPTORES DE CELULAR POR CADA 100
HABITANTES (PORCENTAJES). PAÍSES CON MAYOR ÍNDICE DE
POSPAGO
País
1999
2000
2001
2002
2003
2004
Canadá
22.7
28.4
34.3
Dinamarca
49.4
63
73.9
Finlandia
63.4
72
2005
2010
2011
37.8
41.8
46.6
51.6
70.6
75.3
83.3
88.4
95.7
100.9
125.8
126.5
80.5
86.8
91.1
95.6
102.7
156.4
166
Japón
44.9
52.7
58.8
63.6
67.8
71.6
75.5
97.4
102.7
Corea
del Sur
50.3
57
61.3
67.9
70.2
76.1
79.4
105.3
108.5
Estados
Unidos
30.8
38.8
43.2
51.3
54.5
62.8
71.8
89.9
105.9
Fuente: Elaborado a partir de OCDE, Communications Outlook
(2007) y UIT (2011).
ANA LUZ RUELAS
59
En el primer semestre de 1999, la empresa española
Telefónica ya tenía la mitad del total de sus clientes (6.5
millones) con pago por adelantado, y los productos de
prepago por servicios digitales móviles fue el principal
factor de crecimiento, pues más de tres cuartas partes
de sus registros mensuales correspondían a ese concepto
(OCDE, 2000: 61). Por su parte, Telecom Italia Mobile lo
adoptó en 1996 y el impacto fue inmediato, pues en junio
de 1999 el 80% de sus usuarios eran de prepago (OCDE,
2000).
En México, en la década de 2000 el mercado de las telecomunicaciones experimentó una fuerte transformación,
similar quizá a la que se vivió a inicios de los noventa.
Los servicios tradicionales de voz rápidamente fueron
desplazados por los nuevos servicios. La telefonía celular
empezó a dinamizar el mercado y superó a otros segmentos; para mediados de 2003 participaba con 36% de los
ingresos totales del mercado de servicios de voz, mientras
que el servicio de larga distancia internacional aportaba
apenas 9% y el de larga distancia nacional 15%, frente al
local, que lo hacía con 40%.
Lo anterior también se reflejó en la paralización del
crecimiento de la telefonía fija, pues para ese mismo año
el director general de Telmex expresaba que la compañía
tenía alrededor de un millón de cancelaciones anuales,
mantenía un millón de “líneas en anaquel, y que más de
50% de su base instalada eran consumidores de sólo renta
mensual” (Guadarrama, 2003). Para ese año había un total
de 26.7 millones de usuarios de teléfonos celulares, contra 15.1 millones con telefonía fija.
En ese contexto es que el prepago se convirtió en una
estrategia de mercado. Concretamente se avizoró para
consumidores de limitado consumo y de zonas deprimidas, junto con otras medidas, como ofrecer equipos
a bajo precio y con aplicaciones avanzadas pero fáciles
60
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
para atraer a las personas que aún no adoptaban el celular. Todo esto contribuyó para que la aceptación del prepago entre la gente fuera histórica y se convirtiera en la
forma común de pago. Para mediados de 2003, cuando
ya los celulares duplicaban a los fijos, apenas 8% de los
usuarios tenían contratado el servicio de pospago (Mejía
Guerrero, 2003), de ahí que las compañías realicen agresivas campañas publicitarias para incitar al consumo de
tiempo aire y para que renueven constantemente los
equipos.
Evolución del prepago en México y factores que lo favorecen
El éxito del prepago en México, además de los factores
presentes en varios países, se suma el de la desconfianza
o preferencia por mantener en privado los datos personales. Otro factor es que, sin un cargo fijo mensual, los
usuarios tienen la sensación de poder controlar sus gastos, mientras que en el caso de los operadores los costos de facturación se reducen. Asimismo, el prepago ha
hecho que el servicio sea accesible para millones de personas que no tienen suficiente perfil crediticio para calificar por un paquete; en Australia, por ejemplo, una vez
que 40% de los solicitantes fue rechazado por no cubrir
los requisitos para un crédito, el gobierno se vio impelido
a introducir ese esquema de pago en junio de 1997 (Beaubrun y Pierre, 2001: 153).
Sin embargo, lo que más ha favorecido la expansión de
la telefonía celular por prepago ha sido el bajo perfil económico de la población. En el caso de México esto es más
que evidente, pues quienes no pueden pagar el teléfono
tradicional, han dado el salto a la telefonía móvil; mientras en el año 2000 había 14% de usuarios, en 2011 ya
había alcanzado el récord de 82.3%. Pese a estos avances,
nuestro país continúa con un gran rezago en telecomuni-
ANA LUZ RUELAS
61
caciones respecto a América del Sur; por ejemplo, Argentina pasó de 17% en 2000, a sobrepasar el 100% desde
2007, y para 2011 ya tenía un universo de 134.9%, y para
los mismos años Brasil pasó de 13.2% a 123.1% y Chile de
22% a 129.7%.
Los precios de las llamadas han generado un conflicto
entre los operadores de las redes públicas y los operadores de telefonía celular, quedando los usuarios a expensas de los convenios que logren estas partes; además,
también fijan los costos sobre el pago por interconexión,
recolección de impuestos, notificación a los usuarios de
las tarifas, condiciones o términos de los cargos y facturación. Aun cuando en diversos países las autoridades del sector de telecomunicaciones tienen atribuciones para intervenir en pro del interés público, a final
de cuentas los intereses de los conglomerados terminan
imponiéndose. En este sentido, se requiere de una autoridad fuerte y de la activa cooperación entre las compañías participantes, principalmente de la operadora de la
red pública conmutada, pues en caso de que alguna no
esté de acuerdo puede interrumpirse o posponerse una
medida, o bien entrar en largos e interminables conflictos legales.
Otro paso crucial para facilitar el acceso a la telefonía
móvil fue la regulación del pago por recibir llamadas, proceso conocido coloquialmente como “el que llama paga”
(calling party pay), que significa pagar de manera compartida una llamada (OCDE, 2000: 65). Las opciones pueden
ser: a) si la llamada se inicia de un teléfono fijo a un celular, el primero paga el costo entero de la llamada; b) si el
usuario móvil inicia la llamada a un teléfono fijo, el primero paga el costo completo; y c) si el usuario móvil inicia la llamada dirigida a un usuario móvil, el que inicia
paga el costo completo.
Por su parte, en el esquema “el que recibe paga” o RPP
62
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
TABLA 4. INTRODUCCIÓN A MÉXICO DEL ESQUEMA
“EL QUE LLAMA PAGA”
Tipo de
llamada
De celular a
celular
Marcación a
celulares
Los 10 dígitos
del celular
Ejemplos
Fecha de
introducción
5512345678
Mayo de
1999
De fijos a
045 más los 10
celular de
dígitos del celuotra localidad lar
045+
5512345678
2003
De E.U.A.
y Canadá a
celular
011+52+1+
5512345678
Noviembre de
2006
00+52+1+
5512345678
Noviembre de
2006
011 52 1 y los 10
dígitos del celular
Internacional 052, el nuevo
(otros destiprefijo 1, y los
nos) a celular 10 dígitos del
celular
Fuente: Telmex (2012).
(receiving party pays) se pueden presentar las siguientes
opciones: a) si se inicia la llamada de un teléfono de casa
a un celular, el primero paga un cargo estándar fijo y el
segundo por los cargos móviles; b) si el usuario marca de
un móvil a uno fijo, el primero paga el costo entero de la
llamada; c) si es de móvil a móvil, ambos pagan los costos
de la llamada (OCDE, 2000: 51).
El esquema de “el que llama paga” se introdujo en 1999
en México, pero no para las diversas opciones de enlaces,
sino que se hizo de manera escalonada, empezando a nivel
local. Un hecho que ha sido determinante para el establecimiento de estos sistemas es que la operadora dominante de la red fija y la principal compañía celular forma
un monopolio, por lo que las disputas con los competido-
ANA LUZ RUELAS
63
res en el segmento móvil constantemente dificultan los
acuerdos. Precisamente, la compañía que se oponía a la
entrada del esquema “el que llama paga” fue Telmex, principal accionista de Telcel, la compañía celular más fuerte;
su argumento fue que los cargos de llamar de la red fija
a las redes móviles eran muy altos, sin embargo, una vez
que se inició el sistema de pagos en mayo de 1999, se dio
un crecimiento récord, de tal suerte que en julio de 1999
los suscriptores llegaron a 1.1 millones, experimentándose en algunos meses crecimientos de hasta 9.4%.
La segunda etapa inició a partir de 2003, cuando se discutió la introducción del sistema “el que llama paga” a nivel
nacional, después de haberse dado el consenso entre los
cuatro proveedores del servicio celular: Telcel, Telefónica
Móviles, Iusacell y Unefon, pues se vio que era conveniente dado el considerable aumento del tráfico de llamadas. Eso significó que los usuarios celulares no tendrían
que pagar por recibir llamadas cuando se encontraran
fuera de la región donde utilizaran el servicio, y también,
desde entonces, que la persona que llama de larga distancia a un celular asume los cargos de tiempo aire, independientemente de la tarifa de interconexión y los gastos de
cobranza y facturación. El sistema nacional resulta más
complejo, ya que requiere el cobro por tiempo aire consumido más la llamada de larga distancia, el roaming, la
interconexión, la cobranza y la facturación.
En la ciudad de México se instauró en 2003, y consistía
en que quien realizara la llamada se encargara de pagar el
tiempo-aire consumido, adicionando 1.90 pesos por interconexión y 0.60 centavos por conceptos de facturación y
cobranza (Guadarrama, 2003).
Del mismo modo que ocurrió con la introducción de la
modalidad “el que llama paga” local, en 2005 las posiciones de la industria estaban en franca contradicción sobre
los beneficios y la pertinencia de adoptar “el que llama
64
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
paga nacional e internacional”. Fue hasta el 4 de noviembre de 2006, cuando Telmex anunció que se adoptaba esa
modalidad para la recepción de llamadas en el celular
provenientes del extranjero o de fuera del área telefónica
y que no implicaba cobro para el receptor: “Contestar no
cuesta”, era el lema publicitario (Lozano, 2005). Y también se dieron instrucciones sobre cómo marcar (véase
tabla 4).
Sin embargo, la empresa también advirtió que “cobraría el tiempo aire de recepción de llamadas nacionales
e internacionales provenientes de las empresas inconformes”, haciendo referencia a los procesos legales interpuestos por diversos operadores de larga distancia en contra de la aplicación de la modalidad “El que llama paga
nacional”, por lo que Telcel identificaría cuándo se estaba
ante una llamada de esos operadores para que el usuario
decidiera si aceptaba o no el cargo correspondiente (Telcel, 2012).
Por otra parte, una forma de identificar el nivel económico de los usuarios del teléfono celular en México es
según la modalidad de pago que adopten. Desde finales
de los noventa hasta 2011 se estableció una diferenciación
entre quienes pagan mensualmente (que registran datos
personales y cargan a sus cuentas de crédito) y los que
escogen el prepago (que pagan por adelantado lo que van
a consumir de servicio). Entre los primeros se encuentran los ejecutivos de compañías privadas y funcionarios
gubernamentales, mientras que entre los segundos están
los jóvenes y con menos recursos, que usan el prepago
mediante tarjetas con un costo bajo (aunque a menudo
con altos cargos) y son los que se “mantienen en el anonimato” porque no necesitan registrarse en la compañía o en
alguna otra oficina. Por cierto, en 2009 se intentó elaborar
un censo de los usuarios, el Registro Nacional de Usuarios
de Celular, pero fue un rotundo fracaso. La intención era
ANA LUZ RUELAS
65
tener un control sobre la información y datos de quienes
usaban el celular para actividades ilícitas, como secuestros y extorsiones.
El envío de mensajes fue propiciado por el uso de tarjetas prepagadas, ya que de los paquetes que ofertan las
compañías proveedoras, los clientes optan por ahorrar
tiempo y dinero a través del envío de textos en lugar de
usar varios minutos en una conversación.
En Estados Unidos los mensajes tardaron en ser populares, pues los teléfonos celulares no eran compatibles y
resultaba más costoso. Por ello, la cultura del mensaje fue
menos rica que en países como Finlandia, Italia, Reino
Unido y, por supuesto, la capital del texto en el mundo,
Filipinas (Agar, 2004: 108). Sin embargo, para 2009 Estados Unidos y Filipinas eran las capitales de los SMS, con
un 35% del volumen mundial.
La amplia diseminación del teléfono móvil se debió a
que para millones de personas fue también la primera
computadora que poseyeron, de ahí que se haya convertido en la plataforma de cómputo más extendida en el
mundo. Asimismo, se predijo que para 2009 habría alrededor de 2.6 mil millones de teléfonos móvil usados de
manera regular (BBC News Channel, 2005), sin embargo
dicho cálculo también falló rotundamente, pues ese
número casi se duplicó, alcanzando los 4.7 mil millones.
La carrera de la telefonía móvil continúa bajo una
impresionante combinación tecnológica, cuyo ritmo es
impuesto por los mercados y los conglomerados de las
telecomunicaciones. Hoy ya es tiempo de que el cobro
basado en el tiempo y la geografía pase a la historia, como
señalan los especialistas, pues los protocolos VoIP (voz
sobre Internet) permiten manejar paquetes de contratación que incluyan el envío de voz y datos por celular o
línea fija, de acuerdo a las necesidades de cada familia.
Con la “convergencia de voz y datos los usuarios pueden
66
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
pagar cuotas mensuales de acceso por el uso de sus teléfonos, pero no por llamadas individuales” (Economist Intelligence Unit, 2006).
Hay que recordar que la convergencia es consustancial
a las redes de telecomunicaciones y que la interconexión
se logra entre reguladores, corporativos y usuarios. Las
redes inalámbricas, por ejemplo, se pueden integrar con
sistemas y servicios optimizados para diferentes aplicaciones, mismas que se agrupan en sistemas de localización, teléfonos inalámbricos, celulares de radio, datos inalámbricos, áreas de redes locales inalámbricas, móviles
satelitales, entre otros (Beaubrun y Pierre, 2001: 143).
Finalmente, lo que puede ocurrir es que la propaganda
comercial se apodere de nosotros, contactándonos a través del teléfono móvil, que es un aditamento personal
insustituible. De hecho se perciben los impactos en las
familias, los negocios, la educación y la identidad, como
veremos en los siguientes capítulos, pero también en la
homogeneización de los más disímbolos grupos sociales,
por lo que puede decirse que el teléfono celular sirve para
tomar el pulso al desarrollo económico y social de naciones enteras.
ANA LUZ RUELAS
67
FIGURA 2. CELULAR COMO TERMÓMETRO
FIGURA 3. ESTADOS UNIDOS. DESESPERACIÓN EN NEWTOWN,
2012
68
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
FIGURA 4. SACANDO FOTOS
FIGURA 5. TOMANDO FOTOS DESPUÉS DE HUCARÁN
2. NIÑOS Y ADOLESCENTES, USUARIOS DEL CELULAR
EL PÁNICO MORAL A LA NUEVA TECNOLOGÍA
La diseminación sin cortapisas de una tecnología de comunicación masiva entre la población, particularmente en
los niños y adolescentes, siempre provoca reacciones desfavorables.
Los miedos que con regularidad aparecen con la adopción de nuevas tecnologías de comunicación históricamente están asociados con aspectos de la salud, las conductas y las relaciones sociales. A estas reacciones adversas
que se presentan ante eventos o fenómenos novedosos
se les ha denominado como “pánico moral”. En palabras
de Cohen (2002: XXII), el término implica que hay una
reacción social desproporcionada hacia un evento calificado como riesgoso, dañino o peligroso, es decir, la reacción puede ser más severa, irracional e injustificada que
el evento, el peligro, la alarma o conducta misma (2002:
XXVIII).
El pánico moral presenta cinco características: 1) preocupación sobre el peligro real o imaginado, 2) hostilidad hacia actores o agencias que personifican o se les responsabiliza del problema (políticos, médicos, trabajadores
sociales), 3) consenso, o sea, un acuerdo de que el peligro existe, que es serio y algo tiene que hacerse (los gru[69]
70
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
pos influyentes, especialmente los medios masivos deben
compartir este consenso), 4) desproporción, es decir, se
exageran los números de casos, daños causados, ofensas morales, los riesgos potenciales, y 5) la volatilidad, es
decir, así como surge el pánico, repentinamente se disipa
(Cohen, 2002: XXII).
Los objetos del pánico moral, señala Cohen (2002), son
predecibles y se representan por: algo nuevo, pero también lo viejo; son perjudiciales en sí mismos, aunque también sólo muestran señales de precaución; y son transparentes, esto es, cualquiera puede ver que está pasando.
El teléfono celular encarna estos rasgos del pánico
moral: es un artefacto nuevo y su masiva diseminación lo
hizo perceptible en cualquier lugar, es decir, son transparentes. En sus inicios, generó una situación muy polarizada en cuanto a su aceptación o rechazo.
Sin embargo, es la adopción de las TIC por parte de
niños y adolescentes lo que más recibe los rechazos frontales de los adultos, padres de familia, críticos de los medios
masivos y autoridades públicas. Con el argumento de la
inmadurez o la minoría de edad y de que son el futuro de
la humanidad, se trata de protegerlos, si bien es una reacción natural que no deja de tener sustento. De acuerdo
con Marsh y Melville (2011: 2):
[…] de tiempo en tiempo las sociedades experimentan periodos de pánico moral. Puede ser que emerja en los medios
masivos de comunicación un episodio, persona o grupo de
personas como una amenaza a los valores o intereses comunes que son fijados como barreras morales por editores, jerarcas de las iglesias, políticos y otras personas de pensamiento
de derecha que los presentan o definen de manera estilizada
y estereotipada [...].
Cuando esas personas y expertos en la materia se pro-
ANA LUZ RUELAS
71
nuncian en contra de tal o cual tecnología puede cundir
el pánico en la sociedad. En Japón, cuando un psicólogo
social sostuvo que los jóvenes usuarios del keitai se convertían en delincuentes juveniles a más altas tasas que los
no usuarios, causó gran revuelo y preocupación (Nakamura, citado por Habuchi, 2002: 165).
Históricamente ha existido un dilema sobre la adopción
o no de medios y tecnologías de comunicación por parte
de niños y adolescentes, en especial sobre la televisión
y sus efectos (Levinson, 2004: 86-87). A inicios del siglo
XX hubo una intensa preocupación por las consecuencias
negativas que las películas causaban en los infantes; por
ejemplo, en algunas revistas estadounidenses de 1910 ciertos films eran catalogados como “escuela para los delincuentes” y que “destruían la reserva moral del futuro”. De
hecho, se aludía que “el lema de las productoras de películas podría ser: «Un barrio bajo de fácil acceso a todos los
hogares. Vea los asesinatos y el libertinaje mientras usted
espera. Sólo le cuesta un centavo»” (William y McKeever,
1910: 185.)
Para mediados del siglo, los temores cambiaron hacia la
televisión y los comics, que se pensó creaban fuertes adicciones especialmente en los niños, llegándose a sostener
que ver televisión podría causar cáncer (Mander, 1978).
En esa misma lógica, en la época finisecular surgió un
villano mayor: el Internet. El ejemplo más palmario de la
incipiente animadversión y temores hacia los medios de
comunicación se dio quizá en Estados Unidos, cuando en
1996 se aprobó la Communication Decency Act, la cual
contemplaba multas mayores a los cien mil dólares y dos
años de prisión si el material indecente que se publicaba
en la red circulara de tal forma que pudiera ser visto por
los niños; más tarde la Suprema Corte congeló esta propuesta por inconstitucionalidad.
Asimismo, en 2003 se aprobó en Japón una legislación
72
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
para restringir el acceso de niños y menores de 18 años a
sitios de encuentros amorosos en la web. Gran parte de la
crítica hacia el keitai es hacia los sitios de Internet porque
“aceleran la criminalidad” al facilitar los “encuentros amorosos en línea” o donde los jóvenes buscan nuevos amigos o novios. Como los accesos se dan fácilmente a través de varios artefactos, con la incorporación del Internet
en el celular la suspicacia ha aumentado, por lo que ha
sido declarado como un problema social (Habuchi, 2002:
164).
Si comparamos el potencial que tienen la televisión
y el Internet de influir en los niños mediante ideas no
aptas para su edad, nos percatamos que la primera luce
inocua frente a la segunda opción, pues por éste circulan
millares de imágenes pornográficas por segundo, y teóricamente toda persona puede ver e incluso interactuar.
Además, con la anexión de la televisión en el móvil, la
percepción puede adquirir tonos alarmantes. Si alguien
por error teclea una palabra que se parezca a un término
“prohibido”, al instante puede obtener cientos de sitios
que conducen e incitan a su interacción, por lo que después se tienen que realizar una limpieza de la computadora para evitar que aparezcan automáticamente.
Los efectos maravillosos de las máquinas, como advirtió Postman (1992), muchas veces nos inducen a hacer
caso omiso de las ideas contenidas en ellos, a dejar de ver
el significado ideológico o lo que pretenden inducir quienes están detrás de su diseño. Como dice Zimmer (2008),
es preciso trabajar para quitar las “anteojeras de las consecuencias no deseadas”.
Ahora bien, la omnipresencia del celular en niños y
adolescentes puede generar un impresionante pánico
moral debido a la hipercomunicación (comunicación teóricamente en todo tiempo y lugar), además de ser un aditamento acondicionado a las diferentes edades, persona-
ANA LUZ RUELAS
73
lísimo, interactivo y que otorga identidad cultural tanto a
jóvenes como adultos, así como por su movilidad y mayor
accesibilidad que el Internet. Se puede decir que el celular representa un mayor daño potencial para los niños
—incluso más que la web— por la intensa y extensa convergencia tecnológica, la que ha logrado la transmisión de
diferentes contenidos que hasta hace poco sólo circulaban
por Internet.
En efecto, la pornografía es el contenido que se reenvía
más intensamente por celular a raíz de la 3G, pues tiene
una ventaja que las noticias por radiodifusión y publicidad no tienen: es una mercancía flexible que puede entregarse y tasarse de diversas maneras (como voz o como
video), se acomoda a la noción de intimidad, que es una
caracteristica de los móviles, y es abierta a todos los mercados. Lo más disruptivo que ocurre en el Reino Unido,
como observan algunos autores (Wilson, 2006: 234), es
que para mediados de los noventa un 38% buscaba “contenido para adultos” a través del móvil. Además, para pesar
de las compañías, esto podría salirse de control cuando
millones de imágenes o videos pornográficos puedan ser
descargados sin pago de por medio.
LA ADOLESCENCIA Y LA TECNOLOGÍA
La comunicación que establecen niños y adolescentes
tiene distintas manifestaciones y condicionantes propias
de estas etapas biológicas. Como afirma la doctora Valeria
Csépe (2002), del Departamento de Psicofisiología de la
Academia de Ciencias de Hungría, para entender la pasión
y destreza con que éstos han adoptado el celular, se tienen
que conocer los factores del desarrollo cognitivo.
Las habilidades tempranas de niños y adolescentes se
explican por las diferencias entre la memoria procedimental y la memoria explícita. La primera es muy prominente
74
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
y robusta en los bebés, mientras que la segunda empieza a
la edad de 3 o 4 años porque ciertas partes del cerebro, por
ejemplo el hipocampo, no se ha terminado de desarrollar,
es decir, es todo con lo que los niños cuentan. Por lo tanto,
la memoria procedimental es una de las mejores herramientas para aprender el funcionamiento de un artefacto,
ya que no involucra pensamiento consciente, por ejemplo acordarse cómo manejar un carro o bicicleta, tocar
el piano o decodificar un texto. Esta memoria no ayuda
a recordar “qué se conoce”, sino cómo se conoce. En una
investigación hecha por Csépe “para probar el desempeño
procedimental de niños (de entre 10 y 14 años) y adultos,
se confirmó la hipótesis de que la memoria procedimental contribuye a mejorar las destrezas de los niños cuando
usan los teléfonos móviles.
En cambio, los adultos al incorporar una herramienta
tecnológica tienen necesariamente que pasar por la etapa
supeditada al desarrollo psicomotor, pero también social,
donde intervienen instituciones como la familia, las amistades, la escuela, entre otros.
Antes de abordar la incorporación del celular en el
mundo de los adolescentes, es conveniente retomar algunos de los conocimientos acerca de la relación de los niños
con el teléfono tradicional. En primer lugar, se tiene que
a las edades de 7 u 8 años, de acuerdo con Veach (Ling,
2004: 90-91), los niños todavía tienen algunos problemas con el manejo del teléfono y aún piden permiso a
los mayores para usarlo. Es cierto que poseen habilidades motoras para manipularlo y entienden como marcar
y hablar con las personas. Asimismo, aunque atienden e
identifican la conversación con quien contesta y reconocen las señales de ocupado, o el mensaje de la grabadora,
sólo son capaces de abrir una conversación simple ya que
no tienen las suficientes habilidades para mantener una
rutina o secuencia de conversación y cerrarla.
ANA LUZ RUELAS
75
Ahora bien, de los 10 a 12 años de edad ya muestran
destrezas para entablar una rutina conversacional con
diferentes tipos de personas: adultos, otros niños, amigos o extraños, lo que nos da una pauta para conocer qué
tan competentes son en el manejo del teléfono móvil y la
interacción social que despliegan. No obstante, no deja de
sorprender su enorme habilidad para usar con arrojo todo
tipo de aparatos electrónicos.
Para el caso de los adolescentes, existen otras consideraciones sobre su relación con los teléfonos celulares.
Como viven un periodo de transición social y de madurez física, uno de sus principales retos es entender el funcionamiento del ámbito ajeno a la familia y tienen que
empezar a administrar su propia economía, interactuar
con otras instituciones y burocracias, tratar con amigos,
FIGURA 6. LÍA Y JAVIER CONCENTRADOS EN SU CELULAR
Cortesía de Iliana Padilla Reyes.
76
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
conocer el rol del sexo y la sexualidad, adquirir un estilo
personal y cuidar de su integridad (Ling, 2004: 93). Es
decir, entran en un periodo de transición donde expanden
su horizonte social, cambian de escuela, de área geográfica al pasar de un nivel de educación a otro dependiendo
de la ciudad donde vivan y conocen nuevos amigos.
Algunas diferencias entre la sociedad preindustrial y
la actual sociedad de la información, es la irrupción de la
tecnología móvil en los jóvenes y niños. Según Ling (2004:
95), en la primera etapa había cierta estabilidad generacional, lo que explica que el conocimiento y las tecnologías
tuvieran lapsos de aplicación entre unas y otras generaciones, donde los padres enseñaban a los hijos las técnicas que ellos dominaban. Sin embargo, esto cambió en
la sociedad industrializada y sobre todo en la de la información, debido al enorme flujo y acelerada innovación
tecnológica. Los tipos de empleos y experiencias de los
abuelos y padres ya no son los mismos, lo cual se refleja
en las ocupaciones que requieren manejo de cómputo y
enviar mensajes electrónicos. Estamos, pues, ante un factor clave de la brecha generacional.
Puesto que la popularidad del teléfono celular ha rebasado todas las expectativas de crecimiento, las reacias actitudes de los padres para que niños o adolescentes lo porten han tenido que ceder. En México, al igual que en otros
países, tardó en asimilarse que los escolares de educación
primaria (menores de 12 años) portaran un teléfono celular, pero ya entrada la segunda década del siglo XXI, no es
nada extraño que desde los 6 o 7 años los niños traigan su
propio teléfono.
ANA LUZ RUELAS
77
SER O NO SER RESPONSABLES
Las reacciones de los adultos a la enorme exposición de
adolescentes y jóvenes a tecnologías que ellos no dominan con suficiente destreza, han ido más allá de temer
por eventuales actos delincuenciales, secuestros, estafas,
pedofilia y otros riesgos.
Para Levinson (2004: 90), curiosamente las preocupaciones sobre el impacto adverso del teléfono móvil en este
sector no se limita a que estén expuestos a artefactos que
los padres objetan, sino que al estar siempre disponibles
no pueden separarse de éstos y tardan más en hacerse responsables de sus actos y en adquirir independencia personal y emocional, puesto que el celular les facilita tomar
cualquier decisión, por más intrascendente que ésta sea.
Sin embargo, también se reconoce que puede afianzar la
personalidad y responsabilidad del niño o adolescente, ya
que es capaz de decidir por sí mismo. Por ello, se cree que
el celular es un asistente idóneo en el proceso de transformación de la personalidad, tanto de la niñez a la adolescencia, como de joven a adulto. Sin duda la parte instrumental de la comunicación es vital para que padres e
hijos se mantengan en contacto, aunque en el periodo de
transición de adolescentes a adultos no es lo mejor para
inducir la autosuficiencia.
A la vez, el celular estrecha y extiende los vínculos
familiares. Para bien o para mal, señala Levinson, (2004:
89), no hay sitio para que alguien de la familia pueda ocultarse. Si anteriormente era la casa donde la familia compartía espacios físicos y el diálogo, ahora con el celular la
comunicación puede mantenerse intacta. La casa, desde
el punto de vista de su ubicación física, ahora es menos
relevante para dicha acción, pues los aspectos importantes de la cotidianidad es compartida a distancia gracias a
la posibilidad de distribuir información de manera instan-
78
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tánea. Precisamente, apelando a la coordinación doméstica que el móvil brinda, todas las compañías telefónicas
incluyen en sus esquemas de mercadeo el paquete familiar,1 donde se comparten minutos-aire, tarifas únicas y
numeración consecutiva. Estos paquetes son particularmente irresistibles para una madre o padre que desea proteger y cuidar en cualquier momento y desde donde se
encuentre a sus hijos, en sus horas de trabajo o escuela,
los fines de semana, y sobre todo en ocasiones de esparcimiento y diversión.
En un análisis sobre las conductas de los adolescentes
ingleses y su relación con la nueva tecnología como son
los celulares, Harper y Hamill (2005: 61) refieren que lo
que se debe investigar no es si las formas de conversar
y relacionarse son una manifestación novedosa o expresión de una sociedad que no ha cambiado, sino saber si la
sociedad tiende a involucrar a las nuevas tecnologías en
formas tales que las hacen únicas, cualquiera que sean
esas propiedades: ya sean menos importantes o menos
visibles. Es todavía difícil afirmar que hay o no cambios, y
es muy pronto para dar respuestas concluyentes a las preguntas si los teléfonos móviles son benéficos o perniciosos, o si los adolescentes están cambiando en razón de su
uso, aunque es indudable que los aditamentos o funciones de los aparatos sí obedecen a las demandas de comunicación de las personas.
Para conocer el rol del teléfono móvil en la vida de los
adolescentes de Inglaterra, se estudiaron sus conductas
en relación al pago del servicio, así como las reglas de eti-
1
En Estados Unidos, como la mayoría de los padres (68%) es la que
decide comprar un celular a sus hijos, un alto porcentaje de jóvenes
entre 13 y 17 años (62%) estaba suscrito a un plan familiar, mientras
que solo el 15% de ese grupo usaba el prepago (véase Johnson, 2006).
ANA LUZ RUELAS
79
queta que aplican en diferentes situaciones: quién llama a
quién, cuándo y sobre qué. Para su investigación, Harper
y Hamill (2005) recogieron datos de vidas en familia, dándoles seguimiento diario y haciendo entrevistas en hogares del Reino Unido y Suecia; se monitorearon e hicieron
entrevistas a 59 personas en 21 casas, todas con celular y
teléfono fijo. Fue revelador que las conductas de los jóvenes sobre la administración, uso y pago del teléfono fijo y
el móvil no cambiaban, como ocurre comúnmente en las
relaciones padres e hijos. Es decir, se encontraron conductas irresponsables de los hijos frente al uso de la línea fija
y el celular: la factura del teléfono fijo aumentó por llamar más a teléfonos móviles, lo cual habría resultado más
barato si esas llamadas se hubieran hecho por la misma
red de la telefonía móvil. Uno de los padres interpretó este
asunto como “colectivo o familiar”. En cambio las hijas lo
tomaron como algo individual más que de colaboración
entre la familia, mostrando con esa conducta “poca preocupación por los otros” (Harper y Hamill, 2005: 65).
Estas situaciones son semejantes en distintas latitudes. No es inusual que padres e hijos se confronten por
los gastos para el sostenimiento de un hogar, incluso es
normal en una familia de clase media. Lo interesante es
constatar cómo la tecnología sirve de pretexto para que
esto ocurra (Harper y Hamill, 2005: 65), pues al administrarles los pagos del celular a los hijos, los padres ejercen
coerción para que actúen como ellos dispongan. Los autores sostienen que lo que debe preocupar para el desarrollo de competencias comunicativas de los jóvenes no es
en sí mismo el cambio de estatus, sino cómo ese cambio
junto a otros se está dando en las conductas de los adolescentes. Por ejemplo, en lugar de usar los artefactos para
posibilitar una comunicación libre, muchas veces lo adaptan para hacer más rígidas y jerárquicas las reglas y convenciones de interacción social; ejercen coerción sobre
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
los otros al estilo tradicional cuando, por ejemplo, eluden rituales del saludo a través del celular. Aunque no
es exclusivo de ellos, seguido deciden a quien contestarle
un mensaje de “hola”, cuándo hacerlo y por qué. Incluso,
entre ellos mismos establecen pistas para monitorearse y
dar imagen de cierto estatus ante una comunidad o sus
escuelas. Se vigilan para saber quiénes tienen celular, qué
modelo, tipo de servicio (plan), la estética y las funciones con las que cuenta. Estas son formas importantes de
cómo los adolescentes negocian su posición social dentro de las complejas relaciones comunitarias, con quiénes
se hacen acompañar, qué hacen, dónde acuden, etcétera
(Green, 2002: 40). En este sentido, más que para abrir el
círculo de amistades y relaciones juveniles, el celular contribuye para cohesionar y cerrar el ya establecido y conferirle una identidad.
De manera similar, de Gournay sostiene que la actual
configuración de las relaciones sociales (que excluye las
relaciones funcionales y organizacionales) “no se corresponde con la imagen de una red, porque muchos acercamientos ya no se mantienen por encuentros físicos y
espacios sociales” (1999: 202-203), sino que dependen
principalmente del teléfono “que lleva a relaciones bilaterales y exclusivas”, a semejanza de la “fusión de parejas o cordones umbilicales (madre-hijo)”. Asimismo, se ve
un deseo de cerrar las redes de amigos, limitándose a los
más cercanos y a la familia nuclear. Esto es así porque los
usuarios controlan la disponibilidad de sus números telefónicos y pueden restringir o excluir a quienes no son sus
cercanos.
Por su parte, las normas de etiqueta construidas por
el uso del celular han producido un sistema de urbanismo complejo, sutil, fuertemente clasificatorio y punitivo o penalizador: los jóvenes no actúan acorde a los dictados de quienes tienen poder sobre ellos, sino que ellos
ANA LUZ RUELAS
81
mismos —como ya mencionamos— construyen procesos
cerrados (Harper y Hamill, 2005: 71). Así, utilizan el teléfono para manejar rígidamente los detalles de su comunicación cotidiana en tiempo real y virtual, y evitan contestar llamadas de los no identificados, igual como lo hacen
con los teléfonos fijos de casa. El resultado es que en vez
de estar siempre disponible al contacto, que es el propósito del teléfono móvil, sus prácticas constriñen el círculo
social: sólo quienes tienen el derecho a contactarlos lo
pueden hacer, y los que están excluidos raramente son
accedidos, y cuando lo hacen, son para rechazarlos.
Por otra parte, Mizuko Ito, et al. (2005) señala que
mediante el uso del celular los adolescentes japoneses
aprenden, entre otras cuestiones, el desarrollo de reglas
de etiqueta de comunicación en los espacios públicos. Por
ejemplo de cómo dan por terminada una llamada en el
camión cuando está próxima una parada, o cuando le dice
al amigo que detenga el envío de mensajes porque está
por entrar a un salón de clases; esto indica que las relaciones entre espacio y acción son contingentes y arbitrariamente se adecuan al momento.
En cuanto a los rituales cotidianos de la comunicación,
se registra un cúmulo de expresiones que los jóvenes se
dirigen entre sí, por ejemplo el texto de buenas noches
que envía el joven a su novia cuando salen fuera ahora es
un requisito social, y cuando falla un mensaje se pide una
disculpa. El envío de una pequeña nota durante las horas
de clases es también un signo de dedicación y apego.
CÓDIGOS SOCIALES EN CONSTRUCCIÓN
En torno al uso del celular se vienen observando patrones y reiterados códigos sociales en diferentes culturas.
En una comparación entre Japón y Francia, Rivière y Liccoppe (2005) advierten que en el país oriental se envían
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
mensajes de texto entre personas de diferente estatus
social para evitar “meter la pata”, pero entre esposo y
esposa no se tiene temor y la llamada de voz se hace a
cualquier hora. En contraste, en Francia el envío de texto
se usa no tanto para evitar cometer errores sino para sortear la violencia emocional en relaciones muy estrechas:
las chicas prefieren enviar sus quejas al novio para no
tener que escuchar los arrebatos de él, mientras que éste
prefiere el texto para expresar sus propias quejas y no oír
llantos. A veces el texto no sólo permite evadir estas reacciones emocionales, sino que el medio influye para que
ocurran, lo cual ilustra que la tecnología móvil coadyuva
a la formación de patrones de conducta más refinados y
controlados: se cuida lo que se dice, a quién y cuándo, y
se depura la manera de hablar.
También a través de los mensajes cortos es posible
esconder la personalidad: cuando alguien se comunica
por el SMS puede comportarse como una persona decidida, pero en la vida real sea más bien reservada, lo que
puede tener consecuencias para el inicio y sostenimiento
de una relación. En una extensa investigación de campo
entre los jóvenes finlandeses, Kasesniemi y Rautiainen
(2002: 182) hallaron que una chica de 15 años durante
dos semanas envió mensajes de texto a los investigadores
pidiéndoles que la entrevistaran puesto que tenía mucho
que decirles. El mensaje reflejaba gran confianza en sí
misma, pero cuál fue la sorpresa que en el encuentro se
encontró a una jovencita “‘quieta como un ratón’, encerrada y sospechosamente no quiso responder al investigador”. Igualmente detectaron a una pareja de jóvenes que
a diario se veían en la escuela y que según ellos “estaban
enamorados, pero que sólo se enviaban mensajes de texto
por las noches”.
Otra muestra de que los jóvenes de diversas culturas
empiezan a desarrollar patrones comunes y elaborados de
ANA LUZ RUELAS
83
la comunicación es el lenguaje escrito a través de mensajes cortos. En español también acostumbran mezclar frases del inglés que se acomodan al oírse más que en la
escritura.
Un sector preocupado por el efecto negativo en la escritura de los jóvenes es el de los profesores, debido a que
los mensajes rápidos y cortos no respetan las normas gramaticales requeridas en los textos escolares. Por ejemplo, estos mensajes son escritos en minúsculas o todo en
mayúsculas, han abreviado las palabras, y en el caso de la
lengua finlandesa ya no usan el carácter inflexivo de las
terminaciones. Si el mensaje no se puede acomodar en
los 160 caracteres que abarca el SMS, no dejan los espacios entre palabra y palabra. Es decir, se parece más a un
código que a la lengua estándar (Kasesniemi y Rautiainen, 2002: 185).
Sin embargo, también se reconoce que este estilo de
escritura es una oportunidad para la creatividad, pues se
toman palabras de otras lenguas que agilizan el comunicado, como utilizar la C para significar el verbo see del
inglés, o se compone una frase para optimizar los caracteres: “C U 2MORROW 9”.
Esta manera de escribir está determinada por los costos
de los mensajes; se recurre a esquemas o convenciones
para evitar cargos de las compañías telefónicas. Así, como
muchas veces el remitente sólo requiere que se le reconozca, lo que se acostumbra es marcar, dejar que suene
una o dos veces el teléfono, y colgar; entonces el remitente ya se da por enterado de que su contraparte tiene el
mensaje o el número de su teléfono.
EXPERIENCIAS DE ADOPCIÓN EN VARIOS PAÍSES
Las primeras reacciones que provocó el keitai en la
convivencia y relaciones familiares preocuparon a los
84
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
japoneses y a otras sociedades. La asiduidad al keitai se
parece un poco a la adicción de fumar entre los adultos. Entonces, es obligado averiguar las implicaciones
del sobreuso de las tecnologías para su posterior desarrollo, pues todavía hay poca evidencia sobre las consecuencias del cambio tecnológico en la vida cotidiana de
los niños. Por cierto, el impacto del videojuego Super
Mario Brothers, lanzado en septiembre de 1985, ya debe
ser visible en aquella generación infantil e incluso juvenil, pues en sus diversas versiones los acompañó en su
crecimiento.2
Lo evidente, por lo pronto, es que, ahora el celular se
adopta a edades más tempranas. Después de haberse diseminado en su segunda etapa entre adultos y estudiantes
de universidad, ahora llega a grupos de menores edades
como los de educación primaria e incluso de preprimaria,
debido principalmente a que las estrategias comerciales
de las compañías de telefonía celular, que ya han saturado
el mercado de los adultos, ahora se han enfocado hacia
estos sectores.
La adopción entre los niños es muy vertiginosa. Una
encuesta en Reino Unido encontró que mientras en el año
2000 un 17% de estudiantes de educación primaria y un
58% de secundaria tenían su propio teléfono móvil, para
el siguiente año en una encuesta aplicada a 1000 jóvenes reveló algo excepcional: 90% de los adolescentes con
edades entre 11 y 15 años ya lo tenían (Pain et al., 2005:
814).
Es evidente que las innovaciones tecnológicas en comunicación se
vienen expandiendo más rápido que sus predecesoras; si las líneas
telefónicas fijas tardaron 50 años en alcanzar al 50% de la población, a
los teléfonos móviles les llevó 20 años en tener esa misma cobertura,
y a Internet aproximadamente 10 años; al celular VoIP se calcula que
podría llevar dos o tres años (Minoura, 2001).
2
ANA LUZ RUELAS
85
El Reporte Media Literacy Audit, que en marzo de 2006
midió en Reino Unido el acceso a diversos medios como
Internet en casa, televisión digital, radio digital y teléfono
móvil, arrojó que un 65% de los niños, entre 8 y 15 años,
ya tenían celular, pero la cifra se disparó a 82 % entre el
grupo de 12 a 15 años. También de los 10 a los 11 años los
porcentajes crecieron: mientras que para los de 10 años
era 40 %, los de 11 años pasaron a 78 %. Entonces como
hoy, el uso más popular era para enviar mensajes, hacer
llamadas y jugar. En cuanto a diferencia de género, mientras los niños querían mantener su comunicación con la
familia, las niñas dijeron que era sobre todo para mantenerse en contacto con los amigos. Según el Reporte, de
acuerdo con estimaciones hechas por los padres, éstos
pagaban un promedio mensual de 10.50 libras por el servicio para los hijos de 8-15 años, 9 libras para los de 8-11
años y 11.50 para los de 12-15 años. Los padres con hijos
de entre 8-11 años reportaron haber discutido seriamente
las reglas de uso, mientras que con los de 12-15 debatían
sobre todo la forma de pago.
En 2002 se reportaba que prácticamente todos los hogares finlandeses tenían teléfono celular, e incluso en algunas regiones la penetración entre los jóvenes ya era mayor
que en los adultos (Kasesniemi y Rautiainen, 2002: 191.).
En Noruega, a inicios del siglo XXI dos tercios de la población de 15 años poseía o tenía acceso a teléfonos móviles
(Skog, 2002: 255).
La penetración del celular en los jóvenes de Estados
Unidos en 2005 estaba a la par que los países europeos;
aunque sólo un 12% de niños de entre 8 y 12 años tenían
teléfono móvil, esta cifra alcanza al 49% si se contemplan
el grupo de entre 13 y 15 años. En otros resultados del
Centro de Investigaciones Pew, con datos recabados en
octubre y noviembre de 2005 a 1100 a personas entre 12 y
17 años sobre las preferencias para comunicarse con sus
86
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
amigos, se reportó que 45% de los jóvenes tenían celular
frente a un 68% de los adultos. Todavía el acceso a la computadora era mayor, con 73%, que al celular y por lo tanto
el medio dominante para comunicarse con los amigos era
el teléfono de casa con un 51%, frente al 12% que optaba
por el celular (Lenhart, Madden y Hitlin, 2005).
Asimismo, el grupo estadounidense de 18 a 21 años
registraba una penetración similar a la de Europa, de 81%
que tenían celular, poco más que el promedio de los adultos, que era de 80%. Aunque un 57% de los adolescentes
entre 13 y 17 años poseían el móvil a inicios de 2006, eran
menos que los mayores de 18 años. Como ningún otro
grupo, éste era catalogado como los “conectados por oído,
vista y tacto” y era visto como el de los usuarios más prometedores por el mercado de la televisión y de servicios
de datos por celular. Una razón que adujeron los niños
estadounidenses para tener celular era por seguridad,
cuyos padres decidían el servicio a contratar, con un 68%;
por otro lado, 62% de los niños entre 13 y 17 años contaba
con un plan familiar de contrato y otro 15% usaba prepago. Los jóvenes pagaban en promedio 57 dólares mensuales, lo que incluía mensajes, juegos, servicio de fotografías e información deportiva (Johnson, 2006).
En los países escandinavos las estadísticas destacan una
adopción mayor que otros países, y de más usuarios jóvenes que adultos. En 1999 había en Finlandia una penetración general de 58%, 51% en Suecia, frente a 31% en
Japón y 25% en Estados Unidos. En cuanto a los jóvenes
suecos de entre 15 y 17 años, en el año 2000 había alrededor de 75% que tenían celular; en Helsinki, que registró
en ese año el porcentaje más alto, un 80% de jóvenes de
15 años tenían este aparato y cerca de 90% los de 16 a 18
años (Sherry y Salvador, 2002: 106).
En Italia, de acuerdo con Fortunati (Nyiri, 2003: 240),
en 2003 un 60% de las personas entre 7 y 15 años tenían
ANA LUZ RUELAS
87
celular; el estudio se realizó con un universo de 4600
niños y adolescentes, de los cuales se tomó una muestra
de 1200. A mediados de los noventa, este dispositivo era
el regalo más popular de Navidad, cumpleaños y primera
comunión entre los menores, y que ahora ocurre en los
diversos países.
Pero el caso más notable es el los japoneses. En 2001
el rango de usuarios fue de 64.4% en general, según un
amplio estudio aplicado a 3000 hogares. Sin embargo,
hubo una gran variación en la tasa de adopción por edad
y generación, encontrándose que más de 80% de las personas usaban keitai a los 20 años, pero el porcentaje decreció con el incremento de la edad. Lo extraordinario fue
que los estudiantes de colegio mostraron el más alto porcentaje de adopción, con el 97.8%, y los de bachillerato,
con un 78.6% (Habuchi, 2002: 168-169).
FACTORES DE LA RÁPIDA DISEMINACIÓN
Varios factores han influido para la rápida diseminación del celular entre niños, adolescentes y jóvenes. Es
un hecho que el sistema de pago por adelantado o prepago ha facilitado la adquisición del servicio, pues la flexibilización ha generado una mayor afluencia de clientes,
pero también se debe a su versatilidad, es decir, el celular puede brindar las funciones de un juguete y servir de
distracción.
En Japón, según Miyaki (2005: 277), los esquemas de
pago y control son apropiados para los usuarios infantiles. El sistema de prepago facilita la compra, pues no
hay cargos mensuales, y si se pierde o roba el artefacto —
algo común entre estas edades— no hay un gran impacto
financiero, ya que se dispone de un seguro en contra de
su uso excesivo. Con un servicio estándar, por lo general
los cargos mensuales se hacen automáticamente a una
88
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
cuenta de banco, pero con el prepago los padres pueden
manejar más fácil los cargos, puesto que no se podrá gastar mas allá de lo que se ha prepagado.
Con la incorporación del Internet en el celular, la limitación de enviar 140 caracteres por SMS ocasionó que se
ingeniaran mensajes menos largos mediante la compleja
combinación de un amplio rango de números y caracteres. Por cierto, como ya vimos, Japón se jacta de ser el
país que introdujo una de las innovaciones más espectaculares en el teléfono móvil (keitai): el I-mode, que en ese
entonces fue la culminación de una serie de innovaciones
que hicieron de este aparato un multimedia.
¿Cuál ha sido el motor que ha impulsado la carrera tecnológica del keitai? Según Okada (2005: 60), el celular
japonés tiene una trayectoria única, ya que para su desarrollo se ha tomado como referente los elementos clave
de la cultura popular juvenil, la cual tiene una estrecha
identificación con las innovaciones tecnológicas, igual
que sucede en otros países. De hecho una tendencia de
los mercados más dinámicos del mundo es ver a los jóvenes como los mayores clientes potenciales, tomándolos
como una base para la introducción de nuevas opciones
de manejo y servicio.
EL PAPEL DE LA IDENTIDAD JUVENIL
Si el celular se ha expandido con gran rapidez entre los
jóvenes, es obligado estudiar los impactos que está provocando en este segmento, el cual no sólo es un consumidor
de las facilidades técnicas (bajar tonos de música, logos,
fotografías, juegos; por su diseño, colores, modelos), sino
que también le ha puesto su sello identitario. La flexibilidad y el contacto social que permite esta tecnología han
logrado que se convierta en parte de la identidad juvenil
(Skog, 2002: 255).
ANA LUZ RUELAS
89
Además, es el artefacto perfecto de la globalización.
Su popularidad puede verse a la luz de tres tendencias
de los procesos formativos de la identidad juvenil: a) la
reflexibización, b) la maleabilidad y c) la individualización de su cultura (Groding y Lindlof, tomado de Skog,
2002: 255).
La reflexibilidad es una forma individual, subjetiva,
social o cultural de identificarse a través de imágenes simbólicas en los medios, en el lenguaje o en la interacción
cara a cara (Skog, 2002: 255).
Según Habuchi (2002: 179), el keitai simboliza la modernización reflexiva a un nivel micro, y al mismo tiempo
acelera el ciclo reflexivo en el que intervienen: la autotransformación, el reconocimiento del otro, la transformación del grupo al que se pertenece y la transformación
de uno mismo. Según Castells (2000), la auto-identificación es un proceso mediante el cual la persona adopta
características culturales para entenderse a sí misma y su
significado estructural. Por tal razón, se puede inferir que
las nuevas formas de comunicación que tienen lugar a
través del celular influyen en el reconocimiento de uno
mismo (Habuchi, 2002: 179).
La maleabilidad es la perspectiva que ve a la personalidad y el estilo de vida como factores influenciables, es
decir, las personas toman decisiones en atención al contenido más que aceptar pasivamente una tradición.
La individualización o personalización implica que a
medida que se desarrolla la sociedad industrial, el peso
de los antecedentes o conocimientos sociales decrece
mientras que la importancia subjetiva del mundo interno
o individualización se incrementa. En consecuencia, la
identidad ha devenido a ser más multifacética, personal,
auto-reflexiva y sujeta a la innovación (Kellner, en Skog:
256). Así, el teléfono móvil objetiviza un artefacto tecnológico que permite a los jóvenes crear y negociar su iden-
90
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tidad en función de su mundo interno, pero también del
género y clase social a la que pertenecen (Skog, 2002:
256).
LAS EXPECTATIVAS DE EMPLEO
Un aspecto revelador de las expectativas de los jóvenes
sobre su futuro empleo, a partir de su relación con el teléfono móvil, es que la capacitación informal —más que la
educación formal— se está constituyendo en un factor
determinante para su futuro ocupacional.
En lo anterior, también es decisivo que en las ocupaciones digitales se seleccione a personas por sus competencias más que por su educación formal. En 1999 se les
aplicó un cuestionario a 2979 estudiantes noruegos del
noveno grado en 70 escuelas, y se encontró que una alta
proporción de usuarios de celular aspiraba a una educación de corto tiempo, una posición administrativa y a altos
ingresos, a diferencia de los no usuarios. Dentro de los
planes para continuar su educación universitaria, llama
la atención que sólo 39% se inclinó a favor, mientras que
44% señaló no tener intención. En contrapartida, un 61%
de no usuarios mencionó tener planes de ir a la universidad y sólo 56% dijo que no (Skog, 2002: 260). Es decir,
los jóvenes le están apostando a una educación informal
que los equipa con habilidades para obtener empleo en
el medio digital. El estudio revela que una alta proporción de jóvenes de 15 años que poseen celular también
usan otras tecnologías, lo que es indicativo de sus competencias digitales, mientras que los no usuarios se describen en términos de competencias tradicionales orientados por la escuela.
Cuando el I-mode por celular fue lanzado al mercado
japonés, los principales diarios del mundo destacaron a
los jóvenes como uno de los segmentos más prometedo-
ANA LUZ RUELAS
91
res del mercado móvil. Por ello muchas de las innovaciones de la industria reflejan las prácticas de comunicación
que han establecido en buena parte los jóvenes, como es
el intenso envío de SMS por celular, que en la cultura finlandesa, por ejemplo, también tiene un gran significado,
pues un mensaje se debe contestar en un lapso de entre
15 y 30 minutos, ya que no contestarlos denota falta de
cortesía. Una novedad de entonces fue cuando los operadores ofrecieron una notebook ideal para enviar SMS
con espacio para cada mensaje, retención de mensajes
especiales y una guía para elaborar mensajes de manera
rápida y fácil; asimismo, se le introdujeron frases hechas
para ser utilizadas de manera expedita y para situaciones acordes a la limitación de caracteres (160). Con las
redes sociales la escritura basada en frases hechas tuvo
un inusitado auge, ya que se podían encontrar expresiones de sentimientos (amor, tristeza, enojo), así como “lo
siento” “te veo luego”, “dónde estás”, “qué novedad”. En
virtud de que los textos se usan a menudo de manera
similar que una conversación cotidiana y crea muchas
expectativas para contestarse, se hicieron innovaciones
en el teclado: se fabricó en miniatura para que fuera
manipulado con el tacto dentro del celular, similar al de
las computadoras, permitiendo agilizar la velocidad de la
escritura de mensajes (Kasesniemi y Rautiainen, 2002:
188).
EL SENTIMIENTO DE SEGURIDAD
La seguridad y el crimen se asocian con mayor frecuencia con el uso del teléfono celular en los últimos años.
Este tema se potencia cuando se trata de jóvenes y sobre
todo en sus relaciones con los padres y los sentimientos
de seguridad que infunde este artefacto.
Una de las diez razones que aducen los estadouni-
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
denses de 15 años para obtener un celular es la seguridad. Esto no sorprende, puesto que a esas edades son los
padres quienes deciden cuando los chicos pueden tener
su móvil, escogen el servicio y lo pagan. A principios de
2006 casi dos tercios (68%) decidían qué compañía o servicio contratar. Ello obedecía, a diferencia de otros países, que en Estados Unidos las compañías promovieron
la conveniencia del pospago, por ello 62% de los adolescentes de 13 a 17 años estaba con planes familiares y otro
15% recurría al prepago (Johnson, 2006).
Ante tal situación, la percepción de los jóvenes y las
expectativas de las familias estadounidenses empezaron
a modificarse. Es común que los jóvenes quinceañeros,
reconozcan que el celular alteró la interacción con sus
madres, sobre todo cuando de control de los horarios se
trata: “antes cuando iba a casa, era como decir voy a estar
allí a tal hora, o antes de tal hora, y hoy puedo salir porque no tengo que decir que voy a salir o llegar. Si ella no
está en casa, yo me puedo ir y cuando ella llegue y ve
que no estoy sólo me llama. Ahora es muy fácil” (Lenhart,
Madden y Hitlin, 2005: 10).
A su vez, asuntos de vigilancia y monitoreo mutuo,
visibilidad y responsabilidad conducen a otras cuestiones
sociales e individuales muy sensibles, como son la privacidad y la confianza entre individuos, organizaciones e
instituciones (Green 2002: 42).
El concepto vigilancia tiene un significado altamente
contextual, pues debe atenderse más en términos comunes y corrientes (Green, 2002: 42), es decir, en atención a
la práctica y las experiencias diarias. Por ejemplo, lo que
para los padres puede definirse como una preocupación
por la seguridad de los hijos, para los jóvenes puede significar una vigilancia sobre sus actividades, dependiendo
del lugar donde se viva.
Dos estudios realizados por Pain et al. (2005) sobre la
ANA LUZ RUELAS
93
relación de los jóvenes con los celulares en el noreste de
Inglaterra, en Gateshead, arrojaron importantes conclusiones para el estudio de la vida urbana juvenil y la emergencia de la cultura del celular; uno abordó el impacto de
los teléfonos móviles en la seguridad y el otro las experiencias de la victimización y el miedo.3 Los autores examinaron el impacto en la seguridad de jóvenes de diferentes edades y en relación con sus antecedentes sociales,
mientras que con el grupo de 11 a 14 años se enfocaron
en los riesgos a que se exponían durante los momentos de
esparcimiento; y con el otro proyecto, con un grupo de 10
a 16 años, revisaron las experiencias de victimización del
crimen y los miedos de los jóvenes en esa misma área.
En ambos vieron el rol que tiene el celular, mediante la
aplicación de cuestionarios, entrevistas y grupos de discusión.
Una de las revelaciones más interesantes sobre el significado de seguridad es que los jóvenes en vez de evitar los
lugares riesgosos, llevan el celular consigo para sentirse
seguros. Esto puede interpretarse en el sentido de que a
la mayoría de los padres, ante la imposibilidad de imponerse a los deseos de sus hijos adolescentes, no les queda
más remedio que asirse del teléfono para sentir que están
al pendiente o vigilantes (Pain et al., 2005: 819). Los mismos jóvenes expresaron que los móviles los hacían sentirse seguros en lugares públicos, porque podían llamar a
sus padres ante alguna preocupación o incidente. Igualmente, otros adolescentes señalaron que llevaban consigo
Ambos proyectos se realizaron en una zona donde el ingreso promedio está muy por debajo del nacional. No obstante, la difusión del
móvil era entre los jóvenes de un 60% (Leisure Risk Project); y en el otro
(Crime Victimization Project) se infiere que la mayoría lo tenía (a este
grupo no se le preguntó expresamente si poseían o no celular) (véase
tabla 2 de Pain et al., 2005: 818).
3
94
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
el celular por los miedos de sus padres más que por los
propios, hecho que les permitía negociar mayores libertades (Pain et al., 2005: 820).
Efectivamente, el celular se transforma en un medio
que reduce los miedos de los padres por la seguridad de
sus hijos cuando están fuera de casa, pues les proporciona
un amplio contacto temporal y espacial, pero también los
hijos se sienten libres de los horarios rígidos en que deben
regresar a casa y les permite burlar la supervisión espacial y decidir qué tanta información le dan a sus padres.
Es decir, esta tecnología no ha venido tanto a modificar patrones sociales e interrelaciones establecidas; en
todo caso, exacerba las diferencias entre quienes tienen
acceso al teléfono movil y los que no. Los beneficios o
ventajas de tener teléfono celular es que posibilitan una
mejor protección, dan sensación de seguridad, mejora la
coordinación padres-hijos, hay una apropiación del espacio urbano, entre otros. Así, más que tener un amplio control de la vida de los jóvenes, parece que han venido a
reforzar la protección existente para aquellos que pueden costearlos. Además del rol trascendente en la seguridad o de influir más ampliamente en los movimientos
espacio-temporales de éstos, los teléfonos móviles, según
Jones (Pain et al., 2005: 815), son una tecnología inherentemente espacial con importantes consecuencias para la
vida de los jóvenes, en virtud de su flexibilidad, portabilidad, interactividad y por supuesto movilidad.
Debido a los teléfonos móviles la definición de los
espacios personales de los jóvenes ha cambiado profundamente, pues ahora tienen mayor control sobre éstos
mientras se mueven o bien los expanden, a la vez que
aminoran el miedo en los espacios públicos dándoles
seguridad psicológica. Igualmente es revelador que las
nuevas tecnologías, como es el hecho de poseer un teléfono, se adapten a la vida de adolescentes y jóvenes, en
ANA LUZ RUELAS
95
sus problemas y particularmente en cuestiones de vigilancia entre jóvenes y adultos, en la naturaleza contradictoria de las relaciones con los espacios públicos, y en la
extensión de los patrones de victimización existentes y en
la conducta para tomar riesgos.
En síntesis, los celulares han venido a remodelar, más
que reducir o exacerbar, el pánico moral y las preocupaciones de los padres cuando los hijos están fuera de casa.
En consecuencia, en ese sentido, las nuevas tecnologías
también ejercen una función transformadora en la vida
urbana, aunque no disruptiva, es decir, más que causar
problemas, son una extensión de las relaciones socioespaciales ya establecidas.
3. EL CELULAR Y EL ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO
El teléfono celular no sólo ha impactado la vida familiar y
organizacional, la conducta de niños y jóvenes, sino que
también su intensa diseminación ha modificado o redimensionado el espacio, ya sea público o privado, e incluso
impacta en la construcción de nuevos lugares.
Las tradicionales ideas sobre el espacio cambian a medida
que proliferan las tecnologías de comunicación y cómputo
y por consecuencia el entorno se satura; cada día más personas hablan con alguien que no está presente físicamente:
tanto en el transporte público, aviones y centros comerciales; en los espacios comunes, como son jardines, calles,
banquetas o plazas, sitios de espera, en las colas. La naturaleza del espacio público y los aspectos de la geografía social
están cambiando, pero también los espacios adaptados para
la vida privada o la privacidad, como en la casa y oficinas.
De la misma manera, se habla de que el celular ocupa
simultáneamente varios espacios: desde donde se habla o
recibe una llamada, que es físico, y el espacio virtual, que
se construye en la conversación dependiendo con quien
se esté hablando (Palen, Salzman y Youngs, 2001). Por
ejemplo, si se recibe una llamada de alguien muy íntimo
en la oficina, a la vez que crea un espacio apropiado para
atender o ponerse a tono con una conversación de ese
tipo, se sustrae tiempo laboral.
[97]
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Los conceptos de espacio público y privado se han
venido redimensionando por el intenso uso del celular,
dando la oportunidad de repensar y recrear las formas de
comportamiento y de conductas que se asumen en diferentes sitios por efecto de su mediación, y a los estudiosos nos permiten ver cómo se relacionan las personas,
si se crean otras relaciones o se mantienen las mismas,
qué reglas de interacción social y de urbanidad se vienen
imponiendo o si se yuxtaponen a las establecidas y cuáles
otras se están superando.
El teléfono celular no es la primera tecnología de
comunicación que causa sobremanera la imbricación
entre lo público y lo privado. Medios como la televisión
que se introdujeron como una tecnología del hogar,
con la creciente mediatización social vinieron a ocupar diferentes espacios considerados tradicionalmente
como reservados para la convivencia en público. Es
ya muy habitual ver que restaurantes, cafés, tiendas
departamentales, consultorios médicos e incluso oficinas gubernamentales de atención al público tengan
instalados aparatos televisivos cuya programación sintonizada muchas veces no es para audiencias con los
mismos intereses o incluso que no es apta para todas
las edades.
También el teléfono fijo en casa se asoció con ciertos
momentos de intimidad, dependiendo con quien se comunicara. Pero ahora, con el teléfono celular esos lapsos se
han trasladado a un sinfín de espacios cuya identidad se
ve trastocada por el uso indiscriminado de éste. Lo que
fue un accesorio del hogar, que tenía un lugar fijo y relegado en las esquinas, ahora con ser móvil se ha convertido en el centro de atención (Goffman, 1959: 99). Muchos
jóvenes lo toman como pretexto para escapar de la vigilancia paterna dentro y fuera de casa, pero también lo
aprovechan para crear su propia intimidad, siendo difícil
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que lo presten o que les permitan a los padres checar su
agenda, su directorio, sus fotografías.
Los conceptos de espacio se actualizan con la persistente presencia del celular. Un aspecto muy debatido es
sobre los enormes cambios en las dimensiones físicas y
psicológicas de lo público y lo privado; es decir, si los espacios públicos se están privatizando y si a la vez los espacios privados se pierden por el enorme acceso o interferencias de las comunicaciones móviles.
Las nuevas tecnologías de comunicación e información
como el teléfono celular en gran medida contribuyen a
cambiar el significado de las conductas en relación con
los espacios, particularmente entre los del ámbito laboral y de relajamiento. Gracias a que las personas no están
sujetas a una locación en un determinado tiempo, el significado de la división entre el trabajo y la vida personal
tiende a difuminarse.
Ya otras tecnologías han influido y transformado los
significados del tiempo. Por ejemplo, con la electricidad
las instituciones y fábricas extendieron los horarios de
trabajo, se crearon turnos nocturnos y la vida social
y familiar se transformó hasta que se volvió en un
asunto cotidiano. A su vez, con la computadora, el
correo electrónico y la web, el tiempo de las personas
se ha visto modificado por la posibilidad de jugar,
trabajar, divertirse y compartir ideas a cualquier hora.
La casa es ya una extensión del trabajo, cambiándose
con ello la función del hogar como sitio no tradicional
de trabajo.
En la actualidad, con la irrupción del teléfono celular
muchos oficios ampliaron sus horarios de servicio, y también para efectos laborales se habilitaron o habitaron, de
acuerdo con Gant (2005: 122), restaurantes, automóviles
y lugares públicos como lugares de uso mixto. Pero sobre
todo, las conductas se están trastocando en virtud de que
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
los lugares están perdiendo también su identidad por la
irrupción de esta tecnología.
Con el celular también se reactualiza el significado de
la intimidad o los sentimientos hacia los objetos. Cuando
las personas expresan que sin este teléfono no pueden
vivir, salir de casa o dejarlo olvidado en el automóvil o en
un lugar de paso, quieren decir que a través de él se sienten cercanas a los demás (los padres con los hijos, por
ejemplo). Para algunos oír que timbra el teléfono celular
representa que alguien está pensando o está al pendiente
de ellos, más si le han asignado un tono particular que
identifique de quién proviene la llamada (amigo, oficina,
padres, etcétera).
Sin embargo, cabe aclarar que más que aceptar que
los teléfonos móviles pueden afectar cada aspecto de las
vidas profesionales y personales, directa o indirectamente,
como sostienen Katz y Aakhus (2002: i), sobredimensionando con ello los efectos de la tecnología, más bien nos
inclinamos por ubicar a ésta en los contextos sociales en
los que es producida, como un medio de entendimiento
entre las personas y con una función, y donde también la
sociedad se muestra. Enfocarse en los efectos de la tecnología con una perspectiva determinista puede conducirnos, como dice Humphreys (2005a: 811), a malinterpretar
los contextos sociales y culturales que refleja.
DEFINICIONES DE ESPACIO
Existen similitudes y diferencias entre espacio público
y privado. Por ejemplo, Lofland (Humpreys, 2005a: 368)
identifica a los espacios urbanos como públicos porque en
ellos las personas son extraños, o se conocen sólo en términos de sus ocupaciones o de otras categorías de identidad no personales, y también este autor distingue las
características físicas y relacionales que ayudan a definir
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el espacio. En el sentido de lo físico, el espacio privado
puede equipararse a un sitio dentro de la casa, pero a la
vez puede entenderse como una metáfora sicológica que
refiere al sentido de privacidad e intimidad de las personas.
En términos psicoanalíticos, Modell (Humpreys,
2005b: 368) reconoce dos modelos, el público y el privado. Este último hace referencia a lo independiente y
autónomo, es decir, que el sentido psicológico de la privacidad puede separarse del espacio físico. Por ello, debido
a las múltiples dimensiones de lo espacial, es posible
que una persona que se encuentre físicamente en un
espacio público psicológicamente se sienta en privado,
pero también puede ser que esté físicamente en un sitio
privado y psicológicamente se sienta como un extraño.
Esto puede ocurrir con el uso de los teléfonos celulares,
pues advertimos que cuando alguien recibe una llamada
en un centro comercial o en el pasillo de una escuela de
inmediato tiende a buscar un sitio apartado para atender o concentrarse en la plática, pero también para buscar cierta intimidad, con lo que privatiza, aunque fugazmente, un espacio.
Es decir, una persona puede crear su propia privacidad
en un lugar público. Una de las estrategias para crear ésta
es similar a otras conductas que ocurren, por ejemplo,
cuando alguien quiere evitar el contacto con extraños en
un espacio común, si es en el transporte público (autobús
o avión) se pone a leer un periódico o un libro, dando así
señales de que quiere concentrarse en esa actividad y no
entablar una conversación.
Si bien el teléfono celular supera distancias entre lo
público y lo privado, los efectos y formas de usarse tienen consecuencias en la conducta de las personas e interfieren en lo que tradicionalmente se entiende por espacio público.
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Los medios han echado abajo la relación tradicional en
el mundo físico y el social, por lo que algunos autores
como Meyrowitz piensan que la gente tiende a “no saber
más su lugar en el mundo” (Hoflich, 2005), que el significado tradicional del lugar cambió y ya no se sabe con certeza cómo se va a comportar o cómo se puede actuar; es
decir, en el espacio se han perdido algunos patrones de
conducta que anteriormente proveían una orientación.
Como han señalado Ling y Yttri (2002), hay “una balcanización” del espacio debido a que los usuarios de teléfonos móviles se comportan como “tribus” que colonizan
áreas de la esfera pública con su propio discurso, mostrándose reacios a comportarse en los términos tradicionales y orillando a los demás a incorporarse a una “interacción banal”.
Con los nuevos medios electrónicos las personas
asumen el lugar de una manera inusual. Si una conversación telefónica tradicional absorbe la atención
de lo que está aquí y ahora (la locación física de la
comunicación), en la conversación por celular ocurre lo contrario: la presencia de un tercer lugar interviene como factor importante, porque quien llama
no puede estar seguro donde está quien contesta en
ese momento. Así, para contextualizar la plática, la
pregunta más socorrida es “¿dónde estás?” o “¿desde
dónde llamas?”.
A través del teléfono móvil se está abiertamente privatizando la arena pública, por dos razones principales:
a) Porque todavía es un medio privado, ya que se enlazan personas que previamente son conocidas o que pueden tener una fuerte relación personal. Esto se ilustra
por el hecho de que sólo un círculo limitado de gente
tiene el número de un celular. No existe, excepto en
algunos países, un directorio telefónico de celulares y
cuando se añade al directorio público es más bien para
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anunciar servicios comerciales o profesionales.1 En
México, el teléfono celular es el medio de comunicación
por excelencia para la prestación de servicios en el caso
del autoempleo (tales como plomeros, jardineros, electricistas, entre otros).
b) Porque al usarse el teléfono móvil en público, las
personas convierten en privado ese espacio físico (Fortunati, 2002b; y Kopomaa, 2000: 92-93). En efecto, el usuario
forma una especie de isla, busca un lugar apartado donde
puede hablar sin ser distraído, “improvisa una caseta telefónica inalámbrica” (Lasen, 2005), quizá porque muchas
veces las personas entienden que una llamada obstruye el
orden publico tradicional y ya el timbre por si solo representa una molestia (Hoflich, 2004: 124).
Aunque la mayoría de la gente se ha habituado a oír
que se habla por teléfono en cualquier lugar, hay sitios
como los restaurantes y cines donde algunos se ofenden
cuando alguien lo usa. Si ahora a esas personas se les cataloga como intolerantes, o con bajo umbral de tolerancia, a
medida que el celular se difunda tenderá a crear una cultura de tolerancia hacia los que hablan sin parar.
¿UN TERCER LUGAR?
Por efecto de la adopción las TIC, y en especial del celular, se abren nuevos espacios donde las personas hablan
a la par que se mueven. En algunos casos las características de los lugares se han redimensionado por atraer
cierto tipo y número de usuarios, pues las aplicaciones
Es decir, las personas íntimas tienen en el teléfono celular un instrumento para encontrarse, pero también a los que forman parte de una
selecta red social, a los que “sólo se les da permiso de llamar”, introduciéndose una nueva categoría de relaciones sociales (Fortunati, 2002b:
524).
1
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que les dan los hacen apropiados para la movilidad y también rompen con las limitaciones de la infraestructura,
por ejemplo las estaciones de autobuses o tren, terminales aéreas, la escuela, el centro de compras, los estadios,
entre otros.
Existen dos tipos de espacios donde se usa el celular
con mayor frecuencia. Uno son los espacios indefinidos,
ocupados momentáneamente como las plazas, los centros comerciales, las calles, en lo que no se puede referir una actividad específica, son los que se usan cuando
se está esperando a alguien en un lugar público o cuando
se aguarda el inicio de algún evento. El otro son los lugares que están destinados para una actividad preestablecida como la oficina, el salón de clases, el cine, etcétera.
Precisamente, por la tecnología se le está dando sentido
a estos tiempos y lugares insignificantes (Caronia, 2005:
97), desde donde se construyen relaciones interpersonales que pueden ser o no importantes.
¿Cuántas llamadas se reciben o hacen en esos no lugares, cuando se espera el camión, se camina hacia un sitio,
en la calle o en sitios y momentos que no pueden ser definidos con exactitud por su naturaleza neutral? Cuando se
camina entre estudiantes en los campus universitarios o
en las banquetas, es común ver el ensimismamiento de
las personas en una llamada, inmersos en un soliloquio.
Con el usuario móvil un espacio urbano se vuelve
menos específico, en el sentido de su ubicación, para efectos de un encuentro o reunión. En el proceso de microcordinación o de coordinación mutua diaria, mayormente
entre jóvenes, el sitio urbano se convierte en un punto de
encuentro, se da un ajuste progresivo de la locación por la
facilidad del celular. Asimismo, la puntualidad se ha convertido en una construcción progresiva por los miembros
de un grupo debido a la facilidad que les da la comunicación por celular.
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En una conversación telefónica se acepta que la locación real pierde relevancia. En amplio sentido, el lugar al
que uno siente que pertenece, cede de cara a la obligación
de una red de comunicación. Se da la ambigüedad ausencia / presencia en el espacio, que ocasiona la transformación del sentimiento de pertenencia a una red de comunicación y al lugar (la familia, el país y la raza) (Fortunati,
2002b). A esto también se le denomina “tercer lugar”
(2005), o sea, es un ciberespacio constituido por la comunicación y que da la ambivalente sensación de presencia/
ausencia. Una llamada del teléfono celular que es recibida por un individuo en un espacio público lo hace sentir
como si estuviera solo, pues pese a que esté rodeado por
una multitud, tiende a abstraerse. Quien habla puede estar
físicamente presente, pero su orientación mental es hacia
otro no presente y en ese sentido crea su propio lugar.
Es decir, independientemente de que una persona se
encuentre usando su celular, se crea el efecto de estar presente / ausente (Gergen, 2002), ya que hace sentir a su
poseedor que otros están con él.
Otra categoría de espacio en construcción es el interespacio, que tiene lugar en los intersticios diarios donde
se coordinan actividades cotidianas, preferentemente
de microcordinación. Éste se construye cuando jóvenes o adultos, mujeres u hombres, por ejemplo, acuerdan sus encuentros y tiempos paso a paso, momento por
momento, a medida que se mueven hacia un punto en
común. Así, los jóvenes modifican los rituales preestablecidos para sostener sus reuniones, que ya no es más una
acción que tiene un tiempo y espacio determinado, sino
que es un proceso de acuerdos, fluido y cambiante, que se
da gracias al celular (Caronia, 2005: 100).
En este sentido, se tiene que los medios electrónicos
les han permitido a las personas jugar con el espacio de
una manera inusual. Una conversación telefónica tradi-
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cional absorbe la atención de lo que está aquí y ahora, de
la locación física de la comunicación. Sin embargo, con
el celular ocurre lo contrario: la presencia de una tercera
parte (el lugar) es siempre un factor, porque quien llama
no puede estar seguro donde está la persona que contesta
en ese momento.
¿Qué tanto se vulnera o se transforma la norma social
de la conversación, producto de la masificación del uso
del celular, en los espacios públicos? Veamos una comparación entre caseta pública y el teléfono celular.
Los cambios sobre el concepto de espacio público relacionados con el teléfono se pueden visualizar nítidamente
si los relacionamos con el uso de las casetas públicas de
antaño. Estas últimas fueron diseñadas especialmente
para ubicarse en espacios abiertos, de manera fija y para
tener cierta privacidad, pero con la telefonía celular ese
concepto se vino abajo y hoy son los propios usuarios
quienes tienen que buscar esa intimidad en dichos lugares. Además, las casetas se colocaban en lugares apropiados y para dar libertad de expresarse a los usuarios, sin
necesidad de esconderse. El diseño típico es para brindar
protección de las bajas temperaturas y las lluvia, asi como
privacidad, como ocurre en Londres, en cambio, en Estados Unidos se hicieron en forma de pequeñas cajas que
sólo protegen la cabeza de las personas y se colocaron a
un lado de las entradas de los supermercados, en los pasillos de los centros comerciales, en esquinas de calles muy
concurridas y a la salida de condominios; en México, algunas se adaptaron para proteger al usuario mínimamente
del sol o del ruido circundante y se ubican en sitios de
mucha afluencia, aunque en los últimos años, debido al
incontrolable vandalismo urbano, se optó por ubicarlas
donde tuvieran cierta vigilancia: dentro de pequeños abarrotes, en talleres mecánicos, en pasillos de escuelas y
centros recreativos.
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Hoy ese paisaje urbano, al menos en ciudades con alta
diseminación del celular, está desapareciendo, pues rápidamente esos pequeños espacios se remueven y cada vez
resulta más difícil encontrarlas. Hay ciudades en Estados
Unidos, como Iowa, donde es una odisea encontrar un
teléfono público. Es de esperarse que la obligación de su
instalación sea suprimida muy pronto en las leyes y programas estatales. En ciudades colombianas como Bogotá
de plano se han transformado en “servicios vivientes”, es
decir, en la calle hay docenas de jóvenes que ofrecen el
servicio de llamadas desde los celulares que ellos rentan
por minutos, o sea, hacen las veces de “casetas telefónicas humanas”.
¿PRIVATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO?
Uno de los temas más recurrentes en los estudios sobre
esta nueva tecnología de comunicación es saber si por
efecto del celular los conceptos de espacio se están alterando. A menudo los académicos discuten los cambios
sobre las dimensiones físicas y psicológicas de lo público
y lo privado; que los espacios públicos se están privatizando, pero también que los espacios privados se pierden por el indiscriminado acceso o interferencias de las
comunicaciones móviles.
De acuerdo con Puro (2002), el teléfono celular efectivamente privatiza los lugares públicos; desde el punto de
vista psicológico, cuando uno habla crea su propio espacio privado, porque se está menos abierto a los contactos
o interacciones sociales, y se está físicamente presente,
pero mental y socialmente uno se traslada a otro lugar.
Además, al tratar asuntos personales por el celular en
espacios públicos, “el aire se llena con asuntos privados” y
así se privatiza un espacio público.
No obstante, para Humphreys (2005b: 372) el uso del
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
celular no privatiza el espacio en sentido estricto, a pesar
de que ahora lo encontramos en diferentes sitios, sino que
sus usuarios tienen que renegociar constantemente la
división entre lo público y lo privado. Señala que no hay
una clara diferenciación entre ambos, pues en la medida
que una llamada empieza y termina en un lugar o en otro,
el usuarios negocia tácitamente su sentimiento de estar o
no en público.
En un estudio realizado durante un año con las técnicas de observación de campo y entrevistas a personas en
las ciudades de Filadelfia y Nueva York, y Raleigh, Carolina del Norte, con el objeto de entender cómo la gente
usa el teléfono celular en espacios públicos (calles, cafeterías, restaurantes, cines, bares, parques, bibliotecas, aeropuertos, estaciones de tren y en el transporte mismo),
Humphreys (2005a) encontró que la gente monitorea su
alrededor y luego “negocia” su sentido de pertenencia al
espacio público o privado. El individuo se separa mental y
físicamente de los otros para tener una conversación privada, creando nichos para proteger su conversación y asegurar que quienes están próximos no escuchen información embarazosa o anodina. Pero también, cuando se crea
el espacio privado delante de otro (un acompañante), éste
puede caer en lo que Goffman (1973) denomina como
desatención civil.
Es evidente que el teléfono móvil contribuye abiertamente a privatizar la arena pública, por dos principales
razones:
a) Es un medio privado porque enlaza a personas que
se conocen previamente o que pueden conectarse por
una fuerte relación personal. Esto se ilustra por el hecho
de que sólo un círculo limitado de personas conoce un
número celular.
b) Porque cuando se lleva un teléfono móvil a la esfera
pública, ésta se transforma de inmediato en algo privado,
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con la consecuente apropiación incontrolada del espacio
público, como dicen Fortunati (2002b) y Kopomaa (2000).
El usuario del celular en un espacio público, de acuerdo
con Lasen, forma una especie de isla, busca un lugar apartado donde puede hablar sin ser distraído, “improvisa una
caseta telefónica inalámbrica”, y cuando el teléfono timbra frente a otros, se vuelve obtrusivo del orden público
porque puede molestar a los presentes (2005, 124).
CAMBIOS EN EL HOGAR
Otro concepto que se ha transformado con la irrupción del
teléfono celular es el espacio del hogar,2 que es por definición un espacio íntimo, reservado para los miembros de
una familia. Es el reducto donde tienen lugar los encuentros y las relaciones familiares más estrechas e íntimas.
En ese espacio el teléfono convencional ha sido motivo
de negociación familiar, estableciéndose reglas tácitas,
sobre la duración de las llamadas y horarios adecuados
para hablar. Se asume que una llamada no debe entrar o
muy temprano o muy tarde, o en las horas pico de la familia cuando se está comiendo o se está por salir a trabajar
o a la escuela.
La privacidad familiar es entendida como un valor universal. Por ello se han desarrollado todo tipo de estrategias
y tecnologías para conservarla, para no permitir llamadas
El concepto de hogar pasa por la condición de género. El modelo
dominante en las relaciones de género es representado en la definición de hogar. El hombre lo define como el sitio para el descanso, pues
en la sociedad industrial se distingue porque es el que está empleado
fuera de la casa; mientras que para la mujer es un sitio de trabajo, independientemente de que ella trabaje o no fuera de la casa. La mujer allí
tiene un sentido de responsabilidad doméstica continua (David Morley en Mackay, 1997: 251).
2
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
telefónicas indeseadas a través de un código de identificación o el bloqueador de ciertos números.
Por otra parte, debido a que ahora cada uno de los
miembros de la familia cuenta con un teléfono celular, se
han generado aislamientos en la propia casa, pues se limitan las posibilidades de conocer quién llama, para qué, a
qué hora. Por tal razón, Mackay afirma que las TIC nos
aíslan en nuestra propia casa (1997: 261). En este sentido,
Caronia (2005: 99) sostiene que el uso del teléfono móvil
está revirtiendo el significado cultural sobre lo que es la
casa, y su imagen como un lugar privado aparece como
algo opuesto en el caso de los jóvenes, pues representa
“una esfera pública, un lugar donde se necesita construir
un espacio personal, un oasis íntimo fuera del oído de los
otros miembros de la familia”. Ese oasis lo crean a través
del móvil, ya que les facilita marcar sus propias fronteras,
y esa manera de asumir el uso específico del celular ubica
a los demás miembros de la familia como los “otros”, los
que están afuera de ese “territorio simbólicamente marcado” por ellos.
La casa u hogar fue originalmente el espacio escogido
por los estudiosos de las tecnologías de la comunicación
para formular el enfoque de la domesticación, pues las
relaciones que se dan en ella son trascendentales y tienen amplios significados sociales (Haddon, 2001: 6). La
incorporación de las tecnologías en casa ha tenido un
profundo impacto en las relaciones familiares, particularmente cuando se toma como centro de trabajo, generándose un ambiente pesado, o bien, con el uso del videojuego los niños crean su mundo aparte. El concepto de
la domesticación ha sido ampliamente retomado en los
estudios de las TIC, sobre todo porque millones de hogares en los países industrializados se ha visto saturados por
diversos artefactos electrónicos: la televisión, el teléfono
fijo, la computadora personal, videocaseteras, DVD, vide-
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ojuegos, discos compactos de música y los teléfonos móviles, entre otros. Así, las rutinas familiares se supeditan a
la disposición de muchos de estos artefactos, por lo que
algunos sociólogos sostiene que la familia ha cambiado,
pues de ser una unidad de producción pasó a ser una de
consumo (Mackay, 1997: 265).
Otro espacio que también adquirió un significado diferente al que comúnmente tenía fue el de la escuela, pues
al usarse en ella el teléfono celular habría magnificado
muchas actitudes exhibicionistas de los jóvenes. En una
investigación realizada por Caronia en Montreal, Canadá
con muchachos en los espacios del hogar y en la escuela,
encontró que el 70% de las llamadas recibidas en la
escuela fueron delante de otros compañeros y ello representaba una oportunidad para algunos de exhibirse como
líderes entre grupos estudiantiles (2005: 99).
VIDA COMUNAL
También la utilización extensiva del teléfono celular
puede funcionar para “colectivizar el espacio público”
(Rheingold, 2002), sobre todo al agilizar la comunicación
entre redes de personas, y gracias a la ubicuidad y movilidad que proporciona da lugar a la concentración.3 Un
ejemplo emblemático de este efecto es el de Filipinas,
denominada en 2001 como la capital mundial del SMS,
ya que a través de ellos miles y miles de personas pudieron congregarse en la plaza pública para protestar con-
3
La gente enviaba mensajes gracias a que 80% de los clientes de Globe
Telecom usaba tarjetas prepagadas adquiridas desde los 5 dólares, por
lo que no sólo la élite filipina se comunicaba por teléfono celular, sino
la vasta población pobre que poseía los anónimos mensajes de texto
(Agar, 2004: 109).
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tra el presidente Joseph Estrada, lo que llevaría a su
dimisión en enero de 2001; se reconoce que los rumores
por ese medio “exageraron y algunos imaginaron historias de corrupción”. Se enviaron alrededor de 100 millones de mensajes diarios en toda Filipinas, empezando
con bromas como: “El NPA —los rebeldes comunistas—
han secuestrado a Erap Estrada”. En tagalo, erap significa
“amigo retrasado”.
La misma opinión comparte Gergen (2003: 105), cuando
cataloga al celular como una tecnología única, en el sentido de que ayuda a restaurar la vida comunal y posibilita
una reconexión instantánea y continuada de personas o
grupos que se ven cara a cara. Las conexiones son replicadas, se comparten opiniones y valores, expresiones de
apoyo y mutuo entendimiento, y se profundiza el conocimiento sobre los otros. Esto hace diferente al celular de
otras tecnologías que tienen efectos centrífugos, es decir,
que dispersan los significados de los sistemas convencionales, por ejemplo con la entrada de la televisión o del
aire acondicionado los espacios comunes para platicar y
departir con la familia se fueron cerrando —es como si se
pusieran aparatos de televisión en cada pieza de la casa—,
lo que hizo que cada miembro de la familia viviera, como
afirma Gergen (2003), “una vida psicológicamente separada”.
En cambio, el celular, frente a esto, tiende a funcionar
como una fuerza centrípeta, porque con él se comparten de manera inmediata asuntos comunes, lo que ha llevado a considerarlo como un dispositivo penetrante, que
brinda la sensación de una continua presencia, o sea, que
proporciona la sensación de tener a la mano a familiares, compañeros o colegas que están físicamente ausentes (Gergen, 2003).
Hoy se puede decir que el concepto de comunidad no
está ligado a una locación geográfica específica, pues teó-
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113
ricamente —y si existen las condiciones sociales— pueden potenciarse a través de un artefacto como el celular y
las redes sociales. En este sentido, las comunidades estan
siempre en un estado potencial.
También a través del celular puede dar lugar a lo que se
denomina como “mundo flotante” o formación de “microcomunidades”, es decir, la forma como la comunicación
móvil sostiene la conexión entre pequeños grupos que
eventualmente pueden no tener una localización física,
por ejemplo cuando las personas se encuentran viajando
(Geser, 2005, 106), pero también puede presentarse lo que
se denomina como hipercomunicación debido a la integración de un grupo en términos emocionales (Ling e
Yttri, 2002, en Katz y Aakhus, 2002). Fortunati (en Katz y
Aakhus, 2002) va más allá al sostener que a través de éste
se estimula la intimidad debido a la continua comunicación entre los que pertenecen a un red social, desarrollándose un alto grado de mutua confianza y entendimiento.
Una cualidad intrínseca del teléfono celular es que teóricamente la comunicación se puede dar en cualquier
tiempo y lugar. Y aunque técnicamente no se requiere
saber dónde está el otro interlocutor, es común que se le
pregunte en qué sitio se encuentra. Según Arminen (2006:
321), la pregunta sobre el lugar donde se recibe una llamada es determinante para saber su disponibilidad para
platicar o interactuar y para hacer compromisos inmediatos, como reunirse para comer, ir al cine, verse en casa
de un amigo. En una ciudad compleja esas llamadas son
parte de las actividades a desarrollar en tiempo real, ya
que pueden ser para coordinar actividades mutuas: a qué
hora se llegará a casa, alertar sobre congestionamientos
de tráfico, entre otras.
Uno de los atributos de la tecnología, de acuerdo al enfoque de la construcción social y por ser un producto cultural, es su significado simbólico (Mackay, 1997: 275). En el
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
caso del celular se ilustra por su impacto en el cambiante
significado de tiempo, pero también sobre la locación.
Este autor lo denomina como transgresor de las fronteras
públicas y privadas, pues es una tecnología para conducir
conversaciones privadas en espacios públicos. Su uso para
fines privados en espacios públicos genera fáciles antagonismos. En una de las primeras encuestas sobre las reacciones a las llamadas recibidas en público, realizada en
Helsinki en 1996, casi la mitad de los encuestados dijo
que en algún momento se sentían molestos o irritados y
en otra encuesta del mismo año, ante la pregunta sobre la
conveniencia de restringir el uso del celular en público,
dos tercios estuvieron a favor (Kopomaa, 2000: 93). En la
actualidad eso ha cambiado radicalmente por la masificación, ya que el celular se ha convertido en un artículo
de primera necesidad, y ahora lo extraño es ver a alguien
que no lo posee.
IDENTIDAD
El uso del celular no sólo ha ocasionado que la localización de las personas sea una antes de esta tecnología y
otra después (Hulme y Truch, 2005: 143-144), sino que
también ha influido en otros ámbitos como el de la identidad social, que se ha reconfigurado.
La identidad social depende del ambiente donde el individuo se encuentra en un momento específico. Por ejemplo, cuando se está en casa existe la propensión a conducirse bajo los hábitos paternos o maternos, porque se está
con la familia; en cambio, si se encuentra en el trabajo es
más probable desplegar la identidad social con los colegas. En suma, como cada rol está íntimamente unido al
ambiente físico, con el teléfono celular se empezaron a
propiciar cambios debido a que las llamadas privadas que
se reciben en lugares públicos, por ejemplo, hacen que un
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115
individuo juegue con dos identidades simultáneas. Una
persona al recibir una llamada en público asume diferentes roles porque se enfrenta a un conflicto generado por
los espacios sociales, pues a menudo se entrecruzan diferentes actividades, es decir, al atender una llamada o al
realizarla, la ubicación personal de manera automática se
traslada a dos espacios: el físico, donde se está presente, y
el virtual, donde tiene lugar la conversación. Como señalan Palen, Salzman y Youngs: “Cuando entra una llamada,
o más aún, cuando se hace una llamada, el usuario decide
consciente o inconscientemente qué cara poner, acorde
con el entorno físico donde se encuentra, o bien la del
espacio conversacional” (2001: 121).
Podemos identificar tres categorías de conductas que la
persona asume cuando recibe una llamada por celular en
público (Plant, 2002):
a) La que se denomina “de huida”, que se caracteriza
porque al recibir una llamada la persona tiende a moverse
inmediatamente, apartándose de los demás, para buscar
privacidad; muchas veces este acto es instintivo y puede
ser porque no se desea interferir en quienes están físicamente presentes, o bien porque el receptor requiere privacidad.
b) La de suspensión, que se presenta cuando al recibir una llamada el usuario se detiene o deja de moverse
hasta que la conversación termina; ello puede obedecer
a que el receptor requiera concentración para abordar el
asunto o bien porque se corra algún riesgo por estar en
movimiento
c) La persistente, que describe a usuarios que cuando
reciben una llamada se mantienen en el mismo contexto,
caminan y tratan de seguir poniendo atención a lo que
ocurre a su alrededor.
Como podemos observar, esta comunicación está dando
paso a nuevos tipos de sociabilidad y patrones de conducta
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EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
en los espacios públicos. En varias ciudades de México se
han impuesto restricciones para que no se maneje el automóvil mientras se habla por teléfono celular; en cambio
en Chicago está prohibido usarlo cuando se está enfrente
de sitios muy concurridos como a las afueras de las escuelas, mientras que en otras ciudades estadounidenses se
puede usar con “diadema” por considerarse que mantener ocupada una mano limita los reflejos ante situaciones imprevistas. En Inglaterra y Japón se ha puesto especial atención al uso durante el traslado en trenes, con el
fin de conservar el sentido de tranquilidad mientras se
viaja. Asimismo, sitios como restaurantes han dispuesto
normas de etiqueta para su uso o han adaptado áreas para
hablar por celular y mantener así un cierto sentido de respeto hacia los demás (Plant, 2002: 36).
La manera de usar un celular identifica, de cierta
forma, la personalidad de un sujeto. En una misma situación alguien lo puede utilizar con timidez o con presunción; por ejemplo, si es en un restaurante, uno puede
atenderlo con rubor, mientras otro puede presumir que
atiende negocios importantes. También hacer caso a una
llamada en medio de una reunión a puerta cerrada puede
denotar poco respeto hacia las reglas de convivencia grupales.
El antropólogo Kopytoff (1986) afirma que es posible
trazar la biografía o la carrera de un objeto como si fuera
la vida de una persona (Haddon, 2001: 46). Señala que
si se examinan los cambios no sólo en la posesión y uso,
sino en cómo los objetos son culturalmente definidos y
redefinidos, se revela mucho acerca de la sociedad. Así,
podemos decir que la forma en cómo una persona adopta
y usa el celular en espacios públicos no sólo refleja su personalidad, sino que también su identidad, su pertenencia
a una cultura o grupo social. Por estas razones, los estudios sobre el teléfono celular también deben analizar las
ANA LUZ RUELAS
117
diferencias culturales de los usuarios, o bien para entender si muestran o no las normas sociales establecidas en
la comunidad. En Londres, donde por lo común las personas son introspectivas, se aprecia que con el celular han
cambiado el trato de sus asuntos en espacios públicos,
pues ahora hablan abiertamente de cualquier tópico; sin
embargo en Inglaterra vive el más alto porcentaje (21%)
de personas de Europa Occidental que se molesta si se usa
el celular en público (Fortunati, 2002b).
ESTATUS Y CLASE SOCIAL
Sobre el factor de la clase social, los jóvenes noruegos
presentan un curioso contraste. Se ha documentado que
aquellos cuyos padres son de clase trabajadora poseen
más teléfonos celulares frente a los que trabajan en el
sector servicios, que es de suponerse perciben más altos
ingresos como para adquirir en mayor proporción la telefonía móvil. Este hecho puede significar que el teléfono
móvil no sea considerado un factor de estatus entre los
jóvenes noruegos o que ha existido resistencia ideológica
para su adopción, no obstante también podría indicar que
la aceptación por parte de los adolescentes siguió un proceso consciente individual, es decir, que ellos tienen distracciones, intereses y estilos de vida donde el teléfono
móvil no acapara toda la atención. Pero sobre todo, esto
refleja que ahora que casi todos tienen un móvil, éste ya
no se ve como un símbolo de estatus social, por lo que
se tienen que buscar otras formas de exclusividad (Skog,
2002: 267).
Ahora bien, no todas las personas tratan de crear su
nicho privado en público al momento de recibir una llamada. Cuando el móvil empezó a proliferar, a mediados
de los noventa, recibir una llamada en público daba la
oportunidad de presumir y provocaba cierta envidia o
118
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
rechazo de quienes no disponían de uno. Esto se explica
por el consumo conspicuo de la gente, término que acuñó
Veblen (2005) para destacar que la clase rica y exitosa
necesita proclamar su estatus. Con el celular esto quedó
demostrado de manera patente en los primeros años,
pero una vez que se masificó, la estratificación se ha mantenido mediante diferenciados costos, calidad y variedad
en los modelos y servicios que se ofrecen.
Actualmente la omnipresencia de esta tecnología está
resultando una molestia y se está buscando cómo evitarla.
Por ejemplo, es común que en ciertos restaurantes se prohíban las conversaciones telefónicas, pero esto no sucede
en los establecimientos de comida rápida como fondas,
cenadurías, cafés, hamburgueserías. ¿Por qué ocurre así
en los primeros? Sencillamente porque los clientes están
pagando el privilegio de comer bajo las mejores condiciones o circunstancias, lo que implica no tener que oír
el timbre del celular de otros. De acuerdo con Levinson
(2004: 81), esto es un revés interesante al consumo conspicuo de Veblen (2005), ya que el rico empieza a dejar de
alardear por medio de su celular y además ya tiene quien
tome ciertas llamadas para no atender más que las que
considera necesarias.
Por otro lado, cuando algunos hablan fuerte los que
están a su alrededor se sienten incómodos o irritados,
pero no tanto como los que crean sus nichos privados. No
es lo mismo, e incluso es un signo de descortesía que un
acompañante en un lugar público o privado reciba una
llamada que lo orille a dejar de prestar atención, o que
alguien cree su propio espacio para poder hablar. Es decir,
se puede interpretar que la llamada entrante es más irresistible que la persona que está enfrente.
En cuanto a los factores que influyen en la selección
de un teléfono móvil, la cuestión de género es interesante: las mujeres tienden a lo simbólico (color, diseño),
ANA LUZ RUELAS
119
mientras que los hombres hacia lo funcional (desempeño
tecnológico, logos, marcas), es decir para estos últimos
la importancia del celular se relaciona con sus cualidades funcionales, prácticas e instrumentales, mientras que
para las jóvenes la atención es para aspectos expresivos y
simbólicos (Skog, 2002: 268). Esto significa que la relación
género-teléfono móvil refleja el rol tradicional de género,
o sea, pone de manifiesto aspectos centrales de la cultura masculina y femenina. No es casual, pues, que los
manufactureros los diseñen con los tonos, sonidos, colores, logos, etcétera, a partir de este rol tradicional. Generalmente la tecnología se ha diseñado pensando en las
habilidades de los varones, aunque las mujeres cada vez
más son usuarias de artefactos técnicos como las computadoras.
REGLAS O CÓDIGOS DE CONDUCTA
Una de las primeras apreciaciones sobre el uso del celular, cuando éste aún no estaba extendido, fue que se
empleaba como un instrumento de autopresentación,
como una estrategia para mostrar la personalidad al tratar de impresionar a los que estuvieran alrededor, ya sea
hablando sobre asuntos importantes o de sí mismos. Esto
ha pasado a segundo término debido a la masificación y
ahora a veces se le utiliza como un pretexto para deshacerse deliberadamente de quienes están alrededor, generándose con ello una “falta de atención civil” (Goffman,
1973: 83).
También podemos calificar a alguien de respetuoso o
irrespetuoso por la manera como se decide o no a tomar
una llamada, o si la inicia mientras se está rodeado de
otras personas. En muchas ciudades mexicanas es frecuente que en una sala de cine, mientras se proyecta la
película, se conteste y platique con cierta libertad por
120
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
el teléfono celular, o que se esté consultando Internet o
conectándose a las redes sociales, sin ningún rubor o cuidado sobre los que están próximos y se interfiera en la
audición.
Por lo común en las aulas de clase los estudiantes
no utilizan el celular, y tácitamente se acepta que tampoco en el teatro o en la iglesia, lo que revela el significado de dichos espacios tanto para los jóvenes como para
los adultos. En el aula los estudiantes apagan el celular por respeto al profesor y porque es el ámbito donde
se enseña, pero además la figura del profesor tiende a
tomarse como una autoridad indiscutible. En el teatro
o la iglesia se asume que asiste un público dispuesto a
guardar silencio y poner atención a la obra o la liturgia y
que una llamada interfiere y causa molestia a los demás.
Es decir, se asume que el resto no tiene interés por escuchar una conversación privada y sí en cambio interfiere
en su concentración.
En diversos sitios como camiones, bibliotecas, cines y
restaurantes se están creando expresa o tácitamente nuevos códigos de conducta debido al uso del celular. En algunos las reglas son estrictas y en otros se gestan de manera
informal. Existen sitios donde es aceptable encender el
celular y donde se debe apagar. Los mexicanos, por ejemplo, tienden a poner en espera una llamada cuando están
tratando personalmente asuntos importantes, y por su
parte los franceses y alemanes son más propensos a hacer
esto en un restaurante que los italianos, españoles e ingleses (Hoflich, 2005: 125).
Hay situaciones donde indiscutiblemente se percibe
con molestia el uso del celular: en el teatro, los museos,
en una conferencia, en la iglesia, etcétera. En una investigación realizada en mayo de 2006 con estudiantes universitarios, en Culiacán, encontramos que les resultaba
indistinto contestar el teléfono en el camión, en el cine o
ANA LUZ RUELAS
121
en la calle, pero no así en el salón de clases, en la iglesia
o en un funeral.
Respecto de las normas de interacción social, es decir,
del conjunto de reglas de conductas o convivencia establecidas para atenderse en los lugares y ocasiones donde
ocurre el contacto cara a cara, Goffman (1959) señala que
para dichos espacios existen normas generales a las que
los individuos se sujetan, como la forma de saludarse, conversar, la entonación de voz, pero también de cómo disponen del espacio público y cómo interactúan.
En particular esas normas tácitas de interacción social
en el espacio público, y que Goffman denomina involucramiento mínimo, identifican algunos hábitos que una
persona solitaria en un sitio público despliega para legitimar su presencia: “La gente rara vez se sienta en un lugar
público sin hacer absolutamente nada: lee, camina, escucha música, mueve o tamborilea los pies o los dedos, se
muerde las uñas, para indicar que está haciendo algo y
justificar su presencia” (Goffman, 1973: 7). Ahora con el
celular las personas han encontrado un “excelente compañero” para manifestar que no se está solo, ya que teóricamente es un recurso que está a la mano y facilita la compañía a distancia, permitiendo demostrar que se cuenta
con amistades o relaciones sociales, es decir, “que se está
solo en público, pero no porque no se tengan amigos o se
viva en el ostracismo social” (Humpreys, 2005a: 369).
En el mismo sentido, se ha comprobado que cuando
una persona está sola en un lugar público tiende a prolongar la conversación telefónica, lo que no ocurre cuando
está con compañía. Esto nos permite reconocer que no se
cae por completo en lo que Goffman (1959) calificó como
desatención civil. En un estudio realizado en Udine, Italia en mayo de 2003, se hicieron 126 observaciones (36
mujeres y 90 hombres) para medir la duración de las llamadas telefónicas en un espacio público, encontrándose
122
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
que aquellas que tenían compañía tuvieron una duración
promedio de 2.5 minutos, siendo más cortas que las de los
que estaban solitarios, cuyo promedio fue de 3.4 minutos (Hoflich, 2004). Es decir, de alguna manera la presencia de otro tiene efecto disciplinario en la duración de las
conversaciones.
Por otro lado, los individuos asignan un conjunto de
significados al celular por el hecho de mantener o intercambiar una serie de detalles con los demás (Geser, 2005).
Estos significados pueden ser de:
a) Formar parte de un grupo o comunidad selecta.
b) Tener el poder, con pulsar un botón, de energizar o
poner en movimiento a una comunidad.
c) Que la posibilidad de contacto con las personas ahí
está, independientemente de su distancia o en el lugar
donde se encuentren.
d) Que existe una relación extraordinaria entre la persona y el celular por el conjunto de emociones que se
pueden detonar con una llamada en cualquier momento
y lugar.
EL TELÉFONO Y SU SIGNIFICADO SIMBÓLICO
Los análisis de las tecnologías de comunicación tradicionalmente giraban en torno a qué tipo de problemas o
necesidades resolvían, si bien el enfoque de los usos y gratificaciones asumía que las audiencias tienen una activa
participación en la selección de los medios de comunicación (Blumber y Katz, 1974). No obstante, esa no es la
más importante o única función de una tecnología de este
tipo. Cuando una persona decide o no adoptar una tecnología, como sostienen Katz y Sugiyama (2006: 321), no
sólo toma en cuenta su utilidad o porque mejora su comunicación o le facilita desarrollar una tarea, sino porque
considera significados simbólicos como estar a la moda o
ANA LUZ RUELAS
123
porque le representa un símbolo de estatus social. Esto es
analizado más propiamente por la teoría de la domesticación, que permite ver cómo el individuo fija su atención
en la naturaleza simbólica de los objetos (Haddon, 2001)
y ayuda a entender la forma en que la tecnología celular,
en cuyo inicio fue exclusiva —dado su costo— de los hombres de negocios, ahora se ha convertido en una tecnología personal integrada a nuestros cuerpos y sentido de la
moda, es decir, se ha domesticado.
El móvil irrumpe cada vez con mayor intensidad en la
esfera pública, se acepta sin miramientos y se vuelve un
artefacto que da identidad social. El celular es al mismo
tiempo una tecnología útil y simbólica.
Con base en ese enfoque se puede afirmar que el celular se ha convertido en un ícono, sobre todo para los jóvenes, más allá de la cultura a la que pertenezcan. Por ser
un artefacto simbólico tiene gran relevancia, ya que un
símbolo y su significado se transfieren fácilmente y la persona se adjudica un estatus al usar un objeto (Duncan,
1972, en Ling, 2004: 103). A través del celular la interacción de los jóvenes se ha vuelto fluida, muestran que están
accesibles y son convocados por quienes piensan en ellos
o son como ellos.4 Pero también, como hemos dicho, si
no están accesibles puede significar que son excluidos de
ese círculo que se identifica a partir de un instrumento de
comunicación, ya que su posesión proyecta haber alcanzado cierto nivel económico y también de competencias o
habilidades en su manejo. A la vez, la posesión del tipo o
4
En una muestra entre la población noruega, los quinceañeros y adultos jóvenes, entre 20 y 24 años, reportaron una gran cantidad de nombres grabados en el directorio de sus celulares: en promedio, los primeros tenían 98 y los segundos 106. El grupo de edades entre 55 y 66
años sólo tenían 20 y los mayores de 67 sólo 9 (véase grafica 5.3 de
Ling, 2004: 109).
124
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
modelo más reciente de un teléfono móvil, muestra a los
adolescentes como seguidores de la moda.
A partir de la premisa de que el teléfono celular tiene
un significado simbólico, podemos vislumbrar que la
moda que contiene indicaría cómo o para qué las personas lo usan en determinados contextos sociales.
EL CELULAR Y LA MODA
En la actualidad estar a la moda en cuanto a tecnología
significa portar un celular de la última generación, que
tome fotografías, envíe mensajes y correos, se conecte a
Wi Fi y las funciones que se le vayan incorporando. En
suma, es portar el modelo más reciente.
Dentro de la perspectiva de la interacción simbólica la
moda brinda un amplio margen para estudiar al teléfono
celular, ya que a través de ella se comunica e informa de
forma muy valiosa (Katz y Sugiyama, 2006). Se tiene que
la gente usa la tecnología no sólo para expresar su identidad, sino también para percibir y entender a los demás.
No obstante, señalan ambos autores (2006: 322), esta perspectiva es insuficiente para dar cuenta de la importancia
y el rol dinámico que juega en la vida de las personas.
Una connotación generalizada sobre los motivos de
adquirir un teléfono celular era que se trataba de un aparato para yuppies, elitista, selectivo, y que representaba
además un gasto superfluo. Tal carácter de innecesario
hizo que se juzgara —en sus primeros años de introducción— como un artefacto que era casi siempre para presumirlo, para proyectar una personalidad de cierto estatus
social y estar a la moda. Esta última aún sigue siendo una
apreciación muy reiterada en ciertos sectores, sobre todo
en aquellos donde los ingresos no son suficientes para
cubrir un servicio que es alto.
Analizar la telefonía móvil en relación a la moda parece
ANA LUZ RUELAS
125
todavía un tema distante de los tópicos tradicionales de
la comunicación, pero muy prometedor, como dice Katz
et al. (2003: 76). A través de este enfoque se puede interpretar especialmente lo que es la identidad juvenil y la
pertenencia a un grupo social, pues los teléfonos celulares son hoy como una segunda piel con la que se proyectan los otros, las mujeres, los niños, los jóvenes, los hombres de negocios, los ejecutivos, los políticos. Es raro ver,
por ejemplo, una fotografía del presidente de Estados Unidos hablando por teléfono celular, aunque Barack Obama
haya sido el candidato de las redes sociales. En México,
la prensa mexicana destacó que a seis meses de que el
presidente Vicente Fox culminara su mandato en 2006 ya
había empezado a contestar personalmente su celular, significando con ello que se estaba asumiendo como un ciudadano más.
La moda que sigue la gente en su cotidianidad a través de la tecnología y la comunicación personal es central para el significado de cómo se hace presente, con qué
se identifica, de qué manera organiza su acción cotidiana.
Es indiscutible que un determinado diseño de la tecnología puede inhibir el acercamiento o contacto. Se entiende
que un diseño, dependiendo si va acorde con la moda o es
demodado, “llama” al acercamiento o al rechazo. Así, a través del modelo de celular que se porte, es posible que dos
jóvenes se identifiquen, que tenga un significado simbólico semejante para ambos.
En tal virtud, la profesora de la Universidad de Pensilvania, Diana Crane (2000) sostiene que la moda juega un
rol decisivo en la determinación del significado de un bien
cultural: necesitamos poner atención sobre cómo se producen los significados de los bienes, o sea, por quién y en
qué contexto se diseñan y manufacturan; los significados
que encierran y los que portan al ponerse en circulación,
así como la naturaleza de los espacios públicos donde se
126
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
difunden. El lucimiento de distintos artefactos y la moda
es esencial en los rituales culturales, su importancia es
similar al día en que se contrae matrimonio o se titula en
la escuela. El teléfono móvil proporciona un alto significado simbólico, el cual adquiere forma en determinados
contextos. El hecho de apagarlo en ceremonias o lugares
cerrados como el cine, el teatro, en un funeral, en actos
religiosos o solemnes, indica que no es propio ponerse a
platicar con otros a través de este aparato. Es como si nos
pusiéramos a comer durante una misa católica.
Pero también la moda refleja nuestra personalidad e
identidad de grupo: el género, función, ocupación, estatus económico, creencias políticas, etcétera. George Simmel (1971) estudió la moda en el contexto de la interacción, revelando que ésta tiene muchas dimensiones y una
naturaleza dinámica: “en la moda uno encuentra la mezcla del deseo del individuo por mostrar un estatus y al
mismo tiempo, y de manera opuesta, el deseo de identificarse con un grupo. Existen dos tendencias sociales en el
establecimiento de la moda: la necesidad de unión por un
lado y la de aislamiento por el otro” (Simmel, 1971; citado
por Ling, 2005, 94-95).
Entre los jóvenes se busca la identidad con sus pares y
la necesidad de marcar diferencias con otros grupos juveniles, y en particular con los miembros pertenecientes a
otras generaciones. En la cultura de los adolescentes, y en
la cultura en general, se presenta la necesidad de marcar
las fronteras entre los grupos. Y precisamente, los artefactos se usan para ello (Douglas e Isherwood, 1979).
La relación de los adolescentes con el teléfono móvil es
un excelente ejemplo de la moda, pues en esta etapa es
cuando establecen su estilo personal; en efecto, ellos usan
la moda y el despliegue de varios artefactos como una
forma de identificarse con sus compañeros (Lynne, 2000,
en Ling, 2004: 106), que pueden ser deportistas, punks,
ANA LUZ RUELAS
127
roqueros, etcétera. Es decir, usan ropa y artefactos, entre
ellos el celular, para marcar fronteras grupales (Douglas
e Isherwood, 1979). Pero también la moda, expresada en
la ropa, lenguaje y la posesión de artefactos puede ser la
base tanto para la inclusión como para la exclusión, pues
andar a la moda excluye a los que no la siguen. Los que se
resisten por diversas razones a adoptarla, o llegan tarde a
ella, son catalogados peyorativamente como demodados o
desfasados. O sea, que si no se quiere aparecer demodado,
se debe adquirir el celular de última generación.
4. EL TELÉFONO CELULAR EN LA BRECHA DIGITAL.
JÓVENES SINALOENSES: ADOPCIÓN, USOS Y
ADAPTACIONES1
En el capítulo se analizan en particular los usos y adopciones del teléfono celular por los jóvenes en Culiacán,
Sinaloa, a partir de los resultados de una encuesta aplicada en mayo de 2009. En este caso nos guiamos por el
enfoque de la división digital que consideramos apropiado
para un universo donde existen serias carencias económicas, pero no desinterés por la tecnología. Lo que subyace
es una forma diferenciada de adopción que depende no
sólo de la brecha generacional, sino fundamentalmente
de la brecha económica, pues a medida que la tecnología se innova, las brechas celulares se van ensanchando,
Este capítulo se escribió durante una estancia sabática de investigación (2009-2010) en el International Forum for U.S. Studies de la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign. Agradezco a mis estudiantes
del curso de Nuevas tecnologías de información y comunicación en la
Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (2008-2009) la aplicación de la “Encuesta
sobre usos del celular a estudiantes universitarios” en mayo de 2009, y
también que hayan compartido conmigo sus experiencias como usuarios del celular. A: Yamilet Larrañaga, Alondra Vergara Jiménez, Tania
G. López Chairez, José Carlos Cisneros Guzmán, Miguel Ángel Navarrete, Andrea Rojo Castañeda, Norma F. Guerrero Calderón, Ana Isabel
Flores, Jessica López Moreno, Emmanuel Ramírez Velarde, Brenda E.
Galaviz Aragón y Paulina Castro Estrada.
1
[129]
130
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
se hacen más evidentes. Algunas variables que nos ayudan a explicar la brecha celular son: el tipo de suscripción, la duración de las llamadas, el acceso a teléfono fijo,
la forma de pago, el uso de mensajes de texto y la periodicidad con que se renueva el equipo.
La adopción y uso del teléfono celular ha sido vertiginosa y las personas lo han adaptado a su vida cotidiana,
en las relaciones familiares y las relaciones interpersonales. El teléfono móvil ha agregado una nueva dimensión a
la movilidad virtual con tendencia a una más rápida y personalizada interacción social.
El grupo social que ha atraído mayormente la atención
de los estudiosos de la comunicación por celular son los
jóvenes, por la lógica razón de que son los más apasionados, asiduos y creativos usuarios. Se han constituido históricamente en la segunda generación de usuarios después de la élite de ejecutivos o funcionarios públicos que
lo portaban en la primera ronda con toda naturalidad, en
la medida que podían sufragar los altos costos de su introducción. Hoy felizmente los jóvenes no son sólo entusiastas portadores, sino los que impulsan, inspiran o generan
ideas para la innovación tecnológica.
Los jóvenes son los primeros en domesticar la tecnología (Haddon, 2001), e inspirar aplicaciones como los
mensajes de texto, almacenamiento de música y envío
de fotografías. No es fortuito que a partir del éxito de los
mensajes cortos de texto, las industrias lanzaran nuevos
diseños y se presentaran las convergencias tecnológicas
con la cámara fotográfica, los videoteléfonos, el Internet
móvil, el almacenamiento de música, etcétera.
Inicialmente la variable principal que movió los estudios sociales del celular, era el número de usuarios que lo
adoptaba, pero hoy se centran en los tipos de usos y sus
consecuencias sociales, pues los incentivos para su posesión cada vez se ensanchan o diversifican por las expecta-
ANA LUZ RUELAS
131
tivas que crea, la presión de amigos, gente cercana y familiares que ya disponen de él. Es sabido que, en especial
los jóvenes, son más propensos a las influencias externas
o a dejarse llevar por normas colectivas para modificar
sus patrones de consumo. Muchos adoptan el móvil sólo
porque otros ya lo tienen o por seguir una moda, lo que
pone de manifiesto su naturaleza colectiva, es decir, que
es difícil suponer que cada persona decide de motu proprio
sobre la adopción, sino que obedece a un proceso que se
da para estar a la par de un grupo (Ling, 2001).
INTRODUCCIÓN
Nuestro estudio de jóvenes mexicanos nos permite
entender cómo una tecnología de comunicación es significativa para la vida cotidiana de los jóvenes, para mantenerse en contacto o estar disponible para el novio o novia,
para la familia, para los amigos, para el trabajo. Aquí tratamos de explicar algunas prácticas sociales que se manifiestan con su uso a partir de una encuesta a un grupo de
jóvenes universitarios sinaloenses, estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa en el campus de Culiacán,
donde se refleja el contexto donde tiene lugar sus relaciones familiares y amistosas, la cultura del consumo, la
forma de asumir responsabilidades y cómo incorporan en
general los nuevos medios en su vida cotidiana. Encuestas previas representativas fueron aplicadas a estudiantes
en el mismo campus en mayo de 2006 y mayo de 2007, y
fueron nuestro referente para contrastar algunos indicadores útiles para nuestro universo de 2009.
Describimos cómo los jóvenes sinaloenses han adoptado la tecnología, qué hacen con ella, pero de manera
muy especial discutimos cómo adaptan el formato de
comunicación a sus posibilidades económicas y cómo
contribuyen bajo esa condición, a su vez, a moldear la
132
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
oferta de planes de gastos de las compañías. La efervescencia por poseer un celular es de tal magnitud en
México, que aun con alrededor de la mitad de la población (de un total de 108 millones) con carencias de patrimonio elementales, existían a mediados de 2009 poco
más de 70 millones de personas con celular; adquisición
impulsada o facilitada por los proveedores del servicio
que han introducido esquemas de pagos que se ajustan a
las posibilidades económicas de una población ávida de
satisfacciones, y que requiere del celular como instrumento de trabajo, o bien para satisfacer necesidades de
comunicación cotidiana.
PERSPECTIVAS TEÓRICAS PARA ESTUDIAR AL CELULAR
Desde una perspectiva teórica, el móvil se puede ver
como una tecnología para ajustar los conceptos de espacio
público y privado (Humphreys, 2005), con capacidad de
alterar patrones sociales y de organización comunitaria,
tal como ha ocurrido con otras tecnologías, como el automóvil, las líneas telefónicas fijas, televisión e Internet,
que tienen el potencial de transformar patrones de movilidad, actividades y contactos en el tiempo y el espacio. La
historia nos dice que la diseminación del automóvil trasformó la movilidad física, y de una interacción lenta se
pasó a una más rápida, incrementó las actividades espaciales de la gente y trajo una fragmentación del tiempo.
Al teléfono fijo se le catalogó como complemento más
que sustituto de los viajes físicos y los encuentros cara
a cara (Fischer, 1992), pero también contribuyó a transformar prácticas sociales, intensificar los contactos con
familiares y amigos, y se convirtió en una herramienta
de planeación y coordinación de actividades conjuntas
y reuniones sociales, por lo que las visitas espontaneas
y no planeadas se hicieron más comunes. A largo plazo,
ANA LUZ RUELAS
133
estas tecnologías posibilitan intensificar la interacción, las
redes sociales, extender el concepto de espacio, así como
mayor tiempo dedicado a la comunicación. También han
tenido fuertes repercusiones en las comunidades locales,
aunque hay controversia si ellas se han visto más liberadas (Wellman, 1999) o erosionadas en su cohesión (Putnam, 2000; tomado de Thulin y Vilhelmson, 2005: 238).
Las líneas telefónicas fijas ampliaron el acceso a los
individuos, aunque el uso personal se constriñe a tiempos y espacios; se limita a la casa y los lugares de trabajo
donde está instalado el teléfono, y a que éste se encuentre desocupado. El teléfono móvil supera esos constreñimientos por ser un instrumento que conecta individuos
en movimiento, más que lugares. Un número celular se
asocia a una persona, por lo que está al margen de tiempo
y lugar.
La adopción del celular es multideterminada por factores variados que van desde los instrumentales, gratificantes, emotivos, pero sobre todo por las posibilidades económicas de los usuarios. En particular, la participación de
los jóvenes en los nuevos medios de información y comunicación es diversa: en las formas de adopción, el consumo, diseño y desde luego en sus aplicaciones. La adaptan a sus posibilidades, condiciones y circunstancias. Su
acceso a las tecnologías de información y comunicación
es diferente de acuerdo a experiencias, prácticas y herramientas a su alcance, lo cual tiene consecuencias en el
desarrollo de su identidad y su lugar en el mundo (Thulin
y Vilhelmson, 2007).
Es indudable que las condiciones socioeconómicas,
como afirma Clark (2009: 389) imponen diferencias en
las funciones que los medios de comunicación desempeñan en la vida de las familias; dan paso a una inequidad
digital, o sea diferentes formas de adopción determinadas
por la pobreza, el analfabetismo, desempleo, discrimina-
134
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ción racial y étnica (Kvasny, 2006: 161; Rice y Haythornthwaite, 2006). Clark (2009: 388) sostiene que no obstante
que las desventajas económicas provocan una brecha
digital generacional, las familias desarrollan estrategias
para enfrentar esos déficits de manera creativa y efectiva,
como también lo hacen los jóvenes.
Rich Ling (2004) coincide en señalar que los usos del
celular han pasado de ser puramente funcionales o prácticos —como hablar, enviar textos, organizar actividades
diarias—; a otros que reflejan valores simbólicos como la
identidad y estilo de los jóvenes. Esto se da por ejemplo
con el deseo de tener el último modelo de celular,2 recibir constantes mensajes, o tener un directorio amplio,
que demuestra qué tan importante o bien relacionado se
está. Pero también da visibilidad a cualquier persona que
lo porta exhibiéndose como un ornato más de la vestimenta y otros accesorios portátiles. Asimismo, el modelo,
color y aditamentos decorativos del celular dan identidad
de género.
Es decir, el celular es moda, se luce, es un artefacto
íntimo, se personaliza, que se compara con otros tan necesarios para el trajinar cotidiano como las bolsas de mano
o las llaves de la casa. Además, la emocionalidad que proporcionan es alimentada al incluírsele tonos de música,
almacenamiento de fotografías y mensajes, cubiertas
adornadas que dan identidad a cada usuario, por lo que
Analistas del grupo de comunicaciones móviles de Gartner en Europa,
destacaban que 2003 fue “un año fenomenal para la industria de teléfonos móviles”, pues tuvo una tasa de crecimiento promedio cercana
al 20 por ciento; y su principal detonador, “en mercados maduros”,
fueron las ventas de reemplazo con aparatos cuyas pantallas a color
y teléfonos con cámara fotográfica dominaron las preferencias de los
consumidores. El Universal (2004), “Estiman en 510 millones celulares
vendidos en 2003”, México, martes 10 de febrero.
2
ANA LUZ RUELAS
135
se considera como parte del estilo de vida, y no como un
medio de comunicación (Geser, 2006).
Pero también para los jóvenes el móvil es un vínculo
personal, siempre abierto a una red local de amigos, que
fácilmente se contactan en cualquier lugar, a cualquier
tiempo y por cualquier razón. Otros estudios muestran
que el uso frecuente del celular se asocia con la interacción cara a cara más frecuente (Ling y Haddon, 2001);
generan, intensifican y a veces transforman las prácticas de comunicación, los patrones de contacto y las redes
sociales (Madell y Muncer, 2005; Ling y Haddon, 2001).
Asumimos que la posesión y uso del teléfono móvil, al
igual que diferentes medios de comunicación, no puede
entenderse como la suma de patrones individuales de uso,
pues este uso involucra interacciones sociales, o sea relaciones bilaterales, multilaterales, o entre grupos (Geser,
2006).
La ubicuidad de comunicación que da el móvil también
crea incentivos adicionales para poseerlo, especialmente
cuando las ocupaciones o rutinas ameritan alta movilidad
diaria, es decir, juega un papel importante en la microcoordinación. Las implicaciones por el incremento de uso
del teléfono móvil en los horarios, la agenda y uso del
tiempo para actividades sociales e interacción, son drásticas (Cooper, 2002; Ling, 2004; Ling y Haddon, 2001).
Antes del móvil el reloj era el principal instrumento para
poner una cita o coordinar actividades en espacios públicos o privados. Con él, ahora constantemente se negocia y renegocian acuerdos para reuniones y actividades
conjuntas en tiempo real o a medida que las circunstancias cambian. Los planes para el día cambian, se vuelven
flexibles, dan paso a lo espontáneo, a decisiones impulsivas que son comunes entre la gente joven (Ling y Yttri,
2002).
136
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ENFOQUES PARA EL CASO MEXICANO
Investigaciones basadas en el paradigma de la difusión
de innovaciones tecnológicas ponen de relieve las variables demográficas en el uso de los medios de comunicación para predecir su adopción, especialmente en la etapa
inicial de la difusión (Rogers, 1995). Para Howard Rheingold (2002) el real impacto de las comunicaciones móviles vendrán no de la tecnología misma, sino de cómo la
gente la usa, lo cual no se concibe por ningún diseñador, ni tampoco los cambiantes usos de esas herramientas fueron previstos por sus vendedores o diseñadores. Es
decir, emerge lo que el mismo Rheingold denomina smart
mobs, o sea artefactos que se catalogan como inteligentes a medida que más personas los adaptan a sus propias
necesidades para sus redes sociales y la acción colectiva;
se convierte en un aparato vestible, ubicuo, multifuncional, para comprar y vender, entretenerse, y también conflictuarse.
Estudios sobre mercadeo y diseño de nuevas tecnologías muestran que para elaborar un producto final se retoman ideas implícitas y explícitas de los usuarios y los usos
que le dan a dichos productos, lo que se conoce como la
configuración del usuario (Woolgar, 1991). E incluso las
personas le dan forma a la tecnología al escoger o rechazar un modelo en particular, utilizar o no algunas de sus
aplicaciones, o usarlas de manera que no se tenían contempladas.
Según diversas investigaciones empíricas, los primeros en adoptar una tecnología tienden a ser las élites en
una sociedad —jóvenes, los profesionales mejor educados, los que tienen mayores ingresos— cuando se trata
de un artículo de lujo (Rogers, 1986). También, investigaciones sobre la adopción del teléfono celular destacan
las variables de la edad, ingresos y educación como fac-
ANA LUZ RUELAS
137
tores predictivos de dicha adopción (Leung y Wei, 1998;
Wei y Lo, 2006).
Por ello, para explicar los altos accesos a la tecnología
celular resulta apropiado conocer el contexto social donde
tiene lugar la adopción y empleo. Para Williams y Edge
(1996), los estudios sobre la tecnología ameritan tomar en
cuenta el concepto sociotécnico, es decir, que los servicios, aparatos y aplicaciones no son sólo tecnología, sino
construcciones sociotécnicas que involucran inversión en
infraestructura, aparatos, acuerdos sobre servicios, modelos de negocio y condiciones de uso (Stewart, 2005: 168).
Las estrategias mercadotécnicas se han moldeado para
atacar un mercado que es particularmente apasionado
de una tecnología definida como ubicua, híbrida y transparente, pero fundamentalmente, se han ajustado a las
brechas socioeconómicas en nuestros países, sin dejar de
lado el factor cultural indispensable que rige las preferencias de las personas. Sería difícil explicar la altísima adopción del celular en países que como el nuestro presentan
grandes segmentos poblacionales con pobreza alimentaria o de patrimonio, al margen de conocer la situación
socioeconómica prevaleciente.
Asumimos, como lo señala Stewart (2005), que es preciso conocer que un conjunto de factores dan forma a una
tecnología: si se llama constantemente por el teléfono
celular por ejemplo, para emergencias, la prevalencia es
de mensajes cortos. Se debe tomar muy en cuenta que los
precios y tarifas son determinantes del tiempo aire que
se usa un dispositivo de comunicación como el celular y
de la suscripción a Internet, la disponibilidad de banda
ancha, la calidad del servicio. Es decir, implica no perder
de vista un amplio rango de factores, aunque aparentemente sean neutrales.
En algunos casos, los nuevos medios han puesto de
relieve inesperadas diferencias sociales, subculturales e
138
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
identidades. Aunque es difícil hablar en términos binarios de división digital celular, es decir, los que acceden al
celular y los que no, lo que subyace o se ha manifestado
en su difusión en México es una forma diferenciada de
adopción que depende no sólo de la brecha generacional
entre jóvenes, adultos, niños y adolescentes, sino por la
brecha económica. A medida que la tecnología se moderniza, las desigualdades o brechas celulares también se van
ensanchando, se hacen más evidentes o visibles.3 Algunos
elementos que nos ayudan a explicar la brecha celular
mexicana y que expondremos en los resultados de nuestro estudio sobre estudiantes sinaloenses son: el tipo de
suscripción, la duración de las llamadas, el acceso a teléfono fijo, la forma de pago, el uso de mensajes de texto, la
periodicidad con que se renueva el equipo. Los resultados
nos dan pautas para apreciar la enorme inventiva y capacidad de adaptación de la tecnología que logran los jóvenes orillados por sus circunstancias de limitados recursos
económicos y los planes tarifarios de las telefónicas.
Hemos escogido el estudio de jóvenes por la razón, de
que son el grupo más accesible para conocer la formación de nuevos hábitos y patrones de contacto (Thulin y
Vilhelmson, 2005: 237), la evolución, periodos y lugares
donde se utiliza, para qué tipo de actividades y sus efectos diferentes a los de otros medios de comunicación. La
etapa de la juventud es el periodo de la educación, tiempo
de entretenimiento, de hacer amigos y redes sociales; y
se piensa que las rutinas y contactos establecidos durante
Cada vez es más evidente que los hogares y grupos étnicos que sólo
tienen celular tienden a ser de los más pobres. En Estados Unidos, 15%
de los adultos hispanos, 13% de los adultos negros, 12% de los asiáticos y 11% de los blancos en Estados Unidos solamente tenían teléfono
celular. Lo mismo sucede con 22% de los más pobres. http://bit.ly/
VNeeQW.
3
ANA LUZ RUELAS
139
estos años es el que perdura para la vida adulta (Inglehart,
1997; Robinson y Godbey, 1997; tomados de Thulin y Vilhelmson, 2007).
El estudio del celular, asimismo, debe enlazarse con
otras formas de comunicación que no realizamos aquí,
como el correo electrónico, las conversaciones en línea,
los mensajes instantáneos. Para nuestro universo hemos
tomado como referente la disposición de teléfono fijo en
casa, que nos ayuda a caracterizar la división digital tradicional en México, que es de los países que no alcanzó
una óptima penetración de teléfonos convencionales (con
19.2% de los hogares), y lo mismo ocurre en el estado
de Sinaloa, que se mueve en la media nacional. Entonces
estamos ante un universo mayormente nativo celular, es
decir, jóvenes cuya niñez y parte de la adolescencia transcurrió sin acceso al teléfono convencional en sus hogares,
y el celular es su primer referente de comunicación telefónica. Para ellos, el celular es “el teléfono”, lo cual fue
advertido al hacer la pregunta sobre disposición o no de
teléfono en casa en un sondeo a estudiantes universitarios en mayo de 2006, pues muchos jóvenes titubearon al
momento de responder por lo que se les tuvo que precisar las diferencias entre uno y otro sistema telefónico. Se
llama nativos digitales a aquellos que nacieron con Internet y las nuevas formas de comunicación digital, en contraste con los migrantes digitales o personas adultas que
se adaptaron a las nuevas herramientas y tecnologías, sin
haber estado familiarizados y sentirse confortables con
ellos (Godwin-Jones, citado por Geser, 2006: 3).
EL CELULAR PARA POBLACIONES DEPRIMIDAS
Este artículo ubica el uso del celular por parte de estudiantes universitarios, de clase baja y media baja, en una
ciudad media mexicana con alrededor de 600 mil habitan-
140
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tes, con importante circulación poblacional de la región
pues es centro de abastecimiento de servicios y productos del área rural circundante. Nuestro marco de referencia es amplio, pues tomamos en cuenta el contexto social
en el que tienen lugar las relaciones de los usuarios con la
tecnología celular, en su calidad de mediador de relaciones afectivas, familiares, así como los hábitos o rutinas de
su uso. Tomamos el concepto de vida cotidiana como un
patrón estable de actividades diarias: cómo y con quien
interactúan los individuos, sus hábitos o rutinas con el
celular.
Mostramos la frecuencia e intensidad de uso del celular, la función que tiene en la vida cotidiana de los jóvenes
estudiantes, sus actividades más recurrentes, contactos
y relaciones sociales y familiares, gastos y actualización
del equipo, así como espacios donde se abstienen de utilizarlo. Pero sobre todo ponemos énfasis en las argucias
que han ideado para poder disponer aunque sea limitadamente de la tecnología móvil celular. Para ello realizamos
una encuesta a universitarios en mayo de 2009, en el campus principal de la Universidad Autónoma de Sinaloa en
la ciudad de Culiacán.4 Esta universidad es la cuarta más
grande del país pues atendía para 2008 a 106 mil alumnos,
siendo alrededor de 45 mil 400 de nivel superior o licenciatura, a quienes dirigimos nuestra atención. Pero también hacemos algunas comparaciones con sondeos previos realizados en mayo de 2006 y mayo de 2007 en el
mismo campus de la UAS, a muestras similares.
4
Culiacán es la ciudad con mayor concentración de población del
estado de Sinaloa. En 2005, según el II Conteo de Población y Vivienda
de INEGI, de 2.6 millones de habitantes, alrededor del 30% habitaban
allí, con 605 mil, le siguen Mazatlán con 352 mil y Los Mochis con 231
mil.
ANA LUZ RUELAS
141
CRECIMIENTO CELULAR EN MÉXICO
En México, los servicios de telefonía celular inician formalmente en 1989, cuando se concesionaron a nueve compañías, nueve regiones para prestar el servicio, con la particularidad de que Radiomóvil Dipsa (o Telcel, filial de
Teléfonos de México) obtuvo un trato preferente, es decir,
se le otorgó la única concesión para cobertura nacional.
No obstante, tardó casi una década para que la difusión
del celular despegara. En 1990 sólo había 64 mil suscriptores, y para finales de 1999, Motorola anunciaba que ellos
habrían vendido más de 6 millones de aparatos activados,
que duplicaban los del año anterior.5 También en ese año
se introdujo el esquema “el que llama paga” (calling party
pays), lo que trajo consigo un impresionante crecimiento.
De hecho en 1999 los suscriptores celulares sobrepasaron al
número de teléfonos fijos existentes;6 para 2005 el número
se había incrementado a 44 millones y para mayo de 2009
había alcanzado, según la Comisión Federal de Telecomunicaciones, 77.4 millones de usuarios. Para 2008 la penetración media nacional por hogares era de 70.3%, y Sinaloa
se encontraba por arriba con 83.7% de los hogares.7
De acuerdo con INEGI, para 20088 los hogares con solo
teléfono fijo eran 19.2%, mientras que 32.2% sólo tenían
celular. Combinados dan una disposición de servicio telefónico de 75.5% de los hogares. De nuestra muestra, el
El Universal, 22 de octubre de 1999.
Véase gráfica 6.1. “Fixed versus mobile telephony in Mexico, 19902005” en Mariscal y Bonina (2008: 66).
7
http://www.cft.gob.mx/wb/Cofetel_2008/Cofe_densidad_de_telefonia_movil_por_entidad_feder. Este enlace cambió a http://siemt.cft.
gob.mx/SIEM/
8
http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/
productos/encuestas/especiales/endutih/ENDUTIH_2008.pdf
5
6
142
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
71% dijo disponer de teléfono fijo en casa. Del 29% que
no tiene, la causa principal (60%) es por los costos y 14%
dijeron que porque tienen celular. Es común en nuestro
medio que los papás tomen medidas para que el teléfono
fijo no esté expuesto para ser usado por cualquier persona
en el hogar, para que no se dispare el servicio medido9 o
las llamadas de larga distancia. En cambio con el móvil se
pueden controlar mejor los gastos y se lleva un registro de
minutos y saldo disponible.
La pobreza de tecnologías de comunicación y conectividad digital es evidente en el país, pues en 2008 sólo
25.7% de los hogares poseía computadora y casi la mitad
de éstos, 13.5%, a su vez contaba con conexión a Internet.
La televisión abierta es el medio masivo de comunicación
tradicional con mayor disponibilidad nacional, pues 9 de
cada 10 hogares tienen televisión, pero el sistema restringido, o televisión de paga, apenas 23.9% puede contratarlo
mediante pago mensual (INEGI-ENDUTIH, 2008). En la
misma encuesta de INEGI se obtuvo que en los hogares
que tienen computadora sin Internet, un 53.8% de sus
moradores dijeron que era por falta de recursos económicos, y otro 6% adujo que su equipo era insuficiente. O sea
que la pobreza digital reconocida está determinada por
razones eminentemente económicas.
En este contexto el teléfono celular es como un catalizador del enorme rezago existente en las otras tecnologías, pues los esquemas comerciales para adquirirlos al
margen de contratos y los sistemas de pago dan una accesibilidad prácticamente a todas las clases sociales. Por ello
el rubro de ingresos por servicios de telefonía celular de
Es el concepto bajo el cual la compañía telefónica cobra mensualmente por realizar 100 llamadas, pero una vez que se sobrepasa entra
el cobro por cada llamada adicional.
9
ANA LUZ RUELAS
143
las compañías de telecomunicaciones es el que observa
mayor crecimiento.
De acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de
Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), el monto del
gasto mensual promedio que realizan las familias mexicanas en servicios de telecomunicaciones es superior al que
destinan a otros bienes o servicios básicos como el cuidado de la salud o energía eléctrica, y ya casi alcanza al
presupuesto para vestido y calzado. Cada vez es mayor el
número de familias que consumen estos servicios; pues
en 1994, sólo 8.1 millones de hogares reportaron gastos en
comunicaciones (el gasto en conjunto de las familias en
telecomunicaciones fue de 2.4 mil millones de pesos por
trimestre) y en 2004 este número se duplicó al sumar 17.1
millones de familias (con 22.2 mil millones de pesos). Las
cifras del INEGI indican que mientras en 1994 los hogares
destinaban 2.5% de su gasto total a comunicaciones, 10
años después subió a 4.1% de sus percepciones.10 No obstante, el uso de las telecomunicaciones está concentrado
en los hogares de mayor poder adquisitivo, pues poco más
de la mitad del total de este gasto lo realizan 20% de los
hogares más ricos del país.
A ello hay que añadirle los esquemas tarifarios que
manejan las compañías prestadoras del servicio, que lo
hacen oneroso. En México el tráfico por minutos en llamadas a teléfonos móviles y de larga distancia se cobra
por minuto, y los segundos se redondean11 a minutos, lo
que ha traído beneficios para el proveedor, pues el usuario viene cargando un costo extra cada vez que llama. Por
10
El Universal (2006). “Sube el gasto familiar en telecomunicaciones”.
Lunes 10 de julio.
11
El redondeo se da en llamadas a teléfonos móviles desde teléfonos
fijos y móviles y en llamadas de larga distancia desde teléfonos fijos y
móviles.
144
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ejemplo, si el “cliente realiza una llamada de 1.5 minutos,
se le factura una llamada de dos minutos, implicando un
sobrecobro de 33%. Es decir, el consumidor paga un porcentaje adicional al costo de su llamada por tiempo que
nunca ocupó” (Del Villar, 2006: 45).
Del Villar (2006: 45) advierte que aunque la principal
compañía de telefonía celular en México, Telcel, empezó
a ofrecer a sus clientes de prepago la modalidad de pago
por segundo, a (final de cuentas) resultó favorecida ella
misma. Estableció “a 4.5 pesos por el primer minuto de la
llamada y 0.086 por segundo a partir del primer minuto”,
lo cual siguió favoreciendo a la compañía, pues “con este
esquema de pago, el costo de una llamada de 3 minutos es de 14.82 pesos; mayor a los 12 pesos que le costaría al usuario bajo el esquema tradicional de 4 pesos
por minuto”.12 El esquema cambió en noviembre de 2012
a cobro por segundo.
Para 2006, Merryl Lynch calculaba que el ingreso promedio por minuto celular en México era de 0.14 dólares
por minuto, mucho más caro que en Estados Unidos donde
estaba a 0.06 dólares (tomado de Del Villar, 2006: 60).
LA TELEFONÍA FIJA EN MÉXICO
No alcanzó niveles óptimos de diseminación bajo ninguno
de los esquemas de propiedad de la principal compañía
Para obligar a las compañías al cobro por segundo se reformó el 18
de diciembre de 2012 el artículo 60 de la Ley Federal de Telecomunicaciones, por el cual se obliga a los concesionarios a implementar la
medición, tasa de cobro y facturación de los servicios tomando como
unidad de medida mínima el segundo, sin perjuicio de los planes que
sean cuantificados por minuto, por evento, por bloque o cualquier otra
modalidad, aunque todavía se les concedieron 6 meses para hacerlo
efectivo. El Universal (2012, 19 de diciembre).
12
ANA LUZ RUELAS
145
telefónica, ni como monopolio público ni como monopolio privado. Al privatizarse Telmex en 1989 apenas se
cubrían 9% de los hogares, y ya como empresa privada
20 años después sólo alcanzó, como ya mencionamos, al
19.1% de dichos hogares.13
Por ello, el advenimiento de la telefonía celular fue la
tabla de salvación de la comunicación telefónica en el
país, con una población mayoritariamente pobre. Para
adecuarse a esa realidad, las compañías han seguido
estrategias de ofertar aparatos y servicios celulares enfocándose a esos segmentos de menores ingresos a través
del sistema del prepago o las famosas tarjetas prepagadas,
a partir de 1995, y más recientemente, las denominadas
recargas celulares que se hacen en las cajas de tiendas de
autoservicios. Éstas últimas han venido desplazando rápidamente a las tarjetas pues son una manera versátil de
proveerse de tiempo aire y sobre todo tienen la particularidad de que se pueden comprar ‘minutos aire’ por una
módica cantidad de 20 pesos. Lo interesante de este sistema es que brinda la posibilidad a los usuarios de estar
disponible aunque no puedan ellos iniciar llamadas, sino
ser simples receptores, es decir, con una conectividad
limitada o a medias. De hecho es común entre los jóvenes, sean estudiantes o no, cuando se les pregunta si pueden cursar una llamada, contestar que no tienen saldo.
Los proveedores de telefonía celular han enfocado sus
estrategias a facilitar a la gente el gasto en servicios telefónicos, sin arriesgar recuperación de créditos, sin someterlos a la firma de contratos, o solicitar requisitos para otor-
En telefonía fija se han presentado más bien decrementos. Durante
el periodo julio-septiembre de 2007, por ejemplo, se activaron 90 mil
líneas, llegando a 19.9 millones, que representó una disminución de
0.7%. http://bit.ly/Woy1e6.
13
146
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
garles crédito. Es decir, estamos en presencia de esquemas
irresistibles o posibilidades de obtener un servicio telefónico para quien no puede obtener crédito. Son sistemas para gente de bajos ingresos, con reducidas opciones
financieras, o bien para quien opta por no tener gastos
fijos mensuales por el concepto de telefonía.
Ahora tienen gran auge en Estados Unidos las tarjetas
de crédito bancarias recargables. Son micas de prepago
que se adquieren fácilmente en tiendas de autoservicio y
farmacias. Se anuncian para atraer clientela diciendo que
“no se necesita cuenta de cheques” y que “son más seguras que traer el efectivo y no se requiere cuentas bancarias”. Es una industria que data de hace 10 años y que ha
alcanzado a 80 millones de consumidores en Estados Unidos. Entre sus principales clientes están los estudiantes
que optan por no meter su tarjeta en compras por Internet o adolescentes que no son elegibles para una tarjeta
de crédito. El mercado más grande está, por lo tanto, en
los que no tienen banco o créditos.14
Esto ha dado muy buenos resultados. Mariscal y Bonina
(2008: 70) informan que mientras en 2003 sólo 9% de los
individuos clasificados en los niveles de ingresos económicos más bajos del país usaban teléfono móvil, para 2005
el número se había triplicado alcanzando el 27% de esa
población. Concuerdan que los accesos al celular en esos
grupos económicos obedece a los bajos costos que proporciona el sistema de prepago y el esquema “el que llama
paga”, pues los usuarios “tienen la ventaja de controlar
sus gastos telefónicos; no tienen cargos fijos mensuales y
pueden decidir el nivel de uso y gastos”. En México, donde
a diferencia de Estados Unidos, si se ha implantado el sis-
14
The New York Times (2009). “Prepaid, but not prepared for debit card
fees”, martes, 6 de octubre.
ANA LUZ RUELAS
147
tema “el que llama paga” los celulares pueden usarse solamente como receptores, sin que se ocasionen cargos.
DATOS Y METODOLOGÍA
Los resultados empíricos que presentamos fueron obtenidos en mayo de 2009 mediante una encuesta a 121 estudiantes universitarios en Culiacán, México (con edades de
entre 18 y 23 años), de las diversas escuelas profesionales
de la Universidad Autónoma de Sinaloa, campus Culiacán
(véase tabla 5 en adelante). Solo tres contestaron no tener
celular. Los usuarios, 67 mujeres y 51 hombres, tuvieron
gran disposición a contestar el cuestionario en los pasillos
de las escuelas, y tomó en promedio 20 minutos en responderlas. Se abarcó tanto a los estudiantes que ingresaban al primer semestre como a los que estaban por culminar su paso por la universidad, y comprendieron a todas
las carreras que se imparten en ese campus, que van
desde las humanidades, la salud, hasta las ingenierías.
Se trata de una población combinada de jóvenes de
clase media baja, la mayoría de la zona urbana de Culiacán, y un 20% provenientes del área rural, pues esta ciudad, la más grande y urbana del estado de Sinaloa, es centro de provisión de servicios a la periferia, y concentra
las oficinas de gobierno estatal. La ciudad está marcada
por un alto índice de violencia y con un preocupante predominio de actividades ilícitas y sede de uno de los carteles de las drogas dominantes a nivel nacional. En los
últimos dos años se ha recrudecido sensiblemente la violencia local.
De acuerdo a datos sobre municipios más violentos del
país por semestre de diciembre de 2006 a mayo de 2009
(Guerrero, 2009: 35), Culiacán ocupó los primeros lugares. En el primer semestre, de diciembre de 2006 a mayo
de 2007, estuvo en el primer lugar con 103 asesinatos; en
148
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
el segundo semestre, de junio a noviembre de 2007, con
91; en el tercero, de diciembre de 2007 a mayo de 2008,
con 103; en el cuarto semestre, de junio a noviembre de
2008, también ocupó el tercero con 247; y en el quinto
semestre, de diciembre de 2008 a mayo de 2009, siguió en
el tercer lugar con 171. Con el agregado de que otros dos
municipios del estado de Sinaloa, Mazatlán y Navolato,
estaban en esa clasificación nacional.
FAMILIAS, UBICUIDAD Y SEGURIDAD
Para entender adecuadamente las interacciones que propicia el celular es necesario contextualizarlo (Christensen, 2009: 434), es decir, conocer las circunstancias y
acciones donde tienen lugar su adopción y usos. Un factor indispensable a tomar en cuenta para nuestra investigación es el contexto local, particularmente las condiciones de inseguridad pública que prevalecen en la ciudad
de Culiacán, como una de las ciudades mexicanas con los
mayores índices de violencia en los años recientes como
vimos arriba, y por lo cual las familias viven en zozobra
permanente por lo que pueda acontecer en las calles y
barrios por donde los familiares, hijos y amigos transitan
diariamente.
Por ello, la ubicuidad que da el celular se redimensiona
en regiones como la nuestra, pero también ocurre algo
similar con el sentimiento de control y seguridad que da
la posibilidad de conocer los pasos que siguen los integrantes de la familia, especialmente los jóvenes. El celular indiscutiblemente da cierta seguridad a los padres
por la posibilidad de saber dónde se encuentran a cada
momento los hijos, tanto de los estudiantes que tienen
residencia permanente en la casa paterna como la de los
que viven en poblados rurales y acuden entre semana a la
universidad. En el caso de los hijos que viven permanen-
ANA LUZ RUELAS
149
temente con sus padres, opera con los mismos propósitos,
e incluso durante los fines de semana se convierten en un
instrumento de vigilancia de las diversiones nocturnas y
el esparcimiento. En el pasado los controles y la coordinación cotidiana familiar se limitaban a saber que los hijos
se encontraban en un lugar específico previsto. Hoy este
control es compatible con desplazamientos impredecibles
de los jóvenes, pues las llamadas telefónicas llegan directamente a la persona en particular, no al lugar.
Estudios cuantitativos como el de Wei y Lo (2006)
muestran que el teléfono celular ayuda a mantener las
relaciones familiares, estar en contacto con los más cercanos y refuerza los vínculos entre los miembros de la
familia. Otros estudios (Christensen, 2009: 435) indican
que el móvil juega un papel importante en el manejo de
las relaciones familiares y las relaciones interpersonales;
e incluso ayuda a entender la dinámica social en la cual
esas prácticas tienen lugar.
El celular facilita lo que se conoce como “presencia
conectada” (Christensen, 2009: 433), es decir, es un medio
que fortalece las relaciones familiares y hace sentirse cercanos a hijos y padres, cuando están físicamente separados, lo que se aprecia por la frecuencia de llamadas y
mensajes entre los integrantes de la familia.
El sentimiento de seguridad y el seguimiento de los
desplazamientos de los jóvenes se vuelven cruciales en
una ciudad como Culiacán, por su clima de inseguridad.
De hecho de nuestra muestra de 118 jóvenes con celular,
encontramos que no es fortuito que el 30% hayan hecho
recientemente llamadas a números de emergencia (a la
Cruz Roja, policía municipal, a los agentes de tránsito y a
los bomberos). Según Rich Ling, ese es uno de los motivos más fuertes para comprar muchas veces un celular, y
explica en gran parte su amplia diseminación (Haddon,
2001), aparte de resolver las contingencias diarias o retra-
150
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
sos, asuntos no planeados y eventualidades como accidentes o urgencias imprevistas.
A la pregunta de para qué te llaman tus papás, tanto
hombres como mujeres de todas las edades del rango,
75% respondieron que para localizarlos, que puede ser
consecuencia de la preocupación por saber que los hijos
están bien. En contrapartida sólo 8% dijo que sus padres
les hablan para pedirles algo, y 17% reportaron recibir llamadas de sus padres para informarles algo. Pero curiosamente solo una minoría de 11% respondió que se sienten
vigilados, contra 56% que dijo nunca sentirse vigilados
por ellos, y 31% a veces se sienten vigilados. Es decir, los
jóvenes universitarios no asumen como una invasión a su
privacidad o interferencia, que los padres les llamen constantemente, pues 71% de ellos siempre contestan las llamadas que entran de sus hogares. Ello fortalece la postura,
según uno de nuestros estudiantes, de que los jóvenes “no
se sienten vigilados por sus padres, por lo menos no todo
el tiempo, ya que de otra manera no siempre contestarían
las llamadas”. No obstante, hay un segmento importante
de casi una cuarta parte de la muestra que dijo no contestar algunas veces las llamadas de los padres, que concuerda con 37% de los jóvenes que dijeron haberse sentido algunas veces vigilados, y marca una tendencia que
puede reflejar una situación familiar de conflicto.
Las respuestas nos muestran una clara tendencia en el
uso del celular por parte de los padres como una herramienta de localización portátil de sus hijos, lo que deja
de lado la función principal del celular como medio de
comunicación, mostrándose como una extensión de la
presencia de los padres en las actividades de los jóvenes.
Cabe aclarar que nuestros jóvenes tienen un fuerte vínculo económico con sus padres, pues de nuestra muestra,
a 44% de ellos les sufragan el costo del celular.
ANA LUZ RUELAS
151
¿ES INTENSO EL USO DEL CELULAR POR LOS JÓVENES?
Entre los jóvenes universitarios sinaloenses existe una
amplia adopción del celular, pues de nuestra muestra de
121 estudiantes sólo tres dijeron no tenerlo aunque señalaron estar dispuestos a adquirir uno; pero a la pregunta
sobre cuántas personas en su casa lo tienen, 33% dijeron
que tres integrantes de la familia, 24% dijeron que cinco,
y 22% nos reportaron que cuatro; por lo que suponemos
que casi todos los miembros adultos, adolescentes y hasta
niños de una familia tienen celular.
Sin embargo, la extensa adopción que se registra no significa necesariamente que se use con semejante intensidad, pues nuestros jóvenes tienden a hacer pocas llamadas diarias y de corta duración, 81% dijeron hacer entre
una y cinco llamadas (y más de la mitad, 45 de los 118,
hacen sólo de una a tres), y sólo 18% hace más de cinco.
Pero lo más sorprendente es que sus llamadas tienden a
ser breves: 41% hacen llamadas de uno a tres minutos,
27% de entre tres y cinco minutos, y sólo 31% dijeron que
pasan los cinco minutos.15 Algo similar se obtuvo en una
encuesta nacional a jóvenes (de entre 15 y 24 años) en
Suecia en 2006, pues se encontró que el promedio de sus
llamadas diarias era bajo, de cuatro,16 lo que contradice el
estereotipo, como señalan Thulin y Vilhelmson (2007),
de que usan constantemente su celular, e indica que no
es automático que un alto nivel de acceso a los artefactos
produzca un uso extensivo.
Los países que cobran las llamadas locales por minuto, como es el
caso de México, tanto para la telefonía fija como la celular, tienden a
tener llamadas más cortas (Del Villar, 2006, 61).
16
Incluso una encuesta nacional en Suecia entre jóvenes de 15 a 24
años reveló en 2006 que no hacían más de cuatro llamadas por día
(Thulin y Vilhemson, 2007: 241).
15
152
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Esto nos revela que la intensa comunicación entre los
jóvenes es predominantemente para la microcoordinación, para hablar rápidamente sin ahondar en una conversación. Lo hacen para ajustar o verificar un horario o
agenda, previo compromiso para encontrarse cara a cara.
La limitante del tiempo de llamada también puede significar que la red social sea muy selectiva a la hora de hablar
por teléfono, como veremos en el apartado de los contactos más frecuentes. Los asuntos para los que más se usa el
celular es para localizar a alguien (71%), lo que se ajusta
a las altas tarifas de las llamadas, y confirma que la tecnología se adecua perfectamente a la movilidad que caracteriza a los jóvenes y brinda la ilusión de no perderse de
nada, de estar al alcance. 25% mencionó que para platicar y sólo 4% por cuestiones de trabajo y esto a pesar de
que cerca del 34% de nuestra muestra de estudiantes trabajan.
Significa, por otra parte, que ajustan sus conversaciones o pláticas a esquemas tarifarios por minutos transcurridos. Aunque llega a ocurrir, como dice uno de los estudiantes, que “el método puede ser estorboso y molesto
porque algunos celulares no cuentan con temporizador y
uno descuida el tiempo transcurrido y ya no entras en la
promoción, siendo el ahorro nulo o la llamada finalmente
sale más cara”.
Los estudiantes universitarios sinaloenses recurren
en mucha menor proporción al celular como multimedia, para jugar, escuchar música, pues en promedio al día,
más de la mitad lo utiliza por una hora, y 32% hasta dos
horas. Aquí es donde ha aparecido el ingenio, combinado
con las facilidades que dan otros medios como Internet,
para no incurrir en gastos a la hora de jugar o escuchar
música.
José Carlos relata: “En sí, por la música y los juegos,
paga el que quiere o no le busca o de plano porque al
ANA LUZ RUELAS
153
reproductor o celular se le pide un formato especial. Aunque hay celulares en promoción que ya traen canciones
gratis de un artista determinado o como el Nokia más
reciente. Claro que te cuesta un ‘ojo’ este celular porque
tiene conexión a las redes sociales, Facebook, Myspace,
Twitter, etc. La mayoría, continúa, bajamos la música de
Internet por P2P (peer to peer); excepto aquellos que tengan IPod, que astutamente la compañía Apple hace que
solamente los que tengan el formato de Itunes puedan
reproducirla, aunque los piratas cibernéticos ya lograron
‘brincarse’ este requisito”.
Si se quiere tener música en el celular, continúa, “pues
se descarga de Internet, ahí la traes grabada y la escuchas cuantas veces quieras, sin que te cobren. Incluso
algunas canciones se graban desde la radio… pero la calidad no siempre es buena. Si quieres una música en especial, de tu gusto, busca las páginas y, si eres afortunado y
alguien las subió, lo bajas y no te cobran. Otras páginas sí
te cobran pero no por bajar la canción sino por darte una
membrecía de 30 días a 30 pesos y bajas todas las canciones o videos que quieras”.
José Carlos se explaya contándonos que “en los juegos
electrónicos es igual, los podemos descargar P2P, pirata,
y ya si los compramos cuestan 20-30-50 pesos, depende
de lo novedoso y del modelo de celular. Hay más económicos de 12 pesos pero son estilo tetris, o a blanco
y negro. También nos unimos a la causa de no gastar
mucho, y nos pasamos los juegos por Bluetooth! En la
tele sale que enviemos por ejemplo la palabra JUEGO
al 21111 y te envían el juego directo a tu celular, aunque
esto no es confiable porque es un gancho, te cobran seis
pesos por el mensaje y después quince pesos por el juego
en sí”.
Estas estrategias son del amplio dominio de los jóvenes,
pues a través de sus redes sociales informales se comuni-
154
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
can rápidamente los trucos para racionalizar lo más posible los gastos en sus comunicaciones. Otros definitivamente se resignan y señalan que para economizar no hay
cómo zafarse. Uno dice: “simplemente trato de no llamar
mucho, sólo en emergencias y tener en ‘números preferentes’ gratis a la persona a la que puedo necesitar más,
que es mi papá”.
IMPACTO ECONÓMICO Y PREFERENCIAS POR LOS FORMATOS DE
COMUNICACIÓN EN LOS ESTUDIANTES
Los resultados relativos a los gastos mensuales por el servicio, el tipo de suscripción con que se cuenta y las percepciones que tienen sobre la calidad del servicio reflejan dos cosas: un usuario de nivel bajo de ingresos, como
ya hemos visto, que se ha vuelto experto en manejar los
tiempos del celular y que se adapta a los planes comerciales implantados por las operadoras.
Así, tenemos los planes para llamadas cortas, de cinco
minutos, el de 15 minutos por seis pesos, el registro de l0
números preferentes17 a un peso la llamada. Una de nuestras estudiantes nos señala que “las pláticas que se mantienen vía celular, se ajustan a esos tiempos. Lo que pasa
es que con el plan de los cinco minutos, la persona que
realiza la llamada se encuentra constantemente viendo el
reloj para que no se le vayan a pasar los cinco minutos…”
También asegura que quienes hacen menos de tres llamadas al día, “son los que de plano andan bajos de dinero,
y sólo llaman para preguntar ¿en dónde estás?, es decir,
las que se hacen no para platicar, sino simplemente para
Un número preferente tiene que ser al de la misma compañía y se
puede llamar cuantas veces se quiera sin rebasar los cinco minutos
cada ocasión, sin que cuente para restar minutos del plan mensual.
17
ANA LUZ RUELAS
155
localizar a alguien o saber dónde se encuentra”. Esto fundamentalmente permite a los jóvenes usar el servicio de
manera muy autoregulada para no sobrepasar los límites
que incluye cada plan.
Una chica nos relata: “Tengo un plan, me costó como
250 el chip incluido, y tengo 10 números nacionales (de la
misma compañía Telcel) a los cuales puedo hablar gratis
por 5 minutos, no importa en donde esté, es decir, puede
ser ilimitado y no me cobrarían roaming, pero si me paso
de los 5 minutos, me cobran lindo y bonito la larga distancia”.
En cuanto a las recargas, tienen el inconveniente de
que el plazo otorgado para ejercer el crédito se vence
pronto, y si no se ejerce se cancela.
Los mensajes son los más socorridos entre nuestra
población de jóvenes sinaloenses, pues sólo 12 de nuestra
muestra respondieron que no es la función más utilizada.
Prefieren los mensajes por dos razones: son la manera
práctica y barata de mantener comunicación constante y
estar en contacto con amigos y familiares, sin quedarse
desconectado. Además, cumplen una función emotiva
importante, “no son como una llamada que es efímera,
puedes almacenar los que son románticos, las felicitaciones, dependiendo del gusto de cada persona”. Aunque
para cuestiones importantes y en caso de emergencia las
llamadas se imponen. Además, y fundamentalmente, el
servicio de mensajes es el más económico, y para guardar
su saldo los jóvenes se despiden de sus amigos diciendo
“me mandas un mensaje a mi cel”.
EL PREPAGO Y POSPAGO
Un indicador que nos ayuda a dilucidar qué tipo de usuario es el joven universitario sinaloense es la disposición
de contrato de servicio celular (pospago) o si son usua-
156
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
rios de prepago. Tal como prevalece mundialmente (Ruelas, 2010), nuestro universo resultó con un alto porcentaje de usuarios de prepago con 88%, y solo 11.8% con
plan o contrato. De los usuarios de prepago 59.6% hacen
recargas y 40.3% usan tarjetas que se están desplazando
rápidamente por las primeras, pues son mas practicas, y
admiten cantidades mínimas de 20 ó 30 pesos para tener
crédito. Aunque ya se hacen contratos por 190 pesos mensuales, los jóvenes no se convencen pues requiere firmar
contratos, cumplir requisitos de crédito, dar domicilio y
nombre.
La tesis del salto tecnológico que establece que los países pueden saltarse ciertos estadios del desarrollo usando
tecnológicas móviles (Castells, 2006: 216), no es solo económica En opinión de Bichler (2008: 80) tiene dos tiene
dos deficiencias. Primero la difusión de dispositivos móviles debe complementarse con una infraestructura de
red adecuada, que es una condición básica. En los países en desarrollo ambos componentes solo se encuentran
en zonas urbanas donde la economía actúa como fuerza
impulsora para la instalación de dicha infraestuctura que
es muy costosa. No obstante, el asunto de la rentabilidad
se mantiene incierto. En algunos países con bajo desarrollo, los celulares por ejemplo son usados casi exclusivamente en forma de servicio prepagado, esto resulta en
que se recurra a ellos primariamente para recibir llamadas, que se manifieste en el lenguaje diario. En India por
ejemplo, es común “darle a alguien una llamada perdida”,
lo que significa que en lugar de hacer una llamada telefónica, se deja que el teléfono suene. Se observa el mismo
fenómeno en Malawi donde la frase “I flash you”18 es
común en una conversación diaria. También en México,
Te parpadeará”.
18 “
ANA LUZ RUELAS
157
hay recursos como no contestar la llamada si se trata de
alguien que está en la lista de números frecuentes, por
los cuales se paga una cuota fija mensual, y el cliente
solo tiene que cuidar que cada conexión no dure más de
5 minutos.
Hay otros factores que influyen en cómo se utiliza el
celular, atingentes a las compañías. Una estudiante nos
advierte: “el pospago no se usa por diversos factores porque en ocasiones el usuario encuentra muchas dificultades y engaños por parte de la empresa al momento de realizar aclaraciones o quejas, usualmente cargan llamadas
no realizadas, no respetan los diez números frecuentes…
La gente no lo utiliza por no estar en ese estire y afloja
con la compañía”.
En realidad los jóvenes son bastante moderados en sus
gastos mensuales con el celular: de nuestra muestra, un
tercio, 33%, gasta solo hasta 200 pesos mensuales, 16.1%
hasta 300 pesos, 23.7% más de 300 pesos; pero hay un
27.1% que no pasa de los 100 pesos.19 Es decir, estamos
ante un sector que tiene serias carencias, pero que con
todo ello posee un teléfono portátil.
Más de la mitad admitió que frecuentemente —o a
veces— se limita o abstiene de usar el teléfono, y opinan
que la compañía celular es abusiva por lo que cobra. Por
la misma razón, 55.9% de nuestra muestra mencionó que
la compañía es abusiva y 40.6% sostuvieron que nunca
realizan llamadas de larga distancia, sólo 26.2% las hacen
cada mes, 16.1% cada semana y solamente siete respondieron que sí hacían diariamente.
Para 2006, Pyramid calculó que el ingreso promedio para las compañías por usuario celular al mes en América Latina, era de 15 dólares
y se estima que para 2010, sea ligeramente menor a esta cantidad. El
Universal 2006,“México, líder en telefonía móvil en América Latina”,
miércoles 18 de enero.
19
158
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Todos estos resultados nos hacen pensar que estamos
frente a usuarios jóvenes que se han hecho expertos y
muy responsables en utilizar su celular optimizando los
planes tarifarios y el tiempo aire para aprovecharlo al
máximo.
ACTUALIZACIÓN FORZADA DEL EQUIPO
En general el reemplazo del equipo es frecuente, pero
ello no es originado como se puede pensar por el afán de
poseer un modelo más reciente, con las últimas funciones o aplicaciones, sino que obedece a factores propios de
las edades juveniles: 51.6% dijeron que lo cambian después de un año, 29.6% lo hace cada 12 meses, y 18.6%
lo actualiza más frecuentemente, a los 6 meses. De ellos,
una alta proporción, 39.8%, dijeron que porque el equipo
falla, que alguna pieza ya no funciona (algún botón o la
pantalla), o simplemente la señal ya no es captada con la
calidad que tenía al momento de estrenarse. La segunda
más importante razón por la que se tiene que adquirir
otro teléfono es porque se extravía, 29.6%, lo que también es propio de la edad, en la cual tienden a ser descuidados y olvidadizos. Fortunatti (2002) cuestiona la portabilidad del celular, y atribuye la tendencia a olvidarlo o
perderlo a la dificultad de encontrarle en nuestro cuerpo
una parte apropiada donde cargarlo, atado al cinturón, en
compartimentos especiales en los bolsos, en los bolsillos
de los pantalones o camisas. Tendemos a liberarnos de él,
a encontrarle un lugar donde colocarlo. Por ello es común
dejarlos abandonados en los restaurantes, en los camiones, por donde deambulamos.
Otros universitarios, 14.4%, la minoría, se ven influenciados por un diseño más atractivo y las funciones que
traen los nuevos modelos, que van desde una memoria
con más capacidad de almacenamiento de mensajes de
ANA LUZ RUELAS
159
texto o música, fotografías, o una cámara fotográfica con
mejor resolución o para grabar videos.
Otro aspecto que llama la atención de los jóvenes es que
el aparato que reemplazan tienden a conservarlo (44%), o
también lo obsequian (29.6%), lo tiran a la basura (15.2%),
y sólo siete dijeron venderlo.
USAN EL CELULAR DESDE TODOS LOS ESPACIOS
Los jóvenes sinaloenses tienen propensión a usar el celular desde cualquier lugar, lo cual refleja la prevalencia de
normas de urbanidad relajada, pero también de una cultura de la espontaneidad, la afabilidad que caracteriza a
la población sinaloense en general. Arturo Santamaría
(2009) sostiene que entre la sociedad sinaloense se da una
comunicación interpersonal muy rápida, pues las personas en estas ciudades poseen un carácter abierto y comunicativo en general.20
Esta cualidad favorece la ubicuidad del celular. De nuestra muestra de estudiantes admitieron que el lugar más
respetado por ellos para no usar el celular es el salón de
El 18 de agosto de 2012, en un correo electrónico, el ingeniero sinaloense de Culiacán, Arturo Murillo Monge, compartió sus sabias reflexiones sobre lo que es el ser sinaloense: “Nos es más fácil congeniar” con
los extranjeros. “Lejos de ser adustos, honestos y francos como los norteños; no somos, por otro lado, ladinos como los sureños, ni solitarios
y solemnes como los serranos”. Los evangelizadores basaron sus enseñanzas aquí, matizando “los episodios con irreverencias y palabras altisonantes y nos volvimos proclives a lo mal hablado”. La tan anunciada
franqueza del sinaloense, “…que es más bien irreflexión e imprudencia aunque tenga la frescura de lo espontaneo, le exige no admitir que
puede ser frugal en lo privado. Todo lo hecho en público es grande o
no lo es. Así, el sinaloense no tiene el valor paciente y sacrificado del
mártir sino solamente el arrojo del temerario. Naturalmente sincero
es fácil mentirle una vez. Es digno de confianza y poco salamero (zalamero). Escaso de gracias sociales...”
20
160
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
clases, que fueron casi la mitad de ellos (45.6%). Lo que
es admitido como una norma obligatoria porque sus profesores exigen no haya interferencias. Pero lo más importante de esta pregunta es que la inmensa mayoría lo usa
desde cualquier lugar, pues solamente 13.5% dijeron no
usarlo desde el cine, 0.08% desde el camión o transporte
público, y 11 desde los bancos.
Desde el salón de clases se limitan de contestar porque
los profesores se fastidian, e incluso en ocasiones los mismos compañeros. Otros no entienden, como nos comenta
una de las estudiantes, que las llamadas en lugares públicos son molestas, como en el cine. Tenemos el agregado
de que “en el camión urbano el usuario no atiende las llamadas, no porque irrite en sí a los otras personas”, sino
porque “el ruido del transporte y de los demás que viajan con él no le permite escuchar bien la llamada”, y si
se obliga a “gritar para poderse comunicar, causa mucha
molestia entre los otros pasajeros y tampoco tiene privacidad”, nos cuenta otro alumno.
LOS NOVIOS O NOVIAS SON LOS QUE MÁS SE CONTACTAN POR
EL CELULAR
El uso del móvil es espejo de la etapa personal que se está
viviendo y eso se refleja claramente en el caso de los jóvenes, que están en la edad del noviazgo. Considerando las
edades de los encuestados (18 a 23 años) y las inclinaciones sentimentales que muestran a esta edad, se deduce
también que la prioridad de ellos es mantenerse en contacto con la novia o el novio. En nuestra muestra de usuarios, 67 mujeres y 51 hombres, encontramos que la comunicación más intensa es con el novio o la novia, con el
39% de las preferencias; le siguen los que tienen en sus
amigos a los más cercanos, 29%; y otro grupo significativo, 27%, están en mayor comunicación con sus padres
ANA LUZ RUELAS
161
y hermanos. Ello confirma que hay una correlación estrecha entre usos frecuentes del celular e interacción cara
a cara. Es decir, el celular es un reforzador del contacto
social y de la comunicación e interacción fuera de casa
o fuera de los espacios de concentración de los jóvenes
como es la universidad. Sus llamadas tienden a ser afectivas, con sus novios, amigos y familia, y para mantener
las relaciones con los más cercanos. Esto revela que es un
fenómeno complementario de las relaciones, de la gente
que emplea más tiempo fuera de casa y por eso mismo
usa más el celular.
Indudablemente que la telefonía celular ha venido a
resolver un problema añejo de comunicaciones electrónicas insuficientes en el país. Ahora lo que se observa son
múltiples diferencias sociales por los modelos que se portan y el tipo de servicio que se contrata.
Lo que se observa en el país, es que el sistema de monopolios existentes en el sector de la telefonía celular, viene
incidiendo en qué tanto o para qué se habla, quién habla y
cómo se usa el celular. Se viene dando un sector reducido
de la población que accede inmediatamente a las innovaciones y otro que se mantiene rezagado por la imposibilidad de sufragar los costos de introducción.
Nuestro estudio nos indica que la incorporación de
nuevas tecnologías de información y comunicación trae
consigo adicionales o nuevas brechas digitales, y que se
siguen manteniendo accesos privilegiados primigenios.
Por ello, la regulación del desempeño de los proveedores de los servicios de comunicación celular se hace más
ingente ante estas realidades. Para ciertos sectores de la
población mexicana, el teléfono móvil es más un accesorio portátil que un instrumento de comunicación.
162
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
TABLA 5. ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS SINALOENSES
USUARIOS DEL CELULAR (N=121)
Pregunta / respuesta
Absolutos
1. ¿Tiene teléfono fijo en casa?
Sí
No
Total
86
35
121
2. ¿Por qué no tiene teléfono fijo?
Por los costos
5
Porque no hay líneas disponibles
1
Porque tenemos celular
24
Otra
5
Total
35
3. ¿Cuentas con equipo de telefonía celular?
Sí
No
Porcentaje
71,1
28,9
100,0
14,3
2,9
68,6
14,3
100,0
118
97,5
3
2,5
121
100,0
4. ¿Cuánto tiempo duran en promedio tus llamadas?
De 1 a 3 minutos
49
41,5
De 3 a 5 minutos
32
27,1
Más de cinco minutos
37
31,4
Total
118
100,0
5. ¿Cuánto tiempo usas en el celular en promedio al día para jugar,
enviar mensajes, escuchar música?
1 hora
61
51,7
Entre 1 y 2 horas
19
16,1
Más de dos horas
38
32,2
118
100,0
6. ¿Cada cuánto cambias de celular?
6 meses
22
18,6
12 meses
35
29,7
Más de 12 meses
61
51,7
7. ¿Por qué razón cambias de equipo?
Diseño atractivo
17
14,4
Más funciones
10
8,5
Porque falla
47
39,8
ANA LUZ RUELAS
163
Porque lo pierdo
35
29,7
Otra
9
7,6
8. ¿Qué haces con el aparato que cambias?
Lo tiro a la basura
18
15,3
Lo entrego a la compañía
1
0,8
Lo conservo
52
44,1
Lo regalo
35
29,7
Lo vendo
7
5,9
Se pierde
3
2,5
No contestó
2
1,7
9. ¿Desde dónde acostumbras no atender las llamadas a tu celular?
Trabajo
8
6,8
Salón de clases
55
46,6
Cine
16
13,6
Calle
1
0,8
Camión
10
8,5
Carro
2
1,7
Banco
11
9,3
Gasolinera
2
1,7
Otro
6
5,1
No contestó
4
3,4
No se limitan
2
1,7
Cuando no quiere
1
0,8
10. ¿Cuánto inviertes en el celular al mes?
100 pesos
32
27,1
200 pesos
39
33,1
300 pesos
19
16,1
Más de 300 pesos
28
23,7
11. ¿Cuántas llamadas realizas aproximadamente al día de tu celular?
Menos de 3
45
38,1
Entre 3 y 5
52
44,1
Más de 5
21
17,8
12. ¿Quién costea los gastos de tu celular?
Ingresos propios
62
52,5
Papás
52
44,1
Otros
5
4,2
164
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
13. ¿Qué forma de pago utilizas?
Por plan
14
11,9
Tarjeta
42
35,6
Recargas
62
52,5
14. Además de las llamadas, ¿en que otras funciones gastas en tu
celular?
Mensajes
106
89,8
Bajar tonos, imágenes
1
0,8
Pasar saldo
4
3,4
Accesorios
4
3,4
Participar en concursos
0
0,0
No contestó
3
2,5
15. ¿Sientes que te limitas de usar el teléfono?
A veces
50
42,4
Frecuentemente
16
13,6
Nunca
52
44,1
16. ¿Qué opinas de la compañía de telefonía celular?
Da un excelente servicio
41
34,7
Da pésimo servicio
5
4,2
Es abusiva por lo que cobra
66
55,9
Da muchas facilidades
6
5,1
17. ¿Qué opinas de Carlos Slim?
Es un gran empresario
40
33,9
Se preocupa por el bien de México
2
1,7
Es un monopolista
21
17,8
Es un explotador
13
11,0
Es un critico del gobierno
2
1,7
El gobierno le tiene miedo
0
0,0
No lo conoce
39
33,1
No contestó
1
0,8
18. ¿Has llamado a algún número de emergencia?
Tránsito
9
7,6
Bomberos
2
1,7
Policías
11
9,3
Cruz Roja
14
11,9
Otro
2
1,7
Nunca
79
66,9
No contestó
1
0,8
ANA LUZ RUELAS
19. ¿Para qué utilizas más tu celular?
Llamadas
61
Mensajes
48
Radio
1
Escuchar música
7
Otras funciones
1
20. ¿Para qué asuntos llamas más por celular?
Para el trabajo
5
Para localizar a alguien
84
Para platicar
29
21. ¿Con qué frecuencia haces llamadas de larga distancia?
Diario
7
Cada semana
19
Cada mes
31
Cada año
13
Nunca
48
22. ¿Con qué persona te comunicas más a través del celular?
Padres
28
Hermanos
4
Amigos
34
Pareja/novio (a)
46
Trabajo
6
23. ¿Tienes hermanos menores que usan celular?
Sí
65
No
53
24. ¿Para qué te llaman más tus papas?
Para localizarme
89
Para pedirme algo
9
Para informarme algo
20
25. ¿Has llegado a sentirte vigilado por tus
papas a través del celular?
Siempre
14
A veces
37
Nunca
67
26. Cuando ves que te llaman de tu casa, ¿contestas?
Siempre
84
Algunas veces
30
Nunca
2
No contestó
2
165
51,7
40,7
0,8
5,9
0,8
4,2
71,2
24,6
5,9
16,1
26,3
11,0
40,7
23,7
3,4
28,8
39,0
5,1
55,1
44,9
75,4
7,6
16,9
11,9
31,4
56,8
71,2
25,4
1,7
1,7
166
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
27. ¿Utilizas larga distancia para comunicarte desde tu celular?
Algunas veces
51
43,2
Frecuentemente
16
13,6
Nunca
51
43,2
28. ¿Cuentas con llamadas a celular desde el teléfono de tu casa?
Sí
48
40,7
No
37
31,4
Total
85
100
5. EL KEITAI. LA CULTURA TRASTOCADA DE JAPÓN
Ana Luz Ruelas y Juan Carlos Ochoa
Se ha considerado que la tecnología marcha en forma paralela al desarrollo de Japón por lo menos desde la década de
los cincuenta, sin embargo también se ha cuestionado su
falta de originalidad y creatividad, afirmándose que presenta una tendencia a la imitación (Whitehill, 1994: 117).
Si bien es cierto que la modernización industrial parece
estar basada en una mezcla de flexibilidad, emulación y
adaptación con la que ha obtenido destacados logros, tampoco se ignora que aún antes de 1914 habían realizado
descubrimientos e invenciones gracias a investigaciones
propias, por ejemplo el cultivo puro del bacilo del tétanos
por parte del bacteriólogo Kitasato Shibasaburo (Inkster y
Satofuka, 2000: 1-2).
Después de la Segunda Guerra Mundial la estrategia
japonesa consistía en conseguir información técnica y
científica en Occidente, adquiriendo patentes y moderna
maquinaria que era desarmada y estudiada para descubrir sus defectos y producir modelos mejores a un precio más bajo. Entre 1950 y 1978, la inversión total en tecnología fue de 9000 millones de dólares, equivalentes a
una quinta parte de lo que Estados Unidos gastó por año
en ese periodo. La mayor parte de ese capital se utilizaba
para comprar tecnología occidental, lo que resultaba más
rentable que invertir en el desarrollo de la propia, con[167]
168
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
siguiéndose una poderosa expansión económica (Rojo,
2004).
Efectivamente, la capacidad de desarrollo tecnológico
ha sido un factor clave del éxito industrial de Japón, pues
se supo aprovechar los recursos de manera eficiente y sin
derroche, dado que adquirían el conocimiento ya existente y lo usaban de punto de partida, evitando gastos
excesivos como habría significado comenzar desde cero;
esto le permitió expandir su economía y aumentar sus
capacidades tecnológicas, así como contar con la ventaja
de poder ofrecer los productos a un menor costo.
La aceleración de las capacidades creativas japonesas
se hizo evidente a partir de la Primera Guerra Mundial
(Inkster y Satofuka, 2000: 2), aunque el cambio de estrategia de adoptar, refinar y mejorar la tecnología extranjera sucedió alrededor de los años ochenta, cuando ya se
había asimilado casi todo lo que europeos y norteamericanos ofrecían y no tenía más opción que crear la propia
(Moritani, 1982, en Whitehill, 1994: 117).
Pero sobre todo los nipones marcaron la pauta por la
fiebre de la alta tecnología en 1971, cuando el gobierno
publicó el Plan para una sociedad informática, que fue
ideado antes del nacimiento del chip y anticipó con ello
la importancia que tendrían las computadoras, la información y por lo tanto la tecnología de la información
(Forester, 1992: 29). En primera instancia el plan fue presentado ante el gobierno por una organización no lucrativa, el Japan Compute Usage Development Institute
(Rojo, 2004), y consistía en una iniciativa para responder
al desafío que implicaba la llegada de nuevas tecnologías
(Rau de Almeida y De Sousa, 2012). Entre los experimentos del también denominado Plan JACUDI se encuentra el
cableado de ciudades como Tama e Higashi-Ikoma (Rojo,
2004).
La Oficina de Ciencia y Tecnología mostró que en 1970
ANA LUZ RUELAS
169
sólo se habían gastado 5 mil millones de dólares en investigación y desarrollo, lo cual representaba el 1.96% del
ingreso nacional, sin embargo, en 1986 la cantidad había
ascendido a 49 mil millones equivalentes a un 3.18% de
dicho ingreso (Whitehill, 1994: 118). Así, no cabía la menor
duda de que se entraba en la carrera del desarrollo tecnológico, ya que tras haber dedicado una pequeña inversión
en investigación y tecnología que generalmente se destinaba para adquirir maquinaria y patentes extranjeras, se
comenzó a aumentar el presupuesto, lo que contribuyó al
impulso y progreso de esta área.
En la actualidad muchas novedades llegan con frecuencia desde Japón, como son las fibras ópticas, sistemas de reconocimiento de voz y traducción computarizada, siendo la robotización un ejemplo paradigmático de
creatividad en diseño y aplicación, pues un 70% de los
robots utilizados en el mundo tienen su origen en esta
nación. Asimismo, ha creado productos con diseño exquisito, embalaje superior y excelente calidad gracias a su
incomparable habilidad para combinar lo mejor de la tecnología con lo mejor de la estética (Whitehill, 1994: 117118).
El sistema educativo también ha sido fundamental para
el éxito del país al formar recursos humanos cualificados.
En este sentido el gobierno se ha preocupado por brindar
al mayor número de jóvenes una educación con elevados
estándares (Rojo, 2004).
Ahora bien, aunque los asombrosos avances de Japón
partieron de una estrategia de importación para cerrar la
brecha con los países más avanzados, su capacidad de asimilación e investigación, pero sobre todo su alta inversión
en el desarrollo tecnológico y la educación, le permitieron que en poco tiempo fuera competitivo.
170
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
MITOS Y REALIDADES SOBRE LA TECNOLOGÍA
Debido a que Japón ha sido un protagonista en el ámbito
tecnológico, ha surgido una serie de mitos acerca del país
y la tecnología, que a continuación abordamos para desentrañar la realidad subyacente.
En primer lugar, muchas personas imaginan una nación
donde la más cotidiana de las tareas requiere alta tecnología, percibiéndolo como un paraíso tecnológico, con sorprendentes dispositivos que no podrían ser vistos en ningún otro lugar del mundo.
Una de las peculiaridades que por lo común esperan
encontrarse son las máquinas dispensadoras con exóticos
artículos, ya que son publicadas con frecuencia en la red,
como ropa interior femenina y otros objetos. Si bien es
cierto que existen casi 5.5 millones de estas máquinas, la
mayoría son sobre todo de bebidas, dulces, comida, cigarros y juguetes, mientras que las de los productos más
inusuales están casi limitadas a establecimientos especializados, por lo que se podría viajar por largos tramos a través del país y nunca ver algo parecido (Strange, 2010).
Otra particularidad en la percepción es la representación relacionada con los robots. El país ha sabido sobresalir dado su avance tecnológico y sus importantes logros
en el área de la robótica, siendo muchos de sus productos
visibles en la red, lo cual ha fomentado una imagen de un
lugar donde los robots son parte del panorama cotidiano y
la cultura japonesa, de ahí que hayan nombrado al personaje de ficción Doraemon como el “embajador de anime”
del país y construido la figura del robot Gundam con una
altura de 59 pies. Sin embargo, fuera de estas réplicas y
símbolos culturales, para tener la oportunidad de ver un
robot real se debe acudir a un parque científico o a un
museo especial, lugares en los que casi exclusivamente se
encuentran. Si bien los robots no dominan la vida diaria
ANA LUZ RUELAS
171
del país, existen varios sistemas automatizados en puertas, escaleras y trenes que están acompañados de voces
robóticas que dan instrucciones a la población (Strange,
2010).
Respecto a la disponibilidad de Internet, se supone que
si la tecnología es una de las fortalezas del país, entonces
la velocidad de conexión debería ser destacable. Pero no
es así. En un reporte elaborado en abril de 2012 por la corporación Akamai, Japón apareció en el segundo lugar del
ranking de los nueve países con el Internet más rápido
del mundo, con un promedio de 9.1 Mbps, solamente por
detrás de Corea del Sur cuyo promedio es de 17.5 Mbps
(Palis, 2012); a pesar de su posición, en otro reporte más
reciente realizado por la misma corporación el mismo
año, acerca de las 50 ciudades que cuentan con el Internet más veloz, 38 se encontraban en Japón, con lo que se
demostró los importantes avances en infraestructura que
el país ha tenido en esta materia (Fingleton, 2012).
Otras de las historias es aquella sobre la ciudad Akihabara y su relación con los amantes de la tecnología. Akihabara posee el mote de la “ciudad electrónica” y ahí se
espera encontrar dispositivos más raros, por lo que encabeza la lista de visitas de los fanáticos de los artefactos tecnológicos. La realidad es que en gran medida su inventario puede equipararse con productos que se encuentran
en tiendas de las grandes ciudades de Estados Unidos,
siendo su real atracción los componentes de computadoras y circuitos, sin embargo, respecto a productos listos
para consumirse que sean nuevos y extraños existen en
pequeñas cantidades y no exclusivamente en Akihabara
a pesar de sus luces neón, tiendas de cómputo, estaciones de videojuegos y demás atracciones a las que debe su
apodo (Strange, 2010).
Una creencia más es la vinculada a las estudiantes japonesas y su afición por la alta tecnología, concibiéndolas
172
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
como un sector que sobresale por su sabiduría del tema.
Sin embargo, la realidad es otra. Las estudiantes forman
parte de un mercado potencial para algunos servicios y
productos domésticos, los que son elaborados por hombres que siguen las señales de mercado proporcionadas
por el anime y el manga, también dominado por ellos
(Strange, 2010).
Ahora bien, más que agentes con habilidad de predecir
tendencias o con una sabiduría superior respecto a la tecnología, los japoneses son consumidores de artículos con
rasgos estéticos basados en señales de mercado de otras
ramas que vienen a resultar el mercado potencial, sin por
ello significar que el impacto de tal o cual dispositivo tendrá una trascendencia global.
El gusto japonés por la miniaturización logró el desarrollo y la manufactura de productos cada vez más compactos y funcionales, lo que contribuyó al dominio de la
industria del consumo electrónico, sin embargo el panorama ha cambiado y las recientes transformaciones globales han marcado el ascenso de los mercados emergentes
como motores del crecimiento, sin que haya un aumento
proporcional en la demanda de los electrónicos nipones.
Muchos consumidores han optado por otras marcas, quizás carentes de la tecnología japonesa pero a mitad de
precio (Naoki, 2012). Es decir, la estrategia de la miniaturización tecnológica, junto con la idea de que generaba un
crecimiento económico sostenido, se ha visto desplazada
como un pase seguro al éxito debido a la competencia de
las marcas extranjeras.
Una vez que hemos revisado algunas de las principales representaciones sobre el país, se tiene que no todo se
reduce a la existencia de extraños artefactos que resuelven
las más diversas tareas, por lo que ahora haremos referencia a aquella parte de Japón que no es tan conocida.
Como hemos mencionado, al verse a Japón como sinó-
ANA LUZ RUELAS
173
nimo de tecnología, se espera la existencia de diversos
artefactos tan novedosos que no estén al alcance del resto
del mundo. No obstante, existe el panorama de un país
limitado tecnológicamente en diversos aspectos de su
vida cotidiana que, por lo común, no suele ser parte de la
imaginación de una persona pendiente de las noticias de
su desarrollo, avance y capacidad en el área técnica. Por
ejemplo, existen estaciones de policía que no poseen computadoras, o cajeros automáticos que cierran al mismo
tiempo que el banco; esto puede parecer extraño debido a
una concepción de predominante alta tecnología, la que
es promovida por el gobierno, las compañías electrónicas y la rama turística (Fitzpatrick, 2010). Incluso en la
actualidad los japoneses insisten en utilizar las máquinas
de fax, las cuales se considera viven una “segunda juventud” a pesar del desplazamiento que han tenido debido a
las facilidades de la era digital y la llegada del correo electrónico (Oi, 2012).
Estas afirmaciones pueden parecer desconcertantes,
sin embargo, antes de comenzar a hablar de un atraso en
su sociedad o de una imagen montada debe considerarse
más bien como un factor cultural, ya que para ellos un
correo electrónico es algo frío e impersonal, pues tienen
una arraigada costumbre de escribir a mano, de tal suerte
que por lo general así presentan un currículo de vida, ya
que las compañías japonesas juzgan la personalidad de un
postulante por su escritura, de ahí que la clase de caligrafía sea una de las más cotizadas (Oi, 2012).
Además, otro hecho por el que la gente recurre más
a sus habilidades manuales y se aleja de las tecnologías
como la computadora es el gusto por los documentos reales en la mano, con tapa dura y no sólo papel blando. La
población está acostumbrada al papel, sobre todo porque
más de la mitad es mayor de 65 años, de ahí que al menos
un 58.6% de los hogares aún posea máquina de fax con la
174
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
función adjunta del teléfono; esto ha hecho que no exista
la necesidad de que éste se presente como un artículo
anticuado, pues siguen lanzándose al mercado con novedosas funciones como la posibilidad de enviar un fax por
Internet (Oi, 2012).
Más que un atraso tecnológico, lo que se percibe es un
país con una población en edad avanzada, lo cual puede
ser un factor que impide adoptar modernas tecnologías
dado que no crecieron con ellas, además de los rasgos culturales prevalecientes. El hecho de no usar una computadora para elaborar un currículo, un informe o un documento importante se debe al sentido de impersonalidad
que ello denota, además de la preferencia por lo tangible,
que se puede apreciar y guardar, considerando al correo
electrónico algo más efímero que puede extraviarse entre
archivos, no llegar o dañarse por algún problema en la
computadora.
Asimismo, el funcionamiento del sistema bancario y sus
cajeros automáticos también puede atribuirse a una explicación cultural, ya que la sociedad prefiere usar dinero
en efectivo, y ésta es una de las recomendaciones que se
hacen a los turistas que visitan el país o a personas que
pasarán largas estancias (Temple University Japan Campus, 2012). De hecho, las populares tarjetas de crédito no
son aceptadas tan ampliamente en las tiendas, y las tarjetas extranjeras sólo pueden ser utilizadas en algunos cajeros automáticos (Keio University SFC), en hoteles, tiendas departamentales o grandes negocios (Osaka Gakuin
University), mientras que en supermercados, farmacias o
establecimientos de comida locales no son recibidas.
LA TELEFONÍA MÓVIL
Uno de los aspectos más sobresalientes del país es el avance
en la tecnología móvil y su influencia y penetración en la
ANA LUZ RUELAS
175
cultura. Su historia se remonta al teléfono inalámbrico que
se usaba en los barcos mercantes en 1953, cuyo propósito
principal era conectar a los buques con teléfonos ubicados
en tierra. Tres años más tarde se implementó un servicio
experimental que conectó teléfonos fijos con los trenes
del Kitetsu Express, entre Osaka y Nagoya (Ito, Okabe
y Matsuda, 2005: 42). Sin embargo, el primer artefacto
/ pocket
de mensajería móvil fue el pokeberu (
bell), lanzado por la compañía Nippon Telephone and
Telegraph (NTT) en 1968, que sería el prototipo del
sistema de mensajería conocido como beeper o pager y
que aún se utiliza internacionalmente (Crow, Longford
y Sawchuk, 2010: 103). Los pagers o localizadores fueron
concebidos como herramientas de negocios para contactar
a los trabajadores, pero devino muy popular cuando fue
adoptado por los adolescentes (Ito, 2004).
En 1979, la NTT desarrolló el teléfono de automóvil,
siendo el primer servicio de telefonía celular en el mundo;
en 1985 creó el “teléfono de hombro”, que también era de
automóvil pero podía ser llevado fuera de éste; dos años
después se dio un salto, cuando la compañía puso en el
mercado mundial el primer celular de mano (Ito et al.,
FIGURA 7. POKEBERU.
Tomado de: Trends in Japan (1997).
176
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
2005: 42), siendo un teléfono individualizado, mucho más
pesado que los demás aparatos contemporáneos y aun
así rápidamente fue muy aceptado por los empresarios
y agentes de ventas que debían viajar (Crow et al., 2010:
103). Así, la NTT revolucionó el mundo de la telefonía.
Sin embargo, los usuarios no crecieron sostenidamente,
sino hasta en 1993. Aunque hay numerosas razones para
que la adopción fuera lenta, la principal para Matsuda
(2005: 22) fueron los costos, condicionantes de que sólo
fueran adquiridos por una necesidad laboral. Fue en 1992
cuando comenzó a observarse un despunte en el servicio de mensajería móvil. Las tarifas de suscripción disminuyeron y nuevos modelos de pagers salieron al mercado con la característica de que mostraban un número
al cual regresar la llamada. En 1993 los usuarios adolescentes empezaron a dominar, con un 70%, las nuevas suscripciones. Esta tendencia llevó a los proveedores a lanzar
nuevos diseños de pagers que pudieran recibir tanto texto
como números (Ito, 2004), dando paso a lo que se conoce
como personalización (Ito et al., 2005: 43).
En julio la empresa Tokyo Telemessage lanzó el “Mola”,
un nuevo pager que podía recibir mensajes de texto y la
demanda del sector juvenil fue tan grande que se tuvieron
que suspender las nuevas suscripciones. En 1996 las contrataciones de pagers experimentaron tal auge que alcanzaron más de 10 millones (Ito et al., 2005: 44), de tal suerte
que ese mismo año el 48.8% de los estudiantes de secundaria y preparatoria de Tokio tenía uno (Ito, 2004).
Una vez más la tecnología se ponía al alcance del consumidor con un novedoso tipo de pager, con atractivas
características, lo que provocó un incremento de nuevas
suscripciones, ampliando su éxito en el mercado adolescente. Sin embargo, para este momento la competencia
con otras dos tecnologías era manifiesta y el tiempo mostraría cambios en los patrones de consumo.
ANA LUZ RUELAS
177
EL KEITAI
En 1995 hubo un cambio de tendencia respecto al pokeberu hacia los teléfonos PHS y posteriormente a los keitai
(Baber, 2005: 8). El término keitai denwa (
) o simplemente keitai, como se abrevia en la vida cotidiana japonesa, tiene su etimología en la combinación de dos palabras: keitai (portable) y denwa (teléfono) (Ito et al., 2005:
20). En adelante nosotros lo utilizaremos para referirnos
al teléfono celular común o feature phone japonés.
Cuando el keitai se introdujo, igual que el pokeberu era
un artículo de lujo utilizado para los negocios, pues las
corporaciones se lo otorgaban a unos cuantos trabajadores
seleccionados para utilizarlo como una herramienta ejecutiva (Ito et al., 2005: 63). Sin embargo, con la tendencia
de personalización del pager vino también un incremento
en la adopción del keitai gracias a la reducción de costos
de suscripción (Ito et al., 2005: 45).
En abril de 1994 la NTT Docomo lanzó un sistema de
ventas para teléfonos móviles en contraposición a los de
renta y redujo drásticamente el costo de las nuevas suscripciones casi a la mitad. Además, el lanzamiento de servicios del Personal Handyphone System en 1995 proveía
a los usuarios de un artefacto más barato que un teléfono celular (Ito et al., 2005: 45) y su objetivo era ser eficiente tanto en el hogar como en la oficina, pero también que pudiera utilizarse en público (Papadimitriou et
al., 2003: 147). La competencia entre estos tres productos fue intensa entre 1994 y 1996 (Ito et al., 2005: 64). El
pager se convertía en una fuerza tan poderosa entre los
adolescentes que algunas escuelas les prohibían llevarlo.
Mientras tanto, los proveedores de keitai trabajaban para
hacerlo más competitivo mediante la reducción de costos. Por ejemplo, con la eliminación gradual de la cuota
de depósito en 1996 y de la activación que se requería
178
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
inicialmente, así como la estandarización del sistema de
ventas, se ayudó a impulsar la adopción. Dos meses después de estos cambios, las estadísticas de Telecommunications Carriers Association mostraron que el crecimiento
en nuevos suscriptores ya sobrepasaba a los servicios de
teléfonos fijos (Ito et al., 2005: 64).
Dado el éxito del servicio de mensajería, los proveedores de teléfonos móviles comenzaron a ofrecer un servicio de mensajes a bajo costo en 1996 y 1997, lo cual
llevó a los jóvenes a aceptar la oferta que proporcionaban
los PHS y posteriormente a la mensajería vía celular (Ito,
2004). Para el año 2002 las suscripciones de pagers iban en
declive, mientras que el keitai ascendía, aunque su único
obstáculo era el PHS (Ito et al., 2005: 64).
La introducción de una nueva característica y los cambios realizados por sus proveedores llevaron al keitai a
despuntar y superar al pager. La publicidad intensiva del
PHS obligó a los proveedores del keitai a reducir los costos. A pesar de su pequeña área de cobertura, el PHS fue
exitoso por su bajo costo y larga duración de la batería,
compartiendo ambos hasta 1995 equitativamente el mercado, pero a partir de ese año el primero comenzó a perder terreno y el segundo empezó a liderar la industria de
las comunicaciones móviles (Ito et al., 2005: 64), y desde
entonces se ha mantenido como el líder en la comunicación móvil, insertándose en la sociedad japonesa como
algo más que tecnología.
Sin embargo, la competencia continuaría. En febrero
1999 comenzó el Internet móvil (I-mode) introducido por
Docomo, registrándose casi 61 millones de contratos en
febrero de 2003 (Negishi, 2003: 58). El I-mode no consistía simplemente en un teléfono, sino que era una convergencia entre telefonía e Internet (Hjorth, 2011: 115),
donde la “I” representó al Internet, información, interacción y yo (por su traducción del inglés). Cuando apare-
ANA LUZ RUELAS
179
ció este servicio, los especialistas se mostraban escépticos
sobre su futuro debido a que la pantalla del teléfono era
muy pequeña y el sistema de 10 teclas era pobre para el
manejo de caracteres japoneses, sin embargo el I-mode se
volvió popular entre los jóvenes (Negishi, 2003: 59).
El servicio de Internet móvil marcó una nueva etapa en
la comunicación telefónica, expandiéndose rápidamente
sobre todo entre la población adolescente, siendo una de
las características más utilizadas en los keitai, y debido a
su módico precio se hizo sumamente accesible. Su información es provista por compañías y bancos en asociación
con la NTT y son denominados “sitios oficiales”, los que
operan con base en una tarifa de servicio que es cobrada
por NTT Docomo junto con los usuales cargos telefónicos. También se puede acceder a sitios ordinarios, pero
se necesita una página personalizada para ajustarse a la
pequeña pantalla (Negishi, 2003: 59). Cuando inició el
servicio sólo había 67 páginas oficiales, mas en febrero
de 2003 esta cifra había ascendido a 3435 y a 63415 la de
sitios voluntarios (Negishi, 2003: 59; Foljanty-Jost, 2004:
68).
Por otro lado, el obstáculo de las teclas se superó gracias a que los pagers y PHS ya habían preparado el camino,
pues en el periodo en el que los celulares eran demasiado
caros para adquirirlos, los usuarios ya habían desarrollado habilidades de escritura rápida mediante este tipo
de teclados (Negishi, 2003: 59).
Al volverse tan exitoso el servicio de Internet móvil de
NTT Docomo, otros proveedores lo siguieron (Negishi,
2003: 60). También I-mode, Vodaphone y Au se convirtieron en plataformas populares entre los jóvenes para
enviar correos y navegar en la web (Steinberg, Parmar y
Richard, 2006: 183).
La siguiente aplicación en el campo de la telefonía
móvil fue la de los servicios basados en la localización,
180
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
muy prometedores pues son diseñados para determinar
con precisión la localización del keitai, utilizándose ahora
como terminales con Servicio de Posicionamiento Global
(GPS, por sus siglas en inglés) ofreciendo una gran exactitud (Ito et al., 2005: 69).
Por otra parte, en 2002 se introdujeron los teléfonos
3G, que estaban por detrás de la segunda generación en
cuanto a área de servicio, vida de la batería y costo. El
interés por la llamada en video a través de este medio fue
bajo al no haber captado por completo la atención de los
usuarios, sin embargo el dramático crecimiento de áreas
con redes de Wi Fi disponibles en cafés, hoteles, estaciones de tren, fue fundamental para la adopción de los teléfonos 3G y 4G (Ito et al., 2005: 70).
La historia de la telefonía móvil en Japón es de larga
data y ha experimentado numerosos cambios. Desde la
entrada del pager como artefacto dominante, los teléfonos
para automóvil, hasta con la versión portable con características más bastas de hoy, se han realizado aportes al keitai que lo posicionaron como un aparato líder.
En la actualidad, tanto jóvenes como adultos lo emplean
en su vida cotidiana para asuntos personales. Las compañías venden modernos modelos que además de llamadas
ofrecen servicios de mensajería, Internet, video y localización, volviéndolo un aparato multifuncional, por lo
que es común ver a los japoneses portando un celular
y realizando todo tipo de actividad con él. Sin embargo,
debe analizarse el profundo impacto que dicho aparato ha
tenido en la cultura de ese país.
CARACTERÍSTICAS Y SERVICIOS DE LOS KEITAI
Para comprender la forma en que el keitai se ha integrado
a la cultura japonesa y a ser parte de la vida cotidiana, es
necesario repasar sus características.
ANA LUZ RUELAS
181
Recordemos que la palabra “keitai” proviene de una
abreviación de “keitai denwa” o teléfono portable, por lo
que el significado literal sería “algo que puedes llevar contigo” (Baron, 2008: 133). Este término es empleado por
Matsuda (2005: 20) para fijar su posición respecto a que
no son tecnologías importadas, sino que es una tecnología incrustada en la sociedad. Estudiar los keitai significa
examinarlos como parte de una sociedad en particular, en
este caso Japón, y por extensión como una sociedad con
keitai.
También la palabra keitai se utilizará para hacer referencia a una cuestión cultural de la sociedad japonesa
y más específicamente a los feature phones utilizados en
este país. Por tanto, es necesario mencionar las características que poseen estos artefactos.
En primer lugar, estos teléfonos están pensados tanto
en funcionalidad como en formato para el público nipón.
Sus principales características son: una pantalla grande
(entre 2.8 y 3.2 pulgadas) separada del teclado para facilitar la compleja escritura japonesa. Su diseño es especial para navegar por Internet, poseen una alta resolución
de pantalla y aplicaciones para ver, por ejemplo, televisión digital. Además, están orientados a la personalización (Hoy.es, 2012). Es decir, operativamente se concibió
para satisfacer las necesidades del consumidor japonés,
habiendo tomado en cuenta los aspectos culturales.
Los servicios y funciones se especifican en el sitio oficial de NTT Docomo: cuenta con las funciones básicas
para hacer y recibir llamadas, así como identificador de
llamadas, llamada en espera, buzón de voz y llamadas de
larga distancia al extranjero, entre otras características ya
comunes en el sistema de comunicación móvil mundial;
a su vez, este servicio se vio ampliado por la posibilidad
de efectuar video llamadas.
Pero además los keitai envían y reciben correos electró-
182
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
nicos bajo dos modalidades: I-mode y SP mode mail. La primera permite transmitir datos como texto, imágenes fijas
y videoclips a otros celulares, ya sea de la misma compañía u otras, así como a computadoras personales, por
lo que se pueden intercambiar correos electrónicos con
alguien que tenga una dirección electrónica en Internet.
La segunda modalidad se trata de un proveedor (ISP) que
funciona mediante aplicaciones para utilizar una dirección de correo electrónico de la compañía, por ejemplo
@docomo.ne.jp, siendo funcional también vía Wi Fi.
La utilidad primaria del keitai es la misma de un teléfono móvil, que es enviar y recibir llamadas y entre otras
opciones disponibles en los teléfonos, aunque esta modalidad puede ser cambiada a video llamada para interactuar. Sin embargo, la principal diferencia surge al analizar su sistema de mensajería, ya que utiliza el servicio de
e-mail en sus dos versiones, a pesar de estar a su alcance
la interacción vía SMS.
Se tiene así que sólo 40 % de los japoneses utiliza el servicio de SMS, a diferencia de los tres cuartos de población
en Estados Unidos u 82 % en Europa. Esto se debe a que
los nipones prefieren comunicarse mediante el correo
electrónico, función que los proveedores han hecho posible desde hace varios años, por lo que un 54 % usa sus
teléfonos para ello, frente a un 28 % de los estadounidenses y un 19 % de los europeos, aun cuando a través de los
smartphone ya es común el envío de e-mails tanto en Estados Unidos como en Europa (Wakabayashi, 2010).
Por lo tanto, los correos electrónicos son más que los
SMS, tendencia que lleva años en el país debido a los servicios ofrecidos por los proveedores de telefonía móvil,
y si bien esta función es posible en Occidente, no tiene
la predominancia que ha alcanzado en la sociedad japonesa.
El proveedor de Internet móvil en el caso de Docomo
ANA LUZ RUELAS
183
es I-mode, que ha causado una revolución tanto en el
ámbito de los negocios como en el personal, pues existen más de 95 mil sitios que proveen diversos contenidos
(NTT Docomo).
Las posibilidades de acceso a Internet y del envío de
correos electrónicos mediante el servicio de I-mode en
Japón son viables gracias a la intervención de proveedores de Internet móvil, volviéndola una característica elemental en el uso del keitai. Asimismo el acceso a Internet,
desde el servicio que fuere, facilita la descarga de contenido al teléfono celular.
En efecto, mediante el Internet y las aplicaciones de la
compañía de servicios telefónicos es posible acceder a descargas de programas de TV y música al teléfono, incluso
con la opción de programar los horarios para que la descarga sea automática, por lo que esta acción no interferiría con las diversas actividades del propietario. La comFIGURA 8. PROGRAMA DE TELEVISIÓN VISTO CON ONE-SEG
Tomado de Trends in Japan (2011).
184
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
pañía Docomo ofrece este servicio bajo la razón de Music
& Video Channel, y también pueden descargarse canciones de moda y escucharse cuando se desee o establecerse
como ringtone (Trends in Japan , 2011).
En este mismo ámbito se encuentra One-Seg, que consiste en un servicio de transmisión de TV digital terrestre
para móviles, el cual es muy común en este país, pues el
22 % de los japoneses ven TV o video en sus teléfonos, a
diferencia del 5% de estadounidenses y europeos (Wakabayashi, 2010).
FIGURA 9. DIVERSOS USOS DE OSAIFU-KEITAI
Tomado de NTT Docomo (noviembre de 2012).
FIGURA 10. FUNCIONAMIENTO DE OSAIFU-KEITAI
Tomado de Softbank (noviembre de 2012).
ANA LUZ RUELAS
185
Aunque las personas se han vuelto más dependientes
de un solo artefacto, con sólo pasar el keitai sobre un lector
se accede a un gran número de posibilidades que hacen
más práctica la vida cotidiana, ya que les permite tener
acceso al transporte, a la casa e incluso las compras. Además, pueden transmitir datos por infrarrojo para intercambiar números y direcciones electrónicas, y también se
puede acceder a los juegos y las aplicaciones de GPS para
proveer información en tiempo real del clima o servicios
relacionados con la ubicación (Trends in Japan , 2011).
La cámara también es una característica común del keitai desde 1999, la cual se ha popularizado por el intercambio de fotografías o la personalización del teléfono, ya que
es posible, por ejemplo, contar con un fondo de pantalla
propio.
FIGURA 11. CÁMARA FOTOGRÁFICA (IZQUIERDA) E
INTERCAMBIO DE DATOS VÍA INFRARROJO (DERECHA)
Tomado de Trends in Japan (2011).
186
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
En este sentido, la tendencia a individualizar los artefactos de uso cotidiano por parte de los japoneses ha sido
ampliamente explotada.
Otra característica más que muestra la especialización
de los keitai es la alarma sísmica, un servicio básico de
alerta al instante en caso de emergencia, la cual es provista por la Agencia Meteorológica de Japón a las áreas en
riesgo (SoftBank).
Todas estas funciones descritas han sido pensadas y
desarrolladas con el fin de satisfacer las necesidades o
brindar una función útil para los habitantes de Japón.
Desde el hardware diseñado para lograr una óptima visibilidad por sus funciones de televisión, navegación de Internet y reproducción de video, pasando por su teclado, el
cual cuenta con un eficiente método de ingreso de información que resulta práctico ante la dificultad del idioma,
hasta el software con el que funciona y las aplicaciones
que cubren varios aspectos de la vida cotidiana.
Por lo anterior, estos aparatos son conocidos como
modelos Galápagos, ya que sus innovaciones tecnológicas
están diseñadas a la medida de las necesidades de los consumidores japoneses y no han sido adaptadas para un uso
más amplio fuera del país (Wakabayashi, 2010).
Ahora, si bien los aparatos occidentales no se han beneficiado con la mayoría de estas características, muchas ya
están disponibles o son funciones cada vez más similares;
además hay que considerar que su uso no está tan extendido como en Japón debido a que allá se han implementado desde hace tiempo, y lo que para nosotros es una
novedad, ya es algo habitual para ellos. Se tiene, pues, que
el keitai forma parte fundamental de su vida, creándose
toda una cultura en torno suyo, con nuevas prácticas que
se han arraigado fuertemente a la modernidad del país.
ANA LUZ RUELAS
187
CULTURA KEITAI
En la sociedad japonesa el keitai ha formado una serie de
prácticas y situaciones que debe analizarse para comprender su importancia dentro de la cultura del país. Y es que
las prácticas en torno a los keitai están construidas sobre
la anterior cultura de los pagers, los que comenzaron a circular en la década de los ochenta (Baron, 2008: 134).
Por principio, casi todos los adolescentes y adultos jóvenes poseen un keitai, siendo menor su popularidad sólo
entre la población de mayor edad. Es decir, el teléfono
móvil es ya una parte integral de la vida personal de la
juventud japonesa contemporánea, como se refleja en las
numerosas llamadas y mensajes de texto que diariamente
se hacen a la familia y amigos; por ejemplo, de acuerdo
con un estudio realizado por Ito (2004), una pareja de
adolescentes intercambió treinta mensajes en un lapso
de tres horas, mientras cenaban y hacían su tarea (Kleinman, 2009: 42).
En la actualidad, la cifra de llamadas y mensajes ha
ido en aumento, pues es común que los japoneses permanezcan en un estado de constante comunicación con sus
familias y amigos, así con quienes mantienen una relación
sentimental. De ahí que el impacto social sea tan grande
que ha marcado la creación y modificación de pautas de
comportamiento. Por ejemplo, en este país, donde abundan los tabúes sociales y protocolos, el uso del celular en
espacios públicos estaba severamente limitado antes de la
llegada de los mensajes de texto (Crow et al., 2010: 110) y
había quejas por llamadas en los trenes, donde los japoneses no hablan en tonos altos, así que aplicaron una doble
solución: la introducción de la mensajería y el control
social (Baron, 2008: 134-135).
De esta forma el consenso social fue: “deben evadirse
las llamadas, pero enviar e-mail en el transporte público
188
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
es aceptado” (Ito et al., 2005: 205), por lo que donde una
llamada puede resultar molesta y trasgredir la tranquilidad de otros, como en las estaciones y los trenes, se ha
adoptado el común acuerdo de evitar el uso del keitai al
menos en lo referente a hacer y recibir llamadas, contrario a lo que suele ocurrir en otros lugares.
Otro cambio ha sido en las relaciones personales con
familiares y amigos, así como la manera y lugares en los
que se utiliza mayormente el teléfono celular. La vida
japonesa está fraccionada en espacios dicotómicos como:
en casa / fuera de casa, trabajo / ocio, público / privado,
familia / no familia, por lo cual hay regímenes discretos de
prácticas que son apropiadas de acuerdo a cada uno de los
espacios, sin embargo esto se ha ampliado en la medida
que el keitai ha difuminado estas distinciones (Crow et al.,
2010: 111).
Se ha comprobado que el principal lugar en el que se
utiliza el keitai es en el hogar, ya que es donde se pasa
más tiempo (Ito et al., 2005: 220), y si bien se puede usar
TABLA 6. USO DE LOS CELULARES EN DIFERENTES
LUGARES (INCLUIDOS MENSAJES DE TEXTO Y LLAMADAS)
(PORCENTAJES)
Lugar
Mensajes escritos
Llamadas
Hogar
93
83
Escuela
39
32
Restaurant / café
21
13
Calle
48
49
Estación / parada de autobús
31
24
Tren / autobús
36
5
Fuente: Baron (2008: 136).
ANA LUZ RUELAS
189
en cualquier lugar y momento, las personas acostumbran
utilizarlo para fomentar sus relaciones y capital social ya
existentes, lo cual aplica a las relaciones familiares (Goggin y Hjorth, 2009: 64).
Con la aparición del keitai, los espacios tan diferenciados que suelen tener los japoneses en sus relaciones personales han visto difuminados sus límites, ya que ahora
observan una incesante comunicación y una interacción
entre dichos espacios. Aun así, con las diversas funciones que ofrece el keitai, su principal uso es para fomentar
las relaciones que ya existen, sobre todo las de la familia
(véase tabla 6).
Así pues, bajo este contexto moderno los miembros de
la familia han optado por beneficiarse de la funcionalidad del keitai y utilizarlo como un agente para estrechar
los lazos comunicativos, los que habían decrecido. Esto
ocurre con las necesarias llamadas a casa, pero también
con la llamada kaeru, que se hace usualmente en consideración del miembro de la familia que está esperando
saber la hora a la que se regresará a casa. Por otro lado,
cuando alguien está ocupado puede utilizar el keitai para
ajustar los horarios o crear una copresencia, además, a
través de mensajes de texto también se puede expresar
algo que es difícil decirlo en persona, lo cual es común
entre parejas casadas y padres e hijos (Goggin y Hjorth,
2009: 65).
Con frecuencia los padres aprovechan esta tecnología
para mantenerse en contacto con sus hijos, ya que debido
a su sistema educativo y cultura pueden tener un exhaustivo horario que les obligue a regresar tarde al hogar,
siendo la costumbre que vayan y retornen sin la compañía de sus papás. Asimismo, como la percepción sobre la
seguridad pública se ha deteriorado, éstos usan el celular para cerciorarse del bienestar de los niños, debido a
las alarmas preventivas contra el crimen, y el GPS que
190
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
permite tener localizado al poseedor del keitai (Goggin y
Hjorth, 2009: 66).
Por otra parte, de acuerdo con un estudio del Mobile
Communication Research Group realizado en 2002, la
pareja sentimental es el receptor más común de correos
electrónicos, pero también son frecuentes para contactar
a antiguos amigos que regularmente no se ven (Ito et al.,
2005: 125), por ejemplo compañeros de la misma escuela,
más que diversificar los lazos de amistad (Ito et al., 2005:
127).
También el estudio reveló que la pareja sentimental recurre más a las llamadas telefónicas, seguida de los
amigos en la escuela o del trabajo, siendo el motivo más
sobresaliente las citas o acordar reuniones, en tanto que la
principal razón para hablarle a la familia es para avisar la
hora de llegada a casa (Ito et al., 2005: 128). Respecto a la
amistad, cabe hacer notar que a los antiguos amigos se les
contacta vía correo electrónico, en tanto que a los actuales mediante la vía telefónica.
Sin duda, la población joven es la que más ha sido
influida por el teléfono celular, pues el mismo estudio
indicó que la tasa de uso es de un 86.8% entre las personas que están en el rango de los 20 años, siendo el grupo
dominante con posesión de un keitai (Ito et al., 2005: 128).
También Mitsuko Ito, quien investigó el uso del teléfono
móvil por estudiantes de preparatoria y universidad, concluyó que la juventud japonesa utiliza el celular como un
medio para subvertir el poder de los padres y profesores
para monitorear y controlar sus comunicaciones, pues
con el keitai tienen la posibilidad de mantenerse en contacto con sus amigos sin la mediación de los padres que
solían controlar el teléfono fijo en el hogar (citado por
Crow et al., 2010: 109).
Además, el hecho de que el keitai se vuelva un artefacto
tan adictivo en la vida de los adolescentes se debe, según
ANA LUZ RUELAS
191
Ichiyo Habuchi, a que funciona como un medio para conseguir constantemente información y retroalimentación
acerca de sí mismos, es decir, averiguan qué piensan sus
amigos de ellos, cómo deben comportarse en situaciones
específicas de acuerdo al estatus que tienen en su grupo
social, entre otras cuestiones, por lo que con el envío de
cientos de correos electrónicos al día buscan confirmar
“quién soy” (Matsuda, 2009: 69 ).
Sin embargo, el impacto del keitai no se reduce a la
renegociación de poder entre el maestro y el estudiante
en la escuela, o entre padres e hijos en el hogar y la familia (Crow et al., 2010: 110), pues los límites entre los dominios públicos y privados —como ya se ha mencionado—
se difuminan, dándose ahora por sentado que uno puede
ser contactado a cualquier hora en cualquier lugar (Goggin y Hjorth, 2009: 69). Por ejemplo, una chica universitaria puede estar en una cafetería con su profesor y otros
estudiantes y recibir una llamada de su novio, o bien un
hombre de negocios caminar al aeropuerto con su jefe y
recibir una llamada del profesor de su hijo. Al momento
de contestar se puede observar un cambio en cuanto a la
comunicación verbal y no verbal, y hay una desconexión
de un rol que cede el paso a la configuración en tiempo/
lugar de otro (Crow et al., 2010: 110).
Debido a lo anterior, los jóvenes japoneses llevan una
vida seccionada y negocian redes de relaciones más
amplias de las que era posible bajo las previas restricciones de la autoridad institucionalizada tradicional y los
regímenes de estricta disciplina, ambos en el hogar y la
escuela (Crow et al., 2010: 111). Así, los compartimientos definidos que simbolizaban la vida en el hogar, en la
escuela y en el trabajo, han sido invadidos con el keitai
y generado que sus límites se desdibujen. Esto afecta a
los usuarios en general, pero son los jóvenes que rondan
los veinte años los que son impactados en mayor medida,
192
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
pues amplían sus redes de relaciones, además de tener
una personalidad más moldeable y de aceptación a los
cambios que la de una persona adulta.
Por si lo anterior fuera poco, ocurre que con el keitai se
da paso a relaciones personales anónimas, y si bien dicha
práctica no fue introducida ni se da sólo con el uso del
teléfono móvil, sí es más usual. En efecto, esta práctica
sucede también con Internet y el deai-kei (encuentros / citas) (Ito et al., 2005: 27). El término deai-kei significa “tipo
de encuentro” y es propio de Internet para reflejar una
clase de comunicación donde existen dos amplias categorías: deai, cuyo objetivo es conocer a otra persona ya
sea virtualmente o cara a cara, y meeru-tomo, que literalmente significa “amigo por mail”. El deai, que se da en un
sitio de Internet al que frecuentemente se tiene acceso
mediante un keitai (Gottlieb y McLelland, 2003), posibilita a los usuarios terminar con el anonimato, es decir,
que una relación electrónica pase a un intercambio cara
a cara, de ahí que se le asocie con cuestiones de citas,
compañía, sexualidad y romance (Gottlieb y Mclelland,
2003). Generalmente recurren a él, los no muy hábiles en
la comunicación cara a cara o también para escoger relaciones anónimas y evitar salir lastimados en relaciones
reales (Ito et al., 2005: 28).
Sin embargo, el deai es un tema controversial en la
sociedad, ya que es un riesgo el hecho de exponerse a
mantener un intercambio de llamadas o mensajes con
una persona que no se conoce previamente. Esto trae de
nuevo a colación la preocupación de los padres por los
hijos, quienes temen que al poseer un keitai se conectarán
a sitios de deai, pornografía y violencia que los pondría
en problemas con “peligrosos extraños” (Goggin y Hjorth,
2009: 68). Estas preocupaciones se han visto exacerbadas
debido a los crímenes asociados con el deai, los que se
dan a conocer notoriamente en los medios, que enfati-
ANA LUZ RUELAS
193
zan los peligros y riesgos, y refuerzan la imagen negativa
de estas relaciones anónimas, lo que ha llevado a asociar
a los sitios deai con comportamientos inapropiados (Ito et
al., 2005: 28).
Por otra parte, la adaptación del teléfono celular a la
vida cotidiana es impresionante, al grado que algunas personas han desarrollado tal habilidad en su uso que se refieren a éste como oyayubi-zoku, esto es, “tribu del pulgar”, lo
que describe la manera en la que mueven sus dedos con
una velocidad increíble para presionar las teclas (Gottlieb
y Mclelland, 2003).
Asimismo, por la manera en que los jóvenes incorporan el keitai a su vida se les ha denominado la generación
nagara, que significa “mientras se hace algo más”, refiriéndose a la capacidad de hacer múltiples tareas en forma
simultánea y asincrónica mientras se camina, se está en
movimiento o se juega (Ito et al., 2005: 80), leer mientras
se ve televisión o comer mientras se camina. Al describir
el panorama urbano, Fujimoto utiliza el concepto mobilismo nagara para referirse al uso del keitai mientras se
camina o se usa la bicicleta (Ito, 2004). Sobre todo los estudiantes de preparatoria poseen esta cultura nagara, porque a la par que caminan o montan sus bicicletas, hablan
entre ellos y se sumergen en un constante intercambio de
texto y fotos vía móvil que envían a sus meeru tomo (Ito et
al., 2005: 83).
Una muestra más de la influencia del teléfono móvil
se refleja en el ámbito literario con el surgimiento de la
figura de las keitai shôsetsu, lo cual significa novela móvil
o portable, que es una de las figuras más prominentes
de la cultura keitai. Generalmente son escritas por autores amateur y compartidas en un sitio web especializado,
donde son leídas por la audiencia mientras se crean (Kim,
2012: 476). El keitai se utiliza para esto debido a que no es
caro, es práctico, móvil y accesible (Thurlow y Mroczek,
194
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
2011: 88). El género se encuentra dominado sobre todo
por mujeres jóvenes que usualmente escriben bajo seudónimos de un solo nombre.
La primera novela keitai fue Deep Love, escrita por Yoshi
en 2003 y desde entonces se observa un auge considerable de esta figura (Rowthorn et al., 2009: 71). Las novelas
que poseen un ranking más alto de acuerdo a los votos de
los fans, llegan a publicarse de forma física e incluso se
adaptan a películas o dramatizaciones para televisión y
comics (Thurlow y Mroczen, 2011: 88). En 2007, cinco de
los diez libros más vendidos en Japón se habían originado
como novelas keitai (Rowthorn et al., 2009: 71).
De acuerdo con una encuesta de junio de 2010, 56% de
los usuarios usó el keitai como el medio para leer dichas
novelas, siendo la mayoría mujeres jóvenes, mientras
que sólo el 3% utilizó el smartphone. Esto se debió que los
sitios tienen una mejor vista si se accede mediante los keitai, debido al formato que poseen y a la pantalla rectangular vertical (Kim, 2012: 477). Además, quizás esta preferencia se deba también a que facilitan el acceso a la banda
ancha, pues son un medio para la navegación en Internet
(Kim, 2012: 480).
Asimismo, los autores forman una relación cercana con
los lectores, ya que reciben mucha retroalimentación a
través del intercambio de mensajes (Mayu, 2010 en Thurlow y Mroczen, 2011: 90), sin la presencia de un intermediario como lo sería un editor (Yoshida, 2008 en Thurlow
y Mroczen, 2011: 90). A pesar de que se le denomina como
un nuevo tipo de literatura, los usuarios replican que no
es una nueva experiencia, ya que ellos se han acostumbrado a los e-mails vía keitai (Kim, 2012: 483).
ANA LUZ RUELAS
195
PERSONALIZACIÓN
Otra de las características más destacadas en el uso del
keitai en Japón es la personalización, a nivel físico y emocional.
Si bien existen protocolos para que alguien que pasa
frente a un teléfono que está sonando conteste y tome
el mensaje, con el keitai funciona de manera diferente.
Existe un tabú social en contra de utilizar el móvil de un
amigo o de un extraño: un keitai que se encuentra timbrando deberá dejarse sonar ante la ausencia del propietario. Esto sucede por la naturaleza altamente individualizada del uso y propiedad del teléfono móvil (Crow et al.,
2010: 103).
La personalización también ha influido en el intercambio de números telefónicos. Los usuarios suelen dar
su número a la familia inmediata, amigos cercanos y a
colegas de trabajo o clientes principales. Algunos adultos
poseen dos keitai, uno para uso laboral y otro para uso personal (Crow et al., 2010: 104).
En un ámbito más subjetivo, el keitai se coloca como
un aparato muy personalizado a diferencia de un teléfono
fijo, el cual es por lo general compartido ya sea en el hogar
o en el trabajo, siendo el móvil una herramienta que permite estar comunicado en cualquier lugar y momento y
cuyo uso es exclusivo de su propietario.
Desde el aspecto físico, los keitai casi siempre poseen
algún tipo de personalización que puede ser algo muy elaborado, sobre todo entre chicas adolescentes (Baron, 2008:
134), las que le prestan una atención extraordinaria y le
agregan accesorios, canciones y sonidos, así como imágenes y descargas con las que se busca crear un espacio
interno único (Nilan y Feixa, 2006: 82). Se tiene así que la
dedicación a ajustar la apariencia física del teléfono móvil
es mayor que en cualquier otro país del mundo.
196
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Lo anterior ha generado un gran mercado de periféricos
y ornamentación para los keitai. Existen tiendas especializadas que venden carátulas de varios materiales, miríadas de straps decorativos, fundas y ringtones, de tal suerte
que el teléfono celular se ha convertido en un híbrido de
moda, dispositivo de comunicación y protésico (Crow et
al., 2010: 104).
Incluso ha surgido un intenso lenguaje gráfico, pues
los mensajes de texto suelen personalizarse por medio de
emoticones. A este lenguaje se le denomina emoji, y es
resultado del uso de texto para formar imágenes repreFIGURA 12. ACCESORIOS DE DECORACIÓN PARA KEITAI.
Tomado de Trends in Japan (2011).
ANA LUZ RUELAS
197
sentativas de las emociones del usuario; existen cientos de pequeñas imágenes, ya sea estáticas o animadas
(DiMarco, 2004: 49), siendo estas últimas conocidas como
deco mail. Esta cultura pictográfica única es popular sobre
todo en las mujeres y se utiliza para expresar lo que no se
puede comunicar textualmente (Trends in Japan , 2011).
De esta manera ha nacido todo un nuevo lenguaje,
que se ha visto alimentado por el intercambio habitual
de correos electrónicos entre los usuarios y que ha evolucionado al incluir imágenes que dan mayor amenidad
y transmiten emociones que el receptor es capaz de percibir.
El keitai también funciona como un integrador de las
subculturas japonesas. Los jóvenes acceden a la música
pop más reciente y en sus protectores de pantalla o accesorios colocan personajes de animación como Pokémon,
Doraemon y Chihiro. Los usuarios están tan motivados
que incluso le dan un valor equivalente a amuletos o mascotas (Ito et al., 2005: 87).
Otra característica del teléfono móvil es que podría
FIGURA 13. EMOJI, EXPRESIONES ELABORADAS CON BASE EN
TEXTO (IZQUIERDA) Y EN IMÁGENES ESTÁTICAS O ANIMADAS,
CONOCIDAS COMO DECO MAIL (DERECHA).
Tomado de Trends in Japan (2011).
198
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
denominársele “vestible”, debido a que se pueden incorporar en chaquetas, cintos, bolsas de manos y portafolios,
es decir, se puede colocar en un pequeño espacio para
“vestirse” y acceder a él rápidamente (Crow et al., 2010:
104).
Los portadores de keitai, sobre todo los jóvenes, plasman en él sus emociones convirtiéndolo prácticamente
en una extensión de sí mismos que les permite mantenerse en contacto. El gran mercado de accesorios, que
sigue creciendo y que representa la moda y subculturas
japonesas, ha convertido al celular en un dispositivo más
ameno, del agrado del dueño y de cierta manera diferenciado del resto, con lo que se ha creado un microespacio
personal.
KEITAI VERSUS SMARTPHONE
A pesar del arraigo del teléfono celular en la sociedad
FIGURA 14. PERSONALIZACIÓN DE SMARTPHONES
La personalización se ha propagado incluso entre los portadores
de smartphone en Japón, creando artículos exclusivos para
decorarlos como este accesorio que se coloca en la entrada para
audífonos con forma de gato.
ANA LUZ RUELAS
199
japonesa y de haberse desarrollado prácticas que conforman la cultura keitai, con la llegada de los smartphone al
país se introdujo una nueva tendencia.
Como ya se ha descrito, los keitai fueron diseñados para
satisfacer las necesidades del consumidor local, que desde
hace varios años utilizan características que en el resto
del mundo apenas son incorporadas en los nuevos modelos. De forma paradójica, a pesar de ser dispositivos tecnológicamente avanzados no lograron posicionarse fuera
de este país, lo que ha sido conocido como Síndrome de
Galápagos.
Por cierto, grandes compañías de las comunicaciones
han intentando incursionar en el mercado japonés, pero
han tenido poco éxito debido al dominio y sofisticación de
los celulares domésticos, además de contar con una avanzada red de 3G que complicaba a las firmas extranjeras
competir con las compañías locales (BBC News, 2008).
Por ejemplo, Nokia intentó incursionar en este país,
pero a finales de 2008 anunció que dejaría de vender teléfonos, salvo su marca de lujo, al tener dificultades para
incrementar sus ventas, pues en 2007 sólo había llegado
al 0.3% del mercado (Wakabayashi, 2012). Finalmente,
Nokia se retiró en 2011 (CTV News, 2011). Lo mismo ha
sucedido con los consorcios de Samsung y LG.
La brecha tecnológica existente dificultó por mucho
tiempo la importación de modelos extranjeros, así como
la exportación del keitai aún con la diversidad de funciones que había sido desarrollada desde hacía varios años.
Nokia, Samsung y LG son sólo algunos ejemplos de las
compañías que tuvieron problemas para posicionarse
Japón, ya que les resultó difícil cambiar el comportamiento de un consumidor que se encontraba habituado
a un producto local altamente funcional, que resolvía sus
necesidades particulares y en torno al cual había desarrollado ciertas prácticas.
200
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Sin embargo, a pesar del poco éxito de estas compañías
extranjeras, recientemente se ha visto un cambio que ha
venido de la mano de los smartphone y que ha debilitado a
los keitai, sobre todo con el arribo del iPhone, que en 2007
hizo su debut en Japón (Wakabayashi, 2012) y en junio de
2008 se anunció que el iPhone 3G sería lanzado el 11 de
julio de ese mismo año por SoftBank Mobile Corp (SoftBank, 2008). Hasta ese momento el futuro de dicho dispositivo lucía incierto. No había buenas expectativas por
parte de los ejecutivos de Japón, ya que muchas de las
características que ofrecía el teléfono y eran una novedad
para el resto del mundo, no era el caso para la sociedad
japonesa, lo cual los llevaba a considerar que sus teléfonos domésticos eran lo suficientemente buenos.
Al igual que en otros lugares del mundo, antes del 11
de julio, los consumidores nipones hicieron largas filas
frente a las tiendas para el lanzamiento del iPhone, y fue
tal la demanda que en muchos locales se agotó casi de
inmediato. Pero para septiembre la compra había caído a
FIGURA 15. PARTE DE LA FILA PARA ADQUIRIR EL IPHONE 3G
EN LA TIENDA PRINCIPAL DE SOFTBANK EN HARAJUKU, Y UN
CARTEL SEÑALANDO QUÉ PARTE DE LA FILA TENDRÍAN QUE
ESPERAR AL DÍA SIGUIENTE
Fuente: García (2008).
ANA LUZ RUELAS
201
un tercio, sobre todo por el alto precio del artículo y además porque Japón es el hogar de los teléfonos más avanzados del mundo (Kane, 2008).
La sensación inicial que causó fue vencida por el escepticismo japonés, y después de su lanzamiento hubo críticas como la de Tadashi Onodera, quien señaló lo poco
adecuado que era el producto para dicho mercado. También Eimei Yokata, un analista de MM Research, vio al
iPhone como un teléfono de difícil uso para el japonés por
carecer de características, como el emoji, y Noriko Tanaka,
una clienta de SoftBank, declaró que le parecía divertida
la pantalla táctil, pero que no estaba segura si podría acostumbrarse a ella. A pesar de esto existían grandes expectativas debido al renombre de la compañía y su popularidad con base a los iPod y sus computadoras Macintosh.
Asimismo, un fuerte punto a favor y atribuible al dispositivo fue la novedosa introducción del App Store, la cual
fue necesaria publicitar para instar a los japoneses a que
aprovecharan las posibilidades que brindaba y así incrementar las ventas, pues como señaló Takuro Hiraoka, analista de GfK Marketing Services Japan Ltd, éstos no sabían
FIGURA 16. COMPARACIÓN DE UN KEITAI CON UN IPHONE
Fotografía cortesía de Toei (2012).
202
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
qué hacer con un iPhone y necesitaban que les mostraran
ejemplos (Kane, 2008).
El artefacto introducido por Apple carecía de funciones que los japoneses estaban acostumbrados a utilizar, como la decoración en sus mails y para entonces
el iPhone aún no era importante en la cultura móvil
del país, aunque sí tenía ciertos niveles de popularidad (Johnson, 2009). Esto cambió en 2011 con el lanzamiento del iPhone 4S, que obtuvo un récord en ventas y
fue un éxito para su proveedor Softbank, así como para
KDDI, que después también ofreció el dispositivo, por
lo que ambas firmas se colocaron como serias competidoras para el líder Docomo (Stewart-Smith, 2011). Pese a
las declaraciones que había hecho la antigua gerencia de
KDDI, en el sentido de que el producto sería poco satisfactorio para el consumidor local, acertó al introducir el
iPhone a su oferta, pues se convirtió en su teléfono más
vendido (Wakabayashi, 2012).
El éxito del iPhone 4S se basó en que era más acorde a
las expectativas de los consumidores japoneses, así como
por la cantidad de aplicaciones disponibles que tenía
(Stewart-Smith, 2011). Los smartphone poco a poco adquirieron un mayor mercado y en algunas ocasiones dominaron las listas semanales de teléfonos más vendidos en
Japón, incluso por encima de modelos del keitai. Esto era
un signo de que cambiaba la tendencia de los hábitos de
consumo en el país.
En 2009, Apple tuvo un crecimiento de 3.6% en las cuotas de ventas respecto al iPhone 3G, que había sido de 1%
en 2008. Las marcas extranjeras, incluida Apple mas no
Sony Ericcson, crecieron de un 4.5% en 2008 a un 10%, y
Apple tuvo un papel clave en el crecimiento del mercado
de smartphone en 2009 (Hiraoka, 2010).
Para 2010, el iPhone permaneció durante casi todo el
mes de octubre en los primeros puestos de ventas (Kei-
203
ANA LUZ RUELAS
tai Watch, 2010). Resulta especialmente interesante la
semana del 25 al 31 de octubre, donde un reporte por GfK
Japón mostró que de los 10 teléfonos más vendidos en el
país, cinco puestos eran ocupados por smartphone, dominando esta vez al Samsung Galaxy S ofrecido por Docomo
(GfK Japan, 2010).
Como se observa en la tabla 7, tanto las primeras tres
posiciones como la quinta y sexta muestran las fuertes
ventas de cinco tipos de smartphone, ocupando el iPhone
dos puestos (cuya única diferencia es en la capacidad de
memoria). Cabe destacar que el modelo del dispositivo
de Apple mostrado en esta tabla es el iPhone 4, es decir,
aquel antecedido por el 4S lanzado en 2011.
Finalmente, el Dentsu Innovation Institute, en su
reporte “2011 Hit Products in Japan”, cuyos datos fueron
TABLA 7. RANKING DE LOS TELÉFONOS CELULARES MÁS
VENDIDOS EN JAPÓN, 25-31 DE OCTUBRE, 2010
Posición Posición
previa
1
Nombre del modelo
— GALAXY S
Compañía
NTT Docomo
2
1 iPhone 4 (32GB)
SoftBank
3
2 iPhone 4 (16GB)
SoftBank
4
3 P-07B
NTT Docomo
5
8 IS01
Au
6
4 Xperia SO-01B
NTT Docomo
7
6
Au
8
5 Beskey
Au
7
NTT Docomo
9
10
11 F-08B
Fuente: GfK Japan (2010).
K004
NTT Docomo
204
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
resultado de una encuesta aplicada a consumidores japoneses en noviembre del 2011, anunció que por segundo
año consecutivo los smartphone alcanzaban el primer
lugar de la lista.
Por otra parte, desde la perspectiva de los sistemas operativos, Android, que ingresó a Japón en 2009, también
recibió señales positivas por parte de los consumidores
japoneses. El celular HT-03 relevó al HT-03A, y si bien fue
desarrollado por un manufacturero taiwanés, era el primero en Japón en emplear la plataforma Android creada
por Google de Estados Unidos, sin tener cambios por
parte de Docomo. Podía utilizar como método de entrada
un diseño de teclado qwerty o también un software que
permitía introducir hiragana,1 pero no ofrecía la característica de e-mail de I-mode (Oomori, 2009).
Una parte del ascenso del smartphone en 2010 también
se debió a que las tres mayores compañías introdujeron
modelos con el sistema Android. Este sistema operativo
logró pasar de un 11% en el año fiscal de 2009 a un 57%
en 2010 en el segmento de mercado de los smartphone
(NTT Docomo USA).
Aunque en 2009 dicho segmento se encontraba bajo
el dominio del iPhone, y Android aún no poseía un porcentaje amenazante, para 2010 éste logró superar al sistema lanzado por Apple. Sin embargo, es oportuno aclarar que esto sucede sólo si se toma en cuenta el sistema
operativo, ya que Android es implementado en modelos
de diferentes manufactureros y ofrecidos por las tres compañías, mientras que Apple lanza sólo al iPhone ofrecido
por KDDI y SoftBank, por lo que, desde la perspectiva del
Hiragana es uno de los silabarios utilizados en la escritura del japonés con el cual se expresan principalmente palabras de origen meramente japonés.
1
ANA LUZ RUELAS
205
modelo, iPhone se ha mantenido como el líder en ventas
en el mercado del smartphone.
Como parte de la estrategia utilizada por Docomo para
la aceptación de Android y ayudar a los usuarios a navegar en el mundo de las aplicaciones, se creó el servicio
Docomo Market en abril de 2010, que posibilitaba acceder a sitios que ofrecían contenido y aplicaciones móviles con descripciones fáciles en japonés (NTT Docomo
USA). En marzo de 2011, más de 9.7 millones de personas poseían smartphone en Japón, lo cual significaba un
incremento de 71% sólo desde septiembre de 2010. En esa
misma fecha Google Android se posicionó como plataforma dominante, duplicando su número de suscriptores
en tan sólo tres meses. Así, Apple y Android compartían
entre ellos el 87% del mercado total de smartphone en ese
país (comScore, 2011).
Midiendo un periodo de tres meses, finalizando en
febrero de 2012, Android tuvo un aumento de 28% en
FIGURA 17. PRIMER CELULAR CON ANDROID EN JAPÓN,
HT-03, CON SU TECLADO EN PANTALLA PARA HIRAGANA
Tomado de Omori (2009).
206
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
comparación con noviembre, alcanzando un 61.4% en el
segmento de smartphone, seguido de Apple con un 34.2%
(comScore, 2012).
En este sentido, Docomo ha dispuesto aplicaciones que
benefician a los usuarios del smartphone, logrando una
navegación más accesible y con descripciones en el lenguaje nativo para vencer la barrera del idioma. El éxito se
vio reflejado en su rápido ascenso en las ventas, colocándose como la plataforma dominante en el mercado del
smartphone y dominando al segmento junto con Apple
desde 2010, con un constante crecimiento. En un estudio de agosto de 2012 de la compañía comScore, se señala
que uno de cada cuatro consumidores en Japón posee un
smartphone, registrándose un aumento de 43% en sus ventas en comparación con los primeros meses. En general,
Sharp sigue como líder del mercado total, con un 22.6%,
mientras que en el mercado de smartphone el mayor porcentaje lo poseen los dispositivos con Android, con un
FIGURA 18. SMARTPHONE DE PANTALLA TÁCTIL CON UN
TECLADO FÍSICO INCLUIDO
Tomado de Trends in Japan (2011).
ANA LUZ RUELAS
207
64.1%, seguido de Apple, con un 32.3%. Respecto al porcentaje de penetración de los smartphone, para febrero de
2012 se había logrado un 25.5%, teniendo un incremento
de alrededor de 5% en tan sólo cinco meses (D2C, 2012).
Por otro lado, la compañía Sharp, que funge como
manufacturero, y Docomo, como telefónica, han desarrollado un móvil híbrido gracias a que reunieron características que antes eran exclusivas de los keitai. De esta manera
las necesidades de consumidores japoneses podrían verse
satisfechas, ya que permite que se sumen a la nueva ola
de smartphone sin tener que renunciar a las capacidades a
las que están acostumbrados.
Durante 2011 Docomo dio a conocer 24 modelos para
su línea de verano, de los cuales nueve eran smartphone,
aunque no todos eran de compañías locales, ya que entre
ellos se encontraban dispositivos como el AQUOS PHONE
f SH-13C, de Sharp, anunciado como el primer celular en
el mundo capaz de recargar su batería de forma inalámbrica. En cambio, toda la línea contaba con servicios de
Oisafu-keitai y funcionaban con el sistema Android (NTT
Docomo, 2011). Para la colección de invierno se lanzaron 14 smartphone, cuyos modelos fueron elaborados por
Sharp, Panasonic y Fujitsu, y cada uno contaba con OneSeg, lo que permite el intercambio infrarrojo, así como
estaban equipados con Area Mail, la alerta preventiva de
terremotos (NTT Docomo, 2011). Para su colección de
invierno 2012, Docomo anunció una línea de 16 modelos
de los cuales nueve son smartphone y sólo cuatro son feature phones, el resto son una tableta, un photo panel y un
mobile Wi Fi router (NTT Docomo, 2012).
Es notable cómo los smartphone están incorporándose
rápidamente a la vida japonesa y cómo se han desplegado
estrategias comerciales en torno a su propia área. En años
previos era muy difícil encontrar una variedad de modelos
debido al dominio del keitai, el que dejaba poco margen de
208
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
competencia a las compañías extranjeras si sus modelos
no se ajustaban al estándar japonés. Sin embargo, desde
2011 se lanzó un modelo tras otro, con lo que se mostró
cada vez más variedad, y al menos Docomo sobrepasó
el resto de modelos lanzados y causó una evolución en
las compañías locales como Sharp, Fujitsu y Panasonic,
las que promueven sus propios modelos con capacidades
específicas, utilizando en la mayoría el sistema Android y
adaptando algunas funciones de un keitai para obtener lo
mejor de ambas partes.
En la actualidad, en Japón se libra una auténtica guerra comercial entre compañías locales y extranjeras por
un mercado hasta ahora por iPhone y Android. Quizás
un ejemplo de esto sea el lanzamiento del iPhone 5, ya
que durante su preventa SoftBank declaró que podrían
TABLA 8. RANKING DE TELÉFONOS MÁS VENDIDOS EN JAPÓN
DEL 17 AL 22 DE SEPTIEMBRE DE 2011
Posición
Posición
anterior
Nombre del modelo (compañía)
1
— iPhone 5 64GB (SoftBank)
2
— iPhone 5 32GB (SoftBank)
3
— iPhone 5 16GB (SoftBank)
4
— iPhone 5 32GB (Au)
5
— iPhone 5 64GB (Au)
6
7
1 GALAXY S III SC-06D
— iPhone 5 16GB (Au)
8
2 iPhone 4S 16GB (SoftBank)
9
3 ARROWS X F-10D
10
4 SH-11C
Fuente: GfK Japan (2010).
ANA LUZ RUELAS
209
no tener suficientes teléfonos para satisfacer la demanda
(Reuters, 2012), hubo japoneses que acamparon afuera de
la tienda y dos personas declararon haber esperado dos
días allí para con tal de obtener su aparato (CNN México,
2012), mientras que las filas se extendían por varias cuadras. Como consecuencia, el iPhone 5 sería ofrecido de
nuevo por SoftBank y KDDI (Westlake, 2012).
Una vez más Docomo estuvo fuera de las compañías
que ofrecieron la nueva versión del iPhone de Apple,
cuyo lanzamiento ya levantaba expectación y ya era un
éxito en preventas. Finalmente el smartphone salió a la
venta el viernes 21 de septiembre, formándose largas
filas para adquirirlo ante las tiendas de Apple que incluso
abrieron antes de su horario normal (Efe, 2012). Frente a
la tienda de Ginza, por ejemplo, cientos de personas se
TABLA 9. RANKING DE TELÉFONOS MÁS VENDIDOS EN JAPÓN
DEL 15 AL 21 DE OCTUBRE DE 2011
Posición
Posición anterior
Nombre del modelo (compañía)
1
3 iPhone 5 32GB (SoftBank)
2
10 iPhone 5 16GB (SoftBank)
3
4 iPhone 5 32GB (au)
4
11 iPhone 5 16GB (au)
5
6
5 GALAXY S III SC-06D
— Optimus G L-01E
7
1 iPhone 5 64GB (au)
8
7 SH-11C
9
9 AQUOS PHONE si SH-01E
10
2 iPhone 5 64GB (SoftBank)
Fuente: GfK Japan (2010).
210
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
hallaban formadas, entre ellos un grupo de 10 amigos que
dijo haber instalado un campamento improvisado desde
el lunes 17 (Efe, 2012). El presidente de SoftBank, Masayoshi Son, expresó que la demanda era mucho más grande
que la del primer iPhone, mientras que KDDI declaraba
que el modelo se les había agotado ese mismo día (Reuters, 2012).
De este modo el iPhone 5 se convirtió en el teléfono
más vendido en la primera semana de lanzamiento, posicionándose entre los cinco primeros lugares y en el séptimo de acuerdo con sus diferentes capacidades y a las
compañías que lo ofrecían (GfK Japan, 2012). Todavía
durante la tercera semana de octubre mantenía su liderazgo en ventas, si bien con variaciones en cuanto a la
compañía y capacidades, pero conquistando aun así los
cuatro primeros lugares, el séptimo y el décimo lugar (GfK
Japan, 2012). No obstante, queda por ver si su modelo más
reciente podrá mantenerse y superar de nuevo a sus competidores en el mercado.
Cabe recordar que la primera introducción del iPhone
a Japón, en 2008, marcó diferencia en una sociedad japonesa acostumbrada a sus modelos locales —altamente funcionales para los propios japoneses, más no para el resto
del mundo—, y alrededor de los cuales había formado una
cultura keitai, razón por lo que ninguna compañía extranjera había tenido éxito de penetrar en el mercado.
Ahora bien, aunque el debut del iPhone no generó
muchas expectativas, puede considerarse un parteaguas
debido a todo lo que trajo consigo: modificó hábitos de
consumo, se convirtió en pionero en la introducción de
una nueva tendencia, logró lo que ninguna otra compañía
extranjera había podido y se convirtió en líder de un segmento de mercado. Además, posibilitó la entrada de otro
tipo de smartphone de compañías foráneas, que si bien no
son occidentales en su totalidad, al competir en el país
ANA LUZ RUELAS
211
con este tipo de modelos, han influido en la fabricación
de los aparatos locales por las mismas compañías que
poseían el dominio con los keitai, permitiéndoles incorporar las características de ambos tipos de teléfonos.
Sin duda hoy los smartphone se han convertido en una
tendencia, como se demuestra en los rankings anuales de
los productos hit en Japón. Con nitidez su crecimiento
se aceleró en 2011, cuando iPhone y Android tomaron el
liderazgo como modelo y sistema, respectivamente. En la
actualidad existe un incremento en su adopción, comparado con su entrada al mercado y aún respecto a su despunte del año anterior, es decir, se puede observar cómo
mes a mes las cifras suben y los smartphone de nueva
cuenta, son adquiridos no sólo en ciudades grandes, sino
en pequeñas regiones. Sin embargo, esto apenas es el
comienzo.
6. EL TELÉFONO MÓVIL EN EL MUNDO Y SU
COBERTURA EN CANADÁ. PRIMEROS AÑOS
Ana Luz Ruelas y Guillermo Ibarra Escobar
Sobre el teléfono celular podemos encontrar una variedad
de conceptos como variadas culturas o puntos de vista se
adopten sobre él. Para los japoneses es el keitai (que se
carga), para los franceses es le portable, los finlandeses le
llaman kannykka o kanny, que refiere a una extensión de
la mano, en Alemania es el handy (término importado
del inglés), en árabe algunas veces se le llama el movile
pero también el sayaar o makhmul (algo que se carga), en
china es sho ji o máquina de mano (de Souza e Silva, 2006:
31). Para los norteamericanos y los mexicanos, es el celular, que refiere a la tecnología que le da origen más que a
sus cualidades útiles o extensión del cuerpo.
Pero en todos los rincones y las latitudes se cataloga
como un dispositivo fabuloso, es revolucionario, es una
maravilla de la modernidad, es una tecnología esencial
para el manejo de la rutina diaria de adultos, jóvenes y
niños, pero también recibe calificativos de superfluo o
algo que se adquiere para no quedar fuera de la moda.
Para los estudiosos de este fenómeno de la sociedad de
información es un artefacto omnipresente (Vincent, 2005:
95), ubicuo (de Souza, 2006: 24), que redefine los conceptos de espacio y tiempo (Plant, 2002; Taylor, 2005; Höflich,
2004 y 2005, Humprheys, 2005), actualiza el estudio de las
relaciones familiares en casa y fuera de casa (Haddon,
[213]
214
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
2004), en la escuela, en el proceso de enseñanza aprendizaje (Mifzud, 2005). Se volvió también un pretexto formidable para estudiar la cultura de los niños y adolescentes (Kasesniemi y Rautiainen, 2002; Johnsen, 2003;
Ling, 1998; Oksman y Rautiainen, 2001; Taylor, 2005) (Ito,
2005), los efectos social e individuales (Kavoori y Arceneaux, 2006; Plant, 2002), los vínculos comunitarios o
grupales, o las redes sociales (Rheingold, 2002).
Al teléfono de hoy ya no se le puede considerar un mero
vehículo para la comunicación. A diferencia del teléfono
convencional, que en más de cien años concitó a estudios
preferentemente desde la economía política y la regulación económica, el celular es objeto de conocimiento
multi e interdisciplinario desde la sociología, la antropología, la etnografía, la psicología social, la educación, la
pedagogía y por supuesto desde la ciencia de la comunicación, pues se ha convertido en un verdadero medio de
comunicación masivo.
El teléfono celular desata una euforia de estudios multidisciplinarios por conocer los impactos de su acelerada
difusión, que no parece aún ser el caso de los canadienses, sobre lo cual haremos nuestras conjeturas en este
capítulo. Lo que fue en sus inicios un artefacto elitista que
sólo podían costearse los ejecutivos de empresas y altos
funcionarios de gobierno, como se mencionó en capítulos previos, es sin duda el medio de comunicación popular por excelencia, que viene rebasando la aceptación de
otras tecnologías del ramo como a radiorreceptores, discos en formato DVD, e incluso a los televisores. Es ya el
competidor más fuerte o quizá el complemento perfecto
de Internet según se le quiera ver.
Ante las extensas penetraciones del celular en Europa
para el período 2001- 2005, que alcanzaron en Hungría,
por ejemplo, casi al 90% de la población, el filósofo de
ese país, K. Nyíri (2005), sostuvo que el teléfono móvil
ANA LUZ RUELAS
215
es “el medio de comunicación dominante, ya no es un
asunto meramente particular o un tópico exótico de las
ciencias sociales, como lo era en 2001. Ahora, asevera,
al ser parte del ambiente comunicacional del científico
social, ha transformado a las ciencias sociales mismas”.
Efectivamente el comportamiento personal, colectivo y
social —objeto de estudio de estas ciencias— ocurren ya
en espacios híbridos, con pautas de acción que ponen en
desuso los paradigmas que explicaban los fenómenos de
una sociedad sin comunicación irrestricta.
El uso del celular e Internet como medios de comunicación, desplazan de manera sostenida a los servicios
de telefonía fija convencional. A través del protocolo de
Internet para voz (VoIP) es posible conectar a dos usuarios sin tener que establecer un circuito específico, por lo
que se codifica la llamada telefónica como una corriente
de paquetes de datos de dos vías transportadas por una
conexión de alta velocidad de Internet a través de una
computadora. Así, el suscriptor de banda ancha envía
paquetes y llamadas por Internet por el mismo precio, o
por el precio de una llamada local.1
A su vez, a través del envío de mensajes de texto entre
usuarios celulares y por medio de Internet también se
rebasa el formato de llamadas tradicionales. En 2006, el
servicio de mensajes de texto en México fue el de mayor
crecimiento para los operadores móviles; pasó de 3.5
millones a 60 millones de mensajes, 17 veces más respecto a 2005. A nivel regional, México y Brasil concentraron el 58 por ciento del mercado de los datos móviles.
Aunque todavía los servicios de voz son los más importantes, pues
representan 70-80% de los ingresos de la industria en todo el mundo,
se predice que el ingreso podrá llegar a ser cero, pues el servicio de voz
desciende anualmente en los principales países desarrollados, siendo
10% en France Telecom, 6% en Deutsche Telecom y 5% en BT.
1
216
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
En este capítulo establecemos algunas tendencias y
diferencias que presenta Canadá frente a otros países en
cuanto a difusión de telefonía, tanto convencional como
móvil, y también exponemos algunas conjeturas sobre su
prolongado rezago que se puede apreciar en la tabla 2 del
primer capítulo.
Por ser una tecnología de muy reciente incorporación social, los estudios del teléfono móvil no despegaron
pronto. Sin embargo, a diferencia del estudio de la telefonía convencional, que fue desdeñada por los teóricos de
diferentes disciplinas sociales y humanísticas (Katz, 1999:
3), el celular atrae fuertemente el interés en los últimos
años sobre todo en Europa y en los países escandinavos.
Así, se destacan los proyectos conducidos en la Academia de Ciencias de Hungría con el filósofo Kristóf Nyíri
como líder, el proyecto COST2 2483 y 269;4 el Digital World
Research Centre de la Universidad de Surrey, el proyecto
Socio-Technical Shaping of Multimedia Personal Communications STEMPEC en Gran Bretaña, las investigaciones
conducidas por Rich Ling desde el Telenor Research Institute, de la compañía noruega de telecomunicaciones.
El proyecto Communications in the 21st Century coordinado por la compañía T-Mobile y el Instituto para la
Investigación Filosófica de la Academia de Ciencias de
2
Red intergubernamental que apoya el desarrollo de la ciencia y la tecnología en 35 países europeos. La participación de Canadá en la red ya
se había iniciado. Véase el sitio: www.cost.esf.org.
3
Con la cobertura de la acción Cost 248 (y la editorial Telia) se publicó
en 1997 Communications on the move: the experience of mobile telephony
in the 1990’s, coordinado por Leslie Haddon.
4
Bajo esta sección se realizaron tres publicaciones. Una de ellas es el
reporte que trata sobre el teléfono móvil titulado From Mobile to Mobility: the con-sumption of ICT in everyday life, de L. Haddon, C. de Gourney, et al. (2001).
ANA LUZ RUELAS
217
Hungría condujo extensa investigación interdisciplinaria
de enero de 2001 a 2005, sobre las necesidades colectivas
y personales cubiertas por la telefonía móvil así como los
cambios sociales e individuales que ha impulsado. En la
primer fase del proyecto que se denominó “The mobile
information society”, involucró a teóricos de la comunicación, filósofos, psicólogos, sociólogos, economistas, lingüistas, politólogos e historiadores de la ciencia
El Digital World Research Centre se estableció en 1998
en la Escuela de Ciencias Humanas en la Universidad de
Surrey, con el objeto de desarrollar procesos de innovación de tecnología digital tomando como referente los
procesos humanos, los usuarios, los negocios, el diseño y
la tecnología.5
El proyecto Socio-Technical Shaping of Multimedia Personal Communications STEMPEC de Gran Bretaña fue
patrocinado por Cellnet (luego O2), One2One (T-Mobile)
Orange y Vodafone, que inició en 1999, programado a tres
años para investigar con métodos etnográficos la trayectoria y el desarrollo de nuevas tecnologías. Parte del reconocimiento de que las proyecciones basadas solamente
en las capacidades técnicas tienen alcances limitados por
lo que se propusieron estudiar los factores sociales que
influyen las trayectorias, formas emergentes y patrones
de uso de las nuevas tecnologías.6
También se establecieron programas de investigaciones
específicas sobre los impactos y metodologías para estudiar las nuevas tecnologías de información y comunicación, incluido el teléfono móvil en la London School of
Economics and Political Science en su Departamento de
Uno de sus resultados es el libro Mobile World, de Hamill y Lassen,
2005.
6
http://bit.ly/QIqNvG.
5
218
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Comunicaciones y Medios, en la Universidad de Udine
(Facultad de Educación), y en Finlandia en la Universidad
de Tampere en el Information Society Research Centre.
En Estados Unidos empezaron en el periodo a darse
resultados de investigación sobre las consecuencias e
impactos sociales del celular, principalmente desde los
departamentos de información, educación, comunicación
y medios, en universidades como Georgia, University of
Southern California, Fordham University, University of
Pennsylvania, North Carolina State University, Ohio State
University. En 1999 James Katz, de Rutgers University,
publicó uno de los primeros volúmenes donde se estudia
al teléfono celular dentro de lo que son las comunicaciones móviles desde un punto de vista social y cultural. Este
mismo autor publicó para 2002 el influyente libro Perpetual Contact, sobre la telefonía móvil y la conducta social.
En Canadá este tema todavía no encontraba eco entre
quienes se interesan en las temáticas de las nuevas tecnologías de información y comunicación, los que estudian Internet por ejemplo; donde sí existen considerables
y muy importantes aportaciones es en las Universidades
de Toronto, Calgary, New Brunswick y Carleton. Entonces
el estudio de la telefonía celular con métodos etnográficos cualitativos estaba por llegar a nuestro país de interés.
Por ello, aquí retomamos las estadísticas que ha publicado
la Unión Internacional de Telecomunicaciones y algunos
reportes producidos por Statistics Canada, desde donde se
han hecho algunas comparaciones con los Estados Unidos.
ESTADÍSTICAS DEL USO DEL CELULAR
Los fenómenos que destacan con la introducción del celular en el mundo son principalmente dos: su intenso ritmo
de crecimiento, de tal forma que el celular ya sobrepasa
ANA LUZ RUELAS
219
FIGURA 19. SUSCRIPTORES DE CELULAR EN EL MUNDO
(MILES DE MILLONES)
Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006).
FIGURA 20. SUSCRIPTORES DE TELÉFONO MÓVIL EN PAÍSES
SELECCIONADOS, 2000-2005 (MILLONES)
Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006).
220
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
al número de teléfonos fijos tanto en países desarrollados
como en los que se hallan en desarrollo; y la adopción del
esquema de pago por adelantado, que se realiza a través
de las populares tarjetas de prepago.
En la figura 19 sobre número de suscriptores de celular
en el mundo de 2000 a 2006, se aprecia un ritmo de crecimiento general sostenido del celular, cuando ocurrió una
expansión espectacular de casi tres veces el número de
suscriptores en el mundo, período en el que pasó de casi
un mil millones a 2.7 mil millones de suscriptores. Esa
tendencia se patentiza en un grupo de países de alto desarrollo que hemos escogido (véase figura 20), donde Estados Unidos sobresale con un incremento de casi el doble
de suscriptores del año 2000 (109,478 millones) al 2005
(201,650 millones), en tanto que Canadá también estuvo
a punto de duplicar sus suscriptores pasando de 8.7 a 16.6
millones.
Sin embargo, si analizamos esta penetración de acuerdo
FIGURA 21. SUSCRIPTORES DE CELULARES Y LÍNEAS
TELEFÓNICAS FIJAS, 2005. MÉXICO Y PAÍSES
LATINOAMERICANOS (MILLONES)
Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006).
ANA LUZ RUELAS
221
a la cobertura en proporción a los habitantes, encontramos
que mientras Estados Unidos contaba con 67.6 suscriptores por cada cien habitantes, Canadá se quedaba atrás con
51.4, , mientras países europeos con los que ellos se miden,
tenían penetraciones que superaban considerablemente
a los dos países de América del Norte: Japón cubría 73.9
de cada 100 habitantes, Alemania alcanzó los 95.8, Francia
79.4, Holanda 97.5, Finlandia 99.6. Pero los dos países que
ya habían sobrepasado el número de habitantes con celulares fueron el Reino Unido con 102.1 e Italia con 124.2.
En la figura 21, donde tenemos a ocho países latinoamericanos, también se muestra una tendencia similar de
alta diseminación del celular. Se encuentra, como puede
verse, a Colombia y Brasil con los mayores crecimientos
pues el primero pasó de 2.25 millones de usuarios a 21.85,
es decir tuvo un crecimiento de 57.5% en el período,
FIGURA 22. CANADÁ Y MÉXICO FRENTE A PAÍSES
DESARROLLADOS. LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS, 2000-2005
(MILLONES)
Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006).
222
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
mientras que Brasil triplicó los suscriptores pues de tener
23.18 millones en el año 2000 llegó a 86.21 en 2005. Esto
da como resultado que ya existan más suscriptores a servicios celulares que a telefonía fija. El caso de esta región
tiene su explicación en que la infraestructura telefónica
principal no alcanzó los niveles óptimos de penetración.
La cobertura celular por número de habitantes en estos
países en general estaba por debajo de la alcanzada en
países europeos y Japón. Algunos como Argentina y Chile
tenían coberturas de 57.2 y 67.9, es decir, más altas que la
de Canadá y similares a la de Estados Unidos. Es previsible que la metodología para medir la penetración celular
cambie por una que tome como referente los minutos de
uso, por ejemplo, aunque también se ve una diferenciación en usuarios de acuerdo a si se tiene o no un contrato
firmado por el servicio.
Sin embargo, en otras comparaciones más realistas, en
relación con la telefonía fija, los índices que presentan
FIGURA 23. MÉXICO Y PAÍSES LATINOAMERICANOS. LÍNEAS
TELEFÓNICAS FIJAS, 2000-2005 (MILLONES)
Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006).
ANA LUZ RUELAS
223
países de Latinoamérica palidecen por el grave retraso en
obtener niveles óptimos de penetración entre la población.
De acuerdo a la Economist Intelligence Unit, la telefonía fija presentaba ya una marcada tendencia hacia el
estancamiento y/o disminución. Esto es típico en los países que alcanzaron el óptimo desarrollo desde los ochentas. Canadá y Estados Unidos, junto con otros países europeos, vieron retroceder el uso del teléfono fijo de casa
(véase figura 22). De 2000 a 2005 Canadá bajó el número
de líneas telefónica fijas, pasando de 20.8 millones a 18.2,
y Estados Unidos tuvo una tendencia en el mismo sentido
pasando de 192.5 a 177.9 millones. México, en cambio,
pasó de 12.3 a 19.54 millones pero con una cobertura de
18.2 líneas por cada 100 habitantes.
De la misma manera, pero sin haber alcanzado una
infraestructura suficiente de telefonía tradicional, los países latinoamericanos, incluido México, ya superaban el
uso del celular en relación con el teléfono fijo, pues mientras Brasil tenía 86.2 millones de suscriptores a celulares
sólo contaba con 42.3 millones de líneas telefónicas fijas,
México presentaba un panorama similar con 47.4 frente a
19.5, Argentina 22.1 frente a 8.8, Colombia 21.8 frente a 7.6,
Chile 10.5 frente 3.4, respectivamente (véase figura 21).
De hecho la omnipresencia del teléfono móvil es más
patente en los países subdesarrollados; según Genevieve
Feraud (responsable de tecnologías de la información y
de la comunicación y de negocio electrónico de la UNCTAD),7 esta es la “única herramienta de las TIC que cuenta
En una conferencia de prensa realizada en Ginebra, la experta detalló que, según datos manejados por UNCTAD, de los 2.17 millones
de usuarios de móvil que había en el mundo al final de 2005, 809.9
millones estaban en los países industrializados, mientras que 1.17
millones vivían en el mundo en desarrollo. http://es.biz.yahoo.
com/161/2006/185.
7
224
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
con más usuarios en los países subdesarrollados que en el
mundo industrializado”.
Para esos años el celular ya había desbancado a Internet en diseminación de la tecnología de comunicación por
excelencia del nuevo siglo, al que había superado al doble
en penetración mundial, pues mientras éste abarcaba al
15.6 por ciento de la población, el celular ya casi alcanzaba el tercio.8 Por supuesto que esto tiene su explicación
en la exitosa convergencia tecnológica que ha acumulado
el celular; como es sabido, por el celular no sólo se envía o
recibe voz, sino imágenes, fotografías, correo electrónico;
incluso se le incorporó el Internet como herramienta de
información y lo último es que se podrán enviar imágenes desde ellos a la televisión convencional.
Esta situación se estaba generalizando, sin ser privativa
de los países deprimidos, sino que ocurre en todo tipo de
economías. Los lugares donde para 2005 había más de un
móvil activo por persona son, según la UNCTAD, Lituania
(donde la penetración asciende al 127 por ciento), Italia
(123), Hong Kong —China— (122), la República Checa y
Macao —China— (115), Israel (113), Portugal (109), Estonia (108), Islandia, Bahrein y Noruega (103), Irlanda y Singapur (101), y Dinamarca y Emiratos Árabes (100).
EL TELÉFONO CELULAR EN CANADÁ
Canadá no ha quedado fuera de la fiebre de la tecnología móvil celular. Al igual que en otros países este versátil artefacto inició su rápida expansión allá en 1998. En el
8
En la Europa desarrollada (los 25 países de la Unión Europea además de
Andorra, Islandia, Liechtenstein, Noruega, San Marino y Suiza) alcanza
el 96.1 por ciento, según la Conferencia de la ONU para el Comercio
y Desarrollo (UNCTAD) (http://es.biz.yahoo.com/16112006/185/mastres-habitantes-mundo-telefono- movil.html).
ANA LUZ RUELAS
225
año 2000 había 8.7 millones de suscriptores y para 2005 ya
ascendía a 16.6, es decir, en cinco años duplicó el número
de usuarios celulares, cubriendo poco más de la mitad de
su población (51.4 suscriptores por cada 100 habitantes)
(véase figura 20 más arriba).
Sin embargo, ¿qué ha pasado en Canadá, que no mostró
la tendencia predominante en los países con niveles de
competitividad y desarrollo similares?, pues mientras en
Europa en la mayoría de los países ocho de cada 10 habitantes contaban con teléfono móvil, en Canadá la media
era de sólo cinco de cada 10.
La diseminación inició más lenta que en otros países, pues de 1998 a 2000 creció a un ritmo de penetración sobre la población de 5% anual, pero el crecimiento
mayor fue en el periodo 2000-2001, cuando lo hizo a 7%;
pero ya de 2001 a 2002 bajó a 3%, es decir, volvió a los ritmos de crecimiento que estaba observando de 1996 a 1998
(ver página http://bit.ly/P5KAXR)
Esto no sucedió con otros países como Finlandia, Francia, Alemania, España, Italia, Reino Unido, que tuvieron
crecimientos espectaculares en los años 2000 y 2002, llegando a abarcar hasta el 80 ó 90% de la población.
Otro elemento que debemos tomar en cuenta para el
análisis canadiense es la tendencia similar que presenta
al decrecimiento de líneas fijas, como ya señalamos más
arriba, lo que es normal en países que desde los ochentas
alcanzaron el óptimo desarrollo y penetración de su infraestructura telefónica fija; y en los que no se llegó o no se
ha llegado, ahora se suple o complementa con la telefonía
celular, de tal forma que existen millones de hogares en
países subdesarrollados cuyo primer acercamiento al teléfono es el celular.
226
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
EL PREPAGO
Uno de los factores cruciales para la intensa diseminación
del celular en el mundo es el sistema de prepago, o uso de
tarjetas pagadas por adelantado. Este mecanismo facilita
la adopción de la tecnología, pues los usuarios no realizan
una suscripción previa o contrato para acceder al servicio,
lo que conlleva a comprobar domicilio, ingresos, contratar por períodos obligados o amarrados, que son mínimamente de dos años. Evadir la contratación formal también
otorga un sentido de anonimato para el usuario que no
desea quedar en los registros de la compañía telefónica.
Aunque en la inmensa mayoría de los países la tónica
fue el uso del prepago, Canadá no presentó esa dinámica.
FIGURA 24. SUSCRIPTORES A CELULAR Y CON PREPAGO POR
CADA 100 HABITANTES EN PAÍSES DE LA OECD, 2009
Fuente: OECD Indicadores clave de ICT; www.oecd.org/sti/
ICTindicators.
ANA LUZ RUELAS
227
Para 2009, como se observa en la figura 24, Canadá era
todavía de los seis países de la OECD cuyos usuarios celulares no adoptaban el prepago, pues menos de 20 % del
total de los usuarios eran bajo ese concepto, habiendo
disminuido ligeramente, ya que para 2006 habían sido
20.8 %, siendo que en otros como Italia y México tenían
más del 90%, aunque en 2009 México los bajó considerablemente a 63 % e Italia los aumentó hasta 121 % siendo
de los más altos con prepago. Para 2006, sólo se encontraban por debajo de la media de los países de la OECD, que
era del 35 %, Dinamarca, Finlandia, Corea, Japón, Estados
Unidos y Canadá. No obstante, en 2009 la media de ese
grupo era de 40 %, seguían por debajo de ella Finlandia,
Dinamarca, Noruega, Francia, Estados Unidos y el mismo
Canadá. Japón y Corea ya habían erradicado el pago por
adelantado.
A falta de estudios etnográficos que ofrezcan explicaciones de estas tendencias, tanto de menores ritmos de
crecimiento como de preferencias por facturación mensual, como es el caso de los canadienses a contrapelo de
lo que prolifera en Europa y América Latina, recurriremos a algunas conjeturas que nos ayuden a explicar esta
situación.
Algunas pistas que se puede utilizar como hipótesis las
encontramos en un reporte de investigación de 2006
sobre conectividad en Canadá (Sciadas, Statistics Canada:
2006). Con datos acerca de tráficos de voz sobre líneas
convencionales telefónicas se ha detectado que los canadienses hablan menos que los estadounidenses. Al menos
eso ocurría para finales de los ochenta.
En Estados Unidos para 1980 se hacían 8.4 llamadas
diarias por línea telefónica, lo que daba 3.8 llamadas per
cápita; sin embargo, en Canadá no llegaban a 7 (6.9) tres
años después (con 3.3 llamadas per cápita). Dicho de otro
modo, en Canadá hasta 1987 se alcanzaron a hacer las lla-
228
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
madas per cápita que ya se hacían en Estados Unidos siete
años antes, en 1980 (3.8 llamadas por día por persona).
Esa tendencia se mantenía. En Estados Unidos para
2001 se cursaban 47 minutos de llamadas (sobre líneas
telefónicas tradicionales) por día per cápita, volumen que
se alcanzó en Canadá sólo dos años después, en 2003.
Esto no obedece a efectos de las externalidades de la red
en este último país, pues en ambos, para principios de
los ochentas, la penetración telefónica en la población se
completó.
Con la adopción del celular este fenómeno parece no
cambiar mucho, es decir, que los canadienses tienden a
hablar menos que sus vecinos del sur. El mismo reporte
de Sciadas registra que mientras en Estados Unidos para
1993 el volumen de tráfico celular per cápita al día fue
de 0.3 minutos, en Canadá fue de 0.2; pero esta pequeña
diferencia tiende a ensancharse, pues mientras en Estados Unidos para 2002 se cursaron 6.7 minutos al día per
cápita, en Canadá fue de 3.5, pero para un año después,
es decir en 2003.
Con estos elementos y a partir de los resultados sobre
menor densidad del sistema de prepago en Canadá y el
menor ritmo de crecimiento en el mismo, se pueden destacar algunas ideas que comentamos.
La telefonía celular es un adelanto tecnológico inscrito en la aceleración de la vida social, que David Harvey
(1990) llama compresión tiempo y espacio, que imponen
los valores de la instantaneidad, efimeralidad y diversificación, que invaden las formas de comunicación cotidiana, familiar y de negocios. En la base de esta aceleración se encuentra una nueva economía flexible y una
revolución en el consumo. No obstante, en cada sociedad
y geografía específica este proceso adquiere características peculiares.
En Canadá, suponemos que la intensidad en la comu-
ANA LUZ RUELAS
229
nicación celular es menor que en el promedio mundial
porque es una sociedad más organizada, con un estado
de derecho eficiente, con instituciones más transparentes que ofrecen menor incertidumbre a sus individuos. Lo
contrario ocurriera en una sociedad con débil estado de
derecho que impone la contingencia y la aleatoriedad exagerada. Asimismo, en Canadá el prepago es menor que en
el promedio mundial porque hay mayor estabilidad en la
estructura de ingresos y las expectativas racionales de los
consumidores son más seguras, lo cual permite una cierta
planeación en el gasto cotidiano. En cambio en un país
con grandes desigualdades, incertidumbre en el empleo,
informalidad económica, ingresos inciertos, es previsible
que la gente no comprometa a futuro un ingreso que no
cree que con seguridad lo tendrá, lo cual llevará, como
en el caso de México, a un alto porcentaje en uso del prepago, que significa “gasto si tengo, si no, no lo hago”. Si
hubiera personas dispuestas a utilizar tarjetas de crédito
telefónico ya hubieran prosperado esos instrumentos en
México.
Una línea de trabajo adicional sería indagar sobre la
peculiaridad cultural de los canadienses, que es una sociedad más introspectiva, con códigos de comunicación más
pasivos y crípticos; es decir, a diferencia de los latinoamericanos, por ejemplo, en promedio es menos verbalizada.
Estas circunstancias deben llamar la atención de los
estudiosos de la cultura y la comunicación en Canadá.
Incluso vale la pena estudiarlas desde perspectivas interdisciplinarias que se están ensayando para otras latitudes.
7. CANADÁ Y SUS CONTRASTES EN ADOPCIÓN Y USO
DEL TELÉFONO CELULAR1
El hilo conductor de este capítulo gira en torno a una interrogante: ¿por qué Canadá adoptó más lenta y tardíamente
el uso del teléfono celular que la mayoría de los países?
Aquí tratamos de dar elementos que ayudan a explicar
esta interrogante, para lo cual, en primer lugar, indagamos el estado de la infraestructura de comunicaciones,
para lo cual recurrimos a resultados de estadísticas globales y de Statistics Canadá, y discutimos la tendencia de
bajo perfil en la adopción de las tecnologías móviles por
parte de los canadienses, basándonos en argumentos y
explicaciones de algunos académicos y la industria canadiense. Asimismo, analizamos los resultados de un sondeo propio aplicado en noviembre-diciembre de 2009 en
la ciudad de Sherbrooke a una muestra de 100 usuarios y
no usuarios de teléfono celular.
Canadá es un caso contrastante frente a los otros que
nos hemos referido en capítulos anteriores como Finlandia y Japón en accesos y usos de tecnologías de comunicación, particularmente en disposición de telefonía celuLa autora agradece la participación de Daniela Kokina y Luis Gerardo
Sánchez, la aplicación de la Encuesta a usuario de teléfono celular en
la ciudad de Sherbrooke, Canadá, en noviembre-diciembre de 2009.
1
[231]
232
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
lar. Mantuvo persistentemente una penetración menor, y
sobre todo una adopción más lenta que la de países de
similar desarrollo económico y social; pero también respecto de algunos de menor desarrollo como México y Brasil. Esta es una tendencia que despierta mucho interés de
investigación sobre todo porque otras naciones han dado
gran atención al fenómeno de diseminación de las comunicaciones móviles, mientras que en Canadá hubo cautela2 (Best, 2009).
Debemos destacar que, estudiar los procesos de comunicación en Canadá nos ayuda a entender cómo se han
insertado los canadienses en las nuevas tendencias de
difusión y adopción tecnologías de comunicación, que
es un fenómeno omnipresente, socio técnico y cultural
de dimensiones planetarias, y que por lo tanto tiene consecuencias en individuos, la familia y grupos sociales,
genera la formación de redes sociales, y que desde luego
impactan en el desarrollo de la industria de telecomunicaciones.
LA AGENDA DE INVESTIGACIÓN
La agenda de la investigación sobre comunicación en
Canadá está definida, según los profesores de la Universidad de Ottawa, Eid y Pare (2008), por la proclividad de
los investigadores a retomar preguntas sobre la relación
tecnología y cultura, que a su vez refleja la paradójica
relación que Canadá tiene con el cambio cultural y tecnológico. Pero también, el carácter ambivalente de estas
tecnologías, pues tienen el potencial, por una parte, de
“dañar la identidad canadiense”, pero por otra, son vis-
Suerte similar ha corrido el estudio de Internet (Middleton y Sorensen, 2005).
2
ANA LUZ RUELAS
233
tas como una “herramienta vital para sostener la soberanía nacional”. Desde principios de los noventa, afirman, el
miedo a una invasión cultural estadounidense a través de
la radiodifusión, telecomunicaciones y medios impresos,
ha sido tema dominante en la política cultural y comunicación canadiense
Estas apreciaciones nos ayudan a entender y acercarnos al fenómeno de la diseminación de la comunicación
móvil en la sociedad canadiense.
El teléfono celular es el artefacto de comunicación
más popular en el mundo por varias razones, que podemos agrupar en dos grandes rubros: por las características
intrínsecas de la tecnología; y el segundo, por sus cualidades subjetivas. Estas últimas se asocian con el confort,
la moda, el estilo de vida, es decir, la gente adopta las tecnologías en función de los usos y gratificaciones que pueden obtener de ellas.
Dentro de las características tecnológicas intrínsecas del
móvil, tenemos las que distinguen a la tecnología móvil
celular de otras tecnologías similares, como el teléfono
fijo, como son: la portabilidad, movilidad y su adaptación
como multimedia. Es decir, ahora el celular es un verdadero medio de comunicación, prototipo de la convergencia tecnológica que permite la comunicación de voz, imágenes, textos; es decir, se le han incorporado opciones de
comunicación que antes eran exclusivas de medios y artefactos separados como la televisión, la fotografía, la grabadora, el video e Internet.
Estas capacidades han llevado a las más disímbolas
consideraciones conceptuales que nos ayudan a entender el explosivo fenómeno de la comunicación móvil: la
moda (Ling, 2003), la identidad (Hulme y Truch, 2005),
las redes sociales, la microcoordinación, la hipercomunicación (Ling y Yttri, 2002), el control social (Green, 2002),
la civilidad o netiqueta, etcétera. Es por ello que estos
234
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
FIGURA 25. TICS EN CANADÁ Y MÉXICO
Nota: Las líneas telefónicas, los abonados a teléfono celular,
los usuarios de Internet, las computadoras personales y los
suscriptores de Internet de banda ancha se calculan por cada
100 habitantes de 2008. El acceso a Internet en las escuelas
corresponde al puntaje marcado en el Global Competitiviness
Report 2009-2010, donde el más alto es 7.
Fuente: Elaborado a partir de World Economic Forum. 2009.
The Global Competitiveness Report 2009-2010. Ginebra, Suiza.
medios deben ser concebidos como “una interrelación
ecológica” (Hawk, Rieder y Oviedo, 2008), y en términos
de sus potenciales manipulaciones culturales (Pedersen,
2008: 494).
El análisis del teléfono celular no es tan recurrente en
235
ANA LUZ RUELAS
TABLA 10. CELULARES POR CADA CIEN HABITANTES EN PAÍSES
CON MAYOR PREPAGO (PORCENTAJES)
País
1999 2000 2001 2002 2003 2004
2005
Italia
52.8
74.3
89.7
92.9
98.4 108.0 122.2
Portugal
45.9
65.2
77.5
82.3
96.1
98.7 108.5
Reino Unido
40.8
60.1
75.5
82.3
86.5
97.6 106.3
Irlanda
42.7
53.2
71.8
78.4
85.7
93.1
Suecia
57.9
71.8
80.7
89.1
98.2
97.7 100.6
Países Bajos
43.0
69.1
71.7
73.1
80.7
97.8
99.8
Hungría
15.6
30.1
48.8
67.8
78.4
86.3
92.4
Polonia
10.1
17.6
28.1
36.4
45.6
60.5
76.4
Turquía
12.1
22.3
26.8
33.5
39.4
48.3
60.5
México
8.0
14.3
21.7
25.6
29.3
37.0
44.8
101.5
Fuente: OECD (2007).
la academia canadiense, como si lo es para Estados Unidos
y Europa. Ello se corresponde en parte por la lenta adopción que observaron los canadienses del teléfono móvil.
CANADÁ Y SU INFRAESTRUCTURA EN TELECOMUNICACIONES
La información más difundida en el mundo sobre la situación de las telecomunicaciones en Canadá es impactante,
pues se impone con frecuencia como uno de los países
líder en redes y tecnología del sector telecomunicaciones. Según el World Economic Forum (Global Competitiveness Report 2009-2010), se encuentra entre los diez primeros países mejor ubicados en competitividad en el mundo
(sube un lugar en 2009, al noveno, después de haberse
integrado en 2008 a los 10 primeros lugares), que se debe
en primer lugar, a su excelente infraestructura de trans-
236
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
portes y telefonía (séptimo lugar en el pilar de Infraestructura), mercados altamente eficientes, en especial su
mercado laboral y financiero (posicionados en el séptimo
y onceavo lugar respectivamente), y el buen funcionamiento y transparencia de sus instituciones (17 lugar).
Además, es catalogado frente a muchos otros países como
exitoso en el cuidado de sus recursos humanos, en salud,
en educación desde elemental hasta enseñanza superior
(se clasifica en séptimo lugar en salud y educación primaria y en el noveno en enseñanza superior y capacitación).3 Todas estas condiciones son una verdadera fortaleza para que su población pueda adoptar las últimas
tecnologías para su uso y aprovechamiento, lo cual ocurre
de manera parcial, como veremos más adelante.
Los contrastes con México y Estados unidos son evidentes, tomando en cuenta los resultados del mismo
reporte 2009-2010 de competitividad del Foro Económico
Mundial, en infraestructura para las comunicaciones que
incluyen telefonía fija, disposición de computadoras en
los hogares, suscriptores de telefonía celular y acceso de
Internet en los hogares como se aprecia en la figura 25.
Respecto de México, los indicadores de cobertura por cada
100 habitantes en líneas telefónicas (55.5%), computadoras personales (94.6%) y usuarios de Internet (73%) son
contundentemente favorecedores en Canadá. Lo mismo
Las dos subastas de espectro más recientes en Canadá ha traído cuestionamientos sobre la prevalencia del interés público en la asignación
de ese recurso común, pues se ve como una imposición del Ministerio
de Industria. En enero de 2004 y enero de 2005 se licitaron los espectro en el rango de 2300 Mhz y 3500 Mhz para obtener licencias para
prestar y mejorar servicios de banda ancha inalámbrica tradicionales.
Esta licitación se calificó como una imposición del ministerio de industria. Marita Moll y Leslie Regan Shade (2008). For sale. To the highest
bidder telecom policy in Canada, Ottawa, Canadian Centre for Policy
Alternatives, pp. 101-102.
3
ANA LUZ RUELAS
237
se advierte en disposición de Internet en las escuelas
donde se ubicaba con un puntaje de 5.9 (siete es el más
alto) del GCR en lugar 12 (el primero es el de Islandia que
tenia 6.6), mientras que México apenas llegaba a 3.4, en
el lugar 77. México aun muestra indicadores de marcado
atraso en tecnologías de comunicación, pues no remonta
la baja diseminación de infraestructura básica telefónica,
que apenas alcanza al 19.1% de la población, pero tampoco se actualiza en las nuevas tecnologías como computadoras personales y acceso a Internet.
El único rubro de TIC del GCR 2009-2010 donde México
supera a Canadá es en diseminación de telefonía celular,
que es precisamente lo que pretendemos explicar en este
capítulo. Aunque el fenómeno de alta diseminación de la
tecnología celular es casi universal, es importante destacar que muchos países de bajo nivel de desarrollo se valen
de las características de las redes celulares4 para superar
los déficits en la telefonía fija, como es el caso de México.
Como vimos en el capítulo 1, una red de telefonía celular se compone básicamente por un conjunto de estaciones transmisoras-receptoras de radio (repetidoras,) y una
serie de centrales telefónicas de conmutación que posibilitan la comunicación entre los teléfonos portátiles o
entre estos y los teléfonos de la red fija tradicional.
En las tablas 2 y 3 se apreciaba todavía una lentitud de
Canadá respecto de diferentes países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
para el periodo de 1999 a 2004 donde vemos que por
La tecnología se ha dispersado a los mercados emergentes más rápidamente que en ninguna etapa anterior. En el siglo XIX el tiempo entre el
invento y la diseminación de una tecnología era largo. El teléfono fijo
tardó 100 años en alcanzar una cobertura de 80% en general: la radio
tomó 60 años; la computadora personal, 25; Internet, 19; y el celular
sólo 16. http://www.economist.com/science/displaystory.cfm.
4
238
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
ejemplo países como Dinamarca, Finlandia, ya habían
superado el 95% de los usuarios con ese aparato de comunicación, mientras que Estados Unidos, Japón y Corea
avanzaban a 70%. Lo que resalta de estas figuras macro, es
que los canadienses no han abrazado con tanta pasión al
celular, como ya lo hicieron docenas y docenas de países.
Si tomamos 1999 como año común de despegue de la telefonía celular en varios países, Canadá figura en los que
se tardaron en hacerlo, con un alcance de 22.7% de su
población usuaria de celular; pero lo que persistía hasta
2004 es el lento crecimiento de sus usuarios, pues mientras muchos países estaban rebasando al 100%, Canadá
alcanzaba apenas al 46.6% de su población (ver tabla 3 en
el capítulo 1 de este libro).
Realizamos la comparación de Canadá con los países
que lideran en usuarios tanto de pospago (tabla 3, capítulo
1), como de prepago para mostrar que ese factor no interviene en otros países que han observado el crecimiento
estandarizadamente alto, como son Dinamarca, Finlandia, Japón, Corea y Estados Unidos, que están entre los
de mayores índices de pospago. Pero también, los que tienen altos prepagos observan fuertes crecimientos celulares, como son México, Italia, Portugal, Reino Unido, entre
otros. Frente a ambos grupos de la OECD Canadá seguía
manteniendo su perfil pausado en adopciones. Aunque
este país se encuentra en el grupo de los países con menor
índice de suscriptores de prepago (23% para 2004), existen otros como Estados Unidos con 11% y Dinamarca con
18.2%, con una cobertura marcadamente creciente en
las adopciones celulares desde 2004 para el primer país y
desde años antes para el mismo Dinamarca (2000) y Finlandia (1999).
En una de las entregas de las estadísticas de telecomunicaciones, en septiembre de 2006, Statistics Canadá reconocía la situación de lentitud en la adopción de las teleco-
ANA LUZ RUELAS
239
municaciones inalámbricas en ese país, pues para ese año
había 52 suscriptores por cada cien habitantes, nivel que
ya había alcanzado pero para tres años antes Estados Unidos, y era el mismo promedio que tenían los países de la
OECD pero cinco años antes.5
Mientras que para 2006, Canadá apenas cubría poco
más de la mitad de su población con celular (51.4%),
Japón cubría 73%, Estados Unidos 67.6% y Francia 79.4%.
Asimismo, Alemania (95.8%), Holanda (97.5%), Finlandia (99.6) habían superado al 90% de su población. Dos
países que ya habían sobrepasado al número de habitantes con celulares fueron el Reino Unido con 102.1 e Italia
con 124.2 (Ruelas e Ibarra, 2006: 16).
Incluso la OECD registraba en 2007 que Canadá era de los
últimos países entre los 30 miembros en penetración inalámbrica móvil (SeaBoard Group, 2007), teniendo un crecimiento promedio anual, de 1996 a 2006 de 19.2%, frente al
promedio del grupo de la OECD de 25.6% (OECD, 2007).
Traducido el rezago por sectores de la población, concretamente en jóvenes y adolescentes, que son los más
entusiastas usuarios del celular en el mundo, Canadá
también va a contracorriente y todo indica que sus jóvenes se mantuvieron a la zaga de las nuevas dimensiones
de la movilidad virtual o de una mayor comunicación
interpersonal. En comparación con otros países tenemos
que mientras el Reino Unido, por ejemplo, registraba en
2007 que más del 75% de los niños de once años ya contaban con un teléfono celular (Ofcom, 2007) en Canadá solo
eran el 30% de los adolescentes de 13 a 15 años pero en
2008 (CWTA, 2008). En Suecia, por su parte, en 2003, 98%
de los jóvenes entre 18-24 años ya portaban uno (Thulin y
Vilhelmson, 2007: 236)
5
Telecommunications Statistics (2006). Wednesday, septiembre 13.
240
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Con todo, el sitio del organismo que afilia a los proveedores de telefonía celular difunde que el teléfono inalámbrico es uno de los productos que ha tenido un crecimiento más rápido en la historia en Canadá (CWTA,
2009). Significa entonces que la adopción tardía de tecnología es una tendencia, o característica en Canadá, amerita que explorar con detenimiento.
Veamos ahora algunas razones que hemos detectado en
la literatura y de nuestras propias conclusiones, que ayudan a explicar esa lentitud en abrazar las tecnologías por
parte de los canadienses. Manejamos dos hipótesis relacionadas entre sí y que tienen que ver, una, con las tarifas
y la estructura del mercado, y la otra, relativa a las preferencias y la cultura.
EL MERCADO
La primera hipótesis refiere a que las tarifas y la estructura del mercado han operado como camisas de fuerza
para una mayor celeridad en la adopción del celular en
Canadá y que esa sociedad carece de mecanismos informales que destraben esas condicionantes como ha ocurrido en otros países, pues por ejemplo, en México, sin
que sea menos oneroso el servicio, se han establecido por
parte de las telefónicas sistemas de prepago mínimos que
permiten a los clientes de bajos ingresos acceder al celular (Ruelas, 2010).
Al igual que varios mercados mundiales, la telefonía
celular en Canadá es dominada por unas cuantas compañías. Son tres los proveedores de servicios de telefonía
móvil predominantes y que están catalogados como monopolios en su región: Bell, Rogers y Telus,6 que se caracte-
6
Para 2006, en Canadá existían 17 operadores de servicio móvil celular;
ANA LUZ RUELAS
241
rizan por tener una amplia cobertura nacional, al 98% de
la población y avasallan los mercados más grandes de ese
país, en las zonas metropolitanas de Vancouver, Toronto
y Montreal. Ellos concentran el espectro de frecuencias
para prestar transmisiones móviles.
En 2004 y 2005 hubo dos subastas de espectro cruciales, pues dieron lugar a más de 800 licencias, de las cuales,
Bell, Rogers y Telus obtuvieron 458, por las que pagaron 56
millones, cinco veces más que el resto de las 28 compañías
que ganaron alguna licitación, lo cual reafirmó la monopolización del mercado nacional por estos tres operadores.
También existe una situación especial con las dos redes
en Canadá, que no son compatibles una con la otra, y
cuando un usuario pretende cambiar de compañía,
comúnmente estas les complican el proceso y el cambio
de aparato.7 Telus (Vancouver) y Bell (Montreal), utilizan
un mismo estándar CDMA (code division multiple access),8
que es popular en America del Norte y partes de Asia;
mientras que Rogers (Toronto), utiliza la GSM (global sys-
de ellos uno poseía 36.4% del mercado, dos el 26.9%, y tres el 36.7%.
En México había 18 compañías, pero una sola concentraba el 78.9% del
mercado, dos tenían 14% y tres detentaban 4% (OECD, 2007: 37).
7
El costo de un nuevo aparato celular es mayor que pagar los primeros 12 o 18 meses de servicio. Tomado de Aparita Bhandari, CBC News
(2007), “Cell phone breakout. The pros and cons of unlocked handsets”, 16 de abril.
8
En 1999, la UIT adoptó el concepto de una Familia de Normas o el
IMT 2000 (International Mobile Telecommunications 2000) para agrupar la multiplicidad de sistemas existentes —sistemas terrenales de
macrocelulas, microcelulas y picocelulas; sistemas inalámbricos; sistemas de acceso inalámbrico; y sistemas de satélite- para facilitar la prestación de un servicio mundial. Buscaba una itinerancia mundial sin
discontinuidad, velocidades superiores y estándar de prestación normalizada del servicio (UIT, 1999: 6, Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones).
242
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tem for mobile), que es el estándar más común fuera de
América del Norte y era de más de dos mil millones de
suscriptores en el mundo (Bhandari, 2007).
Telus y Bell, que tienen acuerdos de roaming desde 2001,
anunciaron en 2008 que adoptarían para 2010 el GSM desplegando su red a 3G HSPA y orillados por la presión ante
la introducción en otros mercados mundiales de nuevos
estándares tecnológicos.9 Es decir, el estándar CDMA ha
evolucionado a una red de cuarta generación (4G LTE)
que llevará a un punto de inflexión los servicios celulares
en la próxima década en América del Norte, se pretende
construir una red más eficiente y rápida, así como acceso
a artefactos de nueva generación y servicio de datos, pero
también para incentivar la competencia (Park, 2008).
TARIFAS
Las tarifas telefónicas son un factor de suma importancia que incide en el lento crecimiento celular en Canadá,
según se aprecia en los resultados de encuestas a hogares. Aunque no es un factor exclusivo de Canadá, es algo
que atosiga sobremanera a los usuarios canadienses tanto
de telefonía fija como celular y nos ayuda a entender
un esquema de adopción diferente. En la suscripción de
Internet desde los hogares, ocurre también un fenómeno
parecido, pues las tarifas se están convirtiendo en un factor en el que ellos insisten afecta la disponibilidad de la
red en casa (Ruelas, 2008).
En un estudio de finales de 2005, donde se comparan los
precios de la telefonía celular entre diez ciudades de Canadá,
Estados Unidos y Europa, la consultora Seaboard Group
Lo mejor de GSM es que a través de él “no hay cargos por roaming, y
venden directamente a las compañías” (Bhandari, 2007).
9
ANA LUZ RUELAS
243
(2007) emite algunas conclusiones que ilustran la situación
tarifaria de Canadá en contraste con su vecino y Europa:
a) Que los usuarios más asiduos en Canadá pagan en
promedio 1.5 más que un cliente similar, con un plan
equivalente en Estados Unidos.
b) Que los usuarios moderados, llamados también
usuarios de sobrevivencia, pagan 27% menos que en Estados Unidos, pero si vivieran en Estocolmo pagarían 42%
menos (SeaBoard group, 2007).
c) Que si un usuario constante quiere pagar la mejor
tarifa tiene que moverse a Atenas, Georgia, donde con
un plan de 95 dólares al mes llamaba ilimitadamente, la
mitad de lo que costaba en Canadá un plan que no incluía
el beneficio de llamadas nacionales ilimitadas.
También en 2007, se estableció que el promedio de un
recibo telefónico en Canadá es un tercio mayor que en
Estados Unidos y es de los más altos de los 30 países de la
OCDE, lo que afecta negativamente desde luego la adopción de la tecnología. Esto es una constante, pues en 2005
el mismo Seabord Group reportaba que los canadienses
pagaban 60% más que los estadounidenses (CBC News,
2007), lo que ayuda a explicar por qué, mientras Gran
Bretaña, Alemania y Estados Unidos tenían 102.2, 86.4 y
75 teléfonos celulares por cada 100 habitantes en 2005,
Canadá solo tenía 56.
Las reacciones de las compañías a la difusión de las
altas tarifas no se hacen esperar. El vicepresidente de
Telus Mobility, contradijo tales resultados diciendo que
los números europeos están distorsionados, pues los usuarios allá tienen más de un plan celular para evitar los cargos por roaming,10 pero tienen tarifas residenciales más
10
Sin embargo, para noviembre de 2008, se informaba que 69% de las
casas en Canadá tenían dos o más celulares (CWTA, 2008).
244
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
altas (CWTA, 2008). Según Seabord, los altos precios en
Canadá suprimen la demanda de servicios inalámbricos y
piden que el gobierno impulse un mercado más competitivo y dinámico con las subastas del espectro.
Las tarifas celulares en Canadá y en todos los países
son un tema sensible, pero en nuestro país de análisis, se
manifiesta una expresión abierta y razonada en los medios
de comunicación de esas quejas y llama la atención el
gran interés que despierta en el publico, como mostraremos a continuación.
CADA AÑO MÁS HOGARES TIENEN UN CELULAR
El cambio a solo celular en los hogares es un fenómeno
global, y ocurre también sostenidamente en Canadá,11
ya sea a costa de cancelar contratos de telefonía fija, o
simplemente siendo el primer servicio telefónico por el
que optan los hogares. Mientras en 2005, se registraba
que 4.5% de los hogares tenía solo celular, para 2006
alcanzó al 5%, y en 2008 ya eran el 8% (CBC News, 2007
y 2009). Los hogares que tienen ambos también han
crecido: en 2006, eran 67.1%, en 2007 subieron a 72.4%
y en 2008 ya eran 74.3%. En 2008, solo un 24.8% de
los hogares disponían solo de teléfono fijo (CBC News,
2007 y 2009).
Esta situación ha sido sopesada sorprendentemente
bien por parte del público en diferentes ciudades de la
nación. En junio de 2009, CBC News (2009) sacó una nota
donde señalaba que en el país cada vez los hogares de
Esta tendencia se presenta también en los países en desarrollo, pero
obedece a razones opuestas, pues en los primeros no ha alcanzado a
desplegarse una red pública básica de telecomunicaciones, y esa deficiencia se ha subsanado con las redes celulares.
11
ANA LUZ RUELAS
245
matrimonios jóvenes se quedan solo con el celular, sin
teléfono fijo.
De los más de cien comentarios que se hicieron en línea
a esta noticia, predominan las quejas contra las tarifas, el
servicio y las multas celulares; pero lo que llama poderosamente la atención son las comparaciones penetrantes
que hacen entre los dos sistemas: tienden a encontrarle
muchas bondades y a revalorar al teléfono fijo: una tecnología “vieja” frente a otras invasivas como el Internet,
la mensajería instantánea, las comunicaciones inalámbricas, como se aprecia en las críticas que transcribimos.
Rydi de Toronto señala que solo puede costear uno, y
se decidió por el fijo donde paga 15 dólares al mes que
es la tarifa más baja, que no necesita larga distancia pues
la hace por Internet. Otro se queja de que las compañías
ponen muchos cargos, y por ello las ganas de hablar con
sus amigos o familia se hacen a un lado, y cataloga al proveedor de telefonía como un “vampiro demoniaco festinando sobre sus finanzas”.
Una persona de Victoria se queja de las tarifas y da sus
razones de por qué abandonó el celular de pospago. Lo
reemplazó por uno de prepago, para poder atender una
necesidad médica y es estrictamente para eso y su número
no lo conoce nadie. Que el celular está bien para gente que
lo requiere en el trabajo o para emergencias, y que prefiere que no lo interrumpan en el restaurante o cuando
está haciendo compras. Que el celular se convierte en una
molestia y en ciertos casos una amenaza real.
Alguien de Winnipeg, con gran conocimiento de los
usos del celular, hace un extenso señalamiento que mantiene su línea fija porque es mas económica (ya no sirve
la batería de su celular de 2005). “Dice que no recibe, ni
hace llamadas importantes como para pagar 350 dólares al año. Y que también ahorra en baterías”. Opina que
“muchos lo usan como juguete o para conversaciones
246
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
fútiles, o bien para no tener la sensación de aislamiento,
y sentirse queridos manteniéndose en constante contacto: y que otros juegan a que son importantes y que
están ocupados”.
Teri de Vancouver advierte que su línea fija le da un
“servicio ejemplar, es más barata que el celular y que no
se va a embarcar en un plan de varios años por el que
tenga que pagar un monto ridículo de dinero por usarlo
fuera o bien tener que cancelarlo por cualquier razón”.
Dice que no tiene teléfono, “que no necesita estar disponible para cualquiera las 24 horas y los siete días de la
semana, que si la necesitan pueden dejarle un mensaje
en su contestador y ella regresar la llamada”.
Otro usuario relata que “es más importante la relación
cara a cara y que es rudo que una llamada interfiera en
una plática viva”. Otro aclara que “sin el celular él controla
su tiempo, y no tiene que preocuparse de lo que piensa
alguien si no responde la llamada inmediatamente, o no
responde al mensaje”. Se queja también de que “no existan allí los pagos compartidos de las llamadas” (calling
party pay o “el que llama paga”).
Taz de Ottawa proporciona varias razones para mantener su teléfono de casa y “admite que no va a contratar
celular a menos que se vea forzado, que las líneas fijas
son más baratas y seguras, no necesita recargar o reemplazar el celular con cierta periodicidad y tampoco tiene
que cambiarlo cada dos o tres años para mantenerse al
día en los avances tecnológicos… Prefiere que no le roben
con los paquetes de largo plazo, o por excederse cuando
cursa más de los mensajes de texto que le permite su plan,
o bien pagar roaming por llamadas entrantes o salientes”.
Aclara que si la gente la necesita la encontrará tenga o
no celular. El teléfono, dice convencida, “aunque estés en
las islas del norte en medio de nada, no se necesita ni es
útil”.
ANA LUZ RUELAS
247
Royster de NS da cinco razones para mantener su línea
fija: por conveniencia (el teléfono fijo no se pierde, ni se
lo roban); por libertad (cuando se está fuera de casa se
está fuera del alcance del teléfono, que no entiende eso
de estar siempre al alcance); por seguridad (estar al margen de tentaciones de hablar desde el carro, y violar la
ley de transito); por educación (es mala educación hablar
con otros cuando estas con la familia o amigos); por las
reuniones (si necesitas hablar por teléfono siempre habrá
tres o cuatro gentes alrededor tuyo que tendrán un teléfono). Aunque está convencido que esa libertad terminará
algún día.
Nos encontramos pues ante un usuario canadiense
conocedor de los impactos de la tecnología, sus ventajas y desventajas; reflexivo, que da opiniones calificadas
y sobre todo que se queja de los abusos que cometen las
grandes telefónicas con tarifas y cargos que se salen de
los presupuestos individuales o familiares. Pero además,
es consecuente con eso que aclama porque efectivamente
usa de manera limitada o controladamente el celular.
RESULTADOS DE LA ENCUESTA EN SHERBROOKE
En nuestra propia encuesta (véase tabla 11) aplicada en
noviembre-diciembre de 2009 a 100 jóvenes (45 mujeres
y 55 hombres) en la Universidad de Bishop y en las calles
aledañas de la misma universidad en la ciudad de Sherbrooke, pudimos constatar que efectivamente la tendencia en nuestro país de estudio, es a no abrazar al celular
con el entusiasmo que se da en la mayoría de los países,
aun cuando estamos en presencia de usuarios jóvenes.
De nuestra selección, un altísimo porcentaje, 58%, no
tiene celular. Las razones que aducen son dos principales,
porque es muy caro y porque no es necesario.
En contraste encontramos que ellos siguen siendo
248
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
fieles al teléfono fijo, que juega la función de principal
medio de comunicación de voz, pues el 86% de todos los
encuestados dijo que si lo dispone. Además, el otro medio
que compite con el celular es Internet puesto que insistentemente referían que disponen de Internet en la Universidad en todos los espacios y que lo usan para comunicarse por correo electrónico y otros tipos de mensajería
instantánea. Pero sobre todo enfatizaban que este servicio
no traía algún costo adicional.
Igualmente nos percatamos que en los campus de la
Universidad de Bishop se encuentran todavía varias casetas públicas telefónicas y que se usan frecuentemente por
los estudiantes. A diferencia de otros campus sobresale
también entre nuestros encuestados que son muy afectos
a dejar mensaje de voz, tanto en los buzones de los teléfonos fijos como en los celulares, lo que ya es muy difícil
que ocurra en el caso de los usuarios jóvenes en México.
El canadiense joven adopta muy tardíamente el celular, pues de nuestra muestra el tiempo promedio de los
que tienen celular es apenas de hace 23 meses, siendo
la edad promedio de 29 años, es decir, adoptaron el celular teniendo alrededor de 27 años. El canadiense tiende
a ser racional en el manejo del servicio, pues la mitad de
los usuarios hace solo 1 a 2 llamadas al día y se rehúsa a
gastar en ambos servicios telefónicos, que ahora son más
bien complementarios. Con esto tiene también estrecha
relación el hecho de que 52% de todos los encuestados
señalaran que el celular es poco o nada importante para
la vida.
Estamos en presencia de una población que usa de
manera mesurada o racional el celular, pues casi la mitad
de los que dijeron tenerlo se consideran a sí mismos medidos en su uso. Además, del total de nuestra muestra usuarios y no usuarios, cuando se les preguntó como consideraban al celular para su vida diaria, más de la mitad
ANA LUZ RUELAS
249
TABLA 11. ENCUESTA A USUARIOS Y NO USUARIOS DE CELULAR
EN SHERBROOKE, CANADÁ, 2009 (PORCENTAJES)
Pregunta
1. Total
Hombres
Mujeres
2. Edad promedio
3. Origen étnico
Canadiense
No canadiense
4. Origen de los no canadienses
Colombia
Uruguay
Perú
México
Chile
Ucrania
Francia
Rusia
Túnez
Armenia
5. ¿Cuenta con teléfono celular?
Si
No
6. Tiempo promedio como usuario celular
7. ¿Por qué no cuenta con teléfono celular?
Porque es muy caro
No lo necesito
No es importante
Otro
8. ¿Usa prepago o pospago?
Prepago
Pospago
Porcentaje
100
45
55
29
76
24
21
13
13
8
8
4
4
4
4
4
42
58
23 meses
21
24
11
2
13
29
250
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
9. ¿Por qué usas prepago?
Más barato
Más práctico
No pagar un plan multimensual
Porque no lo usa mucho
Mayor control
10. ¿Por qué usas pospago?
Más barato
Más ventajoso
Más control
Más práctico
Trabajo paga
Papá paga
Error de juventud
Porque puede pagar con tarjeta de crédito
11. ¿Cuenta con teléfono fijo en su casa?
Si
No
12. Promedio gasto mensual celular
13. Llamadas al dia realizadas desde teléfono
celular
1a2
2a3
5
5 a 10
14. ¿Usa de manera medida o racional su celular?
Siempre
A veces
Nunca
15. Importancia del celular en tu vida diaria
Extremadamente importante
Muy importante
Medianamente importante
Poco importante
No del todo importante
46.2
23.1
7.7
7.7
15.4
58.6
10.3
3.4
6.9
10.3
3.4
3.4
3.4
86.0
14.0
32.67 CAD
43.0
19.0
26.0
12.0
21.0
16.0
5.0
8.0
20.0
30.0
26.0
16.0
ANA LUZ RUELAS
251
lo consideran mediana a extremadamente importante.
Es decir, el teléfono es visto como indispensable por los
que lo usan, pero también una porción de los no usuarios, 16% lo catalogan como importante que se supone
querrían tenerlo, pero por razones poderosas no está a su
alcance: 21% dijeron que es muy costoso y 24% consideran que no lo necesitan.
Otro factor que puede afectar la adopción, es que tenemos un segmento de 24% de todos los encuestados que no
son canadienses, que pueden ser estudiantes que temporalmente residen en el país y no les es redituable firmar
un contrato por dos o tres años. Pero incluso del 76% que
dijo ser canadiense todavía hay un porcentaje importante,
12%, que no lo disponen.
De los usuarios, predominan los que tienen contrato
por el servicio, o sea de los 42 que dijeron tener celular, casi tres cuartas partes, 29, tienen contrato de servicio
o pospago, lo que se corresponde con la prevalencia de
este sistema de pago en general en Canadá. Pero curiosamente, tanto los que usan prepago como pospago, se decidieron por esas opciones por ser más baratas. De los que
usan prepago, 46% consideran que es más barato; y de los
que optan por el pospago 58.6% advierten lo mismo.
Es decir, estamos en presencia de una población que
responde lentamente ante las nuevas tecnologías de
comunicación, es mesurada, toma decisiones muy racionales al optar por servicios de comunicación tradicionales, disponibles, que no le representen gastos adiciones,
como es el caso del teléfono fijo. También valora la ventaja de tener a la mano el servicio de Internet gratuito y
que usa adecuada y convenientemente el buzón de voz en
el teléfono fijo.
Una hipótesis sumamente valiosa que nos ayuda a
entender las resistencias de los canadienses a las tecnologías móviles como el celular nos la brinda Kirsty Best.
252
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
Ella sostiene que las resistencias de la gente a adoptar o
usar ciertas aplicaciones de los artefactos se relacionan
con experiencias de control sobre la tecnología, y pone
como ejemplo el celular. En entrevistas profundas realizadas de 2005 a 2007 a 38 usuarios de artefactos digitales,
encontró que muchos de los canadienses ponen resistencia o muestran desdén por las aplicaciones de sus aparatos portátiles. Esos rechazos, que también encontramos
en los comentarios anteriores a la nota de CBC News, llevan implícito, “un reclamo al control” que ejercen las tecnologías sobre la vida cotidiana y que a veces son una presión persistente (Best, 2009)
El estudio de Best contribuye al conocimiento de por
qué ciertas tecnologías no son aceptadas, o no llaman
tanto la atención para poblaciones como la canadiense.
Sus entrevistados12 expresaron desdén por aplicaciones
como tomar fotos o escuchar música que “resultan horribles” (406). Algunos establecen fronteras con la tecnología para lo cual construyen categorías de uso apropiado,
y lo utilizan por motivos puramente funcionales, para
la comunicación interpersonal y organizacional, no de
entretenimiento.
La opción de no emplear todas las funciones disponibles en el artefacto, ignorando por ejemplo, los juegos o
acceder a Internet, confirma que los canadienses tienden
a controlar el tiempo y energía que demanda el artefacto,
es decir a usarlo racionalmente, que es, según la autora,
una expresión de control sobre el artefacto.
De la ciudad de Ottawa, de 18 a 66 años, de ocupaciones varias, con
ingresos de moderados a altos, de extracción multicultural, con diversos grados de familiaridad con la tecnología móvil, de cómputo o Internet y celular, seleccionados para capturar un perfil amplio de usuarios, con alto grado de validez por lo real, rico y profundo del estudio
(p. 399).
12
ANA LUZ RUELAS
253
La autora saca conclusiones: que los entrevistados no se
involucran en el medio como sí se ve en otros contextos,
que incluso cuando usan las aplicaciones tienden a entrar
y salir rápido. Las quejas sobre la calidad las relacionan
con el uso de medios tradicionales que les son familiares
(p409), tal como apreciamos en los comentarios a la nota
de CBS News.
En otra vertiente de nuestra explicación al enlentecimiento de los canadienses por abrazar las tecnologías de
comunicación móvil, encontramos un evento sugerente
de cómo es entendido en los medios de comunicación el
mercado canadiense de las nuevas tecnologías de información.
¿IMPORTA O NO QUE EL ÚLTIMO MODELO DE CELULAR NO SE
ENCUENTRE DISPONIBLE EN CANADÁ?
Isabel Pedersen (2008) refiere a un evento comercial,
que encuentra revelador de la exclusión tecnológica de
que son objeto los canadienses dentro de la retórica de la
exclusión. Trata de demostrar como la cultura que rodea
los nuevos medios se desparrama en las prácticas sociales
y altera los contextos diarios.
Apoyándose en el uso del concepto de cultura participativa de Henry Jenkins13 y del análisis de notas perio-
13
Jenkins (2006) contrasta la noción de espectador pasivo en los
medios. Más que hablar de productores y consumidores de medios
con roles separados, sostiene que ellos participan e interactúan en
ese proceso. Considera al consumo es un proceso colectivo. Jenkins
argumenta que las personas contribuyen a dar contenido a los medios,
cuando participan en política, o le dan sentido a la convergencia. Sostiene que la participación cultural tiene un trasfondo social y es impredecible, y que la convergencia es todavía muy mediada por el régimen
estatal y el mercado.
254
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
dísticas en varios diarios de Canadá y Estados Unidos a
raíz de que no se introdujo el iPhone en Canadá al mismo
tiempo que en su vecino país, encuentra que en distintos medios se trata a los canadienses como excluidos de la
tecnología móvil. Analiza 16 eventos noticiosos (en periódicos como Calgary Herald, Harbour City Star, The Edmonton Journal, The Globe and Mail, entre otros) que tuvieron lugar en el verano de 2007, cuando con una intensa
propaganda Apple anunció la introducción del iPhone en
Estados Unidos, y a pesar de que dicha propaganda entró
en los medios canadienses, el artefacto no fue ofertado en
este país, sino hasta un año más tarde.
Luego de examinar los contenidos de la propaganda del
iPod e iPhone en Canadá, Pedersen (2008: 503) encontró
que los canadienses son catalogados como una “totalidad
excluida”. Entiende que la palabra exclusión significa estar
cerrado a la participación, y también implica ser expulsado de un lugar habitado previamente, de una inclusión
previa. Este se ajusta considerablemente a este caso, pues
más que ser marginados o segregados (que significa una
posición más concreta), ellos se ven excluidos de la membresía social que implica la cultura iPod / iPhone (Pedersen, 2008: 496).
La autora establece que la retórica de la exclusión que
se ve en las noticias funciona no solo para describir la
exclusión canadiense, sino también para construirlos
como excluidos, que es un acto retórico que prueba que
la cultura de los artefactos móviles es significativa. Selecciona una columna del Globe and Mail que refiere sarcásticamente a la espera de los canadienses por la llegada del
iPhone, diciendo que “el sonido de los dispositivos hace
salivar a los millones de usuarios en el mundo… Pero si
usted es canadiense, se puede ahorrar esa saliva”.
En el Gazette de Montreal se contextualiza la historia
escrita en Los Angeles Times sobre el evento: “La espera
ANA LUZ RUELAS
255
tiene su virtud. Mientras los canadienses pretenden disponer del iPhone que ya está aquí, al menos ellos aprenden de los desafíos que tienen los nuevos propietarios en
Estados Unidos, pues miles de estadounidenses buscan
como desentrañar los misterios del iPhone” (Pedersen,
2008: 504).
Esto, según Pedersen (2008: 505), retrata a los canadienses como “quietos, buenos, mansos y subordinados”
frente a los estadounidenses, que son “retadores, curiosos, llenos de energía, renegados, que toman las cosas en
sus manos cuando de violar los códigos de Apple se trata”.
Por su parte un columnista del Winnipeg Free Press, concentra el sentimiento que tuvieron los canadiense por
ese esquema de comercialización: “No Apple iPhone? You
must be Canadian”.
EL DESBLOQUEO DE CELULARES
Otro factor que contribuye a dibujar la cultura de los canadienses frente a la tecnología es la respuesta que dan ante
el fenómeno del desbloqueo de aparatos celulares,14 que es
muy socorrido. No obstante la incompatibilidad de redes
en Canadá, comprar un teléfono para desbloquearlo se
cataloga como un movimiento de “desobediencia civil contra la industria de telecomunicaciones” (Bhandari, 2007).
En Europa y Asia, por el contrario, existe una fuerte cul-
En agosto de 2007, apenas tres meses después del lanzamiento del
iPhone el 29 de junio en Estados Unidos, exclusivo para AT&T, un
joven consiguió desbloquearlo para usarse con cualquier operador de
telefonía, incluyendo a la rival T-Mobile. También, unos días antes,
un grupo denominado iPhoneSIMfree.com había desarrollado un software que al instalarse en el iPhone, lo hacía utilizable con otras compañías celulares”. El Universal (2007), “Brincan la protección de datos del
‘iPhone’”, 27 de agosto.
14
256
EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL
tura de compra de teléfonos desbloqueados, “se es menos
dependiente de las operadoras, existe mayor competencia, se desliga al manufacturero del prestador del servicio
y finalmente es algo que va en el interés del consumidor”
(Bhandari, 2007).
En México tenemos una situación muy contrastante
con la de Canadá, hay más hogares con solo celular que
fijo, el desbloqueo de celulares es una práctica cotidiana y
predominan los usuarios de prepago, incluso hay negocios
formales donde se ofrece el servicio y no se diga los informales que abundan por las áreas céntricas de las grandes
ciudades y también en las áreas periféricas puesto que se
ha creado un mercado negro de venta de celulares por el
alto robo de ellos. La importante adopción del celular que
existe, a pesar de los altos niveles de pobreza patrimonial,
se explican por una cultura del mexicano que superando
las graves carencias económicas, adopta el celular bajo
esquemas de pago mínimo, sin contrato de por medio, y
con el consecuente uso acotado o a medias de una tecnología que se ha hecho accesible por los proveedores para
poder alcanzar a un mayor número de clientela.
La sociedad canadiense se distingue por no haber abrazado con tanta pasión u obsesión el celular, a diferencia
de otras como la de los latinos, donde a pesar de las grandes carencias económicas, se hacen ajustes o adaptaciones en sus gastos para tener uno a la mano, sin consumir
minutos y más bien para lucirlo, para no sentirse excluidos de la frontera tecnológica.
En disponibilidad de telefonía celular para su población
Canadá presenta una situación de excepción. Contrasta
frente a otros países, pues por un lado es de los líderes
mundiales en disponibilidad de infraestructura de telecomunicaciones, pero por el otro, sus habitantes tienen
resistencias a adoptar las más recientes tecnologías como
lo es el celular y optan por continuar apegados a una tec-
ANA LUZ RUELAS
257
nología tradicional como es la telefonía fija, que se asocia
a un modo de vida más sedentario.
Son dos los factores que han influido principalmente
en la adopción lenta y tardía de la tecnología celular en
Canadá: la estructura del mercado y las tarifas, y la cultura del canadiense.
Los consumidores canadienses cambian muy lentamente sus hábitos de comunicación, tanto por razones
de racionalidad económica pero también se resisten a ser
controlados por la tecnología. Ello los visualiza al exterior,
como excluidos tecnológicamente. Los jóvenes particularmente van a contracorriente de la ola utópica del celular,
tienden a redimensionar las ventajas del teléfono fijo y
usar Internet como medio de comunicación accesible.
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El teléfono celular. Su incorporación a la
vida social
se terminó en enero de 2013 en
Imprenta de Juan Pablos, S.A.,
2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19,
Col. del Carmen, Del. Coyoacán,
México, 04100, D.F.
<[email protected]>
1,000 ejemplares

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