Cuarenta y dos falacias

Transcripción

Cuarenta y dos falacias
Cuarenta y dos falacias
Por Michael C. LaBossiere
Traducción por Alex Newsted
2ª Edición 2013
Revisión 2.1
Copyright © 1995, 2010, 2013
Dr. Michael C. LaBossiere
Anotaciones y Copyright
El doctor Michael C. LaBossiere, autor de 42 Fallacies, ha permitido amablemente que este documento esté disponible en PDF con propósitos educacionales
solamente. El traductor, Alex Newsted, no es el autor de la obra original, sólo el
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Contenidos
Introducción
Falacias y argumentos
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Las cuarenta y dos falacias
Ad hominem
Ad hominem tu quoque
Apelación a las consecuencias de una creencia
Apelación a la autoridad (falaz)
Apelación a la creencia
Apelación a la práctica común
Apelación a la emoción
Apelación al miedo
Apelación al halago
Apelación a la novedad
Apelación a la pena
Apelación a la popularidad
Apelación al ridículo
Apelación al rencor
Apelación a la tradición
Petición de principio
Generalización sesgada
Carga de la prueba
Ad Hominem circunstancial
Falacia de composición
Confusión de causa y efecto
Falacia de división
Falso dilema
Falacia del jugador
Falacia genética
Culpabilidad por asociación
Generalización apresurada
Ignorar la causa común
Término medio
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Michael C. LaBossiere
Intensidad engañosa
Presión de grupo
Ataque personal
Envenenar el pozo
Post Hoc
Causa cuestionable.
Pez rojo
Falacia relativista
Pendiente resbaladiza
Súplica especial
Centro de atención
Hombre de paja
Dos errores hacen un acierto
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Sobre el autor
Otros libros de filosofía por Michael C. LaBossiere
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Cuarenta y dos falacias
Introducción
Como el título indica, este libro presenta cuarenta y dos falacias. El objetivo
consiste en proporcionar al lector las definiciones y ejemplos de este conjunto de falacias comunes, en lugar de escribir un libro sobre cómo ganar argumentos o sobre
la lógica general.
En primer lugar, para comprender qué entendemos por falacia es necesario que
usted tenga un conocimiento básico de lo que es un argumento en su sentido filosófico. En filosofía, un argumento no es un enfrentamiento o incluso una discusión, al
contrario, es una serie de afirmaciones (declaraciones que pueden ser verdaderas o
falsas) que están relacionadas entre sí, de forma que una de ellas apoya a las otras.
Hay otra forma de verlo: se presenta la afirmación a probar y las otras afirmaciones
se muestran como evidencia o razones.
En términos técnicos, una afirmación argumentada se conoce como conclusión.
Un único argumento tiene una (y sólo una) conclusión. Para identificar una conclusión podemos preguntar: ‘¿qué es lo que se supone que tiene que demostrarse?’ Si la
respuesta no tiene sentido, entonces no hay argumento. Por supuesto, una persona
puede decir algo importante sin ofrecer pruebas, así que hace falta evidencias o
razones. Las premisas se definen como evidencias o razones que se presentan para
sustentar la conclusión. Un argumento siempre tendrá al menos una premisa, pero
no hay un límite que demarque la cantidad de premisas que pueden presentarse.
Para identificarlas podemos preguntar: ¿qué razones hay, de haberlas, para sustentar
la conclusión? Si no se dan razones, entonces es que no se han presentado argumentos.
En general, los filósofos emplean dos clases de argumentos: deductivo e inductivo. Un argumento deductivo es aquel cuyas premisas proporcionan (o se supone
que proporcionan) un apoyo completo a la conclusión. Un argumento inductivo es
aquel cuyas premisas proporcionan (o se supone que proporcionan) algún grado de
respaldo (pero no completamente) a la conclusión. El soporte que proporcionan las
premisas a la conclusión es cuestión de lógica y, curiosamente, no tiene nada que ver
con el hecho de que las premisas sean verdaderas o no en realidad. Contaré algo al
respecto más adelante.
Si las premisas de un argumento deductivo respaldan debidamente la conclusión,
el argumento es válido. Técnicamente hablando, un argumento deductivo válido es
aquel cuyas premisas son verdaderas y en consecuencia la conclusión tiene que ser
verdadera.
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Si un argumento deductivo es válido y resulta que todas las premisas son verdaderas, entonces se considera sólido. Un argumento puede ser válido y poco sólido
por tener una o más premisas falsas.
Si se da el caso de que un argumento deductivo tiene premisas verdaderas, pero
la conclusión es falsa, entonces el argumento no es válido. Los argumentos inválidos
siempre son endebles, porque un argumento sólido debe ser fuerte y tener todas las
premisas correctas.
Un argumento inválido también se conoce como falacia formal o falacia deductiva. Este libro incluye algunas falacias deductivas clásicas.
Para verificar los argumentos deductivos se usa una serie de métodos para su
validación, como los diagramas de Venn, las tablas de verdad y pruebas lógicas. Si
bien son interesantes (bueno, para algunas personas) no se abordarán en este libro.
Los argumentos inductivos se evalúan de forma deferente a los deductivos. Si las
premisas de un argumento inductivo sustentan la conclusión lo suficiente (o adecuadamente), entonces tenemos un argumento fuerte, ya que si sus premisas son
verdaderas es probable que la conclusión también lo sea. Si un argumento inductivo
fuerte tiene todas sus premisas correctas, entonces tenemos lo que algunos llaman
argumento convincente.
Un argumento inductivo tiene la característica de que puede tener una conclusión falsa, incluso cuando las premisas son verdaderas. Esto se debe a lo que se conoce como salto inductivo: en un argumento inductivo, cuando la conclusión se salta
las premisas. Sin embargo, esto no quiere decir que todo el razonamiento inductivo
sea falaz (aunque técnicamente si es inválido en su totalidad). Se comete una falacia
inductiva cuando las premisas del argumento no están respaldadas adecuadamente
por la conclusión. Esto sucede en la mayoría de las falacias, porque las premisas que
se ofrecen tienen poca o nula conexión lógica con la conclusión. Las falacias que se
cubren en este libro son del tipo inductivo informal.
Antes de abordar las falacias es necesario realizar un pequeño coloquio sobre lo
que no son las falacias. Para desgracia de quienes enseñamos falacias, la gente usa
a menudo el término falacia cuando en realidad se refieren a error de hecho. Por
ejemplo, supongamos que alguien dice: ‘un montón de gente piensa que Google
creó Android desde cero, pero es una falacia. Google en realidad tomó Linux como
base para Android’. Decir que Android se creó desde cero es un error de hecho más
que un error de lógica. Si alguien dice: ‘Android es horrible. Al fin y al cabo, un buen
número de frikis grimosos lo usan’ se consideraría un error de lógica. Incluso si los
frikis grimosos usan Android no prueba que el sistema operativo sea horrible. Am7
Cuarenta y dos falacias
bos son errores, pero son dos tipos completamente diferentes.
Para ver el porqué, piense en cómo cuadrar un libro de cuentas. Puedo cometer
un error por hacer un cálculo matemático incorrecto (lo cual sería un error de razonamiento) y puedo cometer un error metiendo una cantidad errónea en un cheque
(que sería un error de hecho). Ambos son errores distintos y tratarlos de la misma
manera generaría confusión. Lo mismo es aplicable a las falacias y los errores de
hecho.
Voy a usar otra analogía. Piense en la cocina. Si yo cocinara fatal arruinaría el
almuerzo que quiero preparar. Esto sería un error de lógica. Otra forma de echarlo a
perder consistiría en usar los ingredientes equivocados (o en mal estado). Eso sería
un error de hecho.
Según lo visto, una cosa es equivocarse en los hechos (error de hecho) y otra muy
diferente es razonar mal los hechos (falacia)
En resumen, una falacia es un error de razonamiento o de lógica. Para ser más
específicos, una falacia es un argumento cuyas premisas fallan al proveer un adecuado respaldo lógico a la conclusión. Una falacia deductiva, como se señaló anteriormente, es un argumento deductivo inválido (todas las premisas son verdaderas y aun
así la conclusión es falsa). Ya sea un argumento válido o inválido, es algo objetivo y
se puede probar de varias formas acudiendo a las tablas de verdad y a las pruebas.
Una falacia inductiva es menos formal que una falacia deductiva. Hay argumentos inductivos débiles cuyas premisas no proporcionan suficiente respaldo a la
conclusión. Puesto que los argumentos deductivos se pueden poner a prueba con
métodos objetivos y definitivos, no puede decirse lo mismo de los argumentos inductivos. Hay normas objetivas, pero evaluar falacias informales es como juzgar el
patinaje artístico: hay aspectos muy buenos y muy malos que se pueden detectar
con facilidad, pero hay situaciones en las que surge una controversia razonable.
La gente también usa el término falacia para referirse a errores que no son errores de hecho y que no tienen nada que ver con los argumentos en sí (en un sentido
técnico). Esto sucede a veces cuando nos referimos a casos de retórica donde el
argumento no está presente. Algunos prefieren ser flexibles sobre qué constituye
una falacia e incluyen cosas que los versados en la materia más estrictos excluirían. Mi acercamiento consiste en presentar las falacias como argumentos viciados,
respetando al mismo tiempo el uso más amplio del término y mencionando usos
comunes en las falacias pertinentes.
Mientras lea las falacias, asegúrese de tener en cuenta que no hay un ‘organismo
oficial legislador de falacias’. Es casi seguro que verá en otras fuentes nombres y de8
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finiciones ligeramente diferentes para las falacias aquí listadas.
También es una buena idea tener en cuenta que no todas las cosas que parecen
falacias son en realidad falacias. En algunos casos no lo son porque no hay argumentos. En otras ocasiones, lo que se puede considerar como falacia es en realidad
un argumento no falaz. He tenido cuidado y he puesto en las descripciones pertinentes una nota especial para estos casos. Como punto final, hay más falacias de las
listadas en este libro (o en cualquier libro), de modo que porque haya algo que no
coincide con la falacia no quiere decir que siga siendo una falacia (o puede que no).
Ejemplos.
Ejemplo de un argumento deductivo válido.
Premisa 1: si Bill es un gato, entonces Bill es un mamífero.
Premisa 2: Bill es un gato.
Conclusión: Bill es un mamífero.
Ejemplo de un argumento inductivo fuerte.
Premisa 1: la gran mayoría de gatos americanos son domésticos.
Premisa 2: Bill es un gato americano.
Conclusión: Bill es un gato doméstico.
Ejemplo de error de hecho.
Colón, Ohio, es la capital de los Estados Unidos.
Ejemplo de falacia deductiva (argumento inválido deductivo).
Premisa 1: si Portland es la capital de Maine, entonces está en Maine.
Premisa 2: Portland está en Maine.
Conclusión: Portland es la capital de Maine.
(Portland está en Maine, pero Augusta es la capital)
Ejemplo de falacia inductiva (generalización apresurada).
Premisa 1: vi una ardilla blanca nada más llegar a Ohio.
Conclusión: todas las ardillas de Ohio son blancas.
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Cuarenta y dos falacias
Falacias y argumentos
Para comprender qué es una falacia, debe entender lo que es un argumento. En
resumidas cuentas, un argumento consiste de una o más premisas y una conclusión.
Una premisa es una afirmación (una frase que puede ser verdadera o falsa) que se
ofrece para apoyar dicha afirmación, la cual es la conclusión (que también es una
frase que puede ser verdadera o falsa).
Hay dos tipos principales de argumentos: deductivos e inductivos. Un argumento deductivo es aquel cuyas premisas proporcionan (o se supone que proporcionan)
un apoyo completo a la conclusión. Un argumento inductivo es aquel cuyas premisas
proporcionan (o se supone que proporcionan) algún grado de respaldo (pero no
completamente) a la conclusión. Si las premisas realmente proporcionan un grado
adecuado de respaldo a la conclusión, entonces el argumento es bueno. Un buen argumento deductivo se conoce como argumento válido, y es tal si todas sus premisas
son verdaderas, ya que la conclusión debe ser verdadera. Si todo el argumento es
válido y las premisas son realmente verdaderas, entonces es un argumento sólido. Si
es invalido o tiene una premisa falsa o varias, será endeble entonces. Un argumento
inductivo bueno se conoce como argumento inductivo sólido (o convincente). En
tanto que las premisas sean verdaderas, la conclusión tenderá a ser verdadera.
Una falacia es, en términos generales, un error de razonamiento. Esto difiere
de un error de hecho, que consiste simplemente en estar equivocado acerca de los
hechos. Siendo más específico, una falacia es un ‘argumento’ cuyas premisas que
conducen a la conclusión no proporcionan suficiente grado de respaldo. Una falacia
deductiva es un argumento deductivo inválido (como si tuviera todas las premisas
verdaderas y condujera a una conclusión falsa). Una falacia inductiva es menos formal que una falacia deductiva. Hay ‘argumentos’ por si solos que parecen argumentos inductivos, pero las premisas no proporcionan suficiente apoyo a la conclusión.
En tales casos, incluso si las premisas fueran verdaderas la conclusión no sería verdadera.
Ejemplos.
Ejemplo de argumento deductivo.
Premisa 1: si Bill es un gato, entonces Bill es un mamífero.
Premisa 2: Bill es un gato.
Conclusión: Bill es un mamífero.
Ejemplo de un argumento inductivo.
Premisa 1: la gran mayoría de gatos americanos son domésticos.
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Premisa 2: Bill es un gato americano.
Conclusión: Bill es un gato doméstico.
Ejemplo de error de hecho.
Colón es la capital de los Estados Unidos.
Ejemplo de falacia deductiva.
Premisa 1: si Portland es la capital de Maine, entonces está en Maine.
Premisa 2: Portland está en Maine.
Conclusión: Portland es la capital de Maine.
(Portland está en Maine, pero Augusta es la capital. Sin embargo, Portland
es la ciudad más grande de Maine).
Ejemplo de falacia inductiva.
Premisa 1: nada más llegar a Ohio vi una ardilla blanca.
Conclusión: todas las ardillas de Ohio son blancas.
(Puesto que hay muchas, muchas ardillas en Ohio, las blancas son tremendamente extrañas).
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Cuarenta y dos falacias
Las cuarenta y dos falacias
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Ad hominem
Se conoce también como: Ad Hominem abusivo, ataque personal.
Descripción: ‘Ad Hominem’ traducido del latín al español significa ‘hacia el
hombre’. Algunas personas consideran que significa ‘contra el hombre’ o, para evitar
el sesgo de género, ‘contra la persona’.
Un Ad Hominem es una categoría general de falacias que consiste en rechazar
una afirmación o argumento en base a algún hecho irrelevante de la persona que
la ha presentado. En general, esta falacia consta de dos partes. En primer lugar, se
ataca a la persona que ha realizado la afirmación, sus circunstancias o las acciones
que hizo en el pasado. En segundo lugar, el ataque se toma como evidencia contra el
argumento o afirmación. Esta clase de ‘argumento’ presenta la siguiente estructura:
1º. La persona A realiza la afirmación X.
2º. La persona B ataca a la persona A.
3º. Por tanto, la afirmación de A es falsa.
El motivo por el que se considera el Ad Hominem (o cualquiera de sus clases)
como falacia se debe a que la persona en sí, sus circunstancias o acciones no se relacionan (en la mayoría de los casos) con la veracidad o falsedad de la afirmación (o
la calidad del argumento).
Ejemplo nº1:
Bill: creo que el aborto está mal moralmente.
Dave: ya sabía que dirías algo así, eres un sacerdote.
Bill: ¿Y qué hay de los argumentos que ofrecí para sustentar mi posición?
Dave: eso no cuenta. Como ya dije eres es un sacerdote, así que tienes que decir
que el aborto está mal. Además, eres precisamente un lacayo del Papa, por lo que no
puedo creer en lo que dices.
Ejemplo nº2:
John: Sally estaba diciendo que la gente no debería herir a los animales o matarlos para comer o confeccionar ropa. También dijo que…
Wanda: bueno, Sally es una niña llorona que ama demasiado a los animales.
John: ¿Y?
Wanda: quiero decir que se equivoca con esas cosas de los animales. Además, si
no estuvieran hechos de carne no nos los comeríamos.
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Cuarenta y dos falacias
Ad hominem tu quoque
Se conoce también como: falacia del y tú más.
Descripción: se comete esta falacia cuando se concluye que la afirmación es
falsa porque:
-La persona dijo algo inconsistente.
-La persona dijo algo que no es coherente con sus acciones.
Esta clase de ‘argumento’ presenta la siguiente estructura:
1º. La persona A hace una afirmación X.
2º. La persona B asevera que las acciones de A o su pasado no se corresponde
con X.
3º. En consecuencia, X es falso.
El hecho de que una persona lance afirmaciones inconsistentes no implica que
sean falsas (aunque un par de afirmaciones inconsistentes pueden ser ciertas, pero
también pueden ser falsas). Además, el hecho de que dichas afirmaciones no sean
coherentes con sus acciones puede indicar que esa persona es hipócrita, pero ello no
prueba que sus afirmaciones sean falsas.
Ejemplo nº1:
Bill: fumar es muy malo para la salud y provoca toda clase de problemas, así que
haz caso de mi consejo: jamás empieces.
Jill: bueno, en realidad no quiero pillar un cáncer.
Bill: voy a coger un cigarrillo. ¿Te quieres unir, Dave?
Jill: bueno, supongo que fumar no puede ser tan malo. Después de todo, Bill
fuma.
Ejemplo nº2:
Jill: creo que no debería apoyarse el proyecto de ley sobre control de armas,
porque no será efectivo y se derrochará dinero.
Bill: bueno, justamente el mes pasado apoyabas el proyecto de ley, así que me
figuro que ahora estás equivocada.
Ejemplo nº3:
Peter: según los argumentos que he presentado, es evidente que usar animales
para comer y hacer ropa está moralmente mal.
Bill: ¡Pero si llevas un abrigo de piel y te vas a comer ese sándwich de carne
asada que tienes en la mano! ¡¿Cómo puedes decir que está mal usar animales para
alimentación y ropa?!
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Apelación a las consecuencias de una creencia
Descripción: la apelación a las consecuencias de una creencia es una falacia que
presenta los siguientes patrones:
1º. X es verdad porque si la gente no lo acepta enfrentarán consecuencias negativas.
2º. X es falso porque si la gente no lo acepta enfrentarán consecuencias negativas.
3º. X es verdad porque si la aceptamos como verdadera tendrá consecuencias
positivas.
4º. X es falsa porque si la aceptamos como falsa tendrá consecuencias positivas.
5º. Deseo que X fuera verdad, así que X es verdad. Se conoce como pensamiento
ilusorio.
6º. Deseo que X fuera falsa, así que X es falsa. Se conoce como pensamiento
ilusorio.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz porque las consecuencias de una creencia
no tienen nada que ver con la veracidad o falsedad de dicha creencia. Por ejemplo,
si alguien dijera: ‘me deprimiria mucho si descubriera que el unicornio púrpura de
dieciséis cabezas no existe, así que tiene que existir’, quedaría claro que no sería una
buena línea de razonamiento. Es importante darse cuenta de que las consecuencias se derivan de la creencia. Es fundamental distinguir entre una razón racional
para creer (RRC. Evidencia) y una razón prudente para creer (RPC. Motivación).
Un RRC es evidencia que respalda objetiva y lógicamente la afirmación. Un RPC
es una razón para aceptar la creencia, porque un factor externo (como el miedo, las
amenazas, los daños o el beneficio que pueda obtenerse de la creencia) es relevante
para lo que una persona valora, pero no es primordial para dilucidar la veracidad o
falsedad de la afirmación.
La naturaleza de la falacia se manifiesta claramente en el caso del pensamiento
ilusorio. Obviamente, desear que algo sea verdad no lo hace verdad. Esta falacia
difiere de la apelación a la creencia en que en esta se acepta una afirmación porque
mucha gente cree que X es verdad.
Ejemplo nº1:
—¡Dios debe existir! ¡Si Dios no existiera todas las bases de la moralidad se
perderían y el mundo sería un horrible lugar!
Ejemplo nº2:
—Eso jamás me ocurrirá. Si llegara a ser así no pegaría ojo por las noches.
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Ejemplo nº3:
—No creo que se desencadene la guerra nuclear. Si lo creyera no sería capaz de
levantarme por las mañanas. Es decir, qué idea tan deprimente.
Ejemplo nº4:
—Reconozco que no tengo argumentos para la existencia de Dios. Sin embargo,
deseo mucho que exista y que haya un más allá. Por lo tanto, acepto que exista Dios.
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Apelación a la autoridad (falaz)
Se conoce también como: recurso falaz de autoridad, abuso de autoridad, autoridad irrelevante, autoridad cuestionable, autoridad inapropiada, Ad Verecundiam.
Descripción: una apelación a la autoridad es una falacia que posee la siguiente
estructura:
1º. La persona A es (o afirma ser) una autoridad en el tema S.
2º. La persona A hace una afirmación C sobre el tema S.
3º. Por lo tanto, C es verdadera.
Esta falacia se comete cuando la persona no es una autoridad valida sobre el
tema que se está tratando. Siendo precisos, si la persona A no está cualificada para
realizar afirmaciones fiables sobre el tema S el argumento será falaz.
Esta forma de razonar es falaz cuando la persona en cuestión no es un experto.
En tales casos, el razonamiento es erróneo porque alguien no cualificado hace una
afirmación sin proporcionar justificación alguna. La afirmación podría ser cierta,
pero el hecho de que no tiene cualificación alguna no ofrece ningún motivo racional
para aceptar la afirmación como verdadera.
Cuando una persona cae presa de esta falacia ha acabado aceptando la afirmación sin que exista buena evidencia. Siendo más específicos, se acepta la afirmación
porque se cree erróneamente que esa persona es un experto válido, y por lo tanto es
razonable aceptarla. Dado que la gente tiene tendencia a creer en figuras de autoridad (y de hecho existen buenas razones para aceptar afirmaciones realizadas por
gente de autoridad) esta falacia es bastante común.
Puesto que este tipo de razonamiento es falaz cuando la persona no es una autoridad válida en un contexto particular, es necesario proporcionar unos estándares
aceptables de evaluación:
1. La persona tiene suficiente experiencia en el tema en cuestión.
Las afirmaciones que haga una persona sin el suficiente grado de experiencia en
la materia no se sustentarán, obviamente. Por el contrario, las afirmaciones de una
persona están sustentadas cuando tiene dominio suficiente de la materia.
A menudo resulta difícil determinar si una persona tiene o no el grado necesario de experiencia. En los campos académicos (tales como la filosofía, ingeniería,
historia, etc.), la educación básica de la persona, su éxito académico, sus publicaciones, formar parte de asociaciones profesionales, los papers publicados, los premios
ganados, entre otros, resultan indicadores fiables que determinan que esa persona
tiene experiencia en su área. Fuera del ámbito académico se aplicarán otras normas.
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Cuarenta y dos falacias
Por ejemplo, si alguien afirma que sabe atar el cordón de un zapato, su experiencia y la capacidad de atarlo serán suficientes para difundir la información a otras
personas. Debe destacarse que ser un experto no siempre implica tener un título
universitario. Muchas personas tienen un alto grado de especialización en temas sofisticados sin haber acudido a la universidad. Además, no debería darse por sentado
fácilmente que una persona con un título es un experto.
En ocasiones el debate se centra en los requisitos necesarios para ser experto,
por supuesto. Por ejemplo, algunas personas han afirmado (y siguen afirmando)
tener experiencia en un campo concreto (o en casi todos), debido a una inspiración
divina o a un don especial. Los seguidores de estas personas aceptan sus credenciales y dan por sentado la experiencia que tienen, mientras que otros ven a menudo a
estos autoproclamados expertos como ilusos o incluso como charlatanes. En otras
situaciones, se discute sobre qué tipo de educación y experiencia es necesaria para
ser un experto. Por lo tanto, lo que una persona puede considerar un recurso falaz
otra lo puede percibir como un razonamiento bien sustentado. Afortunadamente,
muchos casos no tienen que ver con tal debate.
2. La afirmación de una persona se relaciona con su área o áreas de especialización.
Si una persona enuncia una afirmación sobre algún tema fuera de su área o
áreas de especialización, entonces no es un experto en ese contexto. Por lo tanto,
esa afirmación no está respaldada por un grado adecuado de experiencia y no es
confiable.
Es muy importante recordar que, debido a la inmensidad del conocimiento, es
imposible que una persona sea experta en todo. Por consiguiente, los expertos sólo
serán tales en torno a determinadas disciplinas, pero no lo serán en el resto de materias. En consecuencia, es importante determinar qué afirmaciones se relacionan
con el tema.
También es esencial tener en cuenta que la experiencia en una materia no confiere experiencia automáticamente en otra disciplina. Por ejemplo, ser un físico experto no significa ser experto en la moral o la política. Por desgracia, eso a menudo
se pasa por alto o se ignora intencionalmente. De hecho, la mayoría de la publicidad
se basa en una violación de esta condición. Cualquier persona que vea la televisión
sabe que es muy común ver a actores famosos y héroes deportivos promocionando
productos que no están cualificados para evaluar. Por ejemplo, una persona puede
ser un gran actor, pero eso no lo hace automáticamente experto en coches, en afeitado, en ropa interior, en dietas o en política.
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Michael C. LaBossiere
3. Existe un grado adecuado de acuerdo entre expertos de la misma materia.
Si hay expertos que mantienen un grado de discusión significativo en un tema
será falaz hacer una apelación a la autoridad usando los argumentos de esos expertos, pues. Esto se debe a que para cada afirmación ‘respaldada’ de un experto hay
un contraargumento ‘respaldado’ por otro experto. En cualquier caso, realizar una
apelación a la autoridad es fútil. Por consiguiente, el conflicto tiene que ser resuelto
examinando los problemas que han surgido en la discusión. Dado que ambas partes
pueden nombrar a expertos, la controversia no se puede cerrar racionalmente mediante una apelación a la autoridad.
Hay muchos campos en los que hay un grado de discusión significativa y justificable. La economía es un buen ejemplo. Cualquiera que esté familiarizado con la
economía sabe que hay muchas teorías plausibles que son incompatibles con otras.
Por ello, un economista experto puede decir que el déficit es el factor clave, mientras
que otro economista igualmente cualificado puede afirmar exactamente lo contrario. Otro tema de discusión muy común (y bien conocido) es el de la psicología y
la psiquiatría. Como se ha demostrado en diversos juicios, es posible encontrar a
un experto que afirme que el acusado está loco y no apto para ser juzgado, y hallar
a otro experto igualmente cualificado que dará testimonio, bajo juramento, que el
mismo acusado está sano y apto para ser juzgado. Obviamente, no se puede confiar en una apelación a la autoridad en tal situación sin hacer un argumento falaz.
Dicho argumento sería falaz, ya que la evidencia no garantizaría la aceptación de la
conclusión.
Es importante tener en cuenta que ningún campo de conocimiento tiene un
consenso completo, así que es de esperar que exista cierto grado de controversia. La
cantidad de controversia que se considere aceptable es, por supuesto, un asunto de
interés en el debate. También es importante tener en cuenta que puede haber puntos
en común significativos dentro de un campo de conocimiento y aún así encontrar
controversia. En tales casos, una apelación a la autoridad podría ser legítima.
4. La persona en cuestión no está sesgada a niveles significativos.
Si un experto está sesgado significativamente las afirmaciones que hace en su
son de sesgo serán menos fiables. Y al no ser confiable un experto sesgado será falaz
una apelación a la autoridad basado en dicho experto. Esto se debe a que la evidencia no justifica aceptar la afirmación.
Los expertos son vulnerables a sesgos y prejuicios por ser personas. Si hay evidencia de que una persona está sesgada de alguna manera que afectara a la fiabilidad de sus afirmaciones, el argumento de autoridad de esa persona sería falaz, pues.
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Cuarenta y dos falacias
Incluso si la afirmación es realmente cierta, el hecho de que el experto está sesgado
debilita el argumento. Esto se debe a que no habría razón para creer a ese experto,
porque se sospecha que no ha realizado la afirmación en base a su experiencia. Es
más, habría motivos para creer que la afirmación se sustenta en sesgos o prejuicios.
Es importante recordar que nadie es completamente objetivo. Es de esperarse
que una persona será favorable hacia sus propios puntos de vista (de lo contrario no
habría de mantenerlos, probablemente). Debido a esto hay un cierto grado de sesgo
que tiene que aceptarse a condición de que no sea significativo. Es discutible considerar qué cantidad significativa de sesgo existe y puede variar mucho de un caso
a otro. Por ejemplo, muchas personas sospecharon de los doctores que contrataron
las compañías tabacaleras para investigar los efectos del tabaquismo, porque pensaron que estaban sesgados, mientras que otros creyeron (o afirmaron) que fueron
capaces de mantenerse objetivos.
5. La experiencia en un área es de una disciplina o área legítima.
Algunas personas afirman tener experiencia en ciertas disciplinas que no son
válidas como áreas de conocimiento o estudio. Obviamente, las afirmaciones sustentadas en dichas disciplinas no serán muy fiables.
A veces es difícil determinar qué clase experiencia es válida o no. Sin embargo,
hay casos que se esclarecen con facilidad. Por ejemplo, si una persona afirma ser
un experto en algo que ha llamado ‘terapia de balas de cromo’ y asegura que disparar balas de fusil pintadas a una persona cura el cáncer, no sería muy razonable
aceptar su premisa basada en su ‘experiencia’. Después de todo, su experiencia está
fundamentada en un área del conocimiento que carece de contenido válido. La idea
general es que para que una persona sea un experto debe tener dominio sobre un
campo o área de conocimiento real.
Como se señaló anteriormente, en ocasiones puede ser difícil determinar la validez de un campo de conocimiento. En la historia europea, varios científicos tuvieron que luchar contra la Iglesia y sus tradiciones establecidas para asentar la validez
de sus disciplinas. Por ejemplo, los expertos en evolución hicieron frente a una batalla cuesta arriba para consolidar la legitimidad de su disciplina.
Un ejemplo más moderno es el de los fenómenos psíquicos. Algunos afirman
que están certificados como ‘maestros psíquicos’ y que realmente son expertos en
la materia. Otros plantean que la afirmación de estar certificado como ‘maestro psíquico’ es simplemente absurdo, ya que no hay conocimiento válido en tal disciplina.
Cualquiera que acepte las afirmaciones de estos ‘maestros psíquicos’, será víctima de
la falacia de apelación a la autoridad.
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6. Se debe identificar a la autoridad en cuestión.
Una variante común de la típica falacia de apelación a la autoridad es la apelación a una autoridad sin nombre. Dicha falacia también se conoce como una falacia
de apelación a una autoridad no identificada.
Esta falacia se comete cuando una persona dice que una afirmación es verdadera porque un experto o autoridad sin identificar así lo asevera. Dado que el experto
no se nombra ni se identifica, no hay manera de saber si la persona es realmente un
experto. No hay ninguna razón para aceptar la réplica a menos que la persona se
identifique y su experiencia esté consolidada.
Este tipo de razonamiento no es inusual. Por lo general, la persona que hace el
argumento dice cosas como: ‘Yo tengo un libro que dice...’ o ‘se dice...’ o ‘los expertos
dicen que...’ o ‘los científicos creen que...’ o ‘yo leí en el periódico...’ o ‘yo vi en la
televisión...’ o alguna frase similar. En estos casos, la persona espera que el oyente u
oyentes acepten la fuente no identificada de autoridad y crean en la afirmación sin
más. Si una persona acepta la afirmación porque da como verdadera la fuente del
experto sin identificar (sin buenas razones para hacer eso) ha caído presa de esta
falacia.
Apelación a la autoridad no falaz.
No todas las apelaciones a la autoridad son falaces, tal y como se sugirió arriba.
Esto es una gran ventaja, ya que la gente tiene que confiar en los expertos debido a
que no hay persona que pueda ser experta en todo, y la gente no tiene tiempo o la
habilidad de investigar cada afirmación por su cuenta.
Los argumentos de autoridad son buenos argumentos en muchos casos. Por
ejemplo, cuando una persona va a un médico experto y éste dice que tiene un resfriado, entonces el paciente tiene buenas razones para aceptar la conclusión del médico. Otro ejemplo: si el ordenador de una persona se comporta extraño y su amigo,
quien es un experto en informática, le dice que probablemente es su disco duro, esta
persona tiene buenas razones para creerle.
Lo que distingue una falacia de apelación a la autoridad de una buena apelación
a la autoridad es que el argumento cumple las seis condiciones mencionadas arriba.
En una buena apelación a la autoridad hay razón para creer en las afirmaciones de
un experto. Esto se debe a que es más probable que un verdadero experto tienda a
estar en lo cierto en vez de estar errado, cuando se trata de afirmaciones relacionadas con su área de especialización. En cierto sentido, se acepta la afirmación porque
es razonable creer que el experto ha probado la afirmación y la encontró fiable, por
lo tanto si el experto ha considerado que son fiables es razonable aceptarla como
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Cuarenta y dos falacias
verdadera, pues. En consecuencia, el oyente está aceptando una afirmación basada
en el testimonio del experto.
Debería señalarse que incluso una buena apelación a la autoridad no es un argumento excepcionalmente fuerte. Después de todo, en estos casos se puede aceptar
una afirmación como verdad porque una persona está afirmando que es verdad. La
persona puede ser un experto, pero su experiencia no es realmente influyente en la
veracidad de la afirmación. Esto se debe a la que experiencia de una persona no determina realmente si una afirmación es real o falsa. Por lo tanto, los argumentos que
tratan directamente con los elementos de prueba relativos a la propia afirmación
tenderán a ser más fuertes.
Ejemplo nº1:
Bill y Jane están discutiendo sobre la moralidad del aborto:
Bill: creo que el aborto es moralmente aceptable. Después de todo, la mujer tiene derecho sobre su propio cuerpo.
Jane: estoy en total desacuerdo. El doctor Johan Skarn dice que el aborto es
siempre inmoral, independientemente de la situación en la que esté. Al fin y al cabo,
es un respetado experto en su campo.
Bill: nunca he oído hablar del doctor Skarn ¿Quién es?
Jane: es el tipo que ganó el Premio Nobel de Física por su trabajo sobre la fusión
fría.
Bill: ya veo. ¿Tiene alguna experiencia en la moral y la ética?
Jane: no lo sé, pero es un experto de fama mundial, así que creo en él.
Ejemplo nº2:
Dave y Kintaro están discutiendo sobre el régimen de Stalin en la Unión Soviética. Dave ha argumentado que Stalin era un gran líder, mientras que Kintaro está
en desacuerdo con él.
Kintaro: no entiendo cómo se puede considerar a Stalin un gran líder. Mató a
millones de su propia gente, paralizó la economía soviética, mantuvo la mayoría de
la gente inmersa en el miedo, y sentó las bases de la violencia que se produjo en gran
parte de Europa del Este.
Dave: sí, eso es lo que tú dices. Sin embargo tengo un libro en casa que dice que
Stalin estaba actuando por los intereses de la gente. Los millones que fueron asesinados eran despiadados enemigos del estado y tuvieron que ser sacrificados para
proteger al resto de los pacíficos ciudadanos. Ese libro explica todo, así que tiene
que ser verdad.
Ejemplo nº3:
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—Yo no soy médico, pero interpreto a uno en la exitosa serie ‘Bimbos and Studmuffins in the OR’. Confía en mi palabra cuando digo que, en el momento que necesite un analgésico de acción rápida y eficaz, no hay nada mejor que MorphiDope
2000. Es mi opinión médica.
Ejemplo nº4:
Siphwe y Sasha están conversando:
Sasha: hoy he jugado a la lotería y sé que voy a ganar.
Siphwe: ¿qué hiciste, amañar el resultado?
Sasha: No, tonto. Llamé al número de Súper Amigote Psíquico Estupendo, el
1-900-Poder Mental. Me dijo mis números de la suerte después de consultar su tarot
mágico californiano.
Siphwe: ¿Y le creíste?
Sasha: Sin duda. Se trata de un californiano certificado con el master en psique
mental. Por eso pienso que tengo que creer lo que dice. Quiero decir, ¿quién más
podría saber mis números de la suerte?
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Cuarenta y dos falacias
Apelación a la creencia
Descripción: la apelación a la creencia es una falacia que presenta el siguiente
patrón general:
1º. La mayoría de la gente cree que la afirmación X es verdadera.
2º. Por tanto, X es verdad.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz porque a pesar de que mucha gente crea en
una afirmación no sirve, por lo general, como evidencia.
Sin embargo, hay casos donde una afirmación es verdadera cuando hay muchas
personas aceptándola. Por ejemplo, si visitas Maine puede que algunas personas
te cuenten que la gente mayor de 16 años debe comprar una licencia de pesca si
quieren pescar. Salvo otras razones que den motivos para dudar de estas personas,
sus declaraciones dan motivos para creer que cualquier persona mayor de 16 años
tendrá que comprar una licencia de pesca.
También existen casos donde la veracidad de la afirmación se determina por el
tipo de creencias de la gente. Por ejemplo, la veracidad acerca de los buenos modales y el comportamiento apropiado depende simplemente de lo que la gente crea
qué son los buenos modales y el comportamiento adecuado. Otro ejemplo es el
caso de las normas de una comunidad, que a menudo se considera como un estándar aceptado por la mayoría de la gente. En algunos casos, se considera indecente
aquello que viola ciertas normas de la comunidad. En estos casos, la afirmación ‘X
es indecente’ es verdad para la mayoría de la gente que cree en dicha afirmación. En
tales casos, hay que ser prudente cuando se pide una justificación de las creencias
individuales.
Ejemplo nº1:
En una época determinada de Europa, la mayoría de la gente creía que la Tierra
era el centro del sistema solar (al menos la mayoría de los que tenían creencias sobre
el tema). Sin embargo, se descubrió que esta creencia era falsa.
Ejemplo nº2:
—Dios debe existir. Después de todo, acabo de ver una encuesta que dice que el
85% de los estadounidenses cree en Dios.
Ejemplo nº3:
—Por supuesto que no pasa nada si bebes. Pregunta a cualquier persona, te dirá
que cree que beber está bien.
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Apelación a la práctica común
Descripción: la apelación a la práctica común es una falacia que sigue la siguiente estructura:
1º. X es una acción común.
2º. En definitiva, X es correcto, moral, justificado, razonable, etcétera.
La idea básica tras la falacia consiste en que cuando un grupo de personas hace
X eso ya es suficiente ‘evidencia’ para que sea correcta. Es una falacia porque lo
que haga un grupo de personas no tiene por qué ser correcto, moral, justificado o
razonable.
Hacer un llamamiento al juego limpio no tiene que ser necesariamente una falacia, aunque puede ser visto como una apelación a la práctica común. Por ejemplo,
un mujer que trabaja en una oficina puede decir: ‘los hombres que hacen el mismo
trabajo que yo cobran más, así que sería correcto que cobrara lo mismo que ellos’.
Esto no sería una falacia siempre y cuando no hubiera diferencias relevantes entre
ella y los hombres (en términos de habilidad, experiencia, horas trabajadas, etcétera). Pongamos el siguiente caso:
1º. Es de práctica común tratar a la gente Y de una forma X y tratar a la gente Z
de una forma distinta.
2º. Resulta que no hay diferencias relevantes entre la gente Z e Y.
3º. En consecuencia, la gente del tipo Z también debería ser tratada de la forma
X.
Este argumento se basa en gran medida en el principio de diferencia relevante.
En este principio hay dos personas, A y B, que pueden ser tratadas diferentemente
si y solo si hay una diferencia relevante entre ellos. Por ejemplo, para mí estaría bien
que dieran una mejor nota a la persona A que a la B si A hizo un mejor trabajo que
B. Sin embargo, para mí estría mal dar a la persona A una mejor nota que a B porque
A es pelirroja y B es rubia.
Puede haber algunos casos donde hay bastante gente que acepta X como algo
moral, lo que implica que X es moral. Por ejemplo, las visiones morales son relativas
a una cultura, tiempo, persona, etcétera. Si lo que es moral es determinado por lo
que comúnmente se practica, entonces este argumento queda así:
1º. La mayoría de la gente hace X.
2º. Por lo tanto, X es moralmente correcto.
En conclusión, el argumento no sería falaz. Sin embargo, implicaría resultados
extraños. Por ejemplo, imagine que hay solo cien personas en la Tierra. Sesenta
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Cuarenta y dos falacias
de ellos no roban ni engañan y cuarenta sí. Tanto robar como engañar estaría mal.
Al día siguiente, un desastre natural mata a treinta de los sesenta que no roban ni
engañan. Ahora es moralmente correcto engañar y robar. De este modo, sería posible cambiar el orden moral del mundo por otra vision eliminando simplemente a
aquellos que están en desacuerdo.
Ejemplo nº1:
El director Jones está al frente de la ejecución del programa de gestión de residuos. Cuando se descubre que el programa está plagado de corrupción, Jones declara: ‘este programa tiene sus problemas, pero no ha sucedido nada en este que no
haya ocurrido en todos los programas del Estado’.
Ejemplo nº2:
—Sí, sé que algunas personas dicen que está mal hacer trampas en los exámenes. Pero todo el mundo sabe que todos los hacen, así que está bien.
Ejemplo nº3:
—Ya lo sé, algunas personas se tragan esa mierda de la igualdad. Sin embargo,
sabemos que todos pagan menos a las mujeres que a los hombres. Esto también está
bien. Ya que lo hace todo el mundo no puede estar mal.
Ejemplo nº4:
—No hay nada de malo en exigir más a las clases multiculturales aún a costa de
las asignaturas principales. Después, de todo las universidades y colegios presionan
al multiculturalimso.
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Apelación a la emoción
Descripción: una apelación a la emoción es una falacia con la siguiente estructura:
1º. Las emociones favorables se asocian con X.
2º. En consecuencia, X es verdadera.
Esta falacia se comete cuando alguien manipula las emociones de la gente con el
objetivo de que acepten una afirmación como verdadera. Más en profundidad, este
tipo de ‘razonamiento’ consiste en sustituir la evidencia de la afirmación por otra
que produce fuertes emociones. Si las emociones que favorecen a X influyen a aceptar la afirmación como verdadera porque ‘me hace sentir bien aceptar X’, entonces
habrá caído presa de la falacia.
Esta línea de ‘razonamiento’ es muy común en política y sirve como base para
una gran parte de la publicidad moderna. La mayoría de los discursos políticos
centran su objetivo en los sentimientos de la gente, de manera que los hacen aflorar
para motivarles a votar o a actuar de una manera determinada. En el caso de los
anuncios, la publicidad está dirigida a evocar emociones que influenciarán a la gente a comprar determinados productos. En gran parte de los casos, tales discursos y
anuncios carecen de evidencias reales.
Esta forma de ‘razonar’ es evidente y totalmente falaz. Es falaz porque usar tácticas para que la gente actúe motivada por las emociones no sirve como evidencia de
una afirmación. Por ejemplo, si una persona fuera capaz de inspirar en otra persona
un increíble odio a la afirmación ‘1+1=2’ y luego le inspira a amar la afirmación
‘1+1=3’, sería difícil asegurar que la afirmación ‘1+1=3’ está adecuadamente sustentada. Debería tenerse en cuenta que en muchos casos no resulta obvio que aquél que
comete la falacia está tratando de respaldar la afirmación. En otros casos, el emisor
de la falacia intenta incitar a la gente a que tome decisiones, como comprar un producto o luchar en una guerra. Sin embargo, es posible determinar qué clase de afirmación se pretende respaldar. En esos casos, uno tiene que preguntarse: ‘¿qué está
diciendo esa persona a la gente para que acepten su afirmación y actúen en consecuencia?’ Investigar una afirmación (o afirmaciones) conlleva algo de esfuerzo. Sin
embargo, en muchos casos será bastante evidente. Por ejemplo, si un líder político
trata de convencer a sus seguidores de participar en determinados actos de violencia
mediante un discurso que promueve el odio, entonces su afirmación sería ‘debes
participar en estos actos de violencia’. En este caso la ‘evidencia’ sería la evocación
de odio en sus seguidores. Dicho odio serviría para que se inclinen favorablemente
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Cuarenta y dos falacias
hacia la afirmación ‘debes participar en estos actos de violencia’. Otro ejemplo sería
el un anuncio de cerveza que muestra felicidad, hombres y mujeres con bañadores
pavoneándose en una playa bebiendo cerveza. En este caso, la afirmación sería: ‘deberías comprar esta cerveza’. La ‘evidencia’ sería la emoción que provoca ver a gente
bella bebiendo la cerveza.
Esta falacia en realidad es un mecanismo extremadamente persuasivo y efectivo. Como mucha gente ha argumentado, las emociones de las personas a menudo
llevan mucha más fuerza que la propia razón. La argumentación lógica es a menudo
difícil, consume tiempo y casi nunca tiene el poder de persuadir a la gente. Ese es el
poder de la falacia que explica su gran popularidad y también que sea ampliamente
usada. No obstante, sigue siendo una falacia.
Para ser justos, debe señalarse que el uso de tácticas para inspirar emociones es
una habilidad importante. Si no se apela a las emociones de las personas resultará
difícil que tomen acciones o que respondan al máximo. Por ejemplo, si un entrenador presenta a su equipo con silogismos, no es buen entrenador. En lugar de eso, los
inspira con términos emocionales e intenta ‘avivarles el fuego interior’. No hay nada
malo inherente a eso. No obstante, no es aceptable en ningún tipo de argumentación. Siempre y cuando sea capaz de distinguir claramente entre lo que inspira
emociones y lo que justifica una afirmación, es poco probable que usted caiga preso
en esta falacia.
Como punto final, hay muchas ocasiones en las que resultará difícil de distinguir una apelación a la emoción de otro tipo de falacias, y en muchos casos se pueden cometer múltiples de ellas. Por ejemplo, en algunos casos muchos ad hominem
serán similares a apelaciones a la emoción y en otras ocasiones ambas falacias se
cometen a la vez. Un ejemplo sería el de un líder que intenta que sus seguidores
odien a otra persona y rechacen sus afirmaciones. El mismo ataque podría funcionar como una apelación a la emoción y un ataque personal. En el primer caso, el ataque sería dirigido a quien realiza la afirmación para que los seguidores lo rechacen.
En el segundo caso, el ataque sería dirigido a la persona que lanza la afirmación para
que los seguidores lo rechacen en función de los defectos que se le señalen.
Dicha falacia está relacionada con la falacia de apelación a la popularidad. A
pesar de las diferencias entre estas dos, ambas están unidas por incluir apelaciones
a las emociones. En ambos casos, las falacias pretenden captar gente que acepte
afirmaciones en función de lo que sienten y no en la evidencia de las afirmaciones.
A continuación, se muestra otra forma de ver estas dos falacias:
Apelación a la popularidad:
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1º. La mayoría de la gente aprueba X.
2º. Entonces debería aceptar X también.
3º. En el momento en que apruebo X, ésta debe ser cierta.
Apelación a la emoción:
1º. Apruebo X.
2º. En consecuencia X es verdad.
Según este punto de vista, una apelación a la popularidad se acepta porque la
mayoría de las personas aprueba la afirmación. En el caso de una apelación a la emoción ésta se acepta porque el individuo aprueba la afirmación según las emociones
que siente respecto a la afirmación.
Ejemplo nº1:
El nuevo ordenador PowerTangerine te proporciona el poder que necesitas. Si
compras uno la gente envidiará tu poder. Te mirarán y desearán ser como tú. Conocerás el verdadero placer del poder. PowerTangerine.
Ejemplo nº2:
La nueva dieta UltraSkinny te hará sentir genial. No te preocupes más por tu
peso. Disfruta de las miradas de deseo del sexo opuesto. Ve de fiesta sin preocuparte
por la obesidad. ¡Conocerás la verdadera felicidad si pruebas nuestra dieta!
Ejemplo nº3:
Bill asiste a un discurso político. El político habla al público de los demonios
del gobierno y la necesidad de echar a la gente que está todavía en el ministerio.
Después de oír el discurso, Bill odia completamente a los políticos actuales. Ahora
se siente feliz de deshacerse de los viejos políticos y acepta que es correcto hacerlo
porque así lo siente.
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Cuarenta y dos falacias
Apelación al miedo
Se conoce también como: técnicas para meter miedo, apelación a la fuerza, Ad
Baculum.
Descripción: la apelación al miedo es una falacia que sigue el siguiente patrón:
1º. Se presenta Y (una afirmación cuya intención es la de producir miedo).
2º. En conclusión, X es verdad (una afirmación que está generalmente relacionada con Y de alguna forma, aunque no es necesario que lo esté).
Esta forma de ‘razonar’ es falaz porque asustar a la gente no es evidencia.
Es importante distinguir entre una razón racional para creer (RRC. Evidencia) y
una razón prudente para creer (RPC. Motivación). Un RRC es evidencia que respalda objetiva y lógicamente la afirmación. Un RPC es una razón para aceptar la creencia, porque un factor externo (como el miedo, las amenazas, los daños o el beneficio
que pueda obtenerse de la creencia) es relevante para lo que una persona valora,
pero no es primordial para dilucidar la veracidad o falsedad de la afirmación. Por
ejemplo, puede ser prudente no suspender al hijo del jefe de departamento porque
temes que te hará la vida imposible. Sin embargo, esto no proporciona evidencia de
que el hijo merezca aprobar el curso.
Ejemplo nº1:
—Ya sabe, profesor Smith, necesito un suficiente en este curso, de veras. Me
gustaría hablar en su despacho después de clase para discutir mi nota. De todas
formas estaré en el edificio visitando a mi padre que, por cierto, es su decano. Le
veré más tarde.
Ejemplo nº2:
—No creo que sea buen regalo darte un rifle Red Ryder BB. Son muy peligrosos
y te volarías un ojo. Bueno, ¿no estás de acuerdo en que deberías pensar en otra idea
para el regalo?
Ejemplo nº3:
—Debes creer que Dios existe. Después de todo, tendrás que hacer frente a los
horrores del Infierno si no aceptas su existencia.
Ejemplo nº4:
—¡No deberías decir esas cosas contra el multiculturalismo! Si el presidente
oyera lo que estabas diciendo no recibirías el puesto. Así que es mejor que aceptes
que es un error hablar contra eso.
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Michael C. LaBossiere
Apelación al alago
Se conoce también como: manzana del alago, varias expresiones ‘coloridas’.
Descripción: una apelación al alago es una falacia que sigue el siguiente patrón.
1º. La persona A es alagada por la persona B.
2º. La persona B hace una afirmación X.
3º. En consecuencia, X es verdad.
La idea básica de la falacia consiste en sustituir la evidencia por un alago. Esta
manera de ‘razonar’ es falaz porque, en efecto, el halago no es una evidencia que
sustente la afirmación. Esto queda especialmente claro con la siguiente frase: ‘esta sí
que es una corbata elegante, mi querido Bill. Por cierto, está muy claro que uno más
uno es igual a cuarenta y tres’.
Ejemplo nº1.
—Puedo decir que esta es la mejor clase de filosofía que haya dado. Por cierto,
acerca de esos dos puntos que necesito para conseguir un suficiente…
Ejemplo nº2.
—Esa sí que fue una buena broma sobre el SIDA jefe, y estoy de acuerdo con
usted en que esos malditos liberales están hundiendo el país. Ahora bien, lo de mi
ascenso…
Ejemplo nº3.
—Esa fue una brillante y singular idea. Nunca he visto tal elocuente y clara
defensa sobre la posición de Platón. Si no te importa voy a basar mi trabajo en él
siempre que me dé un poco más de tiempo de la fecha límite para acabarlo.
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Cuarenta y dos falacias
Apelación a la novedad
Se conoce también como: apelación a lo nuevo, lo nuevo es mejor, novedad.
Descripción: la apelación a la novedad es una falacia que se comente cuando se
asume que algo es mejor o correcto por ser simplemente nuevo. Este tipo de razonamiento tiene la siguiente estructura:
1º. X es nuevo.
2º. Por tanto, X es correcto o mejor.
Este tipo de ‘razonamiento’ es falaz porque la novedad, o lo novísimo o cosas
parecidas no tiene que ser automáticamente mejor que lo antiguo. Es muy obvio si
observamos el siguiente ejemplo: Joe ha propuesto que 1+1 debería ser igual a 3.
Cuando la gente le pregunta por qué debería aceptar eso, dice que sólo le surgió la
idea y como es más nuevo que la idea de 1+1=2 pues es mejor.
Se apela a esta línea de ‘razonamiento’ por varios motivos. En primer lugar, la
‘cultura occidental’ engloba un poderoso compromiso con la idea de que las nuevas
cosas deben ser mejores que las antiguas. En segundo lugar, la idea de progreso
(que parece que proviene en parte de la idea de evolución) implica que las cosas
nuevas serán superiores a las cosas viejas. En tercer lugar, los medios de comunicación a menudo envían el mensaje de que lo más nuevo debe ser mejor. Por estos tres
motivos (y otros más) la gente a veces acepta que una cosa nueva (idea, producto,
concepto, etcétera) debe ser mejor porque es nueva. En definitiva, la apelación a la
novedad es, cierta forma, una falacia común en, especialmente en los anuncios.
No se debería asumir que las cosas viejas deben ser mejores que las nuevas (vea
la falacia de apelación a la tradición) más de lo que se debe asumir que las nuevas
cosas son mejores que las antiguas. En general, la edad de algo casi no tiene nada
que ver con su calidad o exactitud (en este contexto).
Obviamente, la edad influye en algunos contextos. Por ejemplo, si una persona
concluye que la leche del día que ahora tiene es mejor que la leche de hace dos meses, no cometería una apelación a la novedad. Esto es así porque, en determinados
casos, lo novísimo es relevante en cuanto a su calidad. En consecuencia, la falacia se
comete únicamente cuando lo novísimo no es relevante en sí mismo.
Ejemplo nº1:
—El abrillantador de zapatos Sadiske 900 es mejor porque es nuevo.
Ejemplo nº2:
James: así que, ¿cuál es ese nuevo plan?
Biff: bueno, lo último en técnicas de marketing es el método GK. Es lo último
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en elaboración de tanques de pensamiento. Es tan bueno que los acuerdos pactados
han cambiado rápidamente la situación.
James: bueno, nuestro antiguo método de marketing ha sido muy efectivo. No
me gusta la idea de cambiar a otro nuevo método sin una buena razón.
Biff: bueno, piensa que tenemos que ser líderes del mercado. Eso conlleva nuevas ideas y nuevas técnicas a usar. El método GK es nuevo y lo haré mejor que con
el viejo y polvoriento método.
Ejemplo nº3:
Profesor: así que podéis ver que una nueva y mejor moral está recorriendo la
nación. No más personas con vergonzosos estilos de vida. No más gente atrapada en
las caducas morales del pasado.
Estudiante: bueno, ¿y qué hay de las ideas de los grandes pensadores del pasado?
¿No tienen algunos puntos válidos?
Profesor: una buena pregunta. La respuesta es que tenían algunos puntos válidos en sus barbáricos tiempos. Pero esos eran morales viejas y mohosas de una
época anterior. Ahora es el momento de nuevas morales. El progreso y todo eso, ya
sabes.
Estudiante: ¿Así que diría que las nuevas morales son mejores porque son nuevas?
Profesor: Exacto. Así como los dinosaurios desaparecieron para dejar el camino
libre a los nuevos animales, las antiguas ideas deben de dejar paso a las nuevas. Y
justamente porque los humanos son mejores que los dinosaurios, las nuevas ideas
son mejores que las antiguas. Así que lo nuevo es literalmente mejor.
Estudiante: ya veo.
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Cuarenta y dos falacias
Apelación a la pena
También se conoce como: Ad Misericordiam.
Descripción: la apelación a la pena es una falacia donde una persona sustituye
una afirmación por otra con la intención de generar pena y así validar el argumento.
La estructura del ‘argumento’ es la siguiente:
1º. Se presenta P con la intención de dar pena.
2º. Por tanto, la afirmación C es verdad.
Este ‘razonamiento’ es falaz porque la pena no sirve como evidencia de una
afirmación.
Esto se muestra extremadamente claro con el siguiente ejemplo: ‘tienes que
aceptar que 1+1=48, después de todo me estoy muriendo…’ Si bien es posible que te
dé lástima que me muera, sería difícil hacer veraz mi afirmación.
Esta falacia se distingue de la apelación a las consecuencias de una creencia. En
esta última la persona está usando los efectos de una creencia para sustituir a la
evidencia. En la apelación a la pena son los sentimientos de pena o empatía los que
sustituyen a la evidencia.
Debe señalarse que hay casos en donde las afirmaciones que sirven en realidad
como evidencia también evocan un sentimiento de culpa. En tales casos, el sentimiento de pena sigue sin ser evidencia. Lo siguiente es un ejemplo de un caso donde
una afirmación evoca sentimientos de culpa y también sirve como evidencia válida:
Profesor: Bill, perdiste la mitad del trimestre.
Bill: lo sé. Creo que deberías dejarme hacer un examen de recuperación.
Profesor: ¿Por qué?
Bill: me atropelló un camión entrado la mitad del trimestre. Luego tuve que
ir a emergencias con una pierna rota. Pienso que tengo derecho a un examen de
recuperación.
Profesor: lamento lo de tu pierna, Bill. Por supuesto que puedes hacer el examen
de recuperación.
El ejemplo de arriba no es una falacia. Si bien el profesor siente pena por Bill
está justificado que Bill merece un examen de recuperación. Ser atropellado por un
camión sería una excusa válida para ausentarse en un examen después de todo.
Ejemplo nº 1:
Jill: él sería un mal entrenador para el equipo.
Bill: ha dado su alma y cuerpo en el trabajo y le romperás el corazón si no obtiene el puesto.
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Jill: supongo que hará un buen trabajo.
Ejemplo nº 2:
—Soy optimista, mis credenciales se adaptarán a sus necesidades. Realmente
necesito el puesto de trabajo, ya que mi abuela se puso enferma.
Ejemplo nº3:
Debería obtener un suficiente en esta asignatura. Después de todo, si no lo obtengo no conseguiré la beca que quiero.
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Cuarenta y dos falacias
Apelación a la popularidad
Descripción: la apelación a la popularidad tiene la siguiente forma:
1º. La mayoría de la gente aprueba X (tiene emociones favorables a X).
2º. En consecuencia, X es verdadera.
La idea básica es que se acepta la afirmación porque la gente se inclina favorablemente a ella. En otras palabras, las emociones de una mayoría sustituyen la
evidencia de la afirmación. Una persona cae presa de esta falacia si acepta una afirmación cuando la mayoría de otras personas la aceptan.
Aceptar la aprobación de la mayoría como evidencia de una afirmación es claramente falaz. Por ejemplo, supón que un orador domina a la gente para que ame
ciegamente la afirmación ‘1+1=3’. No sería racional aceptar esta afirmación de buenas a primeras porque la mayoría de la gente lo apruebe. Después de todo, una mera
aprobación no sustituye una demostración matemática. En un principio la gente
aprobó afirmaciones como ‘la Tierra es plana’, ‘los humanos no pueden sobrevivir a
velocidades superiores a 40 kilómetros por hora’ o ‘el Sol gira alrededor de la Tierra’,
pero todas demostraron ser falsas.
Esta forma de ‘razonar’ es bastante común y puede ser un mecanismo bastante
persuasivo y efectivo. Muchos individuos tienden a conformarse con las perspectivas de la mayoría, y convencer a alguien de que acepte un hecho que la mayoría
aprueba resulta a menudo una forma efectiva de aceptación social. Los anuncios
con frecuencia usan esta táctica cuando tratan de vender sus productos afirmando
que todos los usan y les encantan. En esos casos, esperan que la gente acepte la (supuesta) aprobación de otros como una buena razón para comprar el mencionado
producto.
Esta falacia es ligeramente similar a otras, como la apelación a la creencia y la
apelación a la práctica común. Sin embargo, en el caso de un Ad Populum la apelación se centra en el hecho de que la mayoría de la gente aprueba una afirmación. En
el caso de una apelación a la creencia, la apelación se basa en que la mayoría de las
personas creen en una afirmación. En el caso de una apelación a la práctica común,
la apelación se basa en que mucha gente pone en práctica la acción en cuestión.
Esta falacia está estrechamente relacionada con la apelación a la emoción, tal y como
se explica en la entrada de esa falacia.
Ejemplo nº 1:
—Conciudadanos americanos, se ha estado hablando de que el gobierno está
sobrepasando los límites al permitir a la policía entrar a las casas de las personas sin
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Michael C. LaBossiere
las garantías tradicionalmente exigidas por la Constitución. Sin embargo, estos son
tiempos peligrosos y los tiempos peligrosos requieren acciones apropiadas. Tengo
en mi oficina miles de cartas de gente que me hace saber, en términos muy claros,
que apoyan la guerra contra el crimen en Estados Unidos. Y debido a esta aprobación abrumadora es evidente que la policía está haciendo lo correcto.
Ejemplo nº 2:
—Leí el otro día que la mayoría de la gente le gusta realmente las nuevas leyes de
control de armas. Era un tanto escéptico con ellas, pero supongo que si a la mayoría
le gusta no deben haber problemas entonces.
Ejemplo nº 3:
—Jill y Jane tienen cierta preocupación con las reglas racistas propuestas en la
hermandad de mujeres del campus. Puesto que Jill es buena persona, decide exponer sus inquietudes en la próxima reunión. La presidenta de la hermandad asegura
que no hay problemas con las reglas, ya que la mayoría de las hermanas están de
acuerdo. Jane acepta estas reglas, pero Jill decide salir de la hermandad.
37
Cuarenta y dos falacias
Apelación al ridículo
Se conoce también como: apelación a la burla, risa de caballo.
Descripción: la apelación al ridículo es una falacia donde el argumento se sustituye por el ridículo o la burla. Esta línea de ‘razonamiento’ tiene el siguiente esquema:
1º. X se presenta como una especie de burla (dirigida normalmente a la afirmación).
2º. En consecuencia, la afirmación C es falsa.
Esta forma de razonar es falaz, porque burlarse de una afirmación no prueba
que sea falsa. Esto se ve claramente con el siguiente ejemplo: ‘¡1+1=2! ¡Es la cosa
más ridícula que jamás haya oído!’
Se debería señalar que mostrar lo ridículo de una afirmación mediante el uso de
métodos válidos (como un argumento no falaz) puede ser razonable para rechazar
la afirmación. Un ejemplo sería el que se conoce como reducto ad absurdum (reducir al absurdo). La idea de este argumento es mostrar el resultado de una contradicción (una afirmación que debe ser falsa). Por ejemplo: ‘Bill afirma que un miembro
de un grupo minoritario no puede ser racista. Sin embargo, esto es absurdo. Piensa
en ello: los hombres blancos son una minoría en el mundo. Teniendo en cuenta la
afirmación de Bill se aceptaría que los hombres blancos no pueden ser racistas. Por
lo tanto el Ku Klux Klan, los nazis y los supremacistas blancos no son organizaciones racistas’.
Ya que la afirmación ‘el Ku Klux Klan, los nazis y los supremacistas blancos no
son organizaciones racistas’ resulta claramente absurda, se puede concluir que es
falso afirmar que un miembro de una minoría no puede ser racista.
Ejemplo nº 1:
—Por supuesto que mi digno oponente afirma que debemos bajar las tasas, pero
eso es simplemente de risa.
Ejemplo nº2:
—¿Apoyar la enmienda de igualdad de derechos? Por supuesto, ¡cuando las mujeres empiecen a pagar por las bebidas! ¡Ja, ja! Tráeme otra birra, Mildred.
Ejemplo nº 3:
—¡Esos locos conservadores! ¡Creen que un ejército fuerte es la clave para la
paz! ¡Qué idiotas!
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Michael C. LaBossiere
Apelación al rencor
Descripción: la apelación al rencor es una falacia que consiste en sustituir la
evidencia de un argumento por el rencor. El ‘razonamiento’ es el siguiente:
1º. La afirmación X se presenta con la intención de inspirar rencor.
2º. En consecuencia, la afirmación C es falsa (o verdadera).
Este esquema de ‘razonamiento’ es falaz porque un sentimiento de rencor no
cuenta como evidencia a favor o en contra de una afirmación. Se aprecia claramente
con el siguiente caso: ‘Bill afirma que la Tierra orbita alrededor del Sol, pero recuerda esa mala pasada que te jugó la semana anterior. Entonces ¿acaso tiene sentido
que la Tierra orbite alrededor de la Tierra? Pues no’.
Por supuesto, hay casos en donde una afirmación que evoca un sentimiento
de rencor o malicia puede servir como una evidencia válida. Sin embargo, debería
señalarse que los sentimientos de malicia o rencor no son evidencia. Lo siguiente es
un ejemplo de tal situación:
Jill: creo que votaré a Jane para que sea tesorera del NOW.
Vicki: ¿recuerdas esa vez cuando tu cartera desapareció en la reunión del año
pasado?
Jill: Sí.
Vicki: bueno, me acabo de enterar de que ella te robó la cartera y otros objetos
de otras personas.
Jill: ¡pues no la voy a votar!
En este caso. Jill tiene una buena razón para no votar a Jane. Puesto que una
tesorera debe ser honrada, un ladrón sería una mala elección. Mientras que Jill haya
concluido que debería votar contra Jane porque es una ladrona y no por despecho,
su razonamiento no será falaz.
Ejemplo nº1:
Bill: creo que Jane hizo un gran trabajo este año. Voy a nominarla para el premio.
Dave: ¿Has olvidado lo del año pasado? Recuerda que ella no te nominó el año
anterior.
Bill: es verdad. No la voy a nominar.
Ejemplo nº2:
Jill: creo que la idea de Jane es muy buena y realmente ahorrará un montón de
dinero al departamento.
Bill: Tal vez. ¿Recuerdas cómo demostró en la convención del pasado año que
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Cuarenta y dos falacias
tus documentos tenían un error fatal cuando lo leíste?
Jill: ¡Casi olvido eso! Creo que voy a ir con tu idea en su lugar.
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Michael C. LaBossiere
Apelación a la tradición
Se conoce también como: apelación a lo antiguo, los antiguos procedimientos
son mejores, apelación falaz al pasado, apelación a la edad.
Descripción: la apelación a la tradición es una falacia que consiste en afirmar
que algo es mejor o correcto simplemente porque es antiguo, tradicional o ‘porque
simplemente ya estaba hecho’. Esta línea de ‘razonamiento’ tiene la siguiente estructura:
1º. X es antiguo o tradicional.
2º. Por tanto, X es correcto o mejor.
Esta forma de ‘razonamiento’ es falaz porque la edad de algo no hace que sea
correcto o mejor que algo más nuevo. Esto resulta bastante obvio con el siguiente
ejemplo: ‘la teoría de que las brujas y demonios causa enfermedades es mucho más
antigua que la teoría de que los microorganismos causan enfermedades. En consecuencia, la teoría de las brujas y demonios debe ser cierta’.
Se recurre a este ‘razonamiento’ por varias razones. La primera es que la gente,
con frecuencia, prefiere mantener lo que es antiguo o tradicional. Es una característica psicológica bastante común y puede derivarse del hecho de algunas personas
se sienten más cómodas con cosas que han mantenido durante mucho tiempo. En
segundo lugar, es más fácil de probar la durabilidad de cosas que son antiguas que
probar la de las nuevas. Por lo tanto, las personas a menudo prefieren cosas tradicionales o antiguas por pereza. En consecuencia, la apelación a la tradición es una
falacia común.
No se debería asumir que las cosas nuevas deben ser mejores que las antiguas
(véase la falacia de apelación a la novedad) más que aceptar que las cosas antiguas
son mejores que las nuevas. En general, la edad de algo no tiene nada que ver con su
calidad o precisión (en este contexto). En el caso de la tradición, asumir que algo es
correcto sólo porque es tradición puede considerarse como un razonamiento débil.
Por ejemplo, si la creencia de 1+1=56 fuera una tradición de un grupo sería difícil
aceptar eso.
Obviamente, la edad no tiene relación en algunos contextos. Por ejemplo, si una
persona concluye que el vino añejo es mejor que el vino joven no cometería una
apelación a la tradición. Es así porque en varios casos la edad de algo es relevante
por su calidad. En consecuencia, esta falacia se comete sólo cuando la edad no es en
sí misma relevante para la afirmación.
Como cuestión final, debe considerarse la ‘prueba del tiempo’. En algunos casos,
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Cuarenta y dos falacias
la gente puede asumir que esto es cierto debido a que algo ha estado presente últimamente como una tradición o ha estado alrededor durante un largo período de
tiempo y es cierto porque ‘ha pasado una prueba de tiempo’. Si una persona asume
que algo debe ser correcto o simplemente verdadero porque ha persistido durante
un largo tiempo, entonces se ha cometido una apelación a la tradición. Después
de todo, la historia nos muestra que la gente puede mantener afirmaciones falsas
durante siglos.
Sin embargo, si una persona argumenta que la afirmación o cosa en cuestión
ha pasado satisfactoriamente los desafíos y exámenes durante un largo período de
tiempo, entonces no se cometería una falacia. En tales casos, la afirmación sería respaldada con evidencias. Por poner un ejemplo, la teoría de que la materia está hecha
de partículas subatómicas ha sobrevivido a numerosos exámenes y retos durante
años, luego hay un peso de evidencia a su favor. Es razonable aceptar la afirmación
por el peso de su evidencia, no porque la afirmación sea antigua. Por tanto, una afirmación que ha sobrevivido a retos validados y ha pasado exámenes válidos durante
un largo período de tiempo puede justificar la aceptación de la afirmación, aunque
la mera edad o persistencia no garantiza aceptar una afirmación.
Ejemplo nº1:
—Claro que creo en Dios. La gente ha creído en Él por miles de años, así que
parece claro que Dios debe existir. Después de todo, ¿por qué habría de permanecer
esta creencia durante tanto tiempo?
Ejemplo nº2:
Gunthar es el padre de Connan. Viven en una pequeña isla y en su cultura las
mujeres son tratadas como propiedades que pueden ser intercambiadas a voluntad
de los hombres.
Connan: ¿sabes, padre? Cuando iba a la escuela en los Estados Unidos vi que las
mujeres americanas no eran tratadas como propiedad. Así es, leí un libro por una
persona llamada Mill que argumentó por los derechos de las mujeres.
Gunthar: ¿a dónde quieres llegar entonces, hijo?
Connan: bueno, pienso que puede que esté mal vender a mis hermanas como
ganado. Siguen siendo personas humanas y deberían tener el derecho a ser dueñas
de su propio destino.
Gunthar: que noción tan extraña y tan de moda que cogiste en América. Ese
país debe ser más bárbaro de lo que imaginé. Ahora piensa esto. Hemos estado vendiendo a las mujeres como ganado durante el tiempo que nuestra gente ha vivido en
esta isla. Es una tradición que se remonta a la noche de los tiempos.
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Michael C. LaBossiere
Connan: pero sigo pensando que tiene algo que está mal.
Gunthar: tonterías, hijo mío. Una tradición tan antigua como esta tiene que
estar aceptada por los dioses y debe estar bien.
Ejemplo nº3:
—Por supuesto que esta forma de gobierno es la mejor. Hemos tenido este gobierno durante 200 años y nadie en ningún momento ha protestado para cambiarlo,
así que tiene que ser bueno.
Ejemplo nº4:
Un reportero está entrevistando al cabeza de familia que se ha visto involucrado
en una pelea con otra familia.
Reportero: Señor Hatfield, ¿Por qué sigue luchando contra los McCoy?
Hatfield: Pues verá joven, mi padre lucho con los McCoy y su padre lucho contra ellos y así lo hizo mi tatarabuelo.
Reportero: ¿Pero por qué? ¿Quién comenzó todo esto?
Hatfiled: no lo sé a ciencia cierta. Estoy seguro de que los McCoy fueron quienes
empezaron todo, eso creo.
Reportero: si no sabe por qué siguen luchando, ¿Por qué no paran simplemente?
Hatfield: ¿Parar? ¿Está loco? Esta pelea se ha desarrollado por generaciones así
que estoy seguro que hay alguna maldita razón de por qué la empezaron. Así que mi
objetivo es mantenerla, tiene que ser lo correcto. Pásame mi pequeñín de cañones
de acero, he visto a uno de esos canallas de McCoy ocultarse en el campo de maíz.
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Cuarenta y dos falacias
Petición de principio
Se conoce también como: razonamiento circular, razonamiento en círculos, petitio principii.
Descripción: el argumento circular es una falacia donde se acepta que son ciertas las premisas incluidas en la conclusión. Esta manera de ‘razonar’ tiene esta estructura común:
1º. Se exponen las premisas y sus conclusiones asumiéndose que ambas son
verdaderas.
2º. La afirmación C (la conclusión) es cierta.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz porque asumir que la conclusión de una
premisa es veraz (directa o indirectamente) no constituye evidencia para tal conclusión. Obviamente, asumir directamente que una afirmación es verdadera no sirve
como evidencia para tal afirmación.
Esto se muestra muy claro con casos descarados como este: ‘X es verdad. La
evidencia para esa afirmación es que X es verdad’.
Algunos casos de razonamiento circular son verdaderamente descarados, mientras que otros pueden ser extremadamente sutiles.
Ejemplo nº1:
Bill: Dios tiene que existir.
Jill: ¿cómo lo sabes?
Bill: porque la Biblia lo dice.
Jill: ¿Por qué debería creer en la Biblia?
Bill: porque la Biblia fue escrita por Dios.
Ejemplo nº2:
—Si tales acciones no fueran ilegales entonces no estarían prohibidas por la ley.
Ejemplo nº3:
—La creencia en Dios es universal. Al fin y al cabo todos creen en Dios.
Ejemplo nº4:
Entrevistador: tu resumen parece impresionante, pero necesito otra referencia.
Bill: Jill puede proporcionarme una buena referencia.
Entrevistador: vale. ¿Pero cómo sé que Jill es de confianza?
Bill: confío plenamente en ella.
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Michael C. LaBossiere
Generalización sesgada
Se conoce también como: estadística sesgada, muestra sesgada, estadística prejuiciosa, muestra prejuiciosa, inducción sesgada, generalización sesgada.
Descripción: esta falacia se comete cuando una persona llega a una conclusión
basándose en una muestra que está sesgada o tiene prejuicios de alguna clase. Sigue
la siguiente estructura:
1º. Se toma una muestra sesgada S de una población P.
2º. La conclusión C se basa en la población P basada en S.
La persona que comete la falacia está haciendo mal uso del siguiente tipo de
racionamiento, que recibe los siguientes nombres: generalización inductiva, generalización y generalización estadística:
1º. X% de la muestra observada A es de B.
2º. En consecuencia, el X% de todo A es de B.
Se comete la falacia cuando la muestra A está probablemente sesgada de alguna
forma. Una muestra está sesgada cuando el método usado para tomar dicha muestra no es correcto, por lo que no representa adecuadamente la población.
Por lo general, las muestras sesgadas no son fiables. Imaginemos un caso: una
persona una muestra de un camión lleno de pequeñas bolas de colores. Algunas
de ellas son de metal y otras son de plástico. Si se usa un imán para seleccionar
la muestra se cogerá un número desproporcionado de bolas de metal (después de
todo, es probable que la muestra sea en su totalidad de bolas de metal). En este caso,
cualquier conclusión que se saque de la población total de bolas será poco fiable, ya
que se tendrían pocas bolas de plástico o ninguna en la muestra.
La idea general es que las muestras sesgadas tienden a tener cantidades desproporcionadas en función de la población. Por ejemplo, si una persona quiere saber lo
que los americanos piensan sobre el control de armas, tomar una encuesta realizada
por la NRA se consideraría como generlización sesgada.
Puesto que la falacia de generalización sesgada se comete cuando la muestra
(en los casos observados) está sesgada o es prejuiciosa, es importante contar con
muestras que no estén sesgadas mediante generalización. La mejor forma de hacerlo
es coger muestras para evitar el sesgo. Por lo general, hay tres tipos de muestras
para evitar el sesgo. La idea es que estos métodos (cuando se usan apropiadamente)
conduzcan a una muestra que se relacione estrechamente con toda la población. Los
tres tipos de muestras son:
Muestra aleatoria. Se toma una muestra de forma que el azar es lo único que
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Cuarenta y dos falacias
determina la selección de los miembros de la población. Cualquier miembro de esa
población tiene la misma probabilidad de ser seleccionado como cualquier otro.
Este tipo de muestra evita el sesgo, porque una generalización sesgada toma los
miembros de una población que tengan mayores probabilidades de ser seleccionados que otros. Por desgracia, es difícil crear una muestra aleatoria.
Muestra estratificada. Se toma una muestra siguiendo estos pasos:
1º. Se identifica el estrato correspondiente (subpoblaciones de grupos).
2º. Se determina el número de poblaciones estratificadas.
3º. Se toma una muestra aleatoria por cada estrato en proporción a su grado.
Obviamente, este método es más útil cuando se trata de poblaciones estratificadas. Por ejemplo, los ingresos de una persona influyen en las votaciones, así que
cuando se elabora una encuesta electoral de intención de voto es buena idea tomar
una muestra estratificada para determinar el estrato, empleando una escala de poder
adquisitivo. Este método evita las muestras prejuiciosas (idealmente hablando) y así
se asegura que cada estrato de la población está adecuadamente representado.
Muestra de lapso de tiempo. Se toma una muestra en base a un estrato o una
muestra aleatoria y luego se cogen una o más muestras con un lapso significativo
de tiempo entre ellas. Después de coger dos muestras se comparan para ver los
cambios. Este método de recogida de muestras es muy importante cuando se hacen
predicciones. Es probable que una predicción basada en una sola muestra sea una
generalización apresurada (porque la muestra es demasiado pequeña para cubrir las
poblaciones del pasado, presente y futuro), o una generalización sesgada (porque la
muestra solo incluirá casos de un período de tiempo).
La gente comete generalizacióes sesgadas por prejuicio o sesgo. Por ejemplo,
una persona puede premeditadamente o impremeditadamente apoyarse en gente
o eventos que apoyen su sesgo. A modo de ejemplo, una persona que apoya una
teoría científica en particular puede tender a recoger muestras sesgadas a favor de
esa teoría.
Normalmente la gente comete esta falacia debido a la pereza o la dejadez. Es
muy fácil coger una muestra de lo que está fácilmente accesible, en vez de invertir
tiempo y esfuerzo para obtener una muestra adecuada y llegar a una conclusión
justificada.
Es importante recordar que el sesgo es relativo al propósito de la muestra. Por
ejemplo, si Bill quisiera saber qué piensan los miembros de la NRA acerca de la ley
de control de armas y coge una muestra de una reunión de la NRA, no habría sesgo.
Sin embargo, si Bill quisiera saber lo que los estadounidenses piensan sobre esa mis46
Michael C. LaBossiere
ma ley y coge la muestra de la reunión de la NRA, habría sesgo entonces.
Ejemplo nº1:
El editor de Bill le dice que realice una encuesta a los americanos sobre la nueva
ley federal de impuestos que afectará a todos los ordenadores modernos comprados. Los ingresos del impuesto se invertirán para elaborar nuevas leyes de decencia
en Internet. Bill es favorable a una posición y decide usar una encuesta electrónica.
En dicha encuesta, el 95% de los encuestados se oponía al impuesto. Bill se quedó
muy sorprendido cuando el 65% de los americanos votó a favor del impuesto.
Ejemplo nº2:
Los Estados Pacíficos de América deciden hacer una encuesta para saber que
piensan los americanos sobre las armas y el control de las mismas. A Jane le asignan el estudio. Para ahorrar gastos de envío, incluye el formulario de encuesta en el
grupo de noticias del correo. Se queda muy complacida al saber que el 95% de los
encuestados está a favor de la ley de control de armas y cuenta a sus amigos que la
vasta mayoría de americanos está a favor de las leyes de control de armas.
Ejemplo nº 3:
Se han realizado grandes encuestas en Florida, California, y Maine y se ha comprobado que el 55% de los encuestados pasan 14 días del año cerca del océano. Por
tanto, se puede concluir con seguridad que el 55% de todos los americanos pasan 14
días al año cerca del océano.
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Cuarenta y dos falacias
Carga de la prueba
Se conoce también como: apelación a la ignorancia (ad ignorantum).
Descripción: la apelación a la ignorancia es una falacia donde la carga de la
prueba se coloca en el lugar incorrecto. También sucede cuando hay falta de evidencia. El bando B traslada el peso de la evidencia al bando A cuando en realidad
la carga de la prueba descansa en el bando B. La apelación a la ignorancia es otro
nombre que identifica esta falacia. Esta forma de ‘razonar’ sigue el siguiente patrón:
1º. El bando A presenta la afirmación X y en realidad la carga de la prueba descansa en el bando B.
2º. El bando B afirma que X es falsa porque no hay prueba para X.
En muchas situaciones, un bando tiene la carga de la prueba. Dicho bando está
obligado a mostrar evidencias para demostrar su posición. La afirmación del otro
lado, el que no posee la carga de la prueba, se asume que es cierta a no ser que la
provea. El problema en tales casos es determinar en qué parte descansa la carga de
la prueba. En muchos casos, es importante plantearse esa cuestión. A veces la carga
de la prueba se coloca según el contexto. Por ejemplo, la carga de la prueba descansa
en el bando que afirma que algo existe (como Pies Grandes, los poderes psíquicos,
la universalidad y los datos sensoriales).
Ejemplo nº1:
Bill: pienso que debería invertirse más dinero en expandir las carreteras interestatales.
Jill: creo que sería una mala idea si consideramos el estado de la tesorería.
Bill: ¿cómo puede alguien estar en contra de las mejoras de las autopistas?
Ejemplo nº2:
Bill: creo que hay algunas personas que tienen poderes psíquicos.
Jill: ¿Qué prueba tienes?
Bill: nadie ha sido capaz de demostrar que esa gente no tenga poderes psíquicos.
Ejemplo nº3:
—No puedes probar que Dios no existe, así que existe.
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Michael C. LaBossiere
Ad hominem circunstancial
Descripción: un ad hominem circunstancial es una falacia que consiste en atacar
una afirmación aseverando que la persona sostiene eso por mero interés. En algunos
casos, se señalan las circunstancias de la persona y se ataca (como la religión, afiliación política, trasfondo étnico, etcétera). La falacia tiene las siguientes estructuras:
Primera forma:
1º. La persona A hace la afirmación X.
2º. La persona B asevera que A dice X porque tiene interés en decir X.
3º. Por tanto, la afirmación X es falsa.
Segunda forma:
1º. La persona A hace la afirmación X
2º. La persona B hace un ataque a las circunstancias de A.
3º. Por tanto, X es falsa.
Un ad hominem circunstancial es una falacia porque los intereses y circunstancias no tienen relación con la verdad o falsedad de la afirmación. Las afirmaciones
de una persona se mantendrán o se caerán por su propio peso dependiendo de
los intereses que tenga dicha persona para sustentar su afirmación. La veracidad o
falsedad de una afirmación tampoco se ve afectada por las circunstancias de una
persona (religión, afiliación política, etcétera). Esto se demuestra claramente con el
siguiente ejemplo: ‘Bill afirma que 1+1=2, pero es un republicano así que su afirmación es falsa’.
Hay ocasiones en que es prudente sospechar de las afirmaciones de una persona, porque se ve a simple vista que dichas afirmaciones están sesgadas por interés.
Por ejemplo, si una compañía tabacalera importante afirma que el tabaco no causa
cáncer, sería prudente no aceptar la afirmación sin más. Esto se debe a que tienen
interés por realizar la afirmación, ya sea verdadera o no. Sin embargo, el mero hecho
de que la persona tiene interés en decir la afirmación no hace que ésta sea falsa. Por
ejemplo, suponga que un padre dice a su hijo que es peligroso introducir un tenedor
en un enchufe. El hecho de que él haya tenido un motivo para decirlo no hace que
su afirmación sea falsa.
Ejemplo nº1:
—Ella asevera que necesitamos más gasto militar, pero es falso desde el momento en que afirmó ser republicana.
Ejemplo nº2:
—Creo que deberíamos rechazar lo que el Padre Jones tiene que decir acerca de
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Cuarenta y dos falacias
la ética del aborto, porque es un sacerdote católico. Después de todo, necesitan al
Padre Jones para sustentar tales perspectivas.
Ejemplo nº3:
—Por supuesto que el senador de Maine se opuso a la reducción de gasto naval.
A fin de cuentas, Bath Ironworks, la empresa que fabrica buques de guerra, está en
Maine.
Ejemplo nº4:
—Bill afirma que las exenciones fiscales para empresas aumentan su desarrollo.
Por supuesto, Bill es el CEO de la corporación, así que se equivoca.
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Falacia de composición
Descripción: se comete falacia de composición cuando se infiere que las características de un conjunto son las mismas que las de los componentes, y en realidad
no hay justificación de la inferencia.
El primer tipo de falacia de composición consiste en decir que las características
individuales de un grupo o elemento se aplican a las características de los elementos
o clases en todo su conjunto. Más en profundidad, el ‘razonamiento’ sería así:
1º. Las cosas F individuales tienen características A, B, C, etcétera.
2º. En consecuencia, el grupo (en conjunto) de F cosas tienen características A,
B, C, etcétera.
Este ‘razonamiento’ es falaz porque el mero hecho de que los individuos tengan
determinadas características no garantiza, en efecto, que el todo (el conjunto) tenga
dichas características.
Es importante señalar que no siempre es falaz desarrollar una inferencia de las
características de un grupo basada en las características de sus miembros individuales. En algunos casos, se puede aportar pruebas que justifiquen la conclusión. Por
ejemplo, es verdad que una persona rica tiene mejor salud que una persona pobre.
En algunas naciones (como la de Estados Unidos) es verdad que la gente saludable
de clase media tiene mejor salud en conjunto que la clase pobre. En este caso, la evidencia garantizaría la inferencia y no se cometería la falacia de composición.
El segundo tipo de falacia de composición se comete cuando se concluye injustificadamente que lo que es verdad en las partes debe ser verdad del grupo. Técnicamente, el razonamiento sería el siguiente.
1º. Las partes del conjunto X tienen características A, B, C, etcétera.
2º. En consecuencia, X en conjunto debe tener características A, B, C, etcétera.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz porque no se puede deducir que las partes
de un todo complejo tienen (o no tienen) ciertas propiedades del todo. Esto se ve
claramente en matemáticas: ‘los números 1 y 3 son ambos impares. 1 y 3 son parte
de 4. Por tanto 4 es impar’.
Debe señalarse que no es siempre falaz inferir que las propiedades de las partes
son las mismas para el todo. Si hay la inferencia está justificada el razonamiento no
será falaz. Por ejemplo, si cada parte del cuerpo humano está hecha de materia no
sería un error de razonamiento concluir que el cuerpo humano en conjunto está hecho de materia. De forma similar, si cada parte de un edificio está hecho de ladrillo
no se comete falacia de composición cuando se llega a la conclusión de que toda la
51
Cuarenta y dos falacias
estructura está hecha de ladrillo.
Ejemplo nº1:
En principio, un tanque de guerra usa más combustible que un coche. En consecuencia, los tanques de batalla usan más combustible que todos los coches del
mundo.
Ejemplo nº2:
Un tigre come más comida que un ser humano. En consecuencia, los tigres,
como grupo, comen más comida que todos los humanos de la Tierra.
Ejemplo nº3:
Los átomos son incoloros. Los gatos están hechos de átomos, así que los gatos
son incoloros.
Ejemplo nº4:
‘Todo jugador del equipo X es una superestrella y un gran jugador, así que el
equipo es bueno’. Esto es falaz, ya que puede darse el caso de que las superestrellas
no sean capaces de jugar muy bien juntos y, en consecuencia, el equipo sería un
desastre.
Ejemplo nº5:
‘Cada parte del espectáculo, desde los efectos especiales hasta la actuación, es
una obra maestra. Así que el conjunto del espectáculo es una obra maestra’. Esto es
falaz por la misma razón que lo siguiente: ‘te gustan los huevos, los helados, la pizza,
la tarta, el pescado, la gelatina, el pollo, los tacos picantes, los refrescos, las naranjas,
la leche, los rollitos con huevo, y el yogurt, así que debe gustarte este delicioso plato
hecho con todo lo que te gusta’.
Ejemplo nº6:
‘Vamos, te gusta la ternera, las patatas y los guisantes verdes, así que te gustara
este guiso de ternera, patata y guisantes verdes’. Eso es falaz por el mismo motivo
que esto: te gustan los huevos, el helado, la pizza, la tarta, el pescado, la gelatina, el
pollo, los tacos picantes, el agua, las naranjas, la leche, los huevos revueltos y el yogur, así que te tiene que gustar este plato hecho con todo lo anterior, que está para
chuparse los dedos.
Ejemplo nº7:
El sodio y el cloruro son ambos peligrosos para los humanos. En consecuencia,
cualquier combinación de sodio y cloruro será peligrosa para los humanos.
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Confusión de causa y efecto
Se conoce también como: causa cuestionable, revertir la causación.
Descripción: la confusión de causa y efecto es una falacia que sigue el siguiente
patrón:
1º. A y B ocurren regularmente con frecuencia.
2º. En consecuencia A es la causa de B.
Esta falacia sugiere que no hay una causa común que provoque realmente tanto
A como B.
Una persona comete confusión de causa y efecto cuando asume que un evento
debe ser causa de otra sólo porque ocurren juntos. Técnicamente, esta falacia implica elaborar una conclusión donde A es la causa de B porque simplemente A y B
están en conjunción regular (y no hay un factor común que en realidad sea la causa
de A y B). El error consiste en inferir sin una justificación satisfactoria.
En algunos casos será evidente que se comete esta falacia. Por ejemplo, una
persona puede afirmar que ha surgido una enfermedad a raíz de que otra persona
había cogido fiebre. En este caso, será evidente que la fiebre surgió por la enfermedad y no por otra cosa. En otros casos, la falacia no siempre es evidente. Un factor
que dificulta el razonamiento es el de no saber realmente cuál es la causa y cuál es
el efecto. Por ejemplo, el comportamiento de los padres puede deberse a su hijo
problemático o que el comportamiento del chico sea la causa del mal humor de los
padres. La dificultad aumenta debido a que algunas situaciones presentan una reacción. Por ejemplo, el comportamiento de los padres puede provocar que el chico sea
problemático y que el comportamiento del chico perjudique el estado anímico de
los padres. En tales casos, resulta difícil clarificar cuál es la causa principal.
Con el objetivo de determinar el momento en que se cometió la falacia se debe
demostrar que la conclusión no se ha sustentado adecuadamente y que la persona
que la cometió ha confundido la causa real con el efecto. Probar que se ha cometido
la falacia implica saber la causa y el efecto. En algunos casos, como se puso arriba,
puede resultar muy fácil. En otros casos será difícil y puede que en algunos sea imposible.
Otra cosa que dificulta el razonamiento es que la gente a menudo tiene concepciones muy diferentes de la causa,y en algunos casos las cuestiones se ven empañadas por las emociones y las ideologías. Por ejemplo, a menudo las personas afirman
que la violencia en la televisión y en las películas se debe censurada, porque provoca
que la gente se comporte de manera violenta. Otras afirman que hay violencia en
53
Cuarenta y dos falacias
la televisión y en las películas porque la gente quiere violencia. En este caso, no es
obvio deducir cuál es la causa y la cuestión se complica porque a menudo las emociones están a flor de piel.
Ya que puede resultar difícil elaborar razonamientos se puede evitar errores poniendo especial cuidado y atención a los procedimientos de testeo. Esto se debe al
hecho de que la falacia se construye en base a una conclusión mal realizada. Una
forma de evitar la falacia consiste en prestar atención a la secuencia temporal de los
eventos. En general, los efectos (fuera de Star Trek) no preceden a las causas, y si
A ocurre después de B entonces A no puede ser la causa de B. Sin embargo, estos
métodos van más allá del alcance de este programa.
Todas las falacias casuales involucran un error de razonamiento. Sin embargo,
esta difiere de las otras en cuanto a los errores cometidos. En el caso de una falacia
post hoc el error es que una persona está aceptando que A es la causa de B solo porque A ocurre antes que B. En el caso de la falacia de ignorar una causa común, A
se toma como la causa de B cuando, en efecto, hay un tercer factor que es la causa
tanto de A como de B. Para más información vea las entradas correspondientes en
este programa.
Ejemplo nº1:
Bill y Joe conversan sobre la música y la decadencia moral.
Bill: para mí está claro que esta nueva música es la causa de que los jóvenes se
corrompan.
Joe: ¿Qué quieres decir?
Bill: esos raps dicen a los críos que maten polis, tomen drogas, y abusen de
mujeres. Todo eso está mal y los chicos de hoy no deberían hacer ese tipo de cosas.
¡Tenemos que prohibir esa música!
Joe: ¿Así que piensas que deshaciéndote de la música resolvería los problemas
de drogas, violencia y sexismo en los Estados Unidos?
Bill: bueno, no me desharía de todo, pero tendría mucho cuidado con eso.
Joe: ¿No piensas que la mayoría de los raperos cantan todo eso porque es lo
que realmente sucede hoy en día? Quiero decir, la gente a menudo canta sobre las
condiciones de su época, así como la gente lo hizo en los sesenta. Luego entonces
supongo que piensas que esa gente estaba en contra de la guerra y se drogaban porque escuchaban a Dylan y a Baez.
Bill: bueno…
Joe: en fin, me parece que la causa principal del contenido de la música rap son
las condiciones sociales preexistentes. Si no hubiera esos problemas los raperos no
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Michael C. LaBossiere
cantarían sobre todo eso. También creo que si las condiciones sociales fueran mejores los críos podrían escuchar música sin que les afecte.
Bill: bueno, yo sigo pensando que la música rap causa los problemas. No puedes
argumentar en contra del hecho de que las enfermedades sociales se contagiaron al
mismo tiempo que surgió la música rap.
Ejemplo nº2:
Algunas personas afirman que varias enfermedades son causadas por la depresión y la ira. Después de todo, la gente que está gravemente enferma a menudo está
deprimida y enfadada. Entonces se dice que la causa de las enfermedades graves en
realidad es la depresión y la ira. Así que una actitud buena y alegre es la clave para
mantenerse saludable.
Ejemplo nº3:
Bill prepara varios platos con pan en ellos. Después de un par de días nota que
ha crecido moho por todas partes. Bill llega a la conclusión de que el moho se produjo porque el pan se puso malo. Cuando Bill le cuenta su experimento a su madre,
le dice que el moho es la causa de que el pan se ponga malo y que será mejor que
limpie el desorden si quiere su paga semanal.
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Cuarenta y dos falacias
Falacia de división
tes.
Descripción: Se comete falacia de división cuando:
1º. Se dice que lo que es verdad para el conjunto debe serlo también en sus par-
2º. La persona falla al justificar la inferencia por no presentar evidencias suficientes.
En realidad el ‘razonamiento’ sigue este patrón:
1º. El conjunto X tiene propiedades A, B, C, etcétera.
2º. En consecuencia, las partes de X tienen propiedades A, B, C, etc.
En este caso el razonamiento falaz se hace patente con el siguiente caso: 4 es un
número par. 1 y 3 forman parte de 4. Luego 1 y 3 son pares.
Debería señalarse que no siempre es falaz llegar a una conclusión sobre las partes de un conjunto basado en las propiedades de un todo. Cuando se aporte evidencia adecuada al argumento el razonamiento se podrá aceptar. Por ejemplo, el cuerpo
humano está hecho de materia y es razonable decir que las partes que forman el
cuerpo humano están hechas de materia. Esto es así porque no hay razón para creer
que el cuerpo está hecho de partes que no sean de materia, ya sea en conjunto como
separados.
La segunda versión de la falacia de división se comete cuando una persona:
1º. Llega a una conclusión de las propiedades de miembros individuales de una
clase o grupo basándose en las características de un colectivo de una clase o grupo.
2º. No hay suficiente justificación para la conclusión.
En profundidad, así es el ‘razonamiento’:
1º. El grupo o clase X como colectivo tiene cualidades A, B, C, etc.
2º. En consecuencia, los miembros individuales del grupo tienen características
A, B, C, etc.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz y se puede mostrar fácilmente con un ejemplo. Si es cierto que los atletas, como grupo, son jugadores de fútbol, corredores,
nadadores, tenistas, saltadores de longitud, saltadores de pértiga y demás, pero sería
falaz inferir en que cada atleta de forma individual es un jugador de fútbol, corredor, nadador, etcétera.
Se debería tener en cuenta que no siempre es falaz hacer una conclusión de algo
individual basado en lo que es verdad de la clase a la que pertenece. Si la conclusión
se respalda con evidencias, entonces el razonamiento puede estar bien. Por ejemplo,
no es falaz inferir que Bill, el gato siamés, es un mamífero ya que los gatos son ma56
Michael C. LaBossiere
míferos. En este caso lo que es verdad de la clase también es cierto de cada miembro
individual.
Ejemplo nº1:
La bola es azul, entonces los átomos que la conforman son también azules.
Ejemplo nº2:
Una célula viva es materia orgánica, así que los químicos que conforman la célula deben ser también materia orgánica.
Ejemplo nº3:
Bill vive en un gran edificio, así que sus apartamentos deben ser grandes.
Ejemplo nº4:
El cloruro sódico (sal común de mesa) debe tomarse con moderación. En consecuencia, sus elementos constituyentes, sodio y cloruro, deben tomarse con moderación.
Ejemplo nº5.
Los americanos usan mucha más electricidad que los africanos. Así que Bill, que
vive en una cabaña primitiva en Maine, usa más electricidad que Nelson, que vive
en una casa moderna en el sur de África.
Ejemplo nº6:
Los hombres reciben mejor educación que las mujeres. Por tanto, la doctora
Jane Smart tiene menos educación que el doctor Bill Buffoon.
Ejemplo nº7:
Las minorías obtienen pagas inferiores que los ‘blancos’ en América. En consecuencia, el director negro de una compañía multimillonaria obtiene menos sueldo
que un conserje que limpia su oficina.
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Cuarenta y dos falacias
Falso dilema
Se conoce también como: pensamiento blanco y negro.
Descripción: un falso dilema es una falacia donde una persona utiliza la siguiente línea de ‘razonamiento’:
1º. Cualquier afirmación X o Y es verdadera (cuando X e Y podrían ser ambos
falsos).
2º. La afirmación Y es falsa.
3º. En consecuencia X es verdadera.
Este ‘razonamiento’ es falaz porque si ambas afirmaciones pueden ser falsas,
entonces no se puede interferir en aquella que es verdadera porque la otra es falsa.
Podemos aclarar este caso mediante un ejemplo.
1º. Tenemos que 1+1=4 y que 1+1=12.
2º. No es el caso que 1+1=4 sea cierto.
3º. Por lo tanto, 1+1=12 es verdad.
En casos donde las dos opciones sean, en efecto, las únicas este razonamiento
no será falaz, pues. Por ejemplo:
1º. Bill está vivo o está muerto.
2º. Bill no está muerto.
3º. En conclusión Bill está vivo.
Ejemplo nº1:
Senadora Jill: tendremos que recortar la financiación de la educación.
Senador Bill: ¿Por qué?
Senadora Jill: bueno, podemos recortar los programas sociales o enfrentarnos a
un enorme déficit y no poder vivir a causa de eso.
Ejemplo nº2:
Bill: Tanto Jill como yo apoyamos que haya oraciones en los colegios públicos.
Jill: ¡Ey! ¡Jamás dije eso!
Bill: ¿Eres atea o no eres atea, Jill?
Ejemplo nº3:
Mira, vas a tener que tomar una decisión. O bien decides comprar el estéreo, o
bien decides prescindir de la música por un tiempo.
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Michael C. LaBossiere
Falacia del jugador
Descripción de la falacia del jugador: se comete la falacia del jugador cuando
una persona asume que los cambios ocurridos a medio o largo plazo se corregirán
en un corto espacio de tiempo. La estructura de la falacia reza de la siguiente forma:
1º. X ha ocurrido.
2º. X cambia de tal forma a lo previsto a medio o largo plazo.
3º. Por lo tanto, X acabará por suceder pronto.
Hay dos formas de cometer esta falacia. En ambos casos, se asume que un resultado sucede simple y llanamente porque han ocurrido cambios previamente a
medio y largo plazo.
La primera forma consiste en eventos cuyas probabilidades de suceder son independientes de otros eventos. Por ejemplo, en un ‘cara o cruz’ la primera tirada de
moneda no afecta a la siguiente tirada, así que cada vez que se tira la moneda hay
un 50% de probabilidades (imaginémoslo) de que salga ‘cara’ y otro 50% de probabilidades de que salga ‘cruz’. Suponga que una persona lanza la moneda 6 veces y en
cada tirada ha obtenido ‘cara’. Si esa persona concluye que las siguientes tiradas serán ‘cruz’ por los resultados previos obtenidos, entonces ya está cometiendo la falacia del jugador. Esto es así porque los resultados previos de las tiradas no influyen en
la posterior tirada: la séptima. Se tiene un 50% de probabilidades de que salga ‘cara’
y otro 50% de probabilidades de que salga ‘cruz’, igual que en cualquier otro caso.
La segunda forma de la falacia engloba casos cuyas probabilidades de que suceda algo no son independientes de otras. Por ejemplo, suponga que un boxeador
ha ganado el 50% de los combates durante los dos años anteriores. Imagine que
después de varios combates ha ganado durante este año el 50% de sus encuentros,
por lo que ha perdido sus últimas seis peleas y le quedan otras seis por disputar.
Si una persona creyó que el boxeador ganaría las siguientes seis porque se basó en
sus anteriores derrotas, entonces habrá cometido la falacia del jugador. Después de
todo, la persona estaría ignorando el hecho de que las circunstancias de un combate
pueden influenciar en el resultado del siguiente. Por ejemplo, el boxeador podría
haberse lesionado en un anterior combate, lo cual bajaría sus probabilidades de
ganar las seis peleas restantes.
Se debería tener en cuenta que no son falaces las predicciones basadas en la probabilidad. Si una persona tiene buenas evidencias para sus predicciones entonces
será razonable aceptarlas. Por ejemplo, si una persona tira una moneda al aire y ha
obtenido nueve ‘caras’ en una tirada, sería razonable concluir que probablemente no
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Cuarenta y dos falacias
vuelva a obtener nueve ‘caras’ en la próxima tirada. Este razonamiento no sería falaz
mientras se asegure que sus conclusiones se deben al conocimiento de las leyes de
probabilidad. En este caso, si se concluye que no obtendrá ‘cara’ en las nueve tiradas,
el razonamiento sería bueno y su conclusión sería justificable. Por lo tanto, determinar si se comete o no la falacia del jugador requerirá un conocimiento básico de las
leyes de la probabilidad.
Ejemplo nº1:
Bill juega con Doug en un juego de tanques de la Segunda Guerra Mundial.
Doug ha tenido una gran ‘racha de suerte’ y ha eliminado los tanques de Bill con
buenas tiradas. A Bill le quedan unos pocos tanques y decide arriesgarlos todos en
un desesperado ataque. Está un poco preocupado de que pueda acabar con él, pero
piensa que, ya que Doug ha tenido buenas tiradas, ahora es su turno de que le salgan
malas tiradas. Bill lanza su ataque contra las fuerzas carniceras de Doug.
Ejemplo nº2:
Jane y Bill están conversando:
Jane: pronto seré capaz de comprar ese coche que siempre quise.
Bill: ¿Y cómo? ¿Te han ascendido?
Jane: no, pero, ¿sabías que he estado jugando a la lotería durante todos estos
años?
Bill: sí. Compras uno cada vez que salen.
Jane: y he perdido en cada ocasión.
Bill: Entonces, ¿por qué crees que vas a ganar esta vez?
Jane: bueno, después de haber perdido tantas veces ahora tengo que ganar.
Ejemplo nº3:
Joe y Sam están en el hipódromo haciendo apuestas:
Joe: ¿Ves el caballo de allí? Ha perdido las últimas cuatro carreras. Voy a apostar
por él.
Sam: ¿Por qué? Creo que es probable que pierda.
Joe: de ninguna manera, Sam. Miré las estadísticas de los caballos y ganó la mitad de las anteriores carreras. Ya que ha perdido tres de las cuatro últimas carreras
tiene que ganar. Apostaré por él.
Sam ¿estás seguro?
Joe: por supuesto que estoy seguro. Ese caballo tiene que ganar, tío, ¡tiene que
ganar!
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Michael C. LaBossiere
Falacia genética
Descripción: una falacia genética es un tipo de ‘razonamiento’ donde se desacredita la afirmación o cosa en función de su origen. También es un ‘razonamiento’
en donde el origen de una afirmación o cosa se toma como evidencia. Esta manera
de ‘razonar’ tiene la siguiente estructura:
1º. Se presenta el origen de la afirmación o cosa.
2º. La afirmación o cosa que es verdadera (o falsa) se defiende (o se desacredita).
Está claro que esta línea de ‘razonamiento’ es falaz. Por ejemplo: ‘Bill afirma que
1+1=2. Sin embargo mis padres me inculcaron a creer que 1+1=254, así que Bill
debe estar errado’.
Debería recordarse que hay casos donde el origen de la afirmación es relevante para la verdad o falsedad de la afirmación. Por ejemplo, una afirmación de un
experto fiable normalmente es verdad (a condición que esté dentro de su área de
experiencia).
Ejemplo nº1:
—Sí, todos los ecologistas afirman que el desarrollo excesivo puede dar lugar a
todo tipo de problemas graves, ¡pero todos conocemos a esos malditos abrazaconejos y sus estúpidas ideas!
Ejemplo nº2:
—Me educaron para creer en Dios y mis padres me dijeron que Dios existe, así
que Él debe existir.
Ejemplo nº3:
—Así es, los medios de comunicación afirman que el senador Bedfellow estuvo
recibiendo sobornos, pero todos conocemos la ‘credibilidad’ de los medios de comunicación, ¿verdad?
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Cuarenta y dos falacias
Culpabilidad por asociación
Se conoce también como: falacia de las malas compañías, falacia del ‘dime con
quién te juntas y te diré quién eres’.
Descripción: la culpabilidad por asociación es una falacia donde una persona
rechaza una afirmación sólo porque a la gente le desagrada aceptar dicha afirmación. Esta línea de ‘razonamiento’ tiene la siguiente forma:
1º. La gente señala que la persona A no le gusta aceptar la afirmación P.
2º. En consecuencia, P es falso.
Está claro que esta forma de razonamiento es falaz. Por ejemplo, lo siguiente
es un razonamiento débil: ‘piensas que 1+1=2, pero, Adolf Hitler, Charles Manson,
Joseph Stalin y Ted Bundy creían que 1+1=2. Así que no deberías creer en ello’.
La falacia concentra su poder en el hecho de que a la gente no le gusta estar
asociado con personas que le desagradan. En consecuencia, si se demuestra que una
primera persona comparte una creencia con otra gente y hay una segunda persona
que le desagrada ese grupo, entonces la segunda persona puede ser influenciada a
que rechace tal creencia. En esos casos, la persona rechazará la afirmación basándose en cómo piensan o qué siente otra gente, y por ello esta persona no quiere que se
le asocie a esas personas.
Por supuesto, el hecho de que alguien no quiera ser asociado con gente que le
desagrada no justifica el rechazo de cualquier afirmación. Por ejemplo, la gente más
malvada y terrible acepta que la tierra gira alrededor del sol y que el plomo es más
pesado que el helio. Nadie en sus cabales rechazaría esas afirmaciones sólo porque
esto los acerca a gente que no les agrada (o incluso odia).
Ejemplo nº1:
Will y Kiteena hablan del socialismo. Kiteena es pacifista y odia a la gente violenta.
Kiteena: creo que los Estados Unidos deberían continuar adoptando programas
socialistas. Por ejemplo, creo que el gobierno debería controlar las industrias vitales.
Will: entonces estás a favor de la propiedad estatal de la industria.
Kiteena: ciertamente es una gran idea y ayudará a hacer del mundo un lugar
menos violento.
Will: bueno, ya sabes que Stalin también apoyó la propiedad estatal de la industria. En el último recuento se cuantificó millones de muertos de su propia gente. Pol
Pot de Camboya apoyó también la propiedad estatal de la industria, también mató
a millones de su gente. El líder de China apoya la propiedad estatal de la industria y
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Michael C. LaBossiere
mató a su gente. ¿Sigues todavía de acuerdo con la propiedad estatal de la industria?
Kiteena: ¡Oh, no! ¡No quiero estar asociada con esos carniceros!
Ejemplo nº2:
Jen y Sandy discuten sobre la asistencia social. Jen es de lejos políticamente conservadora, pero ha sido una oponente activa del racismo. Sandy es extremadamente
liberal.
Jen: he estado leyendo algunos estudios privados de asistencia social y bienestar
y pienso que sería mejor tener gente trabajando por su bienestar. Por ejemplo, la
gente podría recoger la basura, poner carteles, e incluso realizar trabajos que requieran habilidades que coincidan con su cualificación. Esto probablemente haría
que la gente se sintiera mejor consigo misma y se sacaría más provecho de nuestros
impuestos.
Sandy: ya veo. ¿Así que quieres tener a gente pobre rondando por las calles cogiendo basura por cheques? En fin, es la misma posición que David Count apoyaría.
Jen: ¿Quién es ese?
Sandy: estoy sorprendida que no lo conozcas, viendo lo parecidos que sois vosotros dos. Fue un gran mago mokky de la Liga Blanca Pura y es también conocido
por su odio a los blancos y a otras minorías. Con tu perfil encajarías perfectamente
en su pequeño club racista.
Jen: entonces, ¿debería rechazar mi punto de vista porque comparta algo de
algún racista?
Sandy: por supuesto.
Ejemplo nº3.
Libard y Ferris discuten sobre a quién van a votar para que sea el próximo jefe
de departamento de filosofía. Libard es una feminista radical y desprecia a Wayne y
Bill, que son dos profesores sexistas del departamento.
Ferris: entonces, ¿a quién vas a votar?
Libard: bueno, estaba pensando en votar a Jane, porque es una mujer y aquí
nunca ha habido una mujer en el departamento, aunque creo que Steve hará un excelente trabajo. Tiene mucha influencia en la universidad y es una persona decente.
Ferris: ya sabes que Wayne y Bill le apoyan. Realmente les gusta la idea de tener
a Steve como jefe. Nunca pensé que te vería al lado de esos dos cerdos.
Libard: bueno, tal vez es hora de que tengamos una mujer como jefa. Votaré por
Jane.
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Cuarenta y dos falacias
Generalización apresurada
Se conoce también como: falacia de estadísticas insuficientes, falacia de ejemplo
insuficiente, saltar a una conclusión A, inducción precipitada.
Descripción: esta falacia se comete cuando una persona llega a una conclusión
sobre un grupo basado en una muestra que no es lo suficientemente amplia. Tiene
la siguiente forma:
1º. La muestra S, que es poco amplia, se usa para una población P
2º. La conclusión C se obtiene de la población P basado en S.
La persona que comete la falacia hace mal uso de la siguiente línea de ‘razonamiento’, la cual es conocida como generalización inductiva, generalización y generalización estadística:
1º. El x% de todo lo observado en A está en B.
2º. En consecuencia el x% de todo A está en B.
Se comete esta falacia cuando no existen suficientes muestras A para justificar
la conclusión. Si hay suficientes muestras A entonces el razonamiento no es falaz.
Las pequeñas muestras tienden a no ser representativas. Un ejemplo directo:
preguntar a un solo canadiense qué piensa sobre el control de armas no proporcionaría una muestra amplia para determinar qué es lo que piensan en general los
canadienses sobre el tema. La idea general es que las pequeñas muestras son menos
propensas a contener números proporcionales a la población entera. Por ejemplo,
si un cubo contiene canicas azules, rojas, verdes y naranjas, no sería posible tomar
como muestra representativa tres canicas de todo el conjunto. Ya que aumenta el tamaño de la muestra es más probable que se seleccionen las canicas de cada color en
proporción al número de la población entera. Lo mismo se aplica a cosas diferentes
a las canicas, como las personas y sus opiniones políticas.
Puesto que la generalización precipitada se comete cuando la muestra (las instancias observadas) es demasiado pequeña, es importante tener muestras que sean
lo suficientemente amplias a la hora de hacer una generalización. La forma más
fiable de hacerlo consiste en tomar tantas muestras grandes como de prácticas sean.
No hay números establecidos sobre qué cantidad es la suficientemente amplia. Si la
población en cuestión no es muy diversa (una población de ratones clonados, por
ejemplo) sería suficiente una muestra pequeña. Si la población es muy diversa (personas, por ejemplo) entonces se necesitaría una muestra más amplia. El tamaño de
la muestra también depende del tamaño de la población. Obviamente una pequeña
población no sustentará a un ejemplo enorme. Finalmente, el tamaño adecuado de
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Michael C. LaBossiere
la muestra dependerá del objetivo de la misma. Por ejemplo, si Bill quiere saber lo
que Joe y Jane piensan acerca del control del armas tendrá que tomar una muestra
de Joe y Jane, y sería una muestra lo suficientemente amplia. Por el contrario, si Bill
quiere saber qué piensan la mayoría de los australianos sobre el control de armas,
entonces tomar una muestra de Bill y Jane sería demasiado pequeña.
La gente a menudo comete generalizaciones precipitadas por sesgo o prejuicio.
Por ejemplo, alguien que es un sexista puede llegar a la conclusión de que todas las
mujeres son incapaces de volar en aviones de combate porque una mujer estrelló
uno. La gente comete comúnmente generalizaciones precipitadas por pereza o descuido. Es muy fácil saltarse una conclusión y es mucho más difícil reunir muestras
adecuadas y llegar a una conclusión justificada. En consecuencia, evitar esta falacia
requiere minimizar la influencia del sesgo y tener cuidado cuando se seleccione una
muestra que sea lo suficientemente grande.
Como nota final, una generalización apresurada, como cualquier falacia, puede
llevar a una conclusión verdadera. Sin embargo, mientras que el razonamiento sea
falaz no hay motivos para aceptar la conclusión basada en dicho razonamiento.
Ejemplo nº1:
Smith, que es de Inglaterra, decide graduarse en la universidad estatal de Ohio.
Jamás ha estado antes en los Estados Unidos. El día después de llegar pide una clase
orientativa y ve dos ardillas blancas (albinas) correteando por un árbol. En su siguiente carta que va a enviar a casa cuenta a su familia que las ardillas americanas
son blancas.
Ejemplo nº2:
Sam está montando en bici en su casa natal en Maine, ocupado en sus propias
cosas. Una camioneta se acerca por detrás y el conductor comienza a pitarle e intenta echarle de la carretera. Cuando el conductor pasa por su lado éste grita: ‘¡ve por
la acera, que es donde debes ir!’. Sam observa que la camioneta tiene matrícula de
Ohio y concluye que todos los conductores de Ohio son idiotas.
Ejemplo nº3:
Bill: ya sabes, todas esas feministas odian a los hombres.
Joe: ¿de veras?
Bill: sí, el otro día en mi clase de filosofía esa Rachel hizo una presentación.
Joe: ¿Qué Rachel?
Bill: la conoces, es la que está en el grupo feminista en el centro de la mujer. Dijo
que todos los hombres son cerdos sexistas. Le pregunté por qué creía en eso y me
contestó que sus últimos novios fueron unos cerdos sexistas.
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Cuarenta y dos falacias
Joe: no me parece una buena razón para creer que todos nosotros somos cerdos.
Bill: eso fue lo que dije.
Joe: ¿Y qué dijo?
Bill: dijo que había visto los suficientes hombres para creer que todos nosotros
somos unos cerdos. Obviamente odia a todos los hombres.
Joe: ¿así que crees que todas las feministas son como ella?
Bill: seguro. Todas odian a los hombres.
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Michael C. LaBossiere
Ignorar la causa común
Se conoce también como: causa cuestionable.
Descripción: esta falacia presenta la siguiente estructura:
1º. A y B están regularmente conectados (pero no un tercero, que es la causa
común que se busca).
2º. En consecuencia, A es la causa de B.
Se comete esta falacia cuando se concluye que algo es la causa de otra cosa porque suelen estar asociados. Dicho de otra forma, se comete esta falacia cuando se
concluye que A es la causa de B, porque A y B están conectados. Es más, no se considera la posiblidad de un tercer factor que puede ser la causa tanto de A como de B.
En muchos casos, la falacia es bastante evidente. Por ejemplo, si una persona
afirmó que el estornudo de una persona se debió a sus ojos llorosos e ignora el
hecho de que la mujer estaba de pie en un campo de heno, habría caído presa de la
falacia de ignorar la causa común. En este caso, sería razonable concluir que el estornudo y los ojos llorosos fueron causados por una reacción alérgica de algún tipo.
En otros casos, no es tan evidente que se esté cometiendo la falacia. Por ejemplo,
un doctor encuentra una gran cantidad de bacterias en uno de sus pacientes y llega
a la conclusión de que la bacteria es la causa de la enfermedad de su paciente. Sin
embargo, podría resultar que las bacterias son en realidad inofensivas y la causa es
un virus. Por tanto, los virus serían la causa real de la enfermedad y no el crecimiento de las bacterias (los virus debilitarían las defensas del cuerpo y no resistirían el
crecimiento de las bacterias).
Como ya se señaló en otras falacias, la casualidad es un tema un tanto difícil. Sin
embargo, es posible evitar esta falacia teniendo mucho cuidado. En el caso de ignorar la causa común, la clave es ser cuidadoso cuando comprobemos otros factores
que puedan ser la causa real de ambas causas y el supuesto efecto. Si una persona
falla al comprobar las posibilidades de una causa común entonces cometerá esta
falacia. Además, siempre es bueno preguntar: ‘¿podría haber un tercer factor que en
realidad cause tanto A como B?’
Ejemplo nº1:
Un día Bill se levanta con fiebre. Unas horas después encuentra puntos rojos
en su piel y concluye que la fiebre debe ser causada por esos puntos. Sus amigos
insisten que los puntos rojos y la fiebre son causados por algún tipo de microbio.
Bill se ríe de esto e insiste que si pasa el día en una bañera de agua fría los puntos
desaparecerán.
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Cuarenta y dos falacias
Ejemplo nº2:
Durante el transcurso de varias semanas las hojas de los pinos cayeron a lo largo
del agua del río. Poco después aparecieron un montón de peces muertos en la orilla
del río. Cuando la EPA investigó a los propietarios de la Wombat River Chemical
Company afirmaron que era obvio que las hojas de pino mataron a los peces. Muchos ecologistas locales afirmaron que los desechos tóxicos de la planta química
fueron los causantes de la muerte tanto de árboles como de peces y que las hojas de
los pinos no tenían ningún efecto sobre los peces.
Ejemplo nº3:
Una tormenta despierta a Joe en medio de la noche. Baja para coger algo de
leche para que le ayude a dormir. De camino a la nevera nota que el barómetro ha
bajado bastante. Joe piensa que la tormenta fue la causante de que el barómetro
callera. Por la mañana le dice a su mujer lo que ocurrió. Ella le cuenta que fue una
caída de presión atmosférica que causó que el barómetro cayera en la tormenta.
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Michael C. LaBossiere
Término medio
Se conoce también como: falacia de moderación, falacia áurea.
Descripción: esta falacia se comente cuando se asume que el término medio
entre dos extremos debe ser correcto sólo porque es el término medio. Esta forma
de ‘razonar’ tiene la siguiente estructura.
1º. La posición A y B son posiciones extremas.
2º. C es la posición que contrarresta el término medio entre A y B.
3º. En consecuencia, C es la posición correcta.
Esta línea de ‘razonamiento’ es falaz porque se determina que una posición es
correcta sólo porque está en medio de dos extremos. Esto se ve mejor con el siguiente ejemplo. Suponga que una persona vende su ordenador. Quiere venderlo al valor
actual del mercado, que es de 800 $ y alguien le ofrece 1 $ por él. Lo normal sería
ofrecer como buen precio 400,50 $.
Esta falacia se basa en que una posición intermedia o moderada es a menudo la
correcta. Por ejemplo, una cantidad moderada de ejercicio es mejor que hacer demasiado ejercicio o muy poco ejercicio. Sin embargo, esto no es así porque se base
en el término medio de dos extremos, se debe a que hacer demasiado ejercicio puede hacer daño y hacer poco ejercicio puede resultar inútil. La idea básica en muchos
casos en donde la moderación es correcta son en aquellos donde los extremos son
‘demasiados’ y ‘no suficientes’, y la posición intermedia es ‘suficiente’. En tales casos,
la posición intermedia es correcta casi por definición.
Debería tenerse en cuenta que cuando se asume de forma acrítica que el término medio debe ser correcto porque es el término medio es un razonamiento pobre
y no da cabida a que cumplir una posición intermedia es siempre falaz. Como ya se
mencionó, hay muchas ocasiones en que una posición moderada resulta correcta.
Sin embargo, la afirmación de que lo moderado o el término medio son correctos
debe sustentarse mediante un razonamiento eficaz.
Ejemplo nº1:
—Algunas personas afirman que Dios es todopoderoso, sabio, y bondadoso.
Otras personas afirman que Dios no existe. Ahora bien, es razonable aceptar una
posición que esté en el medio, así que resulta que Dios existe, pero que solo es todopoderoso, muy sabio, y muy bueno. A mí me parece bien.
Ejemplo nº2:
—El congresista Jones ha propuesto recortar las prestaciones sociales en un
50%, mientras que el congresista Shender ha propuesto incrementar las prestacio69
Cuarenta y dos falacias
nes sociales en un 10% para mantener la inflación y el aumento del coste de vida.
Creo que la mejor proposición es aquella hecha por el congresista Trumple. Dice
que una disminución del 30% en prestaciones sociales es un buen punto medio y es
lo que deberíamos apoyar.
Ejemplo nº3:
Hace un mes un árbol de Bill fue dañado por una tormenta. Su vecino Joe le pidió que cortara el árbol para que no caiga en el nuevo cobertizo de Joe. Bill se niega
a hacerlo. Dos días después otra tormenta hace que el árbol caiga sobre el nuevo cobertizo de Joe. Joe demandó a Bill el coste de las reparaciones: 250 $. Bill dijo que no
iba a pagar un céntimo. Obviamente la mejor solución es alcanzar un compromiso
entre los dos extremos, así que Bill debería pagar 150$.
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Michael C. LaBossiere
Intensidad engañosa
Descripción: la intensidad engañosa es un tipo de falacia donde se sustituye la
evidencia de una afirmación por pequeños eventos dramáticos que tienen más peso.
Esta forma de ‘razonar’ tiene la siguiente estructura:
1º. Ocurre un evento X intenso (y no hay suficiente mayoría de evidencia estadística).
2º. En consecuencia, es probable que los eventos de tipo X ocurran.
Esta forma de ‘razonamiento’ resulta falaz porque el mero hecho de que un
evento particular o caso dramático no hace que tenga más probabilidades de que
ocurra, especialmente en casos de evidencia estadística significativa.
La gente a menudo acepta esta forma de ‘razonamiento’ porque en casos particularmente sensacionalistas o dramáticos tiende a causar una fuerte impresión en
la mente humana. Por ejemplo, si una persona sobrevive a un espantoso accidente
de avión este puede inclinarse a creer que los viajes en avión son más peligrosos que
otras formas de viaje. Después de todo, las explosiones y las personas moribundas a
su alrededor tendrán un impacto más significativo en su mente que las estadísticas
más aburridas que dicen que es más fácil que una persona sea alcanzada por un rayo
que morir en un accidente de avión.
Se debería tener en cuenta que no siempre es falaz tomar un suceso sensacionalista o dramático. Por ejemplo, una persona puede decidir no ir a hacer paracaidismo porque las consecuencias de un accidente pueden ser muy, muy graves. Sabe
por estadística que las oportunidades de que ocurra un accidente son bajas, pero él
considera que incluso el más mínimo riesgo es inaceptable y entonces no cometería
un error de razonamiento.
Ejemplo nº1:
Bill y Jane hablan de comprar un ordenador.
Jane: he estado pensando en comprar un ordenador. Estoy realmente cansada de
tener que esperar en la papelería a imprimir mis documentos.
Bill: ¿qué tipo de ordenador quieres comprar?
Jane: bueno, tiene que ser fácil de usar, de bajo precio y tener un procesador
decente. He estado pensando sobre el Kiwi Fruit 2200. Leí en una revista que es muy
fiable según unos estudios independientes de la industria.
Bill: no compraría el Kiwi Fruit. Un amigo mío compro uno hace un mes para
acabar su tesis matemática. Iba por la mitad cuando comenzó a salir humo de la
CPU. No acabó su tesis a tiempo y perdió la ayuda financiera. Ahora está trabajado
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Cuarenta y dos falacias
en los almacenes de la hamburguesería Gut Boy.
Jane: creo que no compraré el Kiwi Fruit.
Ejemplo nº2:
Joe y Drew hablan de aviones.
Joe: mientras volaba de vuelta al colegio el piloto abrió el interfono y nos dijo
que el avión tenía un problema en el motor. Miré por la ventana y vi humo saliendo
por el motor más cercano a mí. Hicimos un aterrizaje de emergencia y había camiones de bomberos en todos lados. Tuve que pasar las siguientes seis horas sentado
en el aeropuerto esperando otro vuelo. ¡Tuve suerte de no morir! Nunca volveré a
volar de nuevo.
Drew: ¿así que iras a casa durante las vacaciones de navidad?
Joe: voy a conducir. Será más seguro que volar.
Drew: no creo. Tienes más probabilidades de salir herido o morir conduciendo
que volando.
Joe: ¡no me trago eso! ¡Deberías haber visto el humo saliendo por ese motor!
¡Jamás me voy a montar de nuevo en una de esas trampas mortales!
Ejemplo nº3:
Jane y Sarah hablan de salir a correr por un parque que conocen.
Jane: oíste lo de la mujer que fue atacada en el parque Tortuga?
Sarah: sí. Fue terrible.
Jane: ¿no corres allí cada día?
Sarah: sí.
Jane: ¿cómo puedes seguir haciendo eso? ¡No sería capaz de correr allí!
Sarah: bueno, aunque esto pueda parecer insensible fue un ataque inusual. He
estado corriendo allí durante tres años y este ha sido el único ataque. Claro que me
preocupa ser atacada, pero no voy a dejar de correr solo porque hay alguna posibilidad de que me ataquen.
Jane: ¡Eso es una estupidez! ¡Si fuera tú me alejaría de ese parque! Esa mujer
recibió una paliza de muerte y sabes que volverá a ocurrir de nuevo. ¡Si vuelves a ese
parque probablemente te ocurrirá a ti!
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Michael C. LaBossiere
Presión de grupo
Descripción: la presión de grupo es una falacia en la que hay una amenaza (o
presión de grupo) que sustituye la evidencia de un ‘argumento’. Este ‘razonamiento’
tiene la siguiente forma:
1º. La persona P es presionada por sus compañeros o amenazada con ser rechazado.
2º. En consecuencia, la afirmación X de P es falsa.
Esta manera de ‘razonar’ es falaz, porque la presión de grupo y la amenaza de
rechazo no constituyen evidencia para rechazar la afirmación. Esto se ve especialmente claro con el siguiente ejemplo:
Joe: Bill, sé que piensas que 1+1=2. Y no aceptamos ese tipo de pensamiento en
nuestro grupo.
Bill: estaba de broma. Por supuesto que no creo en ello.
Está claro que la presión del grupo de Bill no tiene relación con la verdad de la
afirmación 1+1=2.
Debería señalarse que la lealtad a un grupo y la necesidad de pertenencia puede
dar a la gente motivos muy fuertes para conformarse con las perspectivas y posiciones de estos grupos. Además, debemos comprometernos a menudo con nuestras
creencias desde un punto de vista práctico con el objetivo de pertenecer a grupos.
Sin embargo, este sentimiento de lealtad o de necesidad de pertenecer a un grupo
no constituye evidencia para la afirmación.
Ejemplo nº1:
Bill dice que le gusta la idea de que la gente debería invertir en el bienestar
siempre que puedan. Sus amigos se ríen de él acusándole de tendencias fascistas y
lo amenazan con el ostracismo. Decide retractarse y abandonar su posición para
evitar el rechazo.
Ejemplo nº2:
Bill: me gusta la música clásica y creo en que es de mayor calidad que el resto de
la música moderna.
Jill: esas cosas son para gente vieja.
Dave: sí, solo los inútiles escuchan esa mierda. Por otro lado, ¡Anthrax mola!
¡Mola!
Bill: bueno en realidad no me gusta demasiado. Anthtax es mucho mejor.
Ejemplo nº3:
Bill piensa que el bienestar es necesario en algunos casos. Sus amigos en el Par73
Cuarenta y dos falacias
tido Republicano Joven se mofan de él cada vez que hace saber sus puntos de vista.
Acepta sus puntos de vista para evitar ser rechazado.
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Michael C. LaBossiere
Ataque personal
Se conoce también como: Ad Hominem abusivo.
Descripción: se comete un ataque personal cuando una persona sustituye el
ataque a la afirmación o afirmaciones por comentarios ofensivos. Esta forma de ‘razonamiento’ es falaz porque el ataque se dirige a la persona que hace la afirmación
y no a la propia afirmación. El verdadero valor de una afirmación es independiente
de la persona que realiza tal afirmación. Después de todo, no importa lo repugnante
que pueda ser un individuo si él o ella dice afirmaciones verdaderas.
No todos los Ad Hominem son falaces. En algunos casos, las características individuales pueden tener relación con la veracidad de sus afirmaciones. Por ejemplo, si
alguien resulta ser un mentiroso patológico, entonces se puede dudar de lo que diga.
Sin embargo, tales ataques son frágiles, ya que incluso los mentirosos patológicos
pueden decir la verdad en alguna ocasión.
En general es mejor centrar la atención en el contenido de la afirmación y no
en quién la hace. Es el contenido de la afirmación lo que determina la verdad de la
misma y no las características de la persona que la hace.
Ejemplo nº1:
En un debate escolar Bill afirma que el plan económico del presidente es irrealista. Su oponente, un profesor, responde diciendo ‘los hechos de este estudiante
novato de primer año están errados’.
Ejemplo nº2:
—Esta teoría que habla de una cura potencial contra el cáncer la ha introducido
una doctora que es conocida por ser una feminista lesbiana. No veo por qué se le debería dar una invitación para que hable en la Conferencia Mundial contra el Cáncer.
Ejemplo nº3:
—Bill dice que deberíamos dar exenciones de impuestos a las compañías, pero
es un tipo en quien no puedes confiar, así que debe estar mal.
Ejemplo nº4:
—Esa afirmación no puede ser verdad. Dave cree en ello y todos sabemos lo
moralmente repulsivo que es.
Ejemplo nº5:
—Bill dice que Jane sería un gran tesorero. Sin embargo encuentro el comportamiento de Bill ofensivo, así que no votaré por Jill.
Ejemplo nº6:
Jane dice que el consumo de drogas está moralmente mal, pero ella es una bea75
Cuarenta y dos falacias
tilla cristiana, así que no tenemos por qué escucharla.
Ejemplo nº7:
Bill: no creo que sea una buena idea recortar en programas sociales.
Jill: ¿por qué no?
Bill: bueno, mucha gente no empieza la vida con buen pie y por tanto necesitan
algo de ayuda. Después de todo, algunas personas de padres ricos lo tienen más
fácil. Otros nacen en la pobreza y…
Jill: así que dices esas cosas porque tienes un corazón blando y la cabeza llena
de serrín.
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Michael C. LaBossiere
Envenenar el pozo
Descripción: esta forma de ‘razonamiento’ implica desacreditar lo que pueda
afirmar una persona presentando información desfavorable (sea cierta o falsa) sobre ella. Este ‘argumento’ presenta la siguiente forma:
1º. Se presenta información desfavorable (sea verdadera o falsa) sobre la persona A.
2º. En consecuencia, cualquier afirmación de A será falsa.
Esta manera de ‘razonar’ es obviamente falaz. La persona que lanza el ataque espera que la información perjudicial sesgue a los oyentes en detrimento de la persona en cuestión y en consecuencia los oyentes rechazarán cualquier afirmación que
haga. Sin embargo, el hecho de presentar información desfavorable de una persona
(incluso si es cierta) difícilmente cuenta como evidencia contra las afirmaciones
que él o ella haga. Esto se muestra especialmente claro cuando envenenar el pozo se
entiende como una forma de ad hominem, donde el ataque se hace antes de que el
sujeto ni si quiera pueda realizar la afirmación o afirmaciones. Los siguientes ejemplos muestran claramente que esta línea de ‘razonamiento’ es muy pobre.
Ejemplo nº1:
—Te dije que no le escucharas porque es un sinvergüenza. Por eso estoy segura
de que cualquier cosa que dice es mentira.
Ejemplo nº2:
—Antes de pasar la palabra a mí oponente os pido que recuerden que aquellos
que se opongan a mis planes pueden olvidarse de tener un buen futuro en la universidad.
Ejemplo nº3:
—Antes de juntarte con él te dije que el amigo del novio es un gandul. Cuando
quedes con él todo lo que le oigas decir no tiene sentido.
Ejemplo nº3:
Antes de clases:
Bill: tío, ese profesor es un completo idiota. Creo que es una especie de eurocéntrico fascista.
Jill: y que lo digas.
En clases:
Profesor Jones: …y por lo que hemos visto nunca hubo en América una Edad de
Oro del Matriarcado en 1895.
Después de clases:
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Cuarenta y dos falacias
Bill: ¿ves lo que decía?
Jill: sí. Tuvo que haber una Edad de Oro del Matriarcado ya que ese idiota dijo
que no hubo.
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Michael C. LaBossiere
Post Hoc
Se conoce también como: post hoc ergo propter hoc, causa falsa, causa cuestionable, confundir relaciones de coincidencia con causas.
Descripción: un post hoc es una falacia con la siguiente estructura.
1º. A ocurre antes de B
2º. En consecuencia, A es la causa de B.
El post hoc es una falacia que deriva de la frase en latín ‘Post hoc, ergo propter
hoc’. Ésta ha sido tradicionalmente interpretada como ‘después de esto, en consecuencia se debe a esto’. Esta falacia se comete cuando se concluye que las causas de
un evento llevan a otro simplemente porque la causa presentada ocurre antes que el
efecto presente. En otras palabras, la falacia implica concluir que B causa o es causado por A, porque A ocurre antes de B y no hay suficiente evidencia para garantizar
tal afirmación.
En muchos casos es evidente que no hay ninguna relación de causalidad de
que A ocurra antes que B. Por ejemplo, supondremos que Jill, que está en Londres,
estornuda exactamente al mismo tiempo cuando comienza un terremoto en California. Evidentemente, sería irracional arrestar a Jill por desencadenar un desastre
natural, ya que no hay motivo para sospechar de cualquier conexión causal entre
los dos eventos. Aunque los dos casos son bastante obvios, la falacia post hoc es muy
común, porque hay casos en que puede haber algún tipo de relación entre los eventos. Por ejemplo, una persona que se le ha colgado el ordenador después de instalar
un software probablemente sospeche que el software es el culpable. Si concluye que
el software causó el problema porque fue instalado antes del cuelgue cometería la
falacia post hoc. En ambos casos, la falacia se cometería porque la evidencia proporcionada falla al justificar la aceptación de la afirmación. Incluso es teóricamente
posible que se cometa esa falacia cuando A causa B a condición de que la ‘evidencia’
proporcionada consista sólo en la afirmación que A ocurre antes que B. La clave
de la falacia post hoc no es que exista una conexión de evidencia entre A y B, sino
que no se ha proporcionado evidencia adecuada de que A causa B. Por lo tanto, un
post hoc se parece a una generalización apresurada en cuanto a que conduce a una
conclusión sin garantías. En el caso de la falacia post hoc, es la falacia en vez de una
proposición general.
No es de sorprenderse que muchas supersticiones estén basadas probablemente
en un razonamiento post hoc. Por ejemplo, supongamos que una persona compra
un hechizo de buena suerte, hace un examen, aprueba, y concluye que el hechizo le
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Cuarenta y dos falacias
ayudó a aprobar. Esta persona habría sido víctima de una falacia post hoc. No hay
necesidad de decir que todas las ‘supersticiones’ no tienen bases a fin de cuentas. Por
ejemplo, se ha descubierto que algunos ‘remedios’ populares en realidad funcionan.
Las falacias post hoc se cometen por lo general porque la gente no tiene mucho
cuidado cuando razona. Dejarse llevar por una conclusión casual siempre es más
fácil y rápido que ponerse a investigar el fenómeno. Sin embargo, algunas veces
tienden a distanciarse del objeto de estudio. Ya que la falacia post hoc se comete
cuando se llega a una conclusión injustificada, la clave para evitarlo es llevar a cabo
una investigación rigurosa. Si bien es cierto que las causas preceden a los efectos
(fuera de Star Trek), no es cierto que aquello que precede lo convierte en la causa de
otra cosa. Por este motivo la investigación debería comenzar con lo que ocurre con
el efecto en cuestión, pero no debería acabar ahí.
Ejemplo nº1:
Esta temporada se me estaba dando fatal. Entonces mi novia me dio estos cordones de neón para mis zapatillas y gané las tres carreras posteriores. Esos cordones
deben dar buena suerte… ¡Si no los hubiera llevado no me hubieran ayudado a
ganar!
Ejemplo nº2:
Bill compra un nuevo PowerMac y funciona bien por cuatro meses. Entonces
compra e instala un nuevo software. La siguiente vez que enciende su Mac, se cuelga. Bill concluye que el software debe ser la causa del cuelgue.
Ejemplo nº3:
Un gato araña a Joan cuando va a visitar a su amigo. Dos días después le entra
fiebre. Joan concluye que los arañazos de los gatos deben ser la causa de su enfermedad.
Ejemplo nº4:
Los republicanos aprueban una nueva ley de reforma fiscal que beneficia a los
americanos ricos. Poco después la economía cae en picado. Los demócratas afirman
que la reforma causó los problemas económicos y presionan para retirarla.
Ejemplo nº5:
La imagen del viejo televisor de Jim se desenfoca. Jim se acerca y golpea el lateral
del televisor y la imagen se enfoca. Jim cuenta a su amigo que golpear el lateral de
la televisión la arregló.
Ejemplo nº6:
A Jane le salió una gran verruga en el dedo. Basándose en una historia que su
padre le contó, cortó una patata por la mitad, la froto sobre la verruga y luego la
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Michael C. LaBossiere
enterró bajo una noche de luna llena. Al mes siguiente su verruga se encoje y finalmente desaparece. Jane escribió a su padre para contarle lo bien que funcionó
la cura.
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Cuarenta y dos falacias
Causa cuestionable
Descripción: esta falacia tiene la siguiente estructura:
1º. A y B se asocian de forma regular.
2º. En consecuencia, A es la causa de B.
La idea general tras esta falacia es que un error de razonamiento induce a concluir que una cosa causa otra porque las dos se relacionan de forma regular. Es decir,
se comete esta falacia cuando se concluye que A es la causa de B porque se asocian
de forma regular. El error se comete cuando se llega a una conclusión sin evidencia
suficiente.
La falacia de la causa cuestionable es en realidad un tipo de falacia general. Cualquier falacia que involucre un error de razonamiento debido a falta de investigación
se considera una falacia de este tipo. En consecuencia, las falacias como post hoc y
confusión de causa y efecto son ejemplos específicos de la falacia de causa cuestionable.
En este caso puede resultar muy complejo razonar, ya que la casualidad es una
cuestión filosófica muy compleja. La complejidad de la causa es brevemente discutida en el contexto de versiones específicas de esta falacia.
La clave para evitar la falacia de causa cuestionable es tener cuidado con las
conclusiones. Esto requiere investigar adecuadamente el fenómeno en cuestión, así
como emplear adecuadamente métodos de precaución durante la investigación.
Ejemplo nº1:
Joe lee una cadena de correo electrónico que le amenaza con terribles consecuencias si la rompe. Se ríe y la tira a la papelera de reciclaje. De camino al trabajo
se escurre y se rompe la pierna. Cuando regresa del hospital envía 200 copias del
correo en cadena esperando evitar futuros accidentes.
Ejemplo nº2:
Al investigar un pequeño estanque de peces de un colegio de posgrado descubrieron que hubo una caída severa en la población. Investigaciones posteriores
revelaron que el suministro de comida de los peces también había sido reducido.
Al principio los estudiantes creyeron que la falta de comida estaba matando a los
peces, pero después se dieron cuenta que tenían que encontrar cuál era la causa de
la disminución del suministro de comida. Los estudiantes sospecharon que la lluvia
ácida fue la causa de que tanto la población de peces como el suministro de comida disminuyeran. Sin embargo, el consejo local empresarial insistió que la falta de
comida fue la causa de la reducción de la población de peces. La mayor parte de la
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Michael C. LaBossiere
gente de la ciudad se puso de acuerdo con esta conclusión, ya que parecía muy obvio
que una falta de comida causara la muerte de los peces.
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Cuarenta y dos falacias
Pez rojo
Se conoce también como: cortina de humo, búsqueda inútil.
Descripción: un pez rojo es una falacia donde un tema irrelevante se presenta
con el objetivo de desviar la atención del asunto principal. La idea base es ‘ganar’ el
argumento centrando la atención en otro tema externo. Esta línea de ‘razonamiento’
sigue la siguiente estructura:
1º. Se discute el tema A
2º. El tema B se introduce bajo el pretexto de ser relevante al tema A (cuando el
tema B en realidad es irrelevante al tema A).
3º. El tema A es abandonado.
Esta forma de ‘razonamiento’ es falaz, porque se acepta que cambiar el tema de
discusión es un argumento contra una afirmación.
Ejemplo nº1:
—Admitimos que esta medida es populista, pero también pedimos que tenga
en cuenta que hay tantas emisiones de bonos en los sorteos que todo esto resulta
ridículo.
Ejemplo nº2:
Argumento de una reducción de impuestos: ya saben, pensé que el plan de reducción de impuestos de los republicanos tenía algo de mérito. Sugiero que se les
ocurra algo parecido, porque si los demócratas pretenden sobrevivir como partido
tendremos que mostrar que somos tan inflexibles como los republicanos, ya que eso
es lo que quiere el público.
Ejemplo nº3:
Argumento que defiende requerimientos más estrictos para graduarse en los
colegios: creo que es una gran medida hacer que los requerimientos para graduarse
en los colegios sean más estrictos para los estudiantes. Le recomiendo que la apoye
también. Después de todo estamos en una crisis de presupuesto y no queremos que
nuestros salarios se vean afectados.
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Michael C. LaBossiere
Falacia relativista
Se conoce también como: falacia subjetiva.
Descripción: la falacia relativista se comete cuando una persona rechaza una
afirmación argumentando que la afirmación puede ser verdad para unos, pero no lo
es para él. Esta forma de ‘razonamiento’ tiene la siguiente estructura:
1º. La afirmación X se presenta.
2º. La persona A afirma que X puede ser verdad, pero que no es verdad para él.
3º. En consecuencia, A se justifica rechazando X.
En este contexto, el relativismo es un punto de vista donde la verdad es relativa
a Z (una persona, tiempo, cultura, lugar, etcétera). No es una posición que afirme
que algo es verdadero en diferentes épocas o gente diferente, sino que es una posición que asevera que una afirmación puede ser cierta para uno y falso para otro al
mismo tiempo.
En muchos casos, cuando la gente dice que ‘X es verdad para mí’ en realidad
significa ‘creo X porque para mí es verdad’. Es importante ser muy claro al distinguir
entre lo que es verdad y lo que es verdad para una persona. La afirmación es verdad
si ésta se describe correctamente. Por ejemplo, ‘Bill tiene los ojos azules’ será verdad
si él tiene los ojos azules. Para hacer una afirmación como esta: ‘X es verdad para
Bill’, quiere decir que la afirmación es verdadera para Bill y que no tiene que ser necesariamente verdadera para otros. Por ejemplo: ‘1+1=23 es verdad para Bill’ querrá
decir que, para Bill, 1+1 en realidad vale 23, no que simplemente crea que 1+1=23
(en definitiva sería ‘es verdad que Bill cree que 1+1=2’). Otro ejemplo sería ‘la afirmación de que la Tierra es plana es verdad para Bill’. En este caso, significaría que
la Tierra en realidad es plana para Bill (en otras palabras, Bill estaría en un mundo
diferente que el resto de la raza humana). Ya que estas situaciones (‘1+1=23’ y ‘la
Tierra es plana para Bill’) son extremadamente extrañas, en realidad la verdad no es
relativa a las personas (a pesar de las diferencias).
Mientras que la verdad sea objetiva (esto es, no relativo a las personas), la falacia
relativista es una falacia entonces. Si hay casos donde la verdad es en realidad relativa, entonces tal razonamiento no sería necesariamente falaz.
Ejemplo nº1:
Jill: mira esto, Bill. He leído que la gente que no hace suficiente ejercicio tiende
a ser poco saludable.
Bill: puede que sea verdad para ti, pero no es verdad para mí.
Ejemplo nº2:
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Cuarenta y dos falacias
Jill: creo que llamar a eso argumento para defender tu posición me parece terrible. Después de todo, una falacia difícilmente cuenta como argumento.
Bill: puede que sea verdad para ti, pero no es verdad para mí.
Ejemplo nº3:
Bill: tu posición resulta contradictoria así que no puedo aceptarla.
Dave: tus contradicciones pueden ser malas para tu visión eurocéntrica, opresiva y lógica del mundo, pero no creo que esté mal. Así que mi posición está muy bien.
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Michael C. LaBossiere
Pendiente resbaladiza
También se conoce como: nariz de camello.
Descripción: la pendiente resbaladiza es una falacia donde una persona asevera
que algunos eventos deben seguir inevitablemente a otros sin ningún tipo de razón.
En la mayoría de los casos hay una serie de pasos o grados entre un evento y el otro
en cuestión y no se dan razones de por qué intervienen en los pasos o grados, por lo
que serán anuladas. Este argumento sigue la siguiente estructura:
1º. El evento X ha ocurrido (o puede ocurrir o va a ocurrir).
2º. En consecuencia, el evento Y ocurrirá inevitablemente.
Esta forma de ‘razonar’ es falaz, porque no hay motivos para creer que un evento
debe inevitablemente ser seguido de otro sin haber argumentos para tal afirmación.
Esto se ve especialmente claro en casos donde hay un número significativo de pasos
o grados entre un evento y otro.
Ejemplo nº1:
¡Tenemos que detener el aumento del coste de la matrícula! ¡Sabes que lo siguiente será pagar 40.000 dólares por semestre!
Ejemplo nº2:
Los Estados Unidos no deberían involucrarse militarmente en otros países. Una
vez que el gobierno envía unas pocas tropas enviará otras tantas a morir.
Ejemplo nº3:
No puedes dar a nadie un descanso. Si lo haces se te subirán a la chepa.
Ejemplo nº4:
Tenemos que evitar la prohibición de la pornografía. Una vez que lo prohíban
en la literatura no pararán. ¡Sabes que lo siguiente será quemar libros!
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Cuarenta y dos falacias
Súplica especial
Descripción: la súplica especial es una falacia en la que una persona solicita normas, principios, reglas, etcétera, a otros mientras que él (o aquellas que tienen un
especial interés) queda exento sin proporcionar justificación adecuada. Esta forma
de ‘razonar’ tiene la siguiente estructura.
1º. La persona A acepta un/unos estándar/es S y lo aplica en otras circunstancias
C.
2º. La persona se encuentra en las circunstancias C.
3º. Por lo tanto, A está exento de S.
Aquél que comete la súplica especial afirma que está exento de determinados
principios o estándares aún sin proporcionar buenas razones para ello. Esta forma
de ‘razonar’ es falaz y se ve claramente con este ejemplo extremo:
1º. Bárbara acepta que todos los asesinos deberían ser castigados por sus crímenes.
2º. A pesar de que asesinó a Bill, Bárbara afirma que es una excepción, porque
ella no quiere ir a prisión.
3º. En consecuencia, el estándar de castigo por asesinato no debería aplicársele.
Éste es un caso fragrante de súplica especial. Ya que a nadie le gusta ir a prisión
esto no puede justificar la afirmación de que Bárbara deba ser excluida del castigo
correspondiente.
El principio de diferencia relevante:
Desde un punto de vista filosófico, la falacia de súplica especial está violando un
principio llamado principio de diferencia relevante. De acuerdo a este principio, dos
personas pueden ser tratadas de forma diferente cuando no hay diferencias relevantes entre ellos. Poniendo un caso extremo, sería muy raro por parte de un padre
insistir en que un hijo lleve calzado del 5 y que el otro lleve calzado del 7 cuando
ambos hijos calzan el 5.
Debería tenerse en cuenta que el principio de diferencia relevante no permite a la
gente ser tratada de forma diferente. Por ejemplo, si un empleado es un vago y otro
es un trabajador muy productivo, la decisión de aumentar el sueldo al trabajador
productivo por parte del jefe estará justificada. El motivo es que la productividad de
cada uno es una diferencia relevante entre ellos. Ya que puede ser razonable tratar
a la gente de manera diferente, entonces habrá casos en donde algunas personas
se exceptúan de los estándares usuales. Por ejemplo, si es el turno de Bill preparar
la cena y Bill está muy enfermo, no podría darse el caso de súplica especial si Bill
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Michael C. LaBossiere
pide que haga la cena otro (esto, por supuesto, deja por asumido que Bill no acepta
un estándar que requiera que otros preparen la cena, independientemente de las
circunstancias). En este caso, Bill ofrece una buena razón de por qué debería estar
exento y, lo más importante, sería una buena razón para cualquiera que haya estado
enfermo, y no sólo Bill.
Determinar qué cuenta como base legítima de exención puede ser una tarea difícil. Parece evidente que la afirmación de ‘estoy exento de X porque yo soy yo’ tampoco es válida. En consecuencia a menos que no se proporcione una justificación
clara y relevante esa persona no puede decir que sea exento de algo determinado.
Hay casos que son similares a otros de súplica especial donde una persona se
le ofrece al menos alguna razón de por qué debería estar exento, pero la razón no
es lo suficientemente buena para garantizar la exención. Esto debería ser llamado
como defensa fallida. Por ejemplo, un profesor puede afirmar estar exento de ayudar al resto de la facultad de mover libros a otra oficina del departamento, porque
podría rebajar su dignidad. En particular esta razón no sería buena y sería difícil
de justificar su exención. Si resulta que la ‘razón’ real de esa persona es decir que
son la excepción por sí mismos, entonces estaría cometiendo una súplica especial.
Tales casos son muy comunes. Después de todo, es muy raro en los adultos que sólo
afirmen que están exentos de algo sin al menos tener algún pretexto o justificación.
Ejemplo nº1:
Bill y Jill están casados. Tanto Bill como Jill han puesto al día la oficina. Su perro, Rover, ha derribado todas las plantas de una habitación y ha esparcido la tierra
por toda la moqueta. Cuando vuelven, Bill le dice a Jill que es su trabajo limpiarlo.
Cuando ella protesta, él dice que ha puesto al día la oficina y está demasiado cansado para limpiar el desastre del perro.
Ejemplo nº2:
Jane y Sue comparten un dormitorio.
Jane: apaga el dichoso estéreo, quiero echarme una siesta.
Sue: ¿por qué debería? ¿Acaso estás cansada o algo?
Jane: no, solo quiero echarme una siesta.
Sue: claro, y yo quiero escuchar mi estéreo.
Jane: escucha, voy a echarme la siesta. Vas a tener que apagar el estéreo y se
acabó.
Ejemplo nº3:
Mike y Bárbara comparten un apartamento.
Mike: Bárbara, has puesto perdido todo de barro de nuevo.
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Cuarenta y dos falacias
Bárbara: ¿y qué? No es mi culpa.
Mike: claro que sí. Me figuro que entraste así. Tú ensucias, tú lo limpias.
Bárbara: ¿por qué?
Mike: acordamos que quien fuera que ensuciara tenía que limpiar el desastre.
Es lo justo.
Bárbara: vale, me voy a ver la televisión. Si no quieres ver el barro lo tendrás que
limpiar.
Mike: Bárbara…
Bárbara: ¿qué? Quiero ver el programa. No quiero limpiar el barro. Ya te lo he
dicho, si te molesta tanto entonces deberías limpiarlo.
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Michael C. LaBossiere
Centro de atención
Descripción: la falacia del centro de atención se comete cuando una persona
asume sin criterio que todos los miembros o casos de un determinado tipo o clase
son los que reciben mayor atención y cobertura en los medios de comunicación.
Esta forma de ‘razonamiento’ sigue la siguiente estructura:
1º. Todo X de calidad Q recibe una gran cantidad de atención o cobertura en
los medios.
2º. Por lo tanto, todo X tiene calidad Q.
Esta forma de ‘razonar’ es falaz ya que el mero hecho de que alguien o algo atraigan la mayor parte de la atención o cobertura en los medios de comunicación no
significa que represente automáticamente a toda la población. Por ejemplo, suponga
que un asesino en serie de Old Town, Maine, recibe una gran cantidad de atención
en los medios de comunicación. Sería difícil que todos en la ciudad siguieran a un
asesino en serie.
El origen del nombre de la falacia de centro de atención se basa en la expresión
‘ser el centro de atención’. Es similar a la generalización apresurada, muestra sesgada
y la falacia anecdótica, porque se comete un error cuando se generaliza de una población en base a una muestra poco adecuada o errónea.
La falacia del centro de atención es muy común. Ocurre a menudo cuando la
gente asume que aquellos que prestan atención a los medios de comunicación en
realidad representan los grupos a los que pertenecen. Por ejemplo, algunas personas
tienden a creer que todos esos que se oponen al aborto van a tirotear a los médicos
a sangre fría sólo porque los medios de comunicación se centraron en ese evento.
Ya que por lo general los medios de comunicación cubren a personas o eventos que
son inusuales o excepcionales, sería algo extraño creer que tales personas o eventos
son representativos.
Ejemplo nº1:
Bill: Jane, dices que eres feminista pero no puedes serlo.
Jane: ¿¡qué!? ¿Qué quieres decir? ¿Es una de tus estúpidas bromas o algo?
Bill: no, hablo en serio. Durante el verano vi a las feministas aparecer en varios
programas de entrevistas y noticias y he leído de ellas en los periódicos. Las mujeres estaban muy amargadas y dijeron que las mujeres son víctimas de los hombres
y necesitaban que les dieran una compensación especial. Siempre estás hablando
sobre igualdad de derechos y establecer tu propio lugar en el mundo, de modo que
no puedes ser una feminista.
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Cuarenta y dos falacias
Jane: Bill, hay muchos tipos de feminismo, no solo en los que se centran los
medios de comunicación.
Bill: oh, perdona.
Ejemplo nº2:
Joe: tío, nunca quise ir a Nueva York. Es todo hormigón y polución.
Sam: no todo.
Joe. Claro que sí. Cada vez que veo los programas en televisión siempre muestran rascacielos, hormigón y un montón de contaminación.
Sam: claro, es que eso es lo que las noticias muestran, pero la mayor parte de
Nueva York son terrenos agrícolas y bosques. No toda Nueva York es así. Eso sólo
recibe la mayor parte de la atención.
Ejemplo nº3:
Ann: ¡No voy a permitir al pequeño Jimmy que vuelva a usar esa cuenta de internet nunca más!
Sasha: ¿por qué no? ¿Es que hackeó el Pentágono y trato de desatar una nueva
guerra?
Ann: no. ¿No has leído los periódicos o escuchado las noticias? ¡Sólo hay pervertidos en internet al acecho que quieren abusar de los niños! Deberías quitarle
también la cuenta a tu hija. ¿Por qué no? ¡Hay un montón de psicópatas ahí afuera!
Sasha: ¿De veras? Pensé que solo eran unos pocos casos.
Ann: no estoy segura del número exacto, pero si los medios de comunicación
cubren bastante el evento, entonces la mayoría de la gente que está en internet debe
estar depravada.
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Michael C. LaBossiere
Hombre de paja
Descripción: la falacia del hombre de paja se produce cuando una persona ignora la posición de otro y lo sustituye por una visión distorsionada, exagerada o
tergiversada. Esta forma de ‘razonamiento’ sigue el siguiente patrón:
1º. La persona A tiene una posición X.
2º. La persona B tiene una posición Y (la cual es una versión distorsionada de
X).
3º. La persona B ataca la posición distorsionada X.
4º. En consecuencia, X es falso/incorrecto.
Este ‘razonamiento’ es falaz porque se ataca a una versión distorsionada de la
posición de alguien y no constituye un ataque a la posición real. Uno puede esperar
también un ataque a una caricatura de una persona para herirla.
Ejemplo nº1:
Profesor Jones: la universidad acaba de recortar el presupuesto en 10.000 $.
Profesor Smith: ¿qué es lo que vamos a hacer?
Profesor Brown: creo que deberíamos eliminar uno de los puestos de profesor
auxiliar. Eso debería solucionar el problema.
Profesor Jones: podríamos reducir en su lugar nuestras subidas salariales.
Profesor Brown: no puedo entender por qué quieres sangrarnos de esa forma,
Jones.
Ejemplo nº2:
—El senador Jones dice que no deberíamos financiar el programa de submarinos. Estoy en completo desacuerdo. No puedo entender por qué quiere dejarnos
indefensos.
Ejemplo nº3:
Bill y Jill discuten sobre la limpieza de sus armarios.
Jill: deberíamos limpiar los armarios. Están un poco desordenados.
Bill: ¿por qué? Ya pusimos en orden esos armarios el año pasado. ¿Tenemos que
limpiarlos cada año?
Jill: nunca dije nada de que tuviéramos que limpiarlos cada año. Solo quieres
mantener toda tu basura por siempre y eso es ridículo.
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Cuarenta y dos falacias
Dos errores hacen un acierto
Descripción: dos errores hacen un acierto es una falacia donde una persona ‘justifica’ una acción contra una persona aseverando que esa otra le haría lo mismo,
cuando esa acción no es necesariamente para prevenir que B haga X a A. Esta falacia
tiene el siguiente ‘razonamiento’.
1º. Se afirma que la persona B haría X a la persona A.
2º. Para la persona A es aceptable hacer X a la persona B (cuando A hace X a B
no es necesario prevenir a B de que A haga X).
Esta forma de ‘razonar’ es falaz porque una acción que está mal sigue estando
mal, incluso si otra persona se propusiera hacerlo.
Debería tenerse en cuenta que puede darse el caso de que no está mal que A
haga X a B, si X se hace para prevenir a B de que haga X a A, o si X se hace como
compensación. Por ejemplo, si Sally corre hacia el parque y Biff trata de atacarle,
Sally se defenderá de Biff pegándole y en este caso estaría justificado. Otro ejemplo:
si el país A planea invadir al país B con el fin de esclavizar a la población, entonces
el país B lanzará un ataque para prevenir la invasión, y en este caso también estaría
justificado.
Ejemplo nº1:
Bill ha cogido prestado la cara pluma de Jane y después se dio cuenta que no
se lo devolvió. Se dice a sí mismo que no pasa nada si lo tiene, ya que iba a coger
también el suyo.
Ejemplo nº2:
Jane: ¿Te has enterado de esos terroristas que han matado a toda esa pobre gente? Ese tipo de masacres están mal.
Sue: lo que hicieron los terroristas está justificado. Después de todo invadieron
su tierra. Es moralmente correcto para ellos hacer lo que tienen que hacer.
Jane: ¿incluso cuando explotan autobuses llenos de niños?
Sue: sí.
Ejemplo nº3:
Después de salir de la tienda, Jill nota que le han devuelto 10$ de más. Decide
no devolver el dinero a la tienda, porque si le hubieran pagado más de lo normal no
hubiera devuelto el dinero.
Ejemplo nº4:
Jill se horroriza por la forma en que el estado usa la pena de muerte. Bill dice
que la pena capital está bien, ya que los que el estado mata no tienen ningún reparo
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Michael C. LaBossiere
en matar a otros.
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Cuarenta y dos falacias
Sobre el autor
El doctor Michael LaBossiere es un corredor de Maine que fue al colegio en
Ohio y acabó siendo profesor de filosofía en Florida.
Mientras preparaba el doctorado en filosofía en la universidad estatal de Ohio,
ganaba dinero para ramen escribiendo para Chaosium, GDW, R.Talsorian Games
y TSR. Después de graduarse obtuvo un trabajo como profesor de filosofía en la
universidad A&M, en Florida. Su primer libro filosófico, What don’t you know? fue
publicado en 2008. Continúa escribiendo filosofía y artículos de videojuegos. También es bloguero, pero en estos días, ¿quién no lo es?
Mientras que no escribe, se divierte corriendo, jugando a videojuegos y practicando artes marciales. Debido a un desgarro de tendón en 2009 estuvo un tiempo
sin correr, pero volvió a las pistas y escribió un libro sobre ello: Of Tendon & Trail.
Se puede contactar con él en ontologist(arroba)aol.com. La página de Amazon
es: http://amazon.com/author/michaellabossiere.
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Michael C. LaBossiere
Otros libros de filosofía por Michael LaBossiere
30 More Fallacies.
76 Fallacies.
A Six Gun for Socrates.
For Better or Worse Reasoning.
Moral Methods.
Philosophical Provocations Volume I.
Philosophical Provocations Volume II.
Envy & Class Warfare.
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